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“LA HOMOSEXUALIDAD”
Matrículas : - 1999-5073
INTRODUCCIÓN ...................................................................................................... 1
ANTECEDENTES ...................................................................................................... 2
LA HOMOSEXUALIDAD ........................................................................................ 5
LOS ANTECEDENTES DE LA HOMOSEXUALIDAD HUMANA .................... 13
FACTORES GENETICOS EN LA HOMOSEXUALIDAD ................................... 14
LA HOMOSEXUALIDAD ANTE LA LEY............................................................ 14
MORAL Y HOMOSEXUALIDAD ......................................................................... 15
Perspectiva sociológica ............................................................................................. 15
Perspectiva biológica ................................................................................................ 15
Perspectiva psicológica ............................................................................................. 16
Valoración moral ....................................................................................................... 16
LA HOMOSEXUALIDAD EN LA BIBLIA .......................................................... 16
TEORÍAS SOBRE LOS ORÍGENES DE LA HOMOSEXUALIDAD ................... 17
Teorías biológicas ..................................................................................................... 17
Teoría Hormonal ....................................................................................................... 17
Teorías psicológicas .................................................................................................. 19
Teorías psicodinámicas ............................................................................................. 20
Teorías conductistas .................................................................................................. 22
Teoría del apego ........................................................................................................ 24
Aportes del post-estructuralismo de Focault ............................................................. 23
CONCLUSIÓN ......................................................................................................... 27
REFERENCIAS ........................................................................................................ 31
ANEXOS ................................................................................................................... 33
INTRODUCCIÓN
1
contextuales y antecedentes teóricos, en cuanto al primero, se puede decir que su fin
es informar sobre cómo se ha enfrentado a lo largo de la historia la homosexualidad,
dando a conocer su realidad desde la antigüedad hasta nuestros días, y cómo se vive
actualmente en la sociedad con el llamado “tercer sexo”; en segundo lugar, se exponen
las temáticas siguientes: interaccionismo simbólico, interacción social, sexualidad,
homosexualidad, paradigma inclusión-exclusión, discriminación y por último
representaciones sociales.
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ANTECEDENTES
El tema en cuestión, la homosexualidad viene dada del griego antiguo ὁμός, ‘igual’,
y el latín sexus, ‘sexo’ que es una atracción romántica, atracción sexual o
comportamiento sexual entre miembros del mismo sexo o género. Como orientación
sexual, la homosexualidad es "un patrón duradero de atracción emocional, romántica
y/o sexual" hacia personas del mismo sexo. "También se refiere al sentido de
identidad basado en esas atracciones, los comportamientos relacionados, y la
pertenencia a una comunidad que comparte esas atracciones".
No hay evidencia sustancial que sugiera que la crianza o las experiencias de la infancia
temprana tengan un papel en lo que respecta a la orientación sexual; cuando se trata
del comportamiento sexual del mismo sexo, el entorno compartido o familiar no tiene
ningún papel para los hombres y un papel menor para las mujeres. Pese a que algunas
personas creen que la actividad homosexual es contranatural, la investigación
científica ha demostrado que la homosexualidad es un ejemplo de una variación
normal y natural en la sexualidad humana y no es en sí misma una fuente de efectos
psicológicos negativos. La mayoría de las personas experimentan poco o ningún
sentido de elección acerca de su orientación sexual y no hay pruebas suficientes para
apoyar el uso de intervenciones psicológicas para cambiar la orientación sexual.8
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Los términos más comunes para las personas homosexuales son lesbianos para las
mujeres y gay para los hombres, aunque gay también se utiliza para referirse en
general a hombres y mujeres. Es difícil para los investigadores estimar de manera
fiable el número de personas que se identifican como gay o lesbiana y la proporción
de personas que tienen experiencias sexuales del mismo sexo debido a una variedad
de razones, incluido que muchos homosexuales no se identifican abiertamente como
tales debido a la homofobia y la discriminación heterosexista.9 Se ha observado y
documentado el comportamiento homosexual en muchas especies animales no
humanas.
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LA HOMOSEXUALIDAD
Para Freud desde sus cartas con Fliess, y a lo largo de su obra la teoría de la
disposición bisexual congénita es de primer orden. La bisexualidad, según Freud,
influye tanto en la identidad sexual como en la elección de objeto, sin embargo, se le
hace difícil armonizar la idea de bisexualidad biológica, con la idea, que se va
afirmando cada vez con mayor claridad en su obra, de la prevalencia del falo para uno
y otro sexo.
