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COCHABAMBA – BOLIVIA
RESUMEN Y ANALISIS DEL TEXTO:
EL MAESTRO IGNORANTE
CINCO LECCIONES SOBRE LA EMANCIPACIÓN INTELECTUAL
Jacques Rancière
El presente trabajo es un resumen del libro de Jacques Rancière1, que con un titulo tan
duro como de: “El Maestro Ignorante…” nos revive la creación del “método natural de
enseñanza” y de su creador Joseph Jacotot, que en cinco capítulos nos propone una
critica al rol de docentes, a los métodos tradicionales sustentados en la filosofía capitalista
y a la liberación o emancipación del individuo desde la verdad y el raciocinio. A
continuación se sintetiza el contenido de esos cinco capítulos que contiene el libro:
Capítulo Primero
Una aventura intelectual
Este primer capítulo, Rancière nos cuenta lo que paso a Jacotot en 1818, cuando este
ilustre pensador francés es exiliado después de la guerra y va a parar en los Países
Bajos, en Holanda concretamente donde sabiendo su recorrido los gobernantes le dan el
trabajo de profesor de francés, este reto es una aventura intelectual para Jacotot; el
maestro debía enseñar su lengua sin saber la holandesa; hecho que fue posible y de
manera exitosa gracias a un libro bilingüe “TELEMACO” esto obliga a cuestionarnos
¿Cómo todos esos jóvenes privados de explicaciones podrían comprender y resolver de
forma efectiva las dificultades de una lengua nueva para ellos? ¿Es suficiente decir “no
hace falta más que querer para poder”? ¿Son todos los hombres virtualmente capaces de
comprender lo que otros habían hecho y comprendido?
El éxito alcanzado por Jacotot responde a estas preguntas y es allí donde empieza el
análisis de Rancière en un orden explicador en el que interpreta esta denominada
“aventura intelectual”, donde se da un orden protagónico al “libro”, al “individuo” y al
“maestro” y al “desarrollo natural del aprendizaje”, poniendo como ejemplo el como
1
Jacques Rancière filósofo marxista francés consagró un libro, El maestro ignorante (Libros del
Zorzal), escritor de izquierda, alumno de Louis Althusser, Rancière participó en la redacción
de Para leer El Capital (1965), antes de alejarse y cuestionar la doctrina de su maestro en La
lección de Althusser (1974). A partir de 1970, se lanzó de lleno en lo que sería desde entonces su
línea de investigación: los lazos entre política y estética.
aprendemos a hablar los individuos de niños y uniendo un nuevo componente que será
sin duda la “palabra”.
Sin duda este protagonismo será posible desde el “azar”, entendido como la forma de
cambiar las clases o romper la rutina y la “voluntad” que dará sentido a esta
intencionalidad accidentada y es que con estos dos componentes el maestro podrá ser
“emancipador” en el sentido de que desarrollara la inteligencia de sus alumnos y no será
un mero transmisor de información. Entonces se llamará emancipación a la diferencia
conocida y mantenida de las dos relaciones, al acto de una inteligencia que sólo obedece
a sí misma, aunque la voluntad obedezca a otra voluntad.2 La primera lección de la
emancipación será entonces: “se puede enseñar lo que se ignora si se emancipa al
alumno, es decir, si se le obliga a usar su propia inteligencia” saliendo de un
denominado “circulo de poder” donde el maestro ortodoxo se cree el dueño absoluto de la
verdad y del conocimiento. Este capitulo concluye con esta reflexión:
(…) éste no era un método para instruir al pueblo, era una buena nueva que debía
anunciarse a los pobres: ellos podían todo lo que puede un hombre. Bastaba con
anunciarlo. Jacotot decidió dedicarse a ello. Declaró que se puede enseñar lo que se
ignora y que un padre de familia, pobre e ignorante, puede, si está emancipado,
realizar la educación de sus hijos, sin la ayuda de ningún maestro explicador. E
indicó el medio de esta enseñanza universal: aprender alguna cosa y relacionar con
ella todo el resto según este principio: todos los hombres tienen una inteligencia
3
igual.
Capítulo Segundo
La lección del ignorante
En este capitulo el autor hace un análisis del libro usado por Jacotot para tratar de
explicar el éxito que este tuvo, en este análisis entra el elemento principal de la obra que
es la “inteligencia”, donde el cuestionamiento es ¿tenemos todos la misma inteligencia?
