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Objetivos
Definir qué son la Integridad Científica y la Conducta Responsable en Investigación
(CRI).
Dar a conocer algunos aspectos históricos del desarrollo de estos temas.
Presentar cuáles son las prácticas que caracterizan a la CRI.
Identificar a los diversos actores que, en una institución determinada, pueden
potencialmente contribuir con el desarrollo de conductas responsables en investigación.
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Objetivos
Reconocer qué es la MCC, haciendo referencia principalmente a situaciones como la
fabricación de datos, la falsificación y el plagio.
Reconocer las prácticas cuestionables en investigación.
Presentar algunos casos históricos de MCC.
Reconocer la frecuencia, los factores de riesgo y las formas de prevención de casos de
MCC.
Identificar las normas y políticas existentes sobre MCC.
Mostrar cómo se deben manejar los casos de MCC.
Caso Introductorio
EL LEGADO DE LA SENTENCIA DE HWANG: MALA CONDUCTA CIENTÍFICA EN
BIOCIENCIAS*
El Dr. Hwang Woo Suk, un profesor surcoreano de biotecnología y teriogenología (estudio de la
reproducción en animales) de la Universidad Nacional de Seúl (UNS), era considerado un héroe
nacional en su país y un pionero en la investigación con células madre. En el año 2006, un
comité de la UNS confirmó los alegatos de fraude y mala conducta científica que pesaban sobre
él y su equipo. A raíz del escándalo, eventualmente admitió haber cometido fraude en varias
ocasiones, razón por la cual fue despedido de la UNS y procesado penalmente.
Antes de eso, Hwang había alcanzado la cima del reconocimiento por dos artículos suyos
publicados en los años 2004 y 2005 en la prestigiosa revista Science. En esos artículos –que
fueron luego eliminados de la revista–, informaba haber creado células madre humanas
embrionarias por clonación. Previamente, desde 1999, se había hecho famoso en su país luego
de anunciar que había tenido éxito en la clonación de vacas lecheras, y que planeaba clonar un
tigre siberiano. Desde entonces, los medios de comunicación no cesaron de destacar las
grandes perspectivas económicas y médicas derivadas de su investigación.
En su publicación del 2004 en Science, Hwang y su equipo afirmaban haber usado el método
de la transferencia nuclear de células somáticas, utilizando 242 óvulos para crear un solo linaje
de células, lo cual fue presentado como el primer éxito reportado de clonación de células
somáticas humanas y como un avance revolucionario en biotecnológica. Poco después, en el
2005, anunciaron en la misma revista haber obtenido una tasa de éxito 14 veces mayor,
comparada con los resultados previos, al crear, a partir de 185 óvulos, 11 células madre
embrionarias humanas, lo cual permitiría crear materiales biológicos y tratamientos hechos a la
medida sin reacciones inmunes en los pacientes, además de células madre que harían posible
modelar enfermedades humanas.
Antes de que estallara el escándalo, un colega estadounidense de Hwang, Gerald Schatten,
manifestó que había decidido poner fin a la colaboración que mantuvo por casi dos años con el
científico coreano, debido a controversias relacionadas con la investigación publicada en el
2004, y solicitó a Science que retirara su nombre del citado artículo. Este deslinde motivó que
otros investigadores examinaran a fondo la validez científica del trabajo de Hwang.
La primera falta ética discutida se relacionaba con la donación de óvulos. Un colaborador de
Hwang admitió que se había pagado 1 400 dólares a las mujeres donantes, y se supo que
algunos miembros de su laboratorio también fueron donantes. Hwang ofreció su renuncia,
aunque no reconoció su responsabilidad en los procedimientos de adquisición de óvulos.
