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2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas
efesios
obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Mateo 25.14-30
Cada tictac del reloj nos acerca un segundo más a nuestra cita celestial con el Señor Jesús.
2 Corintios 5.1-10
Como creyentes en Cristo, algún día nos presentaremos ante Él para dar cuenta de la manera
en que vivimos. En ese momento seremos responsables de nuestras acciones y
recompensados por las decisiones que tomamos mientras estábamos en este mundo, ya sean
buenas o malas (2 Co 5.10). Este no es un juicio de condena. En la salvación, cuando
reconocimos a Cristo como nuestro Salvador, toda la culpa nos fue quitada (Ro 8.1). Al tomar
nuestro lugar en la cruz, Jesucristo experimentó la ira de Dios contra nuestra iniquidad (1 P
2.24). Como resultado, el castigo por nuestro pecado ha sido pagado por completo.
Cuando estemos ante nuestro Señor, Él determinará cuáles de nuestras elecciones estuvieron
de acuerdo con su voluntad. Cada acto de obediente servicio, ya sea grande o pequeño, será
recordado y recompensado. Al mismo tiempo, creo que habrá lágrimas cuando nuestro
egoísmo e injusticia sean considerados. Colosenses 3 nos da una idea de quiénes debemos
ser, y de cómo quiere Dios que vivamos: nuestras mentes deben estar enfocadas en las cosas
de arriba, no en las terrenales (Colosenses 3.2). Y debemos deshacernos de ira, malicia y
calumnia, para revestirnos de misericordia, bondad y paciencia (Colosenses 3.8, 12). Ya que el
Señor nos hace responsables de nuestras acciones, es vital que reemplacemos los actos
impíos por caminos justos. Cuando enfrente decisiones a diario, busque la guía bíblica y el
consejo piadoso. Después, reflexione sobre qué decisiones le agradarían a Dios.
Oracion
Hechos 9:1-7
Dios derribó a Saulo del caballo en el que andaba, pero del suelo se levantó
convertido en el apóstol Pablo. Quienes andaban con él quedaron atónitos,
solo veían a un hombre asustado, postrado y ciego, pero en realidad Dios
estaba tratando con él, preparándolo para reposicionarlo en el lugar donde
debía estar. Del mismo modo pasa con cada uno de nosotros; antes de Dios
colocarnos en el lugar de nuestra bendición seremos procesados.
Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios,
porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de
discernir espiritualmente.1 Corintios 2:14
No miremos nuestras caídas con los ojos naturales, sino con los espirituales,
pues Dios puede estar procesándonos para una nueva y mejor posición. De
nuestros momentos más bajos vienen los más altos levantamientos. Puede
que estés en el suelo hoy, pero te aseguro que te vas a levantar si permaneces
firme en tu fe y le eres fiel a tu Señor.
Quienes tienen la bendición de traer la palabra del Eterno son los encargados
de fortalecer al pueblo o debilitarlo, le guían a la victoria o a la derrota, le
llevan a las alturas o le dejan tirado en el suelo. Por eso es necesario entender
que los predicadores son vitales para que el cristiano camine hacia su meta,
propósito o bendición.
“Muchos días ha estado Israel sin verdadero Dios y sin sacerdote que
enseñara, y sin ley, pero cuando en su tribulación se convirtieron a Jehová
Dios de Israel, y le buscaron, él fue hallado de ellos”. 2da de Crónicas 15:3-4.
Así que no ponga en poco el sistema de victoria que nuestro Dios ha diseñado,
que es enviarle Su Palabra por medio del predicador; valórele y obedézcale y
ámele, porque es el encargado de levantar una generación que camine en
contra de las tinieblas y las derribe en todo combate.
Jueces 9:8-15
No eres un accidente, Dios te diseñó con con una asignación o propósito especial
para llevar a cabo en un lugar establecido, la efectividad de tus talentos y
habilidades están directamente conectados con tu permanencia en el lugar de esta
asignación. Jueces 9:8-15 nos revela la gran diferencia entre los árboles
que rechazaron la oferta al espíritu de desplazamiento y la zarza, quien obviamente
no conocía su propósito, por lo cual se dejó engañar.
Estamos cargados de talentos que nadie más tiene, por esa razón hay poca sabiduría
en compararnos con los demás. Si Dios nos diseñó con un objetivo en mente, la
mayor bendición es que podamos alcanzar es estar en el lugar de esa asignación, a
eso llamamos el lugar de la perfecta voluntad del Padre celestial.
