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LAS MATEMATICAS DE DIOS

La visión y perspectiva de la vida si hace diferencia en las personas en general y por supuesto en
los católicos que desde una Fe adulta, sujeta a continua reflexión y perfeccionamiento a fin de
no estancarnos o peor aún, pretender que alcanzamos un crecimiento “aceptable”, incluso
“notable”, luchan día a día por discernir y cumplir la voluntad de Dios en nuestra historia
personal y en nuestras Comunidades.

Un elemento valioso que ayuda de sobremanera al Dirigente Cristiano del presente siglo a
perseverar con alegría, es comprender las matemáticas de Dios, me atrevería a decir, que en la
medida en que las llegamos a comprender, nuestros servicio, ilusión, entusiasmo y fuerza
espiritual adquieren un nuevo sentido y brillo.

Pero, ¿a que nos referimos con las Matemáticas de Dios? ¿De qué estamos hablando?

Permitan que la presente enseñanza y la Palabra de Dios respondan este novedoso concepto con
el objetivo que cada uno de ustedes, Dirigentes, lo apliquen en su vida, sobre todo en los
momentos difíciles, cuando cuesta perseverar, cuando las reservas se agotan, cuanto el cansancio
y desencanto pretender arrebatar o disminuir la alegría del evangelio, la alegría del servicio como
escuela por excelencia en los lideres de CCHDD.

La visión de Cristo, la visión de Dios no es nuestra visión; sus tiempos no son nuestros tiempos y
sus matemáticas difieren en tiempo y espacio en forma absoluta de las nuestras, en especial en la
forma en que racionalizamos las mismas.

El encuentro de Jesus y la mujer samarita (Jn 4: 5 – 42)

5 Llegó entonces a una ciudad de Samaría, llamada Sicar, junto al campo que le dio Jacob a su hijo
José. 6 Estaba allí el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del viaje, se había sentado en el pozo. Era más
o menos la hora sexta. 7 Vino una mujer de Samaría a sacar agua. Jesús le dijo: —Dame de
beber 8 —sus discípulos se habían marchado a la ciudad a comprar alimentos. 9 Entonces le dijo la
mujer samaritana: —¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer
samaritana? —porque los judíos no se tratan con los samaritanos. 10 Jesús le respondió: —Si
conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: «Dame de beber», tú le habrías pedido a él y él
te habría dado agua viva. 11 La mujer le dijo: —Señor, no tienes nada con qué sacar agua, y el
pozo es hondo, ¿de dónde vas a sacar el agua viva? 12 ¿O es que eres tú mayor que nuestro padre
Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? 13 —Todo el que bebe
de esta agua tendrá sed de nuevo —respondió Jesús—, 14 pero el que beba del agua que yo le
daré no tendrá sed nunca más, sino que el agua que yo le daré se hará en él fuente de agua que
salta hasta la vida eterna. 15 —Señor, dame de esa agua, para que no tenga sed ni tenga que venir
hasta aquí a sacarla —le dijo la mujer. 16 Él le contestó: —Anda, llama a tu marido y vuelve aquí.

