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2- de las culturas populares a la hibridación: Néstor García Canclini

En Culturas híbridas, García Canclini describe las relaciones entre una

modernización socioeconómica incompleta, la modernidad que ésta ha producido y las

tradiciones que ha tratado de superar. Mientras que la idea ortodoxa de la modernidad

implica la desaparición de tradiciones pre modernas, en América Latina tales tradiciones

persisten a pesar de décadas de modernización. (Felquer, 2008)

Como primer punto de debe entender que el proceso de hibridación de las culturas

populares, es uno de los pasos que se da para la modernidad, poniendo en contraposición el

pensamiento de que si debe dejar a un lado los objetos o símbolos de una cultura arraigada

a las raíces de la cultura popular, así como los símbolos indígenas, los objetos como

vestimenta, la comida y los elementos que nos distinguen de otras regiones , costumbres y

tradiciones; o si por otro lado se debe modernizar el pueblo para que la globalización

ayude a un mejor desarrollo de los elementos culturales.

La noción de “procesos híbridos” a partir de los cuales se constituirían estructuras híbridas

serviría, en este caso, para romper analíticamente con algunos pares conceptuales que le

sirvieron a buena parte de la propia historia del pensamiento latinoamericano como

instrumentos de explicación de los movimientos de modernización en la región,

principalmente dada su característica de déficit de modernidad como, por ejemplo, las

nociones de centro versus periferia; matriz versus colonia; imperialismo versus cultura

nacional; civilización versus barbarie; tradición versus modernidad (Moebus Retondar, 23).

La noción de hibridación pretende, en este caso, ultrapasar las relaciones de oposición

directa entre lo popular, lo culto y lo masivo; lo lúdico y lo racional; lo mítico y lo


tecnológico; en una palabra, entre lo tradicional y lo moderno, volviéndose una noción que,

basada en el principio de la interculturalidad y en la convivencia de temporalidades

transhistóricas, niega la simplificación binaria entre pares de oposición conceptual como

modelo de explicación de la realidad y de la dinámica social a favor de una perspectiva que

reconoce en la fusión entre elementos aparentemente dispares la propia esencia de esa

dinámica (Moebus Retondar, 23. Pag.39)

Lo popular suele asociarse a lo pre moderno y lo subsidiario. En la producción mantendría

formas relativamente propias por la supervivencia de enclaves preindustriales (talleres

artesanales) y de formas de recreación local (músicas regionales, entretenimientos

barriales). En el consumo, los sectores populares estarían siempre al final del proceso,

como destinatarios, espectadores obligados a reproducir el ciclo del capital y la ideología de

los dominadores. (Garcia Caclini, 1990, pág. 191)

La modernidad es vista como una máscara. Un simulacro urdido por las élites y los aparatos

estatales, sobre todo los que se ocupan del arte y la cultura, pero que por lo mismo los

vuelve irepresentativos e inverosímiles. Las oligarquía hecho como que constituían

Estados, pero sólo ordenaron algunas áreas de la sociedad para promover un desarrollo

subordinado e inconsistente; hicieron como que formaban culturas nacionales, y apenas

construyeron culturas de elites dejando fuera a enormes poblaciones indígenas y

campesinas que evidencian su exclusión en mil revueltas y en la migración que "trastorna"

las ciudades. Los populismos hicieron como que incorporaban a esos sectores excluidos,

pero su política distribucionista en la economía y la cultura, sin cambios estructurales, fue

revertida en pocos años o se diluyó en clientelismos demagógicos (Garcia Caclini, 1990).


Hay que preguntarse ahora en qué sentido y con qué fines los sectores populares se

adhieren a la modernidad, la buscan y mezclan con sus tradiciones?. Un primer análisis

consistiria en ver cómo se reestructuran las oposiciones moderno/tradicionales y

culto/popular en los cambios de las artesanías y las fiestas. Por fin, habria que examinar

cómo se reformulan hoy, junto con lo tradicional, otros rasgos que habían sido identificados

de manera fatal con lo popular: su carácter local, su asociación con lo nacional y lo

subalterno (Garcia Caclini, pag. 192)

La transformación de la ciudad y la colonización de la esfera pública por los medios

masivos han disminuido la capacidad movilizadora y por lo tanto la importancia de las

formas tradicionales de organización popular, como los sindicatos y los partidos políticos.

