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FUNDACIÓN UNIVERSITARIA SAN ALFONSO

FACULTAD DE FILOSOFÍA-TEOLOGÍA
ASIGNATURA: SINTESIS DE FILOSOFIA DE LA HISTORIA
ALUMNOS: FABIÁN SUÁREZ VARGAS-FRANCISCO SALAZAR

FILOSOFÍA DE LA HISTORIA

Contexto y breve acercamiento al término:

El término “filosofía de la historia” parece haber sido utilizado por vez primera, de modo deliberado y
sistemático, por Voltaire, en diversos estudios y ensayos”. Voltaire dio a la expresión su sentido
moderno, distinto de la interpretación estrictamente teológica de la historia. Su filosofía consistía “en
considerar la historia desde la perspectiva de la razón, con base en una actitud crítica y escéptica en
relación a los dogmas establecidos. Su intención era explicar el “espíritu de los tiempos y de las
naciones”, y el progreso de la civilización en sus diversos aspectos, con un criterio “científico”1. Su
contemporáneo David Hume, en sus reflexiones sobre la historia, concluyó por su parte que no es
posible desentrañar el significado último de los procesos históricos y revelar su “plan”, contentándose
con poner de manifiesto el espectáculo de los eventos, sin pretender que los mismos responden a una
determinada idea o propósito2.

A diferencia de estos pensadores, los idealistas alemanes de los siglos XVIII y XIX, muy en particular
Kant y Hegel, dieron forma a un tipo de reflexión sobre la historia que penetra una dimensión más
amplia, y que “quiere significar una interpretación sistemática de la Historia Universal, de acuerdo con
un principio según el cual los acontecimientos históricos se unifican en su sucesión y se dirigen hacia
un significado fundamental”3. Se trata de un tipo de reflexión especulativa, que se distingue de la
denominada “filosofía crítica” o “analítica” de la historia. En este segundo caso, nos referimos a una
investigación sobre la naturaleza del pensamiento histórico, el carácter de la disciplina intelectual
llamada “historia”, el análisis de los procedimientos del historiador y la comparación de éstos con los
que se siguen en otras disciplinas, así como al “estudio de las categorías empleadas en los juicios y
explicaciones históricas y de los modos de argumentación que sustentan sus conclusiones”4.

La filosofía especulativa de la historia, como ya se sugirió, persigue una finalidad más ambiciosa, e
intenta proporcionar una interpretación global del proceso histórico en su totalidad, o como mínimo,
como plantea Maritain, caracterizarla, interpretarla o descifrarla en cierta medida y en cuanto a ciertos
aspectos generales: “hasta el grado que logramos descubrir en ella significados o fines inteligibles, y
leyes que iluminan acontecimientos, sin necesitarlos.”5

1
Cfr. ERNST Cassirer, The Philosophy of the Enlightenment (Princeton: Princeton University Press, 1951), pp. 216-223.
2
Hume, David. Essays. Moral, Political, and Literary (Indianapolis: Liberty Fund, 1985), pp. 562-568
3
Karl Lowith, El sentido de la historia (Madrid: Aguilar, 1968), p. 10.
4
Cfr. W. H. Walsh, Introducción a la filosofía de la historia (México: Siglo XXI editores, 1968, p. 142; P. Gardiner, ed., The
Philosophy of History ((Oxford: Oxford University Press, 1974), pp. 1-15; W. H. Dray, Filosofía de la historia (México:
U.T.E.H.A., 1965), pp. 1-5
5
MARITAIN, Jacques. Filosofía de la historia (Buenos Aires: Ediciones Troquel, 1967), p. 41.
1
Ahora bien, en esta disciplina surgen interrogantes como: ¿Verdaderamente ha terminado la filosofía de
la historia con Hegel, o aún se le puede pensar después de dicho personaje?; ¿La humanidad se
encuentra en un proceso de progreso o retroceso moral?. Son las preguntas que subyacen a toda la
reflexión referente a esta disciplina. En el presente escrito pretendemos acercarnos sistemática y
teóricamente a los temas centrales de esta disciplina, lo mismo que sus pensadores más representativos;
todo esto con el fin de analizar los interrogantes anteriormente planteados.

Desarrollaremos esta reflexión en cuatro momentos, esperando generar en el lector el cuestionamiento


por la historia y la responsabilidad del mismo frente al desarrollo de ella.
1. Acercamiento sistemático a la Filosofía de la Historia.
2. Una reflexión sobre la filosofía de la Historia: Manuel Cruz y Brauer.
3. La Filosofía de la Historia en su edad de oro: (Kant y Hegel) ; Herder
4. Discernimiento en torno a la Filosofía de la Historia: Carlos Marx, Friedrich Nietzsche, Walter
Benjamín, Paul Ricoeur.
1. Acercamiento sistemático a la Filosofía de la Historia

Toda disciplina filosófica exige, por parte del sujeto que se acerca a ella, una serie de nociones y
aclaraciones previas, de modo que pueda comprender adecuadamente el ser y el lugar de esta disciplina
dentro del corpus philosophicus; tal es el caso de la Filosofía de la Historia. Partamos de una distinción
fundamental: no se puede equiparar la Historia de la Filosofía con la Filosofía de la Historia, aun
cuando estas se impliquen mutuamente.

Historia de la Filosofía comprende La Filosofía de la Historia es una


dentro de sí la exposición del proceso, disciplina específica de la filosofía
surgimiento y desarrollo cronológico de enmarcada en la época moderna que
las ideas (etapas de la historia). estudia los hechos históricos desde la
propia Filosofía. Tiene en cuenta dos
aspectos: lo racional (reflexión critico-
filosófica) y lo real (la historia)
ya que la
Ahora bien, estas dos disciplinas se implican mutuamente en cuanto que se puede comprender, y así
debería ser, la Filosofía de la Historia dentro del conjunto y desarrollo de la filosofía en sí; es decir, que
ella puede ser ubicada cronológicamente (surgimiento), lo mismo que comprendida en un contexto;
cosa similar con la Historia de la Filosofía, la cual puede comprenderse a sí misma desde la Filosofía
de la Historia (no agotarse en lo cronológico). Esto no significa que una dependa esencialmente de la
otra.

