Cómo Oír A Dios Hablar

CÓMO OÍR A DIOS HABLAR
Aprendiendo a Oír la Voz de Dios - parte 1 de 4

Aprendiendo a Oír la Voz de Dios - Parte 1 de 4
Lucas 8:4-15
Rick Warren
Lucas 8:4-15
"Jesús dijo...."El que tiene oídos para oír, oiga" (v. 8b)
* El Sembrador - Dios
* La Semilla - Su Palabra
* El Suelo - Mi Mente
Cómo Oír A Dios Hablar
I. CULTIVA _____________________________________________
"…una parte de la semilla cayó junto al camino: Fue hollada, y las aves del cielo
se la comieron." (v. 5)
"Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su
corazón la palabra, para que no crean y se salven." v. 12
El camino endurecido - ______________________________.
3 Causas
"... despójense de toda inmundicia y de la maldad que tanto abunda, para que
puedan recibir con humildad la Palabra sembrada en ustedes, la cual tiene poder
para salvarles la vida." Santiago 1:21
II. PERMITE QUE _____________________________________________
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"Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad." v. 6
(LB)
"Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo;
pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se
apartan." (v. 13)
El suelo poco profundo --
III. ELIMINA _____________________________________________
"Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella la
ahogaron." v.7.
"La semilla que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose, son
ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto."
v. 14
El suelo con cizaña -
3 tipos de cizaña
IV. COOPERA _____________________________________________
"Mas la semilla que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón bueno y
recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia. " v. 15
"No se contenten sólo con escuchar la palabra, pues así se engañan ustedes
mismos. Llévenla a la práctica." Santiago 1:22


Lucas 8:4-15
Rick Warren
Una de las declaraciones más comunes del Cristianismo es que Dios le habla a la
gente. A través de toda la Biblia usted puede ver la frase, "Y Dios dijo..."
Inmediatamente se tiene la idea de que Dios en realidad le habla a la gente. Dios
quiere tener una relación con usted. El quiere tener una relación personal con usted y
no hay relación sin comunicación. Dios ha escogido hablarnos.
El problema con la comunicación es que generalmente es malentendida. Cuando mi

esposa me dice algo, yo generalmente, a) no escucho, y b) malentiendo. ¡Estoy seguro
que soy el único hombre que alguna vez se ha sentido así! Caballeros, hay dos cosas
que ustedes necesitan saber acerca de las mujeres… ¡y nadie conoce cuáles son! Si
he tenido tantas dificultades para comunicarme claramente con mi esposa con quien he
compartido mi vida entera y a quien amo y conozco, ¿cómo no debe esperar usted
tener problemas de comunicación con Dios? Hay problemas de comunicación con
Dios.
Francamente, soy bastante escéptico cuando oigo gente diciendo que tiene un mensaje
claro de parte de Dios. Un montón de estupideces han sido hechas por gente que
asegura que Dios le ha hablado. Soy muy escéptico cuando la gente me dice, "Dios me
dijo esto..." Siempre tienen un mensaje claro. Algunos creen que los pastores siempre
entienden exactamente lo que Dios quiere que hagamos. Eso no es cierto. Estoy
generalmente tan confundido como cualquier otro acerca de lo que Dios está diciendo,
acerca de lo que está tratando de decir. Algunos de ustedes piensan que tengo un
pequeño teléfono rojo en mi biblioteca con el que me comunico con Dios, algo así como
un Dios-fono. Dios me dice lo que debo decirles por la vía telefónica. La verdad es
que Dios no me envía e-mails. Él no me envía telegramas. No tengo un fax de Dios.
Algunas veces estoy tan en la oscuridad como ustedes cuando se trata de escuchar la
voz de Dios.
Por otro lado, hay veces en mi vida en las que Dios me habla y no tengo dudas de lo
que me está diciendo. Exactamente como cuando mi esposa me llama por teléfono, no
pregunto quién es - conozco su voz. Hay veces en las que Dios me habla en las que sé
exactamente quien es, quien está tratando de poner esa idea en mi mente. Conozco de
donde viene esa impresión.
¿Cuál es la diferencia? La diferencia es actitud.
Esta mañana estamos comenzando una nueva serie a la que llamo “Aprendiendo a Oir
la Voz de Dios” Nada es más importante para usted que entender que Dios quiere
hablarle y que usted puede escucharle si tan sólo está en sintonía. Jesús una vez dijo
en Lucas 8:8, "¡El que tiene oídos para oír, oiga!" ¡Encienda sus oídos! Tiene que estar
en sintonía si quiere oír a Dios hablar.

