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HISTORIA DE LA IGLESIA:
EDADES MODERNA Y CONTEMPORÁNEA

TEMA I. LA IGLESIA Y EL RENACIMIENTO

1. Factores que influyen en estado de la cristiandad en los siglos XIV-XV.1

Cambios sociales
En el siglo XIII, todavía en la Edad Media, encontramos una Europa poco poblada
con unos 30 millones de almas –sin contar Rusia y los Balcanes. Pronto comienza una gran
expansión demográfica, sólo ralentizada por la gran peste negra de mediados del siglo XIV
(1346-1361: murió un tercio de la población europea), de modo que en el siglo XV se
cuenta ya con unos 50 millones de habitantes.
El imperio bizantino cae en manos de los otomanos en 1453, no sin antes legar
buena parte de sus tesoros de cultura antigua griega y latina a occidente. Estas novedades
son la causa de que el siglo XV no pueda contarse ya como Edad Media. El legado de
oriente despierta en Europa el interés por el hombre. Se aproxima un paso del
teocentrismo general al antropocentrismo típico de la edad Moderna.
Los siglos XIV y XV contemplan el comienzo de la sociedad mercantilista 2. Aún no
coincide el poder político con el económico: Italia es el país más rico de Europa pero no
pinta nada políticamente. Lo mismo ocurre en Flandes.
Aparece y se desarrolla la burguesía que en no pocos casos tienen mayor poder
económico que la nobleza.

Innovaciones técnicas
Hay notables innovaciones técnicas. Así se descubre la brújula en el siglo XIV, que
permitirá a los navegantes separarse de las costas y emprender grandes travesías.
Con los descubrimientos de la astronomía el hombre se da cuenta que tiene en su
mente un poderoso instrumento.
Se tiende al empirismo –usado en la antigüedad por estoicos y epicúreos- que
influye en el desarrollo de algunas ciencias como la astronomía con figuras tan notables

1
Hertling, Ludwig, Historia de la Iglesia, Herder, Barcelona 1996, 10ª ed., pp. 285-289.
2
Se denomina mercantilismo a un conjunto de ideas políticas o ideas económicas de gran pragmatismo que se
desarrollaron durante los siglos XVI, XVII y la primera mitad del siglo XVIII en Europa. Se caracterizó por una
fuerte intervención del Estado en la economía, coincidente con el desarrollo del absolutismo monárquico.
Consistió en medidas que se centraron en tres ámbitos: las relaciones entre el poder político y la actividad económica;
la intervención del Estado en esta última; y el control de la moneda. Así, tendieron a la regulación estatal de la
economía, la unificación del mercado interno, el crecimiento de población, el aumento de la producción propia —
controlando recursos naturales y mercados exteriores e interiores, protegiendo la producción local de la competencia
extranjera, subsidiando empresas privadas y creando monopolios privilegiados—, la imposición de aranceles a los
productos extranjeros y el incremento de la oferta monetaria —mediante la prohibición de exportar metales
preciosos y la acuñación inflacionaria—, siempre con vistas a la multiplicación de los ingresos fiscales. Estas
actuaciones tuvieron como finalidad última la formación de Estado-nación lo más fuerte posible
2
como Copérnico y Galileo que descubrieron el heliocentrismo terminando con largos siglos
de creencia en el geocentrismo.
Ya antes de Cristo, Aristarco de Samos (siglo III a.C.) enseñó que el sol era el centro
de lo creado. Nicolás Copérnico (1473-1543), canónigo polaco, demuestra que la tierra gira
en torno a un eje y alrededor del sol.
Galileo Galilei (1564-1642) apasionado de la física y las matemáticas, postuló -con
desprecio de la metafísica- que la fuente última del conocimiento de la esencia de las cosas
es la mente humana con lo que cae en el optimismo racionalista.
Defendió el heliocentrismo frente a la Inquisición. En una carta a la duquesa de
Toscana afirma que la ciencia tiene su propio ámbito, distinto del de la religión.

En 1346 se usa por primera vez la pólvora en combate (batalla de Crécy). Aparecen
verdaderos ejércitos distintos de los formados por caballeros acompañados por sus
mesnadas, y Gonzalo Fernández de Córdoba (General de Fernando el Católico) funda la
guerra moderna.
Por último la imprenta contribuyó a una difusión de la cultura a un nivel muy
superior de lo hasta entonces conocido.

El nuevo tipo humano


El hombre del siglo XV, más inquieto, investiga la antigua cultura griega y romana y
se manifiesta de algún modo rebelde contra antiguos encorsetamientos. Es un hombre
licencioso, amigo de bombos mutuos. Se les ha comparado con un chico que llega a la
pubertad.
Los eclesiásticos no son un mundo aparte, tendrán que purificarse, no sin perder en
ello una buena parte de la cristiandad. Lo que quede, sin embargo, será una Iglesia
purificada y enriquecida.
Europa, hasta ahora unida por la cristiandad, conocerá en el siglo XVI un nuevo
modo de existir: los católicos y un mundo ajeno.

Estado espiritual de la cristiandad


Los factores que configuran el estado espiritual ambiental en este momento histórico
son:
1. La influencia de Wiclef3 y Huss4 que niegan los sacramentos y la autoridad en la
Iglesia. Se pueden considerar precursores de Lutero.
2. El Papado de Avignon (1305-1378) proporcionó a la Iglesia una experiencia y
perfección en el gobierno que imitaron otros Estados. Pero la burocracia no es el
único –ni el principal- aspecto en la vida de la Iglesia y estos años de ausencia del
Papa de Roma no favorecieron el prestigio e independencia del papado.

3
Wiclef (+ 1370) fue profesor en la universidad de Oxford. Enseñó *que la Sagrada Escritura es la única fuente de la
fe; *rechazó la Iglesia sacramental y jerárquica y sugiere que esta debería estar sujeta a la Corona. Para él, *la Iglesia
sería la invisible comunidad de los predestinados. Además *niega la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía y la
transustanciación.
4
Juan Huss (+ 1415) fue sacerdote en Praga adonde llegaron las doctrinas de Wiclef. Profesor de la universidad de esa
ciudad, defendió esas tesis aunque con moderación. Juzgado en el Concilio de Constanza trató de justificarse pero no
de arrepentirse. Condenado, murió en la hoguera (6.VIII.1415) sin retractarse e invocando el nombre de Jesús.
3
El cisma de occidente restó prestigio al Papado y reforzó el nacimiento de las
nacionalidades característico de esta época de cambios de sociedad medieval a la
moderna. Aumenta el deseo de los gobernantes de dominar la iglesia nacional y no
permitir, entre otras cosas, la salida de dinero hacia Roma.
3. Bajo nivel espiritual del clero. Muchos cristianos y grandes santos clamaban por la
reforma de la Iglesia en la cabeza y en el cuerpo: Santa Catalina de Siena, San
Vicente Ferrer, Santa Brígida de Suecia, etc.
4. Menudearon formas de religiosidad popular que rayan la superstición y en
ocasiones se acercan a la brujería. En cambio, aparecen cofradías de laicos que se
agrupan según profesiones, con fines caritativos y moralizadores. Aparecen nuevas
devociones como la Bendición con el Santísimo Sacramento, el Vía Crucis y el santo
Rosario.
5. La irrupción del humanismo, que hizo mirar más al hombre y a constituirle como
centro del universo, desatendiendo la referencia al carácter trascendente de éste.
6. En el siglo XV se enseña en las universidades la ciencia heredada de la Edad media,
con el uso de la metafísica aristotélica y bajo la regla de la fe. Figura eminente en
este siglo es Tomás de Vío, Cardenal Cayetano (1469-1534), llamado así por
proceder de Gaeta5.
Sin embargo aparecen autores que buscan abrir nuevos caminos para la investigación
teológica, acordes con el espíritu de los tiempos. Así se introduce el ockamismo
(nominalismo) con el que se abandonan las causas profundas del ser para atender a lo
medible y constatable.
El nominalismo compite con el pensamiento escolástico. Defiende que la mente
humana puede captar objetos individuales y sensibles, pero no los universales que no
serían más que nombres, de modo que no admiten la existencia de las esencias. Así abre
una separación entre los órdenes natural y sobrenatural, en cuanto se declara no válida la
analogía del ente para llegar a Dios mediante la razón.
Esto implica que los conocimientos que tenemos de Dios son los que nos trasmite la
Revelación, pero no por la analogía del ser. Al mismo tiempo, la omnipotente voluntad de
Dios es quien dicta las normas de la moral, según su propio parecer que nosotros no
entendemos, sencillamente las obedecemos.

2. El Humanismo (s. XV)

Se despierta en el siglo XV un clima de activismo intelectual que pone un gran


interés en la literatura, filosofía, historia principalmente del mundo greco-romano. Es un
interés polifacético hacia las realizaciones del hombre en cuanto hombre. Suele
presentarse con otros síntomas: interés por viajar, gusto por lo antiguo, espíritu crítico que
lleva a revisar los conocimientos asentados en el medioevo.

5
Superior general de los Dominicos, se apoya en el realismo aristotélico, y el método escolástico heredado del
Aquinate. Combatió las tesis luteranas sobre los sacramentos y la importancia de las obras en la propia salvación.
Mantuvo una disputa con Lutero, al que trató de reconducir a la verdad. En España, Francisco de Vitoria impulsó
también el tomismo.
4
Se valora mucho la belleza y la exaltación de los sentidos con la consiguiente
tendencia al hedonismo.
El enfriamiento de la piedad por parte de muchos clérigos –hay que añadir al
humanismo la influencia del aún reciente cisma de occidente con su pésimo ejemplo-
conduce al cristiano medio a un cierto individualismo místico y espiritual. Aparecen
movimientos como la Devotio moderna6 y las escuelas místicas holandesas y renanas con
Ruisbroeck, etc. Algunos santos –y también maestros- de la época son san Vicente Ferrer,
santa Catalina de Siena.
Esta búsqueda de placeres considerada como fin altera las referencias morales. No
tardan en proliferar obras como El príncipe de Maquiavelo, donde se defiende que el fin
justifica los medios.

Como precursores del Humanismo podemos citar:

a) Dante Alighieri (1265-1321). Transporta al terreno poético su vida


profundamente cristiana.
b) Francisco Petrarca (1307-1374). La norma suprema: los actos libres del hombre.
La fe cristiana se colorea de matices más sentimentales y poéticos que
purificados y divinos.
c) Bocaccio (1313-1375). Mezcla en su poesía el afán de placeres con las
aspiraciones espirituales.

El humanismo gira principalmente en torno a dos ciudades: Florencia y Roma. Se


embellecen estas ciudades con palacios y monumentos: el Quirinal, San Luís de los
Franceses, San Andrea Della valle, etc.
Se apoya –en plan mecenazgo- a hombres, artistas e investigadores, que,
profundizando en los autores antiguos, ponen al hombre como centro de la cultura.
Además en Italia se hospedan numerosos orientales –con su bagaje cultural- en búsqueda
de refugio ante la presión del turco. En otros países, aunque presente, fue menor la
influencia de humanismo y renacimiento.

En Francia se constituyen algunos círculos culturales; en Inglaterra Tomás Moro (1478-


1535) fue un humanista moderado. En una de sus obras “La Utopía”, propone un audaz
sistema de gobierno. En la misma corriente humanista se incluye San Juan Fisher (+1535),
obispo de Rochester.
Juan Fisher se opuso a la entrada de ideas luteranas en la universidad inglesa.
Escribió sobre temas candentes del momento como la autoridad del Papa o la presencia
real de Jesucristo en la Eucaristía. Llegado el momento, se opuso a Enrique VIII en su
pretensión de divorcio y de proclamarse cabeza de la Iglesia en Inglaterra.
En Holanda destaca Erasmo de Rótterdam (1469-1536), clérigo influenciable que sueña
con una humanidad cristiana ideal, como consecuencia de su temperamento sentimental.

6
Movimiento creado por Gerardo Groot (+1384) que nace como reacción al nominalismo y a la escolástica decadente.
Difunde un método de oración poco especulativa y algo intimista. Se fomenta el individualismo, entre otras cosas por
no contar en muchos casos con maestros –clérigos- ejemplares. Tuvieron como texto de oración principal La imitación
de Cristo atribuido a Tomás Kempis.
5
Hombre de poco carácter y piedad más bien superficial, se deja arrastrar por la
visión humana hacia un relativismo. Facilitó la entrada del protestantismo en Holanda.
En edad madura deja de creer en el origen divino de la Iglesia, en la inspiración
divina de la Sagrada Escritura, y en la institución de los sacramentos por Jesucristo. Sin
embargo en este, como en otros casos no se produce una reacción de la Jerarquía.
Se difundió la teoría de la doble verdad: una verdad científica lo sigue siendo aunque
contradiga una verdad religiosa, ya que ambas se mueven en distintos órdenes.
Erasmo quiso enseñar el camino de la sabiduría a la gente culta, pero al despreciar
la religión popular de la gente sencilla elabora una filosofía de Jesucristo en la que el
moralismo humanitario silencia por completo el misterio doloroso de la Redención obrada
por Jesús, y el rescate de la humanidad caída, al precio de la Sangre de Cristo.

En España el espíritu del humanismo estuvo presente en el mundo universitario a través


de los Colegios Mayores. El Cardenal Cisneros (1436-1517) –primado de Toledo, Gran
Inquisidor, Regente de la Corona- fundó la Universidad de Alcalá en 1508. En ella se
elaboró la Biblia Políglota Complutense, partiendo de textos en griego y en hebreo. Fue un
hombre de gran cultura que promovió la reforma del clero y de los religiosos
adelantándose a lo que el Concilio de Trento realizaría para la Iglesia universal.
A modo de resumen valga lo que apostilla Savignac: “En sus comienzos, el
movimiento (renacentista y humanista) se inspira con naturalidad en la fe católica, pero se
despega de ella a medida que va creciendo y poniendo en primer plano valores puramente
naturalistas y humanos; acaba, por consiguiente en un individualismo superactivo, y en
ocasiones crítico de los fundamentos sobrenaturales de la vida cristiana7.
La sociedad europea fue acusando lentamente la influencia del humanismo y
adoptando una nueva concepción del hombre predominantemente racional y voluntarista.
El humanismo del siglo XV conduce al humanismo naturalista del siglo XVI que fue
abandonando en mayor o menor medida la escolástica y la Patrística.

3. El Renacimiento (s. XV)

Consiste en el retorno al arte antiguo en arquitectura, escultura y pintura. Hunde sus


raíces en 1350-1400. Cuando el gótico se hallaba en su máximo esplendor, se volvió la
mirada hacia la antigüedad romana.
En arquitectura cambió la bóveda de aristas por la estrellada; el arco ojival o apuntado,
por el arco achatado; y las columnas lineales por las múltiples y retorcidas. En Italia se
configuró el llamado estilo “quattrocento” cuyos representantes son Bruneleschi en
Florencia y Bramante en Roma. Frecuentan los frontones triangulares, las cornisas y
capiteles con motivos geométricos o florales.
La escultura frecuenta temas profanos tratando de resaltar la belleza del cuerpo
humano, el movimiento y los sentimientos (Donatello, Miguel Ángel)
La pintura con las mismas tendencias que la escultura, trata de reflejar en los lienzos, los
estados profundos del alma: cólera, soberbia, sueño, alegría, tristeza…

7
Savignac, Jean Paul, Historia de la Iglesia II, La Iglesia en la Edad Moderna, Palabra, Madrid 1985, p. 10.
6
El más completo de estos artistas quizá es Leonardo da Vinci (1452-1519), escultor, pintor
y arquitecto. Rafael, pintor y escultor, con gran delicadeza de expresión. Pintó numerosas
vírgenes. Miguel Ángel, con gran fuerza de expresión, pintó la capilla Sixtina.

4. Los Pontífices del Renacimiento.

“Si hubiera que resumir en breves palabras el juicio de conjunto que merece este
fenómeno, podría aceptarse como válida esta opinión de G. Martina 8 ‘La edad del
Renacimiento, al menos a partir de la muerte de Paulo II en 1471, a pesar de las
espléndidas apariencias, constituye uno de los períodos más oscuros del papado: al
esplendor cultural y civil se contrapone la falta de un auténtico espíritu religioso en el
vértice de la jerarquía eclesiástica”9.
El primero de los males –y raíz de todos los demás- fue la mundanización que impregnó
los estratos superiores de la Jerarquía eclesiástica, incluidos el Colegio Cardenalicio, la
Curia romana, y el propio Pontificado. Buena parte de los Papas eran vástagos de grandes
familias señoriales, como Sixto IV y Julio II Della Rovere, Calixto III y Alejandro VI Borja,
León X y Clemente VII Médicis. Estos Papas, sin hacer dejación de sus graves deberes
primaciales, obraron en muchos momentos con la mentalidad y el talante de príncipes
temporales y acorde con la de éstos, fue a menudo su propia conducta. El nepotismo –que
ya marcó a la iglesia en la época de Avignon- llegó a constituir una auténtica plaga, y la
acumulación de beneficios y prebendas fue un recurso reiteradamente empleado para
mantener el nivel de vida de muchos altos dignatarios de la Iglesia. 10
Se puede decir que comienza la época de este pontificado con Nicolás V (1447-1455).
Creó la Biblioteca Vaticana e hizo de Roma un centro de ciencias y artes. También
evangelizó el centro de Alemania enviando para ello a San Juan de Capistrano.

Calixto III (1455-1458). Se trata del español Alfonso Borgia. Durante su pontificado
acontece la caída de Constantinopla defendida en solitario por Constantino XI Paleólogo.
Detuvo a los turcos en Belgrado mediante una cruzada. Protegió a franciscanos y
dominicos en la universidad de París.

