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Tradiciones discursivas que confluyen en Historia general

de las indias, de Francisco López de Gómara

Carlos Alejandro Zambrano Pérez (20173935)

Profesora: Estrella Guerra

LIT-604: Seminario de prosa colonial

8 de mayo del 2017

I. López de Gómara: primeras aproximaciones

Los primeros años del Francisco López de Gómara, en palabras de Jorge Gurria Lacroix,

transcurren en la época de los grandes descubrimientos del Imperio español en América, así

como de su preponderancia en la política exterior del mundo occidental, cuyas bases situaron

los reyes católicos (1978:X). Sabemos que el cronista, nacido en Soria en 1511, se encuentra

en Roma a partir de 1531. Tiene para entonces veinte años y el privilegio de estar al alcance

del gran movimiento que ya estaba encauzando todo el saber humano en aras de la vuelta a la

antigüedad clásica: el Renacimiento (1978:XI). Deja Italia en 1541 y ese mismo año conoce a

Hernán Cortés, de quien desde entonces será capellán. La relación entre ambos será una

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fuente primordial, sobre todo en lo concerniente a la conquista de México, durante la reda-

cción de su Historia general de las Indias. La crónica, publicada en 1552, tendrá inmediata

acogida: seis ediciones hasta 1554, y sin embargo también será censurada por Felipe II al año

siguiente, en 1553.1 No volverá a publicarse hasta 1749.

Estamos ante un hombre formado bajo los preceptos del renacimiento español e italiano, para

el que el descubrimiento de América fue “la mayor cosa después de la creación del mundo,

sacando la encarnación y la muerte del que lo crió” (7), y que exalta las verdades de la ci-

encia y de la experiencia cuando afirma que “el mundo no es solo habitable, sino habitado, y

que además hay antípodas”, lo que a su juicio se demuestra fehacientemente con los viajes de

circunnavegación realizados por los españoles (1978:XVI). Sobre este punto, la de la

importancia de lo experimentado, valdría la pena detenerse en la crítica planteada por Barto-

lomé de Las Casas al decir que, por no vivirla y no oírla, decía el clérigo Gómara en su

Historia muchas falsedades. Hay que recordar que el mismo Las Casas tampoco estuvo en

muchos lugares sobre los que había escrito. En ese sentido, Gurria Lacroix califica esta crítica

de improcedente pues, bajo este criterio, ningún historiador podría escribir sobre hechos fuera

de su época (1978:XVIII). Hay, por tanto, en López de Gómara una exaltación de la ex-

periencia como fuente de conocimiento, cuando no siempre de la experiencia directa como

único medio para adquirirlo.

1 Sobre este punto, Gurria Lacroix nos dice que a pesar de que la prohibición data de noviembre de 1553,
aparecen ediciones de la Historia en ese mismo año y en el siguiente, ello seguramente debido a que la orden
real no circuló rápidamente y mientras tanto continuaron los trabajos de impresión.

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Sobre algunas de sus impresiones de América, Gurria Lacroix sostiene que se horroriza ante

los sacrificios humanos tan relacionados con la antropofagia, práctica muy común en casi

toda América. Le asquea también la existencia de homosexuales y de cómo muchos hombres

capados hacían las veces de mujeres, e inclusive contraían matrimonio con otros hombres.

Que la sociedad se rige por la autoridad de reyezuelos; aunque por otra parte sostiene que

también existieron sociedades mucho más civilizadas como las mesoamericanas y la Inca, en

que la sociedad se regía por un orden jurídico muy elaborado (1978: XXIII-XXIV).

No menos interesante es el modo en que López de Gómara se sitúa respecto de Cristobal

Colón como descubridor de América. Sobre este punto, no acepta que el genovés haya sido el

primer europeo en visitar estar tierra. Para Gómara, lo único que hizo Colón fue aprovechar

la información de un piloto español2 jamás conocido (1978:XXIV). Pretende Gómara, así, dar

a España toda la gloria del hallazgo de América. Más adelante sostiene que Colón halló las

Indias, aunque a costa de los Reyes Católicos (1978:XXV), y luego que nunca jamás rey ni

gente anduvo y sujetó tanto y en tan breve tiempo, ni ha hecho ni merecido lo que ella tanto

en armas como en navegación y en predicación del Santo Evangelio y conversión de

idólatras, por lo que son dignísimos de alabanza en todo el mundo (1978:XXVI).