Elaborado para CCHDD Carazo-Marzo 2016/GEAL


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17 —No tengo marido —le respondió la mujer. Jesús le contestó: —Bien has dicho: «No tengo
marido», 18 porque has tenido cinco y el que tienes ahora no es tu marido; en esto has dicho la
verdad. 19 —Señor, veo que tú eres un profeta —le dijo la mujer—. 20 Nuestros padres adoraron
a Dios en este monte, y vosotros decís que el lugar donde se debe adorar está en Jerusalén. 21 Le
respondió Jesús: —Créeme, mujer, llega la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis
al Padre. 22 Vosotros adoráis lo que no conocéis, nosotros adoramos lo que conocemos, porque la
salvación procede de los judíos.23 Pero llega la hora, y es ésta, en la que los verdaderos
adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Porque así son los adoradores que el Padre
busca. 24 Dios es espíritu, y los que le adoran deben adorar en espíritu y en verdad. 25 —Sé que el
Mesías, el llamado Cristo, va a venir —le dijo la mujer—. Cuando él venga nos anunciará todas las
cosas. 26 Le respondió Jesús: —Yo soy, el que habla contigo. 27 A continuación llegaron
sus discípulos, y se sorprendieron de que estuviera hablando con una mujer. Pero ninguno le
preguntó: «¿Qué buscas?», o «¿de qué hablas con ella?» 28 La mujer dejó su cántaro, fue a la
ciudad y le dijo a la gente: 29 —Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho.
¿No será él el Cristo? 30 Salieron de la ciudad y fueron adonde él estaba. 31 Entretanto los
discípulos le rogaban diciendo: —Rabbí, come. 32 Pero él les dijo: —Para comer yo tengo un
alimento que vosotros no conocéis. 33 Decían los discípulos entre sí: —¿Pero es que le ha traído
alguien de comer? 34 Jesús les dijo: —Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y
llevar a cabo su obra. 35 ¿No decís vosotros que faltan cuatro meses para la siega? Pues yo os
digo: levantad los ojos y mirad los campos que están dorados para la siega; 36 el segador recibe ya
su jornal y recoge el fruto para la vida eterna, para que se gocen juntos el que siembra y el que
siega. 37 Pues en esto es verdadero el refrán de que uno es el que siembra y otro el que
siega. 38 Yo os envié a segar lo que vosotros no habéis trabajado; otros trabajaron y vosotros os
habéis aprovechado de su esfuerzo. 39 Muchos samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por
la palabra de la mujer que atestiguaba: «Me ha dicho todo lo que he hecho». 40 Así que, cuando
los samaritanos llegaron a donde él estaba, le pidieron que se quedara con ellos. Y se quedó allí
dos días. 41 Entonces creyeron en él muchos más por su predicación. 42 Y le decían a la mujer:—
Ya no creemos por tu palabra; nosotros mismos hemos oído y sabemos que éste es en verdad el
Salvador del mundo”. P. de D.

El episodio comienza con Jesús en camino a Galilea, y descansando en el pozo de Jacob. La historia
de ese pozo la encontramos en el capítulo 29 del Génesis, donde Jacob conoce a su esposa
Raquel, cuando ella llega a dar de beber a los animales de su padre Labán en este pozo, y él va de
camino a Padán Aram, luego que Isaac le prohíbe casarse con una mujer cananea.

Con este antecedente en mente, sería evidente para los lectores que el encuentro de Jesús y la
samaritana junto al pozo nos proponen un contexto nupcial. A los cristianos, esto debería
recordarnos que Jesús es el esposo de la Iglesia, es él quien nos pide un poco de agua, para
ofrecernos a cambio el agua de vida eterna. No se suponía que ninguno de los dos estuviera ahí.

Elaborado para CCHDD Carazo-Marzo 2016/GEAL


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Analicemos mas este tema porque no siempre dos más dos son cuatro. La primera reacción de la
samaritana es de sorpresa, que el propio San Juan se encarga de explicar: La samaritana le
respondió: «¡Cómo! ¿Tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?». Los
judíos, en efecto como ustedes recordaran, no se trataban con los samaritanos.

Para los judíos de la época, los samaritanos eran una raza híbrida entre israelitas y paganos, tan
repugnante para ellos que un judío estricto evitaba acercarse a ese país. Jesús, siendo un judío
religioso, se suponía que, si quería ir de Judea a Galilea, debía rodear Samaria; ni siquiera debió
estar ahí para encontrarse con esta mujer samaritana.

Por otro lado, siempre según las costumbres de la época, las mujeres iban a sacar agua temprano
en la mañana o cuando había refrescado la tarde y siempre en grupo. Que la samaritana estuviera
en el pozo al mediodía y sola, sugiere que no tenía buena reputación entre las mujeres de su
pueblo.