Pío II (1458-1464). Había sido el brillante humanista Eneas Silvio Piccolomini, recogía con
buen humor el epigrama de su poca experiencia: “Quando mi chiamabo Enea, nessuno mi
conosceva; sono divenuto Pío e tutti mi dicono zío”.

Pablo II (1464-1471). Frenó el nepotismo y reaccionó con fuerza contra algunos negativos
del humanismo, pero no llegó a convocar el tan ansiado Concilio reformador.

Sixto IV (1471-1484). Hombre piadoso de procedencia franciscana. De quienes fue general.


Poseía defectos de carácter que se manifestaron durante el pontificado.

8
Recogida por Orlandis, José, El pontificado romano en la historia, Palabra, Madrid 1996, 174.
9
Orlandis, José, El Pontificado… o.c., Palabra, Madrid 1996, 174.
10
Id. 177
7
-Una notable debilidad por el arte. Focalizó su atención hacia la realización de la capilla
sixtina.
-Un no saber decir que no, le hizo pródigo en muchas cesiones de títulos, indulgencias y
empresas políticas que para nada favorecían el prestigio del Papado.
-En parte por lo mismo, tras la muerte de algunos dignos cardenales, los sustituyó por
jóvenes de vida más que dudosa. Entre estos nombró a seis sobrinos suyos: uno de ellos
Julián della Rovere –futuro Papa Julio II- recibió seis obispados. De ordinario ninguno de
estos cargos vivía en los terrenos que se le confiaban ni los gobernaban, simplemente
percibían los beneficios que producían.
Trató de reunificar y organizar los Estados Pontificios, empresa que realizó en buena
medida.

Inocencio VIII (1484-1492).


Protagonizó con moderación y corrección el caso Savonarola.

Alejandro VI (1492-1503). Rodrigo Borja. Medió en el acuerdo entre España y Portugal


sobre las colonias americanas.
Contribuyó notablemente a la reunificación de los Estados Pontificios, nombrando
lugarteniente de los ejércitos a su hijo César, tenido antes de acceder al papado.
Con él finalizó el caso de Jerónimo Savonarola11 (1452-1498). Fue este un dominico
estudioso de Santo Tomás y San Buenaventura que tomó el hábito a los 22 años siendo un
ejemplo de ascesis y ciencia.
Superior de su convento desde 1491, no sólo instauró un régimen severo entre sus
frailes, sino que desde el púlpito fustigaba las malas costumbres del pueblo y de Roma.
Interpretó la invasión de Carlos VIII de Francia (enemigo del Papa) como un castigo
purificador del cielo.
Con la ayuda de este rey, expulsó de Florencia a los Médicis y apoyado por sus
partidarios, instauró un régimen peculiar.
Redactó una Constitución para declarar a Florencia una República democrática y,
tras purificar por el fuego objetos de arte pecaminosos, creó una milicia juvenil (policía)
que denunciaban alteraciones de la ley, en algunos casos de sus propios padres.
Acusó al Papa Alejandro de malversar fondos. El Papa le llamó a Roma, también por
cuestión de ciertas “profecías” que había realizado, pero se negó a viajar, alegando
enfermedad. El 8 de septiembre de 1495, el Papa le prohíbe predicar. Se sometió de buen
grado. Más tarde, sin embargo volvió a la predicación.
Ante los continuos ataques contra el Pontífice éste le excomulgó en 1497. Se rió
públicamente de la excomunión y declaró que el Papa nada puede cuando es Dios quien
llama a realizar una misión.
Como se manifestaba dispuesto a pedir milagros si era necesario, un franciscano le
retó a someterse ambos al juicio del fuego. Savonarola y la Señoría de Florencia aceptaron,
el Papa lo prohibió terminantemente, pero era tal la expectación en la ciudad que no fue
posible echarse atrás. El día previsto se encendieron dos buenas hogueras. Aparecieron las
dos procesiones –franciscanos y dominicos- pero no apareció Savonarola sino un sustituto.

11
GER, XXI, 32-33.
8
Esto no gustó, pero gustó menos la exigencia del dominico de llevar la Eucaristía
como escudo protector. El desorden público se acentuó hasta el punto de que la Señoría
suspendió el acto. Entonces el pueblo se amotinó, fue a por Savonarola consiguiendo que
lo encarcelaran. Más tarde fue juzgado sin justicia y condenado a muerte con otros dos
dominicos. Por más que intercedió el Papa no hubo nada que hacer. Fueron ahorcados y
sus cadáveres quemados.
Aún hoy es un tema no aclarado. San Felipe Neri (florentino) le veneraba como a un
santo. Sin embargo no lo veía así el Cardenal Newman.

Pío III (1503-1503). Cardenal Piccolomini, ya agotado al ser elegido, murió en breves
meses.

Julio II (1503-1513). Juliano Della Rovere accede al trono pontificio. Fue un gran
gobernante de los Estados que César Borja había sometido bajo el mandato de Alejandro
VI. Sometió Bolonia y, con la ayuda de España y Francia, Venecia.
Fue también un gran mecenas pues bajo su pontificado Bramante hizo los planos de
la nueva basílica de San Pedro, Miguel Ángel pintó la Sixtina, y Rafael realizó las pinturas
del palacio Vaticano.
Convocó el Concilio V de Letrán (1512-1517), al que asistió entre otros el Cardenal
Cayetano. Los principales temas que abordó fueron:
-Irregularidades en la elección de Pontífice.
-Lucha contra la simonía (donativo obligatorio para recibir sacramentos).
-Reforma de la Curia.
-Condena del galicanismo (Pragmática sanción de Bourges12, de 1438).
Sin embargo estas medidas no fueron lo bastante profundas, ni alcanzaban la
extensión requerida. Además, terminado el Concilio, faltó la energía suficiente para
llevarlas a la práctica.

León X (1513-1521). Juan de Médicis, antes de ser Papa había tomado el poder de
Florencia (de donde había sido expulsado por Savonarola) en un sencillo golpe de estado.
Ya en el Papado gozó de la herencia de su antecesor: un Estado bien organizado.
Fue un hombre piadoso, fiel cumplidor de sus deberes ascéticos y rituales.
De carácter bondadoso otorgó beneficios y gracias a pobres y a ricos, hasta llegar a
la prodigalidad. Destacan las cacerías otoñales que organizaba en las afueras de Roma. Era
incapaz de negar cualquier cosa que le pedían. No tuvo la energía necesaria para poner por
obra las decisiones del Concilio V de Letrán.
Cuando Lutero clavó sus 95 tesis en la puerta de la catedral de Wittemberg, en
Roma “se marchaba de cabeza al abismo entre risas y danzas” (Hertling, o.c., 305).
12
Cuando Eugenio IV vio el peligro del conciliarismo en el Concilio de Basilea, trasladó este a Ferrara. En el ínterin, el
rey francés Carlos VII, se reúne con dignatarios civiles y eclesiásticos en Bourges para decidir a quién obedecer: al
Concilio o al Papa. Se decide obedecer al Papa pero se toman algunas decisiones que limitan el poder del Romano
Pontífice en Francia:
- Se priva al Papa de elegir obispos y otras dignidades eclesiásticas en la iglesia gala.
- Las apelaciones en causas eclesiásticas, no se resolverían en Roma.
- Son abolidas las contribuciones económicas de la iglesia gala a Roma.
- Tratan de someter al Papa, en adelante, al Concilio General.
9
Muy hábil en lo político, jugó constantemente a las alianzas con el Emperador y con
el rey de Francia, dominando con holgura la política europea.
Como reacción a una conspiración contra su persona, nombró de golpe a 30
Cardenales, muchos de ellos figuras insignes –como Tomás de Vío- que afrontarían la
reforma católica.

Adriano VI (1522-1523), holandés, antiguo profesor de la universidad de Lovaina y


sacerdote ejemplar: piadoso y austero. Cuando es elegido, el mal –nepotismo,
acumulación de cargos, no residencia, etc., estaba muy extendido. Cuando el Papa llegó a
la frontera italiana desde Holanda, se encontró allí con los Cardenales que venían a
recibirle, pero hubo que indicarle quienes eran porque tenían todo el aspecto de príncipes
temporales.
El Papa trató de poner orden en la curia y en el Vaticano y, aunque encontró
resistencia, se impuso. Envió legados a Alemania que declararan las culpas de Roma al
mismo tiempo que los errores del luteranismo. Pero el clero católico se encontraba
indolente, indiferente, a consecuencia de los años de tibieza.
Aunque lo intentó, no tuvo tiempo de acometer la reforma por la brevedad de su
pontificado que a penas duró un año.

Clemente VII (1523-1534). Julio de Médicis. Gran trabajador. Serio, austero. Astuto y
receloso en la política se enfrentó con el Emperador pactando con Francisco I de Francia,
en contra del Emperador Carlos V, que acumulaba “demasiado” poder.
Cuando la situación se puso seria todos se retiraron dejando sólo al Papa frente a
Carlos V. Este –previa consulta a su teólogos- siguió la guerra y sus tropas saquearon Roma
(6.V.1527). Fue tal la devastación –que recordaba a la entrada de Alarico y Genserico- que
se liquidó la Roma renacentista, frívola y suntuosa.
Además tuvo que enfrentarse con el cisma de Enrique VIII de Inglaterra. Por más
que el Emperador le apremiaba a convocar un Concilio que resolviera la crisis luterana y
acometiera la tan deseada reforma, no llegó a dar ese paso.

TEMA II. ORIGEN Y DESARROLLO DE LA “REFORMA LUTERANA”

1. Lutero: la disputa de las indulgencias.

Primeros años y formación


Martín Lutero nace en Eisleben en 1483. Sus antepasados fueron campesinos del
Möhr y su padre fue minero.
Recibió una formación austera y religiosa desde pequeño: en su familia y en el
colegio13. Después de cursar estudios escolares va a la Universidad de Erfurt donde se
graduó en Artes liberales y Principios de Derecho.

13
“Desde niño, confesó él más tarde, se me acostumbró de tal manera que no podía menos de palidecer y
estremecerme con sólo oír el nombre de Cristo, porque no se me enseñó otra cosa sino a considerarle como a un juez
10
En un viaje de vuelta de su casa a Erfurt se desató una tormenta en el curso de la
cual un rayo le cayó al lado. Invocó a santa Ana y, asustado, hizo voto de hacerse fraile si se
salvaba. Esta decisión no sabemos si fue completamente repentina o estaba ya meditada
de antemano.
Ingresa en los Agustinos (1502) y es ordenado sacerdote en 1507. Después de un
viaje a Roma (1510-1511) en que quedó deslumbrado por las riquezas de Ciudad Eterna y
el lujo en que vivía el alto clero pasa a ser profesor de Sagrada Escritura en Wittemberg.
Allí tienen lugar las experiencias decisivas de su vida.

Evolución interior
Los rasgos enérgicos y oscuros de su visión de Dios, unidos a su modo de ser,
marcadamente subjetivo, le produjeron gran preocupación por la santidad. Se esforzaba
mucho porque quería llegar muy alto en santidad.
[Sus primeros años de vida monástica le dieron paz y consuelo. Pero cuanto más
avanzaba, más perdía su serenidad en una inquietud creciente.
Cuando, a pesar de su lucha, advertía que en cada una de sus acciones intervenía –
sutilmente- el egoísmo, se creía lejos de Dios y no podía soportar su debilidad.
Cuanto más trabajaba consigo mismo, más reconocía que el hombre se encuentra
siempre bajo la ley del pecado: el orgullo se inmiscuye de alguna forma en todo el obrar
humano. Bajo este aspecto el hombre es y permanece siempre pecador.
Con el tiempo, este estado anímico le acarreó ansiedades, tristezas y también una
serie de escrúpulos, sin que pueda hablare de síntomas clínicos. Parece que vivía con una
fuerte sensación de permanente agobio]14.
Experimenta la angustia de dudar de su propia salvación, como consecuencia de su
conciencia escrupulosa y las dificultades por vencer la concupiscencia (1513-1514)15.
Aunque desconocemos con exactitud cómo fue su formación Ockamista, parece que
suman efectos su carácter escrupuloso con el concepto de un Dios justiciero y arbitrario.
Sufre la fuerza de las bajas pasiones, pero no nota la fuerza la de gracia –con la que
parecía contar poco a tenor de la formación recibida- por más que arrecia en sus prácticas
de oración y de mortificación16 por lo que comienza a dudar de la eficacia de estos medios
ascéticos17.
Comienza a desarrollar un espíritu crítico que, en el desempeño de su trabajo como
profesor de Sagrada Escritura, le lleva a poner en duda (más tarde a negar) la canonicidad
de algunos de sus libros.
Escrutando la Sagrada Escritura cree encontrar en Rom 1, 17 (el justo vive de la fe)
la solución a su problema (es la llamada “experiencia de la Torre”, porque fue en una
habitación situada en una torre del convento donde sufrió esa experiencia). La naturaleza
humana ha quedado corrompida por el pecado original hasta tal punto que la gracia no

severo y airado” (Martín Lutero, WA 40, I, 298) Pero estas declaraciones han de ser interpretadas con precaución.
Parecen exageradas y en parte desdibujadas por la lejanía de los recuerdos. Lutero fue un niño física y psíquicamente
sano (Burggraf, Jutta, Conocerse y comprenderse, p. 148)
14
Burggraf, J, o. c., pp. 149-150. Se puede leer el final de la magnífica descripción que hace la autora en la misma obra,
pp. 150-151.
15
Cfr. GER XIV, 628, I, 2.
16
GER XIV, 628, I, 3-4 y II, 1-2
17
Interesante el artículo de “Nuestro Tiempo” enero-febrero de 1996, p. 64, I, 2 y p. 62, I, 1.
11
sana el interior del hombre, sino que la justificación consiste en la no imputación del
pecado personal, en virtud del sacrificio de Cristo por nosotros. Las obras del hombre no
sirven para la salvación (cfr. NT, Enero-febrero 1996, 66, I, 2)18.
En la tardía edad media, tiempo de nuestro estudio, no era de dominio público la
doctrina sobre la gracia, más bien era patrimonio de unos pocos eruditos. Además había
innumerables costumbres y prácticas de piedad exterior que repugnaban a este monje
sensible: supersticiones, venta de beneficios, abuso de autoridad. Según él, no sólo
oscurecía la doctrina de la gracia sino que se contraponían a ella.
Lutero llegó a pensar que Roma había inventado doctrinas, que habían corrompido
el evangelio y desarrollado nuevos aspectos de la fe que no están en la enseñanza
originaria de Cristo. Por eso comenzó a luchar contra un cristianismo aburguesado y
autosuficiente; y destacó la completa corrupción de la naturaleza humana por el pecado.
Aunque su lenguaje no pocas veces es brusco y lleno de exageraciones, el núcleo de
su mensaje sobre la justificación puede interpretarse en un sentido profundamente
evangélico: el hombre no se salva en primer lugar por sus obras exteriores sino por una
actitud interior fundamental: la apertura a la gracia.
Pierden su sentido el sacerdocio ministerial, la mayor parte de los sacramentos, los
votos, el papado (máxima invención del anticristo). La Iglesia es algo interior, por lo que
rechaza el Derecho Canónico. La iglesia no es quien para interpretar la Sagrada Escritura,
sólo el Espíritu Santo puede hablar en el interior de cada hombre.
En resumidas cuentas el proceso puede presentarse de la siguiente manera:
1. Lutero tiene un grave problema personal: fue atormentado por el
problema de la salvación. Encontró una solución que le consoló plenamente.
2. Al querer comunicar su experiencia a los demás –y hacerlo quizá de un
modo demasiado brusco- experimentó incomprensión muy grande de parte de las
autoridades eclesiásticas, que aumentó a lo largo de los años.
3. Comenzó a radicalizar su posición hasta separarse formalmente de la
Iglesia.

Efecto en el entorno
Estas ideas cayeron bien en la Alemania contemporánea:
-un clero que no amaba el celibato.
-unos conventos tibios que se sintieron liberados.
-una teología de la consolación que proponía un cumplimiento fácil y una conciencia
tranquila.
-Los príncipes podrían disponer de los bines eclesiásticos, etc.

18
“Quizá por el escándalo que le produjo el ambiente religioso superficial de su entorno, el monje agustino subrayó,
cada vez más, la absoluta soberanía de Dios y la gratuidad completa de la gracia. Insistía en el hecho de que nadie
puede “comprarse el cielo” con sus buenas obras y limosnas. El hombre, corrompido hasta lo más hondo por el
pecado original, no puede prestar ninguna cooperación activa a la propia salvación. Por tanto es Dios quien lo obra
todo. Saca al hombre, por si sólo, del pozo en el que ha caído, y le reviste con su gracia. Es Dios quien recorre en su
infinita bondad, el camino que llega hasta nosotros. En el encuentro amoroso con Él, sólo podemos comportarnos de
manera meramente pasiva, dejándonos captar por Cristo en la gracia y en la fe. No hay más que un perdón
incondicional por parte de la infinita misericordia divina.” (Burggraf , Jutta, o. c., 154).
12
-Pesaba también los agravios que, supuestamente había infligido Roma a Alemania
en los últimos siglos. De esto se sirvió Lutero que supo aglutinar y exaltar sentimientos,
uniendo la revolución doctrinal al sentimiento nacional alemán.
La misma personalidad de Lutero hizo más rápida la difusión: poseía una religiosidad
obsesiva y una tierna piedad hacia Jesucristo. Supo aprovechar la aversión del pueblo
alemán hacia Roma y su sentido de la “Gran nación alemana”. Esto lo manifestó con
insultos hasta la zafiedad contra el Romano Pontífice19.