Estos planteamientos nos llevan por los caminos del sexo, género, identificación y
elección de objeto, en donde el estudio de las perversiones sexuales ha proporcionado
en la historia del conocimiento de la sexualidad, una vía para su entendimiento.
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El inicio de la estructuración de las perversiones y en este caso de la homosexualidad
masculina, se da con la atribución fálica a la madre (madre fálica) que ubica al niño
como objeto fálico de ésta y hace a la relación madre-hijo completa. Sin embargo, la
realidad vendrá a cuestionar esta autosuficiencia, de manera tal que el objeto del deseo
materno no esté exclusivamente circunscrito en la relación madre-hijo. La vacilación
de la certeza originaria introduce la concepción de la diferencia y en consecuencia la
castración, la cual viene dada por la aparición del tercero o función paterna.
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"La idea freudiana de la bisexualidad siempre descansó sobre una bipolaridad del
deseo, no del género" (Dio, 1985). "La bisexualidad, atañe al deseo y plantea una
disyunción entre un saber y una creencia". El saberse hombre, y creerse mujer, no
establece que se tengan los dos sexos o que se pertenezca a un tercer sexo, sino que
establece el deseo de ser del sexo opuesto. Este deseo tiene su soporte en el
imaginario. Hay que tener presente que el deseo de tener los atributos de los dos
géneros es una renegación de la castración y el anhelo de una integración narcisística
fálica.
"El acto homosexual en sí es una conducta y como tal, puede aparecer en cualquiera
de las estructuras clínicas". Si bien esto es así hay que diferenciar entre estructura
perversa homosexual y rasgo perverso homosexual, además de diferenciar cómo el
acto homosexual se configura en ambas situaciones. "La homosexualidad como
estructura perversa, está referida a la no superación del primer tiempo del Edipo (el
niño como objeto de deseo de la madre), es decir, el atrapamiento en la dialéctica de
ser o no ser el falo".
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narcisista, que poseía con el niño. Es la madre que determina el deseo del otro y dicta
la ley del padre. No se introduce el tercero, ni la castración simbólica. El "acto
homosexual", que se puede dar "en el rasgo perverso homosexual masculino, es el
pasaje al acto", el cual escenifica, fuera de la relación con el otro, la huída de la
castración.
El sujeto busca un objeto que garantice el atributo fálico, que lo libere de la castración.
Busca reafirmarse como sujeto no castrado, prescindiendo del otro, que reafirmaría
su castración. Rechaza al otro buscando en el objeto perdido (su falta), su
identificación fálica. El objeto, es un objeto de goce, donde se sitúa el anhelo de
liberarse de la castración. "El pasaje al acto, evidencia, una relación al goce, pero no
anida él, la voluntad de goce propia del acto perverso".
Así, "el acto perverso es el recurso fundamental del sujeto de la perversión", para
obturar la falta en el otro. El homosexual perverso se consagra a un acto repetitivo y
siempre fallido de restitución de la completitud del otro, del goce que le falta al otro.
Lo primero que hace el perverso es convertir la falta del otro en falta imaginaria. El
acto perverso es el recurso fundamental del sujeto para reintroducir el goce en el otro,
con lo cual hace que el otro exista. A eso dedica su vida. Se hace instrumento del otro,
no le importa que el otro lo utilice para obtener goce (posición insostenible del
neurótico).
La homosexualidad masculina perversa se sustenta en una lógica fálica, del lado del
ser (ser el falo), creando un artificio que obstruye el reconocimiento, por el sujeto, de
su propio deseo, como un deseo atado a un otro, a un otro en falta. El homosexual
identifica la falta en el otro pero necesita abolirla, ya que la falta en el otro le
representa la presencia de la falta en sí mismo. De ahí que para renegar de la falta crea
una ley arbitraria a la no diferenciación de los sexos y a la no prohibición del incesto,
situaciones ambas que lo ponen en contacto con la castración. Es una ley que no se
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rige por la castración y el deseo, es una ley que ordena la trasgresión y que es al mismo
tiempo transgresiva. El perverso se coloca en el límite del reconocimiento, esto quiere
decir que "a pesar de reconocerla no la asume", por lo que no hay una abolición del
registro simbólico, sino una ubicación particular con respecto al mismo. Es la "ley del
goce" que surge como la interpretación perversa de la castración. Hay dos leyes: una
ley transgredida (ley de la castración) fuera de la cual se coloca el perverso y otra ley
transgresiva (ley del goce) a la que está sujeto. Se reniega la primera, y aun cuando
hay un reconocimiento de que existe la ley, es decir, la prohibición del incesto y la
diferencia de los sexos, el homosexual perverso no la asume. El sabe de la ley pero
simplemente no la asume; entonces, no basta la presencia de la representación de la
ley de la castración y el deseo, sino la asunción de la misma. La ley del homosexual
perverso es la ley del goce.