Por otra parte, y siguiendo con lo que acabamos de exponer, debemos tener claridad la época en que se
gesta y desarrolla la Filosofía de la Historia, lo mismo que los paradigmas generalizados que imperan
cada época. Estas dos, época y concepto, nos ubican más en nuestra comprensión de la Filosofía de la
Historia. Exponemos estas dos:
2
ÉPOCA CONCEPTO FUNDAMENTAL
Antigua Cosmos
Media Dios
Moderna Razón (absoluto)
AUGE DE LA FILOSOFÍA DE LA HIST ORIA (PERIODO DE LAS LUCES)
Contemporánea Hombre (relativo)
Actual Lenguaje

Vemos entonces como la Filosofía de la Historia surge en el ‘Periodo de las Luces’, iniciado con
Descartes y llevado a cierre absoluto con Hegel. Es una época que presenta una crítica al inconsciente
colectivo del abuso de la idea de ‘providencia’ (todo proviene y se interpreta desde Dios) presente en el
medioevo, a tal punto que pensadores como Kant, Herder y Hegel, tienen dentro de su postura
filosófica el imperativo de valerse del propio entendimiento para el desarrollo responsable de la propia
existencia. Es la época del iluminismo y el racionalismo6.

En la época contemporánea, la Filosofía de la Historia toma un nuevo rumbo; ya que se critica al


sistema hegeliano, y en general a toda la modernidad, por considerarlo cerrado (postura planteada por
el mismo Hegel) en el horizonte de la narratividad (basada para esta época en la razón). La época
contemporánea, con su acento en el individuo, comprende la Filosofía de la Historia desde la
multiplicidad de horizontes. Se pasa de una idea cerrada de historia, centrada en la razón,7 a una visión
más diversa de la misma. Toda esta crítica a la modernidad es fundamentada, en el sistema hegeliano
de la dinámica del espíritu; es decir:

- Espíritu Subjetivo Yo (El sujeto con sus ideas). Se critica por ser
- Espíritu Objetivo El ‘Otro’ (encuentro de subjetividades). un proceso
- Espíritu Absoluto Todos (El consenso). racional cerrado.

Del cual Hegel, respecto del desarrollo de la Historia de la Filosofía, considera:


- Filosofía antigua (Aristóteles)
- Filosofía medieval (Santo Tomás) Espíritu Subjetivo
- Filosofía moderna (Kant)

- Estos pensadores al encontrarse mutuamente Espíritu Objetivo


- Hegel Espíritu Absoluto
Como ya dijimos, la crítica a este sistema es el considerarse absoluto y cerrado, ante lo cual Marx,
Nietzsche, Benjamín y Ricoeur responden en la época contemporánea y actual.

6
Cfr. MANUEL CRUZ Y DANIEL BRAUER (comps.), La comprensión del pasado. Escritos sobre filosofía de la historia,
Barcelona, Herder, 2005, 445 pp.
7
Se debe tener en cuenta, como lo expondremos más adelante, que en la época moderna no todos los pensadores
comprendieron la Filosofía de la Historia desde la pura razón, sino que se presentaron otros, como Herder, que la
comprendieron desde el sentimiento y el mito. Esto lo desarrollaremos al tratar del pensamiento de Herder.
3
Sintetizamos entonces estas consideraciones con las siguientes palabras: “la Filosofía de la Historia
comprende dentro de sí la historia como objeto del reflexionar filosófico, a tal punto que la época
contemporánea critica a la moderna por considerar que con el sistema hegeliano la pregunta por la
historia queda respondida; más aún, la pregunta por el progreso moral de la humanidad
(fundamento de la pregunta de la Filosofía de la Historia) queda aún en construcción8”. La pregunta
por la Filosofía de la Historia es la pregunta por la situación (progreso o retroceso) moral de la
humanidad. Exponemos a continuación la postura de los pensadores anteriormente mencionados.
2. Una reflexión sobre la filosofía de la Historia: Manuel Cruz y Brauer.

a. Manuel Cruz

Se quiere partir de la tópica afirmación; “nuestra época vive encerrada en su propio presente,
pendiente únicamente de sí misma, incapaz de valorar otra cosa que no sea la pura y dura actualidad.
Así lo manifiesta el poema de Borger “El jardín de senderos que se bifurcan”. Todas las cosas le
suceden a uno precisamente, precisamente ahora. Siglos de siglos y sólo en el presente ocurren los
hechos; innumerables hombres en el aire, en la tierra y en el mar, y todo lo que realmente pasa me
pasa a mí...”.Desde Horkheimer a Koselleck: Aviso de la tendencia: que si crece en nuestro interior la
nostalgia del futuro, que si se ha estrechado el horizonte de nuestras expectativas, que si el futuro ya no
es lo que era... Incluso tenemos derecho a sospechar, en qué medida el tan publicitado dictamen de
Fukuyama acerca del final de la historia: el futuro ha muerto.

Se denota una ambigüedad ante el futuro, desde el presente: Por un lado, no se cesa de recordar al
hombre la capacidad que en él hay de destruir y por otro lado, se exhorta “con toda razón” a ser
conscientes de nuestra responsabilidad ante las generaciones futuras. Sin embargo, tanto poder como
presuntamente tenemos y lo único que damos en pensar es en conservar lo que ya hay.

Perseverar en la idea de que el actual orden mundial va a existir para los restos tiene escaso fundamento
real: No dejamos de recibir señales de su fragilidad. Somos perfectamente conscientes de ella quizá
valga el ejemplo extremo de la psicosis colectiva de inseguridad que vivió el mundo las semanas
inmediatamente posteriores al atentado a las Torres Gemelas.

