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Los Partidos Políticos Argentinos

¿Qué son los partidos políticos?

La Constitución Nacional sostiene en su Artículo 38 que los partidos políticos son “instituciones fundamentales del
sistema democrático”. La Ley 23.298 – Ley Orgánica de los Partidos Políticos, les asigna el carácter de “instrumentos
necesarios para la formulación y realización de la política nacional” y les otorga potestad para la postulación de
candidatos a cargos públicos electivos.

¿Cuál es su órbita de acción?

En cuanto a su jurisdicción, la Ley 23.298 establece dos tipos de partidos: de distrito y nacionales. Los primeros
cuentan con personalidad jurídico–política para actuar exclusivamente en el distrito en el que son reconocidos como
tales: un municipio o una provincia. Los partidos nacionales, por el contrario, actúan en todas aquellas jurisdicciones
en las que se encuentran inscriptos; deben estar formados por un mínimo de cinco partidos de distrito y son los
únicos que pueden postular candidatos a presidente y vicepresidente de la Nación.

¿Qué requiere un partido político para tener vigencia?

Existen ciertos requerimientos que debe cumplir un partido político para mantener su vigencia; caso contrario, se
declara caduco. La Ley 23.298 en su Artículo 50 expresa claramente cuáles son esas causales de caducidad: la no
presentación en ningún distrito en tres elecciones consecutivas sin justificación; la no realización de elecciones
internas por lo menos cada cuatro años; la no presentación del acta de designación de autoridades surgidas de
elecciones internas (las que deben ser

convocadas dentro de los seis meses de la fecha de su reconocimiento oficial) y la ausencia de libros de inventario,
de caja, de actas y resoluciones – según lo dispuesto en el Artículo 37 de la citada ley –.

¿Qué participación femenina deben tener las listas partidarias en las elecciones?

Según lo establecen la Ley Nº 24.012 y su Decreto Reglamentario 1246/2000, la cantidad mínima de los cargos a
cubrir por los partidos políticos que se someten a la elección ciudadana deberá ser de un treinta por ciento (30%) de
mujeres. En casos en que la aplicación matemática de este porcentaje determine fracciones menores a la unidad, el
concepto de cantidad mínima será la unidad superior.

Campaña electoral

¿En qué consiste una campaña electoral y cuál es su duración?

Una campaña electoral es un conjunto de acciones realizadas con el expreso propósito de promover o desalentar la
captación del voto, a favor o en contra, de candidatos a cargos públicos electivos nacionales. Su duración varía,
según los cargos a sufragar: sesenta (60) días previos a la fecha de los comicios en caso de elecciones legislativas, y
noventa (90) días en caso de elecciones presidenciales. No obstante, en cualquiera de los casos, la publicidad
televisiva, radial o gráfica no está autorizada antes de los treinta y dos (32) días de la fecha del sufragio.

¿Qué se entiende por veda electoral?

Es la prohibición de realizar actos públicos de proselitismo, publicación y difusión de encuestas o sondeos


preelectorales, en un período de cuarenta y ocho (48) horas previas a la

iniciación del comicio y hasta el momento de cierre.

¿En qué consiste una alianza electoral?


Es una figura jurídica que permite que dos o más partidos conformen una coalición para participar en elecciones con
candidatos comunes en uno o más cargos. No se trata de organizaciones estables ni permanentes, sino de pactos o
acuerdos para un acto eleccionario en particular, motivo por el cual la ley les da carácter transitorio y no definitivo.
Es requisito indispensable que dos meses antes de la fecha de los comicios, dicha alianza sea reconocida por la
justicia electoral.

Financiamiento ¿Cómo se financian los partidos políticos?

Según lo establecido en la Ley 25.600 sancionada en el año 2002, los partidos políticos tienen una doble vía de
financiamiento: pública y privada, la que debe alcanzar un delicado equilibrio, a fin de evitar la excesiva dependencia
del Estado Nacional o la desmesurada influencia de determinados grupos de poder.

¿Puede cualquier ciudadano hacer su aporte económico a un partido político?

Por supuesto. La Ley 25.600 establece que cualquier persona física o jurídica realice su contribución al partido que
mejor represente sus ideas. La donación efectuada es deducible del impuesto a las ganancias, siempre y cuando no
supere el 5% de la ganancia neta del ejercicio.

¿Qué donaciones les están prohibidas a los partidos políticos?

