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Capítulo 1.

Fundamentos del sonido

OBJETIVOS
- Dar a conocer los fundamentos básicos del sonido en general y del ruido, en
particular.

1.1 Definición de sonido

El sonido es una alteración física en un medio gas, líquido o sólido, y que puede
detectarse por el oído humano.

El medio de propagación del sonido debe ser elástico, es decir, tener masa y
elasticidad, ya que en el vacío no se propaga. La transmisión puede ser aérea o
por estructura (a través de los elementos sólidos o líquidos). En este último caso,
las paredes o elementos sólidos y líquidos afectados por la transmisión por
estructura entran en vibración y originan, a la vez, una radiación de sonido aérea.

Las ondas sonoras en el aire están causadas por las variaciones de presión por
encima y por debajo del valor estático de la presión atmosférica.

La rama de la física que estudia el sonido se denomina Acústica.

1.2 Propiedades del sonido

Desde un punto de vista teórico, el estudio físico del sonido se plantea


como una aplicación de la dinámica oscilatoria, basada en la propagación por un
medio de las ondas sonoras.

Cuando se origina un sonido, se produce un impacto en las moléculas del aire que
empiezan a vibrar, variando la distancia entre sus átomos constituyentes mediante
un movimiento oscilatorio (figura 1.1).

Figura 1.1: El movimiento oscilatorio de los dos átomos viene indicado por el
sentido de las flechas.
Se producen entonces una serie de elongaciones y disminuciones de la distancia
de enlace en una frecuencia característica del ruido; estas variaciones se pueden
representar gráficamente según se ilustra en la figura 1.2.

Figura 1.2: Variación de la amplitud de una onda en el tiempo para un movimiento


oscilatorio (armónico simple).

A continuación se definen una serie de magnitudes físicas características de las


ondas sonoras, y que constituirán la base de las mediciones de los niveles de
contaminación acústica, tal y como se verá en posteriores capítulos.

1.2.1 Velocidad

Se define como la velocidad de desplazamiento de las ondas sonoras. El


valor de la velocidad a la que se propaga el sonido en un medio elástico
depende de las propiedades del medio y se puede calcular mediante
fórmulas características.

Por ejemplo, para la propagación del sonido en el aire la fórmula es la


siguiente:

donde:

c= velocidad del sonido en el aire, m/s.

Patm = presión atmosférica, Pa1.


ρ= densidad del aire, kg./m3.

En condiciones normales de presión (1 atm) y de temperatura (20ºC), la


velocidad del sonido tiene un valor de 344 m/s en el aire. Esta velocidad
aumenta aproximadamente 0,61 m/s por cada ºC que aumenta la
temperatura.

MEDIO DE PROPAGACIÓN VELOCIDAD (EN m/s)

Caucho 35

Corcho 500

Plomo 1.200

Agua (a 15ºC) 1.440

Cobre 3.800

Madera De 1.000 a 4.000

Hierro 4.950

Vidrio 5.600

Tabla 1.1. Velocidad del sonido en diferentes medios de propagación.

1 1Pa = 1N/m2 = 1(Kg m/s2)/m2 1.2.2 Período

1.2.2 Período

El período se define como el tiempo (en segundos) que tarda en


producirse un ciclo completo de oscilación de la onda sonora. Se
representa por T.

1.2.3 Frecuencia

La frecuencia se define como el número de ciclos completos que se


producen en un segundo. Es el inverso del período y se mide en Hertzios
(ciclos por segundo).
El oído capta frecuencias entre 20 y 20.000 Hz. Dentro de esta escala, se
entienden como sonidos graves los que poseen una frecuencia inferior a
los 250 Hz; entre 500 y 1000 Hz los sonidos son medianos y, más allá
de 1000 Hz, los sonidos son agudos.

En la figura 1.3 se ilustran los diferentes tipos de sonidos en función de


su frecuencia.

Figura 1.3: Tipos de sonidos que capta el oído humano en función de su frecuencia.

