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Teorizando una Nueva Agenda para la Arquitectura:
Una Antología de la Teoría Arquitectónica entre 1965 y 1995
Kate Nesbitt (1996). Nueva York: Princeton Architectural Press.
Fragmento traducido por R.Paredes para la clase de Teoría de Superior
Universidad Nacional Autónoma de Honduras.
INTRODUCCIÓN
1 LA NECESIDAD DE LA TEORÍA
Dentro de la disciplina de la arquitectura, la teoría es el discurso que describe la práctica, la producción
e identifica los desafíos que confronta la profesión. La teoría se traslapa, pero difiere, de la historia de
la arquitectura, que describe las obras del pasado, y de la crítica, que es una actividad limitada de juicio
e interpretación específicos de las obras existentes en relación a los estándares declarados por el
arquitecto o por el crítico. La teoría, a diferencia de estas otras actividades, plantea soluciones
alternativas basadas en las observaciones del estado actual de la disciplina u ofrece nuevos paradigmas
de pensamiento para abordar los problemas. La naturaleza especulativa, anticipatoria y catalítica es lo
que distingue al final la actividad teórica de la historia y de la crítica. La teoría opera en distintos niveles
de abstracción, evaluando la profesión, sus intenciones y su relevancia cultural en sentido amplio. La
teoría trata las aspiraciones y los logros de la arquitectura.
A lo largo de la historia se pueden identificar temas recurrentes que demandan resolución conceptual
y física. Las preguntas físicas son resueltas tectónicamente, mientras que las preguntas conceptuales o
intelectuales son problematizadas a manera de filosofía. Las perennes preguntas teóricas incluyen el
origen y los límites de la arquitectura, la relación de la arquitectura con la historia y temas de expresión
cultura y significado. Las nuevas teorías surgen para dar cuenta de aspectos no explicados o no
examinados por la disciplina.
Al hacer un sondeo de la teoría arquitectónica de los últimos treinta años encontraremos una
multiplicidad de problemas que demandan atención. La falta de dominio de un solo asunto o de un
único punto de vista es característica del período pluralista llamado postmoderno. Lo que se evidencia
en todas estas tendencias coexistentes y contradictorias es el deseo de expandirse más allá de los
límites de la teoría moderna, incluyendo el formalismo y las ideas del funcionalismo (“la forma sigue la
función”), la necesidad de una “ruptura radical” con la historia y la expresión “honesta” del material y
‐ 1 ‐
la estructura. En general, la teoría arquitectónica postmoderna se dirige a la crisis de significado en la
disciplina. Desde mediados de la década de 1960 la teoría de la arquitectura se ha vuelto
interdisciplinaria ya que depende de una amplia variedad de paradigmas críticos.
Este proyecto de revisión del modernismo, presentado como Teorizando una Nueva Agenda para la
Arquitectura (Theorizing a New Agenda for Architecture), parte de las posiciones políticas, éticas,
lingüísticas, estéticas y fenomenológicas.
Aunque sólo el primer capítulo se titula postmodernismo, en realidad éste será el tema y punto de
referencia de todo el libro. Espero dejar claro que el postmodernismo no es un estilo singular sino, más
bien, una sensibilidad por la inclusión en un período de pluralismo. Para reflejar esto los ensayos
teóricos seleccionados presentan una multiplicidad de puntos de vista, más que una visión unificada no
existente. En algunos casos, las perspectivas no representadas en los ensayos de esta antología han
sido mencionadas en esta introducción para ampliar el contexto de la discusión.
He intentado construir un discurso coherente a partir de textos fragmentarios mediante la estructura
temática y paradigmática delineada para este libro. Los catorce capítulos y las introducciones a los
cincuenta y un ensayos proporcionan un marco de referencia para acercarse a este material
heterogéneo y para comprender las complejidades del postmodernismo. La estructura cronológica,
aunque útil en términos de la historia de publicación de los ensayos, fue rechazada a favor de clarificar
las conexiones entre los temas y posiciones de los diferentes escritores, países y décadas. Los temas y
paradigmas teóricos escogidos como títulos para cada capítulo son temas recurrentes de los escritos
en el período postmoderno, están interrelacionados y muchos de los ensayos podrían abarcar más de
uno de esos temas. La unión de temas y paradigmas pretenden esbozar el clima intelectual en
arquitectura desde 1965 y facilitar la comparación de las posiciones históricas sobre los mismos
problemas.
En la parte II de la introducción hablaré más sobre los temas y paradigmas postmodernos significantes
que organizan los capítulos. La discusión de los diferentes tipos de teoría y el propósito general de los
tratados, que se aborda en la parte I, es presentada para situar las contribuciones recientes en relación
al cuerpo histórico de la teoría.
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1.1 TIPOS DE TEORIA
La teoría puede caracterizarse por diversas actitudes sobre la materia siendo en su mayoría
prescriptiva, proscriptiva, afirmativa o crítica. Todas estas difieren de la posición “neutral”, o
descriptiva. Para el caso, un historiador convencional podrá mostrar como otros han abordado los
problemas del momento, sin apoyar una posición determinada. Una historia descriptiva puede ofrecer
explicaciones de los fenómenos apoyada en la correlación de ocurrencias factuales, como la
introducción de nuevas tecnologías y sus resultados en el diseño. Pioneros del Diseño Moderno de
Nikolaus Pevsner es un buen ejemplo del enfoque descriptivo convencional.
La teoría prescriptiva ofrece soluciones nuevas o renovadas para problemas específicos: establece
nuevas normas para la práctica. Promueve, entonces, estándares positivos e incluso métodos de
diseño. Este tipo teórico puede ser crítico (incluso radical), o afirmador del status quo (conservador).
Su tono, en cualquier caso, es frecuentemente polémico. Los juicios de Michael Graves en Argumento
a Favor de la Arquitectura Figurativa, y de William Mc Donough en Los Principios de Hannover son
claras prescripciones. El primero propone un retorno a los ideales humanistas, el último se trata de un
manifiesto ecológico.
Muy parecida a la teoría prescriptiva es la teoría proscriptiva, que propone lo que debe evitarse en un
diseño. En términos proscriptivos, la buena arquitectura y el buen urbanismo son definidos por la
ausencia de atributos negativos. La zonificación funcional es un ejemplo de teoría proscriptiva, como el
código de planeación para Seaside, Florida por los arquitectos Andres Duany y Elizabeth Plater‐Zyberk.
Este código, un caso de teoría conservadora instrumental, legisla una calidad consistente al restringir
las opciones de material, estilo, retiro y masa.
Con un enfoque más amplio que la teoría descriptiva y proscriptiva, la teoría crítica evalúa el medio
construido en relación con la sociedad a la que sirve. Este tipo de escrito polémico a menudo tiene una
orientación ética o política y pretende impulsar cambios. Entre las muchas orientaciones posibles, la
teoría crítica puede basarse ideológicamente en el marxismo o el feminismo. Un buen ejemplo de
teoría crítica es Regionalismo Crítico de Kenneth Frampton, que propone la resistencia a la
homogenización del ambiente visual a través de las tradiciones constructivas locales. La teoría crítica
es especulativa, inquisitiva y algunas veces utópica.
‐ 3 ‐
1.2 EL PROPÓSITO DEL TRATADO TEÓRICO: DEFINIR EL ÁMBITO DE LA DISCIPLINA
Los tratados teóricos se preocupan fundamentalmente por los orígenes de una práctica o un arte. Por
ejemplo, un tratado sobre construcción, ubicará los orígenes de la práctica constructiva en la necesidad
de abrigo. Un tratado sobre arquitectura puede colocar los orígenes de esta práctica en la imitación de
la naturaleza (mimesis), y en el deseo innato del hombre para mejorarla. En Diez Libros sobre
Arquitectura, Vitruvio conjetura que el hombre al ser de “naturaleza imitativa e instruible…
gradualmente avanzó desde la construcción de edificios hacia las otras artes y ciencias.” La
arquitectura, de esta forma, es considerada como el origen y antecedente de las bellas artes. Además
de posicionar y legitimar sus orígenes, los tratados a veces delinean una diferencia clara entre la
arquitectura y las matemáticas u otras ciencias, con el propósito de afirmar la autonomía disciplinaria
de la arquitectura.
Además del asunto de los orígenes, los temas básicos de los tratados teóricos se pueden categorizar en
los siguientes puntos:
1. Las cualidades que requiere un arquitecto en términos de personalidad, educación y
experiencia. Alberti ofrece una definición de mediados del siglo XV de…
un arquitecto… Llamaré arquitecto a quien por el Arte y el Método es capaz, tanto por
el Pensamiento y la Invención de crear, y con la Ejecución de completar todas esas
Obras, que, con la mayor Belleza, puedan adaptarse a los usos de la Humanidad
2. Las cualidades requeridas de la arquitectura. Por ejemplo, la conocida tríada de Vitruvio de
firmeza, utilidad y belleza ha servido como criterio para la arquitectura en los tratados desde
su redescubrimiento durante el Renacimiento. La tríada vitruviana ha demostrado ser difícil de
superar o desplazar.
3. Una teoría de diseño o método de construcción que abarque la técnica, las partes
constituyentes, tipos, materiales y procedimientos. El Ensayo sobre Arquitectura del abate
Laugier (1753) es uno de esos tratados que enfatiza la composición apropiada de las partes.
4. Ejemplos del canon de la arquitectura, cuya selección y presentación revelan la actitud del
autor respecto a la historia. El uso de ejemplos de arquitectura manierista y barroca por
‐ 4 ‐
Robert Venturi en su libro de 1966, se consideró un anatema en su momento, pero como
evidencia convincente a la luz de sus argumentos a favor de la Complejidad y Contradicción en
Arquitectura.
5. Actitud sobre la relación entre teoría y práctica. Dos puntos de vistas diferentes sobre este
tema fundamental están representados por los arquitectos Bernard Tschumi y Vittorio
Gregotti. Para Tschumi la “arquitectura no es un arte ilustrativo, no ilustra teorías”. Sus
escritos sugieren que el rol de la teoría es interpretar y provocar. Gregotti, por otro lado,
insiste en la “investigación teórica como fuente directa de la acción” en el diseño
arquitectónico.
Que la teoría deba ser “conocimiento útil” aplicable, o produzca resultados predecibles en los diseño
es algo debatible. Si la teoría lleva a resultados predecibles, entonces las únicas teorías aceptables son
las prescriptivas o proscriptivas (no es coincidencia que muchos que buscan resultados previsibles en el
diseño abracen posturas neotradicionalistas sobre la ciudad y la arquitectura). Ambos aspectos de esta
propuesta son desafiados por teóricos postmodernos como Alberto Pérez‐Gómez:
La creencia [moderna] que la teoría deba ser validada en términos de su aplicabilidad… ha
conllevado a la reducción de la verdadera teoría al estatus de ciencia aplicada… Esta “teoría” se
olvida del mito y del verdadero conocimiento y se preocupa exclusivamente por la dominación
eficiente del mundo material.
En un ensayo sobre la obra del arquitecto y educador John Hedjuk, Pérez‐Gómez discute a favor del
poder crítico de los proyectos sin construir: “la arquitectura de papel”. Daniel Libeskind y Zaha Hadid
son dos arquitectos contemporáneos cuyos dibujos han logrado captar la atención hacia sus autores
(en su caso, por las nuevas cualidades espaciales que implican). Algunos ejemplos anteriores de
proyectos arquitectónicos significativos incluyen la monumental “arquitectura de sombras” de
Étienne‐Louis Boullée y las series Carceri de Piranesi. Ambos muestran el poder de la visión dibujada,
pero en general se debate el papel del proyecto teórico en la disciplina y su valor como arquitectura
propiamente dicha.
Además de definir los orígenes y el ámbito de la disciplina, la teoría también discute los siguientes
temas, que serán cubiertos por los ensayos de esta colección: significado, teorías de la historia, la
naturaleza, el sitio, la ciudad, los problemas estéticos y la tecnología. El examen general de todos estos
‐ 5 ‐
temas y las preguntas pertinentes a cada uno de ellos, seguido por una amplia discusión del período
postmoderno y sus temas, se presenta en la Parte II.
La pregunta del significado y la definición de la esencia y límite de la arquitectura es inherente al
problema de su origen. Por ejemplo, la función, el uso programático como albergue, ha sido
reivindicada como única para la arquitectura, y por lo tanto equivalente a su significado. Pero otros
han sostenido que la función de acomodación (en el sentido literal) es, más bien, la esencia de la
edificación, distinguiéndola de la arquitectura, que tiene un rango más amplio de intenciones,
incluyendo la función simbólica. Esta distinción es fundamental para varias construcciones teóricas
sobre los límites de la disciplina y sobre la constitución de la arquitectura como arte, ciencia, oficio y
actividad intelectual.
La creación del significado en la arquitectura ha sido estudiada a menudo a través de la “analogía
lingüística”. Las comparaciones con la operación del lenguaje hacen surgir las siguientes preguntas:
¿Qué estructuras permiten la compresión de una forma de expresión? ¿No dependerá el significado
del proceso de repetición de lo familiar?, y si es así ¿cómo se puede sostener el significado mediante la
innovación y la invención? ¿Puede haber significado en cualquier forma o sólo en el contenido? ¿Cuál
es el contenido apropiado para la arquitectura?
Debido a la durabilidad de los edificios, el teórico siempre es confrontado por la condición histórica: la
experiencia simultánea de obras que datan de diferentes períodos. Por lo tanto, es necesario
considerar la propia relación con la tradición de la disciplina arquitectónica: ¿Qué uso puede hacerse
de las experiencias pasadas de diseño y construcción? ¿Es la imitación la mejor ruta para una
arquitectura bella y comunicadora? ¿Han cambiado los ideales de belleza y la comprensión de la forma
de tal manera que la mimesis sólo lleva a formas mudas? ¿Cuál es la importancia del estilo? ¿Cómo
afectan los cambios tecnológicos el uso de modelos de construcción anteriores?
La teoría también examina la relación entre la arquitectura y la naturaleza, cómo se desarrolla en la
construcción del sitio. Históricamente, las actitudes han fluctuado entre la simpatía, armonía e
integración con la naturaleza hasta la hostilidad y explotación. Los paradigmas filosóficos y científicos
han moldeado la visión del arquitecto sobre el territorio, sobre la manera en que la naturaleza (lo
salvaje) se convierte en paisaje (un artefacto cultural) a través de los esfuerzos del diseñador. ¿Qué
representa el paisaje (como suma de las situaciones urbanas, suburbanas y rurales) de la posición del
hombre respecto a la naturaleza?
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El sitio de una obra de arquitectura en el contexto urbano también debe considerarse. ¿Cuán diferente
es construir en la ciudad? ¿Cuál es el papel del arquitecto para diseñar para y contribuir con la ciudad,
entendida como entidad física, política, económica y social? En el ámbito público se advierte la idea del
rol representativo de la arquitectura, que es encontrar la expresión simbólica de las instituciones que
definen la sociedad. Frampton escribe: “La evolución del poder legítimo ha sido predicada sobre la
existencia de la polis y sobre unidades comparables de formas institucionales y físicas.” ¿Cómo deben
ser estas formas? Dentro del proceso de simbolización surgen ideas de la relación de lo individual con
lo colectivo, a menudo sugeridas mediante estratagemas de escala y el uso de múltiples elementos
similares en un edificio.
A través de la proyección del cuerpo humano (como símbolo de la perfección natural) en las formas, la
arquitectura logra una armonía proporcional que habla del problema de la escala y el individuo. En la
teoría renacentista así como en el Modulor de Le Corbusier, el cuerpo ofrece un sistema de medidas
comparativas interrelacionadas que buscan asegurar una experiencia significativa de la arquitectura.
¿Son verdaderamente perceptibles estos sistemas proporcionales desarrollados en lo abstracto?
La estética proporciona criterios para la belleza, incluyendo la proporción, el orden, la unidad y el
decoro. Así Alberti expresa en sus Diez Libros sobre Arquitectura que la arquitectura debe emular la
naturaleza, de forma que ninguna parte pueda ser removida o adicionada sin comprometer la calidad
del todo. Este es un ejemplo de las doctrinas estéticas que caracterizan la teoría de la arquitectura y
que tratan de responder a ¿Cómo se define la belleza en el presente? ¿Cómo figuran el ornamento y la
decoración en la belleza? El ornamento ha sido rechazado por algunos puristas modernos como Adolf
Loos, que lo considera decadente y como “crimen”. ¿Puede el ornamento, la estructura y el material
jugar un papel significativo en la construcción del significado?
Como ya se ha dicho en relación a la inclusión del método en los tratados, el desarrollo de la técnica y
los avances tecnológicos son temas históricamente importantes para la teoría. Los arquitectos del
Movimiento Moderno depositaron sus esperanzas en las posibilidades de transformación de la
sociedad mediante la producción en masa de objetos y vivienda asequible. La teoría moderna expresó
su fe en las contribuciones de la revolución científica e industrial al bienestar humano. Desde nuestra
perspectiva posmoderna nos preguntamos: ¿Se justificó por la historia esa fe en la técnica y la
tecnología?
‐ 7 ‐
El exam
men anteriorr de los propósitos geneerales y el coontenido de los tratadoss teóricos sirrve de
d de la teoría del período postmodernoo. Se ofrece p
preparración para laa complejidad para contextu
ualizar
los enssayos en esta antología, que represen
ntan las conttribuciones m
más recientess al discurso de la
arquite
ectura. La disccusión se encamina ahora hacia el postm
modernismo.
2 ¿Q
QUÉ ES EL P
POSTMODEERNISMO?
Mucho
os libros y ensayos
e han intentado responder aa la preguntta ¿Qué es postmodernismo?
mente, es un ttérmino con varios significcados en difeerentes conteextos. Está, por tanto, fueera del
Claram
alcance
e de este ensayo proporccionar una crrítica o ampl iación de tales definiciones. En su luggar, la
segund
da parte de esta
e introduccción se apro
oxima al posttmodernismoo en la arquittectura desde tres
puntoss de vista: co n una relacióón específica con el modernismo, com
omo período histórico con mo un
surtido
o de paradigm
mas significativvos (marcos tteóricos) paraa la consideraación de los problemas y objetos
culturaales y, como u
un grupo de temas. Las siguientes seccioones de la inttroducción see traslapan en
ntre sí,
pero ayudan a delinear el postm
modernismo como períoddo y como unn modo de investigación sobre
ciertoss temas recu
urrentes. Loss ensayos reeunidos en l os diferentees capítulos están organizados
alreded
dor de los missmos paradigmas y temas.
2.1 PARTE IIA. EEL POSTMOD
DERNISMO C
COMO UN P
PERÍODO HISSTÓRICO
2.1.1 EL CONTTEXTO HISTÓ
ÓRICO
¿Cuál es
e el contexto histórico en el que ocurre la crisis ddel modernism
mo? El teóricco cultural Freederic
Jameso
on nos lo expllica:
La década d
de 1960 es, dee muchas man
neras, un perí
ríodo de transsición clave, un período en el que
el nuevo orden
o interna
acional (neocolonialismo, la Revoluciión Verde, ccomputarizacción e
información mo tiempo ddesplegado yy estremecidoo por sus propias
n electrónica)) es al mism
contradiccio
ones internas y por la resisttencia externaa.
Este nu multinacional, post
uevo orden es conocido bajo los nombres de capitaalismo tardío, capitalismo m
industrrialización y so
ociedad de co
onsumo.
‐ 8 ‐
Es máss sencillo definir el inicio d
del período po
ostmoderno qque su final, aunque probablemente to
odavía
no hem
mos llegado allí. El activism
mo estudiantil a favor de loos derechos cciviles, la liberrtad y la proteección
del me
edio ambiente
e fue acompañado por el surgimiento d e la cultura contra la guerra, la música rock y
las dro
ogas. La exploración espacial comenzó ggloriosamentee en la década de 1960, peero sucumbió
ó en la
de 198
80. Las esperranzas de unaa energía nucclear segura que fueron aaniquiladas p
por los desasttrosos
acciden
ntes de Three
e Mile Island (1979) y Cheernobyl (19866). El individuualismo radicaal entró en ch
hoque
con el ffundamentaliismo religioso
o represivo.
2.1.2 CUESTIO
ONAMIENTO
OS AL MOVIM
MIENTO MO DERNO EN A
ARQUITECTU
URA
Para m
mediados de la década de 1960 se aceleraron y pro liferaron los ccuestionamieentos a la ideología
del Mo
ovimiento Mo
oderno y la arrquitectura moderna sin baase y trivializaada, llegándo
ose a conocer en su
conjunto como críttica postmod
derna. Como nos dice Frrampton, “sinn duda, paraa mediados d
de los
sesentas, estábamos desprovisto
os de una basee teórica real ista con la quue pudiéramo
os trabajar”.
