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que víctima soy ya de sus furores.

Mariano Melgar ¡Encumbradas montañas! ¿Quién me diera


la dicha de que al lado de mi dueño,
cual vosotras inmóvil, subsistiera?
Mariano Lorenzo Melgar Valdivieso;
Arequipa, 1790 - Lima, 1815) Poeta ¡Triste de mí! Torrentes, con mal ceño
peruano. Considerado como uno de los romped todos los pasos de la tierra,
fundadores de la literatura peruana ¡piadosos acabad mi ansioso empeño!
contemporánea, es autor de poemas
Acaba, bravo mar, tu fuerte guerra;
amorosos de imitación indígena (yaravíes),
isla sin puerto vuelve las ciudades;
precedente del nativismo romántico. y en una sola a mí con Silvia encierra.
¡Favor tinieblas, vientos, tempestades!
Pero vil globo, profanado suelo,
Nacimiento
¿es imposible que de mí te apiades?
10 de agosto de 1790
¡Silvia! Silvia, tú, dime ¿a quién apelo?
Arequipa, Virreinato del Perú No puede ser cruel quien todo cría;
pongamos nuestras quejas en el cielo.
fallecimiento

12 de marzo de 1815 (24 años) Él solo queda en tan horrible día,


único asilo nuestro en tal tormento,
Puno, Virreinato del Perú él solo nos miró sin tiranía.
Ocupación Profesor, Poeta y Político Si es necesario que el fatal momento
llegue... ¡Piadoso Cielo! en mi partida
“¿Por qué a verte volví, Silvia querida? benigno mitigad mi sentimiento.
¡Ay triste! ¿Para qué? ¡Para trocarse
mi dolor en más triste despedida! Lloro... no puedo más... Silvia querida,
déjame que en torrentes de amargura
Quiere en mí mal mi suerte deleitarse; saque del pecho mío el alma herida.
me presenta más dulce el bien que pierdo:
¡Ay! ¡Bien que va tan pronto a disiparse! El negro luto de la noche oscura
sea en mi llanto el solo compañero,
¡Oh, memoria infeliz! ¡Triste recuerdo! ya que no resta más a mi ternura.
Te vi... ¡qué gloria! pero ¡dura pena!
Ya sufro el daño de que no hice acuerdo. Tú, Cielo Santo, que mi amor sincero
miras y mi dolor, dame esperanza
Mi amor ansioso, mi fatal cadena, de que veré otra vez el bien que quiero.
a ti me trajo con influjo fuerte.
Dije: «Ya soy feliz, mi dicha es plena». En sola tu piedad tiene confianza
mi perseguido amor... Silvia amorosa.
Pero ¡ay! de ti me arranca cruda suerte; El Cielo nuestras dichas afianza.
este es mi gran dolor, este es mi duelo;
en verte busqué vida y hallo muerte. Lloro, sí, pero mi alma así llorosa,
unida a ti con plácida cadena,
Mejor hubiera sido que este cielo en la dulce esperanza se reposa,
no volviera a mirar y sólo el llanto y ya presiente el fin de nuestra pena. "
fuese en mi ausencia todo mi consuelo.

Cerca del ancho mar, ya mi quebranto


en lágrimas deshizo el triste pecho;
ya pené, ya gemí, ya lloré tanto

¿Para qué, pues, por verme satisfecho


vine a hacer más agudos mis dolores
y a herir de nuevo el corazón deshecho?
De mi ciego deseo los ardores
volcánicos crecieron, de manera
El cantero y el asno La mujer

