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La sexualidad en la época del Chile

Colonial

Facultad de Filosofía y humanidades


Curso: Chile colonial
Profesor: Felipe del Solar
Ayudante: Josselin Aranda
Integrantes:
● Melania Correa
● Sofía Henríquez
● Ariel Hidalgo
● Javiera Ibarra
● Rolando Ormazábal
● Javier Santis
● Fernanda Soto
Fecha de entrega: Lunes 1 de Julio 2019
Índice

Introducción…………………………………………………………………....páginas 2
Desarrollo……………………………………………………………………...página 3
Implicación sexual del cuerpo…………………………………………………páginas 3 - 4
● Cuerpo mercancía, la condición sexual de las esclavas páginas 4 - 5
Honor Agonal: lenguaje social de la sexualidad……………………………....páginas 5 - 6
● La masculinidad del machi páginas 6 - 7
Buen amor……………………………………………………………………..páginas 8 - 9
Mal amor: la sexualidad soterrada…………………………………………….página 10
● Sodomía páginas 10
Conclusión…………………………………………………………………….páginas 11

1
Introducción
La colonia comprende la conquista y el establecimiento de una sociedad española que
provocó un complejo juego de mestizaje entre aculturación y transculturación1, ya que se
introdujeron mecanismos de sujeción que facilitaron y entregaron poder a una cultura sobre
otra, es decir, la española sobre los pueblos indígenas, diluyendo progresivamente sus
identidades en diversas áreas de la vida.
En este trabajo desarrollaremos como tema de estudio la sexualidad en la época
colonial chilena, específicamente entre los siglos XVII y XVIII. Con el fin de entender y
analizar cómo en esta época la sexualidad se observa como un tema tabú, llena de prejuicios
sociales y cargas morales que han perdurado alrededor de tres siglos en nuestra cultura y
sociedad, en los cuales se ha establecido que la sexualidad heteronormada y estigmatizada es
la herencia católica y moral con la que la Iglesia logró permear y así tener un control sobre
las relaciones sociales en la Colonia.
Hoy en día, los estudios del concepto sexualidad tiene múltiples dimensiones, por lo
que en este informe, al referirnos a dicho concepto, hacemos referencia a la construcción
subjetiva e imaginaria donde interactúan las pasiones humanas, los sentidos biológicos y
estados psicológicos, además de los factores sociales, políticos y económicos, los cuales,
desde la perspectiva de Foucault, se aplican en los cuerpos físicos para encasillarlos a un
comportamiento sexual.2 Es importante recalcar que, como consecuencia de que los enfoques
teológicos se hicieron cargo del término sexualidad, desde mediados de la Edad Media hasta
el siglo XIX, por lo que la historiografía sobre los estudios de género, en la que se desarrolla
el término sexualidad, es relativamente reciente.
Por eso, realizaremos un análisis bibliográfico crítico, en donde consideraremos las
tesis expuestas en diversos textos y examinaremos las fuentes que estos utilizan y aquellos
elementos que no son considerados a la hora de trabajar la temática de la sexualidad en el
período colonial.

1
Boccara, G. Los vencedores: historia del pueblo mapuche en la época colonial, IIAM, 2007.
2
Foucault, M. Historia de la sexualidad, Siglo XXI, Vol.3, 2001.