La ley no permite aportes anónimos; de extranjeros; de quienes no residan en el país; de quienes exploten juegos de
azar; de quienes hayan sido obligados a hacerlo por parte de sus jefes o superiores; de asociaciones sindicales,
patronales o profesionales; de empresas concesionarias de servicios u obras públicas nacionales, provinciales o
municipales; y de entidades centralizadas o descentralizadas, nacionales, provinciales, interestatales, binacionales o
multilaterales, municipales o de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

¿Cuál es el límite de los gastos de campaña?

Sea en elecciones presidenciales o de legisladores nacionales, los gastos de un partido, sus candidatos y cualquier
persona en su favor, no podrán superar –en su conjunto– la suma equivalente a un peso ($1.–) por elector habilitado
para votar en los comicios. A efectos de esta restricción se considera que ningún distrito tiene menos de 500.000
(quinientos mil) electores.

¿Cómo accede el ciudadano a los informes financieros de los partidos políticos?

La información sobre el patrimonio, el origen y el destino de los fondos partidarios es pública, por lo tanto, puede ser
consultada libremente por cualquier ciudadano o habitante de la Argentina en Internet, ya sea en los sitios de los
partidos, de los administradores de las campañas electorales, del Ministerio del Interior o del Poder Judicial.
Asimismo, y sin que medie explicación de causa alguna, cualquier persona puede solicitar una copia de los informes
presentados por las agrupaciones políticas ante las Secretarías Electorales.

Reglamentaciones
Breve descripción de las reglamentaciones legales vigentes para los partidos políticos argentinos

4.1 Ley Nacional N° 23.298

Ley Orgánica de los Partidos Políticos: Reglamentación Jurídica de los Partidos Políticos en Argentina.

Titulo 1°: De las Funciones y Obligaciones de los Partidos Políticos.

En Argentina, se cuenta con una Ley Orgánica de los Partidos Políticos, sancionada el 30 de Septiembre de 1.985 y
promulgada el 22 de Octubre del mismo año como Ley Nº 23.298. En la misma se establecen los siguientes títulos:

· Principios Generales.
· De la Fundación y constitución.

· De la Doctrina y Organización

· Del Patrimonio

· De la caducidad y extinción de los partidos

· Del procedimiento partidario frente a la justicia electoral

· Disposiciones Generales

La ley establece en su artículo 7, incisos c y d, del titulo II, la necesidad de formular una declaración de principios y la
existencia de una carta orgánica como requisitos para el reconocimiento jurídico legal de un partido político.
Respecto a las funciones y obligaciones de los partidos políticos como instituciones, gran vació se encuentra en la
legislación vigente, ya que en ningún apartado se encuentran rubricados estos aspectos con fuerza de ley.-

Titulo 2: De los Requisitos para el Reconocimiento Legal de los Partidos Políticos

En la Ley 23.298, se establecen determinados requisitos para el reconocimiento de la personalidad jurídico política
por parte de la justicia para formar un partido político.

Recordemos que esta ley fue sancionada en el año 1985, su espíritu era, además de reglar legalmente a las
instituciones, fomentar la participación democrática, buscando la representatividad en instituciones políticas legales
de los distintos sectores sociales de ideología y opinión.

Titulo 3: El Financiamiento de los Partidos Políticos.

En la Argentina, la Ley Orgánica de Partidos Políticos, establece dos tipos de aportes estatales para la manutención
de los Partidos Políticos. En primer lugar se encuentra el Fondo Partidario Permanente, mediante el cual cada
institución percibe dos pesos con cincuenta centavos ($ 2.50) por cada voto obtenido en las elecciones próximas
anteriores.-

En segundo lugar, cuando un partido es oficialista, esto quiere decir que se encuentra en ejercicio del gobierno, el
mismo percibe un diezmo de cada sueldo de cada funcionario con designación política, sin importar si el mismo se
encuentra afiliado o no a la organización partidaria.-

La ley orgánica permite a los partidos políticos percibir donaciones y/o aportes de distintas organizaciones siempre y
cuando el importe quede registrado en las transferencias bancarias del partido.-

4. 2. El rol Institucional de los Partidos Políticos Argentinos

Al principio de la década de los ochenta, culmina en la Argentina un periodo de 7 años de gobierno de facto, con lo
que se reinstaura en el país la Democracia Representativa. Con este hecho puntual toman gran relevancia los
Partidos Políticos, ya que los mismos son el instrumento básico y más representativo de dicho sistema de gobierno.