En la figura 1.4 (izqda.) se representa la diferencia de frecuencias en el


teclado de un piano, cuanto más agudo es el sonido, más alta es su
frecuencia. En la misma figura (dcha.) se representa la diferencia de
amplitud para una misma nota, cuanto más fuerte se teclea, mayor será
la amplitud.

Figura 1.4: Frecuencias de un teclado de piano.

1.2.4 Longitud de onda

La longitud de onda (λ) es la distancia recorrida por un frente de onda


durante un período completo de tiempo. Este parámetro se expresa en
metros y, como puede verse, está relacionada con la frecuencia y la
velocidad del sonido.

1.2.5 Presión sonora

El concepto de presión sonora es básico para entender el significado de


ruido, ya que lo que detecta el oído humano es la variación de la presión
atmosférica originada por la traslación de una onda sonora. Se define
como la fuerza por unidad de superficie que realizan las partículas de
aire al vibrar. El valor mínimo de presión sonora asimilable por el sistema
auditivo humano es de Po = 2·10-5 Pa, que determina el umbral de
audición. Más allá de los 20 Pa se provoca una sensación de dolor
(umbral de dolor).

La presión sonora puede calcularse a partir de un cálculo integral de los valores de presión
atmosférica en un período de tiempo.

Las unidades del sistema internacional (Pa = N/ m 2) no son cómodas de utilizar, por lo que se
usa una escala logarítmica que acerca más los valores. Además, la respuesta del oído a un
aumento de la presión sonora es logarítmica, no lineal, por lo que para interpretar un aumento
geométrico de la presión sonora, la escala logarítmica lo traduce en un aumento aritmético.

Este valor se multiplica por un factor 20 para obtener unidades más prácticas, los decibelios
(dB), con lo que se obtiene el nivel de presión del sonido:

donde Lp es el nivel de presión del sonido.

Al utilizar el concepto de nivel de presión del sonido (Lp) en vez del de


presión sonora, la escala de valores queda entonces transformada de 0 a
120 dB (tabla 1.2).

FUENTES DE RUIDO P (en Pa) Lp (en dB)

Umbral de audición 2·10-5 0

Cuchicheo 6,3·10-5 10

Ruido en el campo 2·10-4 20

Tráfico en una calle tranquila 6,3·10-4 30

Romper una hoja de papel 2·10-3 40


Máquina de escribir 6,3·10-3 50

Conversación normal 2·10-2 60

Tráfico intenso 0,063 70

Paso de una motocicleta 0,2 80

Claxon de un automóvil 0,63 90

Orquesta 2 100

Despegue de un avión 20 120

Tabla 1.2. Diferentes ruidos en distintas escalas.

1.2.6 Intensidad sonora

La intensidad sonora es la energía sonora que atraviesa


perpendicularmente una unidad de superficie por unidad de tiempo. Si
esta propagación se da en una sola dirección, se puede emplear la
siguiente fórmula:

donde:

I = Intensidad sonora, W/m2.

ρ= densidad del medio elástico, kg/m3.

P = presión sonora, Pa.

1.2.7 Potencia sonora

Se define como la intensidad sonora que atraviesa radialmente una


esfera cuyo centro sea el punto emisor.
Lw = · A = · 4 ·π· r2

donde:

Lw = potencia sonora, W

A =superficie de una esfera, m2.

1.3 Propagación del sonido

La propagación del sonido en un campo libre de obstáculos o


interferencias se produce mediante frentes de onda esféricos desde el
punto emisor, que pierden presión sonora con la distancia. Esta pérdida
está sujeta a las condiciones meteorológicas existentes de presión
atmosférica, temperatura y humedad relativa del aire, y también por la
frecuencia del sonido. Así, las ondas sonoras de frecuencias más altas
son más susceptibles a la atenuación del aire.

Un ejemplo ilustrativo para observar la influencia que la temperatura


ejerce en la propagación del sonido se puede encontrar en el fenómeno
meteorológico de las inversiones térmicas, que tienen lugar sobre todo
en invierno. La inversión térmica se produce a cierta altura de la
superficie terrestre, cuando se forma allí una capa de aire más caliente
que el de las capas inferiores. Este manto ejerce entonces una función
apantalladora, devolviendo una parte de las ondas sonoras procedentes
del suelo de nuevo a la superficie terrestre.