2
Desarrollo
La sexualidad en la sociedad indígena antes de la dominación española, consistía en la
poligamia. En relación a esto, Bengoa, explica que los mapuches tenían un sistema de
matrimonios3 donde cada hombre buscaba mujeres para comprar en otras familias, es decir, el
sistema de dote. De manera que, se lograban emparentar con numerosos clanes de la región,
lo que generaba un fortalecimiento de base en la sociedad mapuche, ya que estas alianzas
consolidaron riqueza y economía, además de la entrega de ayuda en tiempos de guerra, por lo
cual la poligamia es la base de sustento para la conformación socioeconómica. Sin embargo,
la dominación española le entregó una carga peyorativa a esta práctica y mediante la
evangelización y la reproducción del sistema patriarcal del antiguo régimen, intentaron
romper con este esquema, afectando y debilitando a la composición sociocultural, política y
familiar.
Ya con una sociedad mestiza en aumento y una evangelización en reproducción, las
pautas de comportamiento cotidiano y orden social católicas, se establecen como leyes
morales que combinadas al poder político, serán tanto reguladas como sancionadas, de modo
que, se establece lo prohibido, ilícito y el pecado. En contraste, lo ideal y legal, es un perfil de
buen cristiano y, precisamente en este punto se encuentran los distintos trabajos sobre la
sexualidad colonial. La influencia de la cristiandad y control institucional de la Iglesia en la
relaciones sociales, permea y disciplina las pautas de vida​, ​ya que la Iglesia, acepta
oficialmente que el sacerdote tenía la responsabilidad de velar por la moral pública,
cumpliendo el rol social de ser policías del orden moral y costumbres4, de una sociedad
colonial en donde encontramos distintos actores que vivían y serían regulados por leyes
morales y legales que impuso la Iglesia, la inquisición y gobernación.

Implicación sexual del cuerpo


Para el periodo colonial, el cuerpo era comprendido como una unión entre cuerpo y alma,
carne y espíritu. Esto, ya que la carne es el cuerpo que corrompe, por ende, no todo cuerpo es

3
​Bengoa, J. Historia del pueblo mapuche: siglo XIX y XX, Santiago de Chile, Ediciones sur,
2000.
4
​Aliaga, F. La Iglesia en Chile. Contexto histórico, Santiago de Chile, Ediciones
Paulinas​,1​ 989, pp.86

3
5
carne, aunque toda carne es cuerpo . El cuerpo, en tanto carne, es la contaminación y peligro
lo que radica en la corrupción.
El cuerpo, según Araya, pasó a ser un tema de tabú, y tanto lo sexual como lo sensual
es un asunto que debía ser controlado6. Sin embargo, se presentan distinciones entre mujeres
y hombres, ya que son las mujeres que engendran a los niños y las encargadas de la
mantención del orden social y simbólico7, además de ser las portadoras del gen pecador, por
lo que su cuerpo necesita más vigilancia y necesidad de ser purificado, ya que la pureza
femenina se guarda celosamente, a diferencia de la pureza sexual masculina donde no aplica
8
esa responsabilidad .
Es así, que el cuerpo femenino se encuentra en un constante conflicto, debido al rol
que cumple dentro de esta sociedad de castas, como lo es la colonial. Es la mujer quien es
capaz de mantener esta división en los límites, pueden ser la puerta de entrada o salida de una
casta, puesto que en ellas está sostenida la pureza de la sangre. Por ende, las mujeres son
dotadas indirectamente con un poder político-religioso bastante significativo del cual el grupo
dominante era bastante consciente, ya que en ellas se sostiene la mantención del orden social
y simbólico.
La castidad es un dispositivo de control social, de orden, de inmutabilidad9, es decir,
es considerada un código de pureza en la época colonial, que logra mantener dentro un grupo
los privilegios dados por mandato divino, es por esto que el mestizaje es considerado la
mayor de la impurezas ,ya que, esto rompe con este principio y puede llevar al mundo a la
pérdida del equilibrio establecido, lo cual convierte al mestizaje en un problema sociopolítico
que es tomado por lo religioso hacia esta nueva concepción de la sexualidad. Por otro lado,
dentro de este sistema colonial, las monjas son un ejemplo de vida, y a la vez una conexión
entre lo divino y lo terrenal, ya que sus prácticas permiten mantener sus cuerpos alejados de
lo carnal, por lo que están bien catalogadas a los ojos de la Iglesia.
● Cuerpo mercancía, la condición sexual de las esclavas negras

5​
Araya, A. La pureza y la carne: el cuerpo de las mujeres en el imaginario político de la
sociedad colonial, RHSM. N°8, Vol. 1, 2004, pp. 70.
6​
Araya, A., La pureza y la carne, 70.
7​
Araya, A., La pureza y la carne, 75.
8​
Araya, A., La pureza y la carne, 76.
9​
Araya, A., La pureza y la carne, 82.

