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Clifford Geertz

Negara
E sa-a n  Ba  sg XIX
Título oriinal: Negara
ublicado en inglés por inceton University ess, Nueva Jersey
Traducción de lbet Roca Ávarez

Cubierta de Mario Eskenazi

Quedan rgurosamee prohibi,  la auoizacin escri de los lare del cpht,
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inrmático, y la disribucón de ejemplares d e ela mediante alquiler o présamo público

© 1980 inceon Universiy es 


© 20 de la raducción, e Roc varez
© 2000 de todas las edicioes en caelano,
Ediciones Paidós Ibérca, SA,
Marano Cubí, 92 - 08021 Barcel oa
y Editoria Paidós, SAICF,
Defsa, 599 - Buenos Ares
ISBN: 84-4930806-2
Depósito legal: B49.71/1999
Impreso en A & M Grc,  L.
0813 St eptua de Mogoda (Barcelona)
Ireo en España - inted i Spain
ParaL uristonTardy,
GeorgeR. eige
yTalcottParsons,

maestrs
SUMARIO

List e ilustrcioes                                     

Prefcio                                               3
ntroucció. Bl y el métoo hstórico .                     5
Notas                           22

Cítulo  Decó olítc: ls etes el ore . . . . . . . . . . . 27


El mito del centro ejemplar  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
L geogfíay el equilibrio de poder                      36
Notas                       41

Cítulo 2. Atomí olítc: l orgizció ite


de l clse rgete                                      49
Grupos deliacióny hundimiento de estatus               49
Clientelas  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58
Alianzas                                            63
Notas                         69

Capítulo 3 Atomí olític: el ueblo y el Estdo  . . . . . . . . . . . 75


L olity pueblerina  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75
El sistemaerbekel                                    84
L política del riego                                   00
L sformas del comercio                               9
Notas                       130
10 NEGARA

Capítulo 4. La afrmación política: espectáculo y ceremonia 177


L simbología del poder  . . . . . . . . . . . . . . .. .... .. ........ 177
El palacio como templo  . . . . . . . . . . . . . . .. .... .. ........ 188
Incineracióny lucha por el estatus  . . . . . .. .... .. ........ 196
Notas                         20

Conclusión. Bali y la teoría política  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217

Notas                         233
Bibliograa  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249
Glosario  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 267
Índice analítico y de nombres  . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 277
LISTA DE ILUSTRACIONES

Mapas

. Bai                                                2
2 Casas reaes de Tabanan y casas aiadas e n a caita, arede dor
de 100                       86
3 Casas reaes de Tabanan y casas aiadas e n e camo, ared edor
de 100                                             87
4 Puerto comercia de Kuta                               123

Fguras

1. Modeo de la estructura de dadia 53


2 Ascenden cia nobe: e rinciio de hun dimiento de e statu s . .  55
3. E inaje rea de Tabanan . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  8
4. Diagrama esquemático de sistema reiminar de suministro de
agua de una subak «tíica» de Tabanan . . . . . . . . . . . . . . . . . .  102
5 Un modeo de cuadrícua de riego ara a subak             104
6. Subak de as tieas bajas infriores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  10
7 Subak de as ti eas bajas m edias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  10
8. Subak de as tierras atas su eriore s . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  110
9. Subak de as tie rras atas medias . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  110
10. Subak de as tierras atas sueriores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .  110
1 Pano de paacio de rey de Kungkung, arededor de 105    10
PREFACIO

E i rd llgar a úbli divr, ,  la raza d


 iva aí l haga, ha id rid d al ra qu d
sr Parilar,
líd d diia laara
diiió d la a  a grgaió
 al x h ar d la   habia  l rabaj  
grá: la lav d rfria ri ól  vaga a la ágia
y lía  uió,  lgar d ilizar l ri ídi ra
d 1 l x d la a a a ra á bi xaiva, a  
cha d lla  ari gral br a iad  l x,
evii ríia  d a ira xió d la bibligraa rlaiva a 
u r ,  ilu iia br i alg agial a la

narraiva ral. E ia, l x ha id r d al ara


 algi -aadéi, dia   lr g ér- da lrl
páia i adir a la a, algi irad   l Ead ra
diial,  la ría líia,  l aálii arlógi   aluir
oa a, r  artilar rad r l di  dir d
l edi idi. Pr ra ar, r lr drá dr a
mrtaia ríia a la a, arilar all -idólg, 
peialia  l r aiái   Bali- iad  a viió ir
cuaial d la ba br la   r l arg dl x  
l darrll d  éi í;    aí, br d, a
por l a l Ead balié radiial a había id raad i
tegral  arirdad  ralidad aa había id raad 
tal,  r la ara rlva ara  di á  d

1. N del t: Esta disposición ha sido coegida en la edición en casellano, uilizando el


isema de superínices numéricos pero ratando de respetar e espíritu del autor.
14 NEGARA

pedigadas y son extemadamente heteogéneas en a tipoogía y desigua-


les en la calidad. Muchos lectoes se posicionaán en agún luga intee-
dio en este continuum ente el genealista y e espciaista; a distibución
más bien poco usua ente texto y comentaio ha sido diseñada paa cii-
tales e acceso a la poción de apaato académico que paezcan dictar sus
popósitos espectivos.
Un tabajo con una concción tan aga como e pesente genea un

gan númeo
neses de deudas.
y mi gatitud Cito
paa con en es
ellos noas a mis pincipaes
inconmensu abe. De inmantes
aqueos quebai-
han
eído el manuscito, debo da as gacias esecícamente a Hided Gz ,
que también me ayudó a ecoge matea, James Boon, Shey Eingon,
F K Lehman y Pete Caey, aunque no sean más que una muesta signi
cativa de los muchos que me han ayudado y no asuman ninguna espnsa-
bilidad particula po el hecho de se nombados. La señoa Amy Jackson
me popocionó una asistencia secetaia de ua ampitud poco usua, o
la cua estoy muy agadecido. También me gusaría da as gacias a seño
Wiliam Hivey, de a Pinceton Univesity Pess,  sus cnses y su
asistencia editoial.
Finalmente, divesas instituciones han cnbuido a a eización de
este tabajo en aspectos distintos: la Fundación Rckfee, e Cmité ara
el Estudio Compaativo de as Naciones Nuvas de a Univsidad de Chi-
cago, y el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton.
NTRODUCCIÓN

BALI Y EL MÉTODO HISTÓRICO

El pecado capital en la ciencia es hacer


peguntas paa las que no ves posibilidad de
espuesta,
que piensascomo en serán
que no política lo es da oódenes
obedecidas en re-
ligión eza po aquello que no piensas que
ios vaya a da
.G.LLW

Hy, cad  ctema Idesia arámicamete, ésta arece


rma a sisis idatabe de s ri asad, cm cad, despa
rramads ecima de a mesa, s artefcts rcedetes de distits i
vees de  siti arqeógic cad r arg tiem resme e u
vistaz
qe, amies
detrásdedeañs
tradedurate
histriae hmaa.
crs de Tdas as crrietes
s tres cuturaes
mieis, ha id
hacia e archiiéag -desde a Idia, Chia, Oriete Medi y Era
tiee s reresetació ctemráea e agú ugar: en e Bai hidú;
en s barris chis de Jakarta, Semarag  Srbaya; e s basties
musmaes de Aceh, Makassar  as tierras atas Padang; e as regies
cristiaizadas, caviistas e Miahassa y Amb,  catóicas e Fres
y Timr. La gama de estrctras sciaes es iguamete amia, igame
te recaitadra: s sistemas tribaes maayliesis de iterir de
Be  as Céebes; s ebs camesis tradiciaes de Bai, Java
occideta y ates de Smatra y las Céebes; s ebs de rletariad
rra «stadicia» de cetr de Java y de las aras viaes e e
levate de esta misma isa; s ebs escadres y ctrabadistas de
metaidad mercati e as cstas de Be y de as Céebes; as mar
16 NEGARA

chitas capitales provinciales y ciudades del interior de Java y de las Isas


Exteriores; y las enormes, disocadas y semimodeizadas metrópolis de
Jakarta, Medan, Surabaya y Makassar. La variedad de rmas económi
cas, sistemas de estraticación u organizaciones del parentesco es igual
mente grande: agricultores de roza en Boeo, castas en Bali, matriinea
lidad en Suatra occidenta. Sin embargo, en todo este vasto despiegue
de patrones sociaes y culturaes, una de las instituciones más ipor tantes

-quizá la indonesia
vilización más importante- en elprácticamente
se encuentra modead o de ausente,
carácter bá sico de a ci
desvanecida de
una frma tan copleta que, en un sentido perverso, tal ausencia atesigua
su centraidad hisórica: el nega el Estado lásico precolonia en In
donesia.
Nega (nagar nagari negeri) un préstamo del sánscrito que ori
ginalmente signiaba «ciudad», se usa en las enguas indonesias para
denominar, de manera más o menos simultánea e intercambiabe, «pala
cio», «capital», «Esado», «reino» y también «iudad». En su sentido más
amplio, es el término para civiizción (cásica), para el mundo de la gran
ciudad tradicional, par a alta cutura que la gran ciudad abergaba, y para
el sistema
opuesto es de autoridad
desa tambiénpoítica jerarquizada
un préstamo que alídel
ingüísico tenía su centro.que,
sánscrito- Su
con una flexibilidd rerencia simiar, quiere decir «campo», «región»,
«pueblo», «lugar», e incluso, en ocasiones, «dependencia» o «área gober
nada». En su sentio más amplio, desa es e término para el mundo rural
rganizado de frma tan variada en os distintos rincones de archipié
lago-, para el mundo de los campesinos, de los arrendados, de os súbdi
tos, del «puebo», e la gente. Entre estos dos poos, nega y esa, 1 cada
uno denido e n contraste con e otro, y en e seno de un contexto gene r
de cosmología índia transpanada, a polit2 cásica se desarroló y tomó
su rma distintiva, por no decir pecuiar.3

Saber cuántos negara ha habido en Indonesia va más alá de cualquier


intento de registro histórico, pero es seguro que e número debe contrse
por centenares, probabemente por miles4 Desde e tiempo de as más an
tiguas inscripciones en sánscrito n a primera mitad del siglo v- en
adelante,5 reinos de variadas dimensiones surgieron, intrigaron, lucharon y
cayeron en un flujo de crecimiento constante. Los nombres más iustres
-Mataram, Shailendra, Shrivijaya, Melayu Singarasi, Kediri, Majapahit
y después de la conversión al Isam Demak, Bantam, Aceh, Mkassar y
neoMataram- no son más que participantes prominentes en un proceso
INTRODUCCÓN 17

ctiu de rmció y dislució de Estds l que úicmete  dmi


ció hdes us ut  (e gus rtes del rchiiélg só
l hiz e l resete ceturi). E desl ític de  Idesi re
cli  csiste e u imlcbe desiegue de u «destism rie
t» mític, si e u ube e exsió de equeñs ricids,
lclizds, ágies e iterrelcids lxmete.6
U esbz de este desll -u tre udmet r culquier
recud idesi,
civiizció e etedersi
s tmbié
uts ítics  sódeci
de l isámic, l se ídic de 
l reubi
c que  sucedier- se ve cucid r u rsió de dicutdes,
bue rte de es mucturds rticimete. N só s dts s
equívcs, está deserdigds y, c demsid ecueci, se ecuetr
bremete resetds, si que, c lgus excecies tbes, e
md de iterretrs -u sut rimrdimete e ms de s i
lógs- h decid de u t extrem de reism scilógic. A
lgís -hbitumete c Eur, cásic, udl  icus mde-,
cróics ivetds -imrbbes, e ricii y esecucies  ri
ri sbre  turez de «esmiet idesi» h cducid  u
imge del eríd ídic que, uque  crete de eemets de lusi
bilidd, quizás icus de verdd, exh ese ire icdibe de tsí
istemtizd que deriv de itetr ccer quell que  hy rm de
ccer.
Muchs estudiss de l Idesi ídic h buscd escribir e ti
e histri r l cu  h disuest de mteri ecesri -mteri
el que, c td rbbiidd, jmás disdrá-, descuidd recis
ete  cfecció de quel ti de histri r el cul sí cuet c
teri ,  mes, tiee l sibiidd de bteer. L histri de u
r civilizció se uede reresetr cm u serie de ctecimiets
e imrtci dmet -guerrs, reids y revu cies- que,
odee    dich civiizció,  mes mrc ls cmbis rici
es e su curs. Tmbié uede ser reresetd cm u sucesió  de
chs, ugres  erss rmietes, si de ses geeres de des
rroll sciculturl. U ésis e el rimer ti de histrigr tiede 
presetr l histri cm u sucesió de eríds igds etre sí, ui
ades de tiem crcterizds r gu sigicció ri: serí e
veimiet de ls Shiedrs, el Deslzmiet hci Oriete de 
iviizció Jves,  l Cíd de Mjhit. Si embrg, el segud
enque reset e cmbi históric cm u rces sci y culturl re
lativmete ctiu, u rces que es muestr ruturs bruts
si es que l hce-, si  que desieg u t erció let, uque u
a, e  cu, si bie se uede disceir ses de desrrl cud se
observ l evlució de dich rces cm u td, csi siemre resut
18 NEGARA

muy dici, i o impoibe, poer e dedo en el lugar e e cual la coa


dejaro de er o que era para covertire e ago ditito. Eta viió de
cambio, o del proceo, o iite tato e la cróica «aalítica» de o que
a peroa hiciero, como e lo modeo rmae, o etructurae, de
actividad acumuativa. La aproximació «periodizate» ditribuye agrupa
mieto de eveto cocreto a o argo de u continuum tempora e e
cua la pricipa diició e «aterior» o «poterior»; a aproximació
«proceua»
argo ditribuye tempora
de u continuum rma deeorgaizació y patroe
e cua la pricipal cuturae
ditició a o
e «pre
rrequiito» o «coecuecia».7 E amba, e tiempo e u eemeto crucia:
e la primera, e el hilo a o argo del cua e eritran lo acotecimieto
epecíco; e a eguda, e e medio a tavé de cua e mueve cierto
proceo abtracto.8
Naturamee, ambo tipos de hioriograa o váido y, cuado o
poibe, reulta compemetario. E fuir de lo uceo epecíco, re
gitrado e detae, coere ubtacia a boquejo equemático de cambio
etructura; a e cotruida de a hitoria proceua -a mima
marco para a percepció hiórica, o egmeto de a reaidad hitórica
proporcioa ua rma
trada. Pero cuado, como iteligible a fujo ídica,
e a Idoeia de icidecia
e grueorealmete regi
de a icde
cia e impemete iecuperabe, i importar o miucioamete que uo
ea etre líea e mito e icripcioe o ituya paraeo etre artecto
diate, u iteto de recotruir lo hecho particulare eva, e e mejor
de o cao, a iacababe (por o impoibe de tomar ua deciió) cotr
veria obre cuetioe hipotética y, e e peor, a a iveció de u «rea
to»9 obre o tiempo cáico que, auque parece hitoria, o e má que
u vitazo reropectivo a ua boa de crita. C. C. Berg ha eñaado: «La
hitoria hidojavaea de om e u reato obre reye y u ogro e a
cua encoramo apue dipero obre eemeto cuturae. Por ua
vez, habría prerido ua hioria de a cutura y de lo eemeto de civii
zació e a cua e ector ecotrara apute diperso obre reye».1º E
jutamete ete tipo de hitoria la que o permie ecribir o documeo,
icripcioe y texo de período cáico, iterpretado e térmio de pro
ceo ecoógico, etográco y ocioógico. Si embargo, aparte de agu
o efuerzo agmetario y abortado como o de B. K. Schrieke y
J. C va Leur,11 dicha hitoria cotiúa i er ecrita.

E ecribir ee útimo ipo de hitoria depede críticamete de a poi


biidad de coruir u modeo de proceo ociocutura apropiado, uo
INTRODUCCIÓN 19

que sea preciso conceptualmente y esté asentado empíricamente, que pue


da ser empleado para interpretar los agmento del pasado arqueológico,
inevitablemente ambiguos y dispersos. Hay distintas maneras de hacer
esto.•no puede acudir a lo que se sabe de secuencias comparables, pero
más prondamente estudiadas, en otros lugares n el caso que tenemos
entre manos, las de la América precolombina o las del antiguo Próxio
Oriente, por ejempl. Sobre la base de una sociología histórica de am
plio
que espectro,
aíslen losuno puede rmular
caracteres unadeserie
centrales de paradigmas
la clase ideales,relevante
de nómenos típicos,
apoximación popularizada, naturalmente, por Max Weber-. O uno pue
e describir y analizar en algún detalle la estructura y el ncionamiento de
n sistema actual (o reciente) que presente - que uno crea que presen
a- al menos un parecido fmiliar con aquellos que uno busca reconstuir,
iluminando lo que es más remoto con lo que lo es menos. Utilizaré todos
estos enques complementarios, en la esperanza de poder corregir las de
bilidades e uno con los puntos ertes de otro. Pero colocaré el tercero, el
enque etnográco, en el centro de mi análisis, tanto porque pienso que es
el más adecuado al presente ejemplo, como porque, ya que soy antpólo
o más que
ontrol y enarqueólogo o histoiador,
el marco del cual tengo es aquel
más sobre el que
posibilidades detengo un alguna
apotar mayor
contibución novedosa.
Especícamente, a partir de mi propio trabajo de campo y a partir de la
ibliograa existente, construiré un retrato circunstancial de la organiza
ión estatal en Bali durante el siglo XIX y, entonces, trataré de extraer un
onjunto de líneas maestras, generales pero sustantivas, para la ordenación
de material pre y protohistóico en Indonesia, y, más allá, en el sureste asiá
ico índico en general.
A menudo se ha resaltado la aparente relevancia de Bali, el último re
gio de la cultura «hindú» en el archipiélago, para una comprensión plena
el período índico en Indonesia y, especialmente, en su centro, Java. Para
clarar de qué mas precisas puede recurrirse al Bali reciente para arro
a luz sobre el pasado distante de Indonesia (e, igualmente importante, de
é rmas no se puede hacerlo), es esencial desprenderse en primer lu
r de una serie de flacias metodológicas ampliamente extendidas. Éste
es un terreno tan traicionero que uno debe dar cada paso con una parsimo
nia obsesiva, como una oruga que se arrastra sobre el agua, tal como reza
n símil javanés.
La primera de dichas flacias que se debe hacer estallar es la noción,
izá popularizada en srcen por Thoma Rales, de que el Bali moder
12

no es un «museo» en el cual se ha preservado intacta la cultura precolonial


de la Indonesia interior. Pese al aislamiento de Bali especto a la corriente
incial del desarrollo de ndonesia desde la islamización del resto del ar
20 NEGARA

chipiélago -un aislamiento que en ocasiones se ha exagerado-, no hay


razones para pensar que la isla n haya cambiado durante los trescientos
cincuenta años que sigieron a la destrucción de Mahapajit (alrededor de
1520). Por tanto, se debe dudar muy seriamente de cualquier intento de ver
en el Bali decimonónico una réplica más elaborada de la Java de los siglos
x1v y xv. Sea cual sea la utilidad que un estudio sobre Bali peda tener para
la historia inonesia, dicho estudio no se puede asentar en la suposición de
qe,En
porsegundo
una raralugar,
rtuna, la isla
se debe se habíaque
reconocer ahorrado una historia.
la evidencia para la existencia
de cualquier práctica social particular, rma cultural, costmbre especí
ca, creencia o institución en Java o en otras partes del sureste asiático, no
debe reposar en última instancia en na evidencia balinesa, sino en datos
procedentes de cada región encuestión, sea Java, Camboya o cualqier otra.
El hecho de que los balineses tengan patrilinajes endógamos, sociedades
de regantes y un clto a las brujas desarrollado no spone en sí mismo na
prueba de qe costmbres similares existieran en la antigua Java.
Más bien, todos stos hechos pueden sugerir posibilidades que deben
ser sondeadas en Java (o en Camboya, Tailandia, Birmania, etc.). Son úti
ls para derivar hipótesis, pero inútiles para apoyar dichas hipótesis na
vez derivadas. Quizás, ésta sea una premisa elemental, pero ha sido igno
rada más a menudo, y con ectos más peiciosos, que cualquier otra má
xima metodológica de la reconstrucción antropológica, no sólo en Indone
sia, sino en general.
Y en tercer lugar, an cando se toma plenamente en centa la mta
ción históica de Bali y cuando se reconoce la lta de lógica en los inten
tos de probr teorías sobre Java a partir de evidncias balinesas, también es
necesario comprender qe, incluso en el siglo x1v (por no hablar del siglo x
o del v11), Indonesia estaba ljos de ser unirme, social, cultral y, sobre
todo, ecológicamente: pese a la «conquista» de Mahajapit, Bali continaba
diriendo del este de Java, y todavía más respecto al conjnto de regiones
del archipiélago englobables de una u otra manera dentro del ámbito índi
co. Así, aun si se está satischo con la idea de qe alguna pauta balinesa
en paticular se encontraba presente en toda la Indonesia índica iga
mos, como muestra, un ete énsis en la estraticación según el presti
gio-, no se puede asumir que tomara la misma rma extea en todas
pates. Por ejemplo, la escala de los Estados balineses, apiñados en las es
trechas ldas montañosas del sur, e, casi con seguridad, siempre menor
a la de los Estados de la más espaciosa Java, con los efectos obvios qe esto
dbía tener sobre su organización. Más aún, la orientación natural de la isla
hacia el sur y el traicionero Océano Índico, en lugar de hacia el note y el
tranqilo Mar de Java, provocó s marginación casi absoluta en la elabora
da economía comercial que jugó n papel tan crucial en la economía gene
NTRODUCCIÓ N 21

ral del período índico. El soberbio drenaje naural de las ierras balinesas y
su clima -tal vez el más adecuado de oda Indonesia para el cultivo sawah
radicional- hicieron que el riego resulara menos problemáico técnica
mene y menos inciero esacionalmene que casi en cualquier otro lugar en
Java. Y, como ésas, mil. Los daos procedentes de Bali deben ser corregi
dos y contrasados no sólo en el tiempo, sino ambién en el espacio, antes
de que puedan ser usados como líneas maesras en la inerpretación de l
civilización índica en Indonesia y más allá.

Entonces, ¿cómo puede la etnograa balinesa resultar útil en absoluto


para dicha interpreación? En pmer lugar, aunque la vida balinesa cambió
ignicativamene entre los siglos XIV y XIX, el cambio ue en gran medida
endógeno.
Picularmente, en Bali, no se dieron dos aconecimientos revolucio
narios que transrmaron radicalmente el orden social y cultural en otros
iios, lalaislamización
unque hisoria de la yisla
unanodominación holandesa
es menos dinámica queintensa.13
la de orasPor anto,
regiones
el archipiélago que también habían experimentado algún grado de acultu
ación índica, es una historia mucho más ortogenética y basante más me
urada. En la última mitad del siglo XIX, Bali podía no ser una réplica del
ali del siglo XIX, pero, al menos, mostraba una coninuidad plena con él,
un desarrollo razonablemente regular a partir de él. En consecuencia, en
ali permaneció mucho de lo que en ava o en las regiones coseras de Su
atra se había borrado o se había alterado más allá de cualquier posibilidad
e reconocimieno. Como el Tíbe o el Yemen, esta isla pequeña y apretu
a, sin ser un sil cultural, era de todas maneras basante conservadora
ulturalmente.
En segundo lugar, renunciando a cualquier ineno de escribir una cró
nca del período clásico, nos liberamos del principal incentivo para generar
bulas históricas. Si no traamos de emplear material etnográco para re
onstruir una secuencia conexa de incidenes pariculares, un relao de los
eyes y sus logros, la enación de dar respuesas a lo que no las iene dis
inuye poderosamene. Si Keranagara era un vulgar borracho o un sano
noxicado, si los Shailendra eran una dinasía javanesa gobeando Suma
ra o una dinastía sumatresa gobeando ava, o si realmente se dio la divi
ón del reino en iempos e Airlangga (odas ellas conroversias duraderas
en la bibliografía analísica del período índico), son el ipo de cuesiones
ara las cuales el análisis de la organización política en Bali no iene nin
una pertinencia. Para lo que sí resula perinene es para un enendimien
22 NEGARA

to de la rma característica del Estado índico en Indonesia, es decir, de la


estructura intrínseca de la polit clásica.
Y esto es así porque, independientemente de qué alteraciones hubiera
sufrdo el Estado balinés hacia 1906, independientemente de lo especíco
qe ese su medio natural o de lo divergente que resultara su contexto cl
tural, no dejaba de ser un ejemplo más de un sistema de gobieo que en un
tiempo había estado mucho más extendido. En consecuencia, sobre la base

del material
variedad balinés,
distinta uno puede
de orden construir
político, un modelo
un modelo del negara
que podrá como
ser usado una
consi
guientemente para extender nuestra comprensión sobre a historia proce
sual de la Indonesia índica (y también de Camboya, Tailandia, Birmania o
del resto del sureste asiático que, en mayor o menor medida, podríamos
considerar merecedor del adjetivo índico)
Un modelo tal es abstracto en sí mismo. unque se construya a partir
de datos empíricos, debe ser apicado experimental, qe no deductiva
mente, a la interpretación de otros datos empíricos. Es, por tanto, una en
tidad conceptual, no una entidad histórica. Por un lado, es una representa
ción simplicada necesariamente inel y teóricamente tendenciosa de
una institución
nés del sociocultural
siglo xrx. relativamente
Por otro lado, bien
es una guí, unaconocida: el Estado
especie de maquetabli
so
ciológica, para la constucción de representaciones -no necesariamente,
ni siquiera probablemente, idénticas a ella en s estructura de todo un
conjnto de instituciones similares peor conocidas, pero presumible
mente similares-: los Estados clásicos de sureste asiático índico de los
siglos v al xv. 14

NOAS
  Sobre nega véanse Gonda 1952 págs 6 1 73 243 423 432; Juyngoll, 1923
pág  10; Pigeaud sf págs. 303 309 Sobre desa véanse Gonda 1952 págs 65 8 1 342;
Juynboll, 1923 pág 302; Pigeaud sf pág 66. n Bai e término desa ya se encuentra en
inscripciones de mediados del sigo x, y nega, al menos desde mediados e sigo XI (véa
se Goris, 1954 vol 1 págs 7 1 106). Ambos vocabos apecen repetidamente en los es
critos javaneses cláicos, paticuamente en el Nagarakrtagama (véase Pigeaud 1960-
1963 vol. 5 págs 144 205206)
El uso de desa en el sentido de «dependencia» «teitorio gobeado por un sultán»
(véase Gonda, 1952 pág 8 1) se halla en a lengua dyak, en a que e verbo mandesa signi
ca «someter», «pacicar» En algunas áreas -Sumatra occidental (Wilinck 1909) o Am
bon (Cooley 1962) por ejempl, prece haberse dado el reverso de este proceso de tal
rma que el érmino negeri es empleado para designa complejos de asentamienos ocaes

políticamente
(«palacio») se autónomos como expresión
usa más habitualmente dedesunega
que el independencia
como talEn Bali,
pero el término
tiene puri
esenciamente
el mismo signicado múltiple (Pigead 1960 1963 vol 3 págs 9 13). Deriva de sánscri
INTRODUCCÓN 23

to pura, que sgna «astlo», «udad» (Gonda, 95, pág. 19). Aunque hoy en día en
Ba, pu s der, on unaa nal en lugar de unai sgna «templo», no paree que,
en el pasado, se haya heho ta dstnón (Ko, 93, págs. 0).
En ndoneso odeo, negara quere der «Estado», y negeri, «país» o «regón», aun
que a vees se nteramban Sobre el uso de térno desa en Bal [y otros térmnos alter
natvos], véase apítulo 3, nota 0.
2. N. del t: La paabra -«rmaón poíta», «sstema de gobeo»- es un
neoogsmo no reonodo por la Real Aadema, pero tan empleado en enas soales,
pauarmente en antropología políta, que nos ha paredo más adeuado mantenerlo en
la traduón.
3. La denomnaón de «período áso» en a hstora de Indonesa ha sdo una
fuente ontnua de dutades. Muhos estudosos han usado «hndú» o «hndújava
nés», haendo notar smplemente que se pretendía que el térmno «hndú» reubrera
formas tanto de budsmo omo de brahmansmo (véanse Coeds, 1948; Krom, 93). En
un ntento de evtar e probema, Hason (954) ha utlzado «ndanzado» (ompárese
la traduón de Coeds, 1948; Coeds, 968); sn embargo, este térmno sugere un m
pato de la nda sobre Indonesa ás ampo y proundo de que paree haber tendo lu
gar. He eegdo «íno» [Jndc] (e «ndzado» [ndcized, Indczation]) para resatar la
naturaeza e a nfuena nda, predomnantemente estétoregosa, más que soal,
eonóma o poíta
 del t: S a dstnón respeto a Hndu es ara, Geertz no aaba de justar por qué
elge ndic, en ugar de ndan. Una razón, que paree subyaer en otras eleones term
nológas de autor, podría ser a menor euena de uso de ndc -un utsmo sólo ut
lizado en ertos ontextos-, que personazaría a seleón. Tambén puede señalarse que
el sujo c es más genéro que e sujo -an, que tene a menudo una onnotaón loat
va, o que por ontraste podría querer justar a dudosa adsrpón de ndc a la esra
«estétoregosa» (más genéro, «ultura», no rzosamente ubado en a Inda, nlu
yendo a ésta pero tabén a otras soedades) y de indan la «soa, eonóma o poít
ca» (terrtorazado en el Indostán, on una arga geopolíta más onreta que podría
conrre onnotaones «oonaes» totamente desorentadoras) . En ual quer aso, esta
desón opoa seros probemas en la traduón, no tanto respeto a «índo», sno a s
teóros dervados, «ndzado» o «ndzaón» Mantener e rtero expíto del autor
upondría tener que usar paabras nuevas de dudosa aonía néta, que provoan una
ceta onusón on a paabra «índe», y uyo uso dlmente odría legar a genera
zarse. Por tanto, restando el rtero de autor respeto a la dstnón que onere a «Ín
do», se ha optado por susttur los dervaos de ta palabra («ndzado» o «ndza
cón» por períass o por e propo térno «índo» (omo tabén hae el autor, que no
vuelve a reurrr a os dervados que é msmo ha propuesto más aá de la ntroduón)
Véase ntroduón, nota 5.
4 Naturalmente, seejante uantaón depende en buena medda de o que uno
consdera oo un Estado propamente dho y de la vsón que ada uno tenga sobre a
naturaeza de a organzaón poíta lása. Así, Kro ( 193 ), on su vsón atamente
inegradora de a esttura del Estado tradona -«modeo Impero Roano»-, puede
redur e número de «renos» [ «kngdoms»] de la Java preolona a unas poas doenas
como uho, mentras que Shreke (1957, págs. 157), on una aproxmaón soo
lga ás reasta, puede lstar más de dosentos «renos» [«realms»], de varos tpos,
desrpones y grados de autonomía. Para e arhpéago en onjunto, Puad ( 196) se

ala que, a prnpos del sgo xx, todavía exstían por o menos tresentos nuenta
rinpados ndeendentes o semndependentes, vuamente todos uera de Java por
uel entones
24 NEGARA

 del t: La dudosa distinción entre kingdom y realm utilizada por el autor, sin xplici
tar su naturaleza, es de dicil traducción en castellano y juega con rmas distintas debidas
a etimologías distintas, pero ambas relacionadas con el concepto de realeza. En too caso,
puede señalarse que el uso de realm en inglés suele ser más genérico, más ecuentment
asimilable n ciertos contextos a «ámbito, dominio, campo».
5 Sobre las inscripciones más antiguas, véanse Krom, 193 1, págs. 7 1-80; D Caspa
ris, 1956 Inrmes chinos sobre Estados índicos en el archipiélago aparecn algo más tem
prano, pero no son del todo seguros (véase Krom, 193 1, pág. 62) Además, hoy está era
de toda duda que el proceso de rmación de Estados ya estaba en marca cuando se inició
Ja «indicización» ([ del t] un proceso de inculturación/aculturación más o menos pro
nda, con co srcinal en la India y aplicación en el sureste asiático en sentido amplio, que
dará lugar al «universo índico» del que habla C. Geertz) (véase Van Leur, 1955, págs 92 y
sigs.) Para una revisión general de los problemas historiográcos indonesios, véase Soed
jatmoko y otros, 1965
6. Para una caracterización similar, véanse Stutterheim,1932 págs. 3 133; Weeim,
1965 La rerencia al «despotismo oriental» alude a las teorías del «Estado hidráulico» de
Wittgel ( 1957; para sus rerencias sobre Bali, véanse págs. 5354)
7  del t: En esta oración todos los entrecomillados son del traductor En el caso de
las distinciones en el tiempo generadas por ambas aproximaciones, las comillas rspondn
a un afán de claricar el texto para el lector. En el caso de la apelación de las aproxima
ciones -«priodizante» o «analística» y «procesual»-, las comillas quieren singulari
zar -únicamente en esta primera apar ición- el uso que de tales téinos hace el autor y
que puede no coincidir con otros a los que el lctor puede estar habituado El término «pro
cesual» es el que se utiliza correntemente en castellano para denominr lo que Geez lla
ma developmental el uso de «procesual» viene aconsejado además por la dicultad de
derivr adjetivos de la palabra «desaollo» y la consión que supondría utilizar un téi
no como «desarrollista» -término que ha adquirido un signifcado especial en el estudio
de las llamadas «sociedades en desaollo», y que deriva de «desarrollismo» más que de
«dsaollo»- Por lo que se reere a la expresión «analística», baste recordar que deriva
de «anales» -«crónicas, registros»-, y no de «análisis»
8 Para una explicación metodológica y una aplicación en el Nuvo Mundo de la apro
ximación «procesual» ([N del t] developmentalen el orginal) o «estctural», véanse Pi
llips y Willey, 1953; Willey y Phillips, 1955 Para una argumentación coactiva sobre la uti
lidad (prospectiva) de la aproximación anterior en el sureste asiático, junto con una multitud

de sugerencias
véase sobreCon
Benda, 1962 los problemas
mucho, lasque dicha«analísticas»
síntesis aproximacióndepodría em pezar
la historia del por conontar,
período índico
que resultan más comedidas, útiles y legibles son la de Coeds ( 1948) -traducción ingle
sa, Coeds, 1968, para un tratamiento global, y la de Krom ( 193 1 ), para un tratamiento
circunscrito a ndonesia. Hall ( 1955) contiene el mejor resumen en inglés. La abilidad
de las historias «analísticas» de Indonesia puede mjorar cuando se sondean sistemática
mente fuentes chinas y del sureste asiático continental, algo que raramente se ha hecho.
Para una revisión sobre los escasos intentos de escribir una historia procesual, véase Wert
heim, 1965 ue la denomina histora «sociológica»- Sobre mi propio intento, desde
una perspectiva local y reciente, véase C Geertz, 1965 (compárese con C. Geez, 1956)
Koentjaraningrat ( 1965) revisa las aproximacions «antropológicas» al estudio general de
la historia indonesia.
9  del t: El texto utiliza la xpresión sto «relato», «anécdota», «cuento». La dis

tinción grácaconceptuales
miten juegos unida a la relativa homonía
y de palabras y la etimología
de dicil traduccióncomún de stodada
al castellano, y histo per
la polise
mia de «historia».
INTRODUCCIÓN 2

10 Véase Beg 1961b El tabajo de Ko al que se eee es Ko 1931
11. Véanse Scheke195; Van Leu 1955; véase tabén Bosch1961b Tanto Bu
ge (1948-1950) coo Wehe (959) adoptan un enfoque geneal de la hstoa ndone
sa ás ben pocesual que analístco peo nnguno de ellos está nteesado en e odo
índco ás que de ra ncdenta
12. Véase Raes 1830, vol 2, pág cxl De todos odos lo que Raes djo eal
ente es que Ba confaba «una espece de coentao de las antguas condcones de
Java» una fulacón ucho ás aceptabe Coo ejeplo de este tpo de uso acítco
de a etnogaa balnesa en a econstuccón de a vda socal y elgosa de la Java índ
ca opletado po pntuas a cago de Walte Spes que se petendían ágenes de los
tepos de Majapaht o ncuso de los Shalenda- véanse los capítulos sobe «De Maat
schppj» y «De Godsdent» en Stuttehe 193
13. Pa un esuen geneal de la hstoa de Bal véanse Swellengebe1960; Hanna
976. Van Eck ( 878-1880) oece un exceente epaso esqueátco del cuso de los acon
tecentos hasta ceca de 1840, y Shast (1963) ofece un elato a odo de anales de pe
íodo peMahapajt basándose pncpaente en entes y tadcones balnesas Paa una
hstoa excelente de la confeccón de a hstoa balnesa véase Boon 1977, pate 1
E gobeo decto de Holanda en el coazón del su balnés sólo se ncó en la p
mea década de este sglo E Ba septentonal ue soetdo ente 1846 y 1849, nsta
lándose una adnstacón efectva en 1882. Las áeas balnesas de Lobok -paa su
hstora véase Van de Kaan 1973 eon puestas bajo contol adnstatvo en 1894
Natualente la «sobeanía ofcal» de Holanda sobe as Indas Holandesas en conjunto
así coo el contol holndés sobe as elacones ente as slas había tendo un acado
ecto sobe Bal ucho antes Las ntefeencas hoandesas sgnfcatvas en os asuntos
inteos de Ba datan de fnales del sglo XVIII, en elacón con el táco de escavos y en
839, vaos eyes y píncpes de Bal edonal faon os peos contatos que con
edían a sobeanía nonal a Holanda (véase Van Eck 878-1880) Paa una descpcón
del aspecto lta de la actvdad hoandesa en Bal duante el sglo XIX, véanse ypels
897, y Van Vjan 1875; paa una pespectva balnesa sobe el so tea véanse Ge
ia, 957; paa un tataento partcula del áea de Lobok véase Coo 1896 Beves
esúenes de la toa de Ba po los holandeses pueden encontase en Tate 1971,
ágs. 307-311; Hanna 1971 Pese a todo esto y al enos en copaacón con su pac
 en Java e gobeo holandés no tuvo ás que un ecto agnal en la vda ntea de
ali hasta el pesente sgo
4 [lndic]
echo deEqueusolos
delEstados
térnopcados
«índco» estabanenconspcuaente
el pesente tabajo ete po
acados exclusvaente a
algunas deas
áctcas síboos e nsttucones pocedentes de la Inda; su uso no pca nngún juco
sbe a poanca elatva de las nfuencas de la Inda Chna u Oceanía (sobe todo de
a Polnesa) n en la fracón de Estados n en sus as deconóncas En partcula
 se tata de una vsón «coonalstanda» y esuta equvalente a la denonacón de
lásco» téno con el que se ntecaba de ra ndstnta a lo lago del estudo
APfTULO 1

DFINICIÓN POLÍTICA: LAS FUNTS DL ORDN

L MITO DEL CENTRO EJEMPAR

es  1891, el qe iba a resltar el último de la docea aproximada de re


de Megwi - paatiado del iterior de Bali sitado a os qice
ilómetros al orte de la capita actal De Pasar-1 se ecotró co qe s
apita había sido asediada por ss dos eemigos más habitales Tabaa y
adg aliados al  e s cotra. Co s ejército e desbadada ss o
les hidos o mertos y las tropas de Badg cabezadas por a com
añía de sileros bgis2 mercearios peqeña per terriblemete eciete
ete a defesores armados úicamete co lazas y dagas- esperado e
 lide de la cidad era como  rey de ajedrez al al de lapartida si ga
as i piezas. Viejo ermo icapaz de camiar ordeó a ss sirvietes
ue o trasportara desde el palacio hacia los ivasores e s palaqí
al Los
aro tiradores
sobre bgis qey había
los porteadores estado
el rey rodó poresperado talqe
el selo si aprició
adie ledispa
ay
ase. Las tropas de Badg -mayoritariamete sdras de casta baja- se
vazaro para prederlo pero él rechazó ser captrado y e razó de de
ido respeto se viero obligados a matarlo. Los siete pricipales reios del
orazó de Bali meridioal -Tabaa Badg Giayar Klgkg Ka
ngasem Bagli y Megwi- se viero por tato redcidos a seis.3
Pero los vecedores sólo pdiero disfrtar s goria momentáeame
 E 1906, por razoes propias el ejército holadés apareció e Sar e
a costa sr y se abrió camio lchado hasta Badg dode el rey ss
ujeres ss hijos y s séqito marcharo cotra el ego directo de ss ri
s en  esplédido sicidio colectivo n el pazo de a semaa, ero
trados el rey y el prícipe heredero de Tabaa pero drate s pri
a tarde bajo cstodia holandesa ambos consigieron poer n a s
28 NEGARA

vida, el uno con veneno, el otro con un cuchillo.4 Dos años más tarde, en
1908, este extraño ritual se repitió en el más ilustre de los Estados, Kng
kng, la «capital» nominal del Bali tradicional. Nuevamente, en parte en
estado de trance, en parte aturdidos por el opio, el rey y su corte deslaron
desde el palacio hacia el ego renente de las tropas holandesas, qe por
aquel entonces se encontraban absolutamente perplejas.
Era, de rma totamente literal, la muerte del aniguo orden. xpiró tal
como había vivido: absorto en el espectáculo ceremonial.

La naturaleza expresiva del Estado balinés e aparete durante la to


talidad de su histora conocida, ya que siempre estuvo dirigido no acia la
tiranía uya típica concentrac ión sisemática de poder e siempre inca
paz de conseguir-, ni siquier demasiado meódicmen hacia e gobier
no -ue persiguió dubitativamente y con indiferecia-, sino más be
hacia e espectáclo, hacia la ceremonia, acia la dramatización públca de
las obsesiones domintes de la culra baes: desigaldd socia y r
guo de rango.5 ra un Estadoteatro, en e que los reyes y prncpes era
los empresarios, los sacerdotes los directores, y los campesos el reparto
secndario, los tramoyisas y la audiencia. Las estupendas incineraciones,
empastes dentaes, dedicaciones de tempos, peregrnacines y sacricios
sngrientos ue movilizaban a cientos, iclso a mies, de individos y
sponía el gasto de grandes cantidades de riqueza-, no eran medios pra
nes policos: eran nes en sí mismos, era qello par lo que ser e
Estado. l ceremonialsmo de a corte era la erza condctor de a políti
ca de dicha corte; y los rituales de masas no eran n inveo pra apuar
e Esado, sino qu más bien e stado, incso en s último aiento, era u
invento para la promoción de os rituaes de masas. l poder serví a l
pompa, no a pompa al poder.
Detrás de esta relación xtrañmente inverid a nestrs ojos- en
tre la substancia y la parafealia del gobieo, subyace n concepció
general de la naturaleza y el ndameto de la soberanía, concepció que,
meramente para simplicar, podramos denominar como la doctr del
centro ejemplar. s decir, la teoría según a cual a corteycapia es a la
vez un microcosmos de orden sobrenatural -«una imagen del ( ...) ni
verso en una escaa menor»-6 y la encaación matera del orden políi
co. No es simplemente el núcleo, el motor o el pivoe del Estado, es e Es
ado. El concepto de negara expresa una ecuación de la sede del gobieo
con el dominio del gobieo que es más qe una metára accidentl: es
una armación de una idea de conrol político -a saber, qe or el mero
30 NEGARA

aco de pro porcionar un modelo, un parangón, una i magen i ntach able de l a


exisencia civilizada, la coe modela el mundo que la rodea, al menos
como una ruda aproximación de su propia excelencia Así, la vida riual
de la core -y, de hecho, la vid a de la core en general- es para digmái
ca y no un simple relejo del orden social. Como declaran los sacerdoes,
de lo que sí es relejo es del orden sobrenaural -«el inemporal mundo in
dio de los dioses»7 en el cual, y en proporción esrica con el esatus de
cadaLauno, loscrucial
area hombres deben
de la buscar las
legiimación -lapauas de sus vidas.
reconciliación de esa measi
ca políica con la di sribución del poder exisen e en el Bal i del siglo x1x-
se eecuaba por medio del mio; de rma haro caracerísica, por medio
de un mio colonizador. En 1343, los ejércios del gran Esado de Mahapa
ji, en el ese de Java, habran derroado supuesamene, cerca de Pjg, a
los del «rey de Bali», un monsruo sobreaural con cabeza de cerdo8 Los
balineses ven en ese aconecimieno sin par la ene de oda su civiliza
ció, incluso su propio srcen, ya que, con u puñado de excepciones, se
cons idera n a sí mis mos descendienes de los invasore s javaneses , no de los
densores indígenas.9 Como el mio de los Padres Fundadores en los Es
ados Unidos,
Mahapaji o el de laenrevolución
se convirió el cueno en
de Rusia, el mio deellacual
srcen mediane Conquisa de
se explica
bn y ju sifca ban las relaciones reales de mdo y obed iecia. «En el prin
cipio era Mahapaji; lo que se encuenra anes, es un caos de demonios y
villanos sobre el cual el blinés no sabe prácicamene nada.» 10
Sin embargo, aquello que viene después lo conoce de rma verdadera
ene precisa, aunque no siempre demasiado sisemáica 11 Tras la con
quisa, Gajah Mada, el moso primer minisro de Majapahi, pidió ayuda
espiriual a un sacerdoe brahmana 1 2 javanés para pacifcar su isla vecina
-Bali-, sumida enonces e el caos debido a la ausencia de dirigees.
Es e ace rdoe ení a cuar o n ieos semi divino s ( su h ijo había desposa do un
ángel ). A l primero de ésos, Gaj ah Mada l o nombró rey de Bl ambagan,
un reino insignifcane en el exremo más orieal de Java; al segundo, lo
esableció como dirigene en Pasuruan, un reino ouario de la cosa nor
dese de Java; a la ercera, una mujer, la casó con el rey de Sumbawa. l
cuaro, Ida Dalam Keu Kresna Kepakisan, lo despachó para gobernar
Bali. En 1 352 , ese rey bricado, acompañado por un séquio de alos no
bles javaneses, esableció s u core y s u palacio -su negara- en Sampran 
gan, a unos pocos kilómeros del lugar donde el diigente balinés con ca
beza de cerdo había hallado su desino. Prono hizo surgir el orden de la
anarq uía con l a ayuda an o de s u erza carismáica i nnaa como de var ios
objeos sagrados que había raído como reliquias desde Majapahi. El rela
o coninúa diciendo que, en 1380, esallaron disensiones en el grupo go
beane cuando el heredero de Kepakisan demosró ser un demene (casó
DEF IN ICIÓ N POL ÍTICA : LAS FUENTES DEL ORDE N 31

 su hermana con un caballo) y uvo que ser depueso en vor de su her


ano menor, que solamene era disoluo. Por razones espiriuales, la cor
e debió mudarse a Glgl, inmediaamene al sur de Klungkung, y se
nauguró lo que los balineses consideran el período más grande de su his
 ia. Se dice que, hacia comienzos del siglo XVII, una rebelión más seria
ovocó la di soluc ión de l a unidad de la cl ase gobean e, haciendo añicos
e reino. La core principal recorrió la milla aproximada que separaba su
iguo
 emplazamieno
ria, y las de Klungku -Badung,
oras cores imporanes ng, el lugar d onde la enconr
Karengasen, Tabananaría la his 
y de
ás- se espa rcieron por el país , esable ciéndo se con una i ndependencia
ubsancial respeco a la primera, pero sin dejar, de odas maneras, de re
nocer almen e su superi orida d espi riual.
Cuesquiera que sean los eemenos de hisoricidad que encierra ue
obablemene son bien pocos apare de algunas chas redondeadas, cier
s aconecimienos esquemaizdos y unos pocos personajes repuados-, 13
esta leyenda expresa, a ravés de las imágenes concreas de un relao aec
óico, la visión balinesa de su propio desaollo políico. A ojos de los ba
nese s, la ndación de una core javanesa, primero en Samprangan y l uego
e
Gl gl (dond
dealle como e,
unasegún se m especular
imagen aniene, el del
pa lacio e del
palacio di señado hasplar
más ejem a elde
míi
l os
enros ejemplares, el propio Majapahi), no supuso simplemene la crea
ón de un cenro de poder que ya había exisido anes-, sino más bien
el esableci mieno de un esán dar de civi li zación. La conquisa por p are de
japahi e, y es, considera da como el principal hio de la hi soria ba
esa porque separa ajanemene el Bali aniguo -de un barbarismo
 ma- del Bal i renacien e -de una ele gancia eséica y de un espl endor
úrgic . El raslado de la capial e el raslado de la civilización, como,
s adelane, la dispersión desde la capial e la dispersión de a civiliza
ón. A pesar del hecho de que, en un ciero senido, ambos son mios co
iales, ya que empiezan con asenamienos procedenes de cosas exran
jeras más culivadas, la concepción balinesa del desaollo poíico propio
e dsingue de la americana por no presenar dicho desarrollo como la r
j de la unidad a parir de una diversidad srcinal, sino como la disolución
de una unidad srcinal en una diversidad creciene; no se raa de un pro
es o incesane hacia una sociedad mejor, sino de un desvanecimieno gra
a l, un leno ndido en negro, de un modelo clásico de perfección.

os balineses conciben el mencionado desvanecimieno ano en el es


  o como en el empo. Se dice qu e, duran e el perí odo de Glgl ( 1 400-
32 NEGARA

1 700 aprox.), los distintos gobeantes de las regiones de Bali (Badung,


Tabaan, Blahbatuh, Karengasem, Bangli, Kapal y demás), supuestos des
cedientes de alguo de los nobles del séquito que había acompañado al
rey inmigrante, vivían en palacios secundarios que, ordenados adecuada
mente, rodeaban el del rey supremo, el descendiente directo del propio
Kepakisan. Así -en teoría, aunque, casi con seguridad, no de hecho-,
Bali era gobeado desde una sola capital cuya organización intea era
una expr esió
términos n de la estructur
espaciales, a delceremoniales,
sino también r ein o, ua expr esió n plas mada
estraticadores no sólo en
o admi
nistrativos. 14 Cuado se produjo la revuelta liderada por el señor de Karen
gasem, el rey suprem o huyó al inter ior, a la re gión conocida como Bangl i;
los distintos seño res, que se mantuviero n leales co l a obvia excepción del
señor de Karengasem, se retiraron a otras regiones diversas. Tal como se
ha señalado , cuado la revuelta e aplast ada, el rey -, más bie, su su
ceso r- no volvió a la espiritualment e desa credita da Glg l , sio que se
dirigió a Klungkung para empezar de nuevo, mientras los señores, otrora
adyacente s a la residecia real, permaneciero n en sus domi nios regioa
les. 15 Se cosidera que, con el tiempo, y no necesariamente de rma
vi ole
da nta,de
a una el ferenci
mis moaproceso
rmal -se gmet
continu adaación
respeycto
separació n espacia
a la l ínea l apartuvo
parental- eja
lugar e cada una de dichas regiones y subregiones, produciendo como
cosecuencia l a prosión de co rtes -grandes, pequeñas, m inú sculas e ín
mas- que putea n el paisaje h istóri co coo cido.
El resultado nal -es decir, el observable durante el siglo XIX- e

una acrobá tica pirámide de reinos c on di stintos grados de autoomí a subs


tancial y de poder efectivo. Los señores importates de Bali sostenía al
señor supremo sobre sus hombros y se mantenía a su vez sobre los hom
bros de aquellos señores cuyo estatus derivaba del suyo propio, y así suce
sivamente en setido descendete. En aparete paradoja, toda la estructura
se basaba primariamete e la ceremonia y en el prestigio, covirtiédose
el domiio político real de los reinos en más ágil y tenue a medida que
uno ascendía e n la pirámide; es ta const atación evoca el símil del castil lo de
naipes, levantado la por la hasta su temblorosa cima. El centro ejemplar
de todos l os centros e jempl ares contin uaba siendo Klu nkun g, hered ero di
recto de S ampragan, Glg l y, a tr avés de ello s, M ajapahit ; u na im agen qu e
se diminaba a medida que se dindía por un medio progresivamente más
burdo, más ordinario.
No sólo se borraba al tiempo que se extendía «horizontalmente» sobre
los campos, sino también como resultado de un proceso intrínseco de co
rrosión cultural que podríamos llamar modelo o patrón de hundimiento de
estatus, ya que se prolongaba «verticalmente» a través de las genera
ciones.
DE FIN ICIÓ N POL ÍTICA : LAS F UENT ES DEL ORDEN 33

El modelo de hundimiento de estat us re posa sobr e la noción de que la


humanid ad descien de de l os dioses, no sólo genealó gicame nte, si no t m
bién en el sentido de qu e posee u na valía in trínseca men or que la de éstos .
l declive se ha producido a ritmos distintos a lo largo de distints líneas
y a través de dversos acontecimentos mundanos y sociales, arrojando
como resultado la mera humandad con su presente y extraordnariamen
e comple jo si stem de rnking de prestig io. 16 Debido a su parafeali a ín
ica,Bali
e se alude a menudo
sería más exacto ar erirse
este si stema comoununs s stema
a él como istemade
de títulos
castas,oaunqu
de grue
os de títulos. Al menos en teoría, dicho sstema confere a cada balinés
(o má precsmente, a cda fmila balinesa) un estatus inequívoco que
lo adscribe dentro de una jerarquía honoríca, y que, por lo que se reere
a los ndvidu os, no pued e cambiarse. La posción de cada homb re o mu 
er, in dexa da por su título, es un refl ejo de l a hi storia mítica de l a l íne pa 
ea de dicha persona, del hundimiento constante desde su srcen ances
al div ino a su m eno s augusto est ado actual. 17 La direncia cual itativa en
el prestigio de diversas líneas -y, consiguientemente, distintos títulos
e el resultado de los direntes ritmos de declve: no todas ellas se han
hudido hasta el
Idia, el rango msmo
balinés nonvel.
es la A difrencia de
consecuencia dellascsta de cada
acciones cual en
de cada la
indi
duo en encarn aciones pr evias, sino de los s mpl es accid ente s de un a his
oria caprichosa. 1 8
Por lo que respecta a la línea real balinesa, la expresión de este modelo
e maniesta y percibida de a bastante conscente.
La línea empieza, como empiezan todas las líneas humanas, con un
io s, cuyo título es, po r lo tanto, B aara. Entonces , descie nde a tr avés de di
erss gura s semidivinas, que deten tan el título de Mpu, h asta el padr e del
 imer rey javanés de Bali, un sacerdote brahmana con el título de Dan
ag. El propio rey, Kresna Kepkisan, no continuó sendo un brahmana
s su viaje a Bal, sno que bajó un punto hasta el estatus de satria, con lo
ue su título -así como el de todos los reyes de Glgl que le sucedie
o- ya no e el d e Dangiang, si no el de Dalem. 19 Pero, mientras que, 
 muerte, los seis primeros de entre estos reyes ascendieron directamente
al mundo de los dioses sin dejar un cadáver tras ellos -un proceso cono
 o como moksa, «desencaación», «liberación», el séptimo, precisa
ete aquel durante cuyo renado estalló la guerra civil que signicó la
 a de Glgl, tuvo una muerte ordinaria, mundana. Más aún, e el últi
o soberano que recibió el apelativo de Dalem. Su sucesor, el ndador de
 ngkung e llamado Déwa Agung, un título todavía más bajo por el
 l iban a ser conocidos todos los subsguientes reyes de Klungkung.
Algo si mil ar ocurrió con los reyes «secundaros», regonales. Como no
  descendientes de Kepakisan -brahmana en orgen-, sino de los sa
34 NEGARA

trias javanes es de s u séquito ue ta mbién cayeron u n punto e n e l tránsi to a


la isla-, empezaron desde más abajo y se eron hundiendo en grados di
versos y debido a distintas razones, incluyendo su «error» inicial de dejar
Glgl para establecer sus propios negara. Los protagonistas de las fsiones
terci arias, q ue sup usieron el abandono de los palacio s region ales para nd ar
otros en las proximidades, detentaron títulos aún más bajos. Y así sucesiva
mente, descendiendo hasta los niveles inriores de la pequeña nobleza. 20
Luego -si
tmente dejamosnia unirmemente
coherentes un lado los detalles etnográfcos,
percep tibles-, elnocuadro
siempre comple
general es el
de un declive global del estatus y del poder espiritual, no sólo de las líneas
periéricas a medida que se alejaban del núcleo de la clase dirigente, sino
tmbién del propio núcleo a medida que dichas líneas periéricas se distan
ciaban de él. Durante el curso de su desaollo, la erza ejemplar del otrora
unitario Estado balinés se debilitó en su corazón al tiempo que se diluía en
sus exemos. O al menos, eso es lo que piensan los balineses.

Sin embrgo, esto no era sentido como un deterioro inevitable, como


una decadencia predestinada desde una edad de oro. Ciertamente, un pu
ñado de intelectuales sofsticados invocan con una cierta desgana el siste
ma índico de «eones» o Mahayuga, considerando el presente como un Ka
liyuga, la última y peor de las cuatro edades, que precede el reinicio del
ciclo; pero no parece que ésta haya sido una concepción paticularmente
importante a nivel general.21 Para muchos balineses, el declive es la rma
en que la historia ha acabado ocuriendo, no la rma en que tenía que
ocurrir. Consecuentemente, los eserzos de los hombres specialmente
de sus l íderes políticos y espi rituales- no han de enca minarse hacia la re
versión de dicha historia -imposible, dado que los acontecimientos son
incoegibles- ni hacia su celebr ación sin senti do, ya que aquéll a se com
pone de una serie de alejamientos acumulados respecto a un ideal-, sino
hacia su a nulación, hacia la ree xpresión direc ta, i nmediata, y con la mayor
erza y viveza posibles, del paradigma cultural que, en su tiempo, había
guiado las vidas de los hombres de Glgl y Majapahit. Como ha señala
do Gregory Bateson, l a vis ión balin esa del pasado no es en absol uto histó
rica en el sentido propiamente dicho de esta palabra.22 Su recurso explica
tivo a los hitos mít icos sugiere que los balineses no buscan en el pasado las
causas del presente, sino e l e stándar que permi ta ju zgar el ti empo act ual ; e s
decir, buscan el patrón inmutable sobre el que se debería modelar el pre
sente, aun que tan a menud o no se haga, deb ido a accident es , i gnora ncia , in
disciplina o negligencia.
DEF INI CIÓ N POLÍT ICA : LAS FUENTES DEL ORDEN 35

Precisamene, con sus grandes reablos ceremoniales, los señores esa


an inenando eecuar esa corrección casi eséica del presene para con
rmarlo con una visión de lo que alguna vez había sido el pasado. Desde
el más insignifcane al más grande, cada uno en su propio nivel, esaban
uchando coninuamene para esablecer un cenro ejemplar más verdade
, un auénico negar, que, si no podía equipararse o simplemene apro
marse a la brillanez de Glgl -y unos pocos de los más ambiciosos in

uso aspiraron
hasa ciero a ello-,
puno la imagenpodía al menos
radiane inenar imiarla
de civilización y, sí,
que había recrear
encaado
e Esado clásico y que el Esado posclásico hbí oscurecido.
En ese senido, la políica balinesa en el siglo XIX se puede consider

mo una ensión enre dos uerzas que iran en direcciones opuesas: la
enrípea, propia del riual del Esado ejemplar, y l cenríga, propi
e la esrucura de dicho E sado. Por un lado, ex isía el eco unifc ador de
s ceremonias de masas, ba jo e l l iderzg o de uno u oro señor. Por oro, se
aa el carácer inrínsecamene dispersor y segmenrio de la polit con
sderda como una insiución social concrea o, si así se quiere, como un
ssema de poder compueso por docenas de dirigenes independienes o
semiindependienes en mayor o menor grado.
Como hemos viso, el primero, el elemeno culural, ib desde la cim
hcia abajo, y del cenro hacia aer. Como veremos, el segundo, el ele
eno de po der, crecía desd e el n do hacia arriba, y de sde l a peri a h
a adenro. A resulas de eso, cuano más amplio era el alcnce a que as
raba el li deraz go ejem plar, más ágil er la e srucur políica que debía
senerlo, ya que se veía más y más obligado a apoyarse en la lianza, la
triga, la adulación y el engaño, e l camelo y el arol . Los señor es, aiza dos
r el ideal culural de un Esado consumadamene expresivo, se esrz
n consanemene por exender su capacidad par movilizr genes y re
ursos a fn de poder auspicir ceremonis más grndes y espléndidas, y
nsruir emplos y palaci os más grandes y esplé ndidos que las lber grn.
Hciendo eso, sin embargo, rabajaban direcamene en conra del germen
e una organización políica cuya endencia naural era la agmenación
gresiva, sobre odo bajo la inensifcación de presiones unifcadoras.
ero, en conra de dicho germen o no, combaieron hasa el fnal conra
e ta paradoja enre megalomanía culural y pluralismo organizaivo, y no
epre sin algún grado de éxio pasajero. No hay duda de que, si el mun
 modeo no hubiera acabado por alcanzarlos, odavía coninuaría lu
 hando conra ella
36 NEGARA

LA GEOGRAFÍA Y  L EQUL BRO D PO DR

Como en todas las laderas al pie de las montañas o en todos los litora
les, la rma en que contemples el paisaje del sur de Bali depende de si te
yergues en las pendientes volcánicas y m iras ha ci a el mar o si , desde la pla
ya, miras hacia dichas pendientes Si te colocas a medio camino, puedes,
des de muchos l ugares, mirar en lo s dos sentidos y ver, inme diatament e por
encima,
nubes , e,losinmediatament
conos que se alzan
e por de bajo
cinco, la
a diez
pla yamilnegra
pies, como
directos hacia las e que
el azabach
describe suavement e un arco, como el borde manchad o de holl ín de una gi
gantesca pava. 23
La escena, una cascada de arrozales en terraza y de repisas naturales
cubiertas de palmeras, resulta de una escala liliputiense: íntima, conrtable
mente envolvent e. No hay más que unas veinticinco m ill as desde el gra n lago
del cráter del Monte Batur hasta Gianyar, aproximadamente en el centro
de la región y unos tres mil pies por debajo del primero (véase mapa 1).
Desde la línea más alta de cultivo intensivo y regado de arroz (alrededor de
dos mil pies) hasta la costa sólo hay de quince a veinte millas en el oeste
(Tabanan),
ce en el estede veinte a veinticinc
(Klungkung) La carreterao en elconstruida
centr o (Den
porPasar), y de diezque
los holandeses a qui n
atraviesa la región desde Tabanan a Karengasem, pasando por Den Pa
sar, Gianyar y Kl ungkung- apenas rec orre unas sesenta mila s, pese a su
trazado serpenteante y pese al hecho que no evita las numerosas hondona
das del terreno; a vuelo de pájaro, la distancia se reduce a treinta y cinco
mi las . 24 Hoy en día ( 971 ), en esta área compacta e unas 1 .35 0 millas
cuadradas en conjunto-, se aprieta el 80 % de los 2. 1 00.0 00 habitantes de
Bali, arrojando una densidad de 15000 personas por milla cuadrada. Hay
pocas razones para creer que este patrón de concentración demográca
-naturalmente, no puede decirse lo mismo del nivel de poblamiento
uera signicativamente distinto en el siglo XIX o incluso durante la mayor
parte de la hi storia de Ba li  25 S i en algún momento hubo un escenario obli 
gado para el crecimiento de una civilización singular, tuvo que ser este pe
queño y acogedor anteatro; y quizá no deberíamos sorprendeos si lo
que surgió resultó ser una orquídea más ben particular
No sólo la región en su conjunto tiene las dimensiones de una sombre
rera, sino que además está accionada por una serie de gargantas fluviales
muy proundas que, abriéndose paso desde las montañas hasta el mar, di
viden e l compl eto sistema de dr enaje 26 mer idional en al go así como una se
rie de poriones de tarta Y dado que los asentamientos se enristran en los
estrechos espolones de terreno que se extienden entre las gargantas, las co
municaciones esteoeste, transversales, resultan mucho más diciles que
las nortesur, longitudinales. Incluo hoy en día, un hombre que viva en
DE FINIC IÓN POLf TICA : LAS F UEN TES DEL ORDEN 37

uno de di chos ramales de terr eno pr erir á -sobre to do si , como suel e ser
el caso, está tran sportand o algo- descender hasta la ca rretera, via jar una
illa o dos bien hacia el este bien hacia el oeste , y entonces subir por el si
uiente espolón, antes que tratar de pasar directamente de la una a la otra.
Y esta prerencia se transfrmará en obligación si viaja en automóvil, bi
cic leta o carr o.
En el siglo XIX, cuando a carretera no existía, este movimiento trans
versal
Bangiera
de todavía másejemplo,
1 876, por arduo, aunque estaba
para viajar laslejos
ochodemilas
ser imposible. En e
hasta Klungkung
era necesario atra vesar no menos de siete pr ondos b arrancos y en ningu 
o de ellos había un puente; era más cil exportar mercancías a través de
Bullg, unas setenta mill as al norte más a lá de las montañas, que a tra vés
de Karengas em, alrede dor de vei nte mil a s al este en línea recta. 27 Más al
ur, cerca de la costa, e terreno es menos accidentado, nivelándose en una
estrecha llaura, aunque ni siquiera allí es totalmente plano. Pero incluso
sí, un se ñor que se dispusiera a visi tar a un vecino , en lugar d e ir direc ta
ente, encontraba más sencilo viajar hasta la playa, piotar una barca pes
uera a lo largo de la costa hasta el lugar de atraque adecuado, y entonces
dirigirse de nu evo hacia e l i nteri or. Por o que respecta a a org anización es
tal, e  ecto de este tipo de paisa je e e e stablecim iento de un campo de
erzas geopolíticas extremadamente intrincado y heterogéneo cuya ac
cón era cualquier cosa menos integradora

Simpicando este cuadro de una frma más bien drástica, existía una
 ontinua uch a ongitudina  entre os señores ubicados arri ba, hacia l a mon
, y os asentados abajo, hacia el mar, por e control de cualquier con
nto particular de ramaes de teeno; paraeamete, os participantes más
eitosos en estas contiendas locaes se enzarzaban en un conicto trans
ersal, compitiendo por la preeminencia en el sistema de drenaje en su in
erdad. Para complicar más as cosas, estos dos tipos de procesos 
o primario, a pequeña escala y continuo, el otro, secundario, a gran es
l y espor ádico- no eran simpement e concur rentes, sino que se in
enciaban mutuamente. La política «inteacional» de combates interre
 on les se superponía, y a menudo se ndía, a la política «doméstica» de
 vali dad intrarregional; no se desarrollaban en el seno de una serie de Es
 os encapsu lados, imp eri os en mini atura, si no más bien a tra vés de un red
   nt errumpida de alianzas y oposiciones que se desplegaba irregularmen
e por todo el paisaje. Desde la base hasta el vértice del sistema, la política
ría en cuanto a la escaa, pero no en cuanto a su naturaleza. Incluso re
38 NEGARA

ajustes poíticos marginaes podía tener implicaciones de ampio acance,


y cuaquier cambio signifcativo en el equilbrio de poder en a isla se re-
ejaba casi instantáneamente en a mayor pate de os contextos provincia-
nos, ocaes.
La primacía, desde un punto de vista sociológico, de a ucha ongitu-
din a por e poder a peque ña esca a sobre a u cha transversa tenía di-
versas implicaciones en e carácter de a poítica bainesa. La primera, y a

más obvia,
podían signifca
ser con sideradbaosque os reinos
como de sur
u nidades terridetoiae
Ba s,i, se
enorientaban
a medidasienempre
que
de nore a sur en ugar de hacero de este a oeste, o que es conría una
rma aargada, generamente más bien estrecha, simiar a tiras o anjas.
En segundo  ugar, querí a decir que  a atitud, es decir, a posi ción reativa a
o argo de as pendientes, era e ctor más signifcativo en e modeado de
as nociones señoriaes sobre o aproiado de una estrategia poítica deter-
min ada. Y en tercer ug a, sig nif caba que e ce ntro de gravedad po ítica de
caa región tendía a situarse arededor de punto en que as coinas empe-
zaban a transrmarse en anuras.
En esta dimensionaidad de arriba y abajo, a poítica consistía en un
esuerzo intigabe por parte de os señores situados hacia a costa para
contr oar  domesticar p odría ser una paabra más adecuada a aque-
os situados más ariba, hacia as montañas, y en os iguamente inti-
gabes eserzos de aqueos situados en o ato, en as montañas, para
permanecer independientes y para recortar e poder de aquelos situados
por debajo de eos mismos Así, a corto pazo, e interés de os señores
de as tierras atas era siempre a agmentación, a menos de a región en
su conjunto; e de os de as tierras bajas era a integración. O, dicho de
otra rma, a preocupación por a unidad regiona y por su anverso a
independ encia oca o subre giona variab a a medida que o hacía a a-
28
tura r espect o a nive de mar. Con una posibe excepción, todas as cor-
tes verdaderamente importantes de Bai decimonónico se encontraban
en os extremos meridionaes de sus espoones o conjunto de espoones
particuares; y, aparte de Badung ue, un tanto en desventaja, se en-
contraba más hacia e mar, en as tierras bajas propiamente dichas, to-
das se locaizaban casi exactamente en a ínea de os 350 pies, es decir,
ju sto p or encima de os u gares en que se podía decir razonabemente que
empezaban as anuras.
E resutado era, por tanto, un conjunto de rmaciones obongas e inci-
nadas, paraeas as unas a as otras, cada una de as cuaes uctuaba cons-
tantemente entre un Estado de integración política caramente defnido
aunque, como veremos, extremadamente compejo, cuando los seño-
res de as tierras bajas tenían a situación bajo control, y un Estado cercano
a la anarquía, no menos compejo y a mens tan ecuente como e ante
DEF IN IC IÓ N POL ÍTICA : LAS FUENTES DE L ORD EN 39

or cuando dicha situación se les escapaba de las manos. El mayor poder
e las teas bajas no reposaba en ning ún gradiente acusado en el control de
os excedentes agrícolas. Aunque en los llanos había más bancales y más
ensdad demográfca las terrazas de las colnas estaban mucho mejor irri
das y eran más productivas. En el mejor de los casos la correlación en
e la riqueza de una región y el poder de su señor supremo siempre e
ja ; y como veremos la naturaleza de la organzacón política tendía a se-
arar
o cualla la«propedad»
corr elacó ndeentre
la terra de ylariqueza
poder «propedad»
en el sobre las de
nterior personas con
cada uno de lo s
enos no era habitualmente más alta que la que se podía observar compa-
ndo los unos con los otros. En realidad en una stuación que siempre e
y uida  lo que otor gaba a los señ ores de las erras bajas una c ierta ven
ja era su ubicación crucial en las redes de comunicación.
Dada la topograa el borde de la llanura era el punto estratégico para
ontrolar el tráfco que circulaba en la drección esteoeste. La ventaja de
 señore s tuados a l o largo del arco virtual descrito entre Tabanan Gian
 y Klungkung era que podían establecer y mantener tanto lazos rans
esales como longitudinales y a través de la diplomacia o la guerra ari
lar las dos
poral. dmensiones
Como más arribaenenalgún tipo de unión
la pendente ágil y habitualmente
se encontrara la corte mayor
ía su aislamiento geográfco; como más abajo se situara más se desa
ollaían sus contactos transversales. En su nivel más general la política
n esa era más una c uestión de geome tría geome tría de sól idos que
 aritmética.
En el combate por mantener la independencia - una ndepe ndencia

cial ya que no es pos ible distingur una hegemoní a genuina en ni ngún


nt o del sistema  los señore s de las terr as alta s tenían un puñ ado de ar-
 propias. En primer lugar se encontraban siuados estraégicamente
 lo que respecta al sistema de irrigación y podían perturbar o amenazar
n perturbar el suministro de agua de aquellos que vivían ladera abajo.29
En egundo lugar ubicados en un territoro más accdentado los señores
 as tierras altas gozaban de una ventaja natural cuando se trataba de re
 presiones mltares; de hecho en las cotas más altas algunas comu-
 des de campesinos habitualmente practicando una agricultura de se
no subs istían e ra del alcance de los señores. 30 Y, en tercer lug ar l o
más mportante un señor prncipal estaba habitualmente encantado de
ec er ayuda y apoyo a cualquier rebelión de las tierras altas que pudiera
 ltar a alguno de sus vecinos rivales de las tierras bajas.1 En conse-
 nci a el equlbrio en el nterior de cada reino era sempre de lo más de
o ora inc l nándose hacia l a capital d e la s terra s bajas y l a nteg ración
 alejándose de la primera y deslzándose hacia la agmentación. Como
o lo relaconado con la organización del Esado balinés este juego de
40 NEGARA

equilibrios era un asunto relativo; y durante la mayor parte del tiempo, en


cada una de las regiones se podía distinguir algo defnible mínimamente
como un reino con un centro. Pero, en tanto que polit, dico reino nunca
era más que una alianza inestable, un arreglo temporal contra el que ma
quinaban tantos como os que trabajaban para mantenerlo.
Si la competencia longitudinal se acercaba y se alejaba de maen de
as llanuras, la competencia transversal se movía a lo largo de é. En este úl-

timo eje, eltendía


dional centroa migrar
de gravedad
acia epoítica
l puntoque
mediolodel
era arco
de todo el Bai
trazado meri-
e ntre Taba-
nan y Karengasem s decir, en los alrededores de GianyarKungkung,
produciéndose la misma oscilación entre agmentación e integración según
el proceso político luyera acia la zona cal o reluyera desde ella.
En esta dimens ión, sobre este e je , e n ive de integ ración jamás alcanzó
grandes alturas, a menos durante e siglo XIX. Una apuesta verdadera por

la supremacía sobre la isa entera estimul aba inmediatament e u n poder oso


movimiento contrario por parte de otros señores de as tierras bajas, y los
probemas poíticos que debía aont ar el pret endido un ifc ador eran infni 
tamente más complejos que aquelos que encaraba quien mantuviera sus
ambicio nes den tro de ámbito r egional . Lo s príncipes establecidos m ás cer-
ca de l c entro estaban s iempr e i nteres ados en extender el contro n es te
caso, el control interregiona, mientras que los ubicados en áreas más a
este o al oeste estaban más ocupados en mantener a independencia. El gra-
do en el que, en un momento d eterminado, pre valecía una u otra tendencia
era un reejo del grado en que los príncipes regional es eran capa ces de ga
rantizar la frmeza de contro sobre sus propias áreas. Cuando los principa-
dos cenales eran más ertes, se producía una mutiplicación de as rea
ciones transversaes; cuando los periéricos eran ás ees, se producía
una reducción de tales relaciones. Pero, si intraegionamente e equiibrio
se inclinaba levemente en vor de os unifcadores, interregionamente se
incinaba, y más que levemente, en contra de ellos.

En resumen, una panorámica a vueo de pájaro sobre la organización


política del Bali clásico no revela un conjunto nítido de Estados indepen-
dientes estructurados jerárquicamente, tajantemente demarcados y enas-
cados e «relaciones exteriores» a través de onteras bien dibujadas. To-
daví a menos revela alguna dominación global por parte de un «aparato
estatal centralizado» alrededor de un déspota absoluto, hidráulico o de otro
tipo. Lo que revela es un extenso campo de relaciones políticas altamente
deiguales, que se espesan asta constituir nódulos de erza y tamaño
DE FINICI ÓN POLÍTICA: AS F UENTES DE ORDEN 41

aria be s en puntos es tratégicos de paisa je y s e vueven a acara r, aca-
ando prácticamente por conectar, de rma maraviosamente enrevesada,
ada cosa con todas as demás. Aunque existían anjas onterizas entre a-
unos de os principados regionaes n ocasiones dejadas deiberada-
ente sin habitar, pero más a menudo inftradas de espías y agentes pro-
ocadores, as onteras no eran «íneas caramente defnidas, sino zonas
e mutuo interés», no eran «as precisas íneas MacMahon de a geograa
olítica
eas demodea»
transición,ue aísan
ecotonos un «país»
poíticos de Josdedemás,
a través Jos cuaessino que eran
sistemas de
od er vecinos se «interpenetraban dinámicamente». 3 2
En cada punto de este campo diverso y móvi, a ucha era más por Jos
 ombres por su der enci a, su apoyo y su ea tad persona que por a
era. E poder poítico era menos inherente a a propiedad que a as per
onas; era un asunto de acumuación de prestigio, no de territorio. Regis-
aos en edictos, tratados y eyendas o ta como eran recordados por os
nrmantes, os desacuerdos entre os diversos principados prácticamente
nunca se ocupaban de probemas onterizos, sino que atañían a as deica
s cues tiones de estatus reativo, de a co rtesía mutua ad ecuada ( a causa
nediata de una
nsignifcante), guea
y de importante
os derechos e una carta
a moviizar descortés
grupos sobre un-
de gentes tema
incuso
nividuos con cretos par a rituaes estataes y para a gue a,  o que venía
a ser una mi sma cosa.
V. E. Ko reata una anécdota sobre as Céebes meridionaes donde
a aicu ación poítica se a proximaba a a de Ba i que expre sa Ja situa
ón comentada con a grave ironía de ingenio tradiciona.33 Los hoande-
, debido a as habituaes razones administrativas, querían estabecer de
na vez por todas e ímite exacto entre dos pequeños principados. Así
ues, amaron a os príncipes invoucrados y es preguntaron dónde se si-
 a verdadera mente a fon tera. Los do s acordaron que a fonte ra de
ncipad o A se situab a e n e punto más  ejano d esde el cua u n hombre era
ún capaz de d ivis ar os pan tan os, y que a fontera de  principado B se si-
 aa en el punto más lejan o desde e l cual un h ombre aún podía div isar el
a. Así pue s, ¿ nunca hab ían luchado por la tier ra mediane ra, desde la cual
 no no podía ver ni e mar ni e  pantano? « Mijnheer», re spondió uno de os
 os pncipes , «tenemo s razones m ucho mej ores para luchar el u no con-
 el otro que esas gastadas coinas.»