“hemos vissto nuestra tarea como una restaurración calificaada del vigoor creativo d
de un
movimiento
o que ha qu
uedado en circunstanciass cada vez m
más comprometidas, form
mal y
programáticcamente…
La dem
molición del complejo Prruitt‐Igoe en San Luis, M
Missouri, en 1972, es reconocida com
mo la
manife
estación del fracaso
f de la visión de la arquitectura moderna sobre la viviend
da social. Un
na anti
utopía “que inspira y merece su destrucción””, la “versión burocrática” de los sueño
os de Le Corb
busier,
‐ 9 ‐
Hilberssheimer y otrros, construida por Minoru
u Yamasaki, ffue rechazadaa por sus hab
bitantes de esscasos
recurso
os, que la destruyeron mediante
m el vandalismo y el descuiddo. La demolición dramática e
intencional de este trabajo de arquitectura
a moderna
m (quue fue aclamaada en su inaauguración) ffue un
llamado de atención
n para la profesión.
de la generación de Framp
La fe d pton de podeer continuar eel proyecto m
moderno fue estremecida por la
apropiaación de la estética
e de la arquitecturra moderna por las sedees corporativaas, como signo de
progreso. Despojada de su progrrama social, laa arquitecturaa moderna see redujo en laa década de 1
1950 a
o para el secttor comercial. Este asuntoo fue quizás de poca preo
un estilo reiterativo ocupación paara los
ectos de norrteamericanoss. Como señala Colin Roowe, al referirse a los “N
arquite New York Fivve”, la
arquite
ectura moderrna europea fue
f importada a Norteam érica sin su ccomponente ideológico. P
Para la
décadaa de 1960, era evidente que
q los europ
peos habían tenido un lim
mitado éxito al implementar su
agendaa social. La desilusión con la reforma social
s se apodderó de la prrofesión. Entre los evento
os que
transpiiran la respue
esta a esta crrisis profesion
nal destacan las muestras,, publicacionees y el surgim
miento
de insttituciones teó
óricas. La refeerencia a insttancias signifficativas de cada una, servvirá para deffinir el
período de estudio, 1965‐1995.
2.1.3 INSTITU
UCIONES TEÓ
ÓRICAS: NUEEVA YORK, VEENECIA, LON
NDRES
La institucionalizació
ón de la teoría de la arquitectura se haace evidente después de laa fundación d
de dos
gruposs de expertos independien
ntes en Nuevaa York (1967‐‐85) y Veneciia (1968‐), co
on sus abund
dantes
publicaaciones. Con ssimilar misión
n que la Architectural Assoociation de Loondres (AA, fu
undada en 184
47), el
Institutto de Estudios Urbanos y Arquitectu
ura (IAUS, ssiglas en ingglés) de Man
nhattan ofreccía un
programa de clasess, conferenciaas, simposios,, paneles y exxhibiciones. A
Al igual que la AA, y el Insstituto
Venecia, la IAUS fue
e fundada porr una junta dee arquitectos (liderada por Peter Eisenman), en opo
osición
ema de educcación arquittectónica exisstente, que een Inglaterraa e Italia corrre por cuentta del
al siste
gobiern
no. La IAUS publicó un boletín, Skyline; dos revistas, Oppositions yy October, y vvarios libros b
bajo el
sello O
Oppositions. La serie de libros, de corta duración, inccluyó la influyyente traduccción al inglés de La
Arquiteectura de la Ciudad, de Aldo
A Rossi (19
982; italiano, 1966). El fuuerte énfasis del instituto en el
discursso y la disem
minación de la teoría fue característicaa del períodoo postmoderno (el Institu
uto de
Arquite
ectura y Urbaanismo de Chicago, el CIAU
U, revivió el m
modelo del IAUS de 1987 h
hasta 1994, cu
uando
se redu ndos). Una de las mayores contribucion es del IAUS fuue la introduccción a la aud
ujeron los fon diencia
‐ 10 ‐
norteamericana de teóricos y arq
quitectos eurropeos, muchhos de ellos innfluenciados por los parad
digmas
lingüístticos. A pesarr de no existir una conexión oficial enttre el IAUS y el Instituto V
Venecia, valee decir
que am
mbas institucio
ones tuvieron
n muchas cosas en común..
Entre los teóricos más importaantes de estee período so bresalen los arquitectos italianos, reu
unidos
dor de las escuelas
alreded e de arquitectura
a de Roma, M
Milán y Venecia. El Istitutto Universitaario di
Archite
ettura di Venezia (IUAV), bajo la direccción de Giuseeppe Samonaa desde 1945
5 hasta 1970,, sería
una im
mportante sede para la inveestigación y laa educación. EEn 1968, Mannfredo Tafuri (m. 1994) fundó el
Institutto de Historiaa de la Arquiteectura en el IU
UAV, atrayenddo la participación de otro
os interesadoss en la
teoría crítica y el marxismo. Los escritos de Tafuri, que recconsideran el método histtoriográfico alemán
y la relación de la arrquitectura co
on el marxism
mo, continúan siendo ampliamente leído
os.
Para un arq
quitecto, la ed
dición de una rrevista, la doccencia o la paarticipación en
n debates púb
blicos,
son manera
as de cultivar la reflexión tteórica, no coomo una actiividad separa
ada, sino com
mo una
parte indisp
pensable del o
oficio. De hecho, la teoría yy la historia hhan sido y continúan siend
do dos
constituyentes importanttes del diseño
o, al menos paara mi generaación.
A travé
és de todas esstas actividades, la Escuela de Venecia ccontinúa ejercciendo su influencia.
2.1.4 PUBLICA
ACIONES: REEVISTAS, REV
VISTAS ACAD
DÉMICAS, PO
OLÉMICAS
‐ 11 ‐
Además de la producción de Instituto de Venecia, Italia produjo tres revistas de arquitectura, que aún
se publican: Lotus, Casabella y Domus. Mientras que las dos últimas iniciaron en 1928, Lotus se
estableció en 1963. Su sofisticado cuerpo editorial ha publicado teorías influyentes tanto en italiano
como en inglés. Gregotti nos ofrece, de nuevo, una perspectiva sobre la arquitectura a inicios de la era
postmoderna:
No es casualidad que la década de 1960 reveló una nueva producción teórica marcada por una
parcialidad suficiente para traer a la luz nuevas preguntas y aspectos de la disciplina, tanto en
Italia como en el extranjero.
Durante diez años (1985‐1995) los arquitectos daneses bajo el patronazgo de la firma Henning Larsen
de Copenhague, publicaron Skala: Revista Nórdica de Arquitectura y Arte. Sus treinta números
mostraron la mayoría de las principales figuras postmodernas. Los artículos y entrevistas en danés e
inglés se complementaban con un formato de gran tamaño que empleaba un atrevido diseño gráfico y
generosas ilustraciones. Las exhibiciones en la Galería Skala y las lecturas brindadas por arquitectos
visitantes hicieron de esta una versión a pequeña escala de la IAUS en Escandinavia.
Desde su fundación en 1971, la revista japonesa Architecture and Urbanism (A+U) ha publicado obras
seminales, tanto de diseño como textos, hechos accesibles a Occidente por sus traducciones,
estupendas fotografías y diseño. La dirección editorial de A+U está configurada por un equipo
internacional de asesores y corresponsales.
Los periódicos y perfiles temáticos de Architectural Design (AD) continúan presentando los debates
actuales de manera oportuna y provocativa. Muchos arquitectos que sirven simultáneamente en las
juntas editoriales de Lotus, A+U y AD. Con algunas excepciones, las mujeres no han sido
adecuadamente representadas en las posiciones editoriales o como escritoras. Esta exclusión puede
explicar en parte la escasez de publicaciones de obras realizadas por arquitectas. Se espera que esto
cambie ahora que la mitad de los alumnos en las facultades son mujeres y que las mujeres asumen
posiciones dentro de las facultades.
Además de estas publicaciones comerciales, durante el período postmoderno proliferaron los jornales
universitarios de arquitectura. Muchos de ellos siguieron del modelo de Perspecta: The Yale
Architectural Journal, que data desde 1952. VIA de la Univesidad de Pennsylvania y Architectural
Association Quaterly iniciaron su publicación en 1968, el año del manifiesto del Comité de Huelga de
‐ 12 ‐
los Estudiantes de la Escuela de Bellas Artes de París. AAQ dejó de publicarse en 1982, pero resurgió
como AA Files. Modulus (Universidad de Virginia) y Precis (Universidad de Columbia) aparecieron e
1979; la última cesó su publicación en 1987. Los temas de estas revista ayudan a enmarcar las
preocupaciones de este período. Por ejemplo, la Harvard Architecture Review hizo su debut en 1980
con Mas Allá del Movimiento Moderno. El Princeton Journal of Architecture, publicó su primer número
en 1983 con Ritual, y el volumen 1 de Pratt Journal of Architecture, con Arquitectura y Abstracción
(1985), opuso la abstracción modernista al surgimiento de la representación historicista postmoderna.
Algunos jornales tienen un enfoque tópico, como Center (Universidad de Texas en Austin) que desde
1985 se ha enfocado en temas ligados al estudio de la arquitectura de los Estados Unidos.
La seriedad con que se abordan los temas (historia, la ciudad, monumentalidad, el paisaje, tectónica,
ética, etc.) por los editores estudiantiles y sus maestros asesores indica la percepción de profundidad
de la crisis. Los arquitectos postmodernos se volcaron a la palabra para resolver problemas complejos,
tan a menudo como se volcaron a los proyectos teóricos. La extensa publicación académica en este
período indica el impacto y accesibilidad de la autoedición en mercados no comerciales, como
fenómeno más bien reciente. Pero también refleja la falta de trabajo en proyectos reales,
especialmente durante la desaceleración de la actividad de construcción precipitada por el embargo
petrolero de 1973 y la “crisis energética”, más las subsecuentes recesiones en la industria de la
construcción a inicios y finales de la década de 1980 y en la década de 1990. Durante los períodos
lentos, la formulación de teorías y el diseño de proyectos teóricos a menudo mantienen el interés de
los arquitectos.
Una muestra de los libros y artículos emblemáticos será presentada a continuación con mayor detalle.
El lector se le aconseja examinar la discusión de los paradigmas y temas teóricos en las próximas
secciones, y la introducción de los ensayos para obtener mayor información.
Los cuestionamientos a la ortodoxia del Movimiento Moderno que surgieron en la década de 1950
alcanzan su punto más alto a mediados de la década de 1960, con la publicación de varios tratados
substanciales, además de La Arquitectura de la Ciudad y Complejidad y Contradicción en Arquitectura
(1966), mencionados anterioremente. Entre ellos se incluye Intenciones en Arquitectura de Christian
Norberg Schulz (1965), Notas sobre la Síntesis de la Forma de Christopher Alexander (1964), y
Territorio de la Arquitectura de Gregotti (1966). El último no ha sido traducido al inglés en su totalidad,
‐ 13 ‐
pero sirve de referencia para muchos autores de origen no italiano. Para Norberg‐Schulz y Rossi véase
la discusión sobre lugar y teoría urbana en la próxima sección.
Complejidad y Contradicción de Robert Venturi (publicada por el Museo de Arte Moderno de Nueva
York, y traducida a más de dieciséis idiomas) prescribe la importancia de observar y usar la historia de
la arquitectura en el diseño contemporáneo. En esencia, este manifiesto a favor del eclecticismo
histórico, promueve el componente antimoderno de pares de oposiciones binarias como híbrido/puro,
distorsionado/claro, ambiguo/articulado. A Venturi le preocupa la comunicación y el significado en
varios niveles y se permite la asociación creada por la familiaridad con la historia de la arquitectura. De
igual manera, Aprendiendo de Las Vegas (1972) ubica el valor de la cultura de la calle. Su teoría de
inclusión, “both.and”, planteada en Complejidad y Contradicción, reconoce las funciones explícitas e
implícitas, literales y simbólicas, permitiendo múltiples interpretaciones. Al afirmar su preferencia por
la “difícil unidad de la inclusión” (y la tensión resultante), Venturi se deja influenciar por varios
paradigmas: semiología, psicología Gestalt y la teoría literaria de William Epson expuesta en Siete Tipos
de Ambigüedad. Las últimas páginas del texto de Venturi ofrecen pistas de la dirección que su
investigación tomará, cuando descubre en la “casi correcta” calle principal norteamericana, que es
quizás del paisaje diario, vulgar y desdeñado, de donde podremos obtener el orden complejo y
contradictorio que es válido y vital para nuestra arquitectura y urbanismo. Que un arquitecto celebre
lo “feo y ordinario” es verdaderamente revolucionario, pero ¿será el cambio para mejor? ¿Es esta
celebración, de hecho, la posición populista que declara representar?
Philip Johnson (quien fue mentor de Venturi) resume la relevancia de Complejidad y Contradicción
para el postmodernismo arquitectónico:
Todo surgió con el libro de Venturi. Todos sentimos –Venturi, Stern, Graves y yo, que
deberíamos conectarnos mejor con la ciudad y con la gente. Y de forma más contextual, que
deberíamos relacionarnos con edificios antiguos.
Once años después de la publicación, el impacto de la teoría de Venturi era extenso. Robert Stern, que
publicó en 1965 un fragmento de Complejidad y Contradicción como editor de Perspect, escribió en
1977 una interpretación de la tendencia historicista postmoderna. (Para diferenciarlo del
postmodernismo en general, nos referiremos a la obra de Stern como historicismo postmoderno).
Nuevas Direcciones de la Arquitectura Moderna Americana: Epílogo al Límite del Modernismo identifica
tres áreas de enfoque: la ciudad, la fachada y la idea de memoria cultural. Stern también formula
‐ 14 ‐
principios: el edificio es un fragmento de un todo mayor (contextualismo); la arquitectura es un acto
de respuesta histórica y cultural; los edificios adquieren significado con el tiempo. Aunque el Epílogo
de Stern pretendía marcar el fon del modernismo y adelantar la era postmoderna, no es un manifiesto
proclamado como Complejidad y Contradicción. Este ensayo muestra el postmodernismo como una
crítica, que Stern identifica como un intento por resolver la división moderna entre “racionalismo” (que
abarca función y tecnología) y realismo (historia y cultura). Curiosamente, la función y la tecnología,
son los dos elementos que Peter Eisenman identifica como la representación realista de Movimiento
Moderno, en su obra “Fin de lo Clásico”. Stern afirma que las formas postmodernas son reales, en
lugar de abstractas, conocedoras de su propósito, materialidad, de su historia, del contexto físico en
que se les construyó, y del entorno social, cultural y político que les dio el ser.
La posición de Stern, de cara al papel social del edificio, es planteada “ya que los edificios son
diseñados para significar algo… no son objetos sellados herméticamente”. En contradicción a sus
afirmaciones de comunicación y accesibilidad, el historicismo postmoderno ha sido duramente
criticado, por los partidarios de la responsabilidad social de la arquitectura, como una moda elitista.
Charles Jencks publicó, también en 1977, El Lenguaje de la Arquitectura Postmoderna, codificando el
movimiento emergente como un estilo con características predecibles. Jencks popularizó el término
“postmodernismo” en arquitectura (que data de finales de la década de 1940), que luego se extendió a
las demás artes. En su trabajo teórico, Jameson y el filósofo Jürgen Habermas utilizan el tipo de
postmodernismo arquitectónico de Jencks (el postmodernismo historicista) para apuntar sobre
problemas culturales y sociales mayores.
En 1960, un grupo de arquitectos, que se autodenominaban CASE (Conferencia de Arquitectos para el
Estudio del Ambiente, siglas en inglés) efectuaron una reunión en el Museo de Arte Moderno de Nueva
York (MoMA). Un resultado indirecto de este encuentro fue la publicación en 1972 de Five Architects,
que mostraba la obra abstracta, de inspiración modernista, de Peter Eisenman, Michael Graves,
Charles Gwathmey, John Hejduk y Richard Meier, que serían conocidos como “The New York Five”. Con
la presentación por Arthur Drexler (curador y Director de Arquitectura y Diseno del MoMA), Rowe y
Frampton, y el epílogo por Johnson, la obra de los cinco se agenció la credibilidad de los patrones de la
arquitectura. Como una tendencia hacia la abstracción, opuesta a los llamados por el significado
hechos por Venturi, Stern y Jencks, la obra de los Five fue muy influyente entre los arquitectos. Drexler
‐ 15 ‐
Todos estam
mos preocupa
ados… con la reforma soccial… que la aarquitectura ssea el instrum
mentos
menos apro
opiado para efectuar
e una revolución nno ha sido nootado por los jóvenes euroopeos,
pero en América es un heecho.
Lo com
mún entre ello
os era el form
malismo: su intterés en la prrimera arquiteectura de Le Corbusier y laas aún
no probadas posibilidades de apllicar las ideass de los pintorres cubistas aa la arquitectu
ura. Las carreras de
estos arquitectos
a se
s han separaado desde entonces, perro los cinco ccontinúan sieendo consideerados
como ffiguras importtantes en el m
mundo académico y professional.
76, Rowe publicó una coleccción de sus eescritos desdee 1940, tituladda Matemátiicas de la Villa
En 197 a Ideal
y Otross Ensayos. Muchas
M de las piezas habíaan tenido am plia circulacióón antes de su publicació
ón y el
libro se
e convirtió en
n un clásico, in
ncluyendo “Trransparencia: Literal y Fennomenal”, esccrito junto a R
Robert
Slutzkyy. Collage Cityy (1978), escrrito junto co
on Fred Koett er, se presennta en relació
ón a la ciudad
d, más
adelante, dentro de
e esta introdu
ucción. Una versión
v publiccada como artículo en 19
975 se ofrecee en el
capítulo seis.
2.1.5 EXHIBIC
CIONES
Una se
erie de mue minación de la teoría po
estras influyentes sostuvieeron la disem ostmoderna sobre
arquite de medios fuee también ca racterística ddel período alto moderno, entre
ectura. Esta ccoincidencia d
1920 y
y 1930, en Europa, con sus revistas radicales y suus exhibicionees frecuentess de prototip
pos de
viviend
da. En Nueva York, el Museeo de Arte Mo
oderno lanzó la primera teendencia mod
dernista en Esstados
Unidoss con la exhib
bición Internattional Style de 1932. Esta muestra sem
minal tiene contrapartes du
urante
el perííodo postmod
derno, cuand
do MoMa alb
bergó tres exxposiciones pprominentes que delinearron el
cambio
o de curso de
d la arquitecctura. La Exh
hibición de B
Bellas Artes dde 1975 y su
u pesado cattálogo
influyeron en el dibujo arquiteectónico posttmoderno, coon sus preseentaciones en acuarela d
de los
proyecctos neoclásiccos de la Acad
demia Franceesa. Los planoos también pproporcionaro
on modelos p
para el
uso de
e procesione
es clásicas, ejes,
e jerarquíías y proporrción. Cuatroo años despu
ués, la expo
osición
‐ 16 ‐
Transformations, mostró un rango pluralista de obras desde 1969 hasta la fecha, similar a lo hecho por
Jencks en “El Lenguaje de la Arquitectura Postmoderna”.
Una tercera exhibición, también en el MoMA, fue “Arquitectura Deconstructivista” de 1988, curada
por Johnson y Mark Wigley. Los curadores intentaron lograr el mismo tipo de reorientación de la
profesión, la misma codificación de un movimiento, como en las anteriores muestras. Aunque logró
alguna atención, la exhibición no lanzó una tendencia mayor. La apariencia disparatada de algunas de
las obras y las intenciones de los arquitectos hicieron que la elección pareciera forzada. Mary McLeod,
en su libro “Arquitectura y Política en la Era Reagan: desde Postmodernismo al Deconstructivismo”,
insinúa que algunos de los arquitectos rechazaron la etiqueta deconstructivistas, aunque admitieron
ser incluidos en la muestra. Parece que el término “deconstructivista” sirvió como etiqueta estilística
para mostrar algunas obras provocadoras que no tenían intelectualmente mucho en común. El
ambiguo término “deconstructivista” (empleado sólo en arquitectura, hasta donde yo sé) es buscado
para reflejar las dos fuentes de influencia para el tipo de trabajo postmoderno exhibido: la
deconstrucción filosófica de Jacques Derrida (véase la discusión sobre teoría lingüística) y el
constructivismo ruso. Rem Koolhaas y Zaha Hadid, que trabajaron juntos, son quizás los más
comprometidos con las exploraciones formales basadas en el Constructivismo. Pero Frank Gehry,
Steven Holl y Coop Himmelblau no son, en realidad, similares a los mencionados anteriormente; ellos
tienen en común el proceso de trabajar a partir de la intuición y las propiedades sensuales de los
materiales. Gehry y Holl representan una fuerte tendencia opuesta al historicismo postmoderno: una
aproximación casi metafísica por lo concreto. En sus obras y las de otros autores de ese mismo
período, hay un pensamiento fenomenológico no siempre articulado de forma consciente, pero
presente a manera de subtexto.
En 1980, la galería Leo Castelli de Nueva York solicitó diseños de viviendas privadas de reconocidos
arquitectos internacionales, mostrando la creciente popularidad de la arquitectura entre el público
general. Los ocho proyectos visionarios que conformaron la exhibición “Casas en Venta” fueron
presentados como obras de arte y vendidos rápidamente. La galería Max Protech de Nueva York
presentó exhibiciones de arquitectura, con regularidad, durante la década de 1980.
La sección de arquitectura de la Bienal de Venecia de 1980, fue organizada por Paolo Portoghesi
alrededor del tema “Presencia del Pasado”. En su libro Postmoderno: La Arquitectura de la Sociedad
Postindustrial, Portoghesi describe el fenómeno representado en la Bienal:
‐ 17 ‐
El lengguaje del posttmodernismo
o… ha traído al dominio dee la ciudad contemporáneea un compo
onente
nístico, y ha puesto en circulación fragm
imaginario y human mentos y métodos de gran
n tradición hisstórica
en el mundo
m occidental… una nueva
n fuerza y nuevo nivvel de libertad han entrad
do en el mud
do del
arquite
ecto, en el qu
ue el estancam
miento creatiivo y la extra ordinaria indolencia duran
nte varias déccadas,
mostró
ó la inoperativvidad del Movvimiento Mod
derno.
