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is comparado le en métodos Pensilvania y sal de los mé- er de trabajar CJ, Pempel y 2 una estimu- 2. Aunque los ara completar Gobierno a lo aportaciones inders, David ai Arzheimer, sy colabora- +hos borrado- srsitario, Doy 1 Universidad sati, Neil Ro- sham Young. critica, que mi agradeci- y he predica- ate agradecer Baeza Freer, de mi estan- 0 largo de fos ilcolm, Sibel, 's amigos en- 0, quiero dar indman. Para elissa, Oliver edicién. vdd Landman hester, Essex Introducci6n Este libro pretende ser un texto accesible sobre las estrategias de investigacién comparada en ciencia politica. Se dirige a estudiantes de ciencia politica y politica comparada, asi como también a los interesados en estudios regionales (politica europea, politica rusa y pos comunista, politica latinoamericana, politica del Tercer Mundo, politica africana o politica asidtica), politicas pilblicas, derechos humanos y andlisis politico. EI libro coloca delibera- damente el método en primer lugar y luego se plantea una serie de «grandes cuestiones» de politica comparada examindndolas desde la éptica del metodélogo con vistas a ensefiar a los estudiantes a reflexionar sobre la logica subyacente a la comparacién y subrayar la ne- cesidad del andlisis sistemético en ciencia politica. De este modo, el libro considera la comparacién como un medio importante para un fin, a saber, la explicacién de los fenéme- 1nos politicos observados. El libro se apoya necesariamente en una cierta forma «de hacen» ciencia politica, Sin caer en el sempiterno debate sobre los diferentes enfoques de investigacién en ciencia poli- tica, y en ciencias sociales en general, baste decir que este libro parte del supuesto de que existen acontecimientos politicos, aciores, intereses, estructuras y resultados observables sobre los que los politélogos pueden formular argumentos analiticos razonados, informa- dos ¢ inteligentes'. Denominado de diversas formas, tales como «positivismo», «conductis- “Las divisiones en el seno de la ciencia politica se abordan en Almond (1990), Goodin y Klingemann (19966), Caterino y Schram (2006). Las ctiticas postmodernas de las ciencias sociales encuentran un exce- lente exponente en Rosenau (1992) y Howarth y Glynos (2007). En Kuhn (1970) y Feyerabend (1993) pueden hallarse criticas generales a la ciencia, y en Gordon (1991), Gross y Levitt (1994), asi como en Couvalis (1997), respuestas «dichas critcas 20 mo» 0 «posteonductismon (Fay 1975; Von Wright 1971; Sanders 1995; Lane 1996; Flyvberg 2001; Brady y Collier 2004; Caterino y Schram 2006), este estilo de ciencia poli tica se centra en comportamientos y acontecimientos politicos observables a nivel indivi- dual, de grupo 0 nacional y presupone que las explicaciones de tales comportamientos son «susceptibles de contraste empiricon (Sanders 1995: $8). Asi pues, este libro parte de la hi- potesis de que los objetos iltimos de la politica comparada existen en su. mayor parte con independencia y anterioridad a su investigacién (véanse Lane 1996; Lawson 1997). Asimis- ‘mo, en este libro se sostiene que el mundo de la politica esté formado por grandes rompe- ibezas empiricos a los que los politélogos aplican un conjunto de teorias y métodos a fin de explicarlos y comprenderlos de una manera sensata (véase Gordon 1991: 629-30). A quienes comparien esta perspectiva acerca del estudio del mundo politico y social, este libro se propone ayudarles a formular argumentos sobre la politica basados en la mejor evi- dencia empirica disponible, teniendo en cuenta las limitaciones de los recursos de investi- gacién, Asi pues, este libro acepta que estas observaciones son imperfectas e inciertas, pero al propugnat «procedimientos de investigacién» sistematicos y bien fundados (King et al. 1994; 6) aspira a ayudar a los estudiantes de ciencia politica a formular tales enunciados de Ja forma mis aceptable. Para lograr estos grandes objetivos, el libro esté organizado en tres partes, que pueden leerse de forma separada o en el orden aqui presentado. En la primera parte se establece la justificacién cientifica de la politica comparada, lo que incluye explicar por qué los poli- télogos comparan paises (capitulo 1), cémo los comparan y los problemas que afrontan al hacerlo (capitulo 2), las estrategias y los métodos para comparar muchos paises (capitulo 3), pocos paises (capitulo 4) y cémo los estudios de un solo pais pueden asimismo cumplir objetivos de comparacién importantes (capitulo 5). En la primera parte se muestra de qué manera Tos métodos comparados pueden ayudar a los estudiantes a explicar y comprender los ‘fendmenos politicos observados en el mundo. Muestra qué potencial analitico puede afadir- se a un problema de investigacién al: comparar dos paises, unos cuantos paises 0 muchos paises a la vez. Asimismo muestra cémo los métodos comparados ayudan a generar, clarificar y respaldar importantes teorias y proposiciones de ciencia politica. También se apuntan los problemas clave que deben evitarse para maximizar el impacto de la investigacién compara- da, Por iiltimo, trata de unificar estos métodos comparados en una sola ldgica de inferencia (King et al. 1994), donde no se dé priotidad a un método sobre otto, sino que se sefialen los puntos fuertes y débiles de los métodos por su idoneidad para obtener inferencias validas. En la segunda parte se usa la «arquitectura» comparada establecida en la primera parte para abordar algunos de los temas dominantes en el campo de la politiea comparada. Estos temas han sido elegidos aplicando los siguientes criterios: a) han recibido una amplia co- bertura en la literatura comparada existente, b) tienen cierta resonancia y suscitan interés entre los estudiantes de politica comparada, y ¢) son especialmente adecuacdos para exami- nar las diferentes formas en que pueden apiicarse los métodos comparados. Entre dichos temas de politica comparada figuran el desarrollo econémico y la democracia (capitulo 6), la violencia politica y la revolucién social (capitulo 7), el disentimiento politico no violento y los movimientos sociales (capitulo 8), las transiciones a la democtacia (capitulo 9), el di- Sefio institucional y el rendimiento de la democracia (capitulo 10), los derechos humanos (capitulo 11) y las telaciones internacionales y la politica comparada (capitulo 12), En cad: investigaci gunta con, Jos estudic tenden «ec gadores la yaplican | ‘ean de co tulos de la un extens te para sey fuertes y comparad que se pre En lat apuntan I En el cap de diferex pitulo 14 los que te brevemen con (Vale comparac teriay libro tam! comparac telacione gratia, C métodos sobre la método, tica com Nations; Compare tics: Inte Analysis Case St ples and 5; Lane 1996 le ciencia pol a nivel indivi- rtamientos son parte de la hi- ayor parte con 1997), Asimis- randes rompe- 8 y métodos a 1991: 629-30). dy social, este nla mejor evi- ‘sos de investi- inciertas, pero os (King ef al cenunciados de ss, que pueden se establece la ¥ qué los poli- we afrontan al 2s (capitulo 3), aismo eumplir nuestra de qué somprender los + puede afiadir- {ses 0 muchos rerar, clarificar se apuntan los cién compara- ade inferencia se sefialen los vias vilidas. primera parte nnparada. Estos ‘ma amplia co- uscitan interés 9s para exami- Entre dichos ia (capitulo 6), co no violento vitulo 9), ef di- chos humanos 012). “ a En cada capitulo de la segunda parte se identifica el principal problema o pregunta de investigacion, se especifican las formas ideales de investigar dicho problema o dicha pre- gunta con los diferentes métodos comparados y se repasan las principales conclusiones de los estudios comparados sobre el tema, De este modo, los capitulos de la segunda parte pre- tenden «comparar comparaciones» con el propésito de demostrar eémo eligen los investi- gadores las preguntas de investigacién, o6mo formulan las teorias, especifican las hipotesis, y aplican los métodos comparados para contrastar sus hipétesis. Los estudiantes que care: ‘can de conocimientos previos en politica comparada pueden comenzar leyendo los ea tulos de la segunda parte como una primera aproximacién al tipo de temas que han recibido ‘un extenso tratamiento en esta rea, Luego pueden volver a los capitulos de la primera par- te para seguir la evolucién de los diferentes métodos de comparacién y entender sus puntos fuertes y débiles para cl estudio de la politica. A quienes leven tiempo estudiando politica comparada, u otras disciplinas relacionadas, se les recomienda leer e] libro en el orden en que Se presenta. A todos los lectores se les sugiere leer la tercera parte en tiltimo lugar. En la fercera parte se resumen las principales conchusiones de la segunda parte y se apuntan los desafios a los que tendré que enfrentarse la disciplina en el futuro previsible. En el capitulo 13 se resaltan los temas comunes, las concesiones metodologicas y el origen de diferencias que surgen de la comparacién de comparaciones de la segunda parte, El ca- pitulo 14 concluye con un examen de los desafios tanto sustantivos como metodologicos a los que tendré que hacer frente la disciplina en el futuro, En este tltimo capitulo se resume brevemente la evolucion de la politica comparada desde su primera «fase de derecho pibli- ‘co» (Valenzuela 1988), se examinan los nuevos métodos que se estén desarrollando para la ‘comparacién transnacional, se avanzan formas para superar dicotomfas nacionales en la ma- teria y se abordan algunos temas nuevos que captardn la atencién de los comparativistas. EL libro también incluye tablas y figuras elaboradas a partir de los hallazgos de la investigacién comparada; cuadros resumen en cada capitulo en los que se aclaran conceptos, términos y relaciones; sugerencias de lecturas complementarias al final de cada capitulo y una biblio- grafia, Considerado en su conjunto, el libro avanza desde un tratamiento de los diferentes métodos comparados, abordando temas habituales en politica comparada, hasta reflexiones sobre la disciplina en el pasado y en el futuro, Dado que es primordialmente un texto sobre método, deberia considerarse como un libro de consulta adicional a libros de texto de poli- tica comparada mis tedricos, como por ejemplo: Dogan y Pelassy (1990), How to Compare Nations; Chilcote (1994), Theories of Comparative Politics; Lichbach y Zuckerman (1997), Comparative Politics: Rationality, Culture, and Structure; Peters (1998), Comparative Poli- tics: Interests, Identities, and Institutions in a Changing Global Order; Ulay (2002), Political Analysis; Brady y Collier (2004), Rethinking Social Inquiry; George y Bennett (2005), Case Studies and Theory Development, y Gerring (2006), Case Studies Research: Princi- ples and Practice. Primera parte Por qué comparar, cOmo comparar y qué problemas entrafia la comparacion En los cay entte pase distintos p parativista que son © cién. Ene rada es ty ta las com los invest abordan y Desde resulta sit hipétesis cién pued tes como observan, una ciene sos, unide ‘cuantitati en que pt son impo frentan a del niime i be En los capitulos de esta parte del libro se expone la légica de la comparacién sistemética entre paises, se muestran las diferentes maneras en que cabe compararlos y se examinan los distintos problemas a los que han tenido o tendrn que hacer frente los investigadores com- parativistas. Con demasiada frecuencia, tanto la seleccién de los paises como el modo en el que son comparados se deciden por razones no relacionadas con la pregunta de investiga- cin, En estos capitulos se sostiene, en cambio, que la estrategia de la investigacién compa- rada es muy importante, Desde la especificacién inicial del problema de investigacién has- ta las conclusiones finales, pasando por la eleccién de los paises y del método de andi los investigadores deben prestar una especial atencién a la pregunta de investigacién que abordan y a los modos en los que la comparacidn ayudard a proporcionar respuestas. Desde este punto de partida, en el capitulo 1 se muestra que la comparacién entre paises resulta stil tanto para una simple deseripcién como para hacer clasificaciones, contrastar hipétesis y formular predicciones. Seguidamente se indica c6mo los métodos de compara- cién pueden afiadir rigor cientifico al estudio de la politica, ayudando tanto a los estudian- tes como a los profesores a formular inferencias mas s6lidas sobre el mundo politico que observan. A continuacién se incluye una discusién sobre los términos clave necesarios para ‘una ciencia politica, a saber: teoria y método; ontologia, epistemologia y metodologia; ca- sos, unidades de andlisis, variables y observaciones; niveles de andlisis; asi como métodos. cuantitativos y cualitativos. En el capitulo 2 se ahonda algo mas en las diferentes formas fen que pueden compararse los paises y en las razones por las que estos diferentes métodos, son importantes a la hora de extraer inferencias, Se sostiene que los investigadores se en- frentan a una relacién de intercambio entre el nivel de abstraccién conceptual y el alcance del mimero de paises objeto de estudio, Se muestra asimismo cémo las comparaciones de 26 Por qué compacay, muchos paises, pocos paises o los estudios de un solo pais tienen cabida bajo el amplio pa- raguas de la «politica comparada. También se hace hincapié en que todos estos modos de comparacién tienen diversos puntos fuertes y débiles que obedecen a las diferentes formas cn las que los politélogos estudian la realidad politica. El capitulo continéia con una des- cripcidn de los principales problemas a los que se enftentan los comparativistas, sugiriendo {formulas de superarlos. Entre estos problemas figuran los que cabria denominar como wde- masiadas variables y muy pocos paisesy*, el establecimiento de equivalencias entre con- ceptos comparativos, el sesgo de seleccién, las relaciones espurias, las falacias ecolégicas ¢ individuatistas y el sesgo de valor. Los tres capitulos siguientes estén dedicados a una discusién mas exhaustiva de los pun- tos fuertes y débiles de la comparacién entre muchos paises (capitulo 3), pocos paises (ca- pitulo 4) y en los estudios de un solo caso (capitulo 5). La discusién se centra en los su- puestos de partida que subyacen a los métodos, en los tipos de preguntas de investigacién que abordan estos estudios y las ventajas y desventajas que presentan a la hora de formular inferencias. El capitulo 3 contiene una introduecién bisica al andlisis de regresién. En el capitulo 4 se describen las dos principales formas de andlisis comparativo de pocos paises (ise de sistemas de maxima semejanza y disefio de sistemas de maxima diferencia) y se estudian las distintas maneras en que han sido ampliadas y mejoradas. El capitulo 5 cierra esta parte del libro con un anélisis exhaustivo acerca del valor de los estudios de paises i dividuales para el andlisis comparativo, que ineluye la descripeién, las pruebas de plausibi- lidad y la generacién de hipétesis, la confirmacién y refutacién de teorias, asi como el tra- zado de procesos y la exploracién de mecanismos causales. En su conjunto, estos capitulos ofrecen una sintesis de los métodos comparados y proporcionan una «aja de herramic tas» a estudiantes y profesores susceptible de ser utilizada para plantear preguntas de inves- tigacidn, tanto actuales como nuevas, en ciencia politica. * Nota de la revisidn téeniea: aunque el autor de este libro pone el énfasis en la comparacién entre paises ¥ utiliza la expresién cclemasiadas variables y muy pocos paises», en el estudio de la politica comparada es frecuente encontrar comparaciones que no s6lo se dan entre paises y, por lo tanto, la expresién més habitual para denominar el problema que meneiona el autor suele ser «muchas variables y pocos casos» (N de la R) ‘Compara: individuo entre si respondi¢ simititude llegada & sivién co familiare liticas, as no dejan aspecto f versidad En de geémo e paises a fandame: blecen la cién con ya cons 1995: 17. la ciencit similitud tado see el amplio pa- stos modos de sentes formas con una des- a, sugiriendo rar como «de- ias entre con- s ecoligicas ¢ vade los pun- 1s paises (ca- tira en los su- investigacién cade formular aresién. Fn el + pocos paises ifereneia) y se oitulo $ ciersa + de paises i 1s de plausibi- ‘f como el tra- :stos capftulos de herramien- intas de inves- ‘én entre paises ftica comparnda 1 expresin mis ¥¥ pocos casos» 1. ¢Por qué comparar paises? Comparar es una actividad humana natural. Desde la Antigtiedad hasta nuestros dias, los individuos han tratado de comprender y explicar las similitudes y diferencias que perciben centre si mismos y los demés. Si bien histéricamente el descubrimiento de nuevos pueblos respondié a menudo al deseo de conquistarlos, no por ello la necesidad de comprender tas similitudes y diferencias entre conquistadores y conquistados ha sido menos fuerte. Tras la Iegada del nuevo milenio, los ciudadanos de todos los paises continiian comparando su po- sicién con la de otros respecto de identidades regionales, étnicas, lingiifsticas, religiosas, familiares y culturales; de posesiones materiales; de posiciones econémicas, sociales y po- liticas, as{ como de su lugar relativo en los sistemas de poder y autoridad. Y los estudiantes rno dejan de tener en la cabeza las modas, los circulos de amistades, los tipos de miisica, el aspecto fisico y el comportamiento de sus parejas, el dinero que ganan sus padres, la uni- versidad a la que van y la carrera que cursan. En definitiva, comparar es humano. Pero mis alld de estas comparaciones cotidianas, emo es el proceso de comparacién cientifica? gY eémo nos ayuda Ia comparacién entre paises a comprender ef mundo politico en sentido amplio? Para responder a estas preguntas fundamentales, este capitulo se divide en cuatro apartados. En el primer apartado se esta- blecen las principales razones para la comparacién, entre las que se destacan: 1) la deserip- cién contextual, 2) la clasificacién y creacién de tipologias, 3) la verificacién de hipétesis y la construccién de teorias, y 4) la prediccién (Hague et al. 1992: 24-27; Mackie y Marsh 1995; 173-176). Fn el segundo apartado se plantea la cuestién de la condicién «cientificay de la ciencia politica y la subdisciplina de la politica comparada y se describen brevemente las similitudes y diferencias entre la ciencia politica y las ciencias naturales. En el tercer apar- tado se clarifican los términos y conceptos utilizados en el andlisis anterior y se especifican 28 sémo vomparar y qué pub 1 coup otros términos y conceptos necesarios para la ciencia politica. En el cuarto apartado se pre- senta un resumen de estas razones, justificaciones y condiciones para una ciencia de la po- litica comparada. Razones para la comparacién Hoy dia, la actividad de comparar paises se centra en cuatro grandes objetivos, todos los cuales se refuerzan mutuamente en cualquier estudio comparado sistematico, si bien algunos reciben mis atencién que otros en funcién de los cbjetivos del investigador. La deseripeién contextual permite a los polit6logos saber eémo son otros paises. La construceién de clasi- Jficaciones y tipologias reduce la complejidad del mundo politico y, de hecho, proporciona al investigador «contenedores de datos» en los que organizar las prucbas empiricas (Sartori 1970: 1039). La funcién de verificacién de hipétesis de la comparacion permite descartar explicaciones alternativas de eventos, actores, estructuras, etc., con el fin de construir teorias mas generales. Por iltimo, la comparacién de paises y las generalizaciones derivadas de ella posibilitan la prediccidn de los resultados probables en otros paises no incluidos en la com- paraci6n original, o bien de resultados futuros cuando se dan ciertos factores y condiciones. Descripcién contextual El primer objetivo de la politica comparada es deseribir los fenémenos y eventos politicos de un pafs conereto, o de un grupo de paises. Tradicionalmente, en ciencia politica, este ob- Jetivo de la politica comparada se aplicaba a los paises diferentes de aquel del que el inves- tigador procedia, De hecho, dado que esta disciplina surgié en la ciencia politica estadouni- dense, se consideraba comparativista a quien Hevara a cabo investigaciones sobre cualquier pais que no fuera los Estados Unidos. Con una descripcién a menudo muy detallada, los es- tudiosos trataban de escapar de su propio etnocentrismo comparando paises y culturas aje~ nos a ollos (Dogan y Pelassy 1990: 5-13). La comparacién con el pais del propio investiga- dor es implicita o explicta, y la finalidad de 1a descripcién contextual consiste en obtener mas conocimientos sobre el pats estudiado, un mayor conocimiento del sistema politico del propio pais, o bien ambas cosas. La literatura comparada esté repleta de ejemplos de este tipo de investigacién y con frecuencia se hace referencia a ella como la «antigua» politica comparada en contraposicién a la politica comparada «nueva», con aspiraciones que tra cienden Ia mera descripeién (Mayer 1989; Apter 1996). Ahora bien, el debate sobre qué constituye politica comparada «antiguay y «nueva» a menudo pierde de vista un aspecto importante, a saber: que toda investigacién sistemdtica comienza con una buena descrip- cidn, Asi pues, la descripcién constituye un componente importante del proceso de investi- gacién y ha de preceder @ los otros tres objetivos de la comparacién, Los estudios puramen- (e descriptivos sirven de materia prima a los estudios comparados que aspiran a niveles de explicacién més elevados y proporcionan las primeras pistas sobre qué temas de investiga- cién pueden resultar de interés y qué factores pueden ser importantes para explicar fenbme- nos relacionados con esos temas. elec senta un Ja guerra ¢ dounidens cificos que nnera en q guertillero nos de An; nomina «e let politi mo. En Iu Nicaragua elrelato pi y tambien ia interver Jos movinr Daniel Or tanto dent Clasificac En aras d clasificac cos 0 ack compatti: autoritat te que ay clasificac de gobier la clasifi chos asp. muchos 1 del mune ten. Asit pautas db cos y au regimen« nes posil El pr halla en distingus (Virtuose titeles « artado se pre- cia de la po- vv0s, todos los i bien algunos adeseripeién .cibn de clasi- sroporeiona al iricas (Sartori nite descartar nstruir teorias sivadas de ella los en la com- r condiciones, intos politicos litica, este ob- {que el inves- ica estadouni- sbre cualquier allada, los es- 7 culturas aje- ‘pio investiga- ste en obtener 1a politico del mplos de este igua» politica ones que tras ate sobre qué ta un aspecto ena descrip- 280 de investi- fios puramen- na niveles de + de investiga vlicar fenéme- 108 cna 2 29 En el campo de Ia politica latinoamericana, la obra de Macauley Sandino Affair repre- senta un ejemplo magistral de descripeién contextual. BI libro es un informe exhaustivo de Ja guerra de guerrillas emprendida por Augusto Sandino para expulsar a los marines esta- dounidenses de Nicaragua tras una crisis de sucesién presidencial. Detalla los eventos espe- cificos que rodean la crisis de sucesién, el papel de la intervencién estadounidense, la ma- nera en que Sandino defendié sus principios de no intervencién mediante ataques guerrilleros a los marines de los Estados Unidos y, finalmente, la muerte de Sandino a ma- nos de Anastasio Somoza. El estudio sirve como ejemplo de lo que Almond (1996: 52) de- nomina «evidencia sin inferenciar, donde el autor relata Ia historia de este extraordinario lider politico, pero sin pretender hacer juicios de valor sobre la lucha contra el imperialis- mo. En lugar de ello, la atencién se centra en los acontecimientos que se desarrollaron en Nicaragua y la participacién de los distintos personajes en los sucesos hist6ricos. Con todo, cl relato puede aportar mucha informacién para establecer comparaciones entre pocos paises yy también desarrollar estudios de un solo pais sobre la funcién de la resistencia indigena a ja intervencién exterior, la historia del autoritarismo militar en Centroamérica, las raices de los movimientos revolucionarios (los sandinistas actuales de los que procede el presidente Daniel Ortega), enire otros temas relevantes para la politica comparada en nuestros dias, tanto dentro como fuera de Latinoamérica, Clasificacion En aras de la simplificacién cognitiva, los comparativistas a menudo establecen diversas clasificaciones conceptuales para agrupar a un mimero elevado de paises, sistemas politi- cos 0 acontecimientos en categorias diferenciadas con caracteristicas identificables y compartidas. La clasificacién puede ser una simple dicotomia como Ia existente entre atributos sis- mente». Dicho vuyen a la acu- ples simposios olitical Science Por qué comparar paises? an CUADRO RESUMEN 1.1 Formulacién de clasificaciones: Aristételes y Finer La descripcién y la clasificacién son los elementos fundamentales de la polttica comparada. La clasificacion simplifica las descripciones de los objetos importantes de la investigacion comparada. Una buena clasificacién contendré categorias perfectamente definidas que per- mitan organizar la evidencia empirica. Las categorias que integran el sistema de clasifica- ién pueden derivarse inductivamente a partir de una consideracién minuciosa de la evi- dencia disponible o mediante un proceso de deduccién en el que se generan tipos c. Figura 1.1 Sistema de clasificacién de Aristételes EL ndmero de personas que gobiernan Uno Pocos. Muchos Pures Monarquia Aristocracia Repiblica Formas de gobierno Democracia Corruptas Tiranfa Otigarquia | (gobierno de la rmultitud) rent: Adaptoda do Arstteles (1958: 110-118); Hague et al. (1992: 26); McClelland (1997: 57). | Formas de gobierno Finer (1997: 37) adopta un enfoque aristotélico para la clasficacién de las formas de gobier- no identificando cuatro formas de gobierno «puras» y sus derivados Brunei Camboya China Indonesia Corea del Norte Corea del Sur 1 Walor de democratizacion preicho lor de democraticacion eectivo ute: Adaptada de Vanhanen (1997: 88-89. Los cion se el nivel distribu cia ent aleanza registra China y tienen los pret poder « atipico cepcior podriar capitul nuevas eencaj Defit empiric dencia, cias sigr ciencia bas? Y a favor con las pitesis ‘ructura de expl nerales. dencia- (Feyera Dos teoria ¢ prueba: Ori " Good cién sist posicior ), Vanhanen egiones con- a democracia 5 pequefios y_ cursos de po: afio de la po- al tamafto de i rel grado de 9-60). A tra- de los recur- Sticos efecti- a figura 1.4 ite y Sudeste | Asia i Vietnam F 37 Los 16 paises se ordenan en el eje horizontal y los valores del indice de democratiza- ci6n se colocan en el eje vertical, Las puntuaciones de democracia predichas representan el nivel de democracia que deberia haber logrado cada pais en 1993, dada su respectiva distribucion de tos recursos de poder. Et nivel real es la puntuacién para 1993. La diferen- cia entre los dos valores se denomina valor residual. Japon y Corea del Sur parecen haber alcanzado los niveles de democracia predichos, mientras que Malasia, Mongolia y Filipinas registran niveles de democracia més elevados que los predichos. Por otro lado, Brunei, China y Taiwan presentan puntuaciones inferiores a las previstas. Estos resultados dispares tienen varias implicaciones, En primer lugar, la discrepancia entre los valores efectivos y los predichos significaria que otro factor distinto del de la distribucién de los recursos de poder explicaria el nivel de democracia (véase el capitulo 3). En segundo lugar, los casos atipices, cuyo nivel de democracia en 1993 resulta inesperado, podrian considerarse ex- cepciones temporales a la pauta global. En tercer lugar, los indicadores que se utilizaron podrian no reflejar con exactitud los conceptos que Vanhanen pretende medir (véase el capitulo 3). Ahora bien, generalmente el proceso de efectuar predicciones puede suscitar | nuevas preguntas de investigacién y mostrar la necesidad de centrarse en los casos que no cencajan» en la pauta (véase el capitulo 2). Definamos «ciencia» como Ia acumulaci6n gradual de conocimientos sobre el mundo ‘empirico mediante la practica de investigacién sistematica, que incluye la recogida de evi- dencia, la generacién y el contraste de hipétesis, asi como también la extraccién de inferen- ccias significativas', Pero més alld de esta definicién bisica, zqué paralelismos existen entre la ciencia politica y las ciencias naturales? ,Cudles son las principales diferencias entre am- bas? Y {c6mo ayuda la comparacidn a resolver estas diferencias? Bl argumento mas solide a favor de una ciencia de la politica sugiere que la ciencia politica (comparada) comparten con las ciencias naturales los objetivos fundamentales de describir, casificar, contrastar hi- potesis y predecit. Ambas actividades exigen la recogida sistemitica de evidencias, su es- tructuracién u ordenacidn, la busqueda de pautas discernibles; la formulacién y el contraste de explicaciones alternativas sobre pautas observadas; y la construccién de teorias més ge- nerales. Asi pues, la ciencia politica siempre contendra este «nticleo metodologico de evi- dencia-inferenciay (Almond 1996; 52), o bien el «habitual tandem» de teoria y observacion, (Feyerabend 1993: 23; véase también Gordon 1991: 589-634). Dos ejemplos de las ciencias naturales pueden ayudar a aclarar estos puntos. Tanto le teorfa de la evolucién como Ia teoria de la gravedad se basan en la recogida sistemitica de pruebas, Charles Darwin traté de documentar la totalidad de la fauna y flora de la Tierra. Originalmente, en su empeiio por demostrar la gloria de la ereacién de Dios, Darwin pronto * Goodin y Klingemann (1996a: 9) oftecen una definicién algo mis compleja: «ciencia... es) investiga ign sistemitica, encaminada a la construccién de un conjunto progresivamente mis diferenciado de pro- posiciones ordenadas sobre el mundo empitico». descubrié una pauta en Io que estaba observando para la que era posible una explicacién alternativa. La teoria de la evolucién, reforzada mds tarde por la teorfa de la seleccién natu- ral, surgid como una explicacién nueva de la variedad de especies existentes en el mundo natural. Del mismo modo, Isaac Newton formulé la teoria de la gravedad basada en la reco- gida de evidencias (jla precipitacién de la manzana al suelo!). Ningtin cientifico ha visto realmente la evolucién o fa gravedad, sino meramente observado sus efectos. Asi pues, la evolucién y la gravedad son construcciones intelectuales cuya repetida verificacién empiri- ca les ha otorgado una categorfa similar a la de una ley. Los politélogos también recaban pruebas de manera sistematica (por ejemplo, documen- tos de archivo, entrevistas, estadisticas oficiales, crénicas o encuestas), buscan pautas dis- cernibles en la evidencia y formulan teorias para justificar dichas pautas. En politica com- parada, el cientifico compara paises en su empeiio por contrastar las teorias que han sido formuladas. De este modo, tanto las ciencias naturales como Ia ciencia politica tratan de realizar inferencias basadas en el mundo empitico que observan y buscan maximizar la cer- teza de estas inferencias. A pesar de estas similitudes generales entre ciencias naturales y ciencia politica, persisten dos diferencias importantes (aunque no absolutas): Ia experimen- tacién y 1a generacion de «leyes» cientificas. A continuaciGn abordamos estas diferencias La primera diferencia entre las ciencias naturales y la ciencia politica estriba en el papel de la experimentacién. Si bien en algunas areas de la investigacién cientifica natural, tales ‘como la astronomia y la sismologia, no es posible la experimentacién, por lo general, los avances en las ciencias naturales estin respaldados por evidencias recabadas de la experi- mentacibn, lo que supone una manipulacién controlada de la materia objeto de estudio con vistas a aislar factores causales. La evidencia en la ciencia politica, en cambio, no suele cabarse mediante experimentacién, aun cuando algunos politélogos usen experimentos en sus investigaciones (por ejemplo, los que trabajan en los Ambitos de la teoria de juegos, con grupos de discusién y «jurados ciudadanos»). La politica comparada, en particular, no puede recurrir a la experimentacién por razones tanto practicas como éticas. Por ejemplo, seria im- posible volver a celebrar las mismas elecciones de la misma manera en un mismo pais con tun sistema electoral diferente para observar las diferencias de resultados aplicando ambos sistemas. Eticamente, seria imposible redistribuir la renta de manera intencionada en un pais ‘en desarrollo para estudiar si estalla una