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La espectroscopia de RMN fue desarrollada a finales de los años cuarenta para

estudiar los núcleos atómicos. En 1951, los químicos descubrieron que la


espectroscopia de resonancia magnética nuclear podía ser utilizada para
determinar las estructuras de los compuestos orgánicos. Esta técnica
espectroscópica puede utilizarse sólo para estudiar núcleos atómicos con un
número impar de protones o neutrones (o de ambos). Esta situación se da en los
átomos de 1H, 13C, 19F y 31P. Este tipo de núcleos son magnéticamente activos,
es decir poseen espín, igual que los electrones, ya que los núcleos poseen carga
positiva y poseen un movimiento de rotación sobre un eje que hace que se
comporten como si fueran pequeños imanes. En ausencia de campo magnético, los
espines nucleares se orientan al azar. Sin embargo cuando una muestra se coloca
en un campo magnético, tal y como se muestra en la siguiente figura, los núcleos
con espín positivo se orientan en la misma dirección del campo, en un estado de
mínima energía denominado estado de espín α, mientras que los núcleos con espín
negativo se orientan en dirección opuesta a la del campo magnético, en un estado
de mayor energía denominado estado de espín β.

Existen más núcleos en el estado de espín α que en el β pero aunque la diferencia


de población no es enorme sí que es suficiente para establecer las bases de la
espectroscopia de RMN. La diferencia de energía entre los dos estados de espín α
y β, depende de la fuerza del campo magnético aplicado H0. Cuanto mayor sea el
campo magnético, mayor diferencia energética habrá entre los dos estados de
espín. En la siguiente gráfica se representa el aumento de la diferencia energética
entre los estados de espín con el aumento de la fuerza del campo magnético.

Cuando una muestra que contiene un compuesto orgánico es irradiada brevemente


por un pulso intenso de radiación, los núcleos en el estado de espín α son
promovidos al estado de espín β. Esta radiación se encuentra en la región de las
radiofrecuencias (rf) del espectro electromagnético por eso se le denomina
radiación rf. Cuando los núcleos vuelven a su estado inicial emiten señales cuya
frecuencia depende de la diferencia de energía (∆E) entre los estados de espín α y
β. El espectrómetro de RMN detecta estas señales y las registra como una gráfica
de frecuencias frente a intensidad, que es el llamado espectro de RMN. El término
resonancia magnética nuclear procede del hecho de que los núcleos están en
resonancia con la radiofrecuencia o la radiación rf. Es decir, los núcleos pasan de
un estado de espín a otro como respuesta a la radiación rf a la que son sometidos.
La siguiente ecuación muestra la dependencia entre la frecuencia de la señal y la
fuerza del campo magnético H0 (medida en Teslas, T).
𝛾
∆𝐸 = ℎ 𝜐 = ℎ 𝐻𝜃 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝛾 = 𝑟𝑎𝑑𝑖𝑜 𝑔𝑖𝑟𝑜𝑚𝑎𝑔𝑛é𝑡𝑖𝑐𝑜
2𝜋
El valor del radio giro magnético depende del tipo de núcleo que se está irradiando;
en el caso del 1H es de 2.675 x 108 T-1s-1. Si espectrómetro de RMN posee un
imán potente, éste debe trabajar a una mayor frecuencia puesto que el campo
magnético es proporcional a dicha frecuencia. Así por ejemplo, un campo magnético
de 14.092 T requiere una frecuencia de trabajo de 600 MHz. Hoy en día los

espectrómetros de RMN trabajan a 200,300, 400, 500 y 600 MHz.