La exhibición fue muy controversial, siendo considerada ppor algunos coomo nostálgicca y escenográfica,
o su curador,, como una bocanada d e aire frescoo para la arrquitectura. JJürgen
y por otros, como
mas fue tan afectado
Haberm a durante la visitaa a la muestrra, que se esccribió una prrotesta contraa esta
“vangu
uardia de fre
ente invertid
do”. Publicad
do como “M
Modernidad, un Proyecto
o Incompleto
o”, su
apasionado ensayo ha sido el punto de partida
p para los arquitectos preocupados por salvvar los
aspectos valiosos de
el programa d
de la arquitecttura modernaa.
2.2 LOS PARADIIGMAS TEOR
RICOS QUE D
DEFINEN ALL POSTMODEERNISMO
2.2.1 PARADIGMA 1: FENOMENOLOG
GIA
Un eje
emplo del carácter interdisciplinario de la teoría dde la arquitecctura es su d
dependencia en el
método de investigación filosóficca conocido ccomo fenomeenología. A m
menudo se pasa por alto o no se
ona que esta rama filosóffica subyace en
cuestio e las actituddes postmodernas hacia eel sitio, el luggar, el
paisaje
e, la creación (en particular tectónica). La teoría reciiente se ha desplazado hacia la especulación
filosófica, al evaluaar la interaccción del cuerrpo con el a mbiente. Lass sensacioness visuales, tááctiles,
olfatorrias y auditivas, son la parte visceral de la recepción de la arquiteectura, un medio distinguid
do por
su presencia tridimensional. En el período postmoderno,
p , la conexión inconscientee y corporal ccon la
arquite n objeto de estudio para aalgunos teóriccos, gracias aa la fenomeno
ectura se ha cconvertido en ología.
‐ 18 ‐
La fenomenología de Husserl, que consiste en la “investigación sistemática de la consciencia y sus
objetos” es la base del trabajo de otros filósofos.
Estimulada por la disponibilidad de las traducciones de las obras de Martin Heidegger y Gaston
Bachelard escritas durante la década de 1950, la consideración fenomenológica en la arquitectura
inició desplazando el formalismo y sentó las bases para la estética contemporánea de lo sublime. La
teoría de la arquitectura típicamente corre detrás de la teoría cultural, y el caso de la absorción de la
fenomenología no será una excepción. La crítica de la fenomenología a la lógica científica, que a través
del pensamiento positivista (“optimismo sobre los beneficios que la extensión del método científico
brindaría a la humanidad”) ha elevado y devaluado el Ser, apeló a los postmodernistas a ver las
contribuciones de la tecnología a la modernidad bajo una óptica menos entusiasta.
Heidegger (1889‐1976) estudió filosofía bajo la tutela de Edmund Husserl. Sus cuestionables alianzas
políticas durante la Segunda Guerra Mundial originaron la fría recepción de su obra por sus colegas, sin
embargo, su influencia es evidente en la obra deconstructivista de Derrida y de otros teóricos
postmodernos.
Las obras de Heidegger están motivadas por su preocupación por la inhabilidad del hombre moderno
de reflexionar en el Ser (o existencia), esto es crucial, según él, porque tal reflexión refleja la condición
humana. Una de las obras fenomenológicas más influyentes en la arquitectura es “Construir, Habitar,
Pensar”, en la que Heidegger articula la relación entre edificar y habitar, Ser, construir, cultivar y
disponer. Al rastrear la etimología de la palabra alemana Bauen (construir), Heidegger redescubre sus
connotaciones antiguas y sus significados más amplios que manifiesta la riqueza potencial de la
existencia. Habitar es definido como “estar con las cosas”. Cuando las cosas son nombradas por
primera vez, son reconocidas. A lo largo de este ensayo mantiene que el lenguaje le da forma al
pensamiento, y el pensamiento y la poesía son requeridos para habitar.
Christian Norberg‐Schulz interpreta el concepto de habitar de Heidegger como “estar en paz en un
lugar protegido”. El discute el potencial de la arquitectura de brindar habitación: “el primer propósito
de la arquitectura es hacer al mundo visible. Lo hace como cosa, y el mundo que presenta consistirá en
lo que reúna”. El crítico noruego ha promulgado la conexión entre arquitectura y habitar en una serie
de publicaciones que datan desde Existencia, Espacio y Arquitectura (1971). Su interés en la
experiencia de cosas concretas es manifestado e Intenciones en la Arquitectura (1965), libro que revela
su futura dirección.
‐ 19 ‐
Norberg‐Schulz es ampliamente citado en la actualidad y se le considera como el principal proponente
de la fenomenología de la arquitectura, es decir, la preocupación por la “concretización del espacio
existencial” a través de la construcción de lugares. El aspecto tectónico de la arquitectura juega un
papel, especialmente en los detalles concretos que, para Norberg‐Schulz, “explican el ambiente y
hacen manifiesto su carácter”.
La fenomenología en la arquitectura requiere la atención deliberada en cómo se elaboran las cosas.
Como se supone que dijo Mies, “Dios está en los detalles”. Esta influyente escuela de pensamiento no
sólo reconoce y celebra los elementos básicos de la arquitectura (pared, piso, cielo, etc. como
horizonte o frontera), sino que también ha traído consigo un renovado interés por las cualidades
sensuales de los materiales, la luz, el color y por el significado simbólico y táctil de la junta.
Pérez‐Gómez propone extender el concepto de habitar de Heidegger para permitir la “orientación
existencial”, la identificación cultural y la conexión con la historial. Al tener un punto de apoyo en la
arquitectura auténtica, el hombre podrá enfrentarse con su mortalidad a través de la trascendencia del
habitar.
Influenciado por el fenomenólogo Hans‐Georg Gadamer, Pérez‐Gómez afirma que la aprehensión de la
arquitectura como significativa requiere de una dimensión metafísica. Esta dimensión “revela la
presencia del Ser, la presencia de lo invisible en el mundo cotidiano”. Lo Invisible debe ser significado
con una arquitectura simbólica. El énfasis en el habitar es similar al de Norberg‐Schulz, pero Pérez‐
Gómez es más prescriptivo en su requerimiento de representación: “una arquitectura simbólica es la
que representa, la que puede ser reconocida como parte de nuestro sueños colectivos, como lugar de
un habitar pleno”. Se puede reconocer la potencia del concepto de habitar, aunque se cuestione la
afirmación de Pérez‐Gómez que necesita medios representativos o simbólicos para lograrlo. Porque, al
contrario, la abstracción es reconocida por algunos teórico como más abierta a interpretaciones y, por
lo tanto, más significativa universalmente.
Un fenomenólogo finlandés, Juhani Pallasmaa, trata la aprehensión psíquica de la arquitectura. El
habla de “abrir la vista a una segunda realidad de percepción, sueños, memorias olvidadas e
imaginación”. En su obra esto se obtiene mediante una “arquitectura del silencio” abstracta. Mientras
que su investigación inconsciente remite al concepto freudiano de “lo siniestro”, su arquitectura del
silencio resuena con el concepto contemporáneo de sublime.
‐ 20 ‐
2.2.2 PARADIGMA 2: LA EESTÉTICA DE LO SUBLIMEE
Las definiciones de
e los sublime (como lo sin
niestro y lo ggrotesco) le dan forma aal discurso esstético
mporáneo y ccoinciden con el pensamiento postmodderno. Los teóóricos que invvestigan lo su
contem ublime
están reinterpretan
ndo una tradiición que datta del siglo pprimero d. C.. y que es am
mpliada durante la
Ilustracción. Edmund
d Burke e Imm
manuel Kant sson dos fuent es importantes durante ell siglo dieciocho. La
reconsideración de lo sublime pu para resituar el discurso arquitectónico
uede usarse p o más allá del mero
formalismo.
Varios teóricos prop
ponen como ruta para la rrevitalización de la arquiteectura el desccubrimiento d
de sus
aspectos reprimidoss, siguiendo lo
os modelos d
deconstructiviistas y psicoanalíticos. Den
ntro del material se
ntran los supuestos sobree el origen dee la disciplinaa. Para Anthoony Vidler y P
encuen Peter Eisenm
man, lo
inquiettante y lo grotesco,
g aspectos de lo sublime, haan sido reprimidos. Como dice Vidleer, “lo
inquiettante en este
e contexto seerá… el retorrno del cuerppo a una arqquitectura que ha reprimiido su
presen
ncia conscien
nte”. Clarameente relacion
nado está el concepto dde grotesco de Eisenman: “la
‐ 21 ‐
condición de lo siempre presente que lo bello en la arquitectura intenta reprimir”. Sus ideas comienzan
a definir lo sublime en la arquitectura contemporánea.
Lo inquietante, como lo describe Sigmund Freud, consiste en el redescubrimiento de algo familiar que
ha sido previamente reprimido; es la sensación incómoda provocada por la presencia de una ausencia.
La mezcla de lo conocido y familiar con lo extraño se destaca en la palabra alemana para lo
inquietante, umheimliche, que traducida literalmente significaría siniestro. En su estudio, The
Architectural Uncanny, Vidler destaca que un tema común es la idea del cuerpo humano en
fragmentos. Lo inquietante, será entonces, el lado terrorífico de lo sublime, el miedo a la privación del
cuerpo íntegro. Vidler nota un “intento deliberado de confrontar el estado del cuerpo en la teoría
postmoderna”, que se necesita por el hecho que “la desintegración del cuerpo es, en un sentido muy
real, la imagen de la noción humanista de progreso desordenado”. La fragmentación es un tema
importante en la arquitectura postmoderna historicista y la deconstructivista, cuya fuente yace en el
rechazo a la personificación antropomórfica.
Al enfocar su estudio fenomenológico en lo inquietante, Vidler espera descubrir el “poder para
interpretar las relaciones entre la psiquis y el habitar, el cuerpo y la casa, el individuo y la metrópolis”.
El destaca que muchos arquitectos han seleccionado lo inquietante como una poderosa “metáfora
para la fundamentalmente invivible condición moderna: la falta de techo”. El rol de lo inquietante en la
agenda estética de la arquitectura es identificar y criticar asuntos contemporáneos como la imitación,
repetición, simbolismo y los sublime a través de su vínculo con la fenomenología.
Vidler reconoce que el uso de la desfamiliarización, “invierte las normas estéticas y las sustituciones de
lo grotesco por lo sublime”, como estrategias formales de la vanguardia para enfrentar la alienación.
Quizás esto explique la exploración de Eisenman de lo grotesco, como “manifestación de la
incertidumbre de lo físico”. El declara que lo grotesco plantea un desafío a la dominación continua de
lo bello, su represor desde el Renacimiento. Eisenman considera al Movimiento Moderno como parte
de un período ininterrumpido de quinientos años de duración, al que se refiere como “clásico”.
En el trabajo de Eisenman como en otras teorías recientes, la belleza resurge en el contexto de su
oposición a lo sublime (grotesco). Propone una “contención desde lo interno” en lugar de invertir la
jerarquía actual, de forma que un término (lo grotesco), siempre reprimiría el otro (lo bello). Su
alternativa a la exclusión de categorías en oposición reconoce que lo grotesco está presente dentro de
lo bello: “la idea de lo feo, lo deformado y lo supuestamente no natural”. La utilidad de esta categoría
‐ 22 ‐
nzar la agendaa de Eisenman: desplazar lla arquitecturra y su
estética ampliada esstá en que sirrve para avan
depend
dencia en los ideales humaanistas como belleza, med iante la compplejidad.
La imp
portancia de lo sublime en
e el siglo veeinte, está sieendo reconoccida finalmen
nte en los esscritos
teórico
os, que versan
n principalmeente sobre artte y literaturaa. Ya sea que sse presente ccomo un fenó
ómeno
para ge
enerar crítica social o como un aspecto del encuentrro psicológicoo, el perfil con
ntemporáneo
o de lo
sublime está resurggiendo. Incluyye el apoyo de Eisenman yy Lyotard a la deconstruccción de la profesión
determinación de la abstraacción. Bajo lla rúbrica de lo inquietantte en arquitectura se inclu
y la ind uye su
articulaación fenome
enológica. Esttas posicioness teóricas ofrrecen formas de desenmascarar la represión
de la vanguardia que ha limitado nuestra habiilidad para veer a la arquitectura como u
un diálogo con
ntinuo
o bello. El énffasis que Vidler y Eisenmann ponen en laa experiencia espacial del sujeto
entre lo sublime y lo
desafíaa la recepción
n no empírica y formalista d
de la arquitecctura.
2.2.3 PARADIGMA 3: TEO
ORÍA LINGÜÍSSTICA
La resttructuración del pensamiento bajo paaradigmas linngüísticos haa provocado un cambio een las
preocu
upaciones de la crítica culttural postmod
derna. La sem
miótica, el esttructuralismo y, en particu
ular, el
postestructuralismo
o (incluyendo la deconstru
ucción) han reeconfigurado muchas discciplinas, incluyyendo
la literaatura, la antropología, la ssociología y laa actividad cr ítica en general. La introducción signifiicativa
de la teoría
t europea a la audiencia norteaamericana tuvvo lugar en 1966 en la Universidad Johns
Hopkin
ns. Entre las expositores presentados
p en
e el “Coloquuio Internacioonal sobre Leenguajes Crítticos y
Cienciaas Humanas”, estuvieron Jaacques Derrid
da, Roland Ba rthes y Jacques Lacan.
Estos p
paradigmas, q
que ejercieron
n una influencia mayor en el pensamiento durante la década de 1960,
trajero
on consigo el revivido interés por la significaciónn y el simboolismo en la arquitecturaa. Los
arquite
ectos estudiaaron cómo see daba el siggnificado en el lenguaje y aplicaron ese conocim
miento,
‐ 23 ‐
median
nte la “analo
ogía lingüísticca” a la arqu
uitectura. Muuchos se cueestionaban hasta qué pun
nto la
ectura es convvencional, como el lenguajje, y su la gennte fuera de la arquitecturra entendería cómo
arquite
dichas convencione
es construyen
n significadoss. Diana Agrrest y Mario Gandelsonass con “Semió
ótica y
ectura”, y Ge
Arquite eoffrey Broad
dbent en su “Guía
“ de la TTeoría de los Signos en Arrquitectura”, entre
otros, se preguntarron si existe un
u contrato social
s en la aarquitectura. Como un retto al funcionaalismo
moderno como detterminador de
d la forma, se
s discutía q ue, desde unn punto de vvista lingüísticco, los
objetoss arquitectón
nicos no poseeen un signifficado inhere nte, pero pueden desarro
ollarlo mediante la
conven
nción cultural.
2.2.3.1
2 MIÓTICA
SEM
La teoría lingüísticaa es un paraadigma muy importante ccuando se analiza la preocupación geeneral
postmo
oderna: la cre nificados. La ssemiótica y eel estructuralismo, en particular,
eación y receepción de sign
con la fforma en que
e el lenguaje ccomunica, con
ncibiéndolo ccomo un sistema cerrado.
La sem
miótica (término elegido por
p Charles Sanders
S o de Ferdinand de
Peircce), o semioloogía (término
Saussure) se aproxim
man al lenguaaje de forma científica, coomo un sistem
ma de signos ccon una dimeensión
estructtural (sintáctiica) y otra dee significado (semántica). Las relacionees estructuraales conectan
n a los
signos y sus componentes (signifficante y significado), las r elaciones sinttácticas se daan entre los ssignos.
Las relaciones semáánticas tienen que ver co
on el significaado, es decir,, la relación entre el signo y el
objeto denotado po
or dicho signo
o.
La apliccación de la tteoría semiótica a otras dissciplinas proliferó durantee la década dee 1960, con m
mucha
actividad académicca en Norte y Suraméricca, Francia ee Italia. Umbberto Eco, n
novelista, críttico y
semiólogo, escribió sobre la arq
quitectura com
mo un sistem
ma semiótico de significacción. En “Función y
‐ 24 ‐
Signo: la Semiótica d
de la Arquitecctura” Eco aleega que los si gnos arquitecctónicos (morrfemas) comu
unican
las fun
nciones posib
bles mediante un sistemaa de convennciones o códigos. El uso
o literal o fu
unción
programática es el ssignificado prrimario de la aarquitectura. Los signos, ppor tanto, den
notan las funcciones
primarrias y conno
otan las funcciones secun
ndarias. Su ensayo “Anáálisis Compo
onencial del Signo
Arquite
ectónico, Columna”, demu
uestra que un
n solo objetoo arquitectónico (en este ccaso una colu
umna)
puede tener significcado y por lo ttanto será una unidad sem
mántica pertinnente.
eyendo Arquiitectura” (1972), importante investigaación publicaada en una revista profeesional
En “Le
(Progre
essive Archite
ecture), Mario
o Gandelsonas compara la carga sintácttica de la obraa de Eisenman, con
de la obra de Graves. En geeneral, la teorría y la prácticca de Agrest yy Gandelsonaas está
la carga semántica d
ncia por la linggüística. Ellos encuentran een la semióticca una forma de leer la arq
influen quitectura com
mo un
campo
o de producción de conocimientos. “El Texto Urbanno”, de Gandelsonas, es u
un ejemplo dee este
tipo de
e análisis.
2.2.3.2
2 ESTTRUCTURALISM
MO
El estru
ucturalismo e
es un método que declara qque “la naturaaleza de las cosas no está en las
o de estudio q
cosas e
en sí, sino en las relacioness que construimos y percibbimos entre eellas”. El mund
do está consttituido
por el lenguaje, que
e es una estru
uctura de relaaciones signifiicativas entree signos arbitrrarios. Por lo tanto,
los esttructuralistas afirman quee en los sisteemas lingüístticos sólo exxisten diferen
ncias, sin términos
positivos.
El estrructuralismo se enfoca en los códigos, las convennciones y loss procesos rresponsables de la
inteligibilidad de un
na obra, es deecir, cómo essta produce uun significadoo disponible ssocialmente. Como
método no se preo
ocupa del contenido temáático sino dee las “condiciones de sign
nificación”. Au
unque
tiene raíces en la lin
ngüística y la aantropología, es una
Investigació
ón transdiscip
plinaria de la
a relación dee un texto ccon las estru
ucturas y proocesos
particularess, sean esto
os lingüísticos, psicoanalííticos, metaffísicos, lógicoos, sociológiccos o
retóricos. Lo
os lenguajes y las estructu
uras, en lugarr del ser del aautor o su coonsciencia, seerán la
principal fueente de exploración.
‐ 25 ‐
El atractivo del estrructuralismo p
para la arquittectura parecce claro si susstituimos el trabajo literarrio por
obra arrquitectónica en la siguiente explicación
n del método .
Los esttructuralistas toman la lingüística como modelo e iintentan desaarrollar gramáticas –inven
ntarios
sistemáticos de ele
ementos y sus posibilidades de combbinación‐ que dan cuen
nta de la forrma y
significcado de las ob
bras literarias.
2.2.3.3
2 POSSTESTRUCTUR
RALISMO
El críticco cultural Hal Foster marca la transición del modeernismo al poostmodernism
mo a través d
de dos
ideas ttomadas direcctamente del crítico literario y cultural Roland Barthhes (m. 1980)), cuyas ideass de la
obra y
y el texto reflejan el camb
bio de enfoq
que en la prooducción artíística y literaria, de la creeación
moderna del todo (unidad) a laa creación po
ostmoderna ddel “espacio multidimensional” o el “ccampo
metodológico”. Mientras algun
nos pueden discutir quee es difícil sseparar el estructuralismo del
postestructuralismo
o, Foster también emplea la obra y el ttexto para haacerlo. En su ensayo “Poléémicas
Modernas”, asocia
(Post)M a la obrra estructuralista con la estabilidad dde los compo
onentes del signo,
mientrras que el textto postestruccturalista “reffleja la disolucción contempporánea del signo y la liberación
del jue
ego de significcantes”. Barth
hes propondrá posteriorm ente que el ssignificante tieene el potenccial de
jugar libremente y diferir interm
minablementee el significaddo, lo que ressulta en una cadena infinita de
metáfo
oras.
El posttestructuralism
mo, por tanto
o, inicia la “crrítica del signoo” preguntánndose: ¿Está eel signo comp
puesto
solo por dos parte
es (significantte y significaado), o no d epende también de la p
presencia de otros
significcantes, con lo
os que no see relaciona y
y de los que difiere? El tteórico literarrio marxista, Terry
Eagleto
on, apunta que mientras el estructuraalismo divide el signo del referente (o
objeto referid
do), el
postestructuralismo
o va un paso
o más allá y
y separa el significante del significad
do. La conclusión,
ndo esta líneaa de pensamiento, es quee “el significaado no está inmediatamente presente en el
siguien
signo”..
Otra manera
m de marcar la tran
nsición del esstructuralismoo hacia el poostestructuralismo, que o
ocurrió
alreded
dor de 1970, es el cambio de la visión o
objetiva sobree el lenguaje (como un objjeto independ
diente
del sujeto humano)), a la visión del discurso del sujeto o individuo. ““Discurso” ess el lenguaje como
‐ 26 ‐
práctica, según Eagleton, lo que implica el reconocimiento postestructuralista de los papeles
vinculados del autor y la audiencia, y del papel importante del diálogo en la comunicación lingüística.
Antes del estructuralismo, el acto de interpretación buscaba encontrar el significado que coincidiera
con la intención del autor o del orador. Tal significado se consideraba definitivo. El estructuralismo no
pretende asignar un significado verdadero a la obra (más allá de su estructura) o evaluar la obra en
relación con el canon. En el posestructuralismo, se asegura que el significado es indeterminado,
elusivo, sin fondo.