Nos dicen ciertas gentes No nació la mujer para querida,


Que es incapaz el indio; por esquiva, por falsa y por mudable;
Yo voy a contestarles
Con este cuentecito. y porque es bella, débil, miserable,
Bajaba una mañana no nació para ser aborrecida.
Un cantero rollizo,
Repartiendo y lanzando
Latigazos y gritos
No nació para verse sometida,
Sobre su infeliz tropa porque tiene carácter indomable;
De cargados borricos. y pues prudencia en ella nunca es dable,
"¡Qué de
no nació para ser obedecida.
Monio de brutos!
¡Qué pachorra!... me indigno!
Los caballos son otros, Porque es flaca no puede ser soltera,
Tienen viveza y brío; porque es infiel no puede ser casada,
Pero a ésos no los mueve
Ni el rigor más activo". por mudable no es fácil que bien quiera,
Así clamaba el hombre;
Mas volviendo el hocico Si no es, pues, para amar o ser amada,
El más martagón de ellos
En buena paz le dijo:
sola o casada, súbdita o primera,
"¡Tras cuernos para la mujer no ha nacido para nada.
Los! ¡Vaya!
Nos tienes mal comidos,
Siempre bajo la caga,
¿Y exiges así el brío? El ruiseñor y el
¿Y con azote y palo
Pretendes conducirnos?
¿Y aun nos culpas de lerdos
calesero
Estando en ti el motivo?
Con comida y sin carga, Con toda la expresión de su dulzura,
Como se ve el rocino, un ruiseñor cantaba
Aprendiéramos luego
Sus corvetas su amor y su ternura,
Y brincos; a tiempo cabalmente que pasaba por la calle
Pero mientras subsista vecina un calesero,
Nuestro infeliz destino, que despreciando tan divino canto
¡Bestia el que se alentara!
Lluevan azotes, lindo;
corrió a escuchar a un loro majadero,
Sorna y cachaza, vamos, no por que hiciese más, ni aun otro tanto,
Para esto hemos nacido". sino porque sin gracia, ni destreza,
como quiera decía:“Chapín de la condesa”.
El ruiseñor, al ver su melodía
por una patarata despreciada,
le gritó: “No perdono:
usted no tiene orejas, camarada”. Debió
gritar el ave con mal tono;
porque el buen calesero avergonzado,
pudo apenas decir: “No, señorito,
el buen gusto mis amos me han formado;
de la niña y su amor se les da un pito
pero el teatro levan a los cielos,
y hay bravos y palmadas a porfía,
cuando hay encantador, diablos vuelos”.
Vaya que el calesero lo entendía.
Fabulas y sus mensajes
"El ruiseñor y el calesero" donde Melgar Las aves domesticas
critica la subordinación de los gustos del
pueblo a los caprichos advenedizos de la Muy soberbios los pavos miraban
gente dueña del poder político y con desprecio a otras aves de cría.
económico. Esta sería la única fábula que Con gran sorna cada uno decía:
Melgar ve publicado, pues las otras salen “palomitas, gallitos… no hay más
a la luz varios años después de su muerte. “Cuando alguna gallina encontraban,
Posteriormente, en 1827, es el periódico ni mirarla: con gran reverencia
El Republicano de Arequipa quien se la infeliz en su augusta presencia
encarga de dar a conocer otras fábulas se postraba, queriendo agradar. Su
más. En forma sucesiva publica siete tertulia los gallos tenían;
"fábulas políticas" según nota de a la paz y a la unión convidaban,
redacción en la que se realza las aún algunos pichones entraban,
cualidades del malogrado paisano Melgar. ¿pero pavos? Ninguno, jamás. Ya los
"El murciélago" y "Los gatos" se imprimen otros sufrir no podía,
el 16 de junio de 1827; "El cantero y el renegaban mirando el ultraje;
asno" y "Las abejas" el 23 y 30 del mismo pero el amo templó su coraje
mes; "El asno cornudo", el 7 de julio de con traerles un buen pavo real. De
1827. Posteriormente, el 27 de noviembre palomas y gallos bien presto
de 1830, se publican "Las cotorras y el se hizo amigo; pretende que luego
zorro", concluyendo con "Las aves haya en casa quietud y sosiego, y a los
domésticas", el 6 de agosto de 1831. pavos intenta ablandar. “Buena maula.
¡Quién viene con esto!”
Años más tarde, específicamente el 13 de le contestan hinchados los pavos.
noviembre de 1891, el periódico “¡Qué avecita!, valdrá dos ochavos;
arequipeño La bolsa pública, tomando a las otras en cuerpo es igual.”No por
como fuente los manuscritos de Martín eso el tal jefe desiste,
Uretra, las fábulas "El Sol" y "El ruiseñor y se arma pronto y un cielo aparece:
el calesero", que ya había sido publicada cuanto bello la luz nos ofrece
en 1813. La última fábula que ha logrado se reúne y le viene a adornar. Mas la
turba, soberbia, resiste:
conocerse es "La ballena y el lobo",
tan bien se arma, se vuelve, pasea
descubierta dentro de un manuscrito
con tal cara de orgullo, aunque fea,