Algunos teléfonos inalámbricos tienen varios canales. Si usted recibe una llamada por
un teléfono inalámbrico y no escucha claramente es porque existe mucha interferencia
y ruido, usted tendrá que cambiar de canal hasta llegar al correcto, entonces
repentinamente el mensaje llegará con nitidez. Muchas veces, Dios le ha hablado, pero
usted no ha recibido claramente el mensaje por no estar en el canal correcto. Ahora
mismo esta habitación está llena con ondas de radio, pero usted no las escucha porque
no está en sintonía. Están incluso pasando a través de su cuerpo. Hay ondas de
televisión en el aire en este preciso momento. Usted ni siquiera las ve. Si usted tuviera
un receptor correctamente sintonizado usted podría ver una película. Ahora mismo,
Dios está hablando a muchos de ustedes. Ustedes no lo ven, pero realmente Él lo está
haciendo. Pero su recepción es un poco confusa.
Jesús contó una historia en Lucas 8, una parábola, en la que lo dice. Déjenme
explicarle que todo se trata de actitud mental. Hay cuatro clases de actitudes, y de la
que usted elija depende si recibe o no claramente el mensaje de Dios. Esto es muy
importante. Obviamente, si usted se sintoniza con Dios Él puede dirigirle, puede
salvarle muchas veces de equivocarse, puede consolarle cuando necesita consuelo,
etcétera.
Entonces Él dice: Déjenme contarles una historia. "Un sembrador salió a sembrar su
semilla. Y al sembrar su semilla, ésta cayó en diferentes tipos de suelo. En la
antigüedad en el Oriente Medio no se plantaba una semilla huequito por huequito para
luego cubrirla con tierra. Lo que hacían era más bien una dispersión. El sembrador
cargaba una bolsa a su lado llena con la semilla y, mientras caminaba a través del
campo ya labrado, él sacudía de la bolsa hacia fuera, dispersando la semilla. A esto lo
podemos llamar difusión. Algo de la semilla cae obviamente en suelo bueno y algo de
ella no. Él dice que estos cuatro tipos de suelo representan cuatro tipos de actitud
mental. No son cuatro clases de persona, todos nosotros hemos tenido los cuatro
tipos de actitud. De tiempo en tiempo variamos de una actitud a otra. Estamos a
veces muy abiertos a oír lo que Dios desea decirnos. Y a veces somos muy cerrados.
¿Cómo oigo a Dios hablarme?
1. DEBO CULTIVAR UNA MENTE ABIERTA.
Tengo que desear oír de Dios, ser anhelante, ser receptivo. Tengo que estar listo y
desear oír a Dios. Algunos de ustedes hoy no son creyentes. Son buscadores.
Están investigando acerca de Cristo. Le damos la bienvenida aquí. Estamos alegres
de que estén aquí. Otros de ustedes son nuevos creyentes. Otros han sido creyentes
por muchos años. Pero si les preguntara: ¿Han oído ustedes alguna vez a Dios
hablarles? Hay muchos de ustedes que dirían, "No recuerdo que realmente Dios me
haya hablado alguna vez." No estoy hablando de una voz audible, sino de una
impresión en su mente que usted sabía que venía de Dios.

¿Por qué es eso? Una de las razones posibles es que usted nunca ha estado abierto
a la posibilidad de que suceda. Incluso no sabía quizás que era posible que Dios
deseara hablarle directamente. Usted ha pensado que tal vez Dios no le habla e
incluso no cree probablemente en eso. Cuando tiene una mente cerrada, obviamente,
Dios no va a conseguir comunicarse con usted.
Éste es el primer tipo de suelo. v. 5 "…una parte de la semilla cayó junto al camino:
Fue hollada, y las aves del cielo se la comieron." [v. 12] "Y los de junto al camino son
los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no
crean y se salven."
En cada granja, en cada campo hay una senda para peatones que camina el
sembrador cuando siembra la semilla sobre la tierra labrada. Hay dos características
de una senda para peatones. 1) Se endurece debido al tráfico constante de la gente
que camina. 2) Se compacta y no es fértil ni está labrado como el campo. Es duro.
La otra cosa que hay que saber acerca de uno de estos caminos es que es estrecho.
¿Conoce usted a alguien así? Tienen mentes cerradas y estrechas además de

corazones endurecidos. No están incluso abiertos a la posibilidad de que Dios pueda
hablarles. Consecuentemente, Jesús dice que el sembrador siembra la semilla pero
que ésta no puede penetrar porque el suelo es duro y compactado. No puede
moverse, no puede brotar, sólo descansa en la superficie hasta que los pájaros se la
comen. Nunca consigue una oportunidad.
Muchas veces esto es así en nosotros. Dios desea hablarnos, pero no le damos
ocasión porque nuestras mentes están cerradas, nuestros corazones están
endurecidos, hemos predispuesto nuestra mente, no estamos dispuestos a escuchar,
hemos decidido ya lo que vamos a hacer, así que no deseamos oír de Dios. Hemos
decidido ya lo que vamos a hacer en cada situación sin consultarle.
¿Qué nos hace tener una mente cerrada?
1. Orgullo. El orgullo nos hace tener una mente cerrada. Cuando pienso, "no
necesito a Dios. No necesito oír de Dios. Puedo tomar esta decisión de negocios por
mí mismo. No necesito a Dios. Sé qué decir a mis niños....No necesito a Dios. Sé
cómo manejar esta cita.... No necesito a Dios. Puedo salir bien en este examen sin
pedírselo a Dios." Siempre que usted intente algo sin orar, usted está básicamente
diciendo, "no necesito a Dios en esto. Puedo manejarlo por mí mismo. Puedo
resolverlo. Puedo solucionarlo. Puedo manejar este lío. Puedo corregir este error.
Puedo resolver este conflicto. No necesito a Dios." Eso se llama orgullo. Cuando
estoy lleno de orgullo, cierro mi mente a Dios y Él no puede entrar y decirme algo
porque pienso que lo tengo todo calculado. Entonces no oro, no le pido a Dios.
2. Miedo. Estamos a veces asustados de lo que Dios pueda decirnos. ¿Qué pasa si
oro o abro mi mente a Dios y me pide hacer algo que yo no deseo hacer? Él puede
decirme algo duro. Puede ser que me pida hacer algo impopular. Puede ser que me