4
Como se mencionó con anterioridad, la sociedad colonial chilena es una sociedad de castas,
lo cual se refleja en la categorización que existe para las mujeres, dentro de esta jerarquía se
encuentran las mujeres negras que habían sido esclavizadas y traídas a América. Al igual que
el general de las mujeres, sufría de diversos estigmas, sin embargo, las mujeres negras al ser
mercancía de un patronazgo debían servir sexualmente a éste cuando lo quisiera, ante este
contexto, se desarrolla el Derecho al pudor, que buscaba que esto no ocurriera, no obstante la
finalidad que tenía era “más bien para controlar el mestizaje y preservar el orden familiar”10.
Por lo que claramente la sexualidad de estas mujeres no solo representaba una vergüenza,
sino que también, las mujeres esclavas negras no tenían control de su cuerpo, no gozaban de
libertad sexual11.

Honor Agonal
Ahora bien, para la sociedad colonial hispánica-criolla del siglo XVIII, era muy importante la
reputación pública y la opinión de los otros, así como también el status que se representaba
ante el público. Es en este sentido, es que Verónica Undurraga, en “Los rostros del honor”
nos menciona la importancia del honor agonal, que es aquella cualidad moral ganada
mediante la lucha pública. En el texto previamente mencionado, se plantea que el honor
asumió diversos “rostros” como forma de representación. Uno de esos rostros estuvo
construido sobre el ​capital heredado12 ​que recibían hombres y mujeres. En tanto, otro rostro,
se fundó en apreciaciones que otros realizaban, como suerte de mediadores de reputación. Un
tercer rostro, la autora señala que ya no estuvo vinculado a las herencias ni a los juicios
ajenos, sino que se erigió sobre un modelo conductual regido por lógicas de contención y
moderación.13 Esta vez, se trata de una representación social eminentemente masculina en
que las mujeres fueron objetos antes que sujetos de honor, considerando que dentro de los
parámetros de la cultura patriarcal de las mujeres, en cuanto objeto de la dominación,
adquirieron un carácter instrumental dentro de las lógicas de competencias masculinas. Esto
implicó que el comportamiento femenino incidiera en las cuotas de honor a la que los
hombres aspiraron, dentro de un juego violento del que ellas fueron marginadas.

10 ​
Soto, Rosa: “Matrimonio y sexualidad en las mujeres negras de la colonia”. Nomadías.
Monográficos, Santiago de Chile, Universidad de Chile, 1999 N°1.
11 ​
Soto, Rosa: “Matrimonio y sexualidad en las mujeres negras de la colonia”.
12
​Undurraga, Verónica. Los rostros del honor, 2012, 257.
13
​Undurraga, Verónica. Los rostros del honor, 2012, 257.

5
Ahora bien, dentro de la estructura social colonial, el honor agonal -que previamente
se consignaba como ​honor-hombría​- se encargaba de resaltar lo masculino dentro de la vida
social. De esta forma, en la necesidad de desvincularse de lo femenino y de afirmar una
identidad única y hegemónica, el modelo masculino resaltó las expresiones de rudeza y
agresividad.14 Es en este aspecto, en que radica la estrecha vinculación entre el honor y el
valor, así como también entre cobardía y deshonor.
Sumándose al despliegue de la fuerza física, se sumó otro aspecto para recalcar de la
masculinidad por sobre lo femenino, esto es, la sobrevaloración de la potencia sexual, que se
manifiesta en la fidelidad de la esposa, así como también en la capacidad de exhibir
conquistas femeninas.
En definitiva, los elementos del honor agonal mencionados previamente, se
consideran como símbolos de una sexualidad eminentemente masculina, en la cual, la
sociedad colonial, dejaba en claro que la mujer solo era un objeto de honor más, que sujetos
propios del honor. Finalmente, debemos entender el honor agonal como una herramienta
masculina para tener control sobre la sexualidad, a través de expresiones de rudeza y
agresividad, la sobrevaloración de la potencia sexual masculina y la estimación de la astucia
en los juegos públicos. Todos elementos propios de una sociedad patriarcal imperante.
● La masculinidad del machi:
Situamos esta temática dentro del honor agonal por cómo moldea y se cuestiona un rol dentro
de la estructura social reche (o mapuche), como se refiere Bacigalupo A. en el texto, desde
una mirada de los cronistas españoles y cómo esto afecta en la concepción social de las
prácticas tanto rituales como medicinales reche, protagonizado por los denominados Machi
Weye. Por otro lado, la justificación para que estos cronistas españoles cuestionen y terminen
resignificando la labor machi, principalmente Francisco Núñez de Pineda y Bascuñán, militar
y jesuita, criollo nacido de un conquistador español de renombre y honor, fue su instrucción
al alcance de su mano, es decir, la española, jesuita y cristiana. Entonces, Francisco N. tras
ser tomado prisionero por los mapuches, asocia las prácticas que vivencia en los rituales
machi con prácticas de satanismo, posesiones del diablo, perversión. Llamando a estas
prácticas por como él las conocía, las de un puto15. ​Siendo este uno de los únicos cronistas

