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Las estadísticas previamente analizadas nos informan que la cantidad de residuos sólidos

generados por los habitantes en todo el planeta continúa avanzando, como resultado de una
sociedad consumista que tradicionalmente ha generado residuos inaprovechables, ignorando
además los problemas asociados con su disposición final.

Creemos que importante mostrar a continuación la composición general de los residuos, que,
es similar en todas las sociedades industrializadas alrededor del mundo. A pesar de su
presencia universal en los hogares modernos, los plásticos contribuyen sólo con el 7% en peso
a la cantidad total de residuos domésticos, contra un 30% de orgánicos, 25% de papel y cartón,
10% de vidrio, 10% de textiles, etcétera.

El volumen de los plásticos en los residuos sólidos es difícil de calcular, debido a su capacidad
para ser compactados; sin embargo, oscilaría entre un 10 y un 30 por ciento en los residuos
domésticos. Sin los plásticos, este volumen se elevaría en un 250 por ciento, sencillamente por
la cantidad mayor de materiales alternativos que se requerirían para suplantar mínimas
cantidades de plástico.

(Ecoplas)

A pesar de la baja proporción de participación en el total de RSU y de que son materiales


vitales en muchas aplicaciones, con una fácil disponibilidad a todos los sectores de la
población, favorables en su relación costo-beneficio y sus amplias posibilidades tecnológicas,
su disposición irresponsable en el medio produce gravísimas consecuencias.

Creemos que los platicos son los que deberían captar nuestra atención para esta investigación
ya que a diferencia de los demás desechos “que las naturaleza puede reciclar”, este material
no se degradan en forma natural o son de muy lenta descomposición.
El crecimiento demográfico a pasos agigantados, el avance de la urbanización y la expansión
del consumo bajo la modalidad de usar y descartar provocaron un crecimiento exponencial de
estos residuos. Su posible acumulación en los próximos años produciria graves efectos sobre el
entorno, traducidos en contaminación y degradación.

A nivel mundial se estima que se produjeron hasta el 2017 se produjeron 8.300 toneladas de
plástico virgen. Hasta 2015, se generaron 6.300 millones toneladas de residuos plásticos
aproximados. De ese total solo el 9% se ha reciclado, 12% incinerado y el 79% restante se
acumulo en vertederos o recintos naturales.

La situación mundial es dramática, más aun teniendo en cuenta que la producción de plásticos
se acercará en 2020 a los 350 millones de toneladas (un 900% más que en 1980). Y si se
continua esta producción se estima que para 2050 habrá aproximadamente 12.000 millones
de toneladas de basura plástica en vertederos o el medio ambiente.

(Roland Geyer, Science Advances Julio 2017)

Con la cantidad de plástico que se produjo en los últimos 65 años podría ser cubierto
totalmente todo el territorio de nuestro país explico Greyer a Jonathan Amos, corresponsal de
Ciencia de la BBC.

Se ha responsabilizado de la contaminación de los recursos naturales y la variedad de los


problemas ambientales principalmente a las industrias, y estas, especialmente el sector de la
industria plástica, lejos de eludir el problema, asumieron su responsabilidad ambiental y
procuran sumar su aporte hacia un programa sistemático y sostenible de gerenciamiento de
los Residuos Sólidos Urbanos.

Esto no solo es impulsado por el cuidado y preservación del medio ambiente si no que las
empresas están dejando obsoleto el tradicional sistema de producción: el de producir,
consumir y tirar. Como alternativa, están adoptando un nuevo modelo circular: el de reciclar,
reutilizar y reducir. En Argentina muchas pymes buscan sumarse y liderar este nuevo
paradigma productivo. Por ahora, solo el 13% de esas empresas realiza alguna acción circular.

Sin embargo a pesar del esfuerzo de reciclar y reutilizar por parte de la industria de acuerdo a
cifras del Banco Mundial, el manejo de los residuos plásticos en Argentina también encuentra
en una situación preocupante: de las 2.705.318 toneladas de residuos plásticos que se
generan, 272.967 no se recolectan. Dentro de los residuos plásticos que sí son recolectados, el
71% se distribuye en los rellenos sanitarios mientras que el 23% termina en vertederos de
basura sin regular, que generan un riesgo latente. Solo el 5% del total de los residuos plásticos
generados se reciclan, posicionando al país dentro de los 25 países que más desechos plásticos
produce.