Las indulgencias
En esa época Alberto de Brandeburgo era obispo de dos diócesis pero aspiraba a
una tercera. Para ello debía pagar unas elevadas tasas, por lo que se comprometió a
predicar durante ocho años sobre las indulgencias que concedía la Santa Sede a cambio de
limosnas para la construcción de la Basílica de San Pedro (de las cuales el obispo
patrocinador se quedaba con el 50%).
El obispo Alberto escribió unas instrucciones para los predicadores en las que
premiaba la recaudación de limosnas sobre el bien de las almas presentándolas como
necesidad ineludible20. Escandalizado Lutero y comprobando en el confesonario el mal
efecto que causaba entre los fieles, publica sus 95 tesis sobre las indulgencias que envió al
Obispo Alberto y las clavó en la puerta de la catedral de Wittenberg el 31 de octubre de
1517. Más tarde (1517-1518) serían publicadas –sin su conocimiento- en otras ciudades.
Enterados del asunto, tanto Roma como el general de los Agustinos recomiendan suavizar
el asunto.

La crisis
En la dieta de Augsburgo (1518) el Cardenal Cayetano (Tomás de Vío) le insta
retractarse y viajar a Roma para ser juzgado. Lutero apela al príncipe elector Federico el
Sabio –de Sajonia- que le protege. Desde Roma se solicita a éste que envíe a Lutero, pero
por intereses políticos se deja pasar el tiempo.
Lutero rechaza ser juzgado por el Papa, pues cuestiona su autoridad y apela al
Concilio. Más tarde también rechaza a este en la dieta de Leipzig con Juan Eck (1519)
porque, según su parecer, algunos Concilios han tomado decisiones erróneas. Parece que
en esta dieta con Juan Eck es cuando, por primera vez Lutero se da cuenta de la
heterodoxia de su doctrina. Esto le produjo una profunda crisis interior. El mismo habla de
una voz atormentada que le andaba diciendo allá dentro en la conciencia:"¿Serás tú el
verdadero sabio y tantos siglos habrán errado respecto a la verdad?”
Queda la sola Scriptura y la sola fides como principios del Luteranismo. Se plantea si
el Papa no será el anticristo. En 1519 es casi un héroe en Alemania, pues aparece como el
reformador esperado. En un tono polémico –gran orador- hace una brillante defensa de la
libertad y contra los impuestos. Su sentimiento de la grandeza de la nación alemana y el
uso la imprenta, que maneja como medio de difusión, hicieron el resto.

2. Excomunión

19
Sobre el carácter de Lutero cfr. Hertling, p.312, 1.
20
También se indicaba que era posible lograr una indulgencia plenaria con sólo la limosna, sin necesidad de confesión
o comunión.
13

En 1520 publica tres escritos clave: a) A la nobleza cristiana de la nación alemana,


en el que rechaza la autoridad del Papa y su Magisterio, y postula como único sacerdocio el
común, cuya diferencia con el ministerial sería únicamente funcional pero no esencial. Pide
la abolición del celibato sacerdotal, de las Misas de difuntos, las peregrinaciones, ayunos y
colectas para Roma.
b) De captivitate babilonica ecclesiae en la que sólo admite tres sacramentos: bautismo,
penitencia y cena. Rechaza la Misa como sacrificio y el término transustanciación, aunque
admite la presencia real in usu. Con este escrito muchos se dieron cuenta que la reforma
que proponía Lutero no era sólo disciplinar sino mucho más profunda.
c) De la libertad del cristiano en la que exhorta a no obedecer a la jerarquía que considera
como invento o añadido humano. Apela a la libertad de conciencia.
En junio de 1520 mediante la bula Exurge Dómine (del Papa León X) se declara herejía lo
afirmado por Lutero y se le conceden 60 días para retractarse, pero el 10 de diciembre de
ese mismo año, Lutero quema la Bula junto con los libros de Derecho Canónico en
presencia de alumnos y profesores de Wittemberg, rompiendo bruscamente con la Iglesia.
En consecuencia, el mes siguiente el Papa emite la Bula Decet Romanum Pontíficem
mediante la que le excomulga.
Dada la unión que había entonces entre la Iglesia y el estado, la excomunión sólo podía
tener efecto si era sancionada a la vez por la autoridad civil. Acudirá, pues el emperador
Carlos V a reunirse con Lutero en la dieta de Worms.

3. Intentos de concordia. Las dietas de Worms, Spira y Augsburgo: el ínterin del


emperador Carlos V. La paz de Augsburgo y separación definitiva.

El Emperador, Carlos V, se entrevista con él en la dieta de Worms (1521). Lutero acude


aclamado como un héroe nacional. En presencia del Emperador y de los príncipes de los
distintos estados manifestó sus intenciones: “ni quiero, ni puedo retractarme”, terminó
diciendo “que Dios me ayude. Amén”. La dieta decretó el destierro de Lutero de los
territorios del imperio; se ordena quemar sus escritos y se prohíbe la defensa de su
doctrina. Similares penas se aplican a sus partidarios. Pero la decisión fue tomada cuando
una gran parte de los príncipes ya se había marchado.
A partir de ese momento el Emperador, consciente de la gravedad del asunto juró emplear
todas sus fuerzas en combatir el cisma.

El soberano de Lutero, Federico el Sabio de Sajonia, rehuyó la obligación de desterrar a


Lutero. A la salida de Worms, Lutero es asaltado por un grupo de caballeros (enviados por
el príncipe), y acompañado por ellos se refugia en el castillo de Watburg, donde
permanece seis meses dedicado a traducir la Biblia al alemán 21.
A partir de este momento puede decirse que comienza el cisma. Se empieza a fijar la
doctrina protestante y Melanchton comienza a trabajar con Lutero.

21
Muchos caballeros, ciudadanos y campesinos, apenas capacitados para comprender su doctrina, seguían cautivados
por la esperanza de que Lutero traería la reforma de la Iglesia, que habían añorado durante tanto tiempo.
14
En 1522 aparece su traducción del Nuevo Testamento. Años más tarde (1534)
apareció también la traducción del Antiguo Testamento.
1525: Tomas Münzer dirige la secta de los anabaptistas llamados así por recibir de nuevo el
bautismo ya que el de niños no tiene efectos por no poseer aún la fe. Manifiesta
tendencias anarquistas, pretende implantar un nuevo orden en la sociedad y hasta
pregona una especie de comunismo.
Todo esto causó una revuelta general, conocida como Guerra de los campesinos. Bien
pronto, buena parte de Alemania central se halla sumida en revueltas, movida por bandas
de paisanos a los que se juntaban proletarios y aún monjes relajados y nobles arruinados.
Lutero, que al principio ha estado de parte de los revoltosos, anima ahora a príncipes y
nobles a terminar con ellos porque son “demonios” que siembran por doquier desorden y
anarquía.
Afirma que hace falta un fuerte brazo temporal, pues la maldad del hombre lo exige de
cara a tener un ambiente mínimo en que poder predicar la Palabra y administrar los
sacramentos.
En adelante uniría su causa al mecenazgo y a la protección de los príncipes seculares.
Ese año contrae matrimonio con Catalina de Bora, antigua monja cisterciense. Escribe
diversos rituales (bautismo y matrimonio) y sus catecismos: pequeño, grande y párrocos y
predicadores.
1529: dieta de Spira. Allí Carlos V presionado por el avance de los turcos sobre Viena y por
la guerra que declara Francisco I de Francia, acuerda aceptar la reforma allí donde esté
asentada para evitar, de este modo, la guerra.
En una segunda reunión en la misma ciudad –el mismo año-, se acuerda que nadie más
siga a Lutero hasta que no se reúna el Concilio, pero protestan 6 príncipes y 14 ciudades.
Por este motivo se les llamó protestantes.
1546: muerte de Lutero22. La reforma abarca la mitad de Alemania. Comienza el Concilio
de Trento.
1547: Carlos V vence en Mühlberg a la liga Esmalcalda. Exige a los vencidos acudir a Trento.
Pero el Papa cambia el Concilio a Bolonia, con lo que los protestantes se niegan a acudir
por ser en territorio italiano. Entonces el emperador trata de negociar directamente con
los protestantes pero el príncipe de Sajonia, aliado con los franceses le tiende una trampa
en la que estuvo apunto de perecer.
El emperador, que debe atender también otros frentes, acepta el tratado de Nassau (1522)
en el que se da libertad religiosa a los luteranos.
1555: Paz de Augsburgo: cuius regio eius religio. Desde ese momento cada hombre tendrá
la religión de su príncipe. Si no la acepta deberá emigrar.

4. Caracteres generales del protestantismo.

22
Puede verse algunas opiniones generales sobre el autor en Jutta Burggraf, o.c., pp. 138-141. A modo de resumen
pueden citarse unas palabras de Juan Pablo II en Alemania en 1982: “Es necesario un doble esfuerzo tanto en relación
con Martín Lutero como en la búsqueda del restablecimiento de la unidad… Se trata de llegar, por medio de una
investigación sin prejuicios, movidos sólo por la búsqueda de la verdad, a una imagen justa del reformador, de toda la
época de la Reforma y de las personas que estuvieron implicadas… Allí donde la polémica ofuscó la mirada, la
dirección de esa mirada debe ser corregida independientemente de una o de otra parte”.
15
Los caracteres generales del protestantismo se pueden resumir del siguiente modo23.

1°) El protestantismo es ante todo una afirmación de la exclusividad del principio


escriturístico, es decir, del solamente la Escritura (la sola Scriptura)
El protestantismo proclama la Palabra de Dios no sólo como la única fuente, el único
criterio, la única medida de la fe cristiana, sino, más aún, como la única vía hacia la verdad.
De esa forma excluye, de una parte, el papel de la razón humana en la vida religiosa (cfr.
NT I/II.1996, 61), y, de otra, niega a la Tradición y al Magisterio su carácter normativo de
la fe del cristiano.
El principio protestante excluye la posibilidad de una interpretación eclesial de la Palabra
de Dios y con ella la expresión de la fe en dogmas. Las consecuencias que esto tiene, no
sólo por lo que respecta a la interpretación de la S. E., sino a la eclesiología, son claras.
Conviene advertir, sin embargo, que esa posición no lleva, de un modo necesario e
inmediato, al así llamado libre examen. En el protestantismo originario la cuestión
interpretativa se resuelve con una referencia al origen divino de la S. E., postulando que el
Espíritu Santo, autor de la Palabra, sea también el único intérprete de ella mediante una
actuación carismática en cada fiel; es, pues, una posición no humanista, sino
pneumatológica. Fue a través de un proceso histórico -explicable por la debilidad
eclesiológica señalada-, como con la Ilustración el principio del libre examen, con su carga
antropocentrista, volvió del revés la inspiración ultrasobrenaturalista del principio
protestante.
“El protestantismo entendió, además, la realidad religiosa proclamada en la Biblia, de una
manera peligrosamente unilateral: a Lutero (y al protestantismo en general) le faltó
comprender la central significación de lo sacramental en el Evangelio y en la Iglesia, como
ya hemos observado. Lutero reconoció e insistió en el bautismo y en la eucaristía, pero en
realidad sólo concedió valor a la “Palabra” de la Escritura”. 24
Además hubo otros lamentables errores: desde la decisión arbitraria del canon debida a
Lutero, hasta la exégesis complicadísima que ha desnaturalizado los contenidos más
elementales que en la Escritura encontramos, por ejemplo, la misma persona de
Jesucristo.

2°) La afirmación del principio solamente la Escritura se prolonga con el principio


solamente la gracia, con el cual en la misma afirmación de la gracia, que es la acción
salvífica de Dios, resuena la exclusión de toda cooperación por la que el hombre, guiado y
llevado por Dios, coopere en su propia salvación.
La revelación bíblica de la gracia está unida a la revelación del pecado; esto es, del hombre
fuera de su relación con Dios, es más, contra Dios, aspecto este que el protestantismo
subraya extremadamente, sosteniendo que el pecado de origen ha producido una total
corrupción de la naturaleza humana.
La idea protestante del pecado no es estática, aunque concibe al pecado como el peso
específico del hombre. Y no es una idea estática, porque el pecado es arrastrado por la

23
De un modo esquemático y según las interpretaciones tradicionales, se dice que el luteranismo afirma algunas tesis:
Jesucristo (solus Christus), La fe (sola fides) y la Sagrada Escritura (la sola Scriptura). Estos tres síes, llevan emparejados
tres noes: “Jesucristo sin Iglesia; fe sin obras; Escritura sin Magisterio”. Aunque en el diálogo ecuménico se ha visto, en
los últimos años, que esas tres afirmaciones no son tan tajantes: resaltan más las afirmaciones que las negaciones.
24
Lortz, o. c. II, p. 187
16
gracia. Pero -punto capital- eso se entiende no en el sentido de una superación o de un
salto de cualidad -no admiten que se dé el paso del pecado a la gracia-, sino en el sentido
de un perdón divino, que, hoy y ahora, aún no santifica al hombre; el pecado permanece
en el pecador, aun después de la infusión de la misericordia divina, pero el pecador no es
ya simplemente tal: es un pecador agraciado.
Para completar este punto es necesario referirse además a la theologia crucis de Lutero
En la disputa con el Cardenal Cayetano (1518), Lutero expuso con claridad su theología
Crucis o mística y la theología Gloriae o escolástica.
La theología crucis vendrá marcada por dos coordenadas: incompatibilidad entre
conocimiento natural y sobrenatural, por una parte; y la alteridad de Dios respecto al
mundo, por otra. Tal alteridad conlleva como consecuencia, según el reformador, que la fe
es tanto más pura, cuanto más absurda aparezca al sentido común, y que la justicia de Dios
es tanto más justa, cuanto más injusta parezca.
En consecuencia la muerte de Cristo en la Cruz, habría sido sólo desgarramiento, porque
Cristo habría sido aplastado por la ira del Padre hacia Él, padeciendo auténticamente, en
sustitución legal, los tormentos del infierno. Por todo ello y con palabras de Lutero,
predicadas en 1531: “aunque yo sienta el pecado, (éste) está tan estrangulado, muerto y
abrasado, que no me puedo condenar, porque le digo: estás colgado en Cristo. Esto
solamente lo entiendo por la fe… Esta es nuestra doctrina, que fue prohibida por el Papa y
también condenada en la dieta de Augsburgo”25.
La Cruz es, para Lutero, la negación radical de todas las posibilidades humanas, la
supresión de toda exigencia de la naturaleza. Ella misma -dice- revela que en el ámbito de
lo natural el hombre es pecado y que su pecaminosidad es naturalmente insanable. Sus
obras, por tanto, aún aquellas que se dicen buenas, son y permanecen siempre bajo el
signo del pecado.
El ser consciente de esto -concluye- es la gracia: el anularse con todas las propias
posibilidades y exigencias bajo la Cruz de Cristo, para así dejarse señorear por la triunfante
gracia de Dios.

3°) Al que pida como se llega a este conocimiento de la propia vanidad frente a Dios y,
por tanto, a la justificación, el protestantismo responde: con la sola fe.
Es quizá éste el más conocido entre los principios generales de la idea protestante. No es
éste el lugar para discutir y determinar la significación exacta de la fe en el protestantismo:
su pasividad; su gratuidad; su relación con el hombre y con el problema ético; resolverse
en una actitud fiducial, etc. Baste poner de relieve que la fe es el principal componente del
principio protestante precisamente en cuanto que sola, es decir, en cuanto que excluye
absolutamente toda obra humana de valor salvífico.
Ella, así entendida, es, según el protestantismo, el único instrumento de la justificación;
por ella sola, es decir, por el solo reconocerse vano ante Dios, se verifica el traspaso
tropológico de la justicia de Cristo desde el Verbo Encarnado al sujeto creyente. Esto
acarrea algunas consecuencias:
-para el pensamiento protestante, todo intento de hablar de obras del hombre, aun bajo la
gracia, es interpretado como pretensión de autosuficiencia y rebeldía frente a Dios.
-la negación de la gracia como don intrínseco.

25
Saranyana, JI, Historia de la Teología, p. 121,1
17
-la reinterpretación de toda la doctrina de los sacramentos.
-la acentuación de los aspectos psicológicos en el proceso de la justificación (propia sobre
todo de la tradición luterana).

“El protestantismo quiso expulsar radicalmente la filosofía (la “ramera razón”) de la


religión (fideísmo); quiso ser tan sólo religioso en contacto directo con la Biblia. Es
enormemente meritorio todo lo que el protestantismo ha aportado en este sentido,
aportando un sinfín de categoría bíblicas. Pero también es un hecho realzado una y otra
vez por los estudiosos protestantes, que el protestantismo, sus iglesias, y especialmente su
teología han estado, especialmente desde el siglo XVI no sólo en estrecho contacto sino
también en estrecha dependencia respecto de la filosofía moderna”.26

4°) El cuadro no resultaría completo si el protestantismo no se interesase también por


el fundamento y por la causa eficiente de la justificación por la sola fe.
Cuanto precede acerca del exclusivismo y la libertad incondicionada de la gracia es ya una
clara respuesta. Pero el protestantismo responde directamente con una declaración de
principio: sólo Cristo. El principio protestante, una vez más, se enfrenta con la afirmación
cristiana separándola de cualquier aportación de las fuerzas humanas y naturales, de modo
que, para afirmar a Cristo, excluye toda otra mediación, no ya distinta de la suya, sino
incluso derivada o asociada a la suya.
El protestantismo pone en la base de la existencia cristiana sola, única y exclusivamente la
mediación activa y pasiva del Verbo encarnado, es decir, coloca a Cristo, con su realidad
humana y divina, su muerte y su resurrección, en lugar del hombre. Es Cristo quien en
lugar del hombre muere, y es a Cristo a quien Dios contempla con su mirada amorosa para
detener así la justicia que debería recaer sobre quien es pecador y permanece tal aun bajo
el don de la gracia.
Es entre Dios y Cristo como se desarrolla todo el misterio de la salvación al que el hombre
se une con la fe, pero sin cooperar a él con su libertad y su vida.

