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Una falsa certeza que trasciende a la sociedad es que las personas mayores, los
ancianos en su conjunto, no poseen una capacidad criminal relevante. El delito y los
comportamientos violentos están asociados a la fortaleza de la juventud. Además, se
extiende el mito de que el delincuente, cuando llega a cumplir una determinada edad,
ha de ser excarcelado, y si cometiera un acto punible en plena ancianidad no va a res-
ponder penalmente de sus actos, no puede ir a prisión.
La realidad difiere sobremanera de estas intuiciones. Cada vez más frecuentemen-
te los medios de comunicación relatan noticias sobre hechos delictivos alarmantes
cometidos por ancianos que superan con creces los setenta u ochenta años de edad.
¿Qué hace la justicia en estos casos? ¿Los excarcela en breve espacio de tiempo o per-
mite que pasen sus últimos días encarcelados? Y cuando están en prisión, ¿Quién se
ocupa de ellos?
A mediados del año 2007 en las prisiones españolas permanecían ingresadas 219
personas mayores de 70 años. Lo que socialmente se consideran ancianos. Pero para
dar una mayor cobertura a este estudio hemos ampliado el objeto de esta investiga-
ción a las 1540 personas que traspasan la barrera de los 60 años. Tratamos de prede-
cir los efectos del aumento paulatino de mayores encarcelados en nuestro sistema
penitenciario como consecuencia, entre otras razones, de la mejora de la expectativa
de vida de la sociedad española que provoca un imparable envejecimiento de la
población general y un constante aumento de ancianos en las prisiones.
Conocer en profundidad los avatares de las personas mayores que se encuentran
recluidas en alguno de los centros penitenciarios de nuestra geografía nacional y el
trato que se les dispensa da pleno sentido al contenido de este compromiso.
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Presentación
AGRADECIMIENTOS
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
DEFINICIONES
1
En su clásica obra "Précis de gérontologie" Masson , 1955.
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Presentación
psicológicas que aparecen como consecuencia de la acción del tiempo sobre los seres
vivos".
La vejez no es definible exclusivamente con la cronología sino más bien por la
suma de las condiciones físicas, funcionales, mentales y de salud de las personas ana-
lizadas. Hablamos de la edad fisiológica según el envejecimiento de órganos y fun-
ciones. De la edad psíquica o mental, según el grado de madurez y envejecimiento
psicológico. Y existe otra edad, la subjetiva según el envejecimiento que experimen-
ta la propia persona. Por tanto, la ancianidad es un concepto dinámico, pues hay que
tener en cuenta que la edad biológica puede diferir marcadamente de la cronológica,
y ambas de la subjetiva.
En la actualidad existe un amplio consenso en aceptar la edad de 65 años como el
comienzo de la ancianidad, al coincidir con la edad ordinaria de la jubilación. Sin
embargo, la línea que separa la madurez de la senectud es cada día más tenue. Las
expectativas de vida han mejorado drásticamente con los avances de la medicina. La
salud, lucidez y calidad de vida de que disfrutan muchas personas una vez traspasa-
da la barrera de los 70-80 años no ha tenido parangón en la historia. Para estudiar esta
etapa vital los gerontólogos han tratado de considerar las diferencias individuales
mediante la división en dos categorías, viejo-joven para agrupar a las personas de 65
a 74 años y viejo-viejo para los de 75 años y más.
Cuando sumamos a este concepto el de prisión, nos situamos ante una realidad
presentida pero muy poco conocida: existen personas que ven transcurrir los últimos
años de su vida sometidos a una serie de privaciones entre las que la falta de libertad,
si bien es la más evidente, no será la única en grado de trascendencia. El objeto de
este estudio es observar y poder medir las condiciones en que se desenvuelven las
personas encarceladas de mayor edad.
Aún cuando resulta algo frívolo el tratar de definir la ancianidad desde una pers-
pectiva exclusivamente cronológica, para que este trabajo pueda resultar operativo
debemos manejar unas categorías de estudio, unas definiciones que usaremos como
pura convención. Por este motivo, y solo a efectos prácticos consideraremos dos con-
ceptos básicos:
- Mayores, o personas de edad para designar al conjunto de la población que ha
superado los 60 años. La utilizaremos como expresión neutra (e inocua, al care-
cer de las connotaciones negativas de la palabra anciano)
- Ancianos, aquellos que ya superan los 70 años de edad.
La razón de iniciar este estudio a partir de los 60 años tiene una doble explicación:
- Cuando se toman en cuanta los datos disgregados por tramos de edad en las esta-
dísticas penitenciarias, el último que se refleja corresponde a los mayores de esta
edad. Es una costumbre extendida en la generalidad los sistemas penitenciarios,
tanto dentro como fuera de nuestro país.
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
- Hay una percepción compartida que supone que las experiencias marginales
vividas por un gran número de personas que permanecen en prisión les hace pro-
pensas a padecer secuelas médicas e incapacitantes, que adelantan la vejez bio-
lógica. Esto, unido al uso bastante generalizado de excarcelar anticipadamente a
los septuagenarios penados que cumplen algunos requisitos legales, favorece
una drástica disminución de los ancianos de esa edad, dando a esta década de los
60 a los 70 años un alto protagonismo de este estudio.
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2.- ASPECTOS
JURÍDICOS.
LOS ANCIANOS EN EL SISTEMA PENITENCIARIO
1.- INTRODUCCIÓN.
Jóvenes y ancianos han sido objeto de atención por parte de los tratadistas de la
ejecución de las penas privativas de libertad, desde antiguo. Por razones diversas, la
ubicación en el sistema penitenciario de estos colectivos de ciudadanos han mereci-
do rotundas críticas. Thomas Paine lo expresó con crudeza:
"Cuando en países que se dicen civilizados vemos a la ancianidad ir al hospi-
cio y a la juventud al patíbulo, tiene que ser porque algo marcha mal en el sis-
tema de gobierno. Tal vez la apariencia externa de esos países sea de absoluta
felicidad; pero, oculta a la vista del observador vulgar, se encuentra una masa
desventurada que apenas tiene otra opción que expirar en la pobreza o en la
infamia. Su entrada en la vida está señalada con el presagio de su sino; y mien-
tras esto no se remedie, son inútiles los castigos"2.
En lo que aquí interesa, vamos a referirnos exclusivamente a uno de los colecti-
vos reseñados, los ancianos.
La primera tarea radica en definir qué es ancianidad en el ámbito penitenciario. Al
respecto, baste reseñar que la comparativa con el país en el que más se estudiado la
problemática del anciano preso -Estados Unidos- depara importantes contrastes. En
Estados Unidos la doctrina ha recomendado que el límite de edad para considerar a
persona "mayor", a estos efectos, estaría situado en los 50 años3. Pero recientemente
se ha elevado en algunos Estados el umbral de edad a partir del cual puede aplicarse
la noción de "elder inmates". Así, las referencias que llevan a cabo Gubler y Petersilia
2
PAINE, Thomas: Los derechos del hombre, Orbis, Barcelona, 1985, p. 173.
3
ADAMS, William: "Incarceration of Older Criminals: Balancing Safety, Cost, and Humanitarian Concerns",
Nova Law Review, Vol. 19, 1995, p. 474; VITIELLO, Michael: "Three Strikes: Can We Return to Rationality?", The
Journal of Criminal Law & Criminology, Vol. 87, núm. 2, 1997, p. 437; EDWARDS, Todd: Aging Inmate Population.
Southern Legislative Council of the Council of State Governments, 1998, Atlanta (Georgia), p. 8.
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Aspectos jurídicos
para el Estado de California, se centran en reclusos de más de 55 años4. Por otra parte,
la Florida Corrections Commission ha propuesto en el último de sus informes publi-
cados, el de 2003, que se eleve a 59 o más años5.
Por nuestra parte, hemos preferido elevar el umbral, en esta revisión jurídica,
hasta señalar la edad de 70 años, aunque en algún caso -por razón de fuentes estadís-
ticas frecuentemente- hayamos tenido que hacer alusión al límite de los 60 años. La
opción por la referencia de los 70 años tiene que ver con razones jurídico-positivas
de nuestro ordenamiento penal penitenciario.
No obstante es de justicia indicar que este límite de edad es, en buena medida, arti-
ficial. Téngase en cuenta que un factor en absoluto desdeñable es la posible discor-
dancia entre la edad cronológica y la fisiológica. El impacto que puede tener el his-
torial de abusos de sustancias dañinas para la integridad psico-física en época inclu-
so temprana de la vida y el propio stress que produce la estancia en prisión6, permi-
ten concluir que la diferencia entre ambas edades puede encontrarse en 7-10 o 11,77
años, en perjuicio siempre de la población reclusa.
En contraste con lo que sucede en el ámbito anglosajón indicar que el tema de la
ancianidad en prisión, en pocas ocasiones ha sido objeto de atención en las publica-
ciones penitenciarias españolas. Y cuando se ha abordado ha sido para dar cuenta de
algún evento puntual8 o para abordar el tema desde una perspectiva médica general9.
El artículo que más incide en la problemática derivada del régimen penitenciario a los
reclusos ancianos ni tan siquiera está firmado por un autor español; es una traducción
de un artículo de Norman Fenton publicado en la revista belga "Revue de Droit Pénal
et de Pénologie"10. Esta publicación se dedica únicamente a dar noticia del que, a jui-
cio de quien la suscribe, pudiera ser el primer establecimiento penitenciario especial-
mente organizado para personas de edad: el anexo de ancianos de la Medical Facility
de California (en Terminal Island), que fue inaugurado en el verano de 1950. Junto a
la descripción del Centro, Fenton aporta sugerencias para un mejor funcionamiento.
Sin embargo, como habrá ocasión de demostrar, la experiencia española sobre este
tipo de centros especializados es anterior en décadas11.
4
GUBLER, Tia y PETERSILIA, Joan: "Elderly Prisoners Area Literally Dying For Reform", California Prison
Reform, Autumm 2005-2006, Documento de Trabajo del "Sentencing and Corrections Policy Project", Stanford
Criminal Justice Center, Stanford University, 23.1.2006.
5
Florida Correctios Commission, 2003 Annual Report, p. 15.
6
ZIMBARDO, Philip: "Elderly Prisoners to Pose Major Problems Under Three-Strikes Law", Stanford University
News Service, 2.11.1994, p. 3.
7
SENATE SUBCOMMITTEE on AGING and LONG TERM CARE SENATE SELECT COMMITTEE on the
CALIFORNIA CORRECTIONAL SYSTEM SENATE PUBLIC SAFETY COMMITTEE: California's Aging Prisoner:
Demographics, Costs, and Recommendations, including the shocking testimony from Jonathon Turley, Professor of
Public Interest Law and founder of Projects for Older Prisoners, 2003, pp. 23-24. Está disponible en la URL:
http://www.prisonterminal.com/documents/AGING_PRISONERS_TRANSCRIPT.pdf.
8
Por ejemplo, "Acto simpático en el Instituto Geriátrico Penitenciario", Revista de la Escuela de Estudios
Penitenciarios, núm. 138, 1959, p. 1102. El Semanario Redención ha dedicado alguna noticia al respecto, relacionada
con inauguración o visitas a centros especiales de mayores en prisión.
9
LACACI, Rogelio: "Geriatría Médico-Legal", Revista de la Escuela de Estudios Penitenciarios, núm. 175, 1966,
pp. 757-784.
10
FENTON, Norman: "Notas sobre el régimen penitenciario aplicable a los detenidos ancianos", Revista de la
Escuela de Estudios Penitenciarios, núm. 106, 1954, pp. 35-42.
11
Es ciertamente incomprensible que la Revista de la Escuela de Estudios Penitenciarios no hiciera alusión alguna
en este sentido, siquiera en nota a pie de página.
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Hasta finales del siglo XVIII imperó en los establecimientos carcelarios el haci-
namiento y la falta de clasificación interior12. Ello no quiere decir que no existieran
precedentes normativos para la separación entre sexos. Así se recoge, por ejemplo, en
la Partida 7ª, Tít.XXIX, Ley 5ª. Posteriormente el Emperador Carlos I en 1519 dictó
una Ley (que luego sería recogida como Ley III del Título XXXVIII del Libro XII de
la Novísima Recopilación). Esta norma sería reiterada en las Cortes de Valladolid de
1542 (petición 51) si bien sería constantemente incumplida, tal como es de colegir de
la obra de Cristóbal de Chaves, Relación de la cárcel de Sevilla (1590)13. Tampoco en
la descripción que llevó a cabo el jesuita Pedro de León se encuentra principio clasi-
ficatorio, que no sea el derivado de la condición social y económica de los reclusos14.
La clasificación más metódica según el tipo de presos tuvo lugar por una pragmáti-
ca de Carlos III dada en 1771, que clasificaba a los penados según su grado de presun-
ta perversidad. Sin embargo la separación de los presos jóvenes solo tuvo lugar en 1785
para acabar con los frecuentes abusos que padecía este grupo de la población penal15.
Los primeros establecimientos especiales no fueron en modo alguno los
asilos/geriátricos penitenciarios. Por influencia del pensamiento ilustrado, la primera
clasificación penitenciaria -en lo que aquí interesa- se centró en la separación de
reclusos sanos y enfermos. Más en concreto, en reclusos sanos y enfermos mentales.
Bien entendido que la clasificación interior en los establecimientos carcelarios siem-
pre tuvo por norte la separación -más teórica que real- entre adultos y jóvenes16.
Surgieron así los psiquiátricos penitenciarios que remontan sus orígenes a finales
del XVIII, aunque -como señala Ferri17- será a lo largo del XIX cuando se extiendan
12
LÓPEZ BARJA DE QUIROGA, Jacobo: "Los establecimientos penitenciarios", en COBO DEL ROSAL,
Manuel (Dir.) y BAJO FERNÁNDEZ, Miguel (Coord.): Comentarios a la legislación penal, Editorial Revista de
Derecho Privado, Madrid, 1986, Tomo VI, Vol. 1º, pp. 159-160.
13
COLMEIRO, Manuel: Discurso de contestación a AGUILAR Y CORREA, Antonio: Necesidad y urgencia de
mejorar el sistema carcelario y penitenciario en España (Discurso de recepción en la Real Academia de Ciencias Morales
y Políticas, 26.1.1868), Imprenta del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón, Madrid, 2ª edic., 1900, T. I, p. 231.
14
El Padre Pedro de León en su Compendio de algunas experiencias en los ministerios que vsa la Compañía de
Iesus con que prácticamente se muestra con algunos acaecimientos y documentos el buen acierto de ellos, 1615, dedi-
ca los capítulos 29 a 32 a dicha descripción. En la misma se hace alusión a las tres puertas, llamadas respectivamente
de oro, plata y de hierro o de cobre, que reciben tal denominación por el metálico que había que abonar para "conten-
tar al alcaide y porteros".
15
ROMERO Y GIRÓN, Vicente: Introducción a ROEDER, Karl David August: Estudios sobre Derecho Penal y
Sistemas Penitenciarios, (Traducidos directamente del alemán, anotados y precedidos de una introducción de D. Vicente
Romero y Girón), T. Fontanet, Madrid, 1875, p. 68 y SANTAMARÍA DE PAREDES, Vicente: Curso de Derecho
Administrativo, Establecimiento Tipográfico de Ricardo Fé, Madrid, 2ª edic., 1888, p. 330.
16
La Ordenanza General de los Presidios del Reino de 14 de abril de 1834, a título de ejemplo, contempló una sec-
ción específica para los "jóvenes presidiarios" (Sección 2ª del Título III, arts. 123-128). Y específicamente, en su art.
82 señalaba que: "En todo establecimiento penal se tendrán con separación los reos menores de dieciocho años de edad
de los demás reclusos y con ellos su formará la clase de jóvenes presidiarios".
17
FERRI, Enrico: Sociología Criminal, Edit. Góngora, Madrid, 1907, Tomo II, pp. 290-291. En Inglaterra la pri-
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Aspectos jurídicos
por Europa y Norteamérica. En España será mucho tardía la creación de una institu-
ción de este tipo18.
En nuestro país -dejando de lado el Manicomio Santa Isabel de Leganés que alber-
gó, con muchas reticencias del personal del mismo, a algunos reclusos dementes- el
principio de especialización viene de la mano del llamado Hospital Penitenciaría del
Puerto de Santa María, al que luego se hará referencia.
En el país que posee la mayor población reclusa del mundo, Estados Unidos,
abundan las instituciones específicas para reclusos19.
El destino a estos establecimientos o unidades especiales se lleva a cabo tras pasar
un filtro, del que pudiera servir de ejemplo el sistema establecido en Carolina del Sur.
Los últimos datos referidos al sistema penitenciario de este Estado reflejan la existencia
mera institución es de 1786. Luego se crea el manicomio criminal de Bedlam en 1816, el de Perth en Escocia en 1850
y el de Broadmoor en 1863. En Irlanda funciona el manicomio de Dundrum desde 1850. En Estado Unidos existen ins-
tituciones en Pensilvania y Nueva York (1874). En Canadá la primera institución psiquiátrica penitenciaria es de 1877.
En Francia se intentó recoger en Bicêtre a los locos condenados. Posteriormente se creó una sección especial en la peni-
tenciaría de Gaillon en 1876. No obstante, con anterioridad se utilizó la Bastilla como "asilo de seguridad". En Holanda
se dedicó el silo de Bosmalen. Alemania instituyó secciones especiales en Bruchsaal, Waldheim, Halle y Hamburgo.
Italia crea una sección especial para locos condenados en el penal de Aversa (1876). Luego se crearían el de Ambrogiana
(Montelupo, Toscana) y el de Reggio-Emilia.
18
Cfr. Sobre el origen y evolución de los psiquiátricos penitenciarios en España: BARRIOS FLORES, Luis
Fernando: "Un siglo de psiquiatría penitenciaria", Revista Española de Sanidad Penitenciaria, Vol. 2, núm. 1, 2000, pp.
23-30 y del mismo autor: "La Psiquiatría Penitenciaria: perspectiva histórica y problemas presentes", Newsletter
Sociedad Española de Psiquiatría Legal, Edición III (enero-febrero 2003), pp. 17-30. En la URL: http://www.psiquia-
trialegal.org. Recientemente y del mismo autor: "Origen, evolución y crisis de la institución psiquiátrico-penitenciaria",
Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, núm. 100, 2007, pp. 473-500.
19
Así: Alabama (Unidad de personas mayores y enfermería de Hamilton, 200 camas), Georgia (Institución
Correccional para Hombres de Hardwick con 164 plazas para enfermos crónicos y discapacitados y la Prisión Médica
de Augusta con 384 camas), Illinois (Dixon Correctional Center Health Care Unit, para pacientes mayores de 55 años
o con enfermedades crónicas o necesidades especiales), Indiana (2 instituciones para necesidades especial de reclusos
mayores), Kentucky (Kentucky State Reformatory con 58 plazas para pacientes geriátricos o discapacitados, a las que
se ha unido otro departamento de 30 camas de corta estancia), Louisiana (cuatro instituciones para reclusos mayores o
enfermos -Louisiana State Prison, Elayn Hunt Correctional Center, Dixon Correctional Institution y Louisiana
Correctional Institution for Women), Maryland (con especificidades de alojamiento para reclusos mayores), Minnesota
(Minnesota Correccional Facility-Stillwater Senior Dormitory), Mississippi (dos unidades en el Mississipi State
Penitentiary de Parchman con 85 plazas geriátricas y otras 192 geriátricas o para discapacitados), Missouri (unidad en
Moberly Correctional Center con 22 camas para reclusos mayores, próxima a la enfermería), New Jersey (que dispone
de un programa de tratamiento comunitario), North Carolina (con 120 plazas geriátricas en el McCain Correctional
Hospital), Ohio (con 400 plazas para reclusos mayores en el Hocking Correctional Facility de Nelsonville), Oklahoma
(con un programa fallido -por falta de dotaciones presupuestarias- en una unidad geriátrica privada), South Carolina
(Camille Griffin Graham Correctional), Tennesse (con edificios anexos al Wayne Correctional, con 50 plazas para reclu-
sos mayores, además de otras 100 camas en régimen de enfermería en el Deberry Special Needs Facility), Texas (una
institución geriátrica con 60 plazas está cercana al hospital médico regional), Virginia (dispone de unidades geriátricas
de mínima seguridad para reclusos varones mayores de 50 años en la Deerfield Correctional Center, además del Virginia
Correctional para mujeres, en donde también hay ingresos por razones médicas), West Virginia (en la Old Men's Colony
residen45 reclusos mayores en régimen de mediana seguridad y además en el Huttonsville Correctional Center dispo-
ne de otras instalaciones para este tipo de población), Wyoming (dos unidades de mediana seguridad para hombres
mayores de 40 años).
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
20
http://www.doc.sc.gov/
21
HER MAJESTY'S INSPECTORATE OF PRISON: "'No problems - old and quiet'. Older prisoners in England
and Wales. A thematic review by HM Chief Inspector of Prisons, September, 2004, p. 1.
22
GUBLER, Tia y PETERSILIA, Joan: "Elderly Prisoners Area Literally Dying For Reform", California Prison
Reform, Autumm 2005-2006, Documento de Trabajo del "Sentencing and Corrections Policy Project", Stanford
Criminal Justice Center, Stanford University, 23.1.2006.
23
FISHER, Karen: "Senior Scoundrels: Another Look", State Legislatures, March 1992, p. 11.
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Aspectos jurídicos
24
VAUGHN, Michael S. y DEL CARMEN, Rolando V.: "Civil Liability Against Prison Officials for Inmate-on-
Inmate Assault: Where Are We and Where Have We Been?", The Prison Journal, núm. 1, March 1995, p. 80.
25
VITIELLO, Michael y KELSON, Clark: "A proposal for a wholesale Reform of California's Sentencing Practice
and Policy", Loyola of Los Angeles Law Review, Vol. 38, 2004, p. 145.
26
FLYNN, Edith E.: "Graying of America's Prison Population", The Prison Journal, Vol. 72, núms. 1 & 2, 1992,
pp. 86-87.
27
Una institución geriátrica para mujeres reclusas existía en State Park Correccional Institution. El centro de muje-
res allí existente fue cerrado en 2001, cumpliendo desde entonces tal cometido la Goodman Correctional, Institution,
que pasa a tener el nombre de Camille Griffin Graham Correctional Institution en 2002, en donde son recluidas las pre-
sas con necesidades especiales (enfermas mentales y discapacitadas físicas).
28
Lowell Correctional Institution, en Ocala para reclusas mayores de 59 años; dispone de 74 plazas. Téngase en
cuenta que el número de reclusas mayores en Florida se encuentra en torno a 300.
29
BAIRD, Bruce: "Old folks in prison", 1998, in Salt Lake City Weekly, 1996.
http://www.slweekly.com/news/story/story_961226_1.htm.
30
SENATE SUBCOMMITTEE on AGING and LONG TERM CARE SENATE SELECT COMMITTEE on the
– 24 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 25 –
Aspectos jurídicos
En España habrá que esperar hasta 1886 para que, por Real Decreto de 13 de
diciembre, fuera creada una institución penitenciaria especial, la Penitenciaría Hospital
del Puerto de Santa María36. Ostentaba la Dirección General de Prisiones, aún depen-
35
Recomendación Rec (2006)2 del Comité de Ministros de los Estados Miembros sobre Reglas Penitenciarias
Europeas, adoptada por el Comité de Ministros el 11 de enero de 2006, en la 952ª Reunión de Delegados de Ministros.
36
Consúltese la recopilación normativa del ANEXO I.
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
diente del Ministerio de la Gobernación, Emilio Nieto y Pérez. La razón de ser de este
establecimiento queda refleja en la exposición que precede a dicha normativa:
"Los datos de la estadística de los penales acreditan que es numeroso el contin-
gente de incurables; y sumado éste con el de ancianos e inútiles, resulta una
población de condiciones parecidas, a la que se debe someter a un régimen apro-
piado, dentro siempre de las prescripciones de la disciplina penitenciaria".
Por tal motivo, se establece un carácter polivalente del nuevo establecimiento -
ubicado en el que fue convento de la Victoria- que albergará (art. 1 del R.D. citado)
a los reclusos que se encuentren en las siguientes condiciones:
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Aspectos jurídicos
37
"Art. 12. Para la instalación de las secciones se procurará que queden independientes unas de otras, y algunas,
como las de enfermería y de manicomio, con el mayor aislamiento posible".
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
38
"Art. 280.º En las conducciones por tierra y etapas, serán reconocidos los reclusos por el Médico de la prisión
que certificará de los que estén imposibilitados para efectuar la marcha á pie, reclamando en este caso el Jefe, los baga-
jes necesarios, que vienen obligados á facilitar los respectivos Municipios. Los menores de veinte años, los mayores de
sesenta y las mujeres, tienen derecho al bagaje de referencia".
"Art. 309.º El ejercicio del trabajo será obligatorio para todos los reclusos que extingan condena. Se exceptúan del
precepto los mayores de sesenta años, que podrán cultivarlo voluntariamente, y los que por enfermedad ú otro impedi-
mento físico declarados por el Médico del Establecimiento, no puedan dedicarse á ningún género de labores".
39
CADALSO Y MANZANO, Fernando: Diccionario de Legislación Penal, Procesal y de Prisiones, Hijos de Reus,
Madrid, 1916, Tomo I, p. 12. religiosas).
– 29 –
Aspectos jurídicos
40
La información sobre este establecimiento penitenciario se ha recabado de la Revista de Estudios Penitenciarios,
de las Memorias de la DGIP, de las Bases de Datos del Boletín Oficial del Estado, del capítulo de Santiago Vega
Sombría "La vida en las prisiones de Franco", publicado en SOBREQUÉS, J., MOLINERO, C. y SALA, M. (Eds.):
Los campos de concentración y el mundo penitenciario en España durante la guerra civil y el franquismo, Crítica,
Barcelona, 2003 y de la visita que realizamos al actual Centro Penitenciario de Segovia, en cuyo archivo se encuentra
la documentación del Hospital Asilo Penitenciario de Segovia y de la Prisión Central de Cuellar. Recibimos todo tipo
de facilidades del Director Don José María García y el apoyo entusiasta y la aportación de relevantes datos del
Subdirector de Régimen Don Gregorio González. La visita se realizó entre los días 15 a 18 de agosto de 2007.
41
Fue breve su mandato ya que ocupó el cargo entre el 7 de mayo de 1933 y el 14 de septiembre del mismo año.
Manuel Ruiz Maya (Espiel, 15.4.1888-Córdoba, 16.8.1936) era un prometedor médico y político andaluz. Hizo su tesis
sobre medicina legal y se especializó en psiquiatría. A pesar de que dejó la actividad política en 1934, y la médica en
1935, por problemas de salud, sería apresado y fusilado tras el golpe de Estado que dio inicio a la Guerra Civil. Igual
suerte corrió el Subsecretario de Justicia. Leopoldo García Alas Argüelles (Oviedo, 12.11.1933-Oviedo, 20.2.1937).
Obtuvo la Cátedra de Derecho Civil en 1920 y llegó a ser Rector de la Universidad de su ciudad de origen. Su fusila-
miento probablemente tuvo que ver con el hecho de ser hijo de Leopoldo Alas Clarín, persona que concitaba importan-
tes odios en la clase más acomodada de Oviedo. Es de destacar en cualquier caso la valía profesional de ambos cargos,
que propiciaron la ubicación de este Hospital y Asilo Penitenciario en la ciudad segoviana.
Y otro tanto puede decirse del Ministro Álvaro de Albornoz Liminiana (Luarca, 13.6.1879-México, 22.10.1954).
Siendo Ministro de Justicia de la República se aprobaron diversas leyes laicas -divorcio, supresión de la Compañía de
Jesús, supresión de la dotación de culto y clero, reglamentación de las Órdenes religiosas). Fue el primer Presidente del
Tribunal de Garantías Constitucional y tiene y extensa y acredita obra jurídica. Murió en el destierro.
42
La única diligencia anterior a la reseñada es de fecha 7 de noviembre de 1932 y refleja la visita de inspección
realizada al entonces Reformatorio de Mujeres de Segovia.
43
VEGA SOMBRÍA, Santiago: "La vida en las prisiones de Franco", en SOBREQUÉS, J., MOLINERO, C. y
SALA, M. (Eds.): Los campos de concentración y el mundo penitenciario en España durante la guerra civil y el fran-
quismo, Crítica, Barcelona, 2003, pp. 875-877.
44
El Real Decreto aprobando el proyecto de obras de terminación de obras de la Prisión Provincial de Segovia es
de 26 de marzo de 1925 (Gaceta, 27 marzo).
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
de personal sanitario era más que escasa. Vega alude a una escasa dotación sanitaria
integrada por un practicante y dos enfermeros. Ni tan siquiera la alimentación era la
idónea, ya que no existía una cocina adecuada y el rancho general y el extraordinario
eran elaborados por reclusos sin capacitación alguna y, por supuesto, sin presencia de
algún cocinero profesional que supervisara su trabajo. Incluso los funcionarios se
quejaban de las escasas condiciones de seguridad especialmente en los patios.
La infradotación de personal sanitario en parte fue paliada, curiosamente por el
ingreso de presos políticos. Durante la guerra civil hubo dos casos de reclusos médi-
cos que ejercieron de facultativos auxiliares del titular45. Ya existía pues, al menos un
médico titular y un médico "no de plantilla" pero "de guardia permanente". La Guerra
Civil conllevó la saturación del establecimiento. Por ejemplo, entre julio y noviem-
bre de 1937 en el Hospital y Asilo Penitenciario de Segovia había en torno a 500
reclusos -la mayor parte políticos-46.
La sublevación militar elevó el número de reclusos hasta cifras hasta entonces
nunca alcanzadas. Y, por supuesto, los ancianos recluidos en prisión se incrementa-
ron hasta proporciones desconocidas. El ejemplo de Segovia es elocuente.
En Segovia antes la guerra civil existían dos centros penitenciarios: la Prisión
Provincial, destinada a detenidos, procesados y un pequeño porcentaje de penados y
el Hospital Asilo Penitenciario, en el que permanecían los reclusos que padecían
tuberculosis u otras enfermedades especiales y ancianos. Ambas habían sido construi-
das en las afueras de Segovia y sustituían a la antigua cárcel situada en el casco viejo
de la ciudad. En Cuellar la Prisión Central estaba ubicada en el castillo medieval y en
ella se albergaban reclusos que cumplían penas de larga duración47.
El ingente ingreso de reclusos en establecimientos de todo tipo, provocó una dis-
torsión del sistema penitenciario. La clasificación era ya no difícil, sino simplemente
imposible. De ello da fe el ingreso de reclusos mayores en centros no especializados48.
Los reclusos ancianos de Cuellar, en ocasiones, fueron traslados a otros estableci-
mientos. Al Instituto Geriátrico de Málaga en dos casos o a las prisiones de
Valladolid, El Dueso, Fegueirido, Astorga o Valladolid en casos individuales.
También fue trasladado un recluso de la "Prisión Central de Cuellar" al "Hospital y
Asilo Penitenciario de Segovia" en 1939. Llama la atención que en tres casos el tras-
lado lo fue a la Colonia Penitenciaria de la Isla de San Simón49. Este establecimiento,
provisionalmente habilitado para estos menesteres fue el destino de un número
importante de reclusos (más de dos mil), algunos de los cuales -por razones técnicas-
no llegaron siquiera a pisar tierra firme50. Fueron numerosas las ejecuciones y "sacas"
45
VEGA SOMBRÍA, Santiago: "La vida en las prisiones de Franco", op. cit., p. 886.
46
VEGA SOMBRÍA, Santiago: "La vida en las prisiones de Franco", op. cit., p. 877.
47
VEGA SOMBRÍA, Santiago: "La vida en las prisiones de Franco", op. cit., p. 875.
48
Vid. Anexo II.1.1.
49
En realidad se trata de dos islas (San Simón y San Antonio), unidas por un puente. La isla de San Simón, situa-
da en el municipio de Redondela (Pontevedra) y que ocupa el extremo interior de la ría de Vigo, fue un centro monás-
tico, luego leprosería (hasta 1927) y, finalmente, colonia penitenciaria. Cfr. AMOEDO LÓPEZ, Gonzalo y GIL
MOURE, Roberto: Episodios de terror durante a Guerra Civil na provincia de Pontevedra. A illa de San Simon, Xerais
Crónica, Vigo, 2007 y GUITIÁN CASTROMIL, Jorge: "Arquitectura da represión: a colonia penitenciaria de San
Simón (1936-1944)", Revista Galega de Historia, núms. 7-8, 2005, pp. 169-181.
50
El barco prisión "Upo Mendi" se dirigió a San Simón, pero la falta de calado impidió su llegada. Quedaría ancla-
do en aguas más profundas en la ría de Vigo, sirviendo de albergue de presidiarios, todos políticos.
– 31 –
Aspectos jurídicos
51
En el trayecto entre San Simón y Cesantes una lancha ocupada por "guardias de Franco" zozobró, el 22.8.1950,
falleciendo 43 de sus ocupantes.
52
Vid. Anexo II.1.2.
– 32 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
guo o anexo a la misma, en el cual habrán de ser alojados y recibir sus comidas,
sin perjuicio del régimen general que para los mismos se establezca".
Y, como viene de antiguo, el tratamiento especial y privilegiado en las conduccio-
nes tiene su reflejo también en esta normativa reglamentaria53.
Sin embargo, no hemos podido documentar el carácter ininterrumpido del
Hospital y Asilo Penitenciario de Segovia hasta la institución continuadora (Prisión
Central de Mujeres de Málaga). Por ejemplo, en el expediente de F.G.S., condenado
el 12.12.1934 a 14-8-1 por homicidio y que fue puesto en libertad condicional el
15.7.1936, consta que ingresó en el Asilo Penitenciario el 27.5.1935. El 23.1.1948 se
remitieron certificados de liberación definitiva, aludiendo al "suprimido Hospital
Asilo Penitenciario". El Libro de Actas de Inspección de este establecimiento (enton-
ces Reformatorio de Mujeres), se abre el 7 de noviembre de 1932. La diligencia de
inauguración del mismo, de fecha 7 de septiembre de 1933 aparece firmada por el
Subsecretario de Justicia D. Leopoldo García Alas y por el Director General de
Prisiones D. Manuel Ruiz Maya. La última diligencia como "sanatorio" es de fecha
25.6.1945 (acta que firma el Inspector D. Leopoldo Calleja). La siguiente diligencia
es de fecha 31.1.1949 -calificando de idónea la actuación de dirección y funcionaria-
do con ocasión de una insubordinación colectiva de reclusas-.
De hecho la Orden de 24 de octubre de 1946 (BOE, 28 octubre) creó la Prisión
Central de Mujeres de Segovia, habida cuenta de la insuficiencia de las Prisiones
Centrales de Mujeres de Amorebieta y Málaga. Se destinó a tal fin el edificio que
albergaba el Sanatorio Penitenciario Antituberculoso. Previamente había existido en
Segovia el Sanatorio Antituberculoso Penitenciario de Segovia, e incluso hay referen-
cia al Sanatorio Antituberculoso Penitenciario de Mujeres de Segovia54. Si se tiene en
cuenta que las obras para la habilitación del Sanatorio Antituberculoso Penitenciario
53
"Art. 26.º Las conducciones de presos no podrán ser ordenadas sino por la Dirección Genera de Prisiones cuan-
do se trate de traslaciones de una provincia a otra, y a tal efecto los Tribunales y Jueces se dirigirán a dicho Centro en
solicitud de las mencionadas órdenes de conducción. Cuando se trate de presos preventivos y la conducción haya de
verificarse por tránsitos dentro de los límites de una misma Provincia, podrá ordenarla el Gobernador Civil como
Delegado de aquel Centro, y las Autoridades judiciales lo interesarán de dicha Autoridad.
Quedan terminantemente prohibidas las conducciones de reclusos a pie por carretera, sin distinción de edad y sexo.
Cuando no haya vía férrea que una las poblaciones en que están enclavados los Establecimientos penitenciarios, ten-
drán lugar los tránsitos por el medio más rápido y económico que se disponga en cada línea. De haber vías férreas en
parte del trayecto nada más, se cubrirá el resto de la distancia en las formas establecidas anteriormente. Los Directores
y Jefes de las Prisiones gestionarán de las Empresas al servicio de viajeros por carretera. en las líneas que se precisase
utilizarlo por no haber ferrocarril, forma de efectuar el pago, con el fin de que sea prestado dicho servicio sin dilación
alguna, pudiendo llevar el trasladado el peso de equipaje que se autorice dentro del pago de cada billete.
A los reclusos de edad superior a los 60 años, matemáticos o fisiológicos, enfermos crónicos, impedidos y a las
mujeres, cuando desde el Establecimiento a la Estación de ferrocarril hubiera una distancia mayor de dos kilómetros,
se le facilitara hasta el punto más próximo de la etapa, bagaje que consistirá en un medio de locomoción cualquiera a
juicio del Director o Jefe.
Para la concesión del bagaje de referencia, será en todo caso necesario certificado del Médico del Establecimiento,
que se unirá a la cuenta mencionada.
Los Directores y Jefes de las Prisiones cuidarán de que los reclusos que hayan de ser conducidos por ferrocarril no
lleven equipaje superior a 15 kilos de peso, o a los que en todo caso se admitan con el billete.
El importe de los servicios anteriormente detallados, se cargará en la cuenta de obligaciones, concepto "transpor-
tes y socorros de marcha"".
54
Por sendas Órdenes de 10 de septiembre de 1943 (BOE, 12 septiembre) se dispuso el nombramiento de una Jefe
de Servicios de la Sección Femenina del Cuerpo de Prisiones para el Sanatorio Antituberculoso Penitenciario de
Segovia y el nombramiento de un Médico del Cuerpo de Prisiones para el Sanatorio Antituberculoso Penitenciario de
Mujeres de Segovia.
– 33 –
Aspectos jurídicos
55
Decreto de 2 de marzo de 1945 (BOE, 27 de marzo) y Orden de 21 de marzo de 1945 (BOE, 26 marzo).
56
Ocupó el cargo del 31.7.1951 al 22.7.1965. Durante la Guerra Civil había sido Jefe del Requeté de la Rioja y
Soria y de la Agrupación de su nombre.