pida hacer algo que pienso que no puedo hacer o que no deseo hacer. Entonces
estoy asustado. Si dejo a Dios hablarme, puede ser que me convierta en fanático
religioso. ¡Me convertiré en una de esos locos de la televisión con un extraño corte de
cabello! O tendré que vestir turbante y túnica. Y decir todo tipo de excentricidades.
Tal vez Dios me convierta en una especie de chiflado religioso. Estoy asustado.
Estoy asustado porque perderé mi libertad. Estoy asustado porque perderé mi
diversión. Estoy asustado porque dejaré mi realización. No gracias, Dios. Entonces
cierro mi mente. Algunos cierran su mente a Dios simplemente por miedo.
3. Amargura. En la medida en hemos sido lastimados y nos aferramos a esas

memorias que nos hacen daño, cerramos nuestras mentes a Dios. Comenzamos a
decir cosas como "¿Dios, porqué lo permitiste? ¿Por qué me sucede esto? Si tú eres
un Dios tan amoroso y tan poderoso, ¿Por qué dejaste que esto pasara?" Usted va a
estar lastimado en la vida. Usted tendrá dolor en la vida. Éste no es el cielo, es la
tierra. Dios nos ha dado libertad de escoger y por eso la gente es libre de hacer cosas
incorrectas, y el resultado es que gente inocente sufre. No todo lo que sucede en este
mundo es voluntad de Dios. Él nos ha dado libertad para elegir. Entonces la gente es
herida. Usted tendrá aflicción en esta vida. Lo que usted haga en medio de esa
aflicción determinará si usted se convierte en una mejor persona o en una persona
amargada. Una vida amargada es una vida perdida. Cuando nos amargamos y
cuando nos aferramos a las heridas, el dolor solamente se prolonga. Lo que tendemos
a hacer es…"me lastimaron así que voy a encerrarme, levanto paredes, me encierro en
mi cáscara, y no dejo que nadie se me acerque. Ni siquiera Dios, porque Dios dejó
que sucediera" Comenzamos a culpar a Dios por cosas que la gente nos hizo.
Consecuentemente, cerramos nuestra mente. La gente que ha estado lastimada
profundamente a menudo tiene un tiempo duro abriendo sus mentes y corazones a
Dios. Ellos han guardado dentro tanto dolor que su herida se agravó.
Obviamente que en una muchedumbre de este tamaño, algunos de ustedes han sido
lastimados profundamente en el pasado. Algunos de ustedes han perdido un ser
querido, tal vez recientemente, quizás un niño, adolescente. Usted todavía siente ese
dolor. Algunos de ustedes fueron abusados o molestados cuando niños. Usted pudo
incluso haber sido violado. Algunos de ustedes fueron abusados verbalmente,
abusados físicamente, abusados emocionalmente. Algunos de ustedes han conocido
la traición de un esposo infiel y todavía están heridos. Algunos de ustedes incluso han
sido lastimados por personas que dicen ser cristianos. O usted en alguna situación de
la iglesia gente supuestamente Cristiana no actuaba precisamente a la manera de
Jesús. Eso le lastimó y usted se sintió irritado en una vivencia de la iglesia. La
tendencia es decir, si eso es el Cristianismo, ¡No gracias, Dios! Culpamos a Dios por
lo que nos hace la gente.
Si usted ha estado lastimado profundamente, déjeme decirle dos cosas: Uno, estoy
apesadumbrado por su dolor. Lo digo sinceramente. Lamento su sufrimiento. Dios
sufre con usted. Él llora con usted. Él entiende el dolor que usted ha atravesado. En
un acto fúnebre, una mujer dijo, "¿dónde estaba Dios cuando mi hijo murió?" Pensé,
"En el mismo lugar en el que Él estaba cuando su propio Hijo murió. En la cruz." Dios
no ha prometido eximirnos del dolor. Estoy triste por su dolor. Dios sufre con usted.

