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Armando Silva
En este resumen, recopilaré los estudios principales de Armando Silva en los que se apoya
su teoría sobre la formación de los imaginarios urbanos. La propuesta que presenta,
pretende concebir los croquis generales de América Latina como algo urbano que se
extiende por el mundo, pero que va más allá meramente de las ciudades. Entonces, su
propósito no es entrar a definir un cosmos físico, sino comprender algo más abstracto como
lo que tiene que ver con el uso e interiorización de los espacios y sus respectivas vivencias,
por parte de unos ciudadanos dentro de su intercomunicación social.
Esto significa que la ciudad se mueve, se transforma, habla, cambia y se configura, no tanto
por sus espacios físicos, como por sus habitantes. Por lo tanto, hay que reconocer que la
ciudad también es un escenario de lenguaje, de sueños, imágenes, esculturas y variadas
escrituras. Armando Silva lo afirma diciendo que la ciudad es la imagen de un mundo, pero
también del modo contrario: el mundo de una imagen, que lenta y colectivamente se va
construyendo y volviendo a construir, incesantemente.
En el primer capítulo, el autor sostiene que el graffiti pasa por perturbar un orden, bien sea,
social, cultural, lingüístico o moral; y que entonces la marca graffiti expone lo que es
prohibido, lo obsceno (socialmente hablando) y que dice lo que no puede decir, y al
hacerlo, termina por legitimar esta marca. La comparación que se hace en este capítulo
entre graffiti y publicidad es diametral: mientras que el graffiti busca un efecto social de
fuerte carga ideológica y transgresora, la publicidad busca el consumo de lo anunciado y así
su intención comunicativa es funcional a un sistema social, político o económico.
Pero no es tan importante conocer si existe un abismo de diferencias entre las imágenes y
sus efectos del graffiti y la publicidad, cuando no se sabe el punto de vista del ciudadano el
cual el autor emplea en dos sentidos: primero, como estrategia de enunciación en cuanto
que en la construcción de la imagen ya está previsto un ciudadano destinatario, con
características de especial competencia comunicativa, tanto verbal como visual. Y segundo,
él habla de punto de vista en relación con un patrimonio cultural implícito, que siempre
actuará como especial sugerencia identificadora en esta relación dialógica de participación
ciudadana. Luego de abordar la imagen como categoría de interpretación y configuración
de la ciudad, Armando Silva reconoce la ciudad como un territorio, el cual corresponde a
una noción desarrollada en los estudios sobre conducta animal, por parte de los etólogos,
pero también es una categoría que usan los geógrafos y los antropólogos en sus
consideraciones sobre uso de espacios.
El autor afirma que territorio fue y sigue siendo un espacio donde habitamos con los
nuestros, donde el recuerdo del antepasado y la evocación del futuro permiten referenciarlo
como un lugar que aquél nombró con ciertos límites geográficos y simbólicos. Nombrar el
territorio es asumirlo en una extensión lingüística e imaginaria; en tanto que recorrerlo,
pisándolo, marcándolo en una u otra forma, es darle identidad física que se conjuga, por
supuesto con el acto denominativo. “El territorio es algo físico, pero también extensión
mental”: Armando Silva.
En estos territorios existen límites y bordes que marcan el final de un espacio físico. Como
es obvio el "límite" es una zona que define donde termina o se inicia el territorio. El límite
desborda lo físico para convertirse en un indicativo cultural, el inicio (o el final) de un
espacio donde los hombres se reconocen como habitantes del territorio, como
familiarizados con sus costumbres y todo aquel que acceda en calidad de invitado es
catalogado como extranjero y en el otro caso, como advenedizo, intruso o usurpador. El
"borde visual", dice Silva, el "borde urbano", el "límite oficial", el"límite imaginario" o el
"límite diferencial", son elementos que contribuyen a reconocer la existencia de dos tipos
de espacios en la ciudad: uno el "espacio oficial", el diseñado por los gobernantes, los
constructores, los urbanizadores y el otro, el "espacio no-oficial", el "diferencial", el
"espacio transgredido", el conformado, por ejemplo, por los senderos que construyen los
habitantes de un barrio para burlar el obstáculo que impide circular por una calle. El
espacio no oficial es el imaginado por sus habitantes o el re-construido por el imaginario de
los novelistas que los transforman porque ven en él otros elementos no pensados por el
diseñador. Es decir, el territorio tiene dos marcas: una, la oficial, la visible; la otra, la
cultural, casi siempre invisible, imaginada, construida en el ámbito de la cultura del
habitante, la particular. Al igual que el territorio, las nociones de mapa y croquis aluden a
formas de representación; es este caso dos formas de representar: una, el mapa, la definida,
la oficial, la física, la que es posible identificarse directamente; la otra, el croquis, la no-
oficial, la que cambia con el tiempo y con los individuos, la representación imaginaria.
