Enseñar y aprender.

Por hermesjose@gmail.com

Pamplona, Colombia, 14 de agosto de 2019

Si lo que hace un docente es enseñar, ¿por qué preocuparse por el aprendizaje? Esa no s

tarea de los estudiantes?

El profesor Marina (2015) anota en su libro “El bosque pedagógico que “aprender” es

una función natural del cerebro y enseñar no lo es. Luego, si se quiere mejorar la educación hay

que asumir el cauce natural.

Una mirada al Diccionario de la Real Academia (RAE( 2019) sobre las definiciones de

“Pedagogía” y “Didáctica” muestran que la primera es la

“Ciencia que se ocupa de la educación y la enseñanza” y la segunda es “el arte de

enseñar” (Instruir, doctrinar, amaestrar con reglas o preceptos). Al parecer, entre los hispanos

está claro que ese es el asunto de la educación: enseñar. Y no sólo del mundo hispano, también

del mundo anglosajón porque Bloom (1956) y sus colaboradores diseñaron a mitad del siglo

pasado una taxonomía de objetivos para orientar la enseñanza que se llamó “por objetivos”.

Continuadores de la obra de Bloom como Marzano, Anderson y Krathwohl insisten en la

idea de los objetivos (con unos cambios) para enseñar pero con una importante variación como

se ve en el libro de Anderson y Krathwohl (2001) “ Una taxonomia para aprender, enseñar y

evaluar” y en el libro de Robert Marzano (2007) “The art and science of teaching: a

comprehensive framework for effective instruction” (El arte y la ciencia de la enseñanza: un

marco integral para instrucción efectiva) donde su primer capítulo trata sobre ¿Qué haré para

establecer y comunicar objetivos de aprendizaje, realizar un seguimiento del progreso de los

estudiantes y celebrar el éxito?

Aceptar y asumir que la educación (pedagogía y didáctica) es para el aprendizaje del

estudiante y no para la enseñanza que hace el profesor implican un cambio de creencias porque

las generaciones pasadas y actuales de docentes se formaron (y se siguen formando) en la

tradición de la enseñanza donde el docente prepara el tema, lo explica, evalúa y aprueba a quien

responda como él quiere o aplaza al que no lo hizo.

Aquí hay dos problemas: cómo se enseña a aprender y cómo se aprende a enseñar a

aprender ¿cuál es el método y cómo se hace sobre la marcha del año escolar? Cómo se hace en

un medio donde la mayoría está convencida que el asunto va de enseñanza y no de aprendizaje

porque en el segundo hay que tomarse en serio a cada estudiante y abandonar la comodidad de

un imaginario según el cuál, el profesor prepara sus clases para sus estudiantes como si todos

fueran iguales y estuvieran dispuestos e interesados en aprender lo que el quiere enseñar.