Dos, deseo decirle, que cuando usted esté adolorido y lastimado, no huya de Dios.
Corra hacia Dios. Él es quien puede ayudarle. Él es quien puede confortarle. Él es
quien puede cuidarle. Él es quien puede hacer la diferencia. Él es quién puede sanar
sus emociones, su cuerpo y su pasado. Nadie puede hacer eso. Cuando acude a
Dios con su dolor, usted está buscando a la única persona que puede sanarlo. No lo
haga. No huya de Dios. Búsquelo en los momentos de crisis. Entregue a Él su carga
en vez de mantenerla dentro. Déjesela. Nunca permita que otro ser humano o
experiencia bloquee su relación con Dios. Eso es un error. Incluso si alguien que dice
ser cristiano le ha lastimado. Usted también puede ser herido por ellos. Entregue
esas heridas a Dios. No apague su relación con Dios porque alguien le hizo algo.
Déjeselo a Dios. No cierre su corazón ni su mente. La tragedia de ese camino tan
endurecido es que es infértil. Nada puede crecer allí. Es estéril. Una vida amargada
es una vida perdida. Solamente prolonga el dolor. Jesús dice que las aves vienen y
se comen la semilla. ¡Esa clase de vida es para las aves!
En lugar de eso, veamos lo que dice en Santiago 1:21 "... despójense de toda
inmundicia y de la maldad que tanto abunda, para que puedan recibir con humildad
(ponga un círculo en recibir) la Palabra sembrada en ustedes, la cual tiene poder para
salvarles la vida." Deje a Dios amarle, deje caer sus defensas y abra su mente.
El primer paso lograr oír a Dios hablar es cultivar una mente abierta.
2. DEBO DEDICAR TIEMPO A ESCUCHAR
Tengo que dedicar tiempo para oírlo. Tengo que bajar la velocidad, guardar silencio,
guardar tiempo de mi agenda diaria. Programamos todo en la vida -- vacaciones, citas
con el dentista y personales, las tareas del hogar y todo lo demás. ¿Usted aparta un
tiempo para Dios en su agenda? O apenas le da a Él las sobras de su tiempo. La
segunda razón por la que muchas personas nunca oyen a Dios hablar es porque
siempre andamos demasiado apurados. Los norteamericanos, por ejemplo, siempre
tienen prisa. Son semejantes como sociedad a una carrera de ratas,.siempre tienen
prisa. La revista Americans Demographics publicó que los jugos se venden ahora más
en garrafas que congelados y concentrados porque los norteamericanos no quieren
perder su tiempo descongelando nada. Incluso el servicio nocturno de Federal
Express ya no es lo bastante rápido. Los genios del ciberespacio y la computación lo
llaman "correo de caracoles" porque va demasiado lento. Usted puede usar un teclado
para escribir algo y en una milésima de segundo es enviado donde usted quiera.
Tenemos siempre prisa. Esto no es nada nuevo. De Toqueville, un filósofo francés
dijo hace 150 años, los norteamericanos tienen siempre prisa.
Cuando vivimos un estilo de vida apresurado, Dios pasa a ser subestimado y lo

mantenemos apartado tras una cubierta. Apenas le damos el sobrante de nuestro
tiempo. Deseamos oír a Dios hablar, sí, pero le decimos, "Dios, tengo prisa,
¡Hablemos rápido! ¡Tengo solamente un minuto!" Mientras estoy a la puerta de mi

nuevo proyecto o asignación o trabajo le digo "OK Dios, háblame, ¡pero rapidito"
Como consecuencia, perdemos lo que Dios desea decirnos.
v. 6 "Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad." v.
13 "Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo;
pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se
apartan."
Así como el camino endurecido representa una mente cerrada, el poco profundo
representa una mente superficial. Sin profundidad. Cuando Jesús habla de suelo
rocoso, no está hablando de un suelo con muchas rocas acumuladas. El Oriente
Medio y particularmente Israel, está conformado sobre un lecho rocoso de piedra caliza
con cerca de 3 a 4 pulgadas de tierra vegetal encima. Significa que las plantas sólo
pueden crecer 2 ó 3 pulgadas hacia abajo. Tan pronto como viene el verano y se
enciende el calor, las plantas se marchitan. Mueren porque no tienen raíces, porque
hay una roca debajo de ellas que no les permite desarrollar raíces profundas.
Jesús dice que esto representa al oyente superficial, que oye la Palabra de Dios. Ésta
retoña en él y le causa una emoción temporal, que no dura. Cuando el calor está
encendido y cuando lleguen los problemas, ellos se marchitarán y caerán. Asimismo
hacemos esto: Oímos a veces a Dios y nos emocionamos por ello, nos movemos
superficialmente y reaccionamos impulsivamente. Pero nunca le damos tiempo de
llegar adentro en nuestros cuerpos, ni en nuestras mentes. No puedo decirles cuánta
gente me ha dicho: "¡Ese mensaje me motivó mucho. Realmente me tocó. Estuve a
punto de llorar!" Pero un mes más adelante todavía no hay cambio perceptible ni
diferencia en el comportamiento de sus vidas. Todavía viven de la misma manera. Se
emocionaron con el mensaje pero no hicieron nada por llevarlo a la práctica. Como
resultado son poco profundos, superficiales. No tienen raíces. Cuando el calor está
encendido, no continúan.
¿Por qué no cambiamos? La fuerza aérea de Estados Unidos hizo un estudio y

encontró que olvidamos entre 90-95% de todo que oímos en el plazo de 72 horas. ¡Si
desea una estadística que presione a su pastor, ésta es! Trabajamos para producir
estas magníficas obras maestras de sermones, sabiendo que para el miércoles, usted
se habrá olvidado ya de todo lo que hemos dicho el domingo, excepto quizá en un 5%.
¡No recuerdo lo que prediqué la semana pasada! Por eso hacemos un borrador,
escribimos y luego lo revisamos. El lápiz más corto es más largo que la memoria más
larga. Si usted no lo anota, usted va a olvidarlo del todo. Si usted se olvida de él, no
puede llevarlo a la práctica.
Éste es un problema que todos nosotros tenemos, incluso los pastores. Fui a una
conferencia y oí un mensaje. Dios me habló, "necesitas trabajar en esta área de tu
vida." Pensé, "tienes razón Señor. Realmente necesito trabajar en esta área de mi
vida." Estaba motivado y con ganas de trabajar en ello. Pero de alguna manera se
me traspapelaron las notas que había tomado y esta semana las encontré. Cuando