NOAS

 1. Laeas


e g tradición balinesa
anteriores de sitúa
Mengwila fndy sus
ación de M
v ecino engwi
s, vé ase en 1 728 (véa 959,
Friederich, se Si págs
mpen 1 l3958a)
1 - 1 32.
P  n  breve descripción de Mengwi y ss gobernantes por parte de n doctor militar
 NEGARA

e n 1 88 1 , vé ase acob , 1 883 , pá gs 1 98 y sigs ; co mpárese co Van den Br oek , 1 834,
págs  1 78 1 80, que r ealizó una visita d e un día e  Megwi, alre dedor de 1 820. La gue
rra de 1 89 1 es descrita b revem ent , desde el puto de vista de T aban an, e  Tabanan , s. . ,
págs 104106.
2. N del t.: ombre que rec iben los m iembros de un pueblo de las is las Su lawesi (Cé-
ebes) y la legua que hablan
3. Tambi én existían otr os dos rein os im portat es , Bu l lng en el norte, y Jembrana
en el oeste, pero, por aquel entonces, ambos se encotraban ya bajo directo control ho
andés.
4. En Badung, al igu al que en Mengwi, el rey ue llevado a hombros por sus cria dos.
Las marchas suicidas puputan, litera lmente « n») so descrit as e Covabias, 1 956,
págs 3237 ; Haa, 1 976, págs . 74 75 Baum ( 1 936, págs 33 741 7) pre senta u rel ato no-
velado, pero convincente, de las mismas, y ieuwekamp (19061910, págs. 169176,
20103) proporciona agunas breves descripciones de testigos oculares. Van Geuns
( 1 906) descr ibe el aspecto d e Badu ng y Tab anan justo después de las marchas sui cidas.
Para algunas persp ectivas balinesas, véanse Sim pen, I 858b; Mishra, 19731976; Tabanan
s ., págs. 1 1 41 26
De hech o, en Badung hubo dos puputan separados, ya que había más de un rey; y aún
parece ser que u n tercer gobeante ue asesinado por su sacerdote suprem o mientras avan
zaban las tro pas hola ndesas. Mishra (  973 ), a pai r de un manuscrito bainés, estima que
«no menos de» 3600 balineses muriero en los pupuan de Badung. Las bajas holandesas
(de u n ejército de 5. 000 hombres para aiba) son desconocid as, aunque co n segurdad ue-
ron muy escasas. El puputan es una vie ja tradición en Bali. Frieder ich ( 1 959, pág. 24) in
ma sobre u o en la parte bali nes a de Lombok dur ate la primera mi tad del s igl o x1x: el
rey y toda la milia real, exce pto dos iembros, se sui cidaro al ser de otados por un Es-
tado rival de la mis ma área balinesa de Lombok (M ataram) V éase Worsley, 1 972, pág. 23 1 ,
para u ejemplo en Bullng.
5. Aparte de la literat ura ci tada, a dscripción y el anális is que siguen se basa en una
prolongada sere de entrevistas, cocertadas principalmente con getes de edad avanzada,
ect uada s entre 1 957 y 1 958 . Los tr es princ ipales inrmant es eran 1 Wayan Gusti Pua de
Tabana, Ida Bagus Putu Maron de Ubud, y Cakorda Gdé Oka jeg (yeg) de Klungkug.
Gusti Pua, un wesia nacido alred edor de 1 880, era u  ncionario d e bajo rago perbe-
kel) del Esado de Tabanan a principios de siglo, sucediendo a su padre que había luchado
en a s gueas d e Mengw i. Después de la conqui ta holandesa en 1 906, e nomb rado «j e

ofcial de que
posic ió pueblo» (bendesa)
de tentó hasta su de la ciudad
retiro en 1 93de7. Tabaan
Ida Bagusuna
Maronueva
n, u uidad administrativa,
brahm ana, ació en 1 88 5
e Meg wi, don de su padre era sace rdote de la corte Tr as la conq uista de Megw i por Ba-
dug y Tabanan, h uyó a Pl iatan, dond e su padr e vol vió a ser asociado a la cort e, m ientra el
propio Ida Bag us Maron se convirtió en recaudado r de impuestos e in spector de riego (se
dahan gdé) durante el período holadés. Fue uno de los irmantes de V. E. Ko sobre la
«ley adat» durante los años veinte y treinta (véase J Grader, s.., págs 29 y sigs.). Caorda
Gdé jeg, u satria, ació en 1 895  Miembro de rango de la mi li a real de Klu gk ung par -
ticipó e el puputan [sui cidi o ritual] de 1 908, siendo primero herido por ar ma de ego y, a
sobrevivir al disparo, apuñalado después por su madre. De todas maeras, se recobró y ue
exiliado por los holandeses a Lombok, durate veintidós años. Transcuido este tiempo,
e envi ado a buscar para encabez ar el departam ento de obras públ icas , resposabi li dad que
mantenía en 1958. Junto a estos individuos, otra treintena de personas me proporcionaron
in maciones
campo ha sid o de mayor
in clu o menorresultaba
ido cuando ex tesi reeva
ón ; naturalmente
te para la, descripc
material de
ió.miProbablemente
trab ajo generalé de
ste
es el lugar adecuado para reconocer que una buea parte del material sobre e que se basa
DE FIN ICIÓN POLf TICA : AS F UENTES D E ORDEN 43

ste estudio ue recogido por mi mujer y colaboradora, Hildred Geertz, como también otra
arte lo e por E. Rukasah, un asistente indonesio.
6. La cita ha sido extraída de HeineGelde, 1 942
7. La cita es de Swele ngrebel , 1 960. Véase más so bre el mi smo tema e n C. Geez,
J 68, l 973c,  973g, l 977a.
8. La cha de 1 343 procede de entes javanesas s decir, de l Negakertagama
ae Pigeaud, 1 960 1 963, vol. 3, pág. 54) y estas u entes s ugieren no uno, sino varios re-
 balineses (véase Pigeaud, 19601963, vol. 4, pág 143) La tradición balinesa locaiza la
nquist a algo antes y relata dos expedic ione s (véase Swe llengrebel , 1 960, pág. 22).
9. En contra de o que se ha a frmado en ocasiones, no es sólo a case dirigente a que
lama ser won g Majapahit [«hombres de Mah apajit » , sino q ue toda la pobación o hace,
n echo que ya e percibido por Van Eck a mediados de sigo XIX (citad o en Ko, 1 932,
 g 1 60) Lo s pocos hoy en día, pr obabemente menos del 1 %- que no o hacen, son
nominados Bal i Aga, un término generalme nte desdeñoso y burlón que vendría a sig nif-
r «baineses indígenas» (véase Goris, l 960c). Algunos pebeyos baineses se ven como
scendientes de los «pioneros» que inmigraron a Bai desde Java antes de a invasión de
apajit (véase Sugriwa, 1957b).
N delt.: La expr esión util izada por Ge ez es urBalinese, siendo ur - un prefjo de eti-
ología germánica que signifca «primitivo, temprao, anterior, srcinal». Más adeante
g 7 5) , Geertz habla de «indigenous urBalinese culture»; a períasis eegida en a tra-
ucción, «la más arcaica cultura balinesa indígena», pretende reejar esa connotación de
rioridad que alude a los tiempos previos a a invasión de Majapahit (s. XIV) y que se
 en e texto de la idea de «autentic idad» , dando pie a una crtica posterior del auto r
O. La cita ha sido extraída de Swellengrebel, 1960, pág. 23. Los estudiosos saben
 más. La primera inscripción datada sobre e estabecimiento de un monasterio y de
 sidencia real de repos se remonta al fnal del siglo  (véase Gors, 1 95, vol. 1 ,
 6 ; vol. 2, pág s. 1 1 9 1 20; so bre inscripc iones bainesas, vé anse tambié n Stein C aen-
  92 5; Stutterheim, 1 929; Dam ais, 1 95 1  1 99; De C asparis, 1 956); y las e ntes escri-
 ás antiguas no van más allá de 6 dC (véase Goris, s., pág 25) A principios del
 x1, aparece el primer rey del que se especifca e nombre, y e lenguaje de os edictos
ia del balinés ant iguo al javanés an tiguo (véa se Goris , 1 95, vo l 2, págs. 1 29 1 30)
 rlaciones históricas con Java se conocen desde el siglo XI, y hay ines de expedi
ns javanesas contra Bai desde el sigo m (véanse Swelengrebel, 1960; pág 20; Pi-
d 1 9601 963, vol. 3, pág. 48). Pero, a pair de todo esto, poco de lo que em erge tien e
n «índica»
n substancia, exceptuando
antes e dato
de desaollar un inte resante
contacto d e que
intensivo conBai ya podía
Java, se r el
así como considera
hecho dedo una
 lgunas costumbres actuales parecen muy atiguas (ciclos de tres días para los merca-
dos, sociedades de regantes, corbea ritua). Para una periodización mayormente arbitra
 d la h istoria ba li nesa en cinco estadios  prehistórico , indíge na antiguo, hi ndobalinés
 uo, h indobalin s reciente, mode , véase Goris , s Para algunas espe cuaciones so -
 l Bai ante rior a Majapahit, v éase Quarit chWae s, 1 974, págs. 1 05 1 1 5.
. o sól o práctic amente todos los nobl es y sacerdotes varones pueden rela tar la si 
  t  lyenda, si no que qui zá la mayoría de l os plebeyos también puedan hacerl o. Como
con ds las leyendas, los detalles del reato varían signifcativamente de acuerdo con a
ón socia del naador, que se preocupa en justifcar o recotar este o aquel aspecto
eto de la variante que propone. En Bai, las principales versiones son regionaes, y la
n que aquí se oece sigue a la de mis inrmantes de Klungkung. Para una versión es-

kn957;
Njo lengua
paraindonesia), diseñada
una versión en enguapara la enseñanza
balinesa, Regeg,ens.las
(a);escuelas
para un primarias,
reumen envéase
ho-
landés, Kersten, 1 947, págs 99 1 0 1 ; para un tex to baliné s clásico pr ocedente de Gg l,
 NEGARA

Berg, 1929; para textos primarios procedentes de otras egiones, Worsley, 1972; Tabanan,
s.. ; Berg, 1 922.
12. N delt El Dicciona rio de la Rea l Academia admite dos transcripciones castellanas
«brahmá» y «brahmín» para la palabra de srcen sánscrito que designa a los miembros
de la «primera de las cuatro castas tradicionales de la Idia»; también lo hace «cha-
tria» para los miembros de la segunda que cali fca de obles o guerreros, pero prescinde
de las dos últimas castas Podría propoerse una castellanización bastante aceptada: «Vai-
sia» y «s udra». Si  embargo, el autor el ige una transcr ipció n que pre tende «bali nesa» su-
puestam ente distinguible de otra «hindi» con el fn de hace r not ar que pese a su comu
nidad etimo lógica e ideoló gica el uso de los té rminos en Bal i y las i ntituciones o
categorías a las que se referen no son exactamene las mismas que en la India; de hecho,
cuando el autor se refere al pensamieno indio en esa materia, así como al papel de los «sa-
cerdotes» e la Idia, habla de «brahminismo». Es por esto que, en la castellanización pro-
puesta, hemos respetado la transcripció elegida por el autor, auque también ella presente
algunas inc oherencias (como el uso de la angloindia «Vaa» en vez d e la balines a «waa» ,
únic a con entr ada propia en el glosario). Sobre las palabras «b rahmana», «satria», « wes ia» ,
«sudra» y «aa», véase el glosario.
1 3. Sobre la opinión según la cual los materiales literario s del período índico son más
útiles para com prende r los concepos políticor el igiosos indones ios que como regist ros his -
tóricos fables, v éanse Ber g, 1 927, 1 939,  95 l a,  96  a. A pesar de esta p ercepción y de l a
fabil idad su pecial de dichos material es, Berg ha inentado «reiner pretar los» (  950,
195 b,  965) , aojando como resulado una his toria analísica hasta entonc es oculta, un es
uerzo algo criptográfco que no me siento inclinado a seguir. Para críticas a algunos de los
argumentos y conclusiones h istór icas más subst anciales de Berg, véanse Bosch,  956; De
Casparis, 1 96 1 ; Zoetmulder,  965.
1 4. El B ali de dicho tiemp o es i magina do como un Estado uniio involucr ado en
combaes casi perpetuo s con B lambagan en el oeste y Lombo k en el este, y, más al lá de és-
tos, y de rma menos continua , con Pasuruan, Makass ar y Su mbava. Tras la di solución de
Glgl h acia el mis mo momento en que el poder holand és empezab a a establece rse só li-
damente en el chipiéla g, la leyenda se concenra en eramene en conlictos restringi
dos al inerio r de Ba li , ete señores y entr e regiones.
15. N del t.: La palabra empleada por Geertz es «baiiwick» «jurisdicción o distrito
de un bail (bail designa a varios cargos menores denro de la monarquía inglesa y del
sistema de adminisración de tieas, compartiendo srcen etimológico laino con el case
llano «baile» o el catalán «b atlle» ; wick, palabra d e probable ogen latino, que designa «al-
dea, pequeña c iudad, di srito ... »). En diversas ocasiones, y para denominar a as socio-
políticas o administrativas balinesas, el autor recoe a términos propios del régimen
dominial o del sistema administraivo de las monarquías europeas (particularmente de In
glate a y Francia). Estas «traducciones» se deben considerar si n más como axament e il us-
tradoras, si o metaóricas, y nunca estrictamente analógicas ; de ah í que su «reraducción»
al castellao no tenga po r qué ser puntillosa (l o cuál resultía muy d ici l, da da la vari ación
en el tiempo y en el espacio del cont enido de esas catego rías, var iación qu e sólo podría res
tringirse haciedo rerencia a un contexto de uso concreto, algo que, naturalmente, Geertz
no meciona).
 6. El extr aordi nariamente complejo y altamene ie gular sistema balinés de estra tif-
cación de prestigi o todavía no ha s ido adecuadamen te descrio, pes e a que Korn (  932 ,
págs.  36 y si gs. ) oece ua gran cantidad d e datos út il es , aunque desorgani zados y exen -

tos el
tre densamiento
análi sis . Dado que, yenl elos
político presente tr abajo,
conceptos sob reyo meatifcació
estr upo únicamente
n, no hago de la relación
n ingún ende
intento
delinear el sistema como tal. Para algunos comentarios sobre la esratifcación, o la jer
DEF IN ICI ÓN PO LÍ TICA : LA S FUENTES DEL ORDEN 45

quía, en el ámbito de la aldea, coment arios que sugieren mi punto de vista general sobre su
aturaleza, aun sin des aollarlo, véans e Geertz, 1 959, I 963b, 1964; Geertz y Geez, 1975.
Compárese con Boon, 1977, págs. 145185 Boon, 1973, págs. 17326 Kersten, 1947,
ágs. 99 y sigs . Para alg una s perspectivas balinesas, véase Bag us, l 969b.
1 7. Así, de Ja mi sma rma que cada región en Ba li tiene una leyenda pa ra exp lic ar Ja
ramifcación espacial continua del poder real a partir de un centro único srcnal, virtual-
ente cada grupo de título posee una leyenda propia para da r cuenta de su presente rango ,
 términos de genealogía y de undi miento de estatus. Para algu nos ejemplos publicados,
éanse Sugriwa, 197b, 1958; Regeg, s.. (b), s.. (c); Berg, 1922 Para ejemplos «reales»,
 Jos que naturalmente convergen mitos «geográfcos» y mitos «genealógicos», véanse
egeg, s.. (a) y, especialmente, Worsley, 1972. Algunos otros ejemplos se conservan en
rma de manuscritos, como es el caso de Tabanan, s. .
1 8. En Bal i, l a doctrina de Ja reencaación  onocida de una rma vaga, general y
ás bien id ios incrásica es relativamente poco impoante; por o tro lado, toda la doctrna
armakarmasamsaa está ausente en tanto que creenca ectiva socalmente. Compe-
 con C. . Grader, s. ., págs. 6669.
1 9. La aplicaci ón de si stema de vaa [grandes «castas»] indio a Ja jerarquía de títulos
 inesa es, y parece haber sido siempre, una materia i egular y muy laxa sobr e Ja que Jos
opios baineses no son siempre capaces de alcanzar un acuerdo. E concepto de vaa
-waa en balinés tiene sus uti li dades , tanto para Jos balineses como p ara Jos académi -
s, a J a ora de o ecer un esbozo muy gener al de la si tuación estratifca toria en la sl a. Sin
bargo, sólo se puede alcanzar un entendimiento circunstancial de nking de presti go
ainés mediante Ja relexión en too a Jos valores literales de todos Jos títulos reales, una
ateria de estudio ampia y diversa en Ja que Ja mayor parte de Ja investigación detallada
tá por hacer. Para un esquema completo del patrón de pensamiento sobre Jos waa entre
s i ntelectuale s bali neses  ompletado con las subcategorías «alto», «medio» y «bajo» en
da una de las categorías generales, véase Ko, 1932, págs. 16 y sgs. El propo Ko
ntempla todo esto como «de alguna rma tifcial», guyendo que, a pir de Ja colo
ación, se abía producido una sistematización de dico patrón de pensamiento mayor
que Ja q ue abía existido en cualquier momento ant eror, s istematización gener ada por el
seo olan dés de pres ervar e s istema de castas como la « base ndamental de a sociedad
inesa» y de us alo con fnalidad es administr ativas y legale s (págs. 1 7 1 76).
Sobre la deifcación balinesa de sus antepasados de Majapait (Bata Maospait), véa-
 Worsley, 1 972, págs. 54 , 96. Sobre camb ios reciente s en el ncionamen to del siste-

 de 20títulos
N dely de waa,
t: La véanse
palabra Boon,
utilizada por1977, partees2; Boon,
Geert gent,1973, cap. 4; Bagus,
un téino 1969b.
un tanto ambiguo
ue viene a s igni fcar «de alto nacimi ento», pero que progres ivamente a pasado a design 
 inglés a la pequeña nobleza (a Ja que en castellano se designa a menudo como «idal-
 ) o a Ja alta burgu esía. Pe se a que, en el índ ice analítico, Geez distingue entre gent
y bili, Jos relaciona con un mismo término veáculo, triwangsa (véase glosaro), y, en
 exto, no Jos utiliza para distinguir dos grados de noblez o de estatus (Geertz apenas uti-
  el término gent, y prácticamente sólo en esta ocasi ón lo a ce en re rencia explícita a
 pequeña nobleza»).
2 1 . Sob el sistem a de Maayuga, véase Basham, 1 952, págs. 32 1 322. Los nivees más
os del si stema l ciclo kalpa de cuatro mil millones de años o el ciclo manvantara de tres
ilon es de años no parecen tener ninguna impoancia en Ba li. Sobre la perceión bali-
 s a del tiempo, vé anse Covarbias, 1 956, págs. 3 1 33 1 6; Goris, l 960b; Gee rtz, l 973h.

22. N.
23 Véanse
del t:Bateson, 1 937
La palab ra uti; ylizada
también
por Worsley,
el aut or es1 972 , págs.
ettle, que75designa
82. al apaato, extra-
i nariamen te común en las cocinas anglosa jonas, empleado pa ra heir el agua de las in 
46 NEGARA

sion es y que di stinguen del util izado pa ra servirlas ha bitualmente tea-pot La traduc-
ción de «pava» es más específca, por tanto, que la de «ttera» y remite a esa miliaridad
doméstica que el autor util iza esti lísticamente pa con trastarla con un paisaje que resulta-
rá exótico para muchos de los lectores.
24 Karengasem, algo separado del corazón de la rgión por un área seca y plagada d
coli nas, rma un a especie de bolsa l igerame nte aparte en un lado, pro a distanci a de la l í-
nea de rizicultura iigada a a costa e más o menos la mism a que n Klun gkung. Sobre la
distribución de la rizicultura iigada en Ba i, véase Raka, 1 955  pág. 29.
25. Las cias sobre pobació n proce den de la Ocin a Indonesia del Censo. El por-
centaje total de a pobación que habita n el sur permanece prácticamente inalterado en
os censos de 1920 1930 1960 y 970. Aun siendo muy aproximativas y nada fables, las
estimaciones de Ras a principios del siglo XIX daban las mismas proporciones sobre

una población que s suponía me nos de la mitad de la ac tua (véase Rales, 1 830 vol. 2
pág. cxxx ii) . n 1 900 Van rde ( 1 9 1 0) estima la población d e Bali n uno s 750.000  aña-
diendo otros 20 0 en las área s de Lombok con asnta mintos ba ineses.
La anti güedad de a cntraidad meridional de la civi lización balinesa s revela también
por el hecho de que virtualmente todas as viejas inscripciones (Goris, 1954) proceden dl
sur de a isl a (u n c ieo núme ro se encontraba en la montañosa región cn tra, pero habí an
sido erigidas por sñores sureños), así como por el nombre tradicional que recibía el Esta-
do noe ño de Bull ng, Den Bu kit , que si gnif ca literalmen te «en el otr o lado d e la( s) mon
taña(s)».
26. N del t: La palabra driage hac e rerencia a la acci ón y s istemas de ev acuación
de tiea, tanto naturaes como a tifc iaes. En castell ano, «drenaj e» y de a aún más
específca «avenam iento» suee reri rse sobre todo a sistemas artifcial es, pero se man
tiene en la traducción, dado que su apicación a sistmas naturaes s comprensible y utili
zab e en geograía y geología , h a si do exp lícitamen te expli cada en el texto y las alteati vas
omo «cuencas hidrográfcas»  no acaban de rsul tar fdedignas rspecto a l tipo de des-
cripción de reliev balin és oecida por Gee rtz.
27. Véase Lieinck,  877 
28. Dicha posible e xcepción es B angli. Sin emba rgo, l a preeminencia de B angli u e
sóo un nómeno tmpora, un reejo de la prsencia holandesa en Bulng. De hecho, su
papl, que nunca e crucial en contexto panisleño, era más el de la más poderosa coe de
as tieas altas que e de la menos poderosa d las tieas bajas. De todas rmas, constitu
yó una especie de caso marginal durante unos pocos años hacia la mitad de siglo pasado

(véas29
e Lie rinck,algunos
Véanse 1 877; y ejemplos
l a pág.  e2 n1 de la present
Ko,  932 páobra).
g. 40 1 ; Frie derich, 1 959 pá g. 1 23.
30 Para una divi si ón, dema si ado tajante y algo malin terpretada, entr «áras de appa
age» (es decir, regiones inuenciadas por los señores) y «áreas de los viejos bainses»,
véas Ko 1932 passim Lansing ( 1 977 ca p. 1 ) resum e la s teorías de Kor n y las aplica a
algunos jemplos contemporáneos. Para una crítica al modelo d Ko, véase C. Geertz,
1961
N del t.: Appaage o apaage, rma derivada del ancés apanage (con las rmas ar
caicas appaage o appeage). Designa la herencia o provisión n espcias, rentas, m
tálico, tieas ...  hecha para l mantenim iento de los hijos menor es, hermanos o parien ts
del rey que no lo sucederán en su cargo. Geertz ue sóo recue a la xpresión n notas
e índice analítico, pero no n el text no le confere un signifcado tan preciso, sino que
se trata de un cali fcativo equivaente a « tieas con sñors» (proba blmn te «tierras seño
riaes o dominiales»
tanto de en de
Gee rtz como Ko).
otrosDe todas rmas,
autores la elección
no aparec concreta
de todo clara,de
nlapart
xpresión
porquno
e el autor
apenas s ocupa de las tiea de « o appaage». En vista de esto, se ha prerido mantnr l
DE FINICIÓ N POLÍ TICA : LAS F UENTES DEL ORDEN 

téino srcinal en lugar de tenta una traducción al castellano, difcultosa de por sí y más
desorientadora que otra cosa.
3 1 . Véanse alg unos ejemplos en Gunnin g y Van der Heijde n, 1 926
32. Las reerencia s al «despotism o», y demás , se dirigen nuevamente contra Wittgel
( 195) y los trabajos que se han derivado de él (por ejemplo, Hunt y Hunt, 196). Sobre
el problema d e las ontera s en los Estados «índicos» , véase Leach, 1 960, del que he e xtraí-
do la cita sobre la «l ínea MacMah on». Su trab ajo es en Bi rmani a, pero, en este aspecto, se
corma precisamente con el caso balinés Sobre las «zonas neutrales» (kewalonan) en
Bali, véanse Ko, 1 932, pág. 437; De Ka t Angelino, 1 92 1 a. Paa una pequeña excepción a
a generalización según la cual las onteras no eran asuntos que conceieran a la política
«inter estatal» , véase Ko , 1 922, pág. 63. Sobre la base del Hadad Bullng, Worsley ( 195,
ág. 1 1 2) argumenta la exi stencia de lindes defni dos par a De n Bukit , pero parece tratarse
de una ilusión óptica literaria
33. Véase Ko, 1 932 , pág 0. Una descripción d e las principale s «mil ias princ i-
escas» en el sur de Bali alrededor de a mitad del siglo XIX puede encontase en Frede-

ich, 1 959, págs. 1 19 1 36.


APÍULO 2

ANATOMÍA POL ÍTICA: LA ORGANIZACI ÓN INTERNA


DE LA CLASE DIRIGENTE1

GRUPOS DE FILACÓN Y HUNDIMIENTO DE ESATS 2

Lo intrincado del equilibrio de poder en el sur del Bali tradicional riva-


zaba con la complejidad de las instituciones sobre las que reposaba. La
ás elemental de éstas era la radical distinción adscriptoria entre nobleza
y campesinado: entre aquellos cuyos títulos les conrían un dereco in
nseco a reclamar una autoridad supralocal y aquellos, alrededor del 90 %
e la población, cuyos títulos no comportaban dico dereco. Los prime
os, conocidos colectivamente como triangsa («tre s gentes» ), consistían
n las tres «castas» (es decir, vaa) superiores: brahmana, satria y wesia.
o últimos constituían la cuata «casta», sudra. De los primeros tam-
n apelados ong }ero es decir, aproximadamente, «los de dentro»,
ocedían los líderes de Bali. De los últimos -ong jaba «los de e-
, procedían los seguidores.
Si n embar go, como es abitual, la situac ión rea l era muco más i rregu-
 ue lo que sugiere este resumen simplista. En primer lugar, no todos los
 wangsa con títulos, incluso con títulos muy altos, representaban algún
el pol ítico signifc ativo en un momento det ermi nado. Se establecía una
tinción tajante entre los triangsa que «poseían el poder» (es decir, te-
n control sobre los instumentos reales de gobieo) y aquellos que no
 tenían; mientras los primeros obtenían derencia y obediencia por par
 e los sudras, los segundos sólo obtenían derencia. El crecimiento na-
a de la población tendía a incrementar el número de individuos con un
echo nominal al poder, pero sin acceso a él; así, bien antes del siglo XIX,
 c ase gobeante ectiva no debía conrmar más que una minoría en el
o nunto de la nobleza.3 De todas rmas, ser un triangsa un ong }e,
50 NEGARA

a  meos sigifcaba que uo ea potec iame te u  ajá. E cosecuecia,


todos os hombes peteecietes a «castas» supeioes co idepe-
de c ia de lo poíticamet e isi gi fcates que pudiea s e trabajaba
para ha a u uga e e Estado, u luga desd e el cua mediate a adu-
aci ó,  a utiidad d e os ser vic ios prest ados o simpemete a suer te po-
día acazar a autoidad paa a cua su egado patricio os hacía teórica-
mente eegibes
Peo icuso
o podía este esbozo
covetise o acaba
en señores, de serocompeto.
pícipes Auque osdichos
eyes popiamente sudras
dadas sus icapacidades de acimieto, o podían se fguas vedadea-
mete ejemplaes, sí odía epeseta papees cetaes e a poítica
supaoca, y u cieto úmero de eos así o hizo.4 E e oto extemo, y
co uas pocas excepcioes cuidadosamente deimitadas, se excuía siste-
máticamete a os bahmaas de acceso a a ejecució coceta de ma-
do y eo pese a que ea os únicos susceptibes de se eegidos para e
estatus m ás pestigioso de  a cutua ba ie sa dejando aparte la eaeza, e  de
sacerdote de Siva o padanda.
E témios webeiaos, os sudas podía acaza e pode ecesario
para estabece
os símboos deuna atoridadmora
caifcación eectiva,
que pero
eran carecía inevitabemente
igamente de
necesarios para
semejate estabecimiento; por e contaio, os bahmanas, qe poseían
dicha ca ifcació e gado sumo  e hech o, c onstituían a más pura en-
caació de a exceecia cutura, o podían coseguir e poder que
reqería dicha autoidad ectiva. Sóo os satrias y os wesias poseían
o y podían adqiir e otro, de ta rma que podían acceder a na ato-
ridad geuina, a na egitimidad sustancia, covirtiédose en e pivote
sobre e que giraba todo e sistema sacedotes, ebeyos y nobeza ve-
ida a meos.

La segunda institució sobre a que eposaba a organización estata y,


si dud a, a de mayor tascendecia ea u tipo de sistema de parentes-
co iusua, ta vez icuso único.5 Todos os miembros de as castas supe-
iores se agutiaban en gupos de ascedecia agnaticia de tamaño y erza
divesos, gupos que se podía denomiar inajes si o era porque, es-
trctramete, diían bastate de a descipción de iaje habitua e a
modea iteatua atopoógica.
E rime uga, estos gpos o ea exógamos, sio preencia-
mente edógamos; e matrimoio perido era e que se contraía con e
primo pat i atea (es decir, paa un ego ma scui no, co  a hija de herma
LA ORGANI ZACIÓN INTRN A DE L A A SE DIRI GNT 51

no de su padre) . En segundo l ugar, la rmacón de grupos nuevos a par tr


e los vejos no tenía ugar a través de la fsón de los segundos los nue-
os aparecían en el nteror de os vejos. En un sentdo global, este proce-
o ue, más que segmentacón, sería adecuado llamar derencacón
ejaba ntactos e naterado s a los grupos antguo s, pese a los c ambos q ue
 habían dado en su nteror. En tercer lugar, las subpartes derencadas
el todo más grande se clascaban jerárquca y explíctamente según el

orden de su de
la creacón nacm ento
grupos . Es decr, su
nuevamente rango se «cor
derencados; ría» con
e estatus el tempo
reatvo y con
de los
bgrupos vejos se hundía a medda que aparecían otros nuevos. E resu-
ado era que os grupos de flacón se artculaban en una estructura jerár-
ca, muy lexble pero bastante sstemátca, sobre la cua podía descan-
ar la dstrbucón rea de autoridad polítca. E sstema de títuos conría
gtmdad; e sstema de parentesco confguraba las rmas socaes con-
etas
La unda básca de este sstema l «caslnaje» que los balneses
elen denomnar dadia-6 ncluye a todos aqueos ndvduos que su-
estamente son descendentes agnatcos de un ancestro común (en el
aso de la nobleza, uno u otro de os más lustres nmgrantes de Majapaht).
Sa pequeño como en e caso de los triwangsa sn poder  o gra nde
omo en el caso de las íneas poítcamente pujantes, cada dadia es
na entdad corporatva autónoma. Los dadia nunca se reagrupan en un-
ades más grandes, n sobre la base de las «castas», n sobre la de paren-
sco o de la terrtoradad. Y pese a que, como veremos, están muy d-
rncadas nternamente, son ndvsbes en un sentdo undamental
nque, de to das r mas, teórico) : nunca se agment an en segmentos n-
endentes.
En cada regón, subregó n o loca dad concr eta y, por lo qu e respec-
  este asunto, en Ba  en su c onjunt , eran o s dadia menconados los
e competían por el poder y, una vez asegurado éste, os que se mpca-
n en la reclamacón rtua de la autordad egítma. Tanto s ncluían a
nte personas como a doscentas, eran a un tempo rreductbles e ndv-
les como undades de a organzacón estata. Podían expandrse o con-
 e rse, crecer o menguar, conqustar o colapsarse, pero no podían fso-
r se n combnarse, excepto en alanzas ncertas. Así, la nclnacón del
   ma de dadia era haca e partcularsmo polítco. Los msmo ctores
 hacían ertes a los grupos ndogama, ndvsbldad, capacdad de
rrollo ntern hacían dcl su ntegracón hasta el límte de lo m-
ble, acconand o l a poli balnesa en una sere de  ccones rvales de
  nto tamaño, erza y complejdad estructural.
Intername nte, los dadia estaban modelados de una rma mucho menos
  le y, era cual se la autordad polítca potencal del grupo en con
52 NEGARA

junto, icha autoria se hallaba istribuia esigualmente en su interior,


e una manea intrincaa y precisa a la vez. Cuanto más poeroso llegaba a
ser un dadia más irenciaa evenía su estructura intea. Cuanto más i
renciaa era su estructura intea, más complicaos y exigentes eran los
problemas e integración que ebía conontar. El éxito político hacia el
exteri or gen eraba tensión po lítica hacia el interio r. Cuano un dadia poe-
roso entraba en eclive, se ebía má a menuo a una ebilia intea que
a una
A presión
meiaextea.
que crecían, los dadia esar rollaban en su seno subgrupos e
la misma naturaleza general que ellos mismos, es decir, conjuntos iscre
tos e agnatos preerencialmente enógamos construyeno entidades cor
porativas ritual y políticamente ambiciosas. Pero, aunque corporativos e
inepenientes los unos e los otros, estos subgrupos no eran considerados
indepenientes el dadia «pateo», que mantenía explícitamente su supe
rioria juríica, moral y religiosa sobre todos ellos. En caso e conlicto,
se suponía que los intereses el grupo más amplio eran los que tenían pre
cedencia; se consieraba que la pertenencia a los subgrupos erivaba de la
pertenencia al dadia y era secundaria respecto a ésta, e tal rma que, le
galmente,
pos exteoslosalsubgupos no tenían
dadia Aún erecho
más, nunca a tratar
todos irectamente
los miembros de un condadia
gru- es-
taban englobaos en algún subgrupo n muchos casos, la mayoría no lo
estaban. A irencia e l o que s ucee en un a estruct ura segmenta ra
done caa iniviuo pertenece a un segmento en caa nivel de seg-
mentación, la pertenencia a lo que podríamos llamar «sub-dadia» no
aectaba a toos los miembros el dadia; en consecuencia, un dadia era un
conjunto tanto e miembros afliaos a tal o cual subgrupo, como de otros
que no peenecían a ninguno. Finalmente, en los dadia más granes e im-
portantes, se daba en ocasiones un tercer nivel de irenciación, por el
cu al se rma ban subgrupos ( «sub-sub-dadias», po r as í decirlo) en el inte-
rior e los subdadia; estos subgrupos manten ían con lo s sub-dadia el mis-
mo tipo general de relación que estos últimos con respecto a los dadia. La
estructu ra completa se aseme jaba más a un conjunto e «c aja s chi nas »7 en 
castraas que a un árbol genealógico (véase fgura l).
Sin embargo, aunque en teoría los grupos menores estaban subori
naos a los mayores, e hecho, la autoria se istribuía a lo largo e las
líneas efnias por los subgru pos. Al igual que los dadia competían por
el poer en una región, así, los sub-dadia más pequeños y tupios,
buscano caa uno convertirse en el co interior de la grandeur8 el
grupo e ascene nci a compe tían po r el poer en el seno el dadia. La
irencia estrib aba en que la compet encia e n el inter ior el dadia esta-
ba cuiaosamente regulaa por instituciones de parentesco, mientras
que la competencia inter no lo estaba, ya que, a este nivel, los
A ORGANZACÓN NTRNA DE L A CLAS DI RIGN 53

         - 


 

/t  b .       6 


 -l
1  · 1 :· ;�-    6
 ' 1  1 1  :
:1
4-
• 1 . -l  ; ' r  i  ¡
� -  6   · "      1 
A   t - " ·•  �6.
X · - : r
Ó
1

  J :' ·( ·  
·-   -     _

' Ancestr fun.

! Diunto
Vv
Sin ntinuida (masuln) l  udada Susuadia

Figur l . Modelo de la estructura del dadia.

ompeidres n manenían ningún laz de parenesc Las reivindica-


ones de la auridad en un dadia n pdían dejarse al libre jueg del
ombae plíic una simple lucha pr el pder enre accines auó-
omas si el dadia enía que ser capaz de acuar cn alguna unidad y
ctividad en un escenari plíic más ampli. Tal cm se presena-
ba, la inegración inerna siempre era una cuesión inciera y arriesgada:
las pares siempre amenazaban cn ragarse el d Per, sin la aplica-
ón glbal de u n si stema de jera rquización de ls subgrups basa d en
l a fliación, es dicil ver cóm pdría haber exisid en abslut dicha
  gración

El sisema que permiía inegrar ineamene ls dadia era la cnra-


 i da insiucinal de l que en un nivel culural general ha sid llamad
54 NEGARA

«patr ón de hundimie nto d e esta tus» , expresad o aqu en e l lengua je socio-


lógicamente más concreto del parentesco agnaticio y la sucesión a través
del prim ogénit o.9
Cada dadia de casta superior posea supuestamente una lnea nuclear
de hijos mayores de los hijos mayores, estirándose con una pureza inque-
brantada hasta el ndador srcinario del perodo de Majapahit; el repre-
sentante actual de dicha lnea era considerado como la igura de más alto

rango
aquel aldelquedadia. En todo
perteneca momento, elcontemporáneo
el descendiente sub-dadia dedemás alto rango
la lnea nu- era
clear; el sub-sub-daia de más alto ra ngo era esencialmente su a mi lia ex-
tensa patrilateral; y él mismo era el candidato del dadia para la realeza
ejemplar.
Entonces, ya que en cada generación sola haber un cierto número de
hermanos menores del señor supremo, además de la perpetuación de la l-
nea nuclear, tena lugar la génesis de un cierto número de lneas periéri-
cas o cadet es , cada una  ndada por alguno de dichos hermanos m enores .
Estas lneas eran continuadas en lo sucesivo según patrones de primoge-
nitura propios, rmando dierentes sub-dadia, pero su estatus relativo
respecto
que pasaba a lael lnea nuclear
tiempo. declinaba
As, en frme
la primera y automáticamente
generación, a medida
se consideraba que
las lneas cadetes haban cado un «punto» respecto a la lnea nuclear, en
virtud simplemente de su rmación; luego, si debiéramos conceder un
«valor de estatus» arbitrario de, digamos, diez a la lnea nuclear, las l-
neas periéricas rmadas por los hermanos menores del señor de la lnea
nuclear tendran un valor de nueve. Sin embargo, en la siguiente genera-
ción, se repetira el mismo proceso. La lnea nuclear continuara teniendo
un valor de diez; las nuevas lneas rmados por los hermanos menores del
señor supremo de la segunda genera ción p rimogénito y hered ero del se-
ñor su premo de la pr imera gener ación tendrían un valor de nueve; las l-
neas cadetes que se hubieran rmado en la generación previa se hundira
hasta un valor de ocho, siendo superados en rango por las lneas cadetes re-
cién nacidas y los sub-dadia que creceran a partir de ellas. Y as sucesiva-
mente en la tercera, en la cuarta y, en teora, en la enésima generación1 0
(véase fgura 2)
Naturalmente, esta descripción es un modelo ideal muy esquematizado
(un ejemplo concreto es desarrollado más adelante, en el captulo 3). El
punto más importante es: a proximidad respecto a  señ or supremo reinan 
te e cabeza de la í nea nu cear contemporánea determinaba e estatus re
ativo en e seno de os dadia gbeantes. Cuanto «más vieja» era la lnea
de la que brotó un sub-dadia, más atrás en el tiempo habra cristalizado en
tanto que entidad socia l y, consecuentemente, más bajo sera el e status r-
mal de sus miembros. Era este principio general, y no ningún proceso ge
LA ORGANZAC ÓN  NTERNA DE LA CLASE DIRGENTE 55

,
Hermno
el Rey 

.
" A

1
 el Ry 
 B

1
1
' 
reals 1 I 1 
ss 1
 Hermano Cas Cs
Rey
 I  D"
del ReyV nble nble
onthm·les "B" A

Sub-ddi Esttus
-
real A lto Bajo
Subd
nobl
di

Figur 2. Ascendencia nobe: e prncipio del hundimiento de estatus.

nealó aó ,  l q a p a, ya q     
ma pl baad  la laó- la ala  pda aip
ar  l bj d alza aldad d pd d hh, y d ji
ar la pd  vda d p, al q  haa d
o ni.
Ea la ó d hd d a la q aba a
me l dadia ppad la a al a avé d
as cal  xpaba la da  adad; dha ó 
tía e a laó pva  l a y la pxdad al abza v
 e  d la la, a laó pla a  l da
 plby, dd   vaba la ala   daba
erárqae l sub-dadia. S eba, la vdada azo d la
 f ra  audad d d l dadia ble o eda an  la
 g ica dl pa c  l aj d la plia.
El rlad  o  d l a paó i ulána d d  pi
 o s zado d l gp d laó  a  pud llaa
56 NEGARA

era que cada dadia poíticamente importante venía a componerse de una


serie jerarquizada de casas «reaes» y «nobes».11 Cada casa poseía un
quantum determinado de autordad, pero, supuestamente, todas las casas
estaban gadas entre sí por víncuos agnaticios; en consecuencia, y era
cua ese la ntensidad de su rivadad en un momento dado, eran vistas
como par tes n separa bes de un todo más grande, que co nstituía e grupo de
ascendencia

LasLa
rango. dierentes
casa de acasas eran
ínea denominadas
nucear puri o«e
se conocía como je,
grandependendo
puri» de su
(uri
gdé); las casas nobes «más cercanas», «más recientes», se denominaban
«puri ta» o «puri cua», siendo e mismo nombre más o menos arbitrario;
as casas más distantes geneaógicamente se amaban <ero ta» o <ero
cua». Se utlizaban muchos otros símboos de estatus reativo para dotar
de una expresión cutura expícita a esta estructura rma: direncas su-
ties en os títuos de os jees y de os miembros de as dstintas casas; una
elaborada etiqueta que prescribía costumbres de deerencia entre as dis-
tinta s casas, incuyendo usos dierenciaes de engua je atam ente desar ro-
 ados; regas precisas respecto a matrimonio, os ugares ocupados dur an-
te unaaciones
regu comidasuntuaias
o a ordenacón
enormedemente
los asientos en cuaquier
detaadas, reridasacto
a apúbico;
disposició n,
tipo y decoracón de os «paacios» de cada casa, así como respecto a as
vestimentas adecuadas para sus habitantes; derechos y obigaciones ritua-
es meticuosamente defnidas siendo ta vez as más notabes as que
atañían a as cremaciones y a a muerte. Y as hasta acanzar un grado
pasmoso de distnciones individuaes. En esto, como en todo os demás, a
erza rectora de a vda púbica era e ceremonia de estatus. Se reafrma,
pues, a idea de que e  rituaismo asidu o de a cu tura de a cort e no era me-
ramente e ropaje de orden poítico, sino que era su substancia .
Luego, en términos estructuraes, os dadia triwangsa -, más preci-
samente, os dadia wesia y satr ia eran, en sí mismos y pa ra sí mismos,
Estados o, a menos, candidatos a Estados. Naturalmente, os ímites de
dadia no marcaban os ímites de as reaciones poíticas propiamente di-
chas, pero sí e de aqueas reaciones poíticas que se conrm aban pr inci-
palmente sobre as conexiones de as insttuciones agnaticias. Entre os da-
dia, se daba a intr iga ,  a erza y e regat eo artístico; en e  in terio r de e os,
se daba a i ntriga, a erza, e regateo artístico y e poder modea dor de as
eata des m iares. Ascend encia agnati cia, endogamia p reerencia , inhi-
bición de a segmentación y jerarquización de os subgrupos se combi-
naban para hacer de un dadia un boque de poder integral y, de hecho, e
único bl oque com o ta en to do e cosmos poít ico. Las un idades que com-
petían ongitudina y transversamente sobre e paisaje arrugado y estira-
do de Bai no eran simpemente os señores y as cortes: eran os dadia,
LA ORGAN IZACIÓN I NTERNA DE L A CLAS E DI RI GENTE 57

e o s cuaes ichos señor es er an los íde res simbóicos, mientr as su s res-


ectivas cortes constituían sus cos cuturaes

No obstante, decir que os dadia eran boques de poder integra no es

ecir que por


entadas estuvieran bien integrados.
otras cciones dirigidasAl
a sucontrario, habíacciones,
vez por otras ccionesy ator-
os
enentamientos en e interio r de os dadia eran a veces tan intenso, y ha-
btuamente más constantes que os que se producían entre eos.
E dadia era esenciamente una ederación de casas reaes y nobes ba-
a sobre a fiación de parentesco una ederación de puri y je que,
nque no podían secesionarse o cambiar radicamente a estructura rma
e autor idad, sí podían uc har entre sí por e poder y a inuencia Ofcia -
ente as casas nobes han estado consideradas como las «manos» (man-
c) o incuso os «sirvientes» arekan de señor de a ínea nucear; sin
ebargo de hecho, a menudo eran más poderosas que é Legamente as
sas subor dinadas no eran i bres para tr atar directame nte con as ca sas de
ros dadia; aun así, en a práctica o hacían siempre que a tentación pa-
ecía m ayor que e pe igro conspi rando para debii tar a os enemig os de su
smo campo con e objetivo de mejorar su propia posición De igua r-
, a necesidad de una adherencia estricta a protocoo de rango no signi-
caba que os señores de as íneas nuceares no pudieran vorecer a las
sas más bajas y, consecuentement e, menos amenazado ras por enci-
 e as más atas o no pudieran apear a apoyo de extraños para en-
entarse a insubordinaciones inteas, o no pudieran recorrer a instrumen-
 de poder ajenos a parentesco
A estabecer e patrón de autorida y estatus sobre un eje de distancia
elativa entre e núceo y a periria de sistema de fiación parenta, se
btenía un marco miístico en e que as maniobras poíticas podían tene r
ar de manera más ordenaa y, usuamente, menos abiertamente vioen-
 Pero n i ei minaba a vioencia ni reducí a  a poítica a a administr ación.
s regas que gobeaban a competencia en e seno de dadia estaban de-
ndas ago más caramente y eran observadas más reguarmente que as
e regían os conictos entre dadia. Pero a rivaia d no era menos inten-
 la ambición no estaba menos desatada y a envidia no resutaba menos
  lacabe
58 NEGARA

CLIENTELAS

De todas mas, en la oganización estatal había mucho más que es-


tatifcación po títulos de gupo y paentesco en «cajas chinas». Además
de la bicacón de a población en una nobleza triwangsa legibe paa
ejece la autoi dad y un campesi nado suda no eeg ibe paa hace-
lo, y del sistema de hundimiento de estatus de os dadia que dieencia-

ba inteamente
con maba y caaacteizab
la nobleza,
a a existía todavía
l a política una tecera
«naciona» : el c institución
ienteismo.que
Aun
que obaba en el interior del contexto establecido por las «castas» y el pa-
entesco, el c lientel s mo dieía de ambos po e l hecho de no ser adscripti -
vo sino cont ractua , no diso s ino específco, no jurídico sino inmal , no
sstemático sino iregular. El clientelismo poporcionaba una manea de
rjar lazos que atravesaran los límites fjados de estatus y consanguinidad,
a tiempo que pemitía ealinear as elaciones y gupos defnidos po di
chos criteios; pr esuponía dicho agupamientos más ndamentales y ope-
aba con elos como unidades. E clienteismo oecía un escape ente a la
rigidez del estatus basado en la ascendencia; sin dicho escape, a organiza
ción poítica en Bali dicimente podía habese desaoado más aá del
nivel de un tibalismo disyuntivo.
La primer a esea en a cual actuaba el c lientei smo ea el propio dadia.
Como hemos visto, e cecimiento y la dierenciación intea de un dadia
mayor conducía al desaolo, eativamente bien odenado, de una seie de
eaciones ente sus subpartes, as divesas casas eales y nobles. Si esta es
tratifcación jeá quica basada en la f iación hubiese sido la única relación
posible entre las casas, e dadia había resutado una es peci  de buoc acia
en min iatur a: su rma haba venido dada di ectamen te po e presunto pa-
tón de vínculos parentales, y la posición política se había convetido en
un mero eejo, eal o imaginado, de la historia geneaógica. Peo, de he-
cho, pese a os vectores de deeecia y a graduación de pestigio, seguían
bastante exactamente semejante modeo, y el ujo de poder e inluencia
sólo lo seguían de una ma muy genera. Las dierentes casas aban
camaillas on un grupo de ango más bajo aceptando el lideazgo de
oto de ango más alto  y pactica ban una realpolitik más opotunista.
Así, se edifcaba un si stem a de cciones en el seno de dadia que, aunque
manten ía una conguencia laxa con a estruc tua de aut oidad ofcia , poseía
sus mas y dinámic as p opias. Dento de marco establecido po el patrón
jerarquizado núcleoperieia quedaba un campo fme paa las maniobas
políticas independientes: pocos señoes omitían o dudaban en expota este
campo, y aún menos deploaban dicha explotación.
LA ORGANIZACIÓN INTERNA DE LA CLASE DIR IGENTE 59

A pesar de que e cienteismo era importante en el interior de los 


 representaba su pape más signifcativo  tvés de as onteras de és
tos. Se podía n encontr ar tres tipos principaes de ta f li ación, extea a los
grupos de parntesco, pero mayoritariamente intrarregional: a) entre d
más poderosos y otros menos poderosos; b) entre dd satria y wesia,

ypoíticos», y 
grupos minori tariosbrahmana, «sacerdotaes»;
, especiamente y c) entre
os comerciantes . Enpoderosos
chinos estos ca-
sos, a menos en teoría, las unidades de afiación no eran as casas, sino e
 en su conjunto (o todo e grupo minoritario desde a perspectiva de
hinos, bugis o javaneses). Por tanto, e cienteismo producía una tearaña
de ataduras dispersas irreguaente sobre toda a región, un tejido mucho
más ági que aque que sostenía juntos a os distintos  individuaes,
pero o sucientemente erte, a menos en ocasiones, como para otorgar
na ciea rma poítica a área.
Natur amente, os víncuos de c ientea entr e dia de más y menos po
der eran casi puramente poíticos, ncionamente hablando; los segundos
rn
 poragentes de osLaprimeros
describir. amenazadentro
miitar,del
la sistema
presión rea de dominación,
económica, toda-
a amistad per
onal, e soboo, o e mero interés mutuo: todos eos jugaban un pape en
 rja de dichos víncuos. Pero ta vez su principa apoyo instituciona
r a práctica de matrimonio poigínico a gran escaa en que se enzarza
on as casas regias y nobes.12
Aun s i e  matr imonio era preerenciamente endógamo r espect o a  d-
, estaba permitida a hipergamia respecto a grupo de títuo es de-
 ir, la unión entre una mujer de título inerior con un hombre de títuo
uperior. En consecuencia, y desde e punto de vista de as mujeres de
n dia cuanto más arriba se encontraba una en a esca era d e tít uo s,
l m enos e ntre a n obe za gobe rnant e, ma yor era  a prob abi idad teó rica
 que concertara un matrimonio endógamo; por contra, desde el pun
 de vista mascuino y, particuarmente de señor, cuanto más arri
 más ampli a y diversa era a gama de uniones posi be s, endógamas o
 érgamas. El grado en el que un  podía conservar a sus mujeres,
Y u n ser capaz de atraer a otras de exterior, era una medida casi cuan-
 iva de su estatus. Los i más bajos, o menos poderosos, se veían
 ig ados a enviar a sus mujeres a os más atos para poder asegurarse
  u gar en a polty. La reación que así se establecía era lamada wr-
gi, s decir, que e i más bajo era wrg respecto l más alto, en vir-
   de haberle dado una mujer en matrimonio, o que suponía recono-
 su inrioridad y procamar su eatad respecto a segundo.13 Las
 eres eran orecidas como un orma de tributo, un acto de homenaje
60 NEGARA

y un juram nto d  idlidad (qu , n ralidad, n o ra un a ata dur a tan


trribl)
Taes rlacions wargi se xtendía n a través d  la divi sión triwangsa-
sudra, conctando los dadia nobles con otr os campesinos, locl mnt  po-
derosos y stratégicamnt situados, levando a los útimos a un estatus
de casinoblza. De hecho, cuanto más bajo era l estatus de un dadia
podro so localme nte, más deseos o star ía de establecer dichas relacion s

wargi
blar dcon un grupo
ansiedad máseminnte, hasta Por
qu d deso. el punto
otro de quelos
lado, se podría dadia
llegar ad
ha-estatus
suprior simpre estaban soñando con minar a posición de sus rivales,
llgando así un día a conseguir ascendncia sobr eos; consecuent-
mnt, n la mdida que les era  tible , rsi stía n l as dmanda s de mu j-
res qu es dirigía n los má s po derosos (a veces , in clu so escondiendo a las
más lindas de sus mujeres cuando agentes de os dadia más prominents
rondaban su residencia)  intentaban mantenerse o más ndógamos po-
sib, al mnos por lo qu rspecta a sus propias mujeres, mientras quizá
trataban d reunir agunas wargi. Dado que, u na vez in sta urados, los l a-
zos wargi tendían a rerzarse a través de matrimonios subsecuentes, os
dadia nobles n ascnso acumuaban a su arededor un grupo razona-
blemnt bien defnido d dadia clients, con os qu s vincuaban ma-
trilateralmnt; estos dadia clientes, de importancia y rango diversos,
actuaban como agnts a través d los cuales os grupos nobes ejercían
su auto ridad so br la población genera . A igua  que otras estruc turas so-
cia s, estos l azos stab an bin le jos de ser irr ompib s. En l a poí ica ma-
trimonia, los cambios y os reordenamientos tenían ugar casi continua-
mente, con una sutieza y una astucia que hubieran sido a envidia de os
Habsburgo. Mujeres prometidas pero no entregadas, pedidas pero no con-
cedidas, o recibidas pero no hon radas, eran agun as de las principaes pro-
vocaciones instigadoras de subversiones o guerras. Pero e sistema wargi
un producto de un delicado equiibrio entre a endogamia, a hiperga-
mia y a poiginia  permitía e  de sar ro o de una re d de eatades inter-
grup as que v incuaba a los dadia poderosos en alianzas a distintos nive-
ls; éstas, sin egar a ser unidads rigurosamente soidarias, constituían
conderaciones regionals.

El sgundo tipo d cinlismo extraparenta entre os dadia gober-


nantes y os sacer dotals era más bin di stino dl que se aca ba de des
cribir. En st caso, las raciones d prstigio ni siquiera ran vagamnt
congrunts con las políticas; al contrario, ran una inversión directa de
LA OR GA NI ZACI ÓN INT ERNA D E LA CL AS E DI RI GE NTE 61

J  segundas. Por o que hacía rerencia a istem vaa y, todavía más


  portante, según as nociones popuares baines sobre vía espiri
  , aprendizaje reigioso y efectividad mágica, os brahmana en genera
y, entre e o s, os sacerdotes con agrado s en pr ticu ar- superaban en
n go a todas as demá gentes. Pero, a diferencia de o brahmín 14 en a
In ia, ningún brhmana, sacerdote o no, parece haber sustentado ni siquie
 e poder oca,  menos direct y abiertamente; y, myoritarimente,

nu so se -una
 wesia) es negó e poder
cuestión queeconómico. Así,cona más
será discutida reación brahpoterior
detaes manasat ria
nte - siempr e era particu armente incómoda. En e terreno reigioso,
J brahmana se sentían superiores a os señores, una superioridad que
ntenían a través de monopoio de a tradición escrita y de conoci
ento ritua esoté rico. En e tereno poítico, os señor es s e sentían supe
es a os brahmana, una superioridad que mantenían a través de mono
o de os instrumentos de gobierno. Aunque cada uno desconfaba de
o, también o neceitaba. Los brahmana necesitaban e favor y a pro
ción poítica de os señores para mantener su estatus epecia; os se
e necesitaban  a perici a i túrgica de os brahmana pa ra monta r as ex
vgancias
lineses rituaes gobernante
de derecho, e Estadoteatro. Como
y sacerdote erandicen
e unoos antiguos
a otro o queibros
un
 ío es a su timone . 15 Sin e otro, ning uno de eos podía acanzar su des
n ompartido, a creación de nega, un Estado cuya ejemparidad se
nta ba cosmoógicamente.
Había dos tipos rmaes de reaciones entre sacerdotes y señores. La
mera era que, ta como hacían todos os baineses, cada casa rea o no
 tenía un azo de maestrodiscípuo (siwa-sisia) con una casa sacerd ota
rminada; os sacerdotes padanda) de esta casa sacerdota actuaban
 mo conse jeros principae s en as cuestiones rituae s q ue atañí an a a casa
 o nobe. Cuando una casa rea era a prime ra de una región, a casa sa
dota adjunta era conocida habituamente como bagawanta o purohita
y unque meramente en cu anto a su prestigio era con siderada  a casa
h mana de superior rango de a región. 16 En reaidad, cuando un señor
  ortante ceebraba un ritua mayor -un kaa, «trabajo», ta como
 udament e se denominaban tae s evento s-, no era soamente su pro
   iwa (o bagawanta) quien asistía y dirigía su desarroo, sino que tam
 n o hacían os de as casas menores de dadia de señor, o incuso en
  io nes os de as casas de dadia dependientes . E segundo tipo de r ea
 n rma entre señores y sacerdotes consistía en que, habitua aunque
   ne vitabemente, eran brahmana quienes se encargaban de evar os tri
  aes señoriaes; esta atribución se ndamentaba en a suposición, más
0 nos precisa, según a ca os brahmaas estbn instruidos en dere
   ndico.
62 NEGARA

En ambas ncones, decto tual y juez ego, el pincpal papel del


bahmana ea consultvo, peceptivo, nmatvo. Popoconaba al seño
las líneas maestas estétcoegosas que deberían modela la vda de su
cote s deseaba omo natur almente h acía se al mis mo tempo un m-
cocosmos de oden sobenatua y un ejempo de exstencia cvlzada.

S, nconalmente, el pme tpo de elacones clentestas entre


dada gobea ntes superioes e nrore s era cas  puamen te poítco, y
el segundo entre dada gobean tes y sa cerdotaes  ea cas exc usiva
mente eligoso, el tercero nte dadia gobeantes y comundades m
norta as quedaba estr ng do, en u n gado de ecu són mayo r a de os
tpos anteroes, al ámbito económco.
Aunque en e sglo XIX exstían «mecados matnaes» repetos de mu
jeres bainesa s que vendían diarament e productos amentc os , como tam-
bén hacían los grupos de especalstas adeanos en venta ambuante de
atesanías,
cones el gueso en
abumadoras demanos
comecio signifcativo
de mnorías se concentraba
no banesas: en propor
chinos, sobre todo,
pero també n musu manes b ugs, j avaneses, malay os, árabes . . .  y, en
uno o dos casos dramáticos, euopeos. Partculaente, e comerco de lar
ga dstanca y el comecio loca diectamente dependente de anterio ean
un coto cas excusvo de los gupos nmgantes. Dejando aparte agunas
fguas margnales, nunca aparecó una case de mercadees indígenas como
a que puede encontarse en muchos otos lugares de Indonesa.17
Este aislamiento étnico del pertubador mundo del comeco era espe
ciamente lamatvo en e note de Bal, menos aisado que e esto. En Sn
garaja un puerto comecia típco del Mar de Java, uno todavía puede
conte mpa a c udad pa aciega  hoy un comple jo nconar al encma
de una suave elevacón; no cuesta magnar cómo la cote mraba hacia
abajo con despeco, aunque tal vez tambén con nevosismo y avaica, a
los ba ios <avaneses» e s dec, musu lmanes y chino s, atestado s y de
sodenadamente apñados sobe los pequeños mueles, un poco al estlo de
as casbas. 18 Peo ncuso en el su, apatado del gan lujo de la ruta co
mecal de las especas, este patón esultaba impotante: cada cudad cor
tesana pncpal encapsulaba guetos chnos y «javaneses» Kampong
Cna, Kampong Jawa cuyos habtantes ean cas enteamente mercade
es, tendeos y agunos tpos de artesanos de mercado.
La substanca y a organzacón del comeco en el Bal decmonónco
será descta n extenso más adelante, en conexón con el nconamento
del Estado. Aquí lo que nteesa deja sentado es que, en e l nterior del ne-
LA ORGANIZACIÓN INTERNA DE LA CLASE DI RIGENTE 63

gara, cualquier tráfco comercial que iba seriamente más allá de sus lími-
es se encontraba bajo el control de los mayoristas chinos on la ex-
epción de algún inglés o algún danés descariados, a los que los seño-
s balineses garantizaban patentes comerciales a cambio de tributos en
bienes y en metálico. Cuando estos mercaderes chinos estaban ligados
ontractualmente a poderosos señores supremos, podían convertirse en f-
uras locales más bien espléndidas, que vivían en grandes casas parecidas

umulaban
palacios, adoptaban el estilo de vida
harenes considerables de las castas
de esposas superiores
indígenas. Estos balinesas y
chinos diri-
an las actividades de un notable número de agentes y subagentes hi-
os , <avaneses» y, en el nivel má s local, bali neses distribuidos a través de
odo el país. En los reinos meno integrados, casi cada pequeño señor tenía
u propio chino. En aquellos más integrados, el chino del señor supremo
dignifcado a veces con el cargo de subandar, literalmente «amo del co-
ercio» gozaba de un monopolio casi completo, organizando a todo s los
omerciantes ráneos en un elaborado sindicato que se centraba en su per-
ona. Dichos individuos a menudo también involucrados en la tenencia
de tierr as a gra n esca la, sobre to do cultivo s de caé y tierras de pastos  po-
an ganar una i nluenci a inrm al sign ifcativa n tanto que conse jeros en-
ubiertos de sus patrones
Así como los negocios espirit uales del reino se contr ataban c on u no o
ás bramanas, los comerciales se contrataban con caballeros chinos de-
 ados al comercio. Este segundo con trato se e stablecí a sobre una base es-
asamente menos tra dicional que l a del primer tipo d e arreglo: en un caso,
os señores trocaban vor político por prestigio; en el otro, lo hacían por
u eza.

 L INZAS

Finalmente, hay un nivel más de organización estatal, uno que ea el


ás obvio debido a que resultaba el más dramático de cara a los observa-
o s exteos tan dramático que aparece en cada una de las pocas des-
 io nes que tenemos sobre la política de la nobleza, aunque raramente
ás allá de una visión supecial y, sin embargo, dicho tercer nivel era el
nos substancial, el menos estable y el que acarreaba menoes conse-
ncias Me refero al patrón de lazos interregionales, transversales,
  u nía a dos o más dadia localmente dominantes. Esta relación podría
  no minarse alianza más bien que clientelismo, indicando con esta elec-
 n erminológica que la naturaleza de los vínculos en cuestión era más
n simétrica que asimétrica. Esto era la cúpide de la pirámide de acró-
    el ápice inestable del tambaleante castillo de naipes.
64 NEGARA

O, ás bin, ra la capa indiatant por dbajo d la cubr -y


a vz ás crucia qu ésta-, dsd a cual cada prsona planaba aupar
s hasta la prinncia sobr los hobros d sus rivas ás ridabs;
la cia propiant dicha no  ralnt holada durant  sio XIX.
Tard o tprano, y ás tprano qu tard, todas as aianzas acabaron
n acaso: todas las abicions panisñas s ncoiron; odas las pro
clamacions públicas d «unidad spiritual» y «hrandad hasa la ur

t»
ss rsularon
-afanzados vacídsd
as. 19 Inc1849
ls on
nt a la pr són
Sinaraja-, lascrcin
aniobrasd ncainadas
os holand
hacia una unidad políica nuina acabaron n nada, y no u porq dicha
unidad no ra sufcinnt pro pusa.
D hcho, o qu arcó l principio d in d odo l sisa, n
 89 9, u a ptición d ayuda iliar a os hoandss por par d la
casa d Gianyar. Ubicada n  picntro políico d la isla y acosjada
por dos hranos sudra xraordinariant astutos (coo obsrvó uno
d is inrans, «podían capurar un publo inras dorían»),
sta casa stu vo a v z ás cr ca qu i nuna or a d consuir na h
mona obal hacia a sunda iad d sio x1x; aun así,  sta

«ás
didacrca»
qu sunourza
sinica qu odos
crcía, suvira «uy crca».
sus vcinos Natra,
s voviron a
conra a,
cada uno rcluido n sus propios clos y vidias. Cuando tabién co
nzó a dbili ars  dsd  in trior, toó una dci sión qu dbía rsu l
tar al: la d pdir ayda  ura d l si sa. Faa porqu d a anr a
una lu cha po lítica oca s vía p roycad a sobr un cop ljo d urzas
ucho ás aplio , un cop jo par a l qu dich o c obat  o nía sn
ido y sobr l qu no tuvo ninún co. El Esado baliés s había
construido dsd a bas hacia arriba. S drrubó dsd a cubr ha
cia abajo .

El arco insiciona n l cua s raban as aianzas ra ás cul


tural y sibólico qu sociolóico y strucura. En prr luar, l saus
ao suponía ua éica dtr in ada d honor y d la politesse, una spci
d código caballrsco sin c aballo s, honaj y aor roánt ico p ro sí
co orulo, popa y pasión-, qu iaba a odas as rands furas, y a
as «casi rands», n alo así coo una counidad d barons  la cual
a tiquta t nía rz a d ly  i ncl uso a al fcnci a dbía pa pars n
cortsía. Tabién ran uy iporants os intrcabios rals y con
vnintnt ostntosos d ralos -rliquias, rcancías, rprsna 
ciones artísticas , incluso n ocasions, ujrs.2 0
LA ORG ANI ZACIÓN INTER NA D  L A LAS E DI RIGE NTE 65

E segudo lugar, y quizá más importate, eistía u sistema terre


io al de obser vacias reli giosas cetrad o e los denom i ados «Se is Gra -
des Templos» (Sad Kahyangan); qué templos era eactamete los seis
rascedetes era algo que diría ligeramente de regi e regi21 Pero
a mera oci de su eistecia y del hecho de que los rituales que e ellos
e levara a cabo estuviera dirigidos al bieestar o de u lugar o parti-
do, si o de la tier ra y las gete s como u todo, añadí a substacia simból ica
 diso
ado setido
por la teoríadedeluicidad
Estado de a civiizaci
ejemplar icluso baliesa,
etre os un sentido iyec-
pueberios de los
señores. El gra «templo madre» de Besakih, ocuto e las aderas asce
etes de volcá sagrado de Agug, cormaba ua epresi especial,
casi si ca, de a ui dad gobal de Bal i, de su coei i ite rrumpida co
Majapahit, y del idea del Estado microcsmico. Auque realmete podría
tar de tiempos preídicos, se die que Kepakisa, el rey imigrate, hizo
e é e satuaio de sus atepasados; las diferetes seccioes de la abe
tica esttura de patio abierto se ideticaba especícamete co los
diersos negar regioal es ; y, caa año, e el cu ato mes lu ar, l os señores
más proietes de la isla realizaba allí oedas e ombre de toda la
sociedad.22
Y e tercer luga r, e este ivel de i tegració má s coceptual qu e co
ceto, existía ua see de tratados rmales y escritos (a meos durate el
lo XIX) etre vario s de los poderes p ricip ales de la i sl a 23 Esto s tratados
no era el eemeto crucial del complejo de símbolos que mateía la vi-
si y a promesa, que o tato la substacia, de u orde global y supe-
or: el ódigo ético de estatus y el modelo ritual de los Grades Templos
enía ayor i mporacia Como documetos , esto s trata dos tampoc o era
n terribeete viculates i estaba dirigidos hacia cuestioes ta po-
icamete cetrales que pudiera proporcioar la columa veebral de
na polit «iteacioa» geuia. E sus maeras jurídicas, era ta pu
mete ceremoiales como la cortesía, el itercambio de presetes o el
c to cosmopol ita; de hecho, la rmaliz aci de trata dos pa rece haber sido
n acotecimieto ritual pricipal en y por sí mismo, teiedo lugar e el
mplo del dadia de uo de los señores cotratates, durate la celebra
c n de u matrimoio real o de u empast e detal, y bajo el testimoio sa -
 c ador de sacer dote s brahmaa «oci ales » asoci ados a los diersos sig-
nt rios.24 En cualquier caso, los tratados so tal vez el más útil de estos
  metos culturales para imagiar cuál podría haber sido realmete la
c on gura ci de la pol ítica a este ni vel, dado su c arácter ci rcustacial y
 mático Etructurados de acuerdo a la ersi baiesa de la meta
  d legal, epresa más clara y precisamete aquello que las demás is-
cioes iterregioales epresa de maera disa, elusia, icluso deli-
 adamete ambigua. E este setido so más bie como el Domesday
66 NEGARA

Book:25 aunque desde una perspectiva histrica no aporten gran cosa, al


menos lo que dicen es explícito.

Semejantes tratados cubrían una gama de asuntos extremadamente


amplia,
nes muchos
triviales parade los cuales nos
la diplomacia deben parecer
inteacional másalto
del más bien preocupacio-
nivel: disposi-
ciones respecto a los ladrones que huyen de una región a otra, así como
cuántos hombres armados se permite que los persigan; indemnizaciones
debidas a chinos a causa del robo de sus esclavos por parte de balineses
y a balineses a los que algunos chinos han robado sus mujeres; pagos ne-
cesarios en casos de raptos o gas de la esposa; escalas de castigos para
diversas «castas» , particuarmente para los triwangsa; noas sobre las com
pensaciones por deitos u oensas de sangre; el número de tejados permi-
tidos en los templos palaciegos; regulaciones comerciales gobernando la
venta de ganado vacuno, cerdos, caballos y pollos, así como principios
sobr e laderechos
sueltos; dispos icidensalvamento
de di cho s animales
en barcoscunauagados;
ando se los enc uentr epara
problemas errando
asegurar el saldo de las deudas; regulaciones sobre el comercio exterior;
abducciones o secuestros de sirvientes de una casa noble por pate de otra
para emplearlos como concubinas, bailarines o cualquier otra cosa; reglas
sobre la hospitalidad debida a os viajeros que se trasladan de una regin
a otra; ca stigos p or la venta de mer cancías audulentas (p or ejem plo, «l 
sos metales»); mantenimiento de los caminos que unen las distintas regio-
nes ; y, tal vez e l tema más  recuente, la extra dic in de reugiados . Todos
estos asuntos y muchos otros eran objeto de detallada consideracin en
los tratados. Sin embargo, por lo general, no se abordaban los grandes pro
blemas: coaliciones militares, apoyo material, arbitrio en las disputas de
autor idad entre l íderes, decl araciones de paz o de enemis tad. Estos últi mos
se mantenían en el nivel personal y palaciego de la intriga murmurada. Los
tratados proporcionaban un marco ampliamente consensuado difcado
sobre convenciones aceptadas de la ley consuetudinaria (ada)-, en el n
terior del cual podían proceder y adquirir un cierto grado de rma la ver 
dadera negociacin de alianzas interregionales, el tráfco panisleño de
poder. Para vislumbrar este roceso más vital, la política propiamente en-
tendida, uno debe mirar más allá o, quizá, con más precisin, a través de

los tratados.
Una cosa que los tratados sí hacían era deinir en términos públicos
quiénes eran lo s jugador es o fcial es en este juego superior y , co nsig uiente 
mente, cuáles eran las subclasifcaciones políticas más amplias y generales
LA ORGA NIZACIÓN INTERNA DE LA CLASE DIR IGENTE ó7

e la isla Klunkung, Karengasem, Lombok, Bangli, Gianyar, Payangan,


engwi, Badung, Tabanan, Jembrana y Bullng, habitualmente agru
aos de dos en dos o de tres en tres, eran las pates contratantes rmal-
ente responsables en todos los tratados: en este penúltimo nivel, eran los
egara certifcados . 26 De maner a más ben somera, el ú ltim o nive l, aquel
en el cual todo eran extensiones de un Klungkung untario, también era
epresado: Klungkung ocupaba siempre la primera posicón en cualquier
ta; a speriordad
etían declaracionesal de sua línea
de lealtad era reconocida
su liderazgo abiertamente;
y de admiración por suysa
se
uría Este patrón es generalmente consistente de un documento a otro,
nque Payangan declina a principios de siglo (era una casa de las teas
tas temporalmente im potante, pero qe no tardó en ser desme mbrada por
u rvales situados ladera abajo), Bullng o hace hacia la mitad (después
e la conquista holandesa del norte de Bal i) y Mengwi hacia el fnal (v ícti
a de Tab&nan y Badung).
Los tratados no creaban este patrón, si no era de una rma muy secun-
aa Su nción era conceptua, no causal. Por encima de lo que, social-
ente de hecho, era un red de relaciones políticas integrada desordena
amente, ni siqiera
 tratados regionalmente
imprimían un esquemay sólo mínimamente
general terrtorializada,
de categorías, un estereotipo
ctural que, a erza de simplifcar radicalmente y de recurrir libremente
 la fcción legal, hacía parecer que dicha red poseía un orden mucho más
en de limitado del que jamás l legó ni tan sólo a apr ox marse La visió n de
 olítica balinesa que emerge de los tratados y tambén, aunque menos
cara mente, del s stema de templos penin sulares  es un c onju nto de siete
u cho Estados más o menos igualmente poderosos, igados y guiados por

 Raj7 de Kl ung kun g. Anque demas ados estudiosos han aceptado tal es-
ema como real, la imagen que oece apenas permite una descipción
ínmamente precs a tanto de las realdades es tructurales como de los pro-
os uncionales del período precolonia Pero ello no lo hace menos
  otante, ya que, en Bali como en cualquer otro sitio, las ieas tienen
  ctos.
Un hecho apare ce claramen te de lo s tratados por sí msmos : en s u nivel
 general, este cuadro de la realiad polítca balinesa como na «mi-
  e naciones» es un puro estereotipo; la política en este nivel sólo iería
 a de otros inriores en que era bastante más luida y algo más volenta
 ue, anque los señores de los na «ofciales» eran los signatarios
 m nales de os pactos, no actuaban como soberanos, sino como cabezas e
 eeraciones o, incluso, como su delegaos En un tratao e 1734 en
   Bullng» y «Tabanan», tres señores se veían involucrados por el lado
  ulng y seis por el de Tabanan; en otro posterior entre «Baung» y
b anan», se istaban treinta y ocho por caa bano; «Mengw» consstía
68 NEGARA

en treinta y tres señores separados en un pacto con «Badung»; «Gianyar»


en trece en uno co n B adung, y aí suce sivamente 28 Más q ue suponer e
acuerdo entre dos, tres o media docena de déspotas regionaes, estas aian
zas impicaban un encuentro de colecciones copetas de fguras separa-
das semiindependientes e intensamente rivaes, articuladas, en e mejor de
os ca sos , en bloques ines tabe s a través de as ataduras de par entesco y de
cienteismo

pitaYituar
por lode
quetodo
se refere a atanto
Bai, en preeminencia
que negarde Kunkung
ucear,enatanto que ca
reaidad a vez
queda ufcientemente caracterizada con e reato según el cua os cose
jeros sudras de prí ncipe de Gianyar cogaron ua efgi e de paja de rey de
Kungkung  descedient e directo del isísio Kepakisan  en a
plaza púbica de Gianyar, invitado a todos os que pasaban a pegae una
patada29

fcarDe oshecho, os tratados


pretextos parecen
con os cuaes se haber
podíasido diseñados
roper ás para
as aliazas codi
que para
estabecer las bases sobre as que estas útias se podían construir Expo-
iendo, realmente reafrando, o que no eran en absouo acuerdos r-
ales y contractuaes, sino usos sociaes argaente establecidos o icu-
so sanicados reridos a agún asuto concreto aunque poíticaente
periérico vacas erantes o adrones en uga, dichos tratados propor
cionaban un vocabulario de cargos para justifcar cualquier hostiidad, no
una serie de mecanisos para conseguir a unidad interregiona Los par-
ticipantes egaban a un acuerdo sobre o que ya había sido acordado, so-
bre el ndo coún de  a costumbr e cotidiana según  a cua todos e os
se com portaban, reguando coo ucho ua s poca s di erenci as trivia
les Lo no aco rdado, aquel o que constituye pr opiaente e doinio de a
dilomacia, o dejaban a juego de poíticas de tap adil lo de est io orenti
no en el cua , a eos alguno s de elos , l egaro n a ser unos maestr os con-
umaos
El grao en e cual este coro de concordia sobre o insubstancia en-
mascaraba u n desacuerdo casi hobbes iano sobre o esenc ial se reeja en e
i stad o, si n duda ba stante pa rcia , de R . van Eck sobr e lo s principaes con
ictos interregionaes entre 1 800 y 1 84 0. 30 En Klungkung y Giayar (es
decir, o dadia regios de Klungkung y Gianyar, junto con todos aquelos
cientes respectivos cuyo apoyo concreto eron capaces de suscitar) se
aliaron contra Bangi, mientras Karengase atacaba a Lombok y Bung
Por lo que respecta a Bueng, uchó contra Jebrana en  804 y contra
LA ORGA NIZACIÓN INTERNA DE LA CLASE DIR IGENTE 69

atacó a Karegasem poco más arde. E Badg, os señores pricipaes


de dadia rea disparo etre eos e 1813, haciédose ver abes a i-
u rsioes exteas de disti os org ees; y, despés de 1 820 , os aspir ates
a p oetados de Giayar gerrearo o sólo cotra Badg, sio amb ié
otra Kgkg, Megwi y Bagi. E Bagi, o de tres hermaos ri-
ales tomó e poder y, e primer gar, se aió co Karegasem paa ata-
ar a Kgkg, y, segidamete, hizo otro tato co Klgkg para

atacar
egwi, a Bg. Tabaa
aiado co combaió
Kgkg, atacócora Badg
a Badg e arededor
83. de 1808; y
E semejate coexo de perfdia isticioaizada, os traados, como
ualqier otra expresió de aiazas rasversaes, cioaba de rma
negativa, casi perversa. Más qe crear idad poítica, proporioaba 
co dicioa rio de «razoes»  deicado is to,  a egigecia de a
obse rvaia rital,  prese e iadeca do o a vaa coscada  por
as caes se poda eeder y jstifcar a asecia asi complea de ta
nida. As, e caa mometo, os tratados maea a sesació e qe
e sisema perco de iegració se haaba a acace de a mao, ya
ue sólo a dpicidad de a señor o a obsiació de ta otro impeda s
ulmi ació. S cotr bció a eqi ibro baié s distaba m cho de ser i-
gicae, dao qe cosista e hacer qe a cosió iveterada o
areciera si o   apso r eciee e or de,   des iz s iempr e a pto de ser
orregido

NOAS

  N del t.: Geertz utiliza la expresión ruling class, que se puede traducir por «clase
nante gobeante , d irigente», un poco en nción de las connotaciones que requie ra el
exto. sta primera posición en el título cuadra bastante bien con el carácter general y
 ndefni do de «c ase dirigente».
2  del t La expresión descent groups, utilizada por los antropólogos, se suele
  cir como «gupos de fl iación»  H acen re rencia a gupos rm ados de acu erdo a los
 ntos criteros sob re la «ascendencia» de parenteco -y, por tant o, la «desce ndencia»,
 cir, aquellos vínculos entre parientes que no se trazan a partir de alianzas atrimonia
  s m il ares- qe lo s estudiosos han creí do reconocer; Geer tz no aplica, coo tampoc o
 ele hacer en castellano, la dstinción habital de los antropólogos socale brtáncos
 descent («fación», relacones de flación más allá de dos generaciones) y fliation
 s cendenca», relaciones de fliación dentro de la mlia nuclear)
El principio ordenador ndamental del sstea de prestigio balinés es denominado por
 tz «sinking status»  que ha sido traducido como «hundimiento de estatus». La palabra
  tus» es un neologsmo latino de importacón relaivamnte reciente en castellano (al
s hasta hace ben poco no era reconocda por la Real Acadea), pero de n uso muy

do, paticularent
4 e srcen probablementeen germánco
las cienciasen
sociales
lugar deUnalatino)
alteativa con mayor solera
y no rzosament (aun
excluyente
 «rango».
 NEGARA

3 Va Eede ( 1 9 1 0, pág 5) dice que, e  las áeas bal iesas d e Lom bok, de u a pobla-
ció de ceca de 20 000 habitates, os 60 ea triwangsa. Esto epese ta u 30 % , u
pocetaje qe eslt a mcho más alto que el a ge del 7 al 10 % que se cita habital
mete paa el Bali popiamete dicho, e geeal si apota evidecias de los datos; los
ú meos de a Eede, aú u poqito al tos, podía esta más ceca de la ealidad que los
otos (Gedi [ 1977 estia e  20 % la cia de riwana e el Lombok cotempoá-
eo). De los 6000 2  ea ba hmaas (de los que 1 75 ea acedotes pedanda),
y 4 ea satias y wesias (de los cu ales , e ua estimac ió aú meos peci sa que la a-
teio, uos 2 podía tee algua sigifcació política).
4 Paa la histoia de ua casa suda podeosa, véase Boo, 1975 cap. 2; 1977,
cap 4
5  Paa  cometai o cítico s obe este tem a y ua descipci ó completa del si stema
de paetesco baliés, véase Geetz y Geetz, 195 Compáese co Boo, 1973, 1976,
1977; Belo, 1936
6 Dadia es ealmete u témio pleb eyo util izado paa omb a a dic hos gupos
e la egió de Klug kug, y es u til izado e el pesete t abajo m eamet e paa simpl if -
ca. De hecho, los témios vaía ampliamete (véase Geetz y Geetz, 975; Gedi,
197; Lasi, 197) obableete, el témio más comú paa los dadia obles sea
batur. Los dadia de obles y pebeyos difee algo e estuctua y modo de cioa-
mieto (véa se Geetz y Geetz, 1 95 ), y lo que se dice e el texto s e aplica a los dadia de
a oblez a
 . del t. La expesió «ajas cias» o es comú e castellao, que suele utiliza
co u siicado simi la capsuamietos sucesivos idefidame te el modismo
«muñecas sas» Se matiee de todas mas la expesió utilizada po Geez, debido a
que las «cajas se acueda icoogáfcamete mejo que las «muñecas» al diagama al que
se ef ee el ato.
8.  del t.: Como ecuso estilístico de auto y dadas las cootacioes que peseta,
se espet a el oigi al e acés.
9 La piogeitua como ma de sucesió  o ea uivesal , peo ea muy peida.
Cuado las cicstacias zaba ua desviació, la icosistecia ea siempe ápida-
mete acioalizada e  iteto po evita los coictos de legitimidad que tedía a se
guila (aluas veces el hemao mayo desplazad o ea si mplemete «eco dado como u
hemao meo po las geeaciones sucesivas y dispuesto de ta maea e las geealo
gías), y, my a meudo, se poducía u et oo a la líea uclea e la si guiete geeació.