Dada la falta de relevancia del proyecto crítico tradicional, Barthes formula en “De la obra al texto” las
siguientes ideas sobre lo que debería ser la crítica posestructuralista: Primero, la búsqueda por parte
del crítico de las fuentes y las influencias en las que pueda basar su interpretación, causa que la obra
sufra del “mito de la filiación”. Al buscar el lugar de las obras contemporáneas de arte y arquitectura
en un contexto histórico, los críticos están desafiando la noción modernista que todo debe ser original,
surgido de una tabula rasa. Según Barthes, una mejor aproximación crítica será aquella en la que el
“crítico ejecuta la obra”, en ambos sentidos de la palabra. Este doble sentido se refiere a efectuar la
función interpretativa usual del crítico y sugiere sus sentimientos edípicos respecto a la literatura del
pasado. Barthes desea que el crítico, o el lector en general, tome un papel activo como productor del
significado.
El paradigma posestructuralista plantea dos preguntas respecto a la arquitectura postmoderna, según
Foster en “Polémicas (Post)Modernas”: el estatus del sujeto y el lenguaje, y el estatus de la historia y
su representación. Ambos son construcciones amoldadas por sus representaciones sociales. De hecho,
el objetivo de la crítica posestructuralista es demostrar que toda la realidad es constituida (producida y
sostenida) por sus representaciones en lugar de ser reflejada por ellas. La Historia, por ejemplo, es
narración con implicaciones subjetivas, de lo ficticio. Por lo tanto, el posestructuralismo fomenta la
proliferación de historias, contadas desde puntos de vista diferentes a los de la élite en el poder. Estas
historias sustituyen la versión “recibida”, de la “historia de los vencedores”.
De igual manera, el pensamiento posestructuralista problematiza el sujeto como autor, desafiando su
estatus y poder, como en “La Muerte del Autor” (1968) de Barthes y en “¿Qué es un autor?” de Michel
Foucault (1969). Ambos sugieren que la particularidad y la creatividad del autor son sólo ficciones
culturales convenientes, comparadas con el papel selectivo y reducido jugado por ellos cuando
‐ 27 ‐
presen
ntan un núme de problemas. En su nociónn posestructuuralista, amplliamente acep
ero limitado d ptada,
este “in
ndividuo” es, de hecho, co
olocado dentro de un sistem
ma de convennciones que ““le hablan”.
El “artiista romántico” como “gen
nio” producto
or es atacadoo como un connstructo ideo
ológico, al igual que
el auto
or, debido a que
q la repressentación de la sociedad eentra en confflicto con la ffunción del aartista.
Como el autor, el artista
a es unaa celebración
n exagerada ddel individualismo. Foucault (1984) prrefería
der al autor como una “función”… característicca del modoo de existen
entend ncia, circulacción y
funcion
namiento de ciertos discursos al seno de la soci edad. Esta pperspectiva lo
o lleva a forrmular
pregun
ntas más relevvantes que laas formuladass por la críticaa tradicional ccomo ¿Cuáless son los mod
dos de
existen
ncia de este discurso? ¿Dón
nde se ha usaado, cómo pu ede circular yy quién puedee apropiarse d
de él?
Mucho
os educadoress y practicanttes han asum
mido posturas posestructurralistas. La teoría arquitecttónica
postmo
oderna ha em
mprendido, en
ntonces, un rreexamen de los orígenes disciplinarioss de la arquiteectura
n de tabula rasa), y su relación coon la historiaa (que pued
moderna (incluyendo la noción de ser
erizada por la título de Harold
caracte H Bloom
m, “Ansiedad por la Influencia”, 1973
3), el énfasis en la
innovación y la noción del arquiteecto individuaalista y heroicco.
ostmoderna de
La reorientación po d las prioridades críticas,, que reenfocca el objeto de estudio d
de una
disciplina, sucede con la apliccación de los principios posestructurralistas a otrras disciplinass. Por
ejempllo, la conside
eración de Fo
oucault del impacto de loos diferentess discursos conlleva al in
nterés
ógico sobre ell papel de las institucioness en la socied ad. La crítica psicoanalíticaa de Jacques Lacan
socioló
y Julia Kristeva está filtrada por u
un lente poseestructuralistaa, sobre el quue se coloca u
una capa feminista,
en el caso de Kristevva.
2.2.3.4
2 DEC
CONSTRUCCIO
ON
Una de
e las manifesttaciones poseestructuralistaas más signif icativas es la deconstrucción. Como prráctica
lingüísttica y filosóficca, la deconsttrucción señaala al “logoceentrismo” com
mo cimiento d
del pensamieento, y
de la aarquitectura. JJacques Derrida, filósofo francés cuya oobra es más aa menudo la m
más asociada con la
deconsstrucción, exp
plora el uso de operaciones retóricass (como la m
metáfora) parra dar el sup
puesto
soporte o fundame
ento al argum uido. Para el caso,
mento, y notta que cada concepto ha sido constru
‐ 28 ‐
especula sobre qué constituye la “arquitectura de la arquitectura”: Si la arquitectura, la tectónica y el
diseño urbano sirven como metáforas fundamentales para otros sistemas de pensamiento, como la
filosofía, ¿qué sostiene a la arquitectura?
Derrida describe su trabajo con los siguientes términos:
La deconstrucción analiza y cuestiona los pares conceptuales que actualmente son aceptados
como evidentes y naturales, como si no hubiesen sido institucionalizados en el momento
preciso… porque se toman por sentado, limitan el pensamiento.
La deconstrucción trabaja desde los márgenes para exponer y desmantelar las oposiciones y
suposiciones vulnerables que estructuran un texto. Luego se moviliza para intentar un desplazamiento
más general del sistema, estableciendo qué es lo que la historia de una disciplina ha ocultado o
excluido, mediante la represión, para constituir su identidad. Esta estrategia es crucial en las críticas
feministas. (Véase la discusión sobre el feminismo en esta introducción).
El propósito de la deconstrucción es desplazar las categorías filosóficas y los intentos de dominio,
como el privilegio de un término sobre otro en las oposiciones binarias, como presencia/ausencia. Las
jerarquías binarias no son vistas como problemas aislados o periféricos, sino como sistémicas y
represivas. Derrida ve que la arquitectura apunta hacia el control de los sectores de transporte y
comunicación de la sociedad, así como la economía. La deconstrucción es parte de la crítica
postmoderna; su meta es terminar con el plan de dominación de la arquitectura moderna.
El propósito de la arquitectura, de Tschumi, es cercano al manifestado por Derrida:
(lograr la construcción de ) condiciones que disloque los aspectos más tradicionales y regresivos
de nuestra sociedad y, simultáneamente, reorganizar estos elementos en la forma más
liberadora.
Tschumi es la contraparte de Barthes y Derrida, en el ámbito de la arquitectura, ya que prueba los
límites de la disciplina, descubre sus márgenes, la confronta con otras disciplinas, y somete sus
premisas a una crítica radical. Se interesa en el texto arquitectónico, como potencialmente ilimitado,
no subsumido dentro de otras disciplinas y géneros tradicionales, sino traspasando estos límites
disciplinarios.
‐ 29 ‐
Eisenm
man también h
ha propuesto
o (de manera teórica y en el diseño) la noción de la arquitectura como
mbio con Derrrida ha servido como instruumento para introducir a los arquitecto
texto, yy su intercam os a la
deconsstrucción.
En el p
período postm da una evolucción, desde e l interés estructuralista po
moderno se d or la formació
ón del
significcado mediantte relaciones entre signos y componen tes de los siggnos, hasta laa conclusión q
que el
significcado definitivo es imposible, en el pen
nsamiento poosestructuralissta y deconsttructivista. M
Muchas
pregun
ntas interesantes son forrmuladas por la teoría l ingüística, affectando la elaboración de la
arquite
ectura, la teoría y su recep
pción crítica. ¿¿Es la búsqueeda de significcación infructtuosa o nostáálgica?
Si la intterpretación d Cuál es el propósito
de los artefacctos es una prráctica crítica que no mereece la pena ¿C
de la crítica?
c ¿Desccubrir nuestras ideologías? ¿Escribir d e forma creaativa? ¿Consttruir una narración
paralela que no reclame una auto
oría particular en respectoo al artefacto??
Las preocupacione
es arquitectónicas con el significaado y el lugar son tratadas po
or los
postestructuralistass como arbitrrariedades deel signo comuunicativo. Si llos signos son
n interpretad
dos de
manera poco fiable
e, son fácilm
mente constru
uidos en variiadas formas simultáneass, ¿cómo pueede la
ectura expressar un sentido
arquite o de comunid ad? Y si no sse puede confiar en el lenguaje,
o compartido
¿podríaa existir algún
n acuerdo sob
bre el significado del lenguuaje arquitecttónico? Aún m
más, la caída de las
grande
es narrativas históricas, propuesta por
p los poseestructuralistaas, apunta h
hacia el con
nsenso
nzable de una arquitectura representada significativaamente.
inalcan
2.2.4 PARADIGMA 4: MAR
RXISMO
Los enffoques marxistas de la hisstoria de la arrquitectura y la teoría (esppecialmente eentre los escrritores
italiano
os de la “Escu
uela de Veneccia”), planteaan el problem
ma de la relación entre la lucha de clasees y la
arquite
ectura. El histtoriador Manffredo Tafuri eexplica sus inttenciones en la conclusión
n de Arquitecctura y
Utopía (1973):
‐ 30 ‐
Una crítica marxista coherente a la ideología de la arquitectura y el urbanismo no puede menos
que desmitificar las realidades históricas y contingentes… ocultas detrás de los términos de
arte, arquitectura y ciudad.
El define “la crisis de la arquitectura moderna… como una crisis de la función ideológica de la
arquitectura”. O sea, que el Movimiento Moderno falló en su intento por lograr el cambio del orden
social porque sólo es posible una crítica de clase de la arquitectura. Una crítica de clase de la
arquitectura no puede producir una revolución porque depende y sigue esta revolución general. Tafuri
dice que la arquitectura moderna no puede proporcionar la imagen arquitectónica de una sociedad
liberada sin que se revisen sus elementos: lenguaje, método y estructura.
Aunque Tafuri parece descartar el cambio a través de la arquitectura, Jameson es más optimista sobre
el potencial de la “teoría de enclave” del marxismo para dar raíces a la resistencia del status quo. Este
modelo propone que los grupos marginados, que trabajan en los márgenes de la sociedad, pueden
forjarse una posición como enclave crítico y pueden iniciar el cambio. Un ejemplo lo constituyen las
revoluciones estudiantiles de mayo de 1968, “los eventos” en los que los estudiantes y trabajadores
europeos (especialmente los franceses) intentaron derrocar el sistema capitalista e instaurar el
marxismo. Los estudiantes, como las mujeres y los negros, adoptaron la idea de necesidad de un
radicalismo grupal constituyente. (Eagleton conjetura que la incapacidad de los revolucionaros de
cambiar el gobierno atrincherado pudo haber jugado su papel en la crítica postestructuralista del
lenguaje. La teoría de enclave ha engendrado una amplia variedad de manifestaciones arquitectónicas,
incluyendo el Regionalismo Crítico, que se discutirá posteriormente.
Estas inquietudes sobre la estructura del poder político son reforzadas por los intelectuales franceses,
como el posestructuralista Michel Foucault, y por la influyente Escuela de Frankfurt, cuyos miembros
asumen una posición marxista modificada. La influencia de Foucault ha sido extensa, debido a sus
amplios estudios analíticos sobre la estructura de las disciplinas y la profesión bajo los métodos de la
arqueología y genealogía del conocimiento. Su enfoque interdisciplinario fusiona la filosofía, la historia,
al psicología y la política en lo que él denomina “taxonomía de los discursos”. Los libros de Foucault
(Historia de la Locura en la Época Clásica, El Orden del Discurso, y Vigilar y Castigar) dejan claro que las
instituciones (y las formas arquitectónicas que las albergan) cumplen una función de control en la
sociedad. La utopía arquitectónica fue brevemente cubierta en su ensayo “De otros espacios: Utopías y
Heterotopías” (1967). Además de estudiar el papel de las instituciones, Foucault identifica el rol que
‐ 31 ‐
cumple
e la jerga profesional parra crear un discurso
d autóónomo, legitiimador y exccluyente. La crítica
postmo uras de podeer durante laa década de 1960 y 1970 se inspiró y fue
oderna haciaa las estructu
facilitada por este análisis.
oría Crítica de la Escuela de Frankfurtt, es obra dee un grupo que trabajó en el Institu
La Teo uto de
d de Frankfuurt. Está associada iniciaalmente con Max
Investigaciones Socciales de la Universidad
eimer (m. 197
Horkhe 73), Theodoree Adorno (m. 1969), que fuungieron com
mo directores del Instituto, y con
Herberrt Marcuse (m
m. 1979), quee se permanecció en los Esttados Unido, aún después de que el Insstituto
se restableciera en Alemania durrante la décad
da de 1950. C
Como Foucauult, su abordajje interdisciplinario
fusionaa la filosofía, lla historia y laa psicología, een un esfuerz o por describbir exactamen
nte el fenómeeno de
la cultu
ura en el con
ntexto de la economía po
olítica y la soociedad. Se inntentaba quee su estudio sobre
problemas como el surgimiento
o del autoritarismo y la burocracia, la cambiante naturaleza d
de las
relaciones sociales yy la relación de la cultura contemporá nea con la viida cotidiana,, contribuyerra a la
en contra de la dominación. Walter Ben
lucha e njamin (m. 19940) es uno dde los miemb
bros más cono
ocidos
del Instituto a pesar de su relación periférica. Sus escritoss sobre culturra, con un enfoque similarr al de
Barthes, han sido citados con freecuencia en la teoría de laa arquitecturaa desde finales de la décaada de
1970.
2.2.5 PARADIGMA 5: FEM
MINISMO
El activvismo de la década de 1960, llamó laa atención soobre la exclusión, dentro de las socieedades
os por el géneero, la raza y la orientaciónn sexual. Máss recientemen
democcráticas, de grrupos definido nte, se
ha subrayado el missmo problemaa por los jóveenes estudian tes, a menuddo mujeres y homosexualees. Las
maciones críticas que apelan a la equidaad, inclusión yy al fin del prejuicio (la críítica del otro) están
aproxim
ampliando la discu
usión de la arquitectura
a y otras arte s más allá dde los aspecctos formaless (que
dominaaron la teoríaa y crítica de finales del m
modernismo) aa los aspectoos culturales, históricos y ééticos.
Un tipo
o importante de esta crítica del otro es el feminismo .
‐ 32 ‐
Las operaciones de exclusión de las profesiones y otras instituciones fueron desafiadas exitosamente,
durante la década de 1970, por mujeres que no habían gozado de la participación plena como fuerza
de trabajo, en la política y la academia. El rechazo a la discriminación por género requirió presentar la
noción de género como no natural, arbitraria e irrelevante. Para mostrar al género como una
construcción de control social que privilegia a algunos de los miembros de la sociedad a expensas de
otros, las feministas emplearon paradigmas críticos (incluyendo el posestructuralismo, el marxismo y el
psicoanálisis. El género ha sido empleado históricamente para aislar y marcar al otro. El teórico Chris
Weedon señala el origen y las implicaciones del género:
El psicoanálisis proporciona una teoría universal de la construcción psíquica de la identidad de género,
sobre la base de la represión (de una parte de la bisexualidad infantil…) ofrece un marco de referencia
desde el cual se pueda comprender la femineidad y la masculinidad, una teoría de la consciencia, el
lenguaje y el significado.
La teórica Ann Bergren dice que “el género es una máquina para pensar el significado de la diferencia
sexual”. Ella nota que algunos idiomas, como el inglés, operan sin necesidad de diferenciar los
términos de género. Este tipo de observaciones llevaron a Bergren a concluir que el género es
“subjetivo en ambos sentido de la palabra y, por lo tanto, retórico y político”. Como resultado, las
feministas examinarán la noción logocéntrica de diferencia , que se origina en el género y que tiene un
impacto no reconocido en el ambiente construido.
La formulación del sujeto “como pura exterioridad, el producto de la inscripción de las relaciones de
poder” es fundamental para reconsiderar las construcciones culturales como el género. En otras
palabras, el individuo es manipulado hacia la conformidad conductual con las estructura políticas
explícitas y sus códigos sociales implícitos. Estas estructuras y códigos serán, precisamente, el objetivo
de los ataques feminismo.
La crítica feminista de la arquitectura pretende vincular la teoría y la práctica con la realidad
sociopolítica. Bajo la influencia de Freud y Derrida, Agrest cree que el “sistema” de la arquitectura” se
define por lo que incluye y por lo que excluye o reprime. En su ensayo “Arquitectura sin: Cuerpo,
Lógica, Sexo) ella encuentra que la mujer y su cuerpo han sido excluidos por el sistema falocéntrico. El
término psicoanalítico de “represión” (la negación del impulso sexual que conlleva a la neurosis) toma
un significado espacial cuando describe un “interior de represión” definido por una mujer, su cuerpo y
el sistema que su represión mantiene. Ella convierte la desventaja de la exclusión en ventaja:
‐ 33 ‐
Este afuera es un lugar desde el que se puede tomar distancia del sistema cerrado de la arquitectura, y
entonces, estás en una posición que permite examinar los mecanismo de cerramiento de la
arquitectura, sus mecanismos ideológicos de filtración, para hacer borrosos los límites que separan la
arquitectura de otras profesiones.
Pero Agrest también entiende el riesgo que toman las mujeres al asumir un posición externa, no
conforme con el orden social: ser catalogada por la histórica como extática, bruja, histérica, etc. Ella
propone que se puede encontrar en el cine una posición extradisciplinaria productiva, ya que
comparte con la arquitectura los elementos de línea y espacio. El punto de vista crítico que establece
Agrest pretende, en teoría, resituar al cuerpo femenino en la arquitectura posmoderna. También es un
recordatorio importante de la tradición antropomórfica, que fue rechazada por la arquitectura
moderna. Para más información, véase la discusión del tema “Cuerpo”.
2.3 PARTE IIC. TEMAS POSTMODERNOS EN ARQUITECTURA
Entre los temas alrededor de los cuales pueden agruparse los problemas de la teoría cultural
postmoderna se incluyen la historia (el problema de la tradición disciplinaria), significado,
responsabilidad social (compromiso ético versus ejercicio autónomo) y el cuerpo. En el caso particular
de la teoría de la arquitectura se formulan posturas firmes respecto a la ciudad como artefacto cultural
y al lugar, en el sentido fenomenológico. Mientras que la mayoría de estos temas han caracterizado
también a la teoría arquitectónica del período precedente, se puede discutir que el lugar y el cuerpo
no eran reconocidos por el Movimiento Moderno porque su enfoque era el acomodar lo colectivo por
sobre lo individual, expresado en un lenguaje de universalidad, tanto tecnológica como abstracta. La
celebración de la máquina como modelo formal, por ejemplo, excluía el cuerpo. El arte juega un papel
más importante en la teoría arquitectónica postmoderna respecto a la tecnología, a medida que el
péndulo oscila entre los extremos de la arquitectura como arte y la arquitectura como ingeniería.
Vidler nos dice:
La cuestión del arte de la arquitectura, cerrada por la ética funcional, podrá bien ser abierta,
con todas sus perturbadoras implicaciones, por este nuevo intento en el mundo de las ideas…
hasta hace poco los arquitectos estaban más interesados en desarrollar máquinas para vivir
‐ 34 ‐
que un arte por el que luchar. La utopía positivista de la arquitectura moderna estaba de esta
forma basada en la represión de la muerte, el deterioro y el “principio del placer”.
Durante este período parecerá que a menudo las ideas con las que se está lidiando quedarán primero
expuestas en las artes (que están libres de las complicaciones de la habitabilidad, colaboración y
financiamiento) y luego pasarán a cuenta gotas hacia la arquitectura. Por ejemplo, Foster ha descrito
cómo las artes postmodernas crean un objeto y campo desestructurados, un sujeto humano
descentrado (tanto el artista como el espectador) y provoca una erosión de la historia. Estas ideas son
enfatizadas en la teoría reciente del cuerpo en la arquitectura.
Hay un tremendo cruce de problemas de estudio entre las artes y la crítica de arte postmodernas y la
teoría de la arquitectura, en parte porque los mismos paradigmas teóricos (el postestructuralismo,
notablemente) influyen a estas disciplinas. Entre los problemas comunes se incluye la constelación de
ideas alrededor de la construcción del artista, la definición de su papel como productor en la sociedad
y la recepción de la obra de arte. Estos temas pueden resumirse como los problemas de la autoría, la
autoridad y la autenticidad. El curador contemporáneo Howard Fox señala que
En el mundo artístico de los años 1970 empieza a erosionarse la autoridad de ciertas ideas que
asociamos con el modernismo: originalidad, genio artístico, ejecución virtuosa, la noción de que
el objeto de arte es sacrosanto.
Mucha de las ideas que ahora son cuestionadas (remanentes de las concepciones del romanticismo del
siglo XIX) son las mismas que fueron desafiadas por el trabajo de los surrealistas a partir de 1910. Los
“ready mades” de Marcel Duchamp, en particular, plantean inquietantes y radicales preguntas sobre el
valor de la firma del artista; el papel de las manos en la manufactura; las ideas sobre lo original y lo
auténtico, y el estatus privilegiado de los lugares de exposición. La presentación y apropiación que
hace Duchamp de un objeto de producción en masa como objeto de arte anticipa el ensayo de
Benjamin de 1936 titulado “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica”, que reconoce
las condiciones cambiantes de elaboración y apreciación del arte en la era industrial.