las saqué, observé que en los dos meses transcurridos desde la conferencia no había
hecho nada. Me había olvidado ya de lo que me había motivado recientemente.
Pregunté en un servicio anterior: "¿cuántos de ustedes dirían que aceptan y creen los
diez mandamientos?" Todos levantaron sus manos. Entonces pregunté: "¿Quién de
ustedes quiere subir acá y citarlos?" Llegué a la conclusión que la mayoría de ustedes
no podría siquiera nombrar los diez. ¿Cómo puede usted decir usted que basa su vida
en los diez mandamientos si no puede ni nombrar los diez? Si usted no retiene ni
repasa lo que Dios le dice, usted sólo estará engañándose a sí mismo. ¿Cómo es que
la gente puede venir a la iglesia año tras año y nunca ser realmente transformada?
Porque lo que oye entra por un oído y sale por el otro.
El verso dice que la segunda clase de la persona -- v. 13 -- "Los de sobre la piedra son
los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo (póngalo en un círculo); pero éstos
no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan." Es
decir no la conservan. Jesús quiere decir aquí que usted puede ser motivado sin ser
transformado. Usted debe escribir en un diario, o en una libreta las notas del sermón,
cuando usted está en un estudio Bíblico, debería tomar notas. Luego usted debería
regularmente repasar esas anotaciones de tal manera que no tenga que aprender la
misma lección vez tras vez.
Algunos de ustedes dicen, "he sido un cristiano por 27 años…" No, usted ha sido un
creyente por 27 años pero no ha tenido 27 años de experiencia. Ha tenido un año de
experiencia, repetido 27 veces. Usted tiene que reaprender porque no retiene. Tiene
que tomar tiempo para profundizar. Usted necesita programar tiempo cada día para
sentarse con su Biblia y leído, pensar en su vida, repasar algunas de las lecciones
aprendidas, tomar apuntes y crecer al repasar.
He pastoreado en esta iglesia por dieciséis años y he visto a mucha gente comenzar en
grande. Cuando se hacen creyentes se motivan, se entusiasman y se llenan de
alegría. Todavía hoy se pueden ver dondequiera. Tenían entusiasmo pero eso no es
suficiente para llevar la vida Cristiana. Requiere compromiso. Requiere compromiso
decir: "Voy a sentarme a repasar regularmente lo que me están enseñando." ¿Por qué
Dios va a enseñarme nuevas cosas si no he puesto en práctica las que me enseñó la
semana pasada? ¿o ayer? ¿o anoche? ¿Por qué la gente no echa raíces? Porque
no dedican tiempo. ¿Cómo echar raíces? Dedique tiempo a escuchar. Diga: Dios,
voy a oírte 10 minutos, 15 minutos, 20 minutos cada día. No es la cantidad de tiempo.
Sólo comience a tener tiempo diariamente a solas con Dios y luego diga: "OK Dios,
¿qué sigue? ¿Cuál es el siguiente paso en mi carrera? ¿Cuál es el siguiente paso en
mi matrimonio? ¿Cuál es el siguiente paso en mi familia? … " Dios no puede hablar
con usted a menos que usted baje la velocidad.
Cultive una mente abierta y dedique tiempo a escuchar.
3. DEBO ELIMINAR LAS DISTRACCIONES

Muchas veces fallamos en oír a Dios porque nuestras mentes están congestionadas
con otros pensamientos. Nuestras mentes se llenan de asuntos de la vida diaria, de
preocupaciones, planes, metas, ambiciones, cuentas, y de toda clase de cosas.
Cuando nuestra mente está llena por completo y siempre pensando y nunca damos a
Dios una oportunidad en silencio para que nos hable, Él no puede involucrarse en
nuestra vida.
Muchos de ustedes hicieron lo que yo hice este último Día de las Madres. Usted toma
el teléfono y marca el número de su mamá para decirle "feliz Día de las Madres" y
cuando lo hace recibe el mismo pequeño mensaje, "Lo siento, pero todas las líneas
están ocupadas." Todos en el país están llamando a su madre.
Muchas veces Dios ha querido hablar con usted y recibe el tono de "línea ocupada".
Muchas veces Dios desea hablarle pero su teléfono está descolgado y usted no tiene el
servicio de Llamada en Espera para Dios". Usted debe reservar tiempo. Cuando
usted está demasiado ocupado -- y hay muchas cosas que son buenas pero pueden
distraerle -- usted está demasiado ocupado para escuchar a Dios.
v.7. Jesús dice: "Otra parte cayó entre espinos (cizaña), y los espinos que nacieron
juntamente con ella la ahogaron." v. 14 "La semilla que cayó entre espinos, éstos son
los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres
de la vida, y no llevan fruto."
El suelo con malas hierbas, esta tercera clase de suelo en el que el sembrador lanza la
semilla, representa una mente preocupada. Estamos distraídos. La semilla germina y
crece pero es estrangulada por las malas hierbas antes de que pueda llevar fruto.
¿Por qué tanta gente vive vidas improductivas? Hablo con gente de 30, 40, 50 e
incluso de 60 años que dicen, "no sé que se supone que debo hacer con mi vida." Eso
me dice una cosa: Usted no está pasando tiempo suficiente con Dios. Dios no tiene
la intención de que usted malgaste su vida. Si usted pasara tanto tiempo hablando
con Dios como el que pasa preocupándose, usted tendría mucho menos de que
preocuparse. Dios no está jugando con usted. Él tiene un plan y un propósito para
cada vida. Pero usted no va a conocerlos viendo telenovelas ni escuchando la radio.
Usted tiene que pasar tiempo con Dios. Estamos distraídos y permitimos que
cualquier cosa desplace a Dios fuera de nuestras vidas. Tenía un cartel en mi oficina
que decía, "guárdese de la infructuosidad de una vida ocupada." Nunca confunda
actividad con productividad. Hay muchos de ustedes que están ocupados a toda hora.
Pero usted está caminando en círculos, eso es lo que usted está haciendo. No hay
enfoque en su vida. No hay rima o razón o propósito general. Usted no ha
descubierto porqué Dios le puso aquí. ¿Por qué? Porque usted no está hablando con
Él ni deja que Él le hable. Usted tiene que eliminar las distracciones.
Jesús dice que las distracciones son semejantes a las malas hierbas. Él nos da tres
ejemplos. Primero, las preocupaciones pueden distraerle de escuchar a Dios. Usted
no puede orar y preocuparse al mismo tiempo. Las preocupaciones son los problemas