Como se observa, el espectrómetro de RMN consta de cuatro partes: 1. Un imán
estable, con un controlador que produce un campo magnético preciso. 2. Un
transmisor de radiofrecuencias, capaz de emitir frecuencias precisas. 3. Un detector
para medir la absorción de energía de radiofrecuencia de la muestra. 4. Un
ordenador y un registrador para realizar las gráficas que constituyen el espectro de
RMN.
Para obtener un espectro de RMN, se coloca una pequeña cantidad del compuesto
orgánico disuelto en medio mililitro de disolvente en un tubo de vidrio largo que se
sitúa dentro del campo magnético del aparato. El tubo con la muestra se hace girar
alrededor de su eje vertical. En los aparatos modernos el campo magnético se
mantiene constante mientras un breve pulso de radiación rf excita a todos los
núcleos simultáneamente. Como el corto pulso de radiofrecuencia cubre un amplio
rango de frecuencias los protones individualmente absorben la radiación de
frecuencia necesaria para entrar en resonancia (cambiar de estado de espín). A
medida que dichos núcleos vuelven a su posición inicial emiten una radiación de
frecuencia igual a la diferencia de energía entre estados de espín. La intensidad de
esta frecuencia disminuye con el tiempo a medida que todos los núcleos vuelven a
su estado inicial. Un ordenador recoge la intensidad respecto al tiempo y convierte
dichos datos en intensidad respecto a frecuencia, esto es lo que se conoce con el
nombre de transformada de Fourier (FT-RMN). Un espectro FT-RMN puede
registrarse en 2 segundos utilizando menos de 5 mg de muestra.
Hasta ahora se ha descrito el concepto de resonancia de un núcleo aislado dentro
de un campo magnético, pero en realidad los núcleos, como pueden ser los
protones o los carbonos que forman las moléculas orgánicas, no se encuentran
aislados sino que están rodeados de electrones que los protegen parcialmente del
campo magnético externo al que se ven sometidos. Los electrones se mueven
generando un pequeño campo magnético inducido que se opone al campo
magnético externo. En cualquier molécula la nube electrónica que existe alrededor
de cada núcleo actúa como una corriente eléctrica en movimiento que, como
respuesta al campo magnético externo, genera una pequeña corriente inducida que
se opone a dicho campo. El resultado de este hecho es que el campo magnético
que realmente llega al núcleo es más débil que el campo externo, por tanto, se dice
que el núcleo está protegido o apantallado. Este apantallamiento es muy importante
desde el punto de vista experimental ya que el campo magnético efectivo (Hef) que
siente un protón dentro de una molécula es siempre menor que el campo externo,
y por lo tanto, para que el núcleo entre en resonancia dicho campo externo debe
ser mayor.
Hef = H0 – Hloc
Si todos los protones (1H) de una molécula orgánica estuvieran apantallados de
igual forma, todos entrarían en resonancia con la misma combinación de frecuencia
y campo magnético. Sin embargo, los protones se hallan dentro de entornos
electrónicos diferentes y, por tanto, se encuentran diferentemente protegidos o
apantallados. Por ejemplo, en el metanol el átomo de oxígeno retira densidad
electrónica del entorno electrónico que rodea al protón del grupo hidroxilo,
quedando este átomo de hidrógeno menos protegido que los protones del grupo

metilo. La consecuencia es que el protón del grupo hidroxilo resuena a un campo


magnético menor que los protones del grupo metilo.

La espectrometría de infrarrojos (espectroscopia IV) es un tipo de espectrometría


de absorción que utiliza la región infrarroja del espectro electromagnético. Como las
demás técnicas espectroscópicas, puede ser utilizada para identificar un compuesto
o investigar la composición de una muestra.

La espectrometría infrarroja se basa en el hecho de que los enlaces químicos de las


sustancias tienen frecuencias de vibración específicas, que corresponden a los
niveles de energía de la molécula. Estas frecuencias dependen de la forma de la
superficie de energía potencial de la molécula, la geometría molecular, las masas
atómicas y, posiblemente, el acoplamiento vibracional.
Si la molécula recibe luz con la misma energía de esa vibración, entonces la luz
será absorbida si se dan ciertas condiciones. Para que una vibración aparezca en
el espectro infrarrojo, la molécula debe someterse a un cambio en su momento
dipolar durante la vibración. En particular, una aproximación de Born-Oppenheimer
y aproximaciones armónicas; es decir, cuando el hamiltoniano molecular
correspondiente al estado electrónico estándar puede ser aproximado por un
oscilador armónico cuántico en las cercanías de la geometría molecular de
equilibrio, las frecuencias vibracionales de resonancia son determinadas por los
modos normales correspondientes a la superficie de energía potencial del estado
electrónico estándar. No obstante, las frecuencias de resonancia pueden estar, en
una primera aproximación, en relación con la longitud del enlace y las masas de los
átomos en cada extremo del mismo. Los enlaces pueden vibrar de seis maneras:
estiramiento simétrico, estiramiento asimétrico, tijeras, rotación, giro y wag.

Con el fin de hacer medidas en una muestra, se transmite un rayo monocromo de


luz infrarroja a través de la muestra, y se registra la cantidad de energía absorbida.
Repitiendo esta operación en un rango de longitudes de onda de interés (por lo
general, 4000-400 cm-1) se puede construir un gráfico. Al examinar el gráfico de una
sustancia, un usuario experimentado puede obtener información sobre la misma.