14
​Undurraga,
Verónica. Los rostros del honor. 2012, 258.
15
​Bacigalupo, A, La lucha por la masculinidad del Machi: ​políticas coloniales de género,
sexualidad y poder en el sur de Chile, 2003,​ pp. 30.

6
que se refieren a estas temáticas en el siglo XVII, marcando así con calificaciones, desde lo
cristiano, del diablo, aberrantes para el honor de la sociedad española.16
Entender que la estructura colonial española tiene una predominancia de estructura
patriarcal, donde el rol del hombre como sostenedor de la institución familiar es importante,
ya que también se visionan a sí mismos como una masculinidad a través de un ideal
caballero, militar y de deseo heterosexual. Entonces, bajo la misma formación, el cronista
mencionado no logra comprender las prácticas del machi weye, así como su vestimenta como
algo propio y necesario para el funcionamiento cultural y social de lo mapuche. Hay que
aclarar también, que Bacigalupo diferencia al machi del machi weye, hablando del segundo
generalmente para referirse a la realización de rituales, los cuales eran mayormente
percibidos como los actos de sodomía o demoníaco. También, se nos aclara que a pesar de
que estas vivencias son las que terminan por concebir de manera afeminada al machi, es
claramente instrumentalizada por quienes mantienen el poder, así cuando el ejército español
no pudo contra los mapuches en la fase ofensiva de la conquista en Chile al sur del Biobío, se
mostró una imagen mapuche enaltecida, masculina y de características militares. Entonces
podemos ver como el honor se justifica a través de la sexualidad y se instrumentaliza por los
colonos, para así mostrarse al mundo con ventaja por sobre los pueblos indígenas presentes,
quienes no dominaban en la época los medios escritos, como así lo hacían los españoles o
criollos hijos de conquistadores, o bien para justificar derrotas ante estos​.
El buen Amor:
En cuanto a lo que se refiere sobre el buen amor, podemos hablar en torno al texto de René
Salinas e Igor Goicovic, “Amor, violencia y pasión en el Chile tradicional 1700-1850”, el
cual nos delimita las nociones que entregaba la sociedad sobre el buen y el mal amor como
un constructo social, confeccionado entre el Estado y la Iglesia, con el fin de perpetuar y
reproducir el modelo tradicional patriarcal del antiguo régimen, así como sus diferencias de
género fundamentadas en dichos de la Iglesia, que asume que el hombre era superior a la
mujer naturalmente, solo por el hecho de ser hombres.

Bacigalupo, A, La lucha por la masculinidad del Machi: políticas coloniales de género,


16 ​

sexualidad y poder en el sur de Chile, 2003, pp.32:​“El hecho de diferenciar entre los
españoles y los indígenas, el cristianismo y la brujería, la sexualidad reproductiva y la
sodomía, y la masculinidad y el afeminamiento se convirtió en un una manera de controlar
los límites entre un español privilegiado y un abyecto indígena machi.

