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Vera Valdés, Carlos Roberto

Magíster en Historia de Occidente


Asignatura:
Curso: 2º año / Año Académico: 2019
Profesor:

La palabra pintada - Wolfe, Tom

INTRODUCCIÓN
El libro corresponde a una monografía sobre el arte vanguardista a inicios del siglo XX y
su proyección hasta finales del mismo, corresponde historiográficamente a la corriente de la
historia del arte y a la historia cultural, al desarrollar las dinámicas que realizaba “le monde”
como comunidad validadora de artistas y teorías. El autor es Tome Wolfe, periodista y escritor
estadounidense, graduado de la universidad de Harvard y creador del nuevo periodismo.

DESARROLLO

Arte moderno surge en 1900 como forma de protesta contra el realismo del arte burgués,
surgiendo vanguardias como el cubismo, surrealismo y dadaísmo. El cambio que se da en la
perspectiva que se plasma en el arte depende de un nuevo modelo de artista que se caracteriza por
ser libre y sencillo, ya no depende de la nobleza como en el siglo XVII, sino que pertenece a un
círculo de pintores que logran sobresalir de vez en cuando al ser descubiertos por expertos que
pertenecen a un grupo selecto de especialistas denominado “Le monde”.

Le monde es una pequeña aldea de expertos del arte, “Le monde, la esfera social […] el medio de
todos los que juzgan importantes estar al día, una órbita de aristócratas, burgueses adinerados,
editores, periodistas, empresarios, actores todos que desean estar “donde pasan las cosa” (Wolfe
1989, 23), tenía una importante función con respecto a las corrientes artísticas en tendencia, en
ciertas ocasiones encargados de los museos visitaban los lugares bohemios donde los artistas
realizaban su trabajo para revelar las nuevas tendencias, según el autor , esto prácticamente se
transformó en una ritual que se esperaba vehementemente por los jóvenes artistas que esperaban
ser descubiertos, este ritual es denominado por el autor como “danza de los bohemios”, para

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aquello “le monde, los enterados, exploraban la vanguardia y empujaban hasta el Éxito al joven
artista elegido. A principios de cada primavera, dos observadores del Museo de Arte Moderno
[…] se dejaban caer a la calle […] para echar un vistazo a las buhardillas de artistas conocidos o
no, enterarse de todo, hablar con todos y hacerse una idea, en fin, de todo aquello que resultara
nuevo y de interés para montar una exposición cuando llegara el otoño” (Wolfe 1989, 25), a pesar
de ser descubiertos y validados por este grupo selecto de personas, aún era necesario la
consumación del artista que era entregada por un grupo mayor de personas que pertenecían a la
aldea del mundo del arte y permitía que las obras fueran compradas en los diferentes muesos o
para el deleite personal, “La consumación, en la que los enterados, procedente de esa Ciudad, le
monde, exploran los diversos movimientos de vanguardia y conocen a los nuevos artistas
bohemios, escogen a quienes creen más rutilantes, importantes, originales” (Wolfe 1989, 26). Le
monde tenía un rol clave en la promoción de las nuevas corrientes artísticas, pues entregaba el
sustento teórico a las nuevas corrientes y promovían su difusión, transformándose en el nuevo
benefactor.

Los integrantes de estos grupos que apreciaban el arte no solamente se dedican a consumir las
obras, sino que a su vez buscaban pertenecer a la bohemia de este grupo selecto, “Los
coleccionistas de hoy en día no sólo buscan la compañía de los artistas que patrocinan sino que
también quieren mezclarse en sus vidas, pagarles juergas y entrar en sus círculos” (Wolfe 1989,
29), esto último marca una quiebre en la forma de apreciar el arte entre los burgueses del siglo
pasado que solo pagaban por tener en sus salones las pinturas con los nuevos benefactores que se
integran al mundo del artista para ser incluido bajo la categoría de vanguardista e incorporarse a
la modernidad.

Este pequeño y cerrado mundo del arte durante el siglo XX era muy celoso de los que podían
validar las nuevas tendencias, pues el público no es incorporado en estas decisiones, ni siquiera
los periódicos más importantes de Europa o Norteamérica, que según ellos no tendrían la
capacidad real para descubrir los nuevos talentos, por lo tanto estarían limitados a ser el canal que
transmite el hecho consumado que ocurrió en las danza de los bohemios, “Al público que no tiene
injerencias en relación al arte, “al público se le enfrenta a un hecho consumado y a la ya citada
comunicación publicitaria” (Wolfe 1989, 37), a pesar de que el público no puede interferir en las

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decisiones del grupo selecto, los periódicos son los encargados de transmitir esa información a las
masas, para que puedan apreciar las obras, ya sea en sus mismas páginas como en las paredes de
las galerías en que se exponen, sin embargo este grupo no tendría el sustento teórico para apreciar
verdaderamente los cuadros, el menosprecio que Le monde hace de las masas también lo
encontramos en el texto “Los Intelectuales y las Masas” del autor John Carey donde se plasma el
menosprecio que entregan los intelectuales por el escaso nivel educativo de las masas que al no
ser capaces de apreciar la literatura en boga, algunos autores se dieron a la tarea de confeccionar
literatura fácil de entender y que tratara temas de su interés .