Lo que parece haber entrado en una profunda crisis es algo que bien pudiéramos llamar la pasión por el
futuro: El fracaso de una alternativa, por grandes que fueran las esperanzas que pudieran tenerse
depositadas en ella, en modo alguno equivale a la derrota de toda posibilidad. Así el vehículo expresivo
a través del cual llevábamos a cabo dichas representaciones adoptaba el formato de la utopía. Es
curioso: cuando éramos débiles soñábamos con la fuerza, y ahora que la hemos alcanzado, crece en
nosotros la nostalgia de la incertidumbre, incluso adoptando la forma de reivindicación de la
ignorancia.

Ahora frente a la insaciable avidez del conocimiento: Un prerrequisito de la libertad lo constituye


precisamente la ignorancia de lo que nos deparará el futuro. Ante el futuro se necesita nuevos

8
Cfr. ANDERSON, Perry. Los fines de la historia (Traducción de Ernavon der Walde). Santa Fe de Bogotá: Tercer Mundo
Editores, 1995, 21.
4
lenguajes: los que habían usado han resultado inútiles: así “del futuro en cuanto tal no cabe experiencia
en la medida en que todavía no ha sido, pero si puede haberla de su anhelo, de su esperanza. A fin de
cuentas es a eso a la que solemos denominar con el término “ilusión”. Pero, ¿a qué se debe la pérdida
del sentido por el futuro? Según Piglia el desplazamiento mental que en algún impreciso momento
tuvo lugar y que hizo que abandonáramos la mirada global, la ambición por entender las cosas en el
marco histórico mayor al que pertenecemos, para pasar a pensarnos en clave meramente biográfica.

b. Daniel Brauer

Pensador actual que comprende la Filosofía de la Historia como un proceso dinámico en que se
entrelaza el recuerdo, la anamnesis, la revisión, estudio y explicación de los acontecimientos. Es una
postura más metódica en lo referente a la Filosofía de la Historia.

Según Brauer, hay dos formas de escribir, ver y estudiar la historia, que son:

1. La que lleva a los hombres a la virtud (narrativa), es decir, aquella que mezcla dentro de sí la
descripción de los hechos y la poética.
2. La que obliga a ver la verdad (descripcionismo), o aquella que se preocupa por exponer los
acontecimientos a secas.

Ahora bien, para Brauer la historia no es, en principio, un acercamiento al pasado, sino el resultado de
múltiples factores, ejemplo, la el recuerdo y la praxis (fruto). La Filosofía de la Historia, según esto,
cumple la función de orientar al hombre hacia lo mejor, pues no solo le brinda información, sino que
también lo mueve al compromiso.

Por otra parte, en la actualidad la Filosofía de la Historia se encuentra en crisis a causa del relativismo
en torno del término verdad, lo mismo que por la veracidad de los métodos que se sigue para
encontrarla. Sin embargo, la forma narrativa actual presenta elementos significativos para la
comprensión de la historia, como lo es el de acercarse-comprender un acontecimiento histórico en su
contexto y no como un hecho aislado, además de saber que dicho acercamiento no agota el
acontecimiento histórico, no es un duplicado ontológico.

Desde esta perspectiva la historia cuenta con una triple tarea:

1. Establecer hechos.
2. Ofrecer una explicación plausible de los mismos.
3. Brindar una interpretación global de los acontecimientos, que pueda hacer parte de un corpus
epistemológico. En el fondo de la historia se encuentra una mejor circunstancia de la condición
humana

3. La Filosofía de la Historia en su edad de oro: (Kant y Hegel); Herder.

5
Es importante señalar que estos autores en cuanto a la concepción del progreso, “tienen una visión
positiva – optimista de la historia (Kant y Hegel)=Filosofía racional: el fin del hombre es el encuentro
hacia la razón. Mientras que Herder en su concepción sobre el progreso es parcial, lo hace desde un
punto medio: ni positivo ni negativo9”. Ahora bien, de acuerdo a lo expuesto anteriormente, el
surgimiento de la Filosofía de la Historia en el ‘periodo de las luces’, y en todo el contexto del
racionalismo y el iluminismo (idea de lo absoluto), expondremos la esencia de su pensamiento:
3.1. Kant y Hegel.
a. Immanuel Kant (1724-1804)

En cuanto a su reflexión acerca de la Filosofía de la Historia, enfatiza en la cuestión moral de la


humanidad, Kant presenta a la humanidad en un constante camino hacia el progreso moral, (el género
humano va en progreso constante hacia lo mejor) hecho que es evidenciado en los ideales de la
Revolución Francesa (1789-1799).10Kant parte de una lectura ‘profética’ de la historia moral, en la
cual, teniendo en cuenta que dicha lectura parte de la realidad concreta para proyectar una de progreso
moral. Hay un evidente interés por parte de Kant en descubrir un hilo conductor, de racionalidad lógica
y moral, bajo el curso aparentemente caótico y absurdo de una evolución de la especie tan llena de
males y vicios, que le obliga a apartar sus ojos horrorizados “para no cargarse con un vicio más, a
saber: el del odio a la Humanidad”11.

Con todo esto, podemos leer en Kant una historia profética a priori, la cual sigue la ley de causa y
efecto en la idea de ‘futuro’ de los hombres (si siguen o no siguen ideales morales que orienten al
bien); comprendiendo a estos últimos como seres que no se agotan en su naturalidad, sino que
trascienden al campo de la moralidad y la responsabilidad. A este ideal se opone, según Kant, la
excesiva sobrecarga de normas12, Kant expone tres modos de historia en la situación moral de la
humanidad negando la, posibilidad de cada uno de ellos:

- De retroceso moral (terrorismo moral), que según Kant no puede ser infinito, pues en un
momento se llegará a la aniquilación de sí mismo, antes de lo cual, cuando no se puede
empeorar más, surge el anhelo de esperanza.

