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Hemos seleccionado textos de tres autores clásicos

que consideramos básicos para entender hoy las


alucinaciones: Jean-Pierre Falret, quien las introduce
en la semiología psiquiátrica en Lecciones clínicas
de medicina mental (1864) [con la introducción de
Manuel Desviat a la edición española]; Gaëtan Gatian
de Clerambault que, con el automatismo mental,
síndrome constituido por fenómenos elementales
significantes, abre la psicopatología de la psicosis a la
metapsicología del significante, como señala Fernando
Colina en la introducción a la selección textos
publicada en España (El automatismo mental, 1995); y
por último, la voces, las alucinaciones en las memorías
del magistrado Schreber (Sucesos memorables de un
enfermo de los nervios), considerado por Freud como
un profesor de psicopatología, digno de dirigir un
centro psiquiátrico (S. Freud, carta del 22 de abril
de 1910 a C.G. Jung), con notas de José María Álvarez
y Fernando Colina.

Jean Pierre Falret y la construcción


de la clínica psiquiátrica
Manuel Desviat

N
Clínica de las alucina- acido en Marcihac-sur-Célé (Fran- l´Hypochondrie et du suicide. En 1831
ciones, Madrid, Dor,
cia), el 26 de mayo de 1794 (7 pra- le nombran médico de la Salpêtrière.
1997
dial del año II según el calendario revo- Miembro de la Academia de Medicina
lucionario), trabaja con Pinel, ya desde 1835, participó con Esquirol y Fe-
envejecido, y con Esquirol que le em- rrus en los trabajos preparatorios de la
pleó en su manicomio de la calle Bu- ley de 1838 sobre los alienados (Obser-
ffon. En 1822 funda con Félix Voisin, vations sur le projet de loi relatif aux
otro discípulo de Pinel, un manicomio aliénés, 1837). En 1838 publica De
en Vanves (donde nace su hijo Jules, l´Aliénation mentale y un año después
médico de Bicêtre y de la Salpêtrière, y Du délire. En 1841 se edita el discurso
amigo de Lasêgue y Morel, ambos dis- pronunciado a la muerte de Esquirol
cípulos de su padre, de cuyas ideas (Discours pronnoncé sur la tombe de
será un fiel propagador) y publica De Esquirol).La primera parte de la obra de

50 Átopos 
Jean Pierre Falret estuvo dominada por termitencia, a veces bastante larga, po-
el anatomismo, por la búsqueda de las día exitir entre ambos períodos pero no
relaciones entre las lesiones orgánicas y se trataba de un retorno al estado ante-
los trastornos mentales: “creemos fir- rior. Pocos días después de la lectura de
memente”, escribe en Considérations este informe, Falret reclama la prioridad
générales sur les maladies mentales y sostiene ante la Academia otro infor-
(1843)”, que en todos los casos sin ex- me titulado De la folie circulaire, donde
cepción, se encontrará en el cerebro de afirma haber descrito con ese nombre
los alienados o en sus membranas lesio- el cuadro en sus lecciones clínicas y ha-
nes apreciables”. Pero después de va- berlo publicado en la Gazzeta médica-
rios años de infrutruosa búsqueda, se le. Lo que nos importa ahora, no es la
orienta, desde la clínica, hacia las con- disputa (ambos empiezan a aislar la psi-
cepciones psicológicas, pues considera cosis maniaco-depresiva como entidad
que “esas lesiones, por importantes nosológica, desarrollada luego por Ju-
que pudieran ser, no bastaban para de- les Falret y fijada definitivamente con
mostrar científicamente los fenómenos Kraepelin), sino el esfuerzo de ambos
piscológicos de la locura. En 1854 reco- por delimitar la nosología todavía glo-
ge en un libro sus clases (Leçons Clíni- balizadora y confusa de Esquirol. Sos-
ques de Médicine Mentale), del que tiene Falret que cada especie particular
aquí hemos seleccionado las lecciones tiene su modo de terminación, que se
que tratan de las ilusiones y las alucina- debe estudiar y describir separadamen-
ciones. Por esas fechas reclama en la te. Así considera la parálisis general o
Academia de Medicina la prioridad, “locura paralítica” de Parchappe; las
frente a Baillarger, de la descripción de perturbaciones mentales de los epilép-
la locura circular o locura de doble for- ticos; el delirio agudo o crónico debido
ma, la futura psicosis maniaco-depresi- a la acción de las bebidas alcohólicas y,
va. En 1854 Jules Gabriel Baillarger ha- sobre todo, dos tipos de locuras inter-
bía presentado en la Academia de mitentes que describió efectivamente
Medicina un informe De la folie à dou- en sus lecciones de 1850: la locura cir-
ble forme en el que describía un nue- cular y la locura remitente de accesos
vo género nosológico, un “género de cortos (invasión súbita, curso uniforme,
locura cuyos ataques están caracteriza- declinación brusca). En ese curso aca-
dos por dos períodos regulares, uno de démico de 1850 a 1851 Falret trata tam- Falret trata también de
depresión, otro de exaltación”, relación bién de las alucinaciones, interesándo- las alucinaciones, inte-
resándose en los esta-
entre manía y melancolía ya señalada se en los estados cercanos, compatibles
dos cercanos, compa-
como posible por otros autores, en es- con la razón, buscando diferenciar ilu- tibles con la razón,
pecial por Guislain y Griesinger, pero siones y alucinaciones. Define la aluci- buscando diferenciar
que ahora se presenta como una sola nación como una percepción sin obje- ilusiones y alucinacio-
nes.
entidad. No se trata de una complica- to: alucina quien cree ver, escuchar,
ción de la manía en melancolía o vice- oler, probar o tocar claramente, cuando
versa sino un género especial de aliena- la vista, el oído, el olfato, el gusto y los
ción mental caracterizado por la tegumentos no reciben ninguna impre-
existencia regular de los dos estados. sión. Falret continúa las investigaciones
Baillarger afirmaba que una seudo-in- de su maestro Esquirol que, en su trata-