revuelta civil. Estos dos ejemplos muestran la nece- sidad de utilizar «eontrafuctuales» o situaciones en las que los investigadores imaginan una situacién de la cual estin ausentes los Factores antecedentes de un determinado hecho y en la ccual se considera un curso de acontecimientos 0 resultados alternativos (Ferguson 1997b). Ya se trate de diferentes sistemas electorales, distintas distribuciones de renta, niveles de desarrollo econémico desiguales 0 de Ia ausencia de grupos revolucionaries concretos, ‘cuando los politélogos formulan afirmaciones sobre factores explicativos importantes estén sugiriendo implicitamente una situacién contraféetica. La afirmacién de que los sistemas clectorales mayoritarios tienden a generar sistemas bipartidistas, en realidad equivale a cconstatar que los paises que no tienen un sistema electoral de este tipo serdn necesariamen- te sistemas con muchos partidos politicos. Aunque algunos historiadores pueden construir escenarios histéricos alternativos basados en «cdlculos sobre la probabilidad relativa de re- sultados plausibles» (ibid.: 85), los politélogos comparan paises que difieren de forma tal ‘que aportan la situacién contraftctica que necesitan, Por ejemplo, mediante la comparacién de los sist comparati enel tipo experimer 2001). La seg la categori repetido ¢ leyes (por Newton o badas pare zaciones § ampliame: procesos 1 con el tier autoridad trastada gida por 1 éxito y mi Srganos 6 denomina a generar dar lugar rados sob: ponible (v Segtin rra (Babs! derivada « conflictos Ambito de (¢s decir, ras entre diendo pr pot ello q pitica que combinad capitulo 4 futuros en un menor etal. 2001 ‘Aparte rada evita nes sobre naturale 1a explicacion zlecci6n natue sen el mundo ada en la reco- tifico ha visto s. Asi pues, la sacién empiri- plo, documen- aan pautas dis- politica com- i que han sido fica tratan de ximizar la cer- as naturales y a experimen- as diferencias. ba en el papel 1 natural, tales lo general, los 5 de la experi de estudio con 0, no suele re- perimentos en de juegos, con ular, no puede plo, seria im- jismo pais con icando ambos ada en un pais estran la nece- imaginan una vhecho y en la guson 1997). ita, niveles de ios concretos, vortantes estén e los sistemas aad equivale a necesariamen- aden construit relativa de re- de forma tal 1 comparacion Por gué comparar patse 39 de los sistemas de partidos politicos de varios pafses con sistemas electorales diferentes, el comparativista trata de demostrar que el tipo de sistema electoral incide en cierta medida en el tipo de sistema de partidos. De esta manera, la investigacién comparada «simula» la experimentacién (Lieberson 1987: 45; Ferguson 1997b; véase también Tetlock y Lebow 2001). La segunda diferencia entre las ciencias naturales y la ciencia politica hace referencia a a categoria similar a ley que se otorga a ciertas teorias cientificas, La experimentacién y el repetido contraste empirico proporcionan a las teorias de las ciencias naturales el rango de leyes (por ejemplo, la ley de la conservacién de la energia, las leyes del movimiento de Newton o la Ley de los Gases de Boyle). Sin embargo, la naturaleza de las evidencias reca- bbadas para respaldar las teorfas en la ciencia politica es tal que hace dificil hallar general zaciones similares a leyes. Con todo, en la disciplina de la ciencia politica hay tres «leyes» ampliamente reconocidas. La Ley de Hierro de la Oligarquia de Michels establece que los procesos naturales observables en la dindmica de las organizaciones y grupos pequeiios, con el tiempo, tienden a crear en todos los grupos y las organizaciones una estructura de autoridad jerarquica con una pequeita élite a la cabeza, Esta ley ha sido, por ejemplo, con- ‘rastada mediante el andlisis de organizaciones de movimientos sociales; la evidencia reco- gida por Tarrow (1994) apunta a que las organizaciones de movimientos sociales con mis éxito y mayor duracién tienden a ser las que presentan estructuras burocriticas formales y 6rganos de direccién autoritarios integrados por las élites del movimiento. La segunda ley, denominada In «Ley Duverger», establece que los sistemas electorales mayoritarios tienden a generar dos partidos, mientras que los sistemas con representacién proporcional suelen dar lugar a varios partidos. Esta ley ha sido repetidamente contrastada en estudios compa- rados sobre sistemas electorales y, en su conjunto, encuentra respaldo en la evidencia dis- ponible (véanse Rae 1971; Lijphart 1994a), Segiin la tercera ley sobre «la paz democritica», las democracias no se declaran la gue- ra (Babst 1964; véase también el capitulo 12 de este libro), mientras que segtin una ley derivada de la anterior, las democracias son menos susceptibles de verse involucradas en. conflictos armados que los paises no demoeriticos (véase Russet y O’Neal 2001). En el Ambito de las relaciones internacionales, algunos autores han estudiado «diadas» de guerra (es decir, de dos paises que se declaran la guerra) y demostrado que «fel] mimero de gue- rras entre democracias durante los dos tiltimos siglos va de cero a menos de cinco, depen- diendo precisamente de cémo se define democtacia» (Levy 1989: 87-88). Se ha sostenido por ello que esta causencia de guertas entre democracias es lo més parecido a una ley em- pirica que tenemos en el campo de las relaciones internacionales» (ibid.: 88). Ademas, combinada con el proceso de democratizacién, que se ha acentuado desde 1974 (véase el capitulo 7), la ley de la paz democritica da pabulo al optimismo en cuanto a contlictos faturos en el mundo, ya que una mayor proporcién de democracias en el mundo significaria un menor nimero de guerras internacionales (véanse Ward y Gleditsch 1998; Przeworski et al. 2000; Gelpi y Griesdorf 2001; Russett y O’Neal 2001). Aparte de estas tres «leyes» de la ciencia politica, el grueso de la investigacién compa- rada evita hacer afirmaciones tan categoricas. Asi pues, cuales son las grandes conclusio- nes sobre politica comparada que cabe extraer de esta comparacién somera con las ciencias naturales? En primer lugar, por razones practicas y éticas, la politica comparada relaja parte del rigor de las ciencias naturales, aun cuando sigue empleando la misma légica de inferen- ia, En segundo lugar, la politica comparada es una ciencia social no experimental (0 cuasi- experimental) que trata de hacer generalizaciones basadas en la mejor evidencia disponible (Campbell y Stanley 1963; Lijphart 1975: 162; Lieberson 1987). En tercer lugar, como sucediineo de la experimentacién, la comparacién permite cierto controf (Sartori 1994: 16), al poder mantener ciertas variables constantes mientras se examinan y se explican las dife- rencias observadas (véase el capitulo 2). En cuarto lugar, si bien no trata de formular leyes inmutables, la politica comparada busca la claridad, la comprensién y la explicacién de fené- ‘menos politicos sobre los que puede obtener una certeza razonable. Por ello, la finalidad de este libro es proporcionar a los estudiantes las herramientas necesarias para lograr esta cla- ridad, comprensién y explicacién, evitando al mismo tiempo los tropiezas y obstaculos que limitan dicha tarea, Términos y conceptos cientificos Antes de coneluir este capitulo, es necesatio definir y aclarar los términos que han sido uti- lizados hasta el momento, asi como los que se hallarén a lo largo del libro. Se trata de los términos generales que se usan en las ciencias sociales y que todos los estudiantes de cien- cia politica deben conocer si aspiran a entender el mundo politico desde una aproximacién mis cientifica. Entre dichos términos figuran «teorla> y «método»; wontologia», «episte- mologia» y «metodotogian; «casos» (o paises), «unidades de andlisis», «variables» y «ob- servaciones»; «niveles de andlisis», asi como «métodos cuantitativos y cualitativos». En esla exposicién se especifica como se usan en el libro estos términos y concepios de las ciencias sociales. Teoria y método La ciencia politica como disciplina comprende dos tipos basicos de teoria: las normativas y las empiricas, Las teorias normativas especifican cémo deben ser las cosas en sociedad, dado un conjunto deseado de resultados y una posicién filos6fica. Desde los pensadores griegos y romanos hasta los filésofos contempordneos como John Rawls, los partidarios de la teoria normativa politica han establecido marcos para lograr el bien comiin y resolver problemas sociales clave mediante la argumentacién te6rica. Por ejemplo, Rawls (1971) contin la tradicién de 1a teoria del contrato social formulada por Locke, Rousseau y Kant, derivando principios de justicia de un experimento de pensamiento idealizado que re curre al concepto clave del «velo de la ignorancia», en virtud del cual las personas no son conscientes de caracteristicas particulares, como la edad, la clase social, el sexo, la situa- cidn econémica, la identidad étnica, etc. En cambio, la teorfa empirica trata de establecer relaciones entre dos 0 mas conceptos, al objeto de explicar la ocurrencia de los fenémenos politicos obsetvados. Por ejemplo, una teoria empirica de la revohucién social podria desta- car la importancia de una serie de factores socio-econémicos explicativos del compor- tamiento revolucionario en ciertos tipos de pueblos, que seria luego contrastada recurriendo alaevider tica puedc aplicando 16-19; Co rico de la lidad pers presupues bles (Wa siones me tudioso q grandes 1 ductivame de eviden, generalize En can teoria, los clusiones de archive cos, la el de movin poblacién reglas par sustancial que este L ca compa comparati Ontologic Ontologia fia de lac bre politic ‘ratamien Ia estruct To que pu otras pala actores, i plicacién cimo los, servacién ontologia Ge investi filosofia « ca de inferen- intal (0 cuasi- zia disponible + lugar, como ori 1994: 16), lican las dife- ormular leyes acién de fend- a finalidad de rgrar esta cla- bstdculos que han sido uti- fe trata de los antes de cien- aproximacién sia», «episte- ables» y «ob- litativos». En weepios de las normativas y en sociedad, os pensadores partidarios de tin y resolver Rawls (1971) » Rousseau y lizado que re- rsonas no son sexo, la situa- de establecer 9s Fenémenos podria desta- del compor- la recurriendo ar paises a a la evidencia (véase el capitulo 7). Asimismo, las teorias con las que trabaja la ciencia poli- tica pueden ser deductivas 0 inductivas. Las teorias deductivas Hegan a sus conclusiones aplicando la razbn a un determinado conjunto de premisas (Stoker 1995: 17; Lawson 1997. 16-19; Couvalis 1997). Asi, por ejemplo, en el mbito de la ciencia politica, el enfoque te6- rico de la eleccién racional asume que todos los actores politicos maximizan su propia uti- lidad personal, o interés propio, a la hora de elegir entre varias alternativas. A partir de este presupuesto basico, el investigador deduce de manera I6gica el abanico de resultados posi- bles (Ward 1995: 79; Levi 1997). Por su parte, las teorias inductivas aleanzan sus concht- siones mediante la observacién de hechos conocidos (Couvalis 1997). Por ejemplo, un es- tudioso que observa casos mas claros de rebelién campesina en zonas geogrificas con grandes niveles de desigualdad en la distribucién de la tierra y de la riqueza concluiré in- ductivamente que la desigualdad esté relacionada con la rebelién. Mediante la comparacién de evidencias procedentes de otros paises 0 regiones geogriificas se buscaria confirmar esta generalizacién, En cambio, el método es el instrumento mediante el cual se desarrolla y se verifica una teoria, lo que conlleva recoger datos, formular y contrastar hipétesis, asi como deducit con- clusiones sustanciales. Las evidencias pueden recabarse, por ejemplo, mediante el examen de archivos histéricos, la recogida y el anilisis de entrevistas abiertas con aetivistas politi- cos, fa elaboracién sistemética de informes de observacién de participantes en actividades, de movimientos sociales o el disefio y anslisis de encuestas masivas de una muestra de la poblacién, A la hora de formular y de verificar las hipdtesis, el método hace explicitas las reglas pata tomar decisiones y rechazar hipdtesis altemativas. Por tiltimo, las conclusiones, sustanciales se extraen de las teorias y los datos. Como sugiere la exposicién previa, aun- que este libro no tiene como finalidad primordial analizar las diferentes teorias de la politi- ca comparada, si pretende mostrar las diferentes formas en que cabe recurtir a los métodos comparativos para contrastar teorias politicas empiricas deductivas ¢ induetivas. Ontologia, epistemologia y metodologia Ontologia, epistemologia y metodologia son términos que sungen en el debate de Ia filoso- fia de la ciencia y las distinciones entre ellos a menudo se desdibujan en la bibliografia so- bre politica comparada, Literalmente, la ontologia consiste en el estudio del ser, es decit, el ‘ratamiento metafisico de la esencia de las cosas, incluida «a naturaleza, la constitucién y la estructura de los objetos» de la investigacién comparada (Lawson 1997: 15). Versa sobre Jo que puede ser estudiado, lo que puede ser comparado y lo que eonstituye lo politico. En otras palabras, para la politica comparada, la ontologia se ocupa de los paises, fendmenos, actores, instituciones y procesos, entre otras cosas, que son observables y precisan una ex- plicacion. La epistemologfa es el estudio de la naturaleza del conocimiento, es decir, de cémo los investigadores y estudiosos logran conocer el mundo, a través de medios de ob- servacién, impresion sensorial y experiencia tanto ex ante como ex post. Al contrario que Ia ontologia, trata de averiguar qué conocimiento del mundo politico es posible y qué normas, de investigacién han de seguirse a la hora de explorar el mundo politico. En la historia y filosofia de la ciencia, la epistemologia ha pasado de la afirmacién categérica de los posi- 42 or qivé commparar, «6 tivistas, segtin la cual es posible la unidad de las ciencias naturales y sociales, a una postura ‘que reconoce cierta pluralidad de enfoques basada en un vinculo entre evidencia e inferen- cia del tipo defendido en este libro (véase Gordon 1991: 589-668). A diferencia de la onto- logia y de la epistemologia, la metodologia se ocupa de las formas de adquirir conocimien- tos sobre el mundo politico, Como su nombre sugiere, la metodologia es el estudio de lo: diferentes métodos o sistemas de métodos en un campo de investigacién conereto. A: pues, existen normas de investigacién especificas para los métodos cualitativos y cuantita- tivos, aunque ambos traten de proporeionar interpretaciones y explicaciones de fenémenos politicos observados. Estos tres conceptos tienen igualmente una «dependencia direccio- aby y ordenada, de modo que la ontologia establece qué es conocible, la epistemologia cémo es conocible y 1a metodologia cémo se adquieren sistematicamente los conocimien- tos (Hay 2002: 61-66) Una vez definidos dichos términos, conviene que el lector sepa de qué forma los temas abordados en este libro estén fundados en ciertos presupuestos ontologicos, epistemolégi cos y metodolégicos. Sin entrar en un debate filosdfico, este libro se basa en la eteencia ontolégica de que los objetos animados ¢ inanimados del mundo existen en si y por si mis- ‘mos ¥, por extensién, también los eventos observables existen en si y por si mismos. Bl ob- jeto de la ciencia politica es explicar y comprender estos eventos, concretamente por qué suceden, cémo suceden y la probabilidad de que sucedan nuevamente en el futuro, al igual que en otras partes del mundo. Aun suscribiendo el argumento de que la historia esti abierta» (Popper 1997), este libro parte de la existencia de ciertas «regularidades de los acontecimientos» (Lawson 1997) del mundo, que las ciencias politicas pretenden describir, explicar y comprender. Epistemolégicamente, la politica comparada abarca un amplio espectro, Desde un extre- mo del espectro se sostiene que todos los fenémenos politicos y sociales son cognoscibles a través del proceso de deduccién basado en presupuestos irrefutables sobre la naturaleza hu- ‘mana, Esta postura epistemolégica suele denominarse «nomotética-deductiva» y, al igual que el positivismo, aspira a generalizaciones sobre el comportamiento politico similares a las leyes naturales. Desde el polo opuesto del espectro se afirma que todo conocimiento esté culturalmente acotado y es relativo, lo que sugiere la imposibilidad de conocer algo fuera de los estrictos confines del contexto cultural local (Kohli et ai. 1995), Tal postura pone en duda, en tiltima instancia, la existencia de una ciencia politica comparada, ya que los conceptos politicos no podrian transferirse indistintamente a contextos culturales dife rentes y habria diferencias fundamentales en su significado (véase Macintyre 1971). Este libro se sitia a mitad de camino entre estos dos extremos, De un lado, acepta que es posible contrastar ciertas teorias deductivas sobre la politica en el mundo real y también formular generalizaciones sobre e1 mundo de la politica, siempre que se respeten adecuada- ‘mente ciertas normas de investigacién, De otto lado, reconoce que no es posible un cono miento del mundo politico «desprovisto de valores» y que los procesos de generacién de teorias y de observacién quiz no sean mutuamente excluyentes (Feyerabend 1993: 27; Sanders 1995: 67-68; Couvalis 1997). Por lo tanto, se acepta la posibilidad de llevar a cabo cicttos tipos de comparaciones entre culturas y entre naciones si se adoptan determinados procedimientos (véase el capitulo 2 de este libro). Metodoldgicamente, el libro se propone aplicar métodos comparados a problemas de investigacién reales en el marco de la disciplina dela polit nes valida igual que Casos, un Estos cua comparad plo, en St Rusia y € como por etc, Las v de unidad ticipar en decada w tudio hipe nila podrie cién a tra organiza serian los trategio, en un pais Ademé © indepen bles de re investigac cant las va explicativ pendiente de la pers politicos | diente pai cidn estét diemte se capitulo 3 Como partido dc cia, Todos independi vamente, negociaci na, Wickt tosas. En ‘una postura acia e inferen- sia de Ia onto- f conocimien- estudio de los conereto. Asi 0 y cuantita- de fenémenos acia direccio- epistemologia + conocimien- -ma los temas epistemoligi- sn la ereeneia iy por si mis- tismos. El ob- nente por qué aturo, al igual historia «esté ‘dades de los den deseribir, asde un extre- cognoscibles a ratraleza hu- a y, al igual 20 similares a conocimiento conocer algo ). Tal postura arada, ya que alturales dife- 1971). acepta que es zal y también ten adecuada- ale un conoci- yeneracion de nd 1993: 27; evar a cabo determinados «0 se propone ela disciplina 6 uumparar pateas? 43 de la politica comparada en un intento de ayudar a los estudiantes a formutar generalizacio- nes vilidas sobre e1 mundo politico observable. Estos distintos métodos de comparacién, al igual que sus ventajas y desventajas, se abordan en el capitulo 2 Casos, unidades de andlisis, variables y observaciones Estos cuatro términos aluden a aspectos cruciales de la investigacin sistematica en politica comparada. Los casos son aquellos paises que son objeto de andlisis comparado. Por ejem- plo, en States and Social Revolutions (1979), Theda Skocpol examina los casos de Francia, Rusia y China, Las unidades de andlisis son los objetos sobre los que se recaban datos, como por ejemplo individuos concretos, paises, sistemas electorales, movimientos sociales, eic. Las variables son aquellos conceptos cuyos valores cambian en el seno de un conjunto de unidades determinado, tales como la renta, la identificacién partidista, la tendencia a pat- ticipar en movimientos de protesta, ete. Las observaciones son los valores de las variables de cada unidad, que pueden ser numéricos, verbales o incluso visuales. Por ejemplo, un es- tudio hipotético de los movimientos sociales en ef Reino Unido, Francia, Holanda y Alema- nia podria tener una variable denominada «estrategian, que incluyera las categorias «actua- cidn a través de grupo de presiém», «manifestacién pacificax, caccién violenta directa», organizacién de base» y «labor de concienciacién». En tal estudio hipotético, los paises serian los casos, las unidades de andlisis los movimientos sociales, la variable seria la «e trategian, y la observacién, el valor de la variable «estrategia» para un movimiento conereto en un pais determinado. Ademis de los diferentes valores que toman las variables, estas pueden ser dependientes © independientes. Las variables dependientes (también denominadas indistintamente varia bles de resultado, variables endégenas 0 el explanandum) son los resultados politicos que la investigacién trata de explicar. Por otra parte, las variables independientes son las que expli- ccan las variables dependientes (y también se denominan indistintamente variables causales, explicativas, exdgenas o el explanans). La distincién entre variables dependientes ¢ inde- pendientes se deriva de la pregunta de investigacién especifica de un proyecto comparado y de la perspectiva teérica concreta que se adopte. Puesto que la mayoria de los fendmenos, politicos tienen miltiples explicaciones, es posible que haya més de una variable indepen- iente para una variable dependiente concreta, En fos modelos formales y en Ia formula- cién estindar utilizada para las ecuaciones de regresién, con frecuencia la variable depen- diente se representa como una «y», y la variable independiente como una «ao» (véase el capitulo 3) ‘Como ejemplos de variables dependientes cabe citar el nimero de votos que obtiene un partido de izquierda, los golpes militares, las revoluciones o las transiciones a la democra- cia, Todos ellos son ejemplos de fenémenos interesantes para los politdlogos. Las variables independientes que explican cada una de estas variables dependientes podrian ser, respecti- vamente, ta clase social, las crisis econémicas, la eomercializacién de Ia agricultura 0 la negociacién entre las élites. En su estudio de las guerrillas y revoluciones en América Lati- na, Wickham-Crowley (1993) trata de explicar la ocurrencia de revoluciones sociales exi- tosas. En este ejemplo, la revolucién social cumplida es la variable dependiente. Entre las 44 variables independientes figurarian la presencia de grupos guerrilleros, el apoyo de trabaja- dores y campesinos, la suficiencia de la fuerza militar guerrillera, la presencia de un régi- men patrimonial tradicional y la retirada del apoyo militar y econémico estadounidense al régimen en el poder (Wickham-Crowley 1993: 312; véase el capitulo 7 de este libro). Niveles de andlisis Lacciencia politica divide tos niveles de andlisis entre el nivel micro o individual y el macto 0 nivel de sistema, En el analisis micro-politico se examina la actividad politica de perso- nas individuales, como por ejemplo los encuestados en una encuesta, los integrantes de la Glite dirigente de un partido politico o gobierno o los activistas en un movimiento de pro- testa, Los anailisis macro-politicos se centran en grupos de individuos, estructuras de poder, clases sociales, procesos econémicos, asi como en la interaecién entre Estados-nacién, Al igual que ocurre respecto de otras divisiones en el seno de la ciencia politica, hay quienes piensan que, en politica, es posible explicar todo centrindose en los procesos de nivel mi- cto y quienes opinan que todo puede entenderse desde los procesos de nivel macro. A ve~ ces esto se denomina el problema de estructura o agencia de la politica (véase Hay 1995, 2002). Los microanalistas entienden que el mundo de la politica esté modelado por las ac~ ciones de «agentes sin estructura», mientras que los macroanalistas consideran que esti configurado por procesos continuos de «estructuras sin agentes». En la investigacién comparada abundan los ejemplos de estos diferentes niveles de ani- lisis. En The Rational Peasant, Samuel Popkin (1979) sostiene que la mejor forma de comprender los movimientos revolucionarios es centrarse en las preferencias y acciones de campesinos individuales (un microandlisis). La justificacién de esta afirmacién se ha- Ila en su intenso estudio de la actividad campesina en Vietnam. Al contrario que Popkin, en Agrarian Revolution Jeffrey Paige (1975) demuestra que es més probable que las tevo- luciones se produzean en paises con una particular combinacién estructural de propietarios y cultivadores indlisis a nivel macro es llevado a cabo comparando muchos pafses & ia vez y luego contrastando los hallazgos de tres paises: Vietnam, Angola y Peri (véase el capitulo 2). En Liberalism, Fascism, or Social Democracy, Gregory Luebbert (1991) afir- ma que los tipos de regimenes que surgieron en la Europa de entreguerras no tuvieron nada que ver con «el liderazgo y la eleccién razonable» (ibid.; 306), sino que vinieron de~ terminados estructuralmente por los intereses materiales de las masas, las clases sociales y los partidos politicos (un macroanélisis). Por iltimo, en The Breakdown of Democratic Regimes, Stepan (1978) halla la via intermedia para explicar la ruptura de la democracia de 1964 en Brasil, al sugerir que las macrocondiciones politicas existentes en el momento de la ruptura ciertamente limitaron, pero no determinaron, las acciones de los distintos lideres individuales. En este libro no se da preferencia a un nivel de anélisis sobre otro, sino que mas bien se muestra como encajan los diferentes niveles de andlisis en los distintos métodos compara- dos y cémo han abordado los diferentes estudios comparados los principios fundamentales de las teorias empfrieas dominantes en las ciencias politicas (véase el capitulo 13 de esta obra). ‘Métodos « Dicho de cas entre diferencie como elle paracion incluye m tegias de agregado gato, lox cidn rech tivos pues de los est en las di entre las Los m risticas y exige nei da, exist sus tres ¢ dad y la con tos t 1975). N Ia invest cutsivas complet: ficar tod simero de la tec mers 19: vatiedad un inten queza dc ta de ex de wari vacién £ captar ¢ lleva de (Wevine cién det de signi yo de trabaja- ia de un régi- dounidense al 2 libro) ral y el macro fica de perso- egrantes de la siento de pro- uuras de poder, los-nacién, Al 1, hay quienes s de nivel mi macro. A ve~ ase Hay 1995, do por las ac- eran que esta iveles de and- sior forma de as y acciones niacién se ha > que Popkin, que las revo- € propictarios thos paises a Peri (véase el 2 (1991) afir- Sno tuvieron « vinieron de- vses sociales y 1f Democratic Jemocracia de vel momento + los distintos te mas bien se ‘dos compara- ‘undamentales alo 13 de esta 1. aor qué compara pai 45 ‘Métodos cuantitativos y cualitativos Dicho de forma sencilla, los métodos cuantitativos tratan de mostrar las diferencias muméri cas entre ciertos objetos de andlisis, mientras que los métodos cualitativos tratan de aislar las diferencias tipicas. Los analisis cuantitativos responden a la simple pregunta «;cudntos hay como ellos?» (Miller 1995: 154), donde «ellos» representan cualesquiera objetos de com- paracién susceptibles de ser contados 0 de recibir un valor numérico. La ciencia politica incluye muchos objetos de comparacién, tales como las manifestaciones de protesta, las estra- tegias de los movimientos sociales, la identificacién de los individvos con determinados par- tidos politicos, las transiciones a la demoeracia (véase el capitulo 9) y el grado de proteccién de los derechos humanos (véase el capitulo 11). Los datos cuantitativos pueden ser datos agregados oficiales publicados por los gobiernos sobre las tasas de crecimiento, la renta y el gasto, los niveles de produccién agricola ¢ industrial, el indice de delincuencia y de pobla- cidn reclusa o el nimero de hectéreas de tierra objeto de reforma agratia. Los datos cuantita- tivos pueden ser igualmente individuales, tales como los hallados en las numerosas encuestas de los estudios de mercado y sondeos de opinién piblica, Los métodos cuantitativos se basan en las distribuciones que presentan estos datos y en las relaciones que pueden establecerse centre las variables numéricas mediante el uso de métodos estadisticos simples y avanzados. Los métodos cualitativos pretenden identificar y comprender los atributos, las caracte- risticas y los rasgos de los objetos de investigacién, mientras que la naturaleza del método exige necesariamente que se centre en un mimero de paises reducido. En politica compara- da, existen tres grandes tipos de métodos cualitativos: la comparacién macro-historica (con sus tres subtipos) (Skocpol y Somers 1980; Ragin et al. 1996); las entrevistas en profundi- dad y 1a observacién participante (Devine 1995); y lo que se denomina de diferente forma con los términos interpretativismo, hermenéutica 0 «descripcién densay. (Geertz. 1973; Fay 1975). Ninguno de estos tipos de métodos aspira a dar expresién numérica a los objetos de la investigacién, y en todos ellos ef propésito consiste en proporcionar explicaciones dis- cursivas acabadas y exhaustivas. A menudo se hace referencia a estas explicaciones mas completas califiedndolas como «ideogrificas» 0 «configurativas», ya que tratan de identi- ficar todos los elementos importantes para Ta explicacién del resultado. Al centrarse en un niimero de paises reducido, la macrohistoria comparada permite la «demostracién paralela de la teorian, el «contraste de contextos» o la explicacién «mactocausal» (Skocpol y So- mers 1980). La demostracién paralela de la teoria prueba el rendimiento de la teoria en una variedad de paises. EI contraste de contextos ayuda a identificar rasgos tinicos de paises en. un intento de ilustrar su efecto en los procesos sociales, al tiempo que pone de relieve la ti- queza de los distintos paises y aspira al , alguien que 31 éxito de las seen el Reino idos politicos pea, 0 inelt- egundo tugar, lo que reduce eonereto. En ccuantitativos, cciones, mien- s. Por tiltimo, en utilizar los versales recu- ‘eles de expli- >sincrisico, la ncesién clave 96). En gene- dara ineluir un ciencia politi- 1994), Alter- one que el in- los contextos democraticas, sistemas poli- bien, em una ategorias mas istemas presi- 9), Por iltimo, 51 el concepto de presidencialismo habria de ser afinado atin mis para dar cuenta de sus mati- ces en un pais peculiar como los Estados Unidos. En la figura 2.1 se resumen estos métodos de comparacién mostrindose la transaccién, (trade-off) entre el nivel de abstraccién y el nimero de paises. Las celdas que identifican a cada método vienen determinadas por la interseccién entre el nivel de abstraccién (alto, ‘medio y bajo) y el ntimero de paises (uno, pocos y muchos). La figura es un recurso heuris- tio para ilustrar esta relacién claramente. En realidad, las lineas divisorias entre los distin- tos métodos son més difusas; diversos estudios utilizan simulténeamente varios métodos diferentes. Por ejemplo, en Agrarian Revolution, Paige (1975) compara muchos paises con el fin de aislar los determinantes estructurales de las revoluciones en el mundo, para luego analizar paises concretos (Angola, Vietnam y Pert) y comprobar si los hallazgos yenerales se sostienen a nivel local. Rueschemeyer et al. (1992) cuestionan los hallazgos estadisticos globales sobre la relacién entre desarrollo econémico y democracia comparando cualitati- ‘vamente un mimero de paises bastante amplio (N = 53). Por iiltimo, Hawkins (2002) ana- fiza el caso de Chile para examinar en qué medida las movilizaciones internacionales en tomno a las violaciones de los derechos humanos afectaron al régimen de Pinochet, para Iuego ampliar su comparacién a los casos de Cuba y Sudafiica, Esta representacién de los métodos comparativos difiere ligeramente de la descrita en. trabajos anteriores sobre politica comparada (Lijphart 1971; Collier 1991: 9-12). En primer lugar, se incluyen los tres métodos como modalidades de estudio comparado. En el pasado, Lijphart (1971) denominé «método estadistico» a la comparacién de muchos paises usando ‘un anélisis cuantitativo, y «método comparado» a la comparacién de pocos paises usando un anilisis cualitativo, Para muchos autores, los estudios de un solo pais, por su propia natu- raleza, no son comparados, aunque puedan tener un valor comparativo. Muchos de estos studios manjan conceptos aplicables a otros paises, desarrollan conceptos nuevos que resultan de aplicacién a otros paises y/o enmarcan sus estudios en un contexto comparado, (Sartori 1994: 15). En este libro sosiengo que si uno se propone efectuar inferencias mis amplias sobre el fancionamiento de la politica mediante alguna forma de comparacion y ‘usa para ello eonceptos aplicables a més paises, aparte de aquel objeto de estudio, la inves- tigaci6n seré comparada (Lichbach y Zuckerman 1997; 4; véase también George y Bennett Figura 2.1. Métodos de comparacién g fie Comparacion de 4 Same : Ee — 3 pocos paises 2 jp | eosmem solo pais Ure Focos (<20) Muchos (50) Cantidad do pases sumers: Basada en Sartor (1970) y Mair (1996). 