El Dr. Josef Thesing, define de una manera muy clara el concepto “democracia” y cómo ésta se relaciona en su
esencia con la existencia de los Partidos Políticos: “… sistema basado en partidos que compiten por alcanzar y ejercer
el poder político, mediante su participación en elecciones universales, directas y secretas, que se realizan
periódicamente. En éstas los ciudadanos delegan su representación en quienes eligen, por el voto mayoritario, para
que ejerzan las principales funciones de dirección del Estado -ya sea en el gobierno central, en el parlamento o en el
gobierno municipal- durante un período de tiempo previamente establecido en la ley constitucional”. Y culmina su
apreciación diciendo: “…la existencia de partidos es inherente a los principios de la representación en la
democracia.”
Podemos concluir de esta manera, que los partidos políticos componen la naturaleza misma de un estado
democrático, constituyéndose como Instituciones Fundamentales del sistema, tal como lo expone el Artículo 38 de
nuestra Constitución Nacional.

Debemos entender por Institución a una organización de individuos, que subsiste independientemente de los
hombres que la componen. A la compleja red relacional que liga entre sí a los participantes, la institución agrega algo
más y distinto de los elementos iniciales. Más allá de los miembros individuales nace un elemento nuevo, una
entidad autónoma, que no resulta de una simple suma.

Se establece así la importancia de este tipo de instituciones para la existencia de un Estado democrático.
Deberíamos ahora especificar a qué naturaleza de organización nos referimos cuando hablamos de PartidosPolíticos.

Una de las mejores definiciones, en mi opinión personal, es la que establece que los Partidos Políticos "son las
agrupaciones de personas que sostienen opiniones políticas que pretenden hacer prevalecer a efectos de
orientación y de la gobernación del Estado.”

Pudiendo entender en todas sus acepciones y características a los términos, Democracia Representativa, Partido
Político e Institución, es que podemos avanzar hacia las primeras reflexiones referentes a la institucionalización de
los partidos políticos argentinos.

Algunas Reflexiones sobre Institucionalización

Los partidos políticos entendidos como Instituciones poseen en su constitución determinado tipo de funciones y
atribuciones que les son inherentes. Entre las funciones básicas que se le pueden atribuir a un partido político están
las de interpretar, agregar y articular intereses, expectativas y demandas de la sociedad.

Cumplen un papel exclusivo en lo referente a la representación legítima de los diferentes sectores sociales en los
ámbitos de gobierno debiendo además, asumir su rol de institución intermediaria entre la sociedad y los órganos del
Estado.

Referente a sus atribuciones naturales les compete a los partidos políticos, el reclutamiento de líderes, la
nominación de candidatos y la promoción de candidaturas, la elaboración y difusión de programas y definiciones
discursivas referentes a las formas de gobernar y cuáles políticas públicas promover.

Por Institucionalización de una Partido Político se entiende, en forma genérica, a aquel estado en que los partidos
desarrollan a plenitud la potencialidad de sus funciones y atribuciones, a la vez que buscan lograr la mayor
transparencia y eficacia en su accionar como organización política.

Existen determinados indicadores de institucionalidad partidaria como ser:

· Una Cultura partidaria, verdadera y transmisible, basada en la declaración de principios del partido, donde se vea
reflejado el ideario político de la institución, al igual que la misión y visión de la misma.

· Transparencia en las prácticas y desempeño de los funcionarios partidarios, tanto si los mismos ejercen cargos
internos como funciones de gobierno.

· Estructura organizacional que refleje en su organigrama los sectores necesarios para el cumplimiento fehaciente
de las funciones del partido.

· Documentación partidaria actualizada y conocida por todos sus miembros como la carta Orgánica,
reglamentaciones éticas, etc.
· Trabajo permanente y constante para la creación de proyectos políticos viables y actualizados, ya sean estos para
ejercer el gobierno o colaborar con él.

· Respeto por las normativas internas del partido, las cuales deben promover la participación política de todos sus
afiliados, la comunicación interna y externa, la transmisión de su ideología, etc.