Muchos comentaristas concordaron en que podía haber diferencias en el tratamiento del tema
de la coerción en Asia, pero aún así, el ocultamiento de la verdad sobre la donación llevó a que
se pusiera en tela de juicio la ética del trabajo de Hwang, más aún luego de que el Comité
Nacional de Bioética de Corea del Sur encontrara que no todas las donantes recibieron
información sobre los graves riesgos a los que se exponían, y que las 16 donantes requerían
hospitalización por los efectos adversos tras el procedimiento. Estos cuestionamientos éticos
motivaron nuevas y mayores indagaciones sobre el trabajo de Hwang.
Es así que, en un sitio web dirigido a biólogos (Centro de Información de Investigaciones
Biológicas, BRIC), se puso al descubierto la existencia de datos discordantes en los análisis del
ADN en uno de los artículos de Hwang en Science. Por otro lado, se le acusó también de haber
falsificado unas imágenes fotográficas publicadas en esa revista.
Fue entonces que la UNS decidió conformar un comité para investigar esos alegatos de mala
conducta científica, encontrando –en el breve lapso de cuatro semanas–, con respecto a la
publicación del 2005, que (1) en lugar de las 11 líneas de células madre embrionarias, los datos
disponibles correspondían sólo a dos; (2) que las otras líneas celulares fueron creadas por
manipulación digital de las imágenes; y (3) que las dos líneas celulares válidas no fueron
derivadas por transferencia de células somáticas, sino por fecundación de óvulos in vitro. En
este caso, el comité estableció que todos los datos de la publicación fueron inventados,
incluyendo los resultados de las pruebas de fingerprinting del ADN, las fotografías de teratoma,
los cuerpos embrioides, y los isotipos de MHC-HLA y cariotipo.
En relacion con el artículo del 2004, el comité envió 23 muestras a tres centros independientes.
Los resultados idénticos permitieron concluir que los datos presentados en la publicación habían
sido falsificados, incluyendo los análisis de fingerprinting de ADN y las fotografías de las células.
Con los datos falseados se pretendía mostrar que las células madre correspondían al ADN del
proveedor, cuando eso no era cierto.
Respecto a la competencia del equipo del laboratorio de Hwang, se confirmó que poseían la
técnica de creación de células embrionarias humanas clonadas, aunque los resultados reales
eran menores a lo declarado por Hwang, pues la mayoría de los blastocistos se encontraban en
mal estado. Se determinó entonces que carecía de sustento científico el anuncio sobre el exitoso
nacimiento de linajes celulares a partir de células madre.
Finalmente, se obtuvo información sobre los procesos de adquisición de óvulos, encontrándose
que el número de óvulos usado era mucho mayor al que se podría establecer sobre la base de
los datos publicados. El comité concluyó que la donación fue voluntaria, pero ocho miembros
del laboratorio afirmaron que el mismo Hwang participó en el procedimiento, algo que él había
negado.
Tras la publicación del informe oficial del comité investigador de la UNS, Hwang se disculpó por
el fiasco en una conferencia de prensa, pero negó el engaño, acusó a otros miembros de su
equipo de haberle mentido ofreciéndole datos falsos, y habló de conspiración, sabotaje y de la
posibilidad de robo de materiales del laboratorio. En el 2006, la fiscalía de su país lo acusó de
fraude, malversación de fondos y violación de la bioética, condenándosele luego a dos años de
cárcel suspendida.
*Fuente: P. Kakuk (2009). Sci Eng Ethics 15:545-562. Con autorización de los editores.
Para reflexionar:
¿Por qué cree usted que ocurrió esto en el caso del Dr. Hwang?
¿Qué pudo haberlo motivado a actuar de ese modo?
¿Qué tipos de mala conducta científica reconoce en este caso?
¿Qué principios de la integridad científica y qué prácticas de conducta responsable en
investigación fueron vulnerados?
¿Qué nivel de responsabilidad podemos reconocer en la Universidad, los coautores de los
artículos, el equipo de trabajo, y las revistas que publicaron esos artículos?
¿Cómo se podría prevenir que sucedan nuevos casos como este?