52. r r A 0 i . 2005; Lees 2006). Asf pues, tanto los estudios de muestras grandes de paises eomo los que se centran en pocos paises o los que giran en torno a un solo pais pueden ser considerados esttidios comparativos. En segundo lugar, habitualmente se hace referencia a la comparacién de muchos paises ‘como una comparacién con una an grande», y a la comparacién de pocos paises como tuna comparacién con una an pequeria», donde «i» es el nimero de paises. Es importante no confundir el uso de la an» cuando se lleva a cabo un estudio comparado, ya que también puede hacer referencia al nimero total de observaciones. Muchos estudios cuantitativos de caracter global usan series tempotales de datos procedentes muchos paises, de tal manera que el niimero total de observaciones resulta de multiplicar el njimero de paises (N) por el niimero de altos (7). Asimismo, es posible que el estudio de un solo pais ineluya muchas observaciones, tales como el niimero de elecciones generales, el mimero de encnestados en un sondeo de opinién de ambito nacional, el nimero de violaciones de fos derechos humanos a lo largo de un pe- riodo de tiempo determinado, el niimero de casos de violencia politica, etc. (véanse Eckstein 1975: 85; Ragin 2000: 67-69), Por ejemplo, en Making Democracy Work, Robert Putnam. (1993a) compara muchas regiones de Italia, lo cual, en este caso, es un estudio de un solo pais donde se extraen inferencias a partir de una n-grande. De manera similar, Beer y Mitchell (2006) comparan democracia y derechos humanos entre los distintos estados de la India. Para evitar confusiones, «a» siempre se utilizaré en este libro para hacer referencia al ni- mero de observaciones (King ef al. 1994: 51-52). Por ejemplo, Burkhart y Lewis-Beck (1994) comparan 131 paises desde 1972 hasta 1989 (n = 2.358), y Foweraker y Landman (1997) comparan Brasil (1964-1990), Chile (1973-1990), México (1963-1990) y Espaita (1958-1983), generando n = 99 (cuatro paises por el mimero total de afios comparados). Aunque en el primer estudio se comparaban muchos pafses y en el ultimo unos pocos, ambos pueden considerarse estudios comparativos con una «n grande». De este modo, y tratando de mantener la coherencia con esta nomenclatura, en este libro se distinguen tres métodos: Ja comparacién de muchos paises, la comparacién de pocos y los estudios de un solo pais. La comparacién de muchos paises La comparacién de muchos paises se aproxima notablemente al método experimental de las ciencias naturales, El gran nimero de paises incluidos en la muestra hace que este mé- todo de comparacién sea especialmente adecuado para el andlisis cuantitativo de datos agrogados recabados con respecto a diferentes indicadores que varian de unos paises a otros (Lijphart 1971). Si bien hay ejemplos de comparaciones cualitativas de muchos paises, tales como El Choque de las Civilizaciones de Huntington (1996) y la Historia del Gobierno de Finer (1997), la mayoria de los estudios que comparan muchos paises simultineamente se basan en el uso de métodos cuantitativos. Puesto que este método compara muchos paises ala vez, generalmente requiere un mayor nivel de abstraccién en su especificacion de con- ceptos. Este método se generalizé a raiz de la revolucién conductista en las ciencias so- ciales, cuando los eientificos sociales se planteaban grandes preguntas sobre el desarrollo politico y bles a gra sesenta, Ia de paises infrecuent comparad ejemplo, ¢ incluye 15 Entre I: usar contr determina largo del ran en la «atipicos» de verific nibilidad | cadores (¢ habilidade cientemen bre las qu autores co ‘mecanism penden m rasgos de La comp Comparar comparac ta mis de chos paise de compa bles. Com de investi 505, a con dos «tigre prender p comparar un period nomias pt sobre la € orientada come los que « considerados anuchos paises 5 paises como Es importante aque también santitativos de de tal manera ises (N) por el vaciones, tales leo de opinién ango de un pe- Sanse Eckstein tobert Putnam te un solo pais, er y Mitchell os de La In ‘erencia al nit y Lewis-Beck er y Landman 90) y Espaiia comparados), > unos pocos, este modo, y fistinguen tres studios de un perimental de que este mé- tivo de datos unos paises @ auuchos paises, 1 del Gobierno rultineamente snuchos paises vacién de con- s ciencias so- el desarrollo ar 2 53 politico y 18 estabilidad politica y pretendian alcanzar generalizaciones empiticas aplica- bles a grandes muestras de paises. Desde los primeros trabajos en los afios cincuenta y sesenta, las bases de datos han cobrado una ereciente complejidad al incluirse un némero de paises cada vez. mayor e incorporarse también una dimensién temporal. Hoy dia no es inffecuente que dichos conjuntos de datos incluyan entre 150 y 194 paises, los cuales son comparados durante periodos de tiempo que oscilan entre veinte y cincuenta afios. Por ejemplo, el andlisis que se ofrece en Democracy and Development (Praeworski et al. 2000) incluye 150 paises desde 1950 hasta 1990 (véase el capitulo 6). Entre las principales ventajas de este método de comparacién figuran su idoneidad para usar controles estadisticos que descarten explicaciones alternativas y mantengan constantes, determinados factores que pueden inducir a confusién, su amplia cobertura de paises a lo largo del tiempo y del espacio, su capacidad para hacer inferencias sblidas que se corrobo- ran en la mayor parte de los casos y su capacidad para detectar los denominados paises «atipicos» o «anémalos», en los que no se dan los resultados previstos por la teoria objeto de verificacién, Las principales desventajas de este método de comparacién son la dispo- nibilidad limitada de datos para muchos paises y periodos de tiempo, la valdlez de los indi- cadores (a menudo toscas aproximaciones de los conceptos de las ciencias sociales) y las habilidades matematicas e informaticas que se requieten para analizar conjuntos de datos cientemente complejos cuya estructura y propiedades violentan algunas de las hip6tesis so- bre las que se basan los métodos més habituales de anzlisis estadistico. Ademds, muchos autores consideran este método de comparacién inapropiado para analizar temas que entrafian ‘mecanismos causales complejos, procesos histéricos y significados mais profndos que de- penden mucho de las peculiaridades contextuales de casos coneretos de paises. Estos y otros rasgos de este método de comparacién se abordan pormenorizadamente en el capitulo 3. La comparacién de pocos paises Comparar pocos paises conlleva la seleccién deliberada de unos cuantos paises para su. comparacién. Esta seleccién puede hacerse con cualquier mimero de paises, desde dos has- ta més de veinte, mimero a partir del cual la distincién entre comparacién de pocos y mu- chos paises comienza a difuminarse en cierta medida. El rasgo definitorio de este método de comparacion es la seleccidn deliberada de paises dentro de un universo de casos posi- bles. Como veremos, tal seleccidn de casos, sin tener en cuenta unas determinadas reglas de investigacién, puede llevar a inferencias inciertas, hallazgos limitados y, en algunos sos, a conclusiones simplemente erréneas sobre un tema concteto, El analisis de los Tlama- dos «tigres del Este asidtico» ilustra muy bien esta cuestin. Los analistas trataron de com- prender por qué estas economfas habjan tenido tanto éxito en su momento. En lugar de comparar una muestra de paises de la regién (tanto exitosos como no exitosos) a lo largo de un periodo que abareara toda Ia historia de su emergencia (desde la dependencia agraria hasta el capitalismo exportador), el andlisis se centré en una muestra muy limitada de eco- ‘nomias prosperas durante un periodo de tiempo corto, lo que llev6 a inferencias incorrectas sobre la estrategia de desarrollo particular seguida por estos paises (ver. industrializacién otientada a la exportacién - IOF) y el papel de unos gobiernos fuertes, que reprimicron con dureze a los trabajadores (véanse Geddes 1990; Brohman 1996; Stiglitz 2002). Las politicas econémicas de gran calado y alcance que adoptaron organizaciones financieras internacio- nales, tales como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), se basaron en este tipo de estudios. No obstante, esta anéedota sugiere que es posible realizar un buen andlisis comparado de unos pocos paises. Este método ha recibido diversas denominaciones, tales como el mé- todo comparado, la estrategia de casos comparables» (Lijphart 1975) 0 «comparacién fo- calizada» (Hague et ai. 1992). Consigue controlar el estudio seleccionando cuidadosamen- te los paises objeto de anilisis y aplicando un nivel de abstraceién conceptual medio. Los estudios que se sirven de este metodo son mas intensivos y menos extensivos, ya que incor- poran un mayor numero de los matices especificos de cada pais. Los resultados politicos que son objeto de este tipo de comparacién a menudo se consideran «configurativos», esto es: producto de miiltiples factores causales que actiian conjuntamente, Por ello, este tipo de comparacién también se denomina «orientada por el caso» (Ragin 1994), ya que la unidad de analisis es frecuentemente el pafs objeto de andlisis y el centro de atencién suelen ser las similitudes y diferencias entre paises, en vez de las relaciones analiticas entre variables. Hay dos grandes tipos de disevio de investigacién que se incluyen dentro de este método de comparacién, Algunos estudios comparan resultados diferentes entre paises similares, en lo ‘que se conoce como el Disefio de Sistemas de Maxima Similitud (DSMS); mientras que otros comparan resultados similares entre paises diferentes, en lo que se conoce como el Disefio de Sistemas de Maxima Diferencia (DSMD). Con cualquiera de estos disefios de investigacién, mediante la comparacién de similitudes y diferencias se pretende descubrir qué tienen en comin los paises susceptible de explicar el resultado politico observado. E: tas distintas estrategias y sus puntos fuertes y débiles se abordan de manera exhaustiva en el capitulo 4. La comparaci6n a través del estudio de un solo pais Tal y como se ha sefialado anteriormente, se consideran comparados los estudios de un solo pais si emplean desatrollan conceptos aplicables a otros paises, y/o buscan hacer inferen- cias de amptio alcance que trascienden al pais original estudiado. Con todo, hay que reco- nocer que las inferencias hechas a partir de estudios de un solo pais son necesariamente menos seguras que las resultantes de comparaciones de varios 0 muchos paises. No obstante, estos estudios son titiles para examinar muchas cuestiones comparativas. Para Eckstein (1975), los estudios de un solo pais son el equivalente de los estudios clinicos en medicina, donde se examinan intensivamente los efectos de ciertos tratamiientos. Aparte de esto, los es- tudios de un solo pais proporeionan una descripcién contextual, desarrollan clasificaciones nuevas, generan hipétesis, confirman y rechazan teorias, y explican la presencia de paises atipicos identificados mediante la comparacién internacional (véanse también Van Evera 1997; Gerting 2004; George y Bennett 2005; Lees 2006). ‘A pesar de las muchas limitaciones de los estucios de un solo pais y de su reciente de- clive y marginalidad en el mundo académico de la ciencia politica (Lees 2006: 1088-1095), cel campo de la politica comparada se ha beneficiado enormemente de ellos. Entre los muchos ejer Dahl (1961 zation and omy of th (1979), The row (1989) Life (India) Salvador d se han forn en posterio tribuciones capitulo Eneste ‘chos paises bajo el par mediante © paises a tra para extrac uso del mét puede leva textuales d descripcion quecer nue nes. Tambit derarse cor niimero de quier proye de selecci6 soluciones La selece Hasta aqui ran paises. hipstesis y estudiando ‘manera cot mediante I. abordan ex {os estudio: abordar est el disefio 1. Las politicas ras intern: onal (FMI), se sis comparado s como el mé- mparacién fo- uuidadosamen- al medio, Los ya que incor- ados politicos arativos», esto 0, este tipo de que la unidad suelen ser las tre variables ste método de imilares, en lo mientras que move como el 108 disefios de nde descubrir voservado. Es- exhaustiva en lios de un solo hacer inferen- hay que reco- cecesariamente No obstante, Para Eckstein sen medicina, e esto, los es- lasificaciones neia de paises én Van Evera u reciente de- »: 1088-1095), los. Entre los 55 muchos ejemplos cabe citar Democracy in America de Tocqueville (1888), Who Governs? de Dahl (1961), The Politics of Accommodation (sobte Holanda) de Lijphart (1968), Moderni- zation and Bureaucratic Authoritarianism (Argentina) de O’Donnell (1973), Moral Eco- nomy of the Peasant (Vietnam) de Scott (1976), Rational Peasant (Vietnam) de Popkin (1979), The Contentious French de Tilly (1986), Democracy and Disorder (Italia) de Ta- rrow (1989), Making Democracy Work (Italia) de Putnam (1993), Ethnic Conflict and Civic Life (India) de Varshney (2002), asi como Insurgent Collective Action and Civil War in El ‘Salvador de Wood (2003). Estos son ejemplos de estudios de paises concretos en los que se han formulado conceptos nuevos y generalizaciones que se han aplicado y/o contrastado ‘en posteriores estudios de paises concretos y en estudios comparados. Las funciones, con- tribuciones y limitaciones de los estudios de un solo pais se abordan detenidamente en el capitulo 5. En este apartado del capitulo se ha mostrado que los tres métodos (comparacién de mu- chos paises, comparacién de pocos paises y estudios de un solo pais) deberian agruparse bajo el paraguas de la politica comparada si su propésito es formular generalizaciones ‘mediante comparaciones explicitas o si manejan y desarrollan conceptos aplicables a otros paises a través de comparaciones implicitas. Comparar muchos paises es el mejor método para extraer inferencias aplicables con un grado més elevado de generalidad. Mediante el ‘uso del método de las diferencias y del método de las concordancias, comparar pocos paises puede llevar a unas inferencias mejor fundamentadas al incorporar las especificidades con- textuales de los paises objeto de andlisis. Los estudios de un solo pais pueden proporcionar descripciones contextuales, generar hipétesis, confirmar y descartar teorias, asi como enti- quecer nuestra comprensién de paises atipicos identificados a través de otras comparacio- nes, También ha quedado claro que las diferentes estrategias de comparacién deben consi- derarse como el producto de un compromiso entre el nivel de abstraccién conceptual y el numero de paises, asi como de los factores convencionales y pricticos que rodean a cual- quier proyecto de investigacién comparada. En el siguiente apartado sc examina el proceso de seleccién de patses, los principales problemas asociados a la comparacién y las posibles soluciones a muchos de estos problemas. La seleccién de pafses y los problemas de comparacién Hasta aqui deberia haber quedado algo mas claro por qué y cémo los académicos compa- ran paises. Comparan para proporcionar un contexto, realizar clasificaciones, contrastar hipdtesis y formular predicciones. Lo hacen comparando muchos paises, pocos paises 0 estudiando en profundidad un solo pais. Habida cuenta de los varios compromisos que de manera consciente ha de asumir el investigador dependiendo de los objetivos que persiga mediante Ia comparacién, también hay importantes problemas fundamentales que, si no se abordan explicitamente, pueden limitar los tipos de generalizaciones que cabe extraet de los estudios. Si bien no suponen obstaculos insalvables para la comparacién, es importante abordar estos problemas y describir las estrategias para superarlos de forma que refuercen cl disefio de investigacién y potencien las inferencias resultantes. 56 Pe as, bina eoRIAE 8 problemes ei Demasiadas variables para tan pocos paises El pfimero de los problemas es el de la existencia de demasiadas variables y un niimero insuficiente de paises (Collier 1991; Dogan y Pelassy 1990; Hague et al. 992), también de- nominado mas generalmente «demasiadas inferencias y un nimero insuficiente de obser- vaciones» (King et al,1994: 119). Este problema surge cuando se han identificado mas fac~ tores de explicacién para el resultado observado que paises (u observaciones) presentes en el estudio, fo que nos lleva a lo que se conoce como disefio de investigacién indeterminado. Evidentemente este problema sucle asociarse con mayor frecuencia a estudios de un solo pais y a comparaciones de pocos paises que a estudios donde se comparan muchos paises. Inicialmente puede ilustrarse con dos ejemplos sencillos, uno de algebra simple y otro de economia bisica, A continuacién, se ilustrara usando un ejemplo hipotético de ia ciencia politica Los cursos de algebra a menudo presentan ecuaciones simples que adoptan la siguiente forma: x+5=10 w En esta ecuacién, x es una incognita cuyo valor se halla restando 5 de 10. Un problema algo mis dificil incluiria dos incégnitas y adoptaria la siguiente forma: yar 2] Qe=y+35 BI En las ecuaciones [2] y [3], los valores dex e y no se conocen inmediatamente; sin em- bargo, al combinar las dos ecuaciones mediante sustitucién, es posible hallar tanto x como y. Una vez que se ha dleterminado el valor de x, es posible hallar el valor de y. Los pasos ppara hacer las sustituciones y pasar las incégnitas de un lado al otro de la ecuacién com- binada son los siguientes: En economia, el precio y la cantidad de cualquier bien en un mercado en equilibrio es una funcién de la oferta y ia demanda del mismo. Los bienes cuya oferta es escasa alcan- zan un precio més alto que los bienes abundantes, mientras que los productos cuya deman- da es elevada son mis caros que los que tienen poca demanda. Si se produce un desplaza- miento hacia arriba en Ja demanda de un producto, las empresas suben su precio hasta poder producir mis. Del mismo modo, si una empresa produce una cantidad excesiva de un bien, esta se veri forzada a bajar el precio hasta que se venda el exceso de oferta. Conocer Gnicamente la funcién de la oferta y 1a demanda de un bien conereto no permitir determi- nar el precio o Ia cantidad de mereado, Al igual que en el anterior ejemplo de algebra, es posible aproximarse a las curvas de oferta y demanda usando ecuaciones lineales. El precio y la cantidac en el punto pevificas, es Tanto en ecuaciones ¢ suficiemte de tido, ya que similar, tam complement. do. Fn politi sibles explic despejar las ciencia polit gasto piblic elevado en y una variable gobierno por naciones de de estas vari ‘menos paise izquierdas, + si se compar na vatiacién ciones (por ¢ 1a hipétesis Aplicandh nocer la rele de un iinico ble de las all que tiene de: Figura 2.2 Gobierno con por un partid sy un nimero 2), también de~ ente de obser- icado més fac- 5) presentes en ndeterminado, ios de un solo nuchos paises ple y otto de > de fa ciencia an la siguiente 0 Un problema 21 BI nnente; sin em- r tanto x como e y. Los pasos acuacién com- fa] 6] 1 equilibrio es escasa alcan- ss cuya deman- © un desplaza- u precio hasta excesiva de un ferta, Conocer nitira determi- de algebra, es ales. El precio 57 yy Ia cantidad de mercado de un bien se determinan igualando las dos ecuaciones, es decir, ‘en el punto donde se cruzan. Ast pues, disponiendo de ecuaciones de demanda y oferta es- pecificas, es posible derivar el precio y la cantidad de mercado. mito en el ejemplo de algebra como en el de economia, Ia idea de un sistema de dos cecuaciones es similar al problema de demasiadas variables (0 inferencias) y un mimero suficiente de paises (u observaciones). Por si misma, la ecuacién [2] anterior carece de sen- tido, ya que xe y pueden tener un niimero ilimitado de valores que la satisfacen, De modo similar, también carecerfa de sentido una ecuacién de demanda sin su ecuacién de oferta complementaria si se quiere saber tanto la cantidad como ef precio de equilibrio de merca- do, En politica comparada, si un estudio tiene demasiadas incégaitas (vgr. inferencias 0 po- sibles explicaciones) y un nimero insuficiente de ecuaciones (vgr. paises u observaciones), despejar las incégnitas resulta problematico, Considérese el siguiente ejemplo hipotético en ciencia politica, Un estudioso desea saber cuales son los factores clave que explican un gasto piblico clevado. Tras revisar Ia literatura relevante, postula que el gasto piblico es clevado en paises ricos gobernados por partidos de centro-izquierda. En este ejemplo, hay una variable dependiente, el gasto piblico, y dos variables independientes, el control del gobierno por un solo partido y la riqueza del pais. Logicamente son posibles cuatro combi- naciones de las dos variables independientes (figura 2.2). No se podrian conocer los efectos de estas variables sobre el nivel de gasto piiblico si la comparacién sélo examinara dos 0 menos paises. Por ejemplo, si se comparara un pais pobre de izquierdas con uno rico de izquierdas, no se permitiria ninguna variacién en el partido gobernante. Del mismo modo, si se comparara un pais rico de izquierdas con uno rico de derechas, no se permititia ningu- nna variaci6n en la riqueza, La incorporacién de un tereer caso a cualquiera de las compara- ciones (por ejemplo, un pais pobre de derechas) permite la variacién de ambas variables, y la hipétesis puede ser contrastada con un disefio de investigacién determinado. Aplicando esta légica a un ejemplo ya referido, Wickham-Crowley (1993) no podria co- nocer la relevancia explicativa del tipo de campesinado considerando sélo a los campesinos de un tinico pais. Del mismo modo, Luebbert (1991) no podria conocer el resultado proba- ble de las alianzas de clase si limitara su estudio al Reino Unido. En general, un estudio que tiene demasiadas variables y un mimeto insuficiente de paises hace que la explicacién Figura 2.2. Combinacién a de dos variables en cuatro pafses Riqueza del pats Pobre Rico Pais A Pais B Tequierdas : oo Pobre y de imuientas | Ricoy de izuiewas Liem mete a Pais C Pais D Pobre y de derechas Rico y de derechas 58 del resultado sea problematica, Si bien este problema es més frecuente en estidios de un solo pais y en las comparaciones de pocos pafses, también puede surgir en las compara- ciones de muchos paises, ya que en el mundo hay un nimero relativamente pequeio y finito de ellos (Hague ef al. 1992: 27), siendo posible imaginar un estudio que incorpore nume- rosas variables con multiples valores, Hay tres soluciones para el problema de demasiadas variables y un niimero insuficiente de paises, todas elas basadas en el principio de que el mimero de variables (0 de inferen- cias) debe ser inferior al niimero de paises (0 de observaciones) (King et al. 1994: 119-122) La primera solucién es aumentar el niimero de observaciones para permitir una mayor va- riacién global en los factores clave del estudio, solucidn a la que a veces nos referimos alu- diendo a los «grados de libertad. Esto puede lograrse comparando casos del fendmeno po- litico y sus factores explicativos objeto de hipétesis a lo largo del tiempo, incorporando més paises al estudio, o comparando subunidades del pafs objeto de examen. En los titimos tra- bajos de politica comparada se ha intentado comparar muchos paises a lo largo de muchos afios usando técnicas del denominado «andlisis de series temporales transversales agru- padas» (véanse Stimson 1985; Beck y Katz 1995). Dicho andlisis «agrupay observaciones repetidas de paises recogiendo datos de paises durante largos periodos de tiempo (véase el capitulo 3 de esta obra), Como muestra el anilisis del capitulo 6, Burkhart y Lewis-Beck (1994) comparan 131 paises desde 1972 hasta 1989, lo que genera un total de 2.358 obser- vaciones, mientras que Landman (1999) compara 17 pafses latinoamericanos desde 1972 hasta 1995 para un tamaiio de muestra total de 408 observaciones, En cada ejemplo, agru- par la compatacién de paises a lo largo del tiempo aumenta el niimero de observaciones, En estudios que comparan pocos paises, se extraen mis casos de Ia historia del fenémeno para incrementar el nimero de observaciones, y en los estudios de un solo pais, se compa- ran subunidades o regiones dentro de una nacién, como el estudio de Putnam (1993) sobre el comportamiento democritico en las distintas regiones de Italia, el estudio de Hagopian (1996) sobre la politica patrimonial en Brasil, o el estudio de Beer y Mitchell (2006) sobre democracia y derechos humanos en la India. La segunda solucién al problema es usar el disefio de sistemas de méxima similitud (DSMS) para conseguir una comparacién més focalizada en unos pocos paises. Como se hia esbozado brevemente, el marco del DSMS busca controlar aquellos factores que son simi- ares en todos los paises objeto de estudio, para centrarse tinicamente en aquellos que son diferentes y explican el resultado, Esta estrategia de comparacién prevalece en los estudios de rea, aunque algunos opinan que el marco DSMS simplemente proporciona resultados «s0- bredeterminados» (Praeworski y Teune 1970; Collier 1991: 17), de modo que muchas expli- caciones alternativas nunca resultan efectivamente eliminadas. Otra critica al marco DSMS hace referencia a la perspectiva, en tanto en cuanto las similitudes segtin un investigador pue- den ser diferencias segiin otro, lo que efectivamente reporta un escaso valor al enfoque (Collier 1991; King et al. 1994). A pesar de estas criticas, los estudios de érea siguen reali- zéndose con referencia implicita o explicita al marco DSMS. En el capitulo 4 se abordan los iversos puntos fuertes y débiles de las estrategias DSMD y DSMS de forma més detallada. La tercera solucién consiste en reducir el niimero de variables centrindose en los Factores explicativos clave que son supuestamente importantes para explicar el resultado. Esto puede Jograrse usando el disefio de sistemas de méxima diferencia (DSMD) contando con especi- ficaciones ‘verso de pi comparan | testa social mite una v dante la ay sociales en, estructural yo de los E 186 CON € (ibid: 3-4) plos, una t cables a di cidn racio ‘motivacion ccentivos s¢ ios en tod: Elestable: El segund coptos te6 cuando un yer 1989), fen unos cc tas contra evar al ¢ 2001). Ma das de los contextos ble especi comparaci las socied Brasil que (Fuentes y partido cv se (Hague ticos in dero senti Tres pe ta; 2) lay para que | puedan af estudios de un nn las compara. equetio y finito tcorpore nume- :t0 insuficiente 3 (0 de inferen- 994: 119-122), tuna mayor va- sreferimos alu- | fenémeno po- vorporando mis, los iiltimos tra- urgo de muchos sversales agru- “observaciones cempo (véase el y Lewis-Beck Je 2.358 obser ros desde 1972 ejemplo, agru- observaciones, 1 del fenémeno >ais, se compa- 1 (1993a) sobre 0 de Hagopian 11 (2006) sobre xima similitud as. Como se ha # que son simi- Iuellos que son los estudios de resultados «so- + muchas expli- | marco DSMS vestigador pue- lor al enfogue za siguen reali- se abordan los mis detallada. en los factores do, Esto puede ado con especi- | mo comyerar pas 59 fieaciones tedricas mas s6lidas, El marco DSMD compara deliberadamente un conjunto di- verso de paises, pero ceniréndose en sus similitudes clave. Por ejemplo, Opp ef al. (1995) comparan la relacién entre posiciones ideologicas de izquierda-derecha y el apoyo a la pro- testa social en Alemania, Pent e Israel. Para ellos, la comparacion de paises tan diferentes per- mite una verificacién rigurosa de sus principales proposiciones tebricas (ibid.: 71-72). Me- diante la aplicacién de una vatiacién sobre e! DSMD, Parsa (2000) compara las revoluciones sociales en Irin, Nicaragua y Filipinas. Estos tres paises compartian «experiencias y rasgos cestructurales similares» (desarrollo econdmico, gobiemos autoritarios, Estados fuertes, y apo- ‘yo de los Estados Unidos), pero «unos opositores politicos insolitos se las arreglaron para ha- ‘cetse con el poder, por lo que los resultados inmediatos de cada revolucion fueron diferentes, (ibid.: 3-4), Ademas de comparar paises extremadamente diferentes como en estos dos ejem- pilos, una teoria sélida puede resaltar un conjunto parsimonioso de factores explicativos apli- cables a diferentes lugares y momentos en el tiempo. Por ejemplo, la perspectiva de la welec- cién racionaly examina Ia funcién que desempefian los «incentivos selectivos» en las ‘motivaciones de los individuos para participar en acciones colectivas. ‘Tal atencién a los in- centivos selectivos ha sido usada para explicar las acciones de los campesinos revoluciona- tins en todo ef mundo y a lo largo de los siglos (véase Lichbach 1994, 1995). El establecimiento de equivalencias EI segundo problema es el del establecimiento de equivalencies tanto respecto de los con- ceptos tebricos que se utilizan como de los indicadores operativos de dichos conceptos, cuando unos y otros se aplican en miiltiples contextos (Sartori 1970; Macintyre 1971; Ma- yer 1989). Asi, el concepto de participacién politica puede significar cosas muy diferentes ‘en unos contextos o en otros (pensemos, por ejemplo, en ejercer el voto 0 movilizar activis- fas contra la energfa nuclear). Entender un concepto de manera diferente puede, a su vez, evar al desarrollo de medidas diferentes para dicho concepto (véase Adcock y Collier 2001). Mayer (1989: 57) sostiene que «la relatividad contextual del significado 0 las medi- das de los indicadores constituye el impedimento més grave para la validez en diferentes contextos de una teoria explicativa verificable empiricamenten. En otras palabras, es posi- ble especificar conceptos e indicadores que tengan significados comunes para permitir comparaciones vilidas? Por ejemplo, jes igualmente aplicable el concepto de clase a todas las sociedades? {Significa la idea de «cultura civica» (Almond y Verba 1963) fo mismo en Brasil que en Francia? {Es posible tener movimientos sociales cnuevos» en América Latina (Fuentes y Frank 1989; Escobar y Alvarez 1992)? ,Supone Io mismo votar contra el propio partido cuando lo hace un diputado briténico que cuando lo hace un senador estadouniden- se (Hague ef al, 1992: 29)? El quid de la cuestién consiste no en especificar conceptos idén- ticos 0 incluso similares, sino equivalentes, de modo que su comparacién adquiera verda- dero sentido (Dogan y Pelassy 1990; Sartori 1994). ‘Tres posiciones intelectuales arrojan luz sobre este problema: 1) 1a posici6n universalis- ta; 2) la posicién relativista y 3) la posicién intermedia. Segiin la posicion universalista, para que los conceptos tedricos y sus indicadores tengan poder explicativo, es necesario que puedan aplicarse en cualquier parte del planeta, es decir, que sean susceptibles de «viajar. 60 : 2 zs rn Por ejemplo, los enfoques racionalistas, funcionalistas y estructuralistas adoptan tal po: cién, Los racionalistas sostienen que todos los individuos maximizan su propia utilidad personal, dado un conjunto de preferencias y teniendo ante si un conjunto de opciones (Ward 1995). Los funcionalistas alegan que «ciertas funciones vitales», como la artic lacién de intereses y la agregacién de intereses, «se satisfacen en todas partes» (Dogan y Pelassy 1990: 42), Los estructuralistas afirman que macro-estructuras tales como el Esta- do, el desarrollo econdmico y las clases sociales son omnipresentes, existen en grados dife- rentes y a ellas cabe atribuir los resultados politicos. En cambio, segtin la posicién relativista, todo significado esti determinado localmente; por tanto, una «ciencia» general de politica comparada, si bien no es imposible, te riamente limitada (Macintyre 1971; véase también Freeman 2001; Landman 2005a, 2006a). Los enfoques etnogratfico, interpretativista y antropolégico tienden a adoptar esta posicién (véanse Geertz. 