original de Mariano Melgar y que está que los hizo, por fin, reventar. A
guardado en la Biblioteca de Lilly de la patadas y a pico deshacen
Universidad de Indiana, institución que lo su plumaje los gallos airados;
adquirió junto a un legajo de documentos ellos se arman así destrozados;
históricos de América Latina. De este mas ya son un atroz matorral. Si a unos
modo, las fábulas melgarinas son diez en hombres la pompa quitasen
total, aunque otros añaden "El ciego, el los que mandan, en ley de justicia di:
“En los gallos yo no hallo malicia”.
sordo y el mudo", pero por su temática y
¿Y en los pavos?… No es malo callar.
estilo todavía existen dudas que sean de
Melgar".
El asno cornudo Las cotorras y el
zorro
Más de cien cotorras
Un asno desesperado
Haciendo gran ruido,
Por su carga y sus fatigas,
Á robar volaban
Llevó al Padre de los Dioses
Á cierto sembrío.
Un memorial que decía:
El que lo cuidaba
« Es un dolor, Señor Jove
No estaba muy listo;
Que solo de mí se diga
Pero acudió luego,
« El asno, el asno... un buen bruto:
Porque oyó los gritos;
Tiene paciencia »; y me aflijan
Y ni un grano cogen
Con carga y palos, por verme
Los animalitos.
Falto de armas ofensivas.
« Si son muy salvajes »,
Por cierto que con los toros
Impaciente dijo
Otro tanto no se haría:
Un zorro que estaba
¡Que digo toros! un perro,
Por allí escondido:
Aun la más triste hormiguilla
« Yo robo mis pollos
Tiene armas; y por solo esto
Pero despacito;
Con respeto se le mira.
Los gritos despiertan
Solo yo soy el objeto
Al fiero enemigo;
De la crueldad y la risa:
Solo con silencio
Con un par de cuernecillos,
Se logra buen tiro ».
Todo se remediaría. »
Dijo bien el zorro,
Júpiter se los concede;
Yo también lo digo.
Pero, Señor, ¡qué averías!
Bruto á quien hace un cariño,
Fijo se queda sin tripa.
Aun él queriendo rascarse,
Los Gatos
Se rompió media barriga;
Una gata parió varios gatitos,
Y claro está, él nunca lo hizo uno blanco, uno negro, otro manchado;
Por matador y suicida, luego que ellos quedaron huerfanitos
Sino porque tuvo cuernos los perseguía un perro endemoniado;
Y el manejo no sabía. y para dar el golpe a su enemigo
Catástrofe semejante no había más remedio que juntarse,
Me hizo decir, no es mentira, y que la dulce unión fuese su abrigo. Van pues a
reunirse, y al tratarse
Ya que Dios ha dado al pueblo sobre quién de ellos deba ser cabeza,
Voto y fuerza la precisa, maullando el blanco dijo: A mí me toca
Que le den los literatos por mi blancura, indicio de nobleza. El negro
Unas cuantas leccioncitas. contestó: Calla la boca;
el más diestro y valiente mandar debe.
Malo, dijo el manchado, si esto dura
temo que todo el Diablo se lo lleve. Unión y
mande el digno. Esto es locura,
gritó el blanco; y el negro le replica.
Se dividen por fin en dos partidos;
la ira y la turbación se multiplican,
se arañan, gritan, y a sus alaridos
acude mi buen perro y los destroza. Si a los
gatos al fin no parecemos,
paisanos ¿esperamos otra cosa?
¿Tendremos libertad? Ya lo veremos…
Las abejas Más de una hora de sueño se nos quita.
Como ellas tienen seca la cabeza,
Días ha que leyendo un libro viejo Nos despiertan temprano. » « ¡Que simpleza
Escrito por un hombre de consejo, De muchacha! » Dijo una mamantona :
Hallé un rasgo de historia « Lo de hoy mira y pregona,
Digno de encomendarse á la memoria. No hagas cuenta de ayer ni de mañana,
El suceso, no hay duda, es muy extraño: Mañana mandará la que hoy se afana,
Pero es preciso que se cuente este año. Y mil males de ayer hoy no subsisten,
Y por fin, males hay irremediables
Dicen que las abejas ab initio Que por un bien mayor son tolerables.»
No supieron portarse con el juicio
Y buen arreglo de hoy, ni lo pensaron; En reclamar no insisten:
Pero aquellas catorce que lograron Á todas las convence con tal ciencia,
En tiempo del diluvio entrar al arca, Tanto acierto, energía y elocuencia,
Curiosas observaron que el Patriarca Que su error las menores conocieron
Dispuso en ella todo cuanto había Y sin más regañar se sometieron.
Con arte y simetría.
Aquí lobos voraces, allí ovejas: Ciudadanos: Dios solo
Más allá perros, gatos, comadrejas, Puede mandar del uno al otro polo
Elefantes, ratones y mosquitos...., Sin defecto ninguno;
En otra parte lindos pajaritos, Y así aquel importuno
Jilgueros, gallos, garzas, grullas, gansos; Que se lo quiera todo muy cumplido
En el nuevo gobierno establecido,
En otra división trigo y garbanzos, Ó algún descuido entre hombres no perdona,
Maíz, arroz, cebada.... Relea el texto de la mamantona.
¡ Qué cosa tan bien puesta y ordenada !

