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EL ARTE ES UNA NAVE DE LOCOS

En su Historia de la locura en la época clásica , Michel Foucault muestra la separación entre imagen y
palabra, dando a entender que la razón, y con ella el lenguaje, parece estar privilegiada respecto a la
imagen. Bajo esta premisa, la imagen como aparición muda está desprovista de todo poder frente a la
razón, esto es lo que lleva a Foucault a relacionar lo imaginario con la locura, la muerte y la nada.
Automáticamente la experiencia de locura, la muerte o la nada están a las afueras de la razón. Por
contraposición, es como si en el imaginario confluyera todo aquello que el lenguaje no puede asir. La
cercanía del arte a los procesos de la imaginación, explica la cercanía de los artistas a la locura, la
melancolía o la muerte. Para la agenda de Foucault, la escisión entre imagen y palabra conduce a la
dicotomía entre razón y sinrazón.

La melancolía como enfermedad psiquiátrica, lleva un recorrido concreto que según Foucault
conduce a la creación del Hospital General. Pero, por otra parte, hay que recordar que la melancolía
ha sido un tema de importancia capital para los fenómenos artísticos, como anunció Edmund Burke,
el carácter estético de la melancolía y la oscuridad elevan al arte 1. Charles Baudelaire pensaba que la
alegría era un ornamento vulgar al punto de no concebir “un tipo de belleza en que no haya
desdicha”2. Probablemente estaba exagerando, lo que es verdad es que con esas palabras muestra
con vivacidad el paradigma que pareció fundamental a la estética moderna, la profunda necesidad de
comprender el vínculo especial entre una serie de conceptos entrelazados: locura, muerte, noche,
sueño, nada, silencio.

La obsesión de artistas y filósofos por la melancolía no se debe simplemente a una moda por el
temperamento melancólico, sino a la consciencia de un vínculo conceptual entre melancolía y
contemplación. Dicho vínculo es una manifestación de la experiencia de lo eterno, como lo ha
estudiado Hanna Arendt, y no sólo eso, sino que suele presentarse en soledad, la vita contemplativa,
como la concebía Platón, reside en la separación o el aislamiento, “la experiencia de lo eterno es una

1 En su ensayo Edmund Burke atribuye lo bello a la melancolía y la noche.


2 Plazaola, Juan, Introducción a la Estética, 4a ed., Bilbao: Universida de Deusto, 2007, p.341.
especie de muerte”3. La Theoria, es decir, la contemplación, se dedica a la experiencia de lo indecible.
Para Foucault, en el siglo XV las ideas sobre la locura y la muerte se encontraban en relación directa
con la nada. La locura tiende al silencio, pues su voz sólo puede manifestarse cuando ha sido
atrapada en el discurso como una de las formas de la razón. Cuando logra asomarse en las palabras es
porque ya lleva tiempo en un estado que subyace a lo verbal. Esta relación establece roles en los que
la razón y la sinrazón se enlazan. La razón se apodera de lo verbal por que ella misma se constituye en
palabras. Como la imagen no puede tener un sustituto verbal, se queda relegada a lo montruoso, es
decir, a lo que de pronto se muestra. Por eso las experiencias de la locura nos resultan monstruosas,
no obstante, en el arte se trata de formas de vida silvestre.

3 Arendt, Hannah, La condición humana, Buenos Aires: Paidós, 2009, pp. 30-33.

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