1973; Scott en Kohli et al. 1995). En una critica del estudio de Almond y Verba (1963) sobre cultura politica en Italia, Alemania, el Reino Unido, los Estados Unidos y México, Macintyre (1971: 173) sostiene que los indicadores de apoyo al gobierno nunca fueron examinados suficientemente para explicar las diferencias semdnticas entre unas cul- turas y otras. Por ello, Ia comparacién subsiguiente de estos paises y las generalizaciones sobre cultura civica deben ser tomadas con cierlas reservas. Sin ser um relativista extremo, Sartoti (1970, 1994) sostiene que «lorzam» excesivamente un concepto diluye su significa- do y precisién; ello implica que, una vez definidos y operacionalizados, s6lo ciertos con- coptos pueden «viajar» a otras partes del mundo. Esta postura relativista también ha apare- cido en el debate sobre la universalidad de los derechos humanos, Io cual, a su vez, afecta al grado en el que pueden set medidos y comparados (véase Landman 2002, 2004), La postura intermedia sostiene que no es preciso que los comparativistas abandonen todos sus conceptos, aunque si deben adaptarlos a las peculiaridades culturales de los con- textos que estudian, En Theorizing Social Movements, Foweraker (1995) trata de modificar las perspectivas racionalista norteamericana y culturalista europea sobre los movimientos sociales para explicar las pautas de la movilizacién social en América Latina, Los factores clave de explicacién desde la perspectiva racionalista (intereses, estrategias, micro-movili- zacién y estructura de oportunidad politica) se combinan con aspectos culturales de iden- tidad y’expresién, a fin de analizar los distintos origenes, trayectorias y resultados de los ‘movimientos sociales latinoamericanos. Algunos comparativistas se consideran a si mismos ‘«oportunistas», ya que modifican, combinan y reconstruyen conceptos para que se ajusten a los casos objeto de estudio (Przeworski en Kohli et al. 1995: 16) y afirman que sacrificar deliberadamente pereepeiones particulares, construidas desde diferentes perspectivas, pue- de ocultar factores explicativos importantes (Katzenstein en Kohli et al. 1995: 15) Puesto que la posicién relativista obvia las razones en las que descansa la politica com- parada, este capitulo proporciona soluciones comunes para quienes busquen hacer inferen- ccias ms amplias a través de la comparacién (por ejemplo, los partidarios de las posiciones ‘universal e intermedia). Estas soluciones incluyen elevar el nivel de abstraccién (Sartori 1970), centrarse en menos paises, precisamente en aquellos de los que el comparativista ‘tenga un conocimiento exhaustivo considerable (Sanders 1994), utilizar «equipos de espe- cialistas» para compilar conjuntos de datos transnacionales (ibid.) y especificar la equiva- lencia funcional entre conceptos o indicadores (Dogan y Pelassy 1990). Al igual que en las soluciones paises», nc soluciones cién de in ‘mos ent mt Volvien permite m: estudio cor «empleade tras que «a burocracia desarrollac pleados» a cceptibles d del tiempo incluyen tc hibridos), taciones ‘rata de ap por «sobre ridad «trac En los dos. miten inco tigacién cc conceptos muy fail diando lal tun imtento «locab> pu tuna comp: Sélo un com relevancia d Tigado alas La teres deramente chos paise rar con ott examen (S de medir + cual midic ‘optan tal posi- propia utilidad to de opciones ‘mo la articu- rtes» (Dogan y como el Esta- cn grados dife- do localmente; Ie, est necesa- 2005a, 2006a). ir esta posicién > de Almond y 3stados Unidos robiemo nunca entre unas cul- sneralizaciones, ivista extremo, ve su significa- ilo ciertos con- xbign ha apare- 1 su vez, afecta 2004). ‘tas abandonen ules de los con- sa de modificar 's movimientos a. Los factores micto-movili- urales de iden- sultados de los an a si mismos que se ajusten 1 que sacrificar spectivas, pue- 5: 15). a politica com- «hacer inferen- las posiciones aceién (Sartori comparativista {uipos de espe~ Ficar la equiva- gual que en las if . 61 soluciones al problema de la existencia de «demasiadas variables ¢ insuficiente nimero de paises», no cabe pasar por alto las transacciones (trade-offs) asociadas con cada una de estas soluciones. La clave de todo es una especificacion de conceptos cuidadosa, una construc- cin de indicadotes rigurosa que los operacionalice, una aplicacién esmerada de Ios mis~ mos en miiltiples contextos y un reconocimiento honesto de sus limitaciones. Volviendo a las distinciones realizadas en el capitulo 1, elevar el nivel de abstraccién permite mayor inclusividad, mientras que rebajarlo lo hace mas exclusivo, Por ejemplo, en el estudio comparado de la Administracién piblica, Sartori (1970: 1042) sefiala que el término cempleados» es lo suficientemente abstracto como para ser aplicado universalmente, mnien- tras que «administraciény ¢s aplicable en todas las sociedades que cuentan con algun tipo de buroeracia, y «fimcién publica» en todas las sociedades con un Estado moderno plenamente desarrollado, De este modo, en la medida en que el nivel de abstraccién desciende de «em- pleados» a «funcién piblican, también se reduce necesariamente el niimero de paises sus- ceptibles de comparacién. Finer (1997: 78) adopta términos que pueden aplicarse a Io largo del tiempo y del espacio, Sus «variables maestras» para clasificar los regimenes del mundo incluyen territorio (ciudad, pais o impetio), tipo de régimen (palacio, foro, nobleza, Iglesia, ¢ hibridos), la presencia o ausencia de un ejéreito permanente o de burocracia civil, y las limi- taciones sustantivas y procedimentales a las actividades de los gobernantes. Inglehart (1997) tata de aplicar un rango de dos valores a 43 paises: por un lado, el affn de los eiudadanos por «sobrevivir» frente a disfrutar de «bienestar»; por otro, su actitud hacia formas de auto- ridad «tradicionales» frente a «legales-racionales» (véase también Inglehart y Welzel 2005). En los dos tltimos ejemplos, los conceptos importantes se especifican de tal modo que per- miten incorporar a la investigacién muestras amplias de paises. La segunda solucién (centrarse en un grupo reducido de paises que los investigadores conozcan exhaustivamente) implica ser «extremadamente cauto a la hora de realizar inves- tigacién comparada entre diferentes paises» (Sanders 1994: 43). El poder explicativo de los conceptos puede mejorarse si se aplican en contextos con los que los investigadores estén muy familiarizados. Por ello, quienes emprenden estudios de area pasan muchos afios estu- diando la historia, la economia, la politica y la cultura de un subgrupo regional de paises en ‘un intento de formular explicaciones cabales de los fendmenos politicos. Este conocimiento local» puede identificar lagunas entre conceptos tedricos y su aplicacién, y redundar en una comparacién con mas sentido, Sanders (ibid.: 48) resume este punto: Solo un conocimiento considerable y detallado permite a los analistas hacer juicios informados tanto de la relevancia de las caracterizaciones que hacen de sistemas particulares como de la identidad del significado ligado a las preguntas que formulan a personas que viven en paises diferentes, La tercera solucién se deriva necesariamente de la segunda. Si una comparacién verda- deramente fandamentada de muchos paises es limitada, quienes pretendan comparar mu- chos paises «habrén de abandonar la seguridad de fo familiar si estin dispuestos a colabo- rar con otfos estudiosos» que poseen conocimientos especializados de los paises objeto de ‘examen (Sanders 1994). Esta solucién fue por la que opté Fitzgibbon (1967), que trataba de medir el cambio democritico en América Latina usando un cuestionario a través del cual midié factores sociales y politicos que él estimaba que eran tanto precondiciones como signos de democracia. EI cuestionario fue enviado a académicos destacados que tra- bajaban en paises y regiones especificas de América Latina y repetido cada cinco afios en- tre 1945 y 1985. El «indice de imagen» resultante presenta una alta correlacién con medidas similares (Foweraker y Landman 1997: 61, nota a pie de pagina 14, capitulo 4). Otro ejem- plo que sigue la receta de Sanders es la obra de Inglehart (1997) World Values Survey, que utiliza equipos de especialistas locales para llevar a cabo una encuesta similar en 43 paises. Es igualmente una préctica establecida en la comunidad de expertos en derechos humanos claborar informes mundiales sobre la proteccién de tales derechos, como los Informes Anuales de Amnistia Internacional, los Informes de Paises del Departamento de Estado de EE,UU, 0 el Informe Anual de Human Rights Watch. Estos informes pueden usarse luego para andlisis secundarios, tales como los andlisis globales sobre la represién de los dere- hos humanos de Poe y Tate (1994) (véase el capitulo 9 de esta obra). La solucién final pasa por la identificacién de una «equivalencia funcional> de conceptos ¢ indicadores. Esta so: la identidad de los conceptos, ni siquiera la similitud, aunque sf la eq) valencia funcional. Si dos entidades comparten exactamente las mismas cualidades, propie~ dades y caracteristicas, entonces son consideradas idénticas (las manzanas son manzanas).. Si comparten algunas cualidades, propiedades 0 caracteristicas, entonces se las considera similares (las manzanas y las peras son fruta). No obstante, si comparten la misma funcién, se diré que son funcionalmente equivalentes. Por ejemplo, los lideres de los paises pueden cumplir tres funciones: representacién simbslica de la nacién, primer mandatario de una autoridad estatal y lider de partido, El presidente francés encarna estas tres funciones mien- ‘ras que el monarca britinico cumple la funcién simbélica y el primer ministto briténico asume las funciones de jefe del ejecutivo y de lider del partido (véase Dogan y Pelassy 1990: 37). Segtin en qué funciones se centre la atencién y los sistemas politicos que se comparen, el estudio puede analizar uno, dos o los tres individuos. Asi pues, la equivalen- cia funcional permite que entidades con caracterfsticas aparentemente dlispares sean agra padas en categorias itiles y exclusivas. En general, el analista debe especificar claramente en qué aspecto es comparable el concepto. Sesgo de seleccion El tercer problema, el sesgo de seleceién, surge de la eleceién de paises (Lieberson 1987; Geddes 1990; Collier 1995; Kingetal 1994), asi como det uso de relatos histéricos y de fuentes que favorecen la posicién tedrica particular de quien realiza la investigacién com- parada (Lustick 1996), que a menudo viola el principio cientifico crucial de utilizar mues- tras aleatorias. La comparacién pretende lograr una simulacién experimental, pero los ex- perimentos y las encuestas de opinidn que se realizan en el ambito de la ciencia politica se basan en la seleccién aleatoria de individuos, mientras que la esencia de la mayor parte de la ciencia politica es la seleccidn deliberada de paises. El disetio experimental bisico consta de un grupo experimental y un grupo de control. EI grupo experimental recibe el «trata- miento» (estimulo, medicamento o exposicién a algiin factor independiente), y el grupo de control no lo recibe, A continuacién, se compara el resultado de los dos grupos al término del tratamiento, Si el grupo experimental presenta un resultado diferente al del grupo de control, dic cconstante ( Jeceiona un arroja infer Ja muestra manifiesto dos politiec votar a los pos de pers preferencia En estos, da con el re rrea través liberada por central de I ferencia. El casos que leocién cua 1990; King, toricas (Lus El probh como a los pais. Los es vaciones po ticas para e as compar: tar gravern« se cligen px plo una rev Ja disuasiés de este moc infravalorar cuenta de u bles explice problemas i Por ejen tico y autor sencia de fi talista depe Hevé al ejé cién econdr nes posteri ccontaban ct (Collier 19 stacados que tea- a cinco afios en. ién con medidas 04), Otto ejem- ues Survey, que lar en 43 paises. rechos humanos 10 los Informes nto de Estado de Jen usarse luego ‘én de los dere- fucién final pasa cadores. Esta so- nque si la equi- alidades, propie- son manzanas). se las considera misma fimeién, 5s paises pueden indatario de una funciones mien- tinistro britinico Dogan y Pelassy politicos que se es, la equivalen- pares sean agru- ficar claramente Lieberson 1987; thistéricos y de restigacion com- de utilizar mu tal, pero los ex- cencia politica se a mayor parte de tal basico consta recibe el «trata- ©), ¥ el grupo de rupos al término al del grupo de | | conio comparar paisas? 63 control, dicho resultado se atribuye al tratamiento, dado que todo lo demés permanece constante (la denominada condicién caeteris paribus). En las encuestas de opinidn, se se~ Jecciona una muestra completamente aleatoria de individuos y el andlisis de las respuestas arroja inferencias significativas sobre el conjunto de Ia poblacién de la que ha sido tomada Ja muestra (véase De Vaus 1991). Los estudios de comportamiento electoral han puesto de ‘manifiesto que los ciudadanos de las clases sociales més bajas tienden a votar a los parti- dos politicos de contro izquierda, mientras que los de las clases sociales mas altas suelen vvotar a los partidos de centro derecha. El analisis de los datos de la encuesta compara gru- pos de personas de cada clase social y trata de explicar los efectos de dicha diferencia en su preferencia por partidos politicos concretos, En estos dos ejemplos, la seleccién de individuos 0 unidades de anélisis no esté relaciona- da con el resultado que debe ser explicado. En politica comparada el sesgo de seleccién ocu- re a través de la eleccién no aleatoria de los paises objeto de comparacién, o la seleccién de- liberada por el investigador (Collier 1995: 462). Aunque la selecciin de paises es un elemento central de la comparacién, una seleccién irreflexiva puede ocasionar problemas graves de in- ferencia. El sesgo de seleccién mis flagrante se produce cuando el estudio sélo incluye los casos que corroboran fa teorfa, Sin embargo, se producen formas mas sutiles de sespo de se- leccién cuando la eleccién de paises se basa en los valores de la variable dependiente (Geddes 1990; King et ai. 1994) y, en el caso de estudios cualitativos, en el uso de eiertas fuentes his- toricas (Lustick 1996), asf como en el énfasis exclusivo en sistema politicos contemporiineos. El problema de la seleceidn no afecta tanto a los estudios que comparan muchos paises como a los que comparan pocos paises y es un problema serio para los estudios de un solo pais. Los estudios que comparan muchos paises suelen tener un ntimero suficiente de obset= vaciones para evitar el problema de la seleccién, y pueden recurrir a varias técnicas estadis- ‘ticas para climinar el problema (véanse Gujarati 1988; Fox 1997). Ahora bien, en el caso de las comparaciones de pocos paises y de los estudios de un solo pats, la seleccién puede afec- tar gravemente al tipo de inferencias extraidas. Con frecuencia, en estos tipos de estudios, se eligen paises sélo oraue exten el resultado que se pretende explicar, como por eje- plo una revolucién social, un golpe militar, una transicién a la democracia, el fracaso de Ja disuasién 0 un desarrollo econémico elevado (Geddes 1990; Collier 1995). Seleccionar de este modo Ia variable dependiente puede levar a sobrevalorar efectos que no existen 0 a infravalorar efectos que sf existen (Geddes 1990: 132-133), En otras palabras, a la hora de dar cuenta de un resultado, un estudio puede tanto dar més importancia a un conjunto de varia- bles explicativas como pasar por alto la importancia de otras variables explicativas. Ambos problemas implican que el andlisis estard extrayendo inferencias falsas. Por ejemplo, un estudio de O'Donnell (1973) explica el surgimiento del Estado burocré- tico y autoritario basindose en el easo de Argentina en 1966, El autor sostuvo que la pre- sencia de factores independientes clave (fracaso de cierto modelo de industrializacién capi- {alista dependiente, estancamiento econémico y aumento de las reivindicaciones populares) ev6 al ejército a derrocar al gobierno democritico, poner en marcha planes de recupera- ciéa econémica y reprimir la movilizacién popular contra el Estado argentino. Investigacio- nes posteriores contrastaron esta teoria en otros paises de América Latina, tanto los que contaban con experiencias de autoritarismo similares como los que habian carecido de elas Collier 1979), Dichos estudios arrojaron que paises con experiencias autoritarias similares 64 ‘0 sare, como comparar y qué prablemas entra ‘no compartian los mismos factores precursores, mientras que si los compartian paises con democracias consolidadas. Por otto lado, cuando la economia latinoamericana entré de nuevo vez en crisis a comienzos de los afios ochenta, no surgieron nuevos casos de Estado burocritico-autoritario. Asi pues, la comparacién entre casos y a lo largo del tiempo revel6 que no podia mantenerse tal fuerte conexidn entre estos factores independientes y el autori- tarismo (Cohen 1987). Por tanto, en su estuclio de un pais individual O’Donnell sobrevalors el efecto de factores precursores en el resultado politico observado (véase el cuadro resu- men 2.1), Sus resultados le evaron a refutar la tesis segin la cual el desarrollo econémico conduce naturalmente a la democracia Un ejemplo menos obvio, pero igualmente problemitico, de sesgo de seleccién oftece ‘Skoopol (1979). Esta autora compard paises que experimentaron revoluciones sociales (Ru- sia, China y Francia) para contrastarlos con paises en los que no se produjo tal revolucién (apén, Prusia y el Reino Unido) en un intento de demostrar la relevancia explicativa de ciertos factores estructurales en dichas revoluciones, Entre dichos factores estructurales figuran las amenazas militares externas, la reforma del régimen, la oposicién de la clase dominante y el colapso del Estado (véanse los capitulos 4 y 7 de Skocpol 1979). Los casos que se contrastan no compartian estos factores ¥ no experimentaron revoluciones sociales. Geddes (1990) sostiene que la comparacién de estos casos contrapuestos es aceptable, pero no deja de ser limitada, ya que estos paises representan el otro extremo de la variable de- pendiente de Skocpol. La comparacién confirma la teoria de Skoepol, pero Geddes (1990: 143) pregunta: «También lo haria un conjunto de casos seleceionado de manera diferen- te2», La comparacién con los casos de México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicara- gua, Ecuador, Peri, Bolivia y Paraguay, que presentan factores estructurales similares y ex- periencias dispares con Ia revolucién social, revelaria los limites a las inferencias sobre el impacto de los factores estructurales que postula Skocpol (ibid.: 144-145). Ruth Collier (1999) compara diecisiete casos histiricos y diez casos contemporineos de democratizacion para examinar la importancia de la movilizacién de la clase obrera en el proceso de reforma democratica. En los veintisiete casos, el petiodo de reforma democriti- ca obligé a estos paises a traspasar «un umbral que implica definir el régimen politico como democratico» (ibid.: 23); es decir, un umbral que supone la celebracién de elecciones y Ia instauracién de un nuevo gobierno. A Collier no le interesa la permanencia del nuevo régimen, ya que muchos de estos paises luego suftieron rupturas democtiticas, sino la fun- cidn de la movilizacién obrera en el proceso de reforma, El estudio es un ejemplo curioso de sesgo de seleccién, ya que la variable dependiente no varfa (todos los casos de la mues- tra experimentaron reformas democraticas), la seleccién de paises depende del resultado que pretende explicarse (casos histbricos y recientes de reformas democriticas) y la movili- acién obrera estuvo presente en algunos casos y ausente en ottos. Baséndose en estas comparaciones, Collier (1999: 167) afirma que la movilizacién obrera no es un «factor de- cisivo, ni siquiera necesario, y menos atin suficiente, para la democratizaciém. Peto su es- tudio es un ejemplo de cémo un intento de plantear el niimeto de observaciones mediante Ja comparacién de muchos casos de reforma democritica puede generar un disefio de in- vestigacién indeterminado, Al igual que lo expuesto en la figura 2.1, el problema de Collier puede representarse mediante una matriz 2x2 que es el producto de la interseccién entre sus dos variables principales: 1) movilizacién obrera (si 0 no), y 2) democratizacién (si CUADRO El surgimi Ala hora nell (1973 evide inflacién, laafase di En la fa elevados y trias que p créditos bl las exports de la ISI s para fabric gracion ve les, relajar En elie 1966 y la esta caden venimientc Este razon con los ca: tancamien (Brasil) ya cara al got cinco y sei nell adotec Tabla 2. Factor expic Factor expic Resultado 4 Realtado 2 rue: pla rtian pafses con ricana entré de casos de Estado, al tiempo reveld nites y el autori- nll sobrevaloré el cuadro resu- ‘ollo econdmico seleccién offece es sociales (Ru- © tal revolucién a explicativa de es estructurales cién de la clase 979), Los casos iciones sociales. ceptable, pero 2 la variable de- » Geddes (1990: manera diferen- »nduras, Nicara- 3 similares y ex- rencias sobre el temporineos de ase obrera en el oma demoeriti- égimen politico 5n de elecciones encia del nuevo cas, sino la fuan- ejemplo curioso isos de la mues- de del resultado cas) y la movili- ndose en estas sun «factor de- 6m, Pero su es- mes mediante im disefio de in- slema de Collier terseccién entre sratizacién (si 0 CUADRO RESUMEN 2.1 El problema del sesgo de seleccién | El surgimiento del Estado burocrético-cutoritario Ala hora de explicar el surgimiento del Estado burocratico-autoritario en Argentina, O'Don- nell (1973) se centré en dos factores explicativos clave: 1) el estancamiento de la econo- mmia evidenciado por balanzas de pagos deficitarias, bajas tasas de crecimiento, creciente iflacion, y 2) la incapacidad del pais de hacer la necesaria transicion de la «fase facil» a ta cfase durap de la industrializacién sustitutiva de importaciones (ISI). En la fase facil de la IST, el Estado se encarg6 de proteger la economia local con aranceles | elevados y cuotas de importacion a fin de permitir el desarrollo en el pais de nuevas indus tris que produjeran lo que solia importarse del extranjero. La politica inclufa la concesién de créditos blandos, una elevada remuneracion del trabajo y precios artificialmente altos para las exportaciones tradicionales manipulando los tipos de cambio. De otro lado, la fase dura | de la ISI suponia pasar a producir domésticamente todos (os bienes intermedios necesarios para fabricar bienes de capital acabados, lo que se conocia como «profundizacién» o «inte- aracion vertical», Esta fase requeria atraer la inversion extranjera de empresas multinaciona-~ les, relajar aranceles y restricciones de cuota, reducir salarios y reajustar los tipos de cambio. En el caso de Argentina, el estancamiento econémico precedié al alzamiento militar de 1966 y la «profundizacién» de la economia tuvo lugar después del golpe militar. A partir de esta cadena de eventos, O'Donnell teoriz6 una conexién entre los factores precursores, ol ad- venimiento del Estado burocratico y la subsiguiente politica econdmica de profundizacién, | fste razonamiento se representa en la colummna tres de la tabla 2.1. La posterior comparacion con los casos de Brasil, Colombia y Venezuela revel6 que mientras los tres experimentaron e5- tancamiento econdmico, dos (Colombia y Venezuela) no sufrieron golpes militares, y uno (Brasil) ya habia empezado un proceso de profundizacién antes de que el golpe militar derro- cara al gobierno demacratico en 1964, Estos casos opuestos figuran en las columnas cuatto, | cinco y seis de la tabla 2.1. Ast pues, la conceptualizacién tedrica y la explicacién de O'Don- nell adolecen de sesgo de seleccién al haberse basado Gnicamente en el caso de Argentina. ‘Tabla 2.1 _Explicacién det Estado burocratico-autoritario en América Latina ‘Agentina Brasil Venezuela Colombia Factor elev 1 tancanint ecrémico si si a s Imposter a | Factor exlativo 2—tansiin ala fve da de aS Si Wo si s Salpeter instaraion de | Resultado 1 un Estado buvcrtcrautoriaia si Wo Wo Prfundiei de a ee ‘economia nacional a Ay Ss Si (ones del goipe) ‘om Aapada de Donel (1973); Ser (1973). triz (por ejemplo, casos de reforma democritica con o sin movilizacién obrera). Para una descalificacién definitiva de la hipdtesis de que la movilizacién obrera influye en la demo- cratizacién, idealmente tendrfa que afiadir casos a su muestra en Tos que: 1) no se dio una reforma democratica, pero si una movilizacién obrera, o bien en los que 2) no se dio una re~ forma democritica ni tampoco movilizacién obrera. Podria ser que la movilizacién obrera tuviera un impacto negativo en la reforma democritica. Sin afiadir ejemplos de cualquiera de estas dos combinaciones de variables, su andlisis adolece de indeterminacién como con- secuencia de una seleccién de casos segtin la variable dependiente (véase anteriormente la referencia al problema de exceso de variables y pocos paises). Tanto en el ejemplo de O’Donnell como en el de Skocpol, la seleccién basada en la va- riable dependiente Hevé a sobrevalorar la importancia de ciertos factores explicativos, mientras que en el ejemplo de Collier, el sesgo de seleccién podria haber Hevado a una infravaloracién de efectos que si operaban, En general, existen tres soluciones al problema de elegir basdndose en la variable dependiente. La primera solucién es contar con una va- riable dependiente que cambie: es decir, paises en los que el resultado ha ocurrido y paises en los que no ha ocurrido, Sélo comparando entre la presencia y ta ausencia de resultados puede determinarse la importancia de factores explicativos. En segundo lugar, a la hora de ‘comparar pocos paises, la eleccidn de los paises debe reflejar un conocimiento sustancial de casos paralelos (Laitin 1995: 456). En tercer lugar, el recurso a una teorfa s6lida podria contribuir a especificar con mayor exactitud un grupo de paises en los que se darian ciertos resultados y para los que valdrian las explicaciones (ibid.). En cuarto lugar, y relacionado con la tercera solucién, una teoria sélida también identificarfa qué paises representan ejem- plos de «minima probabilidady del fenémeno objeto de investigacién (Caporaso 1995: 458), Las cuatro soluciones exigen un atento examen de los tipos de inferencias que se ha- cen a la hora de elegir deliberadamente los paises objeto de comparacién. Una segunda forma de sesgo de seleccién se produce en estudios cualitativos basados en fuentes histéricas, en los cuales el analista, intencionadamente 0 no, elige relatos histéricos ccuya descripcién de los eventos encaja con la teoria particular que se contrasta. Tal y como ha sefialado Lustick, «no es legitimo considerar In obra de los historiadores como una na- rracién de antecedentes exenta de problemas de la que puedan extraerse datos teéricamente neutros para el encuadre de problemas y la comprobacién de teorfas» (Lustick 1996: 605). La historiografia varia en su descripcién de cémo se desarrollé el pasado, qué eventos me- recen ser destacados, asi como en las diferentes disposiciones tedricas de los propios histo- riadotes. De este modo, las inferencias extraidas de estudios que se sitven de descripciones histéricas que «estén organizadas y presentadas de acuerdo con las categorias y las proposi- ciones de las teorias que estén contrastando» se hallarén necesariamente sesgadas (ibid, 610). Entre las soluciones para esta forma de sesgo de seleceién figura el uso de fuentes ‘miltiples para llegar a un relato «intermedio» de los eventos e identificar las tendencias dentro de cada fuente para detectar las posibles fuentes de sesgo. Una tercera forma de sesgo de seleccidn puede proceder de los periodos de tiempo que se usan en la comparacién, especialmente en los estudios que pretenden analizar un com- portamiento social que tiene una trayectoria historica muy dilatada, como guerras, inter- cambios comerciales, asi como la aparicién de Estados y regimenes. La seleccién de periodos temporale: de inferen: Eneste una Hine seri nece en politica Tal y com ‘guas, med capital y 1 Landman antigua M examiné | ent las 806 compara « Russett y generaliza sistemas ¢ Relacione El cuarto tanto el re ria es aqu que al fac sesgo tam mejante p relacionac factor sut por ridice verano at percata ck flamenco: tribucion cidn, el & Una vezi flamenco: cluye que ejemplo ¢ Unidos « debe al f ma, el es diante sol pero esta osibles de la ma- sbrera). Para una luye en ta demo- 1) no se dio una a9 se dio una re- vilizacién obrera os de cualquiera acién como con- anteriormente la basada en la va- es explicativos, er Mevado a una ones al problema hntar con una va- veurrido y paises sia de resultados gat, a la hora de riento sustancial ria s6lida podria se darian ciertos ar, y relacionado spresentan ejem- Caporaso 1995: incias que se ha tivos basados en elatos histéricos asta. Tal y como 2s como una na- tos tedticamente stick 1996: 605), qué eventos me- 28 propios histo- de descripeiones as y las proposi- sesgadas (i Tuso de fuentes wr las tendencias 1s de tiempo que mmalizar un com © guerras, inter- cién de periodos 67 temporales contempordneos (incluso los transcurtidos durante el siglo xx) y la extraccion de inferencias sobre procesos de largo plazo es una forma de sesgo de seleccién histérica En este caso, la seleccién se realiza en un punto conereto del tiempo o en un final arbitrario ‘una linea temporal de eventos, por lo que las inferencias extraidas de tal comparacién serin necesariamente menos seguras (Geddes 1990). Contamos con ejemplos de estudios cen politica comparada y en relaciones internacionales que evitan tal problema de seleccién, ‘Tal y como se ha sefialado anteriormente, Finer (1997) comparé formas de gobierno anti- guas, medievales y modernas. Arrighi (1994) examind la relacién entre la acumulacion de capital y la formacién del Estado a Jo largo de un periodo de 700 afios. Cioffi-Revilla y Landman (1999) analizaron la aparicién y desapaticién de las ciudades-estado mayas en la antigua Mesoamérica desde 2000 a.C hasta el afio 1521 de nuestra era, Midlarsky (1999) examind los efectos de In desigualdad en la formacién del Estado y los contflictos bélicos en las sociedades antiguas y modernas. Por iiltimo, la obra sobre la «paz democritica» compara «diadas» bélicas desde mediados del siglo x1x hasta finales del siglo xx (véase Russett y O’Neal 2001), Cada uno de estos ejemplos encierra un intento de proporcionar generalizaciones sobre un aspecto importante de la politica mediante Ia comparacién de sistemas completos a través de largos periodos de tiempo. Relaciones espurias El cuarto problema es la relacién espuria u omisién de variables clave que pueden explicar tanto el resultado como otros factores explicativos ya identificados. Una explicacién espu- ria es aquella en la que algin factor no identificado es responsable del resultado, mientras que al factor identificado se le ha atribuido erréneamente un efecto sobre el resultado. Este sesgo también se conoce como el sesgo de la variable omitida (King et al. 1994: 168). Se- ‘mejante problema se produce con frecuencia en los estudios de politica comparada y esti relacionado con el sesgo de seleccién, ya que la eleccién de casos puede pasar por alto un factor subyacente importante que explica el resultado. Considérese el siguiente ejemplo, por ridiculo que parezca. Un esforzado estudiante universitario dedica las vacaciones de Verano a trabajar en zonas turisticas de los Estados Unidos. Con el tiempo, el estudiante se percata de que, trabaje donde trabaje, parece que siempre hay un nimero elevado tanto de flamencos como de jubilados. Decide dedicar su tiempo libre a recabar datos sobre la dis ‘ribucion geografica de flamencos y jubilados. Consciente del problema del sesgo de selec- cién, el estudiante amplia la recogida de datos a todos los estados de los Estados Unidos. Una vez. recogidos los datos, el estudiante halla una relacién positiva entre el néimero de flamencos y el nimero de jubilados. A partir de estos s6lidos resultados estadisticos, con- cluye que los flamencos causan jubilados. Es evidente que el factor no identificado en este ejemplo es el clima, En resumen, tanto los flamencos como los jubilados de los Estados Unidos «acuden» a zonas con climas suaves. Asi pues, la conexién errénea entre los dos se debe al factor no identificado (véase el cuadro resumen 2.2). Al omitir la variable del cli- mma, el estudiante concluye erréneamente que los flamencos causan jubilados. Si el estu- diante s6lo hubiera recogido datos en Flotida, podria haber llegado a la misma conclusién, pero esta adoleceria ademas de un sesgo de seleccién. CUADRO RESUMEN 2,2 Relaciones espurias Las explicaciones simples de los eventos @ menudo adoptan la forma «si ocure el even- to x, entonces ocurte el evento y» (Sanders 1994, 1995; Lawson 1997), lo que puede re- presentarse gréficamente como sigue: xX——¥ En este ejemplo, x e y son las Gnicas variables que han sido identificadas. Supéngase que los datos existentes sobre la ocurrencia de x e yr muestran que siempre que (o donde) ocurra x, también se produce y. La ocutrencia habitual y concomitante de ambas variables Uevaria bien a la conclusién «debit» de que xe y estén asociadas la una a la otra, 0 bien la conclusién «fuerte» de que x realmente ocasiona y. Ahora bien, zqué sucederia si tam- bién se produjera habitualmente algiin otro factor z junto con xe y? EL analista se arriesga 2 especificar una relacién entre x e y que podria ser realmente el resultado de la actuacion de z sobre xe y independientemente, Esta situacién se representaria como sigue: / En este caso, existe una relaci6n directa entre x e y, pero también hay un factor subyacen- te, comin a ambas, que explica su ocurrencia. El hecho de no especificar esta tercera variable y sus efectos sobre x ey es lo que constituye el problema de las relaciones espurias. La tesis segin la cual los regimenes autoritarios (x) promueven mejor el desarrollo econdmico (y), no detect6 que los regimenes autoritarios se vienen abajo en épocas de crisis econémicas (2). En otro ejemplo, Lieberson y Hansen (1974) hallaron una relacién negativa entre diver- sidad idiomética (x) y desarrollo (y), cuando compararon una muestra de paises en un punto del tiempo. Si se hubieran detenido ahs, habrian concluido que la diversidad idio- | matica inhibe el desarrollo. Sin embargo, un andlisis més exhaustivo puso de manifiesto © que, para una nacién concreta a largo plazo, no existia relacién alguna entre diversidad idiomatica y desarrollo. Ahora bien, lo que si hallaron fue que la variable «aos de exis- tencia de un pais» (la z no especificada previamente) estaba negativamente relacionada con la diversidad idiomatica, y positivamente relacionada con el desarrollo. De este modo, | la relaci6n original entre diversidad idiomatica y desarrollo era una relacion espuria (véase Firebaugh 1980). Este ejemplo de relacién espuria se resume como sigue: Desarrollo Diversidad idiomatica ‘Afios de existencia de un pats En ambos ejemplos, el hecho ‘de no identificar el factor comtin subyacente puede llevar una falsa inferencia con respecto a la relacién entre las dos variables especificada origi- nalmente. { En poli promuever rnom{aoy res cia politice rismo y d positiva en rios tiende timidad ra Una vez di der. Por of Observand en el pode de adesga: autoritatio Como + estin relac mo, las tr fuente de | ficar todas cién es ad peto si el les puede : bles, mime ‘que simple paises que coincide ¢ forzado a que puede Falacias € El quinto hacer infe sis (Robin Iucién pu iento rel agregados Existen de Los datos individual des territo federados se realizat curre el even- que puede re- 1s, Supongase tue (0 donde) thas variables a otra, o bien aderia si tam- ta se aniesga > la actuacion fue: stor subyacen- arcera variable ras, La tesis vamico (9), 90 micas (2). a entre diver- pafses en un vetsidad idio- de manifiesto | lie diversidad afios de exis- relacionada Je este modo, sspuria (véase » puede llevar sificada origi- schuo comparar paises? 