7
El amor recién se comienza a trabajar a mediados del siglo XIX17, pero el proceso de
transformación que vive el matrimonio y la familia, abarca desde el siglo XVII al siglo XIX,
por lo que hay que tener en cuenta que la idea del matrimonio no se regía por temas
sentimentales, sino más bien, estaban destinados a perseguir los intereses económicos de las
familias, para fortalecer el linaje o bien, para establecer alianzas políticas más cercanas.
Incluso el término de familia comienza a cambiar a durante el siglo XVIII18, debido a que
hay una nueva forma de ver las conexiones sanguíneas, ya que el poder absoluto de decidir
por sobre su esposa e hijos recae únicamente en el padre, y también se asignan nuevas
funciones: el padre como sostenedor y guía de la familia, la mujer, en sus funciones
reproductoras y al servicio de su esposo y crianza de sus hijos. Ya entrando en el siglo XVIII,
podemos comenzar dilucidar los primeros vestigios de acuerdos conyugales que presentan el
amor como razón de unión, aunque eran los menos debido al carácter jurídico que tenía la
mujer en la sociedad colonial; que la imposibilitaba de tomar cualquier decisión, puesto que,
según Salinas, era vista como una eterna menor de edad, y por lo tanto, debía estar bajo la
tutela de su esposo19 o de su padre en caso de ser soltera.
Ahora bien, el buen amor podemos definirlo como una construcción social de la moral
cristiana, la cual se encarga de normar el comportamiento que debían tener las parejas dentro
y fuera del matrimonio, además de sus conductas sexuales y sus roles según sus géneros. De
este modo, se encargaban de reproducir los lineamientos de poder que ejercía el antiguo
régimen, que se reflejaban en las sociedades y en los matrimonios en específico. Salinas y
Goicovic, ocupan a Teresa Lozano para definirlos por medio de las conductas más repetitivas,
los esposos tiranos o autoritario junto al redentor y paternalista20. En cuanto a sus conductas
sexuales, estaban estrechamente normadas por la Iglesia y la sociedad, estableciendo un
carácter meramente reproductivo, para evitar caer en la lujuria y las conductas pecaminosas,
dejando a los esposos como sostenedores económicos de las familias y como jefes de
hogares, que trabajan de día y de noche, encargándose de sus labores reproductivas junto a la

17
Cavieres, E. Amor, sexo y matrimonio en Chile tradicional. La sociedad colonial vista desde
la vida cotidiana, Valparaíso, Instituto de Historia y Vicerrectoría Académica de la
Universidad Católica de Valparaíso, 1992, pp.88.
18
Cavieres, E. Amor, sexo y matrimonio en Chile tradicional. La sociedad colonial vista desde
la vida cotidiana, 87.
19
Goicovic, I., Salinas, R. Amor, violencia y pasión en el chile tradicional, 1997, pp.241.
20
Ibid

8
mujer, quien debe enclaustrarse en la vida hogareña, limitándose a ejercer tareas de cuidado
de los hijos y mantenimiento del hogar, para que su esposo solo se preocupase de sus labores
reproductivas y de corregir a sus hijos y esposas cómo les permite la Iglesia21.
Por otro lado, el amor de pareja solo era posible de concebir dentro del matrimonio
cristiano, cualquier otro tipo de manifestación del afecto y/o las pasiones era mal visto y
catalogado de pecado, por lo tanto, el amor al ser relacionado con el matrimonio era el
impulsor de la familia tradicional y este estaba entrelazado con el concepto de fidelidad y
respeto hacia su pareja, al menos para las mujeres, ya que, se entiende que la sexualidad
femenina le pertenece a su marido y es supervisada por la sociedad22, ya que, dentro de este
período se entiende que la mujer es pecaminosa por naturaleza, y que el hombre, como
esposo, debe velar por cuidar la virginidad y el honor femenino. Los autores usan a Lavrin
para catalogar estos dos conceptos como “frágiles bienes”23.
En otras palabras el “buen amor” es solo una serie de normas que coartan el accionar,
la autonomía, la libertad y la sexualidad de las mujeres para mantener los cimientos de la
sociedad autoritaria y patriarcal defendida por el Estado y la Iglesia, de hecho, las críticas que
más se repetían hacia las mujeres eran la desobediencia a su esposo y la búsqueda de
independencia y mayor autonomía.
Mal amor:
Esta categoría surge desde el discurso moralizador y vigilante que contenía el desarrollo del
afecto y del amor pasional, es decir, evitar o perseguir la sexualidad soterrada aquella que se
practica de manera oculta. El mal amor, denominado por el discurso católico, surge en los
espacios donde la institucionalidad vigilante y las autoridades civiles no tiene mayor alcance,
como las zonas rurales donde los grupos sociales son reducidos, como por ejemplo,
campamentos mineros o estancias de peonaje denominados caseríos en construcción, donde
los desplazamientos masculinos son comunes, por ende, los espacios de sociabilidad
colectivas se dan en la cantina, el rancho, la plaza, estos espacios sin urbanización
propiciaban la libre sexualidad. Fernandez Lara en ​Vida erótica ​y sodomía en la sociedad
colonial del siglo XVII,​ cita a Gabriel Salazar para precisar:

21
Ibid
22
Goicovic, I., Salinas, R. Amor, violencia y pasión en el chile tradicional, 1997, pp.243.
23
Ibid

9
“…muchos hombres, especialmente jóvenes se hallaron incapacitados, por la
situación económica en que estaban inmersos, de establecer una relación transitoria de
aposentamiento. Lo que parece haber afectado especialmente a los hombres que
vivían en distritos mineros y en los distritos agrícolas de escasa población femenina.
Esto podría explicar el surgimiento de algunas prácticas sexuales irregulares…"24
Lo popular y la sodomía van de la mano, las chinganas y las fiestas populares son los
espacios de sociabilización y libertad sexual en que los individuos expresan el placer y la
pasión del sexo que desde el discurso, era la perdición y pecar en grande. Fernández, se
cuestiona porqué la sodomía era castigada si ésta no intentaba transformar las estructuras
coloniales25. Si bien la homosexualidad solo buscaba la libertad y no atenta objetivamente,
Salinas plantea que, la Iglesia toma la responsabilidad y dentro de su discurso, amenaza a la
estructura patriarcal que funda la vida colonial, además, considerando el mismo caso
propuesto por Leonardo Fernández sobre el oidor Manuel de León Escobar de la Real
Audiencia, muestra cómo la Iglesia, además de ser ejercer el pecado nefando, crímenes
bíblicos y ritos satánicos, la libre sexualidad y la homosexualidad, parecen amenazar a la
estructura de la sociedad, la familia y la procreación.

Conclusión
¿Qué descubrimos? ​Encontramos que las identidades efectivamente se permean en el
establecimiento de esta sociedad colonial, hablando específicamente del “encuentro” entre
españoles e indígenas en el intento por predominar, siendo los españoles quienes logran
masificar más su pensamiento cristiano, esto, mediante la violencia y la ventaja que les daba
el uso de la escritura como medio formal, mostrándose a sí mismos al resto del mundo,
ocupando como instrumento la sexualidad, siendo esta disminuida o potenciada respecto a lo
que la situación conviniera. La sociedad colonial influye en prohibir, volver tabú creencias
religiosas dentro de la comunidad mapuche y también en la que se estaba originando a partir
del mestizaje.

24
Fernández, L. Vida erótica y sodomía en la sociedad colonial del siglo XVII, Santiago de
chile: Tesis de Licenciatura en Historia, Universidad Academia Humanismo Cristiano, 2008,
pp.8.
25 ​
Fernández, L. Vida erótica y sodomía en la sociedad colonial del siglo XVII, 2008.