Ignasi de Solà‐Morales Rubio, teórico catalán, cita al Surrealismo como la postura crítica más
comprometida en contra del Movimiento Moderno, lo que explica por qué fascina a los artistas y
arquitectos postmodernos. Otra generación de artistas y teóricos (Robert Morris, Gordon Matta‐Clark,
Alain Robbe‐Grillet, etc) exploraron este legado a mediados de los años 1960. En arquitectura, Rossi
‐ 35 ‐
Una de
e las estrategiias postmodeernas para dessafiar la nocióón de la originnalidad es la aapropiación: tomar
prestad
do –incluso reproducir literalmentee‐ el trabaj o de otra persona co
on el objetto de
recontextualizarlo o
o re‐presentaarlo. Para las artistas fem
ministas aproppiarse de la obra de un aartista
masculino famoso es una forma de llamar la atención ssobre la marrginalización de la mujer en la
historiaa del arte. Es
E una manera controveersial de cueestionar el vvalor que da la sociedad
d a la
originaalidad. En la obra de Sherrie Levine, la apropiación y re‐presentacción de las fottografías de W
Walker
Evans lllama la atencción sobre el aspecto mecánico y seriaddo de la fotoggrafía y, por lo tanto, su exxtraña
relación con la manufactura tradicional en las otras artes.
2.3.1 TEMA 1
1: HISTORIA EE HISTORICISSMO
‐ 36 ‐
En “Tres tipos de historicismo”, Alan Colquhoun señala: “en la vanguardia arquitectónica esto significó
la continua creación de formas bajo el impulso del desarrollo social y tecnológico y la representación
simbólica de la sociedad a través de estas formas”.
Como crítico postmoderno, Colquhoun descubre dos aspectos paradójicos del historicismo. La
paradoja primaria es que la búsqueda de una expresión del zeitgeist condena a un patrón de cambio
continuo. Habermas profundiza sobre esta paradoja con su sospecha que “el valor colocado [por el
modernismo] en lo transitorio, elusivo y efímero da a conocer un anhelo por un presente puro,
inmaculado y estable”. En segundo lugar, Colquhoun indica que los ideales fijos y la “ley natural” del
punto de vista clásico el modernismo los sustituye por el “vuelo hacia el futuro”, una (positivista)
progresión inevitable de expresiones relativamente válidas de varios tiempos. La paradoja, según
Colquhoun, es que algo pueda ser tanto inevitable y como relativo. Otros problemas acerca del
historicismo incluyen cómo puede identificarse el zeitgeist desde el interior de la historia, para
Eisenman en “El fin de lo clásico” este problema lógico sugiere la necesidad de encontrar un nuevo
propósito para la arquitectura.
El historicismo tiene dos definiciones adicionales que también son relevantes en la discusión de la
arquitectura postmoderna. Colquhoun nos da las siguientes: 1) una actitud preocupada por las
tradiciones del pasado 2) el práctica artística de emplear formas históricas. Los arquitectos
postmodernos historicistas emplean elementos clásicos y de otros estilos del pasado en un ejercicio
artístico de collage, pastiche o de reconstrucción, con lo que demuestran claramente que ellos
consideran que las formas del pasado son superiores a las contemporáneas por las asociaciones y
significados que conllevan.
Uno de los eventos más significativos en la historia de la arquitectura reciente es la reevaluación de la
obra no conforme o no contenida dentro de la tendencia dominante de las escuelas del Movimiento
Moderno. La noción que la arquitectura moderna no es singular sino, más bien, compuesta por
muchas tendencias distintas caracteriza la obra de los teóricos italianos Manfredo Tafuriy Francesco
Dal Co. Estos marxistas historiadores de la arquitectura escogen un enfoque dialéctico que enfatiza la
naturaleza dispar de las obras modernas, que se presentan como pluralidad de historias. Arquitectos y
edificios anteriormente marginalizados (como aberrantes) son elevados para ser comparados con Le
Corbusier y Mies van der Rohe como significativas excepciones a la hegemonía del funcionalismo del
Estilo Internacional (promovido agresivamente como estilo por el MoMA e historiadores como
‐ 37 ‐
2.3.1.1
2 ACTTITUDES POSTTMODERNAS RESPECTO A LA MODERNIDAD
Probab
blemente el aspecto
a más confuso de la teoría poostmoderna ees la multiplicidad de términos
empleaados para describir las disstintas posicio
ones asumidaas respecto aa la condición
n moderna. LLo que
sigue p
pretende simp
plificar la gam
ma de posibilidad y evitar eel uso de térm
minos que en
ntren en conflicto o
tengan
n diferentes acepciones fuera
f de la disciplina. Laas dos principales actitud
des postmod
dernas
pueden
n clasificarse como antim
moderna y promoderna. D
Dentro de este esquema básico uno p
puede
enconttrar teorías crríticas y afirmativas, resisteentes o reacciionarias, proggresistas o conservadoras.
2.3.1.2
2 TEO
ORÍAS ANTIMO
ODERNAS
Las teo dernas buscan una “ruptu
orías antimod ura radical” ccon la moderrnidad, ofreciendo alternaativas,
tanto orientadas
o haacia el futuro
o (nuevas visiiones críticas ) o con vista hacia el passado (renacim
miento
reaccio
onario de la tradición). Mientras que las prrimeras pueeden ser co
onsideradas como
neovan
nguardistas porque
p buscan una nueva expresión paara un momeento conscientemente deefinido
como postmoderno
o, las segund
das incluyen propuestas de retaguarddia que plan
ntean salirse de la
modernidad para re
etornar a las ccondiciones preindustrialess y premoderrnas.
2.3.1.3
2 TEO
ORÍAS PROMO
ODERNAS
El enfo oderno opueesto al anterrior es la poosición progrresista que desea extender o
oque postmo
comple moderna. El progresismo trraslada muchhas ideas del modernismo en su
etar la tradición cultural m
esfuerzzo por transfo
ormarlo. Algunos teóricos como Foster consideran que la “culturaa adversaria” de las
vanguaardias del siglo XX ha sido
o renunciada por los opo nentes políticos reaccionarios con el fin de
‐ 38 ‐
mantener el control social. Esta estrategia de ataque se basa en equiparar al modernismo con la
doctrina estética del formalismo. La presentación reductiva del modernismo como formalismo ignora
su potencial de crítica social. Además, Foster está de acuerdo con Clement Greenberg al ver al
modernismo como un “programa autocrítico… comprometido a mantener la alta calidad del arte del
pasado en la producción actual” y asegurar la continuación de lo estético como un valor.
Habermas, quien amplía la obra de la Escuela de Frankfurt, es uno de los principales defensores de
esta rama del postmodernismo. El argumenta en contra de las acusaciones de los conservadores
quienes culpan al modernismo cultural de los males de la sociedad, al decir que de hecho es la
modernización económica y social la que causa alienación:
El neoconservador no descubre las causas económicas y sociales de las actitudes alteradas
hacia el trabajo, el consumo, el logro y el ocio. En consecuencia, atribuye todas sus
consecuencias –hedonismo, falta de identificación con la sociedad, desobediencia, narcisismo,
retiro de la competencia por logros o estatus‐ al ámbito de la cultura.
Para apoyar la distinción que Habermas hace entre los efectos de la modernización y el modernismo,
se puede citar la decepcionante falta de efectividad que tiene la arquitectura moderna para resolver
los problemas sociales. ¿Cómo puede el modernismo cultural ser responsable de las enfermedades
sociales cuando no puede provocar cambios? Empleando un tono marxista, Habermas aconseja resistir
al “sistema económico autónomo” mediante el desarrollo de un sistema de pesos y contrapesos.
Habermas argumenta que el proyecto de la Ilustración y sus valores liberales no deberían engavetarse,
sino renovarse con esfuerzos que integren las tres esféras autónomas de la razón –el arte, la ciencia y
la moralidad‐ entre sí y con la vida. La reconciliación propuesta entre la vida y el arte, intentada
infructuosamente por los surrealistas, pretende alcanzar la emancipación social y personal.
Como postmodernista progresista Jean‐François Lyotard cita explícitamente el trabajo teórico de
Habermas, junto con la Teoría Estética de Adorno, La Miseria del Historicismo y La Sociedad Abierta de
Popper como esfuerzos por continuar el proyecto de la modernidad dentro de las esferas específicas
del arte y de la política. Habermas no está de acuerdo con el deseo de consenso de Habermas y duda
de la capacidad del arte para “cerrar la brecha entre los discursos políticos, éticos y cognitivos… para
abrir el camino hacia la unidad de la experiencia”. Lyotard ha identificado el papel de las grandes
narrativas, o metanarrativas, que han sido empleadas para legitimar las estructuras de poder, ideas
‐ 39 ‐
2.3.2 TEMA 2
2: EL SIGNIFIC
CADO
La arquitectura deriva su significado de las circunnstancias de su creación, lo que implicca que
aquello quee es externo a
a la arquitectu
ura –lo que ppodría denom
minarse de ma
anera amplia como
su conjunto de funcioness‐ es de vital im
mportancia.
2.3.2.1
2 RMA / CONTEENIDO: TIPO, FFUNCIÓN, TEC
FOR CTÓNICA
Un elemento centraal en la discusión postmod
derna acerca del significaddo es la defin
nición de la essencia
de la arquitectura, ssobre la que eexiste poco co
onsenso. A m
menudo podem
mos encontraar que se prop
ponen
ementos que
tres ele e no pueden sser removido
os de la arqui tectura: tipo,, función y teectónica. Esto
os tres
elemen
ntos bien pue
eden relacion
narse con los de la tríada vvitruviana de deleite (belleza o forma ideal),
comod
didad (utilidad
d o acomodo) y firmeza (du
urabilidad)
El tipo a menudo se relaciona con otros dos téérminos; a la función mediiante tipos baasados en el u
uso y a
la tectónica median
nte tipos bassados en sisttemas estruccturales. La tipología pued
de verse com
mo un
catáloggo de soluciones generales a los probleemas generales de disposiición arquitecctónica, idealizadas
al nivel más diagram de esta formaa, el tipo quizzás constituyaa lo que Derrida ha denom
mático. Visto d minado
“la arquitectura de lla arquitecturra”, o el equivvalente a la esstructura proffunda del lenguaje.
‐ 40 ‐
Para algunos postmodernista, la elección entre imitación e invención como el origen de la forma es
evitada cuando se acepta la existencia de un inventario a priori de tipos disponibles para transformarse
en modelos. Ya que los tipos son demasiado genéricos (y no tienen estilo) para ser imitados, la
invención juega un papel importante durante el proceso de diseño. El tipo es, por tanto, “la estructura
interior de una forma o…un principio que contiene la posibilidad de infinitas variaciones formales y la
modificación estructural del tipo en sí”. El tipo proporciona un origen racional, sin valor (en oposición a
la selección por juicio de un edificio histórico específico como precedente) a partir del cual se puede
articular un método de diseño para la transformación.
Un escrito del teórico de la Ilustración Quatremère de Quincy subyace bajo el pensamiento
postmoderno sobre la tipología de los neorracionalistas italianos:
Los cimientos del neorracionalismo descansan sobre la concepción del proyecto arquitectónico,
cuyos límites han sido establecidos por la tradición arquitectónica y cuyo campo de acción esta
lógicamente enmarcado en el retorno constante a los tipos, plantas y elementos básicos: todos
entendidos sincrónicamente como permanentes e inmutables, arraigados en la tradición y en la
historia.
El papel del arquitecto es transformar el ideal o la esencia que es el tipo en un modelo físico. Solá‐
Morales Rubió llama a este proceso “figuración del diseño”, y señala que el uso del tipo en la
arquitectura de Rossi es mediado por su subjetividad poética y por su inspiración en el surrealismo.
Otros unen el ideal tipológico con la pragmática de la técnica constructiva, que muchas veces de basa
en la construcción vernácula regional. Giulio Carlo Argan, cuya teoría admite el desarrollo de nuevos
tipos, sugiere un potente fusión del tipo con la tectónica para crear un punto inevitable de origen para
el diseño.
En el Movimiento Moderno, la comunicación de la función era el mayor problema de expresión. La
función se concibe como racional y científica, no gratuita o simplemente estética. La prioridad
depositada en la función como contenido podría sugerir que esta haya sido considerada como la
esencia de la arquitectura moderna. Asumir que la forma arquitectónica deriva de o es “transparente a
la función” implica que hay correspondencia directa entre formas específicas y funciones específicas.
Esta correspondencia requiere de códigos para crear significados, puesto que el significado no es
inherente a las formas, sino que es construido culturalmente. Todos estos asuntos y posiciones son
revisadas durante el período postmoderno en ensayos como “Neofuncionalismo”de Gandelsona,
‐ 41 ‐
“Postfuncionalismo” de Eisenman, “Función y Signo: Semiótica de la Arquitectura” de Eco y la seria
“Arquitectura y Límite”de Bernard Tschumi.
Eisenman plantea que la función ha sido un aspecto continuo de la teoría de la arquitectura desde el
Renacimiento y que esta conexión fundamental con el humanismo evita que la arquitectura se mueva
hacia el modernismo. El funcionalismo, no dice, “no es más que una fase tardía del humanismo”. Urge
al lector a “reconocer que la oposición forma/función no es necesariamente inherente a toda teoría
arquitectónica… y reconocer la diferencia crucial entre modernismo y humanismo.”
El postmodernismo otorga un mayor valor a la forma que a la función, al invertir deliberadamente o
polémicamente el dicho modernista de “la forma sigue a la función”. La posición formalista afirma que
la forma en sí es la esencia o contenido de la arquitectura. Este énfasis en la forma como significado es
paralela a algunos desarrollos lingüísticos en el estructuralismo y postestructuralismo. De manera
particular, el reto a la noción que el lenguaje es espejo de la realidad encuentra su contraparte teórica
en la arquitectura autoreferencial. La pintura moderna ha cesado de presentar imágenes reconocibles
de la vida, ¿por qué la arquitectura debería presentar algo que es externa a ella? Este razonamiento
sustenta la posición autonomista que considera incluso a la función como externa a la arquitectura.
Similares debates se dan sobre la centralidad de lo tectónico en la arquitectura. Algunos teóricos
afirman que sólo la obra construida puede ser considerada arquitectura, mientras otros insisten en que
la presencia física no es garantía por si sola. Peor si un proyecto debe construirse debemos confrontar
el problema de la tectónica, que resalta nuevamente la distinción entre la construcción y la
arquitectura. Ambas profesiones comparte la necesidad de emplear sistemas estructurales y resolver
juntas entre materiales, entonces ¿qué es lo que eleva la arquitectura sobre la construcción? El
arquitecto Demetri Porphyrios indica que la “mediación imitativa” en el manejo de los materiales
distingue la arquitectura; su ausencia explicaría por qué el modernismo sólo produjo construcciones.
Por tanto, la meta de la arquitectura debería ser “construir un discurso tectónico que, mientras
atiende la pragmática del albergue pueda, al mismo tiempo, representar su tectónica como mito”. Para
Porphyrios esta afirmación nos lleva a la conclusión que el clasicismo es la ruta hacia una gran
arquitectura, basada en su habilidad de mitificar la construcción vernácula.
Otros argumentan, de manera general, que la tectónica es una rica fuente de significados. Esta
posición está a menudo vinculada al interés fenomenológico por la “cosidad” de la arquitectura, es
decir, su habilidad para “recoger” (condensar significados en el ambiente). Como parte del “retorno a
‐ 42 ‐
las cosas” la constru
ucción como proceso de devenir es un ttema postmooderno. Por ejjemplo, el Pabellón
Pinecote de Faye Jones muestra un techo parccialmente cubbierto que revela su proceeso de constru
ucción
pas.
por cap
El énfaasis en lo tecctónico es un ortante de laa crítica posttmoderna haccia el modernismo
na parte impo
estéril y el postmo
odernismo hiistoricista superficial. Alg unos arquiteectos constru
uyen una narrrativa
nte el material y el detalle. Esta narrativa es, a veeces, caprichhosa (usando eclécticamente el
median
préstam
mo, aplique y pastiche) y a veces pragmática (tomando el detalle req
querido como
o una
oportu
unidad para laa expresividad
d tectónica). EEl llamado dee Gregotti parra resituar el detallado com
mo un
problema arquitecttónico es seccundado por Marco Frasccari y Framptton en sus artículos publiicados
entre 1983 y 1984
4. Sus llamados en “El Deetalle que Cuuenta una Hisstoria”, “Llam
mado al Ordeen, en
Defenssa de la Tecttónica” y “El Ejercicio del Detalle”, haan sido escucchados por laa profesión. En su
búsque
eda por la ese ue “debemos , en su lugar, retornar a la unidad estru
encia, Framptton sugiere qu uctural
como la esencia irreducible de la forma arquitectónica””. Para él, la unidad estructural refierre, en
ológicos, a la conexión entre los compoonentes tectóónicos –la juntta‐ que es el “nexo
términos fenomeno
dor del cual e
alreded nde es “articu lado como prresencia”.
el edificio llegaa a ser” y don
2.3.2.2
2 REP
PRESENTACION E HISTORIC
CISMO POSTM
MODERNO
El debaate de la form
ma versus el contenido, reesumido anteeriormente, ees una parte d
de la preocup
pación
oderna por el significado. La representtación y la figguración son también centtrales a este tema.
postmo
Los arttistas postmo
odernos reintrodujeron la figura huma na y otras foormas recono
ocibles en su obra,
dando fin al largo re
einado de la aabstracción qu
ue inició con eel cubismo, coonstructivism
mo y supremattismo.
En la arquitectura
a postmodernaa, el uso de estilos histó ricos o fragm
mentos identificables de eestilos
específficos tiene el mismo propó
ósito: crear fo
orma mediannte asociacionnes, llegando incluso a con
nstruir
narrativas. En su ed
ditorial sobree el detalle, Gregotti
G hacee notar que la aparición d
de la cita estilística
de con la crisis del lenguaje arquitecctónico. El ssostiene que la (perversaa, radical) cittación
coincid
historiccista no es, d
de todos mod
dos, un sustitu
uto adecuadoo al detalle teectónico, quee articula la téécnica
constru
uctiva como u
un componen
nte expresivo en el lenguaje arquitectónnico.
La obraa de Graves d
desde 1976, ilustra su interés en la “a rquitectura ffigurativa”, co
on lo que él q
quiere
decir, arquitectura con una relaación asociativa con la natturaleza y la tradición cláásica. Su sugeerente
o de fragmen
empleo ntos histórico
os en el Palaacio Municipaal de Portlannd vinculó su
u nombre con una
vocabu
ulario o image
en formal reconocible, quee lo convirtió en el favoritoo de las empresas de publicidad.
‐ 43 ‐
Como indica McLeod, en los preocupados‐por‐el‐estatus años 80, los arquitectos eran buscados para
diseñar y avalar productos que iban desde teteras hasta zapatos.
Esta obra y su asimilación por el mercado indican que podría tener validez la idea que la arquitectura
actúa como un sistema de signos. Nos referimos principalmente a las obras que abordan la dimensión
estilística de la arquitectura, ya sea de inspiración clásica o vernácula. Un buen ejemplo es el portafolio
de casas neotradicionales de Stern, orientadas a clientes conservadores y adinerados. Estos diseños
capitalizan al asociar los estilos arquitectónicos del siglo XIX con la riqueza, el estatus y la vida
aristocrática. La opinión de Stern, siguiendo lo manifestado por Rossi, es que el significado de una
forma se acumula a lo largo del tiempo mediante la función de la memoria cultural. Esto no quiere
sugerir que existan otras similitudes en los enfoques de ambos arquitectos.
Una estrategia compositiva característica del postmodernismo historicista es el pastiche, la citación
ecléctica de elementos históricos fragmentados. Foster ha interpretado este fenómeno como la
apropiación del pasado para los propósitos del presente. Esta apropiación es presentada como una
crítica al poco comunicativo minimalismo, pero Foster duda si el fragmento histórico emblemático
descontextualizado es más accesible que la abstracción. El pastiche tiende a venir acompañado por
una actitud de parodia hacia los fragmentos históricos que desmiente el genuino respeto hacia el
pasado. El edificio para la AT&T (1978) Phillip Johnson ilustra este tipo de juegos de los arquitectos del
postmodernismo historicista, en este caso aumentando la escala de una pieza de mobiliario para
convertirlo en un rascacielos en Manhattan. ¿Cuál debería ser el significado de un edificio que se
parece a un mueble?
Stern ha señalado la tendencia “ornamentalista” de la arquitectura postmodernista historicista, que
depende de la pared decorada para transmitir un significado. Esta observación implica que la fachada
postmoderna, como máscara para ocultarse, sustituye a la elevación modernista que revela el interior.
(El cambio de la terminología empleada para la superficie de pared, es una característica del interés del
‐ 44 ‐
postmodernismo historicista en la tradición Beaux Arts.) Recientemente, la energía decorativa se ha
enfocado en el uso de materiales y el detalle como episodios expresivos de la edificación.
Como es de esperar, algunas críticas al postmodernismo historicista se enfocan en el problema
predominante de la representación. Remover fragmentos estílisticos de su contexto histórico trae
como resultado lo que autores como Frampton han llamado los efectos escenográficos de la
arquitectura deshistoriante. Ademas de la “simulación de lo clásico”, Porphyrios identifica otras dos
manifestaciones distintivas del postmodernismo arquitectónico: “high tech simulado” y la
“transgresión” deconstructivista. En su artículo “La Relevancia de la Arquitectura Clásica” critica toda la
“cultura” postmoderna por estar cimentada en el suelo inestable de la primacía del contexto y la
“retórica del estilo” una actitud ecléctica que ve a los estilos como dispositivos de comunicación. La
arquitectura postmoderna historicista resultante es el kitsch escenográfico, personificado en el
“cobertizo decorado” de Robert Venturi y Denise Scott Brown.
Porphyrios también piensa que la parodia y el pastiche son inapropiados en la investigación
arquitectónica. La alternativa, según él, es el renacimiento clásico, cuyo significado derive de la lógica
de la construcción y de su mitificación. Buscará ampliar las justificaciones para el retorno a lo clásico en
la ecología, el urbanismo y la cultura.
Algunos teóricos, como Diane Ghirardo, argumentan que la arquitectura postmoderna historicista
tiende a selectivamente interpretar mal la historia y a ignorar las responsabilidades ecológicas,
políticas y sociales. Critica esta renuncia a favor del formalismo y como ejemplo señala que durante la
década de 1970 en los Estados Unidos los arquitectos desempleados prefirieron entretenerse en el
fetichismo de la “arquitectura de papel” , en lugar de diseñar utopías sociales.
En oposición a la apropiación, muchas veces superficial, de las imágenes de la historia de la
arquitectura por parte de los postmodernistas historicistas, otros arquitectos han afirmado, en sus
escritos y proyectos, los valores positivos de la abstracción. Para el caso, el volumen inicial de la revista
Pratt Journal presenta varias discusiones acerca de la validez presente de la abstracción. De manera
similar, el concepto de sublime contemporáneo expuesto por Lyotard desafía la noción que la
abstracción carece de contenido e ilustra la obra de los artistas modernos como intentos “presentar lo
impresentable” del mundo de las ideas.
‐ 45 ‐
2.4 TEMA 3: EL
T LUGAR
En las últim
mas décadas h
ha quedado cllaro que este abordaje praagmático (funcionalismo) g
genera
un ambiente esquemáttico y sin ca
arácter con iinsuficientes posibilidadess para la vivvienda
humana. El problema del significado een arquitecturra, por lo tantto, ha pasadoo a primer pla
ano.
2.4.1 EL HOM
MBRE, LA ARQ
QUITECTURA
A Y LA NATU RALEZA
La relación entre el hombre y laa naturaleza ees un antiguoo problema fiilosófico que ha sido subrrayado
nomenólogoss como Norbeerg‐Schulz. En
por fen n el pensamieento occidenttal, la naturaleeza como “el otro”
respecto a la culturra ha sido un
n tema estabilizador durannte siglos. Poor ejemplo, la lucha del ho
ombre
contra la naturalezaa amenazantee caracterizó las ideas acercca de lo sublime durante laa Ilustración.
Desde la Revolución Industrial, el avance teecnológico haa reducido la urgencia dee esta lucha por la
supervvivencia. De hecho, los decconstructivistas han sugeriido que la vieeja oposición naturaleza/ccultura
o desplazada y convertida en irrelevaante, junto coon otras dicootomías. ¿Será cierto quee esta
ha sido
estructtura binaria ha sido elim
minada? Algu
unos planteaan que desppués de haber conquistaado la
naturaleza, la amenaza a la cultura proviene d
del otro extrem
mo del especctro: del conocimiento hum
mando
y de su
u forma instru
umentalizada, es decir, la ttecnología. Juunto con el avvance tecnoló
ógico, por ejeemplo,
la humanidad ha cre
eado una crisis ambiental gglobal.
2.4.2 El LUGA
AR Y EL GENIUS LOCI
ne el lugar como una “pequeña porciónn de la superfficie de la tierra identificab
Albert Einstein defin ble por
un nombre… una forma de orrden de los objetos matteriales y naada más”. El historiador de la
ectura Peter C
arquite Collins aceptaa esta definició
ón y desarrolla sus implicaaciones:
‐ 46 ‐
La teorrías del lugar,, surgen de laa fenomenolo
ogía y la geog rafía física, ennfatizando la especificidad
d de la
experie
encia espaciaal y, en algun
nos casos, la idea del gen ius loci, o el espíritu del lugar. El lugaar nos
brinda una maneraa de resistir al relativismo
o de las teorrías modernaas de la histo
oria a través de la
implicaación del cuerrpo y la verificcación que dee las cualidadees particularees de un sitio.
Gregotti eleva la creaación de lugares a la posición de acto a rquitectónicoo primigenio; colocar una p
piedra
en el suelo
s nicio de las “modificacionees” que transsforman el luugar en arquitectura. El vve a la
es el in
arquite
ectura como constituida p
por relacioness estructuralees (en particular, diferencias) en el amb
biente
que, al igual que el lenguaje, perrmiten su com
mprensión. Essta noción dee diferencia exxplica su énfaasis en
la medición de interrvalos en lugaar de la presen
ncia de objetoos aislados. La tarea del arrquitecto es revelar
mpleo del pa isaje. El interéés actual por la construcció
uraleza por la ubicación en el sitio y el em
la natu ón del
sitio re
efleja el deseo
o de construirr un lugar, pro
omovido por N
Norberg‐Schuulz y Gregotti.
2.4.3 HABITAR Y CONFRO
ONTAR
La insccripción del lugar por Raimund Abrahaan demuestr a su actitud de intervencción agresiva en el
paisaje
e. Al describir este proceso en “Negación y Reconciliaación”, no dicce que:
uista del sitio, la transform
Es la conqu mación de su nnaturaleza toopográfica, la que manifiessta las
raíces onto
ológicas de la
a arquitecturra. El procesoo de diseño es sólo un acto secunda
ario y
‐ 47 ‐
Los disseño y la obraa teórica de A
Abraham revela su comproomiso con el pprincipio de im
mplicación en
ntre la
arquite
ectura y el paisaje.
p Habráá quizás form
mas menos vviolentas de conceptualizar y ejecutar esta
interaccción, en las q
que el diseño es más que lla remediacióón de la “conqquista”. Otross arquitectos como
Ando, por ejemplo, plantean un
n papel más relevante
r y p ositivo para el diseño quee lo propuestto por
Abrahaam
“Construir, pensar, habitar” de H
Heidegger pro onsable respecto a la naturaleza
opone una reelación respo
con su noción de cu uidado libera a algo de su propia esenccia. Puede significar
uidado de la ttierra. Este cu
dejar un
u lugar paraa su habitaciión o respetaar el lugar c omo ha sidoo encontrado
o. Ando cree en la
“necessidad que tenemos de desccubrir la arqu
uitectura que el sitio está bbuscando” po
orque “la pressencia
de la arquitectura, aa pesar de su carácter conttenedor, creaa inevitablemeente un nuevo paisaje.”
2.4.4 EL LUGA
AR Y EL REGIONALISMO
El regio
onalismo crítico de Framp
pton se basa en parte en lla fenomenollogía y explorra la posibilid
dad de
habitarr en una arq
quitectura dee gran signifiicancia experriencial. El expone su reconocimiento
o a la
edificación regional o vernácula y su sensibiliidad a la luz, el viento y laas condicionees de temperratura,
que en conjunto dictan una respuesta
r arquitectónica más apropiada a un lu
ugar específico. El
o promueve laa idea que loss diseños paraa un clima específico son m
nalismo Crítico
Region más exitosos desde
el puntto de vista ecológico y esstético y que oponen resistencia a las fuerzas hom
mogeneizadoras del
capitalismo modern
no. Siguiendo lo escrito po
or Heidegger, Frampton reesiste a estass fuerzas marcando
‐ 48 ‐
Otro aspecto común de la obra del Regionalismo Crítico es su actitud crítica respecto al empleo de
productos de construcción producidos en masa. Aunque no propone un retorno a los medios
primitivos de construcción, Frampton recuerda la comprensión poética de Semper acerca de las
diferencias inherentes a los sistemas constructivos de marco (aéreo) y muro de carga (telúrico). La
riqueza generada por el contraste entre ambos sistemas de construcción y la articulación de su junta
es fundamental para la comunicación tectónica. Se puede transmitir una narrativa cargada de
significado a través de los elementos de construcción y su ensamblaje en lugar de usar imágenes
escenográficas.
No todos los teóricos están de acuerdo con el valor del lugar. A pesar que sus escritos suponen una
posición fenomenológica, Pérez‐Gómez por ejemplo, critica al genius loci como una “vacía simulación
postmoderna sin profundidad reveladora”, en el contexto de nuestras ciudades con centros
comerciales y redes viales. El propone, en su lugar, la reinvención del sitio como una acción abierta y
liberadora.
La posibilidad que el lugar fenomenológico sea nostálgico y anticuado es también compartida por
teóricos de la cultura post industrial. Jean Baudrillard, Christine Boyer y Ellen Dunham‐Jones, entre
otros, se han referido a los problemas de la transformación y desmaterialización del mundo físico por
los nuevos medios electrónicos. Encuentros como “Entre la Seducción Digital y la Salvación”(Pratt,
1992) y “Edificios y Realidad: Un Simposio de la Arquitectura en la Era de la Información” (Universidad
de Texas, 1986) han brindado oportunidades para reflexionar sobre el significado de estos cambios.
Como nos dice Peter Eisenman en “Visiones Desplegándose: Arquitectura en la Era de los Medios
Electrónicos”: “El paradigma electrónico desafía de forma directa a la arquitectura porque define la
realidad bajo los términos de medios y simulación, valorando la apariencia por sobre la existencia”.
Nuestra actitud respecto al lugar se verá afectada por la sustitución de la experiencia espacial y táctil
del cuerpo por un paradigma virtual.
Estas críticas apuntan a uno de los problemas emergentes en la teoría arquitectónica: el cambio en la
definición de la realidad. ¿Será la definición o elaboración de un espacio físico, expresivo y de orden
privado o público, irrelevante, redundante o retórica en el futuro inmediato? ¿Cuál será el efecto de la
desmaterialización electrónica de la comunicación en arquitectura, cuya producción simboliza solidez,
‐ 49 ‐
permanencia y comunidad cultural? ¿ Cuál será su efecto en la arquitectura del paisaje que es efímera,
temporal y dinámica? ¿Están amenazados el lugar y el significado por la “aldea global” electrónica? En
un reciente artículo de opinión, Ezra Ehrenkrantz predice las drásticas consecuencias económicas y
sociales que sufrirán las ciudades estadounidenses por la dispersión de la población receptora de la
superautopista de la información. Sus preocupaciones están complementadas por una amplia gama de
teorías urbanas que surgieron cuando los arquitectos postmodernos redescubrieron a la ciudad como
campo para la actividad arquitectónica a distintos niveles: socioeconómico, político, histórico, formal,
poético y artístico.
2.5 TEMA 4: TEORÍA URBANA
Hacia 1960, la renovación urbana y las intervenciones drástica habían desgarrado el tejido urbana
hasta hacerlo irreconocible. Los arquitectos, que durante cuarenta años se habían enfocado
principalmente en la creación del edificio “objeto” independiente (como el museo Guggenheim o el
edificio Seagram en Nueva York) comenzaron a enterarse que no había un fondo contra el cual leer
estos objetos. En lugar de ello, los edificios flotaban en el infinito e indiferenciado espacio abierto
moderno. El desarrollo de los sitios de la edificación mediante jardines o paisajismo fue desatendido
durante buena parte del siglo XX, lo que ralentizó la sostenida evolución de la arquitectura paisajística
a lo largo de 400 años de tradición. Asimismo, puede establecerse un consenso alrededor de la
afirmación de Rowe y Koetter que “la ciudad de arquitectura moderna no ha sido construida aún. A
pesar de la buena voluntad y buenas intenciones de sus protagonistas, continua siendo un proyecto o
un aborto.”
Esta situación crítica es reconocida por los planificadores y arquitectos quienes culpabilizan a los
primeros por la pobre implementación de las buenas ideas. Por ejemplo, la zonificación funcional
(implementada por primera vez en Nueva York en 1916) es atacada por los postmodernistas por su
abordaje negativo de la planificación. La zonificación busca proteger el valor de la propiedad y a sus
ocupantes de los conflictos de uso mediante la separación de los usos de suelo a través de la
legislación. Pero la zonificación también incrementa la distancia entre los hogares, las tiendas y otras
necesidades de la vida incrementando, en consecuencia, la dependencia de la sociedad en el
automóvil. Más aún, los estándares de diseño privilengian el movimiento de los carros, muchas veces a
expensas de la circulación peatonal y el sentido de vecindad.
‐ 50 ‐
En los Estados Unidos, la búsqueda por poseer una vivienda unifamiliar y el automóvil, han propiciado
la dispersión megalopolitana, a medida que sirgen nuevas áreas comerciales que buscan servir a
nuevos mercados residenciales muy dispersos. Eventualmente, los espacios de oficina se construyen
cada vez más en los suburbios para reducir los tiempos de tránsito desde localidades congestionadas
en donde el transporte público masivo no está presente. Los problemas de la dispersión –desarrollo sin
rostro, pérdida de lo natural, desorientación‐ y la posibilidad que los suburbios y ciudades crezcan de
tal forma que eventualmente se toquen entre ellos fueron previstos por el novelista Italo Calvino en su
descripción de las ciudades continuas:
Así continuas, pasando de una periferia a otra, y llega la hora de marcharse de
Pentesilea… La pregunta que ahora comienza a rodar en tu cabeza es más angustiosa: fuera de
Pentesilea, ¿existe un fuera? ¿O por más que te alejes de la ciudad no haces sino pasar de un
limbo a otro y no consigues salir de ella?
Podría estar describiendo la costa este de los Estados Unidos y su megalópolis “” Bos‐Wash”.
Los periodistas también se unieron a la crítica postmoderna de la ciudad. La publicación de libros en
reacción al urbanismo modernista es característica de este período. “La Muerte y Vida de las Grandes
Ciudades”de Jane Jacobs (1961) urge a reconsiderar las prácticas de renovación urbana. Ella
argumenta que la planificación institucionalizada no ha sido capaz de predecir los resultados de sus
iniciativas.Desde su perspectiva, es evidente que este tipo de planificación trae como consecuencia la
degradación del entorno, atribuible en parte a la falta de observación de la “ciudad verdadera” por
parte de los profesionales. Veinte años después, James Howard Kunstler , autor de “Geografía de
Ninguna Parte” (1993) clama en contra el patrón norteamericano de uso de suelo que ha continuado
desde la Segunda Guerra Mundial: dispersión urbana y desarrollo comercial a lo largo de la autopista.
Sus clases urgen adoptar el urbanismo neotradicional como antídoto para los males urbanos
contemporáneos que surgen, la mayor parte de las veces, como consecuencia del automóvil. El
enfatiza que la solución a la alienación, el crimen y la degradación ambiental está en el desarrollo de
comunidades de pequeña escala, amigables con el peatón modeladas según el pueblo “Main Street”
norteamericano.
La crítica de la ciudad moderna, iniciada en la década de 1960, incluye diseños utópicos,
reconstrucciones a gran escala, teorías prescriptivas y códigos de diseño urbano, y la defensa de
objetivos urbanos modernos no realizados aún. De todas estas propuestas se presenta en esta
‐ 51 ‐
antología tres posiciones urbanas postmodernas, seleccionadas por su influencia o relevancia en
Norteamérica: el contextualismo representada por Rowe, Koetter y Thomas Schumacher; el
“populismo”o la Main Street americana, representada por Venturi, Scott Brown y Steven Izenour (con
la firma VSBA); y el modelo global de “ciudad contemporánea”, representado por Koolhaas. Además de
adelantar algunas ideas de estas tres posiciones, esta introducción perfila algunos aspectos del
neorracionalismo europeo, los códigos urbanos norteamericanos y la aplicación de la semiología a la
ciudad.
Tanto el contextualismo como el populismo pueden entenderse como desarrollo desde la academia, ya
que fueron cultivados por equipos de docentes y estudiantes que analizaron la ciudad para elaborar
propuestas de nuevos estrategias de diseño. Ya sea en la apreciación de las piazzas en Roma o la vía
comercial en Las Vegas, los estudiantes de Yale y Cornell contribuyeron a la formulación de teorías
influyentes , posteriormente publicadas. De hecho Schumacher, alumno de Rowe, publicó antes que su
mentor un artículo sobre el método de diseño urbano “collage”.
De manera similar, la provocativa y animada interpretación que hace Koolhaas de Manhattan en su
obra “Delirio en Nueva York” fue asistida por sus estudiantes del IAUS. Más que una crítica, una
celebración de la “Cultura de la Congestión”neoyorkina, el libro tiene una actitud común con el
tratamiento que hace VSBA de Las Vegas. El texto es un “argumento a favor de la segunda venida del
Manhattanismo, en esta oportunidad, como doctrina explícita que pueda trascender su aislado origen
para reclamar su sitial entre los urbanismos contemporáneos.” Así como “Aprendiendo de Las Vegas”la
intención del libro es contrarrestar la abrumadora cantidad de nociones negativas sobre Nueva York
dentro de la profesión arquitectónica. El análisis que Koolhaas hace de la característica formal
definitoria de la ciudad es indicativo de su abordaje:
La cuadrícula es, sobre todo, una especulación conceptual… en su indiferencia a la topografía,
hacia lo que existe, reclama la superioridad de la construcción mental sobre la realidad.
Mediante el trazo de las calles y bloques anuncia que el sometimiento, si es que no la
obliteración, de la naturaleza es su verdadera ambición.
El encanto de una ciudad que ha ‘removido su territorio tan lejos de lo natural como sea
humanamente posible” se hace evidente en las onírica y evocadoras secuencias narrativas y proyectos
que Koolhaas presenta. En la década de 1980, extenderá su optimismo a los estudios urbanos de las
edge cities de Atlanta, Seúl y la periferia de París.
‐ 52 ‐
2.5.1 CONTEX
XTUALISMO
La obra seminal de Rowe y Koetter, “Ciudad Collage” (19975), proporcciona algunass de las influyyentes
egias de análisis y diseño que son pro
estrate omulgadas toodavía en alggunas escuelaas de arquiteectura.
Comien
nza en Roma::
Su partticular énfasiss en las relaciones fondo‐ffigura, las planntas tipo Nollli, y en la villaa de Adriano, les ha
ganado moderno. Las similitudes de la villa ccon la
o su estaturaa emblemática en el peeríodo postm
organizzación formaal de la Roma del siglo XVII
X condice a “esa inexttricable fusión de imposicción y
acomo
odo,… que es simultáneam
mente una diaaléctica de loos tipos idealees más… el contexto emp
pírico.”
Esta co
onjunción de
e opuestos, ampliada
a en su libro paraa incluir orden/desorden,, simple/com
mplejo,
privado
o/público, innovación/trad
dición, es similar en forrma e intencción a el argumento incclusivo
presen
ntado por Ven
nturi en “Com
mplejidad y Contradicción
C n”. Rowe, Koeetter y Ventu
uri fueron inffluidos
por la ambivalenciaa positiva dee la teoría Gestalt,
G que ppermite múlttiples lecturaas. (Rowe tam
mbién
enfatizzó esta ambivalencia en el artículo “Tran
nsparencia: Liiteral y Fenom
menal”.)
La Rom
ma Imperial evidencia la esencia de lo que Rowee y Koetter denominan ccomo “mentalidad
bricolaje” la alteracción asistemática y no científica que resiste a cuualquier impu
ulso pernicio
oso de
planificcación urban os fenómenoos, critican eel intento dee aplicar la lógica
na totalizantee. Entre otro
positivista a algo tan impreciso ccomo la arquitectura o el diseño urbanno. Los autores citan al “EEnsayo
sobre SSíntesis de la Forma” de Alexander por su admirablee, aunque inalcanzable, esffuerzo por eliiminar
valoress y prejuicioss personales del proceso de diseño ppara aseguraar la universaalidad. La po
osición
antitottalitaria que d
domina su disccurso se apoyya en los escrritos a favor de la democraacia de Karl Po
opper.
Rowe yy Koetterr pro
oponen una p
posición popu
ulista más gennuina que la ppresentada en “Aprendien
ndo de
las Veggas” por VSBA
A.
Rowe yy Koetter disttingue el brico
olaje (término
o que toman prestado de C
Claude Lévi‐SStrauss) del co
ollage,
en el q
que “se importan, de man
nera bastantee evidente, obbjetos y episoodios que aunque retengaan sus
connottaciones de su
u fuente y oriigen, ganan u
un impacto tootalmente nueevo por el cam
mbio de contexto”.
‐ 53 ‐
Se puede ver el atraactivo del collage como téccnica urbana ppostmodernaa cuando se lee define como
o “una
manera de dar inte
egridad a un revoltijo de referencias ppluralistas” qque “permite tratar a la U
Utopia
como imagen y en ffragmentos”. Las técnicas gráficas de leectura desarroolladas por Ro
owe y la Escuela de
Cornell proporcionaan un vocabulario (constru
uido a partir dde las relacioones sólido/vaacío) y una siintaxis
de continua validez para describir y comprend
der la ciudad.
mino contextu
El térm ualismo no fu
ue empleado
o por Rowe yy Koetter, perro fue aplicado a su teoría por
Schumacher en su e
ensayo “Conttextualismo: IIdeales Urbannos y Deform
maciones” (1971). Según Richard
oll, desde enttonces el térm
Ingerso mino ha signifficado poco m
más que “enncajar dentro de las condicciones
iniciale
es”, consideráándolo como “ideología teeflón”. Schum
macher reflexxiona acerca de las distorssiones
que el término ha su
ufrido:
2.5.2 TEORÍASS SOBRE LA LECTURA Y EEL SIGNIFICA
ADO
Durantte el período postmoderno
o, la semiologgía también tuuvo impacto en la percepcción de la ciudad, a
través de obras com
mo “Semiología y Urbanism
mo” de Barthees (1967) quee propone un proceso de leectura
de la ciudad
c como texto. Aplicaa un modelo lingüístico dde significadoos que surgen
n de las relacciones
estructturadas entre
e los objetos een la ciudad. A
Así, nos dice:
La ciudad ees un tejido… de elementoss fuertes y neeutrales [no ddemarcados]…
… [ sabemos q
que la
oposición entre el signo y la ausencia
a de signo, eentre el gradoo completo y el cero, es u
uno de
procesos prrincipales de cconstrucción d
de significadoos.