69 En politica comparada, con frecuencia se ha afirmado que los regimenes autoritarios jpromucven el desarrollo econémico mejor que los democriticos, ya que su «relativa auto- omia» respecto de la sociedad les permite controlar mAs facilmente los casos de disiden- ‘cia politica, En un andlisis global de la relacién se compararian los indicadores de autorita- rismo y de comportamiento econdmico, hallando seguramente una fuerte asociacién positiva entre ambos. Ahora bien, estos estudios pasan por allo que los gobiernos autorita- ros tienden a hundirse en periodos de crisis econémica, ya que una buena parte de su legi- timidad radica en su capacidad de generar bienestar econdmico (Przeworski ef ai. 2000), Una vez desacreditados econémicamente, los regimenes autoritatios tienden a perder el po- der. Por otra parte, las democracias aguantan tanto «en las duras como en las maduras, Observando la relacién global, este hecho significa que los regimenes autoritarios s6lo estén en el poder en épocas de prosperidad econdmica. Asi pues, al ignorar el importante factor de «desgaste» del régimen, la conclusién original en apoyo de la conexidn entre regimenes autoritarios y prosperidad econémica resulta espuria (Przeworski y Limongi 1993, 1997), Como se ha visto anteriormente, las soluciones al problema de las relaciones espurias cestin relacionadas con el mimero de paises incluidos en los estudios comparativos; asimis- mo, las transacciones (trade-offs) asociadas a estas soluciones pueden set a menudo una fuente de frustracién. La solucién mas fécil para las relaciones espurias consiste en especi- ficar todas las variables relevantes que pueden explicar el resultado observado. Esta solu- cién es adecuada si la comparacién se hace con muchos paises © muchas observaciones, pero si el estudio incluye pocos paises o uno solo, la especificacién de variables adiciona- les puede solaparse con el primer problema identificado en este capitulo (demasiadas varia- bles, mimero insuficiente de pafses). Es importante no especificar variables irrelevantes, ya ue simplemente podrian enturbiar el anilisis. La segunda solucién consiste en seleccionar paises que encajen con los criterios de la teoria que ha sido especificada, pero esta solucién coincide en parte con el problema del sesgo de seleccidn. Asi pues, el investigador se ve forzado a reconocer estos compromisos, al tiempo que maximiza los tipos de inferencias que pueden extraerse en funcién de los paises y las evidencias disponibles en el estudio. Falacias ecolégicas e individuatistas El quinto problema (falacias ecolégicas e individualistas) surge cuando un estudio pretende hacer inferencias sobre un nivel de andlisis sirviéndose de evidencias de otro nivel de andli- sis (Robinson 1950; Scheuch 1966, 1969; Miller 1995). Por ejemplo, una teoria de la revo- lucién puede centrarse en factores psicol6gicos individuales que dan cuenta del comporta- ‘miento rebelde, pero la comparacién para contrastar la teoria puede usar datos estadisticos agregados internacionales sobre niveles de desigualdad y ejemplos de violencia politica, Existen dos tipos de datos en las ciencias sociales: datos individuales y datos ecoligicos. Los datos individuales, como sugiere su nombre, comprenden informacién sobre personas individuales. Los datos ecoldgicos incluyen informacién que ha sido agregada para unida- des territoriales, tales como distritos electorales, municipios, provincias, regiones o estados federados y paises (Scheuch 1969: 136). Los datos individuales se recaban de los eensos que se realizan periddicamente sobre el conjunto de una poblacién concreta, de otros medios 70 Por qué eo no a «oficiales», o bien de encuestas que se llevan a cabo con una muestra representativa de la poblacién, Los problemas «gemelos» de falacias ecolégicas ¢ individualistas ocurren cuan- do se extraen inferencias sobre un nivel de andlisis usando evidencias de otro nivel de ané- lisis. Se produce una falacia ecolégica cuando los resultados obtenidos mediante el an‘lisis de datos a nivel agregado se usan para hacer inferencias sobre comportamientos a nivel individual, Alternativamente, se incurre en una falacia individualista cuando los resulta~ dos obtenidos mediante cl andlisis de datos a nivel individual se usan para hacer inferencias sobre fenémenos a nivel agregado. Por ejemplo, afirmar que las mujeres apoyan el derecho al aborto relacionando el porcentaje de mujeres en distritos electorales que votan a favor de tuna medida abortista es una falacia ecolégica. Afirmar que la sociedad alemana es mas del tiempo en 0s en los siste- v algunas varia- te otras no. Por is puede variar sefio institucio- mas de gobier- breve de tiem- Latina tienen ente a favor de mero de paises ue una muestra paracién de las supone que di- similares en los tal esbozada en. ran medida, in- bién se conoce to de debate y .es tan amplias nde la equiva- + muy grandes, » las diminutas ‘enas poblados, con 2,5 millo- sal critica a este riacién «dentro ‘0 de inferencia to de compata- we los eventos y 3s, comparadas stribuciones de nie un periodo ‘in de averiguar se corrobora en cias a partic de e muctias patses 81 tuna muestra (es decir, de algunos paises durante un periodo de tiempo) de una poblacién (0 ‘universo; es decir, de todos los paises a lo largo de su historia) constituye un elemento cen- tral del andlisis estadistico de ta politica comparada. El principio basico de andlisis estadis tico puede ilustrarse echando mano de una baraja de cartas (véase Knapp 1996), Un mazo de naipes tiene una «poblacién» conocida de 52 cartas. Cada naipe tiene caracteristicus co- nocidas, incluidas los palos (cuatro: tréboles, corazones, picas y diamantes), los colores (dos: rojo y negro) y los valores (de as a rey). Existe, pues, una distribucién en palos (trece carlas en cada uno), colores (26 cartas rojas y 26 cartas negras) y valores (cuatro cartas de cada valor). Si se parte del supuesto de que el mazo completo representa a todos los paises a lo largo de toda la historia, es posible ver cémo el examen de una muestra de cartas de la baraja podria decirnos mucho sobre la totalidad de la poblacién. Con una muestra de veinte cartas bien barajadas, un estudiante podria obtener una primera aproximacién de cualquiera de las distribuciones de los atributos del mazo (palos, colores y valores). La sustitucién de Ja muestra, extrayendo muestras repetidas y anotando las distribuciones de las distintas ca- racteristicas, permitirfa al estudiante lograr una imagen mas exacta de toda la baraja, Este proceso de muestrco ¢ inferencia es precisamente lo que los investigadores comparativistas tratan de hacer cuando recogen y comparan datos estadisticos agregados de muchos paises. Ahora bien, como ha quedado claro en los capitulos anteriores, la comparacién de mu- chos paises va un paso més allé del nivel descriptivo para contrastar hipétesis sobre posi- bles relaciones existentes entre variables. Si existe una relacidn, debe haber alguna asocia- cién entre la distribucién de valores de una variable y la distribucién de valores de otra variable. Por esta razén, cuando se recurre al andlisis estadistico para comparar muchos paises, se habla de comparacién «orientada a las variables», al centrarse primordialmente cn las «dimensiones generales de la variacién macro-social» (Ragin 1994: 300) y en la re- lacién entre variables de un nivel de andlisis global. La amplia cobertura de paises permite extraer inferencias més s6lidas y construir teorias, ya que permite comprobar la existencia de una determinada relacién con un mayor grado de certeza, Por ejemplo, Gurr (1968: 1015) demostré que los niveles de lucha civil en 114 paises estén positivamente relacio- nados con la presencia de privaciones econémicas y politicas de corto y largo plazo. Sein su andlisis, esta relacién se corrobora en aproximadamente el 65 por ciento de los paises (véanse el capitulo 5 y Sanders 1995: 69-73). Mas recientemente, Helliwell (1994), toman- do como muestra 125 paises entre 1960 y 1985, ha puesto de manifiesto la existencia de tuna relacién positiva entre niveles de renta per cdpita y democracia. Una vez controladas estadisticamente las diferencias entre paises de la OCDE, paises productores de petrdleo de Oriente Medio, Aftica y América Latina, se demostré que dicha relacién se daba en casi seis de cada diez paises. Una segunda ventaja de comparar muchos paises radica en la capacidad de identificar os denominados pafses «atipicos» 0 «anémalos». Estos son paises cuyos valores en las variables dependientes son diferentes de los esperados, dados los valores en las variables independientes. A la hora de contrastar la relacién positiva entre desigualdad en la distribu- cién de la renta y violencia politica en 60 paises, Muller y Seligson (1987: 436) recurrieron ‘aun simple grifico de dispersién para identificar qué paises encajaban en su teoria y cudles no. Por ejemplo, se concluyé que Brasil, Panané y Gabén tenian wn nivel de violencia poli- tica mis bajo de lo esperado para su nivel de desigualdad en la distribucién de la renta, que 32 P era relativamente elevado. En el otto extremo, se hallé que el Reino Unido tenia un nivel de violencia politica particularmente alto, dado su comparativamente bajo nivel de desigual- dad en la distribucién de la renta. La identificacién de estos easos «anémalos» 0 «desvia- dos» permite a los investigadores buscar otras explicaciones de su anomalta y exeluitlos de sus anilisis para hacer predicciones mas exactas para los paises restantes. Por ejemplo, en el caso del Reino Unido, el inesperado alto nivel de violencia politica observado se debia al conflicto de Irlanda del Norte. Tal andlisis en mayor profundidad de los casos «anémalos» también se conoce como estudio de un caso prictico «crucial» (véase el capitulo 5). ‘Como se ha mencionado anteriormente, la comparacién cualitativa de muchos paises es rara y resulta dificil por dos razones. En primer lugar, el andlisis cualitativo exige general- mente un nivel de informacién mAs rico, como por ejemplo un conocimiento profundo de la historia de todos los paises, lo cual es a menudo dificil de obtener y sintetizar. De hecho, el intento de Finer (1997) de comparar formas de gobierno a lo largo de 5.000 aiios en todo el planeta supuso una tarea colosal que le Hevé todos los afios de su jubilacién y generd un ‘estudio en tres tomos de 1.700 paginas. En segundo lugar, resulta mAs dificil extraer infe~ rencias sélidas de estos datos ya que no pueden ser sometidos al tipo de comparacién siste- ‘mitica que brinda el andlisis estadistico. Por ello, Finer puede describir y analizar diferen- tes formas de gobierno tal y como han aparecido a lo largo de Ja historia para demostrar como las que existen en 1a actualidad son productos de innovaciones del pasado, pero es incapaz de (0 no quiere) extracr inferencias causales de mayor aleance. Incluso «dando prioridad a innovaciones en las formas de gobiemo que ain son relevantes en la actuali- dad», Finer afirma categoricamente que estos tipos de régimen no son el producto de un proceso de «evolucién lineal» (ib{d.: 88-89). Existe un ejemplo de un estudio que combina la logica del analisis estadistico con la profundidad y las ventajas asociadas a las téenicas cualitativas, En Capitalist Development and Democracy, Rueschemeyer et al, (1992) com- paran cualitativamente unos 50 paises con el objetivo de determinar el grado en el que las transformaciones socioeconémicas importantes estin relacionadas con la instauracién de la democracia en Europa, América Latina y el Caribe (véase el capitulo 6). Dadas las dificultades que entrafia la comparacién cualitativa de muchos paises, la mayoria de los estudios que comparan muchos paises adoptan el método cuantitativo, que se basa en cl desarrollo de mediciones numéricas de conceptos. Como se avanzé en el capitulo 1, una medicion es una representacién cuantificada de un concepto ¢ incluye In enumeracién de cualquier cosa que pueda contarse (por ejemplo, elecciones, consultas populares, demoera- cias, protestas, guerras civiles, golpes militares, violaciones de derechos humanos) 0 a la que pueda asignarse un valor numérico (por ejemplo, fraccionamiento étnico, divisién reli- giosa, actitudes, percepciones, interpretaciones ¢ intenciones). En otras palabras, a medicién conlleva pasar de una nocién amplia de un «concepto de fondo» a la provisién de «puntua- ciones sobre unidades» (Adeock y Collier 2001). Los conceptos de fondo engloban cosas tales como democracia, derechos inumanos, desarrollo, conflicto, eté: Mediante una teoriza- cién cuidadosa, los investigadores elaboran una serie de consideraciones sistematizadas que aportar y compone sistematiza do estos in consistir er en las comy se agregan El conee les del pro mente cu alcance en, sible agrup ‘mocracia p A los efect eracia proc democraci incluyen le competicié presume la proteccin de eleccior pacién, po, derecho al Esta de cepto sistes recabarse ¢ ciones, vot tancial y a cracia, La permitird | dios propo cracia proc puede un | ‘Ademés al los paises + ras estable democracit nes de Ind Jaggers y« «objetivas mis pequt 1984, 199 En cade expresion tenia un nivel de vel de desigual alos» 0 «desvi ay excluirlos de Por ejemplo, en -vado se debia al sos «anémalos vitulo 5). auchos paises es © exige general. 9 profundo de la var. De hecho, el 00 afios en todo. sin y generé un {cil extraer infe- imparacién siste- analizar diferen- para demostrar pasado, pero es Incluso «dando es-en la actuali- producto de un lio que combina 3s a las técnicas al, (1992) com do en el que las sstauracién de la tises, la mayoria +, que se basa en. | capitulo 1, una enumeracién de alares, democra- umanos) 0 a la 20, division reli- sras, la medicién én de «puntua- ‘engloban cosas inte una teoriza sistematizadas ise 83 ‘que aportan una mayor definicién al concepto y pueden perfilar sus diferentes dimensiones y componentes. Esta elaboracién es luego seguida de una operacionalizacién del concepto Sistematizado en una serie de indicadores significativos, validos y fiables. Por dltimo, usan~ do estos indicadores, se asignan puntuaciones a las unidades de observacién, que pueden consistir en individuos, grupos, unidades subnacionales, palses y regiones. Por lo general, cn las comparaciones de muchos paises, las distintas puntuaciones asignadas a las unidades se agregan con respecto a cada pais y luego se analizan usando técnicas estadistic: El concepto de democracia representa un ejemplo itil para ilustrar estos diferentes nive- les del proceso de medicién de conceptos. Democracia es un concepto clisico «esencial- mente cuestionado» (Gallie 1956), ya que no existe actualmente, ni es probable que se alcance en el futuro, un consenso definitivo sobre su definicién o contenido pleno. Es po- ible agrupar los numerosos intentos de definir democracia en tres grandes categorias: de- mocracia procedimental, democracia liberal y democracia social (véase Landman 20054). A los efectos de este ejemplo, supongamos que un politélogo desea medir el nivel de demo- cracia procedimental en todos los paises del mundo. Las definiciones procedimentales de democracia, reatizadas sobre todo en el trabajo seminal de Robert Dahl (1971) Polyarchy, incluyen las dos dimensiones de contestacién y participacién. La contestacién plasma la ‘competicién pacifica indefinida necesatia para el gobierno democratico, un principio que presume la legitimidad de cierta oposicién, el derecho a cuestionar a los gobernantes, 1a proteccién del tandem de derechos de libertad de expresiGn y de asociacién, la existencia de elecciones libres y justas y de un sistema consolidado de partidos politicos. La partici- pacién, por su parte, capta la idea de soberania popular, que presupone la proteccién del derecho al voto y la existencia del sufiagio universal Esta definicién de democracia procedimental ejemplifica el intento de aportar un con- cepto sistematizado y sugiere inmediatamente un cierto niimero de indicadores que podrian recabarse en todos los paises del mundo. En concreto, la definicién hace referencia a elec~ ciones, votaciones y proteccién de ciertos derechos; sobre todo ello existe informacién sus- tancial y accesible mediante la cual cabe desarrollar diferentes tipos de medidas de demo- cracia. La recogida de los distintos indicadores sobre estos aspectos de Ia demoeracia permitiré luego una variedad de mediciones y de estrategias de codificacién. Algunos estu- proporcionan medidas dicotémicas simples (democracia 0 no democracia) de demo- cracia procedimental, conforme a las cuales s6lo reuniendo una serie de criterios esenciales puede un pais considerarse una democracia (véanse Praeworski et al. 2000; Boix 2003). ‘Ademés algunos han proporcionado medidas de democracia procedimental que clasifican los paises en las categorias de democracias estables y no estables, de un lado, y de dictadu- ras estables e inestables, de otro (Lipset 1959). Algunos han creado escalas de intervalo de democracia, en las que se utilizan listas de comprobacién de diferentes atributos y dimensio- nes de la democracia para clasificar a los patses en funcién de su grado de democracia (vg Taggers y Gurr 1995). Al mismo tiempo, otros han construido medidas de democracia mAs, «objetivas» combinando indicadores de competicién (cuota de votos del partido politico mas pequefio) y participacién (porcentaje de electores que acuden a volar) (Vanhanen. 1984, 1990, 1997, 2003). En cada uno de estos ejemplos, el concepto de democracia procedimental ba hallado una expresién cuantitativa mediante la conversién de un conjunto de atributos del concepto en 84 lamas 0 valores numéricos que varian de unos paises a otros y de unas épocas histéricas a otras, Aparte de la democracia, la politica comparada ha utilizado medidas de conceptos existentes ‘en Sociologia y economia; por ejemplo, el producto interior bruto per capita y la desigual- dad en la distribucién de la renta han sido utilizados como una medida de riqueza, mientras ‘que el volumen de importaciones y exportaciones como porcentaje sobre el producto inte- rior bruto se ha empleado como medida de la «apertura de la economia» de un pais. La dis- ciplina ha producido una gama enorme de medidas para los diferentes conceptos, tales como sistemas unitarios y federales, sistemas parlamentarios y presidenciales (Stepan y Skach 1994), relaciones entre el ejecutivo y el legislativo (Jones 1995), sistemas electorales proporcionales y mayoritatios (Lijphart 1994a), namero efectivo de partidos politicos (Laakso y Taagepera 1979), proteccién de los derechos civiles y politicos (Poe y Tate 1994), niveles de violencia politica (Hibbs 1973; Sanders 1981; Muller y Seligson 1987), guerra civil Gleditsch 2002), valores posmaterialistas (Inglehart 1977, 1990, 1997; Ingle- hart y Welzel 2005) y niimero de atentados terroristas (Enders y Sandler 2006). El andlisis basico de regresién La herramienta més poderosa de que disponen las ciencias sociales para llevar a cabo andli- sis cuantitativos con un gran niimero de unidades comparables es la regresi6n lineal, Es fan- damental en un libro como este proporcionar una explicacién rudimentaria de esta técnica analitica. A fin de ilustrar sus rasgos bisicos y de mostrar cémo puede desvelar relaciones subyacentes, usaremos un ejemplo sobre derechos humanos (véase también el capitulo 11). A efectos de este ejemplo, nos fijaremos en tres variables de una muestra de paises tomada en el aiio 2000: 1) la violacién de los «derechos a la integridad personal», que se mide en tuna escala de 1 (pocas violaciones) a 5 (muchas violaciones) (véase Poe y Tate 1994); 2) la desigualdad en la distribucién de la renta, que se mide en una escala de 0 (igualdad per- fecta) a 100 (desigualdad perfecta) (véase Todaro 1997); y 3) el nivel de democracia, que se ‘mide en una escala de —10 (autocracia perfecta) a +10 (democracia perfecta) (véase Jaggers y Gurr 1995), En la tabla 3.1 se resumen los datos estadisticos para estas tres variables, a saber: el niimero de observaciones (el mimero de paises), el valor medio de cada variable (la suma de los valores de cada pafs dividida por el nimero total de paises), Ia desviacién tipica (una medida de la diferencia relativa de los valores de cada variable) y los valores minimos y maximos de cada variable. La figura 3.1 es un simple grifico de dispersién entre la violacién de los derechos hu- ‘manos y la desigualdad en la distribucién de la renta. Contiene una linea recta trazada para ayudar a definir una relacién entre ambas variables. Obsérvese en el grafico que muchos puntos estan situados encima o muy cerca de la linea, mientras que otros estin bastante le- Jos de ella, Por ejemplo, Camerin es un pais tipico con altos niveles de desigualdad en la distribucién de la renta y problemas de violaciones de los derechos humanos. Su ubicacién en el grafico se halla dentro de las expectativas tedricas. China, en cambio, es un pais don- de la distribucién de la renta es mucho mas igualitaria que la de otros paises pero, sin em- bargo, su historial de derechos humanos no es particularmente buen, Qatar, un diminuto pats con menos de un millén de habitantes compuesto por varias tribus beduinas asentadas bla 3. Variable Violaciones 6 derechos hum Desigualdad ¢ dlistribucion « Demoeracia Figura 3.1 en las mari mero de vi como un cs Bl objet entre los ni de los dere storicas a otras, ceptos existentes tay la desigual iqueza, mientras 21 producto inte- un pais, La dis sonceptos, tales, siales (Stepan y amas electorales tidos politicos 20s (Poe y Tate Seligson 1987), 90, 1997; Ingle- 06). var a cabo anéli- in lineal. Es fun- 1 de esta técnica welar relaciones el capitulo 11) € paises tomada que se mide en Tate 1994); 2) a 9 Ggualdad per- nnocracia, que se ) (véase Jaggers tres variables, a Je cada variable 3), la desviacién ©) y los valores ‘os derechos hnu- ita trazada para ico que muchos stén bastante le- 2sigualdad en la 9s. Su ubicacién es.un pais don- es pero, sin em- tar, un diminuto luinas asentadas s paises a5 ‘Tabla 3.1 Resumen de los datos estadisticos para tres variables Observaciones Desviacion Valor Valor Melee (paises) i ica ‘minimo — miximo Viotaciones de los derechos humanos 138 273 10 1 s Desigualdad en la istribucién dela renta 137 4419 634 3023 58,79 Democracia 156 2,96 6,64 10 10 Figura 3.1. Grafico de dispersin entre el nivel de violaciones de los derechos humanos y la desigualdad en Ia distribucién de la renta Violaciones dels derechos humanos Desigualdad on a distribucion de arent en las marismas del golfo Pérsico, tiene una mayor concentracién de ta renta pero un mi- mero de violaciones de los derechos humanos mucho menor. Asi pues, Camerin sirve como un caso tipico, mientras que China y Qatar representan paises andmalos. El objeto de la regresion lineal es explorar si existe una relacién estadistica significativa centre los niveles de desigualdad en Ia distribuciénde Ia renta y los niveles de violaciones de Jos derechos humanos que plasme una tendencia general, pero, al mismo tiempo, deje 86 § 10 compara yd abierta la posibilidad de excepciones a la regla, tales como China y Qatar. La regresién lineal coloca una linea recta sobre la dispersién de puntos que representa la interseccién de las dos variables. Antes de entrar a examinar cémo funciona esto, es preciso revisar el dlge- bra lineal basica usando los datos del ejemplo de 1a figura 3.1. Si Hamamos x al eje hori- zontal de la figura ¢ y al vertical, podemos usar la siguiente ecuacién para una linea recta que represente la relacién lineal entre x ¢ y=mxtb 0 donde y = los valores observados de la variable y (el nivel de violaciones de los derechos ;humanos), x = los valores observados de la vatiable x (desigualdad en Ia distribucién de la renta), 6 = el punto donde la linea cruza el eje y (es decir, el nivel de violaciones de los de rechos humanos en condiciones de perfecta igualdad en la distribucién de la renta) y m = la pendiente o «el cambio en y sobre el cambio en x», Para relaciones lineales perfectas, usan- do los valores de x e y para dos puntos diferentes en el grafico de dispersi6n, es posible cal- cular m y b, y luego expresar la relacién completa como una ecuacién. Para caleular m y b se recurriria a las dos formulas siguientes: mn YD py =x) ba Y mx, 6) En este caso, uno identificaria dos puntos, cada uno con coordinadas Y y X en la disper- sida (a saber: X, Y, y X,¢ Y,). El valor de m se calcula dividiendo la diferencia entre Y, ¢ Y, por la diferencia entre X, y X,. Una vez que se conoce el valor de m, puede utilizarse en la ecuacién [2] para calcular el valor de b. Estos valores pueden usarse luego en la ecuacién [1] para ilustrar la relacién lineal entre Xe ¥. Ahora bien, en las ciencias sociales no existen relaciones lineales perfectas, de modo que el analisis de regresién estima el grado en el que una linea recta encaja en la dispersién de puntos. La ecuacién estindar para una linea usada en el andlisis de regresién adoptaria la siguiente forma: Toot pre ta] donde Y= los valores de la variable dependiente «predichos» (por ejemplo, el nivel de vio- laciones de los derechos humanos), X = los valores de desigualdad obscrvados, « = el pun- to donde la linea cruza el eje y (es decir, el nivel de proteccién de los derechos humanos en condiciones de igualdad de rentas perfecta), = la pendiente, y or = el error, dado que la dispersion de puntos en la figura no eae precisamente sobre la linea. El hecho de que la dis- persién de puntos no caiga precisamente sobre Ia linea significa que necesitamos sat fr- ‘mulas modificads para calcular ay A. La linea se coloca de tal forma que se minimice la distancia entre los valores observados y los valores predichos. La solucién matematica se denomina « ‘mos ordinar a=F- Aqui, las desigualdad res para el pais) de un ssuma y Iueg Xy la med de regresiér nivel de vio violacior (desig Estos re cién de la « nivel de vio cada incren les, el andli renta conile Ahora bi Ademis de el grado de nuestro gra vamente dit no seria de la media gla general que B teng: (ibid,). Lai cin [7] arr protecci (desig Al aplic arroja una nde lat ar, La regresién 2 interseecién dp o tevisar el ge. tos x al eje hori- una linea recta ti de los derechos istribucién de la ziones de los de- arent) ym perfectas, usan- 1, ¢s posible cal- ‘acaleular m yb 2] BI y Xen la disper- rencia entre Y, © cede utilizarse en ‘en la ecuacién fectas, de modo en la dispersion resién adoptaria 4) el nivel de vio- dos, a= el pun- hhos humanos en. ror, dado que la 10 de que la dis- itamos usar for- se minimice la 1 matematica se La comparactan de muchos paises i a7 denomina «suma minima de fos cuadrados» o la técnica de la regresion «cuadrados mini- mos ordinarios» (CMO), que se basa en las dos formulas siguientes: 2X, -*)(, [5] Bi, —¥) a=Y-oX [6] Aqui, las formulas calculan la diferencia entre los valores reales de X (los valores de la desigualdad en la distribucién de la renta recabados con respecto a cada pais) ¢ Y (los valo- res para el nivel de violaciones de los derechos humanos recabados con respecto a cada pais) de un lado, y la media de dichos valores, de otro, E] producto de estas diferencias se suma y luego se divide por la suma de las diferencias cuadradas entre los valores reales de Xy la media de X. Si se usan los datos de la tabla 3.1, se produce la siguiente ecuacion de regresion que describe la relacién entre la desigualdad en la distribucién de la renta y el nivel de violaciones de los derechos humanos: violaciones de los derechos humanos ~ 0,04 + 0,06% m (desigualdad en la distribucién de la renta) Estos resultados estadisticos pueden interpretarse literalmente. Con respecto a la rela~ cién de la ecuacién [7 el nivel de viotaciones de los derechos humanos comienza en un nivel de violencia politica de 0,04 (esto es, pocas violaciones), pero aumenta en un 0,06 por cada incremento de la desigualdad en la distribucién de la renta. En términos menos litera- les, el andlisis muestra que unos niveles més altos de desigualdad en la distribucién de la renta conllevan niveles mas elevados de violaciones de los derechos humanos, ‘Ahora bien, ,qué grado de confianza merecen estos resultados en términos estadisticos? ‘Ademis de calcular ay B, el andlisis de regresién también calcula su relevancia relativa y el grado de «ajuste» logrado por la linea recta. EI célculo de la relevancia relativa refleja nuestro grado de confianza en el hecho de que Tos valores medios de ot y B son significati- vamente diferentes de cero. En otras palabras, si no existiera ninguna relacién entre x ep, no seria significativamente diferente de cero. El calculo de dicha relevancia es una funcién de la media del propio valor y su error estindar (véase Lewis-Beck 1980: 30-37). Como re- gla general, si la media de f dividida por su error estindar es menor de 2, es improbable que f tenga un valor significativo al nivel esténdar de confianza estadistica: 95 por ciento (ibid.). La incorporacién de los valores de error estindar para nuestros resultados a la ecua- cién [7] arrojaria la siguiente ecuacién: proteceién de los derechos humanos = 0,04 (0,72) + 0,06 (0,02)* [8] (desigualdad en la distribucion de la renta) ‘Al aplicar la regla general, es decir, al dividir el valor B anterior por su error estindar, ‘arroja una cifra que es mayor que 2 para nuestra medida de la desigualdad en la distribu- ccidn de la renta (el valor real es 