TEMA III: LA PROPAGACIÓN DE LA REFORMA EN EUROPA

1. Polémicas internas: Baptistas. Zwinglio y Calvino

1. 1. Anabaptistas.

En el fervor de la reforma surgieron movimientos con tintes de fanatismo en su


ánimo reformador. [Uno de esos grupos fue el de los anabaptistas cuyo jefe más señalado
fue Tomás Münzer. Hacían rebautizar a todos porque no daban valor al bautismo de los
niños27 y se presentaban como “exponentes de la reforma”, llegando a constituir durante
algún tiempo el partido más fuerte de los innovadores alemanes.

26
Lortz, o.c. II, p. 187
27
Mc 16:16 “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”.
18
Algunos grupos que proclaman la necesidad del bautismo de adultos existen desde muy
antiguo en la Iglesia Católica. Los anabaptistas de los que hablamos aquí –que brotan en
torno a la Reforma- se constituyen en los primeros años y tomaron diferentes formas o
influyeron en otros grupos surgidos con motivo de la Reforma.
Querían rehacer en su forma originaria la Iglesia primitiva y hacer de ella una
“comunidad de santos”. Más que a la Palabra de la Escritura, daban importancia a la
iluminación inmediata del Espíritu (la luz interior); negaban cualquier subordinación a la
Iglesia y al Estado, a toda forma de organización eclesiástica externa, y rechazaban los
sacramentos, excepto la cena y el bautismo que reservaban para los adultos.
Algunos adoptaron métodos comunistas y se entregaron a un fanatismo virulento y
apocalíptico. Perseguidos tanto por los católicos como por los protestantes por ser
rebeldes contra la religión y la autoridad, y castigados a veces con la muerte, todavía
siguieron ganándose adeptos.
Tomas Münzer buscaba una Iglesia no compuesta de curas y monos (Pfafen und
Affen) sino de “amigos escogidos por Dios”, y llevado de sus ideas socializantes, anima la
revuelta de los campesinos que estalló por la Alemania central entre 1524 y 1525.
Numerosos castillos y monasterios fueron saqueados y entregados a las llamas; en algunos
pueblos y ciudades se instauró un régimen igualitario, ácrata y comunistoide.
La postura que adoptó Lutero no fue coherente en un principio. Si, por una parte se
inclinaba por la paz, por otra parte no dejaba de apoyar a los campesinos, amenazando a
los señores porque se oponían a la doctrina del evangelio y no dejaban de “desollar y robar
a las clases sociales inferiores”. Luego cambió de conducta a la vista de los excesos que
cometían los revoltosos y llegó a incitar a los nobles para que mataran a los campesinos
como si fueran “perros rabiosos” e hicieran de este modo una obra grata a Dios. El mismo
Tomás Münzer fue hecho prisionero, torturado y decapitado en 1525.
Siguieron después otros grupos como los baptistas de Münster de Westfalia, que
llegó a hacerse con la ciudad en 1534-1535, destruyendo imágenes, aboliendo la
propiedad privada, instaurando la poligamia y proclamando el nuevo reino de Sión con un
sastre de Leyden; el de los espirituales de especulación mística de Sebastián Franck; la
secta de los familistas, los mennonitas de Holanda, los hermanos bohemios, los socinianos
de Polonia, etc., modelos, todos ellos de independentismo congregacionalista28 que
permanecería más tarde, en diversos movimientos: baptistas, cuáqueros, irvingianos,
hermanos de Plymouth, mormones, adventistas o pentecostalistas 29. Estos movimientos,
que comenzaron en Inglaterra, se caracterizan por ser menos rígidos que los primeros, que
fueron masacrados.

En Inglaterra surgieron de nuevo grupos congregacionalistas, que no aceptaban ninguna


autoridad externa. Querían ser independientes de “Papa, prelado, presbítero, príncipe y
parlamento” y reducir el cristianismo a una mera actitud interior. Pero esto se oponía a la

28
Los congregacionalistas derivan de la interpretación que algunos hicieron de cómo Lutero entiende el sacerdocio
común. Ni Lutero ni Calvino pensaron que cada hombre era su propia iglesia. Esta doctrina se vio pronto
desacreditada por los excesos que cometieron los Congregacionalistas. Según estos, la Iglesia es la congregación local,
que tiene una autonomía completa para determinar su doctrina, su culto y su disciplina, sin referencias a ninguna otra
autoridad exterior. En este sentido no ha una sola comunidad congregacionalista sino congregaciones.
29
Cfr. Martín Francisco, Historia de la Iglesia II, Palabra, pp. 156-157.
19
idea de que los súbditos profesaran la religión del Rey, por lo que fueron perseguidos. Sus
líderes fueron ejecutados en 1593.
Los supervivientes se refugiaron en Holanda e intentaron penetrar de nuevo en Inglaterra
con Jacobo I que subió al trono en 1603. Ante el fracaso de la nueva tentativa, muchos
emigraron a américa.
Se consolidaron –tras muchas luchas- en el siglo XVII, en gran parte en América. Entonces
empezaron a llamarse Puritanos Congregacionalistas o simplemente Puritanos o
simplemente Congregacionalistas.

Ulrico Zwinglio (1484-1531)

Suizo, de Wildhaus, en la zona alpina. Tenía dos hermanos y un tío sacerdotes y dos
hermanas y una tía religiosas.
Buen sacerdote, se le encargó predicar en la principal iglesia de Zurich. Cuando la
peste atacó esta ciudad, se entregó a ayudar a los afectados, se contagió y sufrió una lenta
recuperación.
Es a partir de 1520 cuando manifiesta tendencias muy similares a las de Lutero –que
ya se insinuaban antes, si bien permanece en la incógnita si llegó a leerle directamente. En
todo caso las ideas del reformador circulaban ya por toda la Europa central. Nunca quiso
considerarse como discípulo de Lutero.
Poco a poco fue dando pasos: autoridad de la Sagrada Escritura, la justificación por
la gracia, la ineficacia de los méritos… Más tarde salió en defensa de dos condenados a
prisión por violar las leyes del ayuno cuaresmal en una posada. Siguió con el ataque a las
imágenes piadosas, reliquias, doctrina sobre la Misa a quien presenta como simple
recuerdo de nuestro Señor. Clausura de conventos y anulación del celibato sacerdotal.
Decretó obligatorios los sermones bajo amenaza de sanción. Se tenían en sustitución de la
Misa todos los días, muy temprano.
Se creó una especie de teocracia en Zurich –que tenía cierta enemistad con Roma,
de modo que el poder quedaba en manos de lo civil, y Zwinglio predicaba a todos
procurando la extensión de la moral evangélica y la instrucción terrena del pueblo para la
gloria de Dios.
Los que no se sometían fueron encarcelados o muertos. Se extendió este modo de
gobierno a otras ciudades de la suiza alemana que quedaban hermanadas entre ellas.
En 1929 tiene lugar la disputa con Lutero sobre el modo de presencia de Jesucristo
en la Eucaristía. Mientras que Lutero defendía la presencia real in usu, él hablaba de una
presencia meramente simbólica. De carácter más subjetivo que Lutero y temperamento
radical, rompieron relaciones.
Se dedicó a la extensión del zwinglismo por los cantones suizos y emprendió la
guerra contra los que permanecieron católicos. Él actuaba como predicador de las tropas.
Murió en la batalla de Kappel (1531), luchando contra los católicos (que vencieron).
El verdugo quemó su cadáver. Pronto el zwinglismo fue absorbido por el calvinismo.

Juan Calvino (1509-1564)


20
Era francés, de Noyon. Su padre era empleado del obispado. Su madre murió pronto.
Estudió Artes en París y Derecho en Orleáns30, terminando en 1532. Sabemos que fue allí
donde leyó a Lutero. A esa edad tenía fama por su aguda inteligencia y severidad de
costumbres.
No sufrió conflictos internos pero tenía un gran afán reformista. Experimentó una
“conversión” probablemente en 1533, que no sabemos bien a que fue debida.
Es el más joven de los tres reformadores, el más lógico y un gran organizador. De
carácter intransigente. Huyó de Francia en 1534 porque Francisco I no admitía no católicos
en sus dominios.
Viaja a Ginebra para pasar allí un día. Se encuentra con Guillermo Farel que le
convence de permanecer en la ciudad predicando la reforma. Aunque al principio se niega
aduciendo su juventud y deseos de seguir estudiando, cede después ante los argumentos
de Guillermo31.
Cuando tenía 26 años escribió “Institutio religionis christianae32”, publicada en 1536. Ahí
se condensa su doctrina.
Calvino se entregó sin reservas a la Majestad de Dios y se sometió con estricta
obediencia a lo que juzgaba como voluntad divina.
Respecto a la Eucaristía adopta una postura intermedia entre Lutero y Zwinglio:
niega la transustanciación pero habla de una presencia virtual: el Espíritu Santo nos
alimenta por medio de los signos de la carne y sangre de Cristo. Frente a Lutero niega la
consustanciación y frente a Zwuinglio afirma que hay una real comunión con el cuerpo y
sangre de Cristo, aunque estos no estarían presentes bajo las especies del pan y del vino:
serían dados a los comulgantes “con el pan y el vino”.
Ante su extrema rigidez el pueblo y los consejeros municipales –a los que llamó
“asamblea de Satanás”- le rechazaron. Se fue en 1538, hasta que en 1541 le llamaron de
nuevo. En este tiempo había aprendido a actuar con moderación y había conocido a
Melanchton y otros protestantes famosos, si bien parece que nunca conoció
personalmente a Lutero.
A partir de ese momento se dedicó a crear en Ginebra un sistema teocrático que
desde allí se comunicase después a otros lugares. Su ilusión fue crear un reino terrestre de
Dios, en el que toda la vida cultural y social estuviese regulada exteriormente, hasta en los
más mínimos detalles por una ley moral y eclesiástica.
Se aprobó un ordenamiento eclesiástico y otro para el servicio religioso. También
publicó un Catecismo de Ginebra (1542-1545) y estableció un Consejo eclesiástico o
Consistorio que vigilaba la forma de vida de cada persona de la comunidad.
En 1551 logró la unión con los antiguos seguidores de Zwinglio, al mismo tiempo
que rompía definitivamente con los luteranos.
La evolución de la enseñanza calvinista sobre la Cena se caracteriza por el hecho de
que hay cada vez menos un nexo íntimo entre los signos del pan y del vino y la comunión

30
Quería estudiar teología, pero su padre, abogado y secretario del Obispo de Noyon –excomulgado por ciertos
conflictos- se lo prohibió.
31
Dicen que le argumentó: “Tu aduces el pretexto de tu juventud, pero en nombre del Dios omnipotente, yo te
anuncio que te alcanzará la maldición de Dios si rehúsas tu ayuda a la obra del Señor y te buscas a ti mismo antes que
a Él”. Calvino se quedó y, en adelante usó de los mismos argumentos convincentes en su acción.
32
Era un compendio de su doctrina que amplió varias veces durante su vida. La última edición era una obra extensa de
cuatro volúmenes.
21
con la Carne y la Sangre de Cristo. Según el reformador, no se puede hablar de una
presencia real, sino de una comunicación real con Cristo: el creyente que recibe en la cena
el pan y el vino, participa realmente de la comunión de la Carne y Sangre del Salvador. Sin
embargo, estos no están de ninguna manera unidos a unos elementos concretos.

Calvino subrayaba que la justificación de una persona no se da en un momento, sino


mediante un largo proceso. Por eso insistió en el comportamiento moral mucho más
fuertemente que Lutero. También destacó más el aspecto visible y comunitario de la
Iglesia, lo que correspondía a su sentido práctico y a su preocupación por la recta
organización de la sociedad.
En 1555 estalló por última vez una contienda en la ciudad. Fue reprimida con
energía y los rebeldes condenados a muerte.
Calvino trataba de fundar el reino de Dios no tanto por métodos de atracción como
mediante prescripciones legales externas, impuestas por medios violentos que cercenaban
la libertad de los cristianos33.
Sin embargo mejoró la calidad de vida de la ciudad: fomentó la industria de los
paños, mejoró la calefacción, fundó la Academia Teológica -el calvinismo tiene una
doctrina más elaborada que otras confesiones protestantes. Por ello capta menos
seguidores, pero es más profundo-, reorganizó la asistencia sanitaria, etc.
Desmejorado y envejecido por el mucho trabajo, se hacía llevar al púlpito o al
Consejo, cuando ya no podía ir por sí mismo. Llegó un punto en que los Consejeros tenían
que desplazarse a su casa. Allí en un acto que emocionó a todos pidió perdón por las veces
que había actuado con rigor y asperezas culpables.
Por voluntad propia fue enterrado en lugar desconocido, sin testigos, ni funeral, ni
exequias.

El luteranismo se extendió por Alemania, Escandinavia y Europa centro-oriental,


mientras que el calvinismo lo hizo en Alemania (donde se fundaron algunas comunidades
procedentes de los Países Bajos), Inglaterra (allí prendió por casar bien con al carácter
anglosajón dotado de cualidades prácticas), Suiza, Francia, Países Bajos y Escocia donde se
llamó presbiterianismo a partir de 1581.

2. Enrique VIII y el anglicanismo.

Enrique VIII (1491-1547). Fue un hombre despótico, de carácter inconstante y sin


principios morales. Al comienzo de su reinado (1509) hace profesión de fe y en la eclosión
del protestantismo firmó una apología titulada “En defensa de los siete sacramentos”

33
Bien pronto la ciudad de Ginebra cambió completamente su faz. La alegría de vivir dio paso al rigor y seriedad de las
costumbres. Toda la vida social quedó rígidamente regulada. Y toda la vida privada de los ciudadanos –acciones,
palabras y hasta opciones personales-, estaban bajo control. Los miembros del Consistorio tenían derecho de visitar,
sin previo aviso, a cualquier familia y en cualquier momento para asegurarse de la conducta moral de los habitantes
de la casa. Toda falta fue registrada. Además de muchas otras penas, con frecuencia duras y crueles, se ejecutaron
numerosas sentencias capitales. Los pecados capitales contra la fe fueron castigados en la hoguera. Se establecía la
pena de muerte en general por blasfemia contra el nombre de Dios, por adulterio, por impudicia y por ofensas a los
padres. El juego, las danzas y las representaciones teatrales fueron prohibidos.
22
(probablemente de Tomás Moro) que le valió el título Defensor fidei, concedido por el
Papa León X.
Casado con Catalina de Aragón de la que tuvo una hija: María Tudor. Se enamoró de
Ana Bolena y, como no tenía hijos varones, pidió la anulación de su matrimonio al Papa. En
Roma acaba de producirse el saqueo por las tropas del Emperador. El Papa desde Orvieto,
donde se encuentra como un refugiado más, otorga una especie de dispensa por si se
declara nulo el matrimonio con Catalina: era como no decir nada y lo que se pretendía era
ganar tiempo.
Sin embargo este gesto animó las esperanzas de Enrique VIII. Entre tanto murió el
primado anglicano y fue nombrado Tomás Cranmer, hombre sin escrúpulos que declaró
nulo el primer matrimonio del rey. No había esperado éste para anunciar al país que nueva
reina era Ana Bolena.
El Papa declaró nulo este pretendido matrimonio y excomulgó a Enrique que rompió
relaciones con Roma y se proclamó jefe de la Iglesia en Inglaterra con la llamada Acta de
supremacía que atribuía la potestad suprema de la iglesia anglicana al Rey. Corría el año
1534. De este modo se libró también el rey de las aportaciones económicas a Roma 34.
Se opusieron 18 cartujos, algunos sacerdotes, Tomás Moro, canciller del reino y Juan
Fisher, Obispo de Rochester. Fueron ajusticiados. En un primer momento pareció un
conflicto más entre el Papa y un soberano, de ahí que no hubo fuertes reacciones. Pero la
llegada del calvinismo a Inglaterra influyó en el curso que adoptaron los acontecimientos.
El resto de reinado de Enrique VIII se mantuvo todo muy similar al catolicismo, pero
poco a poco se fue adoptando una “vía media” –principalmente con sus sucesores Eduardo
VI e Isabel I- respecto al calvinismo porque, en definitiva, los principales apoyos los
encontró entre los reformadores continentales.

Eduardo VI (1547-1553) –hijo de la tercera mujer de Enrique VIII- fue más virulento
anticatólico. Durante su reinado el cisma pasa a herejía. Abrió la puerta a los reformadores
luteranos y calvinistas, de modo que se suprimió la Misa que sustituyó por un oficio no
sacrificial. En 1552 se impuso por un acta del Parlamento, un Libro de plegaria común
(Book of common Prayer) que (misal, breviario y ritual) contiene la liturgia oficial con tonos
marcadamente luteranos.
En 1553 se redactaron los “Cuarenta y dos Artículos”, doctrinales, sobre la Eucaristía, la
predestinación, y otras cuestiones, de corte calvinista. Estos artículos más el Libro de
plegaria común constituyeron lo esencial de anglicanismo.
Se disolvieron los monasterios, allanó los conventos confiscando sus rentas.

A Eduardo le sucede su hermana María Tudor (1553-1558) (llamada la Católica), hija


del primer matrimonio de Enrique VIII. Católica a ultranza que promovió la vuelta al
catolicismo y la persecución de la herejía. Pero no fue afortunado su modo de gobernar
porque al casarse con Felipe II muchos sospecharon de la voluntad de dominio del rey
español y aumentó la resistencia.

34
No hubo ningún cambio sustancial, fuera de la obediencia que se negaba al Papa. En la Ley de los seis artículos de
1539 se afirma que Cristo está realmente presente en la Eucaristía; que no es necesaria la comunión bajo las dos
especies, aunque pueda permitirse en algunos casos; que los votos de castidad y obediencia obligan en conciencia;
sigue siendo necesaria la confesión auricular y se conserva la Misa privada; y que por ninguna causa se persiga a los
sacerdotes y religiosos. Sin embargo esto último no lo cumplió y hubo mártires durante su reinado.
23
Trata de entablar relaciones con la Santa Sede pero en el gobierno se dejó llevar por
ciertas imprudencias y precipitaciones como dictar abundantes sentencias de muerte
contra protestantes (unos 300 en cinco años de reinado entre ellos Tomas Cranmer que
pronunció el divorcio de sus padres)35.