y las presiones de la vida diaria. La palabra griega para preocupación es una que
significa ser jalado a la vez desde varias direcciones. ¿Alguna vez se ha sentido así?
Jalado desde diferentes direcciones. Ésa es la definición de la Biblia de la
preocupación. Cuando usted se preocupa no puede oír lo que Dios desea decirle.
Usted está preocupado, distraído.
Las riquezas pueden ser mala hierba en su vida. Podemos estar muy ocupados
haciendo dinero y no tener tiempo para Dios. Muy ocupados haciendo una vida, que
en realidad no vivimos. Realmente no gozamos de la vida. Apenas nos levantamos
por la mañana y vamos a trabajar. Trabajamos duro para pagar las deudas, ponernos
al día, ajustar cuentas y perseverar en esta carrera; y nos tiramos en la cama en la
noche, nos levantamos a la siguiente mañana a hacer la misma cosa. Dios queda
desplazado. Dios apenas logra nuestros sobrantes. Por el deseo de hacer dinero
usted puede olvidarse de Dios.
Otra mala hierba pueden ser los placeres. No hay nada de malo con los placeres.
¿Quién cree usted que le dio la capacidad de gozar los placeres? Dios lo hizo. Dios
pensó en la diversión del mundo. Dios le dio los sentidos y las capacidades para que
usted pueda gozar de los placeres. Dios quiere que usted disfrute. Pero Jesús dice
que usted puede estar tan ocupado divirtiéndose que se olvida de Dios. Cuando la
recreación substituye la adoración -- "¡viene la sequía! Creo que no iré a la iglesia este
fin de semana. Pararé ese estudio Bíblico.... Estamos de vacaciones así que no
tendré un tiempo de silencio." ¿De quién está usted tomándose las vacaciones? ¿De
Dios? Usted puede estar muy ocupado divirtiéndose (y Dios quiere que usted se
divierta) pero cuando la diversión se convierte en lo número uno de su vida, piense ¿A
quién está dejando fuera de su vida?
Hay muchas diversas clases de malas hierbas. Usted puede hacer su propia lista de
las cosas que tienden a separarle de Dios. Podría ser una relación, una
responsabilidad, cualquier cosa. Una mala hierba es cualquier cosa que me distrae de
tener tiempo para estar con Dios. Para sentarme, estar tranquilo, orar y decir, "Dios,
¿hay algo que quieras decirme hoy?" Algunos días Él quiere y algunos días no. Pero
usted tiene que tener la línea lista, de tal manera que Él pueda hablar con usted.
Una pregunta muy teológica: ¿Cuánto le cuesta a las malas hierbas crecer? No les
cuesta esfuerzo alguno. En mi patio trasero, donde siembro algunas cosas, estoy
comenzando una granja de malas hierbas y estoy viendo cuántos tipos de cizaña
pueden crecer. La diferencia entre una planta y una mala hierba -- una flor es algo que
usted cultiva, fertiliza, poda, riega y no crece. A una mala hierba usted no le hace nada
y crece instantáneamente a niveles impresionantes. Ésa es la diferencia. Usted no
tiene que regar las malas hierbas. ¡Simplemente crecen! Las malas hierbas son una
muestra de negligencia. Cuando comienzo a descuidar mi tiempo diario con Dios,
cuando comienzo a descuidar mi grupo pequeño, cuando comienzo a dejar de reunirme
con otros Cristianos en adoración, y en los estudios Bíblicos -- cualquiera de esas
cosas -- las malas hierbas van a crecer en mi vida y la Biblia dice que van a estrangular
mi vida espiritual. Voy a perder mi alegría, mi paz, mi propósito, mi sentido de la