Estas organizaciones dependían de espacios públicos y de “estructuras microsociales de la

urbanidad –el club, el café, la sociedad vecinal, la biblioteca, el comité político–”, donde se

construían identidades populares por medio de interacciones a nivel personal, identidades

que formaban la base de la participación política. Tales instituciones populares de la vida

urbana vinculaban “la vida inmediata con las transformaciones globales que se buscaban en

la sociedad y el Estado” de manera que “la lectura y el deporte, la militancia y la

sociabilidad barrial, se unían en una continuidad utópica con los movimientos políticos

nacionales” (Culturas híbridas 266).

Por lo que al tener un proceso de hibridación se dejaría por abandonada la cultura

popular, ya que la cultura tomaria otro rumbo que nada tiene que ver con sus raíces; es

decir la cultura comenzaría a abandonar rasgos distintivos y comenzaría a tomar nuevos

conceptos que empezarían a llamarse culturales aunque en un trasfondo sea una copia de lo

que décadas atrás se tenia.


5- estudios culturales latinoamericanos y posmodernidad

En la década de 1970 no pasaba gran cosa con los estudios culturales, sumidos en

vida latente en una provincia británica; en los años ochenta su integración con el

posmodernismo catapulto los estudios a los ojos del mundo. Poco importo que la clases

trabajadora que habían descubierto el CCCS resultaran contradictorias con las consignas

posmodernas que hablaban del fin de la historia y anunciaban el agotamiento de las utopías

de emancipación y de los meta relatos sobre el proletariado heroico (Reynoso, 2000)

La nocion de posmodernidad ha sido tan profundamente interrogativa que ha

probado ser no solo permisible, sino necesario, unir el posmodernismo como movimiento

estetido/cultural cuyo ímpetu deriva de la quiebra que representa con el modernismo y la

vanguardia, cuyo impacto radica en su distanciamiento de la linealidad y del progreso

teologico y su vuelco hacia el pastiche, la cita, la parodia y el pluralismo de estilo, con la

posmodernidad como una condición mas general (Reynoso, pag. 123)

Para quienes conocen el tema, no es difícil advertir la situación: cuando se habla

sobre el tema postmodernidad en Latinoamérica, aparecen al menos dos vertientes

fuertemente diferenciadas. Una de ellas, refiere al tratamiento de los "síntomas" de lo

postmoderno, sus manifestaciones culturales: remite principalmente al análisis de las

nuevas sensibilidades, los modos de constitución de las identidades, la licuación de las

tradiciones, los efectos de lo mediático, la aparición de las tribus urbanas y fenómenos de

parecido tenor. La otra, se ubica más bien en el plano de la filosofía a secas, o de la

filosofía política: intenta tipificar en términos teóricos el significado de los nuevos tiempos

históricos, discutiendo cuestiones como la desaparición del sujeto en el sentido cartesiano y


las nuevas oportunidades epocales constituidas desde la subjetividad ligera, a más de los

efectos políticos del apagamiento de la proyectualidad moderna (Follari, 2000).

Como investigadores de la postmodernidad latinoamericana, no nos quedan dudas

de que los estudios culturales han aportado considerablemente al análisis de nuestras

actuales condiciones, tanto en lo cultural como en lo político; y que lo han hecho mucho

más que los trabajos de quienes se sostienen en el amplio espectro que podemos denominar

postcolonial (A. Follari, 2000)

El peso cotidiano de estas "deficiencias" hace que la actitud más frecuente ante los

debates posmodernos sea en América Latina la subestimación irónica. ¿Para qué nos vamos

a andar preocupando por la posmodernidad si en nuestro continente los avances modernos

no han llegado del todo ni a todos? No hemos tenido una industrialización sólida, ni una

tecnificación extendida de la producción agraria, ni un ordenamiento sociopolítico basado

en la racionalidad formal y material que, según leemos de Kant a Weber, se habría

convertido en el sentido común de Occidente, el modelo de espacio público donde los

ciudadanos convivirían democráticamente y participarían en la evolución social. Ni el

progresismo evolucionista, ni el racionalismo democrático han sido entre nosotros causas

populares (Garcia Caclini, pag. 20)

