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EL TE ESTA LLAMANDO – R.P. Lic. CARLOS R.

ÁLVAREZ ORELLANA

Somos llamados por Dios y ahí radica la alegría que siente y vive el corazón del cristiano. Ella nos
introduce en un proceso que se va dando a lo largo de toda nuestra vida. Dios nos llama todos los
días. Él pronuncia nuestro nombre haciéndonos saber que somos importantes y nos ama contando
con cada uno de nosotros. (Cfr. S.S. Francisco, Carta a los Consagrados y Consagradas:
“Alegraos”). Esa llamada de Dios comenzó mucho antes de nuestro nacimiento físico , me gusta
pensar que desde el mismo momento en que el óvulo fue fecundado. Es el primer llamado a Vida.
Ha sido el primer regalo y don de Dios hacia nosotros, “cargadito” de mucho amor y es porque
nuestra vida está fundamentada sobre el amor: el de nuestros padres y el Amor de Dios.
En cada momento de nuestra gestación Dios ha trabajado en nosotros y aún hoy nos sigue
recreando. Prueba de ello es el desarrollo de las células, los nervios, las arterias y venas, los
órganos... que formarán parte de nuestro cuerpo y el dinamismo que se da en nuestro crecimiento.
Dios ejerciendo la paternidad responsable, no nos abandona nunca; jamás abandonara a su obra
creadora ni a su criatura; su amor nos envuelve enteramente más allá del espacio y del tiempo. Qué
buena Noticia saber que Él nos ama eternamente. Sus llamadas son múltiples, nos llama a nacer, a
crecer, a realizarnos, a vivir de manera plena acogiendo la felicidad y, como si fuera poco, nos
regala las herramientas para lograrlo. Su llamado se renueva día a día muy dinámicamente,ya que
siempre está llamándonos desde la situación que atravesamos: desde la necesidad de un hermano,
desde el nacimiento de un niño, o desde la muerte de un ser querido... nos llama a celebrar la Vida y
también para recibir su Consuelo. Tiene muchas maneras de llamarnos y nosotros solo dos formas
para responder: si o no. Ojalá siempre le digamos que SI.
Jesús hablando con sus Apóstoles les manifiesta adonde está la razón de una vida que ha sido
donada gratuitamente. Esa razón es la elección o llamada que Dios nos ha hecho, la iniciativa a
sido suya: “No son ustedes los que me han elegido , soy yo quien les ha elegido” (Jn15,16). Estas
palabras son una invitación a llevar una vida cristocéntrica y responsablemente vivida de manera
real y seria. Convenzámonos que la llamada de Cristo es en serio porqué quiere encontrarse con
nosotros.
Dice el Santo Padre que es preciso entrar en un éxodo de nuestro yo para encontrarnos con el Dios
de la Vida que nos espera. Ese éxodo es que un despojo; es el despojo de quien quiere seguir a
Cristo generosamente. Es el despojo de la Cruz, que abarca todo tipo de despojo voluntario y
personal, y la Crucifixión de aquello que no viene de Dios, para ser vivificados por el manantial de
Sangre y Agua que mana del costado de Cristo.
Jesús nos llama a acercarnos a ese Misterio de la Cruz que es el mayor gesto de Amor del Mesías.
En ese Misterio nos encontramos no solo con la Cruz sino con el Crucificado, es Él quien le da
sentido a la cruz y nos muestra, claramente, el precio a la fidelidad a la llamada de Dios.
Durante su vida nos ha dicho “No teman a quienes matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma.
Teman más bien a Aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo a la Gehena” (Mt. 10, 28-29)
Encontramos verdadera vida y, ella es plenificada, cuando la ofrecemos viviendo la Voluntad de
Dios (Mt. 16,25). El Amor Oblativo nos dinamiza.
Saberse llamado por Dios es saberse llamado a la Vida, luchando a favor de ella desde su
concepción hasta momento en que se apaga. Saberse llamado por Dios es haber sido constituidos
“Apóstoles” que rechazan las culturas y estructuras esclavizantes y de muerte para construir la
Civilización del Amor en medio de una realidad tan dura como la que el mundo atraviesa.
Recibir una llamada de Dios es recibir una invitación a vivir como hombres y mujeres que
escucharon las Palabras de Vida Eterna de Jesucristo (Jn.6,68) y fueron resucitados por el Poder del
Espíritu Santo (Rom. 8,11) y fueron enviados como Testigos de que el Reino de Dios llegó.
El Padre nos está llamado y Jesús está mirándonos a los ojos y enviándonos a proclamar la Buena
Nueva de su Amor... Seguramente hay alguien a tu lado que necesita de ese Amor. El Padre te ha
llamado para que... lo recibas y se lo lleves no mañana sino HOY.
Dios te bendiga.
P. Carlos de Jesús.

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