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TEORIA DE LAS ANTENAS

ROE y Líneas de Transmisión


http://www.qsl.net/lw1ecp Ing. Daniel Pérez LW1ECP
Terminó el siglo 20, y el tema ROE sigue siendo motivo de acaloradas
controversias en el aire y en los radioclubes. ¿Una ROE de 3 es mala o
aceptable?. La potencia reflejada, ¿por qué se llama reflejada, porque vuelve al
equipo y quema los transistores?. ¿Un balún sirve para bajar la ROE?. Vamos a
tratar el tema por partes. * ¿QUÉ ES LA IMPEDANCIA CARACTERÍSTICA
(Z0) DE UN CABLE? Cuando se dice que tal cable tiene una impedancia de
50ohm, por ejemplo, ¿dónde están esos 50ohm?. No salga corriendo con el
téster a ver si son la resistencia del conductor central o la malla, o si está entre
ellos. Tampoco es ninguna impedancia por unidad de longitud, ni la de efecto
pelicular. En pocas palabras, decimos que un cable es de 50ohm, si al conectar
una resistencia pura (sin reactancia) de 50ohm en una punta, también "vemos"
(refleja) 50ohm puros en la otra punta al medir con cualquier frecuencia y para
cualquier largo de cable. Lo mismo vale cuando se trata de otros valores de Z0.
* ¿QUÉ ES LA IMPEDANCIA DE UNA ANTENA? Tampoco se vaya a
trepar con el téster, porque le va a dar infinito o cero, según el tipo de antena.
Cuando se le aplica una tensión de RF a los bornes de una antena, circula una
corriente. La relación entre tensión y corriente es su impedancia de radiación,
que no tiene nada que ver con la resistencia en continua. En la frecuencia
denominada de resonancia de la antena, esta impedancia es puramente
resistiva, en el orden del medio centenar de ohm (volveremos sobre esto más
adelante). Hay una gran diferencia entre la resistencia de un resistor común y la
resistencia de radiación: al menos en teoría, toda la potencia eléctrica aplicada
a una antena se convierte en potencia electromagnética, no en calor. * ¿QUÉ
ES LA LONGITUD "ELÉCTRICA" DE UN TRAMO DE CABLE? Es la
cantidad de longitudes de onda que caben en él. Tengamos en cuenta que la RF
viaja más lento en un cable que en el aire; la velocidad es de entre el 60 y el
95% según el tipo de cable, así que las ondas dentro del cable son más chicas
en hasta un 40%. O sea que, aunque una onda de 300MHz mida 1m en el aire
(o en el vacío para ser rigurosos), un cable de 66cm tendrá una longitud
"eléctrica" de una onda si su factor de propagación es de 66%. * JUNTANDO
TODO Ahora bien, de acuerdo con la definición recién vista de Z0, si a una
antena de 50ohm le conectamos un cable de 50ohm de cualquier longitud, y
luego el equipo, éste también "verá" una impedancia de 50ohm, que suele ser
el valor exigido por su fabricante. Cuando un cable no está terminado
correctamente, es decir, no está conectado en un extremo a una resistencia
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igual a su Z0, ocurren dos cosas importantes: * LA IMPEDANCIA NO SE
MANTIENE En primer lugar, la impedancia que se ve del otro lado (el equipo)
dependerá por supuesto de la que tenga la carga, pero también de la longitud
eléctrica del cable. Es interesante ver lo que pasa cuando a un trozo de cable se
le aplica una frecuencia tal, que en él quepa un cuarto de su longitud de onda.
Si se lo termina en un cortocircuito, aunque parezca mentira, del otro lado se
porta como un circuito abierto, para esa frecuencia. Por el contrario, dejando
un extremo abierto, en el otro se refleja un cortocircuito. En pocas palabras,
una línea de 1/4 le lleva la contra a la carga. Por lo tanto, si pensamos que una
línea de 1/2 media longitud de onda son dos de 1/4 en cascada, entonces la 2a
parte le llevará la contra a la 1a con lo cual a la entrada volvemos a encontrar la
misma impedancia de la carga, ya sea un corto, un abierto, o cualquier otra
cosa. Esto es lo que se llama línea sintonizada: un cable de cualquier
impedancia, pero que mida media onda o un múltiplo de media onda, no
transforma impedancia. De aquí surge una aplicación práctica: ¿necesita un
cable con una cierta Z0, y el que tiene es de otra?. Córtelo a 1/2, 1, 1 1/2, etc.
longitudes de onda eléctricas. Desde luego que esto vale sólo para banda
angosta, o sea sin apartarse demasiado de la frecuencia para la que vale la
longitud eléctrica elegida. * LA TENSIÓN NO SE MANTIENE La otra
consecuencia de tener una carga desadaptada, es que la tensión de RF no será
la misma en todos los puntos de la línea, y la corriente tampoco. Volviendo al
caso exagerado del cortocircuito, es evidente que la tensión en este tipo de
carga es cero. Si retrocedemos 1/4 de onda hacia el transmisor, recordando que
ahí tenemos reflejado un circuito abierto, encontraremos una tensión alta.
Retrocediendo otro 1/4 de onda, volveremos a encontrar un corto con tensión
cero, y así sucesivamente. Si hacemos un gráfico de la tensión de cada punto
versus la distancia a la carga, tendremos una onda que parece el oscilograma en
un rectificador de onda completa sin capacitor. Reemplazando el cortocircuito
del extremo por un circuito abierto, la curva será parecida: sólo cambiarán de
lugar los máximos y los mínimos. En ambos casos, como los mínimos llegan a
cero, al hacer la división para calcular la ROE (ya la veremos), da infinito. Si
en vez de un corto o un abierto colocamos una carga más realista (ROE menor
que infinito), encontraremos que los máximos de tensión son más bajos, y que
los mínimos no son cero, y la graficación se parecerá a una senoidal
deformada. Este dibujo es una "onda", pero ¡ojo! su eje x es distancia en vez de
tiempo: no es una tensión que varía en el tiempo. Por lo tanto, se la llama... ¿ya
lo adivinó?, estacionaria. La figura {roe1} nos muestra una línea de 3/4
longitudes de onda terminada en una carga que produce una ROE de 10:

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A cada 1/4 de onda se incluye el oscilograma (tensión instantánea versus
tiempo) que se encontraría en dicho punto, y sobre los conductores de la línea
se dibujó la onda estacionaria (tensión pico versus longitud). * LA
DEFINICIÓN DE ROE Si dividimos la tensión de los máximos por la de los
mínimos obtenemos la ROE, relación de ondas estacionarias (en inglés se la
puede encontrar como VSWR, voltage standing wave ratio, o simplemente
SWR). Esto es la definición histórica de la ROE, que desde luego sólo es
aplicable a líneas lo bastante largas como para que contengan por lo menos un
máximo y un mínimo. Pero se demuestra matemáticamente que este número
coincide con la relación entre la Z0 de la línea, y la resistencia a la que está
conectada. O bien, si esta cuenta da menor que 1, se invierten los operandos.
Por eso, tanto una carga de 25ohm como una de 100 producen una ROE de 2
en un cable de 50 (esta cuenta sencilla vale sólo para cargas puramente
resistivas, sin reactancia). Así, en la práctica, la idea que se busca expresar con
la ROE es la de relación de impedancias. Tanto es así, que en el llamado
medidor de ROE (roímetro para los amigos), lo que marca la aguja
rigurosamente hablando no es necesariamente la ROE, sino la relación entre el
valor de lo que ve y la impedancia para la que está hecho el instrumento. Si un
roímetro diseñado para líneas de 50ohm se coloca al final de un cable de, por
ejemplo, 75, lo que se medirá será erróneo: el instrumento no puede adivinar en
cuánto anda la verdadera relación de máximos y mínimos dentro del cable. A
propósito, es conveniente desterrar la costumbre de decir que la ROE es de, por
ejemplo, "1,5 a 1", y en vez de ello especificar simplemente que es de "1,5". A
diferencia de cuando se especifica una relación de transformación o la escala
de un plano, aquí no interesa especificar un orden. ¿Acaso se dice "ganancia =
100 a 1" en un amplificador?. * UN CASO REAL Ahora sí, por fin, vamos a
analizar en qué molesta la ROE. Supongamos un transmisor diseñado para
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trabajar con 50ohm, pero su dueño es un tacaño y compró cable de 75 porque
es más barato. Por último, la antena tiene una impedancia de 90. En medio de
esta ensalada de impedancias, ¿dónde interesaría poner el roímetro?. ¿En la
antena o a la salida del equipo?. La respuesta es... en ambos lugares. Pero para
no hacerle gastar en dos instrumentos, analicemos cuánto importa en cada
lugar. * ARRIBA? En la antena pondríamos un roímetro de 75ohm (la Z del
cable) para saber en cuánto difieren la impedancia de antena y la del cable (en
este caso la relación es 1,2). Atención a lo que viene ahora: a mayor ROE entre
cable y antena, mayor pérdida del cable. Conociendo qué tipo de cable tiene
Ud., su longitud y la frecuencia de operación, vaya a las tablas del fabricante y
averigüe y compare estos dos valores: - Cuánto perdería ese cable si la ROE
fuese 1. - Cuánto es la pérdida real para la ROE medida. Sólo así podrá saberse
a ciencia cierta si vale la pena o no mejorar la adaptación antena - cable. Un
ejemplo: 16m de RG58 en 220MHz, con ROE de 1, pierden 3dB, es decir, 50%
de la potencia se pierde en calentar el cable en vez de llegar a la antena. Ahora
bien, si la carga tiene una ROE de 2, la pérdida del cable pasa del 50 al 54%, o
sea que en este caso no vale la pena subirse a la antena a mejorar la adaptación.
Ahora bien, si la atenuación propia del cable (la especificada para ROE = 1) es
bien alta, y la desadaptación con la carga también es fea, entonces la
atenuación adicional por culpa de la ROE sí puede molestar bastante, pero
entonces lo más juicioso tal vez sea cambiar por un cable más adecuado, en vez
de intentar mejorar la adaptación a la antena. Un caso patético es el de quienes
en vez de coaxil, para conectar un dipolo emplean línea abierta o cinta de TV,
las cuales tienen cientos de ohm de Z0; esto origina una ROE elevadísima, pero
como la línea abierta es de muy bajas pérdidas, no hay problema en ese
sentido. A esto (la adaptación entre cable y antena) se refieren los artículos que
intentan desterrar el arraigado mito de tener que reducir la ROE en todo lo
posible. * ABAJO? Dijimos que la ROE medida a la salida del transmisor
también importa. ¿Por qué?. Por ahí se dice que hay que adaptar la impedancia
de la carga a la impedancia interna (de salida) de un generador para lograr
máxima transferencia de potencia, y que si no, hay potencia reflejada que
vuelve al generador en vez de ser aprovechada. Muy bien, pero resulta que si a
un equipo diseñado para una carga de 50 le midiésemos la impedancia interna,
¡no nos daría 50!. Pasa lo mismo que con los amplificadores de audio: se
podría aumentar la potencia de salida cargándolos con una impedancia de
parlante menor que la especificada (si sufren, es otro tema). Entonces, ¿por qué
hay que respetar la impedancia de carga que especifica el fabricante?.
Simplemente porque fue diseñado para tener una cierta potencia, rendimiento,
linealidad, supresión de armónicas, etc. para un dado valor de impedancia de
carga ("carga" aquí no es la antena sino lo que se ve en la punta del cable que

