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La Cosiata, también conocida como la Revolución de los Morrocoyes, fue un movimiento

político que estalló en la ciudad de Valencia, Venezuela, llevado a cabo por el general José
Antonio Páez el 30 de abril de 1826, con la finalidad de separar a Venezuela de la Gran
Colombia.

Originalmente el movimiento iba dirigido a exigir la reforma de la Constitución de Cúcuta y


anunciar el rompimiento con las autoridades de Santa Fe de Bogotá, pero con intenciones de
seguir bajo la protección del Libertador Simón Bolívar. Otros sin embargo concluyen que estos
acontecimientos se veían venir desde el nacimiento de la República de la Gran Colombia, ya
que al constituirse la misma se adoptaba un sistema de tipo centralista en manos de las élites
políticas y económicas neogranadinas, aunado a ello las autoridades venezolanas tenían que
estar supeditadas a la decisión del senado de Gran Colombia (Nueva Granada, Venezuela y
Ecuador), perdiéndose en teoría los años de lucha independentista y logros de libertad
alcanzados en el campo de batalla. Es este el evento el que en definitiva marcará el
nacimiento de la República de Venezuela.

Índice

 1Etimología
 2Antecedentes
 3Fundación de la República de Venezuela
 4Véase también
 5Enlaces externos
 6Referencias

Etimología[editar]
El origen de este nombre con el que se conoce este movimiento político, es un poco extraño a
los ojos de quien busca su significado, pero según investigaciones realizadas por el
historiador, profesor José M. Ameliach N., plasmadas en su artículo "La Cosiata fue el
Principio del Fin", edición del diario El Informador de Barquisimeto, con fecha 22 de enero de
2012, su significado etimológico nace en la característica propia de la población venezolana
de la época que colocaba un determinado nombre a alguna eventualidad política, por ese
entonces había llegado al país un comediante italiano que usaba en sus presentaciones la
palabra Cosiata, para referirse a los hechos teatrales sin importancia o significado, y como
esa era la palabra de moda para la ocasión resultó siendo la empleada como reseña por los
medios de comunicación escritos.

Antecedentes[editar]
En 1821 la promulgación de la Constitución de Cúcuta (Constitución de la Gran Colombia)
había causado malestar entre los venezolanos desde un primer momento, siendo jurada en
Caracas bajo protesta de la Municipalidad. La elección deFrancisco de Paula Santander para
la Vicepresidencia de la República, la escogencia de un sistema centralista en vez de uno
federal y la elección de Bogotá como capital de la recién formada Unión, fueron también
puntos de gran discordia ciudadana, percibiéndose que Venezuela que no había sido
favorecida con las decisiones tomadas. La constitución central, que no podía ser reformada
antes de 10 años, preveía ciertas medidas federales con el paso del tiempo, pero dependía
del pueblo de acatar la carta magna y la ley.

General Francisco de Paula Santander. Boceto de Helen Bedout, 1819.

Motivado por el constante embate de guerrillas realistas, en una Venezuela que transcurría
por una plena recuperación de la guerra emancipadora, y por el reinante temor ante de una
supuesta "Santa Alianza" entre Francia y España, mediante la cual se estaría formando un
poderoso ejército para reconquistar a América, Francisco de Paula Santander decreta el 31 de
agosto de 1824 un alistamiento general de todos los ciudadanos entre los 16 y los 50 años en
el país y le exige al Departamento de Venezuelaun contingente de 50.000 hombres para ser
enviados a Bogotá.

Por su parte, el General José Antonio Páez, quien venía ejerciendo las funciones de
Comandante General del Departamento de Venezuela
(Caracas, Carabobo, Barquisimeto,Barinas y Apure) desde 1822, demoró la ejecución del
decreto por casi un año, temeroso no solo de un motín general, sino para así demostrar su
desagrado ante las decisiones del gobierno. Posteriormente y debido a las continuas
presiones bogotanas decidió acatar el llamado a alistamiento de los venezolanos, que
finalmente terminó en un rotundo fracaso por el reclutamiento de sólo a 800 ciudadanos,
viéndose entonces obligado a realizar una segunda y tercera convocatoria en colaboración del
General de Brigada Juan de Escalona (Intendente del Departamento de Venezuela)
terminando estos nuevos intentos en sanguinarios disturbios. Al Concejo Municipal de
Caracas llegaron reportes de excesos en el reclutamiento, lo que motivó a una acusación que
prosperaría en el Senado de Bogotá.