Según García Canclini (1990) concebimos la posmodernidad no como una etapa o

tendencia que remplazaría el mundo moderno, sino como una manera de problematizar los

vínculos equívocos que éste armó con las tradiciones que quiso excluir o superar para

constituirse. La relativización posmoderna de todo fundamentalismo o evolucionismo

facilita revisar la separación entre lo culto, lo popular y lo masivo sobre la que aún simula
asentarse la modernidad, elaborar un pensamiento más abierto para abarcar las

interacciones e integraciones entre los niveles, géneros y formas de la sensibilidad

colectiva.

Para poder pensar en la pos modernidad dentro de los países latinoamericanos, es

necesario también tener claro que a pesar de que la modernidad ya ha llegado a su auge, no

ha sido tan relevante en América Latina, los estudios sobre la cultura en América Latina

nos demuestran que somos países que no se han desarrollado en gran medida, porque los

estudios culturales no han tenido mayor rendimiento como lo tuvo en Europa, debido a eso

dentro de la posmodernidad no podemos tener mayores estudios que nos demuestren una

medida exacta del desarrollo.


Trabajos citados
A. Follari, R. (2000). estudios sobre postmodernidad y estudios culturales: a

sinonimos. Revista Latina de comunicacion social (35).

Felquer, M. (10 de Marzo de 2008). Comunicacion y cultura. Recuperado el 23 de

Octubre de 2018, de http://comunicacionlasalle.blogspot.com/2008/03/hibridacin-

cultural.html

Follari, R. A. (2000). Estudios sobre postmodernidad y estudios culturales: a

¿sinonimos? Revista Latina de comunicacion social (35).

Garcia Caclini, N. (1990). Culturas hibridas. Mexico D.F.: Grijalbo.

Moebus Retondar, A. (23). Hibridismo Cultural: ¿clave analitica para la

comprension de la modernizacion Latinoamericana?. La perspectiva de Nestor Garcia

Canclini. Sociologica (67), 33-49.

Reynoso, C. (2000). Apogeo y decadencia de los estudios culturales. Barcelona,

España: Gedisa.
Introducción tema 2-

Podemos ver como Garcia Canclini define la hibridación en las culturas, en este caso en la

cultura popular, la cual por mucho tiempo se ha tomado como la cultura que hace ver los

elementos que la representan como aquellos que han venido desde un comienzo de la

sociedad, lo que se denomina la esencia de los pueblos, pero que debido a la hibridación ha

venido perdiendo su valor y se ha convertido en elementos comunes dentro de la sociedad,

los cuales vienen adquiriendo rasgos modernistas

- Conclusión

La hibridación ha venido a afectar podríamos decir que hasta cierto punto ha

incurrido en lo que es las raíces de los pueblos, ya que la hibridación hace que la

modernidad venga a opacar las culturas propias de los pueblos, debido a eso las

culturas populares han venido desapareciendo y perdiendo su valor, la hibridación

de las culturas no es tan bien vista por los estudiosos de cultura, ya que todo

elemento cultural pierde su aura.

Introducción tema 5
Los estudios latinoamericanos no han tenido un auge mayor ni parecido a los

estudios ingleses o Estado Unidenses, debido a eso no se puede hablar tan

abiertamente de los estudios que se hacen en Latinoamérica. Por eso mismo el

posmodernismo ha venido a afectar el área de los estudios culturales y más aun los

estudios culturales latinoamericanos, y que los elementos posmodernos dejan a un

lado los elementos culturales.

Conclusión

Podemos decir que la posmodernidad en América latina ha afectado a los estudios

culturales de América Latina, debido a que se crean nuevas perspectivas de la vida, tanto de

la vida cotidiana, la manera de relación de los pueblos y las políticas. Debido a eso los

estudios culturales se debilitaron ya que las ideas de la sociedad están en razón de creación

de nuevas estrategias no que realcen lo cultural, sino en la creación de planes y estrategias

que los haga crecer en economía.

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