Con respecto a la comunidad en general, ¿cuáles son las posibles consecuencias de este tipo
de situaciones?
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Caso de Evaluación
ESTUDIO SOBRE SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA*
Para la realización de un estudio sobre salud sexual y reproductiva se contrató y capacitó a un
grupo de encuestadoras. La capacitación incluyó un curso de ética en investigación.
El trabajo de campo consistía en la realización de encuestas domiciliarias a mujeres y sus
parejas. Una semana después de haberse iniciado esta labor, la coordinadora del estudio realizó
una supervisión, en la que halló varias irregularidades en la información recogida por una de las
encuestadoras, incluyendo la recolección de datos incompletos con inconsistencias.
Ante esto, la coordinadora informó al investigador principal. Se decidió conversar con la
encuestadora, reforzar el entrenamiento y darle una nueva oportunidad para continuar
colaborando con el estudio, pero con una supervisión más cercana.
*Caso ficticio.
No obstante, durante un control de calidad de los datos, se encontró que la información recogida
por esta encuestadora seguía presentando inconsistencias. Se decidió entonces re-visitar a
algunas de las mujeres entrevistadas por dicha encuestadora, y se supo entonces que no se
había encuestado a sus parejas, sino que ellas mismas habían respondido a las preguntas
destinadas a ellos; e incluso, algunas mujeres habían recibido materiales e incentivos (como
hojas informativas y gorros) que se debía entregar a sus parejas, no a ellas.
Además, la encuestadora había recabado información de mujeres que no cumplían con los
criterios de elegibilidad, y había encuestado también a transeúntes, cuando todos los
procedimientos debieron ser realizados en los domicilios de las personas. Por otro lado, varios
datos reportados por la encuestadora no coincidían con la información obtenida durante las
visitas de verificación, incluyendo datos básicos como las iniciales de las personas, sus fechas
de nacimiento, entre otros.
Por lo hallado en las indagaciones, se decidió separar del estudio a la encuestadora e informar
sobre lo ocurrido a la institución responsable de la investigación.
Caso Introductorio
“CORTAR Y PEGAR” CONTENIDOS TOMADOS DE INTERNET PARA LA ELABORACIÓN DE
TRABAJOS UNIVERSITARIOS*
En una Facultad de Medicina, el profesor responsable del curso de Salud Comunitaria le
encargó a sus alumnos del primer año de estudios que realizaran trabajos monográficos
individuales basados en los temas tratados en las clases.
Una vez cumplido el plazo establecido, los estudiantes entregaron sus trabajos. Uno de los
alumnos había preparado un ensayo sobre estrategias de prevención de infecciones de
transmisión sexual. Al revisarlo, el profesor advirtió en el texto distintos estilos de redacción:
mientras que la introducción estaba redactada en primera persona, en la sección siguiente se
había adoptado un estilo impersonal de escritura. Esto le generó sospechas sobre la originalidad
del trabajo.
Para despejar sus dudas, el profesor decidió tomar al azar algunos segmentos del texto y los
introdujo en un buscador de Internet, encontrando que la mayor parte del trabajo provenía de
dos páginas web, las cuales no aparecían citadas como fuente de la información.
*Caso ficticio.
El profesor citó al alumno para conversar sobre su ensayo, y se sorprendió al notar que el joven
no parecía estar consciente de que había procedido mal al haber tomado grandes segmentos
de texto para simplemente “pegarlos” en su trabajo, obviando además citar a los autores y
consignar las fuentes de la información. De hecho, el joven le contó al profesor que eso era lo
que él y sus compañeros hacían habitualmente en el colegio durante la secundaria.
El profesor le explicó entonces al alumno que debía leer, entender e interpretar la información
antes de emplearla para sus trabajos, que tenía que entrecomillar los textos tomados de otras
fuentes, y citar además a los autores y trabajos consultados. También le indicó que no era
apropiado tomar secciones enteras o grandes cantidades de texto, y le dio algunos consejos
sobre cómo resumir y parafrasear la información.
