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Esquema:

1. Propósito del texto ¿ de qué manera puede amansarse la ira?


2. Primeras definiciones de la ira
2.1. Como locura transitoria: Características compartidas con la locura; falta del
dominio de sí, olvido de las obligaciones, obstinación, nula atención a la razón y al
consejo, exasperación por banalidades e incapacidad de discernimiento entre lo justo
y lo verdadero. “La ira se produce donde se encuentra el asiento de la razón, aun
cuando es su enemiga”.
2.2. Ira como deseo de devolver el dolor: Atribuida primeramente a Aristóteles quien,
no obstante, consideraba que la ira tenía cierta utilidad para la guerra y el carácter.
Por su parte, si bien Séneca coincide con esta definición, no está de acuerdo con que
la ira sea útil, por lo que se propone en primer lugar examinar su adecuación a la
naturaleza humana.
Hay además, una distinción que considero de suma importancia para nuestra
lectura sobre la ira, a saber, aquella que se establece entre el que está airado y
el que es iracundo. Se reconoce que todos los seres humanos somos propensos
a la ira pero que, sin embargo, una cosa es estar airado y otra ser iracundo; el
iracundo (en analogía con el alcohólico) parece ser víctima de un padecimiento,
mientras que el airado (en analogía con un ebrio) parece encontrarse en un
estado, más bien, transitorio. Más adelante se hará énfasis en esto, con la
descripción que hace Séneca de los elementos y su influencia en el carácter de
las personas.
3. Descripción de la naturaleza del ser humano: pacífica, tendiente al orden, al amor
mutuo y, en consecuencia, a la ayuda mutua y al sacrificio por los demás. En esa
medida, la ira (como deseo de provocar dolor), es contraria a la naturaleza humana y
necesita ser corregida.
4. Primer indicio de cómo se corrige la ira: Con un correctivo de naturaleza distinta,
“no con ira, con lógica; la cual no daña sino que cura bajo la apariencia de dañar. “Los
temperamentos pervertidos por el vicio se enderezan (se curan) con el dolor del
cuerpo y el espíritu. Más adelante Séneca indicará estos tipos de cura.
5. Contra Aristóteles: No puede “entibiarse” la ira, ni reducir a justas proporciones
“cerrar el paso a lo pernicioso es mucho más fácil que gobernarlo”. En esa medida, la
razón debe distanciarse y dominar los sentimientos para evitar ser sometida por
impulsos. Un sentimiento moderado, dice Séneca, es un mal moderado. Que algunas
personas sean capaces de reprimir su ira y actuar en conformidad con otras cosas,
es prueba de su nula utilidad/necesidad. “Dos cosas son afines cuando una no puede
existir sin la otra” lo que en el caso de la ira y la razón es falso.
6. La ira no es útil para la guerra: Puesto que incita a la temeridad y no reconoce el
peligro. La ira es tan deseosa de venganza que se obstaculiza a sí misma. Si bien la
ira en ocasiones es provechosa, no por eso puede considerarse saludable, pues son
más sus efectos perjudiciales. Si fuera un bien, sería característico de los más
perfectos, y sin embargo, los más iracundos son los ancianos y los enfermos. La mera
razón es un arma suficiente para prever y llevar a cabo las acciones; no es necesario
"pedir protección a la iracundia". La razón es una cualidad sana, mientras que la ira
una cualidad enferma.
7. Sobre los correctivos de la ira: "hay que corregir a quien comete una mala acción
por medio de advertencias y por medio de la fuerza (...)Pero sin ira: pues ¿Quién se
aíra con aquél que está curando?" 146p "...no es ira sino razón separar a los sanos
de los inútiles" (respecto a matar a quien es incorregible) (ibid) “...ya has ido tan lejos
que no puedes ser curado con palabras" (147)
8. Tipología de los castigos en calidad de remedio:
i. reprensión en privado - pública
ii. la deshonra: destierro
iii. la prisión
iv. "Tú tienes un espíritu incurable (...) ya no te impulsan motivos (...) es motivos
suficiente para delinquir el mero delinquir (...) te quitaremos esa demencia con la que
atormentas y te atormentas (...) te haremos realidad el único bien que te queda: la
muerte"
"... veo variados vicios en tantos espíritus y he sido encargado para sanar la sociedad;
que se busque una medicación para el mal de cada cual" El castigo (la cura) no se
lleva a cabo por ira, sino en cumplimiento de la ley
"La razón quiere dictar sentencias que sean justas: la ira quiere que parezcan justas
las sentencias que ha dictado" (151). Las faltas pueden ser perpetradas por omisión
y otras con intención de perjudicar; la pena en ambos casos será: bien para enmendar
a los malvados o bien para eliminarlos (154)