Finalmente, las reglas sociales tampoco permitían que los hombres hablaran con mujeres
desconocidas, sobre todo si su marido no estaba presente, ni a las mujeres con hombres que no
fueran sus parientes. Más que una leve molestia, la sorpresa de la samaritana ante las palabras
de este varón judío debió ser enorme.

En las matemáticas de Jesus las costumbres y prácticas de la sociedad no están por encima de la
voluntad de Dios, sobre todo de la preeminencia de la salvación de las almas, aun cuando sea una
sola alma, ésta para Jesus es sagrada y única, lo vale todo, mas allá de su cansancio, el qué dirán,
los riesgos, su agenda y su tiempo, sus planes. Hasta la frase popular y mundialmente conocida de
que “es más barato por docena”, pierde todo sentido en la lógica de Cristo.
Ahora vamos a profundizar en la Palabra de Dios para entender pasos a paso las matemáticas de
Dios. En primer lugar vamos a reconstruir la escena de este pasaje. Palestina no tiene más que
200 kilómetros de Norte a Sur, pero en los tiempos de Jesús el país estaba dividido claramente en
tres partes: Al Norte estaba Galilea; al Sur, Judea, y en medio, Samaria. Jesús decidió marcharse de
Judea por un tiempo y pasar a Galilea. El camino más corto de Judea a Galilea era a través de
Samaria, que se podía hacer en tres días; pero había una enemistad secular entre los judíos y los
samaritanos, y esto hacía que fuera más corriente seguir la ruta alternativa, aunque era doble de
larga, pues suponía cruzar el Jordán, subir hacia el Norte por la parte oriental y volver a cruzar el
Jordán otra vez a la altura de Galilea. Jesús eligió la ruta más corta a través de Samaria para ir a
Galilea, posiblemente no sólo para ganar tiempo sino también para cumplir una parte de Su
misión.

El camino pasaba por el pueblo de Sicar. A corta distancia de allí se bifurca la carretera de Samaria:
una rama va hacia el Nordeste a Escitópolis, y la otra hacia el Oeste a Nablus y luego al Norte a
Enganim. En la bifurcación se encuentra todavía el pozo de Jacob.

Elaborado para CCHDD Carazo-Marzo 2016/GEAL


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Esta era una zona llena de recuerdos históricos. Allí estaba la parcela que había comprado Jacob:
Jacob, en cambio, se fue a Sucot, y allí hizo una casa para él y unas enramadas para sus animales.

El pozo mismo tenía más de 30 metros de profundidad. No es un manantial, sino que el agua llega
allí filtrándose por las tierras de alrededor y se forma un depósito. Pero está claro que era ya
entonces un pozo bien hondo, del que no se podía sacar agua a menos que se tuviera con qué.

En nuestros días, la mayoría de decisiones en el mundo, en los gobiernos, las sociedades se toman
pensando en las mayorías; hay casos dramáticos en que incluso la muerte y sacrificio de seres
humanos se basa en números y cantidades, “que mueran cien, para preservar la vida de miles”.

Es riesgoso que nuestra Fe se contamine por estas distorsiones, sobre todo que las cifras ejerzan
una influencia negativa en nuestro espíritu de servicio, en la alegría de perseverar, de anunciar el
evangelio, de crecer en Comunidad: cifras relacionadas a cantidades y al factor tiempo.

La parábola de la oveja perdida es un relato precioso que nos muestra como la aritmética de Jesus
es diametralmente opuesta a la del hombre y mujer de los tiempos de hoy. Gerencialmente como
vas a poner en riesgo a las 99 ovejas por una. Es una estupidez desde todo punto de vista gerencial
porque por estar invirtiendo recursos en una sola podrías propiciar que te roben las 99. No solo
eso, ¿Qué valor de mercado tiene la oveja que se perdió? En realidad en una análisis de beneficio
– costo, ¿es rentable ir por una sola que se ha perdido? Mediten.