A su muerte, sin dejar descendencia, subió al trono la hija de Ana Bolena, Isabel, (1558-
1603) que volvió, con mayor virulencia a imponer el anglicanismo con fuerte influencia
luterana y calvinista. Su largo reinado decidió la suerte del cristianismo inglés. Por el Acta
de supremacía, la reina era la única cabeza de la iglesia en Inglaterra. Por el Acta de
uniformidad (1559), se determina el credo y la nueva liturgia que debe observarse.
Al principio no fue muy bien recibida pues sólo uno de los 16 obispos ingleses la
firmaron. Prescribía, entre otras medidas, la abolición de la Misa (sustituyéndola por el
oficio eduardino) y la obligación de que todos los funcionarios presten juramento de
fidelidad a la corona, erigida en autoridad suprema en lo temporal y en lo espiritual.
Depuso y encarceló a los obispos católicos y se creó una nueva jerarquía. El castigo para
quien se negara a hacer los nuevos juramentos era la pena de muerte 36. Se obligó a todo el
mundo, bajo pena de fuertes multas a asistir todos los domingos a los nuevos oficios
religiosos. Se amenazó a los sacerdotes que no se sometieran con la cadena perpetua. Más
tarde se endurecería aún más la persecución.
Nombró cabeza de la iglesia reformada a Matías Parker (ex capellán de Ana Bolena)
consagrado Arzobispo de Canterbury, pero el Papa declaró inválida la ordenación por lo
que sus sucesores, presbíteros u obispos no lo son.
A partir de 1563 se imponen los “42 Artículos” de Eduardo VI como norma de la iglesia en
Inglaterra.
Encarceló a María Estuardo37 que llegó huyendo de los protestantes escoceses (mujer algo
ingenua) y hay revueltas para liberarla. Fue ejecutada en 1587. La respuesta de Felipe II fue
enviar la “Armada Invencible”, pero sólo sirvió para que Isabel I recrudeciera la
persecución contra los católicos.
En definitiva el anglicanismo quedó como un conglomerado: tomó algo del catolicismo, del
luteranismo, del calvinismo, del metodismo, del puritanismo y del modernismo (en años
sucesivos). Conserva la liturgia, los sacerdotes, la Misa, los sacramentos y los votos de los
católicos. Sólo en el libre examen se acerca a los luteranos y en la predestinación a los
calvinistas.
Aunque Escocia era entonces independiente –durante el reinado del rey Jacobo V y su hija
María Estuardo- se infiltraron las ideas y terminó por proclamarse el anglicanismo en 1554.
Gran parte de la isla de Irlanda pertenecía a Inglaterra desde el s. XII. Más tarde se
procedió a la conquista del territorio restante con Oliverio Cromwell, jefe de los puritanos,
a partir de 1641. En 1642 Cromwell, destronó y ejecutó al rey Carlos I, nieto de María
Estuardo, instaurando la República. Impuso grandes penalidades a los católicos: prohibido

35
Se la conoce como María la sanguinaria (cfr. Martín, Francisco, o.c., 153).
36
Murieron durante el reinado de Isabel 124 sacerdotes y 60 laicos mártires. Varios obispos fueron encarcelados (cfr.
ibid., 154).
37
Escocia fue independiente de Inglaterra hasta el siglo XVIII. Gobernaba allí Jacobo V (+1542) y su hija María
Estuardo. Aunque trataron de mantener el catolicismo, terminó por imponerse el protestantismo debido a la presión
de nobles y clérigos, en 1544.
24
enseñar la doctrina, heredar, negociar, el acceso a cargos públicos, salir de las estériles
tierras del sur... A finales del s. XVIII se suavizará esta presión.

3. Situación en los demás países europeos.

La posibilidad que se ofrece a los príncipes de dominar sobre el clero y de poseer


sus bienes, facilitó que Suecia, Noruega y Dinamarca se pasaran a los protestantes. Los
países Bálticos, dominados por la orden Teutona también, pues el Maestro de la orden, el
Arzobispo Alberto de Brandeburgo transformó el país en un ducado hereditario.

Países Bajos

Aunque en un primer momento los Países bajos son católicos, los comerciantes
alemanes protestantes, y la influencia de Inglaterra anglicana que envía predicadores,
universitarios humanistas y clérigos aferrados al protestantismo, hacen una labor de zapa.
Las mismas autoridades locales se van apartando del rey español (antes Carlos V, ahora
Felipe II).

Cuando Fernando Álvarez de Toledo —Duque de Alba- sube los impuestos, se organiza
tales desórdenes que deben ser reprimidos por la fuerza. Constituye un consejo para
juzgar herejes llamado Tribunal de la sangre (1567-1573) por sus enemigos.
Así Guillermo de Orange-Nassau (+1584) (el taciturno), y el conde de Egmont (gobernador
de Flandes) pasan de ser amigos de Felipe II a la oposición en 1566. Se pasa al
protestantismo y todo el norte de los Países Bajos al calvinismo. Poco después obtendrá la
independencia esta región con Mauricio de Nassau, hijo de Guillermo, que murió
asesinado. La zona sur, católica, actual Bélgica, queda bajo el mando de Alejandro de
Farnesio.

En la paz de Westfalia (1648) Holanda consigue el estatuto de país calvinista. El


catolicismo se permitirá a título privado sin manifestaciones exteriores de culto.

Polonia y Hungría

En Polonia entrará el protestantismo con sus diversas ramas a partir de 1548. Sin
embargo la acción de los jesuitas y el gobierno del rey Segismundo III Wasa hacen que el
catolicismo recobre un predominio que se mantendrá.

En Hungría también entró el protestantismo. Sin embargo, debido al trabajo de los


jesuitas y a la gran fidelidad del pueblo, así como la necesidad de unión frente al turco,
terminó imponiéndose el catolicismo.

Suecia
25
Desde el primer momento (1523) el protestantismo fue impuesto por el rey Gustavo
I Wasa. Sólo su segundo sucesor, Segismundo III Wasa -también rey de Polonia como su
padre- es abiertamente católico. Pero la asamblea de Upsala se le opuso hasta que fue
depuesto. Le sucede Carlos X (1604-1611) que hizo de Suecia la primera potencia
protestante. Su hijo Gustavo Adolfo (1611-1632), mantuvo ese poderío.
Su hija –Cristina de Suecia- se convirtió al catolicismo, razón por la cual renunció al
trono y a todos sus derechos, partiendo al exilio –a Roma- para el resto de sus días. Subió
al trono su primo Carlos Gustavo.

Prusia

Después de la caída de Constantinopla en 1453 la iglesia ortodoxa griega deja de


estar ligada al poder, perdiendo influencia, aunque mantiene la libertad de culto. Sigue
sustancialmente fiel a la doctrina católica en cuanto a dogma, sacramentos y moral y
rechaza de plano las propuestas de unidad que ofrece Melanchton (1559) así como las de
los calvinistas (1575).

En Rusia seguirán unidos al poder civil en líneas generales. En 1618 el Zar Miguel I -
de la dinastía de los Romanof- impone al país una confesión de fe ortodoxa.

4. La evolución del protestantismo

Como consecuencia del libre examen y de la negación de una autoridad humana


magisterial y de régimen surgieron frecuentes divisiones entre los protestantes antes de la
muerte de Lutero (1546) y Melanchton (1560). Se originan, pues, diversas iglesias
evangélicas.
En Inglaterra, de los calvinistas derivan los puritanos que predican una total
separación iglesia-estado y se oponen al Acta de uniformidad. Dieron lugar a los
presbiterianos que proclaman una iglesia democrática de derecho divino. En Escocia
fueron perseguidos por lo que huyeron a Estados Unidos en el famoso “Mayflower”, en
1620.

TEMA IV. LA REFORMA CATÓLICA

1. Intervenciones del Papado

El intento de mayor envergadura para acometer la reforma de la Iglesia fue el Concilio V de


Letrán, convocado por Julio II. Ya vimos en el tema primero las razones por las que faltó
eficacia.
Comienza ahora un período de sesenta años que contará con grandes Papas y grandes
santos. Siguiendo el concilio de Trento llevaron a cabo la gran reforma de la Iglesia tan
esperada por la cristiandad.
26
Pablo III (1534-1549) reina en un período en el que la situación en Alemania ha
pasado de ser una cuestión teológica a ser una cuestión enormemente complicada de
intereses creados, muchos de ellos económicos o de poder. Una nueva situación social que
no pretende aclarar la doctrina auténtica, sino gozar de su status. Pero esta información no
la tenían en Roma. El Papa, consciente de la desinformación en que se encontraban, envió
legados que recorrían el país y enviaban información. Impulsó, además, una
profundización teológica acerca de las cuestiones debatidas.
También adoptó una serie de medidas de reforma:
-favoreció las asociaciones sacerdotales y órdenes: capuchinos, teatinos, barbanitas,
jesuitas, somascos…
-se esmeró en los nombramientos para la curia escogiendo a hombres de gran valía
(cfr. Hertling, 331, 2)38.
-creó el Santo Oficio (1542) y alentó las investigaciones de la Inquisición para
erradicar el protestantismo de Italia.
Por fin, convocó en Concilio en Trento39, ciudad situada entonces fuera de la
frontera italiana, en territorio del imperio.
El modo de trabajo consistía en elaborar en Comisiones de teólogos y canonistas, y
después en Asambleas plenarias o sesiones, dos grandes tipos de documentos:
a) exposiciones histórico-sistemáticas de las verdades más importantes de la fe
(fijar el dogma)
b) decretos breves y prácticos sobre la reorganización de la vida del clero y la
disciplina común del pueblo cristiano40 (normas disciplinares).
Se desarrolló en tres Sesiones: 1545-1547; 1551-1552; 1562-1563. La primera interrupción
fue causada por el enfado del Emperador ante la decisión de los Padres de cambiar los
trabajos de Trento a Bolonia, alegando epidemia de peste, si bien la causa real era evitar
las presiones que el Carlos V ejercía sobre ellos. Los Obispos y teólogos del Emperador no
fueron a Bolonia, de modo que se interrumpió esta primera fase en 1549.
Se reanudaron con el Papa Julio III (1550-1555)41 en 1551, pero la traición de Mauricio de
Sajonia a Carlos V causó que este retirara a los obispos alemanes 42.
Le sucedió Marcelo II cuyo pontificado fue fugaz, y Paulo IV (1555-1559) que era un
anciano de 79 años. Durante su breve mandato, el pontificado abandonó definitivamente
su aire principesco-renacentista. Terminó también con la acumulación de beneficios, el
nepotismo, y el abandono de sede y de conventos de forma drástica.
El Concilio finalizó siendo Papa Pío IV (1559-1565).

38
El primer cardenal que nombró fue San Juan Fisher que aguardaba en la cárcel el cumplimiento de la sentencia de
muerte. Fue un botón de muestra de lo que venía: renovar el Colegio Cardenalicio con los hombres más santos y
brillantes.
39
Por algunas razones se había retrasado: desde hacía quince años lo reclamaba con urgencia el Emperador, pero: *se
temía que un concilio de católicos y protestantes podría concluir en ambigüedades. *Se temía un rebrote del
conciliarismo. *No había una clara disposición por cada una de las partes en ceder para conseguir de nuevo la unidad.
*Era un obstáculo la enemistad entre Carlos V y Francisco I de Francia.
40
El Papa quería definir la doctrina, mientras que el Emperador deseaba una serie de preceptos disciplinares que
dejasen un hueco a los protestantes, de modo que estos pudieran seguir en la Iglesia.
41
Había sido legado pontificio en la primera parte del Concilio, por lo que conocía perfectamente el modo de
funcionamiento. De este modo pudo guiarlo con pulso seguro.
42
Acudieron algunos reformados y se puso de manifiesto las dificultades para la unión tras 30 años de ruptura.
27

2. Doctrina del Concilio de Trento.

En el Concilio se redactaron un total de 25 Capítulos seguidos cada uno de los


correspondientes cánones condenatorios de errores.
Se puede decir que entre los mayores logros doctrinales está la definición de que la
Revelación se transmite en la Sagrada Escritura y la Tradición, interpretadas
auténticamente por el Magisterio (Sesión IV); doctrina sobre la justificación, en la que
concurren gracia de Dios y libertad humana; doctrina sobre los siete sacramentos.
En cuanto a los logros disciplinares: residencia de Obispos en sus diócesis; prohibición de
acumular beneficios; formación del clero en seminarios; obligación del clero de dar
catequesis.
Quedó pendiente de realizar pero indicado por el Concilio: el Misal Romano, el Catecismo,
y el Breviario.

1ª PERÍODO 2ª PERÍODO 3º PERÍODO


1545-1547 1551-1552 1562-1563
DECRETOS DOCTRINALES
-De Deo Creante et -Eucaristía -Sobre la Misa y el
Elevante. -Penitencia sacerdocio (puntos más
-Pecado original. -Unción conflictivos con los
-Justificación. protestantes).
-Acción de los -Los sacramentos como
sacramentos. fuente de vitalidad de la
-Bautismo. vida cristiana.
-Canon de la S.E. -Matrimonio (terminar
-Tradición. con los clandestinos).
-Magisterio. -Purgatorio.
-Devociones y reliquias.
-Seminarios.
-Órdenes religiosas.
DECRETOS DISCIPLINARES
-Formación sacerdotal. -Autoridad de los -Otros decretos
-Condiciones para obispos sobre el clero. disciplinares (sobre el
acceder al episcopado. -Sobre los beneficios de duelo, etc.)
-Catequesis los eclesiásticos.
-Vulgata
-Sobre la vida y
ministerio de los
sacerdotes

Los decretos del Concilio fueron recibidos en toda la cristiandad menos en


Alemania, Francia e Inglaterra, donde se pensaba que se interfería de algún modo en las
prerrogativas del Estado.
28

3. Los precedentes de la reforma católica en Italia y España

A) Italia se mantuvo fervorosa debido sobre todo a iniciativas personales en torno al


siglo XV. Así hubo una floración de Camaldulenses (creados por san Romualdo en el siglo
XI), monjes que siguen una Regla de extremado rigor.
San Gaetano de Tiena (1480-1547) creó l’Opera del Divino Amore donde clérigos y
laicos se dedicaban a las obras de misericordia43.
Fundó también los clérigos regulares, sacerdotes que emiten los tres votos y hacen vida en
común. Se ponen al servicio del Obispo. Ante estas vidas ejemplares surgirán numerosas
vocaciones al seminario.
La congregación por él fundada fue la de los Teatinos (clérigos regulares), sociedad
de sacerdotes que vivían el de pobreza con extremado rigor: ni siquiera pedían limosna.
Realizaban tareas pastorales ordinarias en suburbios de las grandes ciudades italianas.
San Antonio María Zacaría, médico y después sacerdote, crea los Barbanitas
(clérigos regulares), sacerdotes cuyo lema será servir sin esperar recompensa. Se
dedicaron especialmente a las misiones rurales en poblaciones del norte de Italia.
San Jerónimo Emiliano creó escuelas para la juventud obrera.
Santa Ángela de Merici promueve la formación de la juventud y una orden
(Ursulinas) que fomenta la vida interior, celibato apostólico y el no uso de hábito (aunque
lo adoptaron más tarde).
Surgen las cofradías, compuestas de clérigos y laicos, de todas las edades y
profesiones que se reúnen con fines principalmente de piedad y caridad.
San Felipe Neri (1515-1595) llevó la dirección espiritual de gran parte de la curia. De este
modo contribuyó de un modo tan eficaz como discreto a toda la obra que en la ciudad
eterna se desarrolló durante esos decenios.

B) España se ha convertido en un gran imperio con las colonias en ultramar y sus


posesiones europeas, entre ellas Sicilia y el sur de Italia.
Unificada bajo los Reyes Católicos, han obtenido de Roma el derecho de presentar
obispos, dan el placet a las bulas pontificias para que puedan ser aplicadas, y se resuelven
todos los asuntos ante los tribunales reales.
Desde 1495 la reforma de la iglesia en España es el objetivo del Cardenal Francisco
de Cisneros, confesor de la reina Isabel, Gran inquisidor, Arzobispo de Toledo, y Regente
del reino. Fue el quien enderezó la disciplina del clero e impulsó la cultura. Fundó la
Universidad de Alcalá de Henares en 1499.

La Inquisición nace en el s. XII por iniciativa del Papa contra la herejía de cátaros y
valdenses. Aunque cae en desuso en Francia y España, hacia 1450 los Reyes Católicos
piden su rehabilitación en 1473 y la confían a Torquemada en 1483. Los tribunales
ambulantes o fijos, investigan a moriscos (conversos del islamismo) y marranos (conversos

43
Ahí muchos clérigos y laicos vivieron una vida de piedad más intensa que permitió que fuesen, a la sazón, buenos
instrumentos para la reforma.
29
del judaísmo) y proclaman solemnemente las sentencias en los llamados Autos de Fe, a
veces con penas duras.
Carlos V le dará un nuevo impulso en 1533 para vigilar formas demasiado subjetivas
de piedad, en particular los “recogidos y alumbrados»
Hay también grandes predicadores que recorren tierras reconquistadas al Islam
tratando de despertar o reinstaurar la fe: Sto. Tomás de Villanueva en Valencia (llegó a ser
Obispo de esa ciudad), San Juan de Ávila en Andalucía... (apoyó a san Ignacio, santa
Teresa, y san Juan de la Cruz).
Ignacio de Loyola es herido a las puertas de Pamplona por los franceses. Mientras
se recupera lee la Vida de Cristo de Ludolfo el Cartujo a lo cual seguirán diez meses de
reflexión en Manresa, donde sufre su gran conversión. Realiza un viaje a Tierra Santa y
después durante 10 años estudia en Alcalá de Henares, Salamanca y París.
Se ordena sacerdote y rodeado de un grupo de compañeros se entrega a la
formación de la juventud. Pero la nueva fundación no sigue los cánones existentes, no
quieren retirarse a un monasterio o convento como hasta ahora (son clérigos regulares),
sino vivir su vida religiosa en medio del mundo, sin separación o clausura, formando la
entera personalidad humana: formación moral, espiritual, humana y doctrinal.
Destaca en su pedagogía el papel de la inteligencia y de la voluntad. Refuerza
además su obediencia a la Cabeza de la Iglesia mediante un cuarto voto 44.