Al comentar el caso con sus colegas de la Facultad, dos de ellos mencionaron que habían tenido
que manejar situaciones similares en sus propios cursos. Juntos fueron a conversar sobre el
tema con las autoridades de la Facultad, quienes decidieron convocar a los demás profesores
para discutir en conjunto sobre las mejores maneras de promover una conducta responsable en
las actividades académicas desde el Pregrado, y el establecimiento de políticas institucionales
para manejar los casos de plagio y otras malas prácticas que pudieran presentarse a futuro.
Para reflexionar:
La manera en que el alumno elaboró su trabajo universitario, ¿constituye plagio, aún si
él no era plenamente consciente de lo que estaba haciendo?
Si una persona “corta y pega” contenidos de Internet para elaborar un trabajo
académico, ¿es suficiente citar las fuentes de la información?
En relación con el plagio, ¿qué diferencias pueden haber entre “cortar y pegar”
contenidos de Internet, y tomarlos de fuentes impresas?
¿Qué podrían hacer las autoridades de aquella Facultad para promover una conducta
responsable en las actividades académicas, entre los alumnos de Pregrado?
¿Qué políticas institucionales se podrían adoptar en esa Facultad para manejar y
sancionar los casos de plagio?
¿Se puede afirmar que la disponibilidad de acceso a Internet contribuye a que se cometa
plagio (haciéndolo más fácil)? ¿O esto ocurre más por factores personales (por la
voluntad de plagiar)?
Objetivos
Definir qué es el plagio.
Identificar los tipos de plagio.
Mostrar cuándo y de qué modo se debe citar y entrecomillar.
Dar a conocer las maneras de detectar el plagio.
Presentar algunas pautas de acción frente a casos de plagio.
Caso de Evaluación
APROPIACIÓN DE UNA PROPUESTA DE INVESTIGACIÓN SOMETIDA A UN FONDO
CONCURSABLE*
Una estudiante de un programa de Maestría en Salud Ambiental recibió el anuncio de una
convocatoria para presentar proyectos de investigación relacionados con alternativas para
reducir la contaminación ambiental. La convocatoria fue lanzada por una oficina de su
Universidad, con fondos de una agencia de cooperación internacional.
La estudiante se presentó a dicho concurso con una propuesta basada en su tesis de maestría,
la cual planteaba evaluar un nuevo método para el manejo sostenible de residuos sólidos en
zonas urbanas con baja cobertura de servicios sanitarios.
Cuando se hicieron públicos los resultados del concurso, la estudiante vio que su proyecto no
había sido seleccionado para recibir financiamiento. Decidió entonces revisarlo para introducir
mejoras y poder presentarlo a una nueva convocatoria.
Tres meses después, mientras consultaba las páginas web de varias instituciones que
apoyaban proyectos en su campo de interés, se sorprendió al encontrar que una organización
no gubernamental local había anunciado la iniciación de un proyecto muy similar al que ella
había propuesto para la convocatoria a la que se había presentado. Y su sorpresa fue mayor
cuando comprobó que la persona que aparecía nombrada como responsable y autor del
proyecto era un profesor que había integrado el Jurado Evaluador de aquel concurso en el que
había participado pocos meses atrás.
La estudiante escribió una carta reportando el asunto a las autoridades de su Universidad,
quienes, luego de evaluar el caso, citaron al profesor –quien aún trabajaba en ese centro de
estudios- para pedirle explicaciones. Al hacer sus descargos, el profesor negó haber procedido
mal y alegó que, si bien el concepto del proyecto que él se proponía ejecutar “podía ser similar”
al que presentó la estudiante, él había diseñado procedimientos e indicadores distintos para
determinar la eficacia de la intervención que se iba a evaluar.
*Caso ficticio.
Para reflexionar:
¿Por qué el profesor no habría aceptado ser incluido entre los autores de los trabajos
de los estudiantes?