¿Por qué y donde se generan esas diferencias? De este análisis un tanto filosófico y
metodológico resaltamos el uso de una obra de conocimiento general en común, como es
los relatos griegos post “La Ilíada” y “La Odisea” hecho aprovechado por el “ignorante”
para enseñar una segunda lengua en otra que desconoce o ignora, donde se tiene un
poder de las habilidades “propias de cada uno” denominadas en el anterior capitulo como
la “voluntad”.
2
Cita textual del autor que es un enunciado filosófico que nos trata de definir a la “emancipación”
3
Ibíd. Pág. 14
Este capitulo concluye dándonos una segunda lección que el autor denomina que “todo
esta en todo” esta afirmación se comprueba cuando el maestro Jacotot pide a uno de
sus amigos (Baptiste Froussard) uso la música y comprueba el éxito de la experiencia, en
el texto se resume esta experiencia así:
Capítulo Tercero
La razón de los iguales
Este capitulo hace un análisis filosófico de algo en común que tenemos todos los
humanos: hombre y mujeres; pobres y ricos, esta virtud es sin duda la “razón” que se
expresa por la “inteligencia”, Rancière nos define como “animal atento” “seres racionales”
siguiendo la línea de muchos filósofos “el hombre es una voluntad servida por una
inteligencia. Quizá basta que las voluntades sean imperiosas de un modo desigual
para explicar las diferencias de atención que tal vez bastarían para explicar la
desigualdad de los resultados intelectuales. Entonces el hombre es una voluntad
servida por una inteligencia.”5
4
Ibíd. Pág.26
5
Ibíd. Pág.31
“El acto de la inteligencia es ver y comparar lo que ve. En primer lugar, la
inteligencia ve al azar. Tiene que buscar para repetir, para crear las condiciones para
ver de nuevo lo que vio, para ver hechos semejantes, para ver los hechos que
podrían ser la causa de lo que ella vio. Debe también formar las palabras, las frases,
las figuras, para decir a los otros lo que vio. En resumen, con todo respeto a los
genios, el modo más frecuente del ejercicio de la inteligencia es la repetición. Y la
repetición aburre. El primer defecto es de pereza. Es más fácil ausentarse, ver la
mitad, decir lo que no se ve, decir lo que se cree ver. Así se forman las frases vacías,
los luegos que no traducen ninguna experiencia del espíritu. «No puedo» es el
ejemplo de estas frases vacías. «No puedo» no es el nombre de ningún hecho. Nada
pasa en el espíritu que corresponda a esa aserción (....) El significado es obra de la
voluntad. Y ahí está el secreto de la enseñanza universal. También es el secreto de
aquéllos a los que se llama genios: el trabajo incansable para someter al cuerpo a
las costumbres necesarias, para encargar a la inteligencia nuevas ideas, nuevas
maneras de expresarlas; para rehacer intencionalmente lo que la casualidad había
6
producido, y convertir las circunstancias desafortunadas en posibilidades de éxito”
Entonces todo individuo tiene el poder nato de “hacer lo que quiere”. Desde su voluntad y
con el principio de la verdad, de conocerse y desde este conocimiento desarrollar sus
habilidades, nos pone como ejemplo a los artistas que desarrollan esa virtud, tanto
pintores y poetas; “todos somos iguales y debemos desarrollarnos en esa comunidad”. La
tercera lección es entonces que: La inteligencia nos hace iguales y se resume en esta
transcripción del autor:
Capítulo Cuarto
La sociedad del menosprecio
Este capítulo comienza con un amedrentamiento que recibe Jacotot de parte de las
autoridades educativas de los Países Bajos, quienes entendían el método “jacotino”
como “perverso, destructor de la unidad y escinde La ciudad en bandos opuestos”; este
capítulo es un capitulo de critica dura a los procederes dominantes que rige la sociedad
6
Ibíd. Pág. 33
7
Ibíd. Pág.42
endiosando al conocimiento a través de la retorica, creando diferencias entre “los
inferiores y superiores” denominada por el autor como “aventino” paradoja de la ficción de
la desigualdad y que para Rancière es como si el Rey es el filosofo y el pueblo el
soberano, ante el sueño moderno de la soberanía del pueblo; reiterándonos que solo la
razón y la inteligencia nos hacen iguales.