Pero Jesus no piensa de esa forma, va en busca de la que se ha perdido. Lo arriesga todo y no se
detendrá hasta encontrarla para traerla sana y salva de regreso al redil. ¿Cuántos de nosotros
estamos perdiendo la perspectiva de Jesus en nuestro servicio, en nuestras asambleas, en
nuestros Grupos de Convivencia, en los Ministerios, en la espiritualidad tan rica que ofrece
nuestra Comunidad?

Cuantos hemos perdido o al menos descuidado la pasión y fuerza del buen Pastor que va en busca
de la ovejita perdida? Meditemos, reflexionemos!!!!!!

Vivimos hoy una época en que el tiempo como lo entiendo el mundo, todo es para ayer, todo es
para YA!!!!; este comportamiento afecta a los adultos y en especial a los jóvenes. Nosotros
mismos en ocasiones lo vivimos en la realidad laboral, de estudios o planes personales, ¿Es o no es
así?

De forma gradual, casi sin notarlo lo replicamos a la experiencia del plan de Dios, del servicio, y se
nos olvida que sus matemáticas, gracias a Dios, no funcionan como las nuestras. Nos dice Isaías:

“Pues sus proyectos no son los míos, y mis caminos no son los mismos de ustedes, dice Yavé. Así
como el cielo está muy alto por encima de la tierra, así también mis caminos se elevan por encima
de sus caminos y mis proyectos son muy superiores a los de ustedes”. (Is 55: 8-9

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Jesus en el pasaje de la mujer de samaria da una lección magistral a sus discípulos que
posiblemente no logran entender. Leamos nuevamente los versículos del 31 al 38. Primero del 31
al 34:

A) 31 Entretanto los discípulos le rogaban diciendo: —Rabbí, come. 32 Pero él les dijo: —Para
comer yo tengo un alimento que vosotros no conocéis. 33 Decían los discípulos entre sí: —¿Pero es
que le ha traído alguien de comer? 34 Jesús les dijo: —Mi alimento es hacer la voluntad del que
me ha enviado y llevar a cabo su obra.

Los discípulos no entienden, ni viven la relevancia y trascendencia de lo que significa discernir y


cumplir con la voluntad de Dios, su mirada es siempre muy finita y material, tal vez se parece a la
nuestra desde nuestra Dirigencia y caminar. La prioridad de Jesus es la mujer de Samaria, nada es
más importante. Una vida, una persona. Una persona infeliz, en situación de pecado, marginada
no solo en la sociedad judía, sino por su propio pueblo, por las mujeres del pueblo, vecinas y
hasta familiares. Contra todo pronóstico y cumplimiento de la Ley, Jesus va a samaria, donde
ningún judío va; habla con una mujer samaritana sola, lo que ningún judío haría y establece un
dialogo lleno de ternura y paciencia: la catequiza, la evangeliza, le explica lo que está sucediendo
poniéndose a su nivel, en un lugar solitario, en un lugar desértico, a la hora más caliente del día.

No solo eso, cuando la mujer sale corriendo al pueblo a compartir la alegría que ha encontrado;
cuando sale consumida por un amor que ha provocado un cambio en su interior que ella misma no
logra dimensionar, Jesus se queda esperándola, no tiene prisa, y aunque seguramente tiene sed y
hambre, sus prioridades siguen enfocadas en esa vida, en esa alma. ¿Cuántos de nosotros hoy
tenemos demasiada prisa? Evaluémonos como padres de familia; como esposos; como hijos (as).

Durante años, muchos se han cuestionado sobre CCHDD de Carazo. Decenas ya no están y los que
están, les falta la alegría y entusiasmo de los primeros días en su caminar. ¿Por qué tan pocos?
¿Por qué cuesta tanto? ¿Qué otras cosas podemos hacer? ¿Sera que no es voluntad de Dios? Más
de alguno en silencio lo ha cuestionado. ¿Valdrá la pena mi esfuerzo, mi tiempo, mi sacrificio? ¿No
será tiempo de integrarme a otro Movimiento o Comunidad?