A continuación se estudiarán algunas propiedades físicas de la


propagación del sonido tales como la reflexión, refracción, difracción,
reverberación y absorción del sonido.

1.3.1 Reflexión del sonido

La reflexión de una onda se produce cuando ésta, o una parte de ésta,


cambia la dirección o sentido de su propagación al chocar con un
obstáculo, volviendo por el mismo medio de llegada. En la reflexión de
las ondas no varía ni la frecuencia ni el módulo de la velocidad de
propagación, ya que la onda se mueve constantemente por el mismo
medio. Tampoco cambia el ángulo de reflexión con la normal respecto al
de incidencia tal y como se ilustra en la figura 1.5.

Figura 1.5: Reflexión de una onda sonora.

Generalmente, la reflexión sobre una superficie no es total: una parte de


la onda es absorbida o transmitida por la estructura interna de un medio.
En este contexto, la cantidad de energía reflejada es función de una serie
de factores:

- Ángulo de incidencia.

- Coeficiente de absorción de la superficie.

- Longitud de onda incidente.

- Irregularidad de la superficie.

- Densidad y viscosidad del medio de propagación.

Se denominan superficies acústicamente duras a aquellas que presentan


un alto índice de reflexión.

1.3.2 Refracción del sonido

Cuando una onda sonora atraviesa una superficie y se propaga por otro
medio elástico, lo hace en un ángulo diferente al ángulo de incidencia
respecto a la normal por variar su velocidad de propagación. Esta
velocidad de propagación es proporcional a la densidad del medio, de
manera que cuando una onda sonora penetra en un medio más denso,
aumenta su velocidad y, según la siguiente expresión, también lo hace su
ángulo respecto a la normal.

De esta manera, se pueden tener dos situaciones diferentes, tal y como


se refleja en la figura 1.6.
Figura 1.6: Diferentes tipos de refracción αi es el ángulo incidente;αr es el ángulo refractado;ρ1 es la
densidad del medio 1 yρ2 es la densidad del medio 2.

1.3.3 Difracción del sonido

En la propagación del sonido, de la misma forma que en la de cualquier


tipo de onda, se produce el fenómeno de la difracción mediante el cual la
onda sonora es capaz de propagarse por aberturas o rodear obstáculos.
El grado de difracción depende de la longitud de onda del sonido (λ), de
manera que se pueden contemplar tres posibles situaciones
dependiendo del diámetro de un orificio o la altura (h) de un obstáculo:

- Para h <λ no se producen zonas de sombra en las que no lleguen las


ondas sonoras.

- Para h =λel ruido llega muy atenuado a determinadas zonas.

- Para h >λ hay zonas de sombra.

Figura 1.7: Difracción del sonido.

En ocasiones, al cambiar la frecuencia de un sonido se llega a no


percibirlo en un lugar donde antes sí se oía. Esto ocurre al aumentar la
frecuencia, o lo que es lo mismo, al disminuir la longitud de onda
(sonidos más agudos), favoreciendo así la aparición de las zonas de
sombra.
1.3.4 Reverberación del sonido

La reverberación de un sonido en un recinto cerrado es un tipo de


reflexión en la que se escucha una prolongación en el tiempo del sonido
una vez que ha desaparecido la fuente que lo ha generado. Esta
persistencia sonora será tanto mayor cuanto más pequeño sea el
coeficiente de absorción de las paredes del local, y viene definida por el
tiempo o período de reverberación: tiempo necesario para que la
intensidad original del sonido disminuya en 60 decibelios.

El valor del período de reverberación puede llegar a los 2 ó 3 segundos en


salas de conciertos o iglesias, o ser próximo a cero en salas de
conferencias.