(Banco Mundial,2018)

Por su parte las entidades nacionales coinciden con las cifras, según Ecoplas "en el país sólo el
24% de los residuos plásticos se recupera” y en la ciudad de Córdoba apenas se recicla el 0,5
por ciento de las 744 mil toneladas que se recolectan.
(comercio y justicia, 2018)

Sin embargo el inconveniente no radica en que la industria recicladora no tiene la capacidad


para absorber las cantidades de plástico desechado, el problema es que no se logra calidad,
cantidad y continuidad en el plástico que llega a la industria recicladora, siendo que en esta
hay una capacidad ociosa del 50%.

Esto se debe principalmente por la baja separación de residuos en el hogar. Siendo que al
año, una persona consume 42,3 kilos de plástico, y el 24% de los residuos plásticos
posconsumo doméstico se puede reciclar.

(Comercio y Justicia,2108)

Desde los albores de la historia, la especie humana se ha esforzado por crear materiales

que ofrezcan beneficios de los que carecen los materiales naturales. La evolución del

plástico empezó con el uso de materiales naturales que tenían propiedades plásticas

intrínsecas, como la laca o la goma de mascar. El paso siguiente en la evolución del

plástico fue la modificación química de materiales naturales como el caucho, la

nitrocelulosa, el colágeno o la galalita. Finalmente, la gran diversidad de materiales


completamente sintéticos que reconocemos como plásticos modernos empezaron a

aparecer hace unos 100 años.

Gracias a los avances en distintas materias relacionadas con la vida diaria de las

personas, cada vez encontramos más facilidades en ámbitos diversos. Es el caso de los

plásticos, que han hecho nuestra vida más fácil, más limpia y más agradable. Hay

plástico en prácticamente cualquier lugar al que miremos, de una forma u otra: envases,

ropa, edificios, automóviles, dispositivos médicos, muebles, etc. A través de materias

primas como el carbón, el petróleo o la celulosa, se obtiene este material sintético, que

en la actualidad tiene múltiples usos debido a su versatilidad y la característica que lleva

su nombre mismo: que se puede moldear. Sus propiedades aislantes —térmica y

eléctrica—, así como su resistencia a la corrosión de muchas otras sustancias, lo han

convertido con el paso del tiempo en el material favorito para usar en prácticamente

todo lo necesario para la vida moderna.

Aunque el uso de los polímeros ha existido desde hace muchísimo tiempo, los plásticos

que conocemos en la actualidad datan de hace alrededor de cien años y tienen un coste

de producción muy bajo, lo que permite que se adapten a todas las necesidades y

desafíos que han ido encontrando a su paso. La industria del plástico comenzó a

desarrollarse en cadena en 1909, cuando se produce el primer polímero sintético y,

además, un moldeado del plástico que permite comercializar diversos artículos. A partir

de ese momento, la producción en cadena de este material no ha hecho más que

aumentar; al ser tan resistente, es altamente versátil. Ver figura 7.

Esta producción en masa consecuentemente dió lugar a lo que se conoce como

“polución por plástico”. Un fenómeno que da cuenta de las dimensiones de la gran


contaminación generada por el ser humano, resultado de los desechos plásticos, son las

llamadas islas de basura o también sopas de plástico e islas tóxicas. Estas no son más

que plástico acumulado en un lugar concreto del océano, donde se crea una plataforma

artificial. La más famosa y preocupante es la “gran mancha de basura en el Pacífico”,

creada por la acción de las corrientes marinas —en concreto por el giro oceánico del

Pacífico Norte—, que agrupa la basura acumulada a lo largos de estos años, en un punto

relativamente constante. A principios de 2018 se calculó que el tamaño de esta isla

supera el territorio de Francia, Alemania y España juntas, alrededor de 1,6 millones de

km2. En otros lugares, casi siempre islas, la pobre gestión de los residuos empeora por

un sector turístico que duplica o triplica la población local. Es el caso de las islas

Maldivas y su isla vertedero, Thilafushi, a donde va a parar toda la basura sin

separación previa o tratamiento. Allí llegan 330 toneladas de desperdicios al día,

especialmente desde las islas resort. El depósito de metales pesados tóxicos como el

mercurio o el plomo, además de los plásticos, pone en grave riesgo la ecología marina y

los arrecifes de coral de los alrededores.