  Átopos 51
do de 1838, dedica a las alucinaciones En 1864 publica Des maladies mentales
un capítulo. et des asiles d´aliénés, síntesis de sus
investigaciones, y donde vuelve sobre
En resumen, estos individuos creen el tema de las alucinaciones, reimpri-
que se encuentran presentes perso- miendo las lecciones de 1950 (capítu-
nas y cosas que no pueden tener los, 2 al 5 de la presente selección). En
existencia real; los sentidos, las ex- aquel texto Falret incluye una larga in-
tremidades sensitivas, no participan troducción, donde reflexiona lúcida-
para nada en este delirio.Estos en- mente sobre el alienismo, esas primeras
En las alucinaciones no fermos no tienen nada del mundo décadas de la psiquiatría como espe-
existe percepción ni exterior, están en un estado de alu- cialidad médica, y sobre el debate entre
sensación, no más que cinación; son alucinados. las ideas ilustradas y las positivistas que
en los sueños y en el
animó las décadas centrales del pasado
sonambulismo, ya que
los objetos exteriores El fenómeno de la alucinación no tie- siglo. En estas ochenta páginas está
no actúan sobre los ne nada que ver con lo que le suce- condensada de forma brillante y clara la
sentidos. de a un hombre que en su delirio no historia del alienismo, su teoría, su
percibe las sensaciones como antes práctica, sus debates.
de estar enfermo y como las perci-
ben los demás hombres... En las alu- “El medico alienista -escribe- debe
cinaciones no existe percepción ni investigar los fundamentos de su
sensación, no más que en los sueños ciencia particular en la propia pato-
El médico alienista -es- y en el sonambulismo, ya que los ob- logía mental, esto es en el estudio
cribe- debe investigar jetos exteriores no actúan sobre los clínico y directo de los alienados... La
los fundamentos de su
sentidos. anatomía patológica y la fisiología
ciencia particular en la
propia patología men- pueden proveer a nuestra especiali-
tal, esto es en el estu- Mil alucinaciones juegan con la ra- dad de instrumentos auxiliares, pero
dio clínico y directo de zón humana y la extravían: En efecto, ya no pensamos, como en otros
los alienados...
la alucinación es un fenómeno cere- tiempos, que basten, ni una ni otra,
bral o psíquico que se ejecuta inde- para explicar los fenómenos de las
pendientemente de los sentidos. enfermedad mentales. Unicamente
Persiste aunque cese el delirio, y re- la observación clínica puede procu-
cíprocamente (Des Maladies menta- rar el conocimiento exacto de estas
les, 1838). afecciones y ofrecernos los datos ne-
cesarios para establecer su etiología,
Falret va a señalar las diferencias entre su descripción, su pronóstico y su
el soñar o el sonambulismo y el estado tratamiento...
alucinatorio (la prevalencia del mundo
interior en el sueño, la predominacia O bien:
del sentido de la vista, frente al vuelco
al mundo exterior y el sentido del oído Resumiendo, en lugar de remontar-
en los alucinados). Falret reconoce la se a la lesión inicial de las facultades
existencia de alucinaciones fuera de en las enfermedades mentales, el
todo delirio. médico especialista debe obligarse
al estudio de los estados psíquicos