El goce (Lacan, 1966) es algo que va más allá del placer, que no es satisfacción, ni
mayor placer. "El goce tiene la particularidad de oponer al deseo", ya que el deseo
exige pasar por el deseo del otro, es decir, por su castración y la castración es lo
inconcebible en la estructura perversa, el deseo es renunciado y sustituido por la
voluntad de goce, que es el intento de prescindir de ese otro y de su deseo. Así,
voluntad de goce (Lacan, 1966) es el imperativo categórico del goce como principio
racional de la acción.
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Esta elección de goce, elección de un partenaire del mismo sexo, se desencadena
desde el punto de vista simbólico por la presencia de falo en el otro. El otro detenta el
falo, el falo que falta en la mujer se cambia por una fetichización del órgano viril en
el hombre, pasando entonces, el partenaire homosexual, a ser la mujer con pene
(madre fálica) con la que se efectúa el coito homosexual. En otras ocasiones el carácter
fetichista del órgano, puede explicar por qué en determinados momentos los
encuentros sexuales homosexuales se producen sin coito, teniendo un papel central la
elección del órgano escópico como una forma del encuentro homosexual.
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homosexualidad perversa masculina, es que ésta se expresa por la actuación: el
perverso actúa el fantasma y lo actúa creando lo que ha sido llamado un escenario
(Gillespie, 1952, McDougall, 1972) o un campo de ilusión (Clavreul, 1967). Es allí
donde se plantea el drama de su ser (ser el falo), en el vínculo con sus objetos. En este
escenario perverso se van a configurar las formas de relación o vínculo homosexual
y/o heterosexual que puede establecer el homosexual perverso masculino. Estas
formas no plantean una bisexualidad o la existencia de un tercer sexo, sino la manera
como se constituye "la pareja perversa o la perversión de la pareja".
De esta manera logra resarcir su integridad fálica y pervertir la relación con su pareja
("la perversión de la pareja"). Ahora bien, se dan casos en que la pareja del
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homosexual perverso masculino, también es perversa, configurando esto una "pareja
perversa" (Clavreul, 1967), que incluye a terceros en ambas partes. La manera como
se configura esta triangularidad o estas triangularidades es mediante una "orgía
perversa o práctica perversa", que puede ser secreta o un secreto a voces. Este
comportamiento perverso constituye "el desafío" (Aulagnier, 1978), "desafía a lo real:
y si desafía a ese real por el sesgo de la ley, es porque, en nombre del saber, la ley
viene a resignar y codificar la realidad. Toda ley se apoya sobre el postulado de un
saber que se quiere verdad, porque pretende encontrar sus fuentes en lo real. A ese
saber se dirige el desafío del perverso, a ese saber que quiere hallar en la realidad del
cuerpo, en la realidad del afecto o en la realidad del orden del mundo, sus garantías".
En el caso del homosexual perverso, su desafío viene a invertir los signos y cuestionar
la legitimidad de todo soporte ético.
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La verdadera homosexualidad no es, pues, un vicio, ni consiste en la búsqueda de
sensaciones nuevas. Es una orientación del deseo sexual y de la afectividad,
independientemente de la voluntad, hacia el mismo sexo.
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FACTORES GENETICOS EN LA HOMOSEXUALIDAD
El cromosoma sexual masculino (cromosoma "Y") es el que determina el sexo ("XY"
= macho; "XX" = hembra), el cual comienza a concretarse alrededor de la 7a semana
de vida fetal, a partir de cuyo momento el sexo del futuro ser puede ser detectado. Una
vez activadas las gónadas parece ser que el desarrollo diferencial del sexo del feto está
influenciado preferentemente por las hormonas segregadas por estas gónadas fetales
cuando se trata del sexo masculino.
Lang, en 1940, intentó probar su teoría, según la cual los homosexuales masculinos
eran genéticamente hembras que habían perdido sus características anatómicas, a
excepción del cariotipo.