3,81), de modo que nuestros resultados son estadisticamente 88 ns relevantes (al nivel de confianza del 95 por ciento) en cuanto a la desigualdad en la distri- bucidn de la renta, Esto significa que si usamos las mismas variables para una seleccién de paises similar en un punto del tiempo diferente, obtendriamos resultados muy semejantes. Por otra parte, las estadisticas para cf no son relevantes, ya que al dividir 0,04 por 0,72 se obtiene 0,06, una cifta que esté muy por debajo del valor crtico de 2 al nivel de confianza estadistica del 95 por ciento. Concluitiamos, por tanto, que no estamos seguros del nivel de violaciones de los derechos humanos en condiciones de igualdad perfecta en la disteibucién de la renta, pero si sabemos que cuando aumenta la desigualdad, también aumenta la viola- ccidn de los derechos humanos. Por iiltimo, el célculo del grado de «ajuste» examina en qué proporcién una variacién en x explica una variacién en y. El valor estadistico del grado de «ajuste» se denomina R2, que representa un ratio de la vatianza explicada respecto a la varianza no explicada, y oscila en- tre Oy 1. Por ejemplo, un valor R? de 0,43 significa que el 43 por ciento de la variacién de 1y se explica por la variacién de x. En nuestro ejemplo anterior, el valor R? para la desigual- ad en la distribucién de la renta y la violacién de los derechos humanos es de 0,10, Io que sugiere que la variacién de la desigualdad en la distribuci6n de la renta explica por si sola el 10 por ciento de fa variacién que muestran los diferentes pafses en cuanto a las violacio- nes de los derechos humanos. Ciertamente, tal grado de explicacién de la variacién no es particularmente elevado. No obstante, si se tiene en cuenta lo poco que pueden explicar otras variables la variacién en las violaciones de los derechos humanos, cabe un optimismo relativo en cuanto a los resultados s6lo de la desigualdad en Ia distribucién de la renta. Esta ilustraciéa sepatada de una relacién simple es un ejemplo de andlisis estadistico bivariable, ya que s6lo examina la covatiacién de dos variables y no controla (es decir, no ‘mantiene constante) el efecto de ningén otro factor. No obstante, las técnicas de regeesién lineal pueden aplicarse a cualquier niimero de factores, siempre que existan suficientes observaciones en la muestra de datos objeto de anilisis (véase también el capitulo 2). La ‘misma ecuacién lineal basica se usa en este andlisis estadistico multivariable, pero en todas las variables incluidas en el andlisis. De este modo, usando los datos de la tabla 3.1, pode- ‘mos estimar la siguiente ecuacién general, que representa el nivel de violaciones de los derechos humanos como una funcién de la desigualdad en la distribucion de la renta y del nivel de democracia: violaciones de derechos humanos = a + B,* (9) (desigualdad en la distribueién de la renta) + B, * (democracia) + € Aqui, el anilisis de regresion mantiene constante una variable mientras estima la rela- cién para la otra variable y viceversa seguidamente, arrojando estimaciones para 0, B, y 8, sus errores estindar, y un valor R? global para toda la ecuacién. El resultado, con los erro- res estindar entre paréntesis, es el siguiente: violaciones de derechos humanos = 1,0 (0,78) + 0,04 (0,02)* 3) (desigualdad en la distribucién de la renta) 0,05 (0,02)* (democracia) R2=0,16 Para esta n tras tres variat nivel de violac de un | pore ciento por cac mos coneluir demoeracia, n junta de ambs los derechos | relativo de un ‘mejora en el r Cémo ampt Este tipo de comparacionc de regresién cchas formas abordan en I «ficticias» (0 diferencias & cuantitativa ¢ a determinad variable de te tor» que dummy paras tiguas, tercer periférica) 07 Podemos tos sobre der de fa renta y que sufren gt digo | para t ecuacién de rar esta nucy una 7 Y-a+f Puesto qu riable divide aldad en la distri- una seleceién de muy semejantes 0,04 por 0,72 se ivel de confianza suros del nivel de en la distribucién aumenta la viola. una vatiacion en Jenomina R2, que cada, y oscila en- le la variacién de para la desigual- ssde 0,10, lo que xplica por si sola ito a las violacio- a variacién no es pueden explicar ‘be un optimismo de la renta. lisis estadistico rola (es decir, no icas de regresién istan suficientes Veapitulo 2). La ole, pero en todas ‘tabla 3.1, pode- olaciones de los de la renta y del 9) is estima la rela- spara @ B, y By do, con los erro- (13) 89 Para esta muestra de paises en el affo 2000, tenemos una cobertura total de todas mues- {ras tres variables en los 114 paises incluidos en la investigacién. BI andlisis muestra que el nivel de violaciones de los derechos humanos aumenta un 4 por ciento por cada incremento de un I por ciento en la desigualdad de la distribueién de la renta y disminuye un 5 por ciento por cada incremento de un I por ciento en el nivel de democracia. Asi pues, pode- ‘mos coneluir que cuanto més equitativa sea la distribucién de la renta y mayor el nivel de democracia, mejor protegidos estardn los derechos humanos, si bien la consideracién con- junta de ambas variables s6lo explica el 16 por ciento de la variacién en la proteccién de los derechos hhumanos, quedando sin explicacién el 84 por ciento de la variacién en dicha proteccién. También es interesante observar que, dado que la escala de desigualdad en ta distribucién de la renta va de 0-a 100 y Ia escala de la democracia de —10 a +10, el impacto relativo de una redistribucién de la renta podria ser realmente mayor que el impacto de una mejora en el nivel de democracia, Cémo ampliar el modelo basico de regresién Este tipo de andlisis y de interpretacién de los resultados estadisticos prevalecen en las comparaciones globales sobre derechos humanos (véase el capitulo 11), Si bien ef modelo de regresién lineal simple ha sido utilizado en numerosos estudios comparados, hay mu- chas formas de ampliar el andlisis basic. A efectos de este libro y de los temas que se abordan en los capitulos siguientes, la discusién se centtard en la inclusién de variables, «ficticias» (0 dummy) y en el uso del tiempo. Para controlar estadisticamente las grandes, diferencias existentes en el mundo entre conjuntos coneretos de paises, la comparacién cuantitativa de muchos paises a menudo incorpora variables que asignan valores numéricos a determinados paises por el mero hecho de formar parte (0 no) de un grupo especifico. La variable de tales grupos se denomina dummy y es realmente como un pequetio «interrup- tom que esti o bien «encendido» o bien «apagado». Por ejemplo, se han utilizado variables dummy para tegiones (la Unién Europea, Africa, América Latina), tipos de democracia (an- tiguas, tercera ola o cuarta ola), posicién en la economia mundial (central, semiperiférica, periférica) o tipo de «civilizaciém» (segin Huntington 1996), Podemos ilustrar el uso de variables dummy a través de nuestro ejemplo anterior de da- tos sobre derechos humanos y comprobar si Ia relacién entre desigualdad en la distribucién de la renta y derechos humanos es diferente si se tienen en cuenta los paises del mundo que sufren guerras civiles. Creamos una variable denominada «GCIVIL», que recibe el c6- digo 1 para todos los paises en guerra civil en el aiio 2000 y 0 para los paises que no. La ecuacién de regresién bésica formulada anteriormente en [4] se modificaria para incorpo- ‘ar esta nueva variable, que se representa con una D y cuyo coeficiente se representa con una y. Yoa+px+ Dre [10] Puesto que D es 1 para todos los paises en guerra civil y 0 para todos los dems, la va- riable divide efectivamente la muestra en dos grupos distintos; cabe hipotetizar que esta 90 Por qué 6 ray y qué problemas entrafis la comparacién distincién es relevante en cuanto a la relacidn entre desigualdad en Ta di ta y derechos humanos. Podemos separar la ecuacién [10] en dos ecuaciones, una para los paises que no estin en guerra civil (reflejados en [11]), donde D = 0 y la ecuacién es la misma que en [4], y otra para los paises en guerra civil (reflejados en [12}), donde D = 1 y la ecuacion afiade or + 7 al mismo tiempo que se estima el efecto independiente de X (0 desigualdad en la distribucién de la renta), + BX + 0) +e= 04 PX +e uy +BX+ Yl) +e=(a+ + BX+e (12) En otras palabras, la inclusién de la variable dummy proporeiona una manera de conocer si existe algin cambio significativo en ta interseccién de una relacién (es decir, et lugar donde la linea eruza el eje y) para un grupo conereto de paises. Los resultados de Ia ecua~ ccién de regresién con la variable dummy son los siguientes: violaciones de derechos humanos = 0,45 (0,64) + 0,05 (0,01)* 03) (desigualdad en la distribucién de la renta) + 1,73 (0,30)* (guerra civil) R= 0,29 Los resultados confirman la relacién positiva general entre elevados niveles de desigual- dad en la distribucién de la renta y un alto nivel de violaciones de los derechos humanos, pero el nivel de violaciones de los derechos humanos en los paises en guerra civil es de en trada (es decir, sin tener en cuenta la desigualdad en Ja distribucién de la renta) mucho més alto que el nivel de violaciones de derechos humanos en otros paises. No sorprende en ab- soluto que los paises en guerra civil comiencen con un historial de derechos humanos peor, ‘ni que una alta concentracién de rentas aiiada problemas adicionales a la proteccién de los derechos humanos. La inclusién de la variable dummy ha incorporado informacion adicio- nal a la explicacién de la variacién entre paises en el nivel de violaciones de derechos hn- ‘manos, De hecho, el valor R? es mucho més alto y sugiere que un total del 29 por ciento de fa variacién en el nivel de violaciones de derechos huumanos se debe a la inclusién de la desigualdad en la distribucién de la renta y de la variable dummy de la guerra civil La incorporacién de la variable temporal Hasta el momento, la discusién sobre el método de la comparacién de muchos paises se ha ‘centrado en llevar a cabo la comparacién en un punto del tiempo concreto, Bsto se conoce ‘como comparacién sineronica, ya que no tiene en cuenta el paso del tiempo. Los primeros cestudios comparados de muchos paises Hevaban a cabo este tipo de anilisis. Por ejemplo, el ‘estudio seminal de Lipset (1959) sobre desarrollo econémico y democracia comparaba mu- cchos paises en un punto del tiempo. Sin embargo, sus inferencias implicaban técitamente tun proceso de desarrollo dinémico que proporcionaria los requisitos sociales necesarios para la estabilidad democratica a largo plazo. Los estudios sobre violencia politica (por ejemplo, Gurr 1968; Hibbs 1973) también comparaban muchos paises en un punto del be tiempo, si t ‘mente depe politica con Jos argumer Jogicamente En respu 0s a lo lar analizaran y dios compar padasy 0 PC tanto Burk tigacién. Po tte otros, ap humanos. C Ia investiga conjuntos d ejemplo, Rt finales del las 40.000, Evidente aumentan & bertad adici sos, tales es te, el eoste « hacen posib del tiempo. algunos «pl: fundos» (es PCTS ha pl parada, que racién de ur inferencias cias falsas ( solventan Io inexistencia Limitaciot A pesar de] entre las qu. dades mater bar datos re uucién de la ren 2, una para los, ccouacién es Ia donde D= Ly adiente de X (0 Oy (12) rera de conocer decir, el lugar dos de la ecua- U3] les de desigual- schos humano: xeivil es de en- ata) mucho mas, orprende en ab- humanos peor, coteccién de los macién adicio- le derechos hu- :9 por ciento de inclusion de la civil. aos paises se ha Esto se conoce >. Los primeros Por ejemplo, el comparaba mu- ban técitamente ales necesarios ia politica (por ‘nun punto del La comparactin de wouchos patse 1 tiempo, si bien sus inferencias implicaban una serie de procesos dinémicos que eran alta- mente dependientes del tiempo. Son incontables los estudios sobre muchos otros temas de politica comparada que han adoptado el disefio de investigacién sincrénica y, sin embargo, los argumentos sustantivos reales se han centrado una y otra yez en procesos politicos que logicamente se desarrollaban en el tiempo. En respuesta a la exigencia tedrica de métodos susceptibles de analizar procesos politi- cos a lo largo del tiempo, los investigadores comenzaron @ usar marcos comparados que analizaran variables en el espacio y en el tiempo. El resultado ha sido una multitud de estu- dios comparados que usan el denominado anélisis de «series temporales transversales agru- padas» 0 PCTS (del inglés pooled cross-section time-series). Como se veri en el capitulo 6, tanto Burkhart y Lewis-Beck (1994) como Helliwell (1994) adoptan este disefio de inves- tigacién, Poe y Tate (1994), Camp Keith (1999), Neumayer (2005) y Landman (2005b), en- ‘re otros, aplican este mismo disefio de investigacién basico en sus estudios sobre derechos humanos. Como se vera en el capitulo 12, en el campo de las relaciones internacionales la investigacién ha adoptado una estrategia similar, aunque muchos estudios construyen conjuntos de datos de series temporales compuestos por «diadas» o pares de Estados. Por ejemplo, Russett y O’Neal (2001) comparan tales diadas desde finales del siglo XIX hasta finales del xx, con un mimero total de observaciones (es decir, diadas-aflos) que supera las 40.000. Evidentemente, la ventaja inmediata de incorporar el paso del tiempo es que los estudios aumentan de manera natural el niimero de observaciones, proporcionando asi grados de li- bertad adicionales para reforzar las inferencias que se extraen del andlisis. En muchos ca- 0s, tales estudios comparados contienen més de 4.000 observaciones pais-afio. No obstan- te, el coste de incorporar el tiempo ha sido la conculeacién de muchos de los supuestos que hacen posible la regresidn. Ademés, muchas variables apenas presentan cambios a lo largo del tiempo. Los conjuntos de datos PCTS varian enormemente en su construceién, siendo algunos «planos» y «superficiales» (mas paises que lapsos de tiempo) y otros «finos» y «pro- fundos» (esto es, més lapsos de tiempo que paises). Asi pues, el diseiio de investigacién de PCTS ha planteado una serie de retos a los metodélogos especializados en politica com- parada, que han tratado de hallar formas de superar los problemas implicitos en la com raci6n de un gran mimero de paises a lo largo del tiempo de manera que se puedan generar inferencias de mixima solidez. y evitar los tipos de sesgos que pueden conducir a inferen- ccias falsas (véanse Stimson 1985; Beck y Katz. 1995; Plimper y Troeger 2007). Sino se solventan Ios problemas planteados por estos conjuntos de datos, los investigadores corren cl riesgo de proclamar Ia existencia de una relacién significativa realmente inexistente, o la inexistencia de una relacién significativa que si existe. Limitaciones del andlisis comparado global A pesar de las ventajas de comparar muchos paises, existen algunas desventajas destacadas entre las que cabe citar la disponibilidad de datos, la validez de las medidas y las habi dades matematicas ¢ informéticas requeridas para analizar los datos. En primer lugar, reca- bar datos relevantes sobre los Estados-nacién independientes del mundo puede resultar una 92 tarea ardua y que consume mucho tiempo. A menudo, los datos agregados sélo se publican para aiios concretos o paises determinados, lo que hace muy dificil llevar a cabo compara ciones exhaustivas. Los investigadores, los centros de investigacidn y las organizaciones in- temnacionales han intentado mejorar la calidad y cantidad de los datos que publican para su uso en investigaciones y andlisis académicos. Sitios tales como las Penn World Tables (http:/pwt.econ.upenn.edu) y el Banco Mundial (http://www:bancomundial.org/) ponen a disposicién publica grandes bases de datos con cientos de indicadores titiles para la compa- racién cuantitativa de muchos paises. Ademés, existen excelentes recursos sobre democra- cia (hitps!/www.cidem.umd.edu/polityl), derechos humanos (www.humanrightsdata.com) y conflictos armados (http://www.correlatesofwar org/), entre otros conceptos politicos popu- Jares que han sido objeto de numerosos anslisis cuantitativos. En segundo lugar; existen problemas de validez y fiabilidad en buena parte de las medi- das que han sido utilizadas en las comparaciones de muchos paises. Las medidas vélidas son las que se aproximan lo més posible al significado real de un concepto, o bien a lo que el investigador piensa que esti midiendo (King et al. 1994: 25). Por ejemplo, a memudo el PIB per cApita es considerado como una medida s6lo aproximada del nivel de desarrollo econdmico, al no tener en cuenta la distribucién de la renta, Los ejemplos mencionados anteriormente incorporaban los datos mas recientes disponibles sobre desigualdad en la i tribucién de la renta, que a menudo se usa en combinacién con el PIB per capita para pro- porcionar una medida multifacética de desarrollo. La medida «objetivan de democracia de ‘Vanhanen expuesta anteriormente ha sido criticada por no tener en cuenta el sistema y el umbral clectoral (véase el capitulo 11), que inciden en el nimero de partidos con posit lidad de lograr escafios en las cémaras legislativas, Las escalas de medidas de derechos humanos y/o libertades politicas, a su vez, han sido objeto de criticas por no ser transparen- tes en cuanto a los procedimientos de codificacién utilizados para convertr la informaci6n bruta» sobre violaciones de derechos humanos en valores numéricos (véase Landman 2004b, 2006). Muchos estudiantes evitan la comparacién cuantitativa de muchos paises debido a las, habilidades mateméticas ¢ informaticas que requieren. El andlisis estadistico de datos exige amplios conocimientos de matematicas basicas, dlgebra, teoria de probabilidades y citlcu- lo. También exige el uso experto de herramientas informaticas tales como hojas de calculo ¥ programas estadisticos. Es preciso tener en cuenta varias cuestiones importantes para atajar los temores de los estudiantes. En primer lugar, muchos programas de grado y pos- grado de ciencias politicas exigen cursar cursos de estadistica y explicacién politica y algu- nas universidades ofrecen formacién intensiva en andlisis de datos. En segundo lugar, el desarrollo de la tecnologia informatica, junto con la disponibilidad de datos, facilita cada vez més este tipo de anilisis, y cabe pensar que esta tendencia se mantendrd. En tercer lugar, una gran parte de las contribuciones publicadas en el campo de la politica comparada aplican el anélisis cuantitativo. Los estudiantes que eluden aprender incluso los funda- mentos de estas materias pueden cerrarse a si mismos el acceso a fuentes importantes en este campo. Asi pues, todos los estudiantes de politica comparada deberian adquirir cono- ‘cimientos bisicos sobre los principios del anilisis cuantitativo para poder evaluar los estu- dios que se sitven de él y estar en condicién de poder emplearlo cuando sea pertinente (Collier 1991: 25), Por iiltine que la com método de eas importa puntuales de politicos co para examir catos, movir piado para ¢ que se crear ciones polit. rentes inter, ‘més profanc sis compara mente idénc ‘mecanismos tos profund: tintos paises Resumen s, ene paracién cor Jes ventajas cci6n euantit los fandame ito brevert de fa politic taciones del muchos tem un gran mii preciso resa zaciones err nuestro ente como llevar bien recuri tulos siguier s6lo se publican cabo compara ganizaciones in Sublican para su n World Tables aLorg/) ponen a + para la compa- sobre democra- ghtsdata.com) y politicos popt- inte de las medi- medidas validas +o bien a lo que ‘lo, a menudo el el de desarrotlo 98 meneionados aaldad en la dis- capita para pro- 2 democracia de cel sistema y el idos con posibi- Jas de derechos » ser transparen- 1 la informacién véase Landman ses debido a las 0 de datos exige lidades y céleu- hojas de edleulo mportantes para de grado y pos- \ politica y algu- -gundo lugar, el 6, facilita cada ondrd. En teroer ‘tica comparada uso los funda- importantes en 1 adquirir cono- 2valuar Tos estu- > sea pertinente de mucins pat 93 Por tiltimo, existen innumerables temas en la disciplina de la ciencia politica para los que la comparacién cuantitativa de muchos paises «es simplemente inapropiadan. Este método de anilisis no puede «desentrafiar» las relaciones histdricas, politicas y sociolégi- as importantes de un nivel de andlisis inferior, No puede utilizarse para analizar momentos puntuales de negociacién politica, construccién de consenso, ni la conclusién de «pactos» politicos concretos entre grupos de la élite 0 entre élites y masas. Tampoco puede usarse para examinar estrategias politicas diferentes adoptadas por movimientos socieles, sindi- catos, movimientos revolucionarios u otras formas de accién colectiva, Nv resulta apro- piado para el «rastreo de procesos» en un intento por esclarecer, por ejemplo, los vinculos, ‘que se crean en el émbito nacional entre los actores y su propensién a reformar las institu- ciones politicas. Ni puede trazar el mapa de los significados intersubjetivos y de las dife- rentes interpretaciones culturales de conceptos y pricticas politicas, entre oiros procesos més profundos de significacién investigados por medio de los distintos métodos de andi sis comparado. En resumen, la comparacién cusntitativa de muchos paises no es especial- ‘mente idénea para analizar un buen nimero de temas de la ciencia politica que entraitan mecanismos causales complejos, vastos procesos histéricos, y signifi tos profundos en gran medida dependientes de las peculiaridades contextuales de los dis- Aintos paises, Resumen En este capitulo se ha expuesto cémo se enfrentan los investigadores a la comparacién de un gran mimero de pafses. Sin descartar en absoluto la comparacién cualitativa de muchos paises, en este capitulo se ha hecho hincapié en la afinidad natural de este métado de com- paracién con el andlisis estadistico. Se han descrito los supuestos de partida y las principa- les ventajas de este método de comparacién, para después abordar la cuestién de la medi- cidén cuantitativa y el andlisis de regresién, aportando ejemplos del mundo real para ilustrar los fundamentos de la interpretacién de los resultados de la regresién. También se han des- ctito brevemente las distintas formas de ampliar e! modelo bésico de regresién en el Ambito de la politica comparada. El capitulo ha concluido con un repaso de las principales limi taciones del método de comparacién, donde se llama la atencién sobre el hecho de que hay ‘muchos temas importantes para las ciencias politicas en los que el andlisis cuantitativo de tun gran néimero de paises es sencillamente inadecuado. A pesar de estas limitaciones, es preciso resaltar que la comparacién cuantitativa de muchos paises puede brindar generali- zaciones empiricas titiles y parsimoniosas sobre el mundo politico que ayudan a modelar nuestro entendimiento de fenémenos importantes y, al tiempo, aporta valiosas pistas sobre cémo llevar a cabo proyectos de investigacién concretos bien usando este tipo de anilisis, bien recurriendo a otros métodos de andlisis comparado, a los que se dedican los dos capi- tulos siguientes. 94 oF qué comparay, cdo cor Gute prod Lecturas complementarias Beck, N. y Katz, J. N. (1995): «What to Do (and Not to Do) with Time-Series Cross-Section Data», American Political Science Review, 89(3): 634-647. Un tratado completo sobre los problemas y las soluciones de la eomparacién de muchos paises To largo del tiempo y del espacio. Dogan, M. (1994): «The Use and Misuse of Statisties in Comparative Research» en M. Dogan y ‘A. Kazaneigil (eds.) Comparing Nations, Oxford: Blackwell Un argumento clésico sobre los limites de la investigacién basada en la comparacién de muchos paises. Ersson, S. y Lane, J. E. (1996): «Democracy and Development: A Statistical Exploration», en ‘A. Leftwich (ed!) Democracy and Development, Cambridge: Polity, 45-73. Un buen ejemplo del andlisis cuantitativo de muchos paises a lo largo del tiempo sobre la rela~ ign entre democracia y desarrollo. Jackson, R. W. (1985): «Cross-national Statistical Research and the Study of Comparative Politics», American Journal of Political Science, 2(1): 161-182 Un buen repaso del uso del analisis cuantitativo para comparar un gran nimero de paises. Pennings, P, Kernan, H. y Kleimnijentuis, J. (1999): Doing Research in Political Science: An Intro- duction to Comparative Methods and Statistics, Londres: Sage, Offece una vision general de los métodos de las ciencias politias y una presentacién en profimn- dlidad del anilisis de regresién. Plumper, I. y Troeger, V. (2007): «Efficient Estimation of Time Invariant and Rarely Changing Varia- bles in Panel Data Analysis with Unit Bfects», Political Analysis, Primavera (15): 124-139. Un ensayo sobre la aplicacién de la regresién teniendo en cuenta variables temporales y espacia- les, y sobre e6mo controlar estadisticamente variables que raramente cambian, Poe, S. C. y Tate, C. N, (1994); «Repression of Human Rights to Personal Integeity in the 1980s: A. Global Analysis», American Political Science Review, 88(4): 853-872. Un buen ejemplo de anilisis cuantitativo de muchos paises a lo largo del tiempo en el campo de los derechos humanes. Ross, M. y Homer, E. (1976): «Galton’s Problem in Cross-National Research», World Politics, 29(L): 1-28, Un repaso de las muchas dificultades asociadas a los enfoques cualitativos en politica comparada, Stimson, J. (1985): «Regression in Space and Time: A Statistical Essay», American Political Setence Review, 29: 914.947, ‘Un buen resumen de Tos problemas y soluciones ala hora de analizar un gran nimero de paises a {o largo del tiempo y del espacio. Enel capit ‘puede gene de manitic anilisis est des, tiemp. datos. Sibi capitulo qx inadecuad tica. Estas en el capit ventajas de en el ambi deseripeiér Iuego cm seleccin ¢ similitud negativos, capitulo co Supuesto A diferene: todo de cor ss-Section Data», + muchos paises a » en M, Dogan y racién de muchos Exploration», en apo sobre la rela- parative Politics», de paises. Tcience: An Intro- jn en profun- 7 Changing Varia y: 124-139. orales y espacia- yy in the 1980s: A vo en el campo de ‘Ud Polities, 29(1): slitica comparada, + Political Science ‘imero de paises a 4. La comparaci6n de pocos paises En el capitulo anterior se planted de qué manera la comparacién de un gran nimero de paises puede generar inferencias importantes y generalizaciones empiricas sobre la politica. Se puso de manifiesto que existe una afinidad natural entre la comparacién de muchos paises y el anilisis estadistico, cuyas técnicas se basan en un cierto néimero de supuestos sobre unida- des, tiempo, la capacidad de medicién, la disponibilidad de datos y las distribuciones en esos datos, Si bien las ventajas asociadas a la comparacién de muchos paises son numerosas, en el capitulo quedé claro que dicho andlisis no esta libre de debilidades e incluso podria resultar wadecuado para un amplio niimero de temas de investigacién en el campo de la ciencia poli- tica, Estas limitaciones son precisamente el punto de partida de este capitulo, Al igual que en el capitulo anterior, la discusién de este capftulo presenta tanto las ventajas como las des- ventajas de este método de anilisis. Unas y otras son ilustradas mediante estudios publicados cn el Ambito de Ia politica comparada. A dicho efecto, el capitulo comienza con una breve descripcién de los supuestos en los que se basa la comparacién de pocos paises, explicando Iuego como mejora Ja validez de sus inferencias. Se aborda igualmente el problema de la seleccién de casos, se esbozan los parimettos de los disefios de investigacion de «maxima similitud> y de «méxima diferencia», se examina la importancia de los casos sin variantes y negativos, y cémo este método se sirve tanto del anélisis cualitativo como cuantitativo, El capitulo coneluye con una reflexién sobre sus principales limitaciones, Supuestos A diferencia del método y de los tipos de estudio expuestos en el capitulo anterior, el mé- todo de comparacién entre paises que se presenta en este capitulo entronea con disefios de 96 as entratia investigacién en los que los paises objeto de estudio han sido seleccionados de forma deli- herada y constituyen un grupo sustancialmente més reducido que el resultante de una se- eccién global. En estas comparaciones, el nimero de paises puede variar en el limite supe- riot, peto, por definicién, es siempre mayor o igual a dos. De lo contrario, estarfamos ante un estudio de un solo pais (tipo de estudio comparativo al que esti dedicado el capitulo iguiente). El nimero exacto de paises seleccionado depende de la pregunta de investi- gucidn que se plantea, del conocimiento especializado del investigador sobre la region, la historia, la lengua y la cultura de los paises, de las ventajas metodologicas de incrementar el niimero de observaciones, asi como de las restricciones de recursos impuestas a cualquier proyecto de investigacién concreto. Este capitulo, en el que se parte del supuesto de que no existen restricciones de recursos, se centra en la Igica de inferencia de estos estudios com- pparativos de pocos paises y en cémo tal ldgica esta relacionada con la seleccién y la compa- racién de paises mediante el andlisis cualitativo y cuantitativo. La comparacién de poeos paises comparte muchas de las hipétesis de partida de a com- paracién de muchos paises, tales como la idea de que los paises representan unidades con Fespecto a las cuales es posible recabar datos e informaciones comparables. En el caso de la ‘comparacién cuantitativa de pocos paises, coinciden también en Ia idea de que es posible ‘medir las caracteristicas de paises similares, asi como en la de que los eventos y resultados cen cada pais son, en gran medida, independientes de los eventos y resultados en otzos paises. A pesar de estos supuestos similares, la comparacién de poeos paises difiere sustantiva- mente respecto de la comparacién de muchos paises: la primera hace hincapié en el contex- to més profundo de cada caso, prestando mucha atencidn a la variacién dentro de cada pais (Si acaso mas que @ la variacién entre paises): asimismo, muestra tn menor nivel de abs- traccién conceptual, mientras que aspira a reforzar la validez, y puede analizar cualitativa- monte diferentes tipos de informaciones sociales y politicas. Estas diferencias y una serie de matizaciones referentes a ellas se considerardn en este capitulo, Primeramente, la comparacion de pocos patses ha sido descrita como «orientada a los casos» (Ragin 1987), en lugar de «orientada a las variables», ya que la atencién del anilisis se centra mucho més en el desarrollo especifico de los eventos y en la variacién en los acon- tecimientos politicos dentro de cada pais que en ta variacién de las macro-variables entre los distintos paises. Si bien son numerosos los ejemplos de investigacién comparada en los que se aprecia una mucho mayor atencién en los paises individuales que componen la muestra, existen muchos otros ejemplos que enfocan la atencién en variables macro y micro y tran de hacer inferencias més generales (en algunos casos, causales) y aplicabies a paises que no forman parte de la muestra original. Aunque esta distineién ha ayudado a identificar una diferencia sustancial entre comparaciones globales que se sirven del anilisis cuantitativo y las comparaciones de muestras més pequeftas de paises, no conviene extraer una falsa dico- tomfa entre los dos métodos, Fue Ragin quien desarroll6 en 1987 una herramienta metodo- légica importante para combinar el rigor sistematico del enfoque cuantitativo con la natura- leza més sensible al contexto de los métodos descritos en este capitulo (véase infra), para los que sigue siendo muy importante examinar la relacién entre las macro-variables de interés, En segundo lugar, la comparacién de pocos paises ha sido descrita como mas intensiva que extensiva, ya que los factores considerados no varian entre una gama amplia de paises, sino que, a menudo, varian en el tiempo y entre unidades subnacionales en el seno de una muestra m profundan el ntimero ralizacione ‘una compe: Titudes y ¢ paises pue luna maner problema « En teres ralizacione operaciona contextual, significa q blecer equi comparten comparacic zados de fi texto de lo: trimonialis tal forma q lismo, tas 4 cambio, la ta necesari casos, el ec que es entc mente entr. una de esta atrimonia Son, pur ven de dive el capitulo les mas con ses? ;Tiene cAfecta ta tienen las it se abordan leccién de« blemas aso y el adiseo de sistemas de maxima di- ferencia» (Preeworski y Teune 1970; Faure 1994). El disefio de sistemas de maxima simili- tud (DSMS) trata de comparar sistemas