52 Átopos 
complejos tal como se manifiestan medad donde debe basarse una
en la naturaleza. Esta es, en definiti- clasificación natural de la locura”.
va, la conclusión a la que hemos lle-
gado y representa el tercer período En 1869 deja la Salpêtrière y divide su
de nuestra vida científica, al que de- tiempo entre el manicomio de Vanves y
nominamos fase clínica. Habíamos su pueblo natal al que consagró, según
comprendido que cada ciencia tiene se cuenta en la Historia de la Psiquiatría
sus exigencias particulares; que no coordinada por Jacques Postel y Clau-
debe tomar de las ciencias afines ni de Quétel, un libro de poemas y donde
sus leyes ni sus procedimientos; que murió el año 1870.
pueden apoyarse unas a otras pero
que cada una de ellas sólo puede Entre los coetaneos de Falret, todos
encontrar en sí misma su método y discípulos de Esquirol, hay que desta-
sus leyes. Por tanto, el médico alie- car a Jean Georget (1795-1828), que tra-
nista debe investigar los fundamen- bajó fundamentalmente sobre la locali-
tos de su ciencia particular en la pro- zación cerebral de los trastornos
pia patología mental, esto es, en el mentales y sobre psiquiatría legal; Félix
estudio clínico y directo de los alie- Voisin (1794-1872) con el que Falret fun-
nados. Creemos, sin duda, que la dó el manicomio de Vanves y que se
anatomía patológica y la psicología dedicó fundamentalmente al estudio y
normal pueden proveer a nuestra es- educación de los oligofrénicos; Antoi-
pecialidad de instrumentos auxilia- ne Laurent Bayle (1799-1858), que des-
res, pero ya no pensamos, como en cubrió la lesión meníngea de la Paralisis La enseñanza de Jean
Pierre Falret fue conti-
otros tiempos, que basten, ni una ni General Progresiva. La enseñanza de
nuada por Lasègue y
otra, para explicar racionalmente los Jean Pierre Falret fue continuada por Jules Falret, que junto
fenómenos de las enfermedades Lasègue y Jules Falret, que junto a Mo- a Morel y Magnan en
mentales. Únicamente la observa- rel y Magnan en Francia, y Griesinger, Francia, y Grisinger,
Hecker y Kahlbaum en
ción clínica puede procurarnos el co- Hecker y Kahlbaum en Alemania, cons- Alemania, constiuyen
nocimiento exacto de estas afeccio- tiuyen el universo psiquiátrico que cul- el universo psiquiátrico
nes y ofrecernos los datos necesarios minaría en Kraepelin. que culminaría en
para establecer su etiología, su des- Kraepelin.
cripción, su clasificación, su pronósti- La época
co y su tratamiento
La vida y obra de Jean Pierre Falret,
Estas posiciones le llevan a creer que: 1794-1870, atraviesa buena parte de
ese período que se ha venido a llamar
“Ni en la anatomia patológica, ni en psiquiatría clásica, que trascurre en el
la psicología normal, ni en la etiolo- siglo pasado, desde el Tratado de la
gía, pueden -escribe-, servir de base enajenación mental o la manía de Phi-
para las clasificaciones de las enfer- lippe Pinel, publicado en 1801, a la
medades mentales. Es el estudio clí- sexta edición del Tratado de Psiquia-
nico de los síntomas físicos y menta- tría de Emil Kraepelin fechada en el
les y, sobre todo, en el conocimiento año 1889. El tratado de Pinel inaugura
profundo de la evolución de la enfer- el alienismo, con su esfuerzo nosológi-