Felipe II (1527-1598) desde su forma de gobierno burocratizada fue un trabajador


incansable para aplicar Trento en sus posesiones y también en la política exterior: luchó
contra el turco en Lepanto; contra Enrique de Navarra (francés); contra Inglaterra (Armada
Invencible) y en los Países Bajos, con D. Juan de Austria, el Duque de Alba y Alejandro de
Farnesio, donde los Tercios españoles hicieron historia.
Puede decirse que hasta ahora los gobernantes han buscado dictar leyes que hagan
posible vivir cristianamente en sus territorios. Para ello, al legislar parten de la ciencia
moral, natural o divina. Pero empieza a notarse la tendencia a poner en la propia razón la
fuente del orden natural y social. Una de las consecuencias será un incremento del
regalismo o deseo de sujetar la acción de la iglesia al control del rey.
Un ejemplo es la bula por la que el Papa Julio II deja en las manos del rey de España el
mantenimiento económico de la iglesia en América. En compensación el rey puede
nombrar los titulares de cargos espirituales y de los beneficios, también episcopales. Poco
después Portugal conseguirá lo mismo.
En sede vacante es el rey quien cobra los beneficios, y esto perjudica la prontitud
con que son provistos esos puestos.
El rey usa también el régimen del regium execuatur: derecho por el que una
decisión del Papa no puede ser comunicada sin autorización del rey. En muchos casos es la
autoridad civil quien juzga a los eclesiásticos. La Santa Sede negocia estos puntos para
obtener otras ventajas en aspectos de su interés: enseñanza religiosa, etc.

En este siglo en España hay un florecer de vida espiritual. Aparecen santos como
San José de Calasanz (1556-1648) fundador de las Escuelas Pías para la educación de niños

44
En palabras del P. Hughes “sin la Compañía de Jesús, la contrarreforma habría sido poco más que una solemnidad
de piadosas resoluciones” (cfr. Hughes, Philip, Síntesis de Historia de la Iglesia, p. 230, 2).
30
pobres. San Joao Ciudad (1495-1550), que se llamará más tarde Juan de Dios con sus
Hermanos Hospitalarios.

Teresa de Ávila (1515-1582) que tiene dos etapas en su vida: hasta los 43 años es
religiosa pero a partir de aquí su vida cambia siendo una ejemplar contemplativa.
Teresa se empeña en la reforma del Carmelo. Incansable viajera y fundadora, tiene
tiempo para escribir abundantemente mostrando los estados por los que atraviesa su
alma. Mujer prudente, consulta cada paso con teólogos y superiores eclesiásticos. Sus
obras: Libro de su vida, Camino de perfección, Las Fundaciones, Castillo interior (o
Moradas).
En la oración distingue entre la meditación, quietud y unión según se requiera más
el trabajo intelectual o sea Dios quien tome la iniciativa en comunicar al alma.
Murió agotada en 1582. En 1593 el Papa Clemente VIII separó ambas observancias
(mitigados y reformados).

Juan de Santo Matía (1542-1591) fue el gran colaborador de santa Teresa y director
de almas. Sus obras —Subida al monte Carmelo; Noche oscura; Llama de amor viva;
Cántico espiritual- conducen gradualmente al alma hacia Dios. Llevan al alma, a través de
diversas purificaciones -activas y pasivas- al desprendimiento total de todas las cosas para
volar hacia Dios. Su doctrina espiritual se muestra muy eficaz, si bien la Inquisición tuvo sus
recelos al temer que un vaciamiento del mundo tal, al llenarse de Dios condujese a un
panteísmo. Sin embargo, su doctrina produjo pronto abundantes frutos.
Ambos reformadores tienen como consejero a S. Pedro de Alcántara (1499-1562)
que, a su vez, reformará los franciscanos en 1557 en la rama franciscana de “la más
estrecha observancia”.

Mientras tanto la Compañía de Jesús imparte la buena doctrina en colegios y


universidades de toda España. Toda la vida social está impregnada de espíritu cristiano
reflejado en la literatura de los grandes (Tirso de Molina, Calderón, Cervantes, Garcilaso,
Lope de Vega, Quevedo, etc.) así como en pintura (Luís Morales, el Greco...) y en música
(Antonio Cabezón —llamado el Bach español- y Tomás Luís de Victoria). Las expulsiones de
judíos (1492) y musulmanes (1609) obra de Felipe III y las intervenciones de la Inquisición,
completan el cuadro español.

Fueron estas circunstancias las que permitieron que el protestantismo retrasara


durante muchos años su entrada en el país.

4. Aplicación del Concilio de Trento.

San Pío V (1566-1572) empleó los cinco años de su pontificado en que se aplicaran
los decretos del Concilio, para evitar que esa gran obra corriera la misma suerte que el V
de Letrán.
Hizo publicar el Catecismo, el Breviario, y el Misal, de modo que unificó la liturgia para
toda la Iglesia. El Catecismo -el primero en la historia- fue un magnífico instrumento para la
31
difusión y asentamiento de la fe. Hasta este momento se catequizaba mediante homilías,
representaciones teatrales de misterios sagrados, y opúsculos de autores contados. Lutero
había publicado su Gran catecismo (1929) seguido del Pequeño catecismo con gran sentido
pedagógico. Se hacía, pues, necesario este nuevo instrumento.
San Pío V y sus dos sucesores, Gregorio XIII (1572-1585) y Sixto V (1585-1590), son los
Papas que iniciaron la ofensiva contra la herejía, hasta entonces victoriosa. No solo
robustecieron la vida católica mediante una enérgica imposición de los decretos de Trento,
fundando por doquier seminarios y colegios para la educación del nuevo clero, sino que
entran definitivamente en la política nacional e internacional procurando constantemente
mediante el nuevo servicio diplomático que crearon, fundar alianzas entre príncipes
católicos para lograr la derrota de los protestantes y la extirpación de la herejía.
Los grandes apoyos de los Papas en la aplicación del concilio fueron las órdenes religiosas,
particularmente los capuchinos –reforma de los franciscanos del año 1525- que recogieron
en Europa triunfos aún mayores que los jesuitas.

En 1571 tiene lugar la batalla de Lepanto en que la Armada cristiana mandada por
don Juan de Austria venció a los turcos frenando el expansionismo y piratería otomanos.
Hacia finales del s. XVI y principios del XVII puede decirse que el papado goza de un
cierto prestigio, aunque sin figuras excepcionales. Las formas externas de la vida pública
están impregnadas de religiosidad. Son canonizados algunas figuras recientes: san Ignacio
de Loyola, san Francisco Javier, san Pedro de Alcántara, san Felipe Neri, etc.
Un ejemplo notable de aplicación del Concilio lo constituye San Carlos Borromeo
(+1584). Sobrino de San Pío V y llamado por su tío para ser Cardenal Secretario de Estado
siendo muy joven. Estudió teología y se formó en una vida ascética exigente. Interviene en
Trento. Se ordena sacerdote a la muerte de su hermano, en vez de heredar la fortuna
familiar. Nombrado Arzobispo de Milán, dedicó el resto de sus días a difundir las
enseñanzas del Concilio y a las obras de caridad, en particular durante la peste de 1576.
Pasado el borrascoso siglo XVI volvió a menudear el nepotismo y las concesiones
papales. Así en el siglo XVII algunas familias romanas coparán el papado: Borghese,
Barberini, Pamfili, Chigi, etc., que darán a la Iglesia los Pontífices Paulo V (1605-1621),
Urbano VIII (1623-1644), Inocencio X (1644-1655) y Alejandro VII (1655-1667).
En Alemania entre 1550 y 1560 se inaugura y se va instaurando el modus vivendi
que propuso la Paz de Augsburgo. Hay tolerancia, pero no entendida como el respeto a la
persona, sino como un cierto vacilar respecto a cuáles son los auténticos valores
espirituales.
A mediados del s. XVI, la palabra tolerancia empieza a tener doble sentido, por una
parte el simple tolerar la convivencia con personas de otras religiones. Por otra, admitir la
imposibilidad de comprender toda la verdad (que comenzó con Ockam) y el escepticismo
consecuente que permite tener a cada uno su verdad.

5. La Reforma Católica en Alemania y la Guerra de los 30 años (1618-1648).

A Carlos V (1558) le sucedió como emperador, su hermano Fernando de Austria. En


Alemania un 70% del país es protestante y algunos obispos se siguen pasando a este bando
32
ante la perspectiva de convertirse en señores con sus posesiones hereditarias. Sin embargo
en Austria y en algunos cantones de Suiza se opone una seria resistencia, principalmente
por la influencia de las misiones jesuitas.

En 1608 los príncipes protestantes se unen en una liga militar –Liga Protestante- con
miras a la defensa. Pero Babiera, que se siente amenazada, se defiende creando una Liga
Católica del mismo tipo45. Por motivos de sucesión surgen en algunos ducados los
primeros enfrentamientos, aunque sin llegar a mayores.
El emperador austríaco empezó a recortar algunas libertades de los protestantes en
Bohemia46. Hay una revuelta en Praga en marzo de 1618: los altos funcionarios imperiales
presentes en esa ciudad son defenestrados en el palacio real: Bohemia no quiere obedecer
al emperador.

El emperador Fernando II con ayuda de la Liga Católica y España, se enfrenta con


Federico V y la Liga Protestante47. En 1620 vence el emperador: ha sido desmontado el
poderío militar alemán. Pero pronto recibirán ayuda de Inglaterra, Países bajos y
Dinamarca, de modo que en 1621 recomienza la guerra en varios frentes (Países Bajos,
Westfalia, Alpes) y se desarrolla con confusión hasta que de nuevo se impone el

45
A lo largo de dos generaciones, los duques de Babiera habían sido un bastión de la contrarreforma en Alemania
46
Ambos ducados comparten frontera.
47
La guerra de los 30 años fue el último gran acontecimiento en la historia de la contrarreforma, pues dejó a ambas
partes completamente extenuadas, la población de Alemania reducida a la mitad o quizá a un tercio y regiones
enteras del país arrasadas, convertidas en parajes desérticos sólo frecuentados por los lobos, que erraban libremente
por los mismos lugares donde antes se levantaban pueblos y ciudades (Hughes, o. c., 235).
33
emperador en 1629 y se firma la paz. En este momento el emperador ha ganado con
ventaja de modo que se da una situación similar a la que había tras la victoria de Carlos V
en Mülhberg.
Aún hubo nuevos rebrotes entre l630y 1635 en los que de nuevo se imponen los
católicos aunque por tan estrecho margen que no les permite recuperar nuevas
posiciones. Ha entrado en la contienda Gustavo Adolfo de Suecia, excelente militar que
inflige varias derrotas a los católicos hasta que le frenan en Wallenstein en 1632. Se
atomiza la guerra a partir de este momento hasta agotar Alemania que pierde en algunos
de sus territorios hasta dos tercios de la población. Se firma la paz en 1648. La Francia de
Richelieu (+1642) no ha dejado de apoyar a los protestantes.
Este, sucedido por Mazzarino (+1661) fueron quienes, para evitar el predominio
español, sostuvieron a suecos y alemanes protestantes. A partir de 1648, se determina que
no regirá ya el principio “cuius regio eius religio” sino que cada cual, rey o súbdito, tenga la
religión que quiera. Se firma pues la paz de Westfalia. Los católicos han perdido terreno
en Alemania y en las costas del Báltico.

TEMA V. EL REBROTE DE LA VIDA RELIGIOSA DE 1550 A 1660

1. El florecimiento de las órdenes religiosas y las nuevas fundaciones.

1. Gran pujanza de los jesuitas (fundados en 1534).


2. Florecer de Órdenes antiguas y aparición de nuevas, como el convento de benedictinos
de san Mauro que merecen especial mención por dedicarse a los estudios sobre los
Padres.
3. Florecen nuevas órdenes con dedicación a la Eucaristía, a los niños pobres, hospitales,
etc. Numerosos santos son sus fundadores o impulsores.
4. Fundación de seminarios en numerosas ciudades europeas (S. Juan de Ribera en
España)
5. Ayuda a los sacerdotes (S. Vicente de Paúl (+1660))
6. Misiones populares
7. Obras de caridad (asilos de ancianos y huérfanos, hospitales, casas de acogida, etc.)

2. La expansión misionera y las nuevas fronteras de la catolicidad

Con el descubrimiento de América por España y de las costas africanas por los
portugueses se amplia el campo de acción misionero. Se encuentran con religiones de
predominio heliocéntrico, animista y fetichista y se va evangelizando paso a paso.
En 1493, el Papa Alejandro VI determinó las zonas de influencia de España y Portugal.
34
En las colonias españolas se difundieron las “encomiendas”48, territorio bajo el
mando de un colono, otorgado por el rey, por el virrey o por el gobernador. Sus fines son
civilizar y evangelizar.
Sufren las consecuencias de los defectos humanos: intereses económicos, abusos de
poder, etc. Por más que el rey procura la justicia, no resulta fácil en una época en que la
comunicación no era fácil. Los viajes de ida y vuelta se demoraban seis meses al menos.
En 1511 el fraile Antonio de Montesinos predicó un sermón de adviento en la
iglesia de la capital de Santo Domingo. Habló con gran energía a los encomenderos y
conquistadores de tratar con dignidad a los nativos so riesgo de perder su propia alma.
Le escuchaba fray Bartolomé de las Casas (+1566) –ordenado sacerdote en 1510 y
que profesó como dominico en 1522- que fue un paladín en la defensa del indígena no
deteniéndose ante la empresa de protestar ante el mismo rey de España. El clero, en
general, siguió la mente de este sermón.

En 1537 el Papa Paulo III reprueba formalmente la práctica de la esclavitud. Para


lograr eliminar la esclavitud e impedir las condiciones abusivas en el trabajo de los indios,
un grupo de jesuitas aplicó una fórmula original –inspirada en las utopías sociales del siglo
XVI- y organizó, a partir de 1609 y con la autorización del gobierno español, un territorio
paraguayo administrado de manera patriarcal, la llamadas “reducciones”49.
Las reducciones son un modo de organización que quiere basarse en la razón y en la
sabiduría natural, tal como algunos –Tomás Moro entre ellos- han imaginado. Se aplicó en
Paraguay donde 150.000 nativos fueron organizados por 100 instructores europeos
jesuitas, en régimen de explotación y distribución colectivas. El resultado fue mejor en lo
espiritual que en lo material porque no siempre acompañaba el afán de progreso del indio.
Terminó con el experimento la ideología racional que –hacia 1750- se negaba a toda
influencia de la Iglesia Católica en la vida pública.

Dos grandes centros de evangelización fueron México y Perú. A ambos lugares


llegaron, a partir de 1523, religiosos –franciscanos, dominicos, carmelitas, agustinos y
jerónimos- donde realizaron una tarea capilar. Pronto se erigieron universidades en Lima
(1551) y en México (1553).
Los portugueses ocuparon Brasil en el año 1500. Hacia mitad del siglo XVI reciben del rey
un gobernador.

En los primeros años de colonización, los abusos cometidos por los colonos y
conquistadores son patentes. Ante la dificultad de esclavizar a los naturales por su
terquedad y por la prohibición papal de hacer esclavos entre los naturales del lugar, se
traen negros africanos, vendidos por sus jefes de tribu o capturados, que realicen esos
trabajos. El clero secular actuó falto de energía ante esos abusos.
A partir de 1525 llegan los religiosos misioneros. No tienen inconveniente en
protestar ante el rey o ante el Papa los abusos que se deben corregir.

48
La encomienda es un derecho concedido por merced real a los beneméritos de Indias para recibir y cobrar para sí
los tributos de los indios que se les encomendasen por su vida y la de un heredero, con rango de cuidar de los indios
en lo espiritual y temporal y defender las provincias donde fueren encomendados.
49
Formaron un total de treinta en diversos países: Paraguay, Argentina, Uruguay y partes de Bolivia, Brasil y Chile
35
Construyeron ciudades y fortalezas como Recife (1532) y Río de Janeiro (1565) para
defenderse de franceses y holandeses. Los jesuitas fundan la ciudad de Sao Paulo en 1554
y abren caminos hacia el interior del país.