- De progreso continuo (eudemonismo o quiliasmo), en el cual se ubica la meta moral muy lejos.
Según Kant, esta lectura de la historia debe tener en cuenta dos fuerzas propias de la naturaleza,
bien y mal, desde las cuales se debe comprender que los efectos no pueden superar, por lógica,
la causa eficiente de la cual provienen, luego entonces un progreso moral continuo no es
posible.

9
Apuntes tomados en clase de Filosofía de la Historia: Licenciada Ángela Rincón.
10
Para toda esta reflexión sobre Kant, Cf. KANT Immanuel, Replanteamiento de la Cuestión sobre si el Género Humanos se
halla en Continuo Progreso Hacia lo Mejor,
11
KANT, citado por E. MENÉNDEZ UREÑA, “Ilustración y conflicto en la filosofía de la historia de Kant”, en, J. Muguerza y
R. Rodríguez Aramayo, eds., Kant después de Kant (Madrid: Tecnos, 1989), p. 224
12
KANT, Immanuel. Ideas para una historia universal en clave cosmopolita y otros escritos sobre Filosofía de la Historia.
6
- De estancamiento moral (abderitista), que según Kant, no es posible, por la misma naturaleza
dinámica del hombre, por lo que se plantea un movimiento pendular en el desarrollo moral
(absurdo dinamismo, la prueba y el error).

Kant no se inclina de este modo por ninguna de estas tres formas de analizar la historia, Kant toma
postura con el dinamismo absurdo (de la prueba y el error), donde se tiene una postura moral dinámica
(en desarrollo consciente, libre y contingente) a priori, es decir, en relación con un hecho histórico
noble que merezca ser recordado, la Revolución Francesa.13y así constituye su historia moral secreta.
Debemos tener en cuenta también que, el acontecimiento no es la causa del progreso moral, sino un
signo histórico que muestra la tendencia humana hacia lo mejor. El acercamiento de dicho suceso debe
ser objetivo, sin magnificar o despreciar detalles.

Por otra parte, la humanidad, en general, tiene una disposición-derecho al progreso moral, lo mismo
que una responsabilidad para no obstaculizar el progreso de los otros. Esto último sólo es posible desde
el entusiasmo, es decir, desde la participación activa en el bien que se ciñe a un ideal moral. Este ideal
moral implica a todo el género humano, respecto de la historia, en una dinámica de servicio. Por lo
tanto, si cambia o fracasa el referente histórico, el futuro proyectado no perderá fuerza, pues lo que se
sigue son ideales (Rev. Francesa: igualdad, fraternidad y libertad).

Todo este ideal kantiano del progreso histórico de la humanidad hacia lo mejor (lo cual no desconoce la
contingencia), es contrastado con una serie de dificultades para dicho desarrollo, que según Kant son:

- El irracional ejercicio de la política: generar la idea de participación democrática y ser un


absolutismo exacerbado; en donde el sujeto no es responsable ni libre.
- El desconocimiento de los derechos humanos, lo mismo que las limitaciones para la
humanización y la promoción de la persona.
- Comprender el progreso moral como acumulación de moralidad y no comprender sus
repercusiones legales de acuerdo con el deber (ideal moral). Desde esta perspectiva se
comprende cómo es que las acciones son el fenómeno empírico con que contamos; y la moral es
el concepto de deber (ideal moral), el cual es puramente a priori. Otro elemento importante en
esta cuestión es la educación moral, herramienta necesaria para la lectura histórica.
- No instruir en la educación negativa, es decir, en la conciencia de que la guerra es el mayor
obstáculo para la moralidad; luego entonces, es una tendencia que debe desaparecer, abriendo el
camino para el progreso moral. Ejemplo: la Segunda Guerra Mundial.

Podemos concluir, desde la perspectiva kantiana, que el progreso moral de la humanidad, en su unidad,
está íntimamente unido a la conciencia histórica, la libertad y la voluntad humana; a tal punto que
cada hombre es responsable de la construcción del progreso moral de la humanidad, y beneficiario de
los esfuerzos morales de toda la humanidad.

13
Hecho que es Rememorativo (digno de ser recordado por sus ideales), Diagnóstico (evidencia el progreso moral que se
va realizando paulatinamente, más cuando genera simpatía hacia sus ideales) y Pronóstico (perpetuación de los ideales de
este hecho en la historia).
7
b. Georg Wilhem Friedrich Hegel (1770-1831)

Para comenzar, y a semejanza de Kant, Hegel parte de la convicción según la cual el “enorme
sacrificio” que se patentiza en la historia “ha de tener por fundamento un fin último”14. Es en la
historia universal donde “la masa entera del mal concreto aparece ante nuestros ojos”, y de allí que
Hegel defina su reflexión como una Teodicea, es decir, “una justificación de Dios”, que se propone
“hacer concebible el mal, frente al poder absoluto de la razón”15

Ahora bien, para Hegel, lo real es lo histórico y sólo se puede entender a través de lo racional. Por
tanto, lo racional en Hegel lo afirma con el espíritu del pueblo desde la autoconciencia, es decir
poderse entender la razón (filosofía) a la luz del espíritu del pueblo o del espíritu universal. Por tanto,
la libertad es el culmen de la filosofía de Hegel, sólo habrá libertad cuando confluyan los espíritus universal y
particular. Hegel considera que el fin último de la razón donde se evidencia el pueblo es la “revolución
Francesa”. Considerado comúnmente como el máximo exponente de la época moderna, su postura
filosófica ha sido comprendida, y desde él mismo, como el cierre de la filosofía; es decir, con Hegel
la filosofía, y en ella la Filosofía de la Historia, han llegado al final de su comprensión. Todo esto lo
expresa su planteamiento sobre la dinámica del espíritu, anteriormente expuesta.