Finalmente, López de Gómara también sienta posición respecto del provecho económico que

implican las tierras americanas para España: las letras, la religión y la cultura ofrecida por los

conquistadores vale mucho más que las perlas, la plata y el oro que se ha tomado

2 La cursiva es nuestra

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(1987:XXVI) No es, en todo caso, prosigue Gómara, aquel el lugar para justificar la Con-

quista sino para sencillamente contarla. La justificación, finaliza en su crónica, puede

encontrarse en los textos de Juan Ginés de Sepúlveda, que con ella cualquier lector quedará

satisfecho (1978:XXVII).

II. López de Gómara: las crónicas de Indias como problema narrativo

El descubrimiento de América por Cristobal Colón en 1492, y las posteriores expediciones

desde España a lo largo de las décadas siguientes plantean una problemática relación, a través

de la escritura, entre conquistadores y conquistados. ¿Cómo narrar esta realidad hasta hace

poco totalmente ajena y que, además, se amplía constantemente? Sobre este punto, Christhian

Roa de la Carrera sostiene que el modo de entender las realidades y problemas de las Indias

tenía gravitación en la administración de las colonias, el discurso historiográfico les ofrecía

una oportunidad única para situarse en una posición de autoridad intelectual en la que textos e

ideas pudieran alcanzar aceptación cultural y vigencia política (2001:69). Así, el problema

más capital giraba en torno a qué era lo que las historias de Indias debía tratar: ¿qué era lo

que digno de contarse? ¿cómo administrar este torrente de materiales?

Es desde este marco, el de la relación entre las crónicas y el Nuevo Mundo como problema de

construcción narrativa, que podemos plantear una primera aproximación a Historia general

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de las Indias (1552) de Francisco López de Gómara(1511-1559). Sostiene Roa de la Carrera

sobre este punto que los tópicos, materiales y textos que el cronista emplea en su discurso

llegan a ocupar un lugar subsidiario en la formación del objeto (2001:70) Lo importante es

encontrar una narración viable3 de la conquista, la cual favorezca a determinados intereses

culturales, políticos, religiosos, económicos y militares. El Nuevo Mundo, así, no es pensado

en términos de espacios ocupados por una naturaleza y habitantes nativos, sino como un

espacio de conquistas y relaciones4 entre conquistadores y conquistados (2001:71). No es el

Otro, entonces, lo importante de conocer, sino encontrar una forma de definir a ese Otro que

sostenga algo todavía más importante: la relación en tanto deberes y derechos del imperio con

él. Gómara encuentra una solución a este problema en el “Loor de Españoles”, presentando la

conquista bajo una lógica de reciprocidad, en donde la fe, el bautismo, las buenas costumbres

y las artes exceden por mucho (y por tanto justifican) a la plata y oro que se ha tomado. Esta

estrategia discursiva permite incluso incorporar un análisis ético de la conquista sin perder

legitimidad, pues aunque Gómara parece reconocer que se manifestó en forma violenta y

destructiva hacia los nativos del Nuevo Mundo, no por ello dejaba de concebirse como un

lugar de “granjería” desde los puntos de vista material y espiritual (2001:74). Es la

desigualdad entre nativos y españoles lo que funcionará como punto de partida para definir la

relación que debe haber entre ambos. Quien tiene el privilegio del conocimiento de los

objetos puede controlar la situación de intercambio y definir sus términos. (2001:77)