El fenómeno de la reverberación no debe confundirse con el eco, que se


produce en espacios abiertos. El eco es la consecuencia de la reflexión
del sonido en una única superficie y, por lo tanto, se desplaza en una
sola dirección. Por eso, su efecto no se observa inmediatamente
después de que la fuente sonora haya cesado de emitir ondas, sino al
cabo de unos segundos. Para que la presencia de dos sonidos diferentes
(el emitido y el reflejado) sea apreciable por el oído humano, debe haber
una separación de tiempo de 0,1 segundos como mínimo entre ellos, de
manera que el oyente tiene que estar a una distancia mínima de 17
metros de la pared reflectora.

Demostración:

El camino más corto de ida y vuelta del sonido es (2 · d). Por tanto, la distancia mínima
a la pared será:
d = (0,1 s · 340 m/s) / 2 = 17 m

El primer científico que enunció leyes que explicaban los fenómenos de


reverberación fue Sabine, que observó experimentalmente que el tiempo
de reverberación no dependía ni de la posición de la fuente sonora ni de
la del oyente, ni tampoco de la ubicación de las paredes que reflejaban el
sonido. Sabine dedujo empíricamente que sólo dependía del volumen de
la sala y de las superficies de las paredes con capacidad de absorción.
Todos estos resultados los expresó en una fórmula que lleva su nombre:

donde:

T = Tiempo de reverberación, s.
V = Volumen del recinto, m3.
α i = Coeficiente de absorción de la superficie i, sabinos/m2.
Si = Superficie de la pared i, m2.

La fórmula de Sabine se ajusta bastante bien a los tiempos de


reverberación medidos experimentalmente en situaciones en las que las
paredes tengan un coeficiente medio de absorción relativamente bajo
(menor de 0,25) y estén situadas siguiendo una disposición espacial
aproximadamente homogénea. Para cálculos más precisos, en los que
se conozca perfectamente la magnitud de los coeficientes,
independientemente de su valor, es más aconsejable el empleo de la
fórmula de Eyring, aunque sigue siendo necesaria una distribución
regular de las superficies absorbentes:

donde:

S = Superficie total de las paredes.

En el cálculo del coeficiente medio de absorción, y para emisiones


acústicas de frecuencias bajas, se suma un término (m · L) que
considera la absorción del sonido por el aire, donde m es una constante
relacionada con su viscosidad y conductibilidad calorífica y L es el
recorrido libre medio:
Se proponen dos fórmulas más, en las que no tiene influencia la
disposición de paredes u obstáculos que puedan reflejar las ondas
sonoras:

En esta última expresión se divide el local en tres direcciones (x, y, z)


clasificando las paredes que reflejan según su orientación.

Todas estas fórmulas resultan bastante complicadas e incómodas en su


empleo para el cálculo del tiempo de reverberación en un local cerrado,
por lo que es habitual el uso de gráficos experimentales que relacionan
este tiempo con el volumen del recinto y con el coeficiente medio de
absorción.

1.3.5 Absorción del sonido

Cuando una onda sonora se desplaza por un medio elástico y entra en


contacto con una superficie, parte de su energía sonora es absorbida.

En este contexto, todo material tiene un coeficiente de absorción (α)


característico que se define como una relación entre las energías
absorbida e incidente.

El coeficiente de absorción es un parámetro adimensional cuyo rango de


valores oscila desde el cero, para un hipotético material que refleje todas
las ondas sonoras, hasta la unidad, para aquellos materiales que
absorben toda la energía acústica incidente (cualquier abertura de la
superficie se considera con un coeficiente α = 1).

1.3.5.1 Factores determinantes de la absorción


Básicamente, la absorción del sonido viene determinada por los tres
factores siguientes:

- Características del espectro de frecuencias de la onda sonora. El


coeficiente de absorción de un material no es fijo, sino que depende de la
frecuencia de la onda sonora incidente, de manera que según el tipo de
material, el sonido se filtrará en determinadas frecuencias.

Figura 1.8: Coeficiente de absorción para distintos tipos de materiales absorbentes.

- Características del material. La forma, espesor, orientación, etc., del


material también influirán sobre la absorción del sonido.