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ene que existir un campo en la expresión privada de la moral individual en el que la
ley no debe intervenir.
MORAL Y HOMOSEXUALIDAD
o La norma moral viene dada por las costumbres. Los aspectos morales de la
homosexualidad están derivados de la legislación, la psiquiatría y la vida social.
o Cuando la ley juzga como delito la relación homosexual entre adultos libres y
conscientes de sus actos, está claro que no pretende proteger la moral pública ni la
seguridad de sus individuos, sino que tiene una finalidad moralizadora.
o Al definir la conducta heterosexual como normal y la homosexual como anormal,
debe partirse de algún juicio de valor previo. En principio, este valor previo es el de
la procreación, que a través de la heterosexualidad permite la conservación de la
especie.
o Existir una corriente de opinión entre los científicos y psiquiatras actuales, y también
entre personas cultivadas intelectualmente, que están en contra de cualquier tipo de
legislación represiva contra los homosexuales, realizados en privado y
voluntariamente por adultos, pueden ser considerados como delitos.
Perspectiva sociológica
o La consideración social de la homosexualidad en los últimos siglos ha sido más
permisiva con la homosexualidad femenina (lesbianismo) que con la masculina. En la
actualidad asistimos a la proliferación en ciertos movimientos sociales que reivindican
un reconocimiento público y legal de las conductas homosexuales.
Perspectiva biológica
o No hay acuerdo sobre el origen somático (corporal) de la tendencia homosexual,
aunque parece probada una cierta base biológica en aquellos individuos que
manifiestan una tendencia homosexual muy acusada.
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Perspectiva psicológica
Una vez más, el psicoanálisis ha mostrado la enorme importancia del factor
psicológico en la génesis de las conductas homosexuales. Un primer elemento común
consiste, en los chicos, en una fuerte identificación con la madre, junto a una
deficiente con el padre; entre las chicas, el proceso es inverso. Esta excesiva
identificación con la madre, en el caso del chico, produce un hiperdesarrollo del
elemento femenino latente y una atrofia del masculino.
Valoración moral
La homosexualidad priva del gozo de la complementariedad que se da entre hombre
y mujer, complementariedad que representa, según la tradición bíblica, la máxima
realización del ser criatura de Dios
LA HOMOSEXUALIDAD EN LA BIBLIA
Si un hombre se acuesta con otro hombre, como se hace con una mujer, ambos
cometen una abominación y serán castigados con la muerte; caiga su sangre sobre
ellos...."
(Levítico 20 b, 13)
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TEORÍAS SOBRE LOS ORÍGENES DE LA HOMOSEXUALIDAD
Teorías biológicas
Las teorías biológicas, intentan explicar las causas de la homosexualidad a partir de
factores etiológicos de naturaleza orgánica. Existen tres grupos de teorías biológicas
de acuerdo con el factor en el cual se centran: a) las de tipo genético, b) las de tipo
hormonal y c) las que ponen énfasis en las diferencias estructurales del cerebro de
homosexuales y heterosexuales (Soriano, 1999).
Teoría hormonal. Al comprobarse que las personas tenían hormonas de ambos sexos,
andrógenos y estrógenos, la premisa básica de la teoría hormonal fue la de afirmar
que el deseo homosexual es causado por la carencia o exceso de dichas hormonas.
Así, investigaciones diversas condujeron a la especulación de que estos factores
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hormonales tenían que ver, ya sea como causa o predisposición, en la
homosexualidad.
Todos estos estudios, más que ofrecer evidencia al respecto aparecen como
contradictorios. Las investigaciones en el campo hormonal, aún no han logrado
explicar satisfactoriamente ciertas preguntas y superar ciertos límites. Por una parte,
un homosexual adulto no consigue alterar en ningún modo su orientación sexual con
hormonas sexuales; de hecho, las personas que fueron sometidas a un tratamiento
hormonal elevaron su deseo sexual pero no modificaron su preferencia por personas
del mismo sexo (Sociedad, s.f.). Por otro lado, los comportamientos homosexuales
verificados en las especies animales utilizadas en los diversos estudios, no parecen
tener una correspondencia clara con la homosexualidad en los seres humanos
(Masters, Johnson y Kolodny, 1995). Hoy día, es difícil que algún científico serio
afirme una relación causa-efecto con relación a los factores hormonales y la
homosexualidad, más bien, como lo indican Masters, Johnson y Kolodny (1995) “se
está considerando la hipótesis de que los influjos hormonales en la fase prenatal
repercuten de tal modo en la evolución cerebral, que predisponen al sujeto a
determinadas pautas de conducta homosexual en la etapa adulta” (p. 441).
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Teoría neuroanatómica. El tercer grupo de teorías de tipo biológico se enfocan más
en las estructuras cerebrales, especialmente en el tamaño de un área del hipotálamo.
El trabajo más representativo ha sido el de Levay (1991 en Soriano, 1999) quien,
después de varios estudios realizados con hombres homosexuales y heterosexuales y
con mujeres de quienes se desconocía su orientación sexual, llegó a afirmar que los
núcleos intersticiales del hipotálamo anterior en los hombres heterosexuales era más
del doble que en las mujeres y en los hombres homosexuales, mientras que, entre
mujeres y hombres homosexuales, no había diferencias. Sin embargo, habría que
destacar ciertos problemas metodológicos: tamaño de la muestra (fueron 19 hombres
heterosexuales, 16 hombres homosexuales y seis mujeres), no tener la seguridad si los
heterosexuales realmente lo eran y además, el estudio se hizo con homosexuales que
fallecieron de Sida lo cual pude provocar la reducción del núcleo intersticial del
hipotálamo anterior.
En definitiva, como afirma Soriano Rubio (1999), por el momento no se puede afirmar
que la homosexualidad, o mejor la orientación sexual, sea determinada ni por factores
genéticos, ni hormonales, ni tampoco neuroanatómicos únicamente. Es posible, eso
sí, que alguno o más de uno pueda predisponer, para que la interacción con factores
de otro tipo, muy posiblemente de naturaleza psicosocial, la orientación sexual se
especifique en uno u otro sentido (p. 75).
Teorías psicológicas
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A partir de los factores en los cuales se centran estas formas de abordar la
homosexualidad, se pueden distinguir dos grupos dentro de estas teorías psicológicas:
a) teorías psicodinámicas que se enfocan en los procesos intrapsíquicos y b) las teorías
conductuales o aquellas que destacan el papel de las variables experienciales o
sociales como agentes que originan la homosexualidad (Soriano, 1999).
Una fijación en la fase anal, en la cual la fuente de satisfacción está en la zona anal y
el placer es autoerótico, llevaría en la pubertad a la elección narcisista del objeto
sexual, resultando en la atracción por personas que tengan los genitales iguales a uno
mismo. En la etapa fálica, la fuente de placer se traslada a los genitales y se espera,
en condiciones normales de desarrollo, que el niño tome conciencia de su pene y de
la ausencia de éste en las niñas. Aparece entonces el miedo a perder este órgano
conocido como “complejo de castración” el cual, al no ser superado, ocasionaría el
miedo a los genitales femeninos y la preferencia a tener a otro hombre como un
compañero sexual. De hecho, Freud también consideraba que todos los individuos
albergaban tendencias homosexuales latentes, las cuales se manifestaban en una
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conducta abiertamente homosexual en la edad adulta delante de ciertas condiciones
como, por ejemplo, la angustia de castración continuada. Finalmente, puede decirse
que la explicación más conocida que dio Freud sobre el origen de la homosexualidad
fue, sin duda, la ineficaz resolución del complejo de Edipo/Electra. Para solucionar
positivamente esta situación, el niño debería reprimir los deseos incestuosos con su
madre e identificarse con el padre para dirigir sus deseos sexuales a otras mujeres en
la pubertad, finalizando así el desarrollo sexual. Sin embargo, cuando por diversos
factores, como por ejemplo un modelo de madre demasiado dominante o absorbente
o por una figura de padre demasiado distante como para que se produjera la
identificación, no se resuelve este tipo de situación y el deseo sexual en la pubertad
se dirigirá a personas del mismo sexo (Masters, Johnson y Kolodny, 1995; Sociedad,
s.f.; Soriano, 1999).