La estrategia que usa el enemigo para hacernos mover de este lugar es hacerte
sentir, desvalorado, sin propósito y sin objetivo. Una vez albergas estas emociones
en tu corazón te harás vulnerable a sus embates y perderás tu efectividad en el
reino.
Ten paciencia, los frutos tardan, pero cuando permaneces en el lugar correcto, los
frutos vendrán.
Dios tiene preparada una unción de gloria, de bendición. Dios tiene todo preparado
y en orden. A su tiempo se verá el fruto.
Faraón pensó equivocadamente que estaba en control. Sin embargo, Dios lo puso en el
lugar de ser un líder egipcio para su propósito. Dios tiene un propósito para todo el mundo,
incluyendo para aquellos que lo resisten. Finalmente, Dios recibirá la gloria no importa
quién sea la persona, porque Él es el Dador de propósito en la vida ya sea que vivan para Él
o no.
Una vez que Dios ha establecido sus propósitos para nuestras vidas, nadie puede
cambiarlos. Cuando Dios ha cerrado la puerta, ningún hombre puede abrirla y la puerta que
Dios abre, nadie puede cerrar. La gente se desgasta en los esfuerzos de hacer mal en contra
de los creyentes, sin embargo, Dios tiene la última palabra, lograr sus planes. Los cristianos
pueden tomar coraje al saber que Él está trabajando a nuestro favor incluso en las
situaciones más difíciles de la vida.
Las vidas de los hombres y las mujeres no son más que un vapor; Sin embargo, los
propósitos de Dios se pueden cumplir en varias generaciones. Podemos hacer nuestros
planes y verlos consumados, pero si no oramos y buscamos de Dios en ese sentido
podríamos encontrarnos a la deriva en un océano de problemas sin dirección. Cada plan
debe comenzar y terminar en la mente de Dios primero.
Todas las personas están hechas a imagen de Dios. Cada uno de nosotros nacemos con un
propósito y llamado que podemos descubrir. La influencia del Espíritu Santo en la vida de
los que caminan con Cristo nos da una idea de sus propósitos para nosotros. Nos
encontramos en paz y con compromiso cuando sentimos la confirmación del Espíritu de
que estamos en el lugar correcto en el momento adecuado de nuestro llamado.
Dios Cumple Su Propósito En nosotros.
“Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia
solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor
y temblor, 2:13 porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por
su buena voluntad.”(Filipenses 2:12-13).
El propósito de Dios tiene que estar siempre en primer lugar en nuestras vidas. Pueden
ofrecernos oportunidades de empleo, una nueva escuela, y de matrimonio que pueden no
encajar en los propósitos de Dios. Por eso toma la sabiduría para esperar en la paz de Dios
antes de tomar decisiones presuntuosas que pueden tener consecuencias para toda la vida.
Hay gran alegría en el descubrir su propósito cuando confiamos en Él y no en nuestros
sentimientos o las presiones de otras personas.
Los tiempos difíciles pueden hacer que sea complicado ver el propósito de Dios sobre todo
cuando sólo sentimos el dolor y la pena. Muchas veces no queremos que se nos recuerde
que Dios está obrando en medio de nuestra dificultad para nuestro bien. Sin embargo, si
practicamos vivir nuestras vidas con la mentalidad de que Dios está obrando cosas a
nuestro favor, podemos tener paz por aceptar esta verdad en medio de las tormentas.
La salvación es sólo el comienzo para los cristianos fuimos salvos para buenas obras en el
nombre de Jesús. La promesa de la eternidad y vivir libres de la esclavitud del pecado es un
maravilloso don de la salvación. Estas bendiciones prometidas nos liberan hasta para
entender los propósitos de Dios. Necesitamos comenzar nuestras mañanas con una oración
pidiendo a Dios que nos revele sus propósitos para ese día.
Propósitos Perfectos
El Señor y Sus propósitos son perfectos, pero nosotros no. Nos asaltan las dudas y temores
que muchas veces nos impiden vivir en la plenitud de sus propósitos que Él ha establecido
para nuestras vidas. Sin embargo, podemos superar esto constantemente leyendo y
estudiando su Palabra para que nuestra fe sea más fuerte día a día. A medida que
aprendemos de Dios y oramos a Él con regularidad, seremos más valientes para lograr sus
grandes propósitos en su nombre, y para su gloria.
Juan 15:4-5
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar
fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si
no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que
permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados
de mí nada podéis hacer.
Jesús dijo: “Yo soy la puerta de las ovejas, el que por mi entrare será
salvo”… También: “Yo soy la Vid Verdadera y ustedes son las ramas.
Permanezcan en mi, y yo en ustedes”.