– 34 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 35 –
Aspectos jurídicos
57
Téngase en cuenta que el art. 249.2º establecía que "Los ancianos, desde que tengan cumplidos sesenta años de
edad, serán considerados como enfermos en lo que a su alimentación se refiere"
– 36 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
58
La información sobre este establecimiento penitenciario se ha recabado acudiendo a las siguientes fuentes:
Estadísticas de la Biblioteca de la DGIP, Base de Datos del Boletín Oficial del Estado, Memorias de la DGIP, Revista
de Estudios Penitenciarios y una visita que comprendió los días 13 de septiembre de 2007 en la que se llevó a cabo un
muestreo de casos, un muestreo a fin de determinar la entidad de la población anciana en el Centro y una larga entre-
vista personal con el que fuera Subdirector-Administrador del mismo, Don Miguel Ardid Alcalde, a quien debemos un
especial agradecimiento al brindarse a colaborar, transcurridos ya 12 años de su jubilación. Recibimos todo tipo de faci-
lidades de Dª Clotilde Berzosa y de los funcionarios de la Oficina de Régimen del actual Centro Penitenciario de
Almería (El Acebuche).
59
A título de mera elucubración, tal vez pudiera pensarse que los responsables del Centro Directivo tenían in mente
proceder al traslado y que algunos Directivos de establecimientos penitenciarios -por lo que se ve no los de Almería-
disponían de esa previa información. En cualquier caso la situación en este punto es ciertamente confusa.
60
No hay exageración habida cuenta de que, siendo Ministro de Justicia Antonio María de Oriol y Urquijo, ocupa-
ba el puesto de Director General el Teniente General del Ejército Jesús González del Yerro Martínez. Éste ocupó el
puesto desde el 22.7.1965 al 28.9.1970. Previamente había participado como Capitán en la División Azul y tras su cargo
en Prisiones accedería al cargo de Capitán General de Canarias, en diciembre de 1978.
61
Son numerosos los expedientes analizados en los que consta la conducción directa del Instituto Geriátrico de
Málaga al Instituto Geriátrico de Almería. A partir de esta fecha se alude frecuentemente al "extinguido Instituto
Geriátrico de Almería".
– 37 –
Aspectos jurídicos
prácticamente estaban para el desahucio. El estado de los reclusos era aún peor,
envueltos en excrementos, orines y vómitos.
Se inicia así la andadura del I.G.P. de Almería, que siempre sirvió a la vez de pri-
sión ordinaria62. Los numerosos expedientes de jóvenes o reclusos de edad madura así
lo demuestran. En cuanto a ancianos respecta, éstos fueron destinados dependiendo
básicamente de sus condiciones físicas. Los más enfermos, se alojaron en enfermería.
El resto en otras dependencias -algunas de las cuales estaban desocupadas desde
hacía tiempo ante el escaso número de población reclusa-.
La asistencia de los ancianos se encomendó a dos colectivos. Por un lado la plan-
tilla sanitaria; ésta estaba integrada por el médico del establecimiento y un practican-
te, que acudían diariamente en horario reducido, como era usual en aquel entonces en
los centros penitenciarios. Posteriormente el cuadro facultativo se incrementó con dos
notables aportaciones: dos médicos más, en éste caso reclusos, que hicieron un meri-
torio papel. El Centro, de este modo, contó con médico de guardia permanente, aún
por este mecanismo tan poco ortodoxo. El otro colectivo que tuvo a su cargo la asis-
tencia de los reclusos estaba constituido por las Hijas de la Caridad, que desde anti-
guo venían prestando su labor en los establecimientos penitenciarios63. Inicialmente
sus cometidos se centraban en el régimen interior de las prisiones o departamentos de
mujeres y en las labores de enfermería, cocina, lavado, economato "y todos aquellos
que se les encomendaran y que fueran compatibles con su especial funcionamiento"
(art. 8 Real Orden 24.2.1923). Al I.G.P. de Almería fueron destinadas nueve Hijas de
la Caridad, una de las cuales ostentaba el cargo de "Reverenda Madre Superiora". Las
Hijas de la Caridad formaron parte de las Juntas de Régimen y Administración que
estudiaban las propuestas de clasificación de grado de tratamiento penitenciario. En
las propuestas de 1968-1971 consta la intervención de la Rvda. Madre Superiora y su
intervención no era meramente a título espiritual. Por ejemplo, el 15.12.1971, en el
caso del recluso V.R.A. consta un acta de la Junta de Régimen lo siguiente: "La Rvda.
Madre Superiora indica que nació en E., es soltero, tiene una hermana, con la cual
mantiene correspondencia y recibe algún dinero, ya que reside en C. Su comporta-
miento es bueno con todos, es católico". En el 77 aún existen propuestas de clasifica-
ción con la intervención de la Madre Superiora.
Las profesiones de los reclusos eran variadas, aunque con predominio de las pro-
pias del ámbito rural (agricultores y jornaleros)64. Además de éstos los hubo que habí-
an sido: comerciantes, jubilados, zapateros, funcionarios, vigilantes, administrativos,
industriales. Encontramos algún caso de agente judicial, minero, tipógrafo, construc-
tor de obras, practicante y peluquero y hasta un banquero (ingresó con 58 años por
delito de evasión de capitales).
Algunas labores desempeñaron los reclusos ancianos. En unos casos como desti-
nos, en otros en los talleres (el de esparto se instaló tras su llegada, posteriormente
se creó otro de actividades varias -artesanía- e incluso de flores y de balones poste-
62
Vid. Anexo II.2.1.
63
Téngase en cuenta que por Real Orden de 24 de febrero de 1923 (Gaceta de 1 de marzo) se aprobó un contrato
entre la Administración y el Director del Real Noviciado de las Hijas de la Caridad por el que el Estado vino a asumir
algunas obligaciones que hasta entonces de Corporaciones Provinciales y Municipales.
64
Los datos que siguen provienen del estudio detallado de 33 expedientes de reclusos ancianos o impedidos.
– 38 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 39 –
Aspectos jurídicos
el paciente tenía 846 pesetas de pensión -110 euros de 200765). A pesar de que se
hicieron gestiones para el traslado a un centro asistencial para ancianos, éstas no
fructificaron.
Las razones que justifican el destino al I.G.P. de Almería tienen que ver con la
edad, pero también con el estado físico. En cuanto a lo primero, indicar que en los
expedientes analizados es harto frecuente la distinción entre edad cronológica y bio-
lógica. Sirvan de muestra los siguientes ejemplos (edad cronológica/edad biológica):
(61/menor), (56/62), (71/71), (66/66), (54/60), (63/65), (54/superior) (58/58),
(68/68), (66/55-60), (57/60-65), (73/70), (64/superior), (63/64). Es decir, es frecuen-
te que la edad biológica de los reclusos supere la cronológica. Precisamente este dato
es el que abona propuestas de destino al I.G.P. de Almería de reclusos con edad infe-
rior a 60 años. En cuanto a lo segundo, las enfermedades y minusvalías constituyeron
un fundamento suficiente para el traslado en numerosos casos66.
El Instituto Geriátrico Penitenciario de Almería, según la correspondiente
Memoria de la DGP finalizó el año 1974 con 110 internos de 60 o más años, 67 inter-
nos sexagenarios fisiológicos de menos de 60 años y 8 internos minusválidos, lo que
totalizaba 185 internos. 1976 se inició con una población reclusa en el Instituto
Geriátrico de Almería de 128 reclusos, de los cuales 106 eran penados y 22 preventi-
vos. El año 1977 finalizo, según la correspondiente Memoria de la DGP, con una
población del Instituto Geriátrico de Almería de 136 reclusos, 87 de los cuales eran
penados y 49 preventivos. El año 1979, según la Memoria de la DGP, acabó con una
población del Instituto Geriátrico de Almería de 155 reclusos, 74 de los cuales eran
penados y 81 preventivos. En 31.12.1980 la población reclusa en dicho estableci-
miento era de 240, de los cuales 150 eran penados y 90 preventivos.
Para hacernos una idea de cuál era el nivel de población reclusa mayor en los últi-
mos años del último Instituto Geriátrico Penitenciario, baste decir que las estadísticas
de la DGIP para el período 1974-1978, en arrojan las siguientes cifras de reclusos
mayores de 60 años en todos los establecimientos penitenciarios:
Años Hombres Mujeres TOTAL
1974 480 65 545
1975 580 49 629
1976 428 52 480
1977 317 43 360
1978 341 27 368
Al año siguiente, por Decreto 162 /1968, de 25 de enero (BOE, 5 de febrero) se
procedió a la modificación de determinados artículos del Reglamento de los Servicios
de Prisiones de 2 de febrero de 1956. En el se mantiene el Instituto Geriátrico
Penitenciario (art. 5.a), especificándose en su art. 23 que:
"Por exigencias de un tratamiento hospitalario o asistencial, serán destinados:
65
Sistema de cálculo según INE: http://www.ine.es/cgi-bin/calcula. Sistema de conversión que será utilizado a lo
largo de este informe.
66
Vid. Anexo II.2.2.
– 40 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
67
NORMAS PARA EL INSTITUTO GERIÁTRICO PENITENCIARIO. (Dirección General de Prisiones, noviem-
bre de 1968). Revista de la Escuela de Estudios Penitenciarios, núm. 186, 1969, pp. 523-526.
68
"De manera tradicional, los internos del Instituto Geriátrico han venido siendo tratados médicamente según cinco
tipos; los de actividad ilimitada y no vigilada, los de actividad moderada y de ayuda en labores complicadas, los de
capacidad limitada con vigilancia y ayuda, los impedidos que no pueden cuidar de sí mismos y los que permanecen en
cama casi constantemente. Siendo esta clasificación de criterio puramente médico, los internos de cada uno de los tipos
señalados serán incluidos en los grupos de tratamiento penitenciario que les corresponda según su personalidad,
siguiéndose con cada interno el tratamiento médico adecuado de conformidad con los tipos expuestos. Los internos
impedidos que no pueden cuidar de sí mismos y los que permanecen en cama casi constantemente, estarán en la
Enfermería del Establecimiento.
En consecuencia con todo lo expuesto, la organización y régimen del Instituto Geriátrico Penitenciario se habrán
de ajustar a las siguientes normas:
1ª.- Para la clasificación inicial de la población reclusa, se establecerán dos departamentos independientes y abso-
lutamente separados entre sí: el de los mayores de sesenta años y el de los imposibilitados.
2ª.- Con los internos mayores de sesenta años se formarán tres grupos: el de los clasificados en el grado de reedu-
cación, el de los clasificados en el de readaptación social y el de los clasificados en el de prelibertad del siste-
ma progresivo. Los internos serán incluidos en el grupo que les corresponda según los criterios establecidos en
el apartado c) del art. 6 del Reglamento para los distintos regímenes de Establecimientos ordinarios de cum-
plimiento. Con los internos de cada grupo se seguirá el correspondiente tratamiento penitenciario de confor-
midad con lo establecido en el art. 49 del Reglamento.
3ª.- Con los internos imposibilitados se formarán, si su número lo permite, los mismos grupos señalados en la
norma 2ª. En todo caso, se seguirá con cada interno el tratamiento que corresponda a su personalidad".
– 41 –
Aspectos jurídicos
69
Vid. Anexo II.2.3.
– 42 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
70
Vid. al respecto: Ley Orgánica General Penitenciaria. Trabajos Parlamentarios, Cortes Generales, Servicio de
Estudios y Publicaciones, Madrid, 1980.
71
"Artículo 11. Los establecimientos especiales son aquellos en los que prevalece el carácter asistencial y serán de
los siguientes tipos:
a) Centros hospitalarios.
b) Centros psiquiátricos.
c) Centros de rehabilitación social, para la ejecución de medidas penales, de conformidad con la legislación vigen-
te en esta materia".
72
BOCG, Congreso de los Diputados, Serie A: Proyectos de Ley, núm. 25-II, 18 de julio de 1979.
– 43 –
Aspectos jurídicos
de 1979-73, no se defendió ninguna enmienda a la redacción del art. 11. De hecho los
arts. 9 a 16 del Proyecto de Ley, fueron aprobados sin discusión -por 296 votos- en la
sesión que se celebró el 24 de julio de 197974.
A su paso por el Senado el precepto permanecería incólume, al igual que el resto
del texto remitido por el Congreso. Únicamente indicar una alusión del Senador del
Grupo Catalunya, Democracia i Socialisme Sr. Andreu Abelló al asilo penitenciario,
pero exclusivamente para dar cuenta de su experiencia personal75. Hablando de su
paso por la Cárcel Modelo de Barcelona, describe la falta de condiciones del estable-
cimiento y narra la siguiente escena:
"Pero después, para que lo conociera más, me llamaron por la tarde diciéndome
que en razón de mi edad podía optar entre ir al asilo o a la enfermería; y enton-
ces, un pobre médico que le debía dar lástima, me dijo: 'Oiga usted, no opte por
el asilo, porque en realidad es un manicomio y hay dos o tres esquizofrénicos que
si usted les cae mal le pueden pegar una puñalada la primera noche', Entonces
opté por la enfermería".
En resumidas cuentas la prisión almeriense sería la última institución geriátrico-
penitenciaria española. El Centro Penitenciario sería clausurado y posteriormente
ocuparía su lugar, como centro ordinario, el actual Centro Penitenciario de Almería
(Prisión de El Acebuche) inaugurado el 20 de octubre de 1986.
El Reglamento Penitenciario de 1981 no contempló la existencia de estableci-
mientos o unidades específicas para reclusos ancianos, lo cual está en sintonía con el
tenor literal de la LOGP.
Llama sin embargo la atención el hecho de que durante la elaboración vigente
Reglamento Penitenciario de 1996 sí se contemplaran diversas "formas especiales de
ejecución" que, en el texto finalmente aprobado por el Consejo de Ministros apare-
cen reguladas en el Título VII: a) internamiento en Centros de Inserción Social (arts.
163-164), b) Unidades dependientes (arts. 165-167), c) internamiento en un
Establecimiento o Departamento Mixto (arts. 168-172, d) internamiento en
Departamentos para Jóvenes (arts. 173177), e) internamiento en Unidades de Madres
(arts. 178-181), f) cumplimiento en Unidades Extrapenitenciarias (art. 182) y f) inter-
namiento en un Establecimiento o Unidades Psiquiátricas Penitenciarias (arts. 183-
191). No se contempló empero la existencia de unidades o departamentos específicos
para reclusos ancianos. Fue tal vez una ocasión perdida de reactualizar la previsión
contenida en el art. 11.c) LOGP y probablemente ya no tanto para crear "Centros"
cuando para establecer "unidades" o "departamentos" para este sector de la población
reclusa.
73
BOCG, Congreso de los Diputados, Serie A: Proyectos de Ley, núm. 25-II 1, 20 de julio de 1979.
74
Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados, núm. 24, 1979.
75
Diario de Sesiones del Senado, núm. 15, 1979, p. 570.
– 44 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
En Estados Unidos fueron los "Projects for Older Prisoners" (POPS) ideados por
Jonathan Turley76 los primeros en focalizar la atención sobre la problemática de los
reclusos ancianos y sobre la elaboración de alternativas a las formas tradicionales de
reclusión y de liberación77.
Naturalmente el tipo de programas alternativos de actuación -frente a las respues-
tas tradicionales de la reclusión- está condicionado por el nivel de riesgo del recluso.
Parece probado que el recluso de edad tiene un más bajo índice de reincidencia.
Aunque esto no quiere decir en modo alguno que con el transcurso de la edad desapa-
rezca el riesgo/peligrosidad.
76
TURLEY, Johnatan: "POPS, Project for Older Prisoners: A Report to the State of New York, New York, 1996.
Vid. Por ejemplo la amplia intervención de Turley en el SENATE SUBCOMMITTEE on AGING and LONG TERM
CARE SENATE SELECT COMMITTEE on the CALIFORNIA CORRECTIONAL SYSTEM SENATE PUBLIC
SAFETY COMMITTEE: California's Aging Prisoner: Demographics, Costs, and Recommendations, op. cit.
77
Una descripción del sistema de funcionamiento de los POPS en: GUBLER, Tia y PETERSILIA, Joan: "Elderly
Prisoners Area Literally Dying For Reform", California Prison Reform, Autumm 2005-2006, Documento de Trabajo
del "Sentencing and Corrections Policy Project", Stanford Criminal Justice Center, Stanford University, 23.1.2006, pp.
12-15. Dejamos de lado estos programas, que suponen el análisis de casos por estudiantes de derecho, con la interven-
ción de abogados y la supervisión de un profesor jurista. Vid. TURLEY, Johnatan: "POPS, Project for Older Prisoners:
A Report to the State of New York, New York, 1996.
– 45 –
Aspectos jurídicos
78
GUBLER, Tia y PETERSILIA, Joan: "Elderly Prisoners Area Literally Dying For Reform", California Prison
Reform, Autumm 2005-2006, Documento de Trabajo del "Sentencing and Corrections Policy Project", Stanford
Criminal Justice Center, Stanford University, 23.1.2006.
79
Cfr. al respecto: U.S. DEPARTMENT OF JUSTICE-NATIONAL INSTITUTE ON CORRECTIONS': Hospice
and Palliative Care in Prisons, NIC Information Center, 1998. http://www.nicic.org/Library/014785
80
http://www.npha.org/
81
BROWN, Lyle B.: "The Joint Effort to Supervise and Treat Elderly Offenders: A New Solution to a Current
Corrections Problem", Ohio State Law Journal, Vol. 59, 1998, pp. 259 y ss., especialmente en pp. 287-288.
– 46 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Para los reclusos de más alto riesgo la solución se centraría en las Unidades
Geriátricas ("Geriatric Units"). Descartándose la libertad -aún condicional- para los
reclusos de más riesgo la solución pasaría: o bien por la creación de unidades geriá-
tricas, aunque no necesariamente al estilo de las existentes en los Estados o bien por
el destino de los reclusos mayores a las unidades de enfermería existentes en los esta-
blecimientos penitenciarios.
– 47 –
Aspectos jurídicos
82
Declaración Universal de Derechos Humanos (NU A/810), 10 de diciembre.
83
Por ejemplo: Resolución 31/38 (XXVIII) Seguridad social para los ancianos, 14 de diciembre de 1973;
Resolución 31/37 (XXVIII) Cuestión de las personas de edad y lo ancianos, 14 de diciembre de 1973; Resolución
32/132 sobre el Año Internacional y la Asamblea Mundial sobre la Vejez, 16 de diciembre de 1977; Resolución 32/131
Cuestión de las personas de edad y los ancianos, 16 de diciembre de 1977; Resolución 35/129 sobre problemas de las
personas de edad y los ancianos, 11 de diciembre de 1980; "Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre
la Población y el Desarrollo", Informe de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo
(A/CONF.171/13), Nueva York, octubre, 1994; Informe de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social (Copenhague,
6 al 12 de marzo) (A/CONF.166/9), Nueva York, 1995; "Declaración y Plataforma de Acción de Beijing", Informe de
la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (A/CONF.177/20), Nueva York, 1995; "Derechos humanos y personas
de edad" [en línea] http://www.onu.org/temas/edad/ddhhyedad.pdf, 1999; World Population Ageing: 1950-2050, Nueva
York, Departamento de Asuntos Económicos y Sociales. Publicación de Naciones Unidas, Nº de venta: E.02. XIII.3,
2002.
– 48 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Particular interés tiene, a los efectos que nos ocupan, la Resolución 46/1991, de
16 de diciembre de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Principios en favor
de las personas de edad, que exhorta a todos los Estados a cumplir un conjunto de
Principios, cuya extrapolación al ámbito penitenciario es tarea compleja pero no
imposible:
- Independencia. Lo que implica la garantía de la satisfacción de las necesidades
básicas, el acceso a programas educativos y de formación adecuados y "la posi-
bilidad de vivir en entornos seguros y adaptables a sus preferencias y a la evolu-
ción de sus capacidades".
- Participación. Este Principio que en la Resolución 46/1991 está orientado el
ámbito externo (comunitario), en su adaptación al ámbito penitenciario, compor-
taría el "poder buscar y aprovechar oportunidades de prestar servicio a la comu-
nidad (penitenciaria en este caso) y de trabajar como voluntarios en puestos
apropiados a sus intereses y capacidades" y fundamentalmente en poder partici-
par activamente "en la formulación y aplicación de las políticas (decisiones peni-
tenciarias, en nuestro caso) que afecten directamente a su bienestar.
- Cuidados. Se plasmaría en la atención a la salud, la garantía del bienestar físico,
mental y emocional, la prevención de enfermedades y el acceso a los medios
apropiados de atención institucional que proporcionen protección, rehabilitación
y estímulo social y mental en un entorno seguro.
- Autorrealización. Supondría el acceso a los recursos educativos, culturales, espi-
rituales y recreativos en el ámbito penitenciario, a fin de poder aprovechar todas
las oportunidades para desarrollarse plenamente.
- Dignidad. Principio éste de plena aplicación al ámbito penitenciario y que com-
portaría: el trato digno, la vida en condiciones dignas y seguras, la interdicción
de toda explotación y la erradicación de cualquier tipo de maltrato físico o men-
tal. Principio éste que además enlazaría con algunas de las garantías que en la
Resolución aparecen en el apartado de "Cuidados": disfrute de los derechos
humanos y libertades fundamentales "cuando residan en hogares o instituciones
donde se les brinden cuidados o tratamiento, con pleno respeto de su dignidad,
creencias, necesidades e intimidad, así como de su derecho a adoptar decisiones
sobre su cuidado y sobre la calidad de su vida".
Por otro lado la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (El
Cairo, 5-13 septiembre 1994), también aludió al tema de la vejez. En lo que aquí nos
afecta, en relación a la necesidad de que los Gobiernos fortalezcan los sistemas de
apoyo y de seguridad para las personas de edad, eliminando todas las formas de vio-
lencia y discriminación contra ellas. De las dos Asamblea Mundiales sobre el
Envejecimiento (Viena en 1982 y Madrid en 2002) particular atención tiene la prime-
ra que centra su análisis en los países desarrollados -la segunda lo hace en relación a
los países en vías de desarrollo-. En Viena se aprobó un Plan de Acción Internacional
sobre el envejecimiento, en el que se recomendó la implantación de un conjunto de
medidas en sectores tales como la salud y nutrición, educación y bienestar social. Se
tuvo en cuenta además que las personas de edad son un grupo de población diverso y
activo con aptitudes diferentes y necesidades especiales en algunos casos.
– 49 –
Aspectos jurídicos
No hay duda que más elevada edad las necesidades asistenciales de los reclusos
se incrementan. Los documentos de los Estados de California y Florida son ilustrati-
vos al respecto84.
Al mismo tiempo los específicos cuidados de la población reclusa de mayor edad
demandan una atención sanitaria especializada (geriatría) con la que, en general, no
cuentan los establecimientos penitenciarios. En este sentido, y sin perjuicio de que
todo recluso deba ser remitido a la institución hospitalaria correspondiente cuando el
propio establecimiento penitenciario carezca de medios para su especial atención
(Regla 40 de las Reglas Penitenciarias Europeas de 2006, art. 36.2 LOGP y art. 218
del Reglamento Penitenciario de 1996), parece recomendable que -al menos los gran-
des establecimientos o aquellos otros que tengan un contingente elevado de ancianos-
reciban regularmente la visita de geriatras. La norma de referencia es el Apartado
A.2) del Anexo de la Recomendación Nº R (98) 7 del Consejo de Europa85, la cual
está en consonancia con el principio de equiparación asistencial consagrado en el art.
208.1 del vigente Reglamento Penitenciario y que además es proclamado por diver-
sos instrumentos internacionales86. Y ello máxime si se tiene en cuenta que en buena
medida de los casos los reclusos ancianos reúnen la condición de enfermos crónicos87.
Nuestra Constitución, en su art. 50, dispone en relación con las personas de la ter-
cera edad que: "Los poderes públicos… con independencia de las obligaciones fami-
liares, promoverán su bienestar mediante un sistema de servicios sociales que atende-
rán sus problemas específicos de salud, vivienda, cultura y ocio. Trasladar este man-
dato constitucional al ámbito penitenciario significa lógicamente que la
Administración Penitenciaria, por sí o en coordinación con otras Administraciones,
facilite los recursos necesarios para conseguir tal bienestar.
84
SENATE SUBCOMMITTEE on AGING and LONG TERM CARE SENATE SELECT COMMITTEE on the
CALIFORNIA CORRECTIONAL SYSTEM SENATE PUBLIC SAFETY COMMITTEE: California's Aging Prisoner:
Demographics, Costs, and Recommendations, including the shocking testimony from Jonathon Turley, Professor of
Public Interest Law and founder of Projects for Older Prisoners, 2003. Disponible en la URL: http://www.prisontermi-
nal.com/documents/AGING_PRISONERS_TRANSCRIPT.pdf y Florida Corrections Commission 1999 Annual
Report. También el documento de trabajo de GUBLER, Tia y PETERSILIA, Joan: "Elderly Prisoners Area Literally
Dying For Reform", California Prison Reform, Autumm 2005-2006, Documento de Trabajo del "Sentencing and
Corrections Policy Project", Stanford Criminal Justice Center, Stanford University, 23.1.2006.
85
Recomendación Nº R (98) 7 del Comité de Ministros del Consejo de Europa a los Estados Miembros, relativa a
los aspectos éticos y organizativos de los cuidados de salud en el medio penitenciario, adoptada por el Comité de
Ministros el 8 de abril de 1998 en la 627ª Reunión de los Delegados Ministeriales.
86
Principio 1 de los Principles of Medical Ethics relevant to the Role of Health Personnel, particularly Physicians,
in the Protection of Prisoners and Detainees against Torture and Other Cruel, Inhuman or Degrading Treatment or
Punishment, adopted by General Assembly resolution 37/194 of 18 December 1982; Regla 40.3 de las Reglas
Penitenciarias Europeas de 2006; Apartado B) del Anexo de la Recomendación Nº R (98) 7 del Consejo de Europa.
87
Cfr. Recomendación Nº R (98) 11, del Comité de Ministros del Consejo de Europa a los Estados
Miembros sobre la organización de cuidados de salud para enfermos crónicos, adoptada por el Comité de Ministros
el 18 de septiembre de 1998, en la 641ª Reunión de los Delegados Ministeriales.
– 50 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
88
La Web del estudio es: http://www.eunomia-study.net/. Cfr. BARRIOS, L.F.: "Coerción en psiquiatría", Anales
de Psiquiatría, Vol. 19, núm. 2., 2004, pp. 55-63 y MAYORAL, F. y TORRES, F.: "La utilización de medidas coerciti-
vas en psiquiatría", Actas Españolas de Psiquiatría, Vol. 33, núm. 5, 2005, pp. 331-338.
89
Formaron parte del mismo: Claudio Hernández Cueto, Ángeles López López, Pilar Nonay Calvente, Fermín
Mayoral Cleries, José Hervás y Luis Fernando Barrios Flores. Ángeles López López es funcionaria del Cuerpo Superior
Técnico de II.PP.-Especialidad de Psiquiatría y Luis Fernando Barrios Flores es funcionario del Cuerpo Especial de
II.PP. y Educador; ambos desempeñan su cometido profesional en el Hospital Psiquiátrico Penitenciario de Alicante. El
nexo de unión con el presente Estudio de problemas de la ancianidad en prisión, en este caso recae en la persona del
segundo. Es Doctor en Derecho y Profesor Asociado de Derecho Administrativo en la Universidad de Alicante. Forma
parte de la Red Internacional de Expertos de la Organización Mundial de la Salud sobre "Salud Mental, Derechos
Humanos y Legislación" y ha sido consultor legal en los Estudios europeos EUNOMIA (uso de medios coercitivos en
instituciones hospitalario-psiquiátricas) y EUPRIS (salud mental en prisión). Pertenece al Grupo de Trabajo sobre
"Salud mental y prisión" (Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria-Asociación Española de Neuropsiquiatría).
– 51 –
Aspectos jurídicos
grama sobre calidad de vida (Quality of Life and management of living resources)
que a su vez forma parte del 5º Programa Marco de la Comisión Europea (Fifth Frame
work Programme of the European Commision)90. En síntesis, el Proyecto EUNOMIA
pretendió analizar la realidad práctica clínica y legal del empleo de medios y medi-
das coercitivas en el medio psiquiátrico en doce países, describir comparativamente
los resultados hallados y conformar una Guía Europea que recoja las más pertinentes
pautas de intervención, aplicación y control de aquellos medios y medidas. En el caso
de España, tuvo este Estudio en su desarrollo algunas aportaciones relevantes: 1) Se
extendió a dos hospitales en lugar de a uno, como sucedió en el resto de los países;
2) El experto legal del mismo elaboró un decálogo regulador de la aplicación de los
medios coercitivos (en particular la contención mecánica)91 y 3) se realizó un estudio
paralelo de prácticas restrictivas en unidades hospitalarias geriátricas.
Hasta hace bien poco existía un capítulo no suficientemente definido en nuestro
panorama penitenciario, el tipo de medios coercitivos para emplear en caso de ser
necesaria la contención. Nuestro Reglamento Penitenciario sólo contempla el uso de
esposas, medio claramente poco adecuado para determinados reclusos; en lo que aquí
interesa reclusos ancianos. Se venía abogando por el empleo de un medio menos -
eventualmente dañino-, las correas de sujeción, en consonancia con la práctica clíni-
ca -ya no sólo en pacientes mentales sino incluso en otras áreas de la medicina-.
Algún autor llamó la atención sobre el particular92. Al fin el problema parece estar en
vías de solución tras ser dictada la Instrucción 18/2007, de 20 de diciembre, sobre
sujeciones mecánicas, que admite el uso de correas por ser "un elemento menos trau-
mático y lesivo, y por lo tanto más humanitario".
– 52 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
94
"Artículo 60. 1. Cuando, después de pronunciada sentencia firme, se aprecie en el penado una situación durade-
ra de trastorno mental grave que le impida conocer el sentido de la pena, el Juez de Vigilancia Penitenciaria suspende-
rá la ejecución de la pena privativa de libertad que se le hubiera impuesto, garantizando que reciba la asistencia médi-
ca precisa, para lo cual podrá decretar la imposición de una medida de seguridad privativa de libertad de las previstas
en este Código que no podrá ser, en ningún caso, más gravosa que la pena sustituida. Si se tratase de una pena de dis-
tinta naturaleza, el Juez de Vigilancia Penitenciaria apreciará si la situación del penado le permite conocer el sentido de
la pena y, en su caso, suspenderá la ejecución imponiendo las medidas de seguridad que estime necesarias.
El Juez de Vigilancia comunicará al ministerio fiscal, con suficiente antelación, la próxima extinción de la pena o
medida de seguridad impuesta, a efectos de lo previsto por la disposición adicional primera de este Código.
2. Restablecida la salud mental del penado, éste cumplirá la sentencia si la pena no hubiere prescrito sin perjuicio
de que el Juez o Tribunal, por razones de equidad, pueda dar por extinguida la condena o reducir su duración, en la
medida en que el cumplimiento de la pena resulte innecesario o contraproducente".
– 53 –
Aspectos jurídicos
95
Sobre el procedimiento de incapacitación cfr. MARTÍN GRANIZO, M.: La incapacitación y figuras afines,
Colex, Madrid, 1987; CABRERA MERCADO: El proceso de incapacitación, Monografía McGraw-Hill, Madrid, 1998;
GARCÍA GARCÍA, Lucía: Marco Jurídico de la enfermedad mental. Incapacitación e internamiento, Edics. Revista
General del Derecho, Valencia, 2000, pp. 47-142; CHILENO CANO, Marta: Incapacitación, tutela e internamiento del
enfermo mental, Aranzadi, Pamplona, 2004. (Libro electrónico).
96
Cfr. BARRIOS FLORES, Luis Fernando: "Imparcialidad y objetividad del perito psiquiatra", Revista de Estudios
Penitenciarios, núm. 248, 2000, pp. 9-43.
97
"Articulo 761 LEC. Reintegración de la capacidad y modificación del alcance de la incapacitación.
1. La sentencia de incapacitación no impedirá que, sobrevenidas nuevas circunstancias, pueda instarse un nuevo
proceso que tenga por objeto dejar sin efecto o modificar el alcance de la incapacitación ya establecida".
– 54 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
98
Téngase presente que según un nuevo párrafo introducido en el art. 239 del Código Civil por la Ley 41/2003, de
18 de noviembre, de protección patrimonial de las personas con discapacidad y de modificación del Código Civil, de
la Ley de Enjuiciamiento Civil y de la Normativa Tributaria: "La entidad pública a la que, en el respectivo territorio,
esté encomendada la tutela de los incapaces cuando ninguna de las personas recogidas en el artículo 234 sea nombra-
do tutor, asumirá por ministerio de la Ley la tutela del incapaz o cuando éste se encuentre en situación de desamparo.
Se considera como situación de desamparo la que se produce de hecho a causa del incumplimiento o del imposible o
inadecuado ejercicio de los deberes que le incumben de conformidad a las Leyes, cuando éstos queden privados de la
necesaria asistencia moral o material".
99
Cfr. GARCÍA GARCÍA, Juan Antonio: "Aspectos civiles del ejercicio por la administración pública de la tute-
la sobre menores desamparados (art. 172 Código Civil)", Anales de la Facultad de Derecho de la Universidad de La
Laguna, núm. 15, 1998, pp. 81 y ss.
100
En general habrá que tener en cuenta la regulación sobre la tutela y la curatela -a la que básicamente son apli-
cables las normas de la anterior- contenida en los arts. 215-306 del Código Civil.
– 55 –
Aspectos jurídicos
Otro de los supuestos que puede producirse es que ingrese un recluso anciano en
el que ha sido detectado el inicio de una enfermedad mental degenerativa. En tal caso,
lo procedente es informar al recluso -antes de que devenga incapaz- de la posibilidad
prevista en la Ley 41/2003, de 18 de noviembre, de protección patrimonial de las per-
sonas con discapacidad y de modificación del Código Civil, de la Ley de
Enjuiciamiento Civil y de la Normativa Tributaria con esta finalidad, de que perso-
nalmente nombre su futuro tutor. El art. 9 de esta ley introduce importantes modifi-
caciones en la materia. Concretamente modifica el art. 223 del Código Civil, incor-
porando el siguiente párrafo: "Asimismo, cualquier persona con la capacidad de obrar
suficiente, en previsión de ser incapacitada judicialmente en el futuro, podrá en docu-
mento público notarial adoptar cualquier disposición relativa a su propia persona o
bienes, incluida la designación de tutor". Lo cual a su vez conlleva otra modificación
del orden de prelación para nombramiento de tutor. El nuevo art. 234 del Código
Civil establece que "para el nombramiento de tutor se preferirá: Al designado por el
propio tutelado, conforme al párrafo segundo del artículo 223".
Corresponde pues a los servicios médicos y de tratamiento informar al recluso de la
existencia de tal derecho y del procedimiento para ejercitarlo (reclamar la asistencia de
un notario que en documento público recoja la voluntad del recluso a este respecto)101.
101
Sobre la autotutela cfr. DE COUTO GÁLVEZ, Rosa María: "Algunas reflexiones sobre la legitimación para
autodesignar el cargo tutelar. La autotutela en Cataluña", Revista General de Legislación y Jurisprudencia, ene.-feb.
2000, pp. 17 y ss.; FERNÁNDEZ-PRADA MIGOYA, Francisco: "La autotutela", en SERRANO GARCÍA, Ignacio
(Coord.): La protección jurídica de incapacitados, incapaces y personas en situaciones especiales, Madrid, 2000;
BARRIOS FLORES, Luis Fernando: "El Proyecto de Ley de protección de las personas con discapacidad. Especial
referencia a la 'autotutela'", Sociedad Española de Psiquiatría Legal, Edición IV (abril-mayo 2003), pp. 9-25. En la
URL: http://www.psiquiatrialegal.org; VAQUER ALOY, Antonio: "La autotutela en el Código Civil tras la Ley
41/2003, de 18 de noviembre", La Ley, núm. 5961, 24.2.2004, pp. 1-4.
– 56 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 57 –
Aspectos jurídicos
Son muy variadas las propuestas para la mejora de las condiciones de estancia y
tratamiento de los reclusos mayores. Los diferentes informes realizados en el Estado
de Florida son elocuentes:
- Análisis de las condiciones arquitectónicas y estructurales de los establecimien-
tos penitenciarios103.
- La puesta en marcha de una Estrategia sobre reclusos mayores104.
- Incremento de la participación del voluntariado en la asistencia al personal peni-
tenciario responsable de los reclusos mayores105.
102
Por ejemplo, a la vista del Acuerdo del Consejo de Ministros por el que se aprueba el marco de cooperación
interadministrativa y criterios de reparto de créditos de la Administración General del Estado para la financiación del
nivel acordado, previsto en la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de promoción de la Autonomía Personal y Atención a
las Personas en Situación de Dependencia de 18 de mayo de 2007 (publicado mediante Resolución de 23 de mayo de
2007 del Instituto de Mayores y Servicios Sociales, BOE, de 2 de junio), el reparto de financiación se hace según varios
criterios (población, dispersión, insularidad,...), todos imputables a las Comunidades Autónomas y a las Ciudades de
Ceuta y Melilla. Pero no se alude en ningún momento a la población penitenciaria.
103
Florida Corrections Commission 1999 Annual Report.
104
Florida Corrections Commission 2001 Annual Report.
105
Florida Corrections Commission 1999 Annual Report.
– 58 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
106
Florida Corrections Commission 1999 Annual Report.
107
Florida Corrections Commission 1999 Annual Report, aspecto sobre el que se insiste en el Florida Corrections
Commission 2003 Annual Report.
108
Florida Corrections Commission 1999 Annual Report.
109
Florida Corrections Commission 2003 Annual Report.
110
Florida Corrections Commission 2002 Annual Report.
111
Florida Corrections Commission 2001 Annual Report y en el mismo sentido el 2002 Annual Report.
112
HER MAJESTY'S INSPECTORATE OF PRISON: "’No problems - old and quiet’, op. cit.
113
HER MAJESTY'S INSPECTORATE OF PRISON: "’No problems - old and quiet'’ op. cit., pp. 54 y ss.