Cualquier territorio como marca de habitación de un grupo social requiere de operaciones
lingüísticas, o visuales, entre otras, para poder recorrerlo física o mentalmente.
Se había afirmado que la ciudad y la novela se asemejan por ser estas el cruce de discursos
distintos. La ciudad, siguiendo a Silva, es también una vitrina, por ser ésta última una
confluencia de miradas. La vitrina es el lugar donde el cliente se reconoce, la vitrina y la
ciudad son un cruce de miradas: los que ven sin ser vistos, los que son vistos, los que se
muestran o simplemente los que ven, o se imaginan que se ven. Los fantasmas urbanos se
conforman, según el autor, a partir de aquellas construcciones o experiencias fácticas que
dan lugar a la aparición de fantasmas urbanos, entendidos estos como construcciones
imaginarias que los habitantes hacen sobre su ciudad, al imaginarse, por ejemplo, su
extensión (gigantesca para los Mexicanos), su número de habitantes en el año 2000 (cerca
de 40millones para los Paulistas), cubierta de contaminación para los Mexicanos de
próximo siglo, entre muchos otros. Los círculos de Euler son dos círculos que se cortan: el
uno representa lo empírico y el otro lo imaginario. El segmento de intersección es el
espacio del hecho fantasmal.
¿De qué manera pueden las ciudades manejar su imaginario de una forma
positiva?
Los imaginarios no son manipulables. Uno podría diseñar una campaña de publicidad
para decir, por ejemplo, “Venga a Pereira, la más bella y la más segura.” A partir de la
campaña, uno podría generar un cambio, pero no tan significativo. Los imaginarios
cambian mucho. Por ejemplo, la campaña puede ser exitosa en posicionar a la ciudad
como segura, pero luego ocurre un crimen y se desatan otra vez los temores.
Hay un fenómeno que se da desde los años 90 y sigue dándose ahora y es la entrada del
graffiti en las galerías. Por ejemplo, en 2008 la Tate Gallery llamó a un grupo de artistas a
llevar su arte a este espacio. Eso automáticamente convierte esa expresión en arte
urbano.
Sin embargo, hay un grupo de artistas que, descontentos con la mercantilización del arte,
salieron de las galerías y empezaron a tomarse la ciudad. Ellos empezaron a intervenir
espacios de diferentes maneras, por ejemplo, a través de performances. Todo ese es un
fenómeno que al yo llamo arte público.
Por último, los nichos estéticos son manifestaciones que no son propias del arte ni del
graffiti, sino que construyen un nicho estético que tiene una apreciación de la forma
urbana que no es artística. Dentro de esta categoría caben todos los juegos, videos y
memes que surgen en Facebook, los cuales utilizan recursos como la ironía, el humor o el
sarcasmo, y están dirigidos a un grupo de amigos o de personas en la ciudad.
1. Introducción
2. TATUAJES URBANOS COMO REGISTRO VISUAL: DEL GRAFFlTTl AL ICONO PUBLICITARIO
3. LA CIUDAD MARCADA: LOS TERRITORIOS URBANOS
4. LIMITES Y BORDES URBANOS; SENDEROS DE UNA CIUDAD UNIVERSITARIA
5. MAPAS Y CROQUIS
6. NUEVOS ESCENARIOS URBANOS: LA TELE-CIUDAD Y URBANISMO A DISTANCIA
7. MIRADAS CIUDADANAS
8. CIUDAD IMAGINADA: IMAGINARIOS URBANOS
9. FANTASMAS URBANO
10. ESTETICA URBANA: REPRESENTACIÓN Y TERCER MUNDO