3 La cursiva es nuestra
4 La cursiva es nuestra

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Así pues, es fundamental para Gómara procesar ciertos materiales a fin de elaborar un relato

que permita dar coherencia a las prácticas imperiales. Como sostiene Roa de la Carrera, esto

involucraba, en el plano teórico, cuestiones sobre la estructura del mundo, la diversidad del

hombre y lo creado, la historia universal, los fundamentos teológicos, filosóficos y jurídicos

del imperio; y en el plano práctico, narrar los modos de entrar en contacto con otra realidad

geográfica, humana y material (2001:74) 5. Hay en Gómara una preocupación por mantener

una coherencia, un equilibrio entre las racionalidades de los distintos campos de acción del

imperio. El desafío se plantea en esos términos: el tener que articular una narración y además

incorporarla en la historia a fin de que sostenga todos los ámbitos de la conquista, desde lo

económico y religioso hasta lo militar y cultural.

Un aspecto no menos importante es el de la autoridad intelectual que, en su momento, pre-

senta la Historia general. Roa de la Carrera sostiene que a pesar de haber sido utilizado por

historiadores y cronistas, la difusión de la crónica se caracterizó por su perfil vacilante entre

la autoridad y el descrédito (2001:80) El texto se prohibe en 1553, al año siguiente de su

publicación, y su difusión, pese a ser una defensa del imperio, se da principalmente a través

de traducciones al italiano, al francés y al inglés, y no se volverá a editar en España hasta

1749. Este rechazo, continúa Roa de la Carrera, se da en parte debido a conflictos de interés

que generaban las representaciones que la Historia general había hecho de los diversos

procesos de conquista y colonización de las Indias (Adorno en Roa de la Carrera 2001:81).

5En este punto, es interesante el modo como se propone el descubrimiento de Indias, si bien por Cristobal
Colón, gracias a un navegante español cuyo nombre, afirma, ha caído en el olvido.

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De este modo, si bien los textos de Indias creaban espacios discursivos de inserción política y

cultural en la España imperial (una de ellas, la estrategia discursiva propuesta por Gómara) ,

su presencia efectiva en la cultura e instituciones del imperio se vio seriamente limitada por

su forma de relacionarse con diferentes audiencias (2001:82)

III. López de Gómara: implicaciones ideológicas humanistas

Francisco Lopez de Gómara es hoy reconocido como una de las figuras capitales del Re-

nacimiento español (Valcárcel Martinez:1989:7). Una diversidad de presupuestos humanistas

están presentes en su obra histórica, como por ejemplo el empleo de un castellano cuidado y

una fuerte conciencia de estilo, pero también la supresión en sus textos de cualquier infor-

mación innecesaria. Además, podemos ver, en palabras de Valcárcel, que el criterio de

autoridad que sigue Gómara oscila entre los escrito por los autores de la antigüedad greco-

latina y la experiencia obtenida por sus contemporáneos (1989:14). Tiene para el cronista

también gran importancia lo experimentado, lo probado, contraponiéndolo incluso a conoci-

mientos de carácter filosófico: “Que no solamente es el mundo habitable, mas que también

habitado”. Así mismo, Gómara ya presenta el sentimiento nacionalista, bien conocido como

uno de los rasgos más salientes de la nueva mentalidad renacentista (1989:15) 6.

6Sobre este punto, Valcárcel Martinez sostiene que en Gómara se confunde con el sentimiento religioso en
España como pueblo elegido para llevar a cabo la magna tarea de evangelización del Nuevo Mundo, reservado
por la Providencia hasta el tiempo en que España ejecutara la voluntad divina.

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La filiación renacentista en Gómara también puede rastrearse en el elogio reiterado de la

condición humana y de la sed de conocimientos del hombre, en un tono optimista y positivo.