En oriente, Alfonso de Alburquerque llega al puerto de Goa (India) en 1520. Desde allí
partirán franciscanos, dominicos y jesuitas portugueses. También san Francisco Javier
avanza miles de kilómetros. En las islas Malabares (al norte de Goa, en la India) los
misioneros descubren una comunidad cristiana, nestoriana, que se piensa fue fundada por
el apóstol santo Tomás.
San Francisco Javier atraviesa Goa, India, Ceilán, Molucas y Japón. Muere a las
puertas de China agotado, sólo y enfermo, encendido interiormente por esa llama que
revelaba en una carta a Ignacio de Loyola: “He estado a punto de escribir a la Universidad
de París para decirles cuantos miles de millones de paganos se harían cristianos si hubiera
obreros…” Menos de 30 años después de su muerte, las islas de Japón cuentan con unos
200.000 bautizados de todas las clases sociales dirigidos por un obispo japonés.
La tarea misional portuguesa en la India cesa en 1580 en que son sustituidos por los
holandeses.
En Japón los católicos llegaron a 300.000 en 1600, pero una persecución hizo 30.000
mártires y dejó al resto en el silencio y la clandestinidad.
Dos factores influyeron en ello. Por una parte el distinto criterio entre jesuitas por
una parte y franciscanos y dominicos por otra. Los primeros eran partidarios de admitir
todo lo posible de las costumbres del lugar, mientras no se tocase el dogma o la moral. Los
segundos, más cautos, opinaban que debían exigir más. Esta falta de unidad, oscurecía la
verdad y enfriaba la caridad.
El segundo factor fue la falta de tacto de políticos y comerciantes occidentales que
causó el cierre de Japón por la fuerza durante dos siglos y medio a excepción del puerto de
Nagasaki.
Las Filipinas, descubiertas por Magallanes en 1521 y administradas por España
desde 1564 son fácil y profundamente evangelizadas por agustinos, franciscanos,
dominicos y jesuitas, de modo que en 1620 la mitad de la población había recibido el
bautismo.
China se abre a occidente por primera vez en el puerto de Macao en 1557.
Rápidamente comenzó la evangelización que encontró el mismo problema de la
inculturación. El Papa Paulo V autorizó en 1615 el uso de una liturgia en lengua china. Pero
en 1644 cambió la dinastía de los Ming a los Ts’ing y expulsaron a todos los misioneros
menos a los jesuitas por el prestigio científico que tenían y las buenas relaciones con las
élites. Se hizo cada vez más difícil la supervivencia de los cristianos.
En Malasia, comunidades florecientes desde 1514 gracias a los misioneros
portugueses, encuentran dificultades a partir de 1604 cuando fueron conquistados por los
holandeses.
En la península de Indochina hubo distintas suertes: en Siam (Tailandia), el budismo
se resiste a la evangelización. En Vietnam las fuertes costumbres locales son el obstáculo.
En cambio en la Cochinchina (Vietnam) y en Tonkin (Vietnam) hubo frutos abundantes.
En 1622 el Papa Gregorio XV crea la Sagrada Congregación De Propaganda Fide.
36
Los franceses encuentran en Canadá un terreno a misionar. Los naturales poseen
una religión animista con una moral instintiva. Comienza la evangelización en 1603 que
será bruscamente interrumpida por la irrupción del inglés en 1629. Pero en 1632 vuelven
los jesuitas, franciscanos recoletos, y capuchinos que continúan pacientemente la tarea.
En esta tierra encontraron el obstáculo de las distintas confesiones a que
pertenecen los colonizadores (ingleses, holandeses y franceses) y las continuas guerras
entre colonos y entre nativos. No fue menos negativa la acción de las enfermedades
europeas (gripe, tifus, tuberculosis) que causaron numerosas bajas entre los indios,
desprovistos de inmunidad ante ellas.

En África, los europeos apenas si mantienen pequeñas colonias costeras. Hubo


cierta acción misional en el siglo XV en Guinea, Congo, Angola y Mozambique, pero una
reacción de animistas e islamistas detuvo el intento. Sólo en Angola quedaron unos 20.000
bautizados practicantes.

3. Las grandes controversias sobre la Iglesia, la gracia y la naturaleza humana.

Con la llegada del humanismo cobran mayor realce las ciencias positivas y se llega a
pensar que sólo proclaman la verdad de modo incontrovertible, los hechos
experimentales. En un primer momento se piensa: «un hecho comprobado es un hecho
seguro”, pero más tarde se concluye “sólo son seguros los hechos comprobables”. Se
pretenderá llegar a los primeros principios a partir de hechos experimentales.

Entre los grandes teólogos contamos con:


a) Jesuitas: Juan Eck, Pérez de Ayala, S. Pedro Canisio.
b) Dominicos: Melchor Cano, Tomás de Vío, Francisco de Victoria, Domingo de Soto.

Uno de los temas en el candelero es el de la relación entre poder eclesiástico y civil:


¿recibe el príncipe la autoridad de la Iglesia o son independientes? Algunos aceptan que el
poder en lo temporal es del príncipe, salvo ratione peccati (en caso de carencias morales
graves por parte de la autoridad civil), pero en general se aceptaba la plenitud del poder
del Papa en lo temporal y espiritual.
Tres siglos de historia más y sabremos que la Iglesia posee un poder de Magisterio y
jurisdicción sobre los bautizados y de una plena autoridad moral de consejo para toda la
humanidad. Se pondrá también de manifiesto que la Iglesia ejerce una acción espiritual y
moral sobre lo temporal, pero no una autoridad sobre la ciudad humana que tiene la
responsabilidad del bien común temporal.
En otro orden de cosas, Francisco Suárez (1548-1617), profesor jesuita en
Salamanca, intentará una vía media entre el ockamismo y la metafísica de Santo Tomás. De
sus explicaciones se deduce que el individuo es más importante que el género y la
existencia que la esencia. Este camino tiene la ventaja de poner de relieve la importancia
de lo concreto, pero corre un cierto riesgo de perder el contacto con las causas profundas
del ser.
Contribuyó a fijar los conceptos de ley natural y de guerra justa.
37

En el contexto de las relaciones entre lo natural y lo sobrenatural, se plantea en


estos años la polémica sobre la Gracia: ¿cuál es la relación entre la omnipotencia de Dios y
la libertad humana?
Trento habló de la incapacidad del hombre para salvarse sin la ayuda de la gracia,
pero nada dijo acerca de cómo actúa la gracia sin privar de la libertad. Es la vieja polémica
entre pelagianos (el hombre puede salvarse con sus solas fuerzas) y Lutero (el hombre,
radicalmente corrompido, mendigo de la gracia que moverá la voluntad hacia el bien o el
mal).
Se enfrentan la escuela dominicana con Domingo Báñez contra la teología jesuítica
representada por Luís de Molina.
Los jesuitas creen en la enorme eficacia de la voluntad humana presta para
responder al influjo de Dios “ab extrinseco”. Resaltan la importancia de la inteligencia y de
la voluntad humanas. En cambio el P. Báñez da mayor importancia a la gracia de Dios que
movería la voluntad humana “ab intrinseco”. En 1067 ante el cariz que toman los
acontecimientos, el Papa Paulo V deja el problema en manos del Santo oficio y prohíbe las
discusiones entre las partes.

4. Un principio de escisión entre la cultura y la fe.

Francisco Bacón (inglés, 1561-1612) piensa que la ciencia no es un conocimiento


especulativo enderezado a conocer la verdad sino que sería más bien el trabajo al servicio
de la utilidad. Pasa del uso de la deducción (explicación de los hechos contingentes por
aplicación de leyes universales) a la inducción (clasificación de observaciones extraídas del
comportamiento de los seres singulares para expresar grandes constantes cuantitativas):
es el comienzo de la fenomenología: la innumerable diversidad de los hechos contingentes
tiende a primar sobre la búsqueda de lo real y de su causa Primera, infinita y creadora.
Bacón terminará en el agnosticismo: como el conocimiento sensible y experimental
no puede alcanzar a Dios, su existencia no sería objeto de una demostración racional, sino
de una pura creencia subjetiva. Terminará siendo un asunto privado de cada hombre.
Por lo tanto la libertad humana no apunta ya al bien supremo objetivo, sino que
busca el bien de las criaturas, su utilidad y su felicidad inmediata porque en ello sí
podemos ponernos todos de acuerdo.

Pascal y Descartes siguen a Suárez y Bacón. Ambos son matemáticos, grandes


trabajadores, naturalezas hipersensibles y profundamente religiosos.

Blas Pascal (1623-1662) no se fía de la razón humana, por eso pone en el corazón
del hombre —en su interioridad- el principio para conocer a Dios. Cree que el hombre
posee una percepción inmediata e intuitiva de la verdad: “Dios, sensible al corazón y no a
la razón”.
El hombre es una realidad finita entre dos infinitos: uno la grandeza y otro la bajeza. Estos
planteamientos desembocarán en la angustia.
38
Pone a Dios tan lejos, lo sobrenatural tan por encima de lo natural que no se
entiende bien el entronque de la gracia con la naturaleza y la religión se presenta como un
esfuerzo ímprobo del hombre por llegar a Dios: el cristianismo no sería, según este
planteamiento, un camino abierto a cualquier hombre.

Descartes50 (1595-1650) experimentó una iluminación intelectual nocturna en el


invierno de 1619 en la que entiende que la razón humana puede encontrar la verdad
absoluta por medio de una síntesis de las ciencias particulares que haga de puente entre lo
finito y lo infinito.
Para todo lo que no es material, propone la duda metódica, que le lleva a no aceptar más
que aquello que se presenta como evidente, es decir que se impone por si mismo a la
inteligencia. Moral y religión quedan excluidas de entre las ciencias pues no se les puede
aplicar el método experimental.

Este situar el pensamiento por delante de la realidad, la anterioridad del mundo


interior con respecto a la realidad exterior, conduce al idealismo del conocimiento y al
individualismo de los valores. Las corrientes derivadas del cartesianismo se preguntarán no
qué conoce el hombre, sino cómo, hasta llegar a preguntarse, con radicalismo nihilista, si
es posible conocer con certeza51.

TEMA VI. LA SOCIEDAD CRISTIANA DE 1650 A 1720

1. Las consecuencias de los tratados de Westfalia.

En torno a 1650 la cristiandad se ha dividido en dos ocasiones de manera ostensible.


Lejos queda ya la pérdida del oriente cristiano en el cisma de oriente (1054) y mucho más
recientes las rupturas del siglo XVI. Sin embargo la certeza de constituir la verdadera
Iglesia y permanecer la unidad en aquellos que obedecen a Roma, no tiene fisuras. En
este sentido no se duda en el siglo que nos ocupa de la trascendencia del bautismo que
borra el pecado original y transforma al hombre en hijo de Dios.
Los gobernantes, monarcas absolutos en la mayor parte de los casos, entienden y
defienden esa unidad. Buscan la unidad entre sus súbditos, también como elemento de
cohesión. Pero en cierta medida ese proteccionismo tiene algo de tendencia a dominar
sobre la Iglesia en cada país.
Hasta la llegada del liberalismo y del laicismo podemos resumir en dos principios, las
relaciones entre el poder civil y el eclesiástico en estos tiempos:
a) La religión del príncipe es la de la nación.
b) La Iglesia está, en cada país, bajo la autoridad protectora del rey.

Las doctrinas de Trento van haciéndose presentes en todas partes y son admitidas
pacíficamente a diferencia de lo ocurrió en un primer momento.

50
Para Descartes ver: Orlandis, José, Historia breve del cristianismo, p. 151.
51
Muy interesante la apreciación de Hughes (p. 236) sobre el cambio de rol de la iglesia en este tiempo en Europa.
39
En el siglo XVII hace fortuna el empirismo inglés que abre la puerta al deísmo. Por
simple evolución –y por el descubrimiento y estudio de las religiones de los nuevos
pueblos que se descubren- comienza a hablarse de la religión natural que Voltaire y otros
harán presente en el continente.
El descubrimiento de nuevas religiones causó que algunos dudasen de la unicidad
de la Revelación cristiana. El paso siguiente consiste en relativizar la autenticidad de la
misma.
En el período que estudiamos (1650-1720), Roma se hace presente con mayor
frecuencia en los distintos lugares donde se encuentra la Iglesia y las intervenciones
magisteriales se ocupan de problemas que antaño se dejaban a la jerarquía del lugar.
La Iglesia continúa con su labor docente, pero empieza a despuntar un fenómeno
que configurará en el futuro un nuevo modelo de sociedad. El hombre que hasta ahora se
ha considerado como impotente ante los misterios de la naturaleza, comienza a darse
cuenta que puede descubrir las leyes de la materia y de la naturaleza humana con lo que
se va dibujando el mito de la perfectibilidad indefinida del hombre.
La universidad deja de ser una iniciativa eclesiástica para pasar a manos de los
laicos. La Iglesia continúa, no obstante presente, en la enseñanza escolar, primaria y
secundaria.
En algunos casos, cuando se encuentra oposición aparente entre los logros de la ciencia
y las afirmaciones de la Revelación, los clérigos no pasan de mantener una actitud
defensiva.

2. El Papado cara a las potencias católicas de Europa.

Los tratados de paz que ponen fin a la Guerra de los treinta años y a otras
confrontaciones (Francia y España; Francia y Holanda) tuvieron como factor común la poca
o nula influencia de la diplomacia vaticana en ellos. Esto fue así porque desde siglo y medio
atrás había decaído el prestigio de la Santa Sede, como consecuencia del comportamiento
de los Papas renacentistas.

En Francia Luís XIV ha heredado de su padre el gusto por el orden y el control, por lo
que quiere tener a la iglesia –como también a la nobleza y al pueblo- bajo su control
absoluto. Además Roma ha perdido el tradicional apoyo de España, que cedió el lugar de
primera potencia a Francia a partir de 1659. Hay que añadir que, fallecido el rey español
(Carlos II) sin heredero en 1700, es un francés -Carlos de Anjou, con el nombre de Felipe V-
quien ocupará la corona española.

Prusia –en el área protestante- experimentó un fuerte crecimiento con Felipe de


Brandeburgo entre 1640 y 1688. Impulsó fuertemente la industria y la agricultura, y recibió
el influjo positivo de pequeños artesanos y administradores calvinistas expulsados de
Francia por Luís XIV, por motivos de religión.
Federico el Grande (1740-1786) recibió y culminó la obra de su antecesor Felipe de
Brandeburgo en Prusia. Se preparaba de esta manera para ejercer una fuerte influencia en
el resto de los países en los años venideros.
40

En Rusia nace otra gran potencia con Pedro el Grande (1682-1725). Es bajo su mandato
cuando aparece el patriarcado ruso, pues Constantinopla ha dejado de ejercer la antigua
influencia como consecuencia del dominio del turco.

En la Inglaterra de Oliverio Cromwell (1648-1685) se oprime a los católicos. Expulsado


como consecuencia de sus excesos, vuelven los Estuardo. Pero los gobiernos de Carlos II y
Jaime II no dieron los frutos apetecidos. Una nueva revolución en 1688 fue el comienzo del
aplastamiento de la Irlanda católica. La unión con Escocia hizo del Reino Unido una
potencia emergente al comienzo del siglo XVIII.
Como regla general los católicos no fueron bien tratados en los países donde eran
minoría. En ocasiones se unía la desconfianza de la Santa Sede –alguna vez justificada,
como en el caso de Holanda- hacia el peligro de contaminación con el protestantismo
circundante.52

En cuanto a los Estados Pontificios, estos llevan nueve siglos cumpliendo su función
de garantizar la libertad de los Pontífices a la hora de gobernar. Los Papas siguen
necesitados de ejercer la política y tareas administrativas en las que no siempre son
especialistas. El nepotismo permanece latente resurgiendo en ocasiones con más fuerza,
pero es comprensible que los pontífices nombren como cardenales a parientes suyos que
les ofrezcan ciertas garantías de fidelidad.
Inocencio XII (1691-1700), por fin, terminó con el nepotismo con la Bula Romano
decet Pontificem (1692).

Roma se encontraba dividida en ocho sectores, pues las embajadas de las grandes
potencias poseían los territorios de alrededor sobre los que tenían derechos de justicia,
policía, legislación y recabar impuestos.
Los monarcas, cuando se celebra un cónclave, tienen el derecho de veto, si algún cardenal
es considerado demasiado rígido y se prevé que no cederá ante los pretendidos derechos
del rey sobre la Iglesia en su país.
Además era general la costumbre del placet o derecho del rey de revisar los
documentos de la Santa Sede llegados al país antes de su publicación, previo su visto
bueno. Seguía presente la amenaza de convocar un Concilio General si la Santa Sede emitía
alguna norma o indicación no grata.

A principios del siglo XVIII hubo una serie de nombramientos cardenalicios de gente
de gran valía. Esto permitió al Papa Clemente XI (1700-1721) durante su largo pontificado
de 21 años, dar un impulso al gobierno de la Iglesia.
Dos temas centraron su atención principalmente: la presión turca y la herejía jansenista
que no acababa de ser eliminada.
La muerte del Papa Clemente XI coincide con un nuevo punto de inflexión en la
historia: en 1720 Europa sale de las grandes tensiones de un siglo absorbido por la
restauración espiritual y moral, que deja el recuerdo de un “gran siglo” y que merece ese

52
Cfr. Martín, Francisco, Historia de la Iglesia II, o.c., p. 247,2.
41
nombre; la generación que comienza entra en lo que parece ser la deliciosa y efímera
dulzura del vivir, del Siglo de las Luces.

