De acuerdo a los diferentes conceptos de resiliencia, podemos inferir que esta ha estado

presente en el ser humano desde siempre, pues, si nos remitimos a la historia y a los procesos de

superación de crisis, el ser humano ha estado sometido a hechos violentos, ha vivido en la

esclavitud y una larga lista de sucesos, unos provocados por la sociedad, otros de origen natural,

pero siempre a través de los siglos, el ser humano ha superado periodos de infortunios de una u

otra forma, esto se debe más al don natural de la supervivencia que a la capacidad que tiene la

sociedad para formar seres humanos resilientes, pues si tenemos en cuenta esta capacidad de la

sociedad, podemos analizar al ser humano por nacionalidades y podemos concluir que todas las

personas independientemente de la sociedad que los envuelve, tienden a superarse y a salir de las

situaciones que generan estrés.

Lo anterior, representa una disyuntiva con el texto citado para la presente producción

textual, por lo que, en el desarrollo de las siguientes páginas, se presentara una contrapropuesta al

tema de la resiliencia como perspectiva de desarrollo humano.

El ser humano, tiende por naturaleza a salir de las situaciones que representan un riesgo o

una amenaza para nuestro equilibrio ya sea físico o emocional (sea cual sea el referente de

equilibrio que tenga cada lector). Si tenemos en cuenta las diferentes definiciones de resiliencia,

podemos entonces, reconocer este término como una capacidad inherente no solo al ser humano,

sino también a todas las formas de vida, desde la más primitiva hasta la más compleja, contrario a

la creencia de que se trata de una condición que se da en unas personas o clases sociales de

acuerdo a sus capacidades y factores culturales como la educación y el entorno donde esta

educación es brindada, pues en su concepción más amplia, dicho término comprende la capacidad

de superar los problemas que representan un peligro para la existencia. En formas de vida menos

complejas, estos peligros pueden verse representados aquellos factores que impidan la

Diana Moreno Machado, Código 20251429796

conservación de la especie como comida, reproducción y otros elementos de procedencia

biológica; ahora que, si hablamos del ser humano, debemos tener en cuenta que este a diferencia

de otras formas de vida, tiene plena conciencia de su ser y por ello, también verá afectada su

existencia si el problema que se le presenta pone en riesgo su psiquis, y esto representa una gran

diferencia en cuanto a otras especies vivas.

Sabemos que el ser humano se conforma en la sociedad y este es un factor muy

importante para el pleno desarrollo del ser, pues su calidad de vida depende en gran medida de la

interacción entre ambos (sociedad-sujeto), pero, aunque la sociedad circundante y la educación

brindada por esta define la postura con la que se asume el estrés, no podemos inferir que la

deficiente calidad de educación y cultura sean las responsables de preparar personas menos

resilientes que otras que si tienen oportunidades sociales y económicas, pues cada periodo de

crisis a la que el ser humano se enfrenta, lo lleva de una u otra forma a trascender y a superarse

como individuo de acuerdo a las condiciones en las que se encontraba antes de este periodo.

Visto de esta forma, podemos ver como la resiliencia como una capacidad inherente no

sólo al ser humano sino al ser vivo, y que, aunque la sociedad es imprescindible en el proceso de

construcción del ser humano, no es un antecedente para formar sujetos resilientes, pues estos se

forman instintivamente ante un mecanismo de defensa y conservación de la especie por selección

natural.

Así, desde el punto de vista de quien escribe, la resiliencia se deriva más de los conceptos

biológicos y fisiológicos que de lo social y educativo, aunque estos últimos no están del todo

relegados de la acepción del término.

Diana Moreno Machado, Código 20251429796