- Características del medio elástico. Más que al material, se hace


referencia aquí al desplazamiento de la onda por el medio elástico (aire,
agua,...) y su absorción en éste. Su influencia, de todos modos, no es tan
notoria como en los dos casos anteriores.

1.3.5.2 Tipos de materiales absorbentes

Tal y como se ilustra en la figura 1.8, se distinguirán tres tipos de


materiales absorbentes según la distribución de su capacidad de
absorción: los absorbedores disipativos, los absorbedores de membrana
y los absorbedores de Helmholtz.

Absorbedores disipativos

Este tipo de absorbedores pertenecen al grupo de materiales disipativos


porosos, fibrosos o con agujeros o cavidades en su estructura. Dentro de
estos agujeros o cavidades existe aire, que desempeña su función como
medio de propagación al entrar en movimiento. En este movimiento se
produce un rozamiento con la estructura del material, transformándose
una parte de la energía sonora en energía térmica.

Para que este efecto sea importante, el tamaño medio de los poros debe
ser del orden de la longitud de onda sonora; así, tal y como puede
observarse en el gráfico 1.8, la absorción es máxima para las longitudes
de onda más pequeñas (altas frecuencias). También influye la forma de
los poros, que pueden favorecer en mayor medida la reflexión del sonido
por las superficies de la estructura interna.

Existen muchos absorbedores disipativos utilizados en el aislamiento de


locales, carreteras, etc. Algunos ejemplos son las espumas sintéticas de
poliuretano, la gomaespuma, el corcho o las fibras minerales.

Absorbedores de membrana

Otro sistema muy empleado en el acondicionamiento de locales con


niveles de ruido elevados es la instalación de paneles de madera o
corcho sobre bastidores que los separan a una cierta distancia de la
pared, dejando una cámara de aire en su interior. El mecanismo de
absorción de las ondas sonoras se basa en dos efectos: la vibración de
la chapa y la absorción por el aire.

Figura 1.9: Esquema de un absorbedor de membrana.

Efectivamente, el impacto de las ondas sonoras en la membrana provoca


su vibración, de manera que la energía sonora incidente se transforma
en mecánica y también en calórica, disipándose por la estructura del
material. Si se intercala una capa de material de tipo fibroso, este efecto
se puede incrementar.

El aire contenido en la cámara que se forma detrás de la tabla, además


de ejercer un papel amortiguador de la vibración, realiza la siguiente
etapa de absorción, pero esta vez por el rozamiento de las moléculas
entre sí y con las paredes, transformando su energía en calor.

Los absorbedores de membrana se utilizan en situaciones de


contaminación acústica de frecuencias bajas. Cada uno de ellos tiene su
propia distribución frecuencial del coeficiente de absorción, pero todos
tienen una frecuencia característica de máxima absorción que puede
calcularse mediante la fórmula de Meyer:

donde:
m= masa del panel, en kg/m2.

d = distancia de separación con la pared, en m.

Esta relación sólo es orientativa, ya que no se consideran toda una serie


de circunstancias:

- Cuanto más distanciados estén los bastidores entre sí, menor será la
frecuencia fo.

- Al disminuir el espesor de la tabla también disminuye fo.

- Al aumentar el amortiguamiento del panel decrece fo.

- La elección de bastidores de un material deformable (caucho, plástico,


etc.) favorece la absorción a frecuencias más bajas.

- La máxima efectividad de los paneles se consigue cuando el lado de


mayor longitud es del orden del 25% de la longitud de onda
correspondiente a la frecuencia fo.

Figura 1.10: Frecuencia de resonancia en un panel flexible en función de la masa del panel (M) y la
profundidad de la cavidad (d).1

Absorbedores de Helmholtz

Los absorbedores de Helmholtz, también llamados resonadores, son una


especie de caja de resonancia con un agujero en forma de cuello por el
que entra la onda sonora, que empuja al aire contenido en el volumen
interno del cuello. La oscilación propia de la onda sonora provoca a su
vez la oscilación del aire de este conducto, emitiendo pulsaciones de
frecuencia característica que se transmiten por el interior del resonador y
que volverán a salir por el cuello, superponiéndose con las de entrada.

Es por esto que los absorbedores de Helmholtz son tan selectivos y sólo
absorben ruidos a frecuencias muy características, como puede
observarse en la distribución frecuencial de su coeficiente de absorción
(figura 1.8). Esta frecuencia puede calcularse mediante la fórmula:

donde:

c = velocidad del sonido, m/s.


S = sección del cuello, m2.

l = longitud del cuello, m.


V = volumen del resonador, m3.

Para aumentar la efectividad del absorbedor de Helmholtz suele


disponerse una capa de material poroso por el interior de la cavidad, que
no varía la frecuencia predeterminada, sino que aumenta el coeficiente
de absorción.
1La masa del panel (M) se mide en libras/pies2 y la profundidad de la cavidad (d) en pulgadas.
Factores de conversión: 1 libra = 0,4561 kg; 1 pie =0,3048 m; 1 pulgada= 2,54 cm.

1.4 Conceptos utilizados en el estudio


de los niveles de ruido

Un ruido es un sonido o conjunto de sonidos mezclados y desordenados.


Las ondas de un ruido se caracterizan por no tener una longitud de onda,
frecuencia ni amplitud constantes y sí por distribuirse aleatoriamente
unas sobre otras.

El ruido puede no ser percibido al propagarse en longitudes de onda que


el oído humano no puede captar o a causa de la lejanía del punto emisor.
Se define entonces el concepto de sonoridad como la magnitud
percibida del sonido, es decir, como el hecho de que el oyente lo integre.
Del mismo modo, la sonoridad de un ruido puede ser percibida de forma
diferente por diversas personas, resultando molesto para unas y no para
otras; por ello, además de los aspectos físicos asociados a su medida
deben considerarse los efectos fisiológicos y psicológicos individuales.

A partir de las magnitudes físicas estudiadas en el apartado anterior, se


pueden definir nuevos conceptos útiles para el análisis del ruido.

1.4.1 Bandas de octava

El oído humano, al asimilar un ruido, lo que realmente capta es una suma


de todas las ondas sonoras que lo constituyen. Estas ondas pueden
tener diferente amplitud y frecuencia, de manera que su superposición da
lugar a una onda sonora resultante más compleja (figura 1.11).

Figura 1.11: Superposición de ondas sonoras. El ejemplo superior muestra dos ondas por
separado y, a la derecha, el resultado de la superposición de ambas. El ejemplo inferior muestra
otras dos ondas (en trazo discontinuo) y la onda resultante de su superposición (en trazo continuo).

Así, se dice que el ruido que percibimos está compuesto por un rango de
frecuencias que pueden analizarse independientemente. Se introduce de
esta manera el concepto de banda de octava.
Una banda de octava es una región de frecuencias de todo el espectro,
normalmente el audible, entre 20 y 20000 Hz, que se suele dividir en diez
partes o bandas con las siguientes características (figura 1.12):

- La banda viene definida por su valor central, siendo los más utilizados
los valores correspondientes a 31,5, 63, 125, 250, 500, 1000, 2000,
4000, 8000 y 16000 Hz. Cada valor mantiene una relación 2:1 con el
anterior, es decir, vale el doble que el valor anterior y la mitad que el
siguiente.

- La frecuencia central de la banda de octava se obtiene calculando la


media geométrica de las frecuencias extremas, es decir, aplicando la
siguiente fórmula:

Figura 1.12: Bandas de octava. Cada banda de octava se identifica por su valor central indicado en
la figura.

En referencia al ruido ambiental, y cuando sea necesario realizar un


análisis por frecuencias, en general basta con analizar el nivel en cada
banda de octava entre la de los 63 Hz y la de los 4000 Hz.

1.4.2 Curvas de ponderación

La respuesta del sistema auditivo frente al ruido no es lineal, sino que los
tonos más graves (frecuencias más bajas) son atenuados o filtrados, por
lo que resultan menos molestos que los tonos agudos o de frecuencias
altas.
En los equipos utilizados para el estudio y medición del ruido se intenta
imitar el funcionamiento del oído humano, y se emplean unos filtros que
atenúan el peso relativo de diferentes frecuencias del sonido, siguiendo
unas curvas denominadas Curvas Standard de Ponderación.

