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¿POR QUÉ ES IMPORTANTE JUGAR CON NUESTROS HIJOS?

¿Cómo ganar la confianza de nuestros hijos?

¿Nos preocupa cómo educarlos bien?

Simplemente conocerlos y orientarlos

¡¡¡Podemos lograrlo!!!!: Simplemente jugando con ellos

¿Recuerdas cuando disfrutabas de los juegos?? Aún ahora lo haces. Lo excepcional del juego
es que recuerdas los momentos y a las personas con las que compartiste, esas experiencias
gratas y felices.

A través del juego los niños muestran cómo van conformando su mundo, cómo van
construyendo su forma de ver la realidad, sus relaciones sociales, sus miedos, necesidades y
fantasías. No podemos olvidar que el niño juega no sólo para repetir situaciones que le gustan,
sino también para elaborar las que le producen dolor. Los niños representan a través del juego
situaciones vividas por él mismo o por la familia. Podemos decir que el juego es una forma de
expresión de lo vivido sin lenguaje oral.(1)

El juego es una actividad característica de la infancia, de los niños pero no significa que sea
exclusiva de ellos, podemos a través del juego compartir un tiempo excepcional de calidad que
nos permita interactuar con nuestros hijos, ganarnos su confianza, poder educarlos y al mismo
tiempo combatir el estrés diario con momentos de risas y afectos.

¿Cómo podemos lograrlo?

Jugar es jugar, al principio cuesta un poco pero después fluye. Debemos ser buenos
observadores respetando sus actitudes, nada de dar órdenes mientras jugamos; abrir nuestra
mente aprender a pensar en lo que el niño siente, piensa, quiere, necesita; desarrollar la
empatía; ser capaces de distinguir nuestros propios estados emocionales y ayudar a la
regulación de los estados emocionales de nuestros niños. Nada de críticas apresuradas
fomentemos la expresión a través del juego.

¿Por qué es tan importante jugar?

Quizás pienses que los ratos de juego quitan tiempo para cosas “más importantes” para el
niño. Pero es justo al contrario: El juego familiar crea un escenario de comprensión y
comunicación que potencia el aprendizaje espontáneo del niño; además de desarrollar
diferentes capacidades: Afectivas, emocionales, sociales, creativas, físicas y propias del
desarrollo. Entre las que podemos referir:

 Potencia la autoestima del niño y también las relaciones interfamiliares. Cuando los
padres comparten el juego con los hijos interaccionan de un modo único, y el niño al
ver que sus padres le dedican tiempo y atención, gana en autoconfianza.(2)
 Aumenta el control emocional: A través del juego el niño aprende a influir en los
otros y también a regular y controlar sus emociones y a reconocer las señales afectivas
y las emociones ajenas.(3)
 Emocionales: A través del juego se fortalece el apego que es necesario para el
desarrollo de un adulto seguro de sí mismo. La familia es el primer contexto en el que
el niño desarrolla una imagen de sí mismo y del mundo que le envuelve. Por medio del
juego los niños pueden expresar y satisfacer sus deseos. Es una buena forma para
poder expresar sus emociones y descargar energía (4)
 Favorece el desarrollo de habilidades sociales: Las interacciones que se dan en el
juego familiar potencian las relaciones sociales y le ayudan a explorar, aprender y
refinar las habilidades necesarias para ello.(5)
 Fomenta la creatividad y el éxito escolar: El ambiente que se crea con el juego
permite al niño relacionarse de una forma creativa con el mundo, lo que fomenta su
imaginación. Y se sabe que los niños imaginativos son menos agresivos y más
tolerantes y tienen más éxito en las tareas escolares.(5)
 Promueve la competencia social: Los niños que muestran afectos positivos en las
interacciones con sus padres son valorados en su entorno, como personas con mayor
éxito social frente a los que muestran emociones negativas.(5)
 Mejora el desarrollo cognitivo del niño: La interacción con sus progenitores en el
juego incrementa las capacidades de concentración, atención, memoria del niño,
siendo un aprendizaje significativo al estar vinculado a la experiencia afectiva de tener
a sus padres involucrados.
 Potencia la actividad infantil: Compartir tiempo de juego con los hijos convierte las
experiencias pasivas en activas y placenteras y elimina los sentimientos negativos
asociadas a las primeras.
 Promueve la felicidad del niño: De hecho, ésta demostrado que los padres que se
implican bastante en el juego de sus hijos tienen muchas más probabiliddes de criar
niños felices.