Sin duda, es un sueño esta profecía de la nueva era. Pero esto no es un sueño:
siempre se puede, en el fondo mismo de la locura desigualitaria, verificar la igualdad
de las inteligencias y que esta verificación tenga efecto. La victoria de Aventino es
bien real. Y sin duda no está dónde se la piensa. Los tribunos que la plebe ganó
desrazonaron como los otros. Pero que cualquier plebeyo se sienta hombre, que se
crea capaz, que crea a su hijo y a cualquier otro de ejercer las prerrogativas de la
inteligencia, eso no es nada. No puede haber ahí partido de emancipados, asamblea
o sociedad emancipada. Pero todo hombre puede siempre, en cualquier momento,
emanciparse y emancipar a otro, anunciar a los otros la buena nueva y aumentar el
número de los hombres que se conocen como tales y ya no juegan más a la comedia
de los superiores inferiores. Una sociedad, un pueblo, un Estado, serán siempre
desrazonables. Pero se puede multiplicar el número de hombres que harán, como
individuos, uso de la razón, y sabrán, como ciudadanos, encontrar el arte de
desrazonar lo más razonablemente posible.
Ya podemos decirlo, y hay que decirlo: «Si cada familia hiciese lo que digo, la nación
estaría muy pronto emancipada, no por la emancipación que los sabios ofrecen, por
sus explicaciones al alcance de las inteligencias del pueblo, sino por la
emancipación que se toma, incluso contra los sabios, cuando uno se instruye por sí
9
mismo.
Capítulo Quinto
El emancipador y su mono
“Se puede enseñar lo que se ignora. Por lo tanto, un padre de familia pobre e
ignorante puede emprender la instrucción de sus hijos. Hay que dar el principio de
esta instrucción: hay que aprender alguna cosa y relacionar con ella todo el resto
según este principio: todas las inteligencias son iguales”.
8
Usamos este termino interpretando lo que el autor denomina como “uno se instruye por si
mismo”
9
Ibíd. Pág.55
No se trata de crear sabios. Se trata de levantar el ánimo de aquellos que se creen
inferiores en inteligencia, de sacarlos del pantano donde se estancan: no el de la
ignorancia (…) Se trata de hacer hombres emancipados y emancipadores.
Sólo un hombre puede emancipar a un hombre. Sólo un individuo puede ser
razonable y solamente a través de su propia razón.
Un profesor no es ni más ni menos inteligente que otro hombre y presenta
generalmente una gran cantidad de hechos para la observación del buscador.
Pero solamente existe una manera de emancipar. Y nunca ningún partido ni
ningún Gobierno, ningún ejército, ninguna escuela ni ninguna institución,
emancipará a persona alguna.
Estas lecciones sintetizan sin duda las cuatro lecciones anteriores y ponen en evidencia
realidades que aun se mantienen en los sistemas educativos, nos da una crónica del
triunfo de Jacotot contra sus detractores que permite en los hombres su emancipación y
progreso, el que se ve reflejado en sus pueblos, romper los círculos de dominación y
reemplazarlos por el progreso dejando de ser ovejas para transformarnos en hombres
libres.
Es deber entonces de nosotros, según el autor liberar a los pueblos desde esta
emancipación educativa ponerla a la cabeza del pueblo, promulgando la libertad del
hombre y de los pueblos; critica duramente a filósofos renombrados que taparon la obra
de Jacotot acusándolo de loco y denominando a su obra “método natural” desconociendo
a su autor. Creemos que la quinta lección y la lección de esta lectura es la emancipación
10
Ibíd. Pág. 66
de una sociedad pedagogizada por uno mismo que toma su libertad de forma autónoma
como se toma el conocimiento, y que se resume en el lema con el que finaliza esta
majestuosa obra: “la enseñanza universal no crecerá, es verdad, pero no morirá.”
CONCLUSIONES:
Esta lectura puede ser tediosa y complicada para el lector si no rescata la esencia misma
del mismo y la oportunidad que nos brinda en el marco de la implementación de la
LASEP11 Nº 070, esto pues nos permite dejar practicas enraizadas de clases magistrales
de endiosamiento del docente y del rol pasivo del estudiante, personalmente es una
reflexión ante nuestra actitud como participantes de la segunda fase de PROFOCOM y la
actitud que tomamos con las Unidades de formación que estamos desarrollando y las
lecturas complementarias: ¿Somos capaces de emanciparnos?, ¿los facilitadores tienen
la capacidad de motivarnos para alcanzar esta emancipación?, son preguntas
horizontales de doble sentido participante – facilitador o facilitador – participante, cuya
respuesta permitirá el éxito de este programa.