La aiplació
gías, geealógica
ls idividuos se veía
o apaecía cilitada
po s ombe,po el hecho
sio po su de que,geeal
título e las popias geealo-
Sobe todas es-
tas cestio es, véase Geetz y Geetz, 1 975 
1 0 Coo u subdadia ([N del t.] e cot a de lo qu e es habitua l e castellao, se ma-
tiee el ió paa ecoda que ésta es ua pejació o idígea de u téio baliés)
siempe peecía e el iteio de u dadia detemiado, este hecho liitaba ss posi-
bil idade s e d imieto, po at ás qe se emo taa los oígees de su líea uc lea No
se ecueta datos sobe ua hipotética degadació del ago de oble al de simple ple-
beyo e o tos sistemas de l sueste asiático (paa los Th ai, po ejemplo , véase Joes, 1 97 1 )
El más isiifcate d e los subdadia compa tía todav ía el estat us al cazado po  el dadia
e cojuto e  el s istema pol ítico mayo De hecho, po lo qu e hace eeci a al ago, se
tedía a ejta aqellos sub-dadia que se ha bía sepa ado bas tate del  úcl eo; la sutil e-
za de la disciiació tedía a su vez a di smi ui a medida que los gupos se ale jaba
más y1 1más
 del
delceto
t.: El ato utiliza a palab a house, «casa», paa eise tato a os edif-
cios y s s depedecias  tambié palace, «pala cio, o household, «hogar, « casa como
LA OR GANIZACIÓN I NTERNA DE LA CLAS E DIRIG ENTE 1

 pocions d linaj, más o mnos aociadas a unos difcios y dpndncias; sta dobl
 nifcació n también s aplica a los té mino s balinss puri, je, griya, tc.. En l pi
 sntdo, podía ntnds como «moada», incluyndo a vcs implícitamnt las ti
s adycnts; s l sntido qu apac n l losaio, d una ma nañosamnt x-
usiva, paa los téminos balinss. En l sundo sntido, tn un sinifcado amplio
cid o al qu s atibu y n castllano a l a «casa al» o a la «casa» como uni dad nda-
ntal d c itas socidads uals.
1 2 El tamaño d los «ha ns» n Bal dua nt l s lo XIX (ntoncs, como ahoa,
l tnía una noma d sidncia viilocal) s dicil d dtmina con aluna pcisión.
Cvabias ( 1 956, pá. 1 5 ) habla d «vjos  istos», mnci onando a ys ha sta con
oscintas sposas, po sin oc ni una ncia. Ko ( 1932, pá. 469) dic qu «l
y» tnía d ochnt a a más d cin sposas a p incip ios d silo, y calca qu «l tmpo
 los píncips con q uin intas muj s qud ó muy atás» D hcho, podía s qu hubi-
 qudado tan at á como l «éas una vz».
La psncia d sposas d dint status n l haén dl sño condujo a avs
mpliccio ns n l modlo d sucsión d linado algo  nts. Rsu ltan dmasiado intin-
as paa ocupas d llas aquí, salvo paa d ci qu, al mnos  n toa, sólo los h ijos d
ls sposas ndóamas (admi, pameswari) tnían plnos dchos sucsoios; los d las
sposas hipémas (enawing) s adaban d acudo con l oin d sus mads. Véan
 Gtz y Gtz, 1975; Boon, 197.
1 3. Paa una discu sión sob  un modl o con implicacion s simi las n Bimania , véa-
 Lach, 1954, pás. 215219. La lación wargi no a xcluyent. Un dadia inio po-
 tn tals lazos con vaios dadia supio s. Ps a qu  l témino wargi sinifca «pa
nt a tav és d la muj» (y peargian dsina a todo l grupo d tals paints), no s
lizaba paa dsigna vínculos matilatals o afns nt status iuals, y, n cons
uncia, nunca s mplaba para dnomina a los paints cospondints a tal tipo d
ncuo cuando la mad d uno ptncía a su mismo dadia
14 N del t.: El auto h ac una distin ción dudosa nt  la supusta tanscipción in dia
y ainsa dl témino paa la casta sacdotal «bahmin» y «bahmana», spctiva-
nt, a pati d un téino sánscito cuya tanscipción latina s asmjaría más a la
unda qu a la pima. En alidad, n la Ind ia pacn convivi las dos tanscipcions-
onunciacions sin qu s puda stablc nt llas una claa y homoéna distinción
iosmánica. El Diccionaio d la Ral Acadmia quipara smánticamnt la castlla
 cón d ambas tanscipcions «b ahmín» y «bahmán» Sob l contnido d l a

i nción d Gtz,


1 5  Sob véa cia
la n s conclus
al libo ión
d ,lys,
nota 6.v éas Ko, 1 960.
1 6 Paa una li sta d los bagawanta d las distintas gions dl Bali dcimonónico,
así como paa una bv dscpción d sus  uncion s, véas Fi dich , 1 959 , pás. 1 06
 7 ingún sac dot b ahmana podí a pnt a n l tmplo pan isl ño d Bsakih
 as capí tulo 2 , «Ali anzas») s i no a n compañí a dl sño  spc to al cual a ba
nta.
Sob la lación siwa-sisia, véas Hooykaas, l 9b; n dicho txto l témino «discí
pulo», sisia, s losado más pcisamnt como «aqul dsoso d obtn aua bndita o
ada» o como «aqul qu s sint constantmnt n una lación d daycibi con
  [ casa sacdotal bahm ana, una gria]». En ocasions, los sisia llaman patirtaan (d
 , «aua bndita, saada»; véas Swllnbl, 1947) o sua (d l a plab a dl sáns-
c ri to qu dsina al «sol »; véas Hooykaas, s .) a los sacdot b ahmana.

se 1á7. adlant
na dscipción
n l txtomás complta
d la psntdoba
la vida com
(véas cial n3, «Las
capítulo l negara
maspud consul ta
dl com-
ci » ), ncontándos allí las ncias documntals opotunas.
72 NEGARA

8. N del t Casba o kasba so alguas de la posibles trascrpcioes de u térmio
utiizado e las variates magrebíes del árabe para desigar las ciudadelas rtifcadas y lo
baos que las rodea Dichos barros preseta habitualmete ua disposició labeítica
de sus callejuelas, a meudo estrechas y empiadas
 9 Las citas etre com ill as ha sido ex traídas de u tratado etre Giayar y Badu g
(además de T abaa), acordado o mucho ates de que dichos reio s vo lviera a covei-
se e eemigos mortales; véase Ko, 922, pág. 99
20. A este ivel, el matimoio político era más raro que e el iel itegioal;
cuado se daba, estaba equilibrado más simétricamete, de a que al meos matuvie-
ra la apariecia de iguadad de estatus, y uca se llamaba wargi De hecho, la delicadeza
de los aeglos y a combustibiidad de los setimietos ea ta que, probablemete, a e-
gociació de matimonios iteegioales coducía al coicto al meos ta a meudo
como lo hacía a la soli dardad .
2   Sobre los Sa d Kahyaga , véase Gader, l 960b; s .., págs  202 8; Gois, l 960a.
Las listas de los Sad Kahyaga, tato procedetes de imates como de documetos,
o sieme cosiste precisamete e seis templos, sio que a veces icuye ocho o ue-
ve Kahyangan, «luga de los dioses» (hyang, «dios» , «espí itu»), es u voca blo ele vado
pra desigr pura, «templo». Sad sigifca «seis».
22. La cogr uec ia et e impot aci a política r elativa y escal a relati va de e xpesió
e Besakih disaba de ser exacta. Aguos negara muy poderosos (Giayar, Badug) o
teía  más que u a e esetació i mitada, mietras que otros meos tr ascedetes du-
rante el siglo XIX (Kaba Kaba, Sukawati, Blahbatuh) teía asociadas seccioes eteras
de templo Pero esto parece se meramete el resultado de a mayor apidez de cambio
de as tuas políticas respecto a las rmas ceremoiaes De todas maeras, la osi-
ción simbólica preemiete de Kugkug estaba expresada bastate claramete expe-
sada a t avés de u «osesió » del patio cetra. Para u elato circu stacia sobre Besa-
kih como paradigma espiritual de las elacioes políticas pabaliesas, éase Goris,
 93. Compá rese co Hooyk aas, l 964a , págs  2  8 ; C  G rade, s ., págs.  , 26
2, 46 .
23. Véase e jemplo s de tales t atados, alguos de os cuale s dat a de iici os del si -
glo xvm, e Ko r,  922; Li erin ck,  9   ;  92  , pá gs 30 46 ; com párese co  Ut rech t,
962
24 Véase Ko, 922, págs. 90 l  o está cl aro si todos lo s tatados se rmaliza-
ba de maea ceremoial, ya que la mayoía o oece igua idicació sobre el co-

texto25
e el
 que
del uero  f rmadosBook es u regist o de tie as ig esas recogido e  086 por
t.: E Domesday
orde de Guilemo el Coquistador; es uo de los más atiguos de su tipo e la Europa
medieval
26 as ases he chas de los tra tados que ea util izadas para rerirse a est os <<nega-
r certifcados» habla alteativamete de «siete» itung), «ocho» (akutus) o icluso
uado sólo se cosiderab a la reg ió orietal y ombo k «cuatro» (petang) negara,
auque los Estados verdaderamete listados e dichas rúbricas o so siempre exactame-
te los mismos (véase Ko, 922, pág. 0)
27  del t La exr esió utilizada por el autor es « Klugkug raj» .  a es ua p ala-
ba hidi , derivada a su vez del sáscito (m is ma raíz que «rajá ») , que si gi fca «soberaía»
y que se aplicó paricu larmete para desigar el gobieo bit áico sobr e la Idia, el Britis h
Raj, o el Raj a secas
28  miúsculo
tamaño Véase Ko, 1 922 , págs.
de muchas 67etidades
de estas  , 9, 83.políticas
uevamete, se h ace
para tomarle ecesaio recodar el
verdaderamete
el pulo a Ja cuestió .
LA ORGAN ZACIÓN INTERNA DE L A CLAS E DRIG ENTE 3

29  Véase Van Eck,  878-  880


30 Véase Van Eck, 1 878  1 880 Para una descripción detallada sobre las luchas re al
ente com plejas que tuv ieron lugar en el ea de Ba ngli Klungk ung-Kareng asem-Gianya
durante la segunda mitad del sig lo X X , véanse Gunnin g y van der Heijden,  926 ; de Kat An
lino,  92  a Fr iederich (  959, pá gs   9-  36) oece un resumen general sobre las «que
r llas sin fn» entre señores durante la primera mitad de la centuria.
CAPÍTLO 3

ANATOMÍA POL ÍTICA: EL PUEBL01 Y EL ESTADO

A POLITY PUBLERINA

La baliesas
etes eermedadlaestructural
tedecia que matuvo agmetadas
al predomiio a lasdeclases
del ecto divisor diri-
las is-
tucoes sociales sobre el poder uifcador de las istitucioes cultura-
es se vio ag ravada por los mecaismo s a través de los cuales dichas
lases itetaro gobear ectivaete. Los laos etre los gobeates
y os gobeados, al igual que los que exista etre goberates, era dis-
regadores, mado e su ra misma los ideales autocráticos hacia los
ue estaba ostesiblemete dirigidos. Pocas elites polticas puede haber
uscado ta itesaete la lealtad a través de medios ta igeosamete
señados para producir la traició como lo hiciero las baliesas.
Este hecho se ha visto paticularmete oscurecido o sólo por la a-
en de «despoismo oietal» del Estado baliés (ua image que atecede
argamete las teoras de Wittgel sobre la sociedad hidráulica), sio
ambié por ua image apareteete cotradictoria y s ebargo
omplemetar ia de la a terior del pueblo, de la aldea balies a, como ua
dorpsrepubliek, 2 ua «república aldeaa» completamete autóoma, auto-
fciete y bie deli mtada. El E stado arbitra rio, cruel, rgidamete je-
ruico pe ro eseci alete supeuo  cabalgar ía sobre el «com uis o
ariarcal» de la sociedad puebleria, alimetádose de ella, dañádola de
ez e cuado, pero si jamás peetrarla realete 3 El  pueblo, so-
edad campesia, sera ua uidad orgáica autosufciete, udae-
a a cosmológicamete, cerrada sobre s, creciedo de la tierra misma de
a más arcaca cutura balesa idgea. El Esado, el negar, sera ua
 portació extranjera y u rrate exteo, siempre tratado de absorber
a puebo, pero s teer oro éxto ue la opresó de ése Pese a ue di
76 NEGARA

nastas, reyes, cortes y capitaes eron y vinieron, una procesión de es-


pectadores distantes habra proseguido a través de paso rme de os sigos:
a de os adeanos sin pretensiones, apenas conscientes de os amos pasaje-
ros, xpotados pro no cambiados Una visión encantadora y atractiva,
paceramente romántica y convenientemente democrática, a tiempo
que onrtante para una eite coonia que acababa de despazar a una
aristracia i ndgena, pero, pese a todo, una v isó n  sa : e  Es tado creaba e
puebo tanto como
a práctica e puebo
ausenia creaba e Estadourbanos propiamete dichos
de estabeciientos
en e Bai anterior a sigo xx4 a vez sea a i ndicació n más c aa de es e he-
cho ndamenta: e que existiese una concurrecia entre os desaroos
de Estado y de puebo, arapados en un proceso de infuencia muua que
modeó a cada uo de eos en respuesa a otro as casas nobes más im-
portantes de un dadia poderoso tendan a agutiarse en agua ocaiza-
ción sratégica, dispesas e acurdo con una panicación measi-
caaededor de paacio de rey de a nea ucear, su ntro ejepar.
Casas obles secundaias y eriarias, aqueas uyo esaus se supoa más
hudido respecto a a referencia rgia, se eonraba habituamn des-
pdgadas
«paacios» ,en dstins puebos
i mitacioes más perféros,
a una escaa e os
r educid a d as que
casassus «casas» de
y paaios y a
apia, se siuaba en e ntro de a vida oa, para poder acuar a s vz
oo modeos. Incuso as captas, e e extor de as atas pareds d
as asas nobes, se orgazaban precisame omo cuaquie oo puebo
y, e este tipo de sisema, cuentemete i estaba car ni rsuaba sa-
be qué era apit a y qué «po vinc ias» .5 La gra  radiió baisa,  «hin-
duismo» (si es as como se e debe denomiar), no se apoyaba sobr u sis-
tema socia urbano difereiado Más bie se sosena sobe u esrato
espeiamnte darado de asas dirgentes, asas que se distrbuía am-
piamee a o go y acho de paisaje, con oetraes aqu y aá.
a reación ee obeza y ampesinado e e Bai tradicioa o pued
rmuase e os érmios de coraste entre a iudad y  capo, sio
simpemene en os rmins de dos tipos de polities direnes, pero ea-
boradamente enreejdas: ua centrada e procsos regionaes  ierre-
gionaes con una rma predomiantemente expresiva; otra cetrada e
procesos locaes de una aturaeza predoinatemente instumenta No
era cestión de as abiiones otaitarias de una eite urbana ceraizada
ombatiendo a ozudez ibertaria de una horda de repúbicas rúsas e-
apsu adas Era ua cue sión de rea ju sts dea ados , cop ejo s y exema-
damente tenues entre as instituciones que proporcionaban a pompa a Es-
tadoteatro y as propias de gobieo oca
ANA TOM!  POLÍTICA : E L UEB LO Y EL ESTADO 77

Ya se ha dicho alo sobre la oranización del Estadoteatr o, y todaía


se dirá ás. Pero ahora, si se quiere entender adecuadaente os procesos
políticos balineses incluso a los ás altos niel es, debe pr esenta rse l e-
nos  esbozo eeral de l as ras del obierno loca .
Si ebaro, tabié en seejante tesitura, la iaen de la se

aldeaa
u nto con e ll a, vdorpsrepubliek
coo a una teo ría histseórica
planta-
en, edio
ejor,de nuestro
cuasih istócaio. Pus,
rica de  a d-
geeració proresia de pueblo, de a aldea balinesa, desde su rma or
ánica prístia supuestaente rep resentada  or alunas de las pobacio -
nes actales ás eoráfcaente periéricas has ta s p resente Estado
copesto co o resl tado de la in tererenc ia de las cl ases dirientes en os
sutos propios de los peblos.6 A pesar de a postulada autonoa d a
couida d capesina, se dic e qu e las eacciones de lo s señores t edían a
esaar ls lazos «atrales» entre pueblos. La unidad adeana aboien
había sido seriaete erosioada, al enos e las reions centrales, por
a iposició proresiva del poder estatal. Y así sucesiamente.

adaUaparacrítica
salarsisteática
el conceptodedeesta dorpsrepubliek
teoría ue, coo he dicho,
ente ue dse
a la area de datos
tno áfcos recalcitrates  nos l levaría hasta a seri e de cuesti oes so-
bre hechos, étodos  coceptos que estarían bstante uera de luar en el
presete conteto. Todo lo que e preocupa deja claro es que, si presento
una i só de «e l pueblo blin és tra dicion al» e abr pta rpt ura co los su-
puest os de la teoría de ivasióydisolu ció, o es porqu e i nor e s u eis -
tncia o porque sea iconsciente de su iluecia. Sipleete, leo la
idecia, tanto histórica coo etnoráfca, de ra harto distinta. En
mi peseto, no son los peblos del cetro  los que parece haber
iido dr ate si los l a ayo ría de la poblac ón los que son atí picos,
rsultados excéntricos de la acció de circustancias especiales; los atípi
cos so los ás reotos, los dispersos a lo laro de los árenes de a
zo na cetral No sé cóo era la counidad baliesa «oriinal», «arcaica»
 «prehidú» . De todas  ras, ad ie ás lo sabe, y pa ece sencil aent e
traño conteplar el torr ete pricipal del desarr ol lo social aldeano coo
na perurbación de los torbellinos que se arreolian a lo largo de sus
 rias.

Había tres esras pricipales en as que las ras políticas basadas lo-
c a ete r epresentaba un pape predoinate: a) l a ordenación de  os as
78 NEGARA

pects pbcos de a vda comntar a; b ) a regacón de as nstaacones


de riego; y c) a organzacó n de o s rta es popares Para cada na de es
tas teas estan nsttcones separadas, anqe no sin relacones entre
e as, y especfcame nte dirgdas haca s rea  zacó n: a adea (banjar), a
socad de regantes (subak), y a congregación de tempo emaksan).
Aredor de eas se agtnaba n certo nmero de organzacones no
potias en s msmas y tambén especfcamente cenradas grpos de
arentesco,
empeñabanormportaes
ganzaciones vontaras,
papeles et secundaros
potcos c qe, en
a e
menos a vec
nterior de aes, de
no de os contextos menconados. E reslado era n orde poítico
comesto rmado, como el correo en cadena, de grpos qe se sobrepo-
nn, qe se trababan anqe sin dejar de ser dstntos y sn perder s
caácte r corp orativo, etendén dose por todo l pas aje bali nés práctca-
mente sn socón de contndad, n orden sobre e qe reposaba ua va-
edad norme de ncones gberamentaes. Como nega, n Bai, desa
esua más apropiado no para hacer rerenca a na entdad ica y de
mada, sno a n campo etedido de gpos socaes diversamente orga
nizados, dirgdos haca fnes distintos e inteelacionados de rmas d
rtes, n patrón al qe me he reerdo e otro lgar como «coectivismo
puralista»7

Pa empezar con a vda púbica, el banjar obado o aldea, era,


en términos rmaes, na n dad resdec ial  8 Esto no qu iere decir q
sempr era estrctamente tertorial, ya qe, en ocasiones, membros de
distinos pobados vivían intrcaados en n úco asentamiento, y, en 
momento dtermnado, las leatades a la adea atravesaban as ontras de
dchos asetamientos Sn embargo, más a meudo, os membros de cada
aldea vivan de rma contiga e e nteror de aguno de los agpamien-
tos de casas q se ensartaban cesta abajo a o largo de os ramaes de te-
rreno, anqe era poco comn qe n asentaminto cotviera úncamen-
te na aldea E calqer caso, a adea era mcho más qe a simple
ndad resdenca: era na corporación pbca dradera qe regaba 
área my ampla, aqe tam bén my estrctam ete d e m tada , de  a vda
comntara En aqo sobre o qe posea jrsdccón, s poder era s
premo, hasta e etremo de absots mo; alá dode no la posea, era com-
petamente mpotente
Pero, anqe e domn o de s jrisdcci ón estaba defndo recsamen
te pasmado ecentemente con eaborado detale en nas «consttco
nes» e scrtas a madas awi g-a wig banjar, «norm as de a adea» y anqe
este domno restaba razonabemente nrme s comparamos na aldea
con otra, es más ben dc resmr s natraeza en na ase Qzá sea
menos engañoso de c r qe  a adea er a a c omn dad cv  ndamet a en
Ba Pero debe dearse caro qe por «cvldad» no se entiende ni «sec 
ANA TOMA POLTICA : E L PUEB LO Y EL ESTADO 79

aria» ya que la alea, como prácticament e toda ntit ución e eta o-
ea ritualita, etaba pronmente involucrada en aunto religio-
o ni, n atralmente, «urbania d» 9 Lo que quie re ecir e «v irtu pú-
 ica», lo que lo balinee llaman rukun: la creacón y el manteni iento
 el oren, e la buena relacione y el apoyo muto en el interio e un
e cin ario El propóito  e la alea como cuerpo poítco era c vic en s
entio má  amplio : la pr oviión e lo requi ito legale, materiale y mo

aeLanecear
alea eraio para una viae
reponable comú n ana público ontruccón
lo ervicio y
mantenimiento e camno, contrucción y mantenimiento de la caa de
eunión, lo granero, la gallera, el lugar el mercao y lo cementero
e la alea, e la egurida local vgilancia noctua, etención ji-
o y cati go de l arone, upreión e l a violencia y el arbitrio e d-
ta  civ il e on licto de herencia, icu ione obre iver o tpo  de
erecho y oblgacione traicionale, eacuero contractuale. 
epto po r lo que repecta a l o arrozale, regul aba el trapao e pro piea d
eronal y, aemá, controlaba el acceo al uelo eifcale, uelo que en
mcho cao poea corporativaente Legitimaba los matrimonio y -
orcio,
nía, hacatomaba jurameto,
cumplir conerae
un cierto número y retiraba lo derecho
leye untuaria e ciuaa-
eignaa para
arar el oren ebo en la relacione e etau, y organizaba ivero
o e aciviae e trabajo colectivo, tanto religioo como eculare,
onc ebio  co mo e g nifcación gene ral má qu e implemente iniviual
atrocinaba alguno ejo público, promocionaba cierta meta etéti-
a comune, llevaba a cabo alguno rto, particularmente e carácter
ifcaor Poa imponer y cobrar multa e impueto, poda tener pro-
eae y poda invertir en operacone comerciale En breve, i no re-
ngimo a la re gul acione aut oriza a e la via ocial , qui zá el grueo
e gobieo baliné aunque bien lejo de la totalida, como veremo
era getionao por la alea, ejano libre al Etao para ramatizar e po-
 er má que para aminitrarlo
La expreión concrea de eta rmiable corporación era e kma
É
hjar. te e un términ o extr emaament e ici l e tr aucir L teralmen -
te, kma un prétam o lingütico el áncri to ignifca «maner a»,
métoo», «camino», o incluo «etilo» Pero aqu tiene el entio e
mebro» o «ci uaano» ; 10 a pue, kma banjar e refere no ól o a la
stumbre de la alea, ino tambén a la maa real e hombre que, en
aquier momento, etán invetio con la reponabilia e mantener
  ha cotumbre, la ciuaana. 11
En mucha alea, un hombre e convertía en miembro el kma ban-
Jar al caare o tra el nacimiento e u primer hijo, y, a vece, e retiraba
de é a la muerte e u muje o cuano todo u hijo haban ingreado a
80 NEGARA

su ve z en el krm bnjr. En conse cuen cia, éste se cop onía e l os au


tos cabeza s de las ilias nucear es inepen iente s e l a aea . Coo re 
gla , se reunía una vez caa treinta y cinco ías  es balinés en a cas
e reuion es aunque se poían convoca r reuniones especiae s para pr opó
sitos peciales En estas reuniones se eciían consensuaaente too
los teas de mportancia poítica, habitualente tras argas icusioes y,
uzgao esde una perpectiva actual, epués e ucha preparació pre
lminar que
jr el teeno. El suskm
eran á b njr
agentes eegía
que sus sus propios
gobeantes. líeresel -klian
Dentro contextobn
de las traiciones establecas eciía su propios proceiieto. Y r
el rgano soberano en toos los asunto e la aea, catigao con e os-
tracismo cualquier resistencia incorregibe a su autoria, por trva que
iha resis tenci a puiera p arecer No extraña que os bainees toavía i-
an que ejar el krm es acostare y orir

pectoNos ás
obstante, pee atestoo
iportan e laelvpoer
ia ely el acanceno
capesi e baliés
la aea,caía
unovirtuaent
e os as- e
era e su jurisicción: el cultivo irrigao e arro En este ábito, otra
corporacin pública era oberana, la subak, habitualete traucio, ás
bie poco convincenteente, coo «sociea e regates».12 En u cierto
sentio, la subk era una especie e alea agcola y, en reaia, os bali-
neses toavía se referen a ela en ocasones coo a «alea e aua»
(bnjr ) 13 Los miebro s e la o rporación (los krm subk) o era
sin embargo corresietes, sino copropietario: eran os poseeores e a
terrazas regaa por un iso curso artifcia e agua aletao ese
uno u otro punto e uno u otro e os cietos e arroyo que pueblan a
gargantas que graban el inclinao paisaje e Bai
También estructur almente, las si ili tues con l a aea e ran gr ane .
Había reuniones peióicas e l os km subk; había lí eres ofci aes el e
gios de entre ellos (klin subk); y había «constituciones» específca
(wigwi g subk), a menuo escrit as, que isponían las norma  básica s,
las obligaone e trabajo coectivas, los rituales counes y eás cues
tiones similares Coo a alea, la soiea e regantes poía recauar
ultas, imponer castigos, arbitrar isputas, etentar propieaes, y eter
inar sus propias políticas inepenienteente e cuaquier otra autori
a externa o jerárquicamente superior E o que irían eran en los co
teios e estos erechos y obiaciones, en el oinio social obre el que
actuaban, y en los objetivos hacia los cuaes estaban encainaas. La al
ea confguraba la interacciones sociales cotiianas e un conjunto  e
ANAT OM ÍA POLTICA : EL PUE BLO Y EL ESTADO 81

e cio pa a coeui u pa tó aoioo de vículo c ivi le ; la su bak


g etioaba lo ecuo ecoóico de una cofadía de capei o14
tie a, tabajo, aua, co ociieto técico  y , de a á bie ii-
ada , capital obteiédoe u  apaato poductio d e u a ectividad
aoa.
Natualente, la picip al  ció  de ete apa ato ea el c oto  ie-
go. La cotucció y el cuidado e la oba de abateciieto hilico,
así coo
cpal la aiació dedetuo
 peocupacioe  e aua
 a subak e uecojuto.
te l o ieb o, ea
La piea a in
de eta ta- 
ea e levaba a cabo ediate ua oaizació pecia y ua aplicació
rtuaete cotiua de tabajo aua, popocioado éte po lo po-
o iebo de la subak. La euda e coeuía a tavé de la dicu-
ón y de coe o del u po iuiedo l a uía d e l a tadició e tabecid a
y coo e puede iaia, ea u auto de o á peiaudo. Peo, apa
e de eta peocupacioe picipale, cuetioe de vida o uet paa
  ie bo , a ociedad de e ate e i picaba e e peetacioe  i
ale puicatoia deaolaa e teplo epeciale aociao a
aozale y coiete de aua, leitiaba cabio e la popiedad de la
aza, coceía o eaba
aba la icoizacó peio
del cico paa uevo
de cultivo, ateazaieto,
picipalete ediatey eu
e
onto del eto de a ieba y el platao. Coo e la aldea, o
mebo de a ociedad de eate o ea iple ciudadao, io
abié peoa p ivada co ua ef ea ditita de de echo ia lie abe
n lo que a copoació o podía iicuie: u hobe podía vee,
auila o epeña [u teeo] a quie quiiea, aí coo podía utiliza
a técica de cultivo que deeaa. Peo, tabié coo e la adea, e el
mbito de a ida e que lo deecho e iteee público e cocebían
oo doiate, u palaba ea ley, y e deao a u paaba, cie.

Finalete, la tecea ititució políticaente ipotate en el itea


desa ea a coeació del tepo, a la que e he efeido un tanto abi
 aete coo la pemaksan. 15 Auque ceta da eeciale nte en la ei-
 ón, eta uidad to óao púbico ataete copoatio, oaizado
  ate oa ju ídica e xplícita y detalada co p eci ió ea al  i
o  epo  cto aete de obieo, ya que en Bali exitía ua coexió
s oluble ete eliió y cotube, ete a de culto y patoe e
o mpotaieto ocial. Eta coexió e puede ve e a eió baliea del
uat, a noció eealizada e Idoneia. 16 E Bai, adat e a paaba
ab aa «cotube» o iic a «uo loca » e cotate co «ode
82 NEGARA

divina» (hukum) tal como lo hace en las artes musulmanas del archiié-
lag, sino más bien el maco comleto de acción social en el ue tanto
hombres como dioses están englobados.17 No es más ue otro nombre ara
oden, udiéndose rerir igualmente a mas de etiueta, reglas de heren-
cia, métodos agícolas, estilo atístico y itos de invocación.
D todas mas, y como cualuier otra cosa en Bali, el adat vaía. Las
vaiaciones son iempe en detalles eueños, incluso a veces trviales: en
a designación
roiedad de ladel consejo1
tiea resi8dencial
de la aldea;
; en een la selección
l baemo de sus
de ina cargos;
ccione sym enultas
la ; en
la ácticas nerar as ; en el ael u e juegan las gent es de la « casta sue-
» (es decir, os triwansa) en los asuntos sociaes; en ué artesanías se
eden  racti car y ué animales criar ; y en una aml ia multitud de detalles
técnicos.19 A vueo de ájao, desde la ersectiva ue confere un sondeo
etnográfco, estas direncias, reamente bastante marginales, no aarecen
sino como incidentes secundios en lo ue es un atrón de costumbre gene-
ralente homogéneo ue seara con marcada caridad a Bali de sus vecinos
Java, las Sondas Menores  o Is as Menores d e a Sonda, las Céebes y de-
más. Pero, aa los aldeanos, estas variaciones son mucho más rominentes,
ya que las
cuaes defnen las onteras
costumbres de la sonpemaksan,
de adat invariableselhasta
gruo de esonas
el último de susara
deta-los
es. Lego, en sus ndamenos, la pemaksan es una comunidad moral ue
se yerge junto a la comunidad civi, ue es la adea, y la comunidad eco-
nómica, ue es la sociedad de regantes. Mientras éstas reosan sobre un
conjunto común de instiuciones de gobieo o de acuerdos de roducción,
auélla des cans a sobre un juego compart ido de nora socia es  ndamen -
tadas en la religión, un conjunto común de cosumbres santicadas.
La comoición de una pemaksan uede inclui desde una a al vez
nueve o diez aldeas, aunque tres o cuatro es lo más comn, al menos hoy
en día. Estas aldeas son habitual, ue no rzosamente, contiguas y, en
cuant o a su ceta esa cia l, la pemaksan es denominada desa adat, e «ue
bl de la costumbre».2º En esenia, y de acuerdo con la creencia balinesa
según la cual el mundo y todo lo ue coniene «la tierra con odo lo ue
sobre ella crece, el agua ue a través de ella ye, el aire ue la envuelve,
la ro ca ue la sostiene en su vie ntre mate o» etenece a os dioses,2 1 el
desa adat no es en absoluto un sistea social, sino un edazo de esacio
sacro. Peo es un edazo de esacio sacro del cual un gruo socia deter-
minado, la pemaksan, es humanamene resonsable, resonsabe de seguir
as e yes moa les las co stumb res adat, disuestas or los dioses ara di-
cho eacio, y resonsable de rendir culo a los mismos dioses.22 Es esa
úima obligación, la más imer ativa e cuan tas tienen lo s balinese s, l a ue
origina l a rincial exr esión institucional izad a de este «ueblo de l a cos
tumbre» : los Kahyanan Tiga, o «Tes Gandes Temlos».
ANATOMIA POLITICA: EL PUEBLO Y L ESTADO 83

Como en el caso de los Sad Kahyangan, los «Seis Grandes Templos»


comentados antes, el uso del término elevado para «templos» en lugar del
rdinario pura pese a que, como en los Sad Kahyangan, los tempos in-
dividuales son denominados Pu sto o Pu Aquello  indic a que s e
considera a estos lugares paticulares de culto como capaces de codensar
do un orden social de un ciero tipo, y de hacerlo de una rma que o ha
cen los templos ordinarios (agrícolas, miliares, del mercado, etc.) Aqu

e ordedenpueblo
ema que se pone d eelrelieve
más que es más
sistema debien
st elado
l ocal que el casos,
En ambos transloca, e l jun-
e l con sis
o de templos como tal simboiza y celebra un tipo particular de poli: el
ga, e Estado e jem plar, por un lado, 3 e l dsa, la amalgama pueblerina,
r el otro Juntas, marcan as antípodas de la vida políica tradicional en
ali, los límites institucionales entre los que ésta discurría durane los
empos clásicos
Los nombres de los Kahyagan Tiga son: Templo de Origen o del Om-
igo -Pu Push-, dedicado a conmemorar el establecimiento huma-
 del área; Templo de  a Muere o del Otro Mu ndo, 24 dedicado a apaciguar
a os muero que todavía no han sido incinerados y que, consecuenemen-
e, so peligrosos;
nque y e de
algo engañosa Templo
Pudel GranAgung
Balai Consejo (una traducción
), dedicado literal
a asegurar la erti-
ad del área desa adat, tanto de sus campos como de sus mujeres Na-
uralmente, como en el caso de los templos esatales Sad Kahyangan, no
 ay una única tea de dichos templos, sino cientos de ellas: aproximada-
ente una por cada media docena de aldeas Por anto, la pemaksan carga
n la obligación de mantener los tres templos asociados con su desa adat,
eplos en los que e le ha cocedi do el privi legio de pode r rendir cu lto 25
No es necesario descrbir aquí as rmas de culto concretas llevadas a
o en cada uno de os templos Basta decir que tano el trabajo seglar ne-
esario para mantener os templos como las ceremonias concretas son a la
ez elaboradas y muy ecuentes Así pues, requieren una gran producción26
de esuerzo por parte de la pemaksan que, como resul tado, es u na unidad so
a marcadamente prominente en la vida de los baineses individuales27
mo la aldea o la sociedad de regantes, la pemaksan es corporativa; como
 a, está específcamente dirigida hacia unas ciertas metas, bien enidas
y imitadas; y, como ellas, es esencialmente autónoma Su importancia po-
c a deriva d e su papel como grupo p roductivo o gubea mental

stos tr es constituyen tes princip ales de la poli pueblerina (banjar, s u


hak y pemaksa) no está n coordinados: los c nju ntos d e s us miembro s no
84 NEGARA

coinciden ; más ben s e solapan y s e cru zan.28 Prácti caent e toda socie dad
de regantes tene miembros de muchas aldeas y congregaciones distintas
Los miembros de prácticamene todas las congregaciones proceden de va
ias aldeas y sociedades de regantes Los miebros de prácicamen odas
las adas pertenecen a dstintas socedades de regans Y, aunque odos
os mbros de una aldea peenecen casi siepre a una isa congre
gación, pertenecen a ea conjunamene con membros de oras adas y se
organizan
la bnjar. iJuntas,
ntean e de acuerdo
sa íada con los térinos
de corporacones ra y de la pemaksan,
siepe a ado no de
al menos si nos rmotamos tan atrás coo nos pemiten los datos fa
ble de que disponemos  e corazó n polí c dl s stema desa. Es el núcleo
alrededo dl cul se agtnan el esto d coponntes (grupos de pien
tes, asociacones voluntias . ), igualmete dscoordnados, dl «colect-
vismo plurali sta» Er con esta es pecie de s isea polí tico con l qu tenía
que rconars la xplosión de privilegos, ceonia y prtensiones que
heos venido llamndo Esado, con ese ensabaje pacialmene odena
do d lo que los bainss an seka(), con stos gupos raivan
inconexos y co n unciones dvr genes, y no co n uno s «pu ebos pca »
ngraes

E SISTEMA PRBKL

E do centra paa dicha relacón ent desa y nega ea e ssa
perbekl Un perbekel a un nciono esaa ra triwangsa o s
dra q concta ba al habitan e i ndvida d pbo con el sño n a n
o que ndividuo Todos os sños de alguna poanca poítica eían
varos de dcos perbekel, y os gands tenín docns, cada no d os
cuales ra responsabe d un cieo úmeo d súbdos de seño. En B
en su conjuno, debe abe habdo ies de stos supeinendns polí
cos durant el sigo XIX. Ligado hacia aba con su señor gande o p
queñ y haca abajo con los adeanos «posídos» po ese seño, que s
taban confados a s  aoid ad ndata, e l perbekel era el mayodoo, 
alguacl y  snes ca de Ba ra dic ona . 29
Hasta aquí, e sisea perbekel paece haber sdo unire a o lago 
ancho de la isl Cualquier otro aspeco rdo a él incluyendo la me 
cl de estructuas admnsrativas coaterales con as cuales se enteejía
vaba ampliaene, alcanzando nivees de copejidad extraodnaios.
Po razones expositivas, descibié el sistema tal como exisía en Tabanan
l principado siuado inmediataente al oeste de la acua capita de
Bli, Den Pasar (véase apa l ) ju so antes y después de l fna d siglo
pasado Aunque a versión de Tabanan de ssma perbekel no sa más í
AN ATOMÍA POLÍTICA: EL PUEBLO Y EL ESTADO 85

a que la de cualquier otra región de la isla, s es en uchos aspectos su


presión más clara, la versión en la que los principios esenciales del sis
a aparecen de una ra ás directa y fácilente visible. Las relacio
s etre los pueblos y el Estado en el Bali tradicional eran tan intricadas
 rregulares que casi cualquier c osa que se are en detalle sob re u eje
o paticular resultará lso si se aplica a cualquier otro caso. Sin ebar
, dichas relaciones era odeladas por una concepción de la nataleza
 laera
e lealtad
la ispolítica,
a pordetodas
las obligaciones
pa rtes . Pes eyade lossupropósitos
toda var acióde la política,, la in
supercial
racció etre nega y desa tenía, en su núcleo, ua ra defnib le, na
ra producida por siglos de histora actuando bajo la guía de una serie de
uestos que, de haberlos encotrado en un Estado odeo, llaaramos
nstitución.3 0

Desde 189 hasta 1906, haba en Taaan de treita a treinta y cinco ca
astres
 nobles y polticaene
grupos, sigcativas.
coo así sucedía: Estas liaje
a) el propio casas pueden ser clasicadas
real de Taanan; b) u
naje periérico indepediete o seiindependiete, el de Kraitan; c) dos
inajes expulsados ilitete de la esra de iuencia de Mengwi, uno
 ás tde de 820, y el otro en el ecuentro culinante de 891. Las lo
lizaciones aproxiadas de estas casas se uestra e los apas 2 y .1
Todas las casas perteecietes al liaje real de Tabana s decir, al
dia regio, auque el térino realente epleado en Tabana uera ba
tur dalem- se cosideaa descendietes agaticios de Batara Hario
aar, o de los ariscales de capo de Gaja Mada e la Coquista de
ajapait.32 De acuerdo co los geealogistas del liaje, el señor supreo
cakoda o, si as se quier e, « rey»- vigente en el oeto de la invasió
l andesa -aquel que se s uic idó ientr as estab a bajo custodia - era el
cioctavo descendiente de Batara Hario Daar, en ua sucesión ininte
 pida de padre a hijo varó priogénito. El decioctavo cakorda ha
  sido coronado en 903. Su hijo «cosuicida», el prcipe heredero, hubie
 sido el decionoveno, pero la líea directa expir ó co su uerte. 3 C ada
 a de las deás casas era considerada coo una lnea directa de desce
  ntes de algún herano o edio herao34 de algún rey; cuanto ás a
  o era el reiado de este últio, ás bajo sera el estatus de los des
ndientes col aterales, de acuer do con el patrón de hundi iento de estatus
  se ha descrito anterorente.
En cuato a las casas Krabitan, se consideraban a s isas, y era
  s ideradas, coo relacionadas de algna ra con la línea prncipal de
88 NEGARA

Tabana -tal como la propia línea de Tabanan se consideraba lejaamen


te emparentada con la línea real de Badung y, más allá de ésta, de Klung
kug-, stuándose dentro del radio de su esra general de inuencia.
Pero, a todos los ectos, constituían un dadia por sí mismos, con el seño
de uri Gdé Krambitan en su cúspide particular.35
De las cuatro casas asociadas anterormene a Mengwi, las res separa
das alrededo d 1820 arga, Blayu y Perea, la casa uclear se in
1891,
cluían
d u dadia solo dadia;
en un uya la adquisición
sede estaba en Kapal,deu peblo
KabaKaba,
de Badug,era ua rama
habiéndose
spado del reso de su línea a consecuencia dl repato de bot ere Ba
dng y Tabanan.
Excepto por lo qu se rere a KabaKaba, que contnúa mirado ha
cia el este, todas esas líneas y sublíneas indepediees o semiidepen
dienes se ligaron apropiadamene a Tabana a ravés de las racioes de
tipo wargi, d donació de mujeres, descritas anteriormee. Por lo tano,
podemos centrar nuestro análisis en el iaje eal de Tabaan coo al, y
cosiderar a los dadia de Kambitan y Perea, menos poderosos pero es
rucuralmente idénticos, como sus semisubordiados, una especie e clien
es semiautónomos.
lo conrario, A pesar
KabaKaba de que el «acuero
ue esecialmene de paz»
un cliente ocial aenía
de Badug, y no de
Tabanan, durante el período de 1891 a 1906, así que podemos ignorarlo
po copleto. 36

Tal como hacen los balineses, es mejor ver el inaje real de abana
como una serie de crculos concéntricos, una estucura de enclasramien
tos sucesivos de leas nucleares y peiféricas ordenados de acuerdo a su
presumda distcia respecto al núcleo de los núclos en la Puri Gdé -gdé,
«grand», «amplio», al que, de hecho, se reran a menudo simplemen
te como Dalem, «dentro».37 La gura 3 muestra un diagrama simplicado
de la gnealogía implicada.38
Pmero, había las nuv casas primaras,puri, que iban desde a propia
Pur Gd pasando a través de las undadas por los hermanos del decimo
séptimo sñor Gdé -quien los rzó uera del alem al acceder a la dig
nidad d cakorda (Dangin, Mecutan, Den Pasar y Taman)- hasa aquellas
de las qu s creía que aban sido ndadas por los hermaos del padre de
dicho cakorda en el momento de su respectiva coronación (Kalran, Kedi
ri, Oka, Anom y Anya). Contiguas a este amplio núcleo de casas prima
rias, se aglutinaban a su vez las casas secundarias,je ro gdé, supuesame
undadas por los ermanos del abuelo y del bisabuelo del soberano rena 
90 NEGARA

te. Y, fnaente, haía catorce casas terciarias o  un vocalo ue,
coo he indicado antes, taién signica «dentro», «en el interior de»,
de cuyos ndadores se pensaba ue haían «saido -jaba- del Dale»
en distintos estadios ás tepranos de a historia de a ínea y, consecuen
teee, ue se haían dispersado ás ejo de ella.
Así pues, se daba una estructura de cuatro pisos, un producto del mo-
delo de hundiiento de estatus, ue se extendía desde la Puri Gdé o Dale

en la cia
ords, o en el
pasando cetro
a través hasta
de las as
y lasarsecas en
gdé. 39 Pero,elalndo o e
mismo los
tie-
po,  «inaje» tomado coo un todo cormaa una unidad. La ás in-
signifcante de las casas nobles en e ás apatado de los puelos, la línea
ás periérica podía remontarse -, a menos, así lo pensaba hasta el
Dale, el isísimo corazón del núceo.40 Luego, la ás baja de las
compatía, aunue débimente, el poder, e prestigio y a uerza carsáti-
ca ue otorgaa el Dalem en tanto ue centro ejeplar.
Ésa era, a eos, la teoría. Dada a naturaleza de la poítica balinesa
o uizá de a política a secas, la práctica, la estuctura adiistrativa
tal como operaba realente, era bastante ás complicada y ni ucho e-
os En
taprier
regular.lugar, los trazos divisorios exactos entre Daem, , 
gdé y eran enos claros d lo ue sugiere la gura 3, y se pensaba ue
su adecuada posición tendía a depender de uien los estaba dibujando.
Los ieros de las cinco prieras casas Gdé, Dangi, Mecuta,
Den Pasar y Taan tendía a reerse al  de las casas coo <»,
al eos cuando pensaban ue se lo podían permitir sin consecuecias.
Naturalente, las casas que estaban una muesca por «debajo», o por
«detrás» o por «uera», (Kalran, Kediri, Oka, Ao y Anyar) se resistía
a este trato, pero, a seejanza de las cinco primeras respecto a ellas, tam
ién se resistían a reerirse al gupo de las casas Beng, Kompiang, Tegeh y
Peneble como  gdé, prefriedo llaarlas simplemete <». Tam-
ién ocurría lo cotrario, a autopromoción. Los hermanos del rey trataba
de presentar sus casas como si todavía raran parte del Dale, coo si
todavía no huieran «salido» realente; incluso e grupo de Kalra inte
tó o iso cuando se le presentó la ocasión, a enos de cara a casas de
estatus ás ajo; la gente del grupo de Bang trataba de llamar «» a sus
casas, as ás aejada trataan de laarse <gdé» o incluso, de
cara a os rasteros, «»; y así sucesivaente.41 El dadia en su conju
to y cuauiera de las casas ue incuía eran denominados «Dale» por los
pleeyos, por a gente coriente. Sin eargo, la distinción del «Dale de
Dals» Puri Gdé respecto a resto, así coo a existente entre casas
mayores y enores, resutaa astante clara hasta para e ás sipe de
os capesinos.
ANAOMfA POLÍICA: EL PUEBLO
Y EL ESTADO 91

Como noma, el sistema de jerarquización intea de dadia, con sus


atro clases de nombres de casas, no era cuestionado; tampoco oera el
 incipio de hundimiento de estatus que lo subyacía. Pero precisamente a
ónde pertenecía propiamente cada cual, a cuánto y a qué tipo de dee ren
ias tenía derecho cada quien, eran cuestiones mucho más discutibles jus
o e tipo de cuestiones discutibles que podían conducir a derramamiento
 sangre en la poítica de prestigio del Estadoteatro de Bai.
El segundo
icas ctor
ntre núcleo que peturbaba
y periria era queaenregularidad de laspor
Tabanan, como reaciones
todo Bai,jerár
no
istía un solo rey, sino dos: un senior y un junior, lo que ha sido llaado,
i demasiada precisión, «gobieo dobe».42
En Tabanan, durante el período considerado, el rey segundón o segun
o -pemadé, «siguiente», «segundón», «menor», <unior>>-, «el subsu
mo», era el cabeza de la casa de Karan. Las otras casas mayores esta-
an igada por vínculos de clientelismo inteo del dadia a aguna de las
aas más importante, siendo conocidas como puggawas. Así se rmaron
os cciones mayores en el interior del linaje real como un todo. Como
nggawa de Puri Gdé, e rey supremo o senior, se afiaban las puri de
angin,como
aia; Mecutan, Den Pasar, Taman, Oka, Anom y Anyar y !jero de Su
punggawa de Kalran, e rey segundón o junior, se afliaban
a uri Kediri y las jero gdé Beng, Kompiang y Tegeh.3
El hecho de que en la cción de Gdé hubiera nueve casas y en la de
aran sólo cinco no se debería tomar necesariamente como prueba de una
rza mayor de la primera. Dejando a un lado el prestigio, las casas ver-
aderamente poderosas por tamaño, riqueza y vigor eran las de
nom y Subamia, por un lado, y las de Kalran y Kediri, por el otro.44 Así
s, la balanza, si no estaba exactamente equilibrada, estaba cerca de es-
ro.
En ecto, o que se daba era una vigorosa rivaidad intea por el ide-
azgo del dadia entre la casa de la línea nuclear como tal y la casa más fer-
 de as rmadas a patir de los hermanos del inmediatamente previo rey
remo, o al menos ése era el srcen q ue se e suponía. E primero, e ca-
kor da reinante (1868-1903), mantuvo la ealtad de sus hermano n la
dida que ésta existía, y ganó la de una poderosa casa periférica Su-
mia, así como la de tres miembros del propio sub-dadi a de Karan
Oka, Anom y Anyar. El segundo, el rey menor o segundón, era apo-
do por el más ferte de sus primos l señor de Kediri, hijo de hema-
no e su padre y por todas las casas rmadas en la ascensión al trono de
 abuelo s decir, sus pimos pateos segundos, iderados por el se-
ñor de Jero Gdé Beng, como una especie de rey segundón de su rey segun
dó, o patih  patih de Gdé era Subamia. Desatunadamente, los
 esos políticos concretos por os cuales se evaron a cabo y se manu-
92 NEGARA

vieron estos alineamientos hasta la escisión decisiva de 1906, en la que


Kalran apoyó a los holandeses mientas Gdé se les oponía son ma
yormente irrecuperables, en particular, las razones de las aiaciones a
contrapelo genealógico de Oka, Anom y Anyar, de la «neutralidad» de Pe
nebel, y de la llamativamente anómala situación de Subamia Fuera como
ese, dichos procesos tuvieron que ser enmarañados y delicados, ele-
gantes y motíeros45

Finalmente,
banan, al menoslaent ercera
cuanoirregularidad en elera
a la legitimidad, sistema
que nogubeamenal
todas las casasdeque
Tare-
pesentaban papeles signifcativos en dicho sistema se hallaban realmente
conectadas por sus genealogías, ni siquiera en eoría, a la línea gobeante:
es decir, no era «nobles» en el sentido genuino de la palabra. De hecho,
unas cuantas eran sudras. De éstas, una e paricular Dangin Peken, una
casa sudra muy grande ubicada en la misma capital (véase mapa 2)- tenía
tal imporancia que debe ser contada enre las casas puneras del reino, ri-
valizando en poder e inuencia con cualquier otra, excepuado las mis-
ísias Gdé y Kalra. Conocida a enudo como la mano deecha del
rey», estaba frmemene ligada a la casa nuclear, Gdé, a la cual servía como
«secretaria»
e -penyarikan; como su posición dependía de esta vinculació
lugar de hacerlo de su ascendencia, era cosiderada junto con Suba-
mia, una casa bastante periérica transportada abién al centro de la vida
política por el vor de Gdé, la más incuestioablemene leal46
En niveles menos elevados, oras casas sudras, así como casas satras y
wesias o nobles es decir, casas no conecadas genealógicamente con
ninguna de las líneas imporantes de la región, abié tuvieron su rol
en el sisema, un rol equivalente al de las casas erciarias las jero de la
propia líea real.47 Si, por decirlo así, Dangi Peken y, de ra algo dis-
tinta, Subamia eran <ero » por designación de la core, quizá podíaos
enconrar de veinticinco a treia casas meos poderosas, catalogables como
<ero» desigados, aunque no todos por la misma cote48

A fnales del siglo XIX, este centenar aproximado de casas las sub-
partes jearquizadas y rivales del linaje gobernante; las principales cortes-
cliente, sólo supeditadas muy a regañadienes; y las líneas sin relaciones
co las anteriores, semiindependientes, leales cuando era necesaro, rebel-
des cuando era posible rmaban la pirámide del poder en el área de Ta-
banan, un área, se debe recordar, de unas trescientas millas cuadradas, ha-
bitada por ochenta o noventa mil personas49 Y era en esta pirámide de
poder trémula, en reajuste constante e intrincadamente equilibrada, no, hay
ANATOMA POLT
ICA: EL PUEBLO Y EL ESTADO 93

e repeirlo, en algún despoismo cenralizado, raónico, en lo que consis


 el Esado, el nega.
Recurriendo al senido weberiano, y hoy esandarizado, de algunas pa
bras, puede decirse que el nega no era un Esado burocráico, ni udal
n parimonial. Es decir, no era una esrucura administraiva ncional
ente dierenciada y sistemáicamene escalonada, al estilo de la China
onciana o de la Roma imperal No era n sisema de ley conracal
nalado
 y la éicasobre la organización
caballeresca, al esilodomnial, la servidumbre
de la Europa ligada
septenrional a laEdad
en la te
edia o de Japón, anes de Meiji Y no era na casa k50 disendida y
iarmene desarrollada, al esilo del Islam bajo los Omeyas o de Persia
jo Darío Como veremos, en elnegara había indicios de esas rmas más
iliares de organización políica radicional, los jusos, qizás incluso
brioarios, para condir a los esudiosos n Java, Smatra, Cambo
 o Birmania ano como en Bali al considerarlos como un ejemplo más
e na u ora Sin embargo, como ambién veremos, de hecho, era algo bas-
nte disino de cualquiera de ellas: un orden ceremonial de precedecia
reso imperecamene en una cina de oberanos

ralSidefnida
uno contempla el Esado
por el cenro clásico
ejemplar y elenhundimieno
Tabanan como una jerarquía
de estaus cul-
como ima-
n de la aoridad gubeamenal, es decir, si uno lo considera en términos
e legiimidad políica, aparece organizado de arrba a abajo: descediendo
sde el señor supremo o rey, a ravés de varios escalones de señores meno-
s, relacionados enre ellos o o, hasa el aldeano, el desvenurado objeo
e sus arbirarias exaciones Pero, si uno lo examina como un sema de
ominación, una esrcura de mando y cumplimieno, en absoluo iene ese
seco El poder, más que luir haca abajo desde u pináculo de aordad
o radirse desde un cenro generador, parece ser empujado cuesa arriba
cia dicho pináculo o ser atraído hacia dicho cenro El derecho a mandar
o era delegado por el rey en el señor, ni por ése, a ravés de los menores de
o señores,51 en el súbdio; más bien el súbdio lo rendía al señor a ravés
 todos los inermediarios que hiciesen la, y el señor al rey El poder
o se asignaba desde arriba, sino que se acumulaba desde abajo Eso o
ere decir que el sisema era democráico, que cieramene no lo era, ni
e era libeario, que odavía lo era menos Eso quiere decir que era ra
al, peerante e inveeradamene conderado

Para simplifcr, en el Tabanan precolonial había res caegorías gene


es de seres políicos: parekan kawula, perbekel y punggawa. 52
94 N EGARA

Un parekan era un hombre o, más exactamente, una milia com


pletamente dependiente de un seño o, menos ecuentemente, de un sacer-
dote bahmana. No poseía tierra, vivía en unas dependencias lamadas pe-
kandelan (véase mapa 2), contiguas a la casa de su señor, su comida era
provista po e señor, y estaba obligado a hacer cualquier cosa que el seño
le pidiera. No era precisamente un esclavo: Jos parekan no ean comprados
ni vendidos n realidad, no existía ningún tipo de tráfco que los tuviera

como mercancía,
trabajo con el señor ni
si se es podía
podían prohibir legalmente
arreglárselas para hacerloque abandonaran
y vestirse, su
alimen-
tase y alojarse por sí mismos. Pero era lo más cercano a un esclavo: un sir-
viente sin ningún tipo de recurso.53
Los kawua eran con mucho los más numerosos de los balineses, tota-
lizado quizás el 90 % de la población. U kawula era un hombre que no
pereecía a Ja elite gobeante, que poseía tierra o practicaba un ofcio o
haca ambas cosas, y que estaba obligado a levar a cabo algunos servicios,
cuidadosamente defidos y estrictamente imitados, para algún señor: en
una palabra, un súbdito.
n perbekel era, tal como ya se ha mencioado, un hombre con un nú-
mero pequeño o grande
del cumplimiento de kawula
de los deberes directamee
de éstos en tato sujetos a él, responsable
que súbditos: u capataz
políico.
Y, falmente, un punggawa era, tal como también se ha mencionado,
un señor del reino, en tanto que había un reino, al cual estaba sujeto un nú-
mero más o menos grande de perbekel y, a través de ellos, desde unos cien-
tos a varios miles de kawula. Aunque no era denominado corrientemente
punggawa excepto cuando se tenía en mente su relación con Klung-
kung, el señor supremo, el «rey», no era de hecho sino un punggawa en-
tre otros: uno con un prestigio más alo, pero no ecesariamente co una
posición de poder más ere. De hecho, durante el período de 1891 a 1906
los cabezas de Kalran, Subamia, Kediri, Anom y, tal vez, Beng «poseían»
más súbditos kawula que el de Gdé.54
Desde el punto de vista de la estructura política (en breve pasaremos a
mateas incluso más interesantes), Ja clave sobre las «propiedades» o <u-
risdiccones»55 en kawula de los perbeke, y las de los punggawa a los que
servían los perbekel, es que no estaban concentradas territorialmente. Es
decir, un perbekel determinado no tenía a sus sujetos kawula en una aldea
determnada, ni siquiera en un grupo de aldeas adyacentes, sno más bien
en un conjunto de aldeas dispesas y sin relación entre ellas: unos pocos
aquí, unos pocos allí, unos pocos en un tercer ugar, y así sucesivamente.
Po ejemplo, uno de mis inrmantes, que había sido perbekel bajo u
punggawa de ero Subamia, tenía cuatro hogares (la unidad local de acuer-
do con Ja cual se asignaban los kawula) en una aldea situada en lo alto de
ANATOM!A POTCA:EL PUEBLO Y EL ESTADO 95

as montañas al norte de la capital de Tabanan, siete en otra aldea monta-


esa cinco milas cuesta abajo, diez en una adea situada a unas quince mi
as a nordeste de la capital en dirección a Marga, cuatro en una aldea ais
ada en el bosque en la elevada zona de caetales del noroeste, cuareta en
tra aldea en el árido oeste cercano a la ontera de Jembrana, diez e una
dea a media milla de Kambitan, dos en una aldea situada directamete al
ur de a capital, a medio camino hasta el mar, y alrededor de una docena

n
eauna aldea de
general emplazada ende
inuencia el sureste
Tabananhacia Kediri;
era casi la dispersión por toda 
perecta.56
Como los otros perbekel bajo Subamia, tal vez quince o veinte, tenan
us jurisdicciones igualmente dispersas, los súbditos del punggawa no r
aban un grupo concentrado en ningún sentido. Y lo mismo era cierto de
dos y cada uno de los restantes punggawa, incluyendo los de Puri Gdé,
 los que se dice que tenían las jurisdicciones más amplia y homogéea-
nte desperdigadas que nadie: dos o tres hogares en todas las aldeas, pero
unca mucos en ninguna de ellas. Ni los perbekel ni los punggawa, ni si-
uiera el rey, eran titulares de territorios ni de unidades políticas de los
uebos aldeas, sociedades de regantes o congregaciones del templo,
especto a las titulares,
ñres 7 Eran cuales notenían
teían-
ninguna
,
relación
tal como ellos, n
defnida
decían tanto que se
«poseían» el
edadero recurso político del Bali clásico: a gente.
Si miramos la cuestión desde el lado del pueblo, este sistema signifca
a que, por lo que se reería a obligaciones políticas supralocales, la po
ación de cada aldea - sociedad de regantes o congregación del tem
 estaba distribuida entre varios punggawa y, habitualmente, un
mero todavía más elevao de perbekel. La unidad política ocal básica
en lo que hacía reerencia al negara, ya que carecía competamente de
gnifcado en el sistema desa- era el bkelan todos aquelos que «per
necían» a un perbekel Y como la adscripción al bekelan no era por
po de ascendencia, sino por hoga, incluso las relaciones de parentesco
ano podían estar cruzadas, y ecuentemente lo estaban. 58 De hecho,
nguna de las divisiones estructurales de importancia en el sistema desa
a alguna realidad en lo concerniente a los alineamientos de las lealtades
ticas supralocales.
En algunos casos, un aldeano podía incuso tener dos lealtades a dos
hekel, y, en consecuencia aunque no necesariamente, a dospunggawa,
a uno de los cuales le reclamaría un ervicio ligeramente dirente. Así,
n señala que, de unos mil quinientos hogares sujetos a alguno de los
gawa de rambitan, setecientos también estaban sujetos a alguno de
 unggawa de Tabanan, en ambos casos a través de los adecuadosper
hekel. ara con los señores de Tabanan tenían las obigaciones usuaes (que
n descritas má adelante) para con los señoes de Krambitan, sólo te
96 N EGARA

nían que tabajar de vez en cuando en Jos muos exteos de los puri seño-
iale Los etantes ochociento hogaes estaban sujetos, de la manea más
noal, únicamente a Kambitan59
Desde el punto de vista del campeino, u obligación hacia el Estado
ea na cuestión ente é -, más exactamente, ente Jos miembos de 
ho y su seño vía perbekel- no ente ningún gupo desa al que
peneciea y una adminitación estatal superpuesta, del cual el grupo lo-

cal había
zaban a Jo esultado  unaditinta
lago d ína parte coaptada. E negara
y se diigían y el desa
a distintos fne.eNo
ogani-
esta-
ban unidos ni po na etuctua común ni po un popósito común, sino
po el simpe hcho d que cada peona qu perenecía a uno, también pe-
tenecía al oto.6

Volviendo a a cetión d as obligacione del kawula hacia u eño


o e en ellas enconramo má chocant e cuán epecífca y eticta-
mente defnida ean. Má
eño completament u una
obano, se lealtad
daban adia una ujeción
ajá aquella gnea
cosa, a un
muy limi-
tadas, que ean explícitamnte uya Y de éta, había eencialmente do,
y la dos ean análoga cultualmente equivalente: el ervicio ritual y e
apoyo milita El kawula no etaba ligado má alá de etas obligacione
que natalmente, podían e sufcientemente oneoa No ea un arren-
datario ni un sievo ni un iviente ni un ecavo. Ni iquiea ea lo ue l
he etado lamando, faute de mieux: un úbdito. Ea un tamoyista, un an-
ceo o la «caca» en una ópea política inacababe
Tal como ean lo kawula, así an la nciones de gobieo: no eta-
ban concentada, ino dispea; no centadas a tavé de un sistema jeá-
quico de intitucione ejcutivas,ino depedigada po ente una plualidad
de dichas institucione, cada una independiente, autónoma y distintament
oganizada en un ato gado La natualeza condeada del sistema de po-
de balinés no conistía solamente en la autoamación, la ambición cultu-
al, de lo hombe que lo encabezaban, po gande que ea. Tampoco
consistía simplemente en la incómoda agilidad de u oganización ocial
elentina, po sevea qu ese Penetaba hasta Ja médula mima del go-
bieo: el apaato administativo a tavés de cual esto hombes tenían qu
actua
ANATOMIA POLTICA: EL PUEBLO Y EL ESTADO 97

Quzás el ejemplo más llamatvo de este po de segregacón e la se-


aracón de las relacones propamente polícas (unggawa-perbela
ula), de otros tpos de relacón exstentes entre los señores y los lebe-
os, es la autonomía del lazo entre arrendaaro y propearo de la erra
n el Bal clásco. El udalsmo occdental pudo haber sdo una cu tión
 domnos
eza como ámbtos
y explotacón clasfcatoros
de las terras;61 queno
pero esto también eranpara
era ceto domnos como
el nega,
onde el control sobre la ea y el control sobre las gentes se expreaban
n insttucones dstntas y descoordnadas.
En Tabanan, con unas pocas excepcones, los arrozales irrgados eran
opedades ndvduales. La abrumadora mayoría de los propearos
an campesnos, kawula que habtaban en pueblos, Pero los señores am-
ién poseían erra, de la cual extraían la mayor parte de lo que necestaban
ara su substenca, para ellos y para sus srventes parekan sn eas.62
uchas propedades, anto nobles como plebeyas, estaban divddas en un
nmero más o menos grande de parcelas, bastante pequeñas y habitual-
mente dsperdgadas,
n térmnos de medo
legales, los a dos
derechos de ylos
medo, tal vez
señores y detres,
los acres cadasobre
aldeanos una.
as teas eran exactamene los msmos. No había nnguna derenca en
a rmas de tenenca de la terra. La únca drenca era que los señores
olían tener una mayor candad de terra dspersa muy amplamene en un
nmero mayor de socedades de regantes. E incluso esto no era nvable.
 menos dos de los propetaros de terras más mportantes del Tabanan
cimonónco, con propedades que rvalizaban con las de los más rcos
ntre los señores, eran awula sudras.
Pero, aunque las propedades de los señores eran en su mayor parte
má grandes que las de los plebeyos, no dejaban de se de dmensones
muy desguales. Las grandes casas terratenentes de Tabanan parecen ha-
 sido Anom, Kalran, Kedr y Krambitan. Las otras casas punggawa,
unque casi nunca sin propiedades sgncatvas, dsponían de muchas
nos terras. Así pues, la correlación entre poder polítco y rqueza agrí-
oa era, como mucho, muy parcal.63 Y esto era verdad no simplemente
a Tabanan, sno para todo Bal. Uno de los poderes más inluyentes
 a sla, el reino de Karengasem en el sureste, tenía muy poca tierra de
ozales, mientras que KabaKaba, la antgua casa de Mengwi, tenía
opiedades muy extensas, pero no parece haber sdo nunca capaz de tra-
ir su tiea en gran cosa por lo que se reere a la uerza miltar. El ac-
o derencal a la propiedad agrícola no era en absoluto irrelevante
 a el poder político en Bal, pero tampoco era ni su totalidad ni su subs-
 ia.
98 NEGARA

Los arrendatarios de los señores trabajaban las tierras de éstos sobre l


misma base sobre a cual los arrendatarios del pueblo trabajaban para los
propetarios del pueblo. Como las tierras estaban dispersas en pequeñas
parceas, también lo estaban los arrendatarios, y cualquier señor concreto
tenía una multiplicidad tanto de parcelas como de terras. Los arrendatarios
era escogidos principalmente en razón de su proximdad residencia a la
tierr en cuestión habtualmente, ellos mismos poseían tierras en a mis-

ma
igualsociedad de regantes,
que el señor, y porsiendo así miembros
su reputación de derecho
de vrtud agraria: de a msma,
habdad al
agrí-
cola, laboriosidad, honestidad. Una vez estabecidos como arrendatarios
tendían a continuar siéndolo permanentemene, siendo ecuente que los
hijos heredaran os derechos del padre siempre que actuasen satscto-
ramente, incluso si la tierra cambiaba de manos, de un señor a otro.
Por lo que he poddo descubrir, no se hacía nngún eserzo por elegr
a s kawula propis como arrendatarios. Por otro lado, tampoco se reai-
zaba nngún esuerzo para traar de evitaros. Simpemente, os criteros de
aendo y los de someimieno eran distintos; aparentemente apenas se
concebía que ambas materias tuvieran algo que ver. A resultas de eo, la
mayor
dadores,parte
y lacon mucho
mayor paedeconos mucho
aendataros
de as no eran kawula
kawula de sus arren-
de un arrendador no
ern sus arrendatarios. De hecho, como os terrenos eran pequeños, y como,
durane ese período caractezado todavía por un poblaiento relativamen-
te hogado, los buenos granjeros sin sufcientes tierras propias eran más bien
pocos, muchos arrendataros trabajaban a tierra para ás de un arrenda-
dor, y tal vez también para uno o dos habitantes de pueblo.
En resumen, no había una congruencia sistemátca aunque aquí y
alá se deran solapamienos más o menos accidenales entre la estructu-
ra de la autrdad política, la estrucura de la tenencia5 de la tierra y su ds-
tribución.66

Durante a cosecha, la parte del arroz obtenido correspondiente a arren-


dador noble era recogida en su lugar por un agente67 conocido como seda-
h an  «amo, patrón del alquiler», «recolector de impuestos».68
Muchos señores tenían varios sedahan, elegidos habtualmente entre
los miembros menores de su propia casa o entre miembros de casas que les
esaban vinculadas a través de perbekel o de otro tipo de lealtades; en unos
pocos casos, un mismo hombre era perbekel y sedahan, pero esto era raro
y se trataba delberadamente de evitarlo en la medida de lo posible. Por en-
cima de todos los sedah an de un señor, de una casa noble, habitualmente
ANATOMI A POLITICA: EL PUBLO Y L ESTADO 99

abía un sedah an gdé, un «gran» sedah an. Miembro casi siempre de la


asa noble, era re sponsable de la recolección de rentas e impuestos para el
or, de controlar a los sedahan, de llevar los registos adecuados, de alma-
enar el grano, etc. Pero también era responsable de hacer él miso al-
unos cobros sobre el terreno, tal como lo hacían los sed aha n ordarios
ntre los cuales venía a ser un primum inter pares más que un verdader
f. Y, dada la concentración territoral de los arrozales sujetos a cobro e
 ntas e impuestos a través de los sedahan 
arían en una o, más a menudo, varias sociedades
las tierr
deasregantes
de un señor
, lasseres
re
onsabilidades de sedah an gdé se dispersaban de tal manera que tenía uno
 dos campos bajo su directa supervisión en prácticamente todos los luga-
s en los que el señor tenía posesiones.69
Como se ha hecho notar, la imposición de impuestos -pajeg70 tam
én caía dentro de las responsabilidades de los sedahan, grandes y rasos.
También se organizaba sobre una base que le era específca, sin estar cor
inada ni con el sistema perbekel de mando autorzado ni con el sistea de
nenca de tierras.
Se rmaban unas áreas scales que coincdían en la mayor pare de
s casosdecon
estos un una
áreaúnica
scalsocedad de regantes.71
determinada El derecho
«pertenecía» a recabar
a un señor im-
particular,
yos sedah an los recaudaban, en espece s decir, «arroz descascar
ado», durante la cosecha o poco después. Los mpustos no eran con
serados como un gravamen sobre la tierra, sino sobre el agua y, conse
entemente, no se aquilataban a partir de la extensión de los campos,
sno a partir de la cantdad de agua utilizada por el campesno para regar.
Fnalmente, y como ya se podría sospechar a estas alturas, las áreas isca
s «pertenecientes» a uno u otro seor no se hallaban concentradas, sino
stribudas por todo el país. Desde el punto de vista iscal, como desde el
nto de vista político o el de la propiedad, el paisaje balinés era algo así
mo un damero. Uno de los resultados más exótcos de esto es que un
mbre podía ser el kawula de un señor, el arredantario de un segundo y
agar impuestos a un tercero. 72
Ahora se debería vislumbrar con bastante claridad el terreno del que
tó lo que V. E. Ko al que le parecía evidente que un Estado propia-
ente dicho tenía que tener un soberano propiamente dicho llamó «el
an llo» -de gote kwa- de los reinos balineses: «La lta de un go
erno poderoso ejercido por todo el reino».73 No existía en absoluto un
bieo unitario, débil o poderoso, que actuara a través de todo el reino
mplemente existía una red de pretensiones específcas anudadas y habi-
almente reconocidas.
100 NEGARA

LA POÍTICA DE RIEGO

Sn embargo, a la luz de las teorías sobre el «modo de producción asá-


tico» que afrman que la agrcultura hidráulica tiene ectos nherente-
men centralizadores del poder queda la polémica y crítica cuestión de
la ración de los señores con la organización y el mantenimento del rego
como tal. En la medda que taes organización y mantenimento exstían,
sedahan;
también
dca en eléste
rolvolvía a seranun-,
del sedah asunto
másdeexactamente,
los asísedahan
del pues, la custión
gdé- enra-
el
uncionamento de las sociedades de regantes. ¿Constituía él y el señor
ue estaba tras él el eje administratvo de todo el sstema, su planifca-
dor, inicador y supervisor general, una especie de raj del arrozal? ¿O era
junto con el señor que estaba tras él ndamentalmente periérico res-
pecto a dcho sistema? En este segundo caso, e sedahan junto al señor
que staba tras él no haba sdo más que un recaudador de impstos y
rentas que, ocasionalmente, podría haber llevado a cabo algunas uncones
auxlares de coordnación, arbtro y adjudicacón, unciones que le ha-
brían sido confadas por los membros de la socedad de regantes, en cuyas
manos
colas. habría reposado el control ectivo y fnal sobre las decsones agrí-
En mi opinión, hay una respuesta breve a estas preguntas: la segunda
opnón, aparte de alguna excepcón margnal aquí y allí, es correcta; a pr-
mra, aparte de alguna situacón anómala aquí y allí, no lo es. Pro, para
ver por qué esto es así y cuá era verdaderamnte el rol del negara n la irr-
gacón, s necesita decir ago más sobre a ecología de la agrcultura bal-
nesa en gneral, y sobre la organzacón social y técnca de la sedad d
regantes, la subak, en partcular.74

Técncamente, la subak de Tabanan era enteramente autosufcente. No


dependía d servcos sobre los que no tuvra el control directo. No había
ningún tipo de sistemas de suministro de agua poseídos o gestionados por
el Estado, como tampoco había sstemas de suministro que ueran propie-
dad o responsabildad de algún tipo d organismo autónomo por encma d
la subak. Todo el equipamiento, la estructura presas, canals, diques, re-
partdores, túneles, acueductos, depósitos de la que dependía el suminis-
tro de cualquier propietario individual era construda, poseída, gestonada
y mantenida a veces exclusivamente, a veces a través de socedades
por una corporación independiente, de la cual dcho proptario era un
miembro de pleno derecho, en situación de igualdad jurídica con cualquer
ANATOMÍA POLÍTICA: EL PUE BLO Y EL ESTADO 10 1

to. Sea lo que sea lo que se pueda deci sobre Bali desde un punto de vis
ta marxista, lo que no se puede deci es que hubiea una alienación de Jos
edios de poducción. Malamente se podría considea el esultado cmo
omunismo pimitivo, peo tampoco ea pmitivo capitalismo de tado
(teor total, sumisión total, soledad total»).75
En tanto que unidad poductiva, una subak se puede defni y as a
efnen los balineses como el conjunto de tdas las teraza s de azas
tebih- regadas
gdé) Este canal, con el de
popiedad agua procedente
la subak del canal pncipal
como corpoación, (telabh
luía cuesta aba
jo desde una única presa de piedra y bao (émpelan). En el caso de as su
 más gandes, esta pesa también pertenecía completamente a la suba
A menudo, sin embago, ea propiedad conjunta de vaas sociedades, cada
na de las cuales habiendo paticipado pesumiblemente en su construc
ón, en algún momento de un pasado más o menos dstante tenía ahora un
anal pncipal que salía de ella. En tales casos, la esponsabilidad del man
nimiento de la presa se aignaba po un equema simple de rotación en
 as subak actadas, mientas que la parte del suministo total de agua
ue le coespondía a cada una �s deci, el tamaño relativo de los canales
ncipales e fjaba
Como la pesa, easegún la costumbre.76
de propedad indivisa o compatida, se enconta
a inevitablemente a una buena distancia cuesta aba de las terazas a las
ue sevía n algunos casos, a diez o quince klómetos, el canal prn-
al dscuría, a menudo con la ayuda de acueductos y túneles constuidos
uy ingenisamente, por encima, a tavés, por debajo y alededor de un
uena porción de tetorio «extranjero» intermedio. En subak muy peque
ñas, este canal podía fuir directamente de la pesa a las teazas, pero, en
a aplatante mayoría de los casos, en la cercanía de las teazas, intevenía
n epaido pncipal de agua (temuku aya) que dividía el caudal en dos
anales más pequeños (también llamados telabah). Habitualmente, si-
guiendo corriente abajo, estos canales menoes se volvían a dividi en mi
as o tecios a tavés de un repatid secundaio (también llamado te-
mku), poceso que en ocasiones aún se repetía otra vez. El esultado fnal
 sta distribución de agua pelimina, antes de las terazas, ea la crea-
ón de una a quizás doce entadas a las terazas popiamente dichas. Cada
na de estas entadas defnía una subsección distinta de la subak, llamada
tempk. La cantidad de amifcaciones del caudal completo del cana prin-
al y, consecuentemente, el gado de división intea de la subak en sub-
cciones, dependían prmaiamente del tamaño del canal pincipal y, se-
ndariamente, de la topograa del áea, más, hasta cierto punto, de lo que
 odía llama simples accidentes histócos.
En la fgua 4 se oece un esumen esquemátco de las instalaciones de
o previas al tereno aterazado paa una subak más o menos típica.77
1- Ro
2 Presa en el río (emplan)