Son dudas e interrogantes presentes en este momento, en especial los que siguen perseverando,
las autoridades, los Dirigentes con más años de caminar. Y Jesus se encarga de darnos la
respuesta, puede ser que al igual que la mujer de samaria; al igual que los discípulos no lo
entendamos, pero su respuesta es clara, lo que pasa es que hay un problema conceptual, no
encaja en los parámetros humanos tradicionales de tiempo y espacio.

Meditemos ahora los versículos del 35 al 38:

B) 35 ¿No decís vosotros que faltan cuatro meses para la siega? Pues yo os digo: levantad los ojos y
mirad los campos que están dorados para la siega; 36 el segador recibe ya su jornal y recoge el
fruto para la vida eterna, para que se gocen juntos el que siembra y el que siega. 37 Pues en esto
es verdadero el refrán de que uno es el que siembra y otro el que siega. 38 Yo os envié a segar lo
que vosotros no habéis trabajado; otros trabajaron y vosotros os habéis aprovechado de su
esfuerzo.

Elaborado para CCHDD Carazo-Marzo 2016/GEAL


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Hermanos (as) de CCHDD de Carazo, el plan de Dios es perfecto, nunca se equivoca, algunos
trabajamos para sembrar los cimientos; algunos dedicamos toda una vida para sembrar y
seguramente no nos corresponde ver en toda su magnitud los frutos pero debemos de llenarnos
de una profunda alegría al sabernos parte del plan de Dios, elegidos por El para contribuir en
plantar la semilla: …”para que se gocen juntos el que siembra y el que siega “.... (x, y , z)

Esta palabra nos llena de una esperanza maravillosa, indescriptible, excepcional, solo si la
podemos escuchar en lo profundo de nuestro corazón con oídos apostólicos. A cada uno de
ustedes se le ha asignado la tarea de sembrar, de cimentar, de establecer los fundamentos. Es una
tarea maravillosa, dura, difícil, tal vez no es la parte más agradable de la historia; pero nunca
olviden que el tiempo de Dios no es nuestro tiempo. Nos dice la Palabra de Dios: “Pero, amados,
no ignoréis esto: que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día” 2 Pedro 3: 8

Amados, así nos llama el Señor, amados……….. porque a veces la carga es pesada, llena de sin
sabores, posiblemente con derrotas desde nuestro criterio, pero no desde la visión de Dios, no
desde su amor y misericordia, no desde su alegría.

La crucifixión de Cristo para muchos en aquella época fue su derrota total, incluso para quienes le
seguían; no lograron comprender que la cruz era un signo perfecto de victoria y transición
definitiva a la vida eterna en el cortejo victorioso de Cristo. Madre Teresa al respecto pensaba lo
siguiente: <<Recuerden que la Pasión de Cristo desemboca siempre en la alegría de la
Resurrección, para que cuando sientan en su corazón los sufrimientos de Cristo, tengan bien
presente que luego llegará la resurrección>>

Jesus ha invertido un tiempo precioso con esta mujer; ha conversado con ella; la ha formado y le
ha presentado una verdad; se ha tomado su tiempo; ha significado sacrificio para El que está
cansado y exhausto por el viaje y la dinámica evangelizadora que desgaste y cansa humanamente
y espiritualmente.

Personalmente pudo haber caminado por el pueblo y tenido contactos con todos los habitantes de
la ciudad de Sicar, y el contacto con este hombre maravilloso, con su mirada tierna y compasiva
hubiese producido conversiones en cantidades inimaginables, pero el Señor Jesus en su estrategia
y con sus aritméticas dedica su tiempo a una vida, a una mujer, a una pecadora, a una marginada
en aquella época, y es esta vida, esta alma, esta mujer la que incide en la vida de toda una ciudad.

Nos dice la Palabra de Dios que todo el pueblo le pidió a Jesus que se quedara con ellos y se quedo
dos días. El amor de Dios multiplica y potencializa el tiempo y los números, e Hijos de Dios de
Carazo no es la excepción.