3. La civilización cristiana en la segunda mitad del siglo XVII.

En la época en estudio contemplamos un florecimiento de la oratoria sagrada:


sermones, homilías, pláticas, discursos, etc.
Se desarrolla también la ciencia moral que va pasando lentamente de la casuística –
exposición de casos teóricos o reales de los que se trata de encontrar la solución, a veces
con todas las variantes posibles. Habrá que esperar un siglo para que san Alfonso María de
Ligorio de un avance sustancial en esta ciencia.
Se desarrolló también la Historia como una necesidad de argumentar a protestantes y
humanistas sobre los fundamentos divinos de la Iglesia. Los Benedictinos de san Mauro
darían buenos frutos en estas disciplinas, en estos años y en siglos posteriores.
Hubo un descenso en el número de contemplativos, a favor de los activos. Puede
deberse a la influencia de la mentalidad protestante, pero también al gran aumento de
sacerdotes y religiosos de vida activa.
Algunas órdenes son innovadoras. San Juan Bautista de la Salle (1651-1719) es el gran
impulsor –junto a san José de Calasanz- de las escuelas organizadas para niños pobres.
Fundó la Congregación de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Entendiendo la
importancia de los educadores cuida de formarles y de escribir obras para ellos. Dispuso la
enseñanza de los niños en aulas, adelantándose a la generalización de la educación y
estableció internados donde se impartía una educación integral.
San Luís María Grignon de Montfort (1673-1716) es un ejemplo de misionero
itinerante –al estilo de san Vicente de Paul (+1660) -que recorrió el oeste de Francia
predicando contra los jansenistas y racionalistas.
Algunas devociones de estos años son: el mes de mayo, que aparece en Italia a finales
del siglo XVI; devoción al sagrado corazón de Jesús, formidable antídoto contra el
jansenismo y el quietismo y camino para acercarse a la Humanidad Santísima.
Un lugar especial ocupa en la extensión de esta devoción, san Juan Eudes que fundó un
oratorio dedicado a ella en 1641. Como fruto de la extensión de esa devoción, una religiosa
visitandina de 24 años –santa Margarita María de Alacocque (1647-1690), recibió en el
monasterio de Parey le Monial, en Borgoña, tres apariciones ante el Santísimo Sacramento
expuesto. En ellas le enseñó el Señor “ese Corazón que tanto amó a los hombres y no
recibe de ellos más que desamor”. De ahí partió todo un laborioso proceso por parte de la
Santa Sede que culminó con la proclamación del culto universal al Sagrado Corazón de
Jesús por el Papa Clemente XII en 1765.

A la profundización en la teología de los sacramentos, siguió la práctica más fructífera.


Especial mención hay que hacer del matrimonio del que Lutero y Calvino niegan la gracia
que se confiere a los esposos. También desde otras instancias se lanzarán ataques contra
éste, cuando por diversos intereses se busque permitir el divorcio, etc.
Por último cabe citar el enorme bien que hizo al pueblo cristiano la difusión de obras de
ascética y espiritualidad. La “Imitación de Cristo” ya había sido publicada en el siglo XV.
42
Muchas otras obras de distintos autores –Grignon de Montfort, Lallemant S.J., y, más
Tarde el Ligorio, Scaramelli, etc. sembraron de virtudes el pueblo cristiano.

4. La batalla del jansenismo y del quietismo


Jansenismo
El jansenismo hunde sus raíces en la polémica sobre la gracia del siglo anterior.
Toma pie de la teología de Domingo Báñez que acentúa la presciencia y omnipotencia de
Dios por las que el hombre está predestinado al cielo o no.
Cornelio Jansenio (1585-1636) nace en Holanda. Fue profesor de la Universidad de
Lovaina y obispo de Yprés. Estudió en S. Agustín el daño sufrido por la naturaleza humana
a consecuencia del pecado y también la acción de la gracia sanante. Como resultado
escribió el Agustinus, que no llegó a publicar aunque si somete el libro al juicio de la Iglesia.
Dos años después de su muerte —en 1638- sus discípulos publicaron su obra.
Antonio Arnaud, el joven abad de Saint-Cyran, amigo de Jansenio, pensando que la
sociedad ha caído en lo que el llama estado de tibieza, se propone reformarla tomando
como base esa obra.
Según Jansenio, el hombre para recibir el sacramento del perdón con validez, debe
tener una contrición absolutamente profunda, un arrepentimiento de amor muy intenso,
un anonadamiento total ante el Creador. Este planteamiento puede llevar a las conciencias
a una angustiosa búsqueda de la rectitud de intención. El efecto de perplejidad en las
conciencias en los cristianos, no se hizo esperar. En consecuencia el Papa Urbano VIII
incluye el Agustinus en el índice.
No obstante, la semilla ha caído en el monasterio cisterciense femenino de Port
Royal des Champs cuya abadesa -Angélica Arnaud- es hermana del abad Antonio Arnaud.
Este publicó una obra sobre la comunión frecuente en la que instaba a no comulgar a no
ser que se tenga certeza absoluta de vivir en caridad, de no tener pecado mortal.
El monasterio de Port Royal tenía gran influencia en la vida social francesa por su
cercanía a París y porque en el se educaban muchas hijas de las familias pudientes y
políticos de la capital. Intervino el parlamento que achacó el mal a la influencia que
ejercían los jesuitas en la sociedad francesa, pues proclamaban la conveniencia de
frecuentar los sacramentos cuantas veces sea necesario. Pero los jesuitas tenían a favor al
rey.
Inocencio X en 1653 emite la bula Cum Occasione en la que condena 5
proposiciones del Agustinus. Los jansenistas reconocen que esas cinco proposiciones
yerran pero aducen que Jansenio no las vivió. Comienza una polémica interminable entre
la cuestión de hecho y de derecho pero que tendrá graves consecuencias de tipo moral
entre los fieles.
Tres años más tarde, Alejandro VII publicó una fórmula de sumisión a la bula de
Inocencio X.
De nuevo se someten pero aducen que, se les pide una adhesión exterior a lo que
dice la Iglesia, pero no se pide el asentimiento interior que no les puede ser requerido, ya
que si la Iglesia es infalible de derecho, puede ser falible sobre hechos no revelados es
decir, no explícitamente apoyados por la Sagrada Escritura o Tradición.
43
Se unieron a los jansenistas dos obispos y Pascal que escribió un panfleto virulento
sobre la debilidad moral de la sociedad y el laxismo de los jesuitas –las famosas Cartas
Provinciales- cuya publicación fue prohibida por el rey en 1660.
Luís XIV tomó cartas en el asunto y requirió la firma de la Bula de Alejandro VII: un buen
número de sacerdotes, religiosos y laicos no quisieron firmar lo que desencadenó la
primera sanción eclesiástica.
El Papa decretó el entredicho sobre Port Royal y a quienes se acercasen allí para
asistir a ceremonias religiosas: no se podía administrar sacramentos ni celebrar actos de
cultos salvo in articulo mortis.
Luís XIV mandó juzgar a los obispos insumisos pero estos acudieron al Papa. Este,
cansado del laxismo de la corte, nombra un superior de los jesuitas más exigente. El rey no
recibió bien esta actuación y se enfriaron de tal modo las relaciones con la Santa Sede que
durante un buen tiempo no se nombraron nuevos obispos hasta quedar vacantes un
cuarto de las sedes. Alejandro VIII, sucesor de Inocencio XI es quien restablece la paz en
1689, si bien se presentaron nuevos conflictos:
-En 1699: un sacerdote –Pascal Quesnel- escribe un libro en el que afirma que el Papa no
entendió bien el jansenismo. Cristo habría muerto para salvar sólo a los escogidos.
El rey de Francia mandó capturar a Quesnel y obliga a los teólogos de la Sorbona a
retractarse.
-En 1700: un sacerdote pregunta a la Sorbona si se puede absolver in articulo mortis
a quien se obstine en el “silencio respetuoso”. La Sorbona se inclina por la validez con la
protesta del Obispo Bossuet.
-En 1705, en la Asamblea del clero francés, el rey les impuso una bula papal de ese año que
condenaba el jansenismo.
-En 1710: Luís XIV manda demoler Port Royal. Esto y la bula Unigenitus (1713) del
Papa Clemente XI fueron los dos golpes definitivos.
Por iniciativa del rey, el Papa excomulgó a Port Royal. Aún a la muerte del rey se
sublevaron 3.000 sacerdotes (de 80.000 que había en Francia) y 15 obispos (de 132).
Fueron excomulgados. Luís XV incluirá la bula Unigenitus entre las leyes del parlamento.
El jansenismo terminó por separar al clero secular de los jesuitas, dividió muchas
familias católicas, alejó al clero de la autoridad Romana y aumentó el peso de la jerarquía
en la Iglesia. Quedó un resto en Holanda, pero en Francia quedó el terreno abonado para
el Deísmo y la llegada del siglo de las Luces.

Quietismo
También perturbó la paz del catolicismo francés la obra del sacerdote aragonés
Miguel de Molinos que tomando pie de un método de oración que lleva a un abandono
pasivo, divide a los cristianos en imperfectos, que necesitarían de los métodos
tradicionales de ascesis, y perfectos, que ya no pueden pecar ni les atrae el pecado porque
gozan ya de Dios. Tampoco desean el premio porque poseen esa quietud interior:
quietismo.
Este modo de entender la vida cristiana ha aparecido en diversos momentos a lo
largo de los siglos. Con raíces neoplatónicas, aflora con el maestro Eckart y en los
movimientos de los iluminados de la edad media, también en los beguinos y begardos y en
los alumbrados españoles del siglo de oro.
44
Resaltan la bondad del hombre y la poderosa ayuda de Dios que llega a privar de la
libertad al hombre, lo que conduce a un optimismo algo ingenuo. Llegan a aceptar la
comunión sin necesidad de confesión y considerando casi inútil la práctica de la oración y
mortificación tradicionales.
Resulta un misticismo sensible y afectivo que surge como reacción al pesimismo
jansenista o luterano. Aunque el hombre cometiera las mayores aberraciones, no peca
porque está abandonado en Dios. En la oración de quietud, se trata de aniquilar las
facultades del alma de modo que ésta no sólo se une a Dios sino que se identifica con El.
Por eso se pierde la libertad y responsabilidad. Miguel de Molinos fue llevado a la cárcel en
1687. Allí guardó un humilde silencio y sometimiento.
En general los quietistas tienden a un misticismo sensible y afectivo, sin realismo
teológico ni psicológico. Es una vía de acceso suave hacia Dios que libera al hombre del
rigorismo luterano y jansenista. Pero no era camino seguro. El Papa condenó algunos
escritos de Fenelon (Obispo) que seguía este camino con algunos compañeros. Todos se
sometieron y abandonaron esas prácticas.

5. La regalía en Europa

El galicanismo durante el s. XVII se manifiesta en los distintos estratos de la


sociedad:
a) Por parte del poder que entiende que el rey debe cuidar por el bien común de sus
súbditos y trata de controlar cualquier manifestación religiosa.
b) Por parte de los más allegados a la Iglesia o la misma jerarquía, se tiende a
reafirmar el poder de los propios obispos frente a los religiosos exentos o a Roma (pesaba
mucho el pasado de Avignon).
Se dan situaciones de hecho en que se mezclan asuntos temporales con la guarda
de la fe. Así el rey cuida que no haya herejías para salvaguardar la pureza de la fe, pero es
capaz de presionar a la Iglesia para cobrar beneficios en sede vacante.
Se dará el caso de clérigo sin ordenación, con tal de cobrar. Pero también de buscar
eclesiásticos como muy cercanos colaboradores (Richelieu (+1642), Mazzarino (+1661)).
La raíz la encontrarnos en la institución medieval del Patronato. En tiempos fue la
propiedad —casa y parcela- que donaba el señor feudal o el conquistador al clérigo.
Degeneró en el derecho de elegir el señor al sacerdote que quisiera de modo que fue
motivo de serias fricciones entre pontificado e imperio. El señor temporal jugaba con el
dinero y el manejo del pueblo, con la ayuda del sacerdote.
Algunos soberanos entendían poseer el derecho de elegir y nombrar las personas
para los beneficios. En 1752 el rey de España así lo solicita del Papa Benedicto XIV. Poco
después el emperador José II de Austria (+1790) hizo lo mismo en el llamado Josefismo. La
Iglesia para él sería un departamento de estado encargado de culto y moral. Por eso el
gobierno controla absolutamente todo: calendario litúrgico, plan de estudios de seminario,
relaciones con Roma, etc.
La novedad en el s. XVII es que los juristas pretenden justificar el derecho de los
reyes a mandar en temas propios de la jurisdicción de la Iglesia. Quedaría para los clérigos
los asuntos referentes a la liturgia y sacramentos. Algunos exegetas quisieron justificarlo
45
encontrando antecedentes en los casos de Salomón, Moisés y David, ayudados por
sacerdotes y profetas. Por último algunos teólogos sostienen que el Papa no manda en lo
temporal ni siquiera indirectamente y en lo espiritual debe someterse al Concilio.
El obispo francés Bossuet (+1704) redactó la Declaración de los Cuatro Artículos. Los
Papas introducen en el Índice este tipo de obras, pero miden la contundencia de sus
respuestas por miedo a la guerra o a otras represalias. Sólo se muestran intangibles a la
hora de defender el depósito de la fe y de la moral.

6. La aparición del Deísmo

Las tesis empiristas, deístas y naturalistas, aparecen en Inglaterra53, Holanda y


Alemania protestantes, en el siglo XVII. Más tarde llegarán a Francia (1715-1720) y sólo en
el siglo XIX entrarán en España e Italia.
Aparece el deísmo54 que pretende un Dios al margen de la Revelación, es decir un
Dios Racional. Es una actitud de quienes valoran más el intimismo e individualismo de la
conciencia que los datos objetivos de la Revelación cristiana. Se valora más la percepción
psicológica que los métodos escolásticos de conocimiento natural de Dios.
Algunos pensadores ingleses como Herbert de Cherbury
(+1648) cambian el sentido de la Revelación cristiana que pasaría a
ser, no ya algo objetivo y universal, sino una iluminación interna y
subjetiva. Siguen creyendo en el Dios supremo, fuente de piedad y
de penitencia, pero ese núcleo de la verdadera religión sería un
núcleo común a todas las religiones.
Apoya esta tesis, el descubrimiento de nuevas tierras con
moradores que poseen sus religiones naturales. Se piensa que
también a ellos Dios se habría revelado de alguna manera y, en
apariencia, con antigüedad mayor que la misma Revelación cristiana.
Todo este modo de pensar derivó hacia una religión natural, sin dogmas, y hacia la
defensa del libre examen.

Baruch de Spinoza (+1677), con otro estilo,


intentó reducir la religión a unas pocas
manifestaciones de piedad y caridad, en un esfuerzo
de la razón por abarcar totalmente y por sí sola lo
divino.
Abandona el realismo moderado (conocimiento
abstracto y universal conseguido a partir de realidades sensibles individuales) y
fundamenta la ciencia en el conocimiento matemático y en la intuición, entendida como
espontaneidad intelectual que aprehendería a Dios de manera inmediata.

53
John Locke, Ensayo sobre el entendimiento humano (1689).
54
El deísmo como tal aparece en Europa durante el siglo XVII, junto con la revolución científica copernicana. Surgido
como derivación de las disputas teológicas de la Reforma, fue acusado de ser una postura "atea" por sus adversarios
ya que ponía en duda incluso los dogmas aceptados por las distintas confesiones religiosas de la época. Ejerció su
mayor influencia, sin embargo, en el siglo siguiente como la postura predominante entre los filósofos de la Ilustración
46
Intentó la demolición de la veracidad en la Sagrada Escritura al demostrar la ciencia que,
algunos datos tenidos como ciertos según la Revelación, no eran así. Da un paso más en el
alejamiento del realismo.
La realidad no es para él una serie de individuos de mayor o menor perfección
según su grado de participación en el ser, sino modos infinitos de una única sustancia, lo
cual aboca al panteísmo: Dios y el hombre forman parte de la misma sustancia total, pero
si esto es así estamos en la antesala del ateísmo.
Como continuación del pensamiento spinoziano, se presenta el idealismo de Hegel.
Dios y el hombre no forman más que una misma sustancia: si la sustancia sensible absorbe
a la insensible, la primacía de la conciencia y del espíritu se hace absoluta. Hegel proclama
esta primacía del espíritu (ya en el siglo XIX), que acaba por reducir lo divino a lo humano
y, por tanto, pone al hombre como centro: el hombre se autodiviniza.

Otro autor, Nicolás de Malebranche (1638-1715), sacerdote


piadoso que pretende armonizar el pensamiento de San Agustín con
el de Descartes, buscando armonizar la filosofía moderna con la
teología. También se pregunta por el modo de conocer del hombre.
Descarta la abstracción intelectual a partir de las realidades
inteligibles. Para él, la fuente de nuestras ideas estaría en Dios en
quien podríamos contemplar las ideas eternas y necesarias de las
cosas. Se trataría de una visión natural de las esencias finitas en Dios
por la contemplación (no por la visión directa de Dios). Pero no
advierte que esto borraría la distinción entre lo creado y lo increado, entre lo natural y lo
sobrenatural.

Tomás Hobbes (+1679) es el padre del materialismo. Nacido


en Oxford pensaba que la función de la filosofía es estudiar las
propiedades de los cuerpos, mientras que la teología debería
ocuparse del estudio de los espíritus.
Defiende que el mundo es un conjunto mecanizado aparecido
por azar. Las ideas no serían intuiciones de la esencia de las cosas
sino representaciones sensibles e inteligibles que no nos explican lo
que subyace. Son simples nombres o resultado de convenciones del lenguaje. Concluye
que el hombre no tiene diferencia de naturaleza con los animales sino solamente de grado.
Como los animales, actúa en respuesta a los estímulos sensibles que recibe. Da su
asentimiento a aquello que los sentidos le presentan como agradable.
La clave del comportamiento sería la utilidad personal; su único vicio el egoísmo; la ciencia
tendería al dominio de la naturaleza, no al conocimiento de la verdad.

John Locke (+1704) completa el empirismo inglés. Afirma que la


inteligencia humana se va llenando por la experiencia sensible. La
intuición ordenaría por sí sola estos conocimientos. Las cosas aparecen
buenas o malas, según causen placer o dolor. Por eso habría que
terminar con las normas intangibles de la moral: es bueno lo que causa
47
placer o lo que ordena la sociedad hacia una convivencia más armoniosa.

Esta corriente dominante –materialista y racionalista- es la dominante en los


ambientes europeos y despierta en algunos, como reacción, el pietismo. Entre estos
destaca George Fox (1624-1691), fundador de los Cuáqueros que fueron muy perseguidos
por su rigorismo y tuvieron que emigrar a los Estados Unidos con Guillermo Penn,
instalándose en lo que se llamó Pensilvania, en 1692.

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