Analogía entre los humores que inflan el cuerpo y la ira que "hincha el ánimo" (155):
No supone desarrollo sino abundancia perniciosa

En resumen; el primer libro sobre la ira muestra por qué la ira no es un bien para el
espíritu: No asiste a la razón sino que la enturbia y entorpece, no puede ser un
instrumento para un bien y, en muchos casos, puede ser la perdición de un hombre
puesto que puede conducirlo incluso a la muerte.

Libro II

Pregunta: ¿Es la ira propiciada por una idea o por un impulso, es decir, se mueve por
voluntad propia o como se mueven las cosas que se producen en nuestro interior y sin
ser conscientes de ellas?
La ira es movida por la impresión de un ultraje; la pregunta que se sigue de lo anterior es si
la ira se lanza sin ayuda de la mente (mind/ánimo) o con su consentimiento (assent).
"Nosotros opinamos que ella por sí misma a nada se atreve si no lo aprueba el ánimo": El
sentir que fui ofendido cuando no debí serlo y el deseo de venganza que produce, no
es propio de un impulso por sí mismo (intercede la voluntad para vengarse)
"La ira es ahuyentada por las normas pues es un vicio voluntario del espíritu" (160)
Problema: Esto podría entrar en tensión con la primera definición de la ira como "locura
momentánea" ¿Acaso el espíritu deja que voluntariamente la ira se apropie de quien la va a
padecer? ¿Aceptamos voluntariamente adoptar una forma de locura? Posible solución a
través de la distinción entre ira e iracundia (el estado con el hecho de ser, ver cita más abajo)
<<<<
Cómo se ahuyenta la ira: "Alguien se ha considerado ofendido, ha querido vengarse, al
instante se ha apaciguado porque lo ha disuadido un motivo cualquiera; no llamo ira a esto,
una emoción del espíritu que se pliega a la razón; ira es lo que sobrepasa la razón y la arrastra
consigo. Luego la primera agitación del ánimo que nos inspira la impresión de un ultraje, no
es ira más que la propia impresión del ultraje; el impulso siguiente, que no sólo acepta sino
que aprueba la impresión de ultraje, es ira, una excitación del espíritu que se propone la
venganza con intención y deliberación"
Problema: En la primera parte de III, Séneca se refiere a la violencia con la que el impulso
de la ira se impone a la razón. Si la ira es impulsada por la impresión de un ultraje, ¿no
bastaría con la mera impresión? Es esta una distinción simplemente analítica? o qué hace
falta para esta especie de cálculo sobre el ultraje? La primera emoción, de carácter
involuntario, (la que incita el deseo de venganza) es inevitable mediante la razón, tal y como
los reflejos involuntarios del cuerpo. La segunda, en cambio, al ser algo que surge
deliberadamente, se puede suprimir deliberadamente.

De la ira llevada al extremo: ¿Qué hay de aquellos casos en los que alguien hace daño
cuando no han recibido ni creen haber recibido un ultraje? Esto se llama "salvajismo" y se da
en tanto quien hace daño no se preocupa por recibir daño de vuelta. Si bien esto no es ira,
su origen está en la ira, cuya práctica constante deshumaniza el trato con los demás y se
convierte en barbarie.