Teniendo en cuenta los distintos elementos, que del pensamiento de Hegel hemos trabajado a lo largo
de esta reflexión, ahondaremos en el aspecto del cristianismo como expresión de la Plenitud del
Espíritu, por lo tanto, concepto fundamental para la Filosofía de la Historia. Según Hegel, el proceso de
la dinámica del Espíritu se encuentra en el cristianismo, ya que este cuenta con la idea de un Dios trino,
el cual se expresa de tres modos (personas) y representa el espíritu absoluto. A pesar de esto, Hegel no
quiere presentar al cristianismo como una religión absoluta, sino como una manifestación de la
dinámica del espíritu absoluto.16

Ahora bien, en Hegel se debe comprender la realización del espíritu absoluto del Dios trino no tanto
referida a la Escritura, sino en cuanto a la comunidad de fe. Surge en el cristianismo la conciencia
histórica de un continuo volver sobre ella misma, tema recurrente en el pensamiento hegeliano.
Podremos decir entonces que, para Hegel, la conciencia histórica, como categoría fundamental para
una Filosofía de la Historia, es el conocimiento que el hombre tiene sobre los acontecimientos
ocurridos y presentes, siendo en el último de estos casos un esfuerzo flexivo e interpretativo. Desde

14
W. F. Hegel, Lecciones sobre la filosofía de la historia universal (Madrid: Alianza Editorial, 1997), p. 48.
15
Ibíd., pp. 56-57. Ferrater mora indica que “Feuerbach dijo una vez que en todo el pensamiento de Hegel alentaba el
fantasma de la teología. Sería más exacto decir que todo el pensamiento de Hegel es, en su entraña, teología...”, Cuatro
visiones..., p. 95. Dice por su parte Maritain que “La filosofía de Hegel trató de absorver toda la herencia teológica de la
humanidad refundiéndola en términos puramente racionales”, Filofofía de la historia, p. 34
16
Desde esta perspectiva se comprende cómo, desde Hegel, la plenitud es la conciencia de libertad y subjetividad,
aspectos muy recurrentes en la propuesta cristiana.
8
esta óptica, de la conciencia histórica, Hegel lee la historia en cuanto a la adquisición o valoración de
menos a más de la libertad. Esto entres momentos:

1. La infancia de la historia (esclavitud, absolutismo y mitos), identificada con el antiguo oriente.


Actitud autocrática.
2. Mundo grecorromano, en el cual se da, lo que Hegel llama, el dolor histórico, es decir, la crisis
de los mitos (se pone en entredicho la divinidad del emperador por los cristianos). Hay hombres
libres y esclavos (los cristianos abolen esto).
3. Siglo XIX, es la madurez de la historia, el Estado Prusiano, es decir, que la razón se ha
desarrollado totalmente. Es el estado de la razón pura. Todos son libres (resonancia de la Rev.
Francesa).
Vemos entonces cómo para Hegel, la historia es el relato del desarrollo de la libertad humana, por eso
se cierra con los ideales de la Revolución Francesa, pues lo que se debe perpetuar es la consecución de
los mismos. Por otra parte, Hegel nos presenta una visión racional de la historia, es decir, buscar,
racionalmente, el fin universal hacia el que se mueve toda la historia, la libertad. Continuando con esta
idea, Hegel considera que la historia universal no es otra cosa que el progreso de la conciencia de la
libertad, de ahí que su lectura de la historia sea dialéctica, es decir, racional. Esta se da a partir de
cuatro categorías fundamentales:

1. Variación: la atracción, y posterior desencanto, que generan ciertos sujetos, pueblos y


momentos. Es un proceso de cambio.
2. Negatividad: se refiere a la aniquilación de lo propio (subjetividad), no en el sentido estático de
muerte, sino en el sentido dinámico de vaciamiento y renovación.
3. Razón: es la fuente de todo lo real (Todo lo real es racional)17 y de la libertad.
4. Libertad: fruto de la razón y el esfuerzo humano; se da a partir de reconocimiento.

Resaltamos, en un último momento del pensamiento de Hegel, su consideración de la Revolución


Francesa como un momento histórico sublime en la conquista de la libertad del hombre; ya que desde
Hegel, toda ella es racional. En ella la conciencia del sujeto, y la humanidad, deben dirigirse a la
conquista de la libertad, aun cuando esto suponga enfrentarse con la autoridad. La Revolución Francesa
es, en su núcleo más profundo, la toma de conciencia histórica más importante de la conquista de la
libertad humana; por lo tanto es un evento racional en su trasfondo.

3.2. Johann Gottfried Herder (1744-1803)18

17
Los fenómenos históricos son lo ‘real’, y lo racional es la reflexión que de ellos se hace (proceso del espíritu), de modo
que sólo es real lo racional en cuanto que dichos acontecimientos son aprehendidos por el sujeto, desde su conciencia
histórica, como punto de partida y conexión de la consecución continua de la libertad. Es real todo aquello que hace
consciente de la libertad.
18
HERDER: Otra filosofía de la historia para la educación de la humanidad..
9
El progreso en Herder es rechazado. Mientras que para Kant y Hegel el progreso es una máxima.
Herder, desde su postura filosófica, como una crítica a su propio tiempo; no considera como exclusivo
el uso de la razón pura para la comprensión de la Historia, sino que valora, para este mismo objetivo,
la lectura de los mitos y sentimientos de las culturas. Se puede considerar a Herder como el Romántico
del Periodo de las Luces; un pensador que desde la cuestión del ‘espíritu de asombro’ y la fe
comprende la postura del hombre ante la historia.

Herder comprende la Historia desde una analogía con el desarrollo humano; es decir, desde el
desarrollo psicológico de este mismo.19 Se puede leer de fondo la idea que Herder tiene de progreso
humano, a tal punto que ciertas circunstancias históricas, como las guerras, aunque él no las esté
considerando justas o indispensables, pueden servir para el progreso moral futuro de la humanidad.