\
3 Brazo de ro aifcial que roda la prea
(varante o bypass
4 Repidor princpal de aguatuku aa)
10 5- Rpaidore de agua
Á
6 Canal princpal 1lbah gd'
 Canal 1lbah
8.-Túnel
9. Acueducto
10 «Tmplo de la abetura» ura uka
1 «Tmplo de la prea» ura u/un uwi
12 «Templo de la ubak» ura uun carik
3 «Tmplo del arozal uul; cau
1 Subeccón de l uak tk
15 Teaza (ih)

-7

Figura 4. Dm eqemátco del tem pelmn de mnto de 


de n subak «tíc» e Tnn
ANATOMI A POLITICA: EL PUBL O Y EL EST AD 103

Después de que el agua alanzar las tmpk -, lo que es lo mism,


 s terrazas, e dividía nuevamente en mitades, teos, cuartos o, y
asionalmente, sextos. Estos canales defnían la prnipa unidad p de-
jo del k, llamada habitalmente kecoran. En l interior de eco
ra n, que podía incluir desdemedia docena de eazas sta seenta u chen
, reprtidores más pequeños eran capaes, dados lo imples chueos a
o que se enentaban a estas aluras, de una división tan afnada qe alca
a un décimo del aro: segmentaban e agua en anaes terminales En
nce, estos canaes terminaes defnían la unidad ndmental de la su
bak: a tenah . En el interior de na subak  en cuaquier caso en teoa,
da tenah representaba exactamente la misma pare sobre el total del u
nistro de agua de la ubak tano en general como coyunturalmente, mo
ento a momento: se preparaba la cuadícula o pailla global para prdu-
 una división en prtes igules.78
La fgura 5 muestra, otra vez en rma de modeo, semejane cudcu-
 para a ubak cuya estructura previ a las terrazas había sid esbzd
 la fgura 4.79
Esta fgura representa la visión que iene de sistema un observador, n
 participane.
njuno Para un miembro
como contenedor de un gran subak de
de anúmero o pres
er cuestió de mirar
oscientas e
cua-
ta o as qe sean y, enones, trazar a disrbución de dichs partes,
cendiendo del todo a  tenah  sino que se traaba de empezar con la
ah que era la realidad coocida inmediata, y moverse hacia arriba. Pre
oniendo que la distrbución entre as terraas de un tenah había sido
puesa satisctoriamente, el miembro se precupaba en primer ugar de
 que las divisiones más prximas n el interor de kecoran- eran
as; entonces, que eran justas a nivel de kecon detro de cada
pk; luego, que ueran usts en el nivel de tmpk, dentro de l propia
ak; y, fnalmente, que eran justas en e nive de asubak en conjunto,
 decir, a la ltura de los repartidores del cana principal.
La similitud rmal ue, al menos, os antropóogos habán peribi-
do- entre la fgura 5 y una tabla de un sistema segmenario de parentesco
no es, pues, accidental. El prinipio organiativo es el mismo, aunque e
oma y el campo de aplicación sen direntes: existe una oposiión com-
entaria de unidades, defnidas  prtir de los repartidores y los cana
, en cada nivel del sisema, de más elemental al más exhaustivo. En ese
o, todo el sistema consise en una serie de unidades estructuralmente
valenes que se unen en un pirámide ascendente de derechos legales
e el agua.
ANAOMÍA POLICA: EL PUEBLO Y EL ESTADO 105

La organización social, política y religiosa de la subak y, en nse


encia, del cltivo de arroz de regadío en general- presentaba  rale
mo bastante exacto co este patrón técnico de irriación. La esctra
 la bak como organismo corporativo venía dada por -, si ésta res
a n manera demasiado determinista de presetarlo, era cogrente con
a estctra
ede la bak
los rosdehasta en tanto qe mecanismo sico para traslada aga
los campos.
Las tareas inmediatas del cltivo del arroz80 -arar, inndar, sembrar,
asplatar, qitar las malas hierbas, rgar, cosechar y demás- se organi
aba y se llevaban a cabo en el nivel más bajo del sistema, el de la terra
a, o la agrpación de terrazas, poseídas privada e individalment s
cir, más o menos, en la tenah, el nivel de «segmentación mínima»  la
ra 5-. Lo mismo ocrría con todas las disposicioes sociales necsa
as para llevar a ben téio dichas tareas: aparcería, arrendamiento o
peño de la tierra, intercambio de trabajo, grupos de trabajo y demás. A
e nivel elemental, la bak como nidad cororaiva no representaba n
apel activo;
 abajar simplemente
el campesino disponía qe
individal, el contexto en el cal
era s propio amoseenveía obligado
su propia tie
a La bak nnca actaba (y éste es no de los pocas armaciones des
das sobre Bali qe uno pede aventrar) como na organización pro
ctiva propiamente dicha. Regulaba el riego, y para hacerlo, imponía
portaes constricciones sobre las decisiones de los labradores indivi
ales. Pero el verdadero proceso de cultivo, dentro de los límites impes
 por tales constricciones, ha sido siempre  proceso más allá de ss
mpetecias y de sus intereses. La bak era, y es, n servicio público,
nicamente especializado y poseído en régimen cooperativo, pero no era
a granja colectiva.
l trabajo técnico rutinario l del día a día- qe reqería este tipo
 stema de riego se llevaba a cabo por lo qe podramos llamar, sigen
 nestra imagen de sistema segmentario, los niveles medios de organiza
n s decir, los niveles del kecoran y del tmpk- Era en estos nive
 en los qe se rmaban lo qe los balineses llaman eka , «eqipos
 aga», grpos de hombres, miembros de la bak, que eran delegados
 el conjnto de los adscritos a la misma para llevar a cabo los deberes
dianos y qe eran recompensados en consecencia, bien fera en espe
, en dinero, o con exenciones de diversos impestos y contribciones de
 ubak. 1 qilibrados por lo qe se reere a ss lgares de residencia en
 ea de la bak, y rotando habitalmente ss días de servicio, los miem
 del eqipo de agua realizaban lo qe debía constitir, según na esti
ón conservadora, el 90 % del tabajo relacionado con el control del
106 NEGARA

agua en la ubak.82 Los miembros del eqpo e agua, ecabezados or n


dirgnte eegido entre ellos, e klian e yh componían el corazón téc
nic e a ubak.
E nive de oranizació de la propa ubak en cojunto se ocuaba
rincialmente de cstios de polítca y de los rabajos muy ocasiona
ls que reqerían una erza laboral ava. as rimera tenía ue ve
co coas como la imposición y recadacó de imuestos de la subak gra
var con mltas las iacciones de as norms, decidi añadi o quiar terra
zas eodenar la cadrícula de canale (csi siempre cambios mores),
retar y regulr las transrecias de tirra, arbitrar las disuas ere los
membos y diigir las «relacone xteas» con otras ubak de la misma
cenca de drenaje.3 stas últimas tenía ue ver con las reparacioes d
la rsa rncipal y co el sistema de canales revio a a terrazas ue eran
desiado etesos ara que el eio del agua pdese asumirlas in
ayud.
a expresó social de est ivel de la organizació era l krama subak:
el grupo de todas las ersas ue oseí rrazas e la ubak Normal
e, el kma subak cuys miembros tía los mismos derchos lega
s independientemene
ssió dmes
plearia a vez al la xtensión de sus roiedades,
(l es baliés). Como ya sesehareuía e
mcioa
do, el dirigete de este orgaismo, y, consecumnte, de tod a subak
era l klan subk, u hombre elegido entre los miembros de la subak, ha
bituam mediate una elecció rml.4 l krama subak ecabezado
o su klan subak era el gobio oerativo de la subak ra ahí, i más
aiba i más abajo, donde residía la soberaía eciva sobre la «aldea dl
gua». Así cmo el eui del agua, co su klan era el corazón técico d
la subak, así el kma subak, co su klian, era su corazó oítico.

ada uno de ls tres niveles de orgaizacó cometados hasta ahor


-la terraza, el inerior de la subak y la subak- se asociaba co cietas ac
tividade rituales.85  el nivel de la terraza, esas actividades cosistía
rincipalmete en oedas de florecilas y comida deositadas n las e
uias de a erraza e los días aroiados, señalados en el caledario,
cicidentes con ciertos tos del ciclo de cultivo, o icluso, deedie
do de lo qe proiciasen las circusacias y los cambios de humor; ta 
bié incluían ciertos ritos celebrados e las ropias terrazas co motivo dl
latado, la cosecha y demás. Los riuales eran «idividuales», es decir, di
rigidos haci e bieestar de ropietario, hacia la roductividad de la t
rraza o terrazas e cuestión. A nivel del tmpk y del kecon cosistía 
ANATOMÍA POLÍTICA: EL PUEBLO Y EL ESTADO 107

tividades similares realizadas, en nombre de su subgrupo respectivo,


 or el klian seka yh y el equipo d el agua, en pequeños altares de pie dra
lamados bedugul (véase fgura 4). Situados cerca de importantes r eparti-
res de agua -s decir, de los que defnía las subseioes impoantes
e la subak-, los bedugul se consideraba como «estacioes del cami
n» o «versiones reducidas» del templo pricipal de la subak, el Pura Ulun
arik.86
edadEraritual,
al nivel
tal de la subak
como donde
también yacíaelverdaderamete
lo hacía olítico. El Purael lu
centroCarik,
de gra
li
eralmente «temlo de la cabeza del arroz (amos», se ecotraba gee
lmente cerca de la cuadcula revia a las terazas, como en la ura 4
s decir, or encima de los camos-, o en un claro e el extremo sue
r de dichos camos. Era u temlo, un pu, más que meramente u al
ar, ya que tenía un día de celebración aual (cada año balinés), u da en
 que los dioses descedía ara ser agasajados, y tenía un sacerdote de
eo regulr, pemangku, asociado. De uevo, no es ecesario descbir
quí los detalles rituales, si o es ara hacer ota que, desde el do del
itema hasta la cúside, desde el nivel de la teraza hasta el de la región de
enaje ste-versiones
 esenciales último aún or
del describir
culto de laemadre
la resete obra-,
del arroz y dellos eleme
culto de la
da del aroz- eran básicamente los mismos, diriendo ricialm ente
n el grado de elaboració, e la rma o reresetació, y, más sigica
amete, en el alcance de refrecia social. Aqu, dicho alcance era la su
bak en conjunto. Las ceremoias del Pura Ulu Cik esaca sus bedi
nes or toda la subak y eran llevadas a cabo or los sacerdotes del
eplo e nombre de la subak, con el aoyo y la asistecia de todos sus
embros.7 Por consiguiete, el Pura Ulu Carik era el temlo de la subak
 ecelecia. Era la exresión de su uidad moral y el símbolo de su ro
to material.
un así, había otros dos temlos de relevacia inmediata en el nivel de
anizació de la subak. Uo, que ya ha sido mencionado en relación con
a ida religiosa de la aldea, era el Pura Balai Agug, un «temlo de ueblo»
icado no sólo a la frtilidad de los camos, tanto los regados omo los de
ano es decir, los huertos, lantacioes de cocoteos, y otras parcelas
adas era de la subak- sio también de las mujeres del «ueblo de la
tmbre». Desde el unto de vista de la subak, el Pura Bala gung sim
aba la conexión geeral de lo que ocurría en la subak, la agriultura de
aío, y lo que ocurría en la aldea, la vida ecoómica, soial y olítica
 ada día. Él mismo y las ceremonias que en él se elebraban rmaba el
nte entre la aldea «húmeda» y la «sea» lbanjar y, así, ubicaba la
subak en el sistema general de lanos «comuestos» o «luralistas», que se
apan» o se «orta», or el que se caraterizan los ueblos balineses8
108 NEGARA

El segndo ea el teplo de la «cabeza de las agas», el Pra ln Swi,89


situ ado en la pesa pncipal de la subak o ceca de ella (véase ga4 E
el temlo en el qe esidían los dioses de aga, o, ás exactaente, donde
residían cando estaan de isita; y, coo veeos a continación, ea en él
donde un ital e «aberta de la estacón» engranaba las subak individa
les en el sistea eológico de la cenca de drenaje
Así, los tes tepos de la subak oo los tes de la aldea -con el
Pa ipotante,
ás Baa Agngregulaban
presente los
en abos conjntos-,
distintos asectos desibolzaban y, todavía
las actividades de las
ndaes sociales eleantes El Pra Uln Caik sibolizaba la subak
coo n conjnto de teazas de aoz, na nidad de cltio El Pa Uln
Swi la simbolzaba coo pate de n sistea ecológico ás extenso, e
gional Y el Pa Balai Agng la sibolizaba �videnteente desde el
pnto de ista de la subak- coo pae del sistea local global, social,
polítco, jídico y econóico, del «desa» en s acepción ás amplia, ás
general, en tanto qe conidad mol «no nega».
Todos estos coentaios sobre los tipos de telos y los nieles de ac
tividad rital no son meo detalle etnológico, ya que las actividades eali
zadas en dicos
de la subak telos (o altares
los ecanismos o teazas)necesarios
de coodinación poocionaban al conjnto
paa ncionar. No
eran institciones políticas altamente centralizadas contolando sisteas
masivos de sinistro de aga y enoes cadillas de clíes -«Broca
cias Hidrálicas» diigidas or «Désotas Asiáticos» aspiando al «Pode
Total»- las qe pemitían e el sistema balinés de riego ncionase y las
e le confrían a y orden Ea n ceo de obligaciones itales,
socialente estaticado, esacialmente diserso, administativamente des
centralizado, y oalmente coercitivo Este eco eslta paiclaente
claro -y aiclaente imortante de caa a una compensión del Esta
do balinés- en el nivel por encia de la subak, el del áea de drenaje -lo
qe los balineses selen llama kesedahan, allí donde los oblemas de
coodinación alcanzaban s máxima agnitd
Paa oecer una sensación ás conceta de lo e son en Tabanan las
elacones ente subak «sobre el teeno», e trazado los diagramas de cin
co áreas a difentes altitdes, desde la costa on ss subak gandes y
densaente apiñadas- asta el límite speio del ea de cltivo del
aoz on ss subak peqeñas y desaramadas (véanse gras 6-10).9

El nivel kesedahan de oganización del riego difía de los niveles des


critos asta ahora, subak y subsubak, en distintos aspectos En prier lu
ANATOMÍ A POL I T  CA: EL PU BLO Y EL ESTADO 111

r, no tení socido ningún rupo corportivo, te como e equ ipo de
u o  smbe de os miembros de  subak. No existín más que  co
ección , y descrit , de recuddor es de impue stos y perceptor es de rents,
edahan y edahan-agung, con etd es hcia die rentes señores y su s do
inios dispersos irre gu rmente po e pisaje .  En segundo ugar,  me
os prcimente como resutdo de est dispersión,  este nivel no hbí
niddes genui nment e i mitd s o cohesionds, sino o mente un sen

iento
ío gene r por e
se enentbn cu ls subak
 necesidd de unque comprt ínmínim
coordinción e guadedesus
uncti
mismo
iddes. Y en tercer ugr, prte de guns excepciones que tocemos
ás dente,  este nive no hbí tres técnics estbecids, bien org
ds y  epetitivs. Si  rededor de 90 % de trbjo en e si stem de rie
o blinés o  evbn  cbo lo s equi pos de  gua, probbe mente otro 9 %
 relido por os miembros de  subak como un orgnismo, dejando,
digmos q ue u n 1 %, e intermitentemente, par ser levdo  cabo p r un
ur id  concertd de subak. 2
Resumiendo, o que se encontrb en e nive pic de sistema er el
onjunto de gentes recuddores de Estdo -os sedahan, ordinarios y
dé y un sistem ritu region, ebordo y mayoritrimente utopro
u sdo, un c ulto de rro l tment e trdicionl ido, cuyo s  íderes 
mes er n, de mner más bien s imbó ic y casi rtuit, o s mencionados
ent es o «nci onrios».
En e Tabnn de cimo nón ico -y, con ciertos re justes todví hoy-,
te cuto de rroa constb de nueve estdios myores, t como se os
onocí , que se seguín uno  otro en un orde n fjo y con u n cadenci ge
ermente determind, un ve inicido e primer estdio, de cuerdo
on e ritmo ecoógico de cecimiento de rro. Este culto er unirme
n todo Tbnn s decir, un irme en s u estructu, unque vriar so
emner, como siempre, e conten ido ritual- y se rectab  todos los
ive es del s istem, desd e  te rr   cuenc hi drográfc. Los nueve es
dios ern: ) Abe tur de Agu ; b) Aber tura d e  s Terrs; c) Pnt
do; d) Purifcción de as Agus; e) Aimentación de os Dioses, un cee
ción mensu (mes binés), en  cu cd propietrio evb gu
endit3 desde e tempo de l subak, el Pur Uun Carik, hst sus cam
os, reaindo diverss ots con ores y comid (ddo que est ceremo
 se repetí cd treint y cinco dís durnte todo el cico de cutivo, t
e no se trtr propimente de un se separd) ; ) B rot de A rro, que
e ní lugr unos cien dís después de p ntdo; g ) Amari eo de Arroz, se
ndo  cercní de  uctifcción; h) Cosech; i) Coocción del
o Co sechdo en e Grnero.  4
El dí de  Abertur de Agu pr ls ditints subak de un cuenc
es decir, e dí ue se empeb  desvir agu de  pres en e cn
112 NEGARA

principal de un subak- estaba escalonado de tal manera que cuanto más
alta se situara la subak en el g radiente entre el mar y la montaña, antes se-
ría su día de abert ur Así pues, las subak situadas en la cima del sistema
empezaban el cico ceremonial y, con él, la secuencia de cultivo en di-
ciembre; as subak ituadas en la base, cerca de la costa, l o hacía n en abr il ;
y l as que s e encontr aban s itadas en medio empezab an tabién en u n mo-
mento interme dio  95 El resltado e ra que, en todo momento, l a cuenca mos-

traba l secuencia
desplaaba a iba completa
y aba jo dedelascultivo paso a paso,
pendientes. Candoa medida qe uno
una subak altasee staba
inundndo sus teazas preparatorias, una más baja estaba despejando los
terrenos ; cu ando una ba ja estaba haciend o entrar agua, una m ás alta estaba
plantando ; cu ando una baja estaba celebrando el Amarill eo del Aoz y,
por tanto, la promesa de la cosecha para un mes más tarde, na más alta
ya estaba transportando las gavillas a os cobertizos; y así sucesivamente.
De eta manera, la progresión temporal edifcada en el ciclo ceremonia
también se disponía sobre e suelo: además de marcar las dis tintas caden-
ci as de la secuencia de cultivo en cada una de las subak, también engrana-
ba estas secuencias separadas de tal manera que proporcionaba una se-
cencia global para
E principal todaecológico,
ecto a reg ión.el 96
principal objetivo ecoógico de este
sistema ue, pese a todo, debe haber evolucionado, como la cidad nor-
teamecana o el derecho común británico, de una manera bastante incons-
ciente, rea justándose caso a cas era estabiliz ar las demandas sobr e e
recurso central, el agua, durante la temporada de cltivo, en lugar de per-
mitir que s u uso uctase ampli amente, como habrí a hech o en ausenci a de
dicho sistema. Simplifcando un poco, el cultivo iigado del aoz en te-
azas requiere una ent rada máxima de agua a l ini cio del ci clo , o un poco
despés, y, a par tir de ese momento y a medida que el ci clo avanza, una dis-
minuci ón con stant e de dicha entra da has ta llegar a la cosecha qe se lleva
a cbo con los campos secos, tota lmente d renados . Si los ciclo s de la s dis -
tintas subak de una misma cuenca -, aún peor, de un mism o río coin-
cid ieran, el res ultado sería que la s reservas d e agua serían enormemente
sobree xplotadas en las ses tempranas del ciclo y enormemente inautili-
zadas duran te las tardí a, sobre todo tenie ndo en cuent a que, si mplifc ando
nuevament e un poco, el caudal naturl de las cue ncas no varía demasiado a
lo largo del año, sobre todo durante la mitad del año en la que crece el
aoz. En realidad, como el agua es el ctor lim itante central en el ecosis-
tema de la subak si los ciclos de éstas no hubieran estado escalonados, el
cltivo de regadío del arro en Bali no habría podido alcanzar ni una ac-
ción de la extensión que presentaba en el siglo XIX 97
Todo el c ic lo com enaba co n un r itual de Abertura de l Ag ua para todo
Tabanan, un ritual celebrado en el más importante templo panbalinés de la
ANATOM Í A POLÍ TICA: EL PUEBLO Y EL ESTADO 113

egión, en clava do bie n arri ba en las bo scosa s lade ras de la montañ a sag ra-
da que d omina ba, s ica y espiritu almen te, el á rea de Tabanan: Ba tu Kau.98
Bajo el liderazg o sim bólico del sedahan gdé de Pur Gdé -es deci r, del
sedahan de mayor rang o de la casa de mayor r ango-, se lleva ba a cabo
na cere monia destin ada a asegur ar, para toda s las t eaza s del r ei no du-
 ante la t e mporada en trant e, la c antida d su cient e de ag ua y su «efectv
dad». A la cere monia asis tían todos los se dahan , todo s los íderes de las
ubak, subak
ro de todo s loslas
una de sa suba
cerdot es defera
k que los tem pos d enteme
lo sucie las nte piyadoso
cualq uier
como miem
para
hacer por su cuent a el ar duo camino monta ña arriba, as í como, natu ral-
mente, e l dios y la dio sa apro piado s, que e ran inv itados a desce nder d esde
 cieo para la ocasión . Con esta «Abertu ra de Aberturas », natur almente
mbién deter minada me diante el c alendario , se ponía en marcha el ciclo
de toda la región ; en cuanto a los temp los de «Ab ertura del Ag ua» de  ada
ubak, os Pura Ulun Suwi, procedían entonces, siguiendo los interva-
os adecuaos, a llevar a cabo sus pro pias ceremoni as, m uy par ecidas a la
rimera. Así pues, los sedahan en tanto que grupo laxo, no corporati-
vo y cr uzado, de hecho, por ri validades inter nas ponían en mar cha la
secuencia
agración.del u so
Pero, delvez
una a gu a paraent oda
puesto la re gión
marcha, a través
el sistema del acto de
continuaba su con-
mo-
véndo se por sí mismo, con s u velocidad pr opia, y produciendo sus pro-
as réplicas de la ceremon ia de consagra ció n, basante loca les y bastante
ndependientes.
En suma, si un o adoptara, den tro del si stema, l a perspec iva de n dios
alinés es decir, desde algún lugar por encima del cráter del Monte
gung, donde viven los dioses, vería un conjunto de secuencias rituales
strucuralmente similares de hecho, idénticas, salvo por agunas varia
ones de conenid o que procedían sim ultáneamente en distintos puntos
d paisaje y en varios nivees de organización, desde la cuenca de drenaje
sta la terraza individual.
Pero, aunque toda s estas secu encias se irían r ealiz ando con una caden
 a aproxi madamente igual y a través d e los mis mos es tadios, no estar ían
ncronizadas, «en se».99 En el nivel por encima de la subak, se escalo-
ían temporalmente, desde la cúspide de la cuenca de drenae hasta el
ndo. En el nivel de la subak y por debajo, se coordinarían temporal
nte: cu ando lo sacerdotes d e la subak ce lebrasen la Brota de Arroz en
 e mplo de la subak, también l a celebr arían lo s equipos de agua en los a l-
 s de los tmpk y de lo s kecorn, y los propiet arios indivi duales en s us
 s ectivos campos. Así pues , el c uadro resul tante rev elar ía una colección
 i clo s agrícola s dividi dos loc almente en f ses y tra bados en un ciclo re
onal superpuesto. En el Pura atu Kau, situado por encima de la línea
 crecimiento del arroz, sin conexión con ninguna subak particuar ni,
114 NEGARA

con siguientem ente, con ningún ci co de cutivo co ncreto, se cee brarí a e
ciclo puramente ceremonia, paradigmático y egitmado por e Estado,
para todo Taba nan. 1 Y en cada subak,  todos sus nivees, y en e mo
ment o adecuado , se daría la répca del cco ceremonia de este «centro
ejemplar» , v ncuada aho ra a un c co de cul tivo conc reto. De ta manera,
un orden ecoógco complejo se veí refejado en un orden ritual igua-
mente compejo y, a mismo tiempo, era moldeado por este útimo, que

había surgido
Regst chinode
del primero
rituales yde
se había
sgo impues to sobre
, «los ritos é. Ee desorden
obvian comentaro de 
como
o dques previ enen as nundaciones» , encuentra en B a un a aplcación
exacta.'º

No obstante, no vadría adoptar una v só n de excesv a «armon ía prees


tablecida» respecto a as relaciones entre as subak, sobre todo por que, de
hecho, a menudo distaban de ser ar moniosa s. Desde nuestra per specti va di-
vina , todoceremonia,
cadenca e cico de se
cultvos podría
reactaba una parecer un por
y otra vez enortoda
me la
proceso
región.que,
Sn con
embargo, desde a perspectiva de un campesino, el ritmo mayor al daro
cas i por descontado, como e de los nómenos n aturales resultarí a me-
nos aparente que as perturbacones ocaes.
El sis tema cer emoni a prop orcion aba un marco de coordinación gene-
ral en el interor del cual las subak podían r egular su trabajo s in aplicacio-
nes ntensivas de poder coercitvo por parte de un Estado centralizado,
pero, en sí mismo, no resovía os probemas cotidianos de reajuste que
surgían inevitabemente en su seno. Tal como, en una subak concreta, un
labrad or concr eto te nía que amodar sus actvdades a as de sus vecinos in-
mediatos person amente o a través de os mecani smo s de gobie o de la
subak- así, entre subak, cada un a tenía que amodar sus actvidades a as
de sus vecnas. De hecho, si a coordinacón regonal podía conseguirse a
través de a acción de un sistema ceremonial con un reerzo mínimo por
parte de una autoridad poítca superpuesta, era sóo gracias a que os me-
canismos de regulación subregiona estaban tan bien desarrollados y, con
alguna excepción esporá dica, eran tan ectivos. ' 02 En cuaquier caso, a
mayor par te de a te nsi ón p olítica generada po r a estctura in tensamente
pormenorizada de la subak se absorbía a tra vés de acuerdos pueberino s, ad
hoc, caso por caso, entre as propias subak, más que eevándose a nveles
más exatados, y más explosivos, de sistema.
Más bien como en los tratados entr e Estados ya comen tados, e ma r-
co princ ipa d e esta re gula cón cas o por caso era un a coección altam ente
ANATOM  A POLITICA: EL PUEBLO Y EL ESTADO 115

s arrollada y casi obsesivamente específca de prcticas consue tudi na


 s precedentes establecidos q ue, pese a no conta r con u n cue o polí-
co superpuesto que los hiciera cumplir, tenían, de todas rmas, erza
 ey, s i no por otr a cosa, porque p roporcio naban u n d cci onario de acuer-
s legítimos sobre los motivos de queja que una subak podía tener con
103
 otra.
El número de estas «leyes consuetudinarias» era extraordinariamente
rande, y su contenido variaba ampliamente de un lugar a otro. Cubrían
aterias como la cant idad de agua que s e debía dejar esc apar de la presa en
do momento (incluso en el tiempo de inundación de las terrazas, no se
bía desviar toda el agua del río, razón que explica el brazo artifcial a
do de variante que puede ob servar se en a fgura 4 ); proh bici one s con 
 a contamina ción de la s agua s; cómo y dónde se pod ían construir pr esas,
nele s, acueducto s, can ales, depósitos y otros ipos de obras; divi sion s del
ua y obligacones laborales cuando dos o más subak estaban ligadas a una
s ma prs a; regla s para pedi r prestado, prestar empeñar , arrendar y en -
r agua entre subak; dispo sico nes sobre e desbordam iento de los os y
u drenaje suple mentario ; regu laci ones pesquer as, der echos de paso de ani -
les y personas p or campos «extr anjeros» ; procedimientos para negociar
sputas ; multas por inaccones de todas estas r egas; echas para las s -
vdades de los templos ; y así sucesivament e hasta  ar listados que pa-
cen ten er en cuenta en detalle cas todos l os tipo s de eventualidad. Da la
presión de que los balines es só lo se hayan en entado r aramen co n si 
aciones para las que no tuvieran una «ley» apicable o, al mens, an
o de regla de la que pud ieran extrae r pla usi blemente u na anao gía
En casos rutinarios, que naturalmente eran a vasta mayora, los a-
s inteos a la subak eran dirimidos, de acuer do a dichas reglas , por los
rentes apropiados de la subak y su personal adjunto, quizá también
n la asistencia de algún otro ciudadano destacado de subak grandes
pietarios, especialmente ancianos con conocimientos, hombres de in-
encia genera o quien uese. Ocasionalmente, para cuestiones ms
 portantes añadir nuevas ter razas, cambi ar la d stribuc ión del a gua o
as así, se podían reunir conjuntamente todos los miembros de cada
bk y hablar abiertamente sobre el tema, a la manera de ls reuniones
de subak ndividuales También esporádicamente, se poda pedr a algún
ahan specamente si se le aprecaba y se le consideraba nteligen-
te y digno de confanza  qu e actu ase como medad or neutral  ncluso
 o rbitro  Pero este sedahan no actuab a de rma alguna como un juez
 amente dicho, como un individuo con autoriad para oecer deci
n es obli gatorias y o blgadas. Si mplement e daba n conse jo s, q ue podí an
� ceptados o n por las prtes mpcadas. Independientemente de si
 n leva dos drectamente or membros de a elite de l a subak, por todos
116 NEGARA

os m iemros de el  o co n  sistenc i de u n sedahan como medidor 


cons ejero, e roc eso siempre er un modmiento mutuo reizdo se
gún u n cuero estecido de costumres incmies, un roceso que
os aineses  mn rukun -un  r otente, rácticmente i ntrdu
cie , que signic go as í como «  cre ción de concordi», «l a armoni
zcón de s ountdes», «e estecimiento de l z» , «  consecución
de l unidd».  4
subak
Todo
mene esto no quiere
democrátic o que decir que ineitablemente
condujese olítica de  a decisiones
ese absolut 
equitti
s ni siquier  ojos de os ineses. Ciertamente,  rqueza, el esttus
soc o el oder ersonl reresentan ppeles críticos en a determina
ción re de quién conseguí qué, cuándo, dónde y cómo, tnto entre dis
tints subak como en su interior. Pero estas realidades miliares represen 
tban su e en el sistema eg  oítico de las subak, no en el aparto
estatal, que, más alá de los puntos  mencionados -impuestos, ritul y
mediació n esorádica- y de un r más que todaví a se deen to car, no se
ocupab oci mente de estas cuestione s. De eco , e staa explí citamente
excuido de el s.  05
Además, ocles
describirdecómo se perseguía el rukun no es decir que estos
mecanismos regulación, or eaborada y cuidadosamente que
estuviera n diseñdos,  ncionasen en niveles ni siqu iera cerc anos a a per 
cción. A contrrio, la iolencia sic entre subak comp letas o entr e al
gunos e ss miemros parece haer sido muy corriente, ta como atesti
gu l  lusión de indemnizaciones or daos a a propied ad y eria s
pesonales r esu tntes de dic  ioencia , en las « leyes del agua» consue
tudnris. Se dan con ciert regularidad verdaderas tallas camales
entre grupos de campesinos, que esgrimían muy  menudo sus azadones
como rmas . Menos a menudo, pero todavía con c ierta ecuenci a, se a
n enemistdes cr ónica s, incidentes prolongados que conducían el un o al
siguiente. Y cundo tl tio de conlictos se extendían más alá de los con
nes loce s, odí an imp icar,  así lo hcí n, a ls cotas más altas de l si s
tem poítico -cuyos miemros, siempre rivalizando mutuamente, esta
an más que dese osos de pesc r en arroz es revuetos-, 1  dndo lugar de
ese modo  erdders guerrs nentmientos miitres entre los dep
tos de sñores rivles-. Los conl ictos entre subak-, l menos, los con
ictos qe empezro n como tes distn mucho de ser as entes m e
nos sig nifc tivas del constante zumbido de vio enci o ítica que asoló al
Estdo linés durnte todo e sigo XI , proaemente, según l evi
denci de s inscripcion es, durante todo e curso de su histori. 1 07
ANATOMA POL Í T I CA: EL PUEBLO Y EL ESTADO 117

Así, como polit o como pt e de un polit, e sitem de  subak er
J que os ntropóogos hn ddo en mr céo, «in cbez»  º8 Más
e centrrse en un  de poder y utoidd concentrdo que seí  
ez su eje y su ncje, consistí en un serie de cp socies equ iibr
, en cd nive y en cd dimensión,  un contr  otr. L más im
rtnte de dichs cps
rzs individu, soci es , odenive
s subsecciones  es ,subak,
ern  te subak
rrz opropimente
e com pejo di
de
, y  o que quedb por encim o entre s subak individues. A medid
e uno se moví de sde e fndo de sistem hst  cúspi de, u no e tr s
db de un gm má estrech de reevncia poític  un más nch,
d una concentr ción de interé s en os pectos más técnicos de cu tivo o
l riego  un gutinción más integrdor en too  suntos que ean e
es y rituaes más que burocráticos o dministrtivos, y e uns fms
ci es ben equi ibrda s y sóids  otr s más  ágies y expos ivs.
E centro d e grvedd poític se sen tb muy b jo en e s istem, t
mo ocu rre en todos os si stems de ese tipo , y t co mo ocu rrí en e Est
d b inés en gener . Así como e  er  tensdo por ue rzas opuestas
e tirbn en su interior -por un do, s erzs centrípets de ritu
tt, por e otro, as erzs centríugs de  estructur estt-, sí
mbién e sistem de  subak -un de s bses sobre s q ue reposab  e
negar- se veí  pretadmente ceñido por presiones igumente ouest :
r un do, su prticu r nturez segment y di spersiv en an to ue
titución socioeconómic concret; por e otro, s demnds integrdo
 que sobre é se ejercín  trvés de cuto de rroz. En est instna,
evmente  cu tur vení de rr ib bjo ad   oc izció n de B tu
Ku, este descenso er itermente sico-, mientrs que e poder mn
 hci  rrib desde e fndo.
En  tb 1 , he intentd o esquemtizar e s istem en un digrm , re
 miendo de est mner os comentrios precedentes.  09
18 NEGARA

Tabla l.
E l sistema d e  a sociedad d e regantes (subak).

Nivel estructural

lnter-subak Sub lntr-subak Terz


(dh)* (mp, co) (ih, h)***

Grpo Nnun d l Equp l Grup


coporatvo prpir agua priv
 t  la se yh  cultv
s
m sk

Co Recaudrs J  l suk J del quip Capin,


reonsable  ipuest (lin suk, d gu prpia
y/ rnts pesh) kln s tni)
(sedhn ek yh)
edhn gdé

Taeas Ninguna** talint Lar  Cultiv


inipales d tri cntrl incluyn l
nrl; cntant y rguación 
trbaj cidian del gu ntr d
cectiv caudal,  la la tza, etc)
prác n repacin,
la pra, anl tc
prncipl, t
rauain y
gt  l
n  l
sk; har
uplr l
rl

Mecansmos Ly l agua Cnttuin Rtain  Inrai


istiuioales nuunaria rit fns pg  trj
picpales (dt yh); (w-ig pr l traj arrnaint
rgulain ertsm); a pa trbaj
rípr runin  aria
un;  r traj
icin rnal l j lctiv, t.
vlni (za 
ión,
ral,
rt l
l, t
ANATOMIA POLITICA: EL PUEBLO Y EL ESTADO 1 19

Actividades Ritos Celebraciones Ofeas Oendas y


rtuales de ámbito en lo templos peiódica celebraciones
ociadas egional, de la subak en altaes en el arozal
coordinados (Pu Ulun situados
en estadios Carik, Pu Ulun en punto
centados Suwi, clave
en el templo Pura Balai de la
panbalinés Agung) cuadícla

(Pu Batu
Kau) de riego
(bedugulcatu)

* Sólo se dan los término s veáculos más comunes de Tabanan Si n o se dan téino s, bie n
 se usa u n término específco, bien el us o es demaiado variado y complicado para po der
er sintetizado  ci lmente.
** Muy esporádicamente, dos o tres subak concertadas emprendían trabajos conjtos en
rvicios conju ntos T ambién muy de vez en cuando, se rmaban uniones estables de va-
as subak.
*** Tebih es el téino literal p ra tea. Tenah se fere a la unidad  nal de rpao del agua

e riego, y puede in clu ir una o vaias teazas, o, mu y rmente, un solo agmento de teaza.

LAS FORMAS DE COMERCIO

Tal com o se ha sugerdo an terormente, el comerc io en e l B al cl ásco ,


unque nítdamente dentro del nega, no era comletamente uyo. No
óo el g rueso del tráfco estaba en manos extranjeras ( chno , javaneses,
ugis y, en ocasones, eu roeos), sno que , además, el comer co estaba co-
ectado co n la vda o lítca de rma e xcéntr ca a tr avés de una se re de
stitucones esec al zadas dseñad as a l a vez ara contener su dnám ca y
ara catar su s benef cos. Los señores no dejaban de se r con sci entes de
 entajas materales que odía roorconar e comerco, ero tamoco
ejaban de ser conscientes de que, al aroechar dchas ventaja, odían
oner en eli gro los ndamentos mism os de s u oder. A arcioo  por cos
ubre, eran autárquicos or instinto, y el resultado era un cierto barro
uismo de los acuer dos económcos .
Fundamentalm ente, había cuatr o com lejo s insttucio nale rincale
ue canal zaban el tr áfco comercal durante el sgl o XIX en Bai: mercados
otatoros; relacones de ntercambo fjadas tradiconalme nte; ceremonas
edistrbutvas; y «uertos de comerco» olítcamente aslados. 1 1 º Desde
el unto de sta de negara como tal, aunque no n ecesaram ente de sde el
e a oblacón en genera, os dos rmero  eran relativ amente oc o im-
oantes , y el tercero merec ería se r tratado bajo l a rúbrca del rt ua de Es 
o. Por consgu ente, aquí me concentr aré en el cuarto, y, artcularmen-
e en su ael dentro de a d a de negara.
120 NEGARA

Un puerto coercial  era un lugar usual, aunque no obligadaente,


costero o ribereño, dejado aparte coo un lugar de encuentro para co-
erci antes ex ranje ros. En Indone sia, e s ás o menos tan antiguo y ex-
tendido coo  propio negara. En realidad, muchos de los primeros
nega indonesios Sriwijaya, Jabi, Taruma, el reino innominado de

Sindok,sobre
cado en elsueste de Ja va
capacidad eran Estaydosbazar
para deender «tadichos
administrar lasocrpuertos.
áticos», edif-
El coercio de larga distancia, con altos márgenes, es «una constante
hist órica» en Indones ia, tal coo ha demost rado J. C. van Leur; la explo
sión del tr áfco de especias en los siglos XVI y XVII, que desembocó fnal-
ente en el gobierno colonial , es sencill amen te la repr esenta ción más v i-
sibl e y dr aática de esa «con stante» .    Desde casi los tiempos de Cristo
hasta casi los nuestros, el tipo de ercadeo de aventureros que Gibbon
caracte rizó coo «esplénd ido y t rivial » confri ó al a rchipié lago una uni-
dad co mercial qu e ltaba en c uant o a la lengua, la cultura, la polí tica, la
raza o la r elig ión.   4

hacaPor lo que
dicho trá conciee a Bali,
co . Miraba ha cilaaclave
el sur,eshacia
que en buena edida
el Océano no donde,
Índico, miraba da-
dos los puertos pobres y los mares encrespados, apenas había movimiento
comercial , en lu gar de mirar hacia el norte, hacia el M ar de Java, el Medi 
terráne asiático dond e merc aderes chi nos , ind io árab es , javanese s, bugi s,
alayo  europeos iban y venían como hacen tantos vendedores ambu-
lantes po r las calle s. Buena parte de la repu tacón de aislamiento y en si-
mismamiento de Bali proviene de este hecho: casi parece no existir en un
universo cosmopolita de trotamundos marineros, donde los grandes nom-
bres on Malacca, Jamb i, Palembang, B antam, B anjermasin, Japara, T uban
y Makassar. 5

Naralmente, había un puerto en la costa septentrional: Sngaraja, el


puert o coer cial de B ul lng . Y, aun que nu nc a parece ha ber tendo mayo r
sig ni cación en la vida de l eporio m arítimo ndones io, de vez en cu ando
sí se hio débilmente vi sibl e en la historia de dicha vida. Los «bal inese s de
Bullng» eron considerados alados del puerto javanés de Surabaya en
su guerra contra la Copañía Holandesa de las Indias Orientales en 178
aunque tabién se dic e que enrmaro n y tuvieron que volver a casa
y se dice que controlaron Blambangan, el reino javanés que guardaba el
otro lado del estre co de Bali , ente 1 697 y 171.   B. J. O. Schrieke se re
ANATOM A POLÍT I CA : EL PUEBLO Y EL ESTADO 12

ere ecuentemente a la importancia de la ropa balinesa en el comercio


e Ja va y las Mlucas en los sig los xv1 y XVII, así co mo a la expoa ción de
rroz al este de la isla   
Se dice que, en 84, T S Rales, en tanto que vicegoberndor ge
neral como resultado de las gueras napoleónicas, se vio «frzao a ac
uar en Bal i» aunque , llegado el momento, no lo hizo porque e l «rajá
e Bailing» había capturado un barco de la Compañía e las Indias

Orientles
ente similar  En
(el saqueo
846, losdeholandeses
un barco sí actu aron:
holandés en respuesta
varado), a un in
y después de
na serie de ultimátums y de expediciones, establecieron allí un uerte
ctoría en 1 849    Fina lmen te, en  85 9, P L. van Bloemen Waanders, el
be ador holandés del lugar, describió e l puerto de t rata de B ullng-
ngaraja como e l centro de almacena je y d istribución para toa la is la,
ortan do mercancías por valor de 300 .000 f lorines anuales e i mpoan
o por unos 5 00 .000. «El rey» (e s decir, los señores ) arendaba el t ráfco
mercial a siete «señores del comercio» chinos -subandar- coes
ondientes a sen dos «r eino s merca ntile s» kebandaran, en el in terio r
e los cuales tení an garantiz ados privilegios mon opolístico s; e l verdad e-
 ello
e mercs,adeo
y porerbugis
a l leva
y do a cabo
madur esespor ellos ados
contrat , porpor
otr os
ellochs como
inos dependientes
patr ones de
 
pa.  Las expotaciones consistían principalmente en aroz (36 % del
or total), caf é, (  3 %, ta baco ( 1 2 %, soj a (   %) y animales (9 % 
principa lmente va cun o, también algu no ceros y caballos, a los que
bía que añadir una mi sce lánea de pr oductos entre los qu e se enco ntra -
n el algodón o los derivados del coco Las impotaciones ern princi-
men te opio (¡ 87% ! ) y tej idos o r opas de algod ón (6%), a los que se
adían acero, porcelan a chi na, trabajo s de orfe brería y diver sos tip os de
secias   

Pero, aunqu e el pto de Sin garaja era el únic o cent ro com ercial de
  una im potancia en B ali a través de la mayo r pate de su histo ria  y
s no era mucho en el con texto d e las econo mías d e los E stado sbaz ar in-
 nes ios-, despué s de q ue lo s hola ndes es se estableci esen alí hacia la
d del siglo X IX, el mund o del comer cio int ernaci onal e mpezó fnal-
e nte a pe netrar en el corazó n del p aís, en el sur , y em pezó a hacer lo con
  uerza cre ciente . Hacia 1 87 6, se dic e que Bangl i, un l ugar q ue «ha ce
 nta años era el más pobre de la isl a», alc anzab a un volume n de nego-
cio nual que rondaba los 300.000 florines   Un cuar to de sigl o más tar -
 en 1900, Kareng asem t enía un cente nar de chinos impot ando op io  2 3
122 NEGARA

y exportando caé, azúcar, índigo y kapok  2 es decir, «productos de


plantación» del tpo javanés, sólo ue cultivados por peueños propiea-
rios, en terazas aroceras uera de la estación del monzón. Kasumba,
un pequeño pueblo de pesca dore s en la costa sur de Klungkung, ya se ha-
bía empezad o a transrmar en u n ve rdadero puerto. Y la pob lación c hin a
de nuestro casotpo, Tabanan, había aumentado hasta cuatrocientas per-
sonas, algunas de las cuales poseían verdaderas plantaciones privadas de

caé,
de habiéndoselas comprado drectamente a los señores, en calidad
«yermos»
ero de todos lo s desar ollos de puerto s comercial exis tentes durante el
siglo IX, el más signi fcativo, el má s dramático y, ar tunadamente, el más
vívidament e descrito es el ue tuvo lu gar en Kuta, sobre la costa sur de Ba-
dung , entre  39 y 1 56, ba jo el liderazgo d el mercad er aventurero danés
Mads Lange  
Lange, ue partió por primera vez hacia las Indias a los diecisiete años
y pasó allí el rest o de su vida, empezó r ealmente su s operaciones en l a isl a
vecina de Lombok , dominad a por balineses. Designado subandar de uno
de los dos señore s import antes del lug ar en  34 espl azó a un chino, lo
que
to seeraencontró
por sí mismo un signoade
conrapuesto unue las cosas inglés,
euivalente e stabanuncambian do,
tal George pr on-
King,
que e nombrad o ese mi smo año por el ot ro señor. Cuando los dos s eño-
res, urgidos por sus dos «rajás blancos», se sumergieron en una guera el
uno contra el otr o, los europeos des arroll aron su s carrer as consi guie ndo -
mas paa sus patr ones hasta que, derrotado su hombre, Lange huyó a Ba li ,
estableció una ctoía en Kuta en 1839 y la mantuvo hasa su muete, en
56, a los cuarenta y nueve años. Durante uince años su prosperidad
no sobrevivió a Lange, Kuta se convirtió en el primer puerto comercial
verdaderamente signi fc atvo del B al i meidional , llegando a ri valizar con
Si ngaraja, donde, en ese mism o período, l os holand eses se estaban estable
ciendo sólidamente.  2
Kuta esaba situada a cinco millas al ur de Badung la ue, durante
este período, era probablemente la corte má grande de Bali, y, con seguri-
dad, la más extravagante, en el escaso hilo de tiera por el cual Bukit, la
desolada meseta ue rm a la extremidad meridional de la is la, cuelg a de
alguna manera, con su rma de pie derme, del resto de la isla (véas e
map 4 ) Había dos puertos, cada uno a una milla del cuartel general de
.

Lange, y cada uno a un lado del hilo, puertos que el dané utilizaba alter -
nativamene de acudo con el cambio de los monzones. Para 143, ten ía
ui nce barcos pro pios , algunos de hasta 1 5 00 toneladas, que mantení a en
continuo movimie nto por el ar chip iélago oriental, comprand o auí y ve n
diendo allí Y, aún más importante, «apenas pasaba un día [escribe Helm s,
el joven ayudant e de Lange] sin  ue apar eciese alguna nave extranjera ]
ANATOM ÍA POL fTI C A : EL PU EBLO Y E L ES TADO 123

GIANYAR

TNAN

BADUG

Pri Pemecutan Pr Keman


• •


Puri Den Pasar

Kuta

OCÉO ÍCO

Bu ki

Mapa 4. Pueo comercial de Kuta (según Nieuwenka mp, 1 906- 1 9 1 O, pág. 169).
124 NEGARA

oandesas ancesas, ingesas cinas árabes bugis, maayas, car-


gando caé arroz tabaco aceite de coco ponis bueyes cae seca de va -
cuno, cerdos y todo tipo de aves de cora o de oamento», y si uno
puede acer caso de a descripci ón de Hem s, que relejando  a mentai dad
de puerto está nnitamente más atento a as exportaciones que a as im-
portaciones dejando sobre todo opio cino porceana cin a y monedas
cinas 7

Lasun
ce con monedas las
agu jero en ya mencionadas
el centr o eran kepengs,
la mone da pequeños discodes de
in mediata todbron-
o el
coecio oca y su tráco y man ipu ació n era una d e las activi dades má
impotantes laborosas y provecosas del puerto. Se compraban en Chi-
na, a peso, de  200 o 1 400 por un dóla r oland és. Transp ortadas a Kuta
en navíos ci no s, cientos de bosas a a vez»  a leg ar mujeres balin esas
las tenían que contar nuevamente y colocar en cordeles, a razón de dos-
cientas por corde . Reagrupadas d e ta guisa , se ut ili zaban como medio de
pago, al cambio de setecientas por dóar (he ahí el proveco), en un sis-
tema de equivaencias ndamentamente jas: «Tantas medidas, tantos
pais». 8 Vadría a pena mencion ar» dice H elm s, quien sabe muy bien l o
que realmen
cibí an a un prteecio
valeuni
l a pena
rmemencionar queprecio
( . . . ) y que este las gran des ristravariaba,
raramente s ( . . . )ue-
se re-
ra e que uera e estado de os mercados europeos o la luctuación de los
precios en otros  ugares .»  9
En consecuenc ia además de los rasgos gener ales más recac ados de los
enc aves  e puert o comercia aisl amiento político, orienta ción interna -
cional y dominación del comercio por «minorías» o «extranjeros», mar-
chands protégés130 de os poderes locaes, Kuta tam bién poseía los ras
gos menos r ecalcados pero igualmente diagnóstico s de equivalencias
consuetudinarias, precios administrados y dinero interiozado. Las equi
vaencias con suetudinarias, en tanto que valores r elativos de las principales
mercancías aé y arroz bueyes y opio se acordab an según  as expec
tatvas establecidas ocamente que, una vez generadas no se alteraban
cmente por los cambios globales del mercado.  3  Los precios admi
nistrados, en tanto que expresiones monetarias de dicas equivalen
cias (tantas medidas, tanta s pai s» ), eran simplemente decret ados por La n
ge, en nció n de s u estimació n de cuánto e costaba sumi ni strar monedas
al puesto y de qué benefcio podía obtener aciéndolo (en paabras de
Polanyi os precios eran las precondiciones del comercio no su resulta
do).  3  Y e dine ro interiorizado en tant o que kp ngs , aun que se compra 
ba en e exterior y se encon traba en todo el sureste asiát ico nc ionaba com o
e me dio de pago en este puert o comercia co ncreto i ndependienteme n te
de cuá era su ncionamiento (o e de cuaquier otra moneda) en ot ros
ugares.  33
ANATOM A POL T I CA: EL PUEBLO Y EL ESTADO 125

Kuta, con tod as sus con exiones cosmo poitas y todas sus depen dencas
) aes, era un cosmos económico por sí mismo . Las gentes iban aí n
cos desde e extranjero, desde utramar, a pie o a cabao desd e cua
er punto d e a is a para procura rse bienes , y Lange, e dobemen te
tégé (tanto e gobieo de as Indias Orientaes Hoandesas como los se
es de Badung se rerían a é como a «nuestro subandar>> ) , tataba de
egaro todo par a que así pudieran hacero . Cuando e capaz, el puerto
speró; c uando no o  ue,  anguideció, y o m ismo e ocu rrió a é .
5
De todas rmas, mentras a prosperdad de Kuta duró, ue un ee
nto más t a vez e más diná mic o duran te unos poco s años  en l a ex
sión genera de la vida comerca que, mucho más tarde que en a
ayor pae de archipiélago, sacó a Bai de sigo x v y de negara y o
todujo en e sig o xx y e Binnenlandsch Bestuur. Sin duda, Hems es
y peciso cuando dice: «Tenía mos pocas  eaciones sociaes con os
neses
n aentar; en visitas».
reaidad, 1 3vi4 vían
Perodeeuna rmadetanKuta
impacto pobry de
e que
a d cmente
expansión copo
ecial en genera en  as v idas de todas estas multitudes no vsitadas no
ó de ser pr ondo y, medio sgo más tarde, con e l fna de puputan,
oucionario.
Para los señores que l o «protegían» , Kuta er a un a uente de tribut os, de
s paa decorar e Estadoteatro. Para os mercaderes que la visitaban
 e pezón por e que se podía succionar a substancia de país ta
o, en e sigo xvr, un navegante portugués poco ceremonioso descr
 os p uertos de comercio de Java, comparand o  a s a con una cerda .
A ange, que tenía «en su naturaeza más de audaz vkingo que del pru-

te comer ci ante» , 13 le confrió a opotundad de jugar a Lord Jim más
n tarde especto a  a mayo pa rte de resto de archip iél ago . Pero, para e
negar como ta, era e pincipio, o mejor dicho, a mitad de fna. Como
araja y, como en mucha menor medda, Kasumba, Kuta ea e
 ngenioso voorloper (el que a an a e terreno, e que prepara e cami-
 de a erza poí tica a Eur opa disraeana 1 36 a la cua se iba a ren-
   Viejo Orden, después de haber resistido ante e Isam, a Co mpañía
  ndias Orien taes y e colon iai smo de pantación .
 mpacto de Kuta sobre a pobación genera tuvo ugar tanto a través
   mpicación de os nativos en e msmo trabajo de puerto como a
 s de a propagación por todo e Bai meridona de o que sóo se pue-
 amar, para evit ar otros tér min os más cooquia es, «e Espíritu de Co
co».
1 26 NEGARA

Muchos de los balineses que estaban envueltos directamente en el tra


bajo del puerto eran mujeres. 1 37 No sólo contaban y enristraban los kpngs ,
también se es confaba -«bajo una cuidadosa supervisión, naturalmen
te»- la medida y el pag o de los productos llevados al puer to por los comer
ciantes locale s. Y aque llos comerci antes que no eran chino s omo er an
la myoría de aqu ell os de cuy o tráfco se encargaba per sonal mente el pro
pio Helms- eran mujeres, una cuesti ón sob re la que inclus o es más elo 

cuente de o habitual:
Mientas [es decir, durante l desayuno de Helms, ya que está describien
o una jornada completa] retahílas de ponis han ido convergiendo hacia
nestra fctoría desde distintos puntos del país, tansportando cada uno de
elos cuatro cstos llenos de poductos de la isla. Cada pequeña caavana es
taba a cargo del propietaio, habitualmente una mujer, y entonces ya se podía
dar por empezado el trabajo diario; hacia las siete todos estaban tabaando.
Medir, pesar y empaqueta ean actividades que se sucedían con apidez, y
largas hileras de caros transportaban bolsas, frdos y barriles hasta Ja orila
del mar.
Pero na rama más excitante de nuestro comercio era el tato con carg
mentos vivos( ...)Cuando se dba Ja orden de caga uno de estos navíos b
cos anceses de animales procedentes de isa Mauicio, «vedadeas acas de
Noé»], sólo se necesitaa envia, con unos pocos días de antelación, alededo
de ua docna de damas balinesas -ue actuaan como nuestas agents e
tales suntos- y, en el día acodado, Ja playa cercan a al Jugar donde pe
maneía el bco apaecía abarotada de un númeo de animales que supera
n vas veces la cantidad deseada, de ma que entonces se ectuase a se
leccn.
E potagonismo de las mujees en todas estas tansacciones ea un rasgo
peculiar de Ja vida balinesa; pero sus capacidades en los negocios justicaban
Ja conanza de sus señoes y de sus patones( . )y cuando se tenían que pe
parar emarques de animales vivos, se requera cieta discecin para disti
bui las partidas ente nuestros amigos a su satisfcción
Cuando llegaan media docen de mujees, cada una con un séquito de es
clavos ue en tales ocasiones llevarían oendas popiciatoias sobre sus ca
bezas, en Ja rma de cestos de deliciosa uta, resultaba dicil guarda las
oporciones d ma que todas quedaran satischas Aquí, po eemplo, está
na pequeña uje, goda e insinuante, a la qe solemos llama Anak Agun g,
iatura del Grande» [de hecho, es n título noble qe quiee dcir litera
mt «Gan Personaje»] s la esposa de Gusti Mate coectamente, «Mad »;
«Gsti es también n títlo triwangsa]. n noble de rango Ha hecho mchas
milas esta mañana con sus ponis y sus sirvientes, y quiere contrata Ja ntreg a
de un cieto nmero de bueyes y cerdos, por no mencionar innumerabls gn
sos, patos y aves de coal. ¿Cómo se pueden resistir sus ruegos? Pero, por otro
lado, está eme Kingtang, una muer delgada y alta, qe, lamento decir, es
adicta al opio, po qe deende con energía ss lagas relaciones de neocios
ANATOMA POL  TICA: E L PUEBLO Y EL ESTADO 127

mientras una tercera grita que la última vez sus bueyes fueron rechazados en
vor de los mercaderes de su hermana.Y de esta manera, a discusión sigue y
gue.
Posiblemente, en esta coyuntura el señor Lange haga u aparición cuando
odas ellas, a coro, apelen a él, quien, lo más probable e que, con su brusque
dad habitua, conienta en quedárseo odo, con gran embarao del desartu-
nado empleado que, cuando llegue e da del embarque, se encontrará con que
iene en su manos dos o tres vece más animales de los que el barco puede
aguantar, y sin aber qué
irones. Naturamente, hacerestá
la playa conrepleta,
el reto.y Con este día
el mugido delllega la guerra
ganado, de los
los chilli-
dos de los puercos y el cacareo de los gallos, mezclados con los gritos de o
nativos, componen una escena en verdad muy animada.138

Pra entender a propagación más á de Kuta de  perturbación de la


 ue el ente de onda durante quinc e breves año s, resu ta út i mirar de
evo hacia T aban
á banco», n, donde eycome
sino «marilo», no sercicentraba
o exteoennounestb e n mandeosade un
ndedero
s, sino en un contadurí pacieg tierr arriba.  
Desde agú n moment o pote rior a 1 88 0 hasta  a l egd de os hol nde
e en 1 906, e je de os subandar de Tabanan e un t Singkeh Cong.
no nacido en  China , Cong vivía a diez millas  nort e de la capita,
 s proximidades de as tierrs ats cateras, siendo el dueño de un
n compejo de residencias, patios, cobertizos y amcenes, todo dis
eso a  maner d e un casa re bin es , y  amándose de hecho «Jero
eh Cong» (véase mapa 3) . 4 Terrateniente tanto de ctales como de
zes regdos, cabez ofcial de  ya entonces bstante grande comu-
d china, nftrión periódico de grndes ceremonis, ceebrds en el
oso estio sincrético n pte sinobudist, en pate hindobainés
e odavía cracteriz  os chinos de a isa, y patriarca patrón rode-
 e un ejército de hermnos, esposs, primos, sirvientes, empedos y
eres, er un príncipe mercnte, y no simpemente en un senido
rico. Mucho más que Lnge ue quedó como un venturero de
, Cong ue un pod er en e Estado.
Formmente, Cong ocupab su crgo de subandar  instncis con
mente de os reyes supremo y segun dón, Gdé y Klr n,  os cu aes
 b un grn rent  nu . Es i mposibe veriur h oy en dí cuán gran-
 r, en cis preciss. En primer ugr, no er exctmente un asunto
co (« Te metían en un saco y te echban  océn o por hcer preguntas
  és», dijo uno de mis inrmntes). En segundo ugar, de hecho no
128 NEGARA

ea una cia precisa, dado que era el resultado vaiabe de cicunstancias
políti cas y come rcia es i ntercone ctadas. 1 4 1
Esto no sólo era ve rdad respecto al tamaño del pago, si no también res -
pecto a su destinac ión. Aun que e n teoría e pago se hac ía a Gdé y Kara n
en tanto que «propietarios» del reino comercia, de hecho, se distbuía en-
tre las casas de la línea re al e inc us o, en oc asion es, entre casa s cl ientes. Y
esto no se hacía de acuedo con algún sistema fjo y reguar de divisiones,

una carta establecida


competición de derechos,
del Estado teat ro. sino en respuesta al tira y aoja de a
Siempre que un señor emprenda a celebación de una ceemonia,
peda una cieta contribución al subandar, una demanda a cuenta de la
obligación general de este último. Los ctoes que determinaban cuánto
conseguía un demandante concreto en un momento concreto y con un po-
pósito concr eto, eran mútiple s: el es tatus mal de seño, su eza polí -
tica real, su registro previo de soicitudes, las demandas simultáneas de
otros, el Estado de negocios de Cong, los accidentes de a histoa inme-
diat a; todo eo tenía su pae en e resuta do fnal . En cualquier caso, la dis-
tribución no era un proceso administrativo, sino poundamente poítico:
un popio
el procesoCong
en el era
queun tanto
part icienpante
os activo,
puri y )ero eales, como en el suy
bastante directo y l ejo s de est
mal posicionado.
En realidad, el aendaiento de Cong, ás que darle e monopolio
del comecio en un sentido estricto, le poporcionaba e medio de conto-
ar los c anales a tra vés d e  os c uales dic ho coercio  luía hacia y desde
Tabanan. En tanto que ciente de Gdé y Kalan a segunda era, según
todas las ente , a casa más ica de dadia real, es taba pro undam ente
impicado en e mencionado táfco, con docenas de agentes, una gan
pl anti a de cu íes, a macen es despa amados p o el pais aje y demás. Peo
sólo era el subandar de mayo peso, no el único. Otras casas de la línea
rea tenían a su propio chino ba j o contra to. Y no eran sus agentes todos los
comeciantes, ni siquiera la mayoría de eos, que, abiertos en abanico ,
«peinando» el terri torio, c ompaban bienes de exporta ció n o ven dían p o
ductos importados aquí o allí. Algunos de ellos eran impotantes rivales ,
inc uso candidatos a re empl azarlo; y esto era así puesto qu e la com unidad
china no ca ecía de una política pr opia. B asta nte po r encim a de sus activi
dades  ercantie s, lo que elevó a Cong hasta su posi ción ce nta en la vida
comer cia de Tabanan ue el decreto pr omu gado po e ey, según e l cu a
todo el tráfco de los dos prin ci pal es artícu lo s caé, por e lado de la e 
portación, opio, por e de la impor tación tenían qu e pasar a tavés de s
establecimiento 142
Todo el caé bien cultivado directamente por los chinos, bien, c o
era más ecuente, comprado a os campesino s balineses se tenía q u
ANATOMIA POLTICA: EL PUEBLO Y EL ESTADO 129

transpotar primero a ero Cong. Sólo después de que Cong lo insp ecco
 ra, Jo pesara, Jo registraa y Je cargara los impuestos previtos, po día el
aé transpo do a pie por cul íes que lo l levaban en cesto s equ il ibrados
sbre Jos extremos de una v ara apoya d en los hombro ini ciar su cami
o hacia Ja costa, directamente al sur de la capital. Desde allí s decr,
esde Ja playa , ya que a llí no había ningú n pueo, se tra nspoab a en pe
ueños botes, bien las diez millas dirección sureste hasta Kuta, o bien, más

 menudo,
 el mapalas1 ),treinta dirección noroeste
para embarcarlo hacia e hasta embrana
l extranjero.  43 (es decir,
Para Negara
el opo, el ro
eso er a el mi smo, pero inve tido. Fuera quien ese q uien l o import se, se
trasladaban las cajas desde Ja playa a ero Cong, donde se pesaban y de
ás, paa que luego sus propietarios se la s ll evaan con el ob jeto de vend er
u contenido al detall e.  4

As í pue s, a pesar de su loc aliz ació n tiera adentro, y a pesar de ls pro
ndasenimplicaciones
eba de ero
de edor suyo, su director en el tráfco
Cong tambié ambulante
n era un que remoli
pueo comer cial : un Ju
ar dejado aparte, a través del cual se bombeaban los atículos valiosos,
cia dentro y hacia era del país, permitiendo a los señores pa icipar en
s benefcios del comercio sin tener que practicarlo personalmente. Lo
ue Lange hizo pa ra Jos señor es de B adung los hizo mercantiles s in ha
rlos mercaderes, Cong lo hiz o para Jos de T abanan .
La princ ipal dier enc ia era que, en los tie mpos de Cong, el «Espírtu del
mercio » había penetrado tanto en el sur de B ali , que co nfnarlo en Jo s l í
tes de un enclave extranjero se había conveido en crecientemente di
l . Para el cam bio de si glo , había vended ores ambulantes de oio mu-
s d e ellos balineses en tod os los pueblo s del reino, y en las área s
eteras creció la concentración de compradores y el tráfco se volvó -
l . Tejer, en tiem pos una artesanía especia li zada, se convrtió en u  cti 
 d muy extendida ; e l algodó n necesario para p roveer a los telr m
ó a ser cultivado en Krambitan; y varias aldeas pobres e tir del
  este de Tabanan se transrmaron cas  por entero en vendedor  mbu
 tes de ropa. 45 El mercado de la cpital se transrmó en un sunto co
a no. Y aunque las m ujeres bal inesas c ontinuaban esando en l a plaza,
 p ezó a ser dominada por bugis y javneses que se grupron en una
u nidad r eside ncial la Kampong Jawa mencionada anteriormente,
 da justo por d ebajo de el la . Algun os de los ch ino s, a los que ronto se
eron un árabe y un «bombay» s decir, un ndio musulmán, leva n
n tiendas permanentes entr e el área del mercdo y Ja «aldea javanes a»,
130 NEGARA

dotando a  J ugar de un distrito de negocio s. Di nero de as Indi as Orientaes


Hoandesas, «rngts» de plata empezaron a circuar junto a os kpngs,
desplazándoos progr esivamente, sobre todo en as transacciones de mayo
tamañ 
Es emasiad o s impe decir que e ancien régime bainés se colapsó
porque e comercio se había expandi do a una esca a tan gande que as
instituciones comer ciaes del régimen ya no ean capaces de dominar o .
Otro s motivos estaban en marcha , otras  uerzas estaban comprometidas .
Peo a y a go si mbó icamente apropiado en e h echo de que e pet exto
para a destr ucci ón de os nega de Bai meidional fuea una serie de
saqueos por li bre de bar cos mecantes vaa do s, saqueos que os señores
ni podían detener , n i podían contoar pe sonam ente, ni podían a en -
da  ni a vikingos d e pa so ni a mandar ines hechosa símismo s Paásitos
mutuos, e señor y os subandar, e negar y e puert o comer cia , e e s
pendo poítico y e aisamiento comercial, todos eos desapaecieron
juntos.