11
Se abrevia Ley Avelino Siñani – Elizardo Pérez como LASEP
12
Obra del pedagogo “tercer mundista” Paulo Freyre
Para concluir dejamos esta reflexión en forma de pregunta ¿Es mejor docente aquel que
da en su clase todos los contenidos en forma magistral o aquel que promueve el
descubrimiento “autónomo” y brinda las herramientas necesarias para poder alcanzar el
conocimiento.
ANEXO UNICO
-Para el neófito, la única forma posible de enseñar es explicando. ¿Cómo hacer para que, sin
explicaciones, un niño, o un adulto entiendan lo que no conocen?
-Joseph Jacotot consiguió demostrar que el método de la explicación constituye el principio mismo
del sometimiento, por no decir del embrutecimiento.
-¿Podemos recordar el comienzo de esa aventura singular?
-La historia comenzó cuando Jacotot, un apreciado filósofo y pedagogo en Francia, se instaló en
Bélgica por razones políticas durante la Restauración (1814-1830). Allí fue contratado por la
Universidad de Lovaina para enseñar francés. Jacotot, que no sabía una palabra de holandés,
distribuyó a sus alumnos una versión bilingüe del Telémaco de Fénelon y los dejó solos con el
texto y con su voluntad de aprender. Sorprendentemente, pocos meses después todos eran
capaces de hablar y de escribir en francés sin que el maestro les hubiese transmitido
absolutamente nada de su propio saber. Jacotot dedujo entonces que sus alumnos habían utilizado
la misma inteligencia que usa un niño para aprender a hablar. ¿Qué hace un niño pequeño?
Escucha y retiene, imita y repite, se corrige, tiene éxito gracias al azar y recomienza gracias al
método. Todo sin ningún maestro.
-Y así nació la teoría de la “educación universal” o “método Jacotot”. En el nivel empírico,
¿podríamos decir que el maestro ignorante es aquel que enseña lo que él mismo ignora?
-Así es. Según Jacotot, es posible enseñar lo que uno ignora si uno es capaz de impulsar al
alumno a utilizar su propia inteligencia.
-Esa osadía hizo temblar a toda la Europa intelectual, desde Bruselas hasta San
Petersburgo.
-Porque la osadía de Jacotot consistió en oponer la “razón de los iguales” a la “sociedad del
menosprecio”. En realidad, el objetivo de ese apasionado igualitarista era la emancipación. Jacotot
pretendía que todo hombre de pueblo fuese capaz de concebir su dignidad humana, medir su
propia capacidad intelectual y decidir cómo utilizarla. En otras palabras, se convenció de que el
acto del maestro que obliga a otra inteligencia a funcionar es independiente de la posesión del
saber. Que era posible que un ignorante permitiera a otro ignorante saber lo que él mismo no
sabía; es posible, por ejemplo, que un hombre de pueblo analfabeto le enseñe a otro analfabeto a
leer. Y aquí llegamos al segundo sentido de la expresión “maestro ignorante”.
-¿Cuál es?
-Un maestro ignorante no es un ignorante que decide hacerse el maestro. Es un maestro que
enseña sin transmitir ningún conocimiento. Es un docente capaz de disociar su propio
conocimiento y el ejercicio de la docencia. Es un maestro que demuestra que aquello que
llamamos “transmisión del saber” comprende, en realidad, dos relaciones intrincadas que conviene
disociar: una relación de voluntad a voluntad y una relación de inteligencia a inteligencia.
-Pero usted dice que no hay que equivocarse sobre el sentido que tiene esa disociación.
-Hay una forma habitual de interpretarla: como una disociación que intenta destituir la relación de
autoridad magistral para remplazarla solo por la fuerza de una inteligencia que ilumina otra
inteligencia. Ese es el principio de innumerables pedagogías antiautoritarias.
-¿Como la mayéutica socrática, en la que el maestro finge la ignorancia para provocar el
saber?
-Así es. Pero en la teoría de Jacotot, el maestro ignorante opera la disociación de una forma
totalmente diferente. En realidad, haciendo creer que su objetivo es suscitar una capacidad, la
mayéutica busca demostrar una incapacidad. Sócrates no solo demuestra la incapacidad de los
falsos sabios, sino también la incapacidad de todo aquel que no es llevado por el maestro por la
buena senda, sometido a la buena relación entre inteligencia e inteligencia. El “liberalismo”
mayéutico no es más que la variante sofisticada de la práctica pedagógica ordinaria, que confía a
la inteligencia del maestro el trabajo de llenar la distancia que separa al ignorante del saber.
- ¿Y Jacotot invierte el sentido de la disociación?
-Sí. Para él, el maestro ignorante no establece ninguna relación de inteligencia a inteligencia. El
maestro es solo una autoridad, una voluntad que ordena al ignorante que haga su camino. Es
decir, echa a andar las capacidades que el alumno ya posee, la capacidad que todo hombre
demostró logrando sin maestro el más difícil de los aprendizajes: aprender a hablar.
-Pero volvamos a los defectos del método explicativo. ¿Por qué la explicación es “el
principio mismo del sometimiento”?
-El problema reside en la lógica misma de la razón pedagógica, en sus fines y sus medios. El fin
normal de la razón pedagógica es el de enseñar al ignorante aquello que no sabe, suprimir la
distancia entre el ignorante y el saber. Su instrumento es la explicación. Explicar es disponer de
elementos del saber que debe ser transmitido en conformidad con las capacidades supuestamente
limitadas de los seres que deben ser instruidos. Pero muy pronto esta idea simple se revela
enviciada: la explicación se acompaña generalmente de la explicación de la explicación. Hay que
recurrir a los libros para explicar a los ignorantes lo que deben aprender. Pero esa explicación es
insuficiente: hacen falta maestros para explicar a los ignorantes los libros que les explicarán el
conocimiento.
-Un proceso que podría volverse infinito
- si la autoridad del maestro no pusiera un punto final, transformándose en el único capaz de
decidir dónde las explicaciones ya no necesitan seguir siendo explicadas. Jacotot creyó poder
resumir la lógica de esta aparente paradoja: si la explicación puede llegar a ser infinita es porque
su función esencial es la de volver infinita la distancia misma que ella está destinada a reducir.
-¿Se podría decir entonces que la utilización de la explicación es mucho más que un medio
práctico al servicio de un fin?
-Es un fin en sí misma. Es la verificación de un axioma primario: el axioma de la desigualdad.
Explicar algo a un ignorante es, ante todo, explicarle que no comprendería si no se le explicara. Es
demostrarle su incapacidad. La explicación se presenta como el medio para reducir la situación de
desigualdad en la que se hallan los que ignoran en relación a los que saben. Explicar es suponer
que hay, en el tema que se enseña, una opacidad específica que resiste a los modos de
interpretación y de imitación mediante los cuales el niño aprendió a traducir los signos que recibe
del mundo y de los seres hablantes que lo rodean. Esa es la desigualdad específica que la razón
pedagógica ordinaria pone en escena.
-Usted va más lejos en su libro y afirma que esa desigualdad específica, ese axioma
“desigualitario” es el modelo con el que funciona el sistema social. En consecuencia, la
oposición filosófica se transforma también en oposición política.
-Exactamente. Esa oposición no es política porque denuncia un saber ejercido desde arriba en
beneficio de una inteligencia de abajo. Lo es en un nivel mucho más radical porque atañe a la
concepción misma de la relación entre igualdad y desigualdad. Jacotot demuestra que la lógica
explicativa es una lógica social, una forma en la cual el orden “desigualitario” se representa y se
reproduce.
-Los años en que se produjo la polémica en torno al método de Jacotot corresponden, en
efecto, al momento en que se instaló en Europa un proyecto de orden social nuevo, basado
en la demolición de la Revolución francesa.
-Es el momento preciso en que se quería terminar con la revolución. En que se pretendía pasar de
la edad “crítica” de la deconstrucción de las trascendencias monárquicas y divinas a la edad
“orgánica” de una sociedad que reposara en su propia razón inmanente. Es decir, una sociedad
que armonizara sus fuerzas productivas, sus instituciones y sus creencias, y que las hiciera
funcionar según un único régimen de racionalidad. Y ese paso de la edad crítica y revolucionaria a
una edad orgánica exigía, ante todo, resolver la relación entre igualdad y desigualdad.
-Ese proyecto no tiene, según usted, muchas diferencias con nuestras sociedades
orgánicas actuales.
-El proyecto de sociedad orgánica moderna es un proyecto de mediaciones que establecen dos
elementos esenciales entre lo de arriba y lo de abajo: un tejido mínimo de creencias comunes y
posibilidades limitadas de desplazamiento entre los distintos niveles de riqueza y de poder.
-Y el maestro ignorante es aquel que se sustrae a ese juego.
-Sí, en el acto de oponer la emancipación intelectual a la mecánica de la sociedad y de la
institucionalización progresivas. Oponer la emancipación intelectual a la institucionalización de la
instrucción del pueblo es afirmar que no hay etapas en la igualdad. Que esta es una, entera, o no
es nada.