Los arq
quitectos posstmodernos adoptan la lingüística comoo una forma de codificar el significado
o de la
arquite
ectura dentro
o de un sistem
ma, pero en su ensayo Barrthes, evidencciando un dessplazamiento
o hacia
el pen
nsamiento po
ostestructuraalista, señalla la “erosióón del léxicoo” que habíía prometido
o una
corresp
pondencia un
no a uno en ntes y significcados, sobre la que descaansan las ideas del
ntre significan
‐ 54 ‐
simbolismo. A pesar de esta erosión, la ciudad continua teeniendo significado. Esta aanalogía resume su
postura respecto a lla condición u
urbana:
Toda ciudad
d es construid
da, elaborada
a por nosotroos, un tanto aa la manera de la embarccación
Argo, dondee cada pieza será remplazzada en algúún momento pero que sigue siendo Arrgo, es
decir, un conjunto de sign
nificados basttante legibless e identificabbles.
La apliccación de estas ideas estru
ucturalistas y postestructuuralistas al disseño urbano ffue investigad
da por
Agrest y Gandelson
nas. El modelo interdiscipllinario de críttica de Barthhes es eviden
nte en sus escritos,
ularmente en los ensayo so
particu obre urbanism
mo de Agrest.
A inicios de este siglo – eel referente [a
artístico] paraa la arquitectuura fue la pinttura. Este refeerente
productivo cuando nos aprroximamos a lla arquitecturra desde el ca
no fue tan p ampo urbanista. Un
referente más
m poderoso es el filme, u sistema ccomplejo que se desarrolla
a en el tiemp
po y a
través del esspacio.
Tschum
mi puso especial énfasis en un aspecto
o distinto de la discusión de Barthes sobre la ciud
dad: la
ignorad
da “dimensió
ón erótica” dee la ciudad, identificada ppor Barthes como la atraccción que el ccentro
ejerce sobre la perifferia. Tanto “SSemiología y Urbanismo” ccomo “Le plaisir du texte” (1973), de Baarthes
serán influencias evvidentes en el ensayo de Tsschumi titula do “El Placer de la Arquiteectura”.
2.5.3 LA IMAG
GEN DE LA C
CIUDAD
‐ 55 ‐
senda, borde, nodo
o, distrito e hiito, de acuerd
do a Lynch. B
Barthes menciona a Lynch como el quee “más
se acerrcó a los prob
blemas de la semántica urrbana”, pero hace notar que su “conceepción de la cciudad
sigue siendo
s más ‘gestáltica’ qu
ue estructuraal.” Las ideass de Lynch fuueron empleaadas por Norberg‐
Schulz y otros fenom
menólogos paara apoyar suss afirmacionees acerca de laa significanciaa del lugar.
2.5.4 EL URBA
ANISMO EUR
ROPEO: EL N
NEORRACION
NALISMO Y LA
A TIPOLOGÍA
A
Rossi también
t da crédito a Lyncch por darle forma
f a su iddea que la orrientación esp
pacial en la cciudad
deriva de la experiencia de episodios
e sign
nificativos, c omo los reccintos monumentales. Laa idea
estructturalista que la ciudad pueede ser legible a partir dee la repeticiónn de compon
nentes elementales
(irreducibles y arqu
uetípicos), daando significaado a través de la memooria colectiva, define la leectura
poéticaa que Rossi hace
h de la ciudad. Rossi investiga la fuunción del tipo en la ciud
dad europea como
depósito de la mem
moria colectivaa. Compara la operación dee estos elemeentos urbanos permanentees con
la funcción de las estructuras
e lingüísticas fijjas propuest a por Ferdinnand de Saussure. En su
u libro
“Arquittectura de laa Ciudad” (1966), Rossi detalla
d manifiesto sobre la
su inttención de eescribir un m
tipologgía y el diseño urbano com
mo reacción en contra dee la ciudad m
modernista. EEl trata a la cciudad
como un artefacto
o, como un objeto creaado por el hombre en constante eevolución y como
represe
entación de lo
os valores cullturales.
El reco
ordatorio que hizo Rossi sobre qué es lo que la ciudadd simboliza fuue extremadaamente importante
para re
eenfocar la attención en la idea de haceer arquitecturra dentro del contexto urb
bano: “El con
ntraste
entre lo particular y lo universal, entre lo individual y lo colectivo, emerge de la ciudad y de su
ucción, su arq
constru quitectura.”
Rossi reintrodujo
r laa noción de tipología com
mo herramiennta analítica y como basee racional paara un
proceso de diseño de transform
mación. Al en
nfatizar que eel “tipo es laa idea propiamente dicha de la
ectura, la qu
arquite ue está más cerca de su
s esencia”, Rossi revelaa su creenciaa en la nocción –
desmantelada durante el período modernistaa‐ de que exi sten leyes fijas y tipos a p
priori. Los asp
pectos
os permanentes como la vivienda y los monumeentos son coontrastados ccon los elem
urbano mentos
“catalítticos” primarios que “rettardan o aceleran el proceeso de urbannización”. Suss escritos, su labor
docentte y sus influyyentes obras (Teatro del Mondo,
M Seaggrate Town Center, Cemen
nterio de Mó
ódena)
posicio
onaron a Rosssi como el líder del movimiento n eorracionalista italiano cconocido com
mo La
‐ 56 ‐
Tendenza. En su introducción a la versión inglesa de “Arquitectura de la Ciudad” Eisenman disputa la
recepción de estas ideas como contextuales:
A la luz del desarrollo reciente del llamado urbanismo contextual, que ha venido a dominar el
pensamiento urbano unos quince años después de la publicación de este libro, podemos ver el
texto de Rossi como un argumento anticipado en contra del “formalismo vacío” que resulta de
interpretar reduccionistamente al contexto como una relación fondo‐figura en planta.
El arquitecto Leon Krier toma una postura diferente a la de Rossi respecto a la gama de tipos
disponibles aunque, en principio esté de acuerdo con su importancia en la constitución del ámbito
urbano. Su fuente de tipos es el neoclasicismo de la Ilustración y la ciudad preindustrial del siglo XVIII.
A través de su taxonomía de tipos de edificaciones urbanas (que incluye espacios, edificios y métodos
de construcción) y empleando una deliberadamente limitada y racionalizada gama de materiales,
pretende reintroducir el rigor a la arquitectura y el urbanismo. La re‐creación de la esfera pública
requiere de lugares y monumentos significantes que necesitan del apoyo de un tenso tejido de
edificaciones.
Mientras Rossi está más interesado en hacer una intervención dentro del contexto de la ciudad, Krier
toma la reconstrucción a gran escala de la ciudad europea como su proyecto crítico. De hecho, afirma
que el proyecto sin construir es la forma más responsable de involucrar el pensamiento arquitectónico,
dadas las condiciones económicas actuales: “la reflexión arquitectónica sólo puede ser emprendida en
este momento preciso a través del ejercicio práctico como forma de crítica o bajo de forma de un
proyecto crítico.” La posibilidad de la obra visionaria utópica permanece abierta, según él, y es
necesaria por la degradación del urbanismo contemporáneo. Particularmente se preocupará por la
reconstitución de espacios públicos exteriores bien definidos –la calle, la plaza, etc.‐ como “parte de
una visión integral de la sociedad,… como parte de una lucha política.” El espacio público simboliza las
responsabilidades éticas del ciudadano.
Krier la emprende también contra el mito de que la industrialización del proceso de construcción
liberará al trabajador. De forma irónica dice:
La industrialización ni ha creado técnicas de construcción más rápidas ni una mejor tecnología
de construcción. Lejos de haber mejorado las condiciones del trabajador ha reducido el trabajo
‐ 57 ‐
manual a una
u experienccia esclavizan
nte y embruttecedora, deggradando un oficio milenario y
digno a un eejercicio socia
almente aliena
ante.
undamenta laa decisión dee Krier de no construir, quue posteriorm
Esto fu mente revertirá cuando tu
uvo la
oportu
unidad de con
nstruir su prop
pia casa en Seeaside, Floridaa. Él proponee emplear matteriales produ
ucidos
industrrialmente con
n una sensibilidad tectónicca exagerada que pretendde recordar laa mitificación
n de la
constru
ucción encarn
nada en los deetalles clásico
os.
2.5.5 APREND
DIENDO DE LLA LINGÜÍSTICA
Mientrras “Complejidad y Contraadicción” emp
plea precedenntes europeoos, “Aprendieendo de Las V
Vegas”
acepta como algo d
dado el desarrrollo a lo larggo de la autoopista americaana y exponee un punto dee vista
ostensiblemente máás populista. En “Aprendieendo de Las V egas”, Venturi, Scott Brow
wn e Izenour (VSBA)
n influenciados por la teo
estarán oría de comu
unicación y, een particular, por la semiótica. Su disccusión
acerca del “pato” y el “cobertizo decorado” ess, en esencia,, un argumento sobre la reeincoporación
n de la
función
n simbólica co problema radica en
on la función literal como parte necesaaria de la arquuitectura. El p
cómo lograr esa sim
mbolización: a
a través de laa expresión een forma triddimensional ccon el “signo como
o” ( el “pato”” del funcion
edificio nalismo modeerno), o a trravés del rótuulo bidimenssional al frentte del
o (el “cobertiizo”postmodeerno). Debe notarse quee los aspectos simbólicos de la arquiteectura
edificio
moderna no fueron
n reconocidos en aquel momento,
m ya que la teoríía funcionalissta sostiene q
que la
ectura simple
arquite emente trabaajo a través del análisis científico del programa p
para determinar y
albergaar las necesid nte. Que mucchas obras maaestras del m
dades del clien modernismo sean “patos” ees una
acusación dramáticaa por parte dee estos teóriccos postmodeernos.
‐ 58 ‐
Este arrgumento –fu
undamentado
o en las condicciones existenntes, incluyenndo la econom
mía de mercaado, la
actividad constructiva y el urbanismo (o más bien su ausencia)‐ no es nneutral. Afirm uo del
ma el status qu
ollo de los Esstados Unidoss a finales deel siglo XX y rresulta, por tanto, conservvador. Adem
desarro más, la
idea de
e VSBA sobre la teoría de la arquitectura o “filosofíaa” del diseño surge con un
n carácter basstante
utilitario y prescrip
ptivo: sólo ess útil si “te ayuda a relaacionar formaas con requeerimientos.” Como
ejempllo de la función apologétiica del libro, la discusión del pato resppecto al cobeertizo conden
nsa su
punto de vista aco
omodado. Elllos evalúan la reacción dde los estadounidenses rrespecto al m
medio
uido y descub
constru bren que no sse prefiere la calidad sobree lo kitsch. Assumen que essto es indicad
dor de
satisfaccción con las condicionees existentes y que su eenfoque debbe reflejar esste fenómen
no. En
comparación al héroe arrogantte del Movim
miento Modeerno, la preetensión de V
VSBA es máss bien
modesta. Mientras intentan corregir la perceepción marcaadamente neggativa del mu
undo y sus objetos
que caaracterizó al Movimiento Moderno, se
s aproximacción acrítica pierde el rumbo. Montaar una
comparación entro
o dos extrem
mos igualmen
nte ridículos es una estrategia retórrica que VSB
BA ha
empleaado con buen
n efecto en muchas
m instancias. En el ccaso de la auutopista, quizzás la meta reeal de
VSBA ssea encontrar una posición
n entre el rech
hazo y la acepptación totalees.
2.5.6 EDGE CITIES: EL PATTRÓN CONTEEMPORÁNEO
O DE DESARROLLO
Tambié
én la obra de
e Koolhaas accepta generosamente las condiciones dadas de dispersión ilimittada y
deslugarización. El busca descub
brir las virtudes en la situaación de la peeriferia de la ciudad que ha sido
da por otros aa favor del ceentro mejor d
ignorad definido. El di stingue su innvestigación een “Hacia la C
Ciudad
Contem d otras investigaciones postmodernnas como “uuna alternativa paramoderna”.
mporánea” de
Koolhaaas aboga por una estraategia difereente al plan ificar el prooyecto habitaacional de la IBA
(Intern
national Building Exhibition
n) en Berlín. Otros arquittectos vieron la IBA como
o una oportu
unidad
para laa reconstrucciión masiva dee la ciudad, siguiendo las llíneas neotradicionales pro
opuestas porr Krier,
mientrras que Koolh
haas sugiere d
dejar que la cciudad devas tada por la gguerra continúe presentan
ndo su
historiaa y hacer de
d la ciudad
d “una espeecie de archhipiélago terrritorial –un sistema dee islas
arquite
ectónicas rodeadas de islas y lagos en eel que puedann jugar las inffraestructuras sin causar d
daño.”
Al igual que los posttmodernistas historicistas, Koolhaas de fiende la ideaa del siglo XIXX de “remodelar sin
destruir la ciudad p
preexistente.” Las diferenccias están en la selección ddel qué y el ccómo constru
uir. Su
egia es intenssificar y clarificar las condiiciones existeentes a travéss del contrastte entre el esspacio
estrate
o y el desarrollo denso.
abierto
‐ 59 ‐
ño un
Koolhaaas aprobará el enfoque tomado por Steven Holl respecto a las edge citiees. Holl diseñ
comple
ejo para el área
á de Phoeenix, que den
nominó “barrrera de retennción espaciaal” y triángullos de
desarro
ollo arquitecttónico intenso
o intercaladoss con triángu los verdes paara la ciudad d
de Cleveland. Estos
proyecctos, que resissten la disperrsión mediantte la construccción deliberaada de límites, son consisttentes
con al interés fenom
menológico q
que Holl tienee por la especcificidad del lugar, como aaparece en su
u libro
oring” (1989). El significado de los límittes, ya señalaado por Heideegger, resultaa fundamentaal para
“Ancho
la reco
onsideración del espacio moderno. El
E valor coloccado en el espacio carteesiano anóniimo e
ininterrumpido, com
mo expresión
n de libertad, debe ser so pesado frentte a la necesidad humana de lo
familiar y de la segguridad que dan
d los límitees. Las obras de gran escaala de Holl y sus interiorees más
íntimoss (como la dissposición flexible del proyeecto habitacioonal de Fukuooka: espacio b
bisagra) juegaan con
esta diialéctica. Proyyectos como sus “Sectorees espiroidalees” en Dallas funcionan co
omo una crítica en
varios niveles: de laa planificación
n maestra, dee la dependeencia actual een el automóvvil y los prob
blemas
ntales resultaantes, de la hegemonía
ambien h del sueño subburbano nortteamericano y a los méto
odos y
materiales de construcción actuaales.
2.5.7 EL NUEV
VO URBANISSMO NORTEA
AMERICANO
O: LOS CÓDIG
GOS DE CON
NSTRUCCIÓN
Una de
e las manifesttaciones teóricas recientess descrita equuivocadamentte como contextualismo ess la de
otradicionalisttas, que se reeúnen regularmente en e l Congreso paara el Nuevo Urbanismo ((CNU).
los neo
Estos teóricos del urbanismo posstmoderno arrgumenta quee los arquitecctos deben resistir el dominio de
la edgee city contem
mporánea. El ttrabajo prescrriptivo en la eelaboración dde códigos paara nuevos pu
ueblos
que caaracteriza el trabajo
t de Andres Duany y Elizabeth Plater‐Zyberkk Architects ((DPZ), recono
ocidos
líderes de este mo
ovimiento, pretende la coherencia estilística (a menudo resspecto a un ideal
victoriaano) así como
o la consisten
ncia en los rettiros, líneas dde alero y cerrca y en los tipos de edificiios. La
comun
nidad parcialm
mente constru de les ha gannado la aclamación y ha generado trem
uida en Seasid mendo
debate
e, colocando a los arquiteectos a la deffensiva de caara a las impllicaciones esttilísticas, sociales y
ecológicas de su traabajo. Mientrras DPZ sostieene que su oobra no va poor el estilo, m
mucho de su apoyo
ne de arquite
provien ectos postmo
odernistas histtoricistas. Y, como es de ssuponer, de los desarrollaadores
que co
orren por conttratar a DPZ yy sus colegas del CNU paraa el diseño dee nuevos pueb
blos en ubicacciones
suburb
banas. Estos desarrollos apelan
a a lo paradójico, eel deseo nosstálgico estad
dounidense p
por el
simulaccro de la trad
dición (y sus vvalores asociados), mientraas se vive en una casa com
mpletamente nueva
constru últimas imitaciones petroqu
uida con las ú uímicas de loss materiales ttradicionales.
‐ 60 ‐
2.6 TEMA 5: AGENDAS ÉTICAS Y POLÍTICAS
La crítica urbana postmoderna ha encontrado reflejo en la consideración de las cuestiones éticas y
políticas por parte de los teóricos de la arquitectura. En el corazón del debate está el problema de qué
tipo de papel debe jugar la arquitectura como disciplina dentro de la sociedad. Inmediatamente nos
vienen a la mente cuatro roles posibles: 1) la arquitectura puede ser indiferente a las preocupaciones
sociales y su expresión y representación; 2) la arquitectura puede ser un actor afirmativo que apoye el
statu quo y la acepta las condiciones existentes; 3) la arquitectura puede guiar gentilmente a la
sociedad hacia una nueva dirección, 4) la arquitectura puede criticar y reconstruir radicalmente a la
sociedad. La selección del modelo depende de la respuesta a la siguiente pregunta básica: ¿Es la
arquitectura un arte o una profesión de servicio? Las distintas opiniones presentadas acá extraídas de
una variedad de artículos publicados desde 1975 son parte del creciente debate político y ético en la
teoría de la arquitectura.
El asunto del papel de la arquitectura en la sociedad está a menudo enmarcado en los términos de
posibilidad y moralidad de una posición autónoma. Como tema constante en los escritos de este
período , se puede entender la autonomía como ser neutral, crítico o reaccionario. La autonomía en la
arquitectura se asocia comúnmente a la creación de la forma a partir del discurso interno
autorreferencial. Esta acepción de autonomía es casi sinónima de formalismo, entendida como la
preocupación primordial por los problemas formales, a la exclusión de consideraciones socioculturales,
históricas e incluso constructivas. Esta posición de autonomía puede ser adoptada por el autor de la
obra o por el espectador o intérprete. El producto arquitectónico resultante es, a menudo, abstracto y
no representativo. Para identificar una posición autónoma, la teoría arquitectónica postmoderna pelea
por definir cuáles elementos son internos o únicos a un discurso: ¿son la forma, función, materialidad
o tipo, esenciales? ¿Puede la arquitectura sobre la arquitectura comunidad a un público mayor?
¿Puede ser crítica?
Tschumi sugiere que la arquitectura nunca podrá ser autorreferencial. En “Arquitectura y
Transgresión” nos dice que “la arquitectura florece en su posición ambigua entre la autonomía cultural
y el compromiso, entre la contemplación y el hábito.” Mientras que la pieza de arte es contemplada
por sí misma en el entorno artificial de la galería, la arquitectura se convierte en un telón de fondo
para la vida. Tschumi, ciertamente hace referencia a los comentario de Walter Benjamin sobre a
‐ 61 ‐
recepción de la arquitectura bajo un “estado de distracción”, que es el modo habitual en la ciudad
moderna.
Tschumi también puede estar haciendo referencia a otro miembro de la Escuela de Frankfurt, Adorno,
y su teoría sobre el arte comprometido, un arte progresista y abiertamente político. Como
neomarxista, Adorno escribe en un ensayo “Compromiso”(1962) que la resistencia política en el arte
sólo puede alcanzarse mediante la autonomía. A través de la eliminación de la refriega, fuera de las
condiciones normales de representación, es que puede establecerse un lugar para la resistencia. La
obra de arte autónoma es gobernada por su estructura inherente, no por su recepción. De esta
manera, la función crítica podrá sostenerse por más tiempo. Adorno rechaza el arte comprometido
porque puede ser fácilmente asimilado o cooptado por los conservadores. El arte comprometido
políticamente construye en territorio familiar, y por tanto tiene un acuerdo con el mundo. Puede ser
empleado por todo tipo de partidos en ambos extremos del espectro político, lo que disminuye
nuevamente su potencial crítico. Escribe que “la noción de una ‘mensaje’ en el arte, incluso
políticamente radical, contiene ya un acomodo al mundo…”Adorno considera que una posición de
silencio, distinta a la del “arte por el arte” podrá ser más fructífera como vehículo de resistencia.
La arquitectura por su naturaleza está incrustada socialmente, es experimentada por el hábito no por
la deliberación. Por tanto, la aplicación de las ideas de Adorno al campo de la arquitectura resulta
difícil, ya que la arquitectura tiene este problemático acuerdo con el mundo. ¿Podría uno salirse de las
convenciones de representación en arquitectura para crear una arquitectura de resistencia? Ando,
para el caso, argumenta que la abstracción y la austeridad de medios en arquitectura despertarán al
espectador a una experiencia más consciente de la arquitectura y de su espiritualidad personal. Este
es el cimiento de su posición crítica y autónoma.
