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Entre el papel y la corteza.

Cuerpos en la ritualidad tepehua de la


Huasteca del sur
Carlos Guadalupe Heiras Rodríguez

E



ntre la Huasteca y el Totonacapan, donde se encuentran los Estados
de Hidalgo, Puebla y Veracruz, se encuentra una región pluriétnica en
donde desde hace al menos 700 años conviven nahuas, otomíes, te-
pehuas y totonacos: nahuas de las huastecas veracruzana e hidalguense, oto-
míes orientales, totonacos del norte y dos pueblos tepehuas: los septen-
con otra más, permite agregar al ata-
do una gota de copal y una varita de
ocote. En conjunto, el atado supone
un cuerpo con copal por corazón,
de los atados totonacos, suelen
fabricarse con un pedazo de cor-
teza de copal que ocupa, éste
solo, el lugar de la gota de resina
trionales (municipios de Texcatepec, Tlachichilco y Zontecomatlán, Ver.) ocote por esqueleto y corteza por de copal y la vara de ocote del
y los meridionales (Huehuetla, Hgo.; Pantepec y Francisco Z. Mena, Pue.; piel. A diferencia de los muñecos de fetiche de sus vecinos y parien-
Ixhuatlán de Madero, Ver.). Una vigorosa dinámica ritual ha hecho de esta papel de los nahuas y otomíes, cuya tes lingüísticos.
región una en que las prácticas rituales transcomunitarias e interétnicas identidad es definida por los moti- En el interior de la casa de Cos-
dan vida a una tradición ceremonial de marcada raigambre amerindia, que vos que como tocados y apéndices tumbre, en donde se atiende a
encuentra en la milenaria fabricación de papel de corteza (árboles de jo- adornan a las figuras antropomorfas, los no humanos responsables
note y de mora) el asidero material para el uso de fetiches antropomorfos la identidad de las divinidades asen- del sostenimiento de la forma de
en que las divinidades toman cuerpo, siguiendo una tradición inventada tadas en los atados es definida según vida campesina y a las almas de
por los otomíes hacia los siglos XVIII y XIX, con inspiración en una más un sistema numerológico en el que el los seres humanos, el protocolo
antigua tradición totonacana (tepehua y totonaca) de darles cuerpo a los siete es número de muerto, el doce es ceremonial tepehua supone la
divinidades amarrando pedazos de corteza. Aunque en nuestros días los la cifra de la feminidad y el trece de división dual del espacio ritual.
“muñecos” de papel recortado se confeccionan principalmente con pa- lo masculino. El chamán construye el mundo
pel industrial, en algunas comunidades otomíes y nahuas de Hidalgo y Los tepehuas orientales (que habitan sobre una mesa, con sus cuatro
Veracruz se conserva el conocimiento para fabricar papel tradicional con en tres comunidades del municipio rumbos y centro señalados por
corteza de moráceas. Una comunidad otomí de la Huasteca poblana apa- veracruzano de Ixhuatlán de Madero sendas ofrendas de bebida; en
rece en un lugar paradigmático respecto de esta técnica de producción de y en algunas comunidades poblanas una retícula marcada por 12 x
papel amate que, desde los años sesentas del siglo pasado, ocupa un lugar de los municipios de Pantepec y del 13 rosarios de flores ensartadas
preponderante en la economía local y, a nivel nacional e internacional, municipio de Francisco Z. Mena) jue- en igual número de hilos, orde-
aparece en una posición emblemática de tal tradición: San Pablito, en el gan un papel peculiar en el sistema na el mundo según sus cualida-
municipio de Pahuatlán. ritual regional, pues sus rituales de des de género, en atención a la
En los rituales chamánicos de fines terapéuticos y agrícolas, conocidos Costumbre ponen en juego los feti- numerología tepehua que, como
localmente con el nombre de Costumbres, los nahuas de la Huasteca sur ches de ambas tradiciones rituales: la totonaca, hace de los núme-
veracruzana y los otomíes orientales ofrecen, a los seres del mundo Otro, muñecos de papel y atados de corte- ros 12 y 13 los de lo femenino y
cuerpos de papel que son recortados siguiendo siluetas antropomorfas, za o “muñecas”. A diferencia de los lo masculino. Sobre esa superfi-
cuerpos a los que se recortan cejillas a manera de ojos, boca y corazón, nahuas, otomíes y totonacos, cuyos cie terrestre, el chamán dispone
además de otros órganos (por ejemplo costillas en el caso del Señor de rituales chamánicos son orquestados los cuerpos de papel a los que
los Muertos, cola de pescado para la Sirena, divinidad dueña de las aguas por un solo especialista ritual –aun se ofrecerá el sacrificio de aves.
terrestres, y así por el estilo). Los totonacos, por su lado, confeccionan cuando varios chamanes más pueden Por otro lado, sobre dos altares
“atados” de corteza de árbol de hule; la corteza, que no es tratada para fungir como ayudantes–, en cambio de menor altura que la mesa,
convertirla en papel, es en cambio seccionada en tiras que, amarradas los tepehuas orientales han hecho en- las chamanes colocan las muñe-
trar las dos tradiciones cultuales en cas de cuya atención ellas serán
su propia división sexual del trabajo responsables, para también ellas
ritual. De esta manera, y aunque un construir mundos habitados por
ritual de Costumbre puede ser condu- los espíritus de la Tierra.
cido por un solo chamán (hombre o Es notoria la forma en que los
mujer), ocurre que, de ser posible, el tepehuas orientales han hecho
ritual tepehua es llevado a cabo, si- coincidir dos tradiciones rituales
multáneamente, por un “curandero” en una sola práctica cultual que
varón (un chamán varón) al que se establece una especialización se-
suman, en condiciones idóneas, dos gún género. Acaso sea ello lo que
curanderas o “parteras” (mujeres cha- explique por qué, a diferencia de
manes también expertas en partería). algunas comunidades nahuas y
Cuando estas condiciones se cum- totonacas en donde se convoca
plen, el chamán varón es el respon- a los prestigiosos chamanes oto-
sable de recortar muñecos de papel míes (acaso los inventores de la
para aquellos que carecen de cuerpo, técnica de recorte de papel) para
mientras que las dos mujeres cha- conducir sus rituales comunita-
manes se encargan de darles cuerpo rios, cuando éstos son particu-
en los atados de corteza de hule. De larmente urgentes y se pretende
esta manera, el hombre chamán dará asegurar su eficacia, los tepehuas
asiento a las divinidades en muñecos orientales prescinden de los es-
de papel recortado, mientras que las pecialistas rituales de distinta fi-
mujeres chamanes lo harán en muñe- liación étnica, siendo que, como
Curación cas de corteza atada que, a diferencia hemos visto, han optado por fun-

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