serenidad, mi capacidad para manejar el estrés, etc. Las malas hierbas estrangularán
su vida espiritual. Y aparecen sólo por descuidar su tiempo diario con Dios.
4. DEBO COOPERAR CON LO QUE ÉL DICE
Dios habla con la gente que decide por adelantado que va a hacer lo que Él le dice
hacer cuando él se los dice. La mayoría de nosotros quisieran que Dios hablara con
nosotros y entonces decidiremos si vamos a hacerlo o no y Dios dice, "no, no. No
juguemos ese juego." Dios habla con la gente que va a hacer lo que él le dice hacer
una vez que se lo diga.
Sé de una iglesia que tenía un coro especial "¡Sí, Señor, Sí! "Ésa era básicamente la
canción entera. Cuando la terminaban, el director se volteaba y decía, "OK, Dios, ya
oíste nuestra actitud. Ahora dinos qué hacer."
Eso es lo que quiere Dios que usted haga. Si usted quiere que Dios le hable, necesita
decir, "OK Dios, voy a hacer lo que me pidas hacer lo entienda o no, tenga sentido o
no, me guste o no, porque sé que es algo bueno y sé que Tú conoces lo que me hará
feliz más que yo." Es una cuestión de confianza.
El cuarto suelo representa un corazón dispuesto. Dispuesto a hacer lo que Dios pide
hacer, antes de que Él incluso le diga. v. 15 "Mas la semilla que cayó en buena tierra,
éstos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con
perseverancia". Haga un círculo en "retienen". Ellos no solamente oyen la Palabra
de Dios sino que además la retienen. La escriben, la escuchan, piensan en ella y la
repasan. El resultado es una vida productiva.
¿Quiere hacer que su vida tenga importancia? ¿Le gustaría tener una vida productiva,
llena de realizaciones y satisfactoria? Entonces haga lo que nos dice Santiago 1:22,
"... no sean solamente oidores de la Palabra, engañándose a ustedes mismos".
Usted se engaña a sí mismo si piensa que está creciendo apenas yendo a la iglesia.
"Haga lo que dice."
Testimonio de Wendy de cómo ella está aprendiendo oír la voz del Dios:
Quisiera compartir con usted cómo estoy aprendiendo a oír a Dios hablarme.
Debemos tener la actitud correcta para oír a Dios. Tenemos que cultivar una
mente abierta para oír la voz de Dios. Esto me tomó largo tiempo debido a que
sufrí fuertes daños en mi pasado.
En mi niñez fui molestada sexualmente. Crecí pensando que el único valor que
tenía para dar a los demás era sexual. Al hacerme adolescente mi estilo de vida
reflejó esa creencia. Esto creó un sentido profundo de culpabilidad y sentimientos
de falta de valor en mí. Incluso después de dedicar mi vida a Cristo en 1978, aún
luchaba con esos sentimientos de falta de valor y culpa. Sabía que la Biblia decía

que mis pecados fueron perdonados pero sentía que Dios estaba disgustado
conmigo. Cada vez que oraba sentía como que Dios decía, "¿Quién eres tú para
hablar conmigo?" Por supuesto, si usted piensa que Dios se siente así con usted,
Él no le motivará a pasar mucho tiempo con Él o a escucharle. Pensé que tenía
que ser perfecta si Dios iba a amarme y a aceptarme, así que me ofrecí en cada
servicio y ministerio Cristianos posibles. Visité a ancianos, enseñé en la escuela
dominical, canté en el coro, arrastré a mi marido apagado a los estudios Bíblicos de
los miércoles por la noche y fui a la iglesia dos veces cada domingo. Pero todavía
me sentía sin valor.
Dios comenzó lentamente a ablandar mi corazón con su amor y a abrir mi cerrada

mente. Descubrí que Él me amaba total e incondicionalmente. Su propósito al
pedir que le sirviera diariamente y que hiciera buenas obras no era para ganar su
amor, porque Él ya me amaba. Él quería que viviera en respuesta de su gracia y
no en la búsqueda de ella. Esta verdad hizo que deseara oír a Dios hablarme.
Después tuve que aprender a reservar tiempo para Dios en mi agenda. Puesto
que no soy por naturaleza disciplinada, he intentado todas las maneras de
ayudarme a desarrollar un hábito constante de escuchar y hablar con Dios. He
participado regularmente en varios estudios de la Biblia y grupos pequeños. He
estado involucrada en Perspectivas de Vida y redacto programas de estudio Bíblico
aquí en nuestra iglesia. Como madre activa no me ha sido fácil apartar tiempo
para los estudios Bíblicos pero busco la manera. He aprendido que cuando hago
tiempo para la Palabra de Dios Él me ayuda con las otras áreas en mi agenda.
Puedo mantener mis ojos en Él y escucharle, así el estrés, los problemas, las
preocupaciones de la vida y las distracciones, no me abruman. Por otra parte, si
miro solamente mis circunstancias, serán todo lo que veré. Pienso que algunos de
mis intentos de reservar tiempo en mi agenda para escuchar a Dios son muy
audaces. Por ejemplo, he comenzado recientemente a colocar el despertador en
el baño, así tengo que levantarme y entrar allí a apagarlo cuando suena la alarma.
Una vez levantada sigo adelante y tomo mi tiempo reservado para Dios. No deseo
que nada robe lo que ha llegado a ser lo más importante de mi vida y mi deseo es
hacer lo que sea necesario para tener tiempo de escuchar a Dios.
Pero tener una mente abierta y apartar tiempo para Dios no es suficiente. He
aprendido que si quiero que Dios me hable debo estar dispuesta a cooperar con lo
que Él me dice. Eso no es siempre fácil. Por ejemplo, cuando me casé con Tony
se creó un verdadero problema entre su pequeña hija y yo. Para decirlo
claramente, sentía que mi hijastra me odiaba. Ella estaba dolida, y por supuesto
su rabia me lastimó mucho. Oré y oré que Dios cambiara su actitud. Pero nada
sucedió por años. Comencé a sentirme un poco decepcionada con Dios por no
ver cambios. Entonces un día Dios me dijo, "Wendy, ella no es la que tiene el
problema. Tú tienes que pedirle perdón." Esto no era lo que yo quería escuchar
de Dios. Es mi naturaleza, y probablemente la suya también, el querer cooperar
con Dios solamente cuando Él pide cosas que yo también deseo hacer. Quería
que Él me dijera lo que yo quería oír, y aprendí que Dios siempre me dice la verdad

