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meno en esta biografía, como un paña tuvo que hacerle frente, con perdió (o lo hicieron perd er) , de
militar abnegado pero rudimentario, pocos di positivos a su alcance, a una manera humillante, ante conteo-
indeci o y mal a e orado en a un- situación traumática y defi nitiva . dores que no estaban a su altura,
to de política. Por momentos, aque- Para el decenio de 1820, tanto en pues ni cantaban ni componían ni
llo de "general de do mundo " no América como en España podía ha- poseían, como él, un estilo propio,
parece un exceso, aunque ea cierto blarse de multitudes liberales, de re- inconfundible, ni habían alcanzado
su tránsito fallido por América. El gúnene republicanos, de una socia- el reconocimiento internacional por
final de su existencia fue lánguido, bilidad política que apelaba a la su obra.
amparado por la fortuna de u espo- oberania del pueblo y apenas si evo- Aunque la trayectoria musical de
sa e incomprendido por los monar- caba la ya lejana autoridad de un Landero fue una de las más origina-
ca en cuyo nombre combatió. Pare- monarca español. Militare corno les e interesantes en el estilo valle-
ce que nunca tuvo suficiente poder, Morillo terminaron atenazados por nato, el único acordeonista que ha-
influencia ni olfato para tomar deci- una monarquía en quiebra económi- cía llorar al acordeón, al que supo
ione en momentos cruciales. Ter- ca y politica, y de una vida pública aportarle los dejos ancestrales de la
minó, rná por sus vacilaciones que cada vez más liberal. Aco tumbrar- música de gaitas de los Montes de
por sus conviccione , confundido en e al igualitarismo de las gentes en María y, pese a que su vida llena de
las toldas liberale y eso le granjeó la calle , plaza y café debió ser di- peripecias fue emblemática del ca-
la anirnadver ión de Fernando VII. fícil para quien sólo habría admitido rácter y el destino del hombre de las
Tuvo que exiliarse en Pari y trami- pertenecer, muy efímeramente, a las abana del Viejo Bolivar, a diferen-
tar con paciencia su reivindicación; distinciones de una logia, luego a una cia de lo ocurrido con reyes vallen a-
el perdón le llegó por fin en 1830 y devota cofradía que organizaba fas- tos corno Alejandro Durán y Luis
eso le permitió vivir una postrera eta- tuosas procesiones y, sobre todo, a los Enrique Martínez, acordeonero
pa militar en España, basta su muer- rigores del ejército. como Erniliano Zuleta Baquero y
te en 1837. Pacho Rad a, compositores como
GJ LBERTO LOAIZA CA o Rafael Escalona y Romualdo Brito,
y cantantes como Guillermo Buitra-
go y Diomedes Díaz, tampoco exi -
tía hasta hoy una biografía compe-
tente de este destacado juglar del
Historias Caribe colombiano durante la se-
gunda mitad del siglo xx.
que se entretejen A Llenar e te vacío imperdonable
en la biografía del viene el libro de urna Gil, terce-
acordeonista ro de su tetralogía, Mochuelos can-
tores de Los Montes de María La Alta,
precedido de la concisa y acertada
La vida de Morillo retrata las difi- presentación del periodista Andrés
Mochuelos cantore de los Montes
cultades del que fuera un grandioso Salcedo y del prólogo pleno de apor-
de Maria la Alta m.
imperio para formar un ejército pro- Andrés Landero, el clarín taciones per onales del filósofo To-
fesional, fijo ; el atraso técnico que le de la montaña más Vásquez.