– 59 –
Aspectos jurídicos
Uno de los aspectos que puede comportar un mayor desgaste emocional para el
recluso anciano deriva del hecho de que, frecuentemente, se encuentran privados de
las visitas de sus nietos menores de edad. Indicar a este respecto que la legislación y
jurisprudencia españolas reconocen el derecho a la vinculación familiar abuelos-nie-
tos y no hay razón alguna que impida que tal derecho no sea reconocido a un abuelo
por tener la condición de recluso.
Efectivamente, el segundo párrafo del art. 160 Código Civil (precepto afectado
por la reforma de la Ley 42/2003, de 21 de noviembre) establece que:
"No podrán impedirse sin justa causa las relaciones personales del hijo con sus
abuelos y otros parientes y allegados".
Dos son las principales cuestiones que plantea el precepto: qué ha de entenderse por
"justa causa" y cuál es el sistema de garantías para hacer real el derecho enunciado.
Respecto a lo primero, indicar que la Sentencia de la Sala 1ª del Tribunal Supremo
de 20 de septiembre de 2002 (EDJ 2002/37177) establece que la prueba de la existen-
cia de una justa causa para impedir la comunicación entre abuelos y nietos correspon-
de a los titulares de la patria potestad (tutores en su caso). Y esta causa para que sea
justa ha de estar no sólo acreditada sino tener además una cierta entidad. Por eso la
STS 1ª, 11.6.1996 (EDJ 1996/3555) se expresa en los siguientes términos:
"ninguna justa causa impide las relaciones personales entre el menor y sus abue-
los paternos. Antes bien este tipo de relaciones que insertan beneficiosamente al
menor en su entorno familiar completo, resultan más necesarias cuando de los
ascendientes se trata, por su privilegiado grado de parentesco, dado que la perso-
nalidad se forja también entre las contradicciones que emanan, a veces, de los
– 60 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
114
Sobre esta materia vid. in extenso: BARRIOS FLORES, Luis Fernando: "Ingresos geriátricos: fundamento y
garantías", Derecho y Salud, Vol. 12, núm. 1, enero-junio 2004, pp. 1-25. Disponible en la URL: www.ajs.es. Y la
bibliografía allí citada.
– 61 –
Aspectos jurídicos
co115, y aquellas otras que abogan por la plena vigencia del control judicial de todo
internamiento involuntario que conlleva privación de libertad116.
En la doctrina, salvo algún autor que no considera aplicable el art. 211 CC (hoy
763 LEC) al internamiento de personas en residencias de la tercera edad117, la mayor
parte de los autores es proclive a la aplicación del control judicial sobre este tipo de
internamientos, ya que el fin del control judicial es garantizar la legalidad de una
medida que incuestionablemente es restrictiva de derechos. Este elemento teleológi-
co constituye el elemento clave para abogar por la vigencia de un control judicial de
los ingresos psicogeriátricos.
En consecuencia, lo procedente sería que cuando en un establecimiento peniten-
ciario se detectara la presencia de un recluso anciano con importante deterioro cogni-
tivo o que precisara de específicos cuidados geriátricos, se procediera -siempre que se
cumplan el resto de requisitos a tal efecto- a solicitar la libertad condicional por razón
de edad y/o enfermedad y simultáneamente se solicitara autorización judicial para el
ingreso en el establecimiento con el que se haya contactado -o con el que los familia-
res hayan contactado-. El marco jurídico para tal actuación no es otro que el art. 763
de la Ley de Enjuiciamiento Civil que, a los efectos que aquí interesan dispone:
"Artículo 763. Internamiento no voluntario por razón de trastorno psíquico
1. El internamiento, por razón de trastorno psíquico, de una persona que no esté
en condiciones de decidirlo por sí, aunque esté sometida a la patria potestad o a
tutela, requerirá autorización judicial, que será recabada del tribunal del lugar
donde resida la persona afectada por el internamiento.
La autorización será previa a dicho internamiento, salvo que razones de urgencia
hicieren necesaria la inmediata adopción de la medida. En este caso, el responsa-
ble del centro en que se hubiere producido el internamiento deberá dar cuenta de
éste al tribunal competente lo antes posible y, en todo caso, dentro del plazo de
veinticuatro horas, a los efectos de que se proceda a la preceptiva ratificación de
dicha medida, que deberá efectuarse en el plazo máximo de setenta y dos horas
desde que el internamiento llegue a conocimiento del tribunal.
En los casos de internamientos urgentes, la competencia para la ratificación de la
medida corresponderá al tribunal del lugar en que radique el centro donde se haya
producido el internamiento. Dicho tribunal deberá actuar, en su caso, conforme a
lo dispuesto en el apartado 3 del art. 757 de la presente Ley".
115
Así en los Autos de las Audiencias Provinciales de Barcelona de 19.3.1996 (RGD, 1996, pp. 11980 y ss),
4.6.1996 (RGD, 1996, pp. 844 y ss), 26.9.1996 (RGD 1997, pp. 6415 y ss), 19.11.1996 (Az. Civil 2151), 22.7.1997
(Tribunales Superiores de Justicia y AA.PP., 1998, 115), 24.7.1997 (Az. Civil 1997, 1653) y 10.2.1998 (EDJ
1998/21183); de La Rioja 27.10.1998 (Az. Civil, 7837; EDJ 1998/4158), 11.12.1998, 17.1.2000, 29-02-2000, (EDJ
2000/8321) y 29.2.2000 (EDJ 2000/8322).
116
Autos de las Audiencias Provinciales de Barcelona 6.7.1995 (Az. Civil 1314)116; La Rioja 17.3.1998 (Az. Civil
4158; EDJ 1998/4403; La Ley 1998/6226116); Alicante, Sec. 40, 3.7.1996 (Act. Civil, 1996/1288), Santa Cruz de
Tenerife, 29.11.2000 y la Sentencia de la Audiencia Provincial de La Coruña 21.9.1997 (EDJ 1997/12811).
117
PARRA LUCÁN, María Angeles, en MARTÍNEZ DE AGUIRRE ALDAZ, Carlos; DE PABLO CONTRERAS,
Pedro; PÉREZ ÁLVAREZ, Miguel y PARRA LUCÁN, María Ángeles: Curso de Derecho Civil. Volumen I. Derecho
privado. Derecho de la persona, Colex, 1998, p. 380.
– 62 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
118
Vid. BARRIOS FLORES, Luis Fernando y BARCIA SALORIO, Demetrio: "El marco jurídico de las urgencias
psiquiátricas", You & Us, Madrid, 2005, Tomo 1, pp. 110-128.
– 63 –
3.- ANÁLISIS
ESTADÍSTICO.
ANÁLISIS DEMOGRÁFICO
119
Mujeres y Hombres en España 2008. Instituto Nacional de Estadística. Capitulo I, Población y familia.
http://www.ine.es/prodyser/pubweb/myh08/myh08_capitulo%201%20poblacion%20y%20familia.pdf
– 67 –
Análisis estadístico
% en la población de
PORCENTAJES Demografía en España % reclusos en la Población
Reclusos
Población 2006 100% 0,1434%
Hombres 49,43% 0,1320%
Mujeres 50,57% 0,0110%
Hombres 49,43% 92,16%
Mujeres 50,57% 7,84%
Ancianos 21,63% 2,39%
Hom. 60-70 4,37% 1,77%
Muj. 60-70 4,78% 0,18%
Hom. +70 5,07% 0,39%
Muj. +70 7,4% 0,04%
Gráfica 1.- Comparación demográfica. Datos INE y DGIIPP. Tabla de elaboración propia
160% 92,16%
140%
% en la
120%
0,14% población de
100%
Reclusos
80%
7,84%
60% 0,13% 0,01% % reclusos en
2,39% 1,77% 0,18% 0,39% 0,04%
la Población
40% 21,63%
4,37% 4,78% 5,07% 7,40%
49,43%
50,57%
49,43%
50,57%
100%
20%
0%
Demografía
70
70
s
06
70
06
70
no
06
06
06
.+
0-
en España
20
.+
20
0-
20
20
20
ia
.6
uj
.6
es
c
n
es
es
uj
es
M
Ho
An
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M
er
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br
br
Ho
06
lac
06
uj
om
uj
m
06
06
b
06
M
M
Ho
20
Po
20
H
20
El número de las personas mayores que están privados de libertad en nuestro país,
alcanza en el momento de este estudio (1 de Junio de 2007) a 1540 de los que 205
dependen administrativamente de la Comunidad Catalana, que hoy en día es la única
Comunidad Autónoma que tiene transferidas las competencias en materia de prisio-
nes en base al Real Decreto 3482/1983, de 28 de diciembre.
– 68 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Mayores de edad
Población General (%) Mayores de edad
(+ 60 años)
55522 1335 2,40
120
En realidad, las personas ingresadas ascienden a 55854, pero a efectos de este estudio damos por perdidos un
número de 332 internos de los que no consta la fecha de nacimiento. Esta pérdida no perjudica el valor del estudio al
ser estadísticamente irrelevante.
– 69 –
Análisis estadístico
Cuadro 4 .- Evolución Quinquenal, en valores absolutos, de los Penados por grupos de edad en la
Administración General del Estado (AGE).
Años 16-2
20 21-225 26-330 31-440 41-660 + 60 Total
1985 1.294 4.358 2.991 2.172 993 108 11.916
1990 998 4.880 5.700 4.151 1.662 166 17.557
1995 932 6.751 8.704 8.841 3.470 358 29.056
2000 699 4.994 8.641 10.981 4.460 373 30.148
2005 543 5.229 8.642 15.031 9.512 813 39.770
16.000 15.031
14.000
12.000 10.981
9.512
10.000
8.841 8.641 8.642
8.704
8.000
6.751
5.700
6.000 5.229
4.880 4.994
4.460
4.358 4.151
3.470
4.000 2.991
2.172 1.662
2.000 1.294
993 998 813
932 699
358 373 543
108 166
0
1985 1990 1995 2000 2005
Años
Fuente: Estadística General Clasificada de Población Penitenciaria. 16-20 21-25 26-30 31-40 41-60 60
Grupos de edad
Cuadro 5.- Evolución quinquenal, en porcentajes, de los Penados por grupos de edad en la
Administración General del Estado (AGE).
Años 16-2
20 21-225 26-330 31-440 41-660 + 60 Total
1985 10,9 36,6 25,1 18,2 8,3 0,9 100
1990 5,7 27,8 32,5 23,6 9,5 0,9 100
1995 3,2 23,2 30,0 30,4 11,9 1,2 100
2000 2,3 16,6 28,7 36,4 14,8 1,2 100
2005 1,4 13,1 21,7 37,8 23,9 2,0 100
– 70 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Gráfico 3.- Evolución quinquenal, en porcentajes, de los Penados por grupos de edad en la
Administración General del Estado (AGE).
Estructura de la población reclusa penada por grupos de edad (porcentajes respecto del total) según años.
Administración General del Estado. Datos a 31 de diciembre.
40,0 37,8
36,6 36,4
35,0 32,5
30,0 30,4
30,0 28,7
27,8
25,1
23,6 23,9
25,0 23,2
21,7
20,0 18,2
16,6
14,8
15,0 13,1
11,9
10,9
9,5
10,0 8,3
5,7
5,0 3,2
2,3 2,0
0,9 1,2 1,4
0,9 1,2
0,0
1985 1990 1995 2000 20 0 5
Años
Grupos de edad
Fuente: Estadística General Clasificada de Población Penitenciaria 16-20 años 21-25 años 26-30 años 31-40 años 41-60 años + 60 años
Nos interesa comparar esta misma evolución con el incremento que se ha ido pro-
duciendo, en este mismo período de 20 años, en la demografía de nuestro país.
Un hecho incontestable es el envejecimiento paulatino de la población general. En
la comparación del porcentaje de incremento vemos que las personas mayores en los
últimos 20 años aumentó más rápidamente con relación con el incremento de la
población total. El 8,45% de media quinquenal frente a un 3,64%
– 71 –
Análisis estadístico
121
En relación a los datos de la Administración General del Estado (AGE)
122
Penúltima línea: porcentaje promedio de incremento quinquenal. Última línea referencia de los datos a fecha del
estudio de campo sobre ancianidad.
– 72 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
% Mayores en Prisión
25 % Mayores en Población
20
15
10
0
1985 1990 1995 2000 2005 jun-07
Esta tendencia se acelera, de forma contundente, en los últimos cinco años, donde
la población de mayores prácticamente se ha triplicado
Cuadro 9 .- Evolución numérica de la media de población reclusa por grupos de edad. (AGE)123
Edad
Periodo 16-220 21-225 26-330 31-440 41-660 + 60 Total Media
2002 469 5.351 8.357 12709 6174 488 33.548 34.6
2003 647 5.772 8.831 13926 7002 524 36.702 34.7
2004 595 5.972 9.269 14510 8009 571 38.926 35.1
2005 543 5.229 8.642 15031 9512 813 39.770 36,2
2006 513 5.152 8.702 15320 10449 928 41.064 36.6
2007 1541 7067 10170 20702 14707 1335 55522
123
Los datos de 2007 están recogidos al 1 de Junio y en valores absolutos
– 73 –
Análisis estadístico
Gráfico 5.- Evolución numérica de la media de población reclusa por grupos de edad. (AGE)
25000
20000
16-20
15000 21-25
26-30
10000 31-40
41-60
5000 60 Y +
0
2002 2003 2004 2005 2006 2007*
Población Total %
Hombres 51.497 91,58
Mujeres 4.735 8,42
Totales 56.232
– 74 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Gráfico 6.- Población reclusa mayor de edad por grupos de edad según sexo. Valores absolutos
valores porcentuales (abajo) (AGE)
20000 1800
18000 1600
16000 18 20 Años 18 20 Años
1400
14000 21 25 años 21 25 años
1200
12000 26 30 años 26 30 años
1000
10000 31 40 años 31 40 años
800
8000 41 59 años 41 59 años
6000 600
60 70 años 60 70 años
4000 400
1046 171 Más de 70 106 12 Más de 70
2000 200
0 0
HOMBRE MUJER
18 20 Años 18 20 Años
HOMBRE MUJER
21 25 años 21 25 años
26 30 años 106; 2% 12; 0% 26 30 años
171; 0% 31 40 años
1046; 2% 31 40 años
41 59 años 41 59 años
60 70 años 60 70 años
Más de 70 Más de 70
Gráfico 7.- Población reclusa mayor de edad por grupos de edad según sexo. (AGE)
8,42; 8% 10 6; 9% 12; 7%
– 75 –
Análisis estadístico
Cuadro 13.- Población reclusa mayor de edad por grupos de edad según sexo. (Comunidad de
Cataluña)
– 76 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Cuadro 15.- Población Reclusa por situación procesal y sexo, según grupos de edad.
124
La edad media de los extranjeros es de 33,2 años, el 83 por ciento del colectivo tiene entre 16 y 64 años. También
hay 158.653 mayores de 64 años (Datos del Ministerio de Trabajo y Asuntos sociales a 31 de Diciembre de 2007)
– 77 –
Análisis estadístico
Cuadro 17.- Población Reclusa por nacionalidad y sexo, según grupos de edad.
Totales
Sexo Nacionalidad
Total %
Hombres Españoles 34952 68,73
Extranjeros 15872 31,21
No consta 30
Total 50854
Mujeres Españoles 2940 62,98
Extranjeros 1726 36,97
No consta 2
Total 4668
Cuadro 18.- Población Reclusa Mayor de Edad por nacionalidad y sexo, según grupos de edad.
– 78 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
En atención a la gravedad de los delitos, los datos son contundentes: Las personas
mayores sufren prisión mucho más frecuentemente por el grupo de delitos englobado
en "homicidios y sus formas": el 16,27% frente al 6,82% de la población global
encarcelada. Y lo más llamativo es que estas son las causas del encarcelamiento del
32,15% de los varones que han superado los 70 años de edad (lo que multiplica por
cinco estos valores).
Ocurre otro tanto con los delitos "contra la libertad sexual" asignado al 5,45% de
la población general y al 13,23% de las personas mayores. De nuevo aquellos que
traspasan la barrera de los 70 años destacan en su comisión, triplicando la tasa de inci-
dencia con un 19,28%.
Es congruente deducir que estas altas cifras en figuras delictivas de alta trascen-
dencia social explicarían pos sí solas la persistencia de los que consideramos ancia-
nos en el sistema punitivo de la prisión, y las dificultades que se plantean para una
inmediata aplicación de medidas alternativas a ésta, como la propia libertad provisio-
nal, en caso de preventivos, y la específica libertad condicional para mayores de 70
años que recoge el Código Penal en consideración a este perfil de edad.
En atención a la frecuencia, la figura delictiva cometida más reiteradamente por
los hombres de más edad es, sin duda, el delito contra la salud pública (CSP) o tráfi-
co de estupefacientes, que implica al 33, 28% de los que superan los 60 años (27, 61%
en la estadística general de los varones). Y en esta figura, cuando se superan los 70
años el porcentaje disminuye a prácticamente la mitad (17,54).
Los delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico reflejan tan solo el
12% de la actividad delictiva de las personas mayores, que desciende al 8,17 para los
más ancianos.
Cuadro 19 .- Tipología Delictiva. Población reclusa HOMBRES por delitos, según grupos de edad.
– 79 –
Análisis estadístico
Gráfico 8.- Tipología Delictiva. Población reclusa HOMBRES por delitos, según grupos de edad.
Fuente: Volcado S.I.P. (01-006.07).
% TOTAL
%Más de 70 años
%60 a 70 años
Faltas
Resto de Delitos
Falsedades
Contra la libertad
Lesiones
0 5 10 15 20 25 30 35 40
– 80 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 81 –
Análisis estadístico
– 82 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Gráfico 8.- Tipología Delictiva. Población reclusa MUJERES por delitos, según grupos de edad.
TOTAL
Falt as
Rest o de Delit os
Delit os cont ra la
Administ ración Pública
Delit os cont ra la
A dminist ración de Just icia
Falsedades
Contra la libert ad
Lesiones
0 10 20 30 40 50 60 70
– 83 –
Análisis estadístico
Cuadro 21 .- MUJERES por delitos de Homicidios y sus formas, según grupos de edad. Fuente:
Volcado S.I.P. (01-006.07).
– 84 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Cuadro 23.- Población reclusa penada, según media de Número de días desde su último ingreso
La franja de condena más frecuente de la población penada de la AGE está entre los
tres y los ocho años de prisión en lo que podríamos considerar como condenas de dura-
ción moderada. Esto se repite sistemáticamente en todos los segmentos de edad (más del
37% en hombres y más del 40 en mujeres, ya sean jóvenes, mediana edad y mayores.
En segundo lugar de condenas más habituales son aquellas que recorren el arco entre
los ocho y los quince años de prisión, es decir, condenas consideradas medias-altas y
que, curiosamente, son más frecuentemente aplicadas (en cifras porcentuales) en todos
y cada uno de los tramos de edad a las mujeres que a sus compañeros varones. En el
caso de las mujeres mayores de 60 años más del 30% están sujetas a esta condena.
Otro tanto ocurre con las condenas de mayor entidad, de 15 a 20 años, donde pre-
dominan las mujeres en todos los segmentos.
Las penas menores, aquellas que no alcanzan los tres años se aplican muchísimo
más frecuentemente a los hombres.
Obviamente, la primera sorpresa es comprobar que las mujeres sufren proporcio-
nalmente mayores condenas, a pesar de que su actividad delictiva es socialmente
menos gravosa. Es necesario recurrir a la definición de los delitos para entender las
causas de esta situación de mayor criminalización de las mujeres en el derecho penal125.
Es la consecuencia de las políticas de endurecimiento de las penas a los delitos contra
125
YAGÜE OLMOS, C. "Las Mujeres encarceladas" en SUSINOS RADA, Teresa, CALVO SALVADOR, Adelina
y GARCÍA LASTRA, Marta (Coords.): Mujeres en la Periferia. Algunos debates sobre género y exclusión social,
Icaria, 2006, pp. 121-146.
– 85 –
Análisis estadístico
3 m. a 3a 8a 15 a
Grupos de edad % % % % 20 y más % Total
3 años 8 años 15 años 20 años
18 - 20 años 266 40,92 341 52,46 37 5,69 1 0,25 5 0,77 650
26 - 30 años 1618 22,73 3309 46,49 1655 23,39 326 4,58 200 2,81 7118
31 - 40 años 3500 22,82 6132 39,99 4012 26,16 850 5,54 841 5,48 15335
41 - 59 años 2579 23,26 4111 37,07 2883 26 626 5,64 890 8,03 11089
60 - 70 años 165 19,12 334 38,7 244 28,27 62 7,18 58 6,72 863
Mayores de 60 años 187 18,76 386 38,72 274 27,48 75 7,52 75 7,52 997
Cuadro 25.- Población reclusa penada por delitos, según cuantía de la condena y grupos de edad.
MUJERES delito con más cuantía (Días de condena recodificada en el nuevo Código Penal)
3 m. a 3a 8a 15 a
Grupos de edad % % % % 20 y más % Total
3 años 8 años 15 años 20 años
18 - 20 años 12 26,67 23 51,11 10 22,22 0 0 0 0 45
26 - 30 años 110 19,47 272 48,14 172 30,44 6 1,06 5 0,88 565
31 - 40 años 269 21,52 585 46,8 330 26,4 35 2,8 31 2,48 1250
41 - 59 años 189 18,19 425 40,9 352 33,88 35 3,37 38 3,66 1039
– 86 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Gráficos 10 y 11.- Población reclusa penada por delitos, según cuantía de la condena y grupos de
edad. Hombres y Mujeres. Delito con más cuantía.
Más de 60 Mas de 60
18 a 20 años 18 a 20 años
0 10 20 30 40 50 60 0 10 20 30 40 50 60
– 87 –
Análisis estadístico
CLASIFICACIÓN PENITENCIARIA
126
En este apartado se engloban también a aquellos reclusos sometidos a medidas de seguridad (ordinariamente
ingresados en hospitales psiquiátricos penitenciarios), que por su naturaleza jurídica no son susceptibles de clasifica-
ción penitenciaria.
– 88 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
127 Si contabilizamos exclusivamente el número total de personas efectivamente clasificadas (descartando aque-
llos casos que se encuentran pendientes de clasificación por diversas causas), este porcentaje se acrecienta al 15,99%
en hombres y al 25,08 en mujeres.
– 89 –
Análisis estadístico
Totales
Sexo Grado de Tratamiento
Total %
HOMBRE Primer Grado 821 1,62
Segundo Grado 28303 55,95
Tercer Grado
T.G. Art. 82.1 RP 1896 3,75
T.G. Art. 83 RP 3048 6,03
T.G. Art. 182 RP 474 0,94
T.G. Art. 104.4 RP 128 0,25
Total T.G. 5546 10,96
Sin Clasificar 15661 30,96
P. con preventivas 223
Otros 30
Total 50584
MUJER Primer Grado 59 1,2
Segundo Grado 2109 45,32
Tercer Grado
T.G. Art. 82.1 RP 272 5,84
T.G. Art. 83 RP 422 9,07
T.G. Art. 182 RP 23 0,49
T.G. Art. 104.4 RP 9 0,19
Total T.G. 726 15,6
Sin Clasificar 1752 37,65
P. con preventivas 5
Otros 2
Total 4653
– 90 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Gráfico 12.- Población reclusa HOMBRES mayores de Edad penada por clasificación penitenciaria
Gráfico 10.- Población reclusa MUJERES mayores de Edad penada por clasificación penitenciaria
Mujeres mayores de edad. Grados de Clasificación PRIMER GRADO Mujeres Mayores de edad. Grados de
Clasificación PRIMER GRADO
SEGUNDO GRADO
SEGUNDO GRADO
TERCER GRADO
60 Sin Clasificar TERCER GRADO
Sin Clasificar
50
40
0%
30 50%
30%
20
10
0
De 60-70 Más de 70 TOTAL
20%
años
– 91 –
Análisis estadístico
DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA
La última referencia de este repaso estadístico nos sirve para conocer la ubicación
de las personas mayores en los diferentes establecimientos penitenciarios, y compro-
bar el grado de integración en su comunidad o acercamiento a su propia ciudad de
residencia.
Uno de los principios normativos de nuestro Reglamento establece que a la hora
de fijar el destino de clasificación de los internos se tomará en consideración, espe-
cialmente, las posibilidades de vinculación familiar y su posible repercusión en el
mismo (Art. 81.2 RP). En las personas especialmente vulnerables este principio
alcanza una fuerte trascendencia, pues la posibilidad de recibir visitas y apoyo afec-
tivo y económico está relacionada con las facilidades de las personas del exterior para
estas visitas, o en su caso, el desplazamiento del propio interno cuando está en con-
diciones de disfrutar permisos o salidas.
A pesar de la amplia distribución de establecimientos a lo largo de la geografía
española, confirmamos que este principio no se cumple en toda su extensión con los
mayores, pues prácticamente un 40% de ellos se encuentra ingresado en un centro en
provincia diferente de aquella en la que tiene fijada su residencia habitual.
Cuadro 28 .- HOMBRES. Distribución geográfica de la Población General
– 92 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 93 –
Análisis estadístico
– 94 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Podemos establecer una comparación evidente con los datos que contamos. El
número de ancianos que superaban los 70 años de en el momento del estudio (Junio
2007) era de 183, y el número total de personas excarceladas por cumplimiento de
setenta años, mediante aplicación de libertad condicional, motivada por este motivo,
es de 193.
Las mismas razones de humanidad impulsan la aplicación del tercer grado peni-
tenciario, con vistas a la Libertad condicional a aquellos reclusos que, con indepen-
dencia de su edad, padezcan una enfermedad grave e incurable, a tenor del Art. 100.4
– 95 –
Análisis estadístico
– 96 –
4.- CALIDAD DE
VIDA DE LOS
ANCIANOS
EN PRISIÓN
Una vez que hemos definido quienes cuantas y quienes son las personas mayores
integradas en el sistema penitenciario, abordamos la tarea de conocer las condiciones
en que perviven y el trato que reciben. Hemos realizado un trabajo de campo que
implica la confección de dos encuestas complementarias.
De un lado, se le ha preguntado a los directores de los centros, como máximos res-
ponsables de las políticas internas, sobre la ubicación y las condiciones de habitabi-
lidad que ponen a su disposición en el nivel residencial básico (celda o dormitorio y
espacios comunes); sobre los servicios y prestaciones que reciben por parte de la
administración de cada establecimiento; y las atenciones especiales de que son obje-
to para su desenvolvimiento ordinario, tanto por el personal del centro, como por
organismos o asociaciones externas.
Se trata de obtener una aproximación muy general, pues pedimos que nos definan
la situación en cada centro de "la generalidad de las personas mayores de edad"
(entendiendo por mayores aquellos que han traspasado la barrera de los 60 años)". Es
decir, buscamos en cada caso el denominador común de la praxis de cada centro pues
somos conscientes de la gran variedad de perfiles penales y penitenciarios que exis-
ten dentro de este tramo de edad y la frecuente dispersión de estos reclusos en los
diferentes regímenes de vida y departamentos. Por ello, hay que tener en cuenta las
respuestas a los ítem planteados no son excluyentes, pudiendo dar validez a varias
respuestas simultáneas.
Esta encuesta ha sido enviada a un número significativo de centros128 (17 sobre los
actualmente dependientes de la AGE, lo que supone prácticamente la ¼ parte de
estos) cubriendo todos los perfiles existentes en cuanto a la naturaleza de los mismos:
en relación al tamaño (centros tipo, medianos y pequeños), por su dispersión geográ-
fica, recorriendo diferentes comunidades autónomas, y por las tipologías de reclusos
que albergan, contándose con centros femeninos, Cis o régimen abierto o primer
128
Encuestas enviadas por los centros de Albacete, Texeiro (Curtis), Sevilla, Teruel, Segovia, Melilla, Alcalá de
Guadaíra, Tenerife, Madrid Mujeres, Alcalá Meco, Ourense, Cis Victoria Kent, Topas (Salamanca), Ocaña 1, Huelva,
Puerto I, y Castellón.
– 99 –
Calidad de vida de los ancianos en prisión
grado, etc.. Por sus características especiales no se incluyen los dos hospitales psiquiá-
tricos, cuya planificación hospitalaria difiere de lo que puede ofertarse en los centros
ordinarios.
Además, para conocer en mayor profundidad sus personales circunstancias se ha
elaborado otra encuesta más compleja dónde son las propias personas mayores las
que nos hablan de sus circunstancias familiares, penitenciarias y cómo se desenvuel-
ven en prisión. El resultado de este otro estudio (con vocación de validez estadística)
será el objeto del próximo capítulo de este estudio.
ESPACIOS RESIDENCIALES
– 100 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Su edad 41,2
Por su estado sanitario 58,9
Por sus dificultades motoras 17,6
Su condición procesal 5,9
El tipo de delito 0
Su conflictividad 11,8
Personas con las que los ancianos comparten módulo normalmente (%)
– 101 –
Calidad de vida de los ancianos en prisión
CONDICIONES DE HABITABILIDAD
– 102 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Condiciones de Habitabilidad
– 103 –
Calidad de vida de los ancianos en prisión
La no segregación de los mayores en la vida ordinaria del centro tiene unas con-
secuencias claramente ventajosas a la hora de poder participar de la actividad ordina-
ria de la prisión, sus prestaciones y servicios. En este sentido, tienen garantizada la
posibilidad de asistencia tanto a las actividades que forman parte de la rutina carce-
laria: economato, peluquería, etc.; como a aquellas que dinamizan la vida de la pri-
sión, por su carácter pedagógico (escuela, talleres formativos, servicios religiosos),
laborales, y actividades deportivas o de ocio. La integración en el "espacio Público"
del establecimiento es la tónica general, si bien más adelante confirmaremos su impli-
cación en estas actividades y su aprovechamiento real a través de sus propias contes-
taciones.
Disponibilidad para acceder a los servicios generales del Centro
Peluquería SI 100
Gimnasio/actividades deportivas SI 94,1
Economato directamente SI 88,2
Servicios religiosos SI 100
Escuela SI 94,1
Talleres formativos SI 94,1
Actividades de ocio SI 94,1
Actividades laborales SI 88,2
– 104 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 105 –
Calidad de vida de los ancianos en prisión
que no pueden cuidarse por sí solas). Las tareas fundamentales tales como la alimen-
tación, el vestuario, la administración de la medicación e higiene serán sus responsa-
bilidades, sin perder la supervisión del personal interno (funcionarios de vigilancia,
celadores, etc.). Llama la atención un pequeño porcentaje, pero significativo de cen-
tros dónde el seguimiento de estas tareas no parece estar encomendada a persona
alguna.
Atención asistencial y sanitaria
– 106 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
ONG que atienda sus necesidades, les asista económicamente, etc SI 23,5 NO 64,7
ONG que acoja a ancianos en permisos, o en libertad SI 35,3 NO 58,8
Las necesidades afectivas y el apego familiar, que resulta ten reconfortante cuan-
do se sufre la privación de libertad, no se tiene en cuenta como objetivo prioritario a
la hora de valorar el entorno y la ubicación de los establecimientos carcelarios.
Razones de seguridad, de oportunidad y condicionantes económicos, políticos y
sociales ha hecho que la mayoría de los centros penitenciarios se hayan construido en
enclaves rurales, alejados de los núcleos urbanos. La primera consecuencia negativa
es la dificultad que encuentran los familiares y allegados para acudir a las visitas.
De la encuesta a los directivos, la mayoría de los centros considerados (52,9%) se
encuentran ubicados en una distancia entre 6 y 25 Km.; uno de ellos a más de esta
distancia, y un 41,2% a menos de cinco Km. A pesar de estas distancias, un 23,5%
carece de algún tipo de transporte público que permita el traslado entre el centro y la
población urbana más cercana, por lo que los familiares, o los propios mayores con
posibilidad de disfrutar de salidas del mismo han de recurrir a un vehículo particular
o a un taxi para los desplazamientos.
Tampoco el hecho de contar con trasporte mejora sustancialmente esta cuestión,
pues la frecuencia con que suelen responder a los centros es de 2 - 3 veces al día. Si
se trata de autobús de línea, la frecuencia media es de un servicio cada media hora.
Ubicación del Establecimiento Penitenciario
Urbano
Núcleo
Rural
menos de 5 Km. 41,2
entre 6 y 25 Km. 52,9
Distancia al núcleo urbano más cercano
entre 26 y 50 Km. 5,9
más de 51 Km. 0
Disponibilidad de transporte público desde la población Si 70,6
más cercana No 23,5
– 107 –
5.- PERFIL
CRIMINOLÓGICO
FICHA TÉCNICA
– 111 –
Perfil criminológico
La media de los grupos según el sexo en cada tramo de edad, corrobora que hay
muy pocas mujeres en el sistema penitenciario que sobrepasan los 70 años, momen-
to en que se generalizan las medidas de excarcelación. La media de las internas sep-
tuagenarias se encuentra en 71,2 años, mientras que la edad media de los varones que
la superan se extiende más a los 75 años, lo que indica que cometen los delitos más
129
Sesgo que se hace sentir, por ejemplo en la estadística de la actividad delictiva, ya que los delitos de escasa rele-
vancia son donde más frecuentemente se aplican estos regímenes.
– 112 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
130
En datos del INE, la esperanza de vida de las mujeres está actualmente en 83,4 años frente a los 76,7 de los hom-
bres, como ya apuntábamos en la revisión demográfica.
– 113 –
Perfil criminológico
Hombres Mujeres
60 - 70 años + de 70 años 60 - 70 años + de 70 años
Media de edad en cada tramo 63,37 75 63,89 71,25
Soltero/a 26 (16,67%) 6 (13,33%) 3 (16,67%) 0
Casado/a 60 (38,46%) 16 (35,56%) 6 (33,33%) 1 (20%)
Estado civil Divorciado/a 36 (23,08%) 3 (6,67%) 4 (22,22%) 0
Viudo/a 23 (14,74%) 16 (35,56%) 5 (27,78%) 4 (80%)
Nuevas nupcias 5 (3,21%) 2 (4,44%) 0 0
Media número de hijos 3.25 3 5.5 7.8
Extranjeros 11 3 1 0
Hombres Mujeres
Nivel de estudios
60 - 70 años + de 70 años 60 - 70 años + de 70 años
Universitarios o equivalentes 9 (5,77%) 3 (6,67%) 0 0
Enseñanzas profesionales superiores 7 (4,49%) 0 1 (5,56%) 0
Enseñanza general secundaria/2º ciclo) 10 (6,41%) 0 0 0
Enseñanza profesional de 2º grado, 2º ciclo 3 (1,92%) 1 (2,22%) 0 0
Enseñanza General Secundaria, 1er ciclo 13 (8,33%) 2 (4,44%) 0 0
Estudios Primarios o equivalentes 65 (41,67%) 17 (37,78%) 4 (22,22%) 0
Sin Estudios 35 (22,44%) 16 (35,56%) 8 (44,44%) 3 (60%)
Analfabeto por otras razones 9 (5,77%) 3 (6,67%) 5 (27,78%) 2 (40%)
Analfabeto por problemas físicos o psíquicos 0 0 0 0
UBICACIÓN FÍSICA
– 114 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Hombres Mujeres
Característica del Módulo asignado
60 - 70 años + de 70 años 60 - 70 años + de 70 años
Módulo ordinario de cumplimiento que le corresponde 62 (39,74%) 11(24,44%) 12 (66,67%) 1 (20%)
Módulo especial de Mayores o discapacitados 0 0 1 (5,56%) 3 (60%)
Módulo de Internos de bajo perfil 6 (3,85%) 2 (4,44%) 0 0
Enfermería 25 (16,03%) 17 (37,78%) 2 (11,11%) 0
Cis o Sección abierta 12 (7,69%) 1 (2,22%) 0 0
Otro tipo 12 (7,69%) 1 (2,22%) 1 (5,56%) 0
Hombres Mujeres
TIPOS DE CELDA
60 - 70 años + de 70 años 60 - 70 años + de 70 años
Celda individual
SI 37 (23,72%) 10 (22,22%) 6 (33,33%)
NO 109 (69,87%) 30 (66,67%) 11 (61,11%) 4 (80%)
Faltan 10 Faltan 5 Faltan 1 Faltan 1
Celdas colectivas:¿Cuantos? De Media 2,2 2,6 2,00 2,00
– 115 –
Perfil criminológico
Hombres Mujeres
Planta
60 - 70 años + de 70 años 60 - 70 años + de 70 años
Baja 12 (7,69%) 11 (24,44%) 2 (11,11%) 2 (40%)
Primera 72 (46,15%) 18 (40%) 15 (83,33%) 2 (40%)
Segunda 63 (40,38%) 11(24,44%) 0 1 (20%)
Hombres Mujeres
ASCENSOR
60 - 70 años + de 70 años 60 - 70 años + de 70 años
SI 13 (8,33%) 3 (6,67%) 1 (5,56%) 0
NO 131 (83,97%) 40 (88,89%) 16 (88,89%) 4 (80%)
Comunican poco, reciben pocas cartas y no llaman por teléfono todo lo que per-
mite nuestra reglamentación. Sin embargo, las necesidades afectivas y el apego fami-
liar es algo fundamental en esta etapa de la vida y en un medio tan hostil como es la
cárcel; a ello se une el hecho de que las actuales prisiones se encuentran en un encla-
ve perdido en medio de la nada, lo que dificulta el acceso de los pocos familiares y
allegados que acuden a visitarles.