<<< "¿Qué acaba con la ira del sabio? La multitud de los que cometen errores. Comprende
que injusto es también peligroso es airarse con un vicio universal" (170) >>>

"<<No se puede eliminar toda ira del espíritu, ni la naturaleza del hombre consiente
esto>> Pues bien, nada hay tan difícil y arduo que no lo supere la mente humana y se lo haga
familiar gracias a un ejercicio intenso" (174)
"¿no vamos a recurrir a la paciencia nosotros, a quienes espera un premio tan grande, la
imperturbable tranquilidad de un espíritu dichoso? ¡Qué gran cosa es rehuir el mayor mal, la
ira, y con ella la rabia, la saña, la crueldad, el furor, y otros secuaces de este sentimiento!"
(175)

(pp 180) Los remedios de la ira: i. No caer en la ira y ii. No hacer fechorías en plena ira.
Analogía con el cuerpo: algunos tratamientos se prescriben para conservar la salud
(preventivos) otros para reestablecer la salud (curativos).
Para evitar la ira, se parte fundamentalmente de la educación, puesto que es más sencillo
atajar los vicios en los espíritus jóvenes.

>>> Fisiología de la iracundia: relativa a la naturaleza del espíritu; Al ser cuatro los
elementos, sus propiedades correspondientes son: ardiente, fría, seca y húmeda; el espíritu
ardiente es el que está más expuesto a la iracundia, "pues el fuego es impetuoso y porfiado:
su mezcla con lo frío hace tímidos, pues el frío es perezoso y encogido" (181)

1. Algunos dicen que la ira se produce en el pecho, porque la sangre hierve alrededor
del corazón; el motivo para eso, dice Séneca, es que el corazón es el órgano más
caliente de todo el cuerpo.
2. Sin embargo, así como la naturaleza hace proclive a la ira; cualquier otra cosa que
cause daño al ánimo o al cuerpo predispone a una mente enferma para la ira.
3. Con todo, es la reiteración que crea la costumbre aquella que fomenta el vicio. Si bien
la naturaleza no es modificable, si se pueden tomar medidas preventivas al respecto
si se tiene conocimiento de los elementos del carácter: evitar el vino, la comida en
exceso y fomentar el juego, son paliativos para los de temperamento ardiente.

1. La educación debe centrarse en varios aspectos que regulan el carácter a través de


las normas y la evasión del vicio; para los adultos ya no se trata de educar sino de
regular las causas de la iracundia. Como ya se dijo, la causa es la suposición de un
ultraje, de la que hay que sospechar. Es necesario dar largas a la suposición de la
ofensa para que la verdad sea evidente. Hay que evitar las calumnias y las sospechas.
De cierta forma hay que "suspender la ira" (185) "pues el castigo que se ha aplazado
se puede ejecutar, el que se ha ejecutado no se puede revocar.". A grandes rasgos,
lo que recomienda Séneca como paliativo de la ira es:
a. Abandonar la credulidad
b. No encolerizarse por cuestiones banales "ninguna circunstancia nutre más la
iracundia que un lujo inmoderado e intolerante: hay que tratar con rudeza al
espíritu, para que no note más que los golpes duros."
c. No arremeter contra cosas de las que no hemos podido recibir ultraje (como
los objetos inanimados y seres carentes de razón como los animales y los
niños. Tampoco con los dioses, cuya fuerza es benéfica y su naturaleza suave
y apacible
d. Los padres, los jueces y magistrados justos, imponen penas y castigos no para
perjudicarnos, sino para corregir una conducta. Con ellos tampoco hay que
airarse
e. "Pensemos que unos no nos hacen ultraje, sino que nos lo devuelven" Cierta
forma de autocrítica y autoexamen respecto a las injurias que podamos haber
cometido
f. "EL MEJOR REMEDIO PARA LA IRA ES LA DILACIÓN" (192)

"Dos causas son, según dije, las que excitan la iracundia: primero, si nos parece que hemos
recibido un ultraje (sobre esto hemos hablado bastante); segundo, si lo hemos recibido
injustamente (sobre esto hemos de hablar)." (194)

Es por nuestra excesiva autoestima que nos indignamos cuando recibimos una injuria "Así
pues, o la ignorancia o la inexperiencia nos hacen iracundos." "Hazte cuenta que siempre va
a haber algo que te ofenda" (197) La venganza es inhumana, distinta de lo justo. No se puede
compensar un ultraje con otro (reafirma y desestima que la ira sea útil y buena para la vida).
"Si llegamos a eso como solución, lleguemos sin ira (...) como si fuera útil (desquitarse)" (198)