El polo donde se concentraba el mundo del arte a inicios del siglo XX cambio durante la segunda
guerra mundial, pues anteriormente se encontraba el Paris, pero con los sucesos se trasladó a la
ciudad de Nueva York, a pesar de que al inicio los críticos tradicionalistas realizar agudos ataques
a las vanguardias un grupo de personas con los recursos necesarios se dieron a la tarea de poner
en la palestra las vanguardias, surgiendo el concepto de chic para hacer referencia a lo moderno.

El constante avance de las vanguardias que cada vez se presentaban más innovadoras que su
antecesor durante todo el siglo XX tuvo una corta pausa durante la segunda guerra mundial, pues
desde el gobierno estalinista en la URSS se realizó un regreso al realismo, especialmente para
recrear las labores diarias de un obrero, “la influencia de la izquierda en el mundo del arte fue
tanta durante la década de los treinta que el Realismo Socialista no fue un sino el estilo de aquel
periodo” (Wolfe 1989, 51), evidentemente gracias al patrocinio estatal esta visión de entender el
arte se antepuso a las vanguardias debido a la ideologización del periodo, generando el
surgimiento de nuevos artistas que prontamente fueron quedando en el olvido tras el regreso de
las calma y de las antiguas tendencias

Con el pasar del tiempo las vanguardias de inicios del siglos XX se renovaron con las nuevas
tendencias y teorías, principalmente Greenberg y Greenberg y Rosenber, que se encargaron de
teorizar una cambio en el arte, surgiendo el expresionismo abstracto en la calle decima de la
ciudad de Nueva York que venía a superar a Paris como sede la modernidad, Greenberg teoriza
sobre la pureza de la pintura plana, entregando una nueva perspectiva del arte, evitando que el
espectador pueda ingresar a la pintura como si fuera una ventana, aunque rápidamente su

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concepción profundizada por Rossemberg, que establece “una teoría que combinaba la pureza
formal de Greenberg con algo que había estado ausente de la pintura abstracta desde los primeros
tiempos del Cubismo Sintético, es decir, el impulso emotivo de la pintura Pre-Moderna.” (Wolfe
1989, 65), a pesar de entregar algunos nuevos matices, en esencia se conserva los mismos
principios, es decir la importancia casi sagrada de lo plano, legando al punto de utilizar pinturas
que no generen grosor en el cuadro. En resumen, estos dos hombres fueron esenciales en la
teorización el expresionismo abstracto “El secreto del asombroso éxito de Greenberg y
Rosenberg fue el no ser críticos convencionales, no eran menos críticos: hablaban como la voz de
la bohemia… y, naturalmente, le monde tenía que escucharlos.” (Wolfe 1989, 61), la influencia
que lograron en el mundo del arte fue tan grande que Greenberg logró ser parte de la daza de los
bohemios al poder descubrir una nueva promesa que reflejara sus principios, esta promesa fue
Jackson Pollock, a pesar de ser alabado por su pintura plana sus obras junto a otras pertenecientes
a la misma corriente tienen el problema de no tener una buena venta, esto provocado por la
excesiva teorización del arte, esto último es muy similar en lo expuesto en el libro “Los
intelectuales y las masas” de John Carey, en donde los intelectuales críticos de que algunos
escritores y periódicos disminuyeran y banalizar sus textos para ser entendidos por la masa,
comenzaron a complejizar más el lenguaje en sus libros con el objetivo que un selecto grupo lo
lograra apreciar, similar a lo que ocurre en el arte, solamente el grupo que pertenece al círculo
logra entender la teoría tras un cuadro.