Existen otras teorías psicodinámicas que rechazan la bisexualidad innata y más bien
afirman que diversas experiencias tenidas en la infancia y en la adolescencia son las
causantes de la conducta homosexual. Bieber (1962 en Álvarez, s.f.; Masters, Johnson
y Kolodny, 1995) indica la existencia de un patrón familiar paterno, en el cual la figura
paterna aparece como alguien que es hostil, ambivalente y lejano, sugiriendo que la
homosexualidad sería una consecuencia del miedo a las interrelaciones
heterosexuales. Además, en un estudio importante realizado por Bell y colaboradores
(1981 en Soriano, 1999) no se encontraron argumentaciones sólidas que respaldaran
la teoría de Bieber ni ninguna causalidad sociofamiliar para explicar la orientación
homosexual. Por su parte, Bene (1965 en Álvarez, s.f.; Masters, Johnson y Kolodny,
1995) indica como origen de la homosexualidad, una forma inadecuada de
relacionarse con el padre, el cual se muestra débil y a quien se le considera un inútil,
sin que existiera algún indicio de sobreprotección materna. A diferencia de Bieber,
Greenblat (1966 en Álvarez, s.f.; Masters, Johnson y Kolodny, 1995), encuentra que
los padres de homosexuales son bondadosos, generosos, dominantes y poco
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protectores, mientras que las madres aparecían como personas nada dominantes ni
sobreprotectoras.
Teorías conductistas
Teoría del aprendizaje. El punto central de este enfoque es el aprendizaje. Esta
perspectiva considera la sexualidad como un impulso neutro que se tiene al nacer, el
cual se va modelando por las distintas experiencias de aprendizaje que el individuo va
teniendo en el transcurso de su desarrollo. De esta forma, el ser heterosexual,
homosexual o bisexual, será el resultado de una socialización mediatizada por
experiencias de aprendizaje que se originan por la imitación de modelos, por el
refuerzo y por el castigo de las conductas sexuales en los años de la infancia, en los
de la preadolescencia y en la adolescencia, principalmente (Masters, Johnson y
Kolodny, 1995; Soriano, 1999). Desde esta perspectiva del aprendizaje, las teorías
conductistas podrían explicar por qué algunos adultos que han tenido una vida
heterosexual, cambian su orientación sexual a partir de los refuerzos existentes en una
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práctica homosexual satisfactoria y gratificante, o en aquellos refuerzos ausentes en
sus experiencias heterosexuales poco gratas (Masters, Johnson y Kolodny, 1995).
Ahora bien, los estudios realizados desde esta perspectiva, se enfocan en poder
señalar cuáles son esos factores o experiencias específicas por las que se produce el
aprendizaje de la homosexualidad. Sin querer reducir el amplio espectro de factores
que desde este enfoque conductista tienen que ver con la homosexualidad, sí es
posible señalar que dos han sido las tendencias principales que han pretendido
explicar la homosexualidad como un aprendizaje.
Por un lado, están los estudios que subrayan, como origen de la homosexualidad, ya
sea la inadecuada identificación con el modelo sexual durante la infancia, el
inadecuado reforzamiento de la conducta si esta ha sido correcta, o bien, el aprendizaje
inadecuado del rol de género. En todas estas situaciones, se destaca el papel de los
padres (Bandura 1969; Kohlberg, 1966 en Soriano, 1999)
Por otro lado, existen hipótesis que intentan explicar el origen de la homosexualidad
a partir de las primeras experiencias, pensamientos y sentimientos sexuales durante la
preadolescencia y adolescencia, ya sea porque éstas se han dado en forma temprana,
o bien por el grado de satisfacción y placer obtenido si han sido con personas del
mismo sexo o, por el contrario, porque se han tenido con personas del otro sexo y
dichas experiencias han resultado desagradables e insatisfactorias (Masters y Johnson,
1979 en Soriano, 1999).
Ante todo, esto habría que señalar que la orientación sexual no está en relación con la
identidad sexual (Soriano, 1999), además es difícil establecer, desde los resultados
obtenidos en estas investigaciones, la existencia de una relación de causa-efecto entre
las variables propuestas en estos estudios. Por otro lado, a partir de los contactos
placenteros con el mismo sexo y los no placenteros con personas del sexo opuesto, es
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difícil definir si éstos son causa o consecuencia del comportamiento homosexual.
Según estudios realizados por Soriano (1999), la toma de conciencia de la propia
homosexualidad tiende a ser previa al inicio de las conductas sexuales con otras
personas, por lo tanto la especificación de la homosexualidad se debe a otros factores
y no a las primeras experiencias sexuales; no obstante, la misma Soriano (1999)
tampoco establece cuáles podrían ser estos factores.
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como la de satisfacción de las necesidades básicas (como la alimentación), satisface,
al mismo tiempo, la necesidad de contacto físico con la persona que cuida del niño.