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se conecta al transmisor). Si esta se respeta, o sea ROE= 1 en este punto, todos
estos parámetros están garantizados, no es otra la razón. Para ello, lo correcto
es conectar al equipo un roímetro con la impedancia especificada para éste, sin
importar la del cable; luego un transmatch, y por último el cable. Se ajusta el
transmatch para leer una ROE de 1. Aquí sí que es importante que sea baja,
digamos menor que 1,5. Los muchos que no poseen un roímetro se limitan a
ajustar el transmatch para máxima potencia hacia la antena, pero por lo recién
visto no hay garantía de que el transmisor quede viendo la carga para la que se
diseñó. Si aún no se convenció, ¿notó que la P directa indicada por el roímetro
varía al regular el transmatch?. Es indicio de que la Z de salida del transmisor
no coincide con la Z de carga (y no tiene por qué serlo, no se preocupe); si
coincidiera, su indicación no variaría al conectarle un corto, un abierto, o
cualquier otra cosa. * ¿ENTONCES LA ROE ARRIBA NO IMPORTA? Con
todo lo dicho hasta ahora, queda en claro que donde realmente se debe poner el
dispositivo de ajuste fino de adaptación (y el medidor) es "abajo", aunque una
traducción de transmatch sea sintonizador o acoplador de antena. De todos
modos, cuando se conoce de antemano que hay una gran diferencia de
impedancia entre cable y antena aun en resonancia, como ocurre con las
antenas móviles de HF, es conveniente usar aunque sea una adaptación
"gruesa" arriba, tal como un transformador de impedancia con relación fija de
4. Además, otra razón para mantener razonablemente baja la ROE en el cable
(desadaptación antena - cable), es que se facilita el trabajo del transmatch; si
no, aumenta la incertidumbre acerca de qué Z deberá atacar, y a veces es
necesario agregar o quitar un tramo de línea para entrar en el rango en que
pueda adaptar, o bien para evitar chisporroteo en sus componentes. Por último,
los transmatch tienden a perder más cuando se los obliga a adaptar
impedancias muy distintas, y si Ud. cree que no necesita transmatch porque su
transmisor es valvular con un PI de salida, el cual admite un amplio rango de
impedancias, no se abuse: un tanque PI se perjudica en su rendimiento o su
atenuación de armónicas al apartarlo excesivamente de la impedancia de
diseño. * JUNTANDO LAS PIEZAS En {roe2} vamos a razonar el por qué de
la ubicación de cada componente en un sistema de antena:

Si se usa un transmatch que incorpore un roímetro internamente, el orden


tendrá que ser equipo - filtro - roímetro+transmatch - etcétera, y se deberá
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confiar en que el filtro se porte bien en cuanto a Z (p. ej. que no se haya puesto
un filtro para la banda equivocada) ya que su influencia así escapa a la
vigilancia del roímetro. Mencionemos que cuando la ROE se mide antes del
filtro, es necesario que la salida del transmisor esté razonablemente limpia,
pues el exceso de armónicas y las autooscilaciones engañan al roímetro,
resultando imposible la anulación en la indicación de potencia reflejada por la
presencia de más de una frecuencia. * ¿Y EL BALÚN? ¿Qué pito toca el balún
en esta orquesta?. Bien: cuando dijimos que toda antena, a los efectos de cómo
la ve el cable, equivale a una impedancia conectada entre un borne y otro, eso
era parte de la verdad. Intuitivamente nos damos cuenta que además hay una
capacitancia entre tierra y cada rama de un dipolo; por lo tanto el circuito
equivalente no es una sino tres impedancias en triángulo. Por eso, de la
corriente que llega a un borne, una parte va hacia el otro borne a través de la
impedancia de radiación, y otra parte retorna a tierra. Si las tensiones en cada
borne con respecto a tierra son iguales y de signo contrario, entonces las
corrientes hacia tierra serán también iguales, y la corriente total de uno y otro
conductor en la línea también serán iguales. Esto se llama excitación
balanceada, no confundir con impedancia adaptada. Si en el extremo del
transmisor uno de los conductores está a tierra (o por lo menos a un chasis) lo
cual ocurre al usar coaxil, entonces no habrá tensiones iguales y contrarias en
la antena. Esto ocasiona 3 problemas: 1) La radiación de cada medio dipolo no
será igual, por lo que el diagrama de radiación no será el esperado. Esto es
importante cuando se pagó por una antena direccional, porque se la
desaprovecha al deteriorarse su directividad; y también nos engaña después
que uno se tomó el trabajo de calcular el ángulo vertical de "disparo" cuando se
desea trabajar DX serio por rebote ionosférico. 2) El cable irradia, aunque sea
coaxil, porque las corrientes de ambos conductores no se cancelan. Esto
también deforma caprichosamente los lóbulos de radiación, y aumenta el
peligro de interferencia en los televisores cuyas bajadas corran paralelas a
nuestro cable (nos referimos aquí únicamente a la interferencia por sobrecarga
de fundamental, no por emisiones no esenciales). 3) Todo el equipo de la
estación estará "vivo" porque habrá una caída de tensión en su cable a tierra
por culpa de la corriente del desbalance. Esto se manifiesta como un aumento
del riesgo de que la RF se meta por el micrófono, que no se pueda hacer
mediciones con el téster porque ya indica algo con sólo tocar el chasis con una
punta, y que tampoco el roímetro funcione bien. Además, si no se tiene una
buena tierra intencional, la RF pasará a la instalación eléctrica a través de la
capacitancia entre bobinados del transformador del transmisor. Todo esto se
evita con un balún entre cable y antena. Su función específica, de la que se
deriva su nombre en inglés, es interconectar una cosa balanceada con otra