me guste o no. Finalmente, admití que Dios tenía razón y que yo estaba
equivocada. Le dije a Dios que sabía lo que tenía que hacer, pero Él iba a tener
que darme el deseo y la energía para hacerlo. Lo asombroso es que siempre que
dejaba mi orgullo y le pedía a Dios que cambiara mi corazón, Él lo hacía. Mi
corazón cambió. Y cuando cooperé con Dios, aunque fue difícil, las heridas entre
nosotras fueron sanadas. Mi hijastra tiene ahora 28 años, tiene tres niños. Soy
abuela y nuestra relación es maravillosa.
Con los años a medida que he crecido en mi relación a Cristo, la Palabra del Dios
se ha convertido en el tesoro más valioso que tengo. Podría poner mi confianza
en la Palabra del Dios sin miedo a decepcionarme porque nunca cambia. Cuando
estoy herida o cuando alguien sufre, me conforta. Cuando he incurrido en una
equivocación me corrige. Cuando no estoy seguro del camino a seguir, escuchando
la Palabra de Dios recibo dirección. Utilizo la Palabra de Dios cada día de mi vida.
Recientemente, me ha impresionado la importancia que tiene memorizar la Palabra
de Dios, de tal manera que él pueda traerla a mi mente siempre que la necesite.
Si Dios me habla sólo cuando estoy leyendo la Biblia, voy a perder mucho de su
ayuda. Cuando tengo un verso memorizado, Dios puede traerlo a mi mente en el
momento exacto que lo necesito. Yo decidí sin embargo que tenía que haber una
manera mejor de memorizar la Escrituras además de repetirlas 4000 veces.
Pensé que sería más divertido e interesante memorizar la Palabra de Dios con
otras personas. Al principio cuando comencé a orar por esto, pensé que
conseguiría reunir a algunas mujeres de mi grupo pequeño del jueves por la
mañana y que nos reuniríamos en mi casa una vez por semana. Entonces se
amplió y algunas mujeres y yo pensamos en reunirnos en el parque. Ahora
estamos planeando reunirnos aquí en el campo de la iglesia por seis semanas este
verano. Me gusta la diversión. He encontrado varios recursos tales como música,
ayudas visuales y técnicas de memorización que ayudan más que repetir, repetir…
Memorizaremos no sólo las Escrituras además aprenderemos cómo memorizar
en general. Así que si usted es una de esas personas a quienes les gusta
memorizar la Palabra de Dios pero piensa que su cerebro está revuelto, usted
califica como desmemoriado y este curso es para usted -- Memorización de las
Escrituras para Desmemoriados.
Si pudiera en este momento conectar sus cerebros a una computadora y mostrar el

contenido en una de estas pantallas, algunos de ustedes se avergonzarían. Algunos
podrían ver la pantalla en blanco. ¿Qué clase de mente le mostraría este explorador
espiritual? ¿Usted tendría una mente cerrada? ¿Tendría una mente superficial que
se emociona en el servicio y después que se va se olvida de todo? ¿Tendría una
mente distraída que desea hacer lo correcto pero usted está ocupado también ahora?
¿O tendría una mente dispuesta?
Aquí está la pregunta con la que deseo cerrar: ¿Qué va a hacer usted como resultado
del mensaje de hoy? La Biblia dice que "sean hacedores de la Palabra, no oyentes
solamente." Haga algo. Apenas salga por la puerta, hay un pequeño pájaro que va a

intentar robar la semilla que hoy usted se lleva -- el diablo. Él va a tratar de distraerlo,
le hará pensar dónde almorzar, sobre el idiota que se paró delante de usted en el
estacionamiento, o en cualquier cantidad de otras distracciones.
Si usted desea tome esto en consideración, si no esta mañana era fue un desperdicio,
deseo darle un proyecto para hacer en su casa. Haga algo como resultado del
mensaje de hoy. Puede ser unirse a un estudio Bíblico, comenzar a memorizar un
versículo de la Biblia a la semana, comenzar a reservar un rato cada día -- 5, 10, 15
minutos. ¡Haga algo! No malgaste esta mañana.
Oración:
Señor, Tú nos has dicho qué hacer. Has dicho que deseas hablarnos. Ayúdanos
a tener mentes abiertas, no cerradas. Ayudamos a no ser superficiales sino
realmente a repasar, a reflexionar, a estudiar lo que hemos aprendido y lo que nos
has enseñado de tan diversas maneras. Cuando nos hables ayúdanos a estar
pendientes de anotar, para no olvidar tu mensaje. Perdónanos por tener que
aprender la misma lección repetidamente. Ayúdanos a no ser distraídos por las
cosas buenas pero secundarias que nos impiden pasar tiempo en tu Palabra,
escucharte y hablarte en oración. Ayúdanos a tener un corazón abierto y
dispuesto para hacer lo que Tú quieres que hagamos. En el nombre de Jesús
oramos. Amén.

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Aprendiendo a Oír la Voz de Dios - parte 1 de 4