Á todas agradó su providencia.


Juntárnosle por fin en conferencia.
Dijo la más antigua: « Compañeras,
Confieso la partida: muy groseras
En gobierno y costumbres hemos sido
Nunca en comunidad hemos vivido:
Nadie pensó sino en pasar el día.
Tal vez no faltaría
Quien desease el orden; pero en vano:
Cobijada en la rama de un manzano,
O metida en las pajas de algún techo,
Jamás hacía cosas de provecho,
Ni era dable que á todas persuadiese.
Más hoy que este embarazo no se ofrece,
Y hemos de ser raíz de toda abeja,
Yo como la más vieja
Soy de sentir que luego que salgamos
Una sola familia compongamos:
Una sola casa: las menores,
Como que tienen fuerzas superiores,
Miel y cera de flores exquisitas
Cojan, en tanto que las viejecitas
Ordenamos las cosas de gobierno,
Y para que este entable sea eterno
Pondremos una maestra de novicias. »
« ¡Gran cosa! ¡Bueno! ¡Albricias! »
Gritan todas; y el plan verificaron.
Más vieron fenecer sus alegrías,

Porque dijo de agravio en pocos días


La incauta juventud: « El remo todo
Se nos carga, de modo
Que ya nuestro vigor se debilita:
EL SOL

A la señora María Josefa Rospigliosi,


Subdelegada de Chuquibamba
En el silencio de la noche oscura La Pelimuertada:
Meditaba a mis solas un agravio,
y, no sé si fue acaso ilusión pura Cantó Ercilla al araucano,
Fue verdad, apareciese un sabio Tasso cantó a Godofredo,
De los que Grecia honraron: el gracioso, cantó a Bolívar Olmedo,
El pensador Esopo; y con reposo: y a César cantó Lucano;
"Oye amigo", me dijo, "oye este cuento". vate del codo a la mano,
"Quejóse el Sol a Júpiter un día como me suelen llamar,
Porque el búho vivía descontento
yo también voy a cantar
De su preciada luz y maldecía,
Como la más más que alborote el cotarro,
Horrible y fatal hora, y aunque estoy con un catarro
Esa de la alborada que abre el día, que no puedo resollar.
El claro tiempo de la bella aurora".
Júpiter, por calmar sus desconsuelos, Si epopeyas hacen cien,
"¿no ves, dice, a la reina de las aves, aun los que van a la escuela,
Que vuela a lo más alto de los cielos sobre el muerto y quien lo vela,
Por ver tu luz más viva? ¿Qué, no sabes he de hacerla yo también.
Que Con un tres bon o un tres bien
Esta atención es más que la perfidia no es Béranger quien me ofusca;
De la aves nocturnas? ¿Y su envidia
y aunque la gente parduzca
No te hace honor, en vez de rebajarte?
Anda, y gira contento por tu esfera, después se devane el seso,
Que si el águila real vuelve a admirarte, he de soltar la sin-hueso
Nada importa que un búho hollarte quiera". más recio que la Cuyusca.
"Lo que al Sol dijo J
Upite, te digo:
Gloríate", añadió mi anciano amigo,
Gloríate de ver que honrarte quiso,
Creyéndote de luces adornado,
Esa preciosa niña, que el cielo hizo
Reina en su amable trato y en su agrado.
Esa águila sublime por sí basta
A complacerte, y el furor c
Contrasta
De quien sin causa alguna te desprecia.
Más honor por sí sola ella te ofrece
Que cuanto contra ti la envidia necia
Pudo hacer antes, ni después hiciese».
Dijo Ensopo; y al punto, de mis ojos
Desapareció. Volaron mis enojos;
Cual
Humo se exhaló mi sentimiento;
Y por lo mismo que tu aprecio raro
No merece mi escaso entendimiento,
Lo estimo mucho más, y te declaro
Que me atormento mientras llega el día
En que se muestre la gratitud mía.
agradecimiento, de Ávalos le
concedió su apellido.

