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El hombre y las Culturas

S ele cci ón de f ragmento s . La i dea de l hom bre y l a hi s to ri a


Ma x S c h e l le r
Concepción Naturalista, positivista y pragmatista.

Esta doctrina comienza por negar una "facultad racional" separada, especifica en
el hombre. No hay entre el hombre y el animal diferencias de esencia; solo hay
diferencias de grado. En el hombre, según esta teoría, actúan los mismos
elementos, las mismas fuerzas y leyes que en todos los demás seres vivos; solo
q ue c on c on se cu en cia s mas c omple ja s . Y e s to e s ci erto en el s en ti do f ís ic o , en el
psíquico y en el "poético". Toda el alma, todo el espíritu ha de comprenderse por
los instintos y las sensaciones y su s derivados genéticos. El llamado espíritu
pensante, la facultad de "voluntad central" y de proponerse fines (facultad
aparentemente, distinta del instinto), los valores y las valoraciones, el amor
espiritual y también, por lo tanto, las obras de esos agen tes (la cultura) son
simplemente epifenómenos tardíos, inactivos reflejos conscientes de ciertos
agentes que actúan también en el mundo animal infrahumano. Así, pues, el
h o m b re n o e s e n p ri m e r t e rm i n o , u n "s e r r a c i o n a l " , u n h o rn o s a p i e n s , s i n o u n s e r
insti nti vo. Todo eso que el hombre llama sus pensamientos , su volun tad, su s actos
emocionales superiores (amor, en el sentido del puro bien), todo eso es
simplemente una especie de "idioma de señales que cambian entre si los impulsos
instintivos" ...

El hombre no es mas que un ser viviente, especialmente desarrollado. Eso que


llamamos "espíritu", "razón", no tiene un origen metafísico propio y separado, no
posee una regularidad elemental autónoma, correspondiente a las leyes del ser,
sino que rep resen t a una e volución prolon gada de las mismas facultades , ps íquicas
superiores que ya encontramos en los monos antropoides, un perfeccionamiento
de la "inteligencia técnica" de esa inteligencia, superior a todas las leyes de
asociación, como también al institut o rígido, hereditario que, por ejemplo, en el
chimpancé, consiste en la facultad de adaptación activa a nuevas situaciones
a típ i c a s , s i n p re vi o s ta n te o s y p ru e b a s , p o r s i m pl e a n ti ci p a c ió n d e l a s e s tru c tu ra s
re a l e s e n e l m u nd o c i rc u n d a n te .

E n e f e c t o , e l e s p í r i tu e s a q u í c o n s i d e r a d o t a n s o l o c o m o u n a p a r t e d e l a " p s i q u e " ,
del lado interior de los procesos vitales. Eso que llam amos "conocimiento", no es
si no una serie de imágenes, cada vez mas ricas, que se interponen entre el
estimulo y la reacción del organismo y respectivamente también "signos" de las
cosas, fabricadas por nosotros mismos, y empalmes convencionales de dichos
signos y sus formas de enlace, que conducen a reacciones victoriosas, favorables
a la vida, en el mundo circundante, permitiéndose alcanzar mediante nuestros
m o vi m i e n to s , e l f i n p ri m a ri o d e l i n s ti n to , q u e d a n f i j a d a s c a d a v e z m a s s o l i d a m e n te
en el individuo y en la especie (por la herencia). Llamamos "verdaderos" a esos
signos y sus empalmes, cuando provocan el éxito de l as reacciones favorables a
l a v i d a ; l o s l l a m a m o s "f a l s o s " c u a n d o n o l o p ro v o c a n .

Docente: Mónica Ramírez

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