NOTAS

l . N de t : Se entiende «pueblo» en el entido de «lugar habitado, núcleo de pobla


miento», no en el sentido de «etnia» , y sólo par cial mente, de  rma derivada , en el sentido
de «estame nto o acción socia l» . Geer t utili a el término vilage -propiamente «pueblo
[l ugar, no etnia]» para traducir desa, término poliémico y policético qu e expresa más
bien algo así como « ocieda d rural» puesta a la « sociedad palacie ga o estatal» del ne-
ga más que «pueblo» en el sentido locativo; de ahí l a posible traducción de «poty ru
ral» por village pt y. Sin embargo, como señala el autor, el nega precolonial no era una
sociedad urbana -inexistente en la isla, con la excepción par cial y cosmopol ita de Si nga
raja, con lo cual, la traducción de da por «sociedad rural» podría conundir al hacer
presumir flsamente el carácter urbano de u opuesto La posibilidad cierta de utiliar las
expreiones «comunidad campeina»  «omunidad plebeya» parece desaconejable, dado
que el autor no r ecurre a ell as en este context o y dado que im pl ican términ os muy connota
dos y bastante demarcados en antropología
N de t.: El problema no acaba aquí. Geert utiliza la palabra hamet «aldea, ca
serí  poblado»- para traducir banjar inst itución propia del ámbito desa que se encarga
de l etión de la vida pública, es decir, imilar a «común, concejo», incluso, «unici
pio, y relciondo con el aspecto más espacial del términ «pueblo», vinculado más o
meno  a idea de «vecinado Curioamente, tanto en in glés como en cat el lano, «pu e
blo» e una acepción general de nleo de poblamiento por «debajo» de la ciudad, mien
tras ue «ldea» viene a er una pueblo pequeño, particularmente cuando no e autóno
mo, es decir carece de ju risd icci ón propia , de parroquia  , aunque mantiene un a cierta
dis tinción esp ci y cotidi ana. E sta ca racter ística h aría preferib le la palabr a «pue blo» a
la palabra «alde a» , dada la autonom ía de banjar balin és; otros térm inos com o «comú n ,
«l ugar» o «vi lla» aún erían menos satifct orios. Sin emba rgo, por un lado , la uti iza ci ó n
de los corres pondi entes adjeti vos y períasis - «pueblerin o», « de pueblo» - está tan
connotad  peyo rativa mente en cas tellano -un conn otació n que refeja parcia le nte l a
ANATOMI A POL I T  CA : EL PUEBLO Y EL ESTADO 131

ació n entre negara y desa, pero tergiversan do un tanto sus trmins que su uso dbe
esurarse, complementándose con los derivados de «aldea», aparntemente más neutros
y n cierta rma más de acuerdo con el texto de Geertz curioamente, en inglés, resuta
i íci l derivar ad jetivos de la p alabra amet, o cual podría fundamentar rmalmente a
i tinción semántica estricta establecida por Gee rtz -viage por dea, amlet por ban
jr , pero de ninguna rma puede justificara ni imponera n una traducci ón a oro
 io ma El dilema de traducción no tiene ouciones evidentes y se hac necesa rio jgar
n as extenines de ignicado, connotaciones, polisemias y homonimias propias del
ellano, aclarando cuando sea necesario a opción escogida, sin dejar de respetar as
ci iones de Geer tz
2. Dorpsrepubiek signica simplemente «repúbica aldeana», «pueblorepúbica»
e el texto extremadamen te influyente d e Goi ( l 960a) en Te Reigious Chacter f
the Viage Communi ; este te xto es el resumen clásico de la visi ón sobre los pueb ba i
es seg ún la cual «puede asumirse como gener alment e conocido e hecho que e pueblo
ma una unidad ceada y autosuciente una república, tal como la ha lamado apro
damente Ko» De todas rmas, el tema e puede hallar en prácicamente todo s
abajos del per íodo colonia sobre la vida en Bal i  Vanse especialmente Ko rn  93 3; 1 92 ,
gs 75 y si gs Lase una visión alt eativa del pueblo bali nés e n Geertz, C ,  959; 1 964;
y. en el prese  te texto, en la pág 75
 del t: El término Dorpsrepubiek, «república aldeana» o «pueborepública» al
o de la expresión más empleada de «iudadEstado», ha sido tomado por Geertz del
oandés Má generamene, la palabra dorp (que existía en ings antiguo en la rma
r) ha sido adoptada en ingls, particuarmente para designar os pubo hoandeses y
 pequeñas ciudades en Suráica
 La expre ión «comunismo patr arcal» ha sido to mada de Covarrubia, 1 956 pág 5 7
uri osamen te, e  udalismo de la arist ocracia hindú só lo se super puso sobre el comunis
o patr arcal ba lins, y s iglo  de gobierno f eudal no han podid o dehacer la independe ncia
rada de las com unidades de los pueblos » La suya es l a exposició n más decada de la
ía de la dorsrepubiek; para un vívido tratamiento novelístico, basado en ntes acad-
ias holandesas, de las relaciones desanega en estos términos, vas e Baum,  937 ; so
 una visión de la organización estatal balinesa (paiculente de Lombok) como un
potismo «de conquista», «no hidráulico» aunque la tesis no resulta mucho más per-
 iva qu e la de e te últi mo, véas e Van der Kraan, 1 97 .
4. La prncipal excep ción , y bastante parcia , era Singara ja, en el nor te de Bal i Pero
  í, el desarrollo urbano era un relejo de desarrollo de la economía comercial del Mar de
Jva y era protagonizado sobre todo por no balineses: bugis, chinos, árabes, javaneses, ma-
o y otr os (véase la pág 1 20 del present e texto)
5 N de t.  La pala bra «provincias» es una tra ducción li bre de outlier, literamnte «o
 está, permanece, yace fera»
 Nuevamente, el principal arquitecto de esta teoría es Korn vase, por jempo,
n, 1 93 2, págs 78 , 93, que par aaseo en mi br eve resume n Tambin otra v Gors
  a) la uti liz a de rma l ibre y, otra vez, muc ho meno sut il, como i ura un he-
 etab ecido en l ugar de una hipótesi s altamente especul ativa y, por lo que y puedo ver ,
no emasiado bien apuntalada En el resumen de Swelengrebe ( 1 960 pág  2 sobre la
 ura bali nesa , nuevamente es prese ntada con el m is mo aire de ce rteza y con a m is ma l-
  e evidencias que la sost engan Vase Van Stein Ca enfel , 1 947 1 94 para un ejemplo
  iculente vívido de un intento deses perado por cua drar os hech os conocidos  de
   xvm XX
 ona a
ción conocidos de invocan
de dorpsrepubiek, la estr uctur
do ea políti ca de Ba
imperialism i duran
o javan éstecomo
los iuerza
gos re constructo
y con
ra de manera haro sim ila a có mo Krom ( 1 9 1  i nvocó en su momento un im erialism o
132 NEGARA

ind ara Jaa a oneión a modo de apanage de la organizaión ocial rural en
a rego nes de iera baja» ambin e alla r eumid a en Laning , 1 977 , a 2. Así ues,
no on sólo lo ainees uienes surben e  mio de Majaai» 
7 Véae C eez, l 96 3b , págs 8590 La neeidad d e una des rición esuemáia
en el rsene eo e imoib le haer juiia , siu iera a roimadamene, a los dealles
de la org nizaión de o ueb los balin ese, y ariu larmen te a u ariedad. Pa de ri-
ciones y análii  m eensos, vane eez, 1 959, 1 962, l 963b, 1 964; H Geez , 1 959;
eerz y eez ,  975 ; Hobar, 1 975  Nueamene la erminol ogía aría amlamene y
nueamene e empeado la ue es habiual en Klungkung
8  diereni a del si ema nega aerado radialmene or la inurión direa de
o olandese d esde 1 906 (ase onlu ión, noa 2 1 ), el ssema desa no ha ca mbiado
uo ded e el iglo XIX aa el día de oy, al menos en relaci ón on auel lo aeco ue
auí e diuen Así ues, el uso del iemo rero no debe ser nerreado omo un in-
diado de ue lo enómenos menionado b en han deaarei do o bien e han ran r-
mado coniderablemene, algo ue rosso modo sí uede hacere con mi descción del
ado balné 
9 N del .  reciamene esa aceión de «civilidad» como urbandad» es la ue
eoge la Rea l ademia (juno con ora en desuso ue sign ica  miseria, mezquindad,
groería») l uo ue ae Geerz uadra m on la exresión caráer cvil», pero
oneramo e rmin o ue él ei ge, ya que alara u se mánica eseí ca en el roo
eo.
10  e l   Ciize n «ciudadano», de donde «iudadanía» n el sendo de «su-
jeo de dere o y obligaci ones debi do a su inegrac ión en una u nidad olíia» , concepcón
esablei da modernamene a arir de las eperien ia de las revolucion es americana y an-
esa del iglo xv111.
1 1  Un uso imil ar de kma arece enconrare en el viejo exo javans, Kidung Sun-
da en la a balakma (bala, «ejrcio»), on el signfcado evidente de «soldado»,
guardias» (véas e onda, 1 952,  ág 305 ) Lo am esnos ja aneses mode os uil zan a
menudo la labra e n di o senid o, y, al vez en re ello s, «Pak Kama» ea el vocablo más
omn equable al Jon Doe» de los noreamericanos
 del  .  «Jon Doe» u inveroímil raduón leral es «Juan Cierva» o «Juan Co-
neja» es un esereoip o reri do al noreameri ano medio com o lo e «John Bu ll » ene
lo inglees
12 La subak e diuida in exenso más adelane (ase apíulo 3, «La olíica del
reo» ), do nde se deal lan las re erenca aroia da
 del t : Se prefere «soiedad de regane» a «soedad de iigacón» or irrigaion
siey ano or razone eia omo or lo omn y ajusado del uo de la rimera x-
reión en asellano En razón de esta raduón, se onede un anto arbirariament
un ero  emenino a la ereión ernáula subak, emleada a menudo en el exo
  del . Ea expr eió n, banjar yh o «aldea del agua», reuerza la imreión de
ue  duió n de aldea» or bajares n sufiene y ue semejane é rmino n luye ac 
ione e en asel lano reui eren o ra al abra omo «one jo» o «om ún» 
 N dl  La ereión oadía de amesino s» se a ree rido a su oibl e aler
naiva ompañía de ameino s» ara raduir company ofpea san s Una de las aepcion 
de la rimea e refere ecamene al sgnfcado en el eo, mejor ue el más genro
«omañía» o inluo «emrea» muy enrado eonómiamene Aun así, e eide n
 ue oda ea palabra  oada», omañía», emrea» ) ienen aepones y on 

noaelione
ara aodiina
de «oradedía»)
u muyue
comn omo
ueden a nto la de «ermandad
oure er la radu on movo
i ón, omo cireligiosos»
li ar el  n 
erambio de exreiones en ano ue inónimo
ANATOMIA POL  T  CA : EL PUEBLO Y EL ESTA DO 133

1 5  Los ocablos a lic ados a la congrega ción del emlo e ran, y son, más ados qu e
 alicados a la aldea o a la sociedad de reganes En algunos caos, pemaksan indica un
ruo de algn io de culo olunario, más bien que el de  io obligaorio que se discue
quí. Sin embargo, enre los muchos rminos emleados ara la congregación no oluna
a de los «resemlos» que aquí nos ocua, quizá pemaksan sea el más com ún, siendo
demás muy a mliamene usado como «gru o de culo» uro y si mle ara esa últi ma de
nció, ase Kusuma, l 956a
16. N. del t  : A arir de aquí, se roduce un cambio l lama io en el iemo ver bal . Ée
 de mayor duración que algunas aleancias aneriores. Cabe recordar que odos esas
b igüedades, que he reseado, habían sido anun ciadas de alguna rma or el auor cuan
do comenaba al rinci io del caíulo la eriencia y l a acualidad del «s isema dea» en
ara ción con el « s sema negar».
1 7. Ha habido algunos inenos (or ejemlo , Goris, l 960a) de emlear agama «ex
 reli goso» como el equialene  ncional en Bali de hukun (es deci r, «ley musul mana »)
o, n cl uso, del derecho canónico medieal en Euroa. Pero se mejane uno de visa no ie-

 lugar en el ensamieno balins, en el cual agama signifca simlemene los asecos


 direca mene religioss s decir, sacros  de la adat (ase C Geer z, 1 973e ). Real
ene, el conase hukun-adat no se maniene uniersalmene en el reso del archiiélago,
pecialmene en Jaa, que, aunque musu lmana, coniene grandes  ragmenos de oblación
uya conceción de la naurale za y del lugar que le coes onde a la adat es má s arecida a
 de los balneses índicos que a la noción roiamene musulmana de la que broa Vase
 esecto C. Geerz, 1 960, esecialmene are 1 . Sobre la le y índica en el sures e asiáico
d rma general, ase Ho oker, 1 978 .
18.  del t. : En la ra ducción de hamlet council, se ha rerido o r su mayor l exibi
dad el rmio «onsejo» a los de «concejo» o «ayunamieno», no sólo más connoados
luralmene en Occidene y en Esaña, sino imlicando n su aceción de órgano de
ó n o gobierno una selección mucho más resricia e el re cluamieno de sus miem
os E l hamlet council al que se refere Ge erz se are ce más a una «as ambl ea de los cabe-
 de mil a» , ero esa r aducción se aleja mucho de la exresión emleada o r el auor;
o ora are, la exresión «asamblea de la aldea» or no hablar de «asamblea munici
  uede ll ear a conusión, sugiriendo eón eamene la ar iciación de odos los ha
anes de la aldea.
 9. El n mero de araciones es rácicamen e infnio y una buena e de la en o
a balinesa ha consisido meramene en su recolección. Vase aricularmene Ko,
 9 2 un olumen de seecientas áginas rincialmene dedicado a la omilación de di-
 ariaciones, desorde nado, descon rolado en sus roorciones y en su diso sició n, ero
nífcamene deallado y uo de inesigaciones cuidadosas
Véanse a c ontin uación algu nos eje mplo s de las materias m enci onada s en e l texto . Al-
 os consejos o as ambleas de aldea i nclu yen a todos lo s hombres cas ados , otr os sól o a
 que tiee n niño s; en algu nos, los hombres se reti ran del consejo c uando en tran sus hi -
jo s, en otros, cu ando muere su mujer, y aun en otros cuand o son el los mismos qu iene s
  en. Alg unos «carg os» ([N. del t ] de ofcer, comillas del tra du ctor) de la aldea so n
   tivo s, otros so n rotatori os, otros s on designa dos por lo s anteriore s ocupn tes de l
  o, ot ros son heredad os; tamb ién varían am pliam ente la d uración y la recom pesa
   aracte riza n al e jerc icio d e dichos carg os. E n alg unas aldeas, la s multas lleg an a s er
 d adera mete on erosas, m ient ras qu e, en otr as, s on ta n suaves q ue result an in efca -
ce s ; y, entre amba s, pueden en contr arse todo s l os esta dios inter medio. En tre p emak sa n

Y pe m aksan aparece l a m isma g ran varied ad e n asu ntos , co o el tiemp o que se debe es -
r para enter rar a las personas tras su m uerte, el tiempo q ue los m iembros de un p e 
   an permane cen polu tos -sebe/ - tras u na muerte (as í c omo las i mplic ac iones de
14 NEGARA

d a oluón en as atvi dades so ial es; en algu nos asos también exste un erí odo se
be/ tras el matrmono véase Ko, 1932, pág 1 8) o lo días de trabajo que deben
aortar los membros de la aldea ua ndo uno  eva a a bo un esetáuo de in neraón 
En algunos uebo o triwangsa deben audr a las stv dades d el templo, m entras qu
en otros s les pro íbe aerlo; n otros, se s entan en los o nsejos de l a ald ea; en algunos ,
e les de n ex gr oblg aiones r elaonadas on trab ajos úblo s; en otros, n o; y en al 
gunos sitios se es reonoen varios dereos suntuaro la onstruón de determ
nados stilos de ver ja  el enteamento en un ementero dife rente et  qu e en otros s
le s niega n En al gunos ueblos no deben aers e vasijas, en otros se pro íbe teñr de azul,
en otros no se uede ha er vino de aoz; en a gun os, e  onsdera que e  mar o o onta
mna a a pemaksan, y, al menos en un ueblo, no se ueden rar abras (Korn, 192
págs 882). Y or lo que re eta a lo «ten  smos rituales », l as dif eren as son
inaabables, yendo desde rátas dvergentes o oasón del namiento de gemelo
(Beo, l 970; H Geertz, 1959), asando por la frma y la duraió n de los stejo de tem 
lo (Belo, 195) asta la li sa y l lana r ohb ó n de erto s rituale (en una aldea qu e estu
dé la mosa danza d ramáta Rang daBar ong [ Belo, 1949] estaba robda omo orta
dora d mala suerte; y or lo que die n, en alg unas aldeas no ueden toar ni las orque stas
gaman ([N del t  Préstamo lngüístio del javanés al nglés gamel, «manejar, mani
ula>  que desgna a unas or questas r n ialmente de  erus ón y a un n strumento pa
reido al xilófno) De toda s rmas, la l ave es que, aunque ada pemaksan diere de to
dos los demá  , a meos, d e todos sus veinos en algún as eto del adat, en l
interior de un msmo pmaksan existe un omleto onseso, indendientemete de lo
grande o lo ontreñdo que sea
Para ejemplos de onstituoes esrtas de desa adat aw ig awg desa ada véanse
Geert y Grtz 1975 ágs 182-195 (n ejem lo de onsttu ón real, verdadera); Sudha
na, 1972 (ua re omos ión modea)
20 Realmente, exsten más términos ndígenas utlizados omo equvalentes de desa
adat, indicando todos de una u otra frma la idea de esaio santado: perbuman we
wenkan ds bum  um pe/asan paya kuhum (véase Ko 1932, ág. 8 véase tambié
Ko, 193 ág 26 ) Como se ha señalado anteror mente, el roo térmno desa, n adje
tivaón, se reserva para todo el omplejo de agruamientos loales y, de eo, es utlza-
do de manera más ben vaga y diversa ( [N del t ] la traduión rouesta or el autor de
dsa or «ubl» omarar on la idea de banjar y on la alternatva de «aldea del
agua» of eida a ra denominar a soiedad de re gantes  no le aree satisfa tora ni al
ropio autor y de aí los omentaros sobre esta vaguedades y dudas que aen ráti
amente mosible una traduión unívoa). Sobre este roblema, véase C. Geertz,
1959 Extraolar stuaiones resentes al asado, nluso a un asado reente, es una
empresa traionera, ero no veo nnguna razón ara reer que el ontorno báso del
sstema pueblerino del sglo XIX fuese dstint o del d e medados del sg lo xx y todas las
evdenas fra gmentarias que tenemos sobr e a organzaión de los uelo durante el
sgo pado areen aoyar eta opnón (véanse, or ejemlo, Van Sten Calenfels,
19478 Van B loemen Waanders 1859).
21 L  ta, u na rmula balnesa estandar zad a, a s do ext raída de Lenk, 1927 
ág 230. «ertenee» no es la mejor traduión en este ont exto, dado que no se trata real
mente del neto de «roedad» en el sentdo odental (véase más adelante ág 223) 
22. Habtuamente exste un unonario je ([N del t  traduón de la expresió n
rouesta or Geertz, ofcial head, ese a que sus omentaros posteriores tiendan a de

sautorizaradat
bendesa su proa
no eseeón) de toda
de ninguna de lasamaneras
undad un
Este«jefe
ombre llamado
de ueblo», sino muy a menudo
el rnpal e 
erto en uestones del adat, la persona a la que se drgen as preguntas sobre el proed
ANATOMIA POL TICA: EL PUEBLO Y EL ES TADO 15

 iento adeuado ua ndo exis te alguna duda. A demás,  ada uno de os tre s temp los tien e
 rito un saerdote propio -pemangku- que es responsab e de dir igir las actvi dades
 eremoniales pr esritas p ara ada templo Este saerdote de templo n o debe ser c  fndido
 o n el sum o sacerd ote brahma na (padanda, pandita) m en c ionado ante riormen te ; de h echo,
ual mente es un sudra y nuna es un brahmana
23. Para el nega omo una «omunidad onsuetudinaria» at véase m adelante
g . 225
24 N. del t : «Otro Mundo» es Ja expresión que pretende reproduir e Underl
il izado por el autor literalmente «mundo subteáneo», pero reerido en onextos omo
te a los muertos Traduiones reuentes omo «averno« o «infeo» pareen inadeua
a a menos que se matien m uho las onnotaione que han ido adquiriendo de ritia
imo.
25. En lo asos en los que l as tres on grega iones de los templos no oiniden total
ente asos má  euente de l o que en oasiones se ha preentad , es la pemaksan
el Pura Balai Agung la que se toma para defnir las onteras del desa adat Pra un ebo 
o gene ral, aunque un tanto exeivamen te regu larizado, del s istema de templo balinés, é
e Gor is, 198. Para una rítia breve pero pene trante del conepto de desa ada  de su re
aión on el bajar, véase Hunger, 1932
26.  del t: La palabra empleada por Geertz es outpu «saida», «produc cn»
y util zada, inl uso en ast ell ano, en estudios de ujos ener gétio  o de inrm ai, así
omo por eonomistas, i nrmátios y no poos ientí fos soal e
27. Para una desripión ompleta de tal tipo de eremonias, lamadas odalan, véase
o, 1953 Compárese on  H Hookyaas [ -Van Leeuwen B oomkamp  1961; C. Hook
aas, 1977.
Típiamente a da templo elebra una eremonia de tres días ada 21 O (o, en el aso
 Pura Balai Agung, que sigue el alendario ombinado solar y lunar, ada 355 días).
o signi a qu e asi un día de ada veinte se dedia solment e al ritual. Además, se
esita al menos una semana de preparaión para ada eremonia. Luego, los balineses
 oupan de una u otra rma de asuntos del Kahyangan Tiga uno de ad siete días,
nque es eidente que el reparto del trabajo dentro de la pemaksan redue  onsi dera 
emente la arg a de  ada indiv idu o o mil ia partiular Para algu nos aspectos de la in 
en sa antidad de «trabajo» (kaa) desa rrollada en los stejos d e los tempos, véanse
 nuevo Belo, 1953; . H. Hookyaas [Van Leeuwen Boomkamp], 1961; C. Grader,
 9
28. Para un ejemplo onreto de estas di spersin y oini denia par iales d e la s ads
iiones de los miembros de grupos orporati vos simu ltáneos, sekas, en un desa balinés,
ae C Geertz 1964. Sin embargo, inluso puede apreiarse en un pueblo tan anormal
(IN. del t ] srci nal, deviant, «desv iado» , «anorma l» ) omo el Tngana n de Ko éase Ko ,
 3), el locus classicus de la teorizaión sobre la dorpsrepublek Sobre el «prinipio
.1  a » (seka sign iia literalmen te «ser omo uno») , la i gualdad de los miembro en el on

xo del grupo del ual son miembro, la irrelevania de esta adsripin respeto a otros
os a los que puedan perteneer, y la preedenia legal de grupos de srcen obre gru
  derivados, éase Geertz y Geertz 1975, págs. 165-166; omprese on pg. 3031,
  -16 6 .
29. N. del t Geez utiliza a modo de ilustraión omparativa los término steward,
hai/ y senescha/, propios de la organizaión administrativa de la monarquía inglesa no
xesivamente bien diereniados, partiularmente e primero y el último, amén de «haber
rrollado» s igni fados apliado uer a del onte xto monárqui y que han sdo ra
 dos respet ivamente por algu nos de s us equivalentes en astellano también disut i
  y variables
136 NEGARA

30 En iero enido, Taban an s f ) es realmene algo así omo una ersión esria de
diha «ns iui ón  Compleada en su rma a ua algo después d e la inrusión holande-
sa de 1906 en Tabanan, no esá laro si es la obra d e un solo auor, que habría exraído y re-
frmula s onenidos de ma nuscrios aneriores esrios sbre hojas de palmera, o si es
una aumaión n reoar de dih ipo de manusrios para el prmer puno de isa,
éase Wey, 1972 pág 85, noa 241 ) Consi e en una genealogía dinásia presenada en
rma de ds urso, en el senid amplio de hisora mil iar, del dadia di rigene de Tabanan
 batur, el éino eleado para dadia- y de algunos de sus dadia aliados o lenes,
además de ser la róni a de diersos eenos oneados on varos punos de la genea logía
Aunque lejos de ser sisemáio, e  orden general sigue los reinados de los reyes de la l ínea
nu lear: allí do nde resu la apropiado se les adhie ren los disti nos aoneimienos y aque llo
que e ree re a las l íneas aliadas
Las seiones más iejas remonab an hasa Jaa los orígenes del primer re y de la ínea
nu lear de Tabanan, es deir, hasa Airla ngga, rey de Daha en 1037 Se remonan hasa él
los marisale s de ampo ([N.  t.] expresión u iosa e mpleada por el auor,  ,
que reuea al  marshal «marisal de ampo», hoy asimilado en oasiones bien al
je supm de ejério en agunos países, bien al general de disión del ejério espa-
ñol, pr que no se uili za ni en inglés ni en español) de la inasión de Bali por Maj apahi
en 1 334 os llamados «Arya» ([N.   t.] el apelatio no puede dejar de evoar la rai-
gamb ulura india de Majapaht una leura biológia, o inluso énia, pareería
bien desaerada, aunque la eimología podría ser más engañosa de lo qu paree a
prmea visa ; ale la pen a ecor dar, de o dos modos, q ue, dejando aparte e pos ble si g
ncado pr imige nio o no om  enónimo, «ario» ha sig nifiado en la Ind ia «noble , «de
bue na una») , as omo se desri be la  nasión y la ad jud iaión de las d isin tas p aes
de la sla entre ellos au nque el los en persona mantuieran su residenia en Sampr agan
omo «misros del inerior») Arya Keneng, a quien se le asigna Tabanan, es por lo
ano onerado el undador de su línea real A ees, omo en la geneaogía de Den
Banas oecida más adelane, se onsidera «iniiador» de Tabanan a oro de los maris-
ales de campo, Arya Damar Otras eces, se represena a Damar y Keneng omo una
soa persoa Las res ersiones se encuentran en el Tabanan aual, pero, apare de a-
gunas diencias en uano a las preensiones de estaus en el ámbio paninsular, la
uesión no par ee ene r mucha i mporan ia  En ual quie r cas o, se estableen di ers os
derehos sunuarios para la línea real, espeialmene los reaios a la inineraión, así
omo el esa us relai d e la l ínea en Bal i
Las secciones siguienes desriben a su ez la ndaión loal de la línea y el esable-
im ieno del puri de Tabanan propiame ne diho bajo un a Raja S ingasana Se menionan
arios di rigenes aneriores, habiuamene on el íulo de kai, así omo algunas diren
iai ones loales omple jas , rmaiones de nuea s asas, e  Se desriben alguna s gueas
empranas, espealmente on Mengwi y Penebel, omo en el aso de la rmaión de la
asa Krambian, prm ero mo un pemadé un «rey segund ón , éase la noa siguiene  ,
y má arde omo una línea independiente, aunque aliada
La eio nes nal es uena n a su ez ómo el Esa d de Tabanan reibió su rma « 
nal , in l uyendo ómo se esableó la asa de Kalra n omo segunda a sa dirigene, ómo
se frmó e abanico ompleo de asas onoido en e si glo XIX, y óm o ouió odo eso a
ravés de un amplio s urtido de inrigas, marimoni os, aro idades, asesin aos, gueas, er e
monias de paz, n i neraiones y demás Se desribe on dealle la inurs ión holandesa y lo
sucdios en auiidad del rey y del prínipe heredero, así omo el esableimiento del ar
go de direor hoandés «al ene de Puri Kalran» y l erdader «n al  el marim o
nio que romp ía on el sisema de «asas , en 1912 de una mujer de una de las asas sup e
rore on un adminsrador risiano menadoné ([N  t.] naural de Menado, ud ad
ANATOMÍ A POL TICA : EL PUEBLO Y EL EST ADO 13

comercial del noe de las Célebes que ha sido la caital administatia de la rovcia in
donesa de Su lawesi) llamado Kame r, que a la sazón ocua ba ta cg o. E l maucito se
acaba desués de uno s ocas notas, ob iamente añaddas , que se ocupan de a ación de
gunas de las casa s más re cientes.
31 Estos maas eron dibujados a arti de  a memoria de lo inrmant e el esbozo
de Tabanan al rededor de 19 es oecido en Schwartz ( 1 90 1 ) ([N  del t ] éase maa d e  a
caital» -maa 2-) y l a existente cas a de Den B atas si gue en osesión de  a geneao
a, muy elaboradamet e escrita y anotada (éase maa 3, del «teitoio», y gua 3). 
ecen dscreanci as, aunque ni ngun a de elas crít ica, cuando se coteja e mateial oceden
e de las tres uentes muchas de ellas aecen deriar sea del uso de dientes nombres
paa di rentes casas -muchos nombres de casas, esecia lmente de las más eriféicas, so
agún tio de toóimos, aunque las casas no se ubiquen necesaamente en los lugaes or
o que eciben su nombre-, sea de direncias de oinión sobe si ciertas casa distantes
etán realmente relacionadas a la línea nuclear. En cualquie caso, la lista de casas es able
paa las casas mayo es, constituyéndose como rincia l osib ilidad de e o la osibi idad
de que dos o tres casa menoes hayan sido omitidas o mal ubicadas sicame Para to
aas de alguno s de los puri y je  de Tabaan, éase Moojen, 1926, láminas 1  33 , 34, 38
45 46
Naturalmente, las chas del eríodo que estoy utilizando aa Tabaan so la eota
de Mengwi a manos de Tabana y de Badun s como el a quo y el saqueo de Tabanan or lo s
olandeses como el ad quem l último florecimieto del Estado cáic. De nueo, el
émio «linaje» se utiliza ara simlicar, en el sentido cooquial, no en el técnico. Así
pues, o hay un témino técico establecido a a el ti o de gos de paien tes que so los
adia bali neses, aun que estoy ensando en rom over bien «indrids» bien «kineages» .. . ¡es
 chiste! Véase Geertz y Geertz, 1975
 de t  En su recurso al humor ara exresar la dicultad de tiicar y traducir la
emi ología de aret esco balie sa, Geez « inenta» un as alabras híbridas a artir de dos
ocetos dis tntos y un tato ouestos de los estudi os de aren tesco: lineage «la je», que
upone ua li ación mil iar rígida, bi en denida y tíica o, al meos, redom antemente
anática; y kindred «ml iares» , térmio que no conlea un tio d e l iación cocret a, sin o
e exresa ua rma de clasica o ercibir a distintas ersonas como ietes en un
etido muy laxo
32 Sobre la cuestión de quién debe se contemlado como el étice ancestral, si
aio (Arya) Dama o Har io Kenceng, éase dos notas ante s ( [N del t  ] sobre las expe
ones «mariscal de camo» y «general de camo», éase el comentario del taductor
 eado en esa misma nota de Gee rtz). Ya que Bata -término alicado a los c inco pi
eos reyes de Tabanan- sig nifica «D ios», la cuestión esulta bastan te teóica e cual 
ie caso.
33. Con el suici dio de estos dos hombe s (Cakord a Gusti Nguah Rai Pean g y us ti
uah Gdé), la uina de su alacio y el exilio a Lombok de todos sus arientes cecanos
e decir, de las getes de las casas de Gdé, Dangin, Ecutan, Den Pasar y Tama éase
apa 3), el seño de Kalan, el «rey segudón» de Tabanan, que, or razones inteas, ha
 a esultado más cooerador, e coneido en el más alto ncionaio indígena del área
gawa gdé). Sobe la historia reciente de la nobleza de Tabanan e geneal, éanse C.
eetz, 1963 y l as nota s de la ág. 245
4 N de t : La expesión utilizada o Geertz es habther que e puede traduci
por medo hemano» o o «hem anast o»  Si n embag o, en castellano, es te últim o oca
b lo
  iene connotacion
a eación es eyoratias,
sanguínea o bien se eee
entre ellos quialentes al a hijos de cónyuges
stepbther que no
inglés-, tienen
o n nse
lo que 
 e ee la pimea posi bi i dad de taducc ión, en tanto que tér mi no general neuto oueto a
138 NEGARA

«erma  caal»  n cualquier cas, ésa, cmo ora raduccines de érmins de aren
eco, n acaba de er del d saisc ra, dado ue el «cr sanguíne», an imran
e is ór amene en la denici ón jurídica del parene c en la mayr a re de las scieda-
des occid ntale en e un ael muy variad llegando a estar ausne en las cncecines
del aret c de oras mucas cu luras
35. n el Taban actual ay, al men, do leyendas d rigen que se cuan de ls
orígenes de amban n una, ls ndadre de Badung, Tabanan y rambian eran me-
dio ermans el ltim era el de saus má alo, er arió ara esablecerse en rambi-
an rq ue le gus taba la vi sta En la ora, el undadr de Krambian era el ijo del rey de T a
banan con un a mujer de al satus , er e delazad en la suces ión r r  ij a bdo
de una mujer de esaus baj a caua e un juramen ecuad r el rey (véase Geerz y
Geerz, 1975, págs 132-133) o ( 1932 ág 303) señala que, en e l siglo XIX, un escrir
javané que escrib ía sbre Bali Raden Sas rowidjj reendía que la madre del rín-
cie ereder de Tabanan debía rceder de ambitan; er nunca e íd a nadie decir
alg semjate y amc las genealgías ayan tal inión Scwarz ( 1901) dice que la
leyenda uba el alaci de Hari Damar en ambian er, al igual que en la armación
anerir  he oído nunca a l versió n, ni s iquira que uvira un ala ci local en ab slu
las genlgías onrbuyen a ralecer esas dudas, dad que asocian la fundación del puri
de Taban cn el sex  rey d la l ínea nuclear, y l a searació n de la casa de Kambian cn
el sétm. Se debe recrdar que, e n das esa s maer ias , las  istrias, genealgí a y si mi la-
res s inev iablemene al gacins d saus denr  del s ise ma en cnsecuencia, es na-
tural qu varíen de ua a ra ene n nción de ls inereses ar ic ulares en jueg Aí
u, las nroversi as  las investigacine acad émicas n s de la «verdad au énica» r-
ulan mayrmene infrucusas y dslcadas L que s scilógicamene crític es la
trucura dl sema, y n qué enidads pariculares aarecn en su inerir y qué lugars
icul ar cuan É se es r de ss uns en ls cuales ls inenos de escribir lo que
n ued r escrio, una isria analítica,  de jar detalles injables, sól uden gn-
rar il usin.
6 Tmbién e ignorad tan en ls maas 1 y 2 cm en m i tal de treinta y trs
casas r eal y nbles las casas secundaras je gdé y jer de ls dadia de ambi-
an, abaKaba y Perean, cn la xceción de Marga y Blayu, rerids a este úlim r
ejeml, slamene rambian, dnde abía res puri, eía asciads uns veine je r de
variado satus Tamc s an listad ni cargraad las casas muy riféricas y la lí-
neas menres indeendienes raridas pr el erriri, dad que resulaba imsible re-
cnsir un censo que las inc luyra a das Si se ubi era did ace r, el nú mer de casas
triwangsa del área de Tabanan acia el nal del sigl a sad abría c recid asa acercar -
se al cenenar
37 La casa real nuclear, Puri Gdé, es llamada en casiones Puri Agung, siend agung
una rma nríca halus de gdé, cn el mis m sign icad, tal com sucede cn da
lem  u résam ling üísic javanés) resec a 
3 Para cnsrvar raznablemene claras las líneas básicas esrucurales de l que es
en cualu ier cas un  iema muy cmlic ad, e r educid al m ínim ls dealles de la r -
ganización del arnesc entre la nbleza Alguns de ess dealles se ueden encntra r
n el caí ulo 4 «EI aren esc n el dmini úblico: e l dadia nble», ágs 1 17 -1 52
d Geerz y eerz, 1975, y se acnseja al lecr ineresad en l que dría llamarse «m i-
cranato mía» de la plítica balinesa tradic inal que Je eche un vi staz. La genealgía de Ja
fgura 3 ue btenida -junt cn las claves  leyendas antada que a acmpañan- del
Jr De Banta s, cmple tán a
dse con
coegido a lg unos errores menores (Geaerz
ayuda dertz,
y Ge vari
1 97i nrmantes
5 , fgura 1 5 de la casa
pág. 1 26),real.
descSeubhie r-
tos al relaborar l marial org in al .
ANATOMÍA POLITCA: EL PUEBLO Y EL ESTADO 139

Se debe insisir una vez más en que ales genealogías no son ano regisros hisóricos
como documenos que explican y jusican las relaciones de ea us exi sns Aunque
el orden general de rango en el inerior de la casa real de Tabanan parece haber sido am
liamene consensuado, pueden enconrarse cilmen direncias menores direncias
reeridas a quin «sal ió», quien se desgajó exacam ene y en qu mome no pre cso  deermi-
nando consec unemene quin sobrepasa en rango a qui én Sobre lapsos de impo más lar-
os, han s ido muy ecuenes las aleraciones del rango a ra vs de la recompos cón genea
ógica. De hecho, en mi maerial sobre Gianyar ue e más bien menos ineamene
esable que Tabana duran el siglo XX-, dichos reues del dgrí suln bastane obvios
La simp licación con sise prncipalme ne en la el imi nación de as casas per ifricas, «ca-
ees» y a desaparecida s ([ N. del t ] «desaparecidas del inerio r, del Dale m» «sali das») en el
erodo de 1891 a 1906 y sumando alrededor de rein a y de odas las mujeres unas
cincuena, la gran mayoría de las cuales o bien se casaron en el in erior del dadia real o
bien no se casaron en absoluo, un desino coiene para las mujeres de esus muy alo.
Finalmene debido a la suación anómala creada por los suicidios de los dos limos
escendienes de la línea nuclear, mi discusión oma el puno de visa del dcmospimo
rey, que accedió al ron o en 1868 Eso se acuerda con l a prácica d e los propis tban eses,
ara lo s cu�l es se ue el l imo rey vrda dero.
39 La escura de la casa real ambin puede rprsenarse en los rminos del mo
elo d dirnciación de parensco discuido anriormene; en al caso aparece como
na serie de sub-dadia reals, jerarquizados de acuerdo con su orden de crisalizacón y
eresados a ravs de la imaginería denro/uera e/jaba), omnipresene en la simbolo-
a jerárquica balinesa (vase pág. 186. Así, cualquira a u derecha en esa serie es
«ero» y, por ano, s uperior en saus respco a i  m ienra s que cualquiera a u iz-
ierda es <aba» y por an o, de esa us i nrior , sin que dos casa s sa n igua les la
na a la ora ni lo puedan ser dada la nura leza de dc ho or dena mieno, que hace de d -
ca imp osib il idad de igual dad un o de los principio s más bsoluamene gene rales de la es -
rucura social bali nesa  Aunque lo s micronkings d l inter ior de lo s sub-dadia sean al
como los represenaron mis inrmanes, resulan menos consensuados incluso que los
macro», y, con segur idad, deben ser obje o de f recue ntes di spuas nr uo u oro de
los miembros de las casas implicadas. Nauralmene, cada casa iene un núclo y una pe-
riria, una gnealoga propia con un «inerior» y un «exeror», dibujando los escalones
e u rplica desde su undación ; para un e jemp lo parcial omado de B eng, vse Geerz y
eerz, 1975, pág. 150

cr er Gdé Pur


 - 11  --- 1 ------ 1
1 , uhdd uhdd 1

Sub-dda uh Subdad 
1 dub 1 ubdd 
n•<ks dd1. rc adia rca<•s r rc
Ry V real R  re R R R
R VIII XIII R e XV XV XVI
XIV

o  C
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
140 NEGARA

Puri Gd é no es inc luid a en ni ngún subdadia ya ue naturalmente era el m iembro cen
tral de cada uno de ellos en cada una de su etapas La representación simbólica de la casa
nuclear y del rey como una entidad esencialmente in mutable - replicabl e es di scutid a
más adelte (véase captulo 4 este mismo princ ipio se aplica de nuevo mutati s mutandis,
en el inter or de cada una de las casas
40 Cmo el érmino dadia, el término apropiado para su equivalente como lnea real
batur daem, también se usa para refrirse al templo ancestral de grupo ubicado en la
esuina nordeste de la casa nuclear «madre» véase mapa 2 l derecho y la obiga-
ción a parti cipar en l as ceremonias dedicadas a deicar a los ascendientes de a línea cada
2 1 O da era la marca de l pertenencia a la ca a gobeante por periférica ue resul tase la
adscripción
La palabras «ine», «house» y demás ([N del t.]) traducidas respectivamente por <<lí
nea» y «casa» ue me he visto frado a utiliar en inglés son en realidad torpes y poco
elegantes traducciones porque pueden rerirse a cualuier cosa desde el conjunto de la
di nast a de T banan a una de su s subdiv isi ones direncia d a los enques más amp lios
o má estos a un núcleo o a un grupo cadete. Mi experiencia dce ue «líne» es un
término  usado po r los balneses ue se lim itan a hablr de «Tabanan» «K ungkung 
«Kalr  « Penebel» o cua uier otro. Y , ta l como conf ío ue el texto haya dej ado cl-
ro  exte un vocable genérico vcío de estatus pra «casa» sino simplemente daem,
pu ri, je ro, griya, umah y pekangan, por eje mplo -umah era empleado para las cass
sudrs prominentes mietras ue pekarangan se utiliaba pa las ordinarias Para el
leguje que uti lian de eho os baeses al habar d e l o que nosotros on eptuali-
mos omo asu nto de «  aón egua je ue recue a expresiones y onceptos com
«punto de orgen» «estación prda e el ca mino» o vehículo de «títuos v éase Gee rtz
y Geert 1975; compárese con Boon 1977.
 de : Lo s problem as de tradución a l os u e alude el autor se mantiene n si no se
agravan a generar una versión en stelano. n primer ugr omo conseuencia lóg
de doblar e proeso tr aductor.  n segundo lugar debd o a alguna s características propia s de
la lengua teana. ntre éstas resátese la asignación de género a los objetos y concep
tos una uetó bien arbitraria que se ve dcutada por  polisemia de muchos coneptos
pol isem que puede r eclamr disti ntas tr aducciones con d isti tos géne ros  así om 
por l conserv ión en el texto de los térmio s bali neses vtando ñad re a d iren
de o que e Geert cualqu ier tpo de mo rfema de númer acompa ñds po r mod-
cadores li ngüístcos d e géero divers o ago u e no ocu e en i glés. En general la s-
lución es ue estos modicadores adopten e género correspondiente a la traducción del
entido determinado de cada palabra en cada contexto concre to Por ejemp lo: dadia siem-
pre se acompaña de «el» o «los» debido a su tra ducción por algo sim ilar a «l inaje »; sin em-
bargo je ro o daem pueden «resultar» meninos o mascu in os dependiendo s se reeren
a las «caas»  al conce pto «dentr o interior» al «palacio» . . .
41 l mi smo tipo de juegos s e daba con los títulos detentados por los miem bros de
las diversas casas. Para un hombre de Subamia pongamo todos en la gran fmilia eran
cakora para el rey só lo él era cakorda y todos los demás eran guti nguh , o inclu so me
nos elevdo gusti, reservan do el ngurah «gobeante» para sus propios hi jos y ui á
tan sólo para el príncipe heredero. Agunos iban tan lejos ue distinguan entre: cakorda
déwa (déwa, «dios») el señor supremo propiamente dicho; cakorda rau (u, «rey )
membros del subdadia real; tu, miembros del nivel de Kalran Kedri Oka; y gu si
ngurah, el resto de los pertenecentes al dadia Los títulos meninos los términos de pa

rentesco las rma


de este aspecto s de cort
aunue esa las
rerido costum bres
a Lombok véasedeGerdin
mesa  para una ybreve
1977 y buena r sun
os privilegios evis ituón
a
rios desaollads y escalonados de manera si mi lar también estaba n imp licado en la in a
ANATOM Í A POL  TICA : EL PUEBL O Y EL ESTADO 4

abble refiega por e l esus S n embargo, nadie arece ha be ds puado n i la pos ón
elaiv ni el orden de rango general, al menos durne los quine años ubieros aquí:
eng nuna pre endió supear  Kalra n, n i Ked ri a Mecu an l patrón er más bien ta
tar de rep resenarse uno mi sm o  la propa asa, n cercno al entro omo er posible
para minimizar ls diferencias enre ada uno  el señor supremo a otra c e la o
ned era inenar repr esenar a odos los de un ran go i nrior al propo an lej o del entro
omo u era posibl e, pra mxim iza las di enias respeco a aq uel os má s perifé ricos que
uno msmo
42 Sobre ese si sem dubbl ebestuur ([N del t ] lierlmene «gobierno doble» en
olandés, expresin emlead  por los esudiosos colo nil es) en el con ju no d e a li , véa
se Korn, 1932, págs 287292. Sin embargo, la inursin de Korn en la hsoa espeu
aiva l  eoría según l ul e l s isema iene su s orígenes en la conversión e eñores
hindoblneses» reles en señores que eran «hermanos pequeños» de los conqusado
es «h indojavaneses» de Ma japah no debe ser enid en cuen serimene Y u afr
aión según l ual habí un división clara del erriorio enre ls líneas senor y ju
or ([N. del t. ] respeco  esas plbras, véa se el oentrio del raduc r en l a noa
guiene) es cieramene incorreca por lo que respec  Tabanan,  generlmene no
e por lo que llego a ver Rales  1 830, péndice K) meniona ree ules en
ul ng  p rincipos del siglo XIX  su exisenc uee ser inrda a prir de la des
rpcin de Friederich 1959, págs 123136) sobre Bung unas pocs décads más
tade
43. Vn Eck   87 8  880 ) inrm e que es a divi si n Gdé-Kran a existía en 1857.
Shwrz  9 01 ) lo onrm pr a el ambio d e sigl o, reclc ndo qu e el re upremo de Puri
dé, unqu e cerca no  los oche n ños (m is i nrmnes dice n que hasta ¡ eno veini n
o !) , er mu vigoroso, no umb a opio, apareí d í en el p io de su palao para re
br  cu lquier que dese r verle  que él ms mo s lía al cmpo a ae ner ualquier pro
lem más serio, mienras que el re segundón de Klrn esaba gordo, gusaba de ls
mujeres  era un adico  ls peles de gllos
N del t: Las albrs senor  junior on las que e l uor design respec ivamene al
ey supreo  al posible re « ubsupremo» o «segund n» de un nega reenn ieros
oble ms de radución Aunque ess exr esiones no ha n ido cepad s pr l Real Aca
em  no son de uso oie ne en cs ellno oloq uia l, sí hn tenido una cier exensó n
en el m po de l nropol ogí  la an roponim ia, priu larmene en inoméria ; de ah
u ae cin «sénior», <jún ior» en lgunos icc ionrios  Sin nega r l validez d e dicha

opión, pref rmos


e la oogrfía oparsegún
ngles, bien por
se una tr ducin
el caso Limiando lerniva,
en lo posiblebien
la por el manen
segunda opción im
se eno
ae neesrio onexualizr mínimmene los problems de raduin que aparecen 
aabr senor puede raducirse por «maor» aunque esa aduió n presena poblemas
oque se presa a onusin on l radución de major («de maor importan», pala
a mu empleada p or Geerz p aa isingur iera s «Casas»  «l inajes », e o o «ma
oazgo» q ue hace rer en ia al rierio eerminane de l parenes o, pero que e s ui
 ada para la «in sucó n» que par la per sona (el sel lano a ee de las pos  ades l
 e mpo coloquiales  espeí as de oras lenguas omo el ainé anés o el he atalán) 
ue al mis mo empo, es más espeíca qu e senior; el problema se simplia  e hce re
eenci  l crácer e «re suremo» de diho s «rees senio>- Por su pae, junior pre
e na ls posibilidades de «menor», «segundón» ue hce referena a paeneso rel
o se reere a la person a  es ano espeí a omo coien e o n lu so «segundo» o

eundrio»
44. Al menos una de la s rzones del poder de Klran, Kediri  Ano m después e 189
  ece hber sdo  ue dic hs ss se quedaro n on la re del león en e l reparto de las
1 N EGARA

ieas aoceas omadas a Menwi después de la uea ue enentó a este úlimo nega
con Tabanan y adun  véase  e Ka Aneli no, 1  1 a)  La eza de Subamia po cedía
pinc ipal mene de s i nlue nci a en la eió n nooeste del rein o, donde se concenba la ma
yo pate de los caaes exploados po chinos paa la expotación.
5. Pa una h soria de una de ls cas as de Tabanan, eo Gdé en , esc ia po uno
de sus memb os   4 una c conía de secue sos, asesinat os, ejecuciones, l itiios,
matimonios y adociones, más una ciea canidad de soile ios, incendios prov ocdos e
inri as de la reina ma de véase Geez y G eez, 1 75 , pás. 1 73 1 8 1  Com páese con
a l ínea como un odo en Ta banan, s .f
Una vez más la iua 3 no es más ue eoía balines, y eoría balinesa discuible,
aceca de as conexones enealó icas  El hecho de ue Fi ederich ( 1 59, pá. 1 6) señale
a Kedi c mo una cas a de Tabanan muy podeosa hace aún más i mpobable ue, po ejem 
plo, no se  aa antes de 1 844, momeno en el ue paec e ue ascendió al tono el deci
moseo cakorda (véa se Van Eck, 1 878 1 880)
4 P una hisoia y una desc ipción de esta cas a llamad el «Mec ado del ese»,
ue es o que snica dangin peken, en el senido de «lu g en el ue se celeba el meca -
do», vé se oon, 1 77, pá s. 708; 1 973, pás. 1 9 1 02. Como el sisema de dos eyes,
e papel cental de as randes casas sudas ea coiente en todo a (vése Ko, 193,
pá. 28 8) . Pa un ejem plo picul aente vívido, véase Van Eede, 1 9 1 
47. Ente las más impotntes de dichas casas (vése mapa 3) , pueden se  mencio-
nadas alunas alka nin una casa sudra siuada a uns dos m ill as de la ca pial, len-
u de tie a aiba  tenía c on Kalan el m ism o tipo de elción penyarikan, «secea-
ia», ue unía a anin Peken con Gdé. Kebayan Wanyu Gdé (a no confundi cn l
jero insalada en Tabanan) ea una cas suda cuyos miembos eran esponsbles del
templo Sad Kahyanan panblinés sito en las ladeas del Mone au Kau y, en conse
cuencia, de lunos impoa ntes ituales  eionales véase Pe ddlemas, 1 932 ) eo Sam-
sam ea una csa saa supuestamente oiinada en la cas e al de lun kun, ue h-
bía pa ido paa esaecerse en el tenuemente pobado oes te de la eión , dond e, aunue
vamente lido con Taba nan (a ui en supea ba fmalmente en ano) , t enía un cie-
o ado de ode local independient e Y Pupuan ea una casa sud  de las tieas alts, es 
taécamente situada ene las esas de inuencia de Taban an y  dun (tal como s e
enconab a Smsam en e Tabanan y e mbrana), u e, a unue supuestamente estb  su
pediada a Jeo Su bami a ue se había ubicdo en esa  egin ante s de mudase a Ta b-
nn, eueda po G dé) , paece hab e pemane cido en un es tado de di si dencia casi pe-
peua
48 El ali neamiento  ccioso de N eaa Tabann haca nal del s ilo XIX puede esu-
mie como siue:

Crda Pemadé
Gdé alan

Patih Patih
Sua ma Ben

Punggw  Punggawa
Dan in Kediri
Mecutan Kompian
en Pasar Teeh
Ta an
ANATOM Í A POLÍ T  CA: EL PUEBL Y E ESTADO 4

Oka
Anom
Anya

Penyarkan Penyarkan
Dngin Peken Malgankin

Bagawanta Baawanta
Giya Pasekan Giya Jambé

(Penebel ea «neutal» o, al meno intentaba elo)

Las otas catoce casas estaban vinculadas a alguno de los punggawa (patih, pmadé o
akorda) como perbekel Peo es i mposible econstui co n seguidad tales lazos, dado que
los vínculos podían se múltiples y, además ex istían muchos otos perbeke
Seía bastant e eóneo toma en cua lqu ie sent ido esta estuctu a como un uocacia
un sistema 'de «cagos públicos», incluso a nivel embrionao. Ea una división olítica en
ccione s, a menudo muy aguda y si empe lej os de es ta est abil izada odenada, como cual
quie ot a cosa en Bali, en catego ías de «títulos» jeá qu icos  e lo elegante haus, a lo
goseo kasar- que n o eflejaban de masiado bien las ealidades del pode las espona-
bil idades políticas o las espec ial izaciones técn ica  ejando l igeamente d e lado el ol del
acedote bagawanta de la corte. Po lo que se eee a la especialización comecial
del «patón chino del come cio » -subandar- Singkeh Con g véa se pág 1 27 ; especto a
los ju eces del Estado -kerta gdé- de Giya Jaksa, véase conclusión, nota 9. Sobe los con-
ceptos haus y kasar en geneal, véase una e encia javanesa peo esencia lmente aplica
le al con texto aquí tatado en Geet z 1 960 pá gs. 23 1 234
Final mente, se debe esalta que los témino s pungawa y perbekel se aplic aban tanto
a las casas como a los in dividu os vaone adultos que las integaban; así, podía habe vaio s
«punggawa>> en un a casa g ande como Kedii o Subami a. La lta en lengua blinesa de al
gún tipo de mofema o macado  lin gü ístico obligado de nú meo, ju nto con l tendenc ia de
los hablantes a utilizar la metonimia con dichos vocablos, simplemente contbuían a aña
di ambigüedad a unos términos de e encia tan flexible s y elativos.
XIX
49. Estima
culativa. la población
Sin embargo, de Tabanan
la estimación en el siVan
hecha po glo den Boek
es obviamente una 1empesa
( 1 83, pág. epe
80) ale dedo
de 1820 eca de 1 8000 0 habitante seguament e es, con mucho  demasi ado alta
50 N del t: «Casa» en e l giego o iginal, tal como la ut iliza Geetz .
51. N del t : El auto utili za una gua inteedi a concet a ente el seño y el súbdito:
rdng Este devado de lord «seño >> viene a signi car «seño feudal d e impotanci
elativa meno», «seño pequeño o enclenque o lastimoso», a menudo con una cieta cga
desctiva; semeja nte deni ció n no nos da ningún téino genéic o equivalente en castellno
y í muchos téino más especcos que en ella podían englobase De ahí que sin dema
iados citeios comparativos paa elegi entre estos últimos se optara po la pe ías is.
52. Como siempe había una mult ipli cidad de nombes pa a estos divess estados de
condició n política algun os de los cual es denotaba n mas o subtipos ligeamente di stinto s.
unto con parekan, se encuentan té minos co mo pekandelan, ba n, abd ju nto co n wu
a que
cas devaGonda,
a»; véase de una1 palab a sánscta
973, ág s. 1 22, pa
150,a 43,
«mil iatéinos
» «gu po de lipanjak
como ación dedrué
pae ntesco»
o penga
ah; unto con perbeke mantr junto con punggawa, manca o gust También como  iem
1 44 NEGARA

pe los éinos ean epleados de  a ás bien flex ble  i ncl uso pese a que las catego-
as en s i sas esaban del ii adas bastane ta jane ente As Jos señoes  ás bajos ean
llaados pareka de lo ayoes o sólo los señoes vedadeaene poinentes e
Kalan Ke dii en g o Ano ean llaados puggawa, ienas los oos ean deno-
inados simpleene maca. o exise la posi bil dad de ino duci un oden  einológi
co si ple en el si sea n  un a apli caci ón estca aunqu e las caegoías peane zcan distin
as las llan coo las llaaan e independieneene de las subcategoías secundaias
que se concibiesen en  u neio e independieneene d e su ubicación especiva en el s is-
ea geneal de esaicación de tulos Paa un alo gado de dienciación dento de la
caegoía geneal de pareka véase De Kat Angelino 1 92 1 b; deno de Ja ca egoía kawu
la, véanse De Kat Angelino 1 92 1 a y Hooke 1 978  la intepe tación de este últi o a pa-
i de un xo edieval javanés coo «pate del ey en el epato » paece el esultado de to-
a una etáa po una descipción lieal); dento de las categoías de perbekel y
pgaa vése Kon 1932 págs 286306
53 Qué es exac aent e un «esclavo» en la Indonesia ta dic ional es un poblea que
no está tol ene esuel o Yo i so engo dudas sobe si alguna vez hubo uchos escla-
vos n el entido occidental d e l a palaba en el popio Bal i en anto que ou estos a los
balineses npoados po los euopeos y otos a aavia y a oas destinaciones en las is-
las Schi eke  1 955  pág 8 1 ) dice que  a nales de l siglo XVI, el ejécio del eino javanés de
la cost noe Deak cons isía en «esclavos bugis  balines es o de Macassa  copa dos» 
Wehei  1 959 pág 239 ) petende que duante los últ io s año s del gobieo de la Co-
pañí Oienal d e I ndias «ás de l a itad de la población [de B atavi] se coponía de es-
clavos» y que los sivientes oésticos ean «todos esclavos hobes o ujees pinci
palmente poc edens de ali  Tio y ot s paes de achipi élago»  Van Eck  l 8781880)
da el núe o de bali neses t anspodos  aavia hacia 1 778 , unos 1 3 000, y añade que
Raes que ue gobenado de las Indis Oienales duante el iterrego bitánico de
1 8 1 1  1 8 1 6, c abó con Ja tata Sin e bgo Van den  oek ( l 834 pág 224) odavía seña-
la algunos ha cia 1 820 y ei lsen  1 928 págs 5556 ) dice que u na pequeña sali da de esc la-
vos de Ja isla continu ó hasta 1 830 a anos pinci palente de chinos  bu gis y gentes de Ma
cassa Los chinos pueden habe poseí do  veces v edadeos esclavos : Lieinck  1 877 )
apuna que chinos d e ang li poseían alede do de veinte los cuales habín copado a los
señoes según decían
En el inteio de ali e l hecho de si esás inc li nado a ll aa o no esclav os a Jos parekan
ás bajos y s in ecuos pisioneos de guea ci inal es y deuoes conve ios en peo -
nes es de una i porancia secundaia pa a la pie a inc lin ación  véanse De Ka Angeli -
no l 92  b y Lieinck 1 877; paa Ja s egunda véase Ko 1 932, pág 1 73)  Lo que es de p-
ea iporancia es enende las elaciones ente las cegoías políticas del Bali clásico
lo divesos tipos de parek, kawula , perbekel y puggawa- en sus popios é ino s un
eseo en el que categoías euopeas ales coo «esclavo» «sieo» «ayodoo» [N
del t  ] oiginal steward, «adinistado capataz ayoal ayodoo ayodoo el
senes al    ») y «bón»  inclu so debo a ditilo «ey» «noble» «seño » pueden tan -
o se  auda co o enta la con usió n En cualqu ie caso la esclaviu d en el sentido
de la ple de libead pesonal y si ealene exisió coo una insiución do-
éstica no pa ece habe  enido nunca una i po ancia cent al véase Ko n 1 932  págs .
172173 )  abendo desape cido de a li paa el igl o x1x. Ota cosa que no fe el egara
balinés es un Esado esclavista»
54 Es ipoib le deeina exactamene cuántos ás Cualqui e aación cuanita -

iv
sigueo cuasicuanaiva
se debe enendesobe pareka, kawula
coo estiaciones uy , vagas
perbekel y punggawa
de is quequienes
inanes se hagadejan
en J o que-
do apae los eos pobleas de eoia  podan no habe sabido nunca deas iado bien
ANATOMÍ A POL  TIC A : EL PUEBLO Y EL ES TADO 14

  na gene contolaba un seño en paicu la in clu so él [el seño] no s olía esa oal
ene segu o de ello
Sin embago, pa a da una idea gen eal de las dim ensione s global es del s ise ma, y so-
e la base de od os los da os fagmentaios que pos eo y de una buena cani dad de azona-
eno ceteris paribus ([N del t ] que los «otos» daos desconocidos pemaneciean
gu ales», equivalen es, pemisa nece saia p aa esimaciones y exa polaciones), imagina-
 que había unos 0 puggawa odos los vaones adul os de las pimeas cat  ce casas
el li naje eal, de las es casas mayoes de Kambitan y de las es casas del dadia de Pe
enBl ayuM aga, al vez de  50 a 200 perbekel uya lealtad se epaía desigual
ene ent e los puggawa y que, como ésos, incl uían algunos suda s, y ene 7000 y
8000 kawula s deci, I 0.000 o  2000 hogaes, epaidos t odavía más desig ualmen -
e ene los perbekel- Po lo que se efee a los pareka, la cifa de 2000 epartidos
e e todas as casas, aunque la mitad de el os en Gdé  es un cácu lo tan az onable como
lquie oto
. N del t : La expesión uilizada po Geez es «holdings», susantivo que suele e
ese a disintos tipos de popiedad, incluyendo tiea y paticipaciones divesas en nego-
 os  peo que se deiv a del vebo to ho/d, cuyo signi cado es mucho más ampo y diveso
e el del casell ano «posee>> Ene esta s posibi lidades ( «aga o sujea>>, «detene», «sos
eer>>, «mantee», «eseva» , «gu ada», «aguana », «esisi », «eleba », «psee »    ),
e pueden eniquece connotaivamente cualquie uso de la paaba, puede desacase una
 i la a s igni cado más ampio del casel ano «ene» y que en el co nexo de a oba se
 lg así como «se titul a»  Todo el lo daía una t aducción apo xi mada de «ju isdicció n»
¡no e ioial ! paa holding, ecodand que el ampl ísimo u so de la voz pasiva en in-
lés ha mentado la génesis de algunos susaivos no existenes en cast el lano Aun así, vale
 pen a acompaña  dicha taducción de la de «popieda des» paa esalta  una connoación
pot nte ano de la aducción popuesa po Geetz como del senido que a la conduca
y esucua aducida quieen da en ocasiones las el ites aine sas
6 En ealidad, este e cuento es incompleto, ya que mi inane ya n podí a eco-
 odas sus «posesiones», aunque decía que el eso, al vez otos teina hogaes, esaban
galente despaamados, agunos de ellos en «pacelas» de un hoga en una adea Como
e ha mencionado, las posesio nes de los perbekel vaiaban en canidad ene veinticuato y
enos de hogaes (tan sólo dos perbekel, uno de Dangin Peken y oto de Malgankin, de-
eaban la úlima cifa), aunque el númeo ideal ea de unos doscienos y se manenía
el ecus de a menos un perbekel que detenaba un único hoga, y vais otos con sólo
edia docena o así
También debe hacese nota que una casa, anto una je ro peiféica como una casa
  e ne, podí a inc lui vaios perbekel dependiendo de su númeo de vaones adulos
y esos perbekel podían esta vinculados a vais punggawa. Po ejemplo, Diod Ruug,
 de las casas peiféicas de Tabann, enía asignaciones perbekel cn los puggawa
e Anya, Kalan y Gdé, mi enas qu e una casa cliene s in eación con l a ane io las e-
 on Gdé, Subamia y Anom Pasado ano iempo, es simpemente imposible desenma-
  oda la ed de lazos di speso es, tano ene kawula y perbekel como ene prbeke
Y ggawa.
7  Paa una con ación contempoánea de l mo delo de gobieo de Tabn n y, en
 e aspeco, de odo el su de Bali, no eioial, sino asenado sobe las genes, véase
 hw az,  90   Había, sin embag o, unas poc as excepciones, especialmene ceca de los
 des pemea bles del «eino» os «ecotono s políicos », al como los he denomin ado an-
 e ,

e omene
comple (véase capíulosobe
a, o al menos  )su en lo s cuales
mayo la seguida
pare, po pate ded dicaba el conol
un perbeke sobe
La ju una al
isdicció n de
  enta hogaes l grueso, aunque no l  oalidad, de la población de la aldea de i
146 NEGARA

inmante ceca de la fontea con Jem bana ea u ee mpl o de esto Peo tales ca sos ean
poco comunes, se consideaban anomales y, apaentemente, no ean muy duadeos. Opues-
tamente, en el ceto, Ta banan popia mente dicho nsi deado como un puebl e
ui zás el á ea má altame nte dividid a: cada pugawa tenía algunos kawula e cada una de
la  ui nce aldeas i cl uyendo Tabanan sin ue nin gu o ea claamente domi nante en
ni ngun de ellas  E geneal, vale la egla según la cual «cuanto más gan de es la ceca nía
especto a la cote  más gande es la di speión de los vínculos »; peo, en conta de lo ue
han deducido en ocsio nes los teóicos de la «ley adat» peocupados po desa ol la un co -
taste nítido ente las llamadas áeas de appaage y de no appaage en la Indone sia índica
(véase, p ejemplo , Van Vol lenhoven, 1  1 8 1 3 3)  la dispesión e a la noma po todo el
eino y o simp lemente en las cecaní a de la cote
58  Un hog a balins -pekaga- consi stía c asi sie mpe sea en una mili a nu-
clea se en un gupo de mi lias nucleaes  elacionadas po vía agna tici a; peo sólo aa 
mte todos los miembos de un linae viven en un mismo hoga (vase Geetz y Geetz,
 97 5) . Po tanto, la costu mbe de asigna lealt ades a los señoes po hogaes segegaba e-
cuentemente a paientes cecanos ente distintos bekelan, tal como puede obsevase en l
di stibución de siia de sacedotes bahmana po hoga, una distibución ue ha subsistido
y en la que he manos canales tienen a menudo lealtades dientes
Tmbin existían excepciones a este pató dispeso, elacionadas en este caso con
algunos gupos atesanos paticulamente con los heeos; vase De Kat Angelino,
121 c y con exta neos hinos , bu gis. Ade más, en oca sion es, l os lin jes sacedota-
les ean signados en bloque a un úni co perbekel ecuentemente elegido ente ell os m is-
mos y, a t avs de l, a un único pungawa Peo estos aeglos tamb in ean poco co
ientes y se los veía como algo especial. Los distintos bekelan de una alde estabn
hbitualmente e cabezados po uno de su s miembos llam ado juru ah «healdo», un té
mino también aplicado a un cieto númeo de oto tipo de «pegoneos» Su unción e
tansmiti los meses del perbekel y oganiza a los miembos del bekelan local con es
pecto a sus debees paa con el egara, peo pácticamente no tenía ningún pode indepen-
diente.
5 Vése Ko, 1 93 2 Ko n dice ue el conjunto de se tecientos estaba sueto al <� e
de los señoes» en Tabaan, peo las evidencias ue he podido ecoge apoyan esta afirma-
ción. En geneal, los balineses tienden a hablar de todo como «perteneciente» al ey, de l
misma ma ue hablan de todo como «peeneciente» a los dioses. Peo el pime uso es
tan guado como el segundo, y, de hecho, idntico en sentido, sin ue deba se tomado
como un intento de descibi la ealidad política o económica, sino metasica. Volveé so
be este punto una de las uentes más fértiles de malintepetaciones académicas sobe la
ntualeza de las polities clásicas indon esias en la conclusión.
60. Quizás el indicio má chocante de es te hecho s ea la completa ausencia d e sig ni
cc ión estuctua l del hoga e n el s istema desa, la unidad de acued o con la cua l se asi g
aa las lealtades políticas, y eligiosas, supalocales. La adscipción a la aldea, l so
ciedad de e gantes o la congega ción de l templ o no se hacía po  hogaes , sino po mi li as
nucleaes, y, si los gupos de ascendencia epesentaban algún papel en el sistema políti
co lo l slo ea en la medi da en ue iban más allá de la escala del hoga, y, en cualuie
caso, sus unidades elementales ean tambin las milias nucleaes, no los hogaes (vé n
se C Geetz , 1 95 ; Geetz y Geertz, 1 975) . En el sistema desa, el hoga  ea como máxi
mo una unidad esidencial , con sólo u nas pocas f unciones económicas y ituales, bast n
te ma ginales po lo demás. El infme enciclopdico de Ko ( 1 32 ), estando t n

centado so be la
bla en absoluto delog anizac
hoga. iónota
Po de los pu en
pate, eblos como está , nega,
el sistema apenas encuenta necesaio
el hoga ea la pin c
pl
unidad de peenencia local, de hec ho, la úni ca. Si n emba go, i nclu so entonces no   
ANATOMÍ A PL  T I CA: EL PUE BLO Y EL ESTADO 47

  una unidad corporativa. Aunque los kawula eran asignados por hogares, los deberes
 plicados reca ían sobre los ind ividuo en ellos i nteg rado. S i hbí cinco hom bres en el
ogar, todos tenían que luchar en las guer ras de su señ or; s i hab  seis mujeres, todas te
n que cocinar en las stiv idades del señor inclu so los niñ  tenn sus taras -traer
gua, l levar reca dos . . . - El hogar era el modo de penetración del ea no n la polity
a, con la cual e guardaban las distancis más bien cuidadoente, sino en la po-
bación desa
6 . N del t.: Geert hace un juego de palabras difícil de traducir lizmnte entre
main -«dominio en el sentido d e camp o esra , ámbito»-  domiion -«doinio en
 entido de dominación,  d territorio sujeto a un poder»
62. Los señores ad qui ran tiea a través de la herencia agnaticia , de la comra  de l
 tora mi lit sobre ot ros señores, de presen tes políticos, de dtes -llamadas taadan, 
e noalmente acompañaban matrimonios tipo wri que funcionaban a modo de tribu
-  de la ocupació n o compra pre rente ([N del  ] la expresión inglesa es prempion
e no equivle en absoluto a la conscación, aunque puede asociarse a ésta) de las tierrs
 uetos sin herederos o de crminale; pero un señor no tenía ningún deo legl so
 la tiea de sus kawula La tea procedente de una ocupación o de una omra pre
nte pasaba al linaje gobeante en su conjunto, no al señor del propietario de la te in
lucrada; entonces, era distribuida entre lo pungawa de acuerdo con prncipios de
rentescoconpolítica. De eho, la ocupación preencial de tie no parece habr sido
n fuente importante d e la propiedad nobl e Los señore s también podí n enajenar tie a, no
óo el uno al otro, sino a plebeyos, a través de compras, presntes por algunos servic ios es
iales -habitualmente per sonales, tales como el amamantamiento de su hijos por ama s
e cría, l trabajo de mensajero en un matri monio co n una chica su dra  . . -, como recom
na por una traición o como prev ención contra ella , etc .
Si n embargo, la ti a sin c ultivar era otra cues tió n, gobeada por otros prin cip ios  Los
ores reivindicaban dicha tiea «ea» si se extendía ra de las ronteras de ningún
a adat (véase pág. 223 ),  s us propieda des de dicho tipo de tiea pod ían ser ex tensas 
n tin uas . En  860, un euro po alqui ló 6. 000 acres de dich a tierr de un señor d e Jebra
  plantó algod ón, cacao, cocos  tabaco, en uno de los ocos e em plos -aarentement e
 mu xitoso - de plantaciones de explotación en Bali (véae Korn,  932  pág. 547 )
 todas maneras, Jembrana estaba scasamente habitada  el acceso de otros sñores a se
antes tie rras, inc ultas peo la brables, era mucho más li mi tado Con l a excción i mpor
te de las cesione s de tieas de catal a chin os hacia el nal del sig lo XIX (véase pág 127),
 tierras «ermas» no repres entaban un a fuente sign icativa de ganancias para lo s señores
 Tbanan.
63  Aun admitie ndo que es especulativo  un poco drástico dados los hechos c onoi
 , el co nsenso genera l ente mi s inrmantes sobr e l a riqueza relat iva en tieas  el pder
litar elativo de las seis csas reals principales del Bali meridional alrededor del abio
 sigl o, resulta sugerente -si no del estado real de la cuestión, si de la impresión que so
 ella tenían algunos de los personajes directamente involucrados- Al eno en sus
ntes, la conexión e ra bastante débil :

Poder militar Riqueza en tiers


1  Gia nar 1  adung
 Karengase 2.  Tabanan
3 Klungkung 3. Gia nar

 Badung
5  Tabanan 
5. Bangli
Klu ngk ung
 Bangli 6 Karengase
148 NEGARA

Jebrana ha sido oitido en esta tabla porue, ni uerte ni poderosa, e incorporada al


gobieo directo de las ndias Orientales Holandeses antes de 1900 no volvió a representar
un papel uy i portante en la pol ítica ind ígena bali nesa , y is i nrantes no sabían prác-
ticaente nada de  circunstancias concretas Etá claro ue Bullng, ralente bajo
la adni stración hoa ndesa desde 1 88 2 e inf ralente de sde 1 850 era un caso aún ás
especil
64. De hecho, los aeglos de aenda ieno era n ucho ás elaborados y variables de
lo ue sugieren la armaciones de este resuen Para una revisión copleta, véase Lie
nck, 1 88 1 88 7. Pueden enc ontrarse rerencias a las prácticas en Tabanan en Hun ger,
1 933  eddlea rs, 1 93 3 Raka, 1 955 . Scheltea ( 1 93 1 ) coloca l as prác tica balinesas en el
contexo general de los odelos de arrendaiento y propiedad de la tiea en Indonesia
Vale la pen a resaltar ue nin guno de etos estudiosos encuentra neces aro hacer ningun a re
rencia a l estructura política del nega ni a la organización política en general Tapo-
co los aendtarios eran denoinados con térinos políticos, sino con palabras ue indi
caba n su pt e de la cosech: nandu «itad», nelon «tercio», etc.
El aendaiento, una vez otorgado, tendía a estar sujeto a ls noras de la ley con-
sueudini local, no al antojo del señor. Cualuier intento arbitrario por parte de un se-
ñor de esplazar o perjudicar de culuier otra anera a un arrendatario le podía conlle-
var prolea s: detr ucción de sus cul tivos , reducción sutil del apr ovisi onaiento de ag ua
contr oldo loca ente por la sociedad de reg antes, o auento de lo s robos De hecho, en
más de un caso, no par ece  ue hyan sido lo señores o sus agentes uienes hayn elegi
do  sus arrendatarios, sino l poblción local normalente la aldea, ás ocsionl-
mente la sociedad de regantes; y, en cualuier caso, el sentiiento local siepre era un
spect o a cons idera r en estos asuntos, d do ue el s eñor era esencial ente i potente con-
tra el ab otaje agr ícola d e capesinos hostiles Un indi cio del estado real d e la cues
tión viene ddo por el hecho de ue, en Tabanan, la parte del arrendatario en una tiea
propiedad de un eñor era casi siepre la itad, ientras ue, en una tierra de un c-
pesino, solí se r un ter cio
5. N dl t.: Geertz util iz una sutil distinción teór ica ue el in glés hace entr e t-
nancy «tenencia» propiaente dicha, que englobarí las acciones de ser ocupante (no
sólo de ties, sin o tabién de crgos) propietao o arren dtario, aunue esta última cep
ción es la más habitu al y tenue rerida a los aspectos ás «jurídicos» de la tenen
ci , ue , deás de ser di cil de traduc ir sin caer en períasis técnicas u n tanto absurds
en este con texto, es a enudo obvid por los us uros de l a lengua ingl esa e in clus o por al

gunas acepciones
identicar tenuede abas
con palabras
«sistea Aparenteente,
de propiedad» en algunas
y tenancy ocasiones,
con «acción el autordeparece
y ecto un aen
dar», pero en ot ros casos no lo hace y la dis tinci ón di sta de ser diána.
 El razonaiento argu mentado en el texto no es ue el si stea de pro piedad o l s
ras de aendaiento carecieran de signifcación política Eso sería absurdo. La ar
g ación es que su significación no surgía de la fusión institucional de dichos od os
y sis as con la organización autoriz ada de la do inación política. Es a organización er 
ucho á copleja e iegular, y no era fácilente predecible a partir de los rasgos su
pec ae  de la propiedad d e la tierra, el traba jo del capo y la agricult ura técnica s de
cir, el l laado odo d e producción asiá tico.
El hech o de ue hubiera escasez de arre ndatarios reducía la influencia ( [N. del t. ] la ex
presión del autor es levege, «acción de eplear la palanca» ) política de los señ ores ue
es inherente al arrendaien t, tal c oo tabién hacía la gran erza de la estructura i n
titucional loca,
los dos tipos de plaoder
divera poli desa.
riueza En algu
en tieas nos casopolítica
y a utoridad s, los señores trat
e inst ituaron
ir underégi
consol
en idr
ge
nuina ente patrion ial poniendo a trab ajar a algunos de sus parekan ue, natural en te
ANATOMI A POL I T I CA : L PUE BLO Y EL ESTADO 9

aban uera del sistea desa- en algunas de sus tieas. Pero ese odelo no ue nunca
u y lejos en ningún lugar de Bali, en parte porque los parekan no eran granjeros uy e
 entes, en parte porq ue el nú ero de parekan nunca ue uy alto, y, epeciale nte, porque
 a coundades locales seejantes inentos les olestaban y e resistían cti vaene
ontra ellos (vé ase De Kat Angelino, 1 92 1 b)
Unos pocos de los Estados á s grandes pecialente B adung y Gianyar  tabién
raaron de establecer un control adin israti vo burocráti co sobre algunas cuesti ones agrí
ola, particularente al nal del siglo x1x, cuando la aenaza holandesa se ceía cada
z con ás inten sidad sobre Bal i, y sobre to do en las tie as ii gadas y ributarias  pero sus
uerzos ue ron extreadaente eeos (véas e Happ é 1 9 1 9, au nque exa gera ucho el
unto ; para una aguda crítica, véas e Ko, 1 932, págs. 272 y sigs )
Finalente, por lo que respecta al «udaliso», algunos señores (incluyendo al
nos d e Tabanan) sí di eron e l derecho a trab ajar algunos d e s us terrenos a ca pesnos
o, a veces, a grupos or ganizados de capesinos, a cab io de cierto servicio espe
alizados: frja, ensajería, etc. Pero esto tapoco se desarrolló deasido en nin
n sitio.
Si n ebar go, en relación con e ste últi o punto, se deb e decir alg o del ll amado sis e
a pecatu �e catu, «ituallas», «víveres», «una ración de coida y bebida»; tabién
ado pra designar el altar de of endas de u n aozal; sobre este ea fue cr eciendo u na
 eratua en holandés , pequeña y ás bien peculi ar, a edida que al recién instalada ad
inistrción civil de las Indias Orientales Holandesas buscaban legiiarse en el sur de
Bali, deslegitiando a sus redecesores (véanse Gunning y Van der Heijden 1926;
De Ka t Ang elino, 1 92 l a; Ko  1 932, pá gs. 227-228, 33 1 , 538, 5 85; pa ra una crítica, v éa
 Boon, 1 977 , págs . 54-5 8). En algunas partes de Bali muy e special ent e en Gian
ar, Ba ngli , Men gwi y, has ta cier to punto, Klungkung, se consider aba que la poses ión o
 usufruct o de ciertas tieas, pecatu, obligaba a sus poseedores o usuuctuaios a deter
nados servicios reales, pengayah dalem; otras, bukti coportaban servicios para el
ueblo» es decir, del desa aat pengayah desa; y otras, faba, los designarían para
 servici o del teplo, pengayah pura. Si n entrar en todos los intentos de interpret ar esta
dv isi ón en té rminos de udal iso uy a enudo utumente incoherentes y siepre
ndenciosos, dendería que e ra un étodo pa ra clasi ficar los tipos de obli gciones de
rabajo a las cu ales estaban sujetos los puebler inos a un señor, u n pueblo, un teplo,
 no un si stea de leyes sobre la tiea. Las tierr as pecatu no eran tierras reales «poseí
das» y endadas pa el servicio de los plebeyos, ni tampoco eran tierras «poseídas por
la colectividad del pueblo y distribuidas ente los miembros del pueblo a cabio de su
onribución al cu pli iento de la s ob ligaciones colectivas del pueblo para con el señor» 
ara la p iera opi nión , véase De Kat Ange lino , 1 92 1 a; para la segunda, Gun ning y V an
dr Heijden, 1 926; par a abas, Ko , 1 932 , pág 575 ; la noción d e Covrubias (  956,
  59) que preten día que pecatu se rería a «salvaje», es decir, a las tierra incua de
  pueblo, es una consi ón. Las tie as pecatu era n propie dad de los que las traba aba n o
 quienes las abían aendado paa que otros las trabajasen; y su rendiieno era on
plado coo el aoyo productivo que hacía posible el cupliento de lo deberes po
cos -, ás ex actaente, polí tico-r eligi osos de sus dueños. Toda la cueón de la
opiedad en Bali es uy contovertida, tal coo ya se ha señalado y tal coo se discuti
  ás adelante (véase pág. 22 3) ; s in ebrgo, lo que no contribuye en absoluo a acla rar
l a e conundir las pr etensiones y reivi ndicac iones i perat ivas, ritu ales, de la propiedad o
d usuuctuaro, o asu ir que los ba lineses las confunden. La sup esión del tipo de vín
 o perbekel n
 los deberes porque los
aúnholandeses tras la
quedaban para conconquista
el negad e a1 906-
través1 908 co ndujodea tenencia
del sistea la iposidecióla
 ra y, consecuenteente, la cea cin de una especie de «peudofeudalis o» , que no ca
150 NEGARA

reía ompleamee e moivaioes políias. Eoes, los esuiosos holaneses «le


yero» anar óiaee haia el pasa o lás i Uo e l s resulao s e oo es o es que
la auraleza exaa el sisema peatu uya i mporai  geera l ha si o enormeme e
exagerda en aqer as puee iserirse o más ailia en exos sobre Bali
ás emrnos e e los e los años vene y reia por ejem plo, Lieik , 1 97 7 1 886 
 88 7  o véase abén Boekian ,  936 , para una opini ón balinesa e ese mismo sei 
o ). Sobe el esar rolo posholan és el nega balinés, véase C Geez, I 963b y, en la
presene obra, lusió, noa 2  
67 N del t.: Auque Geerz señala repeiame e qu  l a organizaión el negara y
el de o se pee ons ierar omo bur rai as, ui li z eueemene lo s érinos
<�fcil  ocer para esignr «argos» oreos en el sno e ihs organizaiones,
es e r e oxos l ingüísi os que jusi rí n el reuso a la rauión habiual e
los érmios enioados por «uionario» o «buór», aunque el onenio o se
ajuara exaamee a lo que se espera e un Esao oideal moerno Ese uso on
raiorio , al meos, i srumenal que hae el auor r sla la iula par a raui
la aego ías i ígeas ao omo para aar la om lej ia el nega y el desa que
se esibn omo o rporaiones, esaal y loal. Para evitar iha ora ii ón en lo po
sible, s ha rerrio a menuo en el exo e asellano  expresiones omo «gos»,
«agen s», e
68. Sol amee el a oz esab sujeo a pagos e aiend . E el sig l XIX, ualqui er p
queña ania e pruos gríolas e seao, ulivdos en la iea aenada nre las
plnaioes e arroz, quaba paa el eaario, au nque habiualmene és so lía h r
pequeños regalos e ese ipo e omi  al seño r Según Ko ( 1 932 , pág. 30 1 ), los apar-
ros, aemás e a rea l mia el renimieno e l iera, ebían ar l señor ao
o inao su ee para iez persona s, dos vee s al año u  pago eonó miamene rivil ;
una u mnoao po  ninguno e mi s i nfrmaes, y n engo ning una segui a s
re lo esrupulos e su umplimino
69 El sedahah gdé abién esaba al argo e los jaines el señor, ispensaba o-
mia a los s ivienes, ami israb a los gasos e las grans ceremonias y l levaba uen a 
los egalos. Una uee prepo erane no para el go  sedahan omo pra el  juz
eran las asas brahmaa, uyos miembros eran exluios sisemáiamee el papel d
perbeke/, al menos ee a los no brahmna. Los sedahan de un seño ue reibían un
poreaje de sus obros omo slari se agrupaba uenemene en sioes d
auero on la loalizaió e sus resinias reseo al plaio: «nore», «ur», «es» ,
«oese», on el eahan gdé oupno el enro, i ion lee neural. Sobre el sim b
lis mo ireioal e B ali , véanse, en l a presene obra, pá g. 1 84 y apíulo 4, noa 1 5 . A me
o e onoía a los edahan omo panglun, aproxi mamene, «proeoe s»  véas
olusión, noa 1 6)
7 Pajeges , e heho, e l érino general par a ipuesos  e ualquier espe ie y había
oa a variea e reuaioes véase apíulo 3, oa 83) El impueso agíoa se es
peaa habiualmene on el ombre e paje padi -padi, «arroz», aunque, ueva
me peen eonrarse oros ombres E o (932 ágs 293300) puee hallars
 bev iveario e las prias relaivas a los impuesos sobre la iea, aunqe la pe
oupa por las miuias más bie impie eener los priipios sales expresaos a
ravés e la páia.
7 E  os poos asos, espei almee haia la osa, doe las soieaes e regan
es sol ía se ás graes, ua soiea e regae s se is rib uía, no eior ial mee, enr 
os, áeas
ñas oesales y, emeores,
so lían ser oseueia,
a veesere os señores
se agrupaban oso,o espeialmee
 res en ua ishaia las moa
ma área sal  Sin 
ebargo, o muho , lo habiual er a que los límies e la s árs sales y e las soieas
ANATOM A POL  TICA: EL PUEBLO Y EL  S TADO 51

de egantes coinci dieran -p obando q ui zás, que los balinese s no eran i ncapaes de acio
 liza r las institu cion es, sino que simplemente se sentían tem peramenta lmente poco inc li-
ados a hacelo
Aunque ecaudados en espece (con algunas excepcones  los  mpuesos eran calula
dos y aqulaad os en kpngs (v éanse pág.  24 y capíulo 3 noa  3  unas mo nedas ch
  de bronce con un agujeo en el ceno. Dez ml kpngs equvalan a un imbag 0
eo». S el mpueso de un hombe ea pongamos dos mbang enía que paga u
ene aoz descasc arl lado paa e qul ba 20.0 kpn g en una balaza de acuerdo on
a sere de escalas smples. En lugar de moneda popamene dchas el sedaha ulzaba
nas pedas esandarzadas ambén llamadas mbang (o medo o un mban y medo
t  cal bradas pevamen e con kpngs y guardad as como posesón po la socedad de e 
es En Tabanan un  mbang equvalía a 28 cattys  del t ] medda de peso h na en
.