  Átopos 53
co y terapéutico: las primeras concep- toria, la Revolución Francesa, que hace
tualizaciones del tratamiento moral, de posible y dimensiona este cambio en la
la necesidad de los asilos, de las insti- atención a la locura.
tuciones específicas para los enajena-
dos (Pinel sustituye el término locura “Pinel -escribe Falret a mediados del
por enajenación o manía), en los albo- siglo pasado- no fue arrastrado por
res de una clínica psiquiátrica todavía la pendiente natural de sus senti-
fuertemente influida por la filosofía de mientos personales; fue, ante todo,
la ilustración. El tratado de Kraepelin el representante de las ideas y los
cierra la etapa. Definidas las enferme- sentimientos de su siglo. Se convirtió
dades mentales como categorías médi- en uno de los instrumentos de la re-
cas, tal como las concebimos aún hoy, forma social, fruto de la filosofía del
con un discurso intrínsecamente médi- siglo XVIII, que se produjo con gran
Podemos delimitar co y relativamente ateórico, donde se violencia en todas las clases de la so-
tres momentos en la pierde toda referencia exterior a la me- ciedad a causa de la Revolución
construcción de la clí- dicina. Francesa...”
nica psiquiátrica du-
rante el pasado siglo,
tres momentos que se Podemos delimitar tres momentos en Pinel rehabilitó la dignidad humana en
confunden con gran- la construcción de la clínica psiquiátrica la persona de los alienados, concluye
des acontecimientos durante el pasado siglo, tres momentos Jean-Pierre Falret en la introducción a
políticos, culturales y
sociales. que se confunden con grandes aconte- Las enfermedades mentales y los asilos
cimientos políticos, culturales y sociales de alienados. La naciente sociedad
de esa sociedad cambiante que es la contemporánea tiene que modificar su
Europa del ochocientos: el período ali- percepción sobre sí misma. El movi-
niesta propiamente dicho, el período miento filántrópico, el pensamiento li-
Pinel rehabilitó la dig- representado por el triunfo de la lesión beral e ilustrado, la fé en la razón y en la
nidad humana en la (triunfo de la tesis de Bayle) y la psi- ciencia, exigen que la locura sea tratada
persona de los aliena-
dos.
quiatría kraepeliniana. como una enfermedad, con procedi-
mientos humanitarios, en centros apro-
En primer lugar hay que enmarcar el ori- piados y por profesionales adecuados.
gen de la psiquiatría, el alienismo, en Necesidad social que dará lugar al asilo
los acontecimientos que terminaron o manicomio, al tratamiento moral y a
con la edad moderna, inaugurando los alienistas.Que dará lugar, en defini-
nuestra época. Las ideas filantrópicas y tiva, a la psiquiatría.
humanistas estaban siendo aplicadas
en el tratamiento de los alienados en Efectivamente, el nuevo orden social
algunos países europeos. Pero el mítico precisa de una redefinición de los espa-
gesto de Pinel, reproducido en los cios humanos y una nueva conceptuali-
óleos de Müller y Robert-Fleury, libe- zación de la locura y sobre todo de sus
rando los alienados de Bicêtre y las lo- formas de atención. El alienismo, la inau-
cas de la Salpêtrière, que suele repre- guración del discurso psiquiátrico y de
sentar el momento inaugural de la sus instituciones, debe entenderse en el
psiquiatría como disciplina médica, res- marco constituyente de un nuevo orden
ponde a un período singular de la his- social, la revolución democrática, en los

54 Átopos 
cambios en el ordenamiento social que pasa al internamiento bajo criterio mé-
ocasionó la revolución burguesa. dico. El enajenado no puede ser ence-
Efectivamente, el nue-
rrado, sin más, con órdenes gubernati- vo orden social precisa
El concepto de persona y de ciudadano, vas, porque las nuevas normas sociales de una redefinición de
obliga a modificar las formas de enten- necesarias para el desarrollo económi- los espacios humanos
y una nueva concep-
der y atender la locura. Con la Declara- co exigen de la libertad del ciudada- tualización de la locura
ción de los Derechos del Hombre y del no, de su capacidad contractual, pro- y sobre todo de sus
Ciudadano, con el contrato social y la li- híben la privación de libertad sin formas de atención.
bre circulación de personas y bienes, la garantías jurídicas. A partir de enton-
nueva soberanía civil tiene que reflexio- ces la reclusión de los enajenados ha
nar sobre la responsabilidad y los límites de definirse como algo terapéutico e
de la libertad. El gran encierro que des- inexcusable.
El reconocimiento de
cribe Foucault (en su Historia de la locu-
una subjetividad y de
ra en la época clásica), símbolo elocuen- La institucionalización psiquiátrica se una parte de razón en
te del absolutismo, debe ser abolido. consolida en Francia con la Ley de 1838, el alienado permite el
Surge el internamiento. El aislamiento y inspiradora de toda la legislación psi- dialogo entre el médi-
co y el enfermo, ha-
el tratamiento moral constituyen los ele- quiátrica occidental, en la que el inter- ciendo posible el tra-
mentos terapéuticos del movimiento namiento es definido como aislamiento tamiento moral.
alienista. La locura se separa del campo terapéutico, condición obligada del tra-
general de la exclusión para convertirse tamiento alienista, del tratamiento mo-
en una entidad clínica que es preciso ral. El aislamiento de un mundo externo
describir, pero también atender médica- perturbador, de las pasiones irritantes.
mente, procurando su curación. Se trata de distraer la locura, ocupando
el espíritu y el cuerpo, en unos lugares,
El Traité médico philosophique sur la los manicomios, donde se aísla a los pa-
aliénation mentale ou la manie, publica- cientes, pues así se actúa “directamen-
do en 1801, el año X según el calenda- te sobre el cerebro y se condena a ese
rio revolucionario, alienta un indudable órgano al reposo, sustrayéndole de las
optimismo, propio de una época revo- impresiones irritantes, reprimiendo la
lucionaria que inaugura con su fe en la vivacidad y movilidad de las impresio-
ciencia y en el progreso la edad con- nes y moderando la exaltación de las
temporánea. ideas” (Esquirol, 1838). Hay que aislar al
paciente de la sociedad, de un medio,
El reconocimiento de una subjetividad de una comunidad, que genera una se-
y de una parte de razón en el alienado rie de trastornos. Para curarlos tenemos
permite el dialogo entre el médico y el que encerrarlos, que internarlos en lu-
enfermo, haciendo posible el trata- gares apropiados, en los asilos. La psi- Se trata de distraer la
miento moral. La investigación empíri- quiatria es la garantía que salva la lega- locura, ocupando el
espíritu y el cuerpo, en
ca heredera de Bacon y de Condillac, lidad. En una época convulsa política y unos lugares, los mani-
se convierte con Pinel y Esquirol en socialmente, las pasiones o causas mo- comios, donde se aísla
clínica, estableciendo las bases de la rales de la locura son el reflejo de los a los pacientes, pues
construcción teórica de la psiquiatría. dramáticos acontecimientos que sacu- así se actúa “directa-
mente sobre el cere-
Del encierro en las bastillas del abso- dieron a Europa. bro y se condena a ese
lutismo, mediante órdenes reales, se órgano al reposo.

  Átopos 55
(Pero) “¿Dónde se hará el aislamien- Es el llamado non-restraint de los refor-
to al enfermo?”, escribe Esquirol madores ingleses, que venían preconi-
(Memorias sobre la locura y sus va- zando desde Wiliam Tuke (1732-1822),
riedades, pág 101), “se le alojará en un abogado que fundó en 1796 el York
una casa consagrada al tratamiento Retreat para el cuidado de enfermos
de las enfermedades mentales. Pre- mentales cuáqueros, basado en la bon-
ferimos una casa parecida a una casa dad y un confortable y agradable me-
particular donde el enajenado pue- dio ambiente, sin conocer el trabajo de
da estar aislado con pocos gastos... Pinel (el Tratado de Pinel no fue tradu-
La objeción mayor contra el aisla- cido al inglés hasta 1806). El manejo del
miento en una casa dispuesta para paciente sin restricciones físicas, de
este género de tratamiento, nos lle- una forma humanitaria, se desarrolla en
va a los efectos inoportunos que se Gran Bretaña con John Connelly (1794-
pueden producir para un enajenado 1866), cuando lleva la abolición de los
que convive con sus compañeros de métodos físicos de control al manico-
infortunio. Yo respondo que, en ge- mio de Hanwell. La siguiente cita, ex-
neral, esta cohabitación no es perju- traída de su octavo informe (1846), es
dicial, no es obstáculo para la cura- elocuente.
ción, supone una forma de
tratamiento porque obliga a los ena- El día 29 de septiembre pasado, se
jenados a reflexionar sobre su esta- cumplieron siete años durante los
do; ya que los objetos ordinarios no cuales, en el manicomio Hanwell, no
influyen sobre ellos, se distraen con se ha recurrido a camisas de fuerza,
las extravagancias de los otros, se manguitos de sujección, cierres con
ven obligados a vivir hacia afuera, a piernas y manos, sillas coercitivas u
ocuparse de lo que pasa a su alrede- otros tipos de restricciones mecáni-
dor, a olvidarse de alguna manera de cas, ni de día ni de noche. En estos
ellos mismos, todo lo cual conduce a siete años, se han ingresado 1100
la salud”. casos, todos ellos tratados bajo el
sistema de no-restricción. Durante la
El tratamiento moral, preconiza el trato mayor parte de este período, el nú-
amable, la paciencia y los auxilios mora- mero de pacientes que vivía en el
les, cuyos antecedentes están en los manicomio ha sido de casi mil.
médicos humanistas del siglo XVI; acti-
tud tolerante, esperanzadora, inspirada El No-restraint se interesa por las emo-
en el buen sentido, en consideraciones ciones, por un abordaje moral de la lo-
humanitarias y en la fuerza o mejor las cura que Prichard denominará enferme-
argucias de la razon. Se aisla a los pa- dad moral (1833) y Maudsley enfermedad
cientes de las causas precipitantes de afectiva (1867). Tratamiento moral que
su mal, por lo general las pasiones, y se se inserta en los esfuerzos “normaliza-
sugiere o manipula su estado de ánimo, dores” de la burguesía pos‑revoluciona-
utilizando todo tipo de trucos y estrata- ria que, mediante una aparente filantro-
gemas, frente a sus ideas delirantes. pía, desarrolla una red asistencial para la
población indigente, buscando un cier-

56 Átopos 
CUADRO DE LAS CAUSAS MORALES DE LA LOCURA (ESQUIROL, 1838)

La Salpêtriêre durante los años 1811 y 1812 Mi establecimiento


Penas.........................................................   105 ................... 31
Amor contrariado.....................................   46 ................... 25
Sucesos políticos......................................   14 ................... 31
Fanatismo..................................................    8 ...................  1
Miedo........................................................   38 ...................  8
Celos..........................................................   18 ................... 14
Cólera........................................................   16 ...................  0
Miseria, reveses de la fortuna..................   77 ................... 14
Amor propio herido..................................    1 ................... 16
Ambición engañada.................................    0 ................... 12
Exceso de estudio....................................    0 ................... 13
Misantropía...............................................    0 ...................  2
Total...........................................................   264 Total......... 200

to orden y la interiorización de unos có- revolucionario, anunciando una


digos sociales, reglas de comporta- “casa de tratamiento de alienados”.
miento, civilización de las pulsiones, en “El deseo de ofrecer a los franceses El No-restraint se inte-
suma, cierta armonía social y sentido de y a los extrajeros (a quienes el cam- resa por las emocio-
nes, por un abordaje
pertenencia a una sociedad libre, en bio de clima puede serles útil) un es-
moral de la locura que
una sociedad políticamente igualitaria y tablecimiento donde se llevan a la Prichard denominará
fraterna, pero alienada social y econó- práctica, los principios desarrollados enfermedad moral
micamente (enajenación de la fuerza de en el Tratado de la Manía: estos son (1833) y Maudsley en-
fermedad afectiva
trabajo, ejércitos de reserva en el merca- los motivos que han determinado el (1867).
do laboral). En el amplio movimiento establecimiento de la Casa de Trata-
que produce la revolución democrática, mientos de alienados, bajo lo auspi-
hay un despliegue técnico e institucio- cios del ciudadano Pinel, autor del El Tratado de la Mania
ha demostrado que la
nal, un intento de promover nuevas for- Tratado..., siendo confiado al ciuda- enfermedad llamada
mas de asistencia médica y social, polí- dano Esquirol, alumno del ciudada- comunmente locura,
tica asistencial que prefigura la futura no “Pinel” (Gauchet, Swain 1980). no es incurable como
generalmente se pien-
salud pública.
sa”, proclama.
El alienismo, producto de una época re-
“El Tratado de la Manía ha demos- volucionaria que inagura los tiempos de
trado que la enfermedad llamada razón frente a la perversión absolutista,
comunmente locura, no es incurable tiene la esperanza, al considerar que la
como generalmente se piensa”, enfermedad mental es el resultado de
proclama, el 30 ventoso del año X (21 un desorden moral, de un trastorno, por
de marzo 1802) La Décade philoso- tanto, adquirido, de poder curar dicho
phique, órgano de los ideólogos, del desorden mediante el restablecimiento
partido “filosófico”, el periódico de un hábito moral, abriendo un corto
“cultural” o “intelectual” del París periodo de optimismo.

  Átopos 57
El triunfo de la lesión curso, incurable, de la enfermedad
mental, aún cuando los internamientos
Pero el optimismo de esta primera eta- prolongados no eran muy frecuentes
pa, confianza en la curación y en los ma- hasta finales de siglo, dándose el in-
nicomios, en el tratamiento moral de greso- alta - reingreso, habitualmente.
los alienistas, pronto se verá roto. Una Con el biologicismo y el hacinamiento
de las causas principales es la masifica- surge el concepto de cronicidad: la lo-
ción del asilo, que limita sus posibilida- cura deja de ser una etapa de la vida de
des curativas, convirtiendo los manico- alguien para convertise en una incapa-
mios en albergues para locos pobres o cidad permanente. Es el triunfo del or-
refugios para las masas desplazadas ganicismo, el triunfo de la tesis de Bayle
por la industrialización. En Gran Bretaña (su libro sobre la aracnoiditis como cau-
el número de enfermos mentales ence- sa de la PGP fue publicado en el año 22,
rrados aumentó entre 1867 y 1877 en pero no es ampliamente reconocido
unos dos mil por año. El cambio en los hasta medidos de siglo), triunfo de la
manicomios se hizo evidente: aunque lesión, la organicidad y la incurabilidad,
se hablara cada vez más ostentosamen- del curso irreversible de la enfermedad
te de curación, cada vez más se trataba mental.
de una cuestión de control social . Con
el aumento progresivo de los pacientes, Son tiempos de orden en una Europa
las pretensiones de un tratamiento mo- cansada de convulsiones y guerras. Fra-
ral se abandonaron y los manicomios se casa la revolución obrera de 1848. El
volvieron cada vez más carcelarios. modelo científico lo establecen la fisica
¿Cómo vamos atender, se decía enton- y la matemática.La medicina busca la
ces, correctamente a los enfermos si explicación a la enfermedad mental en
existe un promedio de un médico para bases organo-genéticas. Se considera
cada 400 pacientes? ( Por otra parte, el trastorno mental como una enferme-
esta relación médico-paciente es algo dad del cerebro.
no tan lejano en España y existe una
proporción de mayor número de pa- Un proceso cuya culminación se puede
cientes por médico en muchos países situar en la publicación de la 6ª edición
pobres o en vías de desarrollo). Hay au- del Compendio de Psiquiatría de Emil
tores del último tercio de siglo, france- Kraeplein en 1889, seis años después
ses e ingleses, que testimonian el fin de de la primera edición; el que fuera un
las esperanzas de los alienistas de curar manual de 380 páginas se transformará
a los enfermos en los manicomios, con- a lo largo de ocho años y treinta edicio-
forme los hospitales iban aumentando nes, en un grueso tratado, de tres to-
su capacidad. Por otra parte la ideolo- mos, con 2.500 páginas. Pero la obra
gía de los terapeutas morales está en más leída de Kraepelin, ampliamente
entredicho y el paradigma dominante traducida, es su Introducción a la Clíni-
desde mediados de siglo es un biologi- ca Psiquiátrica. Lo importante de la
cismo nuevo, que compagina un burdo obra de Kraepelin es que realiza un es-
positivismo con ideas sobre la degene- quema que permite estructurar las en-
ración, la peligrosidad y un inmutable fermedades en el campo de la medici-