El arte fue una esfera de constante cambios y renovaciones, de la misma manera que surgió el
expresionismo abstracto de la mano de la teorización de Greenberg, lo va a hacer también el Pop
Art con Steinberg, que a pesar de poder ser considerado realismo a primera vista no lo es “Johns
había escogido objetos reales, tales como banderas, cifras, letras y dianas de tiro al blanco, que
eran planos por naturaleza. Como si dijéramos, nacieron para ser planos. Y precisamente en ese
contexto, Johns lograba algo increíble: incorporar objetos reales a la puntura moderna de manera
que ni violaba la ley de falta de relieve ni aportaba implicaciones literarias.” (Wolfe 1989, 92), a
pesar de que en las pinturas se representan objetos reales estos siguen bajo la ley de lo plano
como sagrado, además no son elementos reales, sino que pertenecen a un sistema de signos
creados por el capitalismo, “los comics, etiquetas y marcas comerciales que gustaban a los
artistas Pop no eran representaciones de una realidad externa. Eran sistemas hechos a base de los

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signos que habían llegado a ser un lugar común en la cultura americana. […] El Pop Art no es
abstracto ni realista, dijo Alloway, aunque tiene contacto con ambas tendencias” (Wolfe 1989,
102), esta teorización legitimaba a la nuevos tendencia recibiendo la validación de “Le monde”
pues “Steinberg, Robin y Alloway habían convertido el Pop Art en algo consumible y lícito”
(Wolfe 1989, 102), aunque también fue apreciada por las masas, pues entendían el sistema de
signos, es similar a lo planteado en el texto “Los intelectuales y las masas” de John Carey
menciona que un sector se encargará de hacer literatura para las masas que traten temas de su
interés y que haga más comprensible los textos.

Aunque Greenberg criticará esta tendencia al considerar que no plasma en esencia los principios
que el ayudo a forjar, pero un planteamiento Greenberg había elaborado anteriormente derrumbó
las críticas, el arte original resulta feo al principio.

Finalmente, las últimas décadas del siglo fue un constante proceso de renovación artística, que en
ocasiones teorizaba demasiado sus principios, uno de los destacados fue el Minimal Art, que
marca el retorno del arte abstracto “Un cuadro tiene que hacerse sólo a base de impecables trozos
lineales y ser captado de una vez, con un solo vistazo, un cuadro ha de ser rápido” (Wolfe 1989,
116), el objetivo era convertir el cuadro en un objeto, como si el marco no existiera.

De la misma manera surge el Op Art, que a través efectos ópticos busca que el arte solamente sea
la experiencia sensorial que ocurre en la mente del observador, esto va a desembocar en que
finales de siglo existan dos estilo de arte moderno que llevaran la teorización al extremo, el
primero que es un arte fugas que no dura demasiado tiempo, un artista va a colocar un arco de
bolsas con aire en el mar para fotografiar su decadencia y el segundo es un arte que no se puede
ver, sino que es la apreciación detallada del artista, ejemplo de aquello es una artista que describe
minuciosamente el proceso de untar mantequilla y azúcar sobre una tostada, en conclusión “el
Arte Moderno de finales del siglo XX se aproximaba a la consumación de su desino: convertirse
nada menos que en pura y simple literatura” (Wolfe 1989, 125).

CONCLUSIONES

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El siglo XX fue un período vertiginoso para el arte, constantemente se realizaran
renovaciones teórica con respecto a la tendencia antecesora, el proceso fue iniciado por las
vanguardias en la década de 1920, luego continuado por el expresionismo abstracto, masificado
con el Pop Art y finalizado con tendencias que se inclinan hacia la literatura como el Op Art y el
Minimal Art.
El mundo del arte es decidido entre un grupo selecto de personas que pertenecen “Le
monde”, grupo encargado de validar y descubrir a las nuevas promesas del arte y las
renovaciones del mismo, este proceso es llamado por el autor como “danza de los bohemios”,
aunque le seguía una segunda etapa que consistía en la consolidación del artista en la aldea del
arte.
El arte validado por “Le monde” requería un trasfondo teórico que fue dado por
personajes como Greenberg, Rosenberg y Steinberg quienes volvieron transformaron el proceso
de contemplación de una obra en algo complejo y sólo permitido a un grupo selecto de personas,
algo muy similar a lo expuesto el libro “Los intelectuales y las masas” de John Carey, donde el
grupo de intelectuales se encamino a complejizar la literatura para excluir a las masas, que
gracias a la educación demandaban el consumo de este tipo de material, los intelectuales son a su
vez muy críticos de los medio de comunicación y de algunos autores que están produciendo
literatura orientadas a la masas, de la misma forma que lo hicieron los artistas de Pop Art que a
pesar de tener una teoría orientada en la representación plana de símbolos no realistas fue fácil de
entender y consumir por las denominadas masas.

BIBLIOGRAFÍA

6
ARTOLA, M. (dir.): Enciclopedia de Historia de España, Madrid, 1993, 7 vols.
BLEIBERG, G. (dir.), Diccionario de historia de España, Madrid, 1962, 3 vols.
KINDER, H. y W. HILGEMANN: Atlas histórico mundial, Madrid, 1996, 2 vols.
VILAR, P.: Iniciación al vocabulario de análisis histórico, Barcelona, 1982.

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