Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Cualquier reforma educativa debería verse como una reforma radical, que busca ir a las
raíces y plantear cuestiones fundamentales para proponer esquemas y prácticas de
profunda expresión social y que llegan a detonar los momentos constitutivos en los que
convergen padres de familia, maestros y alumnos.
No debe sorprender que uno de los principales temas de debate a nivel nacional durante
la última campaña electoral constitucional fuera la educación, pues si algún sector
requiere un constante cambio es éste, ya que toda pedagogía mundial está
comprometida en primer lugar con la reforma y, con ello, la modificación de las
organizaciones que se mueven en torno a esta expresión social.
Son cuatro los elementos contrastantes de debate que desde nuestra opinión se
desprenden de la pasada iniciativa con proyecto de decreto para reformar los artículos
3º, 31 y 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, presentada por
el presidente López el 12 de diciembre de 2018, a fin de abrogar la reforma educativa
del gobierno de Peña Nieto.
En tercer lugar, está el sentido que debiera tener la evaluación del trabajo docente —
es decir, el contenido y alcance de la tarea de evaluación, no sólo de maestros sino del
hecho educativo en sí, presente en escuelas y espacios urbanos y rurales—, para
convertirlo en un instrumento que mida el desempeño, valore la capacidad de cada
docente, aliente su crecimiento y premie su esfuerzo, a partir de un servicio civil
profesional de carrera que brinde al maestro la oportunidad de crecer dentro del
magisterio, mediante su propia entrega y bajo principios de equidad y competencia. El
reto aquí es lograr que la evaluación permita trabajar en las condiciones que posibilitan
a los alumnos obtener una mejor preparación y que su educación sea efectivamente de
calidad, “de excelencia”.
Existe un cuarto factor y es el que se relaciona con el incluir en los planes de estudio la
promoción de los valores, el civismo, la historia, la cultura, entre otros, con lo cual
habrán de sentarse bases de una formación integral. Este factor cultural y de motivación
e impacto emocional, apegado a nuestra realidad nacional y a cada ámbito regional del
país, puede lograr que las tradiciones y cultura mexicanas se aviven y renazcan.
Por eso no debe desaprovecharse esta valiosa oportunidad que tenemos como país para
darle fuerza a un sistema que penetra en el tejido social e influye en nosotros y en
nuestras aspiraciones, conocimientos, reflexiones y aspectos culturales e ideológicos.