¿Cuál sería la manera más apropiada de determinar el orden de aparición de los
nombres de los autores en un manuscrito?
¿Qué opina del procedimiento de lanzar una moneda al aire para establecer al azar el
orden de prioridad de los nombres de los autores?
Si los alumnos de los dos grupos llevaron juntos el mismo curso, ¿se justifica que los
miembros del grupo “A” figuren como autores del trabajo del grupo “B” y viceversa?
Más allá de la forma de atribuir autorías, ¿qué otros problemas relacionados con la
publicación de trabajos científicos puede identificar en este caso?
¿Qué podría hacer la Universidad para evitar problemas relacionados con la atribución
de autorías en los trabajos científicos?
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Caso de Evaluación
DISCREPANCIAS POR EL RECONOCIMIENTO DE AUTORÍAS EN UN TRABAJO
PUBLICADO*
En un centro de investigación especializado en enfermedades infecciosas, se encargó a dos
especialistas la elaboración de un proyecto para investigar los factores sociales que podían
estar contribuyendo a la alta incidencia de casos de tuberculosis en algunas zonas urbano-
marginales de una ciudad ubicada en una provincia peruana.
El responsable del estudio era un médico epidemiólogo con amplia experiencia en el tema, quien
trabajó con un sociólogo en el diseño de la investigación. Luego de revisar la literatura científica
disponible, decidieron realizar un estudio basado en encuestas domiciliarias en los barrios
donde se había presentado el mayor número de nuevos casos de tuberculosis durante el último
año, para lo cual elaboraron un breve cuestionario estructurado que debía ser aplicado en 160
hogares seleccionados aleatoriamente en tres barrios de aquella ciudad.
Como tenían planeado publicar los resultados del estudio en una revista médica, el médico y el
sociólogo acordaron que este último redactaría el manuscrito y sería el primer autor, mientras
que el médico ocuparía la última ubicación como autor senior, independientemente de si
integraban o no a más colaboradores al estudio.
Llegado el momento de recolectar los datos, los investigadores solicitaron a la institución que
contrate a una persona para aplicar el cuestionario en los lugares previamente seleccionados.
Se contrató entonces a una trabajadora social, quien visitó los domicilios de acuerdo a una lista
de direcciones, completó el trabajo de campo en dos meses, y luego fue contratada nuevamente
para digitar la información en una base de datos (diseñada por el sociólogo), labor que realizó
durante dos semanas adicionales.
Para el análisis de la información, los investigadores convocaron a un especialista en
Estadística, miembro de otra institución, quien revisó el protocolo del estudio y el plan de
análisis, y recomendó algunos cambios y la inclusión de nuevos procedimientos para mejorar el
análisis de los datos. Las sugerencias fueron aceptadas. El Estadístico procedió entonces a
realizar el análisis, y entregó los resultados en el plazo de una semana.
Durante el proceso de redacción del manuscrito, el sociólogo le propuso al médico incluir al
Estadístico como segundo autor del trabajo en reconocimiento de su contribución en el análisis.
Los tres estuvieron de acuerdo y, llegado el momento, tuvieron ocasión de revisar y aprobar la
última versión del manuscrito, antes de someterlo a una revista local para su evaluación y
publicación.
Luego de unos meses, el trabajo apareció publicado en aquella revista. Cuando se divulgó al
interior de la institución, la trabajadora social, que continuaba trabajando allí para otros
proyectos, manifestó su disconformidad por no haber sido incluida entre los autores. Si bien su
nombre aparecía mencionado en la sección de “agradecimientos” del artículo, ella consideraba
que su aporte meritaba el reconocimiento de una autoría, dado el trabajo y el tiempo que había
dedicado al proyecto, y al hecho de haber recolectado ella todos los datos del estudio. Y la
situación le parecía aún más “injusta” debido a que el analista sí había sido incluido entre los
autores, cuando él había participado en el proyecto por un tiempo mucho más corto.