impidió a España competir en los Numas Armando Gil Olivera El libro se abre con unas reflexio-
mares con Francia y Gran Bretaña; Editorial Kimpres, Bogotá, 2008, nes filosóficas que sirven de marco a
pero también el atraso táctico y es- 26r págs., il. la biografía cuya intención central
tratégico que doblegó a la corona parece ser la de contribuir a la torna
española tanto en Europa como en Quizá no haya existido en el Caribe de conciencia, por parte del hombre
América. España estaba impre- colombiano otro acordeonista con Caribe, del potencial de su cultura
parada, a mediados del siglo XVIII, tan mala suerte como Andrés Lan- para que, así, deje de ser espectácu-
para administrar sus posesiones; por dero (1931-2000) quien , a pesar de lo pintotesco y asuma, por fin , su au-
eso la invasión francesa de r8o8 sim- haber sido uno de los músicos más todeterminación. Para N urnas el con-
plemente desencadenó un proceso de completos de la región, capaz de texto geográfico en el que se sitúan
desmembramiento de los territorios componer, cantar, improvisar y to- la vida y la obra de Landero, los
de ultramar y un intenso forcejeo car en el acordeón los principales Montes de María, generador de un
político en la misma península. Ade- ritmos caribeños y de encontrarse, particular ethos Caribe, no puede
más de impreparada, no tenia previ- cuando se creó el Festival Vallenato, eludirse al explorar su producción
sión de la magnitud de la pérdida que en el apogeo de su carrera, nunca se musical. De allí que en los capítulos
se le avecinaba. Uno de los méritos ganó este concurso, sin duda , el más siguientes se imponga la recreación
de este libro estriba precisamente en importante de todos, en u género, del ámbito en el que nace el músico
que contribuye a entender que Es- en el país. Y lo peor del caso es que y transcurren su infancia y práctica-

BOLET(N CULTURAL \' BIBLIOGRÁFICO , VOLS . 44-45 , NÓM 76 · 77, 2007-2008


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mente toda su vida. Con gran des- de ser alegre del acordeonista que que le trajo líos, por su ingenua au-
pliegue de imaginación para aque- significó la muerte de su guachara- tosuficiencia puesta de manifiesto en
llos momentos sobre los cuales no quero E du ardo Lora en 1956, la frases como "Ni tengo ni necesito" o
hay muchos datos, N urnas aborda la génesis de sus principales composi- "No necesito vejigas para nadar".
efímera relación de la artesa na ciones y sus últimos días, tras el acci- Los diversos testimonios forjan la
bailadora de cumbia Rosa Landero dente de tránsito que, unido a un par persuasiva imagen del Landero de
con el gaitero Isaías G uerra, de la de enfermedades que Landero ocul- carne y hueso con sus hábitos en el
que nace Andrés Gregario, el 4 de tó a us amigos, acabaron con su exis- hablar y el vestir, en el juego y el
febrero de 1931 a las cuatro y veinte tencia física en una solitaria cama de trabajo, tanto en su tierra como fue-
de la tarde en el barrio Miraflores de hospital, y no en la intensa comunión ra de ella, un artista integral cuya
San Jacinto, pueblo que vivía por de una parranda rnpnit~ como lo de- producción más importante coinci-
esos años un periodo de esplendor sea todo músico popular. dió con la plenitud creativa de otros
económico, gracias a la ganadería y tres magníficos músicos - Toña
al cultivo del tabaco. Al referirse a Fernández, Adolfo Pacheco y Ra-
la dura infancia de Landero, en la món Vargas-, maestros que hicie-
que cornia tierra y padecía terrores ron de San Jacinto un auténtico em-
nocturnos, Numas describe con mi- porio cultural y dejaron un legado
nucia los juegos de los infantes de la musical que trascendió los límites
época y su precaria educación prima- del pueblo y ha adquirido resonan-
ria. Numerosos detalles sobre la ca- cia nacional e internacional. Entre
cería de los pájaros y la fr ustrada los distintos testimonios cabe desta-
temporada en la escuela en la que car por la riqueza y la amenidad de
no pasó del libro tercero de A legría sus anécdotas, así como por la pro-
de leer, amenizan estos capítulos re- Al igual que en los dos tomos an- fund idad de su conceptos , el de
veladores de cierta perversidad, por teriores de su tetralogía, Mochuelos Adolfo Pacheco, en especial, su re-
parte de Landero, en relación con los cantores de los Montes de María la lato de la grabación de su primer
perros callejeros y los pájaros, los A lta, N urnas, deseoso de recuperar disco (pág. II7), y la graciosa narra-
gatos y las cotorras, así como su tem- la memoria colectiva de San Jacinto ción de Rodrigo Rodríguez sobre el
prana dedicación a las labores del y de reivindicar su papel de resisten- viaj e triunfal de Landero a México
campo, de cuya rutina ingrata lo sal- cia ante la ignominia de la historia, y los percances en el aeropuerto az-
vó el hechizo de la música popular incorpora a su trabajo los testimonios teca el día de su regreso (pág. 154).