Otros teóricos, incluyendo los editores de VIA 10, “Ética y Arquitectura” toman una posición contraria a
la autonomía de la arquitectura al afirmar: “Porque la arquitectura pretende ser comprendida y usada
por la sociedad, no puede ser autónoma y mantener a la vez su relevancia. La Arquitectura, en este
sentido, no puede ser libre de valores”. En otras palabras, la arquitectura debe comunicar y dentro del
contenido de esta comunicación se incorporan valores, que deben ser conocidos por el arquitecto. Por
esta razón, los editores abogan por un retorno al estudio de la ética, que “cuestiona qué es lo
apropiado, y principalmente, cómo determinar qué es lo apropiado”. Ellos nos dejan la siguiente
definición de ética:
‐ 62 ‐
Ética es el eestudio de los problemas y jjuicios moralees los cuales fforman las ba
ases de la con
nducta
en la socied
dad. Un conjun
nto consistente de juicios m pósito
morales nos ppermite deterrminar un prop
y, por tanto
o, actuar intencionalmentee… el conocim
miento ético, la compresióón de estos va
alores,
es ganado p
por la práctica
a y la acción een la cultura.
En línea con su énfaasis en el cono
ocimiento ético encontram
mos el artículoo escrito por el arquitecto Philip
en el que afirm
Bess, e ma que existee una “relació
ón genuina e iintrínseca enttre la arquitectura y la éticca” en
la que los edificioss manifiestan
n una ética ya
y sea comuunitaria o inddividualista. ÉÉl se enfoca en la
dad de valore
necesid es compartido
os para el fun
ncionamiento exitoso de una comunidaad. Bess argum
menta
que el desarrollo personal
p narcisista ha sobrepasado a l a socializacióón (al menos en las socieedades
democcráticas), lo qu
ue ha resultado en una cu
ultura de indivvidualismo radical nietzsch
heano. El culp
pa a la
potentte influencia del individu
ualismo de la ausencia de un sentido de comu
unidad en laa vida
contem
mporánea. Au
unque el ind
dividualismo es,
e con seguuridad, parte del zeitgeistt moderno, p
puede
discutirse ampliame
ente sobre su base en lo
os valores deel positivismoo científico, eel capitalismo
o y la
mentalidad de fronttera norteamericana. Bess hace notar qque la ciudad tradicional simbolizaba la virtud
cívica yy la autoridad
d legítima, porr lo que las co
omunidades aactuales debeen revivir la id
dea del bien ccomún
y representarla en la arquitecttura. (La creencia en el bien común es esencial para el éxitto del
miento ambien
movim ntalista, que solicita camb
bios voluntarrios de compportamiento, que posiblem
mente
conllevven dificultades o incomod mejoramiento global.)
didades, para alcanzar el m
Una accuciante cuesstión política para las possiciones éticaas que hemoos perfilado ees la capacidad de
lograr un consenso social que pu
ueda ser reprresentado po r la arquitecttura. A la luz d dad de
de la diversid
edad, esta meta parece seer ingenua y elusiva para muchos teóricos, o totalittaria y amenaazante
la socie
para ottros.
2.6.1 ÉTICA PROFESIONAL
‐ 63 ‐
la mejora del ambiente y de la calidad de vida; respetar los derechos humanos e involucrarse en los
asuntos ciudadanos. El hecho que todos estos puntos importantes sean no vinculantes indica que son
también los más difíciles de definir, de hacer respetar, y en los que se pueda desarrollar consenso
dentro de la comunidad arquitectónica.
Otra rama de la ética en la teoría arquitectónica postmoderna apela por el involucramiento en la
esfera política. Esto puede adquirir diversas formas, incluyendo el llamado a la resurrección del papel
de arquitectura de bienestar social, similar al del período moderno. Son casos emblemáticos de este
período las seidlung, viviendas diseñadas por arquitectos sobresalientes durante la década de 1920 y
construidas en Alemania y Holanda. Revivir este modelo de compromiso ético y político es una manera
de rescatar a la arquitectura, según Ghirardo.
Escritos de Ghirardo como “Arquitectura del engaño”, plantean preguntas provocadoras sobre el papel
primario de la arquitectura como arte o como servicio. Ghirardo claramente dice que es el segundo y
adopta una posición crítica demandando responsabilidad social y política. Los arquitectos, insiste,
deben investigar las estructuras de poder que cobijan en la sociedad a sus clientes adinerados, en lugar
de retirarse a una posición dependiente en la pureza del arte de la arquitectura.
Al notar que el medio construid no es autónomo a la economía de mercado, se dispone a “discernir las
relaciones entre las intenciones políticas, realidades sociales y la edificación.” En otras palabras, ella
sugiere que los miembros de la profesión se cuestionen la política de la edificación: quién construye
qué, dónde, para quién y a qué precio. No cuestionar la autoridad es ser cómplice del status quo. Y de
cara a la falta de techo, el racismo y el sexismo, esa complicidad no es ética, nos dice.
Este tipo de análisis de las manifestaciones físicas de las estructuras de poder ha interesado siempre a
los planificadores urbanos y críticos marxistas. Durante el período postmoderno, también sobresale en
lo proyectos y escritos de arquitectos socialmente responsables. El modelo de compromiso social y
ético de Ghirardo proporciona una alternativa convincente a las aproximaciones tradicional de la
historia del arte que subrayan las preocupaciones formales excluyendo todas las demás, corriendo el
riesgo de degenerar en una discusión sobre el estilo.
Ghirardo también se muestra sospechosa del despliegue inconsciente de los críticos de ideologías y
esfuerzos reaccionarios que buscan denigrar las utopías de las vanguardias arquitectónicas del siglo XX.
Aunque reconoce que los sueños y planes de cambio social de las vanguardias fueron fallidos e
‐ 64 ‐
ingenuos, aplaude, sin embargo, el involucram
miento enérg ico y optimistta de los arqu
uitectos en assuntos
es, políticos y económicos. Es precisameente este tipoo de comprom
sociale miso el que eestá ausente, según
ella, en
n la arquitectura postmoderna de todo
os los tipos esstilísticos. Su conclusión ess que “sólo cu
uando
arquite
ectos, críticos e historiad
dores acepteen su responnsabilidad poor construir – con todaas sus
ramificcaciones‐ seráá que nos acercaremos a una arquitectuura con sustanncia”.
2.6.2 ÉTICA A
AMBIENTAL
William
m McDonough, arquitecto
o y ambientallista, afirma qque las impliicaciones éticcas del trabajo del
arquite
ecto incluyen el reconocer el derecho q
que tienen lass generacionees futuras y ottras especies de un
ambien
nte sano. Él toma
t la guía ética del AIA
A y piensa q ue el status de la profesiión mejorará en la
medidaa que tenga u
una visión máás amplia sob
bre los servic ios que proporciona. Com
mo otras posicciones
éticas, el ambientaalismo incorpora una crrítica tanto aa la arquitectura moderrnista como a las
condiciones materiaales de la mod
dernidad.
ón de los hábiitos actuales de la profesióón arquitectó
McDonough, laa continuació
Para M ónica , a la luzz de la
toxicidad de ciertos materiales y procesos de construcción,, es negligenccia. Su posició
ón radical llam
ma a la
nición de la prosperidad, p
redefin productividad y calidad de vida. Esto comienza con laa reconciliació
ón del
hombrre con el mundo natural. Para comprender que laa naturaleza no es inmuttable requierre una
actitud
d de integració para renovar yy restaurar la tierra y sus sistemas vivientes.
ón con y un compromiso p
2.7 TEMA 6: EL
T CUERPO
bos sistemas orgánicos, hhan existido en relación antagonista en el
El cuerpo y la natturaleza, amb
modernismo. Entre
e los moderrnistas, Le Corbusier
C fuee quizás el único que b
buscó un sistema
proporrcional basado
o en el homb
bre, el Modulo
or. La relació n entre el cueerpo y la arqu
uitectura fue,, en la
mayoríía de los cassos, ignorada por los arqu o se trataba de la
uitectos funccionalistas excepto cuando
acomo
odación pragm
mática de la forma humana. Otra rutaa postmoderrna hacia la rrevitalización de la
‐ 65 ‐
arquite
ectura converrge en el cueerpo humano como el sitioo de la arquittectura. El interés en el ccuerpo
adoptaa varias formaas: fenomenológica, posesttructuralista yy feminista.
2.7.1 CUERPO
O, SUJETO Y OBJETO
El cuerrpo es la susttancia física d
del ser human
no, a menudoo representaddo en oposiciión a la mentte o el
alma. A
Algunos filóso
ofos definen aa la “persona”” o “ser” com
mo una entidaad constituidaa por el cuerp
po y el
alma. EEl componentte psíquico, cconsiderado ccomo sujeto, recibe atenciión de la psiccología moderrna, la
psiquiaatría y la episttemología. Ep
pistemológicaamente el suj eto es un inddividuo “que cconoce”, un eego, o
un acto consciente
e. En otros campos el sujjeto es el “inndividuo som
metido a observación”. Po
or sus
connottaciones polítticas, este siggnificado es común
c en la obra de los pensadores posestructuralistas
e nos da la sigguiente definición: “Hay doos significados de la palabrra ‘sujeto’: su
como FFoucault, que ujeto a
alguien
n más por el control o la dependencia o enlazado a su propia identidad porr la concienciia y el
auto co
onocimiento””
2.7.2 EL CUER
RPO EN LA A
ARQUITECTURA CLÁSICA:: PROYECCIÓ
ÓN Y ANTROP
POMORFISM
MO
En la aarquitectura cclásica, el cueerpo humano sirve como pparte de un m
mito originario mediante ssu uso
como modelo figurrativo y propo
orcional paraa proyectar laa organizacióón en planta, fachada y detalle.
Vidler señala que la imagen del cuerpo puede “insc ribirse matemáticamentee” a través de la
proporrciones y la esscala o ser “p
pictóricamentte emulada”. El cuerpo reppresenta mettonímicamentte a la
naturaleza en generral , y a la eleggante maneraa que ésta tie ne para organnizar funcionees complejas..
2.7.3 EL FINAL DE LA PRO
OYECCIÓN HU
UMANISTA
Entre los cambios a la visión clássica antropocéntrica y a suu construcción del sujeto h
humano aparrece la
posició
ón existencialista que plan
ntea que la verificación
v bre se encuentra y
dde la existenccia del homb
depend
de del mundo
o material. Jeaan‐Paul Sartree afirma en “ El Ser y la Nada” (1959) qu
ue el cuerpo deriva
su con
nocimiento de sí mismo a
a partir de los objetos een el mundo.. Eisenman eexplica que lo
o que
caracte
eriza el cambiio del humanismo al modeernismo es:
‐ 66 ‐
El desplazam
miento del ho del centro de su mundo. ÉÉl ya no es visto como un a
ombre fuera d agente
originario. Los objetos son entendiidos como iddeas indepenndientes del hombre. En
n este
contexto, ell hombre es una
u función discursiva
d enttre otros sisteemas compleejos y existentes de
lenguaje.
observa que desde la caída de la tradición clásica see ha dado un retiro progresivo del cuerp
Vidler o po del
edificio
o. Este proce
eso, que ha resultado en la “pérdida del cuerpo como base ffundamental de la
arquite
ectura”, está marcado porr tres escenarios cada vezz más abstractos de proyección corpo
oral: el
edificio
o es un cuerrpo; el edificio representaa o encarna los estados del cuerpo o de la men
nte; el
ambien orales u orgánicos. Esta t endencia distanciadora d
nte tiene atrributos corpo del modernism
mo es
debida al alejamien
nto de la figuración para seguir
s una aggenda de absstracción, quee fue, ciertam
mente,
influen
nciada por la industrialización del edificio.
2.7.4 LA RENO
OVACIÓN PO
OSTMODERN
NA DEL CUER
RPO
El Movimien
nto Moderno
o se basó amp
pliamente en la expresiónn técnica –len
nguaje internoo‐ y la
metáfora dee la máquina dominó su fo
orma edificadda. En su rechaazo a la repreesentación hu
umana
o antropom
mórfica de la a
arquitectura p
previa, el Movvimiento Modderno debilitó la forma poéética a
favor de geo
ometrías absttractas no figurativas.
el del lenguaje poético de la arquitectu
El pape ura es proporrciona una orientación en el ambiente. En su
ausenccia, “el efecto
o acumulativo
o de la arquittectura no figgurativa es el desmembramiento de nu
uestro
antiguo
o lenguaje cultural
c de la arquitectura.” La arquuitectura de Graves bussca reintrodu
ucir el
‐ 67 ‐
antropomorfismo a través del empleo de dispositivos clásicos significantes, que establecen y
simbolizan la relación del hombre con la naturaleza y el cosmos.
Pérez‐Gómez formula una propuesta fenomenológica para la “renovación del cuerpo” como nuestra
“posesión indivisa, que nos permite el acceso a la realidad” (definida como el continuo cuerpo‐mundo)
y brinda al mundo su apariencia a través de la proyección. Pérez‐Gómez hace notar que las grande
obras de la arquitectura moderna refieren necesariamente a una imagen corporal diferente a la de la
arquitectura clásica, que estaba basada en un “cuerpo unitario objetivado”. Una forma de referencia
postmoderna , como la practicada por Hedjuk, apunta en su lugar a “las cualidades de la carne”. Pérez‐
Gómez explica su idea:
Nuestro imagen corporal renovada solo puede ser capturada analógicamente, indirectamente,
a través lo mismos instrumentos y objetos que median entre el cuerpo y el mundo, capturando
la huella de la conciencia incorporada.
El concluye que el “interés auténtico de nuestro tiempo por el significado en arquitectura debe
acompañarse por la renovación consciente o inconsciente del cuerpo”.
Como se ha dicho, la contribución de Vidler al problema del cuerpo es el estudio de lo inquietante, que
“se abre a los incómodos problemas de la identidad del yo, el otro, del cuerpo y su ausencia”. El nota
que la experiencia de lo inquietante es la proyección del estado mental del individuo que “elude las
fronteras entre lo real y lo irreal para provocar una ambigüedad perturbadora”. Como herramienta
crítica, Vidler emplea lo inquietante para enfocarse en la personificación antropocéntrica, el género y
el otro. El fin de la representación antropocéntrica en la arquitectura ha conducido hacia una
sensación inquietante de presencia de una ausencia y al “edificio adolorido”.
Tschumi también comenta sobre la ausencia del cuerpo. En “Arquitectura y Límites III” critica “la
exclusión usual del cuerpo y su experiencia de todo el discurso [contemporáneo] sobre la lógica de la
forma” como característica de las interpretaciones reduccionistas [formalista] de la arquitectura. La
elusión, incluso la represión del cuerpo es un aspecto puritanista que él ha observado en la
arquitectura. En lugar de reducir, Tschumi ofrece el exceso dionisíaco y la transgresión de los límites
racionales para revelar [de forma positiva] el erotismo inútil del espacio. Algunas porciones de su
ensayo “El Placer de la Arquitectura” tienen connotaciones fenomenológicas: el describe la orientación
‐ 68 ‐
del cue
erpo en las co
ondiciones esspacialmente diferentes d el plano y caaverna, de calle y sala, y aadmite
emo, el placer del espacio nos inclina haacia la poéticca de lo inconssciente”.
que “llevado al extre
2.7.5 NOCION
NES POSESTR
RUCTURALISTAS DEL CU ERPO COMO
O SITIO
La afirm
mación de Aggrest que el cuerpo
c de la mujer es repprimido en ell sistema de la arquitectura fue
notadaa en la discusión de su ensayo “Arquiteectura desde afuera: cuerpo, lógica y ssexo”. Vale laa pena
nar el mecanismo de apro
examin opiación simb
bólica mediannte el cual see logra la rep
presión del ccuerpo
femenino. Agrest exxplica que:
En un conju
unto complejo
o de operacion
nes metafóriccas a lo largoo de estos textos [renacenttistas],
el género del
d cuerpo y
y sus funcion
nes sexuales son intercam
mbiados en u
un movimien
nto de
transexualid
dad por el cua
al la siempre p
presente fanttasía procreattiva del homb
bre es promulg
gada.
ombligo, com
Así, el o mo centro del cuerpo [femeenino o masc ulino] se “connvierte en el o
objeto meton
nímico
o variador en relación al género””. Agrest tom
ma como prés tamo la idea del variador como “significante
que ab
bre hacia otro
os sistemas”, del lingüista Roman Jakoobson. La recuperación deel papel centrral del
cuerpo
o femenino en
n la arquitectu
ura requiere aabrir el sistem
ma, por ejempplo, permitien
ndo que el variador
transfo
orme el cuerp
po en geomeetría, y la natturaleza (asocciada con lo femenino) en
n arquitecturra. Las
feminisstas han jugad
do un papel im
mportante en
n la reintrodu cción del cueerpo en la teoría.
En los proyectos de
e Diller y Scoffidio subyace una visión pposthumanistaa de la relación cuerpo/m
mundo.
En su artículo “Problemas del Cuerpo”,
C Robeert MacAnultty cita sus reccientes invesstigaciones teeóricas
sobre las estructuraas espaciales y las costum
mbres socialees que ordenan nuestros cuerpos, com
mo los
hábitoss domésticoss. Escribe: “EEstamos aquí confrontadoos con un modelo de esp
pacio en don
nde el
‐ 69 ‐
significado del cuerpo no está en ser fuente figural para la proyección mimética, sino como sitio para
las inscripciones del poder”. Basándose en este trabajo crítico, MacAnulty sugiere reformular el cuerpo
en “términos espaciales, textuales y sexuales” en lugar de los términos “figurales, proyectivos y
animistas”de los fenomenólogos.
Eisenman plantea un desafío similar a la proyección del cuerpo que, según él, tiene lugar mediante
nuestra facultad primaria: la visión. Su análisis indica que la visión ha determinado el dibujo
arquitectónico, especialmente la perspectiva, y que las convenciones de dibujo limitan las ideas
espaciales. Pérez Gómez coincide con Eiseman al decir que “el principal supuesto [que debe ser
repensado] es que los dibujos arquitectónicos son proyecciones necesarias”. Recordando otro tema
similar, Eisenman afirma que la arquitectura no saldrá de la visión renacentista del mundo si no cambia
la representación. El busca un nuevo tipo de dibujo no proyectivo que sea capaz de confrontar el sesgo
antropocéntrico de la cultura occidental. Eisenman aboga, además, por que la arquitectura
problematice la visión a fin que criticar su dominio y traer una nueva compresión del espacio.
3 CONCLUSIÓN: LA NECESIDAD DE UNA TEORÍA POSTMODERNA
A pesar de sus muchos aspectos confusos existen muchas razones para estudiar la teoría postmoderna.
Los escritos del período abarcan un rico repertorio de temas arquitectónicos, que se enmarcan en
paradigmas teóricos fascinantes. Estos nos ayudan a iluminar la heterogénea producción
arquitectónica de los últimos 30 años y explicar su relación con la arquitectura modernista.
La teoría postmoderna es crítica, optimista e intelectual; desafía y celebra la capacidad de la mente y
nos da modelos de pensamiento crítico y ético. En este sentido, la teoría puede pedagógicamente
analizar comparativamente las distintas posiciones de los autores y la lógica de sus argumentos. El
componente ético establece, a su vez, un modelo para el comportamiento responsable como
arquitecto, enfatizando el vínculo entre la actividad del diseñador y la sociedad.
Los ensayos postmodernos de esta antología está relacionados a la larga tradición de la teoría de la
arquitectura por virtud de la continuidad de algunos temas, como el significado de la arquitectura, su
relación con la naturaleza, la ciudad, la tecnología y los precedentes históricos. La ponderación de
estas preocupaciones, y las posiciones tomadas al respecto establecen la diferencia respecto a los
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esfuerzos teóricos previos. Esta diferencia es debida la influencia de los potentes paradigmas teóricos
extradisciplinarios en la profesión de la arquitectura. Por ejemplo, la idea que la teoría puede ser un
catalizador del cambio social es inspirada en el marxismo y la crítica neomarxista de la Escuela de
Frankfurt.
Esta antología pretende presentar una visión balanceada de las ideologías prevalecientes; ninguna
escuela de pensamiento puede considerarse o debe presentarse como una representante de este
período pluralista. En su lugar, los autores de los ensayos son introducidos y se permite el debate entre
ellos. Esta parece ser la manera más honesta en la que se puede retratar la situación. Algunos
escritores aparecen frecuentemente en estas páginas debido, en parte, a su involucramiento particular
con la profesión: como editor, como docente, decano o curador de una exposición y, en cualquier
caso, escribiendo. El género preferido es el ensayo, que es una “muestra, ejemplo, práctica; intento;
composición de longitud moderada sobre un tema particular, o un aspecto de un tema, que implica un
propósito.”
El resultado de toda la fluidez de la profesión en estos años es un discurso que es a la vez provocativo,
anticipatorio, especulativo e indeterminado. Los resultados de esta teoría son impredecibles y
variados. La orientación crítica de esta Nueva Agenta es configurada por el clima social del momento,
que abarca el activismo político por los derechos de la mujer y de las minorías étnicas y sexuales. La
resistencia a cualquier tipo de estructuras, instituciones o formas de pensar totalizantes fue el grito de
batalla de la década de 1960 y 1970. Mientras que la escala de las causas promovidas se redujo
durante la década de 1980, el impulso crítico persistió. La crítica postmoderna a la arquitectura
modernista fue emprendida tanto por aquellos afianzados en poderosas instituciones como por las
voces de los “otros”marginados.
Tres temas de teórica crítica fueron los emergentes a mediados de los años 90: el feminismo y el
problema del cuerpo en la arquitectura, la estética contemporánea de lo sublime y la ética ambiental.
Desde sus posiciones fuera o dentro del discurso dominante, y operando con el ensayo fragmentario
como herramienta, los teóricos postmodernos abordan los temas recurrentes y emergentes de la
arquitectura
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