"hay que contemplar a cuántos hace daño la ira por sí sola. Unos han reventado sus venas
por un sofoco exagerado, un grito lanzado por encima de sus fuerzas les ha hecho arrojar
sangre y la agudeza de su vista se la ha embotado el líquido arrojado tan violentamente al
interior de sus ojos, y los convalecientes recayeron en sus enfermedades. No hay un camino
más rápido a la locura" (204) "Se ha apoderado de ellos el mal mayor y que supera a todos
los defectos. Otros se introducen poco a poco, la violencia de éste es repentina y entera.
Somete, en suma, a todos los demás sentimientos" (204) "No hay ningún sentimiento sobre
el que no domine la ira"

Libro III
Acerca de cómo suprimir la ira o al menos refrenar y detener sus impulsos.
La ira no admite demora, no puede curarse progresivamente como los demás sentimientos.
Problema: Esto no entra en tensión con la exposición anterior?
La violencia de la ira no es progresiva sino que es total, se apodera del individuo. No excluye
la edad ni la clase de hombre y, a diferencia de otros sentimientos, este puede ser concebido
en común (ira de las masas, por esto es que se lanzan a las guerras)
De nuevo, contra Aristóteles, la ira no es útil ni buena, basta con fijarse en el efecto que
produce en el cuerpo y en el espíritu (cap. I) ¿no querría alguien reprimir la ira si se percata
de que comienza causándole a él mismo un mal?
Nadie es libre de la ira; si bien los otros males del espíritu afligen a los más perversos, la ira
es capaz de alcanzar incluso a los más doctos y cuerdos. Nadie puede considerarse exento
y ajeno a la ira, por eso se proponen tres modos de tratar la ira:

Tres pasos: i. de qué modo no caer en la ira ii. de qué modo librarse de la ira y iii. de
qué modo detener y aplacar al airado y devolverlo a la cordura

i. ¿Cómo no caer en la ira?

"Lograremos no airamos si nos representamos con frecuencia los defectos de la ira y la


valoramos acertadamente. Hay que denunciarla ante nosotros y condenarla; hay que analizar
sus perversiones y sacarlas a la luz; para que aparezca tal como es, hay que compararla con
lo peor ( con los demás vicios)" (213) Así, por ejemplo, a diferencia de la lujuria, que disfruta
del placer propio, la ira disfruta con el sufrimiento ajeno. Contradice la naturaleza del hombre,
que tiende al amor y al ser útiles, incitando al odio, a hacer daño a los demás. Un espíritu que
se conoce bien a sí mismo, no tiene necesidad de vengarse puesto que no percibe ningún
ultraje. Precisamente en la percepción del ultraje, se encuentra la clave para evitar caer
en la ira