politicos que comparten multitud de rasgos ‘comunes para neutralizar algunas diferencias y resaltar otras, E| DSMS se basa en el «mé- fodo de la diferencia» de J. §. Mill (1843) y busca identificar los rasgos clave que son dife- rentes en paises similares y que explican los resultados politicos observados. Bl disefio de sistemas de méxima diferencia (DSMD), en cambio, compara paises que no tienen rasgos en comiin, aparte del resultado politico que se pretende explicar y uno o dos de los factores que se consideran importantes para explicar ese resultado, Este sistema se basa en el «mé- todo de la concordancia» de Mill, que trata de hallar los rasgos idénticos en paises diferen- tes para explicar un resultado particular. De este modo, el DSMD permite al investigador desentrafiar Ios elementos comunes, en un conjunto de paises diversos, que adquieren un ‘mayor poder explicativo (Collier 1993: 112). En la tabla 4.1 se aclara la distincién entre es- fos dos sistemas y se indica cual de los métodos de Mill adoptan. En cuanto al DSMS, ‘mostrado en la parte izquierda de la tabla, los paises comparten las mismas caracteristicas, bisicas (a, b y c), y algunos comparten el mismo factor explicativo clave (), pero los que carecen de este factor clave tampoco presentan el resultado que se pretende explicar (y). Asi pues, la presencia o la ausencia del factor explicativo clave es lo que se considera que explica dicho resultado, un estado de cosas que se ajusta al método de diferencia de Mill En cuanto al DSMD, mostrado en la parte derecha de la tabla, los paises presentan rasgos diferentes (desde «a» hasta «in), peto comparten el mismo factor explicativo clave (x) al igual que la presencia del resultado que se pretende explicar (9). En este sistema, el resulta do que se pretende explicar obedece a la presencia del factor explicativo clave en todos los paises (s), 1o cual encaja con el método de la concordancia de Mill, En ambos sistemas, la presencia de x se asocia a la presencia de y. Algunos autores incluso Ilegan a afirmar que, cen realidad, x causa y. La diferencia entre los dos sistemas radica en la eleccién de los paises incluidos en Ta muestra objeto de comparacién, EI SMS es particularmente idéneo para quienes se dedican a los estudios de rea (Prze- worski y Teune 1970: 33), La justificacién intelectual y teérica de los estudios de area es que existe algo inherentemente similar en los pafses que forman parte de una regién yeo- grafica concreta del mundo, tales como Europa, Asia, Africa y América Latina. Tanto si se trata de una historia comin como de un mismo idioma, 0 de una religién, una politica 0 tuna cultura compartidas, los investigadores que trabajan en estudios de area estin esencial- mente empleando el diseito de sistemas de maxima similitud, y al enfocar la atencién en los paises de estas regiones efectivamente controlan estadisticamente esos rasgos que les son comunes, examinando al mismo tiempo tos que no lo son. Por ejemplo, Jones (1995) com- ppara los arreglos institucionales adoptados en paises de América Latina, que no slo com= parten los mismos legados culturales e histéricos ibéricos, sino también la misma forma basica de presidencialismo. Del mismo modo, Collier y Collier (1991) comparan las expe- riencias de ocho paises latinoamericanos para desvelar las «coyunturas critieas» durante las cuales se incorporaron al sistema politico los movimientos obreros. Por su parte, Bratton y Tabla 4.1 Rasgos Factor(es) exp Resultado que ow: thasado FURNTE: Adapta Van der Wa explicar laa Mientras cos, los estt ‘campo, exig de una regi¢ Asia o Afric que aprende idiomas que campo pued vestigador r ‘mostrar men tigacién de « nen que hac ‘cuales fa uti formacién y giones cone: generales y1 nes (Wickha vivencia de autoritarios ( de desarrolle A diferen resultado co: produce un t 08 tipos de dise: 3 de maxima di- maxima simili- titud de rasgos bbasa en el «mi ve que son dife- 05. El disefio de no tienen rasgos 8 de los factores bbasa en el «mé- 1 paises diferen- 2 al investigador ue adquieren un tincién entre es- santo al DSMS, 1s caracterfsticas %), poto los que ade explicar (. se considera que ‘erencia de Mill. resentan rasgos, tivo clave (x) al tema, el resulta- ave en todos los aos sistemas, la na afirmar que, ‘én de los paises os de dea (Pree- udios de area es una tegién geo- tina. Tanto si se 2, uma politica 0 aestin esencial- 1 atencién en los gos que les son ines (1995) com- tue no s6lo com= Ja misma forma paran las expe icas» durante las parte, Bratton y 99 Tabla 4.1 Disefio de sistemas de maxi maxima diferencia (DSMD) 2 similitud (DSMS) y disefio de sistemas de DSMS Diferencia + DSMD Coneordaneia + Paist Pais? Pais F = Pais 1 Pais Pais F Rayos a a a @ a £ 6 e h ¢ ec e ¢ fe i Factor(es) explicativo(s) clave x x nox x x x Resullado que se pretende explicar y noy ’ y y Nora: f asad en el método de J. . Mill (1843). FUENTE! Adaptada de Skocpol y Somers (1980: 184), ‘Van der Walle (1997) y Lindberg (2006) comparan paises del Africa subsahariana para explicar la aparicién y él mantenimiento de la democracia en esa regién. Mientras que el andlisis cuantitativo requiere conocimientos mateméticos ¢ informéti- cos, los estudios de dea exigen cl aprendizaje de idiomas y una amplia investigacién de campo, exigencias que se pereiben como desventajas propias de la comparacién de paises de una region concreta. El aprendizaje de los idiomas necesarios para comparar paises de Asia o Africa puede Ievar afios. Incluso dentro de América Latina, los estudiantes tienen que aprender espafiol y portugués, quiz4 también alguno de los distintos dialectos de esos idiomas que se hablan en las diferentes partes de la regién. Una amplia investigacién de campo puede llevar consigo vivir largos periodos de tiempo en condiciones a las que el in- vestigador no esta acostumbrado. Asimismo, las organizaciones patrocinadoras podrian mostrar menor interés en la financiacién de proyectos que prevén largos periodos de inves- tigacién de campo. Estos problemas representan las consideraciones practicas a las que tie- ren que hacer frente todos los investigadores, y ponen de manifiesto las razones por las cuales 1a utilizacién de métodos comparados puede interpretarse como wna funcién de ta formacién y Ia predisposicién del investigador. Con todo, los estudios comparados de re- giones concretas del mundo han contribuido enormemente a arrojar luz sobre cuestiones generales y recurrentes de la ciencia politica, como por ejemplo: las guerrillas y revolucio- nes (Wickham-Crowley 1993), la accién colectiva y la represién (Brockett 2005), la super- vivencia de las democtacias presidenciales (Jones 1995), las transiciones desde regimenes autoritarios (O'Donnell, Schmitter y Whitehead 1986; Linz. y Stepan 1996) y los modelos de desarrollo econdmico que han prosperado (Porter 1990; Wade 1992), A diferencia del DSMS, que consiste en que paises similares muestran variacién en un resultado concreto, el DSMD abarca una seleccidn de paises muy diferentes en los que se produce un resultado semejante, Este disefio de investigacién es tipico de los estudios com- 100 Por qué compares, cba CUADRO RESUMEN 4.1 Disefio de sistemas de maxima similitud a diferencia yma | Ambos disefis se utilizan en politica comparada, particularmente cuando se desea compa~ rar pocos paises. Estos ejemplos mostrarén cémo pueden aplicarse a la investigacién los métodos de Mill de coincidencia y diferencia. El primer ejemplo muestra cémo se aplica en seis paises latinoamericanos el disefto de sistemas de maxima diferencia a fin de descubrir las fuentes de apoyo campesino a la actividad revolucionaria. El segundo ejemplo muestra cémo se utiliza el diserio de sistemas de maxima diferencia para dar cuenta de distintos tipos de régimen en catorce paises europeos durante el periodo de entreguerras. Disefio de sistemas de maxima simititud: fuentes de apoyo campesino a las guerrillas © Dentro de un empefio mas general por explicar la actividad revolucionaria en América La- tina entre 1956 y 1970, Wickham-Crowley (1993: 92-117) utiliza el disefto de sistemas de | maxima simititud para examinar el tipo de campesinos que més tendian a apoyar a la ) guerilla de la region, Baséndose en el trabajo de Jeffrey Paige (1975), sostiene que los bastiones querrilleros y el apoyo a la actividad revolucionaria debfa ser mayor en las z0- nas rurates en las que hay campesinos cuya subsistencia era mas vulnerable a las influen- cias negativas de la estructura del sistema agricola de produc: | guiente: «Si la guerrilla gana apoyo en una zona con un predominio relativamente alto de aparceros, ocupantes o quiza arrendatarios, mi hipétesis es que existe una “afinidad elec- tiva” entre ambos y que la guerrilla no habria recibido tanto apoyo en regiones agrfcolas | mas habituales» (Wickham-Crowley 1993: 95). Para comprobar la hipdtesis, compara el desglose regional de Cuba, Venezuela, Guate- mala, Colombia, PerG y Bolivia para determinar si existe dicha relacién. La tabla 4.2 resu- me la comparacién y muestra que en todos los casos, excepto en Bolivia, se dan tanto los tipos especificados de campesinos como la situacién que ha de explicarse. En Bolivia pre~ dominan los pequefios propietarios, que, segtin la teorfa, no suelen apoyar la actividad duerrillera y, en este caso, no lo hacen. Asi, en todos los casos similares, la presencia del factor explicativo clave va asociada con la situacion que se quiere explicar. Tabla 4.2 _Disefto de sistemas de maxima simititud Su hipdtesis es la Diserio de entreguern AL inten ‘europeos ¢ plicativa el sgimen son acuerdo co cas en com Luebbert a: minado. La clase medi: ducto de ut dera produ: plo se aptic Tabla 4.3 Caso ‘ianza de clases Resultado Casas Alianza de clases Resultado tas Guba _—_Venezuela Grupos campesinos Ocupantes _Aparceros Situaciona ——Apoyoa Apoyo explicar la guerilla la guerilla ‘a: Los casos cubre el periodo 1956-1970. rune: Adaptado de Wickham. Crowley (1993: 92-117) (sos ‘Nana de clases Resultado rucme: Adapt litud desea compa estigacién los 0 se aptica en nde descubtir mplo muestra a de distintos as, as guerrillas fn América La- le sistemas de a apoyar a la Diseito de sistemas de maxima diferencia: el origen de las regimenes de la Europa de entreguerras ALintentar dar cuenta de los distintos tipos de regimenes que surgieron en doce paises ‘europeos durante el periodo de entreguerras, Luebbert (1991) sostiene que la variable ex- plicativa clave es la alianza de clases que se formé en dichos paises. Los tres tipos de ré~ gimen son liberalismo, socialdemocracia y fascismo, Los doce paises estan agrupados de acuerdo con estos regimenes y dentro de cada grupo los paises tienen pocas caracter ‘as en comin, aparte de la misma alianza de clases y el mismo régimen. De esta forma, Luebbert asocia la presencia de una alianza de clases determinada con un régimen deter- 05 paises 101 minado. La tabla 4.3 resume este andlisis y muestra que el liberalismo es producto de una | clase media fuerte frente a una clase obrera débil. La socialdemocracia se considera pro- ducto de una alianza entre la clase obrera y el campesinado medio. Y el fascismo se consi- dera producto de una alianza entre la clase media y el campesinado medio. En este ejem- | plo se aplica el disefio de sistemas de maxima diferencia a cada grupo de paises. Tabla 4.3 _Disefio de sistemas de maxima diferencia stiene que los | yor en las 20- | Grupo 1 ae | tsar Reina Urido Francia Suiza Béla Pulses Bajos stasis es la si- mente alto de | ‘Nana Casemedia-—~ Clase media Clasemetia-—— Clase media Clase media ‘afinidad elec- | dedases contraclase—contaclasecontracase_-contraclase. conbra clase catcolne 4 obvera bera ober brea brea eet | Resultado Libeaismo__Uberalsmo ___Libeaismo __libealisno___Uberalisno, zuela, Guate- 7 | 2 abla 4.2 resu- Linge an ontilos | esos ——_—Dinamarca——__-Nonvega Suecia —_Checaslovguia in Bolivia pre- Alianza Clase obrera Clase obrera Clase obrera Clase obrera w la actividad | de dass 4 Ganpesids "5 enipasnnds""* impasse ” canes 1 presencia del | medio media media medio i Resultado DemocraciaDemocracia-——Demecracia-—Democraia ; social social social | i Grupo 3 Bolin | Gos ‘Alemania Talia. Expoha Fea. pop. | Alianza Clasemedia_~ Clase media Clase media 4 Nohay | | dedases —+campesnado + campesinado + campesinado la _apoyoa | redo meio ‘media la guerrilla | Resultado Fascismo Fascismo Fascismo, ruc: Adaptada do Luebbert (1991). 102 canvas, ye parados que identifican un resultado especifieo que debe ser explicado, como, por ejemplo, tung revolucién, un golpe militar, una transicin a la democracia o «milagros econdmicos» en paises de reciente industrializacién (Geddes 1990: 134-141). Los paises que se seleccio- han representan casos en los que se ha procucido el resultado objeto de estudio y una o mas variables independientes comunes a todos los casos son identificadas como factor(es) ex- plicativo(s) del resultado particular. Por ejemplo, Wolf (1969) compara casos de movimien- fos revolucionarios que contaron con una participacin significativa del campesinado en México, Rusia, China, Vietnam del Norte, Argelia y Cuba. Aunque estos paises son clara- mente muy diferentes, Wolf sostiene que en todos ellos opera un factor explicativo: la pe- netracion de la agricultura capitalista explica la aparicién de movimientos revolucionarios y la amplia base de apoyo campesino, Este tipo de seleccién deliberada de paises basada en la presencia del mismo resultado constituye uno de los «sesgos de seleccién» (Geddes 1990; King ef al. 1994) que limitan necesariamente los tipos de inferencias que cabe ex- traer de la comparacién, Por ejemplo, con respecto al mejor comportamiento econémico re- Iativo de los paises de nueva industrializacién del Este asistico, Geddes (1990) afirma que si los diversos anélisis realizados hubicran incluido casos de éxito indiscutible, de éxito moderado y de fracaso, sus hallazgos habrian sido completamente diferentes, por lo que concluye, al igual que King et al. (1994), que seleccionar la variable dependiente de este modo conduce a inferencias fals No obstante, Dion (1998) ha mantenido que, en ciertos casos, ¢s aceptable seleccionar la variable dependiente si, y s6lo si, el investigador pretende verificar las condiciones necesa- rias (en contraposicién a suficientes) de un resultado de interés particular. Por ejemplo, Porter (1990) compara diez paises exitosos del Sudeste asidtico y sostiene que su éxito se debe a la presencia de las siguientes cuatro condiciones necesarias: 1) factores (de produe- cién); 2) demanda; 3) industrias asociadas y de apoyo, y 4) estrategia, estructura y rivalidad empresarial (Dion 1998: 129). Afirma que estas cuatro condiciones son sélo necesatia, pero no suficientes, y por ello es apropiado, en su opinién, seleccionar los paises en funcién de los valores de las variables dependientes. El principal problema de tal enfoque reside en que no es frecuente que los investigadores aclaren o expliciten el tipo de hipétesis explica- tiva que estin formulando con respecto a un determinado resultado del que estin dando cuenta, Con frecuencia, su discurso elude los conceptos de necesario y suficiente 0 se des- liza hacia un razonamiento causal més fuerte, que implica que las variables independientes son necesatias y suficientes para el resultado que se pretende explicat. En aquellos casos en los que se adopta un razonamiento causal que conlleva la presencia de variables indepen- dientes necesarias y suficientes, no es aceptable seleccionar los paises enfocando la aten- cién en la variable dependiente, Es en estos casos cuando resultan aplicables al estudio comparado las advertencias formuladas por Geddes (1990) y King ef al. (1994), al igual que las esbozadas en la presente obra. Si bien normalmente los investigadores comparativistas recurren al DSMS 0 al DSMD, algunos usan simulténeamente ambos disefios. Bn Problems of Democratic Transition and Consolidation, Linz y Stepan (1996) adoptan el DSMS para comparar las experiencias de consolidacién democritica en el seno de regiones particulares, concretamente América del Sur, Europa Meridional y Europa del Este; y Iuego siguen el DSMD para efectuar compa- raciones entre estas tres regiones. Del mismo modo, Rueschemeyer et al, (1992) usan el DSMS para ca Latina, y Mur y Ber supervivenc berg (2006) 44 paises y en todos es extrema un tende explic La amptiac: La discusie: estriba en s cierto mime ci, no vari varian de ur riable deper ‘ma diferene ambos métc asi como di elegidos en cional relac Tal y cor 60s 0 much para satisfa ‘caso del DS bles que pur ferentes. Po tudio de At un estudio « todos ellos cada vez mi que a medit el DSMS, ¢ las compare de paises hi palabras, ex cconeretos, ¢ © transicion De esta ampliacién 10, por ejemplo, 9s econdmicos», que se seleccio- dio y una o mas © factor(es) ex- s de movimien- ‘ampesinado en aises son clara- plicativo: la pe- revolucionarios raises basada en bn» (Geddes as que cabe ex- > econdmico re- 190) afitma que utible, de éxito utes, por lo que ndiente de este e seleccionar la liciones necesa- r. Por ejemplo, que su éxito se snes (de produc- ‘ura y rivalidad s6lo necesarias, aises en funcién foque reside en pétesis explica- ue estin dando ciente 0 se des- independientes uellos casos en ‘ables indepen- ‘ocando la aten- ables al estudio 11994), al igual 4S 0 al DSMD, Transition and experiencias de ate América del sfectuar compa- (1992) usan el 103 comparacién de pocos pats DSMS para examinar la relacién entre desarrollo capitalista y democracia dentro de Améri- ca Latina, y el DSMD para comparar América Latina con el mundo industrial avanzado. De Meur y Berg-Schlosser (1994) recurren a ambos disefios para analizar las condiciones de supervivencia o colapso de los sistemas democriticos en la Europa de entreguerras. Lind- ‘berg (2006) se sirve del DSMS para comparar la longevidad de la democracia en Africa en. 44 paises y a lo largo de 232 elecciones celebradas entre 1989 y 2003. Lo que importa ‘en todos estos métodos de comparacién de pocos paises (y aqui el ejemplo de Lindberg extrema un tanto el limite superior) es la propia especificacién del resultado que se pre- tende explicar, las razones en virtud de las cuales se adopta uno u otto disefo, asi como la seleccién de los paises que seran objeto de andlis La ampliaci6n del DSMD y del DSHS La discusién anterior muestra la distincidn entre los dos métodos, cuya principal diferencia estriba en saber qué conjunto de variables cambia y cual no. En el caso del DSMS, hay un cierto mimero de variables comunes a todos los paises que se mantienen constantes (es de- cit, no varian), mientras que las variables independientes clave y la variable dependiente varian de unos pafses a otros. En el caso del DSMD, la variable independiente clave y la va- riable dependiente no cambian, mientras que las restantes variables que conforman la méxi- ma diferencia entre los paises objeto de comparacién si varian, Aparte de los problemas de ambos métodos inherentes a la existencia de «demasiadas variables para tan pocos paises», as{ como del problema del sesgo de seleccién en el DSMD (debido a que los paises son elegidos en funcién de los valores de la variable dependiente), existe una complicacién adi- cional relacionada con el niimero de paises objeto de comparacién, Tal y como se apunté en el capitulo 2, los estudios comparados pueden incluir uno, po- cos o muchos paises. Aumentat el mimero de paises afecta a la capacidad del investigador para satisfacer las condiciones que requiere la aplicacién del DSMS 0 del DSMD. En el caso del DSMS, a medida que aumenta el mimero de paises, disminuye el niimero de varia- bles que pueden mantenerse constantes al incorporarse a la muestra paises cada vez mas di- ferentes. Por ejemplo, un estudio de América Latina que afiadiera paises del Caribe, un es- tudio de Africa que incorporase paises del Norte de Africa y de Oriente Medio, asi como un estudio de Asia que comparara paises del Sudeste asiitico, Asia del Sur y Asia Central, todos ellos sacrificarian un gran nimero de similitudes al incluirse en la muestra paises cada vez més diferentes. Si se examina el contenido de la tabla 4.1, podria darse el caso de que a medida que se incorporan mas y més paises a un disefio de investigacién que aplica el DSMS, dejarian de poder mantenerse constantes las variables a, by c. De modo similar, Jas comparaciones de pocos paises que adoptan el DSMD sélo pueden aumentar el mimero de paises hasta agotar la oferta de paises con el resultado que se pretende explicar. En otras palabras, existe una oferta limitada de paises que han experimentado resultados de interés concretos, como pueden ser periodos de gran crecimiento econdmico, revoluciones sociales ‘0 transiciones democraticas, entre otros. De esta consideracién cabe extracr una importante conclusién acerca de los limites de la ‘ampliacién del nimero de paises susceptible de ser incorporado a cualquiera de los disefios 104 3 de investigacién. Llegados a un cierto punto, la inclusién de mas y més paises obliga tanto al DSMS como al DSMD a entrar en el ambito de los disefios de comparacién de muchos paises, ya que el DSMS pierde su capacidad de mantener constantes las caracteristicas compartidas y el DSMD agota el universo de paises del que elegir. En el caso del DSMS, la reciente variacién en esas variables que anteriormente eran mantenidas constantes supone que acaban comparindose resultados diferentes que se producen en paises diferentes, mientras que en el caso del DSMD, el aumento del niimero de paises incorporando a algu- nos que no presentan el resultado de interés conlleva igualmente pasar a comparar resul- tados diferentes obtenidos en paises diferentes. Asi pues, si el investigador quiere sacara partido de la légica de esos dos disefios de investigacién ha de tener en cuental que existe un limite al nimeto de paises comparables. Cuando cualquiera de estos disefios de investi- gacién incluya tantos paises que el analisis se convierta en una comparacién de resultados diferentes entre paises diferentes, habri pasado a ser un estudio de muchos paises, el cual deberia aprovechar plenamente las ventajas de las técnicas estadisticas seftaladas en el capi- tulo anterior, Casos negatives Ademas de las diferencias entre el DSMS y el DSMD, asf como de las variantes de estos Aisefios de investigacién basicos (véase Faure 1994 para una cobertura completa de estas va- riantes), aiin existe otro escollo a la comparacién de pocos paises. Si un estudio desea incluir casos en los que no se da el resultado de interés (denominados casos negativos), no esté totalmente claro qué casos negativos deben ser elegidos. Por ejemplo, el estudio de Wolf (1969) sobre guerras campesinas compara casos positivos de paises en los cuales acontecieron revoluciones con participacién campesina significativa, mientras que el estu- dio de Skocpol (1979) sobre revoluciones sociales comprende casos positivos y negativos Skocpol compara las revoluciones de Francia (1787-1800), Rusia (1917-1921) y China (1911-1949) con los casos negativos, de revoluciones fallidas, de Inglaterra (1640-1689), Prusia (1807-1814), Alemania (1848-1850), Japén (1868-1873) y Rusia (1905-1907) (véan- se el capitulo 7 de esta obra y Mahoney y Goertz 2004: 659-660). La inclusién de los cinco casos negativos resuelve un problema metodolégico sustancial de sesgo de seleccién, pero no queda claro por qué se eligicron estos cinco casos negativos concretos y no otros. Des- pués de todo, existe un amplio universo de casos del que elegir si se toman todos los paises ‘que existon y han existido a Jo largo de la historia mundial; ahora bien, ese universo de casos incluye los casos positivos, los casos negativos, al igual que un mimero significative de casos irrelevantes. {Qué convierte en irrelevante a un caso y por qué supone un problema para el andlisis comparado? Una vez més, el estudio de Skocpol (1979) resulta instructivo a este respecto. Como se verd mas detalladamente en el capitulo 7, sus dos principales variables explicativas son la presencia de una revuelta campesina y el colapso del Estado. En los casos de Francia, Ru- sia y China, ambas condiciones esiaban presentes y en los tres casos se produjo una revolucién social. Dos tipos de casos negativos ayudan a validar su teoria, En primer lugar, hay casos en los que la revuelta campesina se halla presente, pero el colapso del Estado no se produce revuelta ce produce, E resultado ¢ Estado det casos, hay revolucién estas tres de revuelta tres variabl La celd campesina, En muchos (1969), se Jjunto de pr drian ser e se constata Asi pues, igura 4.1 (revuelta ccampesina) unste: Adapt 105 ses obliga tanto 2ién de muchos, caracteristicas del DSMS, la astantes supone ises diferentes, porando a alga. comparar resul- or quiere sacara ental que existe cfios de investi- m de resultados 5 patses, el cual adas en el capi- se produce y la revolucién social no ocurre. En segundo lugar, existen casos de ausencia de revuelta campesina, pero de colapso del Estado, en los cuales la revolucién social no se produce, En ninguno de estos dos tipos de casos hay presencia de revolucién social, un sesultado que respalda su teoria, ya que tanto la revuelta campesina como el colapso del Estado deben darse para que se produzca la revolucién social. Ahora bien, aparte de estos casos, hay otros con diferentes combinaciones de revuelta campesina, colapso del Estado y revolucién social. En la figura 4.1 se presenta un resumen de la combinacién logica de estas tres Variables, cada una de las cuales tiene dos valores posibles (presencia o ausencia de revuelta campesina; colapso del Estado y revolucién social). Para cualquier conjunto de ies variables dicotémicas, hay ocho posibles combinaciones (es decir, 2° = 8), La celda I de la figura 4.1 contiene los casos positivos en los que ha habido revuelta campesina, colapso del Estado y revolucién social (por ejemplo, Francia, Rusia y China), En muchos estudios sobre resultados «macro», como por ejemplo en Peasant Wars de Wolf (1969), se usa tinicamente este tipo de seleccién de casos positivos para respaldar un con- junto de proposiciones generates. Pero la figura refleja ottos siete posibles casos que po- drlan set examinados. Los casos de las celdas IV y VI son casos negatives clisicos, que si se constataran en a historia validarian la teoria de la revolucién social de Skocpol (1979). Asi pues, Skoepol incluye Inglaterra (1640-1689), Prusia (1807-1814), Alemania (1848- riantes de estos leta de estas va~ 1 estudio desea s negativos), no >, el estudio de s en los cuales ras que el estu- 108 y negativos. 1921) y China si Figura 4.1 Matriz de posibilidades de revoluciin social usando dos variables dicotomizadas independientes (2! = 8) Tesis: La revuelta campesina y el eolapso del Estado son condiciones necesarias para que se produzca la revolucién social x (colapso del Rstado) No ca (1640-1689), Es st )5-1907) (véan- E Y> Si No Si No ién de los cinco 2 (revolucién | seleceién, pero | no otros. Des- | —|. todos fos paises e si I W u wv riverso de casos x, Caso Caso de Caso de Caso significativo de (revuelta positivo: refutacién refutacién negative fe un problema : campesina) Gain (1,0) O11) 1,0 pecto. Como se No v VI vil vill licativas son la ‘Caso de Caso mposible, ‘Caso de Francia, Ru- t refutacién negative pero sucede irrelevante se produjo una 1 (1,0, 1) (1, 0,0) 0,0, 1) (0, 0,0) 3 primer lugar, i i 0 del Estado no ‘umere: Adaptada de Mahoney y Guete (2004: 663). 106 Por qué comparat, cém 1850), Japén (1868-1873) y Rusia (1905-1907) como ejemplos de casos negativos. Sin em- bbargo, los casos con combinaciones de variables de las celdas I, III y V refutarian su teo- rd, ya que la revolucién social ha tenido lugar en paises con diferentes combinaciones de revuelta campesina y colapso del Estado, o bien no ha tenido lugar en paises con combina- ciones diferentes de esos dos factores. La celda VII contiene casos de revolucién social en paises que no han experimentado ni revueltas campesinas ni colapso del Estado (teérica- mente imposibles), mientras que la celda VIII contiene casos absolulamente irrelevantes para su teoria, ya que ninguno de los factores est presente. sta consideracion de las combinaciones ligicas de variables para una comparacién tipi- de pocos paises resulta instructiva por dos razones. En primer lugar, identifica casos no incluidos en la comparacién original que deberian ser examinados para respaldar mejor una teoria. En segundo lugar, identifica aquellos casos que no necesitan ser examinados para contrastar la teoria, Eliminar los casos de inclusidn posible es vital para los investigadores que pretendan comparar un nimero reducido de paises en mayor profundidad proporcio- nando al mismo tiempo una base de evidencias para extraer inferencias mds fiables y res- paldo para la formulacién de una teoria general. Mahoney y Goertz. (2004) sostienen que es preciso seleccionar casos en los que exista una posibilidad de que ocurra el resultado de interés y, por ello, conforme a su regla general denominada «el principio de la posibilidad, tuna comprobacién cabal de la teorfa estructural de revolucién social de Skocpol (1979) deberia examinar los casos incluidos en las celdas [a VI de la figura 4.1 La combinacién de la comparacién cuantitativa y cualitativa En la mayoria de los ejemplos aportados en el apartado anterior se llevaban a cabo compa- raciones cualitativas de pocos paises, examinando procesos hist6ricos, resultados «macro» y la presencia o ausencia de factores antecedentes con vistas a contrastar teorias genetales de politica comparada que buscan explicar fenémenos sociales y politicos significativos. No obstante, la comparacién de un pequefio niimero de pafses no tiene por qué impedir el uso de téenicas cuantitativas junto con el estudio del contexto histérico, cultural y politico de los paises objeto de comparacién. De hecho, el andlisis de datos de series temporales y el anélisis de seties temporales «agrupadas» en un niimero limitado de paises ofrece Ia posi- bilidad de aumentar el nimero de observaciones sin renunciar a considerar las peculiari- dades culturales de los paises comparados. El andlisis de datos de series tempotales puede hhacerse en paralelo con el andlisis cualitativo para cualquier nimero de paises. Por ejemplo, Foweraker y Landman (1997) comparan la fluctuacién en la proteccién de los derechos ciu- dadanos y en las pautas de movilizacién social durante periodos de tiempo diferentes en los casos de Brasil (1964-1990), Chile (1973-1990), México (1963-1990) y Espaiia (1958- 1983), De manera similar, Brockett (2005) compara series temporales de pautas de repre- sién y accién colectiva en Guatemala y El Salvador. En ambos estudios, estas tendencias en los datos cuantitativos se examinan paralela y conjuntamente con una considers cexhaustiva de las historias particulares de los paises objeto de comparacién. En ambos es tudios, el andlisis cuantitativo proporeiona un miicleo de evidencias vinculado a Ia historia sspaldando sus respectivos argumentos generales. Otros est junto de pai Iuego se ex: de muchos datos sobre capitulo 10 dores socio. ficar qué ha politica en « nes en 44 pi andlisis que ya que el pr ‘estos ejemp do la muesb Por iltim ivo ¥ apli pretenden a Caribe y An mico y la de sendas y los es mis expl de intentos andlisis reet tablecen cor les», por un que trascien adoptar un plicar un res En lugar macién hist comparado sibles facto: Jjuicios sobr paises requ tabla de la en la compe tados de int para un rest resultado hi que las cine gativos, Sin em- sfutarian su teo- mbinaciones de 2s.con combina stucidn social en Estado (te6rica- snte irrelevantes omparacién tipi- ntifica casos no yaldar mejor una xaminados para 's investigadores lidad proporcio- ds fiables y res- sostienen que es tel resultado de + la posibilidad», Skocpol (1979) na cabo compa- ultados «macro» ‘eorias generales 1s significativos. + qué impedir el aral y politico de temiporales y el s offece la posi- ar las peculiari- amporales puede ses. Por ejemplo, os derechos ciu- diferentes en los Espafia (1958- pautas de repr as tendencias en nsideracién mas, xn, En ambos es- ado a la historia, 107 Ottos estudios han «agrupado» sus datos sin recurrir a las series temporales en un con- junto de paises, sino combinando paises y tiempos para crear una gran matriz de datos que luego se examina usando las téenicas estadisticas propias de la comparacién cuantitativa de muchos paises