*Caso ficticio.
DE ACUERDO A LO APRENDIDO EN ESTE MÓDULO SOBRE AUTORÍA RESPONSABLE,
¿CUÁL DE LAS SIGUIENTES AFIRMACIONES REPRESENTA MEJOR LO QUE VEMOS EN
ESTE CASO?
A. La trabajadora social debió ser considerada entre los autores del manuscrito por su aporte
en el trabajo de campo y la administración de datos.
B. La trabajadora social no reunía los requisitos para ser incluida entre los autores.
C. La contribución de la trabajadora social fue mayor a la del analista.
Caso Introductorio
ESTUDIO PUBLICADO EN MÁS DE UNA REVISTA*
Dos jóvenes obstetrices, estudiantes de un programa de Maestría en Salud Pública, trabajaban
en el servicio de Planificación Familiar de un hospital público. Ambas habían decidido realizar
juntas un trabajo de investigación sobre las preferencias de métodos anticonceptivos entre las
mujeres usuarias del servicio. Para esto, convocaron a dos colegas que laboraban en el mismo
hospital, quienes las apoyaron en la aplicación de una encuesta a 230 mujeres durante seis
meses.
Un profesor de la Maestría guió a las estudiantes en el análisis de los datos y la redacción de
un manuscrito, que finalmente decidieron publicar en la revista médica de su Universidad,
incluyendo como coautoras a sus colegas del hospital, en reconocimiento por sus aportes
durante la etapa de análisis de los resultados, y al profesor en la última ubicación, en calidad de
autor senior.
Poco después de someter el trabajo a la revista, una de las autoras sugirió a sus colegas
enviarlo también a una revista de alcance nacional, con el propósito de darle “mayor difusión”.
Las demás aceptaron la sugerencia y le encargaron el envío del mismo manuscrito a esa otra
revista, permitiéndole aparecer en la posición de primera autora (pues en el trabajo inicial era la
segunda).
Algunos meses después, el trabajo apareció publicado en las dos revistas. El profesor no sabía
que el manuscrito había sido sometido a una nueva revista, pero tampoco hizo mayor
comentario cuando lo supo.
Al año siguiente, una de las colaboradoras del artículo, quien aparecía como tercera autora,
planteó a sus colegas la idea de traducirlo al inglés para enviarlo a una revista estadounidense.
Todas estuvieron de acuerdo, y solicitaron la ayuda de un estudiante norteamericano de
Medicina que se encontraba en el Perú para realizar la traducción, ofreciéndole incluirlo entre
los autores. El trabajo fue aceptado y publicado en aquella revista internacional.
Poco después, la colaboradora que figuraba en el cuarto lugar como coautora del estudio
publicado inicialmente se inscribió en el programa de Maestría que habían llevado sus colegas.
Como parte de su proyecto de tesis, decidió aplicar el mismo cuestionario empleado en aquel
estudio a más mujeres usuarias del servicio de Planificación Familiar en el que se había
trabajado previamente. Luego, la obstetriz pidió a sus antiguas colaboradoras que le faciliten la
base de datos original del estudio que hicieron juntas, para agregar los datos obtenidos de 50
nuevos casos de mujeres, apelando a la amistad y comprometiéndose a incluirlas como
coautoras en un nuevo artículo que planeaba publicar después de presentar su tesis. En efecto,
sus colegas le enviaron la base de datos. Ella incorporó la nueva información y realizó un
análisis basado en 280 casos.
La inclusión de nuevos datos no significó una variación sustancial respecto a los resultados
obtenidos anteriormente. De hecho, luego de terminar su tesis, la obstetriz se limitó a “actualizar”
los datos presentados en el primer trabajo publicado, que empleó como una “plantilla” para
preparar un “nuevo” manuscrito, en el que ella figuraba ahora como primera autora.