1. Hay que evitar tener más obligaciones y ocupaciones de las necesarias, de lo


contrario, en el transcurso de un día es más fácil toparse con un agravio que provoque
la ira. Así entonces, en las empresas personales, domésticas y públicas no hay que
intentar tareas cuyos resultados pueden ser inciertos. Hay que medir las propias
capacidades para rehuir del fracaso, que puede producir la ira.
2. Hay que empeñarse en no recibir ultrajes, ya que no sabemos cómo manejarlo; en
esa medida, hay que convivir con personas tranquilas y fáciles de tratar, ya que los
males del espíritu pueden ser contagiosos, pero también las virtudes.
a. Las personas a nuestro alrededor deberán ser tales que no provoquen nuestra
ira y, aún más, que la soporten. Esto no quiere decir que estemos simplemente
a merced de la tolerancia de los demás, al contrario, una vez se sienta que
estamos a punto de entrar en una disputa verbal, hay que detenerse antes de
que se torne agresiva "es más fácil abstenerse de la contienda que
abstraerse".
3. Las aficiones deben moderarse, de manera tal que las más pesadas deben ser
renunciadas por el iracundo o al menos practicarlas con prudencia. Hay que propiciar,
más bien, los espacios dedicados a prácticas como la poesía y la historia. Asimismo,
hay que evitar el hambre y la sed, que irritan el ánimo cuando se sufren. La fatiga y
los males del cuerpo son detonantes de la iracundia.
4. Es fácil reprimir los sentimientos tan pronto se están manifestando. La ira, el amor y
todos los sentimientos que afligen al espíritu se anuncian de cierta forma (no se
supone que la ira es diferente de cualquier otro sentimiento?). Analogía con la
epilepsia: Los epilépticos notan ciertas manifestaciones corporales que dan aviso de
que están próximos a sufrir un ataque; de esta forma, se anticipan a la dolencia y
actúan para evitar aquello que estimula más estas sensaciones, o simplemente para
aislarse y sufrir sus ataques en soledad. Asimismo, es provechoso conocer el punto
débil por el cual puede colarse un ultraje y provocar la ira. Problema: No me resulta
muy claro el empleo de la analogía; para el epiléptico los síntomas de un ataque y su
actuar conforme a esto, de cierta forma son de primera mano y están bajo su control.
Si bien podemos estar familiarizados con lo que nos provoca ataques de ira, no
podemos controlar el posible ultraje por parte de otros; si bien conocer nuestro
carácter y aquello que lo conduce a la ira, nos permite de cierta forma prever los
escenarios en los que podemos salirnos de control, creo que aun falta algo para poder
tener control completo sobre el sentimiento de la ira que, como se dijo, es
intempestivo.
5. Por último, dice, hay que limitar la curiosidad. No traer al presente conversaciones
dañinas, ni viejas ofensas. Asimismo, hay que restringir la ira mediante el buen sentido
del humor.

ii. De qué modo librarse de la ira

Solemos acudir a la ira, más a menudo de lo que ella acude a nosotros (de nuevo, la voluntad
frente a un sentimiento que, se dice, es intempestivo). Hay que rechazar a la ira incluso
cuando nos sobreviene. Hay que sopesar si aquello por lo que nos airamos lo haríamos o lo
hemos hecho. Del mismo modo, hay que sopesar la intención y el motivo de aquel que nos
ha ofendido; si ha sido voluntaria o involuntariamente, si fue por obligación o engaño, etc.
Aquí se reitera, que el mejor remedio para la ira es la dilación: con ella es posible
extinguir la ira y con ella el sentimiento de retaliación, de no lograrse esto, por lo menos
quien impondrá el castigo no será la razón, mediante un juicio y no la ira.
“Pelea contra ti mismo: si pretendes vencer la ira, no puede vencerte ella a ti” “Enterremos
sus señales y contengámosla, oculta, aislada” Séneca propone desviar sus síntomas
corporales, que la postura, los gestos y la voz se vean tranquilas; “poco a poco, el interior se
transforma según el exterior”. Nuestros amigos deberán tener la libertad de intervenir en
nuestros momentos de ira, que no la aprueben y que, mientras podamos, podamos llamarlos
antes de perder los cabales.
“Todo el tiempo, no obstante, en que nada nos parezca tan intolerable como para empujarnos
fuera de la vida, mantengamos la ira a distancia, en cualquier situación en que estemos”
… DESPUÉS DE MUUUCHOS EJEMPLOS…
“Has de pensar tanto en estos modelos, para evitarlos, como en aquéllos a la inversa, para
seguirlos, comedidos, tranquilos, a los que ni faltaron motivos para airarse ni poder para
vengarse”

“Disculpe su edad al niño, su sexo a la mujer, su independencia al extraño, su familiaridad al


íntimo. Ahora por vez primera nos afrenta: pensemos en cuánto tiempo nos ha complacido; a
menudo también otras veces nos afrenta: soportemos lo que hemos soportado tanto tiempo.
Es un amigo: ha hecho lo que no quería; un enemigo: ha hecho lo que debía. Confiémonos
al más sensato, absolvamos al más necio; en favor de quien sea arguyámonos a nosotros
mismos que también los hombres más sabios cometen muchas faltas, que nadie hay tan
discreto cuyo celono se exceda a las veces, nadie tan maduro cuya gravedad el azar no
implique en una acción ardorosa en demasía, nadie tan temeroso de los agravios que no
caiga en ellos mientras los está eludiendo”

“Si uno está airado, démosle tiempo para que pueda discernir lo que hace: él mismo se reñirá”

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