Esta técnica funciona casi exclusivamente en enlaces covalentes, y se usa mucho


en química, en especial en química orgánica. Se pueden generar gráficos bien
resueltos con muestras de una sola sustancia de gran pureza. Sin embargo, la
técnica se utiliza habitualmente para la identificación de mezclas complejas.

PREPARACIÓN DE LA MUESTRA

Las muestras líquidas pueden ser prensadas entre dos planchas de una sal de alta
pureza (como el cloruro de sodio). Estas placas deben ser transparentes a la luz
infrarroja para no introducir ninguna línea en el espectro de la muestra. Las placas
obviamente son solubles en agua, por lo que la muestra, los reactivos de lavado y
el medio deben ser anhidros (es decir, sin agua).

Las muestras sólidas se preparan mezclando una cierta cantidad de muestra con
una sal altamente purificada (por lo general bromuro de potasio). Esta mezcla se
tritura y se prensa con el fin de formar una pastilla por la que pueda pasar la luz. La
pastilla necesita ser prensada a altas presiones para asegurar que sea translúcida,
pero esto no puede lograrse sin un equipo adecuado (por ejemplo, una prensa
hidráulica). Al igual que el cloruro de sodio, el bromuro de potasio no absorbe la
radiación infrarroja, por lo que las únicas líneas espectrales provendrán del analito.
MÉTODO TÍPICO

Un haz de luz infrarroja es generado y dividido en dos rayos. Uno pasa por la
muestra, y el otro por una referencia que suele ser la sustancia en la que está
disuelta o mezclada la muestra. Ambos haces se reflejan de vuelta al detector, pero
primero pasan a través del separador, que alterna rápidamente cuál de los dos rayos
entra en el detector. Las dos señales se comparan y, a continuación, se registran
los datos.

Hay dos razones por las que se utiliza una referencia:

* Evita que las fluctuaciones de energía eléctrica de la fuente afecten a los


resultados finales, ya que tanto la muestra como la referencia se ven afectadas del
mismo modo. Por esa misma razón, también impide la influencia de variaciones
sobre el resultado final, debido al hecho de que la fuente no necesariamente emite
la misma intensidad de luz para todas las longitudes de onda
* Permite que los efectos del disolvente se anulen, porque la referencia es
normalmente la forma pura del disolvente en el que se encuentra.

USOS Y APLICACIONES

La espectrometría infrarroja se utiliza ampliamente tanto en la industria como en la


investigación científica, porque es una técnica rápida y fiable para medidas, control
de calidad y análisis dinámicos. Los instrumentos actuales son pequeños y pueden
ser transportados, incluso para tomar medidas de campo. Con los avances en
tecnología de filtrado computacional y la manipulación de los resultados, se pueden
medir con precisión las muestras en una solución (el agua produce una banda larga
de absorbancia en el rango de interés, lo que daría un espectro ilegible sin dicho
tratamiento computacional). Algunas máquinas incluso dicen automáticamente qué
sustancia está siendo analizada a través de miles de espectros de referencia
almacenados en la memoria.
Haciendo medidas a una frecuencia específica a través del tiempo, se pueden
seguir los cambios en la naturaleza o la cantidad de un enlace en particular, lo que
es especialmente útil para medir el grado de polimerización en la fabricación de
polímeros. Las máquinas modernas pueden medir en el rango de interés con gran
frecuencia, como 32 veces por segundo. Esto se puede hacer mientras se toman
medidas simultáneas con otras técnicas. Así las observaciones de reacciones
químicas son procesadas con mayor rapidez, y de forma más precisa y exacta.

ESPECTROMETRÍA DE INFRARROJOS POR TRANSFORMADA DE FOURIER

La espectrometría infrarroja por transformada de Fourier (FTIV) es una técnica de


análisis para obtener el espectro infrarrojo con mayor rapidez. En lugar de registrar
los datos variando la frecuencia de luz infrarroja monocromática, se guía la luz IV
(con todas las longitudes de onda de pista utilizada) a través de un interferómetro.
Después de pasar por la muestra, la señal medida da el interferograma. La
realización de una transformada de Fourier de la señal produce un espectro idéntico
al de la espectrometría infrarroja convencional (dispersiva).

Los espectrofotómetros FTIV son más baratos que los convencionales, porque es
más simple construir un interferómetro que un monocromador. Además, la medida
de un solo espectro es mucho más rápida en esta técnica, debido a que la
información de todas las frecuencias se toman al mismo tiempo. Esto permite hacer
múltiples lecturas de una sola muestra y obtener un promedio, lo que aumenta la
sensibilidad del análisis. Debido a sus múltiples ventajas, casi todos los modernos
espectrofotómetros de infrarrojos son FTIV.

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