que Landero, sin duda, traía en sus de varios amigos y admiradores de Las múltiples voces se complemen-
venas. Andrés Landero, como el profesor tan con más de cuarenta fotos corres-
Los inicios de Landero en el acor- Germán Bustillo, los compositores pondientes a diversos instantes en la
deón están llenos de episodios, no Adolfo Pacheco, Héctor Vásquez, trayectoria vital de Andrés Landero,
por pintorescos menos dolora os, Hernán Villa, Rodrigo Rodríguez y las partituras de sus principales can-
con quienes, incluido su padrastro, Miguel Manrique, Pedro Acosta, su ciones, el registro civil de nacimien-
no tenían la paciencia para tolerar último guacharaquero, dos de sus to y las carátulas de sus discos.
el monótono ejercicio de repetición amigos de tragos, Álvaro Rivera y El libro de Numas Gil constituye
que impone el aprendizaje de un ins- Juan Carlos Hernández Vega, y el no sólo un auténtico acto de justicia
trumento musical, hasta el instante investigador Simón Martínez. Con y reparación con una figura y con
providencial en que los matarifes de base en ellos se puede reconstruir la una subregión del Caribe colombia-
San Jacinto lo llamaron para ver qué génesis y el sentido de las principa- no cuyos valores culturales han sido
tanto sabía y convencidos de su des- les composiciones de Landero, La discriminados y menospreciados,
treza, le pagaron, por su trabaj o de pava congona, Flamenco, Las mira- sino que, así mismo, aporta perti-
unas horas, lo que se ganaba en una das de Magali, Tres ricos pueblos, El nente informaciones que habrán de
semana de monte, y lo convencie- pastor enamorado, Alicia, la campe- contribuir a la comprensión y la va-
ron de la ventaja de consagrase de sina, La muerte de Eduardo Lora, loración de la vida y la obra musical
tiempo completo a la música. Dos amigos y La fiebre, reconocer su de Andrés Landero. En momentos
En los capítulos siguientes Numas papel de pionero, en San Jacinto, de en los que la música vallenata ha al-
aborda los momentos claves en el las grabaciones con acordeón, gracias canzado una vasta difusión interna-
periplo vital de Landero: el rapto de al cual fue admitido en las salas de cional y sus cultores disfrutan de los
Lastenia Alvis y el matrimonio en los ricos de su pueblo, y apreciar sus privilegios del triunfo, conviene re-
1951, el magisterio paternal de Toño facetas de hombre con miel para las cordar a aquellos héroes que, con
Fernández, la fuerte relación de Lan- mujeres, generoso con sus músicos sudor y lágrimas, lograron despejar
dero con la madre que le impidió via- acompañantes, quienes se peleaban el difícil camino - grandes hombres
jar a Europa con los Gaiteros de San por estar con él, y su fuerte persona- que, como anotaba Nietzsche, ha
Jacinto, el golpe brutal en el modo lidad sin complejos, incluso altiva, sido un continuo maltrato de anima-

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les- y, en especial, destacar a este Por otro lado, fue Eduardo García estatal y un rebelde hipocampo, una
acordeonero que nunca perdió el Aguilar, escritor colombiano, quien guerra desigual entre un monstruo
contacto con la tierra, que jamás re- se inspiró en Thlio Bayer para es- oficial y un minúsculo foco de cam-
negó de su condición de campesino, cribir la novela El bulevar de los hé- pesinos guiados por un anarquista
y cuya sintonía con la visión del roes (1987), donde su protagonista, soñador. Este médico guerrillero,
mundo del pueblo se pone de ma- el loco Rincón, realiza una lucha re- comandante supremo de la guerri-
nifiesto en la sencillez de sus letras, volucionaria desde Manizales hasta lla del Vichada, con su moral basa-
en la espontaneidad de su lenguaje París, pasando por el Vichada, des- da en el pilar de la honestidad, pa-
y en la reiteración de los motivos de de la ilusión juvenil de cambiar el sado ya el tiempo de combate y en
la naturaleza. mundo, hasta la decadencia en Pa- la serenidad de la derrota militar,
rís, capital de una nación tan impe- descubre una generación romántica
ARI EL C AST IL LO M IE R rialista como los Estados Unidos de que se enamoró de las armas y que
Universidad del Atlántico América. En el libro aquí reseñado vio, precisamente, en la lucha arma-
se unen varias voces para tratar de da una vía rápida al poder.
reconstruir la biografía de un rebel-
de multifacético.
Tulio Bayer tiene una llamativa
Un rebelde formación universitaria, porque es-
tudió medicina en la Universidad de
con muchas causas Antioquia (Medellín, 1950) y luego
se especializó en química farmacéu-
tica en la Universidad de Harvard
Thlio Bayer, solo contra todos.
Novela auténtica (Estados Unidos). Debido a ello en
Carlos Bueno Osario Colombia luchó por la causa farma -
Instituto Tecnológico Metropolitano, cológica, es decir, para denunciar la
Medellin, 2008 , 465 págs, il. adulteración de medicamentos que
hacían los laboratorios multinacio-
nales, una lucha que lo llevó a ser El fracaso en su causa guerrillera
Es algo común decir que un hom- secretario de salud de Manizales; lo lleva a la Cárcel Modelo de Bogo-
bre que no se adapta a la moral do- desde allí criticó la farsa y la estafa tá, pierde su libertad por el delito de
minante es un rebelde sin causa. que significa venderle al pueblo rebelión, según el dictamen de la
Pero hubo un colombiano, hoy día fármacos de mala calidad, eso lo Corte Suprema de Justicia, y es allí,
casi perdido en el olvido, que no se veía el rebelde Bayer como un aten- en esa prisión, donde escribe una obra
sometió a la realidad establecida en tado contra la buena fe de la gente, literaria pero realista, Gancho ciego,
su país y que, por el contrario, se po- y todo por el afán de obtener dine- en la que narra algunos aspectos del
dría catalogar como un rebelde con ro en abundancia, objetivo de las interior carcelario: la estafa, la jerar-
muchas causas: se trata de Tulio elites que sostienen a las industrias quía de los reclusos al margen de las
Bayer J aramillo, nacido en Riosucio farmacéuticas. Pero el poder legis- autoridades, las opciones de fuga, la
(Caldas), en 1924 y fallecido en Pa- lativo nunca corroboró las denuncias muerte de quien intente fugarse, la
rís (Francia), en 1983. Sobre este que hizo el médico revolucionario, visita de congregaciones católicas con
personaje, su amigo Carlos Bueno todo fue una causa perdida. su hipocresía, el homosexualismo
Osorio ha escrito una biografía ti- La Violencia en Colombia siem- entre reclusos, la violación sexual, la
tulada: Tulio Bayer, solo contra to- pre fue vista desde la perspectiva visita conyugal, entre otros temas
dos. Novela auténtica, y aunque el sociológica como un concepto que penitenciarios. Siempre criticando lo
subtítulo sugiere una novela, en rea- representa un fenómeno, y los estu- sucedido allí dentro y anhelando la
lidad es la historia de la vida de un diosos sólo presentaron cifras esta- liberación, es su causa libertaria. Tal
revolucionario que luchó en muchos dísticas con un determinado núme- vez este carácter libertario fue lo que
frentes y fracasó en casi todos; sus ro de muertos ; pero para Tulio le llevó a unirse afectivamente con
victorias fueron escasas y, poco no- Bayer en Colombia hay guerra, esa una prostituta en Manizales, lo cual
tables. Sin embargo, el biógrafo pa- es la brutal realidad nacional, quizá le costó su puesto académico en la
rece estar obnubilado por el brillo por ello él quiso fundar una guerri- Universidad de Caldas y la expulsión
del biografiado, al punto de citar de lla en el Vichada, en ese territorio de un exclusivo club social, pero Tulio
manera extensa a Bayer, para poder agreste entre la llanura y la selva: Bayer sólo quería mostrar la opción
escuchar su pensamiento, pero en fue su causa guerrillera. Un grupo del amor libre.
varias ocasiones no indica ..la fuente armado revolucionario que tuvo que Uno de los temas predominantes
·de esas palabras, en orras se remite enfrentar al Batallón Colombia, el en esta biografía es el de la religión.
al lector a algún libro o se sugiere mismo que luchó en Corea, una ba- Se destaca el carácter anticlerical de
que se trata de una carta a alguien. talla descomunal entre una ballena Tulio Bayer, quien critica de mane-

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