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desbalanceada. Un balún no necesariamente se usa para adaptar impedancia. El
llamado "1 a 1" no lo hace; el "4 a 1" es una combinación de balún y
transformador de impedancia. Una forma de balún casero es dar varias vueltas
del mismo coaxil, sin cortarlo, sobre un paquete de muchas varillas gruesas de
ferrite; la onda que viaja entre ambos conductores, lo que se dice modo
diferencial, ni se entera de la presencia del núcleo magnético allá afuera de la
malla, pero la corriente de desbalance o modo común encontrará una reactancia
inductiva formidable en su camino. Aclaración: no es cierto que alimentando
un dipolo con un coaxil no irradie la mitad conectada a la malla porque ésta
esté conectada a tierra. Esto sería cierto para una longitud de cable mucho
menor que 1/4 de onda; en la práctica, hay una reactancia de modo común que
produce una aislación parcial con respecto a tierra: justamente el propósito del
balún es perfeccionar esa aislación de modo común. * ¿SON 50 O SON 75? La
impedancia de radiación de una antena monopolo o dipolo es un rompedero de
cabeza para los matemáticos. Las fórmulas son tan complicadas que muchas
veces hay que conformarse con expresiones que sirven sólo para los casos
especiales en que la longitud sea múltiplo impar de 1/2 onda. La simplificación
es mayor si se estudia alambres de diámetro muy reducido. En una primera
aproximación, un dipolo de exactamente 1/2 onda tendría una impedancia
puramente resistiva, o sea que sería resonante. Mejorando la puntería
matemática, se deduce que en realidad su impedancia es de 73,1 + j 42,6ohm
(el +j nos dice que hay una componente inductiva) para alambre fino, en el
vacío, sin efecto pelicular, e infinitamente alejado de suelo y objetos. Para que
sea resistiva pura, hay que acortarlo aproximadamente un 5% por el llamado
"efecto de puntas"; es como si la corriente siguiera circulando capacitivamente
un poquito más allá del final. Pero entonces la resistencia es algo menor, de
unos sesenta y pico. Encima, si el dipolo es horizontal y está cerca de la tierra o
edificios, su Z será menor aún. Digamos que anda por los 50ohm. Dejemos
constancia que cuando en el lenguaje técnico se habla de "dipolo de 1/2 onda"
en realidad se está refiriendo a uno que tenga 5% menos que ese valor. Por
alguna razón histórica, la especificación del popular RG58/U no es de
exactamente 50ohm sino de 53, salvo que se trate del RG58C/U. Lo mismo que
el RG59/U: originalmente era de 73ohm, y la versión RG59C/U sí es de 75. Si
leyó atentamente hasta ahora, estas diferencias no le harán ni pestañear. En la
guerra Betamax vs. VHS hubo un ganador. Lamentablemente no pasó lo
mismo con la guerra 50 vs. 75ohm. Se supone que uno de dichos valores
debería ser cercano a la resistencia de radiación de los dipolos, pero
precisamente aquí es donde nace la discordia: El mundo de la TV insistió con
los 75ohm (y su múltiplo 300) lo que se vio reforzado con la moda del
videocable. Apartándonos del tema antenas: para el diseñador de circuitos,

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tanto 50 como 75 son niveles de impedancia convenientes para las
interconexiones. Se demuestra fácilmente que con valores muy superiores o
inferiores resulta difícil optimizar la respuesta en alta frecuencia, ya que
molestan las capacitancias e inductancias parásitas, respectivamente.
Probablemente resulte más cómodo 75 entre etapas de baja señal para reducir
el consumo, y permite menor pérdida de inserción en los atenuadores PIN. *
¿POR QUÉ TIENE QUE SER DE MEDIA? No es cierto que un dipolo de 1/2
onda comunique más energía al ambiente que cualquier otra longitud. La única
magia del numerito 1/2 es que produce una Z con un valor cercano al de los
cables normales; caso contrario se tendría la molestia de tener que poner
adaptadores arriba. Pero hay veces en que hay otras razones más importantes
que hacen elegir otras longitudes. Si un dipolo de 1/2 (o bien un monopolo de
1/4) resultan demasiado largos, se puede optar por usar una longitud menor,
pero el precio a pagar es que, como su Z será una R muy chica en serie con una
X capacitiva muy grande, será necesario un circuito que elimine (cancele,
sintonice, resuene) la reactancia y además aumente (transforme) la R para que
sea potable para el cable; y cuanto mayor sea el trabajo de cancelar y
transformar, más potencia se quedará perdida como calor dentro del adaptador.
Otra cosa que cambia al variar la longitud es la forma de irradiar según la
dirección (diagrama de radiación). Al ir aumentando la longitud de un
monopolo vertical el lóbulo se va afinando, o sea dispara más porcentaje de
potencia paralela a la tierra y menos hacia al cielo (dirección inútil), lo cual
hace aumentar su ganancia respecto a un monopolo de 1/4. Pero si nos
pasamos de 5/8 de onda la ganancia vuelve a bajar y aparecen lobulitos
secundarios indeseados. Por ello es tan popular la "5/8" aunque su Z no sea 50
ni 75 ni resonante. La Ringo puede considerarse como dos de 5/8 en línea, con
una línea de retardo (esa U alargada del medio) que alimenta la 2a con la fase
correcta, y tampoco nadie se hace problema de que haya que adaptarla, ya que
la ganancia obtenida importa más. En resumen: si no fuera por la pérdida del
mecanismo adaptador y si no importara un diagrama de radiación en particular,
cualquier longitud serviría. * ¡ROE=1 PUEDE SER MALO! Si la longitud de
una antena vertical es una pequeña fracción de la longitud de onda (inevitable
en los látigos de HF de los móviles), su resistencia de radiación es muy
pequeña y está en serie con una reactancia capacitiva muy grande. Sin entrar en
detalles del funcionamiento de una bobina de carga real, supongamos a que
esta reactancia se la cancela con un inductor en serie, y la transformación de Z
se logra con un transformador, ver {roe3}. Esto tiene dos consecuencias:

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- La R de pérdidas de la bobina está en serie con la de radiación, por lo tanto
tiene que ser muy baja (muy alto Q PROPIO) para que no se pierda demasiada
potencia en la bobina. - Reactancias altas y resistencias bajas significa que el Q
de todo el SISTEMA es indeseablemente alto: sólo se podrá lograr adaptación
en un ancho de banda angosto. Si la bobina tiene bajo Q PROPIO, aportará
mucha R serie de pérdidas. Pero lo curioso es que ello facilita la adaptación
pues no es tan grande el salto de impedancias, y también es más ancha la banda
en que se mantiene ROE aceptable, pero lo que cuenta es que la cantidad de
potencia irradiada será baja. Desconfíe del lobo disfrazado de oveja. Otra: una
vertical de 1/4 de onda tiene teóricamente la mitad de Z que un dipolo de 1/2, y
correctamente adaptada es igual de eficiente, pero como la otra mitad de esta
antena es la tierra su conductividad es mucho más importante que en el caso
del dipolo: la R no nula que tenga la conexión a tierra convertirá la corriente
que le circule en calor, no en ondas. La R de radiación teórica es de unos
30ohm, lo que produciría una ROE = 50/30 = 1,66 en un cable de 50; pero si la
que se mide es 1 aun sin dispositivo de adaptación, ¡no se ponga contento!: es
porque hay 20ohm en serie con la conexión de tierra, donde se estará
perdiendo el 40% de la potencia. * ¿HAY ROE EN OTROS MUNDOS? ¿Por
qué se habla tanto de Z0 cuando se tratan temas de RF, y no al hablar de
audio?. Es cierto, parece que nadie se preocupa de si el cable de un parlante es
de 8ohm, o si el blindado de un micrófono dinámico es de 10k. Ni siquiera el
cable de la compañía telefónica es de 600ohm. La explicación es sencilla: en
3kHz, la frecuencia vocal más alta que se transmite en telefonía, y por lo tanto
con menor longitud de onda, un cuarto de onda en un cable mide 10 a 20km, y
si la longitud del cable es mucho menor que esto, la desadaptación introducida
es pequeña. Y si la desadaptación importa, se prefiere colocar bobinas
compensadoras (pupinización) cada tanto en vez de usar un verdadero cable de
600ohm. Tampoco parece haber mucha preocupación por la adaptación de
impedancia en recepción. Es que cada dB que se desaproveche de nuestra
potencia transmitida por culpa de desadaptación significa 1dB menos de señal
recibida por el corresponsal, o sea empeora 1dB la relación señal a ruido en
éste; pero si se desperdicia 1dB de lo recibido por nuestra antena, no sólo la
señal sino también el QRM y el QRN (interferencias humanas y naturales) son

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atenuados en la misma cantidad, con lo que la relación señal a ruido que llega
al receptor no sufre. Salvo en VHF y UHF en que el ruido generado
internamente en el receptor es importante, esto implica que tampoco empeorará
la S/R en el parlante. Y por último, ya sabemos que la ROE no puede dañar al
receptor... * ¿Se puede hablar de ROE en continua?. Bueno, no es demasiado
disparatado si ayuda a fijar el concepto, veamos {ROE_CC}:
"La antena. ¡Pero si es muy fácil! " Por Miguel Ghezzi (LU 6ETJ)
Algunos conceptos erróneos nacen de una excesiva simplificación, por
ejemplo: una antena en las proximidades de la tierra constituye con ella un
"sistema", con la tierra como reflector. En estas condiciones, suponer que las
propiedades irradiantes de una antena dependen solamente de su alambrado, es
equivalente a asumir que el diagrama de radiación de una direccional de dos
elementos ¡depende solo del irradiante! Una de las propiedades principales,
quizás la más importante => el diagrama de radiación vertical, depende casi
exclusivamente de la altura de la antena sobre el terreno. Sin embargo es
común que muchos de nosotros, imaginando probar las propiedades de la
antena, en realidad estamos comprobando las propiedades de "la altura de su
antena", o sin advertirlo, aceptarán de buen grado la afirmación que el "ángulo
de disparo" de una Zeppelín será mejor (o peor) que el de una Carolina
¡aunque sea prácticamente el mismo estando instaladas a la misma altura...! (en
el mismo lugar desde luego.) Podemos ver en las siguientes figuras la
importante diferencia que existe entre el diagrama vertical de radiación de una
antena montada a un cuarto de onda de altura sobre el terreno, respecto de la
misma antena montada a media onda. Aún siendo exactamente el mismo
"alambre", queda absolutamente claro que son ¡dos antenas absolutamente
diferentes! Numerosas e innecesarias complicaciones tienen su origen en
ciertas "asociaciones ilícitas", veamos: Jamás debemos mezclar la antena con la
línea de trasmisión al hablar de las propiedades de la antena, así como no lo
hacemos con el foquito del velador y el cable de 220 V cuando analizamos las
propiedades del foquito. A nadie se le ocurriría señalar las bondades del tubo
fluorescente o la lámpara incandescente, asociándolas con el tipo o longitud de
cable utilizado para alimentarlos. Sabemos perfectamente que lo que produce
la luz es la lamparita. Los cables de 220 V (aunque están bien conectados), no
iluminan. Servirá para nuestro propósito tener siempre presente que las antenas
son "esos alambres que están al final de la línea de trasmisión". ¿Porqué?, pues
porque por definición, una línea de trasmisión (abierta, coaxial, etc.) no irradia
energía (o no debería hacerlo), del mismo modo que el cable del velador no
emite luz. Si las cosas están bien hechas, las propiedades de la antena como
irradiante nada tienen que ver con su alimentador; así de sencillo. Alguien

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podría objetar que ambas cosas están muy relacionadas. Es verdad,
retrucaremos diciendo que también está muy relacionado el trasmisor y sin
embargo no afirmaríamos que la antena "A" funciona mejor que la "B", porque
la primera está vinculada a un TX de 1 Kw y la segunda por uno de 5 W, mal
cargado. Si admitimos esto -que forma parte de la teoría básica, caeremos de
inmediato en cuenta, por ejemplo, que una G5RV normal para 20 m, es un
simple doblete de 3/2 de longitud de onda, cuyas propiedades irradiantes nada
tienen que ver con el ingenio de Louis Varney para adaptarla a su trasmisor y
operar su doblete en varias bandas. Con estas dos aclaraciones fundamentales
rápidamente advertimos para nuestra tranquilidad, que la mayoría de las
antenas sencillas horizontales que solemos emplear, desde el punto de vista
electromagnético, ¡son prácticamente iguales!, la única variable de importancia
electromagnética será su longitud física, principal responsable de su diagrama
de radiación horizontal y su rendimiento. En efecto, cuando la longitud de una
antena comienza a ser apreciablemente mayor que media onda (lo cual sucede
con casi todas las multibanda sin trampas: Hertz operando en armónicos,
G5RV, Windom Carolina, hilos largos, etc.), el diagrama horizontal sufre
variaciones muy notables, que pueden resultar beneficiosas (o desastrosas) para
los comunicados en ciertas direcciones. Compare los diagramas de radiación
horizontal de la componente eléctrica de una antena de media onda, con los
mismos correspondientes a una de onda completa, en este caso en el espacio
libre, observe por ejemplo que cuando el alambre es media onda presenta un
máximo en la dirección 0°-180°, mientras que cuando es una onda completa,
en esa misma dirección ¡hay un nulo! Esto nos lleva directamente a otra
cuestión: LA GANANCIA. Admitámoslo con valentía, mal que nos pese, no
hay ganancia sin directividad. Las antenas son elementos pasivos y por lo tanto
la única "ganancia" que podemos obtener de ellas siempre resultará de la
reubicación o reorientación espacial de la energía disponible. Siempre que una
antena "empuje energía" hacia una dirección, será porque la roba de otra,
realmente poco o nada es lo que podemos hacer seriamente para obtener "la
mejor antena", más allá de no desperdiciar energía en calentar los cables o los
alrededores producto de un montaje a baja altura o del uso de "alambre de
púas" en el irradiante. Podemos si, explotar algunas las propiedades
direccionales producidas por la longitud y/o la altura de las antenas sencillas y
lograr una mejor antena o ganancia para condiciones particulares: se cuenta
que Mr. Varney inventó su famosa antena G5RV para obtener alguna ganancia
adicional en las dos direcciones de habla inglesa en las que estaba interesado
desde su QTH en Uruguay => Inglaterra y USA. El sabía lo que estaba
haciendo cuando desarrolló su doblete de 3/2 onda para veinte metros (más
tarde vendrían las ya mitológicas virtudes "multibanda" del engendro, perdón,

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quise decir del ingenio. Suelo bromear afirmando que si Louis Varney se
hubiera llamado Raúl Vázquez y fuera de origen criollo, la "LU5RV" sería
desconocida en el mundo. Ahora, abordaremos su aspecto eléctrico, es decir:
La antena considerada como carga de un generador de corriente alterna de alta
frecuencia. Esta visión nos sitúa fuera de la radio, nos lleva al reino de la
electricidad convencional, igual que cuando tratamos con una instalación de
audio. En esta instancia podremos reemplazar a la antena por un circuito
equivalente idealizado con elementos de circuito discretos, es decir, resistores,
capacitores e inductores. Este procedimiento no dará lugar a conflictos con el
comportamiento de la antena real, es un modelo científico probado y
garantizado. Podemos aplicarlo porque, aunque la antena sea una sola y misma
"cosa", tratarla desde diferentes perspectivas facilita la compresión y el análisis
(análisis proviene del griego, quiere decir "dividir en partes"). Tal enfoque se
facilita cuando los fenómenos mantienen suficiente independencia unos
respecto de otros, como sucede afortunadamente con las propiedades eléctricas
de las antenas: Ellas no influyen en sus propiedades electromagnéticas. Es
muy, muy importante recordarlo: Asuntos tales como la resistencia, la
reactancia, la impedancia, la ROE en la línea y demás no afectan las
propiedades de la antena como radiador. Por eso, podrá ser tan buen irradiante
una antena cuya resistencia en el punto de alimentación sea 50 como 1000
Ohms, que seas bastante reactiva o puramente resistiva, que la ROE que
produzca en una línea dada sea 1:1 o 10:1. Esta noción puede chocar al lector
porque en el ambiente radial suelen oírse cosas muy diferentes(a veces de boca
de profesionales, lo cual es una verdadera desgracia porque habitualmente su
palabra es estimada en mayor valor). ¿Como lograr convencer a tal lector para
que "crea" esto?, ¡pues no lo intentaré!, ¡ciencia y creencia no se llevan bien!;
tampoco utilizaré argumentos de autoridad fuertes, a lo sumo recomendaré en
ese sentido recurrir a buenos textos universitarios o libros bien checados de
nuestra actividad tales como: El A.R.R.L. Antena Book, o los diversos
manuales publicados por ella, la RSGB o similares, con preferencia a listas,
revistas o sitios web no bien controlados en cuanto a su adecuación científica.
También recomendaré analizar críticamente las opiniones de gente común
como yo (aunque hayamos estudiado, porque no hay que olvidar que los
exámenes finales en la facultad aquí ¡se aprueban con cuatro! Hecha la
salvedad, continuamos. Aunque las propiedades electromagnéticas de la antena
no dependan de sus propiedades como carga, eso no implica que podamos
descuidarlas o que no estén relacionadas, significa que podemos
independizarlas con el fin de tratarlas por separado, sabiendo que unas no
influirán sobre las otras al hacerlo. Eléctricamente nos interesa transferir
eficazmente la energía desde el trasmisor hacia la antena, para ello, desde el

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punto de vista del equipo, hay que disponer las cosas para que la línea le
presente la carga necesaria para que funcione como lo previeron sus
diseñadores (olvide el teorema de "la máxima transferencia de energía", no es
necesario ni lo aplicamos para comprender el acoplamiento entre un trasmisor
real y su carga, ese concepto en estas circunstancias sólo sirve para "embarrar
la cancha"). Véalo de este modo mas simple que es correcto y productivo en
esta situación: Para que el trasmisor funcione adecuadamente y genere la
potencia nominal de diseño, su impedancia de carga debe tener el valor
especificado por sus diseñadores; por eso no importa si esa carga es una
resistencia, una lámpara, una línea de trasmisión o una antena, ¡sólo tiene que
ser la especificada! (usualmente 50 Ohms). Para acotar el problema a lo mas
esencial, imaginemos que deseamos conectar directamente el trasmisor a los
terminales de antena, sin línea de trasmisión de por medio. Si la antena tuviera
casualmente la impedancia que espera el TX sería buenísimo, pues entonces
sólo restaría conectarlo y listo, si ése no fuera el caso, se nos presentan varias
alternativas: 1-Construir una antena cuya impedancia coincida con la que
necesita nuestro TX (esto es difícil en general, pero en las condiciones
prácticas suele darse, porque los equipos se diseñan inteligentemente para
facilitar la coincidencia.) 2-Diseñar el trasmisor para que funcione bien sobre la
carga que presente la antena que se piense usar. Es posible aunque engorroso
en general, sin embargo se hace así para una típica clase de antena ¿adivina?,
sí, aquellas que presentan aproximadamente 50 Ohms. También se puede
proceder así con equipos que operarán con un sólo tipo de antena-
habitualmente incorporada al mismo-por ejemplo: Un Walkie Talkie, teléfono
inalámbrico doméstico o celular. 3-Intercalar algún dispositivo transformador
que convierta la impedancia de la antena (cualquiera sea) en la que precisa el
trasmisor (esto es muy corriente). Ese dispositivo frecuentemente está
físicamente instalado sobre la misma antena y parece formar parte de ella (pero
no lo es) por ejemplo: el Gamma match de una Yagi. 4-Idem con el dispositivo
adaptador física y claramente diferenciado. Obviamente es el mismo caso
anterior. Nótese que no hemos mencionado para nada la ROE, ¡es natural!, no
habiendo línea de trasmisión. ¡ Entonces no puede haber ondas estacionarias en
la inexistente línea! podrá haber cosas "feas", pero ondas estacionarias,
definitivamente NO las ondas estacionarias que siempre nos preocupan
únicamente habitan en las líneas de trasmisión, recuerde lo siguiente: si
intercalamos un medidor de ROE común entre el equipo y la antena él no
medirá la ROE que "hay", sino la que "habría" ¡si se intercalara una línea de 50
Ohms entre ellos! (el medidor intercala una pequeña sección de línea para
hacer la medición). No hay mucho más. Es muy simple si no nos enredamos en
confusiones. Igualmente, en bien de la curiosidad, agregaremos datos

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adicionales. El primer caso (emplear una antena que se "hermane" bien con el
TX) es usual en nuestra actividad: una de las antenas elementales (La Hertz
alimentada al centro o "dipolo de media onda") presenta una impedancia
predominantemente resistiva próxima a los 50 Ohms en su punto de
alimentación, pidiendo vincularse directamente a un equipo que a propósito fue
diseñado para operar con ese valor de carga. Para el resto de las situaciones, el
tercero y cuarto caso son muy comunes: se intercala un dispositivo
transformador de impedancias entre la antena y el equipo; únicamente importa
que este aparato, haga su trabajo de transformación de impedancia sin
introducir pérdidas significativas (anote que escribimos "transformación" no
"adaptación", no estamos adaptando la Zin de la antena a la Zout del equipo,
sino transformando la Zin de la antena a la que precisa el equipo, que es cosa
muy distinta). ¿Porqué hice la explicación sin emplear línea de trasmisión?,
pues para que resulte mas claro que la cuestión fundamental es obtener
directamente (o convertir) una impedancia de antena a la que precisa el
trasmisor y hacerlo con pocas pérdidas. Conseguido esto no habrá mucho más
que hacer para mejorar los resultados del irradiante, excepto utilizarlo
inteligentemente y aprovechar las condiciones de propagación. ¿Y LA LÍNEA
DE TRASMISIÓN? Aquí trataremos de no embrollarnos con posibles ideas
preexistentes, no pierda de vista lo que hemos dicho el ítem anterior. Para no
tener el equipo "colgado" directamente de una antena exterior, normalmente lo
interconectamos a ella mediante una línea de trasmisión. Con ella también
precisaremos: 1-Presentarle al equipo el valor de impedancia de carga para el
que fue diseñado. 2-Tratar que la mayor cantidad posible de energía
suministrada por el trasmisor llegue a la antena. 3-Lograr que cualquier
transformación de impedancias que se produzca por la inclusión de la línea en
el circuito (o sea preciso realizar por cualquier razón) se haga con la menor
cantidad de pérdidas posible. Estos puntos se resuelven en la práctica casi sin
esfuerzo disponiendo de una antena que ofrezca una impedancia cercana a los
50 Ohms acoplada a una línea de trasmisión corriente de 50 o 75 Ohms, sin
muchas pérdidas, vinculada a un equipo proyectado para operar con cargas de
aproximadamente 50 Ohms. En este caso especial la línea trabaja sin ondas
estacionarias-o con muy pocas (se dice que la línea funciona como "línea
plana"). Por suerte esta es una situación muy frecuente pues, como dijimos, no
es casual: la mayoría de las piezas responde a un diseño inteligente. Situación
casi idéntica se presenta cuando intercalamos un buen dispositivo
transformador entre la antena y la línea para lograr que la línea "vea" al
conjunto transformador de Z+antena, como una resistencia pura de valor
cercano a los 50 Ohms. A este artificio se recurre con esos dispositivos
transformadores de impedancia que aún cuando "están en la antena" no forman

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parte de ella más que físicamente. Puede ser el "Gamma match" de una Yagi, el
"aro" de una Ringo, un "Hairpín" o cualquier otro invento parecido
(transformador de impedancia será cualquiera de los dispositivos que solemos
llamar "adaptadores de impedancia": transformadores comunes con o sin
núcleo de ferrita, redes L-C, líneas," transmatches", etc.). En la práctica se
pueden presentar dos situaciones especiales o una combinación de ellos. a) La
impedancia de la antena no coincide con la de la línea de transmisión y la línea
es una coaxial de 50 Ohms de tipo más o menos común. b) La impedancia de la
antena no coincide con la de la línea de trasmisión, pero la línea es coaxial o
abierta con muy bajas pérdidas a la frecuencia de operación. En ambos casos se
generarán ondas estacionarias en la línea por la diferencia de impedancias
carga-línea, esas ondas estacionarias darán lugar a tres efectos principales. 1-
Producen transformaciones de impedancias dependientes de su longitud. En
general el trasmisor verá una Z diferente de la que tiene la antena. 2-Introducen
pérdidas adicionales (no necesariamente elevadas). 3-Con altas potencias
pueden producir tensiones elevadas que la línea u otros elementos asociados
pudieran no ser capaces de soportar (conectores, aisladores, chisperos, etc.)
CASO A (línea común). Cuando la antena no presenta una Zin igual a la Zo
característica de la línea estándar de 50 Ohms, lo usual será que la línea,
"abajo", no presente al trasmisor la impedancia para la que fue diseñado (salvo
que las cosas hayan sido dispuestas intencionalmente para soslayar el efecto
transformador de la línea, por ejemplo haciéndola de media onda eléctrica, o
aprovechar dicha transformación a nuestro favor),esta situación se resuelve
comúnmente mediante un circuito de adaptación (transmatch o similar)
instalado al lado del equipo. Es una solución absolutamente correcta e idónea,
no se trata de una trampa o "engaño al equipo para que no vea ROE", es
práctica estándar en Ingeniería de Radio. Las pérdidas adicionales por utilizar
la línea con ondas estacionarias pueden calcularse previamente y decidir si son
o no aceptables, el cálculo no es intuitivo no inmediato; recuerde: la "Potencia
Reflejada" no se pierde salvo en casos especiales, lo que se pierde en HF,
normalmente es mucho menos que ese valor, al punto que la mayoría de las
veces la pérdida puede considerarse despreciable, sobre todo en las bandas mas
bajas. Si las pérdidas adicionales por estacionarias resultaran excesivas o
inaceptables no quedará más remedio que adaptar la Z del lado de la antena si
se desea minimizarlas, no hay reglas fijas, cada caso debe ser evaluado por el
interesado. Para muestra basta un botón: Se proyectaron satélites artificiales
que trabajaban con ROE de hasta 4:1 (las antenas de los Tiros-ESSA operaban
con 150-j100, una ROE de 4:4 sobre su línea y ¡solo emitía con escasos 30
mW! La adaptación de Z se realizaba del lado del TX dentro del cuerpo del
satélite, es decir, paradójicamente, "abajo". Las sobretensiones en la línea rara

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vez son importantes con equipos comunes, pero hay que considerarlas cuando
se opera con amplificadores cerca del KW, esto quizás también sobre exija al
adaptador o transmatch, pero ¿no se supone que para eso fueron hechos?….
CASO b) La antena no se adapta a la línea pero la línea es de muy bajas
pérdidas a la frecuencia de trabajo. A las románticas, bonitas y eficientes líneas
abiertas, las trataremos junto a los coaxiales de muy bajas pérdidas, pues lo que
importa para el análisis son únicamente las bajas pérdidas a la frecuencia de
trabajo. Quiero destacar muy especialmente que nuestras reconocidamente
eficaces líneas abiertas han sido desde siempre utilizadas con muy altos valores
de ROE, del orden de 10:1, esto de por sí debería otorgar absoluta tranquilidad
acerca de la eficacia que se puede alcanzar aún con muy altos valores de ROE
si las líneas tienen bajas pérdidas. Dijimos que cuando hay ondas estacionarias,
las líneas se comportan como transformadoras de impedancia y a menos que se
tenga en cuenta tal efecto para aprovecharlo a nuestro favor, normalmente
producirán del lado del equipo variados valores de Z, en general diferentes de
los de la antena, con los que deberá ser capaz de lidiar el acoplador elegido.
Deseche posibles e injustificados prejuicios negativos que pudiera haber
adquirido acerca de operar las antenas con medianas o altas relaciones de
ondas estacionarias. En ocasiones esto no es conveniente, sin embargo en
muchas otras, no sólo NO tiene ninguna importancia sino que resulta
beneficioso hacerlo así, por ejemplo cuando empleamos una línea abierta,
cuyas ventajas compensan con creces sus normalmente altos valores de ROE
en operación (10 o más). La clave para operar las líneas con ROE radica en
conocer "las pérdidas adicionales" y presentarle al equipo la impedancia de
carga que necesita: si las pérdidas adicionales son bajas y la impedancia puede
manejarse con el Transmatch o dispositivo transformador adecuado, entonces
¡adelante! LA AUTORRESONANCIA NO IMPORTA. ¿Cuántas veces
habremos oído que las antenas comunes para ser eficientes radiadores deben
ser auto resonantes?, es decir, que deben cortarse muy cuidadosamente para
que alcance un desempeño óptimo en sus posibilidades de comunicación,
¿verdad? Pues bien, se trata de un error conceptual muy común (en el que
frecuentemente incurren también algunos profesionales de las comunicaciones)
que nos obliga a cumplir con una condición totalmente innecesaria. Una antena
no tiene porqué ser auto resonante para ser un eficacísimo radiador, existen
ejemplos sobradamente populares de ello: la antena de 5/8, la Zeppelín doble
extendida o la rómbica spon muy conocidas (existen otras). Justificarlo
físicamente escapa a los alcances de este artículo. Aceptaremos que la auto
resonancia es una condición conveniente en ciertas situaciones (por ejemplo
para acoplar directamente un dipolo abierto de media onda a una línea coaxial
común) que trataremos de aprovechar cuando nos convenga y que

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descartaremos sin ningún temor cuando no la precisemos. Lo que sí hace falta
es conseguir hacer circular la máxima corriente sobre la antena, en la auto
resonancia esto se da automáticamente. ¿Que sucederá, por ejemplo, si la
antena es mas corta o mas larga y NO auto resuena? En esa situación no se
establecerá automáticamente la máxima corriente sobre la antena porque la
antena presentará reactancia capacitiva o inductiva. Entonces para maximizar
la corriente en la antena ¡bastará con cancelar esa reactancia con otra igual de
signo opuesto! Esto no quitará eficiencia de radiación a menos que los
componentes utilizados para ese fin tengan pérdidas excesivas. La cancelación
de reactancia podemos realizarla sobre la propia antena, no obstante,
frecuentemente será posible hacerlo "abajo", es decir del lado del equipo
mediante nuestro servicial acoplador, taque Pi incorporado al equipo, o
transmatch (explicar porqué también escapa al alcance del presente artículo).
Con estos sencillos procedimientos conseguiremos maximizar la corriente
sobre la antena llevando a resonancia al conjunto Antena+Reactancia agregada.
¿Se ve?, el efecto buscado no depende exclusivamente de que la antena sea
puramente resistiva por si misma, se logra exactamente lo mismo cancelando
su reactancia, a eso también lo llamamos "resonancia" pero ya no implica una
propiedad que la antena deba satisfacer por si misma, sino que comprende dos
elementos como mínimo: La antena y la bobina, condensador o Stub asociado
que llevan al sistema a resonancia. Este concepto no viola los principios
básicos conocidos acerca de los fenómenos atribuidos a la resonancia porque
ahora estamos hablando de la longitud eléctrica del irradiante, simplemente le
quita límites artificialmente impuestos por una simplificación excesiva de la
teoría involucrada que por otro lado está perfectamente explicada en los libros
de la especialidad. Si la antena es bastante mas corta de lo necesario la
progresiva pérdida de rendimiento a medida que disminuye su longitud no se
debe a la falta de auto resonancia sino a la disminución de la resistencia de
radiación respecto de su resistencia de pérdidas totales que es harina de otra
bolsa (ellas, aunque también incluyen las de la bobina están muy influidas por
las del terreno y objetos cercanos). Cuando la antena es más larga (por ejemplo
una de 5/8), No sufriremos dicha merma y la antena resultará usualmente más
eficiente que el auto resonante de media onda. La antena en TX y RX
Generalmente los aficionados utilizamos la misma antena para trasmisión y
recepción, no obstante esto obedece más una cuestión de comodidad y
practicidad que a conveniencia técnica. Casi siempre una antena puede operar
como trasmisora o receptora y una buena antena trasmisora normalmente
puede resultar bastante adecuada para recepción (no necesariamente a la
inversa), sin embargo esto no siempre es lo óptimo porque requisitos que son
esenciales o convenientes para una función pueden resultar secundarios o

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innecesarios en la otra. Esto es una consecuencia del llamado "Teorema de
reciprocidad" que demuestra que las características de una antena en TX son
iguales a sus características en RX y esta igualdad de características es lo que a
veces no conviene por distintas razones, veamos. En trasmisión estamos
interesados en el rendimiento eléctrico, queremos que la mayor cantidad de
energía entregada al irradiante se transforme en campo electromagnético y
poca se pierda en calor. Si de una direccional para comunicaciones se trata,
probablemente no nos interesen demasiado sus lóbulos de radiación lateral o su
relación frente-espalda, sino maximizar la ganancia y el rendimiento o lograr
una buena adaptación entre el alimentador y la antena. Esas serán casi con
seguridad las prioridades del aficionado medio que comprende razonablemente
bien el funcionamiento de sus chiches. En recepción, probablemente
preferiremos una buena relación frente-espalda y un lóbulo de radiación
"limpio" que provea una discriminación más precisa para atenuar las señales
provenientes de direcciones diferentes de la que le interesa. Sobre todo en HF
especialmente en sus frecuencias más bajas, la eficiencia eléctrica de la antena
receptora (rendimiento) no será tan importante como en trasmisión porque los
ruidos externos de origen natural o artificial son superiores al ruido propio del
receptor lo que nos obsequia generoso margen para operar con antenas
eléctricamente ineficientes pero con propiedades útiles en otros sentidos, como
pequeñas antenas de cuadro, Beverage, etc. Comprender y explorar estas
posibilidades ayudará a sacar mejor provecho de nuestros sistemas receptores.
El ruido y las antenas Ruido es un término ambiguo si no se especifica con
precisión su contexto. Técnicamente en la teoría de la información un ruido no
transporta ninguna, un ejemplo de esto sería el conocido ruido blanco que
escuchamos al abrir el squelch de nuestro VHF-FM. Aún así, en cierto sentido,
hasta ese ruido ofrece cierta información; si es poco o mucho, ¿no provee
información acerca de la bondad del elemento circuito o amplificador que lo
produce? Simultáneamente, lo que nosotros consideramos un ruido molesto
puede ser una señal vital para comprender otros asuntos, ¡la radioastronomía
nació del trabajo de un ingeniero para eliminar un molesto ruido en los
receptores que no provenía de las tormentas! (provenía del espacio). Karl
Jansky fue tal ingeniero, sucedió en 1932, así, lo que un día se consideró ruido
nos obsequió la cosmología moderna. ¿Es ruidosa mi antena? Es común oír
que tal o cual antena es más ruidosa o más silenciosa que otra sin especificar a
qué tipo de ruido se refiere tal juicio. Ciertamente, hay diferentes tipos de
energías barulleras que pueden llegar hasta nuestra antena, ¡ella no
necesariamente tratará a todas por igual! Conviene primero aclarar que, siendo
la propiedad fundamental de una antena la de convertir ondas
electromagnéticas en señales eléctricas, si ella no cumpliera con esa tarea con

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alguna forma de energía electromagnética, estaría fallando a su propósito; en
ese sentido las antenas son muy leales e invisten su propio código del honor.
Por eso si una antena no captara cierto ruido electromagnético ¡tampoco
captaría una señal útil con características similares! (polarización, dirección,
etc.) ¿significa esto que existen fuentes de ruido no electromagnéticas?, pues
si, las más comunes son dos: ruido inducido en la antena por fuentes cercanas
de carácter eléctrico o magnético y ruido generado sobre la misma antena por
descargas de tipo corona o chispas debido a cargas electrostáticas propias o
inducidas. Campos magnéticos, eléctricos y electromagnéticos, un detalle
importante En la teoría eléctrica básica aprendemos que un campo magnético
variable puede inducir una fuerza electromotriz sobre un conductor cercano,
sin embargo un campo magnético variable no constituye un campo
electromagnético en regla. De igual modo, un campo eléctrico variable (o no)
capaz de inducir tensiones eléctricas sobre un conductor cercano tampoco
puede alcanzar a ser un campo electromagnético… Esto es importantísimo para
nosotros porque hace a un concepto fundamental de lo que es la radio y
colateralmente nos sirve para diferenciar diferentes clases de ruido que pueden
afectar a nuestro sistema receptor pues todos estos campos son susceptibles de
ser captados por nuestra antena aunque unos sean legítimas y aristocráticas
ondas de radio y otros plebeyos subproductos de diversos chisperos humanos o
naturales. Un campo electromagnético u onda de radio es una combinación
muy especial de campo eléctrico y campo magnético (variables en el tiempo)
que posee propiedades diferentes a las de sus constituyentes (como serían las
del agua respecto del oxígeno e hidrógeno que la forman), por eso hacemos la
distinción: nos gustaría que una antena de radio responda únicamente a campos
electromagnéticos y no lo haga a campos puramente eléctricos o puramente
magnéticos (los campos eléctricos y magnéticos que nos producen ruidos en
recepción normalmente se producen por aparatos eléctricos que originan
chispas o corrientes oscilatorias intensas). La diferencia esencial entre una y
otra clase está en su alcance. Los fenómenos de inducción magnética o
eléctrica disminuyen su intensidad con el cuadrado de la distancia (esto quiere
decir que lo hacen muy rápidamente, en cambio la intensidad de una onda de
radio disminuye en forma inversamente proporcional a la distancia (sin
elevarla al cuadrado), esa es una virtud y ventaja de nuestras estimadas ondas
hertzianas pues gracias a ello pueden alcanzar enormes grandes distancias
antes de atenuarse demasiado para ser perceptibles. También, gracias a que una
onda electromagnética contiene ambas clases de campo, podemos diseñar
antenas capaces de blindarse (o ser menos sensibles) a un campo eléctrico
perturbador, por ejemplo una antena de cuadro apantallada; aunque ella está
blindada para el campo eléctrico el campo magnético de la señal puede inducir

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cómodamente corriente en sus espiras, de allí que también las conozcamos
como antenas "magnéticas". Lo mismo vale a la inversa, aunque no son tan
frecuentes. Lamentablemente un ruido magnético o eléctrico "puro" a pocos
metros de su fuente se metamorfosea en campo electromagnético y como tal ya
no podremos blindarlo o apantallarlo sin que al hacerlo simultáneamente
eliminemos las señales deseadas porque se ha convertido en ruido
electromagnético con sus componentes que ya no están separadas sino ligadas
por esto la antena ya no podrá distinguirlo del codiciado DX (esta diferencia en
las propiedades de los campos cerca de la antena y lejos de ella hace que le
demos justamente el nombre de campo cercano y campo lejano del irradiante
(también campo de inducción y campo radiado). Naturalmente, consideraremos
irradiante a cualquier conductor capaz de irradiar energía incluyendo por
supuesto a los dispositivos y/o cableados que transportan ruido, como por
ejemplo el cableado domiciliario). Siempre convendrá tratar de evitar la
inducción directa de campos eléctricos o magnéticos montando la antena
alejada de los tendidos y aparatos que producen ruidos eléctricos o magnéticos
puros; en nuestras zonas urbanas la altura hará gran diferencia en el nivel de
ruido; uno pocos metros más suelen disminuir el ruido los suficientes decibeles
como para justificar el esfuerzo de elevarlas. ¿Una antena puede recibir menos
estáticos que otra? Entendiendo por estáticos señales producidas por descargas
eléctricas en la atmósfera relativamente alejadas de la antena, diremos que si y
no, pues dependerá de en qué dirección estén siendo generados esos estáticos.
La cuestión de fondo es que aunque los estáticos no nos gusten, son legítimas
ondas de radio con iguales derechos que las de su corresponsal, ¿por qué
habría de discriminar una antena a unas de otras si no goza de inteligencia para
discernir? No puede... Se que es una mala noticia y no me complace darla, a
cambio, lo que si puede hacer -y a veces muy bien-, es discriminar señales
provenientes de diferentes direcciones (lo advirtamos o no), y esto puede
ayudar muchísimo a evitarlos, veamos: Imaginemos la antena "A" con un
importante lóbulo de radiación dirigido hacia arriba y la antena "B" con un
nulo hacia arriba pero con un generoso lóbulo omnidireccional sobre la rosa de
los vientos en ángulos bajos. ¿Cuál será menos ruidosa si justo tenemos una
pequeña tormenta sobre nosotros?, evidentemente la "B" ¿verdad?, por el
contrario, si estamos interesados en contactos locales con señales reflejadas en
la ionosfera con ángulos elevados y hay tormentas eléctricas distantes, la
antena "B" (de bajo ángulo) escuchará los estáticos con mayor intensidad que
la "A" y menos a nuestros corresponsales. Podemos decir que, en este sentido,
la propiedad fundamental de la antena que puede conseguir alguna diferencia
es su directividad (estemos o no conscientes de ella). La polarización de la
antena puede ayudar también, especialmente cuando la señal la conserva o

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varía lentamente si es que podemos controlar la de nuestro sistema de
recepción. Puede resultar útil contar con dos antenas una de polarización
predominantemente horizontal y otra vertical, conmutándolas manualmente a
la más favorable (o construyendo un RX con dos canales capaz de elegir la
mejor señal). ¿Hay antenas más ruidosas por causas no electromagnéticas? Si,
por ejemplo son más ruidosas aquellas que fácilmente se cargan
electrostáticamente con el viento y poseen puntas por las que esas cargas se
disipan (o lugares donde forman ángulos agudos). Tales descargas producen un
ruido muy molesto en la recepción (efecto corona). Otra forma de carga
electrostática que produce ruido es la producida por los denominados estáticos
de las precipitaciones generados por el arribo a la antena de gotas de agua
cargadas (también nieve, granizo, polvo, etc.) Nótese que en este caso los
ruidos se producen en la misma antena y no se deben a ondas
electromagnéticas que arriben propagándose por el espacio como las descargas
atmosféricas generadas por las tormentas. Un dipolo abierto puede resultar más
ruidoso que uno dipolo plegado o cuadro (loop) simplemente porque los
segundos a menudo le proveen a la carga electrostática un camino para
disiparse en la tierra que los primeros a veces no le ofrecen por no haberse
tomado las provisiones necesarias. Ese descuido a menudo les confiere a los
nobles dipolitos mala fama que no merecen, pues bastaría con adosarles algún
elemento que haga posible el drenaje de las cargas electrostáticas a tierra
(puede ser un simple inductor o resistor entre los terminales). Hay antenas en
las que se inducen más fácilmente campos eléctricos, como los provenientes de
chispas y descargas de carteles de neón, por presentar más superficie, o
aquellas que son más sensibles a los campos magnéticos originados por picos
transitorios de altas corrientes en dispositivos de conmutación, como las de
pequeños o grandes cuadros. No hay que culpar siempre a la antena Un buen
día Pedro decidió cambiar su antena y descubrió sorprendido que la nueva le
regalaba una recepción más limpia que su antiguo dipolo, a partir del alentador
resultado no dudó en proclamar las bondades de la recién descubierta "joyita".
Juan hizo lo propio y también obtuvo las mismas ventajas, sin embargo José,
no notó ninguna diferencia, (él casi apostaba que la nueva era un poco más
"sordita") ¿quién tendrá razón? Veamos una posible causa: imaginemos que los
receptores de Juan y Pedro son "palanganas", poca selectividad de entrada,
notables y variados productos de intermodulación, presto a sobrecargarse,
mientras que el de José es un "Estado del arte" en materia tecnológica. ¿Qué
sucedería si a las palanganas las conectamos a una antena que de por si sea
bastante selectiva? (podría ser intrínsecamente selectiva como una antena de
cuadro (Magnetic loop), por poseer algún circuito sintonizado agregado con
propósitos de adaptación o ser naturalmente más selectiva como una Doble

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Bazooka. Con esas antenas algo selectivas los pobremente construidos
receptores de nuestros amigos quizás funcionan mejor porque la antena les dio
aquello que estaban precisando para desempeñarse más o menos
correctamente, entonces, ¿la antena nueva, es más silenciosa o el receptor es un
cachivache? Siempre convendrá intercalar en la entrada del equipo un buen
preselector (sin ganancia) antes de sentar un juicio en esta materia,
especialmente con los pequeños equipos modernos que muy a menudo
sacrifican muchas de sus obligaciones en aras del tamaño reducido, anchura de
banda y no necesidad de sintonía. ¡Una nueva! la ROE en recepción. Muchos
veteranos suelen afirmar en son de broma que las antenas funcionaban mejor
antes que apareciera el medidor de ROE, en cierto modo es verdad: "ojos que
no ven corazón que no siente" reza el viejo refrán, seguramente a muchos
lectores jamás se les ocurrió medir la ROE de su receptor en esa santa obsesión
por conseguir la máxima eficiencia, ¡grave pecado!, en RX la impedancia de
entrada del receptor es a la línea lo mismo que en TX la impedancia de la
antena a la misma línea. Entonces, si la antena (que en recepción es el
generador) no "ve" la impedancia de carga apropiada, tampoco podrá transferir
toda la energía disponible. Esto lo sabían bien quienes construían sus etapas de
entrada en VHF porque debían lograr la adaptación "justa" para alcanzar la
mejor relación señal-ruido de su preamplificador… ¿está seguro que su
receptor no tiene ROE?, bueno, le dejo este nuevo motivo de desesperación,
eso si ¡por favor!, Novicios: ¡no intenten medir la ROE del receptor con el
medidor tradicional acoplado a un trasmisor! Si bien esto es absolutamente
cierto, no es mi intención, habiendo escrito tanto para desmitificar la ROE,
traer nuevas preocupaciones al lector, pero si señalar que muchas veces,
cuando no estamos empleando la antena adecuada para la banda en un sistema
común, resultará muy conveniente intercalar entre el receptor y la línea un
dispositivo adaptador de impedancias, de modo que él presente a la línea una
impedancia tal que proyectada en la antena le presente a esta la impedancia de
carga que ella precisa para intercambiar energía lo cual muchas veces mejorará
sustancialmente la recepción (de todas maneras si la ROE es muy alta, las
pérdidas adicionales por ROE de una línea corriente seguramente se harán
sentir). Nota acerca de la polarización y el diagrama de radiación de los dipolos
comunes Solemos creer que un dipolo es una antena de "polarización
horizontal", pues no es así, la polarización de un dipolo corriente es doble. Esto
es porque definimos polarización como: "la dirección del campo eléctrico en el
sentido de la máxima radiación de la antena". Efectivamente la idea que el
dipolo es una antena de polarización horizontal concuerda perfectamente con la
definición, pero ¿qué sucede en otras direcciones?, pues que a medida que
observamos el campo eléctrico moviéndonos hacia las puntas de la antena, este