ma pae del icul), alededo de 38 l bas (véase Van Bl oemen Waandes   9  S n
ebago su peso no ea el msmo por odo Bal. En Bullng po ejemplo pesaba e do
le 55 catys, alededo de 7 l bas (véa se Lenc k 1 886  887  aunque Lenc k no lo
e allí un m bang evdenemene n o equvalía a  0000 kpngs sn o a 20.000.
El ag ua se ds rb uía en lo s campos a ravés d e una cuadícul a ja de cana e rego y
eaao res de agua (véanse pág. 70 y gua ) ; así pues el mpueso se calcul aba d acue
do con la am p l ud de la coene de riego s dec  de acuerdo con la anchura del paso a
avés del cual el agua uía a una eaza o a un complejo de eaa-. O, dcho de ora
anea se calculaba de acuerdo con el oal de agua enane en la oedad de eganes
ea el qu e uese y q ue luego era desv ada a cada ea za o agrupameno de eaas pa
tula nuevamene las dvesa deermnacones se hacían a parr de la anchua de la co
ene med da según el amaño de la compuera de enrada de agua.
Aquí se pueden pasa por alo las complejdades de odo eso que son basanes. Los
ntos cl ave son: pmeo l a undad scal denro de la soceda d de egantes (no con cden
te necesaamene con la undad de propedad) ea la eaza o erazas egaas desde un
 co canal e n al  segundo como  una vez consrudas e l esquema básco de las cu adí
 las o red es de eg o ea jo ambén lo ean as u ndades scales y cons guenemene
tambén l o era la ca rga scal elava de cada un dad auq ue só lo det de cada sociedad
e reganes deermiada No me esula cl aro cómo se deenaba la carga ca l glo bal de
na socead de reganes -es decr de la undad scal básca o áea scal por lo que se
eere al negara, dado que ése no enía nada que decr sobre l frma en la que se dsr
bua el agua deno de la soc edad de reganes- y cons gu enemene cómo se derivaba la
aga absoluta de cada undad scal en el neo de la subak. Tampoco les esulaba lao
a ms nfrmanes que decían que era smplemene una cuesón de adat, «cosumbr e» y
e en pnc po -pe o no en la pá cca como  nclus o ellos econocían- nunca cam
baba aunque varase de socedad de reganes a socedad de eganes y a menudo lo he
e muy amplamene Las oblgacones scales eran egsradas undad scal po undad
 al en unos manuscros cas sagaos de hoj a de palmer a ll amados ipil, que ea eco
ados peódcamene y en lo que se escb ía el m pues e n un lado y en el o la ub
aón d e la pro pedad y del popeao o popea o s su [s ] nombre[s ] y aldea s  l seda-
a el cabeza de la socedad de reganes y el dueño consevaban copas una pátca que
ebó  nhb r los cambos.
Sobe la base de lo que oyó de labo del enonces sedaha gdé de Pu Gdé de Tabanan
hwa z ( 1 90  ) dce que el  mpueso se elevaba hasa una décma pa e del o al de la co
eha e cualque campo que debera bua; luego a pesar de la eo ía egún la cua el

mpueso se grav abaesmacones


enos pacalmene a pa del agu
de a
la ycosecha
no de laen
ea o del aoz  aldevez
el esablecmeno lasseasas.
 mplPero
casen al
dada la naualeza d la  zcu lura igada véas e C. Geerz l 963a) lo habual ea que
15 NEGARA

una vez a qui laada la pr oducividad, no cambiara demasiado o lo hi ciese muy lenamene.
Las sociedades de reganes recién consuidas aparición muy inecuene dado el rabajo
que suponía no debían pagar nin gún i mpueso dura ne sus res primeros año s de uncio-
namieno, aunqu e a veces se conced ía una de sus parcelas a algún señor. En r esumen, las va-
riacion es e los cálulos de los impuesos, a ravés del iempo y del espacio, era más un re-
flejo de las vriacnes relaivas del pode r de los disi nos señores que recaudaba di chos
impuests y de las soiedades de rega nes que los pagaban que una consecuencia del sis e-
ma ecológico, eremadamee esable y elaboradamene organizado, sobre el que se gra-
vaban. Los dealles de los procesos especícos involucrados s decir, hisoa analísi-
ca vuelven a ser may ormee ire cuperables Pero los daos agmenari os que pude
recoger, más de Gianyar que de abanan, indican claramene que, e el Bali clásico, la po-
líica sal no era una cuesió n meos eplosiva de lo que ha sido e cualqu ier oro lugar
del mundo
72  Habiualmen e, sin embargo ([N del .]la siuación de un plebeyo «sirviedo» a
varios señres, a ravés de redes disinas) no sobre las mismas ieras, ya que los seño-
res no solía recaudar impueso en los campos de oo señor. De odas maeras, icluso
eso podr llgar a ocuir , ya que, nomalmene, la iea ras pasada d e un pleb eyo a un se-
ñor coiuaba siendo objeo de gravamen scal al como la iea ransrida e di-
recció ctraria solía coninuar exena En la prácica, había muchas excepcioes al
sistema e impuesos: en caso de malas cosechas, los impuesos o se recaudaba; nor-
mal mee, las ieras pe teeciees a em plo , sacer does, di versos ip os de aesanos, pa -
rie es anes del s eñor y or os, o esab an suje as a i muesos. A sí que resula ií ci l e-
eina r el gra do de ec aci a y l a presecia del sis ema.
Schwarz ( 1 90   dice que le dij eon nuevamee e el sedahan gdé de Pu Gdé Ta-
baan, de quie n es esperable qu e inavalrara los i ngresos reales e e ne de u nc ionaio
holadés de visi a que sólo ua c ua pare de los aozales es aba sue os a i mpuesos.
Uno de m is inrman es que era un sedahan de Jero Suba mia recauda ba anualmen te
90 imbag d e impuesos a e s sociedade s de regaes dispersas, siedo s u comis ió 1 5  im-
bang (otros inrmanes decía que el esándar para la parte del sedahan era un sexo)
También calculaba soy seguro que muy a gsso modo- que u Gd é recababa 2. 
imbang anua les s decir , alrededor de veine veces la esi mación de un m il lón de kpngs
dada a Schwz por el odo menos esineresado sedahn gdé de Puri Gdé y ambi a
5.  I nclu so en el in erior del l inaje real, los ingresos scales de Gdé no eran los más gra-
des: algunas de las oras casas, paicu lmene Kalran, ambién se acercaba n apaenemen
5.0
e a los kawula
ciones 4. oo la propiedad
imbangdeEn
la cualquier caso, los
iera, variaban ingresos
mucho entescales, como las
unos señores jurisdic-
y oros Por
medio de una serie de inrencias, suposicioes y adivinanzas puras y duras seie que o
voy a dell por la sencil la razón de que no resisir ía demasia das in scciones , m i propia
esaión sobre la pae del total de producción de aroz irrigado que era omado en  r-
ma  i mpues os por los señores de abanan alrededor de 1 9 esaría ente el 3 y el 5 %
7  Véase Ko, 1 932 , pág 307.
7 4 ara la primera opinió, véase Happé, 1919; para la segunda, así como para una
dem ol ón deni iva de la a gumenación de Happé ue Ko deno mina «relao a la me
dida», gpantaseerde wordingsgeschiedenis ([N del t ] raduc ido por Ge erz como justso
sto)  , vase Ko, 1 932, págs 270 273 
Al ser una g eneralización, la sigui ene desc ripción de l a subak y de la relación enre
subak denro de las áreas de drenaje es i evi ablemene sim pl icada y regul arizada, pero

creo que
«puebl o»,sin
el llegar
uso dela preério
conndirnoo se
desorienar. Como como
debe inerprear en el aerior
un sigo comenario sobre el
de que el ómeno
descrio ya no eise: la abrumadora mayoría de ellas coinua haciéndolo. De nuevo, la
ANATOMÍ A POL  TICA: EL UEBLO Y EL ESTADO 15

 minologí es vrid  en extre mo, y, t mbién de nuevo, l he estn dizdo de m n


ás bien r bitrri  mplen do tn ó lo los té rminos que creo más co ientes en Tbnan.
a lite rtu sob e l su bak es dispe s, fgm enti y muy desig ul en c lidd, pero e
u den enco ntrr dto s útles m ezcldos con inútil es en Lie finck, 18 86-1887; 1921; Vn
Ek y Liefi nck 1876 ; Happé 191 9 ; Korn 1 92 3; 19 27; 1932 , pág s. 1 02-1 28; Wrz 1927 ;
Fser, 19 10; V n der Heijd en, 1 9241 925; G radr, l 960a; C. Geetz, 196 4; l 972a; Bi-
lbch 1973.
L subak es un  institución mu y ntigu e n Bli . L pme  renci  ell  por su nom-
 ece en un inscón dtd en el 1 022, ro l menos hci el 896 y e citbn cs-
uctores de túneles vénse Goris 1 954, vol. 1 , pág. 23; Swell engrebel 1 960, pág 1 0 1 1 ;
se t mbién Ko rn 1 932 , págs. 9 1 0, sí como l re ferencis llí citd s) . En l edid
n ue l subak h cmbido en su s práctics técnics y en su orgnización lo  h cho
almente de rm muy lent. L breve descripción ue d Ko ( 1 932 , págs 9 1 0 d un
bak menciond en un inscripción no dtd peo probblemente fechble ldedor
l 1 050 no muest r drencis crítics en su og nizción con l o gnizción d e l s-
bak tl como sbemos ue e  principios del presente siglo y tl como continú siendo d
cho en muchos sitios . En su descripción de Bngli en 1 876, Lienck  1 877) reclc ue
no e hbín credo te zs pr el cul tivo eg do del oz reiéndose posibl emente 
bak y no  t ezs individules  «desde hcí muchos  ños» y n 1 957 1 958 , no ui
pz de encontrr  ndie en Bi que tuviese ni ide de cundo hbí sido ndd su su 
bak. Pr el período entre 1 89 1 y 1 906, el si stem de subak, en su  m trdicionl estb
undmentlmente completdo en todo Bli y unque segurmente siemp se ibn podu
iendo diciones y su strcciones mrginles de terrz s s í como cmbios en sus fontes
l sistem en su conjunto er extremdmente estble. L modeizción holndes del su
ini stro de gu sobre tod o en l s subak de ls tie b js más gn des expndió lgo
odo e si stem.
75. L existenci  de tierr poseíd p or señores y trbjd po lugreños en tnto ue
aendtros  pes no contrdice est generlizción y que en dihos csos e el
aendtrio y no el señor u ien er miembo de l  su bak , de facto si no de jure, y en l-
unos csos  tmbién de jure. L cit se reere  uno de los retóricos encbezmientos de
Wittgel 1 957  unto con «Un Estdo ms u erte que l sociedd» «Poder despótico: to
l y no benevolente» etc.)
76 E grupo de subak co n derechos estblecidos trdcionlente sobr e el gu de un
ol pres no b un socedd de eg ntes por encim de l subak. El tbjo rutinri o
e mntenimiento de l pres er llevado  cbo por seprdo y lterntivmente por cd
un de ls subak, de cue rdo con clendr os jdos consuetudinriente y s in ue nun
a un trb jse en los c nles de otr . Cundo  ocsionl mente se reuerí un potción
yor de erz lbol omo cundo l pes r esu ltb dñd por un in undció n el
bjo se orgnizb  trvés de los jes de ls diverss subak de cuedo con un plan ad
hc, pero  l luz de l  costumbr e. Estos untos impl icb n lguns consults  e-
iones y de vez en cundo conictos pero tods ests relciones tenín lug  sbak 
bak
77. Algun os de los elementos del dig rm los tmp los vrintes tiial dl río
[bypasses], y demás serán exp licdos más delnte. P r si mp i cr he hco el di gr-
  ptir de un cso en el ue l pres principl sirve  un únic subak Calculo nue-
mente sobre l bse de estimciones demasido comples detlldas y specultivs
 r ue vlg la pen describils uí  ue lededor de 1 900, h bía poxi mdmente

8 %subak
50 en Tbnn
ocupbn menos dcubendo unscd
50 hectáes 15000
unhectáres. De estse n subak,
repesentndo lrededo
conunto el 40 odedeunl
ier y lededo del 98 % estban po r debo de ls 1 50 suponiend o en conun t c
154 NEGARA

ca del 85 % de la tea Po tanto el tamaño medo de una subak debía est en too 
las 35 hectáeas el odal en too a las 1 5, dento de un nte valo qu iba desde 1 o 2 hec-
táeas hasta casi 300 El tamaño de una subak y s u topogaa tendían a esta altamente co-
elacionados: la uhak más altas y menos planas tendían a se pequeñas las más bajas y
más panas e an má and es (véanse guas   0) 
78 . Dado qe Ja teah es la un idad estánda dent o de cualquie  subak aunque va-
íe de subak a subak-, no es sólo una medda de agua sno también una medida de tie
a de smente y e aoz. Una tenah de tea es aquella tiea egada po una tenah de
agua (los popietaos de tiea balineses todavía tienden a expesa la cantidad de tiea
que pose en en tenah, que es una me dida elatva en luga d e en hectáeas que es una me-
dida absoluta) Una tenah de si ie nte es sufcie nte pa a pl anta una tenah de tiera Un
tnah de aroz se poduce en una tenah de terra sembada con una tenah de simiente y
egada con una tenah de agua. Natualmente exi sten va iaciones ecológcas en el inteio
de la subak, el contol del agua está leos de se absolutamente pe cis o y las cu adícula s de
ego no son tan egulaes como su epesentación conceptual. Todo esto povoca vaia-
ci ones en el tamaño de las tenah en s us acepcione s eidas al agua a la tie a a la si-
mente o l gano así como inconguencias ent e el las y se emplean dives os tipos de
métodos ad hoc paa coegilas También la popocón ente teazas y tenah es exte-
madamente vaable nclu so en el i nteio d e un kecorn A veces  una tenah de agua pue-
de ega una teaa (tebih), peo más a menudo egaá vaias que pueden petenece o
no a un únc o pop eta io. En el últ imo caso se hacen necesaios algunos a juste s de pe 
sona a peona De todas fmas todas estas compleidades coresponden a la micoes-
tuctua de la subak, aunque paa se ealstas e debeían tene en mente no tenían e-
lacón con la oanización estatal y no necesitamos peocupanos más de ellas en el
pesente estudo
79 El diag aa que esu lta al go más g ande qu e la subak media ha sido sim plicado
mostando la cua dícula completa de un solo ker, Aa. Los otos most ía el m sm o pa
tón geneal peo sendo difeentes su topogaa y la histoa de su desaollo vaiarían
acusadamente en cuanto a las secuencias pecisas de divisiones que condujean a las tenah
nales.
80. Los llamados cultvos de secano (maí tubé culos veduas) e an poducidos a ve
ces en tea zas duante una parte del año aunque en ni ngún s tio con la extensión que hoy
ocupan Como mucos de el los también eque ían iego la oganización de la subak se im-
plicaba aunque d e ma lmitada en su cultivo V éase Lief inck 1 886 1 887 .
8 1  Debe hacese n ota qu e el ga do de subdivisión de la subak vaiaba ampl iaente
En pequeñas subak, en su mayo pate de las tieas altas a veces no existían las div si one s
korn y tmpk, en cuyo caso el « equ po de agua» venía a componese de tod os los m iem-
o de la subak más que de una pae de ell os  La delegaci ón de tabao del conunto de los
bos en una pate de ellos se ha nceentado duante los úl timos tiempos con el avan
ce e la monetaización la supepoblación la particón de la tiera el aendaiento y el
abe o de los popietaos  Aun así la liteatu a dea cla o que el modelo del seka yh
ha  el p edominante du ante un tiempo ás bien lago: Ko 1 932 , pág. 252; Lieinck 
 88  87; Happé 1 91 9.
82  E gueo d e este ta bao cons istía en li mpia  los pequeñ os canales  ab y cera
las competas de paso que ecanalizaban el agua mantene en pe diques y sendeos 
hace epaacones enoes en todos estos elementos un tabao continuo y oneoso 
peo que no el tipo de taea paa la que se necesita un contingente laboal masivo  e
hecho el típico ho as
cumplid os po dos aeglo o que
hombes unosedeocupaban
lo s típcos
dea eglos
todo supon
el tabao delía tunos de do
tmpk ce vez al
Una
mes ba lin és el equip o enteo se eun ía paa lleva a c abo las enas l igeamente ayo es
ANATOM  A POL  TICA: EL PUEBLO Y EL ESTADO 55

 fuese necsa o hace l mpeza del c anal p ncipa l, epa acón d la pesa del ío,
  tea.
El témino usual paa un m iembo de l «equ po de agua» e a el de pekasih. Sin emba
go, ste témno vaaba d e s gn c ado a tavs de Bal i En algunas áeas denot aba al líd
l quipo del agua ue ea llamado más ecuentemente klian seka yk- más que a sus
mbos. En otas, dentaba al dgnte de toda la subak l klian subak- o incluso a
 cago po encim a de la subak, el sedahan. Los miembos del equpo d agua ean llama
 n ocasones Sinoman o pengayah subak.
83 . Como la sc ald ad del Esta do (véase capítulo 3, not as 70 y 7 1 ) la sca ldad d e la
ak ea al mismo tiempo complicada y divesa en oganzación, siendo la lteatua que
 cupa de ella todavía más consa y más contadictoria de lo nomal. Se puedn ncn-
a d scusion es sobe el patcula en Kon , 1 932  págs. 292300; Van Bl oemen Waandes,
 9; S chwa tz, 1 90   Liein ck, 1 886   887; y Van Eck ,  878 1 880 
En geneal, se distnguían dos tipos pincipales de impuestos: los esencalment secu
as y los esenci almente elg ioso s am bos se gavab an n función del pocentje de agu a
 la subak ut li zada po un homb e y, consecuentemente , en nc ión de las cntd ads 
v as de tiea que poseía, de simiente que plantaba y de aoz que osechaba. De todas
mas, se ebe ecoda que «ecula» es un témno muy elatvo po lo que especta a
·
al: no hay páctcamente nada completamente despovisto de signcación eligiosa. El
me tipo de i mpuesto  denom nado usualmente pajeg, como la cat goí a gen eal ba
 part e, tal como ya se ha e xplicado (v éase p ág. 1 O  ), al seño e n cuya «áea scal» se ub
aa la suak, m entas que el  esto ea etenido po la suak paa costea sus gas tos de ges-
 Aunque el klian bak ea también esponsable de ecauda la pate del paje paa el
o y de entegala al sedahan, los membos de la subak sólo tenían un vdadeo con-
l, tanto esp ecto a la magnitud c omo espe cto a su gasto, de la pae de la suak El se-
ndo tipo de i mpuesto onocido habitualmente como suwinih o upeti toya- s destina-
a a suaga el compleo sistema itual, co n múl tples niveles, elac onado con el cultivo de
adío del aoz, sistema que seá ab odado más adelant (vé se pág 1 06)
Las multas se t pcaban en la constitucón de la suak a wigawig subak kertasima )
y  establecí an po cualquie cosa ent e no asis t a una eunión de l a subak y oba agua
mo la pate del pajeg coespondiente a la ubak, pasaban a ntega el eao de la
ak
Las disputas concenient es a los l ímtes, los deech os sob e el agua y cuestion es s mi 
as se solían esolve «ea de la cote». Peo en casos seios o petinaces, ea el kma
ak el que uzgaba di ectamen te y sus decs iones ean vnc ulantes, ajo la amnaza de l
te de l agua, es deci, de la expulsión de la ubak.
La expes ón «tansenci as de tiera» se li m ta natualmente a las teaza s de la subak
a tansaccione s en sí mi smas ean pvadas. E l ol copoatvo de la subak se educía a las
 cones de testmon o colectvo y, e n el caso de disputas, de «mmoa» colectva e
 «elaciones extenas» ([ N. del t ] el auto utiliza la e x pesón /o reign relatio ase
s adelante.
84 Corentemente, ls klian ubak ean elegidos, peo en algunas ocasn an
 ptados po sus pedecesoes en algunos casos, el cago pae habe d al menos
miheedtao, mentas que, en unos pocos ejemplos depedig ados nnguno de
l ls en T abanan po lo que yo sé, el seño los des gnaba a pa ti de una l ta de ca n -
 datos pevamente pesentada p los miembos de la suak Los klian n cobaban
 l eaio de la subak, ben ecibían una tiea popedad de la subak paa ue la taba-

 n tiea
n no compada
cobaban a menudo
en absoluto. con ndos dl
Habtualmente, el eaio,
klianbn las dosdecosas
dsponía a la vez ocom-
un pesonal
sto o los klian d los dvesos tmpk ncluso a veces, de los kecorn a ls
1 56 NEGARA

que se añadía n ens ajeos, «poli cías» , etc. Noalente, ea é l qu ien design aba a todos
estos hobes, aunque los iebos de la ubak debían apobalos. En algunas subak
poco dienciadas intenaente, los niveles de oganización técnica y política podían
coincidi. Peo, de hecho, y en conta de lo que paece sugei la liteatua ás esteeo-
tipad a (véase, po ejeplo , Cova ubias, 1 956, págs . 72 y sig s. ), esto ea la excepci ón
ás que la egla.
En el inteio del kma subak, las decisiones se toab an po «consenso del gupo» .
Teóicaente odos tenían la isa voz: las diencias en la cantidad de tieas poseídas,
en el estaus ( «casta» ), en e l sexo, o en cual quie oto cto «extínseco», no actaban a ste
princ ipio de igualdad. Natualente, en la páctica, dichas di encias ope aban, tal co o l
hacen en cualquie sistea político. Peo, si juzgaos desde las condiciones pesentes, el
gado de cupliiento de esta igualdad ideal ea paece habe sido notable. Hoy, las di-
encia de iqueza y estatus ente los iebos de la subak son ayoes que nunca, peo el
pinci pio de igual dad de voz contin úa siend o exteadaent e vigooso. Paa un estudi o e-
ciente que apoya esta opini ón, véase Bi kelbach, 1 973 ; paa una discu sió n odea e incis i-
va sobe el proceso d e toa de d ecis iones de l os gupos bal ineses en geneal , véase Hob rt,
97.
85 Paa una pa noáica gen eal del «c ulto del aoz » en B ali en sí i so, nada
ás que una odicaci ón, una elaboación y una e mulación índica del odelo panin-
done sio de «l a ade del oz » o «la bod a del a oz» ( véase Wilken, 19 l 2b ), véase Wir z,
1 927 . U na beve descipción de u n veda deo itual de cosecha, cop letado con l a fao-
sa uñeca de la «ade del aroz» (Dewi Sri) puede encontase en Covaubias, 1956,
págs. 799 ; véase ta bi én L iein ck, 1 886  1 887.
Vuelve a se necesario entiza la enoe viedad en los detalles itual, oganiz-
ción, teinología, a pesa de las d ien iones de sob erero de la isl a, o tal vez a cau sa
de ella s; nuevaente el cuadro que se ofece ha sido si pl icado en aa s a l a claridad. P
algunos de os aspectos del gado de vaiación de los sisteas ituales paticulres de cada
subak, dentro de un patón gene al, véase C. J Gade, l 960a, aunque tr abaja con atea-
les de l sig lo xx, no del XIX.
86. La noción en juego es que los bedugul a enudo ll aados tugu tmpk o catu
son lugaes en los que los dioses «paan» o «descansan» cuando viajan po el capo E
concepto de «paa da o estación del caino» es geneal al si stea de teplos bali nés , e n -
cl us o tep los pincipales y lo s alt ares d e su inte io so n conside ados coo esta cio-
nes en el c a in o espe cto a teplos tod avía á s i portan tes. Todo esto f a pate de a
vi si ón gene al de los bali neses sobe el cent o ejep la y sus éplic as, y aún tiene que ser
adecuada ente t atado en el aco de la extensa liteatu a sobe la eli gió n bal inesa, pese
a que, en  i op inió n, se encuenta en el coazón de su estructua. Para el ol de este co n-
cepto en elación con los teplos de paientes, véase Geetz y Geetz, 1975, sobe todo
pg 60.
Respecto a lo dicho, se debeía señala que, adeás de otos téinos altenativo s
(M.1ei, Pu Subk), el Pua Ulun Caik es llaado en cietas ocasiones Pura Bedu-
gul coo opuesto a bedugul sin pu, «teplo». Una de las pinci pales azones d e
la enoe vaiedad teinológica en Bali (otas azones incluyen el ogullo de estatus ,
envidias y celos en te gupos, endoga ia y algo que sólo se puede llaa ju guetonerí a
obsesiva e justaente este odelo d e cento ejep laás éplic as, ya qu e es p osible
util iza cai cua lquie téin en todo el tayecto, hacia aiba o hacia aba jo , de la escala
que dene. ual quie teplo, gu po de paiente s, oganización, títul o o lo que sea que est é
s
lejos del cento cuando
esplandeciente es una éplica, una iagen
se encuenta en el debilitada de la isa
cento o ceca cosa,tanto,
de él. Po billando
un téin áo
coo bedugul se puede aplica a todo aquello que vaya desde el eno de lo altaes de
ANATOMÍ A POL Í TICA : EL PUEBLO Y EL ESTADO 57

 dra hasta un im porta nte templo agrí cola regiona l ; un tér min o cmo pekasih se puede
 l car a to da aquella persona comprendida desde un mie mbro del equipo de agua hasta
n recaudador de im puestos real. Gran part d e las d isputas sobr l a rela ción del sitma
atal balinés con el sistema pueblerino -nega y desa, ambos tér min os también a j us
bls, así como los enfques extrmos obre ella «pueblorepública» o «despo
 mo oriental», brot an de la insuficient e apre ciación de et hecho, de la incapacdad
ra atravesar la extraordinaria pantalla terminológica que han construido los balin
 para las realidades sociológicas que dich a terminología denota . No tiene mucho sen-
do discutir sobe si los pesakih eran funci onarios estatales, funci onario de la subak o
¡ rbajadores del riego !, hasta que uno decide de qué tipo de pesaki etá habln do. El
 mo criterio impera a través del tablero: ded la conducta ritua l, la stratificación so-
l o la estructura política hata la tenencia de la tierra, la organización del prentsco
o l ly.
87 No todos los miembros de la subak asistían a toda las ceremonias; a mnudo,
 mpleme nte enviaban or enda s, dejando que el sacerdote y el equipo del ag ua prepararan
l mpl o y llevaran a cabo ' la verdader as plegarias y demás ritos  A direnc ia de los i m
ustos, las oendas las fa�_sas banten (véas e Belo, 1 93 ) no se relaciona ban con
l amaño de la tierra o el gasto e agua, sino que eran iguales para todos los miembro
 la subak efejand o otra vez la igu ldad d e estatus leg al de todos el lo s Estas oenda
nten eran absolutamente obligatorias. Un hombre podía intentar ludir, y a veces con
ito, un i mpuesto u n trabajo comunal o una multa , pero nunca el requerimiento de una
rnda.
88 . Véase pág 83 A direncia de lo demá s temp los mencionados, tanto para la aldea
mo para la subak, el Pura Balai Agung no estaba ligado al «calendario permutacional»,
u  operaba auto máti camen te ( véane C Geertz, l 97 3h  Goris, l 960b), s in o al calendario
 nar, que , en contraste con el permutacional, está coelacionado con la ronda natural de las
aciones. Siendo uno de los Kahyangan Tga (véase pág. 83), el ura Balai Agung no se
ncon traba en la subak, sino en e l borde  algo más allá del bord e de una área habi ta
 cercana. Un arreglo bastante común era que los m iembros de una «aldea de costumbre»
s decir, la pemaksan del desa adat- celebraban los rtuales en el Pura Balai Agung,
ro las oendas u otros materiales era n provistos por los miembros de l a subak o las subak
ociadas como en el caso de los banjar, más de una subak podía asociarse al mi smo tem-
 lo. El Pura Balai Agung es uno de los más interesantes, pero menos entendidos, d los
mplos balineses; para algunos comentarios más bien especulativos, véanse Goris, 1938 y
l
0a;89 Ko,
Otra 1932, págs. 83
vez dier en ylosigs.
tér minos. El Pura Ulun Suwi (o Siwi) es llamado a veces
ra Kayhan, «temp lo del agua» o de manera más sencil la, Pu Émpelan, «templo de
  resa».
90. Por mor de ser cl aro, los diagr amas ue es tán basados sobr e los mapas d la -
 na de Rieg o Bali nesa están simpl icadas en cuanto que subak que consi stían en aes
 continuas s han dibuj ado como continuas, subak colindantes se han dibujado con un p-
o espacio entre el las, y los contornos ontrizos ha n sido suavi zados Sin mbargo, tal
 mo se indica , los di agramas están dibujad os a esca la.
Está claro que los diagramas r epre sentan situaciones contemp orán eas (  97  1 98 ). A
 dda que tuvo lugar la consolidación y expansión de subak bajo el gobirno holandés,
  cieron hasta el punto de que las subak contemporáneas son alrededor d dos veces más
  ndes (promedio de 77 hectáreas versus 3) que al fnal dl siglo XX y su número totl

 di
astorsión
reducidoesenmucho
un 40 %mayor(326en versus 40).
las tierras ba Esto es verd
ja s que en laads altas,
par a los
yacque
incoudiagrama, pero e
e en las prim
ra s en la s qu e la s mencionad as consolidación y expansión tuvieron mayor impacto D to
NEGARA

das mane a el at  ítio es que aunque en el ad o de 1 957 1 958 se haya exage a
do el ontaste de tamaño ente las subak de las tieas aas y las de las tiera altas la
gadaión geneal otenida en el siglo XIX y ietamente tam ién antes ea en eali 

dad incluso más ave (siendo las subak aas gande y onentadas y las altas peque -
ñas y dispesas)
9 1 . Véanse p g 98 y apít ulo 3  nota 69  Tas la llegada de los holandeses e aio-
nalizó el istema edahan se onvitió a los sedahan en funionaios nativos y se les
coniie on «egone s del agua» deinida s in talando a un únio edahan gdé po en ima
de tod os ello s en ad a una de dihas e gione s (Taanan B adung et  . Véase onclu sión 
nota 
N. de t : a expesión «dominio» eida a los sedahan- vuelve una ta ducción
muy o l iteal de bailiwik, el teitoio ao la uisdición de un bai antiguo ago de
admn tado de la coona  itánia; véase apí tulo 1 , nota 29
92 Debeía queda  lao que no petendo que estos «pocenta es » sean ias eales
ino sencillamente una manea de expesa mis estimaciones ualitativas y más ien a la
ligea de las popoiones geneales de invesión en taao po pate de ada uno de los
niveles del sistema Se dee añadi que ocasionalmente dos o tes subak, o más usual-
mente ss equipo del agua coopeaan en algnas faenas que los eneiciaan olecti-
vament e. De todas maneas esto ea a pequeña escala e ineuente. En l a medida en que
fuesen capae los mi emos d e los dis tintos equipo del agua o de las dis tintas subak pe-
ían t aaa en taea s omun es de m a otat oia ms que col ectiv a. En c al qui e aso
todas esta ativi dades ente ubak e negoiaan según iteios ad hc ente lo diecta-
mente impl iados sin se coo dinadas desde a ia
93. . de t: Geertz utiliza la expesión hoy water, que puede taducise po «agua
endita santifiada» o «agua sagada santa» Pese a una posile consión on onceptos
istianos la pimea taducción es la peida haitualmente dado que la santidad del
agua no es intínsea sino se onsigue a tavés de un itual. Inluso en el cao de aguas de
uentes y manantia le que tamién son con sideadas holy water (asos en que la tadución
de «agua sagada» pae e más apo piada ) dic has aguas han adquiido su santidad deido a
la aión de alguna deidad Véa se capítulo 4 not a 1 8.
94 La cadeni a etaa «genealmente deteminada» poque los estadios se detemina-
an a pati de cál ulos del calen daio n o de la ose vación e interpetaión de la natuale-
za. Natualmente etos álulos del alendaio etaan pepaados de tal manea que se
apoximaan a los cilos ecológios lo suciente paa que el sistema unionase peo si
po  alguna azón en un momento dado  est o deaa de oui haía ma s paa «ea ju s-
talos». En tod o lo qe si gue  se dee e coda que los alin eses no son víctimas de su sis
tema itual: lo usan Su misma apaid ad de se usado da testimonio de este hech y a que
my diil mente se podía hae  desa oll ado tanto si no ue a a tav és de un l ent o poceso
de enayoy eo atento a los de talles de la agiultua Los estadios espeícos de u evo-
ló están más allá de nuesta capaidad de ecupeaión salvo a tavés del tipo de taa-
o  eológico uidadoso y ien asteado que los aquelogos paeen esistise a pac ti-
a e mateiales «históios»
 omes alineses paa las eemonias son: a) Amapeg Toya; ) Nyamu Nge
pei  ) Mubuhn d) Toya Suci; e) Ngerstiti (o más oloquialmente Nghinin) ; f
Memb Kung os estadios séptim o octavo y noven o e enue ntan tod os ao el epí -
ga geneal de Ngusaba más los caliativos apopiados onstituyendo en ealidad fa
ses de n no etadio. a p inial ust iica ción de una mulaión en nueve esta di os
(en luga de iete o seis  si se elimin a Ngeestiti o mo un elemento e petitivo y  li c o) es
que ésa ea la manea en que la onceptalizaan mis inmantes Una vez el estadio p 
meo se ha ía ll evado a ao en u alq uie aso atiula en un día deteminado en el a
ANATOMIA POLITICA : EL PUEBLO Y EL ESTADO 1 59

  ario, se fjaba autom áticamente , a través el calenari o permutaci onal, el momeno
 a los e tadio egun o, terc ero y c uato; los et adio s exto,  éptimo , octav o y no veno e
 e rmina ban por una combinació n e uo e l calendario lunar -, más ex acta mente o-
 /lunar y e oberva ción del est ado real e l os campos ( y dicho eta o real de los cam-
  venía a l men os apro xima amente eter minado por la cha el et adio te rcero, el plan -
 ; una con cepción del itema má s elegane, p ero no bali ne a ólo h abría nece sitao
  estadios prm ero y terce ro, en tanto que etaban unidos el u no al otro y ligados al año
 lar ; lo otro se d erivan de ésto s). El quinto estad io e f ijaba n epen iente mente para
a Pura Ulun Carik , siendo el í a ([N del t. ] ¿e nicio  el cicl o de 3 5 ía?) aqu el en
e caía e l odalan el pu r , cada 2 1 0  ía (véase capítu lo 3, nota 2 7). El primer etadio,
 el nivel de la subak , se co ordinaba co n el ía dalan el Pur a lun Suw  ; lo eta i os
s épimo, oc tavo y noven o, co n la cele brac ión anual del relevante Pura Balai A gung , e-
mi nada po r el calendario mi xto, solar y lunar 
Para dejar claro cómo uncionaba todo esto en ealle, se necesitaría una extena i
eón sobr e lo sitemas bal nee  de cálcu lo el emp o Dentro e éstos, y ta l como ya
e ha indicado, exi sten os sólo para el  istema de calendario: uno e permut acional e ine
eniente de las estaciones naturales el otro está anclado en dichas estacione, sin ejar
e ser básicaente combinatorio en u aplicación. Lo dos funcionaban interrelaciona-
 También se haría necesaria una invetigación sobre las nociones metaica de días
l leno s» y «vacíos» , algo t otalmente fuer a de lugar aqu í. Para alguna s e esta cuesti ones ,
an se C. Geertz, l 973 h; Gori l 960b Para el s imi lar i stema javanés, véa se Riclef, 1 978 ,
g . 2232 38 . La curio sa noci ón e salón e Bloch ( 1 977) , e un marxismo r ecalenta-
, según la cual los sistemas de cálculo del tempo balinese e divien en contextos
 ual es» y «prácticos» on el método permu tacional y la concepción el tempo que en
 erra connado al primer tip  es senci llamente lsa, como l o son las infer enci as que de
la extrae. Pa otras crít icas sobre este tema, algunas más s istemáticas que las otra, véan
e C. Geertz, l 972a (done e hace una comparación con un sitema noteaicano batan-
e stinto de meir el tiempo co n agua) C. J Gra er, l 9 60a; Soeka wati, 1 924 Wirz, 1 927
Van Geuns, 1906, pág 5659.
95  La «cima » el si stema, el punto más alt o en el cual e cultivaba a rroz de regadío en
a l , se situaba a unos 3 500 pies  pero el grueso co n mucho de la tea el padi ([N del t. ]
rroz»), en Tabanan como en el resto e la ila, se extendía por ebajo de los 2000
e . El «fono», la base del si stema, estaba, natur almente, al n vel el mar o casi .
96. A lo larg de una ga rganta fluvi al determinada (véase pág  6), las Abe turas de
gua estaban calibradas con bastante precisión Sin embargo, enre gargantas, las ecuen
a no se coelaconaban exactamente, dado que tampoco eran iénticas las circunstancia
uántas subak estaban implicadas, topografía, caudal e la corriente). Pero había una am
l a coordinación, de tal manera que, en un momento eterminao y a una altitud de termi
aa, to a la subak e l área se encontr abn apr oximaamente en el m is mo estao ge
l e cultivo
Tal vez también e ebería ejar clar o que el ciclo ceremonial no sólo jaba l em
o de la tareas que clbraba explícitamente (inundación, plantao, coecha e, sino
ue también toa la secuencia e cultivo (arar , qui tar la hierbas, depeja r, ec ) e rienta-
ba, al menos e una manera gen eral y eriv ada, en rer enci a a dicho cic lo.
97 . Los aspectos técnicos y ecológicos de la agricultura d e regaío el ar oz son mu-
ho más complejos de lo que auí se puee decribir. Sobre ete tema en general, véase
rst, 1 959  para la ituaci ón particul ar en Indonesia, véase C. Geertz,  963a  para Ba li, Ra
enholt, 1973.
El régimen cl imático balinés es monznico, pero sól o presenta una estación seca p ro
unciaa en los perímetros eptentrnal, ccidental y oriental (en el nordeste y en el no
1 60 NEGARA

roeste el clima llega a ser demasiado seco para poder pacticar el cultivo de regadío del
arroz). El inteio meidional goza de una pluvioidad significativa a lo largo de todo el
año (entr e 1 5 00 y 2000 metros cúbicos en las zonas aoceras), que permite, durante la
estació n seca, el cre ci miento de cult ivos egados d isti ntos del aoz (maíz, cacahuet es, etc.)
y, en algunas zonas vor ecidas, un a segunda cosecha arro cera. S in embargo , ta l co mo se
ha resaltado anteiormente, el plantado de cultivos de (más) secano está hoy mucho más
extendido que duante el siglo XIX, como lo está el cul tivo en gener al sobre campos de se 
cano. En 948 alededor del 80 % de la tiera arrocera de egadío en Bali se encontraba
en el in terio sueño teniend o en cuent a que el note y el oeste se han beneci ado más de
la ado pcón de técnicas europea s que, en cu alquier caso, no están muy extendidas en
B ali paa expan dir sus tieas d e regadío, pue de inrirse que en el sigl o XIX el porcen
taje meidional debió ser aún algo más alto. De todas rmas, en general, y a diferencia
de Java, la distibución del cultivo i rrigado del aoz en los período s pecolonial y posco
lonial es más o menos la mi sma. Para una excelente pa norámica de la agr icul tura baline -
sa, véase Raka, 955.
Sobre el concepto de «ctor limitante», el ctor que en primer lugar ena la expan
sión de un ecosistema, véase Clrke, 1 954 Naturalmente, en ciertas circuns tancias, l os sue-
los apropiados, y especialmente la temperatua, son y han sido ctores lim itantes en Bal i.
Pero, en genera l, ninguno ha s id o ta n impoante com o el agua. La distribución del aoz d e
egadío viene determinada, a grosso modo, por la disonibilidad de agua mucho más que
por la cualidad del suelo, la temperatura xcepto en las cumbres y en las cúspides geo-
gráca s del sistema  o incluso, qui zá, la dispo nibil idad de luz solar  el desa oll o por los
balineses, a diferencia de la myor pae del resto de Asia, de variedades de aoz no to-
sensibles ha permitido plantar y cosechar a lo largo de todo el año, lo que parece haber eli-
mi nado, o r educido muc ho, la mencio nada di sponib ili dad de luz solar como  ctor li mitan-
te (véase Ravenholt, 1973) La escasa evidencia existente (véase Ko, 1932 págs. 102 y
si gs. ) parece indica qu e la expansión del si stema d e subak se produjo desde las tieas al
tas hacia el ma, en sentido de scendente, tal como sugiere es te si stema r tual . Sin embargo ,
como en otros aspecto ya tratados, este tipo de trabajo etnohistórico trabajo que requie-
re una combinación in usual de compet encia arqueológica, antrop ológicocul tual, ecológi
ca, histórica y lingüística, que podría realmente sancionar o desautorizar esta opinión,
si mplemente no se ha hech o.
98. El B atu Kau  «cásc ara de coco» da nomb e también al templo, que e conoce
como Pura Batu Kau . Por «templ o panbali nés » se quiere decir uno de los «seis grandes tem-

plos
sakih»,l lo s Sad
másKahyangan , yaSad
grande de los come ntados (véase
Kahyangan en laspág. 65 ; capítulo
laderas del Monte3  Agung,
nota 2 la
). Como
más saBe-
grada de la montañas balinesas, Pura Batu Kau es realmente un complejo de templos, un
conjunt o de lugare s de culto si mból icamente disti ntos y sicamente separad os. En e l i nte
io e este complejo, la veneación po los recursos hidráulicos no era más que una pae
d un si stema mucho más amplio de ceemonias «estatales», egionalmente centrada s, so-
be el que volveré más adelante.
En cualquier caso, como los otos Sad Kahyangan, Pua Batu Kau estaba asociado
exptamente con dicha veneación por los recursos hidráulicos (lagos, fuentes ,
ríos . . ) y eicado a aseguar las ben dici ones di vin as sobre el agua de riego. En uno de
los subtemplos, en el llamado Pura Sasah («templo de la siembra de semillas»), habí a
alta res paa los dioses de los lagos de montaña más importantes de Bali, así como una
especie de lago «mic ocósmico» en la frma d e un estanque ar ic ial . Era en este sub -

templo en el
los líderes que eubak
de la celebaban losedotes,
y los sac ritos delos la klian
Abetua
y losd el Agua e gi recibía
pemangku, ona l. Cada uno deo
un pequeñ
ecip iente de agua bendita duant e la ce emo nia. Al volver a su s espectivas subak, lle
ANATOM Í A POL TICA: EL PUEBLO Y EL ES TADO 161

aan consigo este agua que se uti li zaba all í en unos itos si mi laes, l levado s a cao en
l ua Ul un Suwi, paa p oduci un agua tamién s im ila paa cada cabeza de tmpk
o de kecoran, que a su vez la llevaan a su bedugu/, paa unos itos similaes y una dis-
iución si mi la, y nal , a lo s popiet aios de las te razas; e a una especie de « eplicación
el agua sagada» que coía desde la ms emota de las entes hasta la última de sus
alicaciones.
Los ito s conc etos, así como el mantenimiento cotidiano, del ua Batu Kau los lle -
aa a cabo una casa casi sacedotal, peo suda, de un pu elo cecano, Kebayan, W ong,
Aya Gdé ( véase map a 3) . Se cons idea a que el popio Haio Dama haí a asign ado esta
aea a dic ha casa, y que ésta la ealizaa «en nombe de todas las gentes de T aanan» y,
 una fma concebida como ms vaga, en nombe de todas las gentes de Bali. Des-
ués de la ceemonia pin cipal de Aertu a del Agua  a la que podían asis ti el cakorda
y los punggawa, particulamente cuando había habido dicultades el año anteio, el
upo de pleeyos continuaan llevando a ca o los si guientes ocho pasos de la secuencia
n l a pesencia ni de los sedahan ni de los klian subak. En situaciones esp ecales pé 
ida de la cosecha o lo que fue a, los campes ino s a veces inc lus o no poc edentes del
áea de Tab anan habían hecho el peeginaje ind ividua l paa asi sti en alguno de esto s
ituales, como también lo habí an hech o uando la ocasión lo exigiese el ey, los se-
oes y los edahan.
Paa un conjunto limitado y ms bien poco peciso de datos soe el Pua Batu Kau,
véanse C. J. G ade, 1 960b, pgs. 7 , 2 1 , 26; Hookya as, 1 946a, pg 1 87; Pe ddlema s, 1 932 .
stoy paiculamente en deuda con mi investigado asociado indonesio R. Rukasah, que
vivió duante va ias semanas en un puelo vecino de Pua Batu Kau.
99 El sistema no ea tan nítidament e jequico como puede sugei el texto En cada
esta dio conceto l pl antado, po e jem pl , las c eemonias se celeaían al mism o
tempo en el templo, en lo s divesos alt aes , en los tmpk y kecon y en las teazas; y los
asistentes se solaparían. Los miembos eciiían agua bendita de manos del sacedote del
templo d e la subak harían oen das en los altaes bedugul y, si multneamente, dispondía n
omida paa los espíritus en los diques de las teazas. La asignación de esponsabilidades
al klian y a su plantil la incluyen do los pemangku- en el nivel de la subak, al equipo de
agua en los niveles inteos de la subak, y al popietaro en el nvel de las teazas, ea sim-
plemente paa estar seguos de que al menos al guie n haría lo que se tenía que hace, so pena
de catst ofes natual es (teemotos, plagas de atas, ep ciones volcnica s, enrmedades de
los cul tivo s) Ya que, cada subak deeminada, cada se conceta del ciclo, tamién podía

setemplo
el vi sta ci lment
de la e, y así
subak, lo ea,
otas como
en los unadegan
altares las s ceemonia en sí
ubsecc iones mi sma,
y otas en launas celebatan
s teazas, dasf
en-
ci lmente como todas ellas podían se vistas de la rma e n que, en n ció n de ojetivos ana-
líticos, las he descito en el texto
1  No había una taazón de cic los egion ales ms ampli a, panisl eña o siq uiea me-
idional , sin duda poque no haía espondido a una necesidad pctica. De todas mas,
los ituales de Besakih inc luían súpl icas de agua d e iego suciente y til izadoa paa to do
Bal i, en una especi e de Abetua del Agua de alcan ce in su la.
1 O 1 . Cita do en Wheatley, 1 97 1 , pg 457.
1 02. El s is tema ceemonia l estaa fuetemente efzado po sanc ones tanstem
poales léase «eligiosas» En el pesente texto es imposile entan en el pode de
lo que nosot os peo no los al iness  ll ama íamos sancione s so enat uales. Baste
deci que, en B ali , tenían y continúan teniendo una ueza extaodinaia, inclu so dent o

del
ga contexto de las que ssesaca
con las necesidade han svenido l lamando
tal como soc iedades
se expesa a en l ta adici
mayoíonaa les
de .loLas casos
pena po
en se-
ju -
ies de obliaciones ituales maavill osamen te det alladas, e lao adas y expl ícita s ea
162 N EGARA

instántanea, segua y teible. Yo, particulamente, nunca he conocido un balinés que to-
maa los equeimiento ituales, ni siquiea equeimientos nimios, a la ligea. Incluso
gentes que, hoy en día, no pae cen cee en los dios es n el sent ido de no c ee sus mi tos
o in c uso no dando c édito a su «existen cia» eal continúan haciendo, en fm a de de-
bee s ituales, lo que esto s dioses «i nexistentes» e quieen, y, consi guientemente, conti -
núan evitando la catást o.
La liteatua obe la eligión balinesa es vasta, peo casi toda se compone de descip -
ciones de costumbes, análi si s lo lógicos de tex tos y si stematizaciones espe cul ativas sobe
la «cosm ologa balinesa ». Paa int oducciones gene ales a la  eligi ón bali nesa, aunque nin-
guna del todo satisctoia, véanse Swellengebel, 1960; 1948; Covarubias, 1956; Sth y
Zoetmuld e, 1 968, pá gs. 346374; Ke sten 1 947, págs. 1 25 1 70; Go is, s.f. ; Mesh on,
1 97 1  Hookyaas, l 964a; l 973a; Gonda , 1 975, par te 2. Paa una codicació n balinesa, mo-
deniante y algo desvirtuada po valoaciones éticas, véase Sugiwa, sf. El mejo libo
paa enti genuinamente lo que es la «elig iosidad» bal inesa es Be lo ( 1 960), peo , desa-
tunadamene, sólo se centa en uno de sus aspectos . A escala mucho má s modesta, he tata -
do de describi pate de las actitudes eligiosas balinesas en C. Geetz, l 973c; l 973e. Paa
inc usio nes menoes, pero m uy peceptivas, en este áea, véanse Bateson y Mead, 1 942 ; Ba-
teson 1937; Belo, 1949; 1953; Meshon, 1970. Sin embago, todavía etá po escibi un
tabajo sobre la eligión balinesa vedadeamente integal, desde el punto de vista antopo-
lógico modeno, verstehen.
1 03 . Paa un pano ama gene al de la «ley de agu as» bali nesa, en la cua l egulaciones
intenas de la subak y egulaciones ente subak se mezclan caótica e ind iscim inadamente ,
véase K o, 1 932 , págs. 6046 1 . Véase también la se gunda colección de tatado s de Lie-
inck ( 1 92 1 ).
Etas eglas se incooaban a menudo, como otas «leyes conuetudinaias», en los
tatados de «al ianza» ente negara (véase pág. 66) ; peo, tal como se h a exp licado, esto s ta-
ados no ean cuepos de legislaciones egias, ni tampoco esultados de negociaciones
diplomáticas en el sentido modeno de la palaba. Son afimaciones políticas de pácti-
cas lagamente establecidas (en este caso, establecidas po campesinos). La eglas tam-
bién se escribieon en las constituciones individuales (véase pág. 80) de las subak impli-
cadas
Se debera hace nta que haba todo tipo de ae gl os es pecia les ente subak local-
mente elacionada, incluyendo uniones ocasionale ente ella. Las uniones confo-
maban un nivel de oganización débilmente corpoaiva, intemedia, en este sentido,
ente las inten samente copoati vas subak y la egiones sin ningún tipo de copoación
asociada. Todavía más ocasionalmente, había eglas de pecedencia, según las cuales
subak secundarias tenían deechos que se consideaban deivados de aquellos disfua-
dos po otas subak Lo intincado de todo esto ivalizaba tanto con el paisaje balinés
co con l a mente balines a; esta ú ltima, como ya he apunta do en oto luga (C. Geez,
1 9 no contempla la simplicidad, la claidad, la egulaidad o la consistencia como
viu es.
14. Rukun es el sustanti vo, luego signica «aoní a», «paz», «conco dia», «unidad» ,
aunq s de hecho invocado paa sugei el poceso a tavés de cual se alcanzan estos es
tados ies. Paa un comentaio incisivo sobe el concepto de rukun en u n contex to social ,
véase o enjaaningat, 1 96 1 ; se tata de un estudio javanés, peo,  espeto al rukun, la
si tuación bal inesa es fundamentalmente idéntica a la ja vanesa, de jando ap ate los detalles
instituc iona le. Y o mis mo he comentad o los po cess rukun javaneses en el apéndice a

C. Geetz, 1965.el kma banjar (véase pág. 79), el krama ubak pohibía explícitamente ,
105. Como
en su «constituci ón» , la i nterfeencia de cualquie o to oganismo o i nstituc ión, incl uyendo
ANATOM  A POL Í TICA : EL PUEBLO Y EL ES TADO 163

l negara y amaba su sobeanía incondicional en sus popios asuntos de manea nada


  cieta Po lo tanto, el Estado no tenía en absoluto deechos en el inteio de la subak un
echo que los señoes no sólo acep taban, sino que lo contemplaban como una «ondicó n»
tua l, tanto como lo hací an los campesi nos Dent o de la subak, un seño  independien-
e mente de lo elevado de su ang no ea nada más  n témino legale s, e n todo cas
ue un miembo como cualquie oto y cualquie intento mal de eivindica una coni-
eaci ón especi al en azón de sus estatus político dent o del si stema estata l seía y ea ta-
ntemente ec hazado como si mplemente iele vante, tal como d emuestan lo poco s caos
en que se intepusieon semejantes demandas y se echazaon sumaamente Repito que
eto no signica dende que la pominencia política, y el pode que la acompañaba, no
ontaba en B ali co mo había contado en el esto del mundo, sino sencil lamente sue  cómo
e veía ado a opea de hecho De todas maneas, y en témino compaativo, ea bas
ante sop enden te el gado en que se contenía ta l em inencia y tal pode, tan to en el banjar
como en la subak.
106. N del t: Paáasis del dicho inglés, Fish in tubled waters, equivalente al co-
ocido eá n castellano «A ío evuelto, ganancia de pescado es »
1 07. Au n así, no e an ni la úni ca cau sa imp otante ni la pin cipal de las causas d e di -
h a viole ncia Dada la combustib ilidad ya descita de la o ganización estat al balines a, cual -
uie  tipo de conflcto a pequeñ a escala podí a desencadena ápid amente conon taciones
il itaes de más alto nivel  Para una inscipción estatal eida a la denición de deecho s
de una subak, pesum ible co nsecuencia de disputas que se habían eca pado de los mecanis -
mos de contol local véa se Gois, 1 954, vol 2, p ágs 1 7 1  1 72.
1 08. Sobe las polities acé las, vé anse Middleton y Tait, 1 958 ; Southall, 1 954
1 09. Este diagama es una nueva idealización d iseñada pa ra oece un cuad o gene al 
Hay dos apec tos más del sistema de la subak que qui zá debeían se  abodados Un o,
el ol s imból ico del seño supe mo como «popieta o» del a gua de la e gó n, e s tatado más
delante (véase pág 223). El oto es la cuestión de cómo se  maon la subak, y el posi-
le papel ecto y plan icado del Estado en dic ha mació n
De hecho, e l ol del Estado en l a constu cción de aozales ate azados y s istemas de
iego paece habe sido men o, en el mejo de los casos (véanse Happé, 1 9 1 9; Van Stein Ca-
llenls, 1 947 1 948). En pime l uga, casi c on segu ida d, el c ecimiento del sistema de la
subak e un poceso muy gadual, y no un esue zo col ectivo de una vez, un esezo que
habría equei do la coodinación autoizada de enoe masas de homb es  a el sig lo XX,
el sistema estaba ndam ental mente completo, peo, incluso antes del siglo XIX su expan

sión ea lenta,


altamente mesuada paa
centalizados y cai impeceptible
lleva a cabo obasLadenoción segúnimponentes
iigación la cual se nece
eposasitan
en laEtad
ig- os
noanci a de este hecho : semejantes obas no se levan tan de golpe véase Leach 1 959 , e
pecto a las nociones de «mentalidad gupal duk hei miana» en eencia a las obas de ie
o de Ceilá n el sis tema igao del note de Luzón véase Ba ton, 1 922, en el cual  se
da ningún tipo de Estado centalizado, apoya la misma eflexión sobe el poblema de la
igació n y la cent alización polí tica en gen eal, véan se Wheatley, 1 97  , págs 29 y g
Adams, 196; Millon, 192.
En segundo lug a, los equeim ientos m icoecológicos del cu lti vo de  de e ga-
dío militan en conta de gandes opeaciones diigida de fma centalizada, y buena
pate del tab ajo más impesi onante pe itaje , constuc ción de túnel es, pesas y acue-
ductos, etc  ea ll evado a cabo, a cambio d e una paga, po  gu pos de campesinos es -
pecial izados en estas ta eas El conocimiento ingen ie o e, incluso, el equipam iento t éc-

nico
nivel (intumentos
de desa ollode
máinspección, de peitaje,
s bie n impesi onante etc)
Los de estos epecialistas
detalle alcanzó
de la «inge nieía deun
iigación »
bal ine sa, un a mateia f ascinant e, no se pueden aboda en ete tabajo, peo, pa a al u
1 NEGARA

nas indicac ones s ugeren tes relativas a la construcción de túneles algunos de el los te-
nían tres kil ómetros de l argo y se encon traban a cu arenta metros de prof und idad, véa-
se Korn,  92 7 De toda s rmas , está por hacerse un estud io comp leto sobre el tema, des -
de un punto d e vista écnc o.
Resumiendo, las subak balinesas se co nstruy eron de la m is ma rma que se mantienen:
localmente y pea a piea. En realidad, es d icil tra ar la l ínea div sora en tre ambos tpos
de actividad En a literatura preholandesa, no he encontrado n una sola descripción de la
construcción ex ih lo de una subak, ni tampoco ni nguno de ms inrmantes pudo re cordar
algo parecdo, aunque recordaban con cierto detalle toda una serie de extensiones, reduc-
ciones , d vs iones o reo rganizaciones de las subak ya existentes.
  O Resulta obv ia la deuda de est a cla scación y de tod a la línea de análisi s que si-
gue para con el marco analíti co constr uido por Ka rl Polany (véanse Polanyi y otros,  957 ;
Polany 1 977 ) Quizás porque su tono er a ta n a menu do polémico , alrede dor de l trabajo
de Polany ha crecido un debate persistente, extrañamente amargo y no teiblemente in-
is ivo entre las aproximaciones al anális s de las economías «premo deas», conidas co mo
sustantivista y rmalista (para algunos resúmenes sobre la cuestión, véanse Dalton,
 97 1 ; LeCair y Schneid er,  968), debat e en el que d ebo consar que me resulta difícil
encontra al gún in terés. Mi propia opinión es qu e modelos maxi miadores, min imi zadores
o minimaximizadores pueden tener un enorme poder exlicativo cuando imperan las con-
diciones para s aplcac ión, que pueden ser poder osamente deso rientadoras si se aplican a
situaciones don de dichas cond icones no impera n, y que dichas condiciones a veces imp-
ran, pero más ec uentemente no lo hacen, en la s economías «prmitivas », «arcaicas» o como
se quiera llamar a economías sin bancos centrales, sin comisiones estatales de planicación
y sin escuelas de negocios. Como la ancianta que escribió a Bertrand Russell acerca del
soip ssm o, no pedo entender por qué no todo el mund o sostiene esta posición sumamen-
te sensata.
El sistema de mercado en el Bai clásico se lmitaba a un omercio al detalle y de esca-
la muy pequeña de artí culos de consum o d iario, tales como ali mentos, in strumento s senci
llos y combust ibles, un a activida d protagoniz ada casi e xclus ivamente por muje res ta nto
sudra como riwagsa que traían sus productos de casa paa venderlos. Tales mercaos
(tn-t) se celebraban por las mañanas y rotaban en un ciclo de tres días, una especie de
«semana de mrcado», que denía a su vez un área de mercado que solía englobar siete u
ocho desa ada. A jugar por las inscripciones muchas de las cales estaban chadas 
acuerdo al día de la semana de mercado y fecuentemente dirigidas a los desa adat del áea

de mercado
algún tipo decomo
signis cación
rmaran una menor
política entidad, el siáea
en el de mercado
stema era una
ega; pero unidadsiendo
continúa que tenía
oscu-
ro cuál pudo ser exa ctamente (véase Goris,  954; la primera rerencia a mer cados y a se
manas de mercados es del siglo 1x: vol. 2, p ágs   9 1 20). Los lugaes o «pl azas» de mer
cado se situaban habitualmente en el espaco ente a la casa de algún señor (en Tabanan,
esa asa era Puri Anom; véase mapa 3). Y como cualqui er otra cosa tea, agua, gentes
y des, el lengua je quería qu e el señor «posey era» el mercado. En cualquier caso, im
pona  puestos r elativos a él tal como ha cía con las peleas de gallos, que, las tardes de
los días de mercado, se celebraban e cuentemente en la gal era (wantilan), cerca del lugar
de mercado sobre las peleas de gallos y los mercados, que estaban íntimamente relac io
nados en el Bal cl ásico, véans e Liefrinck,  877 ; Van Bl oeme n Waand ers,  859 ; y C.
Geert, l 97  nota  8) a moneda util izada en las transacc iones del merca do y en las
apuestas de las peleas de gallos era el kpng, la pieza china de bronce ya mencionada en

relación con lp aágscal


lante (véase  24)idad
 Seag rícola encontrar
pueden (véase capít ulo pocos
u nos 3 nota«decretos
7  ) y comentada
r eales » al go más ade
aswa) con
cernienes a las tr ansacc ones me rcantiles (véase, por ejemplo, einck,  92  , pág. 20  );
ANATOM A POLIT  CA : EL PUEBLO Y EL ES TADO 165

ero, en general, son muy raros, rareza que sugiere que la regulación de los mercados a
diferencia de la mera legitimación de su existencia, como en las incripciones no parece
aber sido una preocupación importante de los señores. Para una breve descripción de un
ercado de proporcione s aparentemente cons iderables en Bad ung, alrededor de 1 8 1 2, véa
e Van den Broek, 1 834 , págs 228 229 (aunque el autor tie nde a exagerar la escala de las
cosas en Bali ).
En cuanto a las relacione s de intercambio jadas tr adici onal mente, im peraban entre ar
te anos especialzados herreros, tejedores, techadre músico, bailarines, actore,
etc. o ciert os especiali stas ritua les y los campesinos or dinao s. U na ve z establecidas, ha
bitualmente entre grupos más que entre individuos, tales relaciones tendían a ser perma
nentes much as de el las continúan intactas e i mplicaban inter cambios recír ocos de
arroz y de otros productos a cambio del servicio o de la manuctura requerida Más aún,
los señore más prominentes establecían lo que anteriormente he llamado «relacione clen
tel ist as» (véase pág. 58) con al guno s de los grupos más destac ados de artistas y a rteano, en
las que estos ú ltimos aportaban sus productos o sus habili dades y los primeros su patronaz
go político, eximiendo a artesanos o artista de ciertos impuetos, servicios rituales o debe
res de guarda, y permitiéndoles ciertos privilegios suntuarios, títulos y demás omo a los
brahmana, amenudo se permitía a dichos grupos elegir a sus perbekl, más que estar bajo
los asignados por las puri y je. En Tabanan, había grupos plebeyos de tejedores, hee
ros, orfebres y plateros, y músicos con semejante estatus de «clientes» «pordesignación
real» ([N del t] Geertz par ece jugar con la rmul a de las licencias comerciales inglesas
«by appointment of her Majesty. . » y con el sig ni cado distinto que se suele dar hoy a la
.

palabra «cl iente») de media docena de casas punter as; se rec uerdan sus posiciones privi le
giadas, actando a sus relaciones sociales omo e l matrimonio, por ejempl ha sta el
día de hoy. Para un comentario general sobre dichos grupos, véanse De Kat Angelino,
92c; 1922; compárese con Goris, 1960c; C Geez, 1963b, págs 9397; Moojen, 1920,
ágs  1 1  1 6.
1 1  N del t : La expresión ut ili zada por Geertz es tde port, traducibl e po r «puerto
comercial ». Sin embargo, no se tra ta de un puerto comercial habi tual, como el autor s e en
carga de especifcar. Algunas alteativas de traducción no acaban de cuaja, pero puede
valer la pena mencionarlas para en tender la peculiaridad de la ex pres ón exami nada en el
contexto de la presente obra «puertofctoría» (aunque recuerda demasiado a las instala
ciones europeas d e tendencia monopoli sta en las costas aoasiáticas, mdelo que ca be en
el concepto uti lizado por Ge ertz, pero no lo agota) o «puerto de trata» (ex presión que se
ría tal vez la más adecuada si no era porque en castellano el significado de la palabra
«trata» ha acabado restringiéndose al «tráfco de seres humanos y, particularmente, de es
clavos ne gros» ).
1  2 Sobre la « tala socracia» en el anti guo mundo malayo, v éase Wheatley, 1 96 1  so
bre los «Estadobazar» javaneses, véase C. Geez, 1956 Sobre los primeros Estado in
donesios en general, véanse Coeds, 1948; Hall, 1955, cap. 3; y sobre Srvijaya, véanse
Wolters 967; 1970.
El trabajo clásico sobre el comercio indonesio temprano de Van Ler ( 955) pro
porciona el cua dro de Java entre 1 300 y 1 700, aunque nece sita el suplemento d e Me il ink-
Roelof sz, 1 962 (véase tambié n Brissenden, 1 976, para un bre ve resumen gener al) . Por lo
que se reere al siglo XX, la descripción de Resink ( 1968, pág. 322) del «archipiélago
bajo la m irada de Conrad» de mestra que el patrón gener al no resultó en abs olu to tan al
terado, al menos inicialmente, or la llegada de los barcos de vapor y la abertura del Ca

nal de Suez:
66 NEGARA

Sólo después d e haber estado en e país bata k, en  as s as Sudra [s c ] Menores, o


en e  nter or de Mac as ar, empezará uno a ca ptar e hecho de que, a ojo de Conrad e 
tuvo en las ag uas mala yas entre 1 883 y 1 898 , una ec onomí a mercant y marnera de
«blancos y marrones», nteaconal, emera, perférca y heterogénea, mperaba a lo
largo de las cotas de las slas ndonesas, dejando paso, apenas unas poca mllas te
a aentro, a a homogéneas mcroeconomías de lo renos y terra ndonesas, que
eran oscuras en más d e un sentd o

Sobre puertos d e comerc o en general, véanse Polany,  963 ;  966; para un crítca de a
dscusón subguente, véase Daton 1978.
1  3 Para a c ta, véase Van Leur, 1 95 5, pág 86  Sobre el tráco de especas eu ropeo
y, partcuarme nte, holandé s, vé ane Glamann,  958  Maelman,  963
1  4 La cta de Gbb on es oecda en Van Leur, 1 955 , pág 8 5
 1 5. Tal vez el mej or nd c o del rela tvo aslamento come rcal de Bal  sea el hech o
de que el número de r es dente s ch no sempre haya sdo bajo, en relacón con el resto de
ndones . In clu o en  920, qunce años después de que la nstaua cón del goberno ho-
landés aumentaa as oportundades de los mercaderes extranjeros en la sla, sólo había
unos 7 .000 (o e 0,4 % de to a la pob lacó n de B al , fente a 1 ,65 % para e  conjunto de
Indon es a, el porcenta je más ba jo de todo e arch pél ago exceptuando Tmo r y Tapanu l ).
Para algunas etmac ones sob e la poblacón ch n a en varos Etado de l Bal  merd onal
alededo r de 1 900, véase Schwartz, 1 90 l . Para una v só n gen era sobr e su papel en el
conju nto de las ndas Orentales Holandesas, véase Van Ve mn g, 1 92 5.
 1 6 Véae De Gaaf,  949, págs. 2452 46, 27 2. Blambagan , el últmo nega javanés
en ress tr tanto a lo holan eses como a la s lam zacón,  e den ddo hasta el nal (  777 )
po  topas balnesa s
 1 7. Véase Sc hiekem  955, págs. 2 1 , 29, 3 2, 227 V éase tambén MelnkRo elofsz,
962 , págs .  02, 43
1  8. Véase Tarlng, 1 962, pág. 70.
 1 9 . Véase De Graaf, 1 949, ágs. 432434.
20.  del t. : Pa o phu, embarcacón m alaya o ndone sa, prov sta de balancín y
vela tangular.
1 2 1  Véase Van B oemen Waande rs, 1 859 (véase u n resumen pa rcal en nglés en
Hanna, 976, págs 6465). No se explcaba cómo se enjugaba el déct en el baance,
pero, en cualquer cao, todas estas cas no se deben tomar demasado al pe de la letra.

No
zabasólo son meras
a través del s estmacones,
tema oc al.no quedec
Y aún una vo,
buena e nporcón
tant o qdel comerco
ue el noásse mporta
puerto m canal nte d e
Ba l en re al dad, s u ún co puert o  mportante, S ngaraja era, sob e too despué de la
década de  850, parte de un s stema d e comer c o adm n tad o, señor a señor o chno a
chno, por toda la sla; por o tanto, no se puede entender asadamente Van Bloemen
Waanders estma que del total anual de 30 .000 picu (medda de peso chna equvalente a
una  33 ,3 3 l bras ngles as; en Malasa e ndonesa  de donde podría ser org nara la
paaba, un pikul equvaía un tanto vagamente a peo de un hombre, aunque tambén
se ut aba a exact a medda chna; en las F l p nas,  a palab ra e transmaba en «p co»
(. del t  ] en castellano, equvaente a   ch nanta o 63 kg y 262 g) del prnc pa pro
ducto de exportacón, el aoz, cerca de 20.000 provenían del sur de Bal; y de 300 caja 
el prncpa producto de mportacón, el opo, arededor de la mtad e ban al Bal me
donal.

nesa Bandar e  a paabra


de la palaba perasaque
pea shah, para «emporo»
desgna , o «centro
a «rey», comer
al «señor» (véase »; su es a
cal Puad, rma
1961).  bala
organzacón ntea de os kebandaran, «renos comecales» , no está c lara, per o no par e
ANATOMÍ A POL ! TICA: EL PUEB LO Y EL ES TADO 167

 que uesen territoria les. D ifrían m ucho en rentabilida d, los dos más valio sos rendían
I 300 flor ins a nual s, mie ntras que los do men os va lioso s sólo llega ban a 120; el total de
 tas s umab a 4.28 5 flor ines, aunu  aparntm ente cada renta iba a parar a un seño r dis-
n to de quien  e dcí a que «po eía» e l kebndar n . Los seño res a ñadían diversa s entradas
a las «renta o alqu iler s del comercio » pro piamente dicha s: co braban peajes or trans por-

ar las m ercanc ía ha cia o desde l su r, el o este y el es te; im ponía n imp uesto s a los merca-
dos, a las peleas de gallos, a las bail arinas y a la produ cción de sal; vnd ían cas sel ladas
cialmnte ; y grava ban con multas l comrcio ilegal.
Pa una serie de edictos estatales de l a parte balines a de Lombok, que exonían l a po
ición de monopolio de un subandar y las rgulaciones que gobeaban el comercio exter
o, v éase Liei ck, 1 9 1 5, vol. 2, págs 1 -25, sob re todo ágs 1 3- 1 9 Pa ra Bali pro piamente
 lunkung y a rengaem, véase Korn, 1 922, págs. 55- 56
1 22. Véae Lieinck  8 . Se dic e u las import aciones, mayorita riament a través
d Singaraja, rondaban los 100000 florines, siendo otra ve el opio el principal producto
iportado (alrededor del 50 % del valor tot al , seguido de los tejidos y ropas de algodón
35 %) y completando el conjunto con algunas de la «eslén didas ni miedades» e Gibbon,
ales como orfebrería y porcelana. Las xportaciones ue seguían vías un tanto má dis
rsas, pero también con Singar aja en el lugar pre rente totaliaban cerc de 2000
florines, incuyendo café (60 %) , ganado (20 %), ao  ( 1 0 %) , pile s y maíz (un 5 % cada
no. También auí el tráco estaba en mano de di ez subandar chinos arrendados (se dice
ue el total de l a población china en este área basta nte interior ascendía a «alrededor de una
docena» , que aendar on sus «reino comer ciales » a no menos de tre c eñor es ; los rendi
intos sumaban unos 400 0 fori ne anuals, aunue Liefrinck resa lta secam ente que «de
 en cuando, e preionaba [a los chinos ] para que rea lizara n otras contribuciones». Lie
inck no dice cómo se repa rtían esto 4000 florines entre los distintos señ ores o reinos co
rciale, pero, rcuiendo al patrón gener al, se puede asumi r que dicho rearto debía ser
bastante d esigual 
De cualquier manera, y aunque tampoco estas cif as haya u tomarlas al pie de la
ra, la rentas comerciales de los señores representaban unos ingresos conjuntos casi
tan alto s como los que se habían seña lado diecisi ete años antes par a el área coster a de
S ngar aja , m uch o mayor, mi entra s que el porcentaje sobre el comercio bruto que repre
sntaba n dichas rnta s e había incrementad o desde un 0, 5 hasta 1 o 1 ,5 ; too ello par e
ce indicar una rápida expansión del comercio y, paralelamente, una intensificación del
interé s de los señores en él Lief rinck prop orciona otro indicios de lo mismo. Los pre
cios en Si ngaraja del ganado de Bagli se había n doblado en die años; hab a «entonces»
cinco «pasos » de pea je poseí dos por señor es entre Sing araja y B angl i; en dos décadas,
l importaciones de opio habían subido de dos cajas anuales a treinta Y todavía hay
más: a pesa r del sistema de monopoli o, ex istía una dura compet encia entre los compra
dores chinos de café y mucho contraban do La mu ltip licación de lo s subandar chino in
dpendientes dat aba sólo de unos pocos año s, mientras ue, anteriormente , había sido un
«cl iente» chino del s eñor uien había mo nopoli ado un tr áfico mucho más peueño Ha
cia 1 876, casi todos los co merciantes chinos había n nacido e n China y no n Bali, tal
como era habitual prviament Paralelamente a los indicadores económico balineses,
las peleas de gallo parecen haber crecido dramáticamente, en ecala y en frecuencia,
hasta l punto de ue «en e l área comer cial de la capital , casi cada día» haba una de las
grands
Por lo  ue respec ta a lo u e stab a sucediendo al mi smo tiempo en la propia Si ngaraja

u continuaba
ta u el siendo
año anterior unaseldos
principal cntro de
mil personas almacenaj
habían y distribución,
emigrado Lieick
allí desde Bangli, resal
para traba
jar como jo aleros un nómeno notable y sin precedentes
168 NEGARA

1 2 . Véase Schwartz, 1 90 l . Está cl aro que para las regione s que se mencionan, des-
pués de 1 80, el opi o era el principal imp ulsor de l comer cio balinés, tal como lo había sido
la tr ata de esclavos hast a 1 8 1 5, cuando Rales acabó con ella o al menos la debilitó muy
seriamente (véase capítulo , nota 5) Los señores de Klungkung estaban cobrando no
menos de 1 000 orines al mes en rentas comerciales por pe rmiti r dic ho tráfico ; os seño -
res de Kren gasem estaba n cobrando 2.5 00; y Schwaz enc ontró vend edores ambulantes
ch inos oe ciéndo lo en algunos de los pueblo s más oscuros de la is la just o después de a
conquista holandesa Van Geuns ( 1 906, pá g  28) da una consu mición de «casi media t one-
lada por año» para Badung. Sin duda alguna, estas cias vuelven a ser estimaciones y,
como los holandeses contemplaban el comercio del opio como un mal soc ia mayor ( para
un comentario general sobre el im pacto del opio en Bal i, véase Jacobs, 1 83  ; compáre se
con ol, 91 ) , posiblemente las exageraran Pero mis infrmantes confirman que el opio
era my ampiamente consumido, apuntando que, hacia naes del sigo pasado, casi to
dos los adultos, hombres y mujeres, eran adictos; en Klungkung, un infrmante de la casa
real ue er a un niño en aquella época  recuer da que, en el pala cio, el humo llegaba a
ser tan denso que los lagartos, presos de un sopor irresistibe, se caían de las paredes. Sin
embago, e efecto en la economía era cuaquier cosa menos soporíro La demanda de
opio parece haber sid o e principal motivo, para la expansió n práctica mente pa ra su i ni -
ci  de la ex portación de bienes : café, ganado, ta baco, derivados de l coco, azúcar y de
más. Con una ironía apropia da para un pueblo introvertido, e  mercado d e os balines es tra-
dicionales re cibió su estímulo más erte de un narc ótico Korn ( 1 92 , pág 53 8) señala
la ase «Que no caigas en la venta ambulante de opio como una bendición paterna en
Bai, e n 1 844
124  del t  : Material parecido a agodón que envuelve as semias de un árbol tro -
pica del que toma su nombre malayo, Ceiba pentand o C casearia, y que se utiliza pra
rellenar colchones, cojine s, juguetes d e «p eluche» . . .
1 25  Las dos uen tes principales sobre Lan ge y sobre las descripciones del pu eo
comercial de Kuta que siguen son: Niel sen, 1 928 (una biogr aa danesa traducida al ho-
land és); y, más impo rtante, Hems, 1 882, págs. 1 7 1 , 1 9620 0 (una historia de vida detalla-
da y vivaz, recogida en el lugar don de se desarr ol la la acci ón y sus alrededores en tre 1 847
y 1 849, períod o en el que Hel ms, q ue también era d anés, e asi stente de Lange) V éase
también Hovel , 1 849 1 854, qu e hizo su m oso reis ([. de t. ] «raid, expedición») a Bai
en uno de l os barcos de Lange. Un breve resume n popul ar de a carr era de Lange se puede
encon trar en Hanna, 1 976, págs . 50 59. A lgunas caas intere santes escritas y recibidas por
Lange sus coesponsales son su esposa balinesa, los señores de Kesiman (una impoan-
te casa de Badung), señores de Tabanan y Meng wi ; y diversos contacto s bali neses se pue-
den encontrar en Van Naerssen, Pigeaud y Voorhoeve, 1 977 , págs. 1 46 1 55 
1 26. Ya alr eded or d e 1 820, había a lí [en Kuta un pequeño f nde adero con una
trei ntena de merca deres chinos residen tes y ot ro tant o de «mu su lma nes», que l os eu-
roeos visi taban esp orádicamente En 1 840, coincidiendo más o menos on la lega da
de ane , y tal vez estimu lado po r ella, la semiofcial comp añía comer cia holandesa,
Nedelandsche Handemaatschappij (N.HM.), arrendó allí derechos comerciales ex-
cl us ivs or parte de un seño r, el de Kasima n, por 1 .000 gu ilders ( [ de t. ] unidad mo-
netaria holandesa). Los holandeses consideraba a Lange como un intruso. Pero, des -
pués de acosarle durante un tiempo, el gobierno colonial simplemente decidió que era
mejor conve tirlo en su agen te comer cia l en lugar de la N  H. M , cuyo s esf uerz os nunca
legaro n realmen te a despe gar; y así lo hi zo en 1 844, después de capacitarlo como ciu-

dadano holandés.Holandesa
Indias Orientales Si tenemos enN.H.M
a la cuenta a el preciodeque
cambio s tuvo que pagar
renuncia el gobieo
a los derechos a de l asd-
qui ridos 1 75 000 guil ders , resulta evident e que, para en tonce s, el sitio no e ra un a
ANATOMÍ A PO  TICA: E P UEBLO Y EL ES TADO 169

ro posición de 1 000 guild ers Final mente, cuando los holandeses, visto su éxito mili
r en el nor te, ata caron el sur de Bali en 1 848 1 849 perdien do a su coma ndante en
e un gran númer de hombr es, y vién dose diezmados por las enf ermed aes an
e negoció un tratado de paz recibiendo, según Helms, a «todos los príncipes con un
quito de cer ca de 40.0 00 hombr es [ las fuentes holandesas dicen «s ólo 20 .000»] ( .  . )
e nombre d el raj á de Badong» que permit ió que los holandee e reti raran si n más
daños. Sin embargo, la incursión se acompañó de un bloqueo que al parece, resultó
an per turbado r que inició el declive de Kuta (vé ase capí tulo 3  nota 1 35 ). Cuando an
e murió en 1 856 (según Hel ms , de un co razón eco nómico ro to mientras que ot ros in
núan el veneno), Kuta volvía a ser una pequeña factoría, bastante periférica y sólo ti
iamente activa, llevada, a su vez, primero por el hermano de ange y luego por su
obr ino, que fnalmente lquid ó la empr esa y vendió sus der echos a un chino ( els en,
 928, págs 6 2-7 6, 1 491 77 Helms 1 882 pá g. 66 7 1 , 1 98) Cua ndo Sc hwa rtz (véae
chw artz, 1 90 1 ; compá rese cn Van Geuns 1 906), el resi dente holandés de Bul ng
 sitó nal mente Badung en el cambi o de siglo, e l establecimiento de Kuta ha bía pe r
ddo su i mportancia en vor de Kasum a que era el flo reciente puert o comercial de lo s
eñores de Klunkung, al este, y en fvor del también floreciente enclave e Singaraja
hacia el nor e po r tier ra vía Bangli (véase capítulo 3, nota 1 22 ) en realidad, dice,
as condi cione s se habían deteri orado tant o que «l os seño res » retiraron el arrendamien
o al suces or chino de Lange y tra taron de llevar personalmente el puesto, lo que sól o sir 
ió para consumar el desast re.
1 27. Helms ( 1 982) sí menciona «biene s de Manch ester» (pág. 4 0); así pues, pr obable
ente la ro pa y los tej idos tamb ién eran important es , como sin duda lo eran las armas pese
a que no las mencione en absoluto en su descr ipción de la guea de 1 848- 1 849. Nie lsen
( 1 928 ) ue, como Helms, pr esenta a Lange como densor  e la libert ad balinesa como
romotor de a paz y como leal representante de los intereses holandes es, todo a l a vez sí
menciona que, por aquel entonc es, los bal ineses poseían un mil lar de rifles y veinticinco ca
ñones; pero no entra en l a delicada cuestión que se contesta a sí mis ma de cómo llega
ron a obtener dichas armas y las municiones necesarias para dispararlas, si no era a través
de la s ocinas del agen te comer cial de las N .E .I  I ndias Orientales Holanesas par a el
ur de Bal i. Hanna ( 1 976, pág. 5 5) dice que «en la cúspie d e su carrera, a me diados de la
década de 1 840», Lange esta ba hacie ndo nego cios por valor d e un m il lón de guil ders al año
ólo con Java, y hay que tener en cuenta que «el comercio con Singapur y China debía ha
ber sido inc luso más productiv o» 
Para una rer encia de paso al co mercio de armas de La nge, véase la cata qu e le envía
el señor de Mengw i en Van aerssen, Pigea ud y Voorhoeve 1 977  pág. 1 53 .
128 N del t : «Pas», castellanización de la palabra utilizada para desgnar una pe
queña moneda de cob re empleada en las Indias Orientale s que equivale a l a cuarta parte de
un anna (die cise isava parte de una upia) ; adaptación de la palab ra paisa, moneda india  em
leada en diversos países, que hoy en día equivale a la centésima part e de la rupa Geertz
utili za la transcripción inglesa pice.
1 29. Para las citas, vé ase Helm s, 1 882 , pág. 40. Como sólo estuvo en Kua dos añ os
y medio no estaba realmente en posición de observar el movimiento de os precios a
argo plazo Pero la cuestión es que los precios se establecían deiberadamene, sin ser
manipulados aparentemente, y se aislaban en la medida de lo posible; y esto se hacía en
rminos de monedas compradas en el extranjero como mercancías y vendd as loc almen 
te como tales, y no en términos de moneda «estatal» evaluada de frma general de as

cuale, natur almente,


sitio en Indonesia . niDe había e negar,
hechoenSchrieke ni tampoco,
(  955 pordice
, pág 247) lo que yo en
que, sé, el
ensi glo
ningúxvn,
n otro
In
donesia su ponía un dren aje tan eno rme de monedas chi nas que el gobierno chino intentó
170 NEGARA

«e n vano» combatir la expo rtación d e monedas « mediante medidas drásticas» ; Van Leur
( 1 95 5) está salpicado de angustiosas citas de gent es de la Compañía d e las Indias Orien-
tales sobre la f lta simp le, ísica, de moneda ci tas como l a que sigue de Jan Piete rszoo n
Coen, el gran pionero como gobernador general de la compañía dirigiéndose al Hee
ren xvn, su cuadro eecutivo:

Los cabaleros entender án [co n l o que quiere decir que n o entenderán que nin-
gún puesto de las Ind ias está adec uadamen te su mini stra do sin dinero en moneda , in-
clus o si se de cupl ica el carg amento de mer cancías de su sumi nis tro; aún es más, hay
muchos puestos en los cuales, cuantas más mercancías se les suministran, más serio
es ([N. del .  El problema, si carecen adem ás de moneda, ya que e n todas las I n-
dias no puede haber más f actura ción q ue lo q ue se vende cada día a l detalle [    )
(pág 220)

30 N. del t. : «Mercaderes, tratantes protegidos, bao protección», en fancés en el


srcinal  C  Geertz
1 3 1  La noción de «eq uiva lencias» vue lve a ser de Polan yi
Por  q e se re ere al elemento de merca do l lamado coien temente «precio», se sub
sume bjo la categoría de equivalencias El uso de este término general debería ayudar a
evitr maentendidos Precio sugiere fluctuaciones, mientras que equivalencia carece de
esta asociación La mis ma expresión de precios «establecidos» o «ados» sugi ere que ese
precio era capaz de moverse antes de ser ado Así, la propia lengua hace dicil transmitir
el verdadero estado de la cuesti ón, princip almente el que el «precio» sea origina lmente una
cantidad rígidamente jada, sin la cual el comercio no puede empezar Los precios cam
biantes o uctuantes de carácter competitivo son comparativamente un desarrollo reciente
y su emergencia constituye uno de los principales intereses d e la hi storia económica de la
antigü edad.. 
Los s istemas de pre cio s, a medida que s e desarroll an en e l tiempo, pueden conte ner ca
pas de equivaencias srcinadas históricamente bao rmas de integración direntes Los
precios de mercado helenísticos muestran amplias evidencias de haber derivado de equiva
lencias consuetudinarias de la civ il ización cuneirme que los p recedió Las tr einta pieza s
de plata recibi das por Judas como el precio de un hombre por tr aici onar a Jesús eran una va-
riante cercana del escl avo tal como se expone en el Código de Hamm urabi , unos 1 700 años
antes. Por otro lado, las equivalencias [administrativas] soviéticas se hicieron eco durante
largo tiempo de los precios del mercado mundial del siglo XIX . É stos, a su vez, tuvieron sus
predec esores. El capitalis mo occidental no habr ía sido posibl e si no ese por la r ed medie-
val de precios esta tuarios y regulados, rentas consuetudinarias, etc , u n legado de gr emios y
udos Por lo tanto, los sistemas de precios pueden tener una historia institucional propia
segn los tipos d e equivalencias que pa rticiparon en su construcción (Polanyi y otros,  957 ,
pág 266269)
qí aparecen algunas exageraciones («rígidamente fiados», etc.), así como algu-
nos hechs históricos discutibles (el eemplo de Judas parece más provocativo que pro -
bable Pero, despoada de su ardor polémico, esta perspectiva da sentido a la historia
comercia indonesia de una manera que no hace la teoría de precios el tipo de osos y
toros
N. del t.  Términos del argot del cambio de valores que equivalen respectivamente a
«uno qu e vende por una entreg a tura esperando mientr as tanto comprar más barato» y «u no

que compra,
Po r otraesperando
pae, todovenes toder
nomás caro».
quiere deci r qu e los precios de un puerto car ecieran de i n-
ue nci a sobre los pr ecios en otro , in cluso en los tiempos cás icos , ya que Meili nkRoel ofs
ANATOM A POL  T J CA : EL PU EBLO Y EL ES TADO 7

 62 ) ha demostra do que s í lo hacían. La controvrsi a en esta cuestión y en realidad so


re toda naturaleza de l «comercio antiguo» en el archipié ag, principalmente entre ela
y Van Leur ( 1 955 ) es m uy compleja y está lejos de requeir una pregunt sime de « Í o
o»  Pero el material bal inés partic ularmente, dado qu e proviene de un si glo en e cual las
omunicaciones habían avanza do mucho y el comercio se había ra ciona lizado aprecia ble-
mente parece apoya r mejor el énsis de Van Leur en lo s «mercados di spers» que el de
Mei ink Roelofsz en el «emporio inte grado»
 32  Véase Polanyi y otros,  95 pá g. 268.
1 33 . Naturalme nte, aunque los kpn gs onsider ados divers amente como monedas
hinas de «pom o», «cobre » y «bronce » estaba n extrardinar iamente e xtendidos como
medio de pago en la economía cásica indoneia de puertos comerciaes y parecen haber
ido las únicas monedas de importancia utilizadas en Kuta, a variedad de monedas pre
sente en tal economía, esp ecial mente en per íods más tempranos, era enorme.

