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Definición
La palabra detergente proviene del latín «detergere» que significa «lavar». Este
concepto se aplica a sustancias químicas que tienen la capacidad de purificar superficies
contaminadas o repletas de suciedad.
Origen
Evolución:
Propiedades
La forma en la que trabajan los detergentes para llevar a cabo su acción limpiadora se
define en cuatro pasos principales:
- Humectación: se refiere a la ruptura de la tensión superficial del agua para que una
sola gota de esta sea capaz de mojar una mayor superficie. Si no se rompe la
tensión, el agua se concentra en forma de gota y solo abarca una superficie muy
pequeña.
- Penetración: una vez que la gota de agua pudo abarcar más superficie, comienza a
penetrar por los poros de la superficie y entra en contacto con las zonas porosas
donde se concentra la suciedad.
- Emulsión: en este paso se forman partículas finas de uno o más líquidos en otro
líquido.
- Suspensión: esta es la parte en la que la suciedad se separa de la superficie en
forma de partículas en solución. Cuando la suciedad forma las partículas en
solución ya no se puede volver a depositar en la superficie.
- Algunos cuentan con enzimas capaces de deshacer manchas creadas por proteínas
Componentes:
Tipos de detergente
Clasificación de detergentes
Un problema más profunda surge del uso intensivo de trifosfato de sodio, que
puede comprender hasta 50% en peso de detergentes. La descarga de fosfatos solubles en
las aguas naturales ha dado lugar a problemas con la eutrofización o el crecimiento de los
seres vivos, de los lagos y arroyos, a menudo donde no es deseable. La sustitución de
trifosfato de sodio por zeolitas ofrece cierto alivio a este problema. En lo que respecta a
los aditivos de fosfato, entre 1940 y 1970 "la cantidad de fosfatos en las aguas residuales
de la ciudad se incrementó de 20.000 a 150.000 toneladas por año." Con un incremento
en fosfatos, especialmente en ausencia de las especies se alimentan de las algas, la
proliferación de algas crecen espléndidamente en el exceso de fósforo y pueden producir
toxinas, matando peces, delfines y plantas. También pueden provocar indirectamente el
agotamiento del oxígeno en profundidades mayores, a través de la descomposición
microbiana de células de algas muertas.