Cuando esta situación se da dentro de un marco aceptable de variaciones y particularidades, un Partido Político es
capaz de cumplir correctamente con sus funciones y transmitir credibilidad a sus electores, por lo que generalmente
logra mantener su voto duro a lo largo de los distintos comicios sin que éste sufra grandes variaciones. Pero se debe
tener en cuenta que la simple retención de los porcentajes de voto constante por parte de un partido no es de por sí
un indicador fehaciente e infalible de la adecuada institucionalización del mismo.

Para poder determinar el grado de institucionalización de un partido político se deben analizar todos los factores en
forma conjunta, ya que existen situaciones contextuales referentes a la dinámica y realidad del sistema partidario en
su totalidad que pueden producir que partidos con prácticas poco institucionalizadas, logren mantener los índices de
voto constante; todo depende de la realidad y percepción de credibilidad que ofrezcan los otros partidos políticos
participantes.

En cambio, la disminución o pérdida del voto duro por parte de un partido político, sí se considera como indicador de
baja institucionalidad, ya que el partido ha perdido el apoyo de sus simpatizantes, los cuales han optado por otras
opciones electorales. Generalmente esta situación se produce cuando baja en forma constante la credibilidad
institucional del partido y cuando los votantes perciben que la institución no cumple correctamente con sus
funciones.

Esta situación genera de por sí una transferencia de caudal electoral. Cuando ésta se da dentro de un sistema
predominantemente bipartidista, ese caudal electoral se transforma en lo que generalmente se denomina “sector
independiente de electores”. Cuando existe un porcentaje considerable de independientes entre los votantes,
surgen nuevos partidos políticos, ya sean éstos naturalmente originales o producto de alianzas partidarias entre
organizaciones preexistentes.

Frente a este contexto, el sistema partidario sufre fuertes variaciones. Los partidos nuevos, en rasgos generales,
carecen de estructura y referentes ideológicos y partidarios. Generalmente su existencia gira en torno al accionar de
una sola persona, por lo que el desempeño electoral de esta organización dependerá mucho más del nivel de
identificación personal del electorado para con su referente político, que de la representación política que este
partido pueda llegar a ofrecer a los distintos sectores de la sociedad.

En el caso de las alianzas entre partidos, quizás el problema principal no sea la estructura partidaria o la referencia
ideológica. El mayor inconveniente que deben afrontar estas uniones, es el de las luchas y diferencias internas las
cuales, generalmente, no permiten que estas alianzas se transformen en el tiempo en nuevos partidos que logren
consolidarse como una unidad institucional.

Esta gran dispersión y movimiento del caudal electoral, en conjunto con el surgimiento y desaparición constante de
partidos políticos, produce en el mediano plazo, el fortalecimiento de aquel partido que haya podido conservar sin
grandes variaciones su desempeño electoral trasformándolo, en comparación con el voto duro del resto de los
partidos, en hegemónico.

Ese partido beneficiario, si bien mantiene en el tiempo los porcentajes de votos, al ser virtualmente hegemónico no
fortalece su institucionalización. Con un sistema partidario en desequilibrio, y al no existir fuerzas opositoras serias y
constantes con cuotas de poder significativas que puedan servir de contrapeso, aparecen dentro del partido
“hegemónico” prácticas características de baja institucionalización como ser los arreglos de cúpulas, alta corrupción,
clientelismo político, caudillismo, etc. lo que generalmente conduce a fraccionamientos internos.
La consecuencia o síntoma más inmediato de este contexto es la disminución considerable de la participación
ciudadana, tanto en los comicios como en la vida partidaria. Con esto no sólo se ve afectada seriamente la función
de representatividad que deben ejercer los partidos políticos y en donde reside indiscutiblemente su razón de ser,
sino también se deteriora el sistema democrático en sí. La sociedad y el Estado se ven seriamente perjudicados.

Se establece así que un sistema partidario con muchos partidos políticos no precisamente denota una vida política
partidaria más institucionalizada. Es una realidad que los partidos políticos que en un determinado período de
tiempo no se constituyen como Instituciones Políticas, tienden a desaparecer en el corto plazo. El surgimiento y
desaparición constante de partidos políticos en el escenario electoral, produce graves consecuencias para la vida
democrática e institucional de un Estado, un partido hegemónico que no cuente con una fuerza de contralor,
incurre sin remedio en practicas poco éticas perdiendo de esa manera la institucionalización que le permitió llegar a
ese lugar. Este contexto transforma al panorama político nacional en poco previsible y confiable.

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