COMUNICACIONES PROMEDIO Hombres Mujeres TOTAL
En total mes 1,7 3,21 2,46
Orales mes 1,82 2,56 2,19
Especiales mes 1,32 0,75 1,03
Intimas mes 0,24 0,26 0,25
FAMILIARES COMUNICACIONES
Esposa Oral 1,02 1,17 1,09
Esposa Esp 0,89 0,44 0,67
Hijos Oral 1,79 2,24 2,01
Hijos Esp 0,88 0,9 0,89
Herm Oral 1,67 0,25 0,96
Herm Esp 0,79 0,07 0,43
Otros oral 1,1 1,94 1,52
Otros esp 0,45 0,5 0,48
Amigos oral 0,29 0 0,14
– 116 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Hombres Mujeres
Frecuencia de comunicaciones
60 - 70 años + de 70 años 60 - 70 años + de 70 años
Total 1,64 1,75 3,43 3
Media de Orales 1,9 1,73 2,71 2,4
comunicaciones
en el último mes Especiales, en sala 0,86 1,77 0,75 0,75
Cuántas íntimas 0,49 0 0,13 0,4
Orales 1,33 0,71 1,33 1
Esposo
Especiales 0,92 0,86 0,89 0
Orales 1,58 2 2,08 2,4
Familiares Hijos
Especiales 0,86 0,9 1,3 0,5
que acudieron
Orales 0,91 2,43 0,5 0
Hermanos
Media de Especiales 0.2 1.38 0.14 0
comunicaciones
en el último mes Otros Orales 0,82 1,38 1,22 2,67
Familiares Especiales 0,28 0,63 0,25 0,75
Orales 0,58 0 0 0
Amigos
Especiales 0,09 0 0 0
Media de cartas recibidas en el último mes 1,25 1,82 1,29 5,5
Media de llamadas telefónicas en la última semana 3,46 2,55 4,94 6,6
Acogida familiar
Resulta duro constatar como los pocos seres queridos que les quedan no tienen
mucha previsión de acogerles, ya sea en permisos, ya cuando salen en libertad. La
persona que les va a acoger cuando salen para disfrutar de un permiso son, mayorita-
riamente, los hijos, pero cuando salgan definitivamente de prisión es la esposa quien,
manifiestan, les van a acoger. En mujeres, en cambio, predominan en ambos casos los
hijos. Vivirán en domicilio propio, manteniéndose con su pensión, cuya cuantía es
mucho mayor en hombres, a pesar de ser, claramente insuficiente, para vivir con dig-
nidad en una sociedad del bienestar.
Es de destacar el bajo porcentaje de ancianos que van a ser acogidos en su puesta
en libertad por organizaciones no gubernamentales y la escasez de recursos residen-
ciales extrapenitenciarios; esto es debido a la invisibilidad que presenta este tipo de
población carcelaria, también para estas asociaciones. Apenas existen ONGs con
cometido específico de ayudar a estas personas de avanzada edad cuando más ayuda
requieren: al abandonar el centro con el estigma social carcelario que conlleva.
Es importante conocer el grado en que estos mayores se encuentran asistidos eco-
nómicamente, a la hora de poder disfrutar de determinadas compras o caprichos, por
medio del economato del centro o del servicio de demandaduría.
– 117 –
Perfil criminológico
– 118 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Hombres Mujeres
INTEGRACIÓN SOCIAL
60 - 70 años + de 70 años 60 - 70 años + de 70 años
Esposa/o: 17 (39,53%) 2 (22,22%) 1(50%) 1(100%)
Hija/o: 27 (62,79%) 1 (11,11%) 1(50%) 0
Persona de acogida 9 (20,93%) 3 (33,33%) 0 0
en caso de disfrutar
permisos Otro familiar directo 4 (9,30%) 1 (11,11%) 0 0
Conocido o Amigo 0 0 0 0
Asociación u Organismo 6 (13,95%) 0 1 0
Esposa/o: 54 (34,62%) 11 (24,44%) 3 (16,67%) 1 (20%)
Vivirá independizado 25 (16,03%) 4 (8,89%) 1 (5,56%) 0
Hija/o: 43 (27,56%) 11 (24,44%) 8 (44,44%) 3 (60%)
Persona de acogida Hermanos/as: 16 (10,26%) 4 (8,89%) 0 0
a su puesta en liberad
Otro familiar directo 7 (4,49%) 5 (11,11%) 1 (5,56%) 0
Conocido o Amigo 8 (5,13%) 2 (4,44%) 1 (5,56%) 0
Asociación u Organismo 10 (6,41%) 5 (11,11%) 1(5,56%) 0
Domicilio propio 87 (55,77%) 20 (44,44%) 10 (55,56%) 5 (100%)
Cuando salga en Domicilio ajeno 53 (33,97%) 13 (28,89%) 5 (27,78%) 0
libertad, vivirá en
Residencia 8 (5,13%) 8 (17,78%) 1 (5,56%) 0
Con su pensión o 120
(76,92%) 34 (75,56%) 11 (61,11%) 5 (100%)
A su puesta en medios propios
libertad se mantendrá A cargo de su familia 24 (15,38%) 3 (6,67%) 7 (38,89%) 0
económicamente A cargo de ayudas 9 (5,77%) 2 (4,44%) 3 (16,67%) 0
sociales
Si Cobra actualmente una pensión 66 (42,31%) 35 (77,78%) 6 (33,33%) 5 (100%)
Media en euros de la pensión que se percibe 669,65 598,33 355,00 497,50
Le ingresa dinero su familia o algún conocido 89 (57,05%) 15 (33,33%) 13 (72,22%) 4 (80%)
Media de ingresos a la semana 47,44 38,07 47,00 45,00
– 119 –
Perfil criminológico
Hombres Mujeres
Situación Penitenciaria
60 - 70 años + de 70 años 60 - 70 años + de 70 años
Núm. de internos sancionados en el último semestre 2 ( 1,28%) 0 1 (5,56%) 1 (20%)
Media de sanciones entre los internos sancionados 4,5 0 1 1
Media de sanciones en su grupo de edad/sexo 0,09 0 0,07 0,25
Núm. de internos recompensados en el último semestre 28 (17,95%) 3 (6,67%) 2 (11,11%) 1 (20%)
Media de recompensas entre los internos recompensados 3,14 0 1 2
Media de recompensas en su grupo de edad/sexo 0,87 0,65 0,13 0,4
Internos que disfrutan de permisos 43 (27,56%) 9 (20%) 2 (11,11%) 1 (20%)
Media de permisos en el último semestre 2,49 2 1 1
– 120 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Dando por sentado que la atención es escasa a este tipo de población carcelaria,
debemos estudiar las causas de esta práctica. A la sempiterna carencia de medios
humanos para atender adecuadamente a estos mayores con profesionales adecuados,
tal vez, se une el hecho de que demandan poco su presencia por la poca iniciativa que
demuestran en esta etapa de su vida. Incentivar actitudes activas puede ser un buen
inicio si contamos con personal especializado. De la muestra se desprende que los
colectivos que mas les visitan son los médicos y los enfermeros, así como los educa-
dores.
– 121 –
Perfil criminológico
HOMBRES MUJERES
60 - 70 años + de 70 años 60 - 70 años + de 70 años
Médicos 74 (27,11%) 23 (30,26%) 12 (30,77%) 4 (26,67%)
Profesionales Enfermeros 56 (20,51%) 18 ( 23,68%) 11 (28,21%) 3 (20,00%)
del centro le Psicólogos 18 (6,59%) 2 (2,63%) 2 (5,13%) 1 (6,67%)
han visitado
en la última Juristas 4 (1,47%) 2 (2,63%) 1 (2,56%) 0
semana Educadores 78 (28,57%) 15 (19,74%) 9 (23,08%) 4 (26,67%)
Trabaj. Sociales 43 (15,75%) 16 (21,05%) 4 (10,26%) 3 (20,00%)
Para esta batería de preguntas se ha recurrido a los profesionales del centro más
cercanos a los mayores ingresados buscando, en su opinión subjetiva, cómo era la
forma en que se desenvuelven
Se trata de personas que, en absoluto, son temidos en la cárcel ya que no son nada
agresivos.
Mantienen relaciones de cordialidad con el resto de presos, no siendo victimas
propiciatorias de robos y agresiones. Afortunadamente, no se sienten tan solos como
cabía esperar.
Su comportamiento es tranquilo, no plantean problemas de convivencia y, como
ya hemos resaltado anteriormente, no tienen sanciones disciplinarias.
– 122 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
HOMBRES MUJERES
Preso Temido
60 - 70 años + de 70 años 60 - 70 años + de 70 años
Nº. 58 (37,18%) 16 (35,56%) 11 (61,11%) 3 (60,00%)
Delitos 5 (3,21%) 1 (2,22%) 1(5,56%) 0
Economía 13 (8,33%) 0 1 (5,56%) 1 (20,00%)
Agresividad 0 1 (2,22%) 1 (5,56%) 1 (20,00%)
Otros.Espec. 34 (21,79%) 9 (20,00%) 4 (22,22%) 0
Valor Kie 5,59 5,95 6 6,06
HOMBRES MUJERES
Papel Anci.
60 - 70 años + de 70 años 60 - 70 años + de 70 años
Víctima 4 ( 2,56%) 2 (4,44%) 0 0
Aliado 45 (28,85%) 11 (24,44%) 10 (55,56%) 1 (20%)
Correo 0 0 0 0
Confidente 4 (2,56%) 1 (2,22%) 0 0
Secundario 5 (3,21%) 0 1 (5,56%) 0
Despreciado 2 (1,28%) 1 (2,22%) 0 0
Otros. Esp. 81 (51,92%) 18 (40,00%) 4 (22,22%) 4 (80%)
Valor Aliados 5,14 5,58 4,13 4,25
– 123 –
Perfil criminológico
HOMBRES MUJERES
Papel Anci.
60 - 70 años + de 70 años 60 - 70 años + de 70 años
Tranquilo 110 (70,51%) 32 (71,11%) 14 (77,78%) 5 (100%)
Agresivo 0 1 (2,22%) 0 0
Desconfiado 6 (3,85%) 3 (6,67%) 1 (5,56%) 0
Sibilino 5 (3,21%) 0 2 (11,11%) 0
Otra.esp. 8 ( 5,13%) 0 1 (5,56%) 0
Valor problem. 5,8 5,95 5,94 5,8
Valor sancion 6,86 6,8 6,56 5,8
HOMBRES MUJERES
Papel Anci.
60 - 70 años + de 70 años 60 - 70 años + de 70 años
Participa 57 (36,54%) 15 (33,33%) 7 (38,89%) 3 (60%)
inac. fisico 21 (13,46%) 13 (28,89%) 2 (11,11%) 2 (40%)
inac. sin act. 3 (1,92%) 2 (4,44%) 1 (5,56%) 0
inac. Prefiere 23 (14,74%) 8 (17,78%) 4 (22,22%) 0
Rehabilitacion 2 (1,28%) 0 0 0
adap. Horaria 25 ( 16,03%) 8 (17,78%) 2 (11,11%) 0
mobil. Adapt. 31 (19,87%) 6 (13,33%) 0 0
GRADO DE DEPENDENCIA
– 124 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
El escaso número de ancianos con dificultades se debe a que, en estos casos, son
aplicados los mecanismos penitenciarios para que sean atendidos en la comunidad
por los servicios asistenciales no penitenciarios.
Son los profesionales del centro y, también, los propios compañeros de habitación
quienes ayudan a los ancianos en el quehacer diario de la vida en prisión para supe-
rar sus carencias cotidianas. Una posible solución a futuras carencias en cuanto a
apoyo a estas personas va a consistir en la formación reglada y debidamente retribui-
da de presos, que van a ser los encargados de tutelar a estos mayores durante su estan-
cia en nuestras prisiones.
HOMBRES MUJERES
DEPENDENCIA
60 - 70 años + de 70 años 60 - 70 años + de 70 años
Para comer 2 (1,28%) 0 0 0
Para lavarse 3 (1,92%) 4 (8,89%) 2 (11,11%) 1 (20,00%)
Para vestirse 3 (1,92%) 4 (8,89%) 1 (5,56%) 0
Para deposición 3 (1,92%) 4 (8,89%) 1 (5,56%) 1 (20,00%)
Movilidad 3 (1,92%) 4 (8,89%) 1 (5,56%) 1 (20,00%)
La admón. tratamientos 4 (2,56%) 3 (6,67%) 2 (11,11%) 1 (20,00%)
Precisa vigilancia 3 (1,92%) 4 (8,89%) 0 0
Ancianos dependientes 10 3 13
Promedio de carencias por anciano 4,4 3,67 4,23
% de ancianos dependientes 5,8
Ancianos con desorden cognitivo 9 0 9 4,02
% ancianos no lúcidos
Ancianos con aspecto desaseado 6 0 6
% ancianos desaseados 2,68
% ancianos desaseados y no lúcidos 0,45
– 125 –
Perfil criminológico
HOMBRES MUJERES
60 - 70 años + de 70 años 60 - 70 años + de 70 años
Media Consultas ult. mes 3,34 6,71 7,73 6,40
Media Salidas Hospital ultimo año 2,17 2,63 3,27 1,40
Media Especialist. Visitas ult. año 1,84 2,17 2,20 1,00
Situación procesal
Son penados primarios los hombres y penadas reincidentes las mujeres. Curioso.
Se aplican más medidas de seguridad a los hombres de más 70 años, por estar más
demenciados, lo que no se ha dado con las mujeres.
HOMBRES MUJERES
RÉGIMEN
60 - 70 años + de 70 años 60 - 70 años + de 70 años
Preventivo 15 (9,62%) 8 (17,78%) 3 (16,67%) 0
Penado 116 (74,36%) 23 (51,11%) 12 (66,67%) 5 (100%)
Medida seguridad 19 (12,18%) 10 (22,22%) 2 (11,11%) 0
Primario 97 (62,18%) 32 (71,11%) 7 (38,89%) 1 (20%)
Reincidente 52 (36,54%) 9 (20,00%) 10 (55,56%) 4 (80%)
– 126 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
La actividad delictiva
– 127 –
Perfil criminológico
– 128 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
HOMBRES MUJERES
Tipo delictivo
60 - 70 años + de 70 años 60 - 70 años + de 70 años
Código Derogado 0 0 0 0
01 Seguridad exterior 0 0 0 0
02 Seguridad interior 0 0 0 0
03 Falsedades 0 0 0 0
04 Contra la administración de justicia 0 0 0 0
05 Contra la seguridad del tráfico 0 0 0 0
06 Contra la Salud Pública 3 (1,92%) 1 (2,22%) 0 0
07 Funcionarios públicos 0 1 (2,22%) 0 0
08 Contra las personas 3 (1,92%) 0 1 (5,56%) 0
09 Contra la libertad sexual 2 (1,28%) 0 0 0
10 Contra el honor 0 0 0 0
11 Contra la libertad 0 0 0 0
12 Contra la propiedad 2 (1,28%) 0 1 (5,56%) 0
13 Contra el Estado Civil 0 0 0 0
14 Resto de delitos 1 (0,64%) 0 0 0
15 Faltas 0 0 0 0
16 No consta delito 0 0 0 0
Ley 10/95 0 0 0 0
17 Homicidio y sus formas 38 (24,36%) 22 (48,89%) 2 (11,11%) 0
18 Lesiones 5 (3,21%) 3 (6,67%) 0 0
19 Contra la Libertad 6 (3,85%) 0 0 0
20 Contra la Libertad Sexual 27 (17,31%) 4 (8,89%) 0 0
21 Contra el Honor 0 0 0 0
22 Contra las relaciones familiares 4 (2,56%) 3 (6,67%) 0 0
23 Contra el patrimonio y el orden 14 (8,97%) 2 (4,44%) 1 (5,56%) 0
socioeconómico
24 Contra la Salud Pública 37 (23,72%) 3 (6,67%) 12 (66,67%) 5 ( ,00%)
25 Contra la Seguridad del tráfico 1 (0,64%) 0 0 0
26 Falsedades 4 (2,56%) 0 0 0
27 Contra la administración de pública 0 1 (2,22%) 0 0
28 Contra la administración de justicia 0 2 (4,44%) 0 0
29 Contra el orden público 0 1 (2,22%) 0 0
30 Resto de delitos 6 (3,85%) 1 (2,22%) 0 0
31 Faltas 0 0 0 0
32 No consta delito 1 (0,64%) 1 (2,22%) 0 0
– 129 –
Perfil criminológico
HOMBRES MUJERES
Condena
60 - 70 años + de 70 años 60 - 70 años + de 70 años
Promedio en años 9,99 10,88 9,93 10,40
HOMBRES MUJERES
Cumplimiento
60 - 70 años + de 70 años 60 - 70 años + de 70 años
01 32 (20,51%) 16 (35,56%) 4 (22,22%) 0
02 2 (1,28%) 1 (2,22%) 0 1 (20,00%)
03 1 (0,64%) 0 0 0
04 3 (1,92%) 0 0 0
05 1 (0,64%) 0 0 0
06 1 (0,64%) 2 (4,44%) 0 0
07 27 (17,31%) 2 (4,44%) 2 (11,11%) 0
08 5 (3,21%) 1 (2,22%) 0 0
09 15 (9,62%) 4 (8,89%) 1 (5,56%) 0
10 19 (12,18%) 2 (4,44%) 3 ( 16,67%) 0
11 13 (8,33%) 2 (4,44%) 0 0
12 8 (5,13%) 2 (4,44%) 1 (5,56%) 0
13 29 (18,59%) 4 (8,89%) 1 (5,56%) 0
Clasificación penitenciaria
– 130 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
HOMBRES MUJERES
Clasificación
60 - 70 años + de 70 años 60 - 70 años + de 70 años
Primer grado 3 (1,92%) 0 0 0
segundo grado 90 (57,69%) 19 (42,22%) 12 (66,67%) 5 (100%)
tercer grado 22 (14,10%) 4 (8,89%) 1 (5,56%) 0
sin clasifc. 12 (7,69%) 7 (15,56%) 1 (5,56%) 0
exentos clasif. 20 (12,82%) 12 (26,67%) 3 (16,67%) 0
La confección de esta encuesta nos daba la oportunidad de dar voz a las personas
de mayor edad sobre las condiciones de su encarcelamiento, preguntarles sobre todo
aquello que pudieran echar de menos y recibir sus sugerencias en aras a lograr una
mejora sustantiva de sus condiciones de internamiento.
Se les pidió que valoraran el grado de cobertura de sus necesidades, establecien-
do una puntuación subjetiva de las prestaciones ordinarias que les ofrece la adminis-
tración. Para entender su grado de integración personal, se incluyeron otros ítems
para conocer el grado de satisfacción en sus relaciones personales y con los trabaja-
dores del centro dónde se encuentran.
Finalmente, mediante preguntas abiertas quisimos conocer sus propuestas sobre
los aspectos de su vida cotidiana que fueran mejorables, y sobre aquellos otros sobre
los que se encontraban más satisfechos.
En el apartado de preguntas abiertas, solicitábamos al encuestador qué definiera
las características más destacables del anciano y, a su juicio, la forma en que se des-
envolvía en el centro.
La tónica general es un grado medio de satisfacción con los servicios prestados
por la administración, puntuando siempre por encima de la media, (valorados en una
escala de 1 a 5, siendo el 1 "nada satisfecho" y el 5 "muy satisfecho"): alimentación
adecuada a su edad (3,40), dotación y mobiliario de su celda (3,91), utensilios de
higiene (3,95), elementos de entretenimiento (3,21), y la posibilidad de realizar ejer-
cicio físico (3,16). Su mayor grado de conformidad la demuestran en la ropa perso-
nal de que disponen (4,15).
La integración personal se demuestra como muy satisfactoria obteniendo la mejor
valoración en la relación con sus compañeros de internamiento (4,19), y con los fun-
cionarios y trabajadores del centro (4,51).
En casi todos los ítems, las mujeres otorgan puntuaciones ligeramente superiores,
y en ambos tramos de edad.
– 131 –
Perfil criminológico
– 132 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 133 –
Perfil criminológico
Hay un matiz muy importante en relación a las carencias que manifiestan los hom-
bres de mayor edad, pues si bien las mujeres añoran a la familia, y la obligada sepa-
ración física que les depara la prisión, los hombres hacen un mayor hincapié en el
concepto de la "SOLEDAD" personal y la lejanía afectiva. Echan de menos el calor
de la familia, porque muchos de ellos se duelen de la desatención o el abandono que
reciben de su familia cercana, de su esposa e hijos.
"No me encuentro mal en prisión, pero me gustaría tener un mayor apoyo de mi
familia"
"Lo peor de la prisión es el poco caso que me hace mi familia, incluso mi compa-
ñera"
Son respuestas muy recurrentes, que nos hacen pensar en las dificultades de inte-
gración en el núcleo familiar cuando finalice la privación de libertad, y de las que
otros tantos son plenamente conscientes de la gran incertidumbre que les depara su
futuro.
Destaca la "disconformidad general". Principalmente, por la falta de libertad, bien
por que se consideran inocentes, o porque consideran injusta la cuantía de la conde-
na. También porque son "injustamente tratados" a la hora de promoverles los permi-
sos, el tercer grado o libertad condicional. La respuesta más repetida como lo peor de
la prisión es la propia prisión.
"lo peor... es estar preso"
"Que estoy preso, ese es el inconveniente"
"El tiempo, que pasa despacio… es lo peor."
"Solo me preocupa que me den mi tercer grado".
Aún en los numerosos casos en que por razón de edad se aplican medidas paliati-
vas al encierro, como las diversas modalidades de régimen abierto, sigue pesando la
– 134 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
restricción libertad. Así incluso los que solo vienen a dormir, se quejan de falta de
tiempo, o los que tienen pulsera telemática, de tener que respetar el horario impuesto
(de permanencia en su propio domicilio en nocturno)
"no disponer de suficiente tiempo en el exterior para desarrollar su trabajo al cien
por cien"
"lo peor es estar acogido a un horario. Lo mejor es poder estar en mi casa"
La adaptación a la vida del módulo se hace sin contratiempos. Las habilidades
sociales y la experiencia de su dilatada vida son una ventaja indiscutible para desen-
volverse con absoluta normalidad, y disfrutar de las pequeñas distracciones y de las
compañías de los más jóvenes sin que existan grandes problemas de convivencia. Es
un hecho que en su mayoría prefieren integrarse en un departamento ordinario antes
de ser destinados a la enfermería del centro.
"me siento arropado por mis compañeros"
"lo mejor es el compañerismo"
"estoy a gusto aquí. Me atienden muy bien, y fuera no tengo dónde ir"
Aunque no todos encuentran esta vida ventajosa, y destacan los problemas que
genera la convivencia con toda diversidad de personas
"Lo que menos me gusta es el alboroto del módulo. Recuerdo con nostalgia la vida
cotidiana y tranquila mi pueblo"
"la droga, peleas e insultos que se oyen en el patio"
De las condiciones ordinarias de internamiento, la falta de actividad y la comida,
son algunas de las propuestas de mejora. Los problemas concretos surgen por la falta
de adaptación arquitectónica. No son en modo alguno respuestas generalizadas, pero
sí indicativas de una mayor necesidad de atención a este colectivo.
"me cuesta mucho subir escaleras porque se asfixio"
"la higiene de los servicios comunes
"faltan duchas y el calor es insoportable
"la comida, que no es la adecuada para mi edad.
"estar parado sin poder trabajar"
"actividades que nos despierten interés"
Anecdótico es el caso del anciano que tiene ingresos continuados desde 1958, y
que valora muy positiva la prisión en la actualidad
"porque han cambiado y mejorado mucho las cosas en este tiempo"
Más común, sin ser mayoritaria, es la queja por la atención sanitaria, puerta, en
determinados casos de una salida de prisión por motivos humanitarios.
"la falta de atención médica; me engañan y no me atienden"
– 135 –
Perfil criminológico
– 136 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
131 En la organización de los hospitales psiquiátricos se cuenta con la figura de los celadores, como personal
encargado directamente de atender las necesidades de los internos. Esta función no existe en el resto de las prisiones en
las que, en su defecto, se recurre a internos de apoyo.
– 137 –
Perfil criminológico
– 138 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
HOMBRES MUJERES
TIPOS DE CELDA
60 - 70 años + de 70 años 60 - 70 años + de 70 años
Celda Individual
Si 20 (57,14%) 8 (53,33%) 6 (66,67%) 0
No 16 (45,71%) 6 (40,00%) 3 (33,33%) 3 (100%)
Celdas colectivas:¿Cuantos? De Media 3,4 3,7 2,3 2,3
– 139 –
Perfil criminológico
Para una mayor profundidad del estudio hemos querido prestar una especial aten-
ción a las circunstancias particulares de los ancianos más longevos del sistema para
poder profundizar en las razones últimas que impiden la generalización de soluciones
alternativas al encarcelamiento a un perfil tan vulnerable.
En la muestra de centros seleccionada hemos encontrado a seis personas, todos
ellos hombres, que sobrepasan los ochenta años o están a punto de cumplirlos. Dos
de ellos se encuentran cumpliendo medidas de seguridad en un establecimiento psi-
quiátrico y el resto en centros ordinarios. Destacable es el hecho del anciano que en
el momento del estudio estaba a punto de cumplir los 90 años.
Su ubicación ordinaria en los centros es la enfermería, situada normalmente en
una planta baja que no plantea problemas de accesibilidad.
– 140 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
En relación a los hechos que provocan su entrada en prisión, cuatro de ellos están
por delito de homicidio y sus formas (uno de estos sujetos compagina este hecho con
otro delito contra las relaciones familiares), el quinto por delito contra la libertad
sexual, y el sexto de nuevo contra las relaciones familiares. Todos ellos, susceptibles
de crear alarma social.
Tan solo uno de ellos se encuentra en una situación procesal y penitenciaria que
le permitirá acceder a una libertad próxima.
Casi todos son primarios, es decir, se trata de conductas delictivas ocasionales, y
cometidas en el último periodo de su etapa vital por lo que la incidencia de trastornos
psíquicos, la demencia senil o el abuso de alcohol se revelan como las hipótesis más
probables a la hora de buscar una explicación a estos hechos.
En relación a sus circunstancias penitenciarias, se trata de personas que no plan-
tean ningún tipo de problemas, su comportamiento es calificado de tranquilo, pasivo
y sumiso. No han sido sancionados ni recompensados
primario /
Situación Procesal Delito Cond Grado T.
Reincidencia
Preventivo Primario Contra Relac. Familiares Sin Clasif.
Penado Reincidente Homicidio y C. Relac. Famil. 4 3er grado
Preventivo Primario Homicidio Sin Clasif.
Penado Primario C. Lib. Sexual 7 Segundo
M. Segur. Primario Homicidio 20 Exen clas.
M. Segur. Primario Homicidio 4 Exen clas.
Respecto a las valoraciones sobre su funcionalidad, todos ellos son capaces de ali-
mentarse a sí mismos, mientras que tan solo dos de ellos (los primeros de la tabla de
79 y 83 años y destinados en centros ordinarios) se les valora como dependientes de
otras personas para el aseo, la medicación, precisan vigilancia y atención constante
para sus necesidades fisiológicas o vestirse.. Estas atenciones son prestadas funda-
mentalmente por personal profesional, o internos de apoyo. Solo a estos dos ancia-
nos. De esta pequeña muestra se valora como lúcidos mentalmente a todos salvo los
dos primeros. En ninguno de ellos se le aprecia aspecto desaseado.
Las perspectivas de futuro, en el momento del estudio son realmente inciertas,
teniendo en cuenta su avanzada edad y su estado mayoritario de viudedad. Uno de
ellos aspira a vivir independientemente en el domicilio propio (sin embargo, padece
trastorno mental) y otros dos de ellos a cargo de hijos o familiares. El resto entiende
que pasará los últimos años de su vida en una residencia, a cargo de alguna asocia-
ción. Todos ellos tienen asignada una pensión económica.
– 141 –
Perfil criminológico
Existe una casuística amplia sobre casos concretos de internos de edad que des-
pués de llevar un tiempo en la Institución Penitenciaria y al llegarle el momento de la
excarcelación plantean situaciones de "desagrado, vértigo a la libertad o simplemen-
te no quieren abandonar la cárcel". Es fácil indagar en los profesionales penitencia-
rios para que basándose en el recuerdo comenten casos concretos de situaciones de
institucionalización. Pero esta institucionalización en general responde a dos circuns-
tancias: Los internos de edad que se encuentran en una situación de franco abandono
afectivo en el exterior por carecer de familiares directos o que no mantienen lazos de
relación y en el otro caso se encuentran aquellos ancianos que han elaborado "su
mundo" dentro de la prisión donde son respetados, queridos y en algunos casos son
verdaderas personalidades o iconos del resto de los internos.
Exponemos a continuación dos casos obtenidos de un estudio cualitativo y que
ilustran claramente el enunciado del apartado.
S.J.C. de 70 años condenado por un Tribunal de Guadalajara a 12 años por homi-
cidio en la persona de su yerno. Ingreso en prisión en 2001 y al llegar a la situación
de septuagenario por parte del Equipo de Tratamiento del Centro Penitenciario donde
se encuentra ingresado se solicita el adelantamiento de la libertad condicional por
razón de edad. El juzgado de vigilancia accede a lo solicitado y A.J.C. es puesto en
libertad. Se reciben multitud de cartas en el Centro Penitenciario y llamadas de telé-
fono pidiendo volver a ingresar en la prisión púes "me sentía querido, apreciado y esa
era mi familia pues era los que me querían de verdad…".
B.S.C. de 69 años de edad, lleva siete años ingresado por un delito de asesinato en
la persona de un vecino y condenado a 20 años. Es un individuo de difícil relación
con el resto de personas en el módulo pero desde que fue trasladado a la enfermería
por un problema de urología ha encontrado un nuevo sentido a su vida y se pasa
– 142 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
CORRELACIÓN ANCIANIDAD-T
TIPOLOGÍA DELICTIVA
Aunque no sea el objeto directo de este estudio, el factor edad ha sido contempla-
do, desde la perspectiva criminológica, en sus aspectos cuantitativo y cualitativo.
Respecto a lo primero, es lugar común afirmar que la delincuencia se manifiesta
en edades más tempranas que tardías. Se ha hablado por ello de la llamada "curva de
la edad". Curva que ya fue contemplada en tiempo lejano por Quetelet132 y que poste-
riormente sería corroborada en nuestro país, entre otros, por Serrano Gómez133.
Siendo obvio, y por tanto no discutido lo anterior, la cuestión más relevante es la
incidencia de las actuaciones criminales por parte de personas ancianas, desde la pers-
pectiva de la tipología delictiva. En este sentido la doctrina comparte que existen dos
tipos delictivos especialmente reseñables en personas de mayor edad: el homicidio y
los abusos sexuales. El supuesto paradigmático de lo primero lo constituyen los homi-
cidios cometidos por razón de celos134. La celotipia en su manifestación psicopatoló-
gica (delirio de infidelidad135), indudablemente pone en riesgo la integridad física e
incluso la vida del cónyuge, cuando el cuadro llega a un grado de exacerbación.
En lo referido a las conductas delictivas de abusos sexuales, no parece cuestiona-
ble la incidencia de las mismas en sujetos ancianos. Lo cual se deduce por la infor-
mación contrastada (histórica y actual) que hemos manejado. Ahora bien, los autores
de delitos contra la libertad sexual son, a juicio de Gisbert Calabuig y Villanueva
Cañadas, personas ancianas con trastornos psiquiátricos que, sólo en algunos casos,
constituyen auténticas demencias136.
Debe reconocerse que, lamentablemente el análisis de la conducta criminal de la
persona anciana no ha sido objeto de especial atención en nuestro país, a diferencia
de lo que acontece en el ámbito anglosajón137.
132
QUETELET, A.: Research on the propensity for crime at different ages, Anderson Publishing Company,
Cincinatti (Ohio), 1984, p. 78. Lambert Adolph Jacques Quetelet (1796-1874), aparte de astrónomo fue un estadístico
belga y tuvo a su cargo este último cometido a partir de 1830. La obra citada es de 1831. En su análisis la conclusión
principal no estuvo precisamente basada en la edad sino en la relevante diferencia proporcional entre delitos cometidos
por hombres y mujeres.
133
SERRANO GÓMEZ, A.: Delincuencia juvenil en España. Estudio criminológico, Doncel, Madrid, 1970, p. 247.
134
GARCÍA ANDRADE, José Antonio: Psiquiatría Criminal y Forense, Editorial Centro de Estudios Ramón
Areces, Madrid, 1996, p. 299.
135
También llamado: "celos de infidelidad", "paranoia conyugal" o "síndrome de Otelo". Consiste en la creencia
falsa acerca de la infidelidad de la pareja.
136
GISBERT CALABUIG, Juan Antonio y VILLANUEVA CAÑADAS, Enrique: Medicina Legal y Toxicología,
Edit. Masson, Barcelona, 7ª edic., 2005, p. 580.
137
Cfr. BROGDEN, Mike & NIJHAR, Preeti: Crime, Abuse and the Elderly, Willan Publishing, Cullompton, 2000,
en especial pp. 124 y ss.
– 143 –
Perfil criminológico
Una de las primeras preocupaciones de los responsables de este estudio era com-
probar si se daban dentro de las prisiones españolas episodios de maltrato hacia las
personas de más edad, tal como incitan a pensar algún titulare alarmante de medios
de comunicación de otros países138.
Antes de acometer este planteamiento se hace preciso definir con cierta exactitud
el maltrato para abordar su posible incidencia.
Lo más obvio es considerar un acto de maltrato toda aquella acción directa que
conlleve un abuso físico. Estaríamos ante supuestos de agresiones o palizas. A lo
largo de este estudio no hemos encontrado indicio alguno de estas conductas, ni nos
ha trascendido ningún suceso en que una persona de edad haya sufrido acciones de
este calibre.
En segundo lugar las situaciones de abuso sobre estas personas aprovechándose
de su inferioridad física, dependencia o desvalimiento: robos, amenazas, extorsiones,
engaños, manipulaciones, o explotación económica. No lo manifiestan así las perso-
nas encuestadas, aunque algunas de las alianzas que establecen con los más bravos,
138
Mencionamos algún ejemplo encontrados en la red. http://www.jornada.unam.mx/2003/11/23/masancianos. html
– 144 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
139
Citado en el Informe especial de Justicia de Aragón, "calidad de vida de las personas mayores. un supuesto espe-
cial: el maltrato" 2004
– 145 –
Perfil criminológico
Una vez vista la posible modificación física del entorno de los ancianos, podría
pensarse en la modificación de las rutinas diarias adaptándolas a los ancianos.
Tendremos que plantearnos, en primer lugar, dónde duermen los ancianos; ya que
si su destino es un módulo ordinario, como indica el estudio en su mayoría, debería-
mos evitar a toda costa que fueran ubicados en las plantas menos accesibles, y sobre
todo cuando se trate de dormitorios con litera, asignarles la de más fácil alcance.
Otro aspecto es dónde desarrollan su actividad los ancianos, ya que a veces duer-
men en un pabellón, mientras que se van a convivir, durante casi todo el día, en otro.
Por lo tanto, habrá de revisar los problemas de movilidad que se les plantea, instalan-
do barandillas y bandas antideslizantes en todo el recorrido.
Por último habría que considerar los ciclos de sueño y actividad de los ancianos
para ver si es posible adaptar las condiciones regimentales a ellos.
Sueño
El estudio no lo muestra pero estudios demuestran que con la edad el tiempo de
sueño nocturno se fragmenta y conviene una educación en la higiene del sueño.
Proponemos:
Educación sobre los cambios en el sueño con la edad para el anciano y para
quien comparta su celda, sea interno de apoyo o no.
Reducción de la terapia farmacológica en favor de medidas de higiene del
sueño (información, dieta, rutinas posturales, elementos de relajación, super-
visión profesional del estrés, compensar las seis horas de sueño nocturno con
hora y media de diurno, desaconsejar las siestas diurnas demasiado prolonga-
das, ritual de preparación antes de dormir, reducir lesiones nocturnas con
barandillas y timbres, e identificar el nivel personal de actividad apropiado
durante las horas de vigilia, aumentando gradualmente la actividad hasta ese
nivel.)
– 146 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 147 –
Perfil criminológico
Prestaciones complementarias
– 148 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
además de impedir que todo esté parado sin que nadie lo sepa, porque alguien mandó
el papel correspondiente que no llegó, sin ser responsable de no continuar el proceso
aquel a quien no se le llegó a comunicar el hecho. Éste es un fallo de calidad en el
servicio que no se evalúa dentro de prisión para automejorarse, por no ser un servi-
cio privado.
A veces la administración del centro puede tener buena voluntad y proporcionar
las prótesis, ropa o elementos higiénicos; o puede no tener disponibilidad económica.
También puede retraerse previniendo, por experiencia, los no infrecuentes problemas
de justificación de pago de las prótesis ante las intervenciones territoriales de hacien-
da. Debería haber una regulación legal más explícita de esta cuestión, sobre todo en
internos ancianos o impedidos.
Debería haber una partida o un método de recursos garantizados para acceder a
este material incluso con pago aplazado.
Seguramente es necesario sensibilizar las buenas voluntades de los directivos con
una orden o instrucción de obligado cumplimiento.
Asistenciales
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Perfil criminológico
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
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Perfil criminológico
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
laborales. Habría que formar a más personas para sustituirle hasta poder
cubrir todas las horas pero aparecería el agravio comparativo de los profe-
sionales que tienen que hacer las tareas para las que esos profesionales esta-
ban destinados en principio.
Puede darse el caso muy fácilmente de que no se encuentren profesionales
disponibles o dispuestos.
o Internos de apoyo
Otro colectivo que está en el centro penitenciario 24 horas los 365 días del año.
En determinadas circunstancias un anciano dependiente podrá necesitar el apoyo de
otro interno, que quizás puede compartir celda, para realizar algunas actividades coti-
dianas que en principio puedan suponerle cierta dificultad.
Razones favorables y desfavorables para apoyarse en los Internos de Apoyo:
Una alternativa, o complemento a la tarea de otros profesionales, serían los
internos de apoyo pero, aunque se resuelve el problema del tiempo libre del
profesional, aparece la misma necesidad de cubrir a cada anciano con varios
internos de Apoyo formados especialmente para cubrir los permisos que
disfrute cada uno de ellos.
La tarea de cuidar a una persona dependiente puede suponer un aumento de
la carga mental. Habría que atender al cuidado del cuidador. La carga men-
tal de los internos de apoyo es alta. Tienen que hacerse cargo de alguien, con
unas funciones para las que no siempre están preparados o tienen vocación.
A veces les supera la paciencia o les gustaría tener tiempo para ellos mis-
mos. Están obligados ante la Institución y no siempre pueden recibir lo que
consideran justo por su difícil tarea.
El interno de apoyo será previamente aceptado por el anciano al que pres-
tará apoyo. Habrá cierto grado de confianza.
Cada interno deberá recibir con anterioridad al inicio de su actividad un
curso de preparación y concienciación para su tarea similar al de auxiliar de
clínica geriátrico.
La participación del interno de apoyo para atender a los ancianos depen-
dientes debería ser objeto de contrato de trabajo.