El parte de los hechos no tardó en llegar a la capital gran-colombiana, enviándose de


inmediato la documentación correspondiente para presentar el informe de la situación. El
Vicepresidente Santander aprovechó la situación para solicitar que el Congreso procediera
con mucha prudencia frente a una crisis política que estaba afectando la relación entre
Caracas y Bogotá, recurriendo recordar a los diputados la brillante trayectoria del General
Páez y la necesidad de contar con su persona si era posible por el bien de la Unión. Páez
finalmente es destituido de su puesto de Comandante General del Departamento de
Venezuela, siendo llamado inmediatamente a Bogotá para enfrentar un juicio, por votación del
Senado.

Es de esta manera como Páez le entrega el mando al general Juan de Escalona, pero
asesorado por Miguel Peña entre otros, quienes creyeron que su presencia ante Santander
sería el cadalso, tal y como había ocurrido con el coronelLeonardo Infante, joven oficial
venezolano a quien se le siguió injusta causa y fue condenado a ser fusilado, se niega a
acatar la orden de trasladarse a Bogotá, residenciándose finalmente en a su casa en la
Ciudad de Valencia. Tres meses después surge una revuelta de ciudadanos frente al Concejo
Municipal de la localidad, al día siguiente los ediles declaran que ante la alteración del orden
público que se estaba produciendo en la provincia era necesario traer de nuevo a Páez a la
jefatura del país. Ante tal situación, José Antonio Páez se declara en rebelión.

Bolívar, quién había sido reelegido Presidente y al enterarse de esta situación, salió desde
Lima rumbo a Venezuela el 4 de septiembre de 1826, llegando el 12 de septiembre a
Guayaquil y el 16 de noviembre a Bogotá, luego toma rumbo a a Cartagena y desde allí por
mar, arribando a Puerto Cabello el 31 de diciembre. Días después Bolívar se encontró con
Páez, reafirmando su unión libertadora y el Libertador le otorga una amnistía general y ratifica
a José Antonio Páez Herrera como Jefe Civil y Militar del departamento de Venezuela. Sin
embargo las divisiones entre venezolanos y neogranadinos se acrecentaron en vista de la
demorada a las reformas constitucionales que pedía la ciudadanía, intensificándose en los
años posteriores.

Bolívar regresó a Santafé a principios de 1827, encontrando una fuerte resistencia en los
medios políticos que se agrupaban alrededor del General Santander. La confianza que el
Libertador depositaba en sus más cercanos colaboradores militares, en su mayoría
venezolanos e ingleses, y los frecuentes excesos de éstos, agregaron un motivo más a las
divergencias existentes entre Bolívar y los miembros del Congreso.

Fundación de la República de Venezuela[editar]


El 2 de abril de 1828, a causa del movimiento iniciado por General José Antonio Páez y otros
que igualmente buscaban la revisión de la Constitución de la Gran Colombia, se realizó lo que
se conoce como la Convención de Ocaña con el objetivo de elegir el congreso constituyente
que modificaría la Constitución de Cúcuta. Los asistentes a dicha convención fueron diputados
de los Departamentos de Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela, estos a su vez se
conformaron en dos bandos, los Centralistas encabezados por Simón Bolívar y los
Federalistas liderado por Francisco de Paula Santander del lado Colombiano y José Antonio
Páez del lado Venezolano, teniendo más adeptos este último grupo.

Bolívar con su ferviente deseo de ver una Gran Colombia unida frente a las agresiones
internas y externas, decide hacer imponer su voluntad, estableciendo así una dictadura como
último recurso. En agosto de 1828 presenta una nueva Constitución con una marcada tilde
centralista y por vez primera un sistema presidencial vitalicio en la que este podía tener la
facultad de nombrar su sucesor. Esta fue la chispa final que encendió los ánimos de quienes
buscaban la secesión, viendo esa propuesta como un regreso al sistema monárquico del que
se habían librado en la Guerra de Independencia contra España; surgen por ello múltiples
intentos de asesinar al Libertador.