Eventualmente, el profesor que aparecía como autor senior en los artículos previos supo del
trabajo de la obstetriz, y le manifestó que no le parecía conveniente publicar nuevamente el
trabajo. No obstante, ella consideró que se trataba de una versión “actualizada”, y decidió
someterlo de todas formas a otra revista distinta de las anteriores, pero con una variación en el
título, e incluyendo a sus antiguas colegas como coautoras.
Este trabajo también fue publicado en una revista médica. Sin embargo, pocos meses después,
el editor principal tomó conocimiento del artículo que las obstetrices habían publicado en la
revista estadounidense, notando en él claras similitudes con el que acababa de publicar su
propia revista. El editor buscó entonces los apellidos de las autoras en las principales bases de
datos de literatura científica nacional e internacional, encontrando así que tenían un mismo
artículo publicado tres veces en distintas revistas, y que el cuarto artículo era también muy
similar, salvo por los nuevos casos agregados, que no aportaban una novedad sustancial
respecto a los anteriores. Frente a esta situación, decidió publicar una retractación del artículo
en el próximo número de su revista, escribir a la autora principal comunicándole las razones de
esa decisión, e informar sobre el hecho a los editores de las otras tres revistas involucradas.
*Caso ficticio.
Para reflexionar:
¿Qué problemas relacionados con la autoría y la publicación puede identificar en este
caso?
¿Qué motivaciones tuvieron o pudieron tener las autoras para publicar el trabajo más
de una vez?
¿Es válido traducir un artículo para publicarlo en una revista extranjera?
¿Se justifica generar un nuevo artículo a partir de la incorporación de nuevos datos?
¿Qué podemos decir de la manera en que las obstetrices atribuyeron y establecieron el
orden de las autorías?
¿Cómo evalúa la participación del profesor? ¿Actuó correctamente?
¿Qué opina de las decisiones tomadas por el editor de la revista?
Las revistas y las instituciones de formación que usted conoce, ¿tienen regulaciones o
políticas para manejar situaciones como las presentadas en este caso? ¿Qué políticas
o regulaciones conoce al respecto?
¿Qué consecuencias puede acarrear la práctica de publicar varias veces el mismo
trabajo?
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Caso de Evaluación
PUBLICACIÓN DE UN ARTÍCULO APARECIDO PREVIAMENTE EN OTRO IDIOMA*
Un grupo de especialistas en sexualidad desarrolló en el Perú una nueva herramienta web para
capacitar a distancia a promotores de salud y a docentes de educación básica en el manejo de
contenidos sobre educación sexual integral. La evaluación del sistema arrojó que éste había
contribuido a mejorar notablemente los conocimientos sobre el tema entre los usuarios, y que
además servía para ampliar la cobertura y reducir los costos de la capacitación.
Los responsables del trabajo elaboraron un manuscrito con la descripción y los resultados de la
evaluación del sistema, para publicarlo en inglés en una revista norteamericana especializada
en educación en salud. Algunos meses después, el manuscrito fue aceptado y publicado en la
revista.
El artículo llegó a las manos de un funcionario de un agencia sanitaria colombiana dedicada a
la educación en salud, quien consideró que la estrategia podía ser replicada en su país y que el
trabajo merecía mayor difusión entre un público hispanohablante. El funcionario escribió
entonces al autor principal del artículo y le propuso traducirlo al español para publicarlo en una
revista colombiana de acceso abierto vía Internet. El autor accedió a la propuesta, y dejo en
manos del funcionario la traducción y la tarea de enviar el trabajo a esta nueva revista.
Un mes después, la traducción estaba lista y el funcionario entregó el artículo al editor de la
revista colombiana, señalando que se trataba de un trabajo aparecido previamente en inglés, y
que se contaba ya con la autorización para publicarlo en español. La revista contemplaba en
sus normas la publicación de traducciones, y el editor aceptó el artículo, que apareció tres
meses después en el siguiente número de la revista, consignando la fuente original de la
información.
*Caso ficticio