La sustitución del interno de Apoyo en los casos de libertad y el diseño de
la formación o el tiempo de preparación para conseguir el título necesario
de auxiliar de clínica Geriatrico puede complicar o retrasar la atención ade-
cuada y profesional de los ancianos dependientes.
– 153 –
Perfil criminológico
– 154 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Si pensamos en el entretenimiento:
Vemos que algunos ancianos asisten a talleres productivos. No será para
tener una profesión en la calle. Nos queda el entretenimiento para ocupar el
tiempo y el tener un dinero para sus gastos en economato o para enviar a
sus hijos.
El interés mayoritario es ocupar el tiempo libre en entretenimiento lúdico.
A eso se dedican los hombres y mujeres activos. Pero sólo un tercio de
hombres y dos tercios de mujeres son activos.
Hay que aumentar las actividades de ocio lúdico relacionándolas con las
relaciones humanas que es lo más valorado por los ancianos.
Quizás sentarse en el banco de la plaza del pueblo cuando hace sol y jugar
la partida con los amigos por la tarde sea el mejor índice de calidad de vida
junto con la dieta mediterránea.
Falta conseguir animar a los que no quieren hacer nada.
Las actividades de ocio han de incluir actividad física como la petanca,
caminar, o Tai Chi. Juegos tradicionales y actividad saludable.
Todo cambio necesita una inyección de energía extra para modificar la fuer-
za de la rutina y de la inercia. Nuevos profesionales o nuevas tareas para los
profesionales que se renueven y no acaben desapareciendo tras la novedad
o el "yo ya lo intenté, ahora déjame como estaba"
La motivación
La motivación es lo más importante pero todo lo nuevo motiva al principio,
luego hace falta que sientan beneficios y mejoras personales y finalmente
se habrán acostumbrado tanto a esa actividad que se habrá incorporado en
su rutina.
La tarea para directivos y profesionales del sistema penitenciario en gene-
ral es mejorar la invisibilidad del anciano, queremos decir hacerlo más visi-
ble, recompensándolo más a menudo.
La tarea de sensibilización hacia su existencia ha de pasar por reconocer
que no son como los jóvenes, son más tranquilos y menos problemáticos en
general que los más tranquilos de los demás.
Para un anciano, el no hacer nada malo debería ser recompensable, no
habría que esperar a que haga algo destacadamente bueno para lo que no
tiene muchas oportunidades dada su menor energía vital.
– 155 –
Perfil criminológico
Dada la pequeña cantidad de ancianos en cada prisión es difícil para las ONGs
diseñar y proponer programas de intervención que se espera tengan u impacto y resul-
tados visibles para quienes los puedan financiar.
Una línea de actuación sería la sensibilización y promoción de programas para
ancianos aún sabiendo que la población diana es pequeña y no siempre motivada para
participar en actividades. Podría facilitarse la persistencia de estos programas si se
dirigiesen a carencias más que a edades, aunque tuvieran preferencia los ancianos, ya
que la metodología y herramientas necesarias tendrían una población diana más
amplia y perduraría el programa en el centro aunque durante algún tiempo no hubie-
ra ancianos, pero cuando llegasen tendrían un programa disponible para acceder a él.
Otra línea complementaria sería apoyarse en ONGs que ya actúan en prisión para
que incorporen subprogramas, anejos a los que ya implementan, dirigidos a ancianos
exclusivamente, o a ancianos junto a otros dependientes, o a la integración de ancia-
nos con otros internos más habituales.
Para casi todos estos supuestos podríamos considerar algunos elementos a tener
en cuenta en los programas destinados a ancianos:
Conexión personal de los voluntarios con los internos ancianos para ser
aceptados y conectar con sus necesidades.
Tener en cuenta el nivel educativo y de motivación de los ancianos a la hora
de diseñar actividades. Muchos tienen estudios primarios, pocos universi-
tarios y algunos analfabetos, especialmente mujeres.
Atender a un Catálogo de necesidades de los ancianos mediante estudios
internos del centro o encuestas directas a los ancianos. Este estudio habla
– 156 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
del valor para ellos de las relaciones personales y de las actividades lúdicas
y de entretenimiento.
En líneas generales se puede trabajar en:
acercarse a hablar con los ancianos como compañía,
hablar con los extranjeros que no saben español y se sienten solos,
servicio de traducción,
jugar o acompañar en actividades lúdicas que no tienen aceptación entre
internos más jóvenes como mus, dominó o petanca,
hablar para recuperar historia y tradiciones de los abuelos recopilándolas
en un libro que de sentido a su vida en prisión,
ayudar a hacer interculturalidad, que los ancianos hagan de guías a los
extranjeros en su adaptación a este país,
que les enseñen informática a los ancianos,
que les enseñen tolerancia hacia la mujer al anciano con cultura machis-
ta para mejorar sus relaciones con la esposa y facilitar su vinculación
familiar y preparación para la libertad.
que vengan voluntarios ancianos para compartir experiencias y que se
sientan escuchados.
Traer ropa o prótesis que puedan necesitar.
Las ONGs pueden mejorar la poca comunicación con el exterior de los
ancianos en psiquiátricos con cartas o llamadas de teléfono. Un teléfono
exterior de alguna ONG autorizado para varios ancianos, incluso gratui-
to para indigentes, con voluntarios disponibles, de seis a siete de la tarde,
con escucha activa. Que se puedan enviar informes al centro de proble-
mas detectados.
Salida a la calle
– 157 –
Perfil criminológico
– 158 –
6.- PERFIL
SANITARIO.
PATOLOGÍA Y
ANCIANIDAD
EN EL MEDIO
PENITENCIARIO.
1. INTRODUCCIÓN
– 161 –
Perfil sanitario
Por tanto podríamos concluir, desde el punto de vista médico diciendo que:
1. Tenemos una población penitenciaria en la que se aprecia un número mayor de
adultos mayores y ancianos con perdida de Funcionalidad.
2. Las patologías que presentan son más numerosas, incluso lo más frecuente es
que coexistan entre ellas.
3. Mayor tendencia a la cronicidad, de estas patologías
4. La pérdida de FUNCIONALIDAD hará más difícil y complicado el tratamien-
to de las patologías orgánicas sobrevenidas.
5. Las soluciones o cuidados se deberían establecer para prevenir o tratar las pato-
logías propias de esta etapa de la vida.
6. Se debería de atender al anciano tanto en situación de salud de como de enfer-
medad
7. Es necesario contar con Equipos Multidisciplinares con preparación para afron-
tar esta etapa de la vida, con la intención de hacer una valoración Integral del
Anciano.
– 162 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Este apartado es fundamental y muy propio de las personas que estamo estudian-
do, aquí es donde se observan los llamados Síndromes Geriátricos. Estos son con-
juntos de síntomas y signos, que tienen como características en común, que son
altamente prevalentes en edades avanzadas, que pueden tener múltiples etiologías
y que todos ellos tienden a la discapacidad y perdida de la FUNCIONALIDAD.
A continuación mostramos los grandes síndromes geriátricos; siguiendo algunos
autores se han puesto de forma que todos empiezan por la letra "i" (las " ies " de
la geriatría).
INMOVILIDAD.
INTEGRIDAD PIEL, (ULCERAS POR PRESIÓN.)
INTELIGENCIA ALTERADA.
INTROVERSIÓN (DEPRESIÓN)
INESTABILIDAD (CAÍDAS Y TRASTORNOS DE LA MARCHA)
INANICIÓN.
INCONTINENCIA.
IATROGÉNICA. (POLIFARMACIA)
IMPACTACIÓN FECAL. CONSTIPACIÓN
INMUNODEFICIENCIA. (INFECCIONES.)
INSUFICIENCIA SENSORIAL
INDIGENCIA (falta de recursos)
INFAUSTO. (Situación de enfermedad terminal)
c) Una persona de edad con un estado de salud mucho más frágil y precario que
le conduzca a una situación de máxima gravedad.
Con la aplicación del Reglamento Penitenciario, se resolvería una parte de la
patología del anciano en prisión. Serian las enfermedades muy graves.
(Apartado c) Pero, ¿que haríamos con las enfermedades, no terminales que a
continuación enumeramos? (Apartado a y b) las cuales son el autentico proble-
ma sanitario del anciano cuando ingresa o permanece en la prisión?.
En estas patologías no se podrá aplicar el Reglamento Penitenciario no siendo
posible excarcelar por motivos de salud. Sin embargo nos van a provocar los
procesos crónicos - degenerativos y una alta prevalencia de morbilidad y la tan
temida perdida de funcionalidad, a la que habrá que dar soluciones desde la ins-
titución penitenciaria. (art 196.2 -104.4 contempla la posibilidad de Libertad
condicional en pacientes de edad avanzada con una enfermedad Terminal o bien
que padezcan una patología muy grave incurable.)
Relación de las patologías más frecuentes en el anciano o personas de edad avanzada
Para una secuenciación formal de estas patologías seguimos los criterios y defini-
ciones que nos facilita la SOCIEDAD ESPAÑOLA DE GERIATRÍA Y
GERONTOLOGÍA, en su Tratado de Geriatría para Residentes.140
140
En su versión electrónica http://www.segg.es/segg/tratadogeriatria/main.html
– 163 –
Perfil sanitario
CARDIOVASCULAR
RESPIRATORIO
INFECCIONES
NEUROLOGIA
– 164 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
z Enfermedad de Parkinson
z Epilepsia
z Mareos y vértigos
DIGESTIVO
z Abdomen agudo
z Disfagia
z Náuseas, vómitos y diarrea
z Obstrucción intestinal
z Patología bucal
z Patología hepatobiliar
z Sangrado digestivo. Enfermedad por reflujo gastroesofágico. Gastropatía por
AINES
ENDOCRINOLOGÍA Y METABOLISMO
z Diabetes mellitus
z Hipo e hipertiroidismo
z Interpretación de las pruebas del metabolismo calcio-fósforo
z Anemias
z Hiperplasia benigna de próstata
z Insuficiencia renal aguda
z Insuficiencia renal crónica
z Neoplasias hematológicas
z Trastornos de la coagulación
REUMATOLOGÍA
z Artritis inflamatorias
z Dolor
z Osteoartrosis
z Osteoporosis y osteomalacia
z Polimialgia reumática y arteritis de la temporal
– 165 –
Perfil sanitario
1ª Fase inicial.
Cuando tiene lugar el ingreso del paciente en un Centro Penitenciario cada miem-
bro del equipo realiza una valoración del paciente, para conocer su situación y perfi-
lando un plan individual de tratamiento que servirá para diseñar un plan de actuación
conjunta.
El trabajo de Equipo exige el empleo de un lenguaje común y unos instrumentos
de medida que sean interpretables por todos los miembros del equipo (Escalas de
Barthel, Lawton, Mini mental )
Las escalas mas utilizadas para evaluar las actividades básicas de la vida diaria
son:
– 166 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
2ª fase de detección.
En esta fase se ponen en común las diferentes valoraciones realizadas (clínica, fun-
cional, mental y social) con el fin de destacar los principales problemas del interno.
Esfera Clínica.
Debe incluir la entrevista clínica orientada hacia la búsqueda de los grandes sín-
dromes geriátricos.
Inmovilidad.
Malnutrición.
Deterioro Cognitivo.
Disminución Auditiva.
Disminución Visual.
Estreñimiento.
Incontinencia.
Esfera Funcional.
En este apartado intentaremos recoger toda la información posible sobre la capa-
cidad del anciano para realizar su actividad diaria y mantener su independencia en el
medio en que se encuentra.
- Escala de Actividades instrumentales de la vida diaria. (Escala de Lawton)
- Escala de Actividades básicas de la Vida diaria (Índice de Barthel)
- Escala de Depresión geriátrica de Yesavage.
- Escala Mini Mental de (Folstein)
Esfera Mental.
Tendremos que valorar tanto la parte cognitiva como la afectiva.
Cuando se interrogue la esfera cognitiva se debe interrogar: Nivel de escolariza-
ción, H. familiar de demencia, antecedentes psíquicos, consumo de drogas, orienta-
ción etc. El test más aconsejable es el mini mental. Solo en 5-10 minutos valora un
rango amplio de funciones. Como memoria reciente, atención, cálculo, capacidad de
abstracción, lenguaje.
– 167 –
Perfil sanitario
Esfera Social.
Esta tarea es función del Trabajador Social hacerla con rigurosidad y exhaustivi-
dad, pero en la fase inicial, ya que debe conocerse todos aquellos datos que tengan
repercusión presente o futura sobre el anciano.
Aspectos relacionados con el hogar, apoyo familiar y Social.
Las preguntas que deberían hacerse como mínimo serian:
Soltero, casado o viudo.
¿Tiene hijos?
¿Con quien vive?
¿Tiene contactos familiares?
¿Cómo es el domicilio donde vive?
¿Recibe alguna ayuda de la Red Social?
4ª Fase de evaluación.
– 168 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
REHABILITACIÓN.
REINSERCIÓN SOCIAL.
141
1. Orden de 3 de marzo de 1980, del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo, sobre Viviendas de Protección
Oficial: Características de los accesos, aparatos elevadores y acondicionamiento interior de los edificios destinados a
minusválidos. (BOE 18/03/80). 2,. Real Decreto 3250/1983, de 7 de diciembre, por el que se regula el uso de perros
guía para deficientes visuales. (BOE 01/01/1984). 3.- Orden de 18 de junio de 1985, del Ministerio de la Presidencia
del Gobierno, sobre uso de perros guía para deficientes visuales. (BOE 27/06/85). 4.- Real Decreto 556/1989, de 19 de
mayo, sobre medidas mínimas de accesibilidad en los edificios. (BOE 23/05/89). 5.- Ley 3/1990, de 21 de junio, de
habitabilidad de minusválidos. (BOE 22/06/90). 6.- Ley 15/1995, de 30 de mayo, sobre límites del dominio sobre
inmuebles para eliminar barreras arquitectónicas a las personas con discapacidad. (BOE 31/05/95). 7.- Ley 38/1999, de
5 de noviembre, de ordenación de la edificación. (BOE 06/11/99).
– 169 –
Perfil sanitario
7. EQUIPOS INTERDISCIPLINARES.
– 170 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Psicólogo
Educador.
9. REFLEXION.
– 171 –
Perfil sanitario
No olvidemos, que no hay nada ni nadie que no trate con ancianos de una mane-
ra u otra, y en la medida que conozcamos su problemática seremos mas capaces de
enfrentarlas y comprenderlas adecuadamente.
142
Programa marco de Prevención de suicidios, I- 14/2005 de la DGIP
– 172 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Mortalidad población general AGE, en el quinquenio comprendido entre el año 2000 y el 2006.
(Fuente: Subdirección General de Sanidad)
Las causas declaradas de las muertes de las personas mayores en prisión son un
indicador válido para comparar el grado de salud / enfermedad de esta población.
Naturaleza
Nº Orden Edad Sexo Fecha defunción Causa Inicial
Fallecimiento
1 69 M 27/01/2005 NATURAL Neumonía por aspiración
Miocardiopatía hipertrófica y cardiopatía
2 69 H 08/11/2006 NATURAL isquémica
3 69 H 15/11/2004 NATURAL Infarto agudo de miocárdio
Adenocarcinoma gástrico con extensión
4 69 H 11/02/2005 NATURAL hepática
5 69 M 14/09/2005 NATURAL
6 69 H 23/10/2003 NATURAL Aneurisma aorta abdominal
7 68 H 23/07/2003 NATURAL Tuberculosis pulmonar
8 68 H 28/01/2005 NATURAL Tumor cerebral
9 67 H 05/07/2003 NATURAL Cardiopatía isquémica
10 67 M 10/05/2003 NATURAL Leiomiosarcoma gástrico
11 67 M 08/06/2004 NATURAL Carcinoma de colon con metástasis
– 173 –
Perfil sanitario
Naturaleza
Nº Orden Edad Sexo Fecha defunción Causa Inicial
Fallecimiento
12 66 H 02/11/2003 NATURAL Adenocarcinoma gástrico
13 66 H 02/08/2002 NATURAL Carcinoma pulmonar
14 66 H 04/12/2004 NATURAL Carcinoma de laringe
15 66 H 02/03/2004 NATURAL Cardiopatía isquémica
16 66 H 01/06/2005 NATURAL
17 65 H 13/03/2006 NATURAL Neumonia comunitaria
18 65 H 29/06/2005 NATURAL Infarto agudo de miocardio
19 65 H 13/10/2002 NATURAL IAM
20 64 H 07/08/2005 NATURAL
21 64 H 04/01/2004 NATURAL Tromboembolismo pulmonar
22 63 H 01/08/2006 NATURAL Hemorragia digestiva
23 63 H 08/10/2002 NATURAL Aneurisma de aorta
24 63 H 27/11/2006 NATURAL Insuf cardíaca
25 63 H 01/08/2002 NATURAL Cirrosis hepática alcohóloca y VHC
26 63 H 10/09/2006 NATURAL Muerte súbita de origen cardíaco?
27 63 H 13/03/2002 NATURAL Miocardiopatía dilatada
28 63 M 27/07/2004 NATURAL Neoplasia pulmonar
29 63 H 11/01/2002 NATURAL Tumoración vías biliares
30 63 H 30/11/2006 NATURAL I.A M
31 63 M 03/07/2003 SUICIDIO Suicidio por ahorcamiento
32 62 H 23/05/2005 NATURAL Hepatocarcinoma
33 62 H 10/03/2005 NATURAL Neumonía
34 62 H 28/12/2003 NATURAL Carcinoma de laringe
35 62 H 30/03/2006 NATURAL
36 62 H 02/11/2002 NATURAL Carcinoma escamosi del paladar
37 61 M 18/01/2005 NATURAL
38 61 H 19/01/2004 NATURAL Síndrome neuroléptico maligno
39 61 H 18/04/2003 SUICIDIO Suicidio por ahorcamiento
40 61 H 02/08/2004 DROGAS Sobredosis opiáceos
41 60 H 29/05/2004 NATURAL Miocardiopatía dilatada
42 60 H 13/02/2003 NATURAL Hepatocarcinoma
43 60 H 11/04/2004 NATURAL Neumonía basal derecha. Peritonitis
44 60 M 20/07/2005 NATURAL
45 60 H 18/06/2006 NATURAL Hepatopatía crónica por virus C
46 60 H 09/08/2006 NATURAL Neumonia
47 60 H 12/12/2003 SUICIDIO Suicidio por ahorcamiento
48 60 H 23/06/2003 ACCIDENTAL Obstrucción traqueal
– 174 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 175 –
Perfil sanitario
Hemos agrupado las causas de muerte natural entre personas mayores y ancianos
en prisión, por su mayor frecuencia
Tumores Malignos
1 CAR. GASTRICO 6
2 CAR. PULMONAR 5
3 CAR. LARINGE 4
4 CAR. PANCREÁTICO 2
5 CAR. DE COLON 2
6 CAR. HEPÁTICO 2
7 CAR. DE VIAS BILIARES 1
8 CAR. CEREBRAL 1
9 CAR. ESCAMOSO DE PALADAR 1
– 176 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 177 –
Perfil sanitario
– 178 –
7.- CONCLUSIONES,
PROPUESTAS Y
POLÍTICAS ACTIVAS
DE ACTUACIÓN
CONCLUSIONES
– 181 –
Conclusiones
143
Y debemos contar, además, con los efectos favorables que propiciará el ejemplo de la reciente sentencia de la
Audiencia de Madrid, que suaviza la reforma de la Ley O. 7/2003 para presos enfermos y mayores de 70 años que no
hayan cumplido la mitad de la condena.
144
Nos referiremos exclusivamente a los datos obtenidos en la encuesta de campo propia. Es necesario constatar la
lamentable ausencia de la figura profesional de criminólogo en los centros penitenciarios de la AGE.
– 182 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
ciones específicas para la atención a las personas mayores y ancianos que residen en las
prisiones. Esta ausencia llama más la atención, si cabe, cuando comprobamos la larga
tradición histórica de los establecimientos geriátricos penitenciarios en nuestro país.
La intervención penitenciaria, por mandato legal, ha de mantener un trato iguali-
tario a todos los internos, sin que puedan prevalecer diferencias en razón del sexo, la
raza, la religión, o la edad, por ejemplo. Pero un trato igual no quiere decir que no
puedan contemplarse determinadas características de un perfil de población que pre-
cise una intervención específica, y trabajar selectivamente para paliar las especiales
necesidades de esa población. Esta es la base de las formas especiales de ejecución
que regula el Título VII del Reglamento Penitenciario, que sistematiza un régimen
especial para determinados perfiles: jóvenes, madres, enfermos mentales, etc. La
redacción de este epígrafe hubiera sido el momento adecuado para hacerse eco de la
permanencia de los mayores encarcelados en las prisiones, y definir un régimen espe-
cífico para ellos.
Esta desatención en la norma tiene como lógica consecuencia la falta atención for-
mal hacia los mayores encarcelados. El resultado final, como ocurre casi siempre con
los grupos minoritarios, es encontrarlos relegados al olvido, a la INVISIBILIDAD.
En la práctica constatamos que los mayores y ancianos se encuentran dispersos en
nuestras prisiones, con una altísima concentración en los dos hospitales psiquiátricos
penitenciarios dependientes de la AGE, al tener aplicada eximente completa o incom-
pleta de trastorno mental. (47 mayores de 60 años ingresados por enfermedad mental
en Junio de 2007, tasa que triplica la media de mayores en los centros ordinarios de
la AGE). En el resto de los establecimientos se encuentran alojados frecuentemente
en aquellos módulos de menor perfil de peligrosidad, e incluso, integrados en módu-
los ordinarios. Cuando se trata de internos más mayores, con problemas de funciona-
lidad o enfermedades graves o discapacitantes, su destino natural son las enfermerías
de los centros.
Sorprende que aún en nuestro país no se hayan acometido investigaciones en pro-
fundidad sobre la correlación existente entre la tipología delictiva que presentan los
ancianos (fundamentalmente del sexo masculino -con propensión a cometer delitos
de sangre y violencia de género en el ámbito familiar-), y los trastornos clásicos como
la celotipia o delirio de infidelidad propiciados por la demencia senil, o el alcoholis-
mo. Como consecuencia, en la fase procesal se propicia la consideración como impu-
tables de ancianos que, bajo este prisma, no debieron serlo. Un mejor conocimiento
de estos mecanismos mentales y la adecuada aplicación de escalas de riesgo social,
permitiría reducir su estancia en el ámbito carcelario.
No existe criterio alguno dictado para el conjunto de las prisiones que homogeni-
ce su ubicación, ni las condiciones de habitabilidad, la dotación o las prestaciones;
pues ninguna norma, circular o instrucción de carácter general se ocupa de ellos.
Tampoco hemos conocido, en caso de existir, alguna regulación específica en las nor-
mativas internas de los establecimientos que establezcan excepciones regimentales
(en espacios, horarios, etc). Ni ejemplos significativos de buenas prácticas que facili-
ten su estancia o comodidad. El trato que reciben queda en manos de decisiones arbi-
trarias más o menos consideradas, o supeditado al azar. Así, encontramos como dato
más relevante el alto porcentaje de mayores que residen en una primera y segunda
– 183 –
Conclusiones
– 184 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 185 –
Conclusiones
– 186 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 187 –
Conclusiones
A todos aquellos internos incursos en esta categoría serían de aplicación los pro-
gramas sanitarios, tratamentales y de intervención socio - personal descritos en una
instrucción marco de obligado cumplimiento.
4- Intervención penitenciaria y tratamental con los internados de mayor edad que perma-
necen integrados en módulos ordinarios
– 188 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
daciones serían también de aplicación para los departamentos o unidades que se cre-
aran específicamente para aquellos internos que tienen problemas de funcionalidad.
Medidas regimentales
– 189 –
Conclusiones
Prestaciones complementarias
Medidas asistenciales
Intervención Tratamental
– 190 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
- En la mejora relacional
Mejorar las relaciones de los ancianos con los compañeros más jóvenes faci-
litando la convivencia diaria con ellos.
Crear actividades en las que se mezclen todas las edades, incluso todas las cul-
turas. Pero no deben ser actividades de jóvenes como campeonatos de fútbol
ni actividades de viejos. A través de las actividades en común los ancianos
pueden ser conocidos y valorados al destacar en algo.
Posibilitar que asuman tareas de responsabilidad y destinos que posibiliten el
contacto con los trabajadores del centro, con vistas a mejorar su integración y
autoestima.
– 191 –
Conclusiones
5.- Intervención penitenciaria y tratamental con los internados de mayor edad que son
destinados a los módulos o unidades geriátricas
Regimental
Horarios
Sería importante poder atender a las especificidades del sueño:
Ampliar los horarios de descanso y que puedan permanecer en las habitacio-
nes propias
Permanencia de las habitaciones abiertas, para que puedan atender sus nece-
sidades fisiológicas, higiénicas y de intimidad
Educación e información sobre la higiene del sueño y sus cambios con la
edad; tanto a los ancianos, a sus compañeros de habitación, sean internos de
apoyo o no; como a los profesionales que han de atenderlos de noche.
Adecuar el lugar de sueño de los ancianos para su seguridad nocturna con
barandillas y timbres de alarma.
Horarios de cierre nocturno adecuado a sus necesidades fisiológicas, atenien-
do a la habitual fragmentación del sueño que presentan.
– 192 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Intervención tratamental
– 193 –
Conclusiones
– 194 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 195 –
Conclusiones
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Bibliografía
– 220 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 221 –
9.- ANEXOS
ANEXO I.
ÍNDICE
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Págs
Normativa
– 225 –
Anexos
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Págs
– 226 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Págs
– 227 –
Anexos
TITULO V
Distribución de los Presidiarios en Clases
10.- Los viejos, estropeados, y achacosos, no podrán sufrir los trabajos violentos,
y recios, y ni aun tal vez las Prisiones145 que les correspondan.
Art. 82.º En todo establecimiento penal se tendrán con separación los reos meno-
res de dieciocho años de edad de los demás reclusos y con ellos su formará la clase
de jóvenes presidiarios.
Art. 123.º Para la corrección de los desgraciados jóvenes á quienes la orfandad, el
abandono de los padres ó la influencia de malas compañías lanzó en la carrera de los
crímenes antes de que la experiencia les haya revelado los males que causan á la
sociedad y á si mismos, mando que todos los presidiarios menores de dieciocho años
que haya en cada presidio vivan reunidos un una- cuadra ó departamento con total
separación de los de mayor edad.
Artículo 1.º Luego que el Gobierno determine que alguna obra pública se ejecute
con penados y el número de éstos, la Dirección de presidios dará noticia á la de cami-
nos de los depósitos de donde deban remitirse, á fin de que dando sus instrucciones
al Ingeniero o Ingenieros de las provincias en que se hallen, puedan escoger los más
á propósito por su edad, robustez y utilidad para el trabajo; en el concepto de que una
vez elegido un confinado y destinado á las obras, no podrá salir de ellas sin una orden
especial de la Dirección general de presidios, previos los informes del Ingeniero y del
Comandante.
145
Obviamente con el término "Prisiones" en este caso se está refiriendo a la 9ª acepción del Diccionario de la Real
Academia de la Lengua: "Grillos, cadenas y otros instrumentos con que en la cárcel se asegura a los delincuentes".
– 228 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Los que no fuesen susceptibles de aprender oficios por su edad, anterior ejercicio,
rudeza ó inutilidad, se destinarán á las obras que por su clase les corresponda, de
modo que dentro de un establecimiento no haya penado alguno sin ocupación.
Ley de 21 de octubre de 1869, estableciendo bases para la reforma y mejora de las cárce-
les y presidios y para el planteamiento de un buen sistema penitenciario; depósitos munici-
pales; cárceles; colonias penitenciarias. (Gaceta 22 octubre.) Bases para la reforma y mejo-
ra de las cárceles y presidios, y para el planteamiento de un buen sistema penitenciario.
Reglamento para las cárceles de Madrid, aprobado por el Gobierno (de la provincia) el
22.1.1874.
Art. 15.º En los días de fiesta será igual la distribución de horas, con la diferencia
de que la mañana se destinará á oír Misa y demás actos religiosos, y la tarde al recreo
y comunicación con las familias. En las horas de descanso y recreo se hará la separa-
ción por condenas y edades, pero de acuerdo con a Dirección general del ramo.
– 229 –
Anexos
Art. 2.º Serán destinados con preferencia á esta colonia, conforme su capacidad lo
vaya permitiendo, de conformidad con lo prevenido en los artículos 106 y 110 del
Código Penal vigente:
I. Los sentenciados a cadena perpetua.
II. Los sentenciados a reclusión perpetua.
III. Los sentenciados a cadena temporal.
IV. Los sentenciados a reclusión temporal.
Art. 3.º Se exceptúa de lo dispuesto en el artículo anterior á los condenados que
tuviesen más de sesenta años de edad, respecto de los cuales se cumplirá lo precep-
tuado por el art. 109 del Código penal146.
146
"Art. 109. El condenado a cadena temporal o perpetua que tuviere antes de la sentencia 60 años de edad, cum-
plirá la condena en una casa de presidio mayor.
Si los cumpliere estando ya sentenciado, se le trasladará a dicha casa presidio, en la que permanecerá durante el
tiempo prefijado en la sentencia".
– 230 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Art. 68.º En el mes de Enero de cada año entregarán á la Junta local una Memoria
relativa al servicio sanitario y al régimen higiénico de la Prisión, durante el mismo.
Consignarán en ella noticias detalladas de los enfermos y de las enfermedades que
se observen, por meses y estaciones; causas ciertas ó probables de las dolencias que
padezcan los reclusos; medidas más convenientes para evitarlas; proporción de enfer-
mos con el de presos; número de defunciones, padecimientos que las hayan produci-
do y circunstancias individuales de los fallecidos; casos de enajenación mental, forma
de éste, sus causas y tratamientos; resultados de las vacunaciones y revacunaciones;
condiciones del edificio y de la alimentación de los reclusos, y cuanto se refiera á la
higiene de los mismos en sus distintos aspectos y particularidades, teniendo muy en
cuenta la consideración de la edad.
– 231 –
Anexos
Reglamento Provisional para la Prisión Celular de Barcelona, formado por la Junta local
de Prisiones en 16 de Julio de 1904.
Ilmo. Sr.: Por Real orden de 15 del corriente, expedida por el Ministerio de
Marina, y en conformidad a lo acordado en Consejo de Ministros, se cede a este de
Gracia y Justicia, con carácter provisional, el edificio existente en San Fernando
(Cádiz), conocido con el nombre de Casería de Ossorio, a fin de destinarlo a Prisión,
y atender a las necesidades y albergue de penados que en la actualidad presenta la
traslación de la Colonia penitenciaria de Ceuta.
En dicha Real orden se dispone que las obras de habilitación del inmueble para el
nuevo servicio a que se destina, así como los gastos de entretenimiento y conserva-
ción, corran a cargo del Ministerio de Gracia y Justicia.
Y para dar cumplimiento al acuerdo del Consejo de Ministros, y a lo que en la
referida Real orden se establece, así como para que el nuevo Establecimiento comien-
ce a funcionar,
S.M. el Rey (q. D. g.) ha tenido a bien dictar las instrucciones siguientes:
1º. El Establecimiento se designará con el nombre de Prisión de Estado de San
Fernando.
2º. Servirá para la reclusión de penados sentenciados a penas aflictivas.
3º. Las obras de adaptación del edificio al nuevo servicio que ha de prestar, se
ejecutarán con cargo al presupuesto de esa Dirección., y al mismo se impu-
tarán los de personal, sostenimiento de reclusos y demás necesarios a un
Establecimiento de esta clase, en la misma forma que se hace en las demás
Prisiones del Estado.
4º. La Dirección General de Prisiones dictará o propondrá a este Ministerio,
según los casos, las disposiciones correspondientes al sistema penitenciario
– 232 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
147
Por Real Decreto de 27 de noviembre de 1919 (Gaceta de 3 de diciembre) se aprueba que la plantilla de la Prisión
de Ancianos de San Fernando esté integrada por: 1 Director de segunda o tercera clase, 1 Subdirector administrador, 2
ayudantes, 12 oficiales, 1 médico y 1 Capellán.
La Gaceta de Madrid de 15.12.1934 dispone: "Suprimida la Prisión-Asilo de San Fernando (Cádiz), y con el fin de
que no desaparezca el archivo de la misma, esta Dirección general ha tenido a bien disponer que, mientras otra cosa no
se resuelva, se remita a la Prisión Central del Puerto de Santa Maria, en esa provincia, los expedientes de los penados
de los antiguos Presidios de Africa, los de los de ese Establecimientos y los documentos oficiales, libros de contabili-
dad, etc., que en el mismo obran, procurando que no su fra deterioro la documentación que se expresa al efectuarse el
traslado de ella".
– 233 –
Anexos
Art. 7º. Alojará la Prisión-Asilo de San Fernando los reos varones que al empezar
a extinguir su sentencia tengan cumplidos sesenta años de edad, o lo que la cumplie-
ren mientras se hallen extinguiendo su condena en otro establecimiento, siempre que
les falten más de seis meses para dejarla totalmente extinguida.
Igualmente serán destinados a esta Prisión los penados inútiles, cualquiera que sea
su pena, con excepción de los que hubieren de cumplir en las provinciales, siempre
que su inutilidad les impida dedicarse a los trabajos y ocupaciones propios de un esta-
blecimiento común y les falten más de seis meses para el cumplimiento total de sus
condenas.
Art. 18º. Para la exacta ejecución de los artículos precedentes se concretan sus
preceptos en estos cuadros:
Cumplimiento de las penas de prisión y reclusión en la Prisión Asilo de San
Fernando.
Más de un año de prisión y de dos de reclusión: Mayores de sesenta años de edad,
varones; impedidos e inútiles de cualquier edad; tuberculosos en segundo o tercer
grado.
Art. 54º. Todos los preceptos contenidos en este Reglamento para las Prisiones
centrales son de aplicación y de inexcusable observancia en las Prisiones especiales,
salvo los que resulten incompatibles con el régimen que de modo concreto se deter-
mina en el presente capítulo para cada uno de estos Establecimientos.
Art. 62º. El régimen de la Prisión Asilo de ancianos e impedidos se inspirará en la
condición especial de los recluidos en este establecimiento.
Art. 116º. Al ser licenciado un penado se le hará una liquidación de sus ahorros,
que le serán entregados en metálico, si así lo prefiriese, a cuyo efecto se habrá solici-
tado la autorización necesaria para liquidar su libreta postal; de su peculio de libre
disposición y de los socorros de marcha que le correspondieren. Estos socorros se
determinarán en la forma siguiente:
2.º A las penadas de la prisión central o del Reformatorio o de las prisiones pro-
vinciales, así como a los licenciados de la prisión asilo, se les facilitará por la
Administración del establecimiento el importe de un billete en ferrocarril, en tercera
clase, o de otro medio de locomoción, si no hubiere ferrocarril, hasta el punto donde
hayan de fijar su residencia, y una cantidad en metálico, que oscilará entre una y cinco
pesetas, según la distancia que hayan de recorrer.
Artículo 132º. - Quedan exceptuados del trabajo obligatorio los mayores de sesen-
ta años de edad, y los que por enfermedad u otro impedimento físico, declarados por
el Medico de la Prisión, no puedan dedicarse a ningún género de labores.
– 234 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Art. 1º. Las Prisiones dependientes del Ministerio de Gracia y Justicia, a cargo del
personal del Cuerpo de Prisiones, se dividen en tres clases: Prisiones centrales, pro-
vinciales y de partidos.
Se denominan Prisiones centrales los establecimientos destinados al objeto exclu-
sivo del cumplimiento de las penas de prisión y reclusión establecidas en el Código
penal, o las similares impuestas por los fueros de Guerra y Marina, con arreglo si las
disposiciones vigentes; subdividiéndose en dos grupos: comunes y especiales.
Estas últimas comprenden los establecimientos especialmente destinados a jóve-
nes, ancianos e inútiles, enfermos, incorregibles y mujeres.
Art. 3º. … Alojará la Prisión-Asilo de San Fernando los reos varones que al empe-
zar a extinguir su sentencia tengan cumplidos sesenta años de edad, o lo que la cum-
plieren mientras se hallen extinguiendo su condena en otro establecimiento, siempre
que les falten más de seis meses para dejarla totalmente extinguida.
Igualmente serán destinados a esta Prisión los penados inútiles, cualquiera que sea
su pena, con excepción de los que hubieren de cumplir en las provinciales, siempre
que su inutilidad les impida dedicarse a los trabajos y ocupaciones propios de un esta-
blecimiento común y les falten más de seis meses para el cumplimiento total de sus
condenas.
Art. 7º. Para la exacta ejecución de los artículos precedentes se concretan sus pre-
ceptos en estos cuadros:
Cuadro 6º.- Cumplimiento de las penas de prisión y reclusión en la Prisión-Asilo
de San Fernando y en la Prisión-Sanatorio.
Establecimientos (San Fernando). Extensión de la pena (más de un año de prisión
y de dos de reclusión). Edad y circunstancias (mayores de sesenta años, varones.
Impedidos e inútiles de cualquier edad.
Art. 14º. Las conducciones de presos no podrán ser ordenadas sino por la
Dirección general de Prisiones, cuando se trate de traslaciones de una provincia a
otra, y, a tal efecto, los Tribunales y Jueces se dirigirán a dicho Centro en solicitud de
las mencionadas órdenes de conducción. Cuando se trate de presos preventivos y la
conducción haya de verificarse por tránsitos dentro de los límites de una misma pro-
vincia, podrá ordenarla el Gobernador civil, como Delegado de aquel Centro, y las
Autoridades judiciales lo interesarán de dicha Autoridad.
Los Directores y Jefes de las Prisiones cuidarán de que los reclusos que hayan de
ser conducidos por ferrocarril, no lleven equipaje superior a 15 kilogramos de peso,
que es el máximo concedido, según el contrato del Estado con las Compañías ferro-
viarias.
A los reclusos de edad superior a sesenta años, los enfermos crónicos, los impedi-
dos y las mujeres, cuando hubieren de ser conducidos por tierra y etapas o cuando
desde el establecimiento a la estación de ferrocarril hubiere una distancia mayor de
– 235 –
Anexos
un kilómetro, se les facilitará hasta el punto más próximo de la etapa bagaje que con-
sistirá en un medio de locomoción cualquiera, a juicio del respectivo Director o Jefe,
quien cargará el importe del mismo en la cuenta de obligaciones, concepto de
"Transportes y socorros de marcha".