El 27 de diciembre de 1829 una asamblea reunida en el Convento de San Francisco en


Caracas desconoció la autoridad de Bolívar y del Gobierno Colombiano, entregando el poder a
Páez quien en un oficio así lo deja saber a Bolívar, el cual fue leído en una convención
constitucional reunida en Bogotá para enero de 1830 donde lo insta a aceptar la separación
de Venezuela. Dicha convención llamado Congreso Admirable fue convocada por el mismo
Libertador con la intención de conciliar las facciones que se habían creado en la República y
así evitar la disolución de la Gran Colombia, por lo que al recibir las noticias de Venezuela,
solicitó poderes dictatoriales al Congreso para entrevistarse con Páez en Mérida
(Venezuela) y remediar la crisis, pero tal permiso le fue denegado, por lo cual Simón Bolívar
finalmente renuncia a su posición en ese mismo mes de enero de 1830.

Páez entonces decide formar un Gobierno Provisional al constituirse en Jefe de la


Administración y expide un decreto donde convoca a la elección de diputados para un
Congreso Constituyente que se reuniría en la ciudad de Valencia el 6 de mayo de 1830, el
cual culminó con la creación de la República de Venezuela y el establecimiento de Valencia
como capital provisional.

La Constitución que debía regir la nueva República de Venezuela fue sancionada el 22 de


septiembre de 1830, entrando en vigencia ese mismo mes.

El 24 de marzo de 1831 se practicó el escrutinio legal para elegir al Presidente de la


República, resultando electo para el primer período constitucional de cuatro años como
Presidente de la República, el General José Antonio Páez Herrera, quien obtuvo 136 votos
(86,07%) de los 158 electores que sufragaron. Al día siguiente, se practicó la votación para
elegir al primer Vicepresidente de la República, y como ninguno de los candidatos obtuvo
mayoría legal, fue perfeccionada la elección y resultó designado por dos años, el
Licenciado Diego Bautista Urbaneja.

El 11 de abril de 1831, el general José Antonio Páez prestó juramento legal como Presidente
Constitucional de Venezuela; un fragmento de su discurso ese día al tomar posesión del
cargo:
La verdad es que se abre entonces uno de los mejores periodos de nuestra historia, y precisamente en
lo referente a la organización política y moral de la República. Prudencia, firmeza, probidad, sagaz
apreciación de la imposibilidad de separarse por entonces del jefe militar, pero a la vez valeroso
propósito de vigilarlo y reducirlo; entusiasmo laborioso y consecuente para trabajar por una
administración pública eficaz y equilibrar la libertad y el orden, tales fueron las virtudes de aquella
generación, que logró convertir en un movimiento patriótico y legalista la desmembración de Colombia,
iniciado bajo tan funestos auspicios ...

El presidente Páez gobernó con una paz relativa durante su período, estando integrado su
gobierno en su mayoría por militares de alto rango veteranos de la Guerra de Independencia,
logrando en su gestión una leve recuperación de la economía devastada por la guerra,
principalmente por la promulgación de la Ley de Libertad de Contratos de 1834 y las
exportaciones de Café.1 Sin duda alguna, bajo su dirección se constituyó la República
(naciendo bajo el mando del Partido Conservador.

Sin embargo hubo que hacer frente a varias revoluciones, como la encabezada en Barcelona
y Cumaná por el general José Tadeo Monagas, la Revolución Pro-Monárquica de José
Dionisio Cisneros y Pro-Colombianista de Cayetano Gabanteambas en el Guárico
durante 1834. Junto a esto hizo frente a serias dificultades de orden religioso, con el Arzobispo
de Caracas, Doctor Ramón Ignacio Méndez, y político, auspiciadas por militares descontentos
por no intervenir directamente en la administración pública, otros por grupos civiles y
miembros de la comunidad universitaria que apoyaban la candidatura civilista del médico José
María Vargas a pesar de la renuencia de éste a aceptar su postulación.

Finalmente en 1835 José Antonio Páez delegó el poder en manos de José María Vargas, el
primer civil en dirigir el país.

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