¿A qué jugar?

Aunque suene a frase trillada, lo importante es la calidad de tiempo que se comparta con
nuestros hijos, no son necesarios juguetes caros o simplemente juguetes, desarrollar cualquier
juego, realizar actividades con materiales que tenemos en casa es más que suficiente.

Sin embargo te sugerimos algunas actividades de acuerdo a la edad: (6)

De 0 a 3 años Con un bebé, por ejemplo, se puede jugar a hacer gestos con la cara, las
manos, hacer sombras; de esta manera podrán desarrollar sus sentidos y la percepción del
esquema corporal o simplemente un momento de relajación a través de masajes que permite el
contacto directo con los niños. Cuando empiezan a caminar, están en un momento en el que
desean mantenerse en movimiento, recorrer la casa y subir escaleras. (Actividades que por
supuesto deben estar siempre vigiladas por un adulto) y brindar la seguridad necesaria. Deben
jugar para desarrollar su motricidad gruesa; es decir, estimular carreras, competencias,
encostalados, agacharse, esconder objetos. Esto le permite ser observador, planear y anticipar
acciones.

De los 3 a los 6 años: Es en este momento en el que los juegos de rol son importantes para
los adultos también juegos de casitas, papás y mamás, de médicos, etc., sirven para que los
niños/as puedan entender el mundo adulto y sus relaciones entre ellos, con los niños/as y con
el medio.

En este momento las acciones del juego son un reflejo de las acciones que el niño observa en
su vida cotidiana y real, transformarse en otro, crear historias, imitar ejemplos para aprender de
ellos.

A partir de los 6 años, el juego como actividad física pasa a ser la práctica de
algún deporte en el que tendrá que cumplir unas normas y reglas. Aparecen en estas edades
los aspectos morales dentro del juego, que tendrán un papel muy importante, en esta etapa
del desarrollo (los juegos de mesa colectivos son un claro ejemplo de ello). Es aquí y ahora
cuando se aprende a competir y a cooperar, a sentir el éxito y el fracaso. El juego es más
social que nunca.
Las acciones en el juego se hacen más sofisticadas. Se asumen papeles no reales, no vividos
por el niño en primera persona. También papeles imposibles, imaginarios y fantásticos. Las
acciones cobran una variedad infinita.

A esta edad, de los 6 a los 12 años, es muy importante iniciar al niño en el amor por la
lectura. Un buen libro puede ser un excelente juguete. Desde hace unos años también a esta
edad, los niños se inician en el manejo de las nuevas tecnologías.

En la actualidad la oferta de juegos electrónicos es infinita. Ofrece todo tipo de posibilidades


positivas para el buen desarrollo cognitivo-conceptual de los niños (juegos de memoria, de
atención, de percepción, de lenguaje, etc.). Es esencial el buen uso de ellas.

No olvides que el mejor regalo para tu hijo, eres tú, darte con el juego. Compartir tiempo
jugando puede ser una experiencia grata y enriquecedora que tu hijo guarde en su
memoria a través del tiempo.

(1)http://www.uam.es/personal_pdi/psicologia/santayana/temario_desa_social/tema6.pdf

(2)http://www.abc.es/familia/padres-hijos/abci-jugar-familia-refuerza-seguridad-y-autoestima-
ninos-201702161617_noticia.html

(3) http://www.campusvirtual.psi.uba.ar/joomla/images/textos/funciones_parentales.pdf

(4)http://sifp1.psico.edu.uy/sites/default/files/Trabajos%20finales/%20Archivos/trabajo_final_de
_grado_nathy_gonzalez.pdf

(5)https://www.educapeques.com/escuela-de-padres/habilidades-sociales-educar-para-las-
relaciones-sociales.html

(6) http://assets.mheducation.es/bcv/guide/capitulo/8448171519.pdf

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