Para la concesión del bagaje de referencia será en todo caso necesaria certifica-
ción del Médico del establecimiento, que se unirá a la cuenta mencionada.
Mas que precepto legal, es un imperativo de humanidad prestar toda clase de cui-
dados médicos a aquellos penados que durante el cumplimiento de la sentencia caye-
ran enfermos, o a los que al adquirir la condición de penados ya lo estuviesen.
A este fin, la habilitación de enfermerías en todas las Prisiones, con carácter de
obligatorias. Pero, si bien estas enfermerías llenan su cometido en los casos de afec-
ciones agudas, sobrevenidas a los reclusos, no son suficientes a satisfacer las exigen-
cias de otros enfermos que por cronicidad en sus dolencias o por convenirles, princi-
palmente, medidas higiénicas especiales, requieren atenciones y cuidados y un
ambiente, tanto médico como de régimen disciplinario, que no es posible proporcio-
narles en el medio habitual penitenciario; dando lugar esta insuficiencia a que el
enfermo no halle las asistencias debidas y al par, por no ser posible un aislamiento
adecuado, perturbe el régimen ordinario de la Penitenciaría, llevando, a veces, a los
demás penados su propia enfermedad.
Impónese, pues, la necesidad de producir este aislamiento en provecho de toda la
población penal.
Así lo ha comprendido la Administración que, desde mucho tiempo, viene inten-
tando llevarlo a la práctica. En efecto, ya en 1886, por Decreto de 13 de Diciembre
de aquel año, creábase una Penitenciaría-Hospital en el Puerto de Santa María, y en
12 de Marzo de 1894 se dictaba orden aprobando el Reglamento por el que había de
regirse. Establecíase entonces que en esta Penitenciaría-Hospital tendrían acogida los
ancianos, inútiles, enfermos crónicos y enfermos de mente; mas nada se hizo, ni
entonces ni después, para realizar el propósito en todas sus partes.
Más tarde, en el Reglamento de los Servicios de Prisiones vigente (14 de
Noviembre de 1930), en el párrafo sexto del apartado segundo de su artículo 3º., se
preceptúa que habrá de establecerse una Prisión-Sanatorio en la que cumplirán la sen-
tencia aquellos penados (cualquiera que fuere su edad o pena) que se encuentren
enfermos de tuberculosis o aquejados de otra enfermedad incurable. Y en los párra-
fos cuarto y quinto del mismo apartado y artículo se designa el edificio de la Prisión
de San Fernando, con el nombre de Prisión-Asilo, para los penados de más de sesen-
ta años y para los inútiles.
Pero tampoco ahora se ha realizado el propósito con respecto a los primeros; y si
se ha hecho para los segundos, ha sido subordinando totalmente las necesidades del
penado a las posibilidades de la Administración, no sometiendo éstas a aquellas nece-
– 236 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
sidades; el edificio Prisión de San Fernando no reúne, ciertamente, las más elemen-
tales condiciones para el fin a que ha sido destinado.
Y como consecuencia, en la actualidad, en momento en que la población penal, en
cumplimiento de condena, es relativamente exigua, debido a la magnanimidad de los
Gobiernos de la República, que, inspirados en altos sentimientos humanitarios, ejer-
citaron largamente su potestad de perdón; actualmente, repetimos, unos 200 penados
hállanse deficientemente albergados en inadecuada Prisión, o carecen de la asistencia
sanitaria que pudiera reeducarles sus miembros inútiles, o no cuentan con los cuida-
dos médicos o higiénicos especiales que sus crónicas dolencias reclaman, o se mue-
ven entre otros sanos contaminándoles de su propia enfermedad, necesariamente
mortal en un ambiente en que todo concurre a su sostenimiento y propagación.
Es, pues, hora de poner fin a esta situación, en todo momento rechazable. Y, cier-
tamente, la resolución mejor sería construir Establecimientos penales o Penitenciarías
destinados a este fin especial; pero, de una parte, no hay incompatibilidad en reunir
bajo un solo cuerpo de edificio a aquéllos distintos penados: el anciano, en realidad,
necesita ya, con alguna bastante frecuencia, cuidados médicos como el enfermo cró-
nico; al inútiles no es preciso hacer un gran esfuerzo para incluirle entre los tributa-
rios de la vida hospitalaria o de Asilo, y el tuberculoso, que suele ser peligroso por su
contagiosidad para los demás, es fácilmente aislable en un medio hospitalario. Y de
otra parte, si la Administración pudiere habilitar edificio que, con las mínimas defi-
ciencias, satisficiere aquellas múltiples exigencias, evitaría las, no por superarables
menos graves, dificultades de arbitrar recurso o créditos que aun mantendrían aque-
lla situación, ya improrrogable, durante bastante tiempo.
Y al efecto cuenta con el edificio del Reformatorio de Mujeres de Segovia, actual-
mente sin utilizar. Edificio que reúne bastante excelentes condiciones para este fin.
Es, según los asesoramientos de la Sección de Sanidad e Higiene de la Dirección
general de Prisiones, por su emplazamiento, lugar adecuado para el tuberculoso; el
clima y la altitud hacen de él un Sanatorio. Su distribución permite el aislamiento
total de estos enfermos del resto de la población penal, y la construcción de una gale-
ría de cristales, a manera de solarium, obra de fácil y seguro emplazamiento y de exi-
guo costo, llenaría todas las necesidades. Esta misma distribución permite establecer
secciones o departamentos para los otros grupos de reclusos más arriba anotados, y
para los que no será un obstáculo aquel clima; las actuales galerías, cubiertas, bien
soleadas, y la calefacción ya establecida en casi todas las dependencias, les pondría a
salvo de las frías temperaturas de la región. Sería posible establecer un Laboratorio o
Taller de reeducación para ciertos inútiles. Cuenta con los medios de aislamiento indi-
vidual que la disciplina impusiere, compatible con la situación patológica del enfer-
mo. Y desde su primitiva aplicación son suficientes las medidas de seguridad exterior.
Y, por último, su emplazamiento territorial, no lejano del centro del país, satisface la
necesidad de que las Penitenciarias especiales, únicas, no hagan molesto, perturbador
y difícil el traslado de los penados, más éstos por enfermos, desde todas las Prisiones,
sobre todo, de las que pertenecen a provincias del litoral.
Por todas las consideraciones expuestas, el Ministro que suscribe tiene el honor de
someter a la firma de V.E., el siguiente proyecto de Decreto:
– 237 –
Anexos
Artículo 3º. Los Médicos de las Prisiones, por conducto del Director de las mis-
mas, elevarán a la Dirección general de Prisiones las propuestas de traslado de los
penados a que se refieren los apartados a), b) y c) del artículo 1º. Los Directores de
las Prisiones lo harán por sí mismos de los incluídos en el apartado d).
Para los incluídos en el apartado a) la propuesta se hará en el momento en que la
enfermedad sea diagnosticada.
Para los incluídos en los apartados b), c) y d), las propuestas serán mensuales.
Artículo 5º. Dos meses antes de la salida del penado del Hospital y Asilo
Penitenciarios por cumplimiento de la pena, el Director, por conducto de la Sección
de Sanidad e Higiene de la Dirección general, lo comunicará al Patronato de
Protección Post-penitenciaria de la localidad, a los fines de facilitar a los reclusos, a
su salida de la Penitenciaría, recursos para el traslado a su futura residencia u otros
fines lícitos, el ingreso en Hospitales, Asilos o Sanatorios, o amparo para que obten-
– 238 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Artículo 6º. Los incluídos en los apartados a), b) y c) sólo podrán salir del Hospital
y Asilo Penitenciarios antes del cumplimiento de la pena, en caso de curación o de
restitución de la función inutilizada, y siempre que les quede por cumplir más de seis
meses, siendo trasladados al penal correspondiente. Al efecto, el Médico de la Prisión
hará la propuesta oportuna bastantemente fundamentada, elevándola, por conducto
del Director, a la Sección de Higiene y Sanidad de la Dirección general, para que ésta
resuelva en cada caso.
Artículo 8º. Los penados podrán ser dedicados a trabajos auxiliares o especiales
en taller, a cuyo fin, el Médico de la Penitenciaría propondrá al Director los que han
de realizado y las normas a que han de ajustarse aquéllos; clase de trabajo, tiempo,
etcétera.
En lugar adecuado se montará un Laboratorio o Sección de reeducación para los
inútiles en que ésta fuera posible.
– 239 –
Anexos
148
El Decreto de 30.12.1932 (Gazeta, de 1.1.1933) clasificaba las Prisiones del territorio nacional en tres grupos:
de servicio intenso, corriente y atenuado. La Prisión Asilo de San Fernando constaba en este Decreto como pertenecien-
te al grupo tercero.
– 240 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Art. 1º. Los reclusos condenados a la pena de reclusión menor o inferiores por
delitos que guarden relación con la rebelión marxista que tengan cumplida la cuarta
parte de su condena y hayan observado conducta intachable en los Establecimientos
Penitenciarios, unánimemente apreciada por la Junta de Disciplina, y hayan cumpli-
do sesenta años de edad, podrán ser puestos en libertad condicional, previa propues-
ta dirigida al Patronato Central para la Redención de Penas.
Dicha libertad, como en los casos de libertad otorgada por redención por el traba-
jo, será revocada y obligado el reo a cumplir el resto de la condena, si en dicha situa-
ción de libertad condicional observase una conducta censurable, desfavorablemente
informada por la Autoridad local gubernativa, la Guardia Civil y la Organización de
F.E.T. y de las J.O.N.S.
Art. 2º. Los reclusos puestos en libertad condicional por virtud de lo dispuesto en
el artículo anterior no podrán residir en la misma localidad en donde residieron ante-
riormente, si así lo estimasen procedente y sin discrepancia la Autoridad gubernativa
local, la Guardia Civil y la Jefatura Local de F.E.T. y de las J.O.N.S.
Art. 3º. En lo sucesivo, a medida que los reclusos vayan cumpliendo la edad de
sesenta años y concurran en ellos las demás condiciones expresadas en el art. 1º,
podrán solicitar la aplicación de los beneficios que les otorga la presente disposición.
A los expedientes de libertad condicional de los reclusos que han cumplido sesen-
ta años de edad es preciso acompañar certificación de nacimiento legalizado de los
mismos.
Para evitar consultas dirigidas este Patronato, particípole que beneficio libertad
condicional [de sexagenarios] concedido Decreto 5 de abril último y arts. 2º y 3º Ley
4 mes actual, es acumulable redención por el trabajo.
– 241 –
Anexos
Art. 7.º Por razón del sexo, los Establecimientos Penitenciarios se clasificarán en
Centrales de Hombres y Centrales de Mujeres.
CENTRALES DE HOMBRES
Primero. Por razón de la eficacia del tratamiento penitenciario, se estatuye: La
Prisión Central de Observación.
Segundo. Por razón de la naturaleza del delito, se establecen: La Prisión Central
de Político-Sociales y las Prisiones Centrales de Delito Común.
Estas últimas, a su vez. se dividen en Centrales para delitos contra la
propiedad y Centrales para delitos contra las personas.
Tercero. Por razón de la edad del sujeto, las Centrales comunes serán las siguientes:
a) Centrales de Jóvenes hasta veinticinco años, como Instituciones educadoras.
b) Centrales de Adultos hasta los treinta y dos años, como Instituciones refor-
madoras.
c) Centrales de Edad Madura hasta los sesenta años, como Instituciones correc-
toras. Estas dos últimas serán : De tipo industrial (Centrales Industriales), y
de tipo agrícola (Colonias Agrícolas Penitenciarias).
d) Asilos Penitenciarios de Ancianos de más de sesenta años, como
Instituciones asiladoras.
Cuarto. Por razón de la disposición del sujeto al tratamiento penitenciario, se
crean como Prisiones Especiales:
a) Central de Multirreincidentes, como Institución de defensa social.
b) Central de Inadaptados, como Institución represiva.
Quinto. Por razón de salud, se establecerán:
a) Hospitales Penitenciarios.
b) Sanatorios Penitenciarios Antituberculosos.
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 243 –
Anexos
Para la concesión del bagaje de referencia, será en todo caso necesario certificado
del Médico del Establecimiento, que se unirá a la cuenta mencionada.
Los Directores y Jefes de las Prisiones cuidarán de que los reclusos que hayan de
ser conducidos por ferrocarril no lleven equipaje superior a 15 kilos de peso, o a los
que en todo caso se admitan con el billete. El importe de los servicios anteriormente
detallados, se cargará en la cuenta de obligaciones, concepto "transportes y socorros
de marcha".
Art. 66.º Como excepción al artículo anterior149 las Juntas de Régimen y
Administración de las Prisiones deberán formular expediente de libertad condicional
adaptándose a las normas del artículo 68 de este Reglamento en favor de los penados
que, hallándose en Prisión, cumplan la edad de 70 años, cualesquiera que sea el tiem-
po de condena que les haya sido impuesta y el que lleve en Prisión extinguido.
El Patronato Central de Nuestra Señora de la Merced, atendidas las circunstancias
que en cada caso concurran podrá o no proponer al Gobierno el otorgamiento de
dichos beneficios a tales penados.
Art. 328.º Los ancianos desde los sesenta años y por la sola razón de su edad, se
considerarán en todas las Prisiones como enfermos a los efectos de su alimentación,
conforme a lo establecido en los artículos precedentes. Si por su estado de salud no
precisasen causar estancia en la enfermería, se habilitará un departamento contiguo o
anexo a la misma, en el cual habrán de ser alojados y recibir sus comidas, sin perjui-
cio del régimen general que para los mismos se establezca.
Art. 7º. Por razón del sexo, los Establecimientos Penitenciarios se clasificarán en
Centrales de Hombres y Centrales de Mujeres.
CENTRALES DE HOMBRES
Tercero. Por razón de la edad del sujeto, las Centrales comunes serán las siguientes:
d) Asilos Penitenciarios de Ancianos de más de sesenta años, como
Instituciones asiladoras.
Art. 14.º Serán destinados a los Asilos Penitenciarios de Ancianos todos los pena-
dos de cualquier clase y circunstancias que fueren, que hubieren cumplido 60 años de
edad, bien al pronunciarse la sentencia o bien durante la extinción de su condena en
cualquiera de las Prisiones Provinciales o Centrales, atendiendo a los efectos de la
edad, no sólo al cómputo matemático, sino al fisiológico.
149
Art. 65.º La libertad condicional podrá concederse como último período de la condena, con arreglo a lo precep-
tuado en el artículo 98 y siguientes del Código Penal, a los penados sentenciados a más de un año de privación de liber-
tad, hayan extinguido las tres cuartas partes de su condena y se hallen en el tercer período, bien por extinción natural o
en conexión con la redención de penas, sean acreedores a dicho beneficio por pruebas evidentes de intachable conduc-
ta y ofrezcan garantías de hacer vida honrada en libertad como ciudadanos pacíficos y laboriosos.
– 244 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
150
Art. 65. º La libertad condicional podrá concederse como último período de la condena, con arreglo a lo precep-
tuado en el artículo 98 y siguientes del Código Penal, a los penados sentenciados a más de un año de privación de liber-
tad, hayan extinguido las tres cuartas partes de su condena y se hallen en el tercer período, bien por extinción natural o
en conexión con la redención de penas, sean acreedores a dicho beneficio por pruebas evidentes de intachable conduc-
ta y ofrezcan garantías de hacer vida honrada en libertad como ciudadanos pacíficos y laboriosos.
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Anexos
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Artículo 1º. Los Médicos Jefes de los Servicios Sanitarios de las Prisiones
Centrales y Provinciales procederán a examinar, con arreglo a las normas de explora-
ción médica, a los penados que sin haber cumplido los sesenta años de edad pudieran
conceptuarse como sexagenarios fisiológicos, y si hubiese lugar a ello redactarán una
Ficha clínica personal y por duplicado en la que, además de las circunstancias indivi-
duales, se consignarán los datos concretos por los que se obtuvo aquel resultado y las
elevarán a la Dirección del Establecimiento.
Artículo 2º. Los Directores de las mismas Prisiones remitirán a la Sección de
Clasificación de este Centro Directivo, en el término de ocho días, una relación nomi-
nal de los penados de sesenta años cumplidos, en la que harán constar la pena impues-
ta, fecha en que dejarán extinguidas las tres cuartas partes de la misma y fecha del
cumplimiento total de la condena.
Juntamente, remitirán a la misma Sección otra relación nominal de los penados
sexagenarios fisiológicos, con iguales datos, y adjuntarán los duplicados en las fichas
clínicas, dejando los originales unidos al expediente de los penados.
Artículo 3º. En lo sucesivo, los Médicos de las Prisiones Provinciales efectuarán
el mismo examen de exploración médica sobre todos los individuos que vayan sien-
do condenados y que igualmente pedan considerarse como sexagenarios fisiológicos,
y los Directores de estas Prisiones, al remitir a la Sección de Clasificación la Hoja de
condena que establece el artículo 23 del Reglamento de los Servicios, para ulterior
destino del condenado, unirán a la misma, cuando hubiere lugar, el duplicado de la
Ficha clínica que acredite al penado como sexagenario fisiológico, y dejarán igual-
mente la original unidad al expediente del interesado.
Artículo 4º. En las conducciones de penados sexagenarios fisiológicos al Instituto
Geriátrico, se completará la documentación que previene el artículo 24 del
Reglamento, con una copia certificada de la Ficha clínica de exploración que al efec-
tuarse ésta quedó unida al expediente del propio condenado.
Artículo 5º. Tan pronto como tengan ingreso los penados en el Instituto Geriátrico,
el Servicio Médico del mismo efectuará la comprobación de todos los datos y condi-
– 247 –
Anexos
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 249 –
Anexos
151
Artículo 53º.- El cuarto período penitenciario lo pasarán los penados en situación de libertad condicional, con
arreglo a lo dispuesto en el artículo 98 del Código Penal.
Los requisitos necesarios para la concesión de este beneficio son los siguientes :
1.º Que se trate de penados sentenciados a más de un año de privación de libertad.
2.º Que el penado se encuentre en el tercer período de la condena, habiendo extinguido las tres cuartas partes de la
misma.
3.º Que el penado sea acreedor a dicho beneficio por las pruebas evidentes de intachable conducta y ofrezca garan-
tías de hacer vida honrada en libertad como ciudadano pacifico y laborioso.
4.º Que el penado se halle en posesión de la instrucción elemental y educación mínima religiosa.
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 251 –
Anexos
ORIOL
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
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Anexos
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Art. 54º. Se agregará el siguiente párrafo: "Igual sistema se seguirá cuando, según
el informe médico, se trate de enfermos muy graves, con padecimientos incurables".
Artículo 11.
Los establecimientos especiales son aquellos en los que prevalece el carácter asis-
tencial y serán de los siguientes tipos:
a) Centros hospitalarios.
b) Centros psiquiátricos.
c) Centros de rehabilitación social, para la ejecución de medidas penales, de
conformidad con la legislación vigente en esta materia.
Artículo 16.
Cualquiera que sea el centro en el que tenga lugar el ingreso, se procederá, de
manera inmediata, a una completa separación, teniendo en cuenta el sexo, emotivi-
dad, edad, antecedentes, estado físico y mental y respecto de los penados, las exigen-
cias del tratamiento.
En consecuencia:
d) Los que presenten enfermedad o deficiencias físicas o mentales estarán sepa-
rados de los que puedan seguir el régimen normal del establecimiento.
Artículo 37.
– 255 –
Anexos
Disposición derogatoria.
Quedan derogados los títulos 1.º y 2.º152 y capítulo VI del título 3.º del Reglamento
de los Servicios de Prisiones aprobado por Decreto de 2 de febrero de 1956, así como
siguientes disposiciones modificadoras o complementarias del mismo: Decreto
2705/1964, de 27 de julio, Decreto 162/1968, de 25 de enero; Decreto 1864/1975 de
17 de julio y Real Decreto 2273/1977, de 29 de julio y cualquier otra disposición de
igual o inferior rango que se oponga a lo establecido en este Reglamento.
Artículo 60.
1. Cuando, después de pronunciada sentencia firme, se aprecie en el penado una
situación duradera de trastorno mental grave que le impida conocer el sentido
de la pena, el Juez de Vigilancia Penitenciaria suspenderá la ejecución de la
pena privativa de libertad que se le hubiera impuesto, garantizando que reciba
la asistencia médica precisa, para lo cual podrá decretar la imposición de una
medida de seguridad privativa de libertad de las previstas en este Código que
no podrá ser, en ningún caso, más gravosa que la pena sustituida. Si se tratase
de una pena de distinta naturaleza, el Juez de Vigilancia Penitenciaria aprecia-
rá si la situación del penado le permite conocer el sentido de la pena y, en su
caso, suspenderá la ejecución imponiendo las medidas de seguridad que estime
necesarias.
El Juez de Vigilancia comunicará al ministerio fiscal, con suficiente antelación,
la próxima extinción de la pena o medida de seguridad impuesta, a efectos de lo
previsto por la disposición adicional primera de este Código.
152
Por tanto se derogan explícitamente los arts. 1-327 del Reglamento de los Servicios de Prisiones de 1956: todas
las alusiones al Instituto Geriátrico Penitenciario.
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 257 –
Anexos
Artículo 92.
153
Artículo 90
1. Se establece la libertad condicional en la pena privativa de libertad para aquellos sentenciados en quienes con-
curran las circunstancias siguientes:
a) Que se encuentren en el tercer grado de tratamiento penitenciario.
b) Que se hayan extinguido las tres cuartas partes de la condena impuesta.
c) Que hayan observado buena conducta y exista respecto de los sentenciados un pronóstico individualizado y
favorable de reinserción social, emitido en el informe final previsto en el art. 67 de la Ley Orgánica General
Penitenciaria.
No se entenderá cumplida la circunstancia anterior si el penado no hubiese satisfecho la responsabilidad civil deri-
vada del delito en los supuestos y conforme a los criterios establecidos por el art. 72.5 y 6 de la Ley Orgánica General
Penitenciaria.
Asimismo, en el caso de personas condenadas por delitos de terrorismo de la sección segunda del capítulo V del
título XXII del libro II de este Código, o por delitos cometidos en el seno de organizaciones criminales, se entenderá
que hay pronóstico de reinserción social cuando el penado muestre signos inequívocos de haber abandonado los fines
y los medios de la actividad terrorista y además haya colaborado activamente con las autoridades, bien para impedir la
producción de otros delitos por parte de la banda armada, organización o grupo terrorista, bien para atenuar los efectos
de su delito, bien para la identificación, captura y procesamiento de responsables de delitos terroristas, para obtener
pruebas o para impedir la actuación o el desarrollo de las organizaciones o asociaciones a las que haya pertenecido o
con las que haya colaborado, lo que podrá acreditarse mediante una declaración expresa de repudio de sus actividades
delictivas y de abandono de la violencia y una petición expresa de perdón a las víctimas de su delito, así como por los
informes técnicos que acrediten que el preso está realmente desvinculado de la organización terrorista y del entorno y
actividades de asociaciones y colectivos ilegales que la rodean y su colaboración con las autoridades.
2. El juez de vigilancia, al decretar la libertad condicional de los penados, podrá imponerles motivadamente la
observancia de una o varias de las reglas de conducta o medidas previstas en los arts. 83 y 96.3 del presente Código.
Artículo 91
1. Excepcionalmente, cumplidas las circunstancias de los párrafos a) y c) del apartado 1 del artículo anterior, y
siempre que no se trate de delitos de terrorismo de la sección segunda del capítulo V del título XXII del libro II de este
Código, o cometidos en el seno de organizaciones criminales, el juez de vigilancia penitenciaria, previo informe del
Ministerio Fiscal, Instituciones Penitenciarias y las demás partes, podrá conceder la libertad condicional a los senten-
ciados a penas privativas de libertad que hayan extinguido las dos terceras partes de su condena, siempre que merezcan
dicho beneficio por haber desarrollado continuadamente actividades laborales, culturales u ocupacionales.
2. A propuesta de Instituciones Penitenciarias y previo informe del Ministerio Fiscal y de las demás partes, cum-
plidas las circunstancias de los párrafos a) y c) del apartado 1 del artículo anterior, el juez de vigilancia penitenciaria
podrá adelantar, una vez extinguida la mitad de la condena, la concesión de la libertad condicional en relación con el
plazo previsto en el apartado anterior, hasta un máximo de 90 días por cada año transcurrido de cumplimiento efectivo
de condena, siempre que no se trate de delitos de terrorismo de la sección segunda del capítulo V del título XXII o
cometidos en el seno de organizaciones criminales. Esta medida requerirá que el penado haya desarrollado continuada-
mente las actividades indicadas en el apartado anterior y que acredite, además, la participación efectiva y favorable en
programas de reparación a las víctimas o programas de tratamiento o desintoxicación, en su caso.
– 258 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 259 –
Anexos
– 260 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
ANEXO II.
RESULTADO DE LAS VISITAS A SEGOVIA Y ALMERÍA
– 261 –
Anexos
| J.F.T. tuvo mejor suerte. Condenado a dos penas de 3-6-21 por abusos des-
honestos y a una pena de 1-8-21 por lesiones graves el 26.7.1934, tenía en
el momento del ingreso en el Hospital y Asilo 61 años. Su yerno, en sendas
cartas con el membrete de "El Pueblo Gallego" (Órgano de Falange
Española de las JONS) dirigidas al Director del Hospital Asilo Penitenciario
hace gestiones para obtener la libertad condicional que al fin le llega el
2.6.1938.
– 262 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
1968
Expedientes analizados: 28
Reclusos con edad igual o superior a 60 años: 8
Reclusos entre 50-59 años: 3
Reclusos entre 26-49 años: 9
Reclusos con edad igual o inferior a 25 años: 8
1973
Expedientes analizados: 18
Reclusos con edad igual o superior a 60 años: 4
Reclusos entre 50-59 años: 2
Reclusos entre 26-49 años: 7
Reclusos con edad igual o inferior a 25 años: 5
– 263 –
Anexos
1979
Expedientes analizados: 39
Reclusos con edad igual o superior a 60 años: 3
Reclusos entre 50-59 años: 2
Reclusos entre 26-49 años: 15
Reclusos con edad igual o inferior a 25 años: 19
1980
Expedientes analizados: 34
Reclusos con edad igual o superior a 60 años: 4
Reclusos entre 50-59 años: 2
Reclusos entre 26-49 años: 14
Reclusos con edad igual o inferior a 25 años: 14
1981
Expedientes analizados: 90
Reclusos con edad igual o superior a 60 años: 1
Reclusos entre 50-59 años: 9
Reclusos entre 26-49 años: 39
Reclusos con edad igual o inferior a 25 años: 41
1982:
Expedientes analizados: 37
Reclusos con edad igual o superior a 60 años: 1
Reclusos entre 50-59 años: 1
Reclusos entre 26-49 años: 12
Reclusos con edad igual o inferior a 25 años: 23
– 264 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 265 –
Anexos
– 266 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 267 –
Anexos
ANEXO III.
1.1.- Francia.
1.2.- Alemania.
En Alemania la libertad condicional puede ser acordada cuando hayan sido cum-
plida 2/3 partes de la pena o la mitad en el caso de los delincuentes primarios conde-
nados a penas que no excedan de dos años; en el supuesto de penados a condenas per-
petuas, cuando menos han de haberse purgado 15 años.
Para aprobar este beneficio penitenciario se tendrán en cuenta: la personalidad del
condenado, sus antecedentes, su conducta durante la reclusión, condiciones de vida y
circunstancias del ilícito. No se alude, entre los factores a tener en cuenta, ni la edad
ni el estado de salud.
154
Cfr. SÉNAT: La libération des détenus âgés, Les documents de travail du Sénat-Legislation comparée, Núm. LC
98, novembre 2001.
– 268 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
1.3.- Bélgica.
En Bélgica la liberación condicional puede ser reconocida a los reclusos que hayan
cumplido la tercera parte de la pena, siempre que exceda de cumplir un tiempo no
inferior a tres meses. En el caso de penados reincidentes también pueden beneficiar-
se de esta medida, pero en tal caso se requerirá que hayan cumplido las 2/3 partes de
la pena, sin que la duración de ésta sea inferior a seis meses ni superior a 14 años.
La Ley que regula esta institución, de 5 de marzo de 1998, exige que el condena-
do presente un programa en el que se manifieste "su voluntad y esfuerzo de reinser-
ción social" y no concurran contraindicaciones para la llevanza del mismo que pue-
dan comportar un serio riesgo para la sociedad.
En ningún caso hace mención la legislación belga ni a la edad ni al estado de salud
como factores a tener en cuenta en la libertad condicional.
1.4.- Dinamarca.
– 269 –
Anexos
1.5.- Italia.
– 270 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 271 –
Anexos
ma, antes, muchísimo antes de que la Ciencia penal lo formulara. Aquella plaza
fuerte, admirablemente dotada de condiciones naturales de seguridad y sometida
a un régimen militar inexorable, levantada ha sido en gran parte, desde hace cua-
tro siglos, por el trabajo de los penados; y desde entonces acá, allí vive, en cre-
ciente desarrollo, la colonia penitenciaria, prestando valiosísimos servicios, tanto
en las continuas relaciones de la vida ordinaria, como en aquellos casos excep-
cionales en que ha sido preciso arriesgar la existencia para defenderse de extran-
jeras agresiones. La población libre, compuesta en su mayoría de militares,
empleados y clérigos, lejos de oponerse al fomento de las industrias presidiales,
en otras épocas allí muy florecientes, ha tenido siempre interés en estimularlas,
como lo tiene en contribuir, por todos los demás medios, a la prosperidad y a la
ordenada marcha del Establecimiento penal que, por otra parte, cuenta, merced a
las especiales condiciones topográficas de la ciudad, con las mayores facilidades
de lograr, en abundancia y a escaso precio, las primeras materias para el trabajo".
En este contexto es en el que surge precisamente la práctica de la libertad condi-
cional:
"La labor insustituible del tiempo, mediante la repetición de continuas experien-
cias, ha venido produciendo en aquella parte de la costa de Africa un organismo
especial que afecta el carácter de verdadera ciudad penitenciaria, muy superior
en su conjunto a los diversos institutos, artificialmente forjados en otros países,
para la práctica del sistema irlandés. Ningún centro tan propicio como éste para
apreciar, hasta en sus menores fluctuaciones, el accidentado proceso que suele
seguir el criminal antes de dejar de serlo, y el gradual acomodamiento de sus
actos a los preceptos de la moral y de las leyes".
El régimen penitenciario que se seguía en Ceuta es descrito en esta Exposición de
Motivos en los siguientes términos:
"En cuanto al cumplimiento de las condenas, se establecen con regularidad los cua-
tro períodos que requiere un plan razonadamente correccional: uno celular, de pre-
paración, en el que sólo se comunique el penado con los funcionarios del
Establecimiento y con las Sociedades benéficas; el segundo, dedicado a la instruc-
ción, con asistencia a la escuela y trabajo en común, bien en los talleres, bien en
las obras públicas; el tercero, de carácter intermedio, equivalente al llamado de
cañón a cañón155, en el cual se acentúa el tránsito, merced al trabajo libre en la ciu-
dad o en el campo, permitido durante una parte del día; y el último, señalado por
la libertad de circulación del recluso dentro de la colonia, de modo que le sea
dable aplicarse sin restricciones al oficio que elija, con tal de someterse a las reglas
disciplinarias establecidas para el orden y gobierno del Instituto penitenciario".
Como ya se ha dicho, lo que viene a hacer el Real Decreto de 23 de diciembre de
1889 es plasmar, en un texto jurídico, una práctica que ya venía llevándose a cabo en
la colonia penitenciaria de Ceuta. Concretamente en el art. 8º de esta norma regla-
mentaria se dice:
155
En esta fase los condenados salían a trabajar a la ciudad con el disparo de cañón de la mañana y se retiraban al
establecimiento penitenciario por la tarde con la misma señal; TEBAR VILCHES, Beatriz: El modelo de libertad con-
dicional español, Tesis Doctoral, Universidad Autónoma de Barcelona (Bellaterra), octubre 2004, p. 29.
– 272 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
"Art. 8º. El cuarto período será de circulación libre dentro del ámbito de la colo-
nia. Los penados podrán dedicarse en él a los oficios que prefieran y pernoctar
en el lugar que se les designe, fuera de los edificios penitenciarios, con la obliga-
ción de presentarse en ellos cuando fuesen llamados, y periódicamente, cada
siete o quince días, para pasar la revista y suscribir las listas de presencia".
La duración de los períodos de cumplimiento en Ceuta eran los señalados en el art.
9 del Real Decreto citado156 y el medio de progresión consistía en los llamados "vales
de conducta"157, lejano antecedente del luego llamado modelo conductista.
Iniciado el siglo XX hubo una propuesta de supresión de las colonias penitencia-
rias de Ceuta y Melilla, lo que habría de comportar el traslado de la población reclu-
sa a la Península. Ello, como es obvio, supondría la eliminación de un sistema pro-
gresivo que había dado excelentes resultados y que daba un beneficioso trato a los
penados. En la Península no existía régimen alguno de cumplimiento de las penas en
condiciones de libertad o semilibertad. Para evitar tales inconvenientes fue promul-
gado el Real Decreto de 22 de octubre de 1906 (Gaceta de 23 de octubre), cuyos arts.
1º dispuso:
"Art. 1º. Al procederse a la supresión de los presidios penales existentes en los
presidios militares de la costa septentrional de África, continuarán residiendo en
Ceuta158, si así lo desean y si reúnen las condiciones que en este Real decreto se
exigen, los penados que se hallen en el cuarto período, ó de circulación libre,
definido en el art. 8.º del R.D. de 23 de Diciembre de 1889.
Art. 2º. También podrán ser comprendidos en lo dispuesto en el artículo anterior
los penados que reúnan señaladas condiciones y se hallen comprendidos en el ter-
cer período, 'de naturaleza intermediaria', definido en el art. 7.º del mencionado
Real decreto".
El régimen a que estaban sometidos los llamados "libertos" es el que contempla el
art. 8 del Real Decreto referenciado159.
156
"Art. 9º. La duración normal del segundo, tercero y cuarto período serán iguales; y cada uno representará, por
lo tanto, la tercera parte del tiempo total de la condena, después de descontada la duración del primer período. En el
momento de transcurrir éste se hará la distribución del tiempo entre los tres períodos restantes".
157
"Art. 10. El medio de progresión consistirá en la ganancia de vales de conducta. El progreso se graduará con
sujeción a las siguientes reglas:
I. Cada día de cumplimiento de condena representa un vale.
II. Todo penado con su conducta normal, que no merezca ni premio ni castigo, ganará un vale diario.
III.Con su conducta excepcional, acreedora a premio o a castigo, podrá además ganar nuevos vales o perder los
adquiridos, apresurando o retardando su tránsito al período siguiente.
IV. Para pasar de un período a otro será preciso justificar un número de vales igual al número de días del período
en que se encuentre el penado.
V. En cuanto, por su conducta, deje de tener completo el penado el número de vales que ha sido necesario para
pasar al período en que se halle, retrocederá forzosamente al anterior".
158
El art. 3º de este Real Decreto extendió este régimen a Melilla: "Por analogía y para los fines señalados en los
artículos anteriores, se aplicarán las mismas disposiciones á los penados existentes en Melilla".
159
"Art. 8.º La concesión de residencia en Ceuta ó en Melilla será la fórmula que se emplee el los Reales decretos
en que se conceda esta forma de libertad condicional, atenidos en toda ocasión á las siguientes condiciones:
1ª Residencia en la Ciudad ó en los puntos donde tuviere que prestar sus servicios, considerándose como caso de
trasgresión cualquiera infracción de este precepto.
2ª Obligación de presentarse á la autoridad gubernativa en los períodos que ésta señalase y siempre que para ello
fuese requerido.
– 273 –
Anexos
3ª Obligación de acudir para sus reclamaciones y gestiones al Patronato de libertos, y también cuando éste lo cita-
se para hacerle advertencias respecto de su proceder.
4ª Buen comportamiento en sus relaciones sociales, con absoluta prohibición de concurrir á tabernas y lugares sos-
pechosos".
160
TEBAR VILCHES, Beatriz: El modelo de libertad condicional español, op. cit., p. 30.
161
Por Real Decreto de 12 de mayo de 1914 (Gaceta, 15 de mayo) el Ministro de Gracia y Justicia, Javier González
de Castejón el Rey autorizó la presentación de un Proyecto de Ley sobre libertad condicional. En dicho Real Decreto
se pone precisamente de relieve la experiencia de las colonias de Ceuta y Melilla.
162
Como recuerda Renart tras Francia la libertad condicional se introduce en Portugal 1861; en Alemania por el
Código Penal de 31 de mayo de 1870; en Suiza por Ley de 16 de enero de 1871; en Dinamarca por la Ordenanza de 13
de febrero de 1873; en Bélgica mediante Ley de 31 de mayo de 1888; en Italia por el Código Penal de 1889; en Noruega
por Ley de 31 de mayo de 1900 y en Suecia por Ley de 22 de junio de 1906; RENART GARCÍA, Felipe: La libertad
condicional: nuevo régimen jurídico, Edisofer, Madrid, 2003, p. 30, nota 8.
163
En Francia fue establecida por la Orden Ministerial de 3 de diciembre der 1832 para menores, extendiéndose
luego a adultos por las leyes de 1850 y 1855. Vid. PRADEL, J.: Histoire des doctrines pénales, París, 1981, pp. 61 y
ss.; YAHIAOUI, R.: "La procedure de libération conditionnelle", Revue Pénitentiaire et de Droit Pénal, núms. 1-2,
París, 1998, pp. 27 y ss.
164
El desarrollo reglamentario tuvo lugar en los arts. 36 y 37 del Reglamento de Servicios de Prisiones de 24 de
diciembre de 1928 primero, y en los arts. 46-69 del Reglamento del Servicio de Prisiones de 14 de noviembre de 1930,
después.
165
Cfr. sobre la evolución legislativa de la libertad condicional, RENART GARCÍA, Felipe: La libertad condicio-
nal, op. cit., pp. 37 y ss.
– 274 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
166
Recuerda Vega Alocén que el indulto otorgado mediante el Decreto de 1931 es una "aclaración y complemento
del de indulto general, fecha 8 del corriente mes, inserto en la Gaceta de Madrid de 9 del mismo" el cual estaba exclu-
sivamente motivado por razones de oportunidad política: "subrayar la importancia histórica de la labor realizada por las
Cortes Constituyentes españolas dando cima a la obra de redacción de la Constitución y celebrar, al mismo tiempo…
la elección del primer Presidente de la República". VEGA ALOCÉN, Manuel: "Supuestos excepcionales de la libertad
condicional: los septuagenarios y los enfermos incurables; una solución legal equivocada", Cuadernos de Derecho
Penitenciario, núm. 6, Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, 1999, p. 11. El Decreto estableció textualmente:
"En aclaración y complemento del de indulto general, fecha 8 del corriente mes, inserto en la GACETA DE
MADRID de 9 del mismo, como Presidente del Gobierno de la República, de acuerdo con éste y a propuesta del
Ministro de Justicia, Vengo en decretar lo siguiente:
Primero. Se concede indulto del resto de la pena que les falte por extinguir a los penados que tuvieren cumplidos
setenta años de edad el día 9 del mes actual, en que se publicó el referido indulto".
167
JIMÉNEZ DE ASÚA, Luis: El Código Penal reformado de 27 de octubre de 1932 y leyes penales de la
República, Edit. Reus, Madrid, 1934, p. 246.
168
Requisitos a los que hacen mención el art. 174 del CP de 1928 y el art. 46 del Reglamento de los Servicios de
Prisiones del 14 de noviembre de 1930.
169
VEGA ALOCÉN, Manuel: La libertad condicional en el derecho español, Civitas, Madrid, 1ª edic., 2001, pp.
171-172.
– 275 –
Anexos
mente alimentó una cierta polémica -que luego se reproduciría en relación al art. 60
del Reglamento Penitenciario de 1981, como luego se verá- en torno a la legalidad o
no del Decreto, precisamente por vulnerar el principio de jerarquía normativa.
A fin de agilizar los trámites administrativos correspondientes, la Orden
Ministerial de 19 de diciembre de 1931 (Gaceta, 20 de diciembre) dispuso la antici-
pación de las propuestas de libertad condicional, "en consideración a las próximas
fiestas de primero de año".
La libertad condicional de los septuagenarios también es objeto de regulación en
el art. 66 del Reglamento de los Servicios de Prisiones de 5 de marzo de 1948170, aun-
que ahora se exigirá a tales reclusos el cumplimiento de todos los requisitos -excep-
to el de haber extinguido las ¾ partes de la condena, con lo que se incluye el encon-
trarse en el tercer período de tratamiento-.
Nuevamente se regulará la libertad condicional por razón de edad en el art. 54 del
Reglamento de los Servicios de Prisiones de 1956 que textualmente señalaba:
"No obstante lo dispuesto en el artículo anterior, los sentenciados que hubieren
cumplido la edad de setenta años, o la cumplan durante la extinción de su conde-
na171, habiendo dado pruebas de intachable conducta y ofreciendo garantías de
hacer vida honrada en libertad, podrán ser propuestos para la concesión del bene-
ficio de libertad condicional, cualquiera que sea el período de tratamiento en que
se encuentren y el tiempo que lleven extinguido de sus penas respectivas".
Se vuelve pues a la no exigencia de estar en el tercer período de tratamiento que
ya había postulado el Decreto de 1932.
El Decreto 3096/1973, de 14 de septiembre, por el que se publica el Código Penal,
texto refundido conforme a la Ley 44/1971, de 15 de noviembre, recogía los requisi-
tos de la libertad condicional en los siguientes términos:
"Artículo 98
Se establece la libertad condicional para los sentenciados a más de un año de pri-
vación de libertad en quienes concurran las siguientes circunstancias:
1ª) Que se encuentren en el último período de condena.
2º) Que hayan extinguido las tres cuartas partes de ésta.
3º) Que merezcan dicho beneficio por su intachable conducta, y
4º) Que ofrezcan garantías de hacer vida honrada en libertad".
La reforma de llevada a cabo por Real Decreto de 29 de julio de 1977 del enton-
ces vigente Reglamento Penitenciario introdujo la modalidad de libertad condicional
por razón grave e incurable (introduciendo un segundo párrafo en el art. 54 RSP).
170
Precepto que se contempla como excepción del art. 65 que regulaba la libertad condicional; VEGA ALOCÉN,
Manuel: La libertad condicional en el derecho español, op. cit., p. 172.
171
El art. 66 del Reglamento Penitenciario de 5 de marzo de 1948 se refería exclusivamente a los "penados que
hallándose en prisión cumplan la edad de setenta años".
– 276 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
172
"Artículo 58. Los penados que hayan cumplido las tres cuartas partes de la condena y reúnan los requisitos que
se relacionan en el art. 98 del Código Penal, cumplirán el último período de aquella en situación de libertad condicional".
"Artículo 59. Para el cómputo de las tres cuartas partes de la pena, se tendrán en cuenta las siguientes normas:
a) El tiempo de condena que fuera objeto de indulto se rebajará al penado del total de la pena impuesta, a los efec-
tos de aplicar la libertad condicional, procediendo como si se tratara de una nueva pena de inferior duración.
b) De la misma forma se procederá respecto a los beneficios penitenciarios que supongan acortamiento de la condena.
c) Cuando el penado sufra dos o más condenas de privación de libertad, la suma de las mismas será considerada
como una sola condena a efectos de aplicación de la libertad condicional. Si dicho penado hubiera sido objeto
de indulto, se sumará igualmente el tiempo indultado en cada una para rebajarla de la suma total.
d) Se tendrá en cuenta, en su caso, lo dispuesto en el art. 256 respecto al beneficio de adelantamiento de la liber-
tad condicional".
173
MANZANARES SAMANIEGO, José Luis: Individualización científica y libertad condicional, Centro de
Publicaciones del Ministerio de Justicia, Madrid, 1984, p. 78 ("la ilegalidad de la regulación reglamentaria resulta noto-
ria desde el momento en que… se prescinde del requisito consistente en que se haya extinguido las tres cuartas partes
de la condena"); ASENCIO CANTISÁN, Heriberto: "Algunas consideraciones en torno a la libertad condicional", La
Ley, 1989-I, p. 1004, consideró que el art. 6 de la Ley Orgánica del Poder Judicial obligaba a la inaplicación del art. 60
del Reglamento Penitenciario por razones de legalidad; VEGA ALOCÉN, Manuel: La libertad condicional en el dere-
cho español, op. cit., pp. 174-175.
174
ASENCIO CANTISÁN, Heriberto: "Algunas consideraciones en torno a la libertad condicional", Poder Judicial,
núm. Especial III, IV Reunión de Jueves de Vigilancia Penitenciaria, Madrid 9-12 de marzo de 1988, p. 82.
175
ASENSIO CANTISÁN, Heriberto: "Algunas consideraciones en torno a la libertad condicional", La Ley, 1989-I,
p. 1000 (además de entender evidente la ilegalidad del precepto consideraba que en virtud del art. 6 LOPJ no era aplica-
ble) y GONZÁLEZ CANO, Isabel: La ejecución de la pena privativa de libertad, Tirant lo Blanch, Valencia, 1985, p. 243.
176
Lo primero constatado por SÁNCHEZ YLLERA, Ignacio: La libertad condicional. Cuestiones prácticas de su
aplicación, VI Reunión de JVP, Madrid, 1994, p. 153. La Consulta de la Fiscalía General del Estado entendía que el
Ministerio Fiscal podía seguir informando en sentido positivo las solicitudes de libertad condicional de "los interesados
[que] sean enfermos graves e irrecuperables, pero no de modo automático, sino con carácter singular y concurriendo
los requisitos… requeridos por el art. 60 del Reglamento Penitenciario, aunque no se haya cumplido aún lo previsto en
el art. 98.2 del Código Penal".
– 277 –
Anexos
Vega Alocén181 describe dos posibles conceptos -que el mismo reconoce son anta-
gónicosde este modelo de libertad condicional (que incluye a septuagenarios y enfer-
mos graves):
- El oficial, remite a una consideración de la libertad condicional como una reduc-
ción por el JVP del tiempo de internamiento efectivo por razón de enfermedad
siempre que concurran el resto de los requisitos de la libertad condicional.
- El personal del autor, que considera que es una "institución que pretende reducir
el tiempo de duración de la pena privativa de libertad, por razones humanitarias
y de justicia material, al interno septuagenario y al enfermo terminal, para que
disfruten los últimos momentos de su vida en libertad junto a su familia".
Históricamente el fundamento de las primeras normativas sobre libertad condicio-
nal por razón de edad fue diverso. Así, el indulto general de 8 de diciembre de 1931
se basa en el deseo "[d]el Gobierno de la República [en] subrayar la importancia his-
tórica de la labor realizada por las Cortes Constituyentes españolas dando cima a la
obra de redacción de la Constitución y celebrar, al mismo tiempo, antes que ésta entre
en vigor, la elección del primer Presidente de la República". El Decreto de 10 de
177
SÁNCHEZ YLLERA, Ignacio: Comentarios al CP de 1995, VIVES ANTÓN, Tomás S. (Coord.), Tirant lo
Blanch, Valencia, 1996, p. 521.
178
BUSTOS RAMÍREZ, Juan: Manual de Derecho Penal. Parte General, PPU, Barcelona, 1994, p. 594.
179
En similares términos se manifiesta PRIETO RODRÍGUEZ, J.I.: "La libertad condicional en el Derecho Español
(I y II)", Actualidad Penal, 1990, Tomo I, p. 214.
180
SÁNCHEZ YLLERA, Ignacio: Comentarios al CP de 1995, op. cit., p. 521.
181
VEGA ALOCÉN, Manuel: La libertad condicional en el derecho español, op. cit., p. 181.
– 278 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
182
Además de lo anterior, según el apartado tercero del Decreto de 10 de diciembre de 1931: "Se concede indulto
total de las penas impuestas o que se impongan en causas instruidas por delitos cometidos con motivo de coacciones
electorales y realizados en las elecciones del 12 de Abril próximo pasado y posteriores".
183
SÁNCHEZ YLLERA, Ignacio: Comentarios al Código Penal de 1995, op. cit., p. 521.
184
VEGA ALOCÉN, Manuel: "Supuestos excepcionales de la libertad condicional: los septuagenarios y los enfer-
mos incurables; una solución legal equivocada", op. cit., p. 12 no obstante pone de relieve como el precedente históri-
co de la libertad condicional de septuagenarios -Decreto de 10 de diciembre de 1931 que es complemento y aclaración
del indulto general concedido por el Decreto de 8 de diciembre de 1931- no obedece a razones humanitarias, sino exclu-
sivamente políticas (la elección del primer Presidente de la República y la aprobación de la Constitución de 1931).
Recalca este autor el hecho contradictorio de que, por un lado se aluda a la relevancia del factor de la "debilidad física
y moral" del recluso aunque, por otro, se justifique la libertad condicional de los septuagenarios en que esta institución
ha tenido "favorables resultados".
185
AJVP Zaragoza 26.6.1992: "evitar que tales personas pasen sus últimos días en un medio penitenciario y aleja-
dos de su familia, y que lleguen a fallecer en el interior de los indicados centros". AJVP Cádiz-1, 17.11.1994: "se ins-
pira en razones humanitarias, más concretamente… para que el interno no muera en un Establecimiento Penitenciario".
– 279 –
Anexos
186
VEGA ALOCÉN Manuel: La libertad condicional en el derecho español, op. cit., p. 176 ; PRATS CANUT J M.
Comentarios al nuevo Código Penal, Aranzadi, Madrid, 1996.
187
El Auto se refiere a un tema militar penal. Y en el contexto del reconocimiento de la vigencia de la institución
de que aquí se trata en dicho ámbito, el Alto Tribunal pone de relieve el anclaje que aquella tiene en los arts. 10.1 y 15
de la Constitución:
"No es ocioso decir, en este momento, que la razón de humanidad que parece estar en la base de la norma regla-
mentaria que consideramos, de un lado, lleva a rechazar que la misma suponga una violación del principio de
jerarquía normativa puesto que, aun no estando respaldada por la L.O.G.P., lo está, sin duda alguna, por el A. 10.1
de la Constitución en el que la dignidad humana se proclama fundamento del orden político y de la paz social y
quizá por el A. 15 de la misma Norma que prohíbe las penas inhumanas; y obliga, de otro lado, a hacer un uso
temperado y prudente de la facultad que el precepto concede, ya que no sería legítimo, por contrario a la función
defensiva del Derecho Penal, confundir apresuradamente la inevitable dimensión aflictiva de la privación de liber-
tad, que puede acentuarse por 'inhumanidad'. Pero lo más importante es poner de manifiesto que dicha razón de
humanidad difícilmente permitiría, sin grave mengua del valor de la igualdad, que la anticipación de la libertad
condicional fuese posible -sólo posible- para los internos en establecimientos penitenciarios ordinarios que se
encontrasen en la mencionada situación y no lo fuese para los que, en trance similar, cumpliesen condena en esta-
blecimientos militares. Porque, aun siendo cierto que el Derecho Penal Militar, en términos generales, incorpora
una nota de mayor severidad, seguramente demandada por un principio de ejemplaridad plenamente congruente
con la trascendencia que la disciplina tiene para el mantenimiento de un Ejército cohesionado y eficaz, no lo es
menos que dicha severidad no puede llevarse a límites que pugnen con las exigencias de la dignidad humana".
188
VEGA ALOCÉN, Manuel: "Supuestos excepcionales de la libertad condicional: los septuagenarios y los enfer-
mos incurables; una solución legal equivocada", op.cit., p. 14.
189
Como recuerda la STC /1988, de 23 de febrero, citando el ATC 780/86: "el art. 25.2 CE no establece que la ree-
ducación y la reinserción social sean la única finalidad legítima de la pena privativa de libertad".
190
Los estándares del Comité para la Prevención de la Tortura y de las Penas o tratos inhumanos o degradantes han
puesto de relieve la inhumanidad que supone la permanencia en prisión en ciertos casos, como el de reclusos de mayor
edad. "CPT Standards (Rev 2006) Extract from the 3rd General Report [CPT/Inf (93) 12]:
"70. Typical examples of this kind of prisoner are those who are the subject of a short-term fatal prognosis, who
are suffering from a serious disease which cannot be properly treated in prison conditions, who are severely han-
dicapped or of advanced age. The continued detention of such persons in a prison environment can create an into-
lerable situation. In cases of this type, it lies with the prison doctor to draw up a report for the responsible autho-
rity, with a view to suitable alternative arrangements being made".
– 280 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Vega Alocén pone de manifiesto el importante error que supone utilizar la liber-
tad condicional para proceder a la excarcelación por razones humanitarias a los pena-
dos septuagenarios y a los enfermos muy graves e incurables, por varias razones191:
- Fue una elección superficial la que hizo el Decreto de 22 de marzo de 1932, ya
que la única razón que invoca para acudir a esta institución es la eficacia demos-
trada con su implantación (en los casos ordinarios, se entiende).
- Es patente la falta de adecuación entre el fin y el medio, pues mientras la liber-
tad condicional persigue la reeducación y reinserción social del penado, consti-
tuyendo la última fase del tratamiento penitenciario, en el caso de los septuage-
narios se pretende una finalidad, como acaba de decirse, humanitaria.
- Es una institución que no aporta una solución al problema de los reclusos sep-
tuagenarios, ya que no puede aplicarse a presos preventivos.
- Y, en fin, es una notable incongruencia y una disfunción exigir al penado ancia-
no (o enfermo terminal) el cumplimiento de los requisitos de la libertad condi-
cional: clasificación en tercer grado, buena conducta y pronóstico favorable de
reinserción.
Precisamente, por el carácter palpablemente humanitario de la medida, algunos
autores han reclamado que la excarcelación de septuagenarios tuviera la considera-
ción de medida de gracia, concediéndose por vía de indulto192.
De todas formas, como señala Vega Alocén, la razón "humanitaria" es ciertamen-
te abstracta, que requiere una mayor precisión. En este sentido tanto la jurispruden-
cia constitucional como la emanada del Tribunal Supremo han concretado tres ideas
básicas193:
- Es necesario evitar que el penado muera privado de libertad. La STC 48/1996,
de 25 de marzo, que referido a un caso de libertad condicional por enfermedad
grave estableció la siguiente doctrina, en su FJ 2º:
"La Constitución proclama el derecho a la vida y a la integridad, en su doble
dimensión física y moral (art. 15 CE). Soporte existencial de cualesquiera otros
derechos y primero, por ello, en el catálogo de los fundamentales tienen un carác-
ter absoluto y está entre aquellos que no pueden verse limitados por pronuncia-
miento judicial alguno ni por ninguna pena, excluidas que han sido de nuestro
ordenamiento jurídico la de muerte y la tortura, utilizada otrora también como
medio de prueba y prohibidos los tratos inhumanos y degradantes, incluso los tra-
bajos forzados. Por otra parte, la Administración penitenciaria no sólo ha de cum-
plir el mandato constitucional con una mera inhibición respetuosa, negativa pues,
sino que le es exigible una función activa para el cuidado de la vida, la integridad
corporal y, en suma, la salud de los hombres y mujeres separados de la sociedad
191
VEGA ALOCÉN Manuel: La libertad condicional en el derecho español, op. cit., p. 170.
192
ASENCIO CANTISÁN, Heriberto: "Algunas consideraciones en torno a la libertad condicional", Poder Judicial,
op. cit., p. 82; MANZANARES SAMANIEGO, José Luis: Individualización científica y libertad condicional, op. cit.,
p. 79 y del mismo autor "La libertad condicional y los beneficios penitenciarios", Fiscales de Vigilancia Penitenciaria,
Madrid, 1988, p. 72.
193
VEGA ALOCÉN Manuel: La libertad condicional en el derecho español, op. cit., pp. 184-186.
– 281 –
Anexos
– 282 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
2.3.1.- La normativa.
– 283 –
Anexos
a las que haya pertenecido o con las que haya colaborado, lo que podrá acre-
ditarse mediante una declaración expresa de repudio de sus actividades
delictivas y de abandono de la violencia y una petición expresa de perdón a
las víctimas de su delito, así como por los informes técnicos que acrediten
que el preso está realmente desvinculado de la organización terrorista y del
entorno y actividades de asociaciones y colectivos ilegales que la rodean y
su colaboración con las autoridades.
2. El juez de vigilancia, al decretar la libertad condicional de los penados, podrá
imponerles motivadamente la observancia de una o varias de las reglas de con-
ducta o medidas previstas en los arts. 83 y 96.3 del presente Código".
Por su parte el art. 92 del CP de 1995, en su redacción original194, afirmó:
"No obstante lo dispuesto en los artículos anteriores, los sentenciados que hubie-
ran cumplido la edad de setenta años, o la cumplan durante la extinción de la con-
dena, y reúnan los requisitos establecidos, excepto el haber extinguido las tres
cuartas partes de aquélla, o, en su caso, las dos terceras, podrán obtener la conce-
sión de la libertad condicional. El mismo criterio se aplicará cuando, según infor-
me médico, se trate de enfermos muy graves, con padecimientos incurables".
La introducción de este precepto dentro de una norma de rango legal, como es el
Código Penal, subsanó obviamente el problema de disparidad regulativa (legal/regla-
mentaria) anterior.
La Ley Orgánica 15/2003, de 25 de noviembre introdujo una importante modifi-
cación del art. 92 CP que queda como sigue:
"Artículo 92
1. No obstante lo dispuesto en los artículos anteriores, los sentenciados que hubie-
ran cumplido la edad de 70 años, o la cumplan durante la extinción de la con-
dena, y reúnan los requisitos establecidos, excepto el haber extinguido las tres
cuartas partes de aquélla o, en su caso, las dos terceras, podrán obtener la con-
cesión de la libertad condicional. El mismo criterio se aplicará cuando, según
informe médico, se trate de enfermos muy graves con padecimientos incurables.
2. Constando a la Administración penitenciaria que el interno se halla en cualquie-
ra de los casos previstos en los párrafos anteriores, elevará el expediente de
libertad condicional, con la urgencia que el caso requiera, al Juez de Vigilancia
Penitenciaria que, a la hora de resolverlo, valorará junto a las circunstancias
personales la dificultad para delinquir y la escasa peligrosidad del sujeto.
3. Si el peligro para la vida del interno, a causa de su enfermedad o de su avanza-
da edad, fuera patente, por estar así acreditado por el dictamen del médico
forense y de los servicios médicos del establecimiento penitenciario el Juez de
Vigilancia Penitenciaria podrá, previa en su caso la progresión de grado, auto-
rizar la libertad condicional sin más trámite que requerir al centro penitenciario
194
Indicar que el art. 31 del Real Decreto 1396/1992, 20 noviembre, que aprueba el Reglamento de los
Establecimientos Penitenciarios Militares recoge una regulación idéntica al 92 CP 1995.
– 284 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 285 –
Anexos
2.3.2.1.- Edad.
– 286 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Este requisito -afirma Vega Alocén197- pone de manifiesto la duda razonable que
existe al exigir al tercer grado de tratamiento cuando no existe una finalidad reeduca-
dora sino humanitaria. Además es una exigencia no constante en nuestros anteceden-
tes legislativos (no lo exige el Decreto de 1932, sí lo exige el Reglamento de 1948,
nuevamente no se exige en el Reglamento de 1956 y vuelve a exigirse en el
Reglamento de 1981). En realidad, sigue afirmando este autor, lo que sucede es que,
estando plenamente justificado el requisito en el caso de la libertad condicional ordi-
naria, precisamente por la finalidad reeducadora de esta medida, carece de sentido en
los supuestos excepcionales en los que la concesión de la libertad condicional obede-
ce a razones humanitarias198.
La VIII Reunión de JVP estableció que cabe la concesión de esta libertad condi-
cional aún sin previa clasificación en tercer grado199. Y el Informe previo del CGPJ al
197
VEGA ALOCÉN, Manuel: La libertad condicional en el derecho español, op. cit., p. 196.
198
VEGA ALOCÉN, Manuel: "Supuestos excepcionales...", op. cit., p. 21.
199
VIII Reunión de Jueces de Vigilancia Penitenciaria, 3-5 noviembre 1994, CGPJ, Madrid, 1996, p. 226.
– 287 –
Anexos
200
VEGA ALOCÉN, Manuel: "Supuestos excepcionales...", op. cit., p. 21.
201
MANZANARES SAMANIEGO, José Luis: "CP Doctrina y Jurisprudencia", en CONDEPUMPIDO FERREI-
RO, Cándido (Dir.): Derechos Fundamentales, Trivium, Madrid, 1997, T. I, p. 1303, nota 33.
202
MAPELLI CAFFARENA, Borja y TERRADILLOS BASOCO, Juan: Las consecuencias jurídicas del delito,
Civitas, Madrid, 3ª edic., 1996, p. 151 y NAVARRO VILLANUEVA, Carmen: La ejecución de la pena privativa de
libertad: suspensión y modificación del título, Tesis Doctoral, Universidad Autónoma de Barcelona, 1999, p. 360, cita-
da por TÉBAR VILCHES, Beatriz: El modelo de libertad condicional español, op. cit., p. 182.
203
RACIONERO CARMONA, F.: Derecho Penitenciario y privación de libertad. Una perspectiva judicial, Madrid,
1999, p. 272. Se unen a esta crítica a la exigencia de tercer grado: MANZANARES SAMANIEGO, J.L.: "Arts. 90-93",
en CONDE-PUMPIDO FERREIRO, C. (Dir.): Código Penal. Doctrina y Jurisprudencia, Madrid, 1997, 1ª edic., Tomo
I, p. 1303; ARMENTA GONZÁLEZ-PALENZUELA, F.J. y RODRÍGUEZ RAMÍREZ, V.: Reglamento Penitenciario
Comentado, op. cit., p. 214.
204
RENART GARCÍA, Felipe: La libertad condicional..., op. cit., pp. 239-240.
205
En este sentido vid. ARMENTA GONZÁLEZ-PALENZUELA, F.J. y RODRÍGUEZ RAMÍREZ, V.:
Reglamento Penitenciario Comentado, op. cit., p. 213. También esta es la posición que mantiene el Auto 15/2000, de
17 de abril de la AP Navarra: "no basta, sin embargo, para la obtención de la libertad la constatación del dato objetivo
de la enfermedad, sino que también ha de valorarse el aspecto subjetivo, la previsibilidad acerca del comportamiento
del penado, de modo que aun mediando la causa objetiva podría denegarse la libertad cuando no exista la razonable
impresión de que el penado no delinquirá. Tal exigencia resulta de lo prevenido en el art. 90.2.3º, que exige la constan-
cia de un pronóstico favorable de reinserción social".
206
VEGA ALOCÉN, Manuel: "Supuestos excepcionales...", op. cit., pp. 19-20.
– 288 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
207
De hecho algún pronunciamiento judicial es clarificador al respecto: "el motivo alegado no puede prosperar dado
que, como ciertamente expresa el instructor, el artículo 92 del Código Penal se refiere a los sentenciados, esto es, a los
condenados por sentencia, no siendo de aplicación analógica a los presos preventivos, no siendo posible la aplicación
analógica postulada por el recurrente, al estar ésta expresamente proscrita en el Derecho Penal, sin que las referencias
doctrinales hechas por el recurrente puedan ser acogidas como fuente del Derecho" (AAP Jaén, 11.11.2003).
– 289 –
Anexos
208
"Artículo 36. 2. Cuando la duración de la pena de prisión impuesta sea superior a cinco años, la clasificación del
condenado en el tercer grado de tratamiento penitenciario no podrá efectuarse hasta el cumplimiento de la mitad de la
pena impuesta".
209
Señala dicho Auto:
" En el testimonio de actuaciones remitido a esta Audiencia por el Juzgado de lo Penal obra un solo informe médi-
co, emitido el día 7-12-2005 por la médico del Centro Penitenciario de Martutene, en el que se indica que:
- el aquí recurrente cuenta con 74 años de edad,
- ingresó en el Centro Penitenciario el 21-10-2005,
- refiere como antecedentes personales: hipertensión arterial, diabetes, bloqueo auriculo venticular de tercer grado,
por lo que lleva insertado un marcapasos, hipertrofia prostática y bronquitis crónica,
- desde su ingreso se encuentra en el departamento de enfermería con controles semanales de tensión arterial y
glucemia capilar,
- se trata de un paciente al que hay que añadir su edad avanzada, una patología crónica mixta metabólica cardio-
pulmonar con complicaciones severas por ellas (retinopatía diabética, glaucoma ocular bilateral, arteriopatía de
pequeños vasos-extremidades inferiores y de medianos-grandes vasos, hipertensión arterial cardiopatía, etc.) con
tratamiento de por vida y sin curación,
- por su historia natural la evolución irá a peor y con problemas más complejos cada vez, por lo que la estancia en
prisión puede empeorar severamente sus enfermedades, no siendo el medio adecuado para el manejo y segui-
miento minucioso que requiere su pluripatología,
- solicita a la Junta de Tratamiento se valore la aplicación del artículo 196.2 del Reglamento Penitenciario".
– 290 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
210
VEGA ALOCÉN, Manuel: La libertad condicional en el derecho español, op. cit., pp. 59-62 y 198 y del mismo
autor: "Supuestos excepcionales de la libertad condicional: los septuagenarios y los enfermos incurables; una solución
legal equivocada", Cuadernos de Derecho Penitenciario, núm. 6, Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, 1999, p. 23.
211
AGUILERA REIJA, Margarita: "Libertad condicional anticipada por enfermedad grave e incurable", Cuadernos
de Derecho Penitenciario, núm. 6, Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, Madrid, 1999, p. 46.
212
VEGA ALOCÉN, Manuel: La libertad condicional en el derecho español, op. cit., p. 198.
213
VEGA ALOCÉN, Manuel: La libertad condicional en el derecho español, op. cit., p. 170.
– 291 –
Anexos
las perspectivas de posibles recaídas: Sin embargo, no es éste el único factor des-
encadenante de la conducta delictiva, pues la sentencia condenatoria apreció la
embriaguez como atenuante ordinaria, partiendo de que había producido una
ligera limitación de facultades intelectivas y volitivas. El origen del delito puede
encontrarse también, quizá más decisivamente, en la incapacidad del penado de
comprender otros puntos de vista y en su inclinación a las reacciones violentas
(como evidencian los informes técnicos), cuya peligrosidad se evidencia a la
vista del modo y gravedad del delito cometido. El penado se halla concienciado
de su problema de alcoholismo, pero no acredita una corrección de los rasgos
negativos de su personalidad. Por tanto, la pena todavía está llamada a cumplir
su finalidad de prevención especial, que debe conectarse con la notable repulsa
social que merecen hechos como el que motiva la condena del interno".
214
VEGA ALOCÉN, Manuel: La libertad condicional en el derecho español, op. cit., p. 199.
215
NAVARRO VILLANUEVA, Carmen: La ejecución de la pena privativa de libertad: suspensión y modificación
del título, Tesis Doctoral, Universidad Autónoma de Barcelona, 1999, p. 360, citada por TÉBAR VILCHES, Beatriz:
El modelo de libertad condicional español, op. cit., p. 182.
216
FERNÁNDEZ APARICIO, Juan Manuel: "Libertad condicional de septuagenarios y enfermos muy graves e
incurables", Diario de las Audiencias y de los Tribunales Superiores de Justicia, núm. 516, 24.11.2006, p. 2.
– 292 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 293 –
Anexos
217
BOCG, Congreso de los Diputados, VII Legislatura, Serie A.: Proyectos de Ley, núm. 145-11, 7 de julio de 2003,
p. 137.
218
TÉBAR VILCHES, Beatriz: El modelo de libertad condicional español, op. cit., p. 184.
219
ASOCIACIÓN PROFESIONAL DE LA MAGISTRATURA: "Informe sobre la normativa penitenciaria vigen-
te", Actualidad Penal, núm. 23, Madrid, 1993, p. 327.
220
TÉBAR VILCHES, Beatriz: El modelo de libertad condicional español, Tesis Doctoral, Universidad Autónoma
de Barcelona, octubre 2004, p. 184.
– 294 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
del Código Penal, Texto Refundido de 1973, salvo el de la extinción de las tres
cuartas partes de la condena, dispensado por tener cumplidos setenta años el
penado, en virtud de la previsión contenida en el art. 60 del aplicable Reglamento
Penitenciario (hoy recogida en el art. 92, en relación con el art. 90, ambos del
Código Penal vigente), no así sucedía con el requisito esencial de ofrecer garan-
tías de hacer vida honrada en libertad (núm. 4º del citado art. 98 del Código
Penal), conectado al razonable pronóstico de un futuro comportamiento del libe-
rado adaptado a las pautas de conducta normales, sin incurrir en nuevos delitos,
requisito éste que el Auto dictado en apelación estimó que no concurría en el caso
del penado Claudio, por considerar que el interno no ofrece garantías suficientes
de hacer vida honrada en libertad, entendida como previsión racional de no rein-
cidir en delitos" (FJ 3º STC 89/1998).
El máximo intérprete constitucional deniega el amparo solicitado por el recurren-
te, ya que frente a la pretendida vulneración del art. 17.1 CE (lesión del derecho fun-
damental a la libertad) cabe afirmar que:
"la previa imposición de una pena de prisión conlleva la imposibilidad de fundar
una pretensión de amparo frente a la denegación de un beneficio penitenciario
invocando el derecho a la libertad, pues es la Sentencia firme condenatoria la que
constituye título legítimo de privación de ese derecho fundamental (por todas,
SSTC 2/1997 y 81/1997). Ello sin perjuicio de que, como hemos reiterado en la
STC 21/1997 (fundamento jurídico 3º b), ''en la medida en que está en juego el
valor superior de la libertad, el derecho a la tutela judicial efectiva sin indefen-
sión no sólo exige resoluciones judiciales motivadas, sino motivaciones concor-
dantes con los supuestos en los que la Constitución permite la afectación de ese
valor superior''".
En segundo lugar que, frente a la alegada infracción del mandato constitucional
recogido en el art. 25.2 CE de orientación de las penas privativas de libertad hacia la
reeducación y reinserción:
"Es doctrina reiterada de este Tribunal la de que el art. 25.2 C.E. contiene sólo un
mandato dirigido al legislador penal y penitenciario, que, aunque puede servir de
parámetro de constitucionalidad de las leyes, no es fuente en sí mismo de dere-
chos subjetivos en favor de los condenados a penas privativas de libertad, ni
menos aún de derechos fundamentales susceptibles de amparo constitucional
(entre otras, SSTC 2/1987, 19/1988, 28/1988, 150/1991, 209/1993, 72/1994,
2/1997 y 81/1997). En este sentido, la simple congruencia de la institución de la
libertad condicional con el mandato constitucional establecido en el art.; 25.2
C.E., no es suficiente para conferirle la categoría de derecho subjetivo ni menos
aún de derecho fundamental".
Y en fin, y esto es posible lo más relevante, el Tribunal Constitucional considera
no arbitraria ni infundada las resoluciones judiciales que deniegan la libertad condi-
cional, con la siguiente argumentación:
"En efecto, de la lectura de las resoluciones judiciales recurridas se desprende con
claridad que, tanto el Juzgado de Vigilancia Penitencia como la Audiencia
Provincial, denegaron el beneficio de la libertad condicional anticipada al consi-
– 295 –
Anexos
derar que no cumplía el penado todos los requisitos legalmente previstos, singu-
larmente el de ofrecer garantías de hacer vida honrada en libertad, previsto en el
art. 98.3ø del Código Penal de 1973 (pronóstico individualizado y favorable de
reinserción social, según dispone el art. 90.3 del Código Penal de 1995), al no
haberse acreditado debidamente dicha circunstancia en la propuesta de la
Administración Penitenciaria, lo que era exigible a la vista de la dilatada trayec-
toria delictiva del recurrente, y sin que la ponderación de este dato implique en
modo alguno afectación o menoscabo del derecho fundamental a la presunción
de inocencia, ex art. 24.2 C.E.
En este sentido es preciso señalar que, aunque para la concesión de la libertad
condicional resulta ineludible la tramitación por la Administración Penitenciaria
de un expediente administrativo ad hoc, y su elevación con la oportuna propues-
ta -no vinculante- al Juez de Vigilancia Penitenciaria, conforme disponen los arts.
67 y 76.2.b) de la Ley General Penitenciaria, y 61 y 63 del Reglamento
Penitenciario de 1981 entonces vigente (arts. 194 y 198 del Reglamento
Penitenciario de 1996), la concesión de la libertad condicional es una decisión
jurisdiccional que la ley atribuye al Juez de Vigilancia Penitenciaria y a la
Audiencia Provincial en vía de recurso de apelación, en cuanto órganos jurisdic-
cionales de ejecución de las penas. Por ello, en modo alguno puede entenderse
como arbitraria o infundada la decisión de los órganos judiciales de denegar la
concesión de la libertad condicional en el presente caso, por estimar que la
Administración Penitenciaria no había ofrecido datos suficientes en su propues-
ta, en orden a acreditar: debidamente la concurrencia de todos y cada uno de los
requisitos para la concesión del beneficio de la libertad condicional, y muy espe-
cialmente el de las garantías de hacer vida honrada. en libertad, máxime tratán-
dose de un supuesto de libertad anticipada por razón de edad, y habida cuenta de
la finalidad resocializadora de la institución".
– 296 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
delito, así como por los informes técnicos que acrediten que el preso está realmen-
te desvinculado de la organización terrorista y del entorno y actividades de asocia-
ciones y colectivos ilegales que la rodean y su colaboración con las autoridades".
A pesar de que el Consejo de Europa ha invitado a los Estados que no aún no dis-
pongan de un sistema de libertad condicional a la adopción de esta institución222, pro-
bablemente no sea esta opción la solución más adecuada cuando se trata de excarce-
lar a reclusos por razón de edad. La vía del indulto por razones humanitarias tal vez
podría ser contemplada en el futuro.
222
Recommandation Rec (2003) 22 du Comité des Ministres aux Etats membres concernant la libération condition-
nelle, adoptée par le Comité des Ministres le 24 septembre 2003, lors de la 853e réunion des Délégués des Ministres.
– 297 –
Anexos
"En relación con la solicitud de libertad condiciona deducida en base a la edad del
interno recurrente, los preceptos antes mencionados exigen el cumplimiento de
unos requisitos que no se cumplen respecto del interno recurrente y así no cons-
ta que este haya satisfecho las responsabilidades civiles a que viene condenado
en sentencia ni siquiera la oferta de resarcimiento de las mismas,…".
La Instrucción 2/2004 primero y la 2/2005 que deroga a la anterior establecen en
materia de libertad condicional que para dar cumplimiento a lo prevenido en la modi-
ficación antecitada del CP, "el Informe Pronóstico Final del art. 67 LOGP sólo será
favorable cuando dicho requisito sea cumpla, debiendo contener, al igual que ocurría
en las propuestas iniciales o progresiones de tercer grado, los criterios que las Juntas
de Tratamiento ponderen para entenderlo cumplido". A tales efectos, las Juntas de
Tratamiento podrán proponer al Juez de Vigilancia Penitenciaria una o varias de las
reglas de conducta o medidas previstas en los artículos 83 y 96.3 del Código penal,
"especialmente la obligación de realizar los pagos fraccionados de responsabilidad
civil a los que se hubiese comprometido".
Sin embargo, en la doctrina hay opiniones en contra de que sea necesario que con-
curra este requisito. Así, Fernández Aparicio221 entiende que no cabe tal exigencia en
relación a un interno que por edad o por estado de salud precisamente no puede rea-
lizar el esfuerzo reparador que se exige con carácter general al resto de los liberados
condicionales.
221
FERNÁNDEZ APARICIO, Juan Manuel: "Libertad condicional de septuagenarios...", op. cit., p. 2.