 El primer nueva crónica y buen


gobierno
 Cómo Dios ordenó la dicha
historia
 El capítulo de las edades del
mundo
 El capítulo de los papas y su
Felipe Guamán Poma de Ayala reinado
 El capítulo de las edades de los
Fue un cronista indígena del Virreinato indios
del Perú.  El capítulo de los Yngas

El
cronista nació en 1536 (momento de
la primera fundación de Buenos
Aires) en Guamanga, actual
Ayacucho y murió en 1616, en
Huánuco.
Era hijo de Martín Guamán Malqui y
de Doña Juana Curi Ocllo, y nieto
del soberano cusqueño Tupac Inca
Yupanqui.

Según las crónicas de esos


tiempos, Curi Ocllo convivió con
Luis de Ávalos de Ayala, con quien
tuvo a Martín de Ayala, que sería
medio hermano de Guamán y
presbítero. Posteriormente se unió a
Guamán Malqui y nació Huamán
Poma y otros hijos. En una batalla
Guamán Malqui salvó la vida de
Luis de Ávalos de Ayala, en
Pedro Peralta José Faustino Sánchez Carrión

Barnuevo
José Faustino Sánchez Carrión fue hijo
de Agustín Sánchez Carrión y de Teresa
Pedro Peralta Barnuevo fue un sabio Rodríguez y Ledesma. Nació en
del siglo XVI, que cultivó diversos campos Huamachuco, en el actual departamento
del conocimiento, tanto artísticos, como es de La Libertad, en el seno de una
el caso de la poesía, como de las ciencias familia minera.
exactas, dado que también se especializó
en matemáticas. Vivió en la ciudad Inició su formación cultural con
peruana de Lima entre los años 1663 y
maestros privados, de los que obtuvo
1743, y se conoce que dominaba varias
los fundamentos de latinidad y filosofía.
lenguas, tales como el latín, el inglés y el
quechua. Fue un hombre con una
En 1802 pasó a cursar estudios en el
profunda sed de cultura, como lo seminario de San Carlos y San Marcelo
confirmaba su extensa biblioteca personal, de Trujillo, pero dejó su inicial
donde se encontraban tomos de las vocación religiosa y en 1804 se trasladó
temáticas más disímiles. A lo largo de su a Lima para estudiar Derecho en el Real
vida, ocupó importantes cargos, siempre Convictorio de San Carlos, dirigido
relacionados con la investigación y la entonces por el sacerdote Toribio
educación, como ser el puesto de Rector Rodríguez de Mendoza, otro ilustre
de una universidad y su colaboración en precursor de la independencia que
una expedición de carácter científico que
difundía por entonces las ideas del
lo llevó a Francia en compañía de otros
intelectuales.
liberalismo y que José Faustino supo
En cuanto a su producción literaria, resalta
asimilar. Pronto descolló como
su epopeya titulada "Lima fundada o excelente estudiante y de notable talento
conquista del Perú". Aunque no sólo oratorio. En 1810 hizo el elogio poético
incursionó en la lírica, sino también en el de José Baquiano y Carrillo, otro gran
drama, género al cual se acercó con una precursor de las ideas liberales, a quien
visión que fusiona el legado de Pedro admiraba.
Calderón de la Barca con una escritura
más propia del Neoclasicismo francés;
algunas de sus obras de teatro son
"Afectos vencen finezas" y "Triunfos de
amor y poder".

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