Los filtros que se utilizan para la medición son:

- El filtro tipo A, que atenúa frecuencias por debajo de los 1000 Hz de


manera progresiva y que actúa de manera similar a como lo hace el oído
humano. Este es el filtro más utilizado.

- Los filtros tipo B, C y D. El B filtra frecuencias por debajo de los 500


Hz y por encima de 3000 Hz. El C filtra frecuencias por debajo de los 50
Hz y por encima de 3000 Hz. El D se utiliza para filtrar el sonido de los
aviones. Estos filtros no se utilizan demasiado en la actualidad.

Figura 1.13: Curvas standard de ponderación o de atenuación A, B y C.

A partir de las curvas de ponderación se pueden obtener los valores de


presión sonora (Lp) asociados a cada filtro. Así, si queremos analizar un
ruido continuo que no varíe mucho con el tiempo, es decir, un ruido de
fondo, el parámetro que debemos utilizar es esta presión asociada al
filtro correspondiente (LpA,B, ...).

Ejemplo:
Un sonido es emitido a una frecuencia de 50 Hz y se registra mediante
un equipo de medida acústica con filtro B. El resultado de esta medida da
un nivel de presión sonora de 60 dB. ¿Qué presión sonora percibiría
nuestro oído?

Se puede suponer que un filtro A se comporta de forma similar a la de


nuestro oído. La presión sonora real sin filtrar será de 72 dB ya que:

Si la frecuencia es de 50Hz y el equipo de medición tiene un filtro de tipo


B, el nivel de atenuación del sonido será de -12 dB.

Nivel de presión real (sin atenuar) - 12 dB atenuados por un filtro B = 60


dB medidos con un equipo con filtro B. Por lo tanto, el nivel de presión
real, sin atenuar, será de: 60 dB+12dB = 72 dB

Para esta misma frecuencia, la atenuación en un filtro A será de -30 dB,


por lo que la presión sonora que captará nuestro oído será de: 72 dB - 30
dB = 42 dB.

1.4.3 Nivel de presión sonora equivalente (LAE, LEQ LAEQ,T)

Cuando un ruido no se produce de manera continua, sino que su


duración abarca un período de tiempo determinado y, durante este
tiempo, la presión sonora fluctúa aleatoriamente, no podemos utilizar el
parámetro LpA. Se hace necesario introducir un nuevo concepto, el nivel
de presión sonora equivalente (representada por LAE, Leq o LAEQ,T), que
se define como la presión sonora que tendría un sonido con la misma
energía y en el mismo intervalo de tiempo, pero que se produjera de
manera continua.

Para calcular su valor, se pueden hacer aproximaciones que consideren


un valor continuo de presión sonora en cada intervalo de tiempo
considerado.

donde:
LAE = nivel de presión sonora equivalente, dB.

N = nº de intervalos considerados.

Li = nivel de presión sonora en cada fracción de tiempo.

1.4.4 Nivel de contaminación acústica

El nivel de contaminación acústica es un parámetro que considera las


molestias provenientes de la oscilación del nivel de presión acústica
respecto al valor medio de dicha presión sonora. Se calcula mediante la
siguiente fórmula:

LNP = Leq + 2,56. σ

donde la desviación estándar σequivale a:

1.4.5 Ruido rosa

El ruido rosa es aquel que no está filtrado en ninguna banda de octava,


es decir, presenta la misma presión sonora para cada banda.

1.4.6 Índices estadísticos

Los índices estadísticos se utilizan mucho en el análisis de los niveles


acústicos. Estos índices representan el tanto por ciento del tiempo de
observación que el ruido ha superado un cierto nivel de presión sonora.
Así, si queremos conocer a partir de qué presión sonora se tienen, en un
10% del tiempo total de observación, valores superiores de presión, se
indica con el parámetro LA10.