En contraste con su época (la cual daba absoluta primacía a la razón), Herder propone una vuelta a la
tranquilidad natural y al asombro, es decir, a los mitos y al repudio por el progreso. Estas ideas, parten
de la identificación, que este pensador plantea, entre el mundo oriental (semita) y la ingenuidad de la
niñez; mundo en el cual la autoridad y lo religioso cuenta con amplio campo de acción, cosa distinta en
la época de las Luces, donde en consonancia con la Revolución Francesa, la autoridad y lo religioso
son objeto de fuertes críticas. Ahora bien, esta postura natural e ingenua, propia del asombro
(movimiento al conocimiento), no extinguen la necesidad de los prejuicios racionales. Estos últimos
son la objetivación propia del asombro, no al contrario.

Vemos entonces como, dentro de este cambio de mirada respecto de su época, Herder busca combinar
justamente el asombro y la racionalidad, y recordando que dicho pensador lee la historia de la
humanidad en clave de progreso,20 llegando en un momento dado a formular su postura del ‘repudio
por el progreso’, lo cual no es otra cosa que desechar lo que no nos interesa o sirve para el progreso
moral, hacer una ontología de lo mejor y no despreciar otras culturas. El repudio y el pudor son los
actos propios de la racionalidad.21

Según este pensador, el movimiento ilustrado no evidencia el progreso moral de la humanidad, ya que
es despectivo (por los lentes a priori del filósofo), cosa que si trae el romanticismo, pues éste recupera
la sensibilidad humana que ha sido enclaustrada por la ilustración. Herder considera de vital
importancia, para la comprensión del progreso moral de la humanidad en la historia, la aparición y
expansión del cristianismo; religión que, según él, propicia una lectura antropológica de la historia (la
historia no existe al margen de la persona humana), pues sólo desde el hombre, y no desde la filosofía
como principio, la historia adquiere sentido. Es un cambio de paradigma, de pensar la historia en sí y al

19
Toda esta postura de Herder, en cuanto a la Filosofía de la Historia, se encuentra en su obra: Otra filosofía de la historia
para la educación de la Humanidad”; obra estructurada en dos secciones.
20
Cada época ha representado para la humanidad un paso adelante en el desarrollo y progreso moral; así por ejemplo el
antiguo oriente aportó la ingenuidad, el periodo griego la razón pura, la época egipcia la educación formal y las
matemáticas, etc. Según Herder se debe reconocer lo mejor de cada época y cultura, al tiempo que se debe tener pudor
por lo rechazable y la defensa de la propia identidad.
21
Todo esto es desarrollado por Herder en la primera sección de su obra, ya que la segunda sección de la misma está
enfocada en el aporte del cristianismo al desarrollo moral de la humanidad.
10
margen del hombre (desde la filosofía), para pensarla desde el hombre sencillo, paso siguiente vendrá
la objetivación filosófica.

Podría concluirse en esta última parte del pensamiento de Herder, que si bien, el cristianismo a lo largo
de su desarrollo histórico ha sido objeto de escándalos y posiciones despóticas, también debemos
reconocer la cultura que éste trajo para occidente (valores o ideales evangélicos). Continúa su línea de
hacer una ontología de lo mejor de cada época.

4. Discernimientos en torno a la Filosofía de la Historia en la época contemporánea y actual:


Carlos Marx, Friedrich Nietzsche, Walter Benjamín y Paul Ricoeur

Pasamos ahora a la época contemporánea, época que, como ya dijimos, presenta fuertes críticas en
torno a la visión hegeliana de la historia. Esta época pretende mostrar que la historia aún es objeto del
pensamiento, en cuanto que el hombre aún está en proceso de construcción moral y conquista de la
libertad. Es una época que pone de relieve lo subjetivo-relativo frente a la idea de absoluto presente en
la modernidad.
a. Karl Heinrich Marx (1818-1883)

Subyace a su reflexión la siguiente afirmación: ‘La filosofía se ha dedicado a reflexionar el mundo;


ahora es tiempo de transformarlo”22. Crítica que presenta de entrada el horizonte de su reflexión, el
materialismo histórico. Marx inicia su reflexión acerca de la Filosofía de la Historia con una crítica a
Hegel, por considerar que su sistema enfocaba todo su potencial crítico hacia sí mismo, por tanto,
alejada de la misma realidad.

Es desde este presupuesto que comprendemos por qué Marx pone su atención en el mundo concreto,
más que en ideas o silogismos, pues sólo desde su realidad material el hombre se hace hombre. Se
plantea aquí la cuestión de la perpetualidad de la existencia a través de los esfuerzos de producción que
el hombre pone sobre su existencia. Es una postura de responsabilidad material. Las religiones y
sistemas éticos son sólo producto de lo humano, no al contrario, por lo tanto, se deben replantear su
importancia en el desarrollo de una conciencia verdaderamente histórica.

La historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases y la revolución por la reivindicación del


bien común. La historia es la historia de la producción, pues ésta inicia cuando el hombre se distingue
del animal por sus medios de producción. Esto es una crítica a la filosofía idealista, en la cual la esencia
precedía a la existencia, lo mismo que el pensamiento a la materia, surge así la postura marxista del
materialismo histórico, donde la historia lleva a la creación de una filosofía, respuesta próxima a la
realidad. Con esto Marx busca recuperar el lugar de la humanidad en el desarrollo de la historia, lugar
que había sido ocupado por conceptos.

22
Cfr. Apuntes de filosofía de la historia profesora Ángela Rincón. MARX, Karl. La ideología alemana.
11
Otro elemento que se debe tener en cuenta dentro de la postura de Marx, es su lectura de la Historia
desde la pura economía, es decir, que todo acto humano es una expresión de la economía, por ejemplo
la guerra (forma de comercio), la esclavitud (un medio de producción), etc. Así se gesta una
antropología del trabajo, donde, por la situación actual de injusticia, se hace necesaria una revolución,
una lucha por lo propio, un progreso hacia lo mejor.