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se va inclinando más y mas hacia la vertical, hasta que en la dirección
correspondiente al eje del dipolo la polarización resulta totalmente vertical.
Esto nos lleva a considerar el diagrama de radiación acimutal en forma de ocho
que comúnmente se atribuye a los dipolos (erróneamente). Ese diagrama en
forma de ocho corresponde únicamente al campo eléctrico horizontal
exclusivamente. Cuando se considera simultáneamente la componente de
polarización vertical (campo total) el diagrama se transforma en una especie de
ovalo (aunque siga preponderando en la dirección perpendicular al alambre).
De allí resulta que el dipolo es bastante más omnidireccional de lo que
habitualmente se cree y, en mi opinión, esto constituye una ventaja a su favor.
Antenas inteligentes Dijimos que las antenas no poseen inteligencia para
discriminar las señales útiles de los ruidos o interferencias, pero nosotros los
humanos si poseemos alguna, aunque sea limitada ;>), con ella podemos idear
sistemas que empleen antenas "bobas" para mejorar la recepción, sobre todo
ante condiciones cambiantes. Desgraciadamente en HF esas posibilidades no
son muy accesibles al aficionado medio, fundamentalmente por razones de
espacio. Un sistema precursor del concepto podría ser la recepción denominada
"Diversity". Un posible sistema Diversity puede lograrse recurriendo a la
recepción simultánea en dos o más frecuencias de la misma información
trasmitida, otro puede consistir en recibir en la misma frecuencia pero con más
de una antena (o ambas cosas a la vez). Se trata de recibir señales que hayan
arribado por diferentes caminos para que no resulten idénticamente afectadas
por el desvanecimiento, esto se consigue separando las antenas bastante poco, a
veces alcanza con apenas unas pocas ondas, en 40 m por ejemplo el mejor
espaciamiento es de 7 l a 10 l y como mínimo 4 l; en 20 m: 10 l, siendo 6 l
bueno y 4 l el mínimo útil (1). La mayoría de nosotros habrá experimentado
que una emisora de broadcasting de onda corta que trasmite la misma
programación en distintas bandas no se escucha igual en diferentes horarios, o
épocas del año. Estando en diferentes bandas es menos probable que el fadding
o la ionización ionosféricas afecte igual a las dos señales simultáneamente. Se
pueden conmutar diferentes combinaciones de antenas simples o compuestas
con el fin de conformar disposiciones con diferentes características directivas
tanto en el plano vertical como horizontal además de elegir la polarización más
adecuada. Con este arsenal de posibilidades, mediante un adecuado dispositivo
de computación capaz de elegir "al vuelo", la combinación capaz de proveer la
mejor recepción se consigue esta maravilla. Catón siempre terminaba sus
discursos diciendo: "... y, además, ¡creo que hay que destruir Cartago!" finalizo
estas notas parafraseándolo: Y además, ¡no hay ganancia sin directividad…!
Aspiro que entre estas cositas hayan conocido al menos una nueva que les
permita comprender o mejorar algo de la mejor amiga del Radioaficionado

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Monitor en tiempo real de Dx para las bandas abajo señaladas
DX-Summit is built up and operated by the members of OH9W / OH2AQ Rad

137 Khz 1.8 Mhz. 3.5 Mhz. 7 Mhz. 10 Mhz. 14 Mhz. 18 Mhz.

21 Mhz. 24 Mhz. 28 Mhz. 50 Mhz. 70 Mhz. 144 Mhz. 430 Mhz.

1.2 Ghz. 10 Ghz. Beacon Digitales. IOTA QRP SATÉLITE

50 / VHF HF / CW HF/FONÍA VHF / CW VHF FONIA 250 1000

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Lionel Remigio KC4CLD
Opinión sobre las antenas " direccionales" y la razón por la cual,
no creo en ninguna de ellas. Y lo que dicen genios y científicos
sobre las mismas.

Es difícil de explicar, pero NUNCA he usado una antena direccional y la


razón es simplemente, porque no creo en ellas y tengo mi teoría al
respecto. Aunque si funcionan en VHF y UHF donde la transmisión y
propagación es en linea recta y SI FUNCIONAN, las antenas
direccionales no son lo que dicen ser en HF, no trabajan como dicen
los fabricantes que trabajan, y al no existir la propagación en linea
recta,l NO FUNCIONAN y son varias razones que explicaré en este
documento para que traten de entenderme más adelante.
En primer lugar, oigo a decenas de colegas que usan direccionales y
dicen " esperate que voy a dirigir la antena hacia donde estas" y eso,
es simplemente una barbaridad. Las ondas de radio viajan en la
dirección que ellas les da su real gana y usted no puede pretender
dirigir una señal a distancia que cuando sale de la antena y choca en el
horizonte para rebotar en la atmósfera, caera en cualquier parte del
mundo sin poder predecir NADIE donde será esa caida ni cual su

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polaridad.
Tampoco nadie podra decir si esa señal se recibirá vertical u
horizontalmente polarizada por la misma razón antes expuesta. Y
aunque la direccional le da capacidad de recepción mas perfecta en
recepción por eliminación de interferencias o señales laterales y
señales que vienen de atrás, no es lo mismo el asunto a la hora de
transmitir esa señal. Ahí, ya cambia el tema.
La verdadera diferencia en una antena direccional está en escuchar o
no escuchar. Cuando usted casi no escucha a una estación que está "
enterrada en el ruido" con un dipolo, con la direccional lograra
escucharla y punto. Pero la diferencia no será tal como para "
sorprenderse" ni tampoco recibirá a la estación con decibeles de
diferencia. Malamente 1dB si acaso a lo máximo ganará con la
direccional y esa es precisamente la diferencia. Escuchar o no
escuchar. Esa es SU UNICA ventaja.
La propagación de ondas en la atmósfera, interfiere mucho con las "
direccionalidad" de una antena que solo es direccional HASTA EL
MOMENTO EN QUE SU TRANSMISIÓN alcanzá el horizonte, pero de
ahí en adelante, NADIE PUEDE ASEGURAR O PREDECIR en donde
caera esa senal, en que polaridad y mucho menos aún, con que
intensidad.
Y si vemos el costo, mantenimiento, y accesorios requeridos para
mantener una direccional, comparados con una buena G5RV o una
antena vertical o de alambre, no merita la pena porque la " ganancia"
de la direccionalidad sobre los inconvenientes de costos y
mantenimiento, no meritan la adquisición de una direccional. Y eso sin
mencionar el costo de una torre si quiere montar la direccional encima
de ella. Además del rotor, etc.
Recuerdo hace tiempo que en una conversacion telefónica con el
fallecido G5RV Louis Barney, creador de la antena G5RV, me dijo que
Él por regla general desmanteló sus direccionales despues de haber
llegado a la conclusión que podía trabajar a todas las estaciones que
escuchaba con la G5RV. Esta afirmación me la hizo estando en
Uruguay donde radicaba 6 meses del año y usaba los
indicativos CX5GRV. Y eso, viniendo de Louis Barney, afirmaba que no
estaba loco yo en mi teoría de las direcionales.
También otro genio de las antenas que es el Dr Walter Maxwell,

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W2DU y que fué el disenador de las primeras antenas de los satélites
meteorológicos Tiros de Estados Unidos, desecha el uso de las
direccionales y su antena preferida es una antena que sea tan larga
como la mas baja frecuencia a operar, ( en este caso el usa una para
80 metros como la mas baja banda a trabajar), y esa antena esta
alimentada por linea de 300 ohmios que conecta a un antena tuner y
opera en todas las bandas. El Dr Maxwell no usa direccionales y opina
de la misma manera que yo acerca de las mismas y por ende, tiene la
misma " teoría" mía. Y viniendo de quien viene esa opinión, creo que al
menos la de Él, esta aceptada si no quieren aceptar la mía en caso de
creer que estoy errado o loco.

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