1.5 Suma y resta de decibelios


En el estudio de los niveles de presión sonora producidos por una o
varias fuentes sonoras, se hace necesario localizar el origen del ruido,
conociendo el papel que cada fuente representa en una situación de
contaminación acústica general, y calculando la influencia que tiene el
ruido de fondo.

En estos estudios, surge en ocasiones la necesidad de restar de la


medida acústica algún valor individual y conocido de alguna fuente
determinada. En otros casos, se plantean cálculos acústicos en el diseño
de carreteras, industrias, zonas de ocio, etc., intentando predecir el
efecto que estos cambios pueden generar en la población. De esta
manera, a la medida del ruido general existente debe sumarse una
aportación con un valor supuesto, obteniendo así resultados importantes
que deben considerarse a la hora de estimar la viabilidad de la obra.

Las sumas y restas de niveles de presión acústica no pueden realizarse


de manera aritmética, ya que se está utilizando una escala logarítmica.
La operación utilizada tiene la misma base que la que se emplea en el
cálculo de niveles de presión sonora equivalente, pero en este caso se
considera el número de fuentes (n) que deben sumarse y no el número
de intervalos de tiempo.

La expresión es la siguiente:

Si se quiere restar algún valor, simplemente añadimos un término más,


pero cambiado de signo.

En la práctica, la suma y resta de decibelios se efectúa de forma gráfica.


Figura 1.14: Gráfico utilizado para efectuar la resta de decibelios.

Figura 1.15: Gráfico utilizado para efectuar la suma de decibelios.

Para efectuar el método gráfico se siguen los siguientes pasos:

- Se calcula la diferencia entre los dos valores.

- El valor obtenido se localiza en el eje de abcisas (eje horizontal) del


gráfico correspondiente para la suma o para la resta, según la operación
que se quiera realizar.
- Se traza una línea vertical hasta encontrar la curva y con una línea
horizontal se encuentra el valor de la ordenada (eje vertical)
correspondiente.

- El valor obtenido se suma al nivel de presión mayor en el caso de la


suma o se resta a este mismo nivel de presión en el caso de la resta,
para obtener el resultado final.

Este método gráfico se volverá a aplicar más adelante.

Ejemplo 1:

En una oficina se conectan 5 ventiladores al mismo tiempo, que emiten


un nivel de presión sonora de 49 dBA. El exceso de ruido recomienda
desconectar uno de ellos, cuya presión sonora individual es de 42 dBA.
Calcular el nivel de presión sonora resultante.

- Resolución gráfica:

La diferencia de los dos niveles de presión sonora a restar es:

49 dBA - 42 dBA = 7 dBA.

Trasladando el resultado al eje de abcisas del gráfico para la resta de


decibelios obtenemos el valor correspondiente del eje de ordenadas:

Si la diferencia entre los dos niveles de información a restar es de 7 dB,


la disminución en dB a añadir al valor más elevado es de 1 dB.

El valor obtenido se resta del valor total para obtener el valor


correspondiente a 4 ventiladores en funcionamiento:

49 dBA - 1 dBA = 48 dBA.

Resolución mediante la fórmula:

La resolución teórica es la siguiente:


Ejemplo 2:

Dos fuentes sonoras 1 y 2 emiten un sonido cada una al mismo tiempo.

1: Lp2=90dB

2: Lp1=80dB

¿Cuál será el nivel de presión sonora total?

- Resolución gráfica:

La diferencia de los dos niveles de presión sonora a sumar es:

Lp2 - Lp1 = 90 dB - 80 dB = 10 dBA.

Trasladando el resultado al eje de abcisas del gráfico para la suma de


decibelios obtenemos el valor correspondiente del eje de ordenadas:

Si la diferencia entre los dos niveles de información a sumar es de 10 dB,


el aumento en dB a añadir al valor más elevado es de 0,4 dB.

Gráficamente obtenemos el valor de 0,4 dB que sumado al valor máximo


resulta el valor total del nivel de presión:

90 dB + 0,4 dB = 90,4 dB

Resolución mediante la fórmula:

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