Contexto Mundial
El informe publicado previamente a la reunión clave de la Asamblea de las Naciones

Unidas para el Medio Ambiente (UNEA) advierte que al ritmo de producción y

consumo actual 104 millones de toneladas adicionales de plástico van a contaminar

nuestros ecosistemas para el 2030. (Vida Silvestre 2019).

Los desechos de plástico están llenando los océanos y constituyendo el 90 % de los

detritos marinos. Tan sólo en 2016, en el mundo se generaron 242 millones de toneladas

de desechos de plástico, el equivalente de unos 24 billones de botellas de plástico de

500 ml. Con el volumen de agua de estas botellas se podrían llenar 2400 estadios
olímpicos, 4,8 millones de piletas olímpicas, o 40000 de bañeras. Dicho número de

toneladas también equivale al peso de 3,4 millones de ballenas azules adultas.Y eso es

tan sólo el 12 % del total de desechos generados anualmente. (Banco Mundial 2018)

De acuerdo con las estimaciones de la ONU, cada minuto se compran un millón de

botellas de plástico y, al año, se usan 500.000 millones de bolsas.

Casi una tercera parte de todos los envases de plástico salen de los sistemas de

alcantarillado y ocho millones de toneladas acaban en los océanos cada año,

amenazando a la vida marina. consecuencias:

Un reporte sobre el Ártico concluye que, incluso si el mundo redujera las emisiones en

línea con el Acuerdo de París, las temperaturas invernales en el Ártico aumentarán de 3

a 5°C para 2050 y de 5 a 9°C para 2080, devastando la región y desatando aumentos en

el nivel del mar en todo el mundo. El rápido deshielo del permafrost podría incluso

acelerar el cambio climático y descarrilar los esfuerzos para cumplir el objetivo del

Acuerdo de París de limitar el aumento de temperatura global a 2°C.

Mientras tanto, el sexto informe Perspectivas del Medio Ambiente Mundial, la

evaluación más exhaustiva y rigurosa sobre el estado del planeta, advierte de que

millones de personas podrían morir prematuramente a causa de la contaminación del

agua y del aire para 2050 a menos que se tomen medidas urgentes.

Contexto Nacional- Provincial


A nivel nacional la situacion de el manejo de residuos plásticos presenta un panorama

preocupante, cada argentino consume 42 kilos por año.

De las 2.705.318 toneladas de residuos plásticos que se generan en el país, 272.967 no

se recolectan. Mientras que dentro de los residuos plásticos que sí son recolectados, el

71% se distribuye en los rellenos sanitarios mientras que el 23% termina en vertederos

de basura sin regular, que generan un riesgo latente. Solo el 5% del total de los residuos
plásticos generados se reciclan, posicionando al país dentro de los 25 países que más

desechos plásticos produce. (Banco Mundial 2018).

Unos de las mayores consecuencias que atenta con nuestro ecosistema es la

contaminacion de rios, lagos y mares del territorio Argentino que se pueden ver

reflejados en el censo de Basura Costera realizado el 15 de Septiembre de 2019 el 82%

de los residuos no orgánicos corresponde a residuos plásticos.

En nuestra Provincia los datos siguen siendo desalentadores sólo en la ciudad de

Córdoba apenas se recicla el 0,5 por ciento de las 744 mil toneladas que se recolectan.

Ante este escenario negativo los gobiernos, empresas y ONU han redoblado sus

esfuerzos para aumentar el reciclaje de plásticos e implementar alternativas

biodegradables sin embargo la tasa de reciclaje en la Argentina sigue siendo baja:

225.000 toneladas recicladas al año sobre un consumo total de 1.613.000 toneladas en

2017, es decir, en el país sólo el 24% de los residuos plásticos se recupera aunque hay

una capacidad ociosa en la industria recicladora del 50%.

En resumen consideramos que es un tema del cual se puede trabajar y mucho, por el

bien de nuestro planeta y el devenir de las futuras generaciones.

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