Si bien Marx sigue el materialismo histórico, parte del sistema hegeliano del espíritu absoluto para
explicarlo, sólo que en Marx la historia será el punto de partida para la filosofía. Si esto no se lleva a la
práctica, conciencia material de la historia, se caerá en la miseria de la filosofía, o lo que es igual, un
estado acrítico que no permite la emancipación.

b. Friedrich Nietzsche (1844-1900)

Propone una voluntad de poder, en medio de una cultura enferma= el nihilismo, donde destaca la
muerte de Dios, ya nada existe, la muerte de los valores humanos, del imperativo categórico, y como
concepto afirma la voluntad de poder o del súper hombre. Por este motivo, establece un proceso:

- Camello: el pasado, hace una crítica a Platón en cuanto a su concepción filosófica sobre el
mundo de las ideas que se opone al mundo materia del ser humano. El hombre es
pecador=cristianismo=camello.
- León: simboliza la fuerza vital del individuo, fuerza para crecer desde la propia esencia,
transformar y asimilar lo que es pasado y extraño, cicatrizar las heridas, reparar las pérdidas,
rehacer las formas destruidas.
- Niño: No hay preocupación del pasado, no hay reminiscencia, representa la capacidad de crear.
El niño es la afirmación del súper hombre.

Nietzsche se pregunta: ¿Cuándo necesitamos la historia? Necesitamos la historia para la vida y la


acción, no para apartarnos cómodamente de la vida y la acción, y menos para encubrir la vida egoísta y
la acción vil y cobarde. Tan solo en cuanto la historia está al servicio de la vida queremos servir a la
historia Afirma Nietzsche: “trato de interpretar como un mal, una enfermedad, un defecto, algo de lo
que nuestra época está, con razón, orgullosa: su cultura histórica. Por eso, Goethe ha dicho, con toda
razón, que cultivando nuestras virtudes cultivamos también nuestros defectos23.

Nietzche a través de un ejemplo, hace notar para qué le sirve la historia al hombre: Así el hombre
“Observa el rebaño que paciendo pasa ante ti: no sabe qué significa el ayer ni el hoy, salta de un lado
para otro, come, descansa, digiere, salta de nuevo, y así de la mañana a la noche y día tras día, atado
estrechamente, con su placer o dolor, al poste del momento y sin conocer, por esta razón, la tristeza ni
el hastío.”24 Se refiere a la estancia de los animales en el disfrute de su presente que no recuerdan su
pasado. En cambio el hombre siempre recuerda su pasado. “El hombre ha de bregar con la carga

23
NIETZSCHE, Friedrich Wilhelm. Sobre la última y el perjuicio de la historia para la vida. (II intempestiva) (Edición,
traducción y notas de German Cano). Madrid: Biblioteca Nueva, 1999. 75.
24
Ibíd. 79.
12
cada vez más y más aplastante del pasado, carga que lo abate o lo doblega y obstaculiza su marcha
como invisible y oscuro fardo que él puede alguna vez hacer ostentación de negar y que, en el trato
con sus semejantes, con gusto niega: para provocar su envidia”25.

Pero, ¿Cuándo es valioso el pasado en Nietzsche? Tan solo cuando el hombre pensando, analizando,
comparando, separando, acercando, limita ese elemento no histórico; tan solo cuando, dentro de ese
vaho envolvente, surge un rayo luminoso y resplandeciente, es decir, cuando es suficientemente fuerte
para utilizar el pasado en beneficio de la vida y transformar los acontecimientos antiguos en historia
presente, llega el hombre a ser hombre.

Lo histórico y lo a-histórico son igualmente necesarios para la salud de los individuos, de los pueblos
y de las cultura.

- Fuerza plástica (lo histórico) Nietzsche se refiere a esa fuerza para crecer desde la propia
esencia, transformar y asimilar lo que es pasado y extraño, cicatrizar las heridas, reparar las
pérdidas, rehacer las formas destruidas. Hay individuos que poseen en tan escaso grado esa
fuerza que, a consecuencia de una sola experiencia, de un único dolor y, con frecuencia, de una
sola ligera injusticia, se desangran irremisiblemente como de resultas de un leve rasguño

Invulnerables: Hay hombres muy invulnerables a las más salvajes y horribles desgracias de la
vida, y aun a los mismos actos de su propia maldad que, en medio de estas experiencias o poco
después, logran un pasable bienestar y una especie de conciencia tranquila.

- Lo a-histórico: Es semejante a una atmósfera protectora, únicamente dentro de la cual puede


germinar la vida y, si esta atmósfera desaparece, la vida se extingue.

c. Walter Benjamín (1892-1940)

Continuando esta crítica a la modernidad, Benjamín, tratando de la Filosofía de la Historia, hace una
simbiosis entre el mesianismo oriental y el utopismo occidental, como dos formas comunes de
comprender la historia. Ambas posturas expresan el común deseo del progreso de la humanidad.

Desde esta perspectiva, Benjamín presenta la teología como aquel saber primero y necesario que
complementa la reflexión racional propia de la ilustración, en cuanto que dicha disciplina, teología,
representa lo bello de la esperanza mesiánica. Pero ¿quién es el mesías? Es aquél que vendrá y
cambiará la historia, no es otro que el proletariado, pues si viniera de otra parte, sería un concepto sin
repercusiones en lo concreto, la historia de las víctimas. En este sentido, Benjamín no sólo se refiere a
la redención de las víctimas actuales, sino de todas aquellas del pasado, de la historia, es decir, el
pasado busca redención. La historia de las víctimas es parte de la historia, no solo hay historia de las
victorias26.

25
Ibíd. 81.
26
Cfr. BENJAMÍN, Walter. La dialéctica en suspenso: fragmentos sobre historia (Traducción, introducción y notas de Pablo
Oyarzun Robles). Santiago de Chile: ARCIS, LOM Ediciones, 2000. 183 p.
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Continúa Benjamín planteándonos la distinción fundamental que debe existir entre el historiador y el
materialista histórico, la cual no es otra que la actitud frente a la historia. El historiador percibe la
historia como dolorosa y de vencedores (es de la clase burguesa), mientras que el materialista histórico
busca en la historia la redención de las víctimas. El mesías es el materialista histórico. Por esta razón, la
historia desde las víctimas, Benjamín rechaza el conformismo. Continuando ésta línea, Benjamín aclara
que el historiador tiende a hablar de la historia universal, mientras que el materialista histórico
promueve la historia de los vencidos, en donde todo sistema e ideal social ha fracasado, pues existen
víctimas. Esto es el estado de excepción.