– 298 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
ANEXO IV
RESOLUCIONES JUDICIALES
– 299 –
Anexos
ANTECEDENTES DE HECHO
FUNDAMENTOS DE DERECHO
– 300 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
FALLO
– 301 –
Anexos
ANTECEDENTES DE HECHO
– 302 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
– 303 –
Anexos
– 304 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
En segundo termino, alega el Fiscal que para denegar la libertad condicional los
órganos judiciales deben señalar los elementos que tienen en cuenta para llegar a esa
conclusión. En el presente caso, la denegación se justifica en la falta de garantías sufi-
cientes de hacer vida honrada en libertad, con base en los antecedentes penales del
recurrente, pero sin establecer una relación de causalidad bastante y suficiente, entre
los antecedentes y la previsión de futuro de llevar una vida honrada en libertad, enten-
dida como previsión racional de no reincidir en delitos. Esta motivación es insuficien-
te desde la perspectiva de los arts. 17, 24.1 y 25.2 de la C.E., pues, de un lado, el
Código Penal, la Ley General Penitenciaria y el Reglamento Penitenciario sólo exi-
gen como requisitos para poder acceder a la libertad condicional los que el recurren-
te reúne -estar clasificado en tercer grado, haber observado buena conducta, que exis-
ta al respecto un pronostico individualizado y favorable de reinserción social y la
edad de 70 años- y no se entiende qué otros requisitos legales y reglamentarios no
cumple el recurrente. De otro lado, el Equipo de Tratamiento del Centro
Penitenciario, por unanimidad, propuso la concesión del beneficio de libertad condi-
cional del recurrente y, aunque es cierto que no consignó el dato de previsión de vida
en libertad del mismo, tuvo necesariamente que tenerlo en cuenta para llegar a un
informe favorable por unanimidad. En todo caso, si el Tribunal tuvo alguna duda res-
pecto de este extremo, debió solicitar el dato al Equipo de Tratamiento o designar
peritos para hacerlo, porque la omisión de este dato no era imputable al interno.
OCTAVO.- Por providencia de fecha 30 de marzo de 1998, se señaló para la deli-
beración y votación de la presente Sentencia el día 31 del mismo mes y año.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
– 305 –
Anexos
no sólo del Auto dictado en apelación por la Audiencia Provincial sino también, en
cuanto confirmados por aquél, de los Autos dictados por el Juzgado de Vigilancia
Penitenciaria, lo cierto es que la resolución de apelación eliminó, como causa justifi-
cativa de la denegación del beneficio, la inexistencia del requisito contenido en el art.
98-3ø del Código Penal a la sazón vigente y aplicable, es decir, de la intachable con-
ducta referible al comportamiento del penado, entendiendo que la no asunción de su
responsabilidad penal por el recluso no desvirtuaba la apreciación de su buena con-
ducta, quedando tan solo subsistente, como único fundamento para la denegación de
la libertad condicional del recluso septuagenario, la no concurrencia del requisito
contenido en el núm. 4ø del citado art. 98, referido al ofrecimiento de garantías de
hacer vida honrada en libertad, que la Audiencia Provincial, en el Auto que culminó
el procedimiento de aprobación del beneficio, estimó no acreditado en el caso. Por
ello, es atendible, la delimitación que del objeto del amparo hace el Ministerio Fiscal
en el sentido de que, imputadas las vulneraciones constitucionales al Auto dictado en
apelación, ha de quedar sin objeto el examen de la denuncia de violación de los arts.
14 y 20 de la Constitución, por cuanto, además de no aportar término de comparación
válido respecto al principio de igualdad, la supuesta vulneración de estos derechos
fundamentales venía referida a la fundamentación contenida en los Autos del Juzgado
de Vigilancia Penitenciaria, en lo relativo a justificaciones y apreciaciones no asumi-
das en la resolución pronunciada por el Tribunal ad quem al conocer en apelación.
Así delimitado el objeto del amparo, la cuestión por éste planteada consiste en
determinar si la denegación al recurrente del beneficio penitenciario de libertad con-
dicional vulneró o no su derecho a la tutela judicial efectiva (art. 24.1 C.E.), en rela-
ción con el derecho a la libertad (art. 17.1 C.E.) y con el principio de orientación reso-
cializadora del cumplimiento de las penas privativas de libertad (art. 25.2 C.E.).
TERCERO.- El Auto de la Sección Novena de la Audiencia Provincial de
Barcelona denegó la libertad condicional de conformidad con el informe negativo del
Ministerio Fiscal, no obstante la propuesta favorable formulada por la Junta de
Régimen y Administración del Centro Penitenciario, al considerar que, aunque por la
Administración Penitenciaria se habían acreditado en el expediente los tres primeros
requisitos exigidos por el aplicable art. 98 del Código Penal, Texto Refundido de
1973, salvo el de la extinción de las tres cuartas partes de la condena, dispensado por
tener cumplidos setenta años el penado, en virtud de la previsión contenida en el art.
60 del aplicable Reglamento Penitenciario (hoy recogida en el art. 92, en relación con
el art. 90, ambos del Código Penal vigente), no así sucedía con el requisito esencial
de ofrecer garantías de hacer vida honrada en libertad (núm. 4º del citado art. 98 del
Código Penal), conectado al razonable pronóstico de un futuro comportamiento del
liberado adaptado a las pautas de conducta normales, sin incurrir en nuevos delitos,
requisito éste que el Auto dictado en apelación estimó que no concurría en el caso del
penado Claudio, por considerar que el interno no ofrece garantías suficientes de hacer
vida honrada en libertad, entendida como previsión racional de no reincidir en deli-
tos. Si bien es cierto que, desde un plano objetivo, hay elementos (la edad del inter-
no, el apoyo familiar y sus recursos económicos) que abonaría una posible vida hon-
rada en libertad, no lo es menos que, desde un plano subjetivo, ninguna motivación
al cambio conductual, a una vida adaptada a la normativa, se percibe en el interno
– 306 –
Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
(nada dice el informe del Centro acerca de ello), lo que es sin duda exigible a la vista
de su dilatada trayectoria delictiva, (Auto de 24 de abril de 1996).
CUARTO.- Pues bien, atendido lo expuesto, ningún reproche cabe hacer, desde la
perspectiva constitucional que nos es propia, a la resolución judicial antes referida y
objeto de directa impugnación.
En primer término, cabe descartar que la denegación del beneficio penitenciario
de libertad condicional pueda suponer, en sentido. propio, una lesión del derecho fun-
damental a la libertad consagrado en el art. 17.1 C.E. Ello es así porque, como ha afir-
mado este Tribunal en relación con otros beneficios penitenciarios, la previa imposi-
ción de una pena de prisión conlleva la imposibilidad de fundar una pretensión de
amparo frente a la denegación de un beneficio penitenciario invocando el derecho a
la libertad, pues es la Sentencia firme condenatoria la que constituye título legítimo
de privación de ese derecho fundamental (por todas, SSTC 2/1997 y 81/1997). Ello
sin perjuicio de que, como hemos reiterado en la STC 21/1997 (fundamento jurídico
3º b), ''en la medida en que está en juego el valor superior de la libertad, el derecho a
la tutela judicial efectiva sin indefensión no sólo exige resoluciones judiciales moti-
vadas, sino motivaciones concordantes con los supuestos en los que la Constitución
permite la afectación de ese valor superior''.
En segundo término, también carece de fundamento la alegada infracción del
mandato constitucional recogido en el art. 25.2 C.E. de orientación de las penas pri-
vativas de libertad (en este caso de su ejecución) hacia la reeducación y reinserción
social de los condenados. Es doctrina reiterada de este Tribunal la de que el art. 25.2
C.E. contiene sólo un mandato dirigido al legislador penal y penitenciario, que, aun-
que puede servir de parámetro de constitucionalidad de. las leyes, no es fuente en sí
mismo de derechos subjetivos en favor de los condenados a penas privativas de liber-
tad, ni menos aún de derechos fundamentales susceptibles de amparo constitucional
(entre otras, SSTC 2/1987, 19/1988, 28/1988, 150/1991, 209/1993, 72/1994, 2/1997
y 81/1997). En este sentido, la simple congruencia de la institución de la libertad con-
dicional con el mandato constitucional establecido en el art.; 25.2 C.E., no es sufi-
ciente para conferirle la categoría de derecho subjetivo ni menos aún de derecho fun-
damental.
Por último, tampoco puede servir, como fundamento de la pretensión de amparo,
la alegada infracción del derecho a obtener la tutela judicial efectiva del art. 24.1
C.E., porque la apreciación hecha por los Tribunales en el presente caso no puede
considerarse irrazonable ni arbitraria, sino, por el contrario, fundada en Derecho y
conforme con los fines de la institución, por lo que no corresponde a este Tribunal
revisar o corregir en vía de amparo tal decisión judicial (por todas, SSTC 2/1997 y
81/1947, antes citadas).
En efecto, de la lectura de las resoluciones judiciales recurridas se desprende con
claridad que, tanto el Juzgado de Vigilancia Penitencia como la Audiencia Provincial,
denegaron el beneficio de la libertad condicional anticipada al considerar que no
cumplía el penado todos los requisitos legalmente previstos, singularmente el de ofre-
cer garantías de hacer vida honrada en libertad, previsto en el art. 98.3ø del Código
Penal de 1973 (pronóstico individualizado y favorable de reinserción social, según
dispone el art. 90.3 del Código Penal de 1995), al no haberse acreditado debidamen-
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Anexos
FALLO
En atención a todo lo expuesto, el Tribunal Constitucional POR LA AUTORI-
DAD QUE LE CONFIERE LA CONSTITUCIÓN DE LA NACIÓN ESPAÑOLA, ha
decidido:
Denegar el amparo solicitado por Claudio.
Publíquese esta Sentencia en el "Boletín Oficial del Estado".
Dada en Madrid, a uno de abril de mil novecientos noventa y ocho.
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
ANTECEDENTES DE HECHO
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- El interno cumple una única condena por la comisión de varios deli-
tos contra la libertad sexual. Lleva cumplida, en estas fechas, casi la mitad de la con-
dena, incluyendo los beneficios de redención, tanto ordinaria como extraordinaria. Su
conducta es buena. Desde que se efectúo la revisión sin cambio de grado (hoy recu-
rrida) se han debido producir al menos 3 nuevas revisiones, sin que sepamos que su
situación haya cambiado ni surgido incidentes en su línea de conducta. Su edad es
muy avanzada -ahora es de 71 años cumplidos-. Ya ha disfrutado de permisos y su
resultado no consta haya sido desfavorable.
Tiene buena actitud hacia el trabajo, con hábitos laborales y sobre todos goza de
buena estabilidad conductual, sin que conste nada destacable como factores de
inadaptación y con dudoso pronóstico de reincidencia. Sólo ha sido el tipo de delito
y la larga condena los factores que se tuvieron en cuenta para denegar la progresión
de grado.
En vista de ello, parece razonable, si no una clara progresión de grado, si la com-
binación de consecuencias de uno y otro grado, que permite el art. 100 del
Reglamento Penitenciario, no como fórmula definitiva, sino como paso intermedio a
la obtención del tercer grado, que se vislumbra ya. En concreto, y por el momento,
mantener al condenado en segundo grado de clasificación pero con permisos de sali-
da durante los fines de semana como prevé el art. 87 del Reglamento, no como meta
en si, sino de cara a objetivos más ambiciosos -tercer grado restringido, o sin restric-
ción, libertad condicional que puedan alcanzarse en poco tiempo.
SEGUNDO.- El sentido de esta resolución motiva que las costas del recurso se
declaran de oficio.
VISTOS los arts mencionados, concordantes y demás de general y pertinente apli-
cación, siendo ponente el Ilmo. Sr. Magistrado D. JESÚS ÁNGEL GUIJARRO
LÓPEZ.
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Anexos
FALLO
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
ANTECEDENTES DE HECHO
FUNDAMENTOS DE DERECHO
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Anexos
Código Penal, excepto el de haber extinguido las tres cuartas partes o, en su caso, las
dos terceras partes de la condena o condenas".
SEGUNDO.- El inicio del cumplimiento de la pena fue el día 6 de agosto de 1997,
estando previsto el licenciamiento para el 30 de enero de 2007, sin computar la reden-
ción. Por lo tanto, lleva cumplida más de la mitad de la pena, pero llegará a los dos
tercios de la condena el día 2 de diciembre de 2003 y a las tres cuartas partes el día
16 de septiembre de 2004.
Consta que ha disfrutado de 14 salidas sin incidencias negativas y que ha partici-
pado en numerosas actividades. El informe criminológico refleja que ha mantenido
un buen comportamiento, con plena adaptación al régimen, y ha mostrado buena evo-
lución en un programa de específico de tratamiento para penados por delitos violen-
tos. En el informe psicológico se hace constar un alcoholismo de larga evolución que
está en relación directa con la etiología delictiva, respecto del que ha asistido a reu-
niones de alcohólicos anónimos, con un alto grado de concienciación, sin que se
hayan detectado síntomas de posibles consumos, ni en el centro ni en sus salidas al
exterior. No obstante, también se informa de un estilo de pensamiento rígido y con-
creto, con dificultad para comprender otros puntos de vista y encontrar soluciones
alternativas, pudiendo reaccionar agresivamente ante el conflicto. En el informe
social se valora positivamente la concesión del tercer grado, dada la edad del interno,
pero se dice que no mantiene relaciones con su familia de origen ni con sus hijos.
Económicamente cobra una suficiente pensión de jubilación.
TERCERO.- Examinada la documentación, puede concluirse que el interno ha
experimentado una evolución favorable en el tratamiento, constatada a través de la
participación en numerosas actividades, algunas de ellas relacionadas con el hecho
que motivó la condena, tales como aquellas referidas a comportamientos violentos o
a la deshabituación del consumo de alcohol. Esta evolución podría fundamentar la
concesión del tercer grado en un momento más avanzado del cumplimiento por ejem-
plo, volviendo a reconsiderarse su clasificación cuando llegue á las dos terceras par-
tes de la condena. Pero, actualmente es una decisión prematura por las siguientes
razones. Primeramente, se echa de menos un estudio médico que compruebe efecti-
vamente la curación del alcoholismo, teniendo en cuenta que se había cronificado, y
que valore las perspectivas de posibles recaídas: Sin embargo, no es éste el único fac-
tor desencadenante de la conducta delictiva, pues la sentencia condenatoria apreció la
embriaguez como atenuante ordinaria, partiendo de que había producido una ligera
limitación de facultades intelectivas y volitivas. El origen del delito puede encontrar-
se también, quizá más decisivamente, en la incapacidad del penado de comprender
otros puntos de vista y en su inclinación a las reacciones violentas (como evidencian
los informes técnicos), cuya peligrosidad se evidencia a la vista del modo y gravedad
del delito cometido. El penado se halla concienciado de su problema de alcoholismo,
pero no acredita una corrección de los rasgos negativos de su personalidad. Por tanto,
la pena todavía está llamada a cumplir su finalidad de prevención especial, que debe
conectarse con la notable repulsa social que merecen hechos como el que motiva la
condena del interno. Desde este punto de vista, debe tenerse en cuenta la duración de
la pena, pues el condenado ha cumplido poco más de la mitad, todavía le queda casi
un año para llegar a los dos tercios y las expectativas de cumplimiento son todavía
demasiado relevantes para que no quede desnaturalizada la finalidad de la pena con
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
la concesión del tercer grado. A estos argumentos pueden añadirse otros, como la
ausencia de razones que justifiquen la preparación de la vida en libertad, consideran-
do que no es previsible que el interno se reincorpore a la vida laboral, pues dispone
de una pensión de jubilación y vivienda propia, y que su entorno familiar se halla
demasiado deteriorado, al carecer de relación con sus hijos y haber ejercido una nota-
ble violencia precisamente en ese ámbito. A lo que se añade la insuficiencia de los
permisos de salida disfrutados, que han durado poco más de 29 días, para concluir la
capacidad de resocialización del interno. Es destacable que los informes son incom-
pletos en este aspecto, porque no analizan el entorno social al que retornará, ni su his-
torial social y delictivo. Finalmente, la edad de 70 años, si bien es un dato a conside-
rar, no es por sí mismo decisivo, ni la ley le otorga una eficacia tal de justificar la pro-
gresión de grado, lo que implica considerar en cada caso los datos que consten en el
expediente. Precisamente, la libertad condicional presupone haber alcanzado el tercer
grado, lo que significa la necesidad de tener en cuenta otros factores además de la
edad del interno, pues en otro caso aquel beneficio no se condicionaría a la progre-
sión de grado.
CUARTO.- De conformidad con el art. 240 de la Lecr., procede declarar de ofi-
cio las costas causadas en este recurso.
VISTOS los preceptos legales citados y los demás de general y pertinente aplica-
ción, siendo Ponente de la presente resolución D. Pedro Antonio Casas Cobo.
FALLO
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Anexos
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- En las Diligencias Previas número 720 de 2003, seguidas por el deli-
to de Asesinato, por el Juzgado de Instrucción número Dos de Martos, con fecha 15
de septiembre de 2003, se dictó Auto por el que se decretaba la prisión provisional
comunicada e incondicional de Marcos.
SEGUNDO.- Contra la anterior resolución y por D. Arturo García Sanz, Abogado
defensor de D. Marcos, se interpuso recurso de reforma y subsidiario de apelación,
reforma denegada y apelación admitida en virtud de Auto de fecha 29 de septiembre
de 2003, y se acordaba expedir el oportuno testimonio de particulares y remitirlo a
esta Audiencia, previo emplazamiento de las partes.
TERCERO.- Recibido en este Tribunal el mencionado testimonio el día 4 de
noviembre de 2003, y personado en tiempo y forma el apelante se formó el corres-
pondiente rollo, se designó Ponente al Iltmo. Sr. Magistrado D. José Cáliz Covaleda,
y dada vista de las actuaciones por el término legal para instrucción a dicho apelante
y al Ministerio Fiscal, se acordó señalar para la vista del recurso el día 11 de noviem-
bre de 2003, en cuyo acto, el Letrado del apelante solicitó la revocación del auto recu-
rrido y que se dictase otro decretando la libertad de su defendido, y el Ministerio
Fiscal solicitó la confirmación del auto recurrido por sus propios fundamentos.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
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Anexos
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
FALLO
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Anexos
ANTECEDENTES DE HECHO
FUNDAMENTOS DE DERECHO
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
artículo 36 pero como norma de futuro y no de pasado, y que la omisión del artículo
36 en la Disposición transitoria de la ley no es una habilidosa jugada del legislador
para introducir su aplicación por una disimulada vía oblicua sino el auténtico deseo
del legislador de contribuir a la seguridad jurídica a que se refiere la exposición de
motivos de la ley cuando reconoce el derecho del ciudadano "a saber, en definitiva,
en que se va a traducir en la práctica la pena o sanción impuesta" conocimiento impo-
sible si cabe su mutación en cualquier momento con eficacia retroactiva.
Pero es que además en este caso la apelación al cumplimiento de la mitad de la
pena carece de sentido por otra razón. La propuesta de la Junta de Tratamiento era la
de clasificación en tercer grado con el fin de proponer la libertad condicional confor-
me al artículo 196 del reglamento penitenciario dada la condición de septuagenario
del condenado. Es evidente que un interpretación sistemática de la normas permite
afirmar que el llamado periodo de seguridad no rige cuando se trata de clasificación
de grado de personas mayores de 70 años o enfermos incurables. De lo contrario la
inexigencia del plazo de cumplimiento que prevé el artículo 92 no sería tal sino que
en estos casos simplemente se excusaría del cumplimiento de dos tercios o de tres
cuartos de la pena, pero no de la mitad de la misma en las penas superiores a cinco
años (aunque estuviera agonizando el penado, y téngase en cuenta que el criterio para
enfermos y septuagenarios es el mismo por dicción literal de la ley en el párrafo
segundo del artículo 92.
En fin, por si eso fuera poco, el penado cumple condena por dos penas de siete y
cinco años y si bien es cierto que la mitad de la condena la cumple dentro de tres
meses, la mitad de la única pena sometida a periodo de seguridad -la de siete años- la
ha cumplido hace más de dos (y es patente que el artículo 36 se refiere a las penas
impuestas y no a las condenas, como se deriva de la ubicación del precepto dedicado
a la duración de las penas, de las claras distinciones del Código entre pena y conde-
na -art.76.1, entre pena y suma de penas - art.81- entre imposición de penas y cum-
plimiento simultáneo o sucesivo -Arts. 73 y 75- entre pena a cumplir y penas impues-
tas -art. 78--.
SEGUNDO.- De todo ello se desprende el acierto en la propuesta de la Junta de
Tratamiento y la cualidad de no ajustada a Derecho de la resolución de la Dirección
General de Instituciones penitenciarias, que debe por ello ser revocada así como las
resoluciones judiciales que la confirman.
TERCERO.- No se aprecian motivos para una especial imposición de las costas
de este recurso.
VISTOS los arts. mencionados, concordantes y demás de general y pertinente
aplicación, siendo ponente el Ilmo. Sr. Magistrado D. ARTURO BELTRÁN NÚÑEZ.
En atención a todo lo expuesto
FALLO
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Anexos
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
ANTECEDENTES DE HECHO
FUNDAMENTOS DE DERECHO
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Anexos
podrán acogerse al artículo 92, aunque no cumplan los límites de tiempo que prevén
los artículos 36 y 78 del C.Penal .
SEGUNDO.- El penado padece una patología circulatoria que ha originado gra-
ves problemas resueltos quirúrgicamente. A ellas se asocian distintos factores de ries-
go como hipertensión, dislipemia, tabaquismo, que están siendo controlados, y el
informe médico habla de una patología, en cierto modo acorde con la edad del pacien-
te (68 años de edad), de carácter crónico. Por otra parte, esa enfermedad no disminu-
ye en absoluto la capacidad de delinquir. En estas circunstancias y en tanto en cuan-
to ni el pronóstico médico ni el pronóstico penitenciario permiten afirmar la ausencia
de peligrosidad del paciente, y su enfermedad en el actual momento puede conside-
rarse controlada, no se cumplen las condiciones para acordar la progresión a tercer
grado y la libertad condicional. En consecuencia, se desestimará el recurso.
TERCERO.-NNo se aprecian motivos para una especial imposición de las costas de
este recurso.
Vistos los arts. mencionados, concordantes y demás de general y pertinente apli-
cación, siendo ponente el Ilmo. Sr. Magistrado D. Arturo Beltrán Nuñez.
En atención a todo lo expuesto.
FALLO
La sala Dispone:
Desestimar el recurso de apelación interpuesto por Juan, confirmando los autos
dictados por el JDO. VIGILANCIA PENITENCIARIA N. 2 de OCAÑA; sin especial
imposición de las costas de este recurso.
Comuníquese esta resolución al Juzgado de procedencia del recurso y al
Ministerio Fiscal; llévese testimonio de esta resolución al Rollo de Sala
Así por este nuestro auto lo acordamos, mandamos y firmamos. Arturo Beltrán
Nuñez.- Jesús Ángel Guijarro López.- María Paz Redondo Gil.
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
ANTECEDENTES DE HECHO
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO.- El artículo 90 del Código Penal señala los requisitos exigidos legal-
mente para la concesión de la libertad condicional y el artículo 92 del mismo texto
punitivo establece que cuando se trate de enfermos muy graves, con padecimientos
incurables podrá concederse la libertad condicional aun cuando no hayan extinguido
las 3/4 partes de la condena impuesta, recogiendo el artículo 195 y 196 del
Reglamento Penitenciario los documentos que deben constar en el expediente de
libertad condicional, a la que también alude el artículo 192 de dicho texto legal.
En el presente caso el interno recurrente que cumple condena de 13 años de pri-
sión por la comisión del delito de homicidio, cumpliendo la totalidad e la misma el
29 de mayo de 2013 y las Ÿ partes el 28 de febrero de 2010, no habiendo cumplido
aun la mitad de la condena impuesta, padece artrosis de miembros inferiores, prosta-
titis, hipercolesterolemia y miopía bilateral corregida con lentes, enfermedades estas
de las que se encuentra en tratamiento y respecto de las cuales los informes médicos
obrantes en autos determinan que no se prevé un desarrollo fatal de las mismas a corto
o medía plazo.
En relación con la solicitud de libertad condiciona deducida en base a la edad del
interno recurrente, los preceptos antes mencionados exigen el cumplimiento de unos
requisitos que no se cumplen respecto del interno recurrente y así no consta que este
haya satisfecho las responsabilidades civiles a que viene condenado en sentencia ni
siquiera la oferta de resarcimiento de las mismas, por otro lado el interno esta en el
periodo inicial de cumplimiento de la condena como se desprende de lo señalado con
anterioridad y se encuentra clasificado en segundo grado penitenciario, por todo ello
procede desestimar el recurso formulado.
SEGUNDO.- No se aprecian motivos para una especial imposición de costas de
este recurso.
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Anexos
FALLO
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ANTECEDENTES DE HECHO
FUNDAMENTOS DE DERECHO
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Anexos
ANTECEDENTES DE HECHO
FUNDAMENTOS DE DERECHO
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
SEGUNDO.- La resolución del recurso que nos ocupa exige partir de los siguien-
tes hechos que constan en el testimonio de particulares remitido por el Juzgado de lo
Penal núm. 4:
- El día 3-10-2005 se dictó sentencia por el Juzgado de lo Penal núm. 2 de esta
ciudad , con la conformidad de las partes, por la que se condenó al aquí recurren-
te, como autor de:
- un delito de robo con intimidación, con utilización de instrumento peligroso en
grado de tentativa, con la concurrencia de las agravantes de disfraz y de reinci-
dencia, a las penas de tres años y cinco meses de prisión e inhabilitación espe-
cial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, así como
al pago de costas y
- un delito de tenencia ilícita de armas en su modalidad agravada de introducción
ilícita en el país del art. 564.2 del Código Penal a las penas de dos años de pri-
sión e inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo
durante dicho tiempo y costas.
- El día 10-10-2005 se dictó auto por el Juzgado de lo Penal núm. 4 , que acordó
no suspender la pena de privación de libertad impuesta al aquí recurrente, dene-
gar la sustitución de la misma, proceder a su ejecución y, para ello, oficiar a la
Ertzaintza para que proceda a la detención e ingreso en prisión del penado.
- Contra dicho auto se interpuso recurso de reforma y subsidiario de apelación por
el aquí recurrente, al que se opuso el Ministerio Fiscal, siendo desestimado el
recurso de reforma por auto del Juzgado de fecha 9-12-2005 y admitiéndose por
el Juzgado a trámite el mencionado recurso de apelación, que es el que ahora nos
ocupa.
TERCERO.- El artículo 92 del Código Penal prevé que los sentenciados que
hubieran cumplido la edad de 70 años, o la cumplan durante la extinción de la conde-
na, y reúnan los requisitos establecidos ¿en el artículo 90 - excepto el de ha ver extin-
guido las tres cuartas partes de aquella o, en su caso, las dos terceras, podrán obtener
la concesión de la libertad condicional. El mismo criterio se aplicará cuando, según
informe médico, se trate de enfermos muy graves con padecimientos incurables.
Por tanto, dicho artículo ¿y sus concordantes artículos 104 y 196 del Reglamento
Penitenciario , que se mencionan en el recurso que nos ocupa- no contemplan la sus-
pensión de la ejecución de la pena privativa de libertad que se interesa en el recurso,
sino la clasificación en tercer grado penitenciario o la concesión de la libertad condi-
cional por el Juez de Vigilancia Penitenciaria a un penado que se encuentre cumplien-
do pena privativa de libertad en centro penitenciario, una vez realizado por la admi-
nistración penitenciaria el trámite reglamentariamente establecido. Son, por tanto,
tales órganos, una vez iniciado el cumplimiento de la pena de prisión, los competen-
tes para resolver, en su caso, sobre la aplicación de los mencionados preceptos, apli-
cación que no conllevaría en ningún caso la suspensión que se solicita en el presente
recurso.
CUARTO.- El auto apelado expone acertadamente por qué no cabe conceder al
recurrente la suspensión ordinaria de la ejecución de la pena de prisión que le ha sido
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Anexos
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
viduales del penado, bien en base a otros valores o bienes jurídicos comprometidos
en la decisión (STC 25/2000, de 31-1).
QUINTO.- En el caso que nos ocupa, el auto apelado ha desestimado ha conce-
sión de la suspensión extraordinaria que nos ocupa, por considerar que del informe
médico presentado se desprende "un cuadro médico de patología crónica metabólica
cardiopulmonar que requiere tratamiento permanente pero que no es equiparable a
una enfermedad muy grave con padecimientos incurables..."
En el testimonio de actuaciones remitido a esta Audiencia por el Juzgado de lo
Penal obra un solo informe médico, emitido el día 7-12-2005 por la médico del
Centro Penitenciario de Martutene, en el que se indica que:
- el aquí recurrente cuenta con 74 años de edad,
- ingresó en el Centro Penitenciario el 21-10-2005,
- refiere como antecedentes personales: hipertensión arterial, diabetes, bloqueo
auriculo venticular de tercer grado, por lo que lleva insertado un marcapasos,
hipertrofia prostática y bronquitis crónica,
- desde su ingreso se encuentra en el departamento de enfermería con controles
semanales de tensión arterial y glucemia capilar,
- se trata de un paciente al que hay que añadir su edad avanzada, una patología
crónica mixta metabólica-cardiopulmonar con complicaciones severas por ellas
(retinopatía diabética, glaucoma ocular bilateral, arteriopatía de pequeños vasos-
extremidades inferiores y de medianos-grandes vasos, hipertensión arterial car-
diopatía, etc.) con tratamiento de por vida y sin curación,
- por su historia natural la evolución irá a peor y con problemas más complejos
cada vez, por lo que la estancia en prisión puede empeorar severamente sus
enfermedades, no siendo el medio adecuado para el manejo y seguimiento minu-
cioso que requiere su pluripatología,
- solicita a la Junta de Tratamiento se valore la aplicación del artículo 196.2 del
Reglamento Penitenciario .
SEXTO.- De cuanto llevamos expuesto, se desprende lo siguiente:
- No constan informes médicos distintos al de la médico de la prisión, cuya exis-
tencia parece lógica, caso de que la enfermedad que padece el recurrente fuera
muy grave, no apreciándose especial intensidad en las patologías referidas en
este único informe incorporado al testinmonio.
- El informe de la médico de la prisión expone que la enfermedad que padece el
penado es incurable.
- En cuanto a que el medio carcelario incida desfavorablemente en la evolución de
la salud del penado, acortando así la duración de su vida, no concreta qué aspec-
tos concretos de su patología necesitarían de mayor manejo y seguimiento, ni en
qué deberían consistir éstos, lo que permitiría comparar las posibilidades de asis-
tencia médica en prisión y en libertad y, en su caso, compartir razonadamente su
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Anexos
FALLO
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Anexos
ANTECEDENTES DE HECHO
FUNDAMENTOS DE DERECHO
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Anexos
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FALLO
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Anexos
HECHOS
RAZONAMIENTOS JURÍDICOS
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
es aplicable el período de seguridad del art. 36 del Código Penal. En refuerzo de esta
interpretación viene el hecho de que el legislador no derogó ni modificó el art. 92 del
Código Penal por L.O. 7/03 como hizo con los arts. 90 y 91, y lo modificó, en cam-
bio, para facilitar la libertad condicional, por L.O. 15/03, de 25 de noviembre de 2003.
SEGUNDO.- En cuanto a las circunstancias de la penada, su conducta ha de valo-
rarse no tanto por lo que hace, cuanto por lo que no hace y lo que ya ha hecho.
Ciertamente, con 71 años, no participa en otras actividades que las de carácter reli-
gioso, pero ello no es sorprendente en personas en edad de jubilación. Lo importante
es que acepta las normas, respeta a los funcionarios, obedece las órdenes, no se rela-
ciona con grupos de extorsión, no mantiene comportamientos propios del tráfico de
drogas, su trayectoria conductual es equilibrada (datos todos que se toman del infor-
me de conducta); y lo último que hizo antes de ingresar en prisión fue cooperar a tra-
vés de una entrega controlada a la detención de un grupo de personas dedicadas a acti-
vidades de narcotráfico. Sumando estos datos -edad, tres años y dos meses de prisión,
conducta en el Centro, actuación postdelictual- el Tribunal no puede compartir el pro-
nóstico medio-alto de reincidencia que emite el Centro. Por el contrario cree que
puede ser este un caso bien de sustitución de la pena por expulsión (art. 89 del Código
Penal), lo que deberá decidir, conforme a su criterio, el Tribunal sentenciador, bien de
libertad condicional sin sujeción a plazos conforme al art. 92 del Código Penal, que
podría cumplirse en su país como previene el art. 197 del Reglamento Penitenciario.
En definitiva, tanto la conducta global de la interna como la probabilidad de la liber-
tad condicional (salvo expulsión) aconsejan la progresión a tercer grado conforme a
lo prevenido en los artículos 65-1 y 2 y 72-4 de la L.O.G.P., progresión que tendrá
lugar en régimen abierto restringido pues la penada carece de apoyos exteriores (Art.
82 del Reglamento) si bien podrá salir del Centro los fines de semana y festivos (Art.
87) si alguna persona o institución la acoge durante dichas salidas.
TERCERO.- De conformidad con el sentido de esta resolución se declaran de ofi-
cio las cosas devengadas en esta alzada.
VISTOS los arts. mencionados, concordantes y demás de general y pertinente
aplicación, siendo ponente el Ilmo. Sr. Magistrado D. ARTURO BELTRÁN NÚÑEZ.
En atención a todo lo expuesto LA SALA DISPONE:
ESTIMAMOS el recurso de apelación interpuesto por M.E.S., revocamos los
autos dictados por el JDO. VIGILANCIA PENITENCIARIA N. 2 de MADRID,
acordamos la progresión a tercer grado de la interna en las condiciones expuestas en
el segundo razonamiento jurídico de esta resolución; con declaración de oficio las
costas devengadas en la sustanciación del presente recurso.
Comuníquese esta resolución al Juzgado de procedencia del recurso y al
Ministerio Fiscal; llévese testimonio de esta resolución al Rollo de Sala.
Así por este nuestro auto lo acordamos, mandamos y firmamos.
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Anexos
ANEXO V
Independencia
Participación
Cuidados
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Acceso a los servicios sociales y jurídicos que les aseguren mayores niveles de
autonomía, protección y cuidados.
Acceso a medios apropiados de atención institucional que les proporcionen pro-
tección, rehabilitación y estímulo social y mental en un entorno humano y seguro.
Poder disfrutar de sus derechos humanos y libertades fundamentales cuando resi-
dan en hogares o instituciones donde se les brinden cuidados y tratamiento, con pleno
respeto de su dignidad, creencias, necesidades e intimidad, así como de su derecho a
adoptar decisiones sobre su cuidado y calidad de vida.
Autorrealización
Dignidad
Propuestas
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Anexos
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
ANEXO VI
ENCUESTA A DIRECTIVOS
ENCUESTA A COMPLETAR POR EL DIRECTOR DEL ESTABLECIMIENTO
223
Más de 60 años
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Anexos
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
Espacios residenciales
Espacios comunes
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Anexos
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
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Anexos
ANEXO VII
TRABAJO DE CAMPO
Identificación de los mayores (una parte está en la tabla excel. Añadir internos si
procede por edad.)
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
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Anexos
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
(7) La relación con mis compañeros la valoro como (1) (2) (3) (4) (5) [BW]
(8) Y la relación con los funcionarios del centro como (1) (2) (3) (4) (5) [BX]
En la esfera penitenciaria, (a contestar por profesional que realiza la encuesta o que le
conozca)
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Anexos
(3) (3) ¿Esta abandonado a la inactividad porque no hay actividades para realizar?
(4) (4) ¿Esta abandonado a la inactividad porque lo prefiere?
(5) (5) ¿Participa de rehabilitaciones especiales?
(6) (6) ¿Disfruta de una adaptación horaria a sus necesidades?
(7) (7) ¿las camas, literas, escaleras y barandillas están adaptadas a sus dificulta-
des motoras?
66- Preguntas abiertas.
(1) Cualquier otro dato, conclusión o anécdota de interés, en opinión de este tra-
bajador respecto a esta persona o su desenvolvimiento en prisión. (Se puede
escribir al dorso) [CG]
(2) Preguntar al anciano por los principales problemas que enfrentan en su vida
penitenciaria, las necesidades y servicios que no tiene cubiertos, y qué lo
mejor y lo peor de su situación actual [CH]
Esfera de Dependencia (a contestar por los servicios de Enfermería, cualquiera que lo trate)
1. COMER [CI
(0) INDEPENDIENTE: Capaz de comer por sí solo y en un tiempo razonable.
(1) DEPENDIENTE: Necesita ayuda para comer.
2. LAVARSE [CJ
(0) INDEPENDIENTE: Capaz de lavarse o bañarse enteramente solo.
(1) DEPENDIENTE: Necesita ayuda para lavar más de una zona del cuerpo.
3. VESTIRSE [CK
(0) INDEPENDIENTE: Capaz de ponerse y quitarse la ropa sin ayuda.
(1) DEPENDIENTE: No se viste por sí mismo. Necesita ayuda.
5. MOVILIDAD [CM
(0) INDEPENDIENTE: Puede deambular e ir de un sitio a otro sin ayuda.
(1) DEPENDIENTE: Necesita ayuda para caminar, levantarse, sentarse…
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Anexos
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Análisis de la Ancianidad en el Medio Penitenciario
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Anexos
ANEXO VII
DATOS DE LA ANCIANIDAD EN LA COMUNIDAD DE CATALUÑA
Centro Penitenciario
> 60 > 60 > 60 61 -70 61 - 70 61 -70 > 70 > 70 > 70
Total hom. muj. Total hom. muj. Total hom. muj.
CP HOMES 43 43 0 32 32 0 11 11 0
CP DONES 12 5 7 10 3 7 2 2 0
CP JOVES 4 4 0 4 4 0 0 0 0
CP TARRAGONA 7 7 0 6 6 0 1 1 0
CP GIRONA 2 2 0 1 1 0 1 1 0
CP FIGUERES 3 3 0 2 2 0 1 1 0
CP PONENT 21 21 0 19 19 0 2 2 0
CP Q.CAMINS 45 45 0 40 40 0 5 5 0
CP BRIANS 52 48 4 42 39 3 10 9 1
CP BRIANS II 0 0 0 0 0 0 0 0 0
CP OBERT BCN 13 13 0 10 10 0 3 3 0
CP OBERT LLEIDA 3 3 0 3 3 0 0 0 0
TOTAL 205 194 11 169 159 10 36 35 1
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