58 Átopos 
na. Le interesa poco la teoría, su de los primeros psiquiatras ( Pinel, Es-
psicopatología es bastante primitiva, quirol, Falret, Grisinger, Kahlbaum,
puramente descriptiva, prefenomeno- Kraepelin, Clérambault...), la psiquiatría
lógica, apenas categorial. Se define se encierra en enlatados manuales
como médico, le interesa no tanto in- “ateóricos”, extremadamente pragmá-
vestigar sobre la naturaleza de las en- ticos y muchas veces “aclínicos”, mien-
fermedades como conocerlas y tratar- tras vuelve el reduccionismo de la
las. Busca un conocimiento pragmático, mano de la neuropsiquiatría, los avan-
una teoría de la acción. Se considera ces psicofarmacológicos, tan impor-
clínico porque puede reconocer y ma- tantes, hegemonizan un saber que
nejar las enfermedades. Entre otras co- necesariamente tiene que ser plural,
sas, habrá que esperar a Bleuler (1911) como lo es el enfermo mental. Jean
Lo importante de la
para que el diagnóstico de la mal llama- Pierre Falret tenía razón al final de su obra de Kraepelin es
da demencia precoz por Morel y Krae- vida, al refugiarse en la clínica, pero que realiza un esque-
pelin, se haga sobre síntomas y agrupa- no en una clínica ritualizada y medio- ma que permite es-
ciones, con independencia del curso. tructurar las enferme-
cre, a base de criterios fosilizados pre-
dades en el campo de
maturamente, sino en una clínica la medicina.
Para terminar, durante todo el ocho- abierta a los interrogantes, a la espe-
cientos se construye una clínica y una culación teórica, a la vida.
epistemología psiquiátrica, un conoci-
miento ordenado del mundo de la lo-
cura mediante la observación clínica, Bibliografía
donde la enseñanza de la psiquiatría se
Bercherie P. Los fundamentos de la clínica. Bue-
fusiona con el oficio. Construcción y nos Aires: Manantial 1986.
transmisión de un saber que surge en
Esquirol JED. Des maladies mentales (1838). Pa-
contacto directo con el paciente, a la ris: Frénésie Éditions, 1989.
cabecera del enfermo -diríamos utili-
Esquirol JED. Memorias de la locura. Colección
zando un símil del paciente somático Clásicos de la Psiquiatría. Madrid: Dor, 1991.
encamado-, condición que ilumina el
Esquirol JED (1805). Des passions consiedérées
siglo XIX cualesquiera que sean las es- comme causes, symptômes et moyens curatif de
cuelas y sus controversias, y a pesar del l´aliénation mentale. Paris.
predominio a partir de la segunda mi- Gauchet M, Swain G. La pratique de l´ esprit hu-
tad del siglo, de los criterios de incura- main.París: Gallimard, 1980, p.41.
bilidad y degeneración que tanto peso Garrabé Jean (ed). Philippe Pionel. Les empê-
van a tener en la psiquiatría postclásica. cheurs de penser en rond 1994.
Un siglo de grandes tratados, en buena Lanteri-Laura. Las alucinaciones. México DF:
parte lecciones de maestros famosos FCE, 1994.
recogidas por sus alumnos. Hoy, perdi- Pinel Ph (1801). Tratado de la enajenación mental
da la finura clínica de estos maestros, o locura. Madrid: Nieva 1988.
la indagación clínica y epistemológica Postel J y Quétel C (comp). Historia de la psi-
en estrecho contacto con el paciente quiatría. México DF: FCE 1987.

  Átopos 59

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