descrita en el capitulo anterior. Por ejemplo, Lijphart (1994b) compara datos sobre el rendimiento de la democracia en 18 democracias consolidadas (véase el capitulo 10 de esta obra), mientras que Wilensky (2002) compara una multitud de indica~ dores socioecondmicos y politicos en 19 «democracias ricas» con el propésito de especi- ficar qué hay de moderno en estos paises y como inciden los diferentes tipos de economia politica en el rendimiento del sistema. Lindberg (2006) compara datos sobre 232 eleccio- nes en 44 paises entre 1989 y 2003. Este autor considera las elecciones como unidades de andlisis que se repiten en los 44 paises de la muestra, si bien la repeticién no es uniforme, ‘ya que el proceso electoral se vio interrumpido en algunos paises de su muestra. En todos estos ejemplos, el problema de una muestra pequeiia («N pequefian) se supera comparan- do la muestra de paises a lo largo del tiempo mediante datos cuantitativos y diversas técni- cas estadisticas para determinar la presencia o ausencia de similitudes, diferencias y rela- ciones estadisticamente significativas entre las variables de interés, sin dejar de centrar la investigacién en regiones o conjuntos de paises con los que el investigador esté familiari- zado. Por iltimo, otros investigadores han intentado aprovechar la poteneia del andlisis cuanti- tativo y aplicarlo a la comparacién cualitativa de pocos paises. Rueschemeyer et al. (1992) pretenden asegurarse esta potencia adicional comparando grupos de paises en Europa, el Caribe y América Latina para contrastar la teoria general segimn Ia cual el desarrollo econd- mico y la democracia estin relacionados mediante un andlisis de mayor profundidad de las sendas y los periodos de democratizacién (véase el capitulo 6). Wickham-Crowley (1993) ‘es mas explicito a la hora de aplicar la légica del algebra booleana para establecer 28 casos de intentos de fomentar la revolucién social en América Latina (véase el capitulo 7). En su anilisis recurre a un marco general desarrollado por Charles Ragin (1987) en el que se es- tablecen comparaciones entre combinaciones y configuraciones logicas de factores «causa les», por una parte, y resultados, por otra, de tal modo que se obtiene una forma de andlisis, que trasciende la mera consideracién del efecto independiente de las variables entre si para adoptar un anilisis que hace hineapié en Ia combinacién de estos factores a la hora de ex- plicar un resultado particular (Ragin 1987, 1994; Ragin et al. 1996). En lugar de recurrir a series temporales, datos de series temporales agrupados, o infor- macién histérica y narrativa directa sobre un tema de investigacién concreto, el andl comparado cualitativo exige, en primer lugar, la especificucién de resultados y de los po- sibles factores causales de dichos resultados en términos dicot6micos. La formulacién de jiuicios sobre las diferentes categorias en las que se clasifican estos factores en diferentes paises requiere unos conocimientos cualitativos ¢ histéricos profimdos, mientras que la «tabla de la verdad» booleana resultante (Ragin 1987) relaciona todos los paises incluidos en la comparacién y la configuracién tanto de las condiciones causales como de los resul- tados de interés. La tabla 4.4 es una tabla de la verdad hipotética que podria construirse para un resultado «macro» en politica compatada del tipo examinado en este capitulo. EL resultado hipotético se enumera en la columna F del extremo derecho de la tabla, mientras que las cinco condiciones causales hipotéticas se relacionan en las columnas A a E. 108 6 comparat, cia comparar y qué problemas entravia ln compen Tabla 4.4 Tabla de Ia verdad hipotética Condiciones causales Resultado Cases A B c D gE F 1 A b e a © r 2 A b e a © f 3 A b © q E r 4 A B c D e FE 5 A B c D E F 6 A B c D e FE 7 A b © a E t 8 A b e d e r 9 A B c D e F 10 A B ce D E F A= primer factor causal B= segundo factor causal (C= tore factor eal, D=euarto factor casa, B= quinto factor causa = resultado que se prtende expicar Letra mayiscula = presencia de una condicdn o del resultado, tea miniscula~ asenein de una condicién o del resultado, La tabla muestra que en los diez casos (supongamos que son paises) para los que se ha recogido y evaluado informacién usando los propios criterios del investigador existe un conjunto de combinaciones complejo para que se dé la presencia 0 ausencia de las condi- ciones causales y la presencia 0 ausencia del resultado, El propdsito de la tabla de la verdad y del andlisis subsiguiente es determinar si hay alguna pauta discernible en las condiciones causales y Ios diferentes resultados. En este ejemplo, las regiones sombreadas de Ia tabla ruestran que en los casos 4, 5, 6, 9 y 10 existe la misma combinacién de factores y resulta do. Formalmente, el andlisis boofeano enumeraria este conjunto de coincidencias como una combinacién causal preliminar (A + B + C+ D =F), en la cual la combinacién de las cua- tro condiciones causales presentes se corresponde con la presencia del resultado que pre- tende explicarse (F). Un examen mis atento de la tabla revela mas pistas. En primer lugar, la condicién causal ‘A estd siempre presente, lo que significa que su contribucién al resultado podria eliminarse de esta combinacién preliminary ast centrar la atencidn en la combinacién restante de con- diciones causales B + C + D. En segundo lugar, la inversa de la combinacién exitosa es también verdad, es decir, la ausencia de una combinacién de estas condiciones causales ter tereer lu explicar resultad del resul Y casos « nando to necesarie Estee tativo br primer It esté repr segundo para simy satias y s racién de do y con para que condicior nar las ra las ideas Limitaci Como toc nes. El cc libro de q mmisos ent inferencia hos paisc variables deliberade misma. E. maxima s los eriteriv bargo, no de interés Parece sms d&bil inicament vos y, en a do coneret negativos, ssultado 1 los que s ador existe un ade las con lade la verdad as condiciones das de ta tabla fores y resulta- tcias como una ion de fas cua- Utado que pre~ mdicién causal dria eliminarse estante de con- idn exitosa es jones causales 109 (b +c +d =f) se corresponde con la ausoncia del resultado que se pretende explicar. En tetcer lugar, la condicién causal E no parece ser una condicién necesaria ni suficiente para explicar el resultado de interés. Hay casos con presencia de esta condicién y presencia del resultado (por ejemplo, los casos 5 y 10); casos con presencia de la condicién y ausencia del resultado (3 y 7); casos con ausencia de la condicién y presencia del resultado (4, 6 y 9): y casos con ausencia de la condicién y ausencia del resultado (1, 2 y 8). Ast pues, exami- nando todos los casos, uno podria coneluir que las condiciones causales A, B, C y D son necesarias y suficientes para que se produzca el resultado. Este ejemplo de tabla de la verdad booleana demuestra que el andlisis comparado cuali- tativo brinda una potente herramienta pata comparar pocos paises por cuatro razones. En primer lugar, permite incluir informacién que no ha sido medida con precisién, pero que cesta representada mediante juicios razonables y la aplicacidn de criterios defendibles. En segundo lugar, usa la légica combinatoria de las variables binarias del algebra booleana para simplificar la complejidad del mundo, a fin de aislar e1 conjunto de condiciones nece- satias y suficientes que explican un resultado de interés. En tercer lugar, permite una valo- racién demostrativa acerca de eémo contribuyen ciertas condiciones causales a un resulta- do y c6mo dicha contribucién debe tener lugar en presencia de otros factores importantes para que se produzca el resultado. En cuarto lugar, aparte de identificar este conjunto de condiciones necesarias y suficientes, la técnica también permite la valoracion para determi- nat las razones por las cuales el resultado no se produjo en ciertos casos, apoy’indose asi en ls ideas trazadas en la exposicién previa sobre casos negativos. Limitaciones de las comparaciones de pocos paises Como todos los métodos de comparacién, también los de pocos paises presentan limitacio- nes, El conocimiento de estas limitaciones refuerza el argumento general expuesto en este libro de que los investigadotes comparativistas siempre tendrin que hacer frente a compro- ‘isos entre el nimero de paises que anatizan y el nivel de abstraccién y la fortaleza de las inferencias resultantes de la comparacién. A diferencia de la comparacién global de mu- chos paises, que maximiza los tamafios de las muestras para incrementar la variacién de las variables de interés, la comparacién de pocos paises conlleva elecciones trascendentales y dcliberadas, cualquiera de Tas cuales puede limitar las inferencias que cabe extraer de fa misma, El sesgo de seleccién se revela como el mayor problema, la elecciin de casos de ‘maxima similitud y de méxima diferencia a veces puede parecer arbitraria (dependiendo de los ctiterios de seleccién), y la inclusién de casos negativos, aunque loable, podria, sin em- bargo, no agotar todos los casos que deberian considerarse cuando se analizan resultados de interés concretos. Parece que el diseito de sistemas de maxima diferencia (DSMD) continiia siendo algo ‘mis d&bil que el disefto de sistemas de maxima similitud (DSMS), ya que sus inferencias ‘inicamente pueden confirmar la importancia de la presencia de ciertos factores explicati- vos y, en algunos casos, identificar condiciones necesarias para que se produzca un resulta~ do concreto, Por definicién, el DSMD no proporciona un marco que permita incluir casos negatives, ya que necesariamente debe comparar paises diferentes que comparten el mismo 110 Por qué vo Seno compa in on resultado. Ahora bien, con respecto a ambos métodos, se ha mostrado la existencia de un It- Gerring, 1. ‘mite mximo al mimero de paises que es posible incluir en una comparacién. De un lado, el Press. DSMS puede perder el control estadistico que oftece el uso de paises con variables de «mi- Un and xima similitud» si se incorporan mas paises que comparten un menor ntimero de rasgos. los pri De otto, la potencia analitica que brinda el DSMD se sactifica a medida que se agota el ni Lijphart, A ‘mero de paises con tn resultado particular susceptibles de ser incluidos en la comparacién. ce Revi Una ex social r Resumen nen dies, 8( En este capitulo se han examinado los diferentes modos en que los investigadores pueden En este comparar y efectivamente comparan una muestra de paises seleccionada deliberadamente. ; 7 Mahoney, Entre los supuestos en los que se apoyan estos métodos de comparacién de pocos paises Reon figuran su capacidad para prestar una mayor atencién al contexto mas profundo de cada pais, ceca el énfasis intensivo en la variacién deniro de los paises en lugar de la variaci6n entre paises, f basado: su menor nivel de abstraccién conceptual y el consiguiente refuerzo de la valide7, asi como a a capacidad para Hlevar a cabo un anilisis cualitativo usando diferentes tipos de informa- te ciGn social y politica. Como se verd en los capitulos de la segunda parte de este libro, han pees lo muchas y muy grandes las contribuciones al acervo de conocimientos sobre ef mundo pies politico detivadas de la comparacién de pocos paises. Multitud de estudios bien diseftados, con criterios sensatos de seleccién de paises, nos han brindado una interpretacién mucho Ragin, C.( mas rica de contextos y procesos particulares, proporcionando al mismo tiempo una nutrida testa base de evidencias con la que contrastar tesis, establecer relaciones empiricas y trazar cl ab curso de la investigacién comparada futura que se sirve de muestras de paises reducidas, Lecturas complementarias Collier, D. (1991): «New Perspectives on the Comparative Method», en D. A. Rustow y K. P. Erick- a son (eds.) Comparative Political Dynamics: Global Research Perspectives, Nueva York: Harper Skoepol, T Collins, 7-31. paraiiv Un excelente repaso de fos métodos comparados Se exp diferen: Faute, A. M, (1994): «Some Methodotogical Problems in Comparative Politics», Journal of Theoret- ‘eal Polities, 63): 307-322, Se describen los diseiios de sistemas de maxima similitud y de maxima diferencia, asi como sus ssimagenes especularesy Geddes, B. (1990): «Ffow the Cases You Choose Affect the Answers You Get: Selection Bias in Com- parative Politics», Political Analysis, 2: 131-150, Un excelente articulo sobre el sesgo de seleccién, en el que se usan ejemplos reales de investiga- ciones comparada. George, A. L. y Bennett, A. (2005): Case Studies and Theory Development in the Social Sciences, ‘Cambridge: Cambridge University Press. Excelente libro con un tratamiento extenso sobre Ia utilidad de los estudios de caso para desarro- Har teorfas en el campo de las ciencias 804 3 comparaciéin sncia de un li- De un lado, el ables de «mé- -70 de rasgos, eagota el nii- comparacién, dores pueden beradamente. pocos paises 1 de cada pais, entre paises, dez, asi como 8 de informa- sste libro, han ‘bre el mundo en disefiados, tacién mucho vo una nutrida vas y trazar el reducidas. wy K, P.Brick- ‘a York: Harper nal of Theoreti- 8, asi como sus, 1» Bias in Com- de investign- locial Sciences, 4 para desarro- 111 Gerring, J. (2006): Case Study Research: Principles and Practice, Cambridge: Cambridge University Press. Un anilisis profundo y exhaustivo del uso de ta investigacién de estudios de casos que se ajusta a los principios cientifieas gencrales de las ciencias sociales. Lijphart, A. (1971): «Comparative Politics andl Comparative Method», The American Political Scien- ce Review, 65(3): 682-693, Una exposicién original sobre el método comparado, concibigndolo en el marco de una ciencia social no experimental y no estadistica. — (1975): «The Comparable Cases Strategy in Comparative Research», Comparative Political Stue dies, 8(2): 158-177. En este ensayo se exponen reflexiones adicionales sobre los métodos comparados. Mahoney, J. y Goertz, G, (2004): «The Possibility Principle: Choosing Negative Cases in Comparative Research», American Political Science Review, 98(4): 653-669. Presenta un marco de andlisis inovador, ast como eriterios para Ia seleccién de casos nogativos basados en la posibilidad de que un resultado de interés ocutra Mahoney, 1. y Rueschemeyer, D. (eds) (2003): Comparative Historical Analysis in the Sovial Seien- ces, Cambridge: Cambridge University Press Una recopilacién exhaustiva sobre los usos del andlisis histrico comparado cn las ciencias so- ciales. Ragin, C. (1987): The Comparative Method: Moving beyond Qualitative and Quantitative Strategies, Berkeley: University of California Press, Una relacién exhaustiva de las diferencias entre andlisis cuantitativo y cualitativo, y de emo ‘combinatlos para crear tablas de verdad booleanas. Ragin, C. C, (1994): «Introduction to Qualitative Comparative Analysis», en T. Janoski y A. Hicks (eds.) The Comparative Political Economy of the Welfare State, Cambridge: Cambridge Univer sity Press, 299-320. Se plantea la distinciin entre enfoques worientados a variables» y «orientados a casos» y se pro- pone una manera para unificarlos. Skocpol, T. y Somers, M. (1980): «The Uses of Comparative History in Macrosocial Inquiry», Com- ‘parative Studies in Society and History, 22: 174-197. ‘Se exponen los usos de la historia comparada, asi como los métodos de la concondaneia y de Ia diferencia de Mill, En los dos dos a la co centra en e estudio de constituye mas peque como los € ‘mas centra el individu solo pais desean hae Se recorda objeto de ¢ pais (véase Ios estudio por tanto, tanto, es pe rasgos con comparada Los estt day, al igt asi como del argume 5. Los estudios de un solo pais como método de comparacion En os dos capitulos anteriores se han mostrado las ventajas, desventajas y desafios asocia- dos a la comparacién de muchos (capitulo 3) y pocos (capitulo 4) paises. Este capitulo se centra en el uso que la politica comparada puede hacer de los estudios de un solo pais. Por estudio de un solo pais entiendo primordialmente cualquier estudio en ef que un solo pais. constituye la unidad basica de analisis, pero que también puede ser desglosado en unidades mas pequefias en el espacio y en el tiempo examinando las variaciones subnacionales, como los estados de los paises federales 1 otro tipo de unidades administrativas en siste- ‘mas centralizados o unitarios, asi como cualquier otra unidad de andlisis apropiada, como el individuo. Tal como se ha sostenido en capitulos anteriores, incluso en estudios de un solo pais es posible aumentar el mimero de observaciones y reforzar las inferencias que se desean hacer mediante la incorporacién de un anilisis comparativo entre dichas unidades. Se recordar del capitulo 2 que el compromiso metodol6gico entre el nimero de paises objeto de comparacién y el nivel de abstraccién afecta igualmente a los estudios de un solo pais (véase la esquina inferior izquierda de la figura 2.1). Dentro del marco aqui adoptado, los estudios de un solo pais son necesariamente mis intensivos (su nivel de abstraccién es, por tanto, més bajo) y menos extensivos (ya que citcunscriben el andlisis a un pais). Por tanto, es posible centrarse en rasgos especificos de un pais, al tiempo que se vinculan esos. rasgos con conjuntos més amplios de preguntas de investigacién en el campo de la politica comparada. Los estudios de un solo pats son, pues, otro método para realizar investigacion compara- da y, al igual que ottos métodos ya expuestos, tienen sus propias fortalezas y debilidades, asf como sus reglas basicas generales que rigen su seleccién y andlisis. Tomando distancia del argumento que cuestiona el valor que los estudios de un solo pais aportan a nuestra 114 sapasat, ce y qué proble ila ta compara interpretacién comparada de la politica, en este capitulo se muestran las condiciones bajo las cuales es posible usar tales estudios para extraer inferencias sobre preguntas de inves- tigavién importantes para Ia disciplina e impulsar el avance de nuestros conocimientos en formas no accesibles a otros métodos comparados. A continuacién se describen las princi- pales funciones de los estudios de un solo pais y se abordan los procedimi cin de casos para mostrar e6mo dicha selecci6n guarda una estrecha relacién eon la forta- leza de las inferencias que pueden extraerse. Seguidamente se proponen estrategias para aumentar el niimero de observaciones dentro de los estudios de un solo pais y se concluye ccon un examen de sus principales limitaciones a la hora de formular inferencias de investi- gacién en politica comparada. Funciones de los estudios de un solo pais En el capitulo 1 ya se expuso que uno de tos objetivos de la comparacién es la descrip- cién contextual, una funcién que cumplen claramente mejor los estudios de un solo pais. Los estudios que meramente describen o interpretan fenémenos politicos han recibido ca- lificativos muy variopintos, tales como «ateéricos» ¢ «interpretativos» (Lijphart 1971: 691) 0 «onfigurativo-ideogrificos» (Eckstein 1975: 96), identificando como su prineipal fFinalidad la aportacién de informacién puramente descriptiva. Muchos han puntualizado, sin embargo, que si bien tales estudios, en sentido estricto, no son comparados, si resultan ltiles a efectos de comparacion simplemente por la informacién que facilitan, que puede servir como material para un estudio que pretenda ofrecer una explicacidn e interpretacién capaz de trascender el dmbito del pais original. El segundo objetivo de las comparaciones es la clasificacién y existen numerosos estudios de un solo pais que proporcionan nuevas clasificaciones y «ipos» que se han convertido en esenciales para la investigacién compa- rada ulterior en toda una gama de temas. Por ejemplo, a ta hora de describir el régimen de Franco en Espaia, Juan Linz (1964) identified una forma de autoritarismo nueva y dife- rente de las dictaduras personalistas y los Estados totalitarios. El régimen de Franco insti- tucionaliz6 la representacién del Ejército, la Iglesia catdlica y la Falange, al igual que de familias politicas leales a Franco. A diferencia de los Estados totalitarios, el régimen fran- quista se basaba mis que en la movilizacién y el apoyo popular, en una aceptacién pasiva de Ia sociedad (Linz 1964; Carr y Fusi 1979: 31-35; Foweraker y Landman 1997: xxiii) De modo similar, Guillermo O*Donnell (1973) acuiié el concepto de «Estado burocratico- aautoritario» (EBA) en su estudio sobre el sistema politico argentino, un concepto que mas tarde se aplicaria no s6lo 2 otros regimenes autoritarios de América Latina, sino también a Jos del Sudeste asiatico, Aparte de la descripeién contextual y de la clasificacién, los estudios de un solo pais pueden cumplir otras funciones, entre las que figuran la generacién de hipotesis y las «pruebas de plausibilidad», la formacién y confirmacién de teorias, el anilisis de los deno- minados casos «atipicos» y «anémalos», ast como el rastreo de procesos y la claboracién de mecanismos causales (véanse Eckstein 1975; Geonge 1979; Brady y Collier 2004; George y Bennett 2005; Gerring 2006). El uso de los estudios de un solo pais con estos diferentes propésitos se basa en gran medida en un conjunto de procedimientos para la seleceién de paises que, 2 dos de coms poces ejemp cia con relac vado a cabo, sos individu; cconjuntos m La gener: portamiento; liarizado; wn debates mas la hipdtesis (Lijphart 19 en su trabajo sgolpe militar una fase con hipétesis fue muchos mot idea de la we joa la activi con otras ex paises de to Lichbach 19 generadas a otros investi nes st refuta Collier 1979 1993; Ander Cuando a studios de 1 arrojar luz s recurren a ¢ grande (habi Asi pues, se 692) y conf se ha expues to amplisim gador. Esta explicacione ginalmente « cos pueden did utiliza ondiciones bajo intas de inves. nocimientos en iben las princi- ientos de selec. én con la forta- ssttategias para 8 y se concluye rwias de investi- ves la descrip- Je un solo pais. .an recibido ca- Lijphart 1971. ‘no su principal 1 puntualizado, dos, si resultan itan, que puede 2 interpretacién comparaciones vreionan nuevas igacién compa- rel régimen de > nueva y dife- Je Franco insti- al igual que de 1 tégimen fran- eptacién pasiva, an 1997: xxiii), do burocritico- rcepto que mas sino también @ Je un solo pats hipdtesis y las sis de los deno- elaboracién de £2004; George astos diferentes Ia seleceién de 115 paises que, a su vez, estin relacionados con el andlisis de esos paises aplicando otros méto- dos de comparacién. Asi pues, en la mente de los investigadores comparativistas hay muy ppocos ejemplos del caso perfectamente sui generis: mas bien escogen uno por su importan- cia con relacién a otros casos, otras conclusiones y otras comparaciones que ya se han Ile~ yado a cabo. Los estudios de un solo pais no surgen, por tanto, de la nada, sino que esos ca~ 08 individuales son especificamente seleccionados por su capacidad para arrojar luz sobre conjuntos més amplios de preguntas en la disciplina. La generacién de hipétesis deriva a menudo del andlisis de eventos, resultados y com portamientos politicos en un pais determinado con el que el investigador esté muy fami- liarizado; un andlisis individual que plantea nuevos interrogantes de investigacién para debates mas amplios en Ia disciplina y que, bien explicita o implicitamente, sugiere que ia hipotesis generada se podria contrastar utilizando una muestra de paises més amplia (Lijphart 1971: 692; Eckstein 1975: 108), Por ejemplo, como se ha visto en el capitulo 2, en su trabajo sobre autoritarismo de 1973, O’Donnell desarrollé la hipétesis segin la cual el golpe militar de 1966 y el subsiguiente régimen autoritario de Argentina obedecia a fallos en una fase concreta del desarrollo capitalista dependiente (véase el euadro resumen 2.1), Esta ipdtesis fue posteriormente contrastada en otros paises de América Latina y desechada por muchos motivos (véase Collier 1979). De manera similar, James Scott (1976) desarrollé la idea de la «economia moral» y de cémo su violacién debida al desarrollo capitalista condu- jo a la actividad revolucionaria campesina en Vietnam; una hipétesis més tarde contrastada con otras explicaciones del comportamiento revolucionario en ese mismo pais y en otros paises de todo el mundo (véase Popkin 1979; Wickham-Crowley 1993; Anderson 1994; Lichbach 1994). Con respecto a estos dos ejemplos, es importante resaltar que las hipétesis generadas a partir de los casos de Argentina y Vietnam fueron formuladas de tal modo que otros investigadores pudieran corroborarlas con respecto a ottos paises, y en ciertas ocasio- nes su refutacién llevé a la bisqueda de explicaciones alternativas (sobre autoritarismo, véanse Collier 1979; Cohen 1987, 1994; sobre politica campesina, Popkin 1979; Wickham-Crowley 1993; Anderson 1994; Lichbach 1994). ‘Cuando alguien imparte una conferencia usando evidencia comparada de muchos paises, siempre habri algin oyente que pueda exclamar: «jEn mi pais, las cosas son diferentes!». Esto es, sin duda, cierto, pero lo més importante de este comentario es que ilustra cémo los studios de un solo pais pueden ser usados para confirmar y rechazar teorfas existentes, o arrojar luz sobre conocidos paises atfpicos. Los estudios que confirman o rechazan teorias recurren a célebres conclusiones de estudios realizados con una muestra de paises mas grande (habitualmente estudios cuantitativos globales, como los detallados en el capitulo 3). Asi pues, se ubican dentro de los confines de generalizaciones conocidas (Lijphart 1971: 692) y con frecuencia se hace referencia a ellos como casos atipicos 0 que un mayor © del cual puc- cn los estudios n= 1 (King ef ervaciones que seiadas a la na- rervaciones de- nivel de andli- nes comparan- » aflos, meses 0 transformacién s de populismo veriticas poste- nis modernas, tales fendme- has incidencias -aciones, ciclos a menudo son aporales inclu- ales en las que es (entre ellos, scias y munici- lia y los 30 es- para analiza la litehell y Beer es subnaciona- ca (Mitchell et le «civismo» y que se comple- en la aparicion Clarke y Gaile locenas de ciu- srado han cam- 2002) compara distintos esta- solo pais pue~ s estados 0 de 1 datos indivi- para 121 duales. En algunas célebres investigaciones se ha comparado la aparicién, los ciclos de pro- testa y el impacto de diferentes movimientos sociales dentro del mismo pais, asi como tam- ‘ign grupos locales y minoritarios (véanse Gamson 1975; Tarrow 1989, 1994; Gurr 1993 2000 y el capitulo & de esta obra). Las investigaciones sobre comportamiento electoral, los estudios electorales y los sondeos de opinién piblica se basan en grandes muestras, aleatorias de poblacién en un punto del tiempo o a lo largo de este para construir mode- tos de conducta humana en un solo pais. Las grandes muestras de hasta 15,000 encuesta- dos permiten. grados sustanciales de libertad para contrastar un gran mimero de hipote- s alternativas, manteniendo constantes al mismo tiempo los rasgos del pais en cuestién. Los denominados «estudios de panel» Hlevan a cabo dichas encuestas sobre la misma muestra a Jo largo del tiempo para examinar y explicar el cambio de actitudes de amplios ‘grupos de ciudadanos. En el campo de la investigacién sobre los derechos humanos, estén. apareciendo nuevos proyectos de investigacién, cuya recogida de datos consiste en la codi- ficacion de eventos tales como violaciones individuales sufridas por una vietima concreta, agregando después esos eventos en tiempo y espacio para reconstruir los principales patro- nes de violencia durante determinados periodos de conflicto, como, por ejemplo, el que se vivio en Pert: desde 1980 hasta 2000 (véanse, por ejemplo, Ball et al. 2003, y Landman 2006: 107-125). Limitaciones de los estudios de un solo pais Las generalizaciones realizadas a partir de estudios de un solo pais siempre serdn limitadas, ‘ya que la unidad de andlisis, el propio pais, se halla dematcada por caracteristicas particu- Jares, mientras que el potencial para comparar variaciones en los fenémenos politicos entre unidades esté acotado por el tiempo y el espacio, Por muchas unidades subnacionales que se comparen incluso a lo largo de muchos dias, meses y afios, las inferencias que se extrai- ‘gan de dichas comparaciones tendrin que hacerse con sumo cuidado, Por ejemplo, el estu- dio de Maxwell (1995) sobre la transicién democritica de Portugal se remonta hasta el pe: iodo colonial para establecer el contexto en el que los miembros del ejército que salieron de Angola a comienzos de los afios setenta se sintieron decepeionados por el régimen de Salazar y fomentaron el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MPA). Si bien efectia co- rroctamente su andlisis de esta decepcién y subsiguiente movilizacién para susttuir la dic~ tadura por un régimen socialdemécrata, el autor excede fos timites de su estudio cuando trata de establecer una conexién entre estos acontecimientos de 1974 y cl posterior desplo- me de la Unién Sovietica y el fin de la Guerra Fria, Incluso estudios tan sdlidos como el de Putnam (19932) sobre Italia aleanzan sus limites inferenciales y exigen necesariamente anilisis complementarios que comparen ese caso particular con otros casos o que amplicn el anilisis para su réplica en otros casos. Como se ha tratado de aclarar en este capitulo, los estudios de un solo pais hacen, por definicién, concesiones en su capacidad de formular generalizaciones a cambio de una mayor capacidad en la obtencién de conocimientos mis dctallados y de una comprensién mis clara de contextos particulares. No obstante, las limi= taciones inherentes a los estudios de un solo pais pueden superarse con las estrategias ex- puestas en este capitulo, 122 Resumen En este capitulo se ha puesto de manifiesto que los estudios de un soto pais pueden desem- pefiar una funcién crucial en politica comparada si son usados de determinadas maneras y seleccionades cuidadosamente. Se puede recurrir a ellos para formular descripciones con- textuales puras que luego sirvan de material para desarrollar otros estudios comparados, para establecer clasificaciones nuevas de los fen6menos politicos observados, para generar ¥ proba hipdtesis susceptibles de contraste en paises diferentes. Pueden asimismo ofrecer una estrategia para confirmar 0 rechazar teorias politicas existentes, y revelar procesos de mecanismos causales que quedan con frecuencia insuficientemente especificados en estu- dios que comparan un mayor nimero de paises. Existen limites naturales al uso de los es- tudios de un solo pais; y es de méxima importancia para los investigadores que emplean dichos estudios, al igual que los demis métodos de comparacién abordados en esta obra, no pretender sacar demasiadas conclusiones de un estudio particular o de los eventos en tun pais conereto, Antes al contrario, los investigadores deberian hacer explicitos y dar cuenta de los parémetros del estudio del pais de que se trate, de la finalidad de la investiga- cidn, los criterios que han guiado la seleccién del pais y los tipos de inferencias que cabe extracr de manera fiable de las evidencias recogidas y analizadas. En los capitulos de la segunda parte de este libro se muestran las formas en las que las comparaciones de muchos y de pocos paises, asi como de un solo pais, han servido para proporcionar una base de evi- dencias rica y acumular conocimientos sobre una gama de problemas politicos significa tivos existentes en el mundo. Lecturas complementarias Eckstein, H. (1975): «Case-study and Theory in Political Science» en F. 1, Greenstein y N. S. Polsby (cis.) Handbook of Political Science, Vol. 7: Strategies of Inquiry, Reading, MA: Addison-Wes- ley, 79-137, Un tratado primordial y concluyente sobre el valor de los estudios de caso, ineluidos los estudios deun solo pais George, A. L. y Bennett, A. (2005): Case Studies and Theory Development in the Social Sciences, Cambridge: Cambridge University Press. [Excetente exposicidn sobre el valor de los estudios de un solo caso y, en particular, un ce completo sobre el arastreo de procesos». erring, J. (2004): «What is a Case Study and What [sit Good for», American Political Science Re- view, 98: 341-354, ‘Un examen incisivo del valor de Tos estudios de casos individuales. — (2006): Case Study Research: Principles and Practice, Cambridge: Cambridge University Press, Un tratado completo sobre la relacién entre casos y observaciones y una deseripcién exhaustiva. de los diferentes usos de los estudias de un solo caso en la investigacién social lo

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