10
¿​De qué manera se ha trabajado el tema? ​Mediante un análisis bibliográfico de muchas
fuentes, entre artículos, libros y una tesis. Se seleccionaron las tesis de los autores y
planteamientos que se orientaran a abordar la sexualidad en relación al período colonial,
convirtiéndose en la bibliografía primaria con la que se estructuró el estudio. En segundo
lugar, se seleccionó como bibliografía secundaria toda aquella que permitiera entregar una
información, ya sea respecto a la sociedad colonial, a la Iglesia o la sexualidad como estudio,
que permitan contribuir las tesis estructuradas. Finalmente, se observarán los vacíos para
identificar qué dimensión o actor no está siendo considerado.
¿Qué elementos que no son considerados a la hora de trabajar? ​Entre los elementos que
no profundizamos, está el rol que las prostitutas tuvieron dentro de la formación de la
sociedad colonial, pero entendemos, bajo las lógicas de nuestra investigación, que éstas
debieron haber sido entendidas como objetos para el beneficio y uso de los hombres.
Hombres que poseían los medios de pago para hacer uso de sus servicios. Sin embargo, nos
faltan evidencias para poder ahondar en este tema.
Propuesta sobre una vía de investigación complementaria: ​Para generar un complemento
a nuestra investigación, proponemos la revisión rigurosa de escritos del registro civil
referentes al matrimonio para buscar vestigios que nos mencionen o nos permitan hacernos la
idea sobre cómo coexisten y se relacionaban dentro de los lazos conyugales. También
creemos que haciendo una búsqueda minuciosa se puede llegar a encontrar algún acta o
escrito sobre consultas ginecológicas o urológicas (acta médica) para complementar nuestra
investigación, lo que nos resultaría muy eficaz a la hora de precisar sobre las conductas
sexuales que tuvieron las personas en la época, por último creemos que sería útil revisar
también registros policiacos que tengan que ver con las conductas sexuales más reiteradas por
la población y ver en qué medida estas se siguen repitiendo y cómo fueron trascendiendo en
la historia de nuestra sociedad, y rectificar si estas conductas pertenecen a una faceta oculta
de la sociedad escondida por los tabúes existentes de las clases dominantes que intentaban
disfrazar esta realidad.
Para finalizar, es importante recalcar que a pesar de que la sexualidad en la actualidad
es un tema que ha desarrollado opiniones distintas a las de la época en la colonia, en cuanto a
la concepción del cuerpo, del amor y la finalidad de la sexualidad, todavía existen tapujos al
hablar de estos temas, por ende, podemos evidenciar que ciertos juicios morales se han
mantenido en el tiempo.

11
Bibliografía primaria
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imaginario político de la sociedad colonial​ (Chile: RHSM, N°8, Vol. 1) 67-90.
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coloniales de género, sexualidad y poder en el sur de Chile (Chile: Revista de historia
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sociedad colonial vista desde la vida cotidiana ( Chile, Valparaíso: Instituto de
Historia y Vicerrectoría Académica de la Universidad Católica de Valparaíso), 86-89.
● FERNÁNDEZ, Leonardo. 2008. ​Vida erótica y sodomía en la sociedad colonial del
siglo XVII ​(Chile: Tesis de Licenciatura en Historia, Universidad Academia
Humanismo Cristiano, Santiago, Chile)
● GOICOVIC, Igor. - SALINAS, René. 1997. ​Amor, violencia y pasión en el Chile
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(Nomadías. Monográficos, Santiago de Chile, Universidad de Chile, N°1).
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estrategias de promoción social en Chile colonial, siglo XVIII (Chile, Santiago:
Editorial Universitaria, Dibrevis).

Bibliografía Secundaria

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Ediciones Paulinas), 43-49, 86-95.
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Paulinas).
● BENGOA , José. 2000. ​Historia del pueblo mapuche: siglo XIX y XX ​( Chile,
Santiago: Ediciones sur).
● BROWN, Peter. 1993. ​El cuerpo y la sociedad: los hombres, las mujeres y la
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● FOUCAULT, Michel. 2001. ​Historia de la sexualidad ( Francia: Editorial, Éditions
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● GOICOVIC, Igor. 2006. ​Relaciones de solidaridad y estrategia de reproducción
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Editorial, CSIC).

12
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Santiago: Artículo Universidad de Chile).
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(Historias, México, octubre de 1990- marzo de 1991, N°25).
● SALINAS, Maximiliano. 2012. ​Las mujeres indígenas, moriscas y africanas: los
mestizajes y la representación de sociabilidad amorosa en Chile (Chungara: Revista
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● SALINAS, René. 1994. ​Uniones ilegítimas y desuniones legítimas: el matrimonio y la
formación de la pareja en Chile colonial (México: En Gonzalbo y C. A. Rabell: La
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● SOTO, Rosa. 1999. ​Matrimonio y sexualidad en las mujeres negras de la colonia
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