• “La brecha entre ricos y pobres bajó, posicionando a Argentina nuevamente como

el país más igualitario de Latinoamérica.”

Es muy interesante como se utiliza la “hermandad latinoamericana” para hacer cotejos con
ellos. Ponderar ser más “igualitarios” que los países hermanos en vías de desarrollo, es un
mérito que habría que callar... Para aquellos que le gustan las comparaciones sería más
interesantes realizar tal cotejo con países ejemplares en el sentido que se ha establecido el
paragón. Creo que no se trata de de ver lo que nos falta, si no de encontrar la motivación para
continuar progresando y no “irse a festejar” o estacionarse ante pequeños logros.

• “El número de chicos escolarizados a nivel nacional ha aumentado.”

¡Quién se puede negar a esta afirmación! Sin embargo éste “aumento” y esta “escolarización”
que reflejan las estadísticas sería bueno saber ¿qué es lo que están midiendo? Los que se
inscriben y asisten para recibir prebendas, subsidios, computadoras, etc. O nos está hablando
de estudiantes en sentido estricto de la palabra. ¿Se están formando nuestros jóvenes o
simplemente han sido captados por las estadísticas dentro del sistema educativo?

• “Por otra parte, se apunta a una igualación de derechos entre ocupados formales y
desempleados informales.”

Aquí se esta usando la palabra “apunta” insinuando una dirección probable o prometida y se
trae al el presente, de contrabando, logros que no son tales. Esto pasará, sucederá en un
futuro indeterminado, cosa que no está sucediendo.

• “En una sociedad con fuertes desigualdades, la escuela es el medio privilegiado

para democratizar el acceso al conocimiento de estas herramientas de sociabilidad.
Nuevamente es el Estado, como garante de los derechos, quien tiene la
responsabilidad de preparar al sistema educativo para que forme a sus estudiantes
en la utilización comprensiva y crítica de las nuevas tecnologías”

En una sociedad con fuertes desigualdades, poco es lo que puede aportar la escuela, son unas
pocas horas en un establecimiento, que aun suponiendo que esté en condiciones adecuadas
tanto desde lo edilicio, como el mobiliario de las clases y el material de enseñanza, la escuela
no puede suplir lo que el estado con todo su potencial no alcanza a revertir. Por otra parte,
aun con la facilidad que tienen las nuevas generaciones en captar el uso y las posibilidades de
las nuevas tecnologías, no salvarán al pobre de su pobreza ni del desempleo a ese ser humano
concreto que no encuentra salidas a su situación ni la de sus seres queridos.