Siguiendo con su base teológica, “Benjamín plantea la cuestión del huracán del progreso, analogía de
la imagen bíblica del diluvio. Aquí el arca será la utopía y el mesianismo, pues a diferencia de Kant, el
progreso moral no está en seguir ideales, sino en la redención de las víctimas”27. Por consiguiente, el
infierno es una vida de eterno trabajo (alusión al relato de Sísifo), ante lo cual la clase obrera, el mesías,
se levanta para redimir a las víctimas del pasado. Es una actitud de solidaridad con la historia. Se
podría concluir entonces que, desde la postura de Benjamín, cada momento histórico es un momento de
revolución y redención del pasado clausurado.

d. Paul Ricoeur (1913-2005)

Pensador inscrito dentro de la línea filosófica de la hermenéutica del lenguaje. Hace una lectura de la
historia del “autoreconocimiento en el rostro del otro”28. Es toda una postura de corresponsabilidad y
solidaridad consigo mismo, con el otro, con la humanidad y con la historia. Es pensar-actuar más allá
de la propia contingencia. Según Ricoeur, debemos valorar positivamente la pluralidad de las culturas,
ya que a través de ellas se puede dar el correcto afianzamiento del propio ‘yo’; es decir que, se debe
tener conciencia que la cultura greco-europea no es la única expresión de la humanidad, sino que, a
través del enriquecimiento y responsabilidad mutua, la propia cultura se enriquece y afianza. Por lo
tanto, la cultura se está creando diariamente, por esta razón exige estar abierta a otras culturas; se da
entonces la cuestión del arraigo a la propia cultura y el encuentro con los otros.

Por otra parte, Ricoeur problematiza la cuestión de la historia en torno a la subjetividad del ‘lector’ y a
la ‘objetividad’ de la historia. Reconoce que dicha relación del sujeto con la historia cuenta con
dificultades importantes (como los criterios comunes), pero también reconoce que si se lleva a cabo, en
esta relación, el mismo proceso que con la cultura (arraigo a la propia identidad y diálogo), se podrá
tener una visión panorámica del acontecer histórico. La historia no debe dejar de ser historia, como el
sujeto no deja de ser sujeto para comprender la historia. Tenemos en este sentido tres cuestiones
fundamentales para la comprensión de la historia en Ricoeur.
27
Cfr. BENJAMIN, Walter. Para una crítica de la violencia y otros ensayos: iluminaciones IV (Introducción y selecciones de
Eduardo Subirats; traducción de Roberto Blatt. Madrid, Taurus, Alfaguara, 1991. 164 p.
28
Cfr. RICOEUR, Paul,. Historia y normatividad. (Introducción de Ángel Gabilondo y Gabriel Aranzueque). BARCELONA:
Ediciones Paidís, ICE de la Universidad Autónoma de Vacilona, 1999. 30 .
RICOEUR, Paul. La lectura del tiempo pasado: memoria y olvido.(Presentación de Ángel Gabilondo; traducción de Gabriel
Aranzueque). Madrid: Arrecife, Ediciones de la Universidad Autónoma de Madrid, 1999. 119 p.
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FUENTES BIBLIOGRÁFICAS CLAVES EN FILOSOFÍA DE LA HISTORIA:

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Editores, 1995. 168 p.
ARDAO, Arturo. América Latina y la latinidad. México: Universidad Autónoma de México, 1983. 392
BENJAMÍN, Walter. La dialéctica en suspenso: fragmentos sobre historia (Traducción, introducción y notas de Pablo
Oyarzun Robles). Santiago de Chile: ARCIS, LOM Ediciones, 2000. 183 p.
BENJAMIN, Walter. Para una crítica de la violencia y otros ensayos: iluminaciones IV (Introducción y selecciones de
Eduardo Subirats; traducción de Roberto Blatt. Madrid, Taurus, Alfaguara, 1991. 164 p.
BLOCH, Marc Léopold Benjamín. Historia e historiadores. (Textos reunidos por Etienne Bloch; traducido por F.
J.(Gonzales Guacia). Madrid: Akal Ediciones, 1999. 326 p.
CRUZ VERGARA, Eliseo. La concepción del conocimiento histórico en Hegel: ensayo sobre su influencia y actualidad. Sa
Juan: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, Decanato de Estudios Graduados e Investigación, 1997. XVII, 621 P.
ELLACURIA, Ignacio. Filosofía de la realidad histórica. Madrid: Editorial Trotta, Fundación Xavier Zubiri, 1991. 478 p.
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FUKUYAMA, Francis. El fin de la historia y el último hombre: la interpretación más audaz y brillante de la historia
presente y futura de la humanidad (Traducción de P. Elías) Bogotá: Editorial Planeta Colombia, 1992. 474 P.
Nietzsche, Friedrich Wilhelm. Sobre la última y el perjuicio de la historia para la vida. (II intempestiva) (Edición,
traducción y notas de German Cano). Madrid: Biblioteca Nueva, 1999. P.
RICOEUR, Paul,. Historia y normatividad. (Introducción de Ángel Gabilondo y Gabriel Aranzueque). BARCELONA:
Ediciones Paidís, ICE de la Universidad Autónoma de Vacilona, 1999. 230 .p.
RICOEUR, Paul. La lectura del tiempo pasado: memoria y olvido.(Presentación de Ángel Gabilondo; traducción de Gabriel
Aranzueque). Madrid: Arrecife, Ediciones de la Universidad Autónoma de Madrid, 1999. 119 p.
SCHILLER, Johann Christoph Friedrich von. Escritos de filosofía de la historia. Universidad de Murcia. Secretariado de
Publicaciones, 1991. XXI, 159 p.

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