La curiosidad como principio que mueve al descubrimiento se plantea en oposición a la vi-

sión negativa que de ella tenía el mundo medieval (1989:17). Hay una enorme confianza en el

conocimiento como herramienta del progreso humano. También llama la atención, por otra

parte, la fe de Gómara en la transformación de la geografía del mundo con el solo esfuerzo

humano, y el optimismo en la actividad transformadora del hombre, el dominio de la natu-

raleza, todo ello faceta clave de la mentalidad del Renacimiento (1989:18)

Desde un punto de vista estilístico, hay diversos elementos que inscriben a López de Gómara

dentro del humanismo, como la gran precisión en las escasas descripciones, la brevedad y la

concisión extremas sin malgastar una sola frase, el recuerdo al lector de que no repite datos y

hechos por haberlos ya mencionado en alguna otra parte (1989:19), además de una escritura

llana en la que abundan refranes, frases de uso popular que aportan amenidad y expresividad

al texto. (1989:20)

Nunca pierde Gómara, por otra parte, de vista al lector, lo que nos da a entender su clara

conciencia de autor que le habla7 a determinados lectores, y por supuesto la elección del cas-

tellano en claro interés de que su obra alcance resonancia popular, objetivo que no podía

alcanzar empleando el latín. (1989:22)

7 La cursiva es nuestra

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Sin embargo, no podemos entender a Francisco López de Gómara como un hombre total-

mente renacentista. Hay, en su modo de ver el mundo, todavía algunos rezagos medievales,

como las explicaciones providencialistas que ofrece de la conquista y colonización del Nuevo

Mundo por los españoles, además de la creencia en milagros y la excesiva autoridad que

concede a la Biblia (1989:18)

IV. López de Gómara: del estereotipo del pagano al estereotipo del indio

El encuentro entre España e Indias tiene como consecuencia una enorme imposibilidad por

parte de estos en comprender las costumbres y creencias de aquellos. Sobre este punto, es

fundamental problematizar en torno a la mentalidad de los conquistadores. ¿A partir de qué

preceptos entiende el conquistador su relación con Indias? ¿Qué tradición alimenta el

imaginario del europeo a su llegada al Nuevo Mundo? Sobre este punto, sostiene Marialba

Pastor, las crónicas de la evangelización8 son una fuente interesante para entender cómo

funciona el estereotipo del indio basándose en el estereotipo del pagano. La comprensión de

la religiosidad prehispánica resulta limitada y deformada en estos textos (2011:9). Podemos

rastrear estos discursos desde la época de persecución de los paganos en Europa entre los

siglos III y VI, en donde los cristianos elaboraron un estereotipo dirigido a la liquidación del

8Si bien Historia general de las Indias no pertenece a este tipo de crónicas, consideramos que el texto contiene
una visión del mundo afín.

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centro de esas religiones, que se caracterizó por la reprobación de sus relaciones sociales, sus

relaciones con la naturaleza y con las fuerzas divinas, y principalmente su concepción de la

carne y la sangre, de los sacrificios cruentos, la antropofagia y la sexualidad contranatura

(2011:10). Son estos discursos, alimentados y enriquecidos en los siglos siguientes, los que

constituirán los fundamentos de las crónicas de evangelización. Estamos, entonces, ante un

proceso de sustitución: del mismo modo que en algún momento el demonio había engañado a

griegos y romanos, ahora lo hacía con los indios, conminándolos a adorar muchos dioses y

objetos de la naturaleza (Acosta en Pastor: 2011:15). Vemos cómo el mundo andino se vuel-

ve, para la mentalidad conquistadora, un campo de batalla entre Dios y el demonio. Sobre

este punto, Pastor sostiene que uno de los problemas de la mayor parte de estas crónicas es

que, cuando fueron escritas, habían transcurrido más de cincuenta años desde el triunfo de la

conquista española, y la mayor parte de las autoridades indígenas que habían conocido con

amplitud y detalles el pasado indígena estaban muertas (2011:15). Más adelante algunos

cronistas dirán haber recurrido a informantes indígenas que conservaron en la memoria lo

narrado por sus antepasados, no obstante muchos de éstos habían sido cristianizados desde

pequeños, la asignación de valores cristianos ya tenía una influencia en la interpretación del

pasado (2011:15)

En la mayoría de los casos, los comportamientos andinos fueron comprendidos como vicios

de la carne y de la sangre, pues el conquistador separa lo sagrado de su contexto cultural para

reducirlo a una práctica motivada por demonios, la maldad, la crueldad, el hambre, las

guerras y la ignorancia (Veyne en Pastor 2011:24). La desmoralización de las costumbres del