Un joven de Matagalpa que vivió su encuentro de HIJOS DE DIOS de Managua fue la matemática
perfecta para la fundación de toda una comunidad en Matagalpa en 1987; un joven y una joven de
Matagalpa y Rivas, respectivamente, que vivieron su Encuentro de Hijos de Dios en Carazo fue la
matemática perfecta para fundar una comunidad en Rivas de las cual por voluntad de Dios fue un
medio para el nacimiento de CCHDD de Boaco.

Elaborado para CCHDD Carazo-Marzo 2016/GEAL


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Si Carazo no hubiese perseverado, si los pocos hermanos (as) que por gracia de Dios han seguido
el llamado de Dios por encima de las pruebas, tribulaciones y etapas difíciles no estuviesen
perseverando; si hubiesen dejado de perseverar, si hubiesen creído que no valía pena; estos actos
de amor que el Espíritu Santo ha suscitado no se hubiesen dado de la forma en que hoy son
porque aun siendo pocos, en las manos de Dios cumplen una función perfecta que nadie podría
desarrollar.

Las últimas estadísticas muestran que en el mundo, en el planeta tierra somos 1,165,714,000 de
católicos, sin embargo si Jesus nos hubiese preguntado y pedido nuestra opinión sobre que si 12
apóstoles eran suficientes para irradiar sus enseñanzas y poblar toda la tierra con la Fe en
Jesucristo, nuestra respuesta hubiese sido un rotundo NO, y como hoy podemos constatar
nosotros nos hubiéramos equivocados, cada uno sin excepción.

Sin embargo nos seguimos cuestionando y agobiando sobre Hijos de Dios de Carazo; sobre la
cantidad de sus miembros; sobre los años que han transcurrido y lo que según nuestra limitada
visión son los resultados, perdemos miserablemente un tiempo valioso, tiempo en que se nos ha
encomendado la tarea de sembrar, de perseverar con alegría, de fortalecernos, de crecer en
nuestra Fe, de descansar 100% en Jesucristo sin aspectos emocionales o carnales, que se
entusiasman mucho con cantidades y soluciones de corto plazo a nuestra medida, gusto y antojo
perdiendo la perspectiva que somos siervos y que nuestra alegría es el Señor; que en El todo lo
podemos y que su gracia nos basta.

Queridos hermanos (as), vivimos como Iglesia un año extraordinario, un año que el Santo Padre
Francisco ha dedicado a la MISERICORDIA, reflexionemos este día lo dichosos que somos de ser
hoy y de estar hoy en esta Comunidad, como Dios lo quiere y como Dios lo ha permitido porque
esa es su santa voluntad. Todo tiene un propósito para nuestras vidas, no para quienes no están o
no han perseverado, sino para cada uno de ustedes hoy presentes y para mí en primer lugar.

Pidamos con humildad al Señor Jesus que nos de la fuerza que tuvo la mujer de samaria para
romper todos sus esquemas, liberarse de sus miedos y complejos, y salir corriendo a anunciar su
encuentro con Cristo que no solo transformo su vida sino que la de todo un pueblo.

Demos gracias al Señor Jesus porque en su visión de Dios somos parte de sus aritméticas y cuando
nadie daba nada por cada uno, El lo dio todo y sigue con nosotros hasta el fin de nuestros días
para pasar de este vida a la vida eterna con la certeza absoluta que durante esta vida cada vida es
sagrada para Dios y debe de serlo también para nosotros.

Gracias Señor Jesus por esta vida comunitaria de Carazo y por cada hermano y hermana de
Comunidad presentes y ausentes porque en tu tiempo y en tu plan perfecto todos juegan un papel
trascendental en la salvación de las almas desde tu visión de misericordia como Padre amoroso.

Honor y Gloria a ti Señor Jesus !!!

Elaborado para CCHDD Carazo-Marzo 2016/GEAL

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