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2. Hombres que se definen a sí mismos como bisexuales.
3. Hombres que dicen que han tenido sexo con otros hombres.
4. Hombres trabajadores sexuales.
5. Niños varones de la calle que venden sexo a hombres.
6. Hombres que han tenido sexo con hombres trabajadores sexuales.
7. Hombres que han tenido sexo con niños callejeros varones.
8. Jóvenes adolescentes varones que tienen sexo con otros jóvenes.
9. Travestis y transexuales masculinos.
10. Hombres prisioneros que han tenido sexo con otros prisioneros.
Sin desacreditar a priori los esfuerzos que han existido y existen por encontrar los
orígenes de la homosexualidad, tal vez esta búsqueda no debería limitarse a la génesis
de esta conducta, sino extenderse hacia la comprensión integral de la misma. Este
entendimiento global implicaría reconocer que, tal vez, el comportamiento
homosexual no es en sí un “peligro” para el desarrollo de la personalidad, sino como
lo señala Scholfield (1965 en Hernández, s.f.)
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CONCLUSIÓN
En la sociedad de hoy día y bajo una mirada teórica de la interacción social, los
hombres homosexuales, adoptan comportamientos acordes al contexto y las personas
con las cuales se relaciona. Lo que determina este cambio de actitud es el hecho de
que las personas con las cuales interactúa estén al tanto o desconozcan su tendencia
sexual.
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En relación a la homofobia interiorizada, se puede señalar que los informantes
entrevistados, han tratado de cambiar su orientación sexual hacia una socialmente
aceptada, manteniendo relaciones afectivas heterosexuales, a fin de convencerse que
es algo modificable, provocando sentimientos de frustración por no encontrarse
dentro de los parámetros socialmente correctos.
Siguiendo con la teoría anterior, la imagen que ellos tienen de la sociedad, es que la
perciben como una sociedad machista, que rechaza y discrimina a todas aquellas
personas que no se ajusten a las normas establecidas por ésta, para evitar la sanción
social, los homosexuales elaboran estrategias a fin de ocultar su condición., por el sólo
hecho de pertenecer a esta minoría ellos se sienten afectados, aunque no hayan sufrido
discriminación de forma directa; en cuanto al ambiente gay, representan como
aspectos positivos de las personas homosexuales, el ser multifacéticos y eficientes en
el trabajo, en cuanto a lo negativo, que son promiscuos, discriminadores en su mismo
ambiente e infieles, aspectos con los cuales los informantes se han identificado en
algún momento de sus vidas.
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percepción que tienen sobre las cosas, lo que se evidencia en el discurso que
comunican a los demás.
Los homosexuales forman parte de una minoría que no se ajusta a la norma, y por
ende, son considerados por la sociedad como un mal ejemplo, que representa ‘lo que
no se debería hacer” o ‘lo que no se debería ser”, esta concepción de la
homosexualidad como algo errado o desviado, fuera de la normalidad, provoca una
serie de prejuicios y estereotipos negativos, mediante los cuales la sociedad
estigmatiza a las personas que siendo hombres demuestran algún rasgo femenino, ya
que se tiene la idea de que no se puede ser hombre y homosexual a la vez (el hombre
debe ser muy masculino y el homosexual demasiado femenino).
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amor verdadero que tienen los hombres gay, hace que se refugien de manera constante
en cuanta pareja tengan a su alcance.
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REFERENCIAS
Masters, W.H., Johnson, V.E., Kolodny, R.C., (1995). La Sexualidad Humana. II.
Evolución. Aspectos Psicosociales, Barcelona, España: Grijalbo.
31
Freud, S. (1919): Pegan a un Niño: contribución al conocimiento de la génesis de las
perversiones sexuales. Obras completas, Buenos Aires, Amorrortu, 1979, vol.
17, p. 196-198.
Lacan, J. (1966) "Kant con Sade", en Escritos, México, Siglo XXI. 12a Edición, 1985,
tomo II, p. 744-770.
McDougall, J.C. (1972): "Primal Scene and Sexual Perversion", Int. Journal of
Psychoanalysis, vol. 52, p. 371-384, Londres, Baillere and Tindal, 1972.
Miller, J.A. (1084): "Teoría de los Goces", Recorrido de Lacan, Buenos Aires,
Manantial, 1986 p. 149-160.
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ANEXOS
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