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Otro, entonces, se presenta como el principal obstáculo para comprender la complejidad

religiosa sociedades en donde la vida y la muerte, la reproducción y la sexualidad, dependían

del sacrificio, lo sagrado y lo profano constituían una unidad y los sacrificios eran la

explicación y el motor de la acción(2011:24). Estamos ante un doble problema: por un lado,

la incomprensión del Otro al que solo se puede aprehender desde el estereotipo, genera una

relación tensa en distintos grados entre conquistadores y conquistados; y por otro la desna-

turalización de ese Otro, en donde la cultura está ligada a una concepción cósmica del

mundo. Para terminar este punto, bien podríamos emplear las palabras de Pastor al referirse a

las sociedades precristianas para establecer un paralelo con lo que significó la relación entre

España y América: al erradicar las antiguas prácticas sacrificiales y sustituirlas por otras

nuevas, se alteró aquello que daba sentido a la vida y la muerte de sociedades que, como las

precolombinas, se habían fundado en sacrificios y su vida giraba en torno a ellos (2011:25).

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V. Conclusiones

No podemos comprender la crónica de Francisco López de Gómara sin antes rastrear los dis-

cursos que participan en la formación de este clérigo humanista y que inevitablemente nutren

su visión del Nuevo Mundo y su forma de representarlo. En este sentido, hemos intentado

acercarnos a tres tradiciones discursivas que confluyen en su Historia general de las Indias.

En primer lugar hemos rastreado la representación de Indias como un problema narrativo cu-

ya resolución debía ser capaz de justificar la Conquista misma y sus formas de relacionarse

con el Otro. López de Gómara, de esta manera, construye un relato viable que termina por

situar a España no solo como responsable directa del descubrimiento, sino que también

justifica el oro y la plata extraídos desde una lógica de intercambio: la religión y la cultura

enseñada por los españoles lo compensan ampliamente.

En segundo lugar hemos observado una serie de filiaciones del cronista soriano con la cultura

renacentista, tanto en una visión que privilegia la cultura de la evidencia y ensalza el cono-

cimiento y la sed de saber como disparadores de la civilización, y de igual manera una fuerte

conciencia de relación entre autor y lector presente en el texto, muy propia del renacimiento.

La preocupación por un estilo cuidado y una administración precisa de los datos también

también lo sitúan como un escritor renacentista, si bien algunos elementos como su fuerte

confianza en la Biblia y su creencia en milagros lo anclan a una cultura todavía medieval.

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Finalmente, hemos observado cómo la Historia general de Gómara es heredera de los dis-

cursos que trasladan los estereotipos del pagano iniciados entre los siglos III y VI en Europa

al del Indio durante el siglo XVI, y de esta manera, en principio condenan sus formas de vida,

calificándolas como salvajes, sodomitas o herejes, para después legitimar ciertas prácticas co-

mo la destrucción cultural y religiosa del Otro: el Indio se sitúa en este discurso, por

momentos, como un campo de batalla entre Dios y el demonio.

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BIBLIOGRAFÍA

Valcárcel Martinez, Simón

1989 Una aproximación a Francisco López de Gómara. España: Universidad de


Salamanca. En C.M.H L.B Caravelle n. 53, p-7-24.

Pastor, Marialba

2011 Del “estereotipo del pagano” al “estereotipo del indio”. Los textos cris-tianos en
la interpretación del Nuevo Mundo. Iberoamericana, Nueva época, Año 11, n. 43
(setiembre del 2011) pp. 9-27.

Roa De La Carrera, Cristián

2001 La historia de Indias y los límites del consenso: Gómara en la cultura del
imperio. University of Illinois at Chicago. Colonial Latin American Review, Vol.
10, No. 1.

López de Gómara, Francisco

1979 Historia general de las Indias y vida de Hernán Cortés. Caracas: Ayacucho.

Gurria Lacroix, Jorge

1979 Gómara, vida y obra. Prólogo en Historia general de las Indias y vida de
Hernán Cortés. p. IX-XXI.

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