En Java, y probablemente en os puertos donde comerciaban barcos javaneses, cir-


cul aban moneda de plomo importadas d e China, mies de las cuales, enatas en cor-
deles a través de un agujero en su centr, cntaban como un real de a ; y junto a
eas, había dinero español y portugués, dinero comercial chino en ba  plata, la-
rrins pesas, pequeñas barras de p ata con a de herradura En Achi n, as gentes cal-
cuaban en taels de oro ([  del t. ] tael nombre co mercial de la onza chi na o liang, que
denía como monedas el tael de plata y, a partir de vaor fluctuante de éste, el de
oro); en l a costa oe ste de Su matra , el comer cio tenía lugar primordialme nte a tra vés
de trueque direc to sobre la base de cáculos monetarios ; lo mismo era cie to para Ban
da, pero sob re la bae de pesos de nuez mosc aa; en S umbawa, pul seras de oo y plata
servían de moneda; en Bimba el trueque se llevaba a cabo con pequeñas piedras; en
Jambi , p imienta igera se rvía como calder il la ; en B uton, retale s de algodón er medio
de interc amio y medida de vaor (Van Leur,  955  pág. 1 36) 

Tal como apunt a Van Leur ( 1 955  pág. 1 36)  una vari edad de pesos y medidas de una
ampl itud semejante tambi én contribu ía a la agmentació n de a economía de puert os co-
merciales en unidaes discontinuas , aunque intensamente inte ractivas (en Kuta, os kpngs
tambié n se usaban co mo a princip al medida de peso, y lo s pesos balinese p r ejempl o,
de aoz sin descascrillar aún hoy continúan expre sándos e a menudo e tal manera).
Para una descripción si milar de di nero mú ltiple aho ra, dóares de Singapur, gui ders ho-
landeses y de más en el «Archipié lago de Conra» (es dec ir, a na les el siglo XIX), véa
se Resink, 968 pág. 320. Sobre las tasas de cambio de kpngs por moneda hoandesa,
véase Van Geuns, 906, págs. 8. Finalmente, se debe señalar que incluso en Bali había
más de un tipo de kpng en circuación.
 34. Véae Helms, 1 892 pág. 45 Naturalmente, quiere decir «baline ses ordina rios»
No sólo Lange y H elms eran invitados ecue ntemente a las ceremonias re ales, s in o que lo
señores punteros, ataviados con sus sarongs y trasadándose bajo sus prasoles, aparecían
con cierta ecuencia en la «hospitaaria mesa del señor Lange», y o hacían junto a «capi-
tanes de arco, comerciant es, savans [ic] ([. del t  ] «sabios» en ancés err óneo en el ori-
gina  de Helms) ( ..  ) funcio naros de Ja va ( .. . ) ociaes d e la marin a hola ndesa ( . . . ) hombres
de elevada cultura y socialmente poderosos» (pág.  ) . « Realment e maravil loso» , prosigue
Helm , para el cual la vida en Kuta er a una mar avill a continua:

(.. ) solían
que los cuento
eguirse
enconta an posterior,
una se alrede doreran
de lalamesa
causa; pero, ju las
de que ntamen te de
tardes conestas
l as canciones
etas
cosmopolitas transcuieran armoniosa y placenteramente. Para mí, el canto era una
172 NEGARA

fuente de diversión in nit a De alguna manera, er a obli gado que cada uno oe ciese su
canción El jefe de los escribientes y administradores del señor Lange, un inglés, que
tomó lugar en el ndo de la mesa, tenía un gran talento con las canciones cómicas y
hacía cumplir sin piedad la regla de las canciones a todos los demás Así pues, las can
ciones giraban y giraban con sones cómicos, alegres y plañideros, en la mitad de las
lenguas de Europa aparentemente se exceptuaba a los balineses] Un juego de billar
solía poner n a la velada vespertina 

Helms n o exageraba al hablar de hombres d e elevad a cul tura y poderosos socialmen


te: el indólogo y primer estudioso serio de a cultura balinesa, Friederich (Friederich 
1 959) , el botá nico Zoll inger (Zoll inger , 1 849), y, tal como se ha mencionado, el ba rón Van
ovel (V an Hovell, 1 849-  954, vol 3) , también ueron invitados de Lange (Ni elsen,
 928 , pág ) Ademá s de Helms y del escribiente inglés, la plantill a permanente inclu ía
un médic inglés (N iel sen,  928, pág  ) y un ru fián baju ( del t  ] la pa labra utili zada
por Geertz es hug. Los thug eran un grupo de estranguladores indios, asesinos adorado
res de la disa Kal i; el nombre pu ede designar por extens ión el aspect o o el cará cter y ocu
pación de alguien que se ocupa de fenas s ucias que pueden i ncluir el asesinato, «rufián»
«Baju» es un apelativo de un colec tivo asiático, aunque también des igne a un ti po de cha
quet a ca uti li zada en el surest e asiáti co) un «gi tano de mar» con «un solo bra zo y los
ojos rojos», que había permanecido con Lange desde sus tiempos en Lombok (Helms
1 882, pág  3)
1 35  La cita es de Helms  882 , pág 0 . De nuevo tod o el p asaje resulta b ellament e
evocativo del estilo Kapialischer Abeneuer ([ del t. ] «capi tali sta aventurero») de Lan ge
(y tmbién de Helms) y sugier que él mismo e una ví cti ma de la propia evolución de las co
sas a la que él había c ontribuid, y que lo e en l a mi sma medida que l o eron sus patrone s,
los señores balines es; vale la na ci talo in exenso

El bloqueo prolong ado que los holandeses] habían mantenido durant e su lánguid a
operación   848-  849] contra los bali nese s había destruido el comer cio de la i sla y le
causar on a Lange] pérdidas de las que nunca se recobró  No pudo adapt arse a las ci r
cunstancias alteradas en que lo dejaron las expediciones holandesas; y no era un hom
bre hecho para rec uperar su posic ión parti endo del ahoo y de la pdenci a Había en
su naturaleza más del audaz vik ingo que del pdente comerciante Le encan taba da
bandazos en medio de un temporal en su pequeño yate, e l Venu s, al que amaba como si
ese algo viv o Conocía ca da maroma y cada pal o de su consi derable flo ta y ni ngún
capitán reza gado vol vería impunemente de un viaje prolongado si n necesidad  L e en
cantaba superar todas las di cultades, excepto las de l a vid a comer ci al N era un j ine
e hábil , pero sí tan valiente que le he vi sto domar caballos obsti nados y vic iosos con la
ferza desnuda de su voluntad

36 N del t: Del primer mi ni stro ing lés Di sraeli , que le s irve a Geertz para dar nom 
bre a un ipo de política que caracterizó el siglo XIX, período que a menudo ha recibido las
djetivaciones de «imperialista» o «protcolonial»
1 3  La principal ex cepción er a el negoc io de l ganado «aunq ue incl uso en é ste, las
mujeres tenían más p arte de la que les era habitual» (véase Helms 1 882  pág 42) El

comercio
comerciados de en
ga nado
Kuta era
se muy a mpliosem
mantenían y los bueyes en
is alvajes y vacas
B ukibali
t lanees muy codici
ya menci ados Los
onada meseta ca
liza situada al sur de Kuta (véase mapa 4), donde deambulaban en grandes rebaños ,
ANATOMIA POLITICA: EL PUEBLO Y EL ESTADO 1 73

 nto con búflos de aga «que eran particularmente salvajes», lo que hacía del lugar
na par te del país cuy a vi sita e ra peligroa» (véase Helm s, 1 882  pág 4 3) . La tier ra, al
ratarse de «y ermos» es decir, de tierra no cul tivada, estaba bajo el control de los se-
ores, que también pos eían los re baños Helms ( 1 882 , pág 44) maniesta esta r atónito
ante la lta de h ierr os u otras marcas, ya que los señore s podían decir qué animales eran
s suyos «Existía una buena cantidad de conflictos sobre este punto, aunqe no tantos
mo se podría haber esperado, ya que en tales d isp utas el rango y el pod er soían r es ol
ver el asunto»
Este tipo d e ganadería comercial era claamente basta nte reciente, y había sido est im
ado por las activida des de Lange (también tenía dos matder os en Kuta, dond e e abatían los
animales necesrios pra proporci onar bey seco paa las tropas holandesas en Java y, apa
rentemente, ése era el puntal d e comerci o) Pero no he sido capaz de determinar cuándo em
pezó, a qué escala se practicaba exactamente y, más decisivo de cara a mis propósito, cómo
e organizaba asi con segurdad a través de vínculos m últi ples y especi ali zaos, s im il ares
a los que ya se han descrito respecto al servicio en la coe, los impuestos, el aendamiento
de las tieas, etc  Van Blmen Waanders ( 1 859 ) también señala la pre emine ncia de las
mujeres por el lado balinés del comercio repentinamente expandido de Singraja; allí, casi
odas l as am as de casa paecen haber probado el pequeño comercio con los subandar chinos
1 38 . Véas e He m, 1 882 , págs 4243 He alter ado la estruc tura de los páas De
nuevo attendants ( [N. del t ] traducido en f unción del contexto como «sir vientes» ) es un
término más exacto que «es clavos» para denominar a los miembros de la comiti va de es
as mujer es, gentes que sin duda eran parekan o, incluso, asaa riado s ( véase capítulo 3,
nota 53) .
1 39 . Mi material sobre Tabanan vuelve a proceder sobre todo d e las entes orales que
describí en la nota 5 del capí tulo 1  pero, ade más de los inante s alí mencionados, tam-
bién comenté estos mate riales con e hijo ueño del saón de cine local del úl timo y
más impoante subanr de Tabanan l «Singkh Cong» descrito más adeante Hay
una pocas rer encias al comer cio precolon ial en Tabanan en la li teratura, in cdent ales pero
valiosas; l a más impo rtante es Schwa rtz, 1 90 1 . Véanse tambi én Liefrinck, 1 92 1 , págs 78 5
Peddem rs, 1 93 2 Van de r Broek, 1 834 ( la rerencia europea má s temprana qu e he visto,
que menciona a chinos comerciando «domésticamente», aoz, ropa, algodón y actuando
como «con trabandistas» esclavos) ; y lo s agmentos l íticos de hech os dispersos, caótica
mente y sin índice, a través todo de Ko, 1932.
140. Singkeh es a alabra para designar a un ch in o indonesio nacido en China, en tan-
to opuesto al nacido en Indonesia, llamado penakan. Cong es l a versión balinesa del ape
ll ido que se transc ribe habitualment e en i nglés como « Chung » Para la erz a del término
jero véase pá g 49 .
1 4 1 . A menos, la renta era p agada anualmen te Como se explic a más adel ante, se p a-
gaban cantidade s disti ntas a distintos señores, en ocasiones cer emoniales : en consecen ia,
iegularmente Además, aunque la renta se calculaba en kpngs, se pagaba habituamente
en especie: aoz, café, cerdo, opio, porcelana, joyas Por parte de nega, las caa de es
cribientes sudras los Penyarikans, Dangin Pek en y Malgan kin llevaban la tenedría de
libros implicada en todo esto (véase capítulo 3, notas 46 y 47)
Schwartz ( 1 90 1 ) dice que, al nal de l sigo , las ent radas com erciales er an un elemen to
más importante en os i ngresos del señor que los impuestos sobre a tie a; y estima los ú l-
timo s en un mil lón de kpng s (e n equiva lencia s de aoz), con lo cual ta l vez sent ó algunas
bases de la cuestión, aunqe la cia en sí mism a no pede ser má s que una estimación , tal
vez exagerada, tal vez minimizada
El sistema de «reinos comerciales» o kebandan (véa se capítulo 3, no ta 1 2 1 ) impe
raba tambi én aquí, con varios señore s «pos eyendo» lo s derechos comer ciale s en vario  
1 74 NEGARA

gares y arendándol os a un chino en partic ula r Como con los perbekelan, no se puede ha 
cer ninguna reconstrcción exacta de estas unidades. Lo único que está claro es que no
eran simplemente nidades teritoriales, no había muchos, y las principales regiones en
que eran impotantes eran dos áre as cateras -Marga, en el nor deste, y Pup uan, e n el no 
oeste (véas e mapa 3- y la región de la capita l con sus alrededores inmed iatos . Las tie 
as cateas del nordeste po encima de Marga estaban mayoitariamente bajo la égida
del rey «segundón» , Pemadé Kalra n ( véase pá g. 9 1 ), mientas que las del noroeste, en P u 
puan, estaban bao a de Gdé, a través de Subamia, el principal poder noble de la región
(véase capítulo 3, nota 44) Cerca de la capital impe aba la habitual comple jidad de cuces
e intesecciones.
12 Otras importaciones incluían, sobe todo, ropa de algodón, porcelana china, va
rias espe cias y, de nuevo, kpngs y armas . Otas expotaciones in cl uían pulpa seca de coco,
aúcar de palma, cieto tipo de trabajo de metales tabajados, y bueye -aunque este últi
mo comercio par ece haber sido mucho menos impotante que en Badung y, de hecho, ba s
tante trivial-. Estos atículos no tenían que pasa a través del establecimiento de Cong,
pero probablemente la mayo parte de ellos lo hacía. Por otra parte, había una cieta canti 
dad de cn tabando de café y opio. Si n embargo, y dados los problemas e transporte y las
duras penas con qe e castigaba -sin exclui la muert e-, el contrabandism ea dicil de
practi car a gran es cala
13 Jembrana, que es el pueto balinés más cercan  a Java, había sido ami nista o
por los holandeses desde mediados de siglo, aunque los comeciantes eran sobe todo chi
nos, java neses, bugis y, en a lgunos casos, bali neses islamizados.
Los botes balineses, jukung, eran esencial mente botes de pesca util iados como tans
poe. De unos d ie pies de largo, constuidos ocalmente, y conducidos por main eros n
demas iado hábile (a lo s balines es no les gu sta el mar ), no pían a ventuarse a más de uns
pocos miles de yarda de la orilla Muchos de ellos parecían se propiedad de sus constuc
toes, bali neses de lo p ueblos de pescadores a lo larg o de la costa; pero algunos estaban  
nanciados po los chi nos, y el cakorda poseía dos -la «am ada rea l» que util iaba pr in
cipal mente paa vis itar Badung.
Finalmente, alguna mercancías ean llevadas a pie (el transporte a caballo ea ao en
Tabanan) hacia el note, vía Batuiti y Kintam ani , paa ser expotadas des de Sin garaja (véa
se mapa 1 ) Pero esta rut a ea adua, así como extremadamente peli gosa bajo las c ondici 
nes más o menos permanentes de desacuerdo político, y era mucho menos importante qe
las rutas costeas meridionales (la uta por tiea hasta Kuta estuvo completamente ceaa
hasta 1891, cuando se abri ó com resu ltado de la guea de Mengw i, aunque ni siq uiera en
tonces resultaba demasiado segura).
144 Cl aramente, una proporción impotante de l comercio se ectuaba compl etamen 
te dentro  jero, que, además de administrar el comercio, servía como emporo y meca
do Pero respecto a e sto, com o respect o a las operaciones i nternas del je  como tal, no hay
ning n Helms al que dirigirse: sólo te ngo inrma ciones del tipo más gene al.
5. Schwat (1901) se encontró con dos vendedores de opio chino en un uga
tan remoto que apenas estaba habitado; y todos mis inmantes dicen que los vendedo
e ambla ntes de opio bali neses era n legión, l a mayorí a de ell os, una ve más, mujees ;
los vendedoes chinos instalaon «antros» de opio por todo el país, pero mucha gente
también fmaba en casa. En Pupuan, Schwat encontró quince chinos compadoes de
café en un peueño pueblo y diecisé is en otro. T ambién inrma sobre el cu ltivo del al 
godón
La espe cia iación de una aldea -o de un grupo d e pariente s en art esanías y en
pequeños artículo de mercado tiene una larga historia en Bali. Además de especialida
des artesanales como el trabajo de los hereros, de los talladores o de los tejedores, otra
ANATOM Í A PO L  TICA : EL PU EBLO Y EL ESTADO 75

specializaciones adeanas mencionadas por mis inrmantes incluyen a construcción


de tejados de pa ja, aceite de coco, azúcar de pam a, adril os , cacharros de ba o cocido,
steras de carrizo, sa, y ca para mascar con a nuez de bete ([N del t.] apeación
rrónea de a nuez de areca a palme ra Areca catechu-, cuya c ácara o uto entero 
ezcada con ca de conchas, se envuelve con hojas de bete -a piperácea trepadora
Piper betle o Chavica betel-, constituyendo e betel o buyo, mixtura que e masca en
a Indi a y en diversas regiones de sureste asiático, y a pesca. Ta como se a mencio
ado (véas e capí tuo 3 , nota 1 1 0), muchos de est os bienes e speciaiados se distribuí an
a través de sistemas de intercambio recíproco, trocando aroz por la especialidad. Pero
acia e n del sig o pasado dichos artícuos pasaron a circu ar más y más a tra vés de 
ercado, que, consecuentemente, creció en im portancia en tanto que in stitución Mu
has de esas especiaizaciones locaes persiten hoy, y agunas todavía funcionan a tra
és de patrones de intercambio tradicionales, aunque con pagos en moneda más bien que
on trueque (un ejemplo es a construcción del instrumentos para as orquestas gamelan;
véas e C. Geertz, l 96 3b .
CAPÍTUO 4

LA AFIRM ACIÓN POLÍTICA : ESPECTÁCULO Y CEREMO NIA

LA SIMBOOGÍA DE PODER

Mie ntas
cifcios estaba
El ajá [He lmsvecino
del Estado ] en B almuió
i, tuvoelluga
20 deuno de esosde
diciembe espant
1847osos
su sa
cuepo e incineado con gan pompa, sacifcándose tes de sus concubi
nas en las ll amas. Fue un gan día para los balin ese s. Hacía v arios años que
no tenían la opotunidad de se testigos de uno de estos hoibles espec-
áculos, un espectáculo que para ellos signifcaba una festa envuelta en
olo a santidad; y todos los ajás einantes de Bali se peocupaon sobre
manera po esta pesentes personalmente o mediante algún epesen-
ante, acudie ndo con gandes séqui tos
Era un dí a pecioso , y a l o  ago de los sende os blandos y resbaladizos
del teraplén que dividía las terrazas ue, con su aspecto de césped, se
extendían
de balinesesen una sucesión
ataviados inacabable
de festa que sedeponían
aozales,
en caminose podía
haci vera elgrupos
lu gar de
la crem ació n. Sus aleges vestidos resaltaban b il lantement e sobre el ieo
vede del suelo por el que pasaban . Pocos veían en ellos un grupo d e sal
vaje s, sino más bie n una m ultitud gentil mente  estiva concentrad a en a u
na placentera excursión . Todo en derredor daba una impresión de pleni ud,
de paz y de lic idad, y, en cie ta medida, de civ il ización . Era di ci l creer
que a unas poca s m illa s de tal escena, tres mu jeres , sin ser culpables de nin
gún c imen , en razón de su aec to [por el mueto] y en nombre de la r el i-
gió n, iban a suir la más hor ible de l as muet es, bajo la m irada de miles
de sus pais anos.
Pero ya están a la vi sta los m uos que rod ean el palacio de l rey de Gian
yar S ubiendo po  la ate azada colina, ectas av enidas conducen ( .. . ) al pa
lacio  y aún más aiba, en el centro d e un espacio abieto, rodea do por una
178 NEGA RA

baranda de madera,  ama a atencón u na estct ura chaba cana, co n un


techo dorado  eevándose sobre coumnas caesí. Es e ugar concreto
donde se levrá  cabo a cremacón de cuepo de mueto. Después de
una nspeccón más detaada, se ve que  estructura descansa sobre un a
patarma de adr o de unos cuatro pes de atura, sobre a cua hay un s e
gundo piso cubeto de arena. En e centro se ergue a magen en madera
de un eón, mgnífco con arreos de oro  púrpura. La parte de atrás es de

ta
paramanera que seTodo
ncneraro. puedeel abrr,  está
edfco estádestnada a recbr
vugarmente el cuerpo
decorado del rey
con espejos,
pato de porceana y dorados.
Inmediatamente j unto a  a estructura, hay un cuadrad o rodea do de un
muro de cuat ro pes de atura, estando tod o e e spaco ocupado por un e
go brl ante   ero, e ue go ta que va a consu mr a as v íct mas . Una
 gera plata rma de bambú, sobre un a eev acón de un os ve nte pes, está
conectada con este  ugar, pro tegd a contra e uego por ta os de pátano s
grandes. 1 E centro de e ste puente aguanta un pequeño pabelón, pensado
para ao j ar a s víct mas men tras se preparan para e sato ta.
Los espectadores que, posiblemente, no eran menos de 40000 o
50 000  ocuaban el espaco entr e estas estruct uras y e muro ex teror ,
espaco en e que se habí a ergd o un c erto número de p equeños pabe o
nes para e us o de las mu jeres . D cho espa o se es taba len ando r ápda-
mente, y todos os ojos se dirgían haca krton 2 de donde iba a venr la
procesión nera . Aunq ue par ece ext raño, e re mue rto no de ja su paa-
co por útima vez hacendo uso de os medos ordnaros, dado que un
cadáve r es cons derado impuro, y nada  mpur o debe pasar por a pueta .
Así pues, se ha cons trudo un artecto par ecdo a un pue nte por enc ma
de los muros,  hasta alí se ha subido el cueo. Este pu ente con duce al
piso superor de una nmens a torre con rma de pag oda, donde se colo-
ca el cuer po.
Esta tore, amada e «bad» [badé], e transpotada por qunentos
hombr es . Se componía d e once pisos, además de tres pata rmas nro-
res, estando todo e conjunto belamente oamentado. En e pso supeior,
reosaba el cuepo, cubeto de un enzo banco  guardado por hombres
con bancos.
La proces ón que des faba deante de  bad co ns istía en prmer u gar de
os uertes cuerpos de anceros ntercalados con músca [orquestas game-
lan]; segudamente, un gran número de hombres y mujeres evando las
oendas, que cons stían en armas, ves tdos oament os, recpent es de or o
y plata con agua bendta, cajas de bete, utas, patos de cae, aoz her-
vido de muchos coores y, fnamente, e cabalo de dunto aegremente
engualdra pado; entonces, más lanceros y mús cos . A ést os los seguía e jo -
ven re [recén nstaado], e Dewa Pahang, con un gran séquto de prínc
LA AF IRMACI ÓN POLÍ T I CA : ESP ECTÁCU  Y CE REMONI A 1 79

e s y nobes. Tras eos, venía e pandita o sumo sacerdote, evado en una


 a abierta, alreded or de la cua  se envolv ía uno de o s extremos de u n ro-
o de ropa que quería representar una enorme serpiente, pintada a anjas
ancas, negras y doradas, y con la enorme cabeza de monstruo reposan-
o bajo el asiento de pandita, mientras que a cola estaba sujeta a badi,
plicando que e diunto era arrastrado a ugar de a ncineración por Ja
erpiente.

Sguiendo
éndidos, a gran badi
conteniendo cadadeluno
reyuna
muerto,
jovenvenían tres menores
preparada y menosen
para convertrse es
arte de un sacrifcio, o «be a» . Las víc tmas de esta crue s upers tción no
ostraban n ingú n s igno de miedo de ter rible destino , entonces ya tan cer
ano. V estidas de ba nco, parci almente ocultas por su argo pelo negro, con
un espe jo en una mano y un pene en  a otra, parecían in tenta r simpemen 
e ponerse guapas, como si se tratara de agu na aegr e stivida d. El vaor
que as sostenía en tan horrible situacón era sin duda extraordinario, pero
nacía de  esperanza de licidad en un mundo uturo. Creían que, en e
otro mundo, se convertirían, de siervas, en esposas voritas y reinas de su
diunto marido. Estaban seguras de que a predisposición a seguiro al
mundo uturo, con alegría y en medio de la pompa y del espendor, agra-
daría a os poderes nvisibes e induciría al gran dios Siva a admitiras sn
retraso en e Swerga Surya, e cielo de Indra.
Alrededor de las engañadas mujeres, estaban de pe sus parientes y
amigo s. Ni siq uiera é stos contempaban con desmayo los horr endos pre-
parativos, ni trataban de savar a sus ineices hijas y hermanas de la te-
rrible muerte que les esperaba. Su deber no era savaras, sino actuar
como e jecutor es, puesto que se es co nfaban las ú timas hoibes prepa 
raciones, y, fnamente, eran ellos quienes enviaban a as víctimas a su
destino.
Mientras tanto, a procesión avanzaba entamente, pero antes de que
legara a su destinación, debía representarse un extraño acto que rmaba
parte de gran drama. Había que matar a a serpiente y qu emara con e  ca
dáver E sumo sacerdote descendió de su sla, tomo un arco y, desde os
cu atro puntos cardin ae s, d escargó cu atro lechas de made ra sobre a cabe-
za de a serpiente. Sn embargo, no era a echa, sino una lor cam
paka a que gopeaba a a ser piente. Se había inser tado a lor en e ex-
tremo empu mado d e  a echa, de cu a se desenganchaba durant e u vueo
y, gracias a una extraña destreza, e sacerdote se las arregaba par que la
lor gopease en cada ocasión s u ban co, a sabe r,  a cabeza d e  a serpiente.
Se suponía entonces que a besta había sido muerta y su cuerpo que a
gunos hombr es habían evado hast a entonces, enro ado ared edor de a s i-
a de  sacer dote pasar ía a envolve r la imagen del e ón de mad era en  a
que se iba a quem ar e cadáve 
1 80 NEGARA

abend  egad  a prcesó n a ugar de a nc neracón, e bad  g ra -


ba tres veces, sempre con e sacerdte a a cabeza. Fnamente, era co -
cad cntra e puente que, cincidend cn e pso undécm,  cnecta
ba cn e u gar de a crema c ón. Entnces, se metía e cue rp en a  magen
de eón de madera; en a bca de cadáver, se intrducían cnco pequeñas
ámnas de r, pata, cbre, herr y pm, nscritas cn palabras mís -
tcas; e sum sacerdte eía s Vedas y vacaba sbre e cuerpo as jaras

que contenían
estacas agua dora
a anjas bendita.
das,Hech
negras est,
y ba sencas
coocaban
bajs
e  haces de pront
eón, que eñ o es-
taba envuet en lam as. Ac abada esta p arte de a extraña escena , empeza -
ba a más terbe.
as mujeres eran evadas en prcesión, dando tres vueltas a ugar, y
entnces se as zaba hasta e puente ta. Alí, en e pabelón que ya ha
sd mencinado, esperaban hasta que as amas hubieran consumdo l
magen y su cntendo. Todavía entnces no mostraban miedo, todavía su
princpa precupación parecí a ser e adoo de su cuerpo, como si se est u-
ve sen pre parand para a vda en vez de para a m uerte. Mientras, os a mi-
gs a sistentes se prepa raban para e horribe cl ímax. Se abía la baran dil a
del ext rem de puente y se empu jaba una plancha por encima de las  la-
mas, mientras s asistentes vetían aceite en el eg, produciendo bri-
llantes y regentes amas que se dsparaban a gran altura. E momento
cumnante había egado. Con pass frmes y mesurados, las víctmas ca-
m naron por a pancha ta  ; por t res veces un ieron sus manos y a s evan-
tarn por encma de su s cabezas, e n cada una de as cuales se había puesto
una tórto la, y, entnces, co n el c uerp erecto, se zambul eron en el l amean-
te mar de más abaj, mentras as tórtolas voaban hacia arba, simboli-
zand os espír itus que se escapaba n.
Ds de as mujeres no mostraron nngún signo de miedo, ni siquiera en
e msmísm fna; se miraron la una a a otra, para ver si ambas estaban
preparadas, y entonces, sin encorvarse, saltaron en picado. La tercera pare-
có dudar, y dsponerse para e sato con menos resoucón; por un mo-
ment, titubeó y lueg sguó a as otras, desapareciendo as tres sin proe-
 un sondo.
ste t erribe espectácu  n parecó pr oducir n ngun a emocón sbre la
vast muttud, y a esce na se cer ó cn mú sica bárbar a y disp aros de armas
de eg. Fue una vsón que jamás ovdarían os que a presencaron, y
que e taía a uno un extrañ sentimento de gratitud por petenecer a una
cvizacn que, pese a tdas sus tas, es piadosa, y tiende más y más a
emanc par a as mujeres de engaño y a cruedad. Se debe a gbie bri
tánic e qu e se haya extrp ad esta ca paga de suttee 3 de a India, y, sin
duda, ya en ests mments,  s hoandeses han hech  mucho po r Ba en
este sentd. T areas cm éstas sn as cred encaes pr as cuaes a cv ii 
LA A FIRMACIÓN POL TICA : ESPECTÁ CULO Y CEREMONIA 181

ción occidental hce buenos sus derechos  conqui str y a h umniz r 


 s rzs bárbrs, y a reemplzr  las ntigus civilizaciones
Tengo poco má s de interés que contar sobr e B l i   4

comoLaJovida de devoción,delunanegara
era ceremonial clásico
afrmación era tnto
ostentosa un rmdedepoder
y recrgda retórica
espiritual  Saltar viva a ls l lamas y, tal como se pensb, direct mente a
l condición de dios era sólo una de ls más grandes frm ciones de un a
roposición que también hacían, de manera no menos cteg órica, los em-
stes dentles reales, las dedicaciones  templos reales, ls ordenaciones
reles y n J os puputan- los suicidios rea les ; exi ste una conexión i nter-
n irrompible entr e e rngo social y Ja condición religi os  El cu lto estatal
no era un cu lto del Estado  Era una ar gumentció n, repetid un y otra vez
en el insistente lenguaje del ritual, según Ja cual el estatus mundano tenía
un base cósmica, la jerarquía era el principio que gobeaba el universo,
yproximciones
los planes, ls disposiciones
más o meno y loss cercanas
apaños de ladevida
Jos human
arr eglosno
de er
los sino
seres di-
vinos. 5
Otros aspectos de l vid ritual blines comportaban otrs irma-
ciones, alguns de ellas parcialmente en conlicto con el mensaje pro-
puesto por las ceremoni as es tatales : el estatus es todo 6 As í como el ne
ga er una en tre muchas in stituc iones sociales del B li cl ásico, así su
obsesión por el rang o era una de ta ntas obsesiones  Pero esta obsesión ,
y la aglutinación de creencias y actitudes que crecía  su alrededor, era
tan omnipresente entr e Ja po blación general como en l pequeñ a parte de
ella que estaba inmediatmente absorbida por los suntos del negar
como tl Cora du Bois h escrito en general sobre los monrcs del su-
reste asiático índico q ue «el rey era el símbolo de l  grande za de l cmpe-
sindo»; 7 y, aseada algo más cuidadosamente, el comentario se puede
plicr con especial vigor  Ba li  Las extr vagncis ritules del Estdo-
teatro su semidivino señor inmóvil, muerto o en trance, en el cenro
de las mis ms ern l expr esió n simb óli c no t anto de J  grndez del
campesindo como de su noción de l o que er J grand ez Lo que hcía
el Estado balinés por la sociedad balinesa er cuajar en un rm s e "-
3
ble un  concepción de lo que e supon ía que , todos juntos , debí n hacer
de sí mismos  una il ustr ción del pode r de J grandeur pra orga ni z e
mundo
1 82 N EGARA

Los ba ne ses n o sóo en rtuaes d e a co rte, sino en gener a va
cían, modean sus d eas más  ntegrado ras sobr e a rma en que son a s co
sas en su naturaeza útma , y, en consecuenci a,  as rma s en que os hom
bres deberían actuar, en símboos nmedatamente aprehensbes por os
sentdos  en un exicón de ta  as, ores , danzas, meodías, gestos, cantos,

oamentos,
denao con jutempos , posturas
nto de «cr y máscaras
eenca s» , en ugar de ds
ex píctas, aprehenddas hac curs
ero en un ore.
vament
Estos medio de expresión converten cuaquer intento de resumr esas
deas en una empresa dudosa. Ta  como pasa con a poesía que es o que
está reamente invoucrado en este anás s , en s u sentdo ampi o de poiesis
(«construccón», «hacer»), e mensaje está tan prondamente hunddo
en e medio qu e transr maro en una red de pr oposci ones es arriesgar se a
dos de os crímenes característcos de a exégess: ver más en las cosas de
o que reamente hay; y reducir un a riqueza de si gn fcados par ticu ares a
un gris desfe de gener aidades.
Pero ean cuae s ere n s us pe gros y di fcu tades, se debe emp render
una tarea
nacón anteexegética si uno quiere
o maravioso quedarse
que despega H con agoomo
ems más queuna
a mera sci- do
vaca mran
una orquesta gamelan, ta como o enuncan os baneses, pese a todos
sus poderes descrptvos y pese a su receptvdad. E rtua bainés, y muy
patcuarmente e rtua estata, sí ncorpora doctrna en e sentido teral
de «enseñanzas», por muy concretamente que se smbocen, y por muy
rrelexivamente que se aprehendan . 8 Excavar par a presentaras de un a r-
ma explícita no es una tarea en que os baneses hayan manistado nunca
e menor inter és, con  a excepcón de aguno s modestas actuaes . Y a se-
mejanza de o q ue sente cua qu er poe ta traducdo , tampoco sentirán que
nn guna de e sas presentacones c onsig ue verdaderamente  egar a coraz ón
de a cuestón, dar en e cavo. Las glosas sobre a experiencia y, sobre
todo, sobre  a exper enc a de otros nunca as re empazan . En e  mejor de
os cas os, son senderos, más bien to rcdo s, hac a su compr ens ón .
En a práctca,9 dos aproxmacones, dos rmas de entender, deben
cverger, si se quiere interpretar a cutura: una descrpcón de as rma s
s cas par tic uares (un gesto rtua , un a estatua herátca) en tan to que
exeones defnidas; y una contextuaizacón de taes rmas en e nte -
ror e toda a estructura de sgnfcado de a que rman parte y en ree -
renc a a  cua se cons guen defni r Natur amente, esto no es otr a cosa qu e
la ya m  ar trayectora d e círcu o hermenéutc o: un h ván daéct co en -
tre a paes comp rendida s por e todo y el todo que mot va a a s partes , de
ta manera que artes y todo saten a a vsta smutáneamente En e cas o
que nos ocupa, con estos hvanes se trat de asar os eementos esenca
LA A F IRMA I ÓN POL Í  I CA: ESPE CTÁCU LO Y CEREMONI A 1 83

 de a simboogía reigiosa que impregnaban e Estadoteatro, y de de


minar a sig nifcació n de dichos eementos en e marco de o que es es
b oog ía como un todo. Para poder segui r un patido de útbo , un o debe
tend er o que son e baón, un «chute», un era d e juego, un i nteior de
cho, u n juego a prim er toque, una vaseina o un pase de la muete, y, a
smo tiempo, saber de qué va e ju ego de que todas esta «cosas» son ee
ento s inte grantes. 1 0 Para poder segui r a inci neración de un rey ba iné s, se

cesi tadeserropa,
ntes capazecha
de segmentar e tore
s que se convi nteen
eten deores,
imágen es que genera
éretros - ser
con rma de
ón, pagodas en i teras, tórt oa s eevándose desde as ce jas de muje res s ui 
cdas- en los e ementos sign ifcativos que a componen; y, paa empeza r,
 necesita entender e objeto de toda a empresa. Los dos tipos de compren
ón son inseparabemente dependientes el uno de otro, y emergen si
ul táneame nte. No puedes saber qué es u na torre  omo ve emos, es
un  - sin sa ber qué es un a cremación, co mo no puedes sabe
ué es una chiena sin saber que es e tbo.
Lo s cer emoniaes estat aes de l Ba i c ásico ean te atro me taísico , tea
ro designado para expresar una visión sobre a natuaeza útima de a
aidad, y, a mismo tiempo, para modear as condiciones de vida exis
entes de tal maner a que esutasen conso nante s con d ic a reaidad; es d e
cir, teatro para presentar una ontoogía, y, a presentara, hacer que ocu
rra, conve rtira en rea. L os escenar ios , e atrezzo, o s actores ,  os actos que
dichos actores r epesentan, a tra yecto ria gene ra de a  reigio sa que des 
criben dichos actos : todo necesita disponerse sobr e e ndo de «q ué di a
bo s estaba ocuriend o» . Y este  ndo sóo se puede pe rcib ir, y per cib ir en
a mism a medida, de a misma rma que se per ciben esos componen tes
teatraes. Ni a descripción precisa de objetos y conductas que se asocia
con a etnograa tradiciona, ni e trazado cuidadoso de os motivos esti
ísticos que constituye a iconog aía tradiciona ni a deli cada disección
de signifcados textuaes que hace a a foogía tradiciona, son sucien
tes en sí mis mos . Se es debe hacer conver ger de a mi sma r ma que la
inmediatez concreta de teatro representado aoja la e que en é s en
ciera.

Así pues, detrás de a dramaturgia tendenciosa de ritua estata, y, e


hecho, detrás de a trama 1 1 incambiabe que o animaba, reposaban dos
conjunciones fjas de ideas en imágenes. Primera: , e asiento
de oto (o tr ono) de dios ; , su  o o pot encia ; y k,  a energía que
innde en s us exresiones par tcu ares, muy especia mente en la per sona
1 84 NEGARA

del gobernante. Segunda: buwana agung, el reino de ser, y buwana alit, e
reino de a conscencia perceptiva; 1 2 el «gan mu ndo» de o que es y el «pe 
queño mundo» del pensamiento y de sentimiento. 1 3
Rodeadas de un enjambe de ideas reacionadas y secundarias, igual
mente hundidas en la pompa y e oamento que H ems des crbe, estos dos
paquet es de símbolos rman e contenido de lo que habitua lmente se co
noce, demasad o inmalmente, como « ealeza divina» en Ba li . El me nsa 
negar,
je paa cuya transmsión
ectivamente a tavés desesuhabía dseñado
vida itual, el pobrementeydescrito
queda que se transmtía
con a
simple afrmación, sufci entemen te cor ecta en sí mis ma, de que el rey ea
una especie de dos corpóreo. En el gado que se puede abstae de todos
os vehículo s de su expresión , e mensaje ea que se suponía que el rey, la
corte en su derre dor, y, alrededo de la cote, e país en s u conju nto, debían
conver tise a s í msmo s en csímil es del oden que defn ía su im aginería.
Como los símbolos de los sueños, los símboos eligosos son de una
rica polsemia  es decr, pr esen tan sentdos múlt ples dspesá ndos e
prosamente su sig nfca ción en una con usó n de direccion es. 1 4 Y esto es
tan cieto para los símbolos egosos de Bai como paa los de cualque
otroLtealmente,
en el mundo. Exhalan,
padmasana tanspian, cas«asie
signifca apestan, signifcado.
nto de loto». Se usa paa r ee
se al tono del dios supemo, Sva - Surya, el Sol, que se senta
completamente inmóvl en el cento del loto padma-, rodeado sobe
cuat o pétalos drgdo s hac a el not e, el este, e l oeste y el sur po Vsnú ,
Iswara, Mahadewa y Bahma, cada uno de los cuales es asocado con un
col or paticul ar, un día de la semana, una pa te del cuerpo, un ama, un me -
ta , un a s aba mágca y una rma de poder sobrenatural . S e us a para ree-
irse a la pequeña columna de piedra, coronada por una silla de respaldo
alto tambén de pieda, dispuesta en diagonal en los ugares más sa-
gados d e o s templos balinese s; sobre ela se coocan las oenda s para el
dios supemo durant e las ceremonias del templo, cuando vien e a sentarse
aí, en gatusado por sus adorado res danzante s para que pase de una ver són
de cielo a otra. Se usa paa r erirse a la postua que se adopta cuando se
dita sobre o divino algo paecido a dobarse en cuclillas hacia den-
. Se usa para re rirse al acto y a la experiencia de la popa medta-
c n  s una postura de coito, es la base de un lingga, es uno de los muchos
nomb  s del dios s upremo, es un icon o del cosmos, es el rece ptácuo sob e
el que se depostan los restos de sumo sacerdote paa conducirlo haca la
incinerac n. Y es e l educ to más inteo del cor azón humano . 1 5
Lingga e un símbolo no menos ramifcado. Estrictamente, caro está,
se refere a o de Siva l «maravilloso e inteminable», con el que es-
tableció su superior dad sobre Brahma y Visn. Más a llá, se refere a las
representaciones en piedra toscamente tallada de ese lo simples rocas
LA AF IRM ACI ÓN POLÍ T I CA : ESPECTÁCULO Y CEREMONA 1 85

ongas, covenientemente redondeadas por arriba-, representaciones


ue se encuentran en templos y sitios sagrados por todo Bai. Desde una
erspectiva más abstr acta, es e  primer símboo de l a realeza di vin a como
. No sóo se dice que e rey es e lingga del mundo, sino que también,
ado que «el gobernante actúa en nombre de Siva en Ja tierra, y Ja esen
ia de su poder real se materializa en el lingga [qu e] e br ahmán ( . .. ) ob
iene (. . . ) de Siva y en trega ( . . . ) a ndador de a dinastía como e paa
ión 16 de e
supremo, su rey
reaeza» , la yimagen
reinante e sumoresume la pro
sacerdote del unda conex
Estado ión entr epor
-llamados e di os
Hookya as J a «indivi sible trinidad»-. T ambién se l ama lingga el pequeño
isopo -parecido a un batidor, hecho de tallos de hierbas y hojas trenza
dos- con e que Jos sacerdotes asper jan con agua bendita a los adorad ores
en el punto cu lmi nante d e prácticamente tod os lo s rituales ba lines es. Tam
ién son concebidos como lingga os kris -«dagas»- que todo los nobes
ortan atrav esados haci a la parte trasera de sus sarong, 1 7 las barras de cris 
a  en el penado cer emonial d el s um o sacer dote, l a punta de la tor re de cre 
mación de un noble, el vehícul o que tr anspor ta e alma inci nerada a cielo ,
y os andami ajes desde los cuales las viudas se anzaban , tan lenas de sen
tidoFinalmente,
del deber , sobre la pir a de su señor. 1 8
sekti es la paabra balinesa para el tipo de nómeno tran
sordinario que en otros ugares se lama mana, baraka, orenda, kmat, y,
caro está, en su sentido or igi nal , «carisma»  «Un don o un poder in spirado
divinamente, tal como a habiidad de hacer milagros».
En a base, sin embargo, sekti reposa sobre una visión distintiva de
cómo Jo divino se introduce en el mundo. Y, más particularmente, Jo hace
sobre una concepc ión eu siva y parad ójica -y no s ólo para Jos obser vado
res exte os- de a relación entre, po r un ado, las «rmas» o «moldes»
subsistentes que toma la divinidad (la palabra balinesa es murti, «[un]
cuerpo», «corpóreo», «sico», del sánscrito murta, «dispuesto, arreglado
en cuaquier rma fja»), y, por el otro lado, las «maniestaciones» diná
micas (e sánscrito sakti, «a energía o parte activa de una deidad»), que
presenta la div inidad en la s mencionadas «rmas » y a través de lo s ci tados
«mol des» . Se dice que Brah ma y Visnú son sekti de Siva, o dicho de oto
modo un tanto gr oserament e, «acti vacione s» . Lo mism o se puede deci de
a mujer de Siva, y de todos os dioses o diosas. El rey, e señor, e sacer
dote y e asceta, también de todos elos se dice que son sekti (o ue no se
dice, pese a que s e ha entendido así e cuentemente, es que «posea n sekti»)
en  a medida en que so n, a su vez , ca so s particu ares de aquelo que adora n.
Las insignas reales, Jos objetos rituales de los sacerdotes, as reiquias sa
gradas y Jos J ugares santos, también son todos eos sekti en e mismo sen
tido: despliegan e poder que con eva Jo divino cu ando desciende o cae en
rmas articuares. Sekti está bastant e bie n def nido como poder «sobre 
1 86 NEGA RA

natural », pero u n poder obrenatural ue crece y brota del acto de poner en
imagen a verdad, no de creerla, obedecera, poeerla, organizarla, utiizar 
la o, incluo, entenderla. 1 9

Padmasana / lingga / sekti,


ción e decir, fg ura conjugada el primer conjuntopor
y c onjuntada delaímbolo
etructuraenr apoi
etórica
del cer emonial de l a corte proporcion a la imagen de ué e lo u e hay
ue poner en imágene a travé del ceremonial. Buwana agung / buwana
alit, el egundo conjunto de tale ímbolo o fgura, proporciona la ima 
gen de aquello en ue co nite ee poner en imágene . Qu izá éte ea un
extra ño modo de plant ear la cue ti ón. Pero reu ta má o men o i nevita ble
i e uiere decribir en paabra y en palabra inglea, ademá, ee
dejado amontonamiento de imágene epecul are obre im ágene epecu 
lare obre imágene epeculare ue convertía la vida religioa balinea
y, con ella, y por lo ue a eto r epecta, la vida ocial ba linea en gene
ral Laentrun repl andor
aduccione de e
uua relejo relejado.
de buwana agung y buwan a alit -á allá de
la l iterale «gran mundo » y «peueño mundo»  on «macrocomo » y
«microcomos» . Como he indicado en divera  ocaio ne, eto no e erró-
neo En realidad, a concepción balinea e ue la experiencia entida re
plica, o e puede hacer ue repliue mediante el ritual, la etructura gene
ral de la realidad; y, haciéndolo, otiene dicha etructura. Pero, pee a
todo, emejante ormulación tomada de manera abtracta e demaiado
neopatónica y, conecuentemente, hiperintelectual, para el penamiento
baliné . Sug iere una te ndencia hacia la miniaturización met aica, una in
clinación mental hacia un «cieloenungrano dea rena», ue no acaba de
dar cuenta del temperamento floófco ue tranmiten realmente lo deta
lle de la ceremonia, má enuale ue viionario.
«Mundo mate rial» y «mundo inmater ial» on otra t raduccion e o ex
pic acione propueta a menudo. En cierto apecto, reultan mejore ,
prue al men o trazan la l ínea div ioria en el ugar adecuado : no entre lo
innto y lo infniteimal, ino entre o ue hay ue experimentar y a ex
perencia en í mi ma. En otr o apecto, o n peore, ya ue el car teiani 
mo de un tal contrat e oponiendo el mu ndo a uno m imo , l a mate ria a la
mente,  e ob jeto a la con cienc ia e todavía má extra ño a la mentali
da d balinesa ue la mi tagogia de lo grande y lo peueño
Tal vez la mejore traduccione, una ue no llevan mucho má di
rectamente a conjunto de a noción de aparato etatal ejemplar, tal com o
de hecho lo practicaba el Etadoteatro del negar ean la concepcion e 
LA A F I RMAC I ÓN POLÍ TI CA: ESPEC TÁCULO Y E REMONI A 1 87

e «era» y «dentro» que ya hemos encontrado en tanto puntos de a cu-


ra bain esa, asociadas r espectivamente a os si gni cantes jaba y je. Bu-
ana agun es o que está era de os pre cin tos inmediatos de ama, e-
a de centro de experiencia: jaba Buwana alit es o que se sitúa en su
nte ior o tendiendo haci a é : je ro.
Como se puede obse rvar en os come ntaios ya pr esentados sobre «ana-
omía poítica», a imagi nería jaba / je se extie nde a través de gran pa te

e a estuctura
obes triwangsasocia
sonba ine sa Los
lamados jero.pebeyos sudras
La casas sonson
nobes lamados jaba,
jero. Las os
íneas
e hermanos menores, en razón de «hundimiento de estatus», «saen»
aba) de la ínea nucear, que «permanece» ero) en e centr o de dadia. Y
ay otros muchos usos que todavía no se han apuntado E patio delanteo
e tempo, donde tocan as gamelan y actúan os danzarnes, es (e) jaba;
e patio trasero, donde se ubican os atares y se rinde homenaje [a os dio-
e] , es (jero. E mi smo patr ón se encuentra en las residen cias reales o
nobes: uego, as estancias más inteas del señor de a casa son un je 
entro de otro jero y él en persona, un tecer je  en e interior de os
tros dos E resto de mundo es jaba para e je de Bai, y muy espe-
ciamente o es Java, de a que se ha tomado con entusi asmo tanto d e lo que
es índico, y de a que se ha r echazado con r esou ción tanto d e o que e s is-
ámico Lo mismo es e cuerpo respecto a a mente, e campo respecto a
pobado,  a circun erenci a respecto a (i nteror de) cír cu o, a paabra a sig-
nifcado, e gesto a sentimient o, e sonido a a músic a, a cáscar a de coco
a su jug o, y mucho más impor tante en e l presente context , l os péta-
os de oto sobre os que se sientan as mani estaciones de S iva al corazó n
de oto donde se sienta e propi o Siva (o su lingga). 2º
Así pues, a sión simbóica del buwana agung y de buwana alit a a
que se educen tod as as ceremonias reales sig ni fc a a armación de una rei-
vindicació n metapoít ica radica : as rmas cuturaes que e negara ceebra
en os rituaes y as as institucionaes que toma en a sociedad son as
mismas. Lingga y reaeza, realeza y señorío, señorío y pebe; padma y paa-
cio, paacio y r eino , reino y puebo; ekti y estatus, estatus y autoridad, auto-
rdad y derencia Todos están representados a través de os itos estataes,
como tanto s binomios d e je  y jaba. odo e enorme precio sismo er a un n-
tento de estabecer, en término s de drama y decoración , un patrón autoriad o
de anaogía poítica Como Siva era a os dioses, os dioses eran a os reyes,
os reyes eran a o nobes, os nobe eran a os erbekel, y os perbekel a a
gente: «dentro» y «era», «pequeño mundo» y «gran mundo», o mui a
sekti, todas estas oposiciones eran versiones de una misma reaidad
Tanto si estaba centrada en quemar un cadáver, como en empastar una
hiera de dientes,  co nsagrar un tempo de paacio , un a ceremonia estata 
transrmaba en un icono a eñor cuyo cadáver dientes o templo se esta
1 88 NEGARA

ban trabajando, una fguración de o sagrado sagrada en sí misma Se con


vetía en una más de as «activacones» de as «rmas dvnas» a mismo
tiempo ue é mi smo se convert ía en una de esas rmas , a partr de a cua
surgían automáticamente nuevas activaciones La estructura signifcatva
del ritua era constante, aunue varase en e detae simbóico E «peue 
ño mundo» de o experimentado y el «gran mundo» de o experimentabe
se combinaban en dos direccione s: en e sent do inteo hacia e lingga de

oto; en erepresentaban
manera, sentido e xteo h acia el
a señor e stado
como unae nimagen
so ciedad
de Ypoder
combnados de ta
s deci,
como murti- y (o, más bien, en consecuencia) a a vez como un caso par
ticu ar de dicho poder n tant o ue sekti. E idi oma básico vo lvía a se 
emuatvo Vendo a Siva como a rma ejempar y a rey como su acti
vacón, las gentes veían a rey como rm a ejempar y a Estad o como su
activ ación, e Estado como su r ma ejemp lar y a so ciedad como su acti-
vacón, a soc iedad como  rma ejemplar y a personaldad  ser ndivi -
dua, el yo como su act ivación 2 1

EL PALACIO COMO TEMPLO


Tal como e rey o e señor se transrmaban en un cono mediante las
ceremonias estataes en una representación de poder, y por eo mismo
poderosa, así su paacio, su dalem, su puri, o su  se trans rmaban en
un templo, en el escenaio para e icono 22 Los cientos o incuso mies de
espectadoes ue se apiñaban para particpar (si a estimación de Hems
50.000 espectad ores en Gianya r, en e año  847 era siqui era apo-
ximadame nte co rrecta, habría representado alrededor de 5 % de toda la
poblaci ón) iban por ue el puri era un jirón de espacio santifcado, un lugar
adecuado en e ue conontar los misterios de la jerauía, Ea en a re-
sidencia del señor (y en os alrededores, ya ue todos os templos baine-
ses no son más ue o s co de disper sión, de diseminación de os cam-
pesnos ue se arremoinan entrando y saiendo de eos), en «e luga r
onde se sie nta» , al lí donde a doctrina de centro ejemp ar se hacía socia -
ente rea
Como tantos paacios tradicionaes de todo e mundo, y muy partic u-
arente como os índico s, e puri era en sí mismo , en s u pura rma ma -
teria, un símbolo sagrado, una répica del orden para cuya celebracón se
había constr uido  23 Una estruc tua amuralada en c uadrícu a de patios den -
tro de patios dentro d e patios , su d spos ic ón vo vía a reproducir, aun a tr a -
vés de un medio distnto, a prounda geometría de cosmos E patrón va-
riaba ago en det ae de u paacio a otro, dependiendo de a tradición, de
accdente y de caprcho del señor, Pero en todas partes as distncio ne s
LA AFIRM ACIÓN POL Í TICA: ESPECTÁ CULO Y CEREMONIA 1 89

n entre dentro y er; entre ls d reccon es crdn les y el centro s n d
ccón que los condensaba  tod s ell as ;  entre ls rms r emots de ls
ules mnb el poder y l as cercns en ls cul es se mn stb. En to
s partes se encuentrn ests dstncones, moldeds en un vocbularo
e muros, ver js , ps llo s, cobertzos y muebles . Lo que el padmasana ex
esaba escultórcamente, el lingga metórcamente, y l ncnercón
etralment e, el puri lo hací ar qu tectóncmente: el a sento del rey er el

eje del mundo.

S uno mr l fgura 1 1 , un plano smp lf cado del plco de l rey de
Klungkung alreded or de 1 905 es decr, j usto ntes de l ll egda de los
oland eses y del su cd o de la cor te en el puputan que quéll ocas onó,
l smboloía a la que se había aluddo se puede ver en una rma con
eta. 24
Aparte de su dsposcón aproxmadamente cudrada (mdendo apro
madamente 500 pes por lado), el rasgo más obvo del puri, ndtecdo po r
os sombreado s del d gram a, es qu e está dvd do cua l tatvmen en va-
os grandes bloques. Hay áres sgrdas: el templo y los lugres ceremo-
nles, donde, en los momentos decuados, se nducí a los doses a que
descendern. Hay áres públcas, donde, tmbén en los momentos de-
cuados en general, los msmos que los nteriores, ls gentes se reu
nín en asmblea par r econocer y encr r lo que el plco sg n fca . Hy
cámars reles, donde el rey trataba con los notables del reno y con otrs
gentes : los l ugares donde se faron todos aquel lo s trtdos , se arregl ron
aquellos matrmonos, y se urderon quells consprcones. Están ls es
tncas d el rey, de su rece ntemente llec do padre, de su hermno y de v
ros de su primos (patrlneles). Tambén está el serrllo rel, donde se
confnan s us esposas plebeyas . Y, fn almente, hay un área mpur, donde,
durante la menstruacón , la s mujeres se re cl uye n por sí m sma s, y donde se
guardan los cerdos y otros anmales, se encuentra l letrn y se amonton
l basura.
Cd uno de estos bloques e s  l vez una un dd e n s í msmo, un co
puesto de pequeñs u n ddes, y un componente de un un dd myo r. Des-
de l dspos cón de lo s altare s en el templo del dadia, o de los pbell ones
en el pto de ent rd, hst l org nzc ón de los espco s unco nles en
el  nteror de to do el plco, y hst la r elac ón del plco en su conjunto
con el reno que le rode, un ptrón estructural s e rep te con stntemente : lo
más sgr ado / cent rl / nteror / prvdo / rml / elev do / prmro / her
métc o / ms tero so ( . . . ) cont r lo menos ; el punto en el que los sg n cdos
1 90 NEGARA

21

Figur 1 1. Plano del pacio de rey de Klungkung, arededor de  05.


A AF I RMACI ÓN POLf TJ CA : ES PECTÁCULO Y CER MONA 191

EL PALACIO COMO TEMPLO

1   ÁRAS SAGRADAS D IV. «CASA» D L RY 


1  Altar de asient o de loto (Padmasana) 4. Vivienda , etancias del re y (Srn
2- Templo de dadia real (Pemejan A gung) angin)
3   Verja cubie rta de entrada al patio interior .  Vivenda etanc ias de la esp oa principal
del templo real (Paduraksa) de rey y de la rein a adre (Rajadani)
3a erja de dos alas haci a e pat o externo . Vivienda estancas d e las espos as
del templo real (Candi Bentar) secundrias nobes el rey (Sarn
4.- stanque del Demonio (man Puyung) Gianyr)
5- Pabellón do nde se reúnen los jueces reales
(Kertagosa) V «CASA» DL P ADR (dinto) •
6 Jardín sagrado ( Taman Ag ung) D RY
7- stanque a grado ( man Ali )
8- Montaña a fcial (Gunung 7 Vvenda estan cias de las esposa s
9 Asento público [tro no] del r ey (Balai secundaas nobles e pare del rey
Tegeh) (Kaniya Bawa )
10- Templo de l sub-dadia real (Pemerajan . ivienda  estancas de l a herma na soltera
Luk Melaa) del rey (Sar Gdé
1   uga onde se guardan las relqu as 9Vivienda estanca del abuelo mateo del
(Gir i Suci ) rey (Balé Mas)
1 2.- je del muno (Uiran)
1  cadáveres
Pabellonesantes
Gemelde osla cremacón
para disp oner(Balé
Summanggn; Baé Lunjung)
lo s
VI. «CASA» D  HRMANO D RY �
14. Teplo de Orgen del rey de Mengw . Vivenda estancas de l hermano del rey
(Pemerajan Mengwi) (Semabawa)
   Pato delantero de la casa d el hera no de
1 5 Verja de os aas en la entra da eter ior al
palacio (andi Bentar) rey (Suci)
6. erja cub ea e entada interor al
palaco (Paduraksa VII.  SRRA LO DL RY
. Vviena y estancias d e las esposas
1.- AS D ASAMBAS PÚBICAS  plebeya s del rey (Pmangkang)
 ocina del re y (Pan Rja)
1 7. Pato de entrada externo (Bancingah) 4 Granero de arroz del ey (umbung Raja)
1 Cocina
Pato depúentrada
blca (uba (Summgn)
internoRaja) VIII  «CASAS» NOBLS H
2 Granero e aoz público (umbung
Roban) /7 . Casas de varios primos (patrli neales)
2  . Gong de la R aja (Kukul) del rey (Je r)

11 CMARAS RGIAS � IX REA IMPURA m


2.  Cámara regia extero r (Penandaan) 8rea impura (Teb)
. Cámara rega nteror (Rangki)
verja de dos alas (candi ben tur )

verja cuberta
aduraksa)
_  caino de paso aberto emeda)
1 92 NEGARA

son recoi dos y conc entrados po r el tip o de afrmació n aseada como mur
ti, y el plano sobre e que se desparraman por el tipo de actuació n conden
sado como sekti la imaen c ontra e e je mpo de poder .
En estos términos (y haciendo rerencia al diarama), el padmasan
2 5
(1) en el templo de dadia real se sitúa en reación a todo e templo (2) 
tanto como tod o el templo se sit úa en rel ación a l a totali dad de la s reione s
saradas del palacio ( 1  1 6) como la totalidad de las reiones sagradas s
sitúan
de en reación
se asienta, y laalplaza
palacio,
públyca
el enpalacio en al
relación r elació
campon que
a la lo
plaza
rod públ ca don
ea. De ma
nera simi lar, e patrón se aplica a otra s sec cione s y comple jo s del palacio :
el asiento público del rey (9) al patio de entrada exteo ( 1 7); el patio d
entrada inteo ( 1 8) a a totalidad de las áreas de asamblea públ ca ( 1 72 1 );
lo s pab ellones nerarios (3) al patio de entr ada inteo en el q ue s e en
cuentran; e  patio del rey (24) a su «casa» inme diata (2426); la casa n me
diata del rey a a de la  ínea nuclear real en general (24-34); la casa de la lí
nea nuclear real en eneral a sus ramas periécas que todavía contnúan
en el palacio (3537); todas las casa s todavía en palac io a aquel las que «han
salido» y se ubic an en distintos puntos a su alrededor, sea en la capital pr o
piamente dicha, ivament
sea espar cidas estratéicamente a trav és del reino  26 las
Y así suces e. El detal ado isomorfsmo alcanza haci a abajo
más ú tiles n imiedades de la decora ción y e l mobi liao, y, hacia ar riba, en
última instancia , todo el u niverso. La reexp resión intermnable de un con
junto fjado de relaciones simbóicas creaba, en el palacio clásico, una co
lección de escenarios mayores y menores en los cuales se podían llevar a
cabo apropiadamente celebraciones mayores y menores de la jerarquía.
Desde una pequeña oenda llevada a cabo on ocasión de una pequeña
estividad por el sacerdote encara do del templo r eal en su padmasana
un esto ritua desnudo observado rutinariamente, a las stividades
de masas en ocasiones mayores dentro y uera del palacio como un todo
randes empresas públicas que implicaban a toda la sociedad, en el
ndo, e l atrezzo y los decor ados del Estadoteat ro, a sí como lo s dramas re-
presentados, siempre eran los msmos. Lo que variaba era el número de
personas capturadas por la representación, el rado de elaboración con el
cua se desar rollaban os in mutables temas. y el i mpact o práctico de  acon
tecimiento sobre el curso eneral d e la vida bai nesa .

La disposici ón espacial del palacio se clarifca si o contempla mo s


como una serie de escenarios  y como u n escenario en sí mi smo so -
bre os q ue se represen taban una y otra vez dramas e jempl ares a cerca de
LA A F  RM ACIÓN POLÍ TICA: E S PE CTÁCULO Y CE R EMONIA 193

a ascenden ci a y de la subodi naci ón : po qué los lug aes más sagrados se
encontaban hacia el note y el este, en diección a las montañas, y los
más ponos hacia el su y el oeste, en diección al ma; po qué las
áreas menos pestigiosas bod eaba n a la s más pestigi osas ; po qué había
un gadiente de público a pivado desde la pate delantea a la parte ta-
sea del palaci o. También cl aifca los si gni fcados específcos de va ios
tipos de espacios y de las elaciones que impean ente ellos. Los cinco
tipos de esp
(2223), acio pincipales
esidencial (2437)
y pono (116), defne
eligioso (38)- cívico (1721),
n tanto camea!
un con junto
de contastes que los distinguen como un patón de similitudes que los
conectan.
De los espacios sacos, los más signifcativos ean el templo de la línea
nuc lea ea l (2), el asiento público del ey (9) lo s pabell ones paa dispone
los cadávees eales (13) y el eje el mund o ( 1 2) . 7
El templo de la l ínea nu cle a ea el templo mil ia de todo el grupo go-
beante de Klungkung;  8 su econsagación des pués de cada acceso al to 
no, después de ectua epaaciones o alteacioes, o después de que al
guna desgacia natu al hubie se caíd o sobe el  eino ( una plag a de atas, una
erupción svolcánica,
empaste dentales  unauna
epidemia), ea junto
de las ocasion es mása las
coincineaciones
ientes p aa lay celeba-
los
ción en el palaci o de las más gandes ce emonia s, con pa ticipaciones ma-
sivas y actando a to do el ámbito del eino. El a siento público del ey ea
una platama de pieda elevada, cubieta con un tech o, donde s e sentaba
paa obseva y se observado duante las estividades (danzas, damas y
demás) que acompa ñaban a las gandes ceemonia s, así como p a ecib i,
en ocas ion es fjas y tualiza das, a gentes odinaas que queí an pedile al-
guna co sa. Los pabellone s  neaos ean pa a disponer los cadáv ees ea
les antes de la cema ció n; debió se en ellos donde se oigin ó la pocesión
que Helms vio emege po encima de los muos, a tavés de un puente,
paa evit a contamin a la veja . Peo, de lejo s, el más i ntigante, así como
el más oscuo, e los espacios sagados del palacio ea lo que chando
mano de la teminología del estudio compaado de las eligiones, peo no
de todas las teoí as que la acomp añan he llamado el e je del mundo el
uin. Incluso más que en el templo de la línea nuclea es en el ukin
donde se concent a la seti del puri, su eza mimética para poner en má-
genes la vedad. 
Uiran sig nif ca litealmente «monta ña », o, más exactamente, «lugar d e
la montaña». También se efere a gabados y tallas sobe madea o metal
que actúan co mo tali smanes, especialmente en amas. Y fnal mente  tal
vez po de ivación de conteni dos , tal vez n , e s una de las treina se
manas de siete días -wuu-, que compo nen el año balin és de 2  O días. 30
La inteacción, la mezcla de estos signifcados iconográfco, má g co Y
1 94 NEGARA

del c alenda io- hace de l ukin el punto de los puntos, no meramente en


el palacio, sino en todo el reino: el lugar en el cual se concentran con más
exacti tud todos os aspectos r elig ioso cosmológ icos y poder políticos de la
jerarquía, juntos .
El mtivo de la montaña sagrada ha representado, claro está, un papel
preeminente e n la mtología índica desde los tiempos más antigu os. El Mon
te Meru, el centro, el ombligo y pivote del mundo, es el punto en el que

conluyen
través d el el
cuacielo, la ,tier
l dio ses ra y el yinf
hombres eo,
dem oniouna especievde
s pueden puente
iajar de ati otr
de uno erra a
o de
los principales r einos del ser. En Indones ia, este tema no e s menos co nspi
cuo , pudiéndose encontra r representaciones iconográfcas extraordin aria
mente variadas, desde fguras del teatro de sombras, hasta oendas de ali
mentos. Y en Bali, donde se considera que el imponente volcán sito en el
cent ro de la isla, Monte Agung, es Meru l lugar donde mora n los dio
ses, do nde se sitúa el templo s upremo, con respec to al cual todo el país se
dispone direccionalmen te-, el motivo de la montaña es casi o mnipresen
te. J unto con el Agua y con el Sol, es un o de los tres grandes símb olos de
la natura leza en l a vida religiosa.  1

otraEnvez,nuestro puri de Klungkung, el motivo de la montaña aparece una y


como es erzos ta rtamudos después de u na emisi ón total de voz.
Después del padmasana él mism o recubierto con seme jante tipo de moti
vos, el altar más impotate en un templo de la línea nuclear, así como en
todos los templos de las castas superor es , es el «Gunung Agung» s de
cir, M onte Agung, sit uado cer ca del padmasana. Si gue al Gunung Agung
la estructura más grande del templo, el Meru como tal: una constucción
del estil o de las pagodas chinas , con una pirámide de t echos s uperpuestos
(once, en e ste caso) de tamaño decr eciente (en e l sentido ascendente) que
representan los cielos estratifcados. La montaña atifcial (8), edifcada
con l a tiera excavada al con struir el estanque sagrado (7) es otra de sus re
presentaciones. Las verjas, tanto de dos batientes (3a, 15 etc.) como cu
bieas (3, 16 etc. ), también son imágenes explícitas de Mer u, paso s entre
regiones menos sacras y más sacras. Y fnalmente, el ukin -y, en su in
terior, por tant o más prondame nte «dentro» , el gi ri suc i ( 1 1 ) es pura y
smlemente el MeruAgung localmente emplazado: eje del palacio, del
reno, de Bali y del universo.
n el giri suci ue, como no orprenderá descubrir, también se tra
duce por montaña sant a, sagrada»-, s e guardan las amas mágica s -kri
ses , lanzas, venablos y sim il ares que asegura n y, en cierto sentido, en
caan e pod er de la dinastía, Esta reliqui as -lo que los ba linese s ll ama n
waris- son, por así decirlo, el legado carismático de la casa a la que per
tenecen , y, más pa ticu larmente, de su cabeza, a qui en se le cona su guar
da y conservación. Grabadas o talladas con diseños ocultos llamados
LA A FIRMACIÓN POLÍ TICA: ESPECTÁ CULO Y CEREMONIA 1 95

ukin- que poseen una erza transordinaria, las armas se asocian con
e aboradas leyendas de oigen di vino (habi tualmen te, por haber sdo rja-
das por alg ún dios en las pr ondida des de un volc án) , con mis terios as apa
riciones del tipo más ntástico, y con mil agros mil itare s en los que s ava
an a la dinastía de sus enemigos Son la potentia de rey, que, sin ella
om o sin el  lo, qu e vienen a sign icar de manera más bien explícita ,
sea incapaz. 3 2
Una vez
lamada al año,
ukiran, en saca
el rey el últestas
imo amas
día antes
paadeque
entrar
el en la «sacerdote
sumo semana» las
también
ben-
diga con agua sagada; y se adoa a Siva en la rma de Pasupat, «cuyo
nomb e es ta mbién la mejo de todas las amas, la epada que ecibió Ar -
juna, después de rendi homene a Siva, paa que la usara en la batalla
contra Niwatakawasa» Al ía siguiente, el primer día de ukin propia-
mente dicho , se adora nuevamente a S iva, pero en la ma de Batara Guru
y en el templo de la línea nu clea, «porque en Guru uno ve a su propio gu rú
o pae, y así, a través e él, rinde homenaje al srcen de la propia mi-
lia» 33 Llam ada tump landp literalmente, el «cierre de lo aflado, de
lo puntiagudo» (durante ese día, no se eberá usar ningún objeto aflado,
puntiagudo,
mo que conecta en todo el  eino), de
los instmentos estaviolencia,
 estividad
las se celebradecon
energías u n si mbol is-
la virilidad,
los emblemas de la autoda  y los vehícul os del caism a Proporciona un
bello cuaro sinóptico e lo que signicaba la soberanía si ésta es una
palabr a si quiera ap oxi maamen te corecta en la po lítica metar ica de l
Bali clásico 3 4

Sentados l os espacio s sagados, que si ntetizan lo que la ar qui tectura de


palacio tiene que decir principalmente, que reejar la realidad es con
vetirse en ella, los demás tipos de espacios van cayendo naturalmente
en su luga. Diseñados para distintas nciones, pero similares a grandes
rasgos en rm a y disposi ción, las distintas regiones son e scenaios o ar e
nas donde se representan puntillosamente los encuentros ontales por el
estatus, que rman la substan cia de la vida política En los espacio s sagra
dos, los encuentros son entre dioses y hombres; en los espacios púbicos,
entre señores y súbditos; en los espacios camerales, entre señores y seño-
es; en l os espacios residencial es, entr e hermanos , prmos, esp osas , parien-
tes, n iños, os «inteos» en defniti va de l hogar r ea; en os espac os im
puros, entr e hombr es y demonio s.  5
Más que en cualquie oto sitio de Bai clásico, más que en e puebo,
más que en a moa da, más inc uso que en e temp lo, era en el paacio
1 96 NEGARA

que, natualmente, ea un poco de todos ellos más algo de coliseo


donde conluan las vidades de todo Bali, las petensiones en too a las
cu ales giaba la sociedad

NCINERACIÓN Y UCHA POR EL ESTATUS

estoDe
n otodas maneas,
ea más en l a medida en
que miseenscne: eaque
en conciee al deEstadoteato,
los itual es la cot e en lostodo
que
el nega cobaba vida. En las consagaciones del templo, los empastes
dentales, o las in cineaciones, l as ideas talladas en lo s elieves del padma
sana o desplegadas en la estuctua de los complejos eales se convetan
en gandes gesticulaciones colectivas, en epesentaciones masivas de las
vedades de la elite. Las muchedumbes de miones y paticipantes, que
tansmab an la me no de las ceemonia s estatales en u na especie de es-
cena coeogafada de multitudes, conean al nega un pode expesivo
que ni lo palacio s como cop ias del cosmos n i los e yes como iconos de la
autoidad divina podan poduci po s mismos. «Con un poco de imagi-
nación », hauna
cineación escito G egoy
maaña Bateson hojas,
de cuepos, sobe toes
una pintua balin«podamos
y oendas, esa de una in-
ve la pintua c omo una e pesentació n si mbóli ca de la oga ni zación social
balines a, cuya s suaves elaciones de etiqueta y  egocijo cuban meta i-
camen te la tu bulencia de la pasión. »36
Aunque también ea p acticad a po sace dotes y plebeyos , la i ncinea-
ción -ngabn- ea, de hecho, la quintaesencia de la ceemonia e al 37 No
ea únicam ente la más d amática, esp lénd ida, co nsi deable y caa de las ce-
emoni as : ea la que se dedicaba más die ctament e a la afmación agesi -
va de l estat us  L o que, desde un punt o de vista, no ea más que u n ito sos-
pechosamente inlado po el mueto, desde oto, ea un ataque ontal en
una guea po el pestigio La sugeencia de Gois de que podía tatase
de una supevivencia, pasada po el tamiz cultual ndico, de un potlatch
pehindú, poda esulta poco aceptable etnológicamente, peo capta bas-
ante bie n el esp itu de la cuestión : co nsumi ción consp icua al estilo ba-
lnés 38
 mpezando con la muete del ey, alagándose a tavés de la vedade a
ncnea ción , y conti nuando en una ist a de cuiosas m ani stacione s ps-
ceemonales, el itual ea un asunto polongado, que tomaba vaios meses
paa ealiz ase Su coazón lo maban los te s gandes d as santo s: La Pu-
ifcación (Pabersihan); El Homenaje (Pabaktian); La Aniquilación (Pa
basmian). Peo, com o co n muchos ituales balineses, estos acont ecimien
tos cent ales se s ituaban en una especie de pa réntesis li mitado, po un lado ,
o un lago crescendo de pepaativos, y, po el oto, po una agonizante
LA A FIRM ACIÓN POL Í TICA : ESPECT ÁULO Y CEREMONIA 1 97

cascada de puntos fnaes. La signifcación de asunto reposaba sobre todo


su trayecto: en e prólogo (a construcción de a para aia, a reunión de
as oendas, a organiza ción de as festa s) y en a r epetición (a recreaci ón
obsesiva, con efgies, cenizas, diseños o ores de a cremación de cadá
ver), tanto como en a ceremonia propiamente dicha Desde el principio
hasta e fna, era o que los baineses lama n u n kaa tu, un «trabajo de
rey», una especie de corbea reigiosa en a cua se conndían servicio y

adoración.

De os tres «días grandes», e primero, La Puriicación, se dedicaba a


que os parientes de diunto, os otros señores de reino y en e caso de
una fgu ra realmente reevan te os señores de r eino s ai ados avara n e
cuepo, o o ue quedaba d e é ; también se adorna ba e cu erpo con disti n
tos ingenios : espejo s en lo s pár pados, ore s en  as ventanas nasa es, cera
en las ore j as, un rubí en a boca, h ierro en os brazos y, muy e specia men-
te, el sumo sacerdote lo asperjaba con agua bendita. Durante e segundo
día, E Homenaje, se trasadaba e cuerpo a los pabelones de exposición
(nº 1 3 en la fgura 11), donde se disponía en medio de as reiquias ami
i ares o s krise s, anzas y demás contenidos del giri suci- y entre ea-
borad as montañas de ho jas y arroz, de rma qu e pudiese s er contempa
do por los depe ndient es, clientes, aliados e inclu so agun os de los súbditos
más prominentes, que acudían a mostrarle su respeto recitando, as ma-
nos sobre la ente, una plegar ia. Pero era e último día, La Aniq uiación,
cu ando la corent e de si gnos de estat us hasta entoncs, apenas una ram-
bla  era de a ép oca d e lu vias , desde e punto de vista bainés se des -
bordaba en un torente que arastraba todo a su paso, incuso a soem
nidad. 9
Ta co mo deja caro a descripción de He ms, os rasgos sobr esa ientes
de la incineración propiamente dicha eran tres enormes estaidos de ener
gía si mbólica : un o socia , a procesión ; uno estét ico, a torre; y uno natur a,
el ego . La exci tación de la muchedumbre, l a magnifc enci a de é retro
y el abandono de a pira fjaban e tono de acontecimiento, que era más
como una saida, una excursión, que como un amento, ta como Hems
también señala.
La proce sión era un as unto c amoroso y desordenado a o  argo de todo
su trayecto. Empezaba con una bataa fngida entre os hombres que in-
tentaban levar e cadáve r por encima de as m ura as de paacio para de
positaro en a torre y a mutitud que trataba de impedir que o hiciera.
Acababa cerca d e media mi  a más e jo s con u na serie de bata a s si mi ares
1 98 NEGARA

a medida que se bajaba e cuepo desde la toe hasta e ataúd en ma de


anima y se coocaba en a pa Ente medo, ea cas   a hs tea : e sa vaje
emoneo de a toe «paa conndi a los espítus»; os empujones, em
pelones y caídas en e bao; as peeas ente sas po monedas y chuche
ías ; e mpacabe repca de las mel odías gue eas
Y sin embago, pese a todo, a pocesón tenía un oden guoso: ea
tan tanq ui a e mpetub abe en el áp ce y e cento como ea tumut uosa y

agtada enes,alos
danzain base y os bodes
potado A a cabeza
es de sándao, machabandeasosoquestas,
o s potadoes ataúdes enos 
ma de anma Detás de eos estaban os anceos y os potadoes de as
e qu a s; y entonces , en e cp entes y bande jas equl bad as sobe la cabe
za, venían las mujees con e agua bendta; as seguían as efgie s -pae
c das a muñec as- del mueto, as oendas a los demon os y al seño del
nfeo, y as insgnias eales -opas, joyas, cajitas de betel, paasoles-
A contnuacón, medo en tance, samodando mantas, venía en andas e
sumo sacedote, tanspotado en ato sobe el padmasana que ea su silla
descubieta Tas é, peo agaada a él po a sepiente de opa que tanto
mpesonó a Hems y que los paentes inmedatos del mueto, también
algo ateados, levaban despegada encma de los hombos-, venía la to
e ne aia, evan tándos e imponente po enc ma de toda a con sión  Y
fnamente, a a zaga, como una somba, venía el séquto neao de las
esposas sacifc aes , las mujee s sin expesón en su s toes , como los ca
dávees que ya ean; as seguían los sudas, a menudo cientos de elos, do
cenas en u na so a toe, a quienes s us  ml as habían desent eado paa in
c nealos con su seño  La escena  que, po o que se ef ee a aspecto
gene a , no ha cambado ta nto hasta a actua dad ea un poco como una
eyeta juguetona: una volenca delibeadamente dseñada, incluso estu
dada, paa  eaza una quietud no men os de ibeada, y aun más es tudiaa ,
de los divesamente mpetubabes sacedotes, agnatos, viudas y muetos
tibutaios que se as ingenaban paa agutinase alededo de a toe
cental
La tore en sí msma, e ojo dento del ojo de este huacán manuctu 
rado, vovía a se una magen cósmica. En su base, el mundo de os demo 
nos se invocaba a tavés de as usuaes sepentes aadas y totugas apas 
tadas E mundo del hombe se epesentaba en el medio a tavés de una
potuberante plata ma, modeada como un pabe ón domésti co y  am a
da de hecho «a casa», donde yacía e cuepo En a cúspde, apaecía el
mundo de os dioses, simbolizado po los miiaes tejados de Meu su
pepuestos, ndcando su númeo e nivel de cieo a que aspaba el a a
que patía: un únco aa e pebeyo, sufcentemente atunado de pode 
squ iea ascende; tes o cinco paa a pequeña nobleza; siete o nueve pa a
o señoes odnaos; y once, coonados en a cúspide po un lingga es
LA A FIRMACIÓN POL TICA: ES PECTÁ CULO Y CEREMONIA 1 99

culpido, para e rey; un itial padmasana descubi erto, abiert o di rectamen


te a Sol, SuryaSiva, era para el sumo sacerdote.
Los ataúdes con rma de animal también relejaban el estatus del di
n to. Lo s sacerdotes se quemaban en tor os, los altos señores en leo nes ala
dos, los señores menores en ciervos, los plebeyos en una bestia mitológi ca
con l a cabeza de un elente y l a cola de un pez  La alt ura de la to e -ue
podía alcanzar sesenta o setenta pies-, e número de hombres que la lle
vaban uey tenían
elaboración que de
la calidad sersudedecoración
rango inrior
ue al del
era muerto-, el grado
saqueada por a mude
chedumbr e en u n enesí salvaj e antes de que se q uemara en un eg o se
paado del éretro-, y el número de viudas sacifciales y sudras desente
rrados, todo expresaba las reivindicaciones de estatus del diunto, de su
dinastía y de su negar: el grado de ejemparidad que prosaban haber
conseguid o En tod o el día que caía, y en los c ientos de act os rituales y las
mile s de oen das, apenas hab ía hab ido agun o -desde las efgi es y los mo n
tones de aoz a los him nos s agrados y el revolote o de las tórtolas- que no
hubiese tenido un signifcado de estatus, explícito y delicadamente modu
ado 40
La escena
conlores en la pirapor
disparadas ( el  )sacerd
la «muerte» de la serpiente
ote; el sacerd por lasu lechas
ote, cas i como n son ám
bulo, trepando a la platarma para empapar el cadáver, vertiendo sobre
él gandes cantidades de agua bendita; la colocación de cadáver en el
éretro, ente rado bajo pil as de t elas , ef gies , monedas chin as, y tantos ti
pos de oe ndas como allí se pod ían em butir; la ig nici ón cer emonial, lle
vad a a cabo por el sacerdo te con un dril encendido en la gata; el sacer
dote, ahora completamente en trance, realizando un último y luido
ritual, una especie de danz a sentado, con la cabeza, el tr onco, los brazos
y las manos, en medio de humo y del clamor; e gran colapso cuando ce
den la s patas del ére tro y se desmor ona en el uego, arrojando e cadáver
semiquemado; la caí da silenciosa de las vi udas en las llamas; la recogida
de las cenizas para llevarlas a mar, el sacerdote metiéndose en e agua
para e spa rcirlas en las olas ( . . . ) todo e sto era simplemente más de lo mis
mo: a serenidad de lo semejante a dios trascendiendo el uror de o e
mejante al animal. Toda la ceremonia era una gigantesca demostración
-repetida de mil manera s con mi  im ágene s- de la indest ructibiidad
de la je rarqu ía ente a as m ás poderosas  uerzas ni vel adoras que e m un
do pued e congreg ar: m uerte, anar quía, pasión y  uego «¡E rey es aniqui 
lado ! ¡ Larga vida a su ra ngo ! » 4 1
200 NEGARA

s í pues , los rituales reales  y, en esto, lo s empastes detales, las or-


denacione s, las purifc aciones y las co nsagraciones de los templo s no era
direntes de las inc inera ciones represen taban, en l a rma de espec -
táculo, 42 los principales temas del pensamiento político balinés: el centro
es ejemplar, el estatus es el ndamento del poder, el arte de gobear es u
ate dramático. Pero hay más que esto, porque los espectáculos ceremoni-
les no eran simples embellecimientos estéticos, celebraciones de una do-
minacón que exi stían indepen dient ement e de ell a: eran l a cosa en sí mi s -
ma. La competición para ser el centro de los centros, el eje del mundo, era
justo eso, una competición; y era la habilidad para poner en escena ro -
ducci ones de una esc ala de once t ej ados, para mov ilizar gentes, recursos y
cono cimie ntos la que le hacía a uno un seño r de once te jados. No se debe-
ría permitir qu e la naturale z adscript iva de l siste ma de r ngos ba liné s, el
hecho de que el lugar en l a jerarq uía se here dara en una amplia medida, o s-
cu rec iera el importan te hech o import ante por más de un a razó n y de más
de una man era de que to da la sociedad , desde la c úspide hast a la base,
estaba tra rivalidad
que dicha bada en ue narailantrincada e i nacabable
erza impulsora de la rvalidad
vi da balipr el prestigi
nesa . La esc alao,ey
la que se manejaba tal rivalidad era mayor en la cima, quizá más itga-
ble, sin tr eguas, y ci ertament e más espectacul ar. Pero la luch a de los si ta-
dos más abajo para estrechar la distancia que existía entre ells y los si-
tuados más ar riba, por imitación , y amp liar la que lo s searaba de los que
estaban aún más aba jo , esta lucha era universal.
Una inc inera ción real no era un eco de u na política que tenía lugar
en algú n otro sitio. Era una i ntensifcación de u na olítica qe tenía luga r e
todas p artes .

NOAS

 .  del t. : «Plátano grande, buo o macho»  lanta n en ing lés para cocin ar, a di-
frencia de las «bananas» o « plátanos» a secas, cons umidos sobre todo c udos.
 N del t : Krton, «palacio real» en Java y distintas partes de I ndonesia.
3 N d el t. : Suttee es la transcripción habitual inglesa la transcrpción castellana,
tambén  l ada en inglés, aunque más raramente, es «sati» de una palabra hndi y urdu,
de orgen sánscrito, qu e designa en la Ind ia a la «v iuda» que se autonmo la en la pir a ne -
raria de  mardo así como la propia costumbre.
4. Véase Hem   88 , pág 5966. He citado anteriormente este pasaje en C. Geer tz ,
l 977b, donde e peden encontrar algnos comentaros generales sobre las incineracio

nes bali nesas


cremacón de Otras descrpciones
las vdas (mesatia)tempranas
n a ded unae misi
in cinera ciones (ngabn)
ón holandesa en  663que incluyen
y otr la
a recogi
da po r Fr ederich en  847 (la ms ma ue vo Helms) son cita das en Cov abias, 1 956 ,
LA AFIRMACIÓN POLÍTCA: ESPECTÁCULO Y CEREMONIA 

págs 377 38 3 (comp árese con Van Geuns, 1 906 págs 657 1 ); véase tambi én Anónimo,
 849. De acue rdo con Van Eerde ( 1 9 1 0) u n relato chino men ciona una cremaci ón de una
viuda en Java en 46. La incursión holandesa puso n a las cremaciones de viudas (aun
que no a las cremaciones nerarias, que continúan celebrándose hoy en día), aunque dis
tintos inrmantes pretenden que se produjeron algunas secretamente bien entrados os
años veinte del p resente siglo S obre el suicidio ati de dos esposas del cakorda de Tabanan
(XVI en l a gura 3 ), a a muerte de éste en  903 un acontecim iento que paece haber in
fluido en la decisión hoandesa de interven ir en el Bal i meridional ( véase Hanna, 1 976 pág
74) véase Tabanan, s. f., pág 1 1 
La cara cteriz ación de Helms de las mujeres como «escl avas» ( [ del t] en el texto de
Hems c itdo por Geez se uti liza  a expresión bondswomen, que designa a «sierv as», «es-
cavas», mientras que, en  a nota, Gee rtz especica el estado «bond lave s», aunque pierde
precisión respecto al género. En cualquier caso, esto no acta a comentario del autor.) es
seguramente lsa. Mujeres parekan eran sacricadas ocasionalmente en la cremación de
sus señores, pero se las apuñalaba hasta morir antes de tirarlas a a pira; sóo las esposas
propimente dichas de señor tenían el estatus suciente para saltar vivas a as llamas, a ve
ces apñaándose elas m ismas a la vez. La identicación qu e hace Helm s de «S urya» «el
So» con « n<ra» ue sí es en ve rdad «El Señor del Cielo» también es incoecta: de-
bería ser «Siva» , a quien os balineses identi can con el so  Sobre el l amado culto balinés
de a muerte, véanse Wirz, 1 928 ; Cruc q, 1 928 ; Covarbias, 1 956 págs. 35 7 388 ; Kersten,
1 947 págs. 1 55 1 70; La mster, 1 933  págs 52 65; y la pág 1 96 del presente texto. P ara una
buena se rie de tograas de una incineración, véase Gor is , s f. , panchas 4 .804 9 3; com-
prese con Bateson y Mead, 1 942 pl anchas 9496; un graba do (teór ico) ale mán, datad o en
620 de una incineración balinesa ha sido reproducido en el ontispicio de Boon, 1977.
5. La erte insistencia de los estud iosos en el lado de las «reencias» de las religión
bainesa osmoogía, teología, iterat ura sacra, nociones sobre el espíritu, brujería y de
ms han prov ocado la ta de descripc iones de talladas y c uidadosas de bena pa rte de la
vida ritual bainesa y, especialmente, de as ceremonias reaes. No existe todavía ninguna
reación del to do adecua da técnicamente de una inci neración real (ngabn) para un a cre-
mación no regia, recien te (  949) y más bien especia, véase F ranken,  96; compáre se con
Mershon, 1 97 1  págs. 202 y sigs.; y, sobre el emp aste dental -metatah-, apenas exis-
ten ni siquiera reatos popuares (para una relación muy breve del empaste dental de un tri
wangsa, véase Vroklage, 937; compárese con Bateson y Mead, 942 plancha 86; Mers-
hon, 1 97   págs 1 47 y sigs., incluye ndo una ilustr ación en pág. 1 49) Me rshon (1 97   págs
257 368 ) también inc uy e una extensa descri pción narrada de un ritual de la corte de Ka
rengasem en 1 937  un rito d e puricación del r eno l lamado Baligia. Swellengrebel (1947;
compárese con 1 960 págs. 4750) proporciona un relato útil , aunque agmentario , de un a
ordenación, basado en un i nrme re aizado por Schwa rtz en  903  no ha y que conndir,
como se ha hecho a v eces, l a ordenación con un a «co ronación» que los balin eses no tenían
se santicaba a l rey, no se le instaaba (compá rese co n Gonda, 1 952 págs. 236 25 2).
Un anáis is textual del ritual, Sivatri, se puede encontrar en Hookyaas, l 964a pág 1 93
236 y C. J. Grader (l 960b) da algunas inrmaciones dispersa sobre los rituales en los
templos estatales en gener a. De todas maneras, los «testimonios di rectos» más valiosos de
las ceremonias reales en la I ndonesia índica continúan siendo los de Prapan ca sobre los ri
tuales del Shraddha (memorial real) y del PhalgunaCait (corte anual) en Majapahit, en
1 362 (véa se Pig eaud, 1 960 1 963 caps. 9  4). Para reren cias generales a la r eligión bai-
nesa, véase capítulo 3 nota 02.

6. Entre
distintos e stánlasasmás importa ntes
ce remonias detemplos
e n los la s rmas
de ceremoniales qu Bateson
pu eblo (v éanse e llevaban «mensa
, 1 937 jes »1 953
; Belo, algo
Hookyaas, 1977) las mosa repreentacones dramáticas de sombra (véanse McPhee,
0 NEGARA

1970; Hookyaas, 1960 1973c); las aún más mosas danzas de bruja y dragón (véanse
Belo ,  949; B ateson y Mead, 1 942; De Zoet e y Spies,  938 ; C. Gee rtz, 1 973c ; Rickne r,
1 972 ); el Día de Si lencio, de limpiez a de de monios (vé anse Cova ubias, 1 956, págs. 72
282; Sugriwa, 1 957a, pá gs 425 1 ; Sudha rsan a, 1 967) ; los cántio s gesti culados del sumo
sacerdote pa atraer a Siva y que lo posea (véase Ko, 1 960; De Ka t Angein o y De Kl een,
1 93 ; Hoo kyaas, 1 966; Gouria an y Hookyaa,  97 1 ); los ri tos de pasaje M ershon, 1 97  );
as festividades regul adoras del ritmo de las tareas del cicl o agrícola (véas e la nota 72 del
cap. 3 Para más comentarios sobre la varie dad en cómo direntes a s cu lturales bali-
nesas «dicen», y, en consecuen cia, la imposibilidad de conden sar la cul tura balinesa en un
solo tema, véase C . Geetz, I 977b; l 973 h. El acaso en apreci ar el grado en que in stitucio-
nes cul turales «arman» proposiciones distintas, incluso conflictivas, sobre la natu raez a e
la «realidad», social y de otros tipos, estropea, a mi modo de ver, el comentario general-
mente bri lante de Dumont (  970a ) sobre el «pri ncipio de je rarquía», un comenta rio que ha
esti mulado el mío pr opio.
7. Véase Du Bois, 1 959, pág. 3 1 .
8 . Para un excelente ejemplo e «lectura» de un ritual de Esta do (nerales rea es en la
Francia de los siglos x v y XVI) en busca de signicado político, véase Giesey ( 1 960) que se-
ñala en su pre cio :

Una y otra vez ( . . . ) he emergido con la convicción de que algunas innovacioes


cuciales en el ceremoial se dieron por prime a vez de manera bas tante rtui ta ( . . . ) y
generaciones posteriores, al recrearlas, las embellecieron con n simbolismo ítido. Es
decir, en e nivel de los acontecimientos mismos, eina ecuentemente a casualiad;
pero las rmas si mbólicas actaba e p ensamieto sobe los aconte ci mietos, espe-
ciamente cuando era repetidas conscientemente [es decir, deliberadamente] en une-
rales posterior es  Así pues, por un lado, cons idero que mucho era accidental o aeato io,
ro, por otro lado, veo la expresión de patrones de ieas estrechamente relacionados co
las convicciones intelectuaes de los tiem pos. Esas ideas se dramat izaban en e ritua, y
sólo se verbalizaban incidentalmente si es que lo hacían en absoluto. Consiguiete-
mente, he tenido que extae r los aspec tos «constitucionaes » [es decir, «p oíticos»] e
ueral r eal, habitualmente por in rencias, a pti de la conducta ce remonial, tal como
el h istori ador de l a li turgia encuent ra creencias religiosas en e ritual, o el h istoria o
del ate des cubre el pe samiento el atista en l a iconogaa

Si ex istiese una historia analísti ca accesible de la ceremonia d e las coes bainesas, si
duda emerge ría un cuadro sim ilar de evolución iegular (creo que « casualida» no es exac-
tamente la palabra coecta), reguarizada por interpretaciones y ajustes post hoc. Así, las
concepcione s político religiosas altamente inte gradas de os b alineses durante e  sigl o XIX
o se heredaban como un patrón jo que era a la derva a través de las eaes, sin co-
taco alguno con los procesos hi stóricos, sino que más bien era n el producto  e u proceso
conn uo de cambi o tato en las rmas conc retas del ritual como en el sign icado si mbóli-
co que se les otor ga, en gran medida, ota vez, de rma impl ícita.
Sobre el problema de los rituales reales como afiaciones políticas en general (en
este caso sob re los «progr esos» inglés, javanés y mao quí) , véase Geetz, l 977 a. Para n
cometario general sobre el problema de la interpretación cultural en los términos aqu í
empleaos, véanse C. Geetz; 1973b; 1973c; 1973f; 1973h; 1973i; 1975; 1976a; 1976b .

Sobre las
véanse aproxmaciones
Radn itsk y, 1 970; Gihermenéuticas a las
ddens, 1 976; Be ciencias
rstein, 1 976;sociaes
Taylo r,de1 97
manera más genera
1 ; Ric oeur, 1 970; G a- ,
damer, 1976.
LA AFIRMACIÓN POL  TICA: E S P E CTÁCULO Y CEREMONIA 203

9. Fragmentos e nteros del as aje que si gu e ha n aarecido en una f rma aroximada
mente igual en C. Geertz, 1 976a.
10.  del t. La trad ucción de esta oración es una adatación li bre del texto de Ge ertz
ara hacer más omrensible la analogía utilizada or el autor a la mayor arte de los lec
tores hisanohabla ntes . Donde Gee rtz hablaba de «béi sbol » ( y de bat hit inning left jel
de squeeze play hanging curve tightened ineld o, más adelante, catcher's mitt, literal
mente «bate», «go» , «entrad a», <�ugad or de camo izquierdo», <�uego exrmid o o coo»,
«cua colgante», «camo interior aretujado» o «guante de recetor»), se habla de útbol
lo que evita, al menos en muchos casos, que e lector tenga que enterase de que un squee
ze play es un juego corto d e bate ara e rmitir avanzar a os hombres colocados en bae, de
qué es un jugador d e base . .. Se ha rerido e sta estra tegia de «tra ducción c ultural» a la al
teativa, también ecaz, de ilustrar la analogía de Geertz a artir del desconocimiento de
ls aes ouesto a un resunto conocimiento básico del todo, a mantener la terminoogía
beisboística (lo que acentuaía el araelismo momentáneo con la imresión que ueda
causa la descrició n de la in cineración del r ey balinés) .
1 1. . del t.: Tanto «trma» como plot (l a aab ra elegida or Gee rtz) sig nican tanto
«argumento» como «consiración», riqueza de matices que uede ser conveniente tener en
cuenta.
12.  del t.: «Consciencia erce tiva» es un intent o de traducir la alabra inglesa sen
tience, que se reere tanto a la cacidad de sentir, de er cib ir a través de los sentidos, como
a a consciencia de ichas erceciones y del roceso intelect ivo consi guiente.
1 3 Pa una investiga ción general de tio ológico-textual de estas ideasimágenes,
ivestigación con l a que estoy en deua, véase Hookyaas, l 964a. Sobre el conceto de sek
ti, véase tambié n Gond a, 1 92, ág. 1 34. Sobre el con ceto de padmasana, véase Gonda,
1 92, á gs. 1 3- 1 96. So bre e c onceto de lingga, véanse Gond a, 1 9, á gs. , 1 96; Stu t
terheim, 1929; Bosch, 1924 (aunque resecto a Java). Para buwana (bhuwana, bhuvana)
agung I buwana alit, véanse Gonda, 1 92, ág s. 1 1 - 1 1 ; Hookyaas, 1 966, ágs. 9 30, 33,
73 -7 y lancha 7 . Exceto en extra ctos tex tuales, he transcri to la s alab ras sánscritas de
cuerdo con la ronunciación y la tra nscrición baline sas; la util ización de «dios » en el tex
to odría ser iguaente «dioses », dada a ci altea ncia b ainesa entr e conceciones mo
oteísta, ante ísta y oliteísta de lo divino (en cuaquier caso, las categorizaciones anterio
res son occidentaes); y, naturalmente, el lingga es visto como de Siva on lo que sería
más exacto decir Sivalingga-, más que de un «dios» genéri co. Para una lita de los rin
ciaes dioses ín dicos reconoc idos en Bali, véase Covaubias, 1 96, á gs. 3 1 6-3 1 8 ; com
áese con Sugriwa, s.f.  ágs. 1 7-2 1 .
1 4. Sobre el roblema de l a olis emia de los símbolos reigios os en gener a, véase Tur
ner, 1967.
1. Padmasana. El sistema de diosdirección vientocoloretc. es extre madamente com
ejo y no absoutamen te i nvariable, n i siqu iera comlet amente consi tente inteamene
Para la ve rsión si me oe cida en el texto, y l a que conocen la mayoría d e los sacerdote
e os temlos baineses, véanse Swel egrebel, 1 960, á g. 47; Belo, 1 9 3, ág. 7. Otra ver
sión, más imortante en diversos asectos, es la de los «ocho étalos», con nueve dioses y
ocho dir ecciones (N, NE, E, S E, S . . . ) alrede dor del centro (véase G onda, 1 95 , pág. 1 3 
Hookyaas, 1 964a, ág. ; Moo jen, 1 96, á g. 8 V an Eerde, 1 9 1 0; y Swelle ngrebel, 1 947,
cuya versión es aticul mente comleta , incl uyendo co elaciones de lan tas, flores, ár
boes, an imales sacrc iales . . . ). El atró n índico de múltiles nombres ara un mism o dios,
múltile s identi caciones de dioses denominados de distintas manera, y us iones direct as

de los dioses,
mente en Baisimbolizando
y comica aaúnnoción
más adesuercie
que dios esdel
uno y muchos
atrón (véasea laGonda,
vez, se 1da
9lena
, ág. 1 3 ;
Hooyaas,  964a, á g. 8 ). Pero la imagen básica del má s alto de lo s dioses rinciales en
204 NEGARA

el corazn del loo con los menores desplegados alrededor es an ja como jo puede ser
algo en al
Como odos los alares de los emplos en ali -e los cuales al vez sea e más im
poane, el admasana varía muc ho en el grado de elabora ci n de su ornamenación gra
bada de acuerdo con a i mporancia general y l a eeganci a de emplo, sien do los más ela
borados, claro esá, los conecados con la realeza. En la base del pilar suele haber una
represenacin de la ouga sobre la que reposa el cos mos. Arede dor de cuerpo de la co
lumn a se encue nran enrol adas, a veces, u na o dos sepiene s nási cas, símb olos de car 
naidad, viali dad y violenci a animal  Por encim a de las serpienes, se pueden enc onrar mo
ivos de monañas, represenando el reino humano de la vida en a ierra. Finalmene, e
rono propiamene dicho nomalmene a seis pies sobre el suelo, de manera que es más
alo que la cabeza d e u n adorado r de pie, per o no an alo como para que dich o adorador no
pueda alcanzarlo (versiones más elaboradas pueden ser más alas, incluyendo escaones
para ciiar e acc eso), es una si mple s il la de pied ra, descubiea bajo el Sol y mirando
al cenro del emplo Así pues, iconográcamene, odo el alar es una represenacin de
cosmos, desde a oruga subacuáica h asa e Dios S upremo, «que es puro, sin mancha ( .. . )
e inimaginabe» (Hooky as, 1 964a, pág 1 40; Covaubias, 1 956, págs. 6-7; Arda na, 1 97 1 ,
págs. 19-0). En los emplos más imporanes, ese simbolismo de la imagen del mundo
pudo ser mucho más deall ado de o que aquí se ha descrio.
Un esbozo de un empo ípico mosrand o la ubicacin d e admasana (kaja-kangin : a
esquina de nordes e en el emplo de l a cote de  Bali merdi onal, la esquina suroese en e
Bal i sepenr ional ; es decir, hacia e Mone Agung, p or encima de cua Siva / Surya presi
de sobre swerga, e reino de  os dioses) se pued e enconrar en Covabias , 1 956, pág. 265,
con una rep resenación de un aisa en a página siguiene. Un esbozo sim i ar, con un ex
o más abe, aparece en Belo, 1953, pág. 15; el empazamieno de admasana enre e
despliegue de los alare s de emplo s es ra ado ambién por Van de Kaaden, 1 93 7. Paa u
esbozo de un emplo de l noe de Bai, con e padmasana hacia el suroese , véas e Lamsr,
1933, pág. 33 Se pueden enconrar ograas de padmasana en Gors, s.f, plancha 4.28;
Moojen, 1 926, pla nchas 1 9, 1 41 28, 1 62, 1 77, 1 85; H ookyaas, l 964a, gur as 71 1 , una de
as cuaes (gura 9) es un buen ejemplo de l grado de ea boracin que pueden acanz os
empos esaales, y ora (gura 1 0) que muesra un e jempl o con res sil as, para Siva, Vis
nú y rahma, en e emplo panbalinés de Besakih Para ese úlimo, véase Moojen, 196,
plancha s 203-04 ; indica que e s «nue vo», habiéndose consru ido en 1 9 1 7. Uno od avía s
nuevo (ar ededor de 1 960) y más especa cular, hecho en cora banco, mid iendo r eina o

cuarena
ido porpies de alura, yrcon
e moviieno un relieve
eligioso de oroP de
re isa Siva en
isada la espada
(véase de a
C. Geez , 1 silla,
972b;e1 973e;
cons Ba
gus, s.f., Asawa, 1970; Parisada, 1970) y hoy linda con la plaza principa de Den Pasar, a
capial d e Bali.
Por o que s é, no exise ninguna descripci n sisemáic a de l as oen das ac cesible (ban
ten una a elevada del sánscrio bali que signica «ribu o», «presene», «oblació n »
vase Hookyaas, l 964a, pág 08) ; s i n embargo, se pued e enconra r alguna inrmación en
diversos punos d e e o, 1 953 , y Ho okyaa s Van Leeuwe n Boomka mp, 1 96 1 ; compese
con ers hon, 1 97 1 , págs. 34 y sigs ., o Sua Fox, 1 974. El principal r abajo sobre icono 
graa en Indonesia es Bosch, 1 948 (para el si bolism o del oo, vé anse págs . 35 -40, 1 33 
1 44, p lanchas 1 3 1 6)
Postu de loto. Para una descripcin (ogi nalmene de un raado de prosa en aniguo
javanés del siglo xv1; compáre se con Van der Tuuk, 1 897 1 9 1 2, bajo la úbrica de «adma
sana»
llo ) : las planas
derechos, los ojosdejado
lo s pies sobre
s en los mus
la puna de lalosnariz,
, las palmas haci adeaiba,
los dienes a espalda
a mandbula y el
y del cue
ma
xi lar supe rior se parados por la pu na de la lengua ( . .  ) véase Hookyaas, l 964a, pág 98 (en
LA AFIRM ACIÓN POLÍ TICA: E S PE CTÁCULO Y CERE MONIA 205

la India , aparente mente, la postur a de lot o era el signi cado amplio de admasana; véase
Zim merm 1 955, v ol 1 , págs 1 43, 3 7 1 )
El acto y la exeriencia de la meditación Véase Hookyaas, l 964a, págs 9899 Otro
pasaje del text o del s igl o XVI mencionado anteriormente, dice:

Debuteja signic a estar dot ado de erza; dibya cak�u quiere d ecir esta r dotado
con poderes extraor din aios ; dibyabala sig nic a esta do tado con nu merosos paien tes
y ser un regio pa a las gentes ; dibyadarnad es la cultad de ver cer ca lo que
está lejos y de conocer el corazón de otra ge nte ( éste es el fruto d e l a práctica del ad-
masana la fer za es su futo) 
Aunque el Di os Supremo es en principio i nimaginable, la icono graa del admasana
touga, serpientes, tron se puede visualiza como una ayuda en las prácticas de yoga
(Hkyaas, I 964a, pág 1 72 ), como también se puede h acer con la gura de Siva sob re el loto

Tú (el adorador) deberías imaginarlo, vis ual izalo como pose edor de un esp lendor
extraordinaio y caacterizado por el color rojo, sentado en la flor de loto, perfecta
mente bll o y completamente provis to de oame ntos ; tiene dos brazos y una cara y Su
aspecto e benevolente, s ituado en medio del hueco del loto con un disc o radiante, con
un jín y ua ca roja e esta ma debe uno visualizar al Dios Siva-Sol

É sta es una traducción de un mant sacerdo tal titu lado «Ri tual des tinado al adorador
del So l» (e s decir, al sivaíta}, oecid o e Hookyaas, l 964a, pág 161
Posición del coito. Véase Hookyas, 1964a, pág 102 Base del lingga Véase Hookyaas,
1 964a, pá g 2 1 3 Nombre del Dios Supremo. Véase Hookyaas, 1 964a, pág 202; el nombre
es de nuevo Siva o el Sol,  algunas veces es Brahma u otro de los dioses importantes;
Goris ( 1 93 1 ) ha dendido, más bie n esp eculativa ment e a pair de «pe rvivencias cultura
les», q ue la sivaización más o menos co mple ja de Bali en el siglo XX es u n desa rollo hi s
tórico de un patrón ant eior multi sectaio en el que diversos diose s Visnú , B uda y otros 
eran centrales paa diversos grupos Imagen del cosmos. Véase la primera sección de esta
nota Féretro pa a cremación del sumo sacerdote. Véase Hookyaas,  964a; Goris, sf ,
pág 1 98, nota a planca 4 28 ; Cova ubias , 1 956, p ág 38 7 Reducto más inteo del cora
zn humano. Hookyaas, 1 964a, pág 2 1 7; Ho okyaas, 1 966, pág 7 1 
En la India c lásica, padm on una  larga de su jo i ndi cador de menin o en sáns 

cit
Zimm er,es1 un
955,símbolo
vol 1 ,femenino
págs 1 5 8yysesigs
reere
) EnaBali,
la diosa Lak�m,
la mujer la mujer
pincipal dede
unViU
señ or(véase
se llama,
en el lenguaje más elegante, padmi, aparentemen te una mez cla del sánscito atnf, «espo
sa», y padm, «cons ote de (véas e Gonda, 1 952, pág 370). dma también aparece
como la i magen de una diosa en la gura d e la diosa del aoz, Dew i Sr i, qu izás l a más po 
pula de las deidades balinesas (véase capítulo 3, nota 85)
16 N del t.: «Paladión», «talismán», palabra derivada del Paladio, la célebre statua
con cua lidades sobrenaturales de la dio sa giega P alas
17 N del t.: Vestimenta típi ca del sureste asiát ico consi stente en una larga tira de ropa
que ambos sexos llevan aollada alrededor de la cintura o bajo los sobacos
18 Lingga. La leyenda del lingga de Siva es citada por Hoo kyaas (  964a, pág 1 94), a
pair de Wilson ( 1 892), tal como sigue

festóFue
poren eseera
pim díavez
[el como
decimocuato
el maravildelloso
meselunar de Phálguna]
i teinable Li ngcuando
a, paa Siva se mani
connd ir las pre
tensiones tanto de Brahma com o de Vis nú, ue estaban di sputando cuál era la div inidad
06 NEGARA

má grand e Para decid ir l a dicus ión, acordaron que s e debería recono cer como  más
grande a aquel que era el rimero en etablecer los límites del objeto extraorinario
que haba aarecido de reente ante elo. Partiendo en distintas direcciones, Visnú se
rou o alcanzar la ba e, B rahma a cim a; ero, deués de algunos m iles de año i n
vertido en el intento, el  na l arecía ta n remoto com o siemre, y ambos vovieron des
concerado y hum ill ado, y conar on a vata suerioridad de Siva.

Para tograa de  balinese de iedra, véase Hookyaas, l 964a, guras 6-0.
Los  ueden ambién re reentare en intura s (véase Hookya as,  964a, gura  5) ,
junto con dioe rereentados iconográcamente, mantras escritos y demás. Sobre los
 en Bali, véae también Stt utterheim,  99; sob re e « cul to l  » en  a Java tem
rana, véase Bosch,  94.
«Sobre la tierra, el gobeante actu aba en nombre de S iva  . . » está en Hookyas,  964,
ág. 1 43, citand o a Kom ( 1 93  , ág.  4). La « ronda conexió n esiritua» t mbién se
odría otular como imerante entre el orden divino, la dintía reinante y e scerdocio
brahmana. Eta argume ntació n ue avanzada en rmer lugr  or Bosch (  94), rncia
mente a a rtir de material ca mboyano. Para el rey b inés  amdo «  de muno» ,
véae Gonda,  95 , ág.  96; Grader, l 960b.
Sobre e hioo c omo , véase Hooky aas, l 964a, ágs.  43,  48-  50. Sobre el hi
o o o ae rsorio ( ) y sobre la acción de aserjr ( , es decir, «uricció n») , véase
Hookya aVan Leewen Boomkam ,  96 1 . E rito cometo inc uye: rimero, a sers ión
de lo altare ara que los dioe uedan entse en elos; entonce, a resentación de s
oenda a lo dioe desués de que se hayan sentado en ichos atres, así como la asr
ión de los roio adoradores, inclinados haciendo una reverenci mientras se evan as
mano a la ent e en eñal de homenaje () delnte e os d iose s sentos ; esta reve
rencia comleta la «comunión ». Para una breve decrición, véase Belo,  953 , ágs. 47- 5;
ara un intento de reflón de describir algo de su signifcado y de su tmósfera, véase C.
Geertz. El agua bendita ued e e r rodu cida ráct icamente or to do el m un do (o in c us o re
cogida de cietos manantiaes y lagos agrados), ero sóo la que rocee de os sumos
acerdote tiene otencia uciente ara ser utilizada en as ceremonias rees Para es
cricione del comlejo ritual mediante el cual el sumo sacerdote reara e agu benit
deué de conducir el alma de S iva dentro de u cuer o y de uni rla con l a suya roia, véan 
se Hookyaa, 1966, ág 354; Gonda, 95, ágs. 167-68; comárese con Goris, 926.
Sobre el agua bendita como «el mi terio central de la r elig ión h indú balin esa ( . . . ) maa
Á
da,gama
 975Trta, l a Relig
. De nuevo , elión del AguaoBendit
imbolim a», véae Hook
del  en-el -loto eyaas, l 964a;
s también unacom ese
unica conicono
ción Gon
gráca de lo rinciios maculino y menino. Para el ndo inoógico, en el cua icha
uni cción a arece como la , véase Zimmer,  955 , vo.  , ágs.  68 y sigs .
omáree con Boch,  948,  ág. 1 96- 99).
Sobre el  (ero co n recauci ones ), véase Raser,  959b . Sobre e toc ao scerdota,
ve Gonda, 95, ág. 196; Stutterheim, 199. Sobre el alm que va l cieo, véase Swe
l engeel, 1 960. El   en el cual monta el ama es una transrmción de la «enorme
erene p ntada a anj a blanca, negra y dorada» que Helms, en su reato (véase l a nota
 1 0 del  3), uone que e muerta or los disaros de echa-o res ectuados  or e
sumo acer doe durante la c remación (véas e Covaubias , 1 956, ág. 387). Sobre la cim a de
la torre de cre mación de un nobl e, véase Co vaubia ,  956, ág. 369. Sobre el andami je,
véae Gonda, 1 95  Gonda ( 1 95 , ág. 369) también me nciona «una ee cie de íolo, re

reentad o en
era aelado la moneda
en Ba li, alo
, e incldeuo
ándalo o ate
ug iere  del
que lo   ueden
volcane [un a cl ae de almera]
ervir » queo
como ímb
lo  (véae también Covaubia, 1956, ág. 90). Motivo de  aarecen en di
LA AF IRMA CI ÓN PO L( TI CA : E SP ECTÁCU LO Y CE REMO NIA 207

versos tpo s e eco rcón r qui tectónca, e inven l i mginerí  e los mntrs. Ntural
mente, l conexón entre cul to l re y ivno y cul to l lingga es generl en el sureste siáti
co; tl vez el mtel más rico veng e Cmboy; pra una r evisión generl, véase S her
mn, s.f.; pra un crítc e ich conexón leyeno en términos nios l evienci de
Angkor, véase Kulke, 1978.
19. Sekti. Como ls nocones más o menos sinónimas cits (mana, baka, orenda,
kmat o crsm , e orgen respectvm ente pol nes io, árbe, mericno «in ios », ma
lyo y grego), sekti no es un ea general bstrct, un pezo e teoría prmtva fácil
mente resumble en lg un ul cs er y escolo ra co mo «electric  espitul» . M ás
b en, co mo ls otr s noc ones, es un símbolo r elgio so specí cmen te na o, oni
zo y elc mente mtz que, como semp re semej ntes símbo los, extr e y absorbe
su sgnco el muno rtul inmeto que lo roe. Pr un crític esaoll e las
proximacones tipologsts  l enicón e conceptos religosos, vése C. Geez, 968,
cap. 2. Sobre l proxmción generl l nálisis e l religión utiliza aquí, vanse C.
Geez, 1968, cp. 4; I 97 3c . L encón  e crsm h sio toma e l Americn Hert 
ge, 1969.
Sobre mürta vése Gon a, 1 952, págs. 1 34, 357. El uso r eligoso más cor ente en Bali
e l ríz murti es trimurti («q ue tiene tr es rm s o moles» ), que in ic  l trni ínic
tres en un , e Brhma, Vsnú y Sv, sí como el ltr con tres compr tmentos a e ll
eic o (vése Gon, 1 952 , pág. 1 34) . Tmbén p rece en mntrs com o un se el
culto que Hookys ( 1 966, pág. 1 73 ; com árese con p ágs. 1 26 y 1 38) enonim « prición
opción e l   el Dos ». S obre sakti vése Bon , 1 952, pá gs. 1 34-1 35 ; pra su
plccón en rit ules p opulres, vése M ershon, 1 97 1 .
Sobre Brm y Vsnú como sekti e Sv, vés e Gonm 1 952 , pág. 1 34; Gour an y
Hookys, 1 97 1 , pág. 607. Par  un rmulación pop ul r e l trni co mo «B rhm
Sw (Brhm), Si Siw (Vsnu) y Prm Siwa (Iswar)», vése Covrrubs, 1956,
pág. 290 , qe contnú señln o que «c on l típic compr esón ectu os blnes, nc lu
so est trni se conviee en un e en sí mism Sanghyang [«l a ivin, vése
Gon, 1 952, pág. 1 35] Trimurti o Sanggah ga ["tres santu ros] Sakti» Nturalmente,
l «típc compr ensión ectuos» - , más bien, l inc omprensi ón no es tá en los bli
neses, sno en el pens ment o e Cov bs.
Pr n ntere snte coment o, centro en l  polític in ones i recente, sobre el cer
cno concepto jvns e p oer, constrstánolo emás con el recibio oncepto ho món 
mo occe ntl, vése Ane rson, 1 972.

o,20.1960.
PrNturlmente,
l truccónencomo «mcrocosmos
ls sociees / mcrocosmos»,
trconles complejs vése,
hna, porBbilon,
ejemplo,
Mesomérc, el ntiguo Isrel o l In, se encuentrn muy extenis ulciones
e ls relcones el muno e l os hombres y el muno e los oses en tnto que mcro
cosmos y microcosmos . Pr un resumen gen erl que ins ste en ls s im ltues e estos dis
tintos m oelos, u n tnto  expe nss e su  iver si , vé se Whetley, 1 97 1 , págs . 436-5  .
Pr l trcción «mno mterl / muno nmter », vése, por ejemp lo, Hookyaas,  966,
págs. 29, 33.
Pr lo s ejemplos textule s el us o e jaba /je r vése Hookyas, 1966, págs 33, 70-
78. «Alm» no es l mejor trccón pr el vocblo blnés ji wa (que eriv  el sánsc ri
to jiva, «via» ) ; pero el eserzo pr rehur tos ls connotc iones occientles en la tr
ucción e térmnos blneses puee conucr fáclmente  un retroceso innto. Si uno
quiere ser cuoso hst el extremo  e lo incómoo y poco práctco, algo  sí como «c

pc e l
Sob tener exr
cs encels»
nobles, s e (un poco)
hunimento mejo r.«sl», y emás, vése cp. 2 y pág. 5 8.
e estus,
l com o se h e xplic o (pág. 58) , al gul q ue uno se encuen tr con puri en l ugr e jero
208 NEGARA

para casas de m uy alto estatus, también apare ce dalem n préstamo lin güístico de javané s
que también signi ca «dentro» para personas y subdadia de muy ato estatus, «regio ». De
hecho, Dalem es quizá la manera más coiente de r eferirse a rey, s u m iia inmei ata y s
resiencia Para la imaginería jaba /e en el Estado tra ici ona javanés, donde, s i acaso, er
todavía más omnipres ente, véanse Rouaer, 1 93 1 ; Moeono , 1 968, pág. 27; C. Geertz,
1 956, págs. 47-56 Para su uso en e nsamiento r eligioso ja vanés ue, como lahir y ba
tin, ha sobrevivido a la traducción a términos isámicos, véase C. Geez, 1960, pae 3.
Sobre los pura (donde a iv isió n es ecuentemente triáica, con  n patio e era y o o
de « medio uera» -jaba tengah-opuesto s a uno e entro ), véase Arana, 1 97 1 , págs . 1 6
1 8 Sob re o je o los puri, véanse Van er Kaaen, 1 937 ; Moojen, 1 926, pá gs. 7 1 -78 
panchas 2359 (com párese para Java con Stutt erheim, 1 948; Pigea, 1 960- 1 963, cap . 2 ,
«La Capi tal» ). Sobre e oto, véa se Hookyaas,  964a, pág. 1 59. L os otros ejempos ero
oecidos espontáneamente por div ersos in antes.
2 1 . Para un análi sis e las conc epciones e i entia  persona en tant o que tipicacio
nes culturales que as enen, véanse C. Geez, I 963b; I 976a.
22. Los términos puri, «paacio», y pura, «templo», erivan e una misma paabra
sánscrita puri) que sigi ca «ci ua rtica a»; , de hec o, en textos antigos, puri se
utiizab a pra ambos signica os (v éase Gon a, 1 952, págs. 1 96- 1 97, 2 1 9; véase también ,
en l a prese nte obra, intro cción, nota 1 ). Compárese con e mana jav anés Nawanataya
para a a ecuaa conducta  e os uncio nrio s e la coe:

¿A qué se la ma e nagara? A toos aqueos sitios a os que no pee ir (era e
compl ejo ), sin pasar a través de aozaes. ¿ Qué es el pura? Dento e Pabeón Rojo.
¿Cuál es la esenc ia e puri? Dentro ( ... ) d el patio principa e Compejo Rea (Pig e
ad, 1 960-1 963, vo. 3, pág. 1 2 1 ).

23  Para un ampio r esumen e l s imbois mo «cosmoógico» e o s paacios y ciaes


tradicionaes ese Egipto y Mesopotamia hasta China  Mesoamérica, véase Wheate,
1 97 1 , especiamen te cap. 5. Compe se con Eiae , 1 954; 1 963. ra e sre ste asiático, v éa
se Hein e-Geler n, 1 930.
24 El pla no, que ya habí a sido rep roucio ant es en una rma más genera (véase
Geer tz y Gee rtz, 1 975 , pág. 1 44), fe ib jao y expic ao por Cako ra Gé Oka Ijeg
(véase cap ítulo 1 , nota 5), que vivió al í rante os primeros tre ce años e s via. E re
reinate (Déwa Agung) del momento era toavía joven pereció en e puputan abien
do mert o su padre recie ntement e. Muchos etaes han sio omitio s el pano, que tam
bién se ha regulariz ao n poco. Pa una repr esentación más i tera e a isp osición e n
puri (el de Gianya r), véase Moo jen, 1 926, pág. 73 . Para tograas e puri de Kngkng,
véase Moojen, 1 926, panchas 5 1 , 56 . U na breve escpción d e Puri Gd é Tabaan se o e
ce en Van Geuns, 1906, págs 7275
25 El «tempo de dadia rea» (2 ) es e templo e to a la cas a e Kngkng , cona
do en cuaquier momento concreto a la aministración e rey reinante, en este caso e
Déw gung. E l «tempo de subdadia rea» ( 10) e s un templo e un alcance más estrec o ,
que, en 1 905, in cl ía en s congregación a toos os descenientes patri ineaes de bi
sabuelo del rey (aemás e sus espo sas incorp oraas ritalm ente), i ncuyeno, c aro está, a
rey reinante Sobre todo esto, véa se Geertz y Geez, 1 975, págs. 1 43- 1 52 .
26. Sobre la dis tribuci ón por e pa ís e las íneas rea les coat erales, véanse pá g. 84 
mapas 2 y 3.
es
para 27
complDe acer
los otros
a los espacios
di oses , ysacros, os números
el número 6 apacar
4 era para y 7 erana undamentamente
los emo nio s. E n g
úmero 8 era
un símbolo de Monte Meru, del cual enseguida diremos ago más, junto con as verjas (3 
LA AFI M ACI ÓN POLÍ TIC A : E S PE CTÁC U LO Y C EREMO NIA 209

1 5, 1 6). El 5 er a ua pa taa de piedra, e vatada y cubiea, dode se r euía os jueces
reales para decidir os casos (véa se cocusió, ota 9) El 1 0, tal como se ha señalado, e ra
u tempo de sub-dadia supuestamete dado por el heao del abuelo pateo del rey
reiate cuado, a su vez, era rey reia te, mietras que el 1 4 era el templo de srce de la
líea r eal de Megwi, c uy o  a se ha descrito (véa se pág. 27)  o i capaz de determ iar
por qué ese tempo se haaba alí i cuá l pudiera se r su ció e 1 905.
28. Auque e  e diagrama sólo se idica el padmasana, e tempo de a l íea uclear
coteía u gra úmero de at ares, pabel loes y demás, cada uo co su s ig icació pro
pia. Para diagramas compl etos de templo s reales , véase Va der Kaade, 1 93 7 Mo oje ,
1 926, pág. 72.
29. Más precisamete, el t empo es el asiet o (expresió , ecaa ció , locus) del ca
risma I sekti de a diastía; el ukiran es el asie to (exp resió, etc. ) de carsma I sekti del pa
lacio y, más ampiamete, de nega como u todo (di astía-p alacio-capital-r eio) . Sobre
el eje de mudo (is mundi) como ua categoría reigiosa geera, véase Eiade, 1963,
págs . 374-37 9, auque su rmuació o es o su cietemet e reativi sta co mo para ec a
jar co os datos baieses , dode taes ej e o so estra ticados, sio comptitivos.
30. Estas «semaas» y «años» , repito, o so semaas y años e el setido occidetal,
sio productos de as maqui acioes de u  complejo cae daro per mutacioal que dee
categoras c  aitativas de tiempo e téios de  a iteracció  de cicos, de disti ta dura
ció , de días co ombre (véa se capí tulo 3 , ota 94). Para las wuku y el caedaro de sti
vidades baiesas, véase Go rs ,  960b para los sig icados de ukiran, véase Va Eck,
1 876m, p ág. 1 2, que trascbe hoekir.
Auque el cometario e e texto versa sobre las casas reaes (es decir, las «íeas u
cleares» de os señore s supremos) e tato que rmas pa radigmáticas , el patró es e m is
mo, e ua versió red ucida, e lo s iveles obles, secudario, tercia rio y dem ás ( «perfé
rcos»), y e las casas de ramas meores impicadas e). E muchas de éstas, puede o
haber u patio del ukin como u a etidad separ ada, ubicádose , sea e la cámara iter ior,
sea e las estacias de residecia de señor, o e e ímite etre elas (véase, por ejemplo,
Mooje , 1 926, pág. 70, gura 1 3  si embarg o, o tra duce icoe ctamete como «reside
cia» [woning] del <e residete» [hoofdbewoner]).
3 1 . Sobre la co cepció ídica de  Mote Me ru (Sume , Mahame u) « a mot aña
cuadragula r cet ral de uive rso ( . . . ) que se eleva desde e puto medio de a supecie de
la tiea, ago a ort e de los coes del Hi maaya , como el eje vertica del cosmos co r
ma de huevo . . . », véase Zimmer, 1 955 , vo. 1 , págs . 47-48, 24 5  Para sus expresioes i

doesias (y u 1 926
Stutterheim, iteto de asociarlas
Sthr co e1 talo
y Zoetmuder, 968, del
p ágs.loto ), véase
308-3 Bosch, 1 1 975.
1 2 Goda, 948 compárese co
La «g ura de l teatro de sombras» es l a l amada gunungan («motaña») o yon ( «bos
ques»), casi u tráguo de piel trasúcida, pitado para asemejarse a los bosques de as
tieas altas, que cioa com o ua especie de cortia e la obra (véase, auque co pre
caució, com o siempre, Ra ssers,  959a, pá gs. 1 68- 1 86). Sobre las «o edas de comid a»,
eormes motoe s de aoz oa metal, véase G roema, 1 896 Tir toksoemo, 1 93 1 
Sobre la sig icació del Mote Agug (reamete se supoe que los dioses moran por
ecima de él más que sobre él) y el sistema direccioal a que se asocia, véase Swele
grebe, 1960 Covaubias, 1956, págs. 410 Hookyaas-Va Leeuwe Bmkamp, 1956.
Com o se ha idicado at es, agung sig ica «gra de», «pricip a», etc. Ademá s de altar de
Mote Agug, se ecuetra a menudo otros ates parecidos, represetado otros voca
os del iterior de la isla: Guung Batur o Guug Batu Kau (véase capítulo 3, ota 98).

Pararma
co alguos
dedibujos
pagoda,devéase
estos Covaubias,
atares, pequeñas estcturas
1 956, opuesto ade
a madera
pág. 266.y Sobre
piedraelco tejados
templo su
premo, Besakih, véas e pág. 65.
210 NEGARA

Para altares de Meru como tales, véanse Moojen , l 926m , págs. 85 -96 (aunqu e no tod o
lo que ahí se dce puede ser tomado sn crí tcas), y panchas 74, 79, 84, 1 48, 1 83 , 1 84, 1 98 ,
2-202; Gors, 1938; Gors, s.f., planchas 431, 434, 445; Covabas, 1956, pág. 268;
Van Eerde, 191 O El n úmero de t ejados de Me ru que se mpre es  mpar refleja al dos
y el estatus del dos a quen se dedca la estr uctura: once pa ra Sva, nuev e para Brah
ma o Vsnú , y aí ucesvamente (véase Van Eerde, 1 9 1 0). Tambén re eja el estatus de los
prope taros del tempo (véase capítulo 4, nota 40) Pu eden haber mútples altaes de Meru
en un templ o, y el centro de un Me rma un paso [un a espece d e «chmenea cósmca»]
abert o por el cua l os d oses descenden a  temp o Paa una pntura de un atar de Me en
un te mplo rea (Bang l), véa se Lamster, 1 933 , pág. 3 1 .
Sobre el aspecto de « símboo de la naturaleza» de Me, véanse, para a Inda , Zm mer
1 955 , vol 1 , pág. 48; p ara Java, Rassers, l 959a, págs 1 73 y sgs ; par a Bal , Moojen, 1 926,
págs. 90-92, y Van der Hoop (ctado en Gors, s.f., pág. 29). Todos estos estudosos con
templan el motvo de la montaña como «prendo» o, ncluso, «prearo»; pae de un com
pejo smbólco arcaco re ejado tambén en las prámdes egpcas, os z gurat s abonos ,
la Toe de Babel , etc  (comp árese con Eade, 1 954; Whe atey, 1 97 1 , págs 4 1 441 9. Per o
todo esto, además de ser atamente especuatvo, es de un uso muy nceo para nterpreta
as concepco nes balnesas de s glo XIX . Paa una nterpretacón del gran monumento java
nés, Bo robudur, como una mag en de Mer u, véas e Mu s, 1 935 , vol 1 , págs. 3 5 y sgs .; com
pese con Beet Kempe rs, 1 959 ; 1 976 Sobre Angkor desde est e punto de v sta uno que
conecta toda la cuestón con las deas tántrcas re rentes a mandala, véanse Mus, 1 936 ;
1 937 . Para un mto javanés da tado entre los sg los  y XVI, que reata e transpor te de M on
te Meru desde la Ind a a Java paa dar esta b dad a  a s a de Ba  �s decr, paa que de
jase de tembla r de ta rm a que los hombres puderan h abtara, véase Pgeaud, 1 924
Sobre a conogra a balnes a de verjas e dos aas o cu beas, véase Moo jen , 1 926,
págs . 96-1 03, planchas 2, 1 7, 1 8, 35, 37 , 43 , 45 , 47, 5 1 , 75, 76 , 87 , 97, 98 , 10 9, 1 10 , 1 14, 1 15,
1 1 8, 1 20, 1 40- 142, 1 50, 1 5 1 , 1 56, 1 58, 1 59, 168, 173, 1 74, 1 9 1 , 192, 1 95 Compáese con
Covaubas, 1 956, págs. 266-267. Para buenas  tografías de la ver ja de aas de Be sakh,
véase Gors, s .f., planchas 4 1 9, 4.20; véas e tamb én 4.2 1 , y pa a un vea cubea, 4.22  Pn
turas sobre veas, de dos alas o cubeas, s e repoducen en Lamst er, 1 933 , pág 2 1 . La re a
cón entre estos dos tps de veas de magen de montaña ha sdo má s dsc utda que aca
da. Se ha mantendo que a vea exteor de dos batentes representa las dos mtades de
Monte Meu, eparadas por Sva p a nvt a paso; sobre a ver ja ntror cub a, y hab
tuamente superpuesta con tejados de Meru en pedra, se ha dc ho que represe nta su reun ón,
paa sgn car la cu m nacón del pas o. Se ha mantendo que l a verja de dos aa s prese nta
a separac ón de o mascu no y o menn o;  a cube a, s u dentdad. S e ha mante ndo qe
a verja de dos alas representa a dversd ad de Dos, y la cuberta, S u un cdad. Y así suc s
vamente Estas nterp retacones dver sas no son ncompatbes, caro est á, dada a po sema
y la hpr determnacón del s mbos mo baln és, pero la cuestón contnúa s endo consa. Y
la etmología no ayuda mucho. Candi que derva de un nombre de Durga, es un antgo
nombre javanés para un monu mento sepulcra, un sgn cado que pare ce haber rd do n
Bali, mentras que bentar sgnca «alto», «el más ato» Por lo que respecta a padaksa,
sgnca «casa de guarda», «guardán», «enclave ee» (véase Gonda, 1952, págs. 196 ,
1 98 ; Van Eck, 1 876, págs. 40, 1 94). La monogra a sobre aqutec tura banes a ue reem 
pazaía a Moojen ( 1 926) , út l, ro no muy ben nada podría empza con una n
vestgacón sobre as entradas balnesas, doméstcas, palacegas y de tempos.
32 . Sobre el krs y el d seño de ks  rma del mang o y de a ho ja, damasquna

dos, véanse yRasser,


1 9 1 7 ; Soyom Soyom,1959b; Groneman,
1 978 1910; nº
; Carey, 1 979, Jasper y Pgade,
58 . Reat 1930; sobre
os javaneses Meyer, 1916
ks, que tene n
aproxmadam ente a msm a rma que os bal neses , se pueden encontra en Pgeaud, 1 93 ;
LA AFIRMACIÓN POLTICA: ESPECTÁCULO Y CEREMONIA 

para un ejemplo bali nés, véase De Zoete y Spies , 1 938 , págs 2993; compáre se con
Worsley, 1 972, ág 2   Sobre r eliquias en general, véase, para Java (d onde son l amadas
usaka ), Kal, 1 923 ; para Bal i, véase Swl lengrebel, 1 947 y, especialmente, Wo rsey, 1 972,
págs 2  , 52 53 , 2 1 82 1 9, dond e hay un c omentaio desarrol lado sobre el pa pel de las r eli-
quias, s es, vestid uras o cualquier o tra cosa implicada en l a legitimidad re al Las waris (o
usaka; otro téino bainé s ecuente es kaliliran) no son ún icamente ar mas, naturalmen-
te, sino que incluyen cualquier cosa transmitida de generación en generación a la que se
atribu ye si gnifcación religiosa y poder, englobando la ra dición como un tod o (por ejem-
plo, c omo en Ra wi, 1 958)
33 Las citas han sido extraídas de Goris, 1960b Niwatakawasa es un rey demonio
contra e cua lucha Arjuna ( [N del t.] uno de los hermanos Padava, rotagonista principal
junto con KrisnaVis nú, de célebre poema éico indio Mahabata) en la eope ya medie-
val javan esa conocida como A rjuna Wiwaha . Sobre la i moancia de la noción de «ogen»
y de «punto de srcen» -kawitan- en Bali, véas e Geetz y Geerz, 1 975
34 Tumpek designa verda deramente a l a jornada qu e señala e  f n de ci nc o wuku, es
decir, cada treinta y cinco días Todos los tumek ue «ciean» alguna cosa y, consi-
guientemente, anuncia n a «abe tura» de oa son stividades en l as que se celebra aque-
llo con lo que se identifca su wuku campos secos, cría d e anim ales, teatro de somb ras, etc ;
Tumpek Kunigan está en e as celebra ciones poulaes más i motantes de B ali , co nme-
morando el retoo al cielo vaios d ías antes de los ancestros in cinerado s que han des-
cendido a l a tiea durante la semana ante or Sobre toda s estas cues tiones, véanse Gors,
1 960b; Sugriwa, 1 957a, pá gs 29 y sig s Tal como indica Sugriwa (pág 3 0), hoy en día, el
Tumek Lnde asociado con las vieja casas reales y con sus digentes, ha rdido im-
potancia, pero se cont inúa observando Pa un e quivalente javanés del Tumek Lndep
llamado Nyim, de «l av», «bañar», «purif car», véase Groneman,  905
 del t.: Geez utiliza diversas exresiones pa rerirse a «festas» o «stividades»
Un a de ella s es holiday, que tiene diversos signifcados relacionados, aunque se tiende a
identifc, un tanto abusivamente, desde el castellano, con «vacaciones» (más exactamen-
te vacation); la palab ra tiene la ventaja d e que s u etimol ogía evidente («d ía santo, sacr o» )
coincide con el tip o de stivi dad balinesa Ora palabra utili zada por Gee z y cuya traduc-
ción uede no acabar de satiscer es festival, rerido a las «grandes stividades o cele-
braciones» , a menudo de ca ácter reli gioso ero no restr ingidamente l itúrgico, lo cua l en-
caja bien con lo s casos balineses
35 Los espac ios cívicos (in cuyendo la paza pública  también lamada bancingah

de lael cual
bre cual dichos esacios
se juntaban, máseran, en cieto que
íntimamente sentido, una extensión)
en ningún oo siti rmaban el terreno
o, los de «era» delso-
paacio
los kawula, los sú bditos del reino , convocados al tañido del gong ra jad, y los de «den-
o» de paacio los punggawa, los señores del r ein De nuevo, esto oc uría princial-
mente con ocasi ón de las grandes cer emonia s Pero también ocuía en las asamblea s para
la guera, en los días de audiencia del rey, y en relación con las deliberaciones del tribunal
real
Los espacios camerales ncio naban tanto como estancias privad as del rey como en c a-
idad de ofcina y despac ho del soberano Era en ello s donde el cadáv er del rey  d e cua l-
quier mi embro d e l a m ili a real era lavado , amortajado, salmodiado, objeto de cualquie r
otr o tio de re aración ritua an tes de ser trasladad o a los pabellones nerarios para su ex-
posición pública En ellos dormía el rey cuan do no yacía con una de sus mujer es. Y en ellos
se rjaban y se quebra ban los ví nculos de ali anza, cl ientelism o y depen dencia ya descritos,

es decir,
Lo s se «politiqueaba»
espacios residenciales pivota ndo si mbólicamente alred edor de l os templos mi-
li ares se modulaban muy c uidadosame nte de acuerdo con la cot esía imp erante, cali
 NEGARA

brando las complejas diferencias e n rango entre las di stinta s vaiedades d e esposa s regias y
su progenie y las no menos complejas direncias generadas por el modelo de «hundi-
miento de e status»
Finalmente en los espacios impuros hombre s y demonios se ponía n en contacto a m -
bién aquí la ceremoni a era omni presente sól o que en este caso se inveía su rma de o pe-
rar En lugar d e i ntentar atraer lo inahumano hacia lo suprahumano mi nim izando o incl u-
so boando el contrase entre el primero y lo propiamente humano se pretendía mantener
a raya lo animal y lo in ahumano maxi miz ando su contra ste con lo humano De hecho toda
la dinám ica de la jerarq uía balines a imp lica el intento d e acercarse por imi tación a los
rangos más altos y de distanci arse por difere nciación consciente «desimi tación» o imit
ció n negativa de los más bajos ( véase más adelante l a conclu si ón ) Sobre la bia bali nesa
respecto a la animalidad v isa de sde este punto de visa véase Bateson y Mead  94 S o-
bre las creencias balinesas en d emonios véanse M ershon  970; Bel o  949; Cov aubias
 956 págs 3203 58  aunque es te último connde completame ne demonios y bruj as (com-
párese con De Kat Angelino  92  d)
36 Véae Bateso n  972b
37 Cuántos plebeyo so n inci nerados es algo muy dicil de es ablecer incluso para el
resente siglo por no decir nada del pasado Hookyaas (sf) dice que «quizá sólo se inci-
nere a una décima pe d e la oblación bal inesa» ; S wellengrebel (  960 citando a Bhadra 
s ) dice que un 30 %. Como la cre mación es obli gada para todos los triwangsa y la am-
plia mayoría d e ello s la l eva a cab  l a proporción de sudras in ci nerados no puede haber
ido nunca muy alta aunque eniendo en cuenta su pobl ación  el n úmero [absouto] sí ha-
ba ido si gnicativo Los sudras y muchos triwangsa, eran enteados habituamente por
un lgo período de tiemo (a veces veinticinco o reinta año) anes de ser exhumados
para a cremación Pero a los grandes eñore se lo embalsamaba y se guardaban a ve-
ces también por largos períodos de tiemp en la cote privada de su puri o jero (véase
nº 23 en gu ra 1  ) antes de inc inerarlos No se podía entear a lo s sacerdote s brahmana y
se los incineraba tan rápido como ese poible idealmente en el transcurso de ocho días
desde su muerte En el otro extremo una pequeña p e de la oblación los l lam ados Bal i
Aga ( [ del t  ] supuestos autó ctonos p reMajapahit) no practicab a en absoluto la inc ine-
ración (véase Baeson y Mead  942 pá gs 46 32) En gener al cuanto más alto er a el es-
tatus de l a milia más l e incu mbía la inci neración y más rápidamente se deb ía celeb rar al
menos en eoría existiendo períodos especícos recomendados para los disinos vas
(véase Friederich  l 959m pág 84) E l momento de la cremació n también dependí a de con-
si deraciones sob re el calendario ( de los 2 1 0 día del año balinés solo doce e ran conv enien-
es; véase Kere n  947 pág 1 59)  y sob re todo claro esá de o tras de índole prá ctica
38 Véase Goris s f pág  26 Casi odos los ob servadores han resalado la enorme di-
menión y e l enorme gast o de las inci neraciones balines as Covar ubias (  956 pág 359) las
calica de «loco[s] dehe[s] de exravagancia» y alude vagamente a «las cremaciones
de prín cipes (   ) que cuestan alrededor de veinticinco mil dólares» (pág 36) Bateson y
Mead (  94 pág 46) hablan de ge nte «vendie ndo todo lo q ue tiene» para poder celebr -
la s Gor is (s f  pág 1 8 ) escribe que en una ocas ión «toda la parte más grande de una he-
rencia de muchos mile s de guilders» e co nsumid a con este ecto Sw ellengrebel ( 1 960
ciando a Badjra sf) inrma de una cremación entonce reciente en Tabanan que había
costad o seis o siete mil dólares Y, hacia  850 ap roximadame nte Fried erich (  859  pág 99 )
ecibe:

los cuerpos
rane quince muertos
o veint een
(   [el rey de]de]
 ) [elnega den Pasar
Kassiman (  )casa
[una ya habían yacido su
rival] impide [sicremación
n quemar]por
du
razones políicas ya que puede privarle de su prestigio; ora razón es la proiedad del
A AFIRMACIÓN POÍTICA: ESPECTÁCULO Y CEREMONIA 3

príncipe de Den Passaruyos ingresos se h visto muy dis minuidos por Kassiman-,
que tardará años en amasar la s uma requerida para una in cineración tan gande

No se sabe cuándo se intr odujo la i ncineración en B ali ; la armación habitual de que se


trata de una actividad postMajapahit se basa en poco más que en el hecho de que sus orí-
genes son índicos (véase por ejemplo Covaubias 1956 pág. 360). En cualquier caso la
inst itución se desaolló en Bali hasta un grad o de elaboració n muy superior a l de la I ndia
donde continuó y conti núa siendo un as unto bast ante sencil lo  Para una br eve compa ración
entre los rit uales balineses e indios v éase Cucq 1 928 pá gs. 1 1 3 1 2 1 ; compárese con Go
ris s.f . p ágs 1 25 1 30.
Toda la cuestión de las relaciones entre las rmas balinesas y las indi as se podr ía cla-
ricar mucho más si se tomara en plena consideración la influencia del tantrismo tal como
se ha empezado a hacer con respecto a l a tradición javanesa del kton. En este sentido es-
toy en deuda con el prosor  Lehman.
39. Como en todas las cosas balinesas en los «días g randes» también se daba una b ue-
na dosis de variación en los detalles y las actividades mencionadas en el exto y otras
muchas n o mencio nadas que se les asociaban  podían al agarse durane varios d ías ún ica
mente para culm inar en el Pabersihan propiamente dicho (véanse Wirz 1 928 ; Covaubias
1 956 p ágs 36  y sig s ). Generalmente se embalsamaba a los señores y sus cuerpos eran
guadados por algunos sirvientes reales aen, véase pág 93 ); a resultas de ello se con-
sideraba «mueos» a dichos sivienes y se los exiliaba y es posible que antiguamente se
les hubiese matado y sacricado con su señor durante la incineración (véase Friedeich
1 959 pág. 85; Co vaubias 1 956 p ág. 386).
Los s umo s sacerdotes no se solían ace rc a los mueos ecep o en el cas o de indivi -
duos de estatus mu y alo; así  algun os paen tes sol ían traer el agua bendita desd e la casa del
sacerdote. Durante oda la ceremonia ambién había un comple jo si stema de egies i mpl i-
cado ma ionetas muñe cas  títees diseños  construcciones de flores y verduras rdo s de
ropa unas epresen tando el alm a otras el cuepo oras di ferentes pae s del cuepo; au n
que resulta clave para entender los conceptos balineses de muee espíriu «oa vida» y
demás no puede ser abordado en el presente trabajo Sobe todo el tema véanse Bateson
y Mead  1 942 pá gs.  23 9 248252; Gra der s.f. págs. 3039.
Durane la ta de del segundo día E l Homenaje se ind icaba el nal de la polución -se
be/- que había causado el cadáver mediante música danzas normalmente danzas de
guea (baris)-, tearo de sombras estas y oras celebraciones que incluían la lectura pú
Bhim a Swarga,
blica del de Arjuna]  a lalanaación
heano de la
tiea de los v is ita (véas
mueos de B im a uno bias
e Cov de los Pandawa
  956 pág. 3o75
Pandava
; com-
párese con HookyaasVan Leeuwen Boomkamp 1956) Sobre el estado de sebe/, véase
Belo 1 970b; sob re su relación con las c remaciones véa se Friedech ( 1 959 pág. 86) que
ecalca que no só lo la mi lia real era sebe/, sino que el palacio en s í estaba «impuro» cuan-
do había un cadáver en él por lo que «U sucesor no lo ocupa hasta después de la crema
ció n». Y, en ese día la mi lia real también llevaba a c abo una cer emonia de homena je en el
templo de la dinastía (nº 2 en gura 1 1 ) además d e la que ectua ba ante el cuerp o (véase
Covaubias 1 956 pág . 37 1 )
40 . El número de poadores de agua bendita (F riederich  1 959 pág. 8 9] v io «más de
cien» con agua traída «de los lugares más sagrados de Bali» y «de los [sumos sacerdotes]
que disf an de mayor estima ») la riqueza de los ecto s persona les (Friede rich  1 959
pág. 89] vio caja s de bet el y botellas de agua «también de met al precioso»  así como el ca-

ballo
poderdel rey «alegreme
sacro nte engualdra
de las reliquias wais; elpado»
número quedHe lms ambién
e orquestas menciona)
y demás .. todolacreputació
laro est ánva-
de
riaba y todo cons titu ía un índice de pr esti gi como también lo hacía dento de una es
4 NEGARA

tructura general, la comosición del cortejo en su conjunto. Sobre estas cuestiones y sobre
el orden de marcha, véanse Crucq, 1 928, ág. 64; Frie derch, 1 959, á gs. 899  ; Covau
bias, 1956, pág 374; Lamster, 933, ágs 5557 Comárese con Franken, 1960
Es osible, aunque no existe ninguna evidencia ara robarlo, que la cremación de los
cadáveres de sudras era una transrmació n s imb oli zadora de una cost umbre anterior, por
la cual, y al igual que las v iudas, se habrían sa cricado súbditos plebe yos. Indeendient e-
mente de que esto udiera ser cierto, roorc ionar a un señor un séqui to de almas de sú bdi-
tos que se ani quil aran con él era una costumbre imoan te, y, durant e el s iglo XIX, roba-
blemente constituía la rin cial manera en que acced ían a la i nci neración los lebeyos s
decir, aquellos de entre ellos que así lo hacían. En los años treinta, Covaubias ( 956,
pág. 36 3) v io un a cremación de un se ñor menor ac omañado de al men os 50 de sudr as, y
yo mi smo asistí, en  957 , a una enorme inc ineración de un sumo sacerd ote, en la cual ha-
bía 460 cueros sisia (véase á g. 6 1 ) de la casa brahma na, agruad os en veinte t oes.
El simbol ismo de lo s dis tintos nú meros de tejados tio Meru se exti ende tamb ién a l os
altares de los templos mi li ares mencionados an teriormente (véase ca ítulo 4, nota 3  ). Las
controversias sobre el número de tejados a los que se tenía derecho en el altar de la toe de
cremación eran una causa ecue nte de disput as, y a vece s inc lus o de gueas, ent re los señ
res del Bali clásico Un esbozo sim licado de una t oe crematoria de un «n oble» se uede
encontr en Covabias,  956, ág 369; comárese su nota en las ágs. 3 637 . Para una
i ntura de un ataúd en rma de toro , véase Cov ubias, 1 956, opuesta a ág. 324 Eseci a-
listas esanos construía en madera tnto la toe como los féretros los sundos, ahue-
cando el tronco de un ábol, que desués se decoraban con telas, hojas de almera, ese-
jos, orcelana y láminas de metal, transortándose sobre unas andas, a la manera de un
enor me marco de liter a, ortad as, a vece s, hasta po r cuatrocie ntos o quin ientos hombres .
4  . Uno de los asp ectos más l lamat ivos d e la in cinera ción era realmente la ause ncia de
cualqui er ape l esecial , imorta nte, del sucesor del rey muerto. Se suonía que el n uevo
rey no debí a ocuar el a lacio hasta que s u redecesor hubiera sido inc inerado, ero, or lo
demás, en el negara, no existía en absoluto una ceremonia de coronación realmente imor-
tante  ejando de lado u n ar de actos menores. Lo que a veces se ha ll amado corona-
ción es en realidad una ceremonia de ordenación de un señor como un clase especial de
sacerdote (rei; véanse capítulo 4, nota 5, en relación con Sivatri; Friederich, 1959,
págs. 8 1 82; o, 1 93, ág . 1 44); en cualquier caso, sólo una m inoría de reyes, y bien en-
trado su reinado, emrendió ta l tio de ceremonia.
Existían todo un número de rituales osceremoniales o equeñas osceremonias que

seguían a la cremación
más imortate de ellas ropiam ente dichamemukur,
la ngrosin (ara unaolinjekah
sta, véas(véas
e Crucq, 1 928, 928;
e Crucq, pág.Cova
68). 
Lau-
bias,  956,  ágs 384385 ; C J . Grader, s.f., ágs. 1 4, 3 1 35) tení a luga r doce días (a v e-
ces cure nta y dos) después d e la muerte [sic ]. Esenci almente consistía en la mism a cosa re-
petida a menor escala con una flor puspa) representando al dinto Reetía el mismo
tema, la indestructibilidad del rango, entonces en una rma más clara, orque daba mayor
énsis a las actividades del sacerdote y a la milia real que a la muchedumbre asistente,
que generalmente era menor
os aspect os de la inci neración reren tes al estatus se reejan tamb ién en l as nociones
bali nesas sobre la vi da desués de la muer te. Los muertos sin inci nerar eanecen como
almas i ndividuales distintas -pirata- y se las considera altamente peligrosas, demandan -
do ecuentemente q ue se las aplaque mediante oendas sobr e las tumbas en las que viven ,
sin oder liberarse de su cuero. Opuestamente, se considera que los muetos incinerados

-pita, una rma


ses ancestrales de la al
genéricos, abra ara
benécos, que«dios»
vivenenyaelnonivel
son aroiado
individ uosdel
en absolut
cielo y o,
quesino
so dio- n
adorados en el temlo  mi li r (véase Goris , l 960a) De hecho, se cre ía que los reyes le 
LA AF IRMACI ÓN POLÍT IC A : E SP ECTÁ C U LO Y C EREMO NIA 25

gendarios de Ba li s decir, los reyes del per íodo de Glg! y poco despué s habían «de
saparecido» tras su muete, ascendiendo directamente al cielo, sin deja un cadáver y, con-
secuente mente, s in necesitar cr emación un proceso conocido como moksa, del sánscrito
moksa «l iberación nal, emancipación de toda existencia cor pórea» (véase Gon da,  952 ,
págs 1 57, 24025 1 ).
Por lo que se reere a los cadáveres de sudras en la ceremonia real, se incineraban en
piras sepaadas, de su propiedad, más pequeñas que la del señor, a la que rodeaban, y ar
diendo s im ultáneamente a esta úl tim a Para to grafías de teeno cremat orio (sera), véase
Bateson y Mead, 942, plancha 96
42. N. del t. : La palabra utilizada por el autor es pageant, que conlle va los dos si gni-
cados de «espect áculo» y «ceremoni a», amé n de otros más paiculares
ONCLUSIÓN

BALI Y LA TEOR ÍA POLÍTICA

¡Es ésta una extraña especie de imitación


qe comprende y construye la cosa misma que

imita! PAUL ICOEUR

El nobe aesto del d iscuso po lítico odeo, Estado tiene al e


nos tes teas etiológico s divesaent e condens ados en su i nteio: es ta
tus, en el sentido de condición, clase, posición, ango -estate «Estado»
(«Las gloias de nuesta sange y Estado»); popa, en el sentido de es
plendo, exhib ición, dignidad, p esencia -stateliness «gandez a, dign idad,
aogancia » («En popa cabalg a hacia e l ente; po popa t e conv ietes
en ga nde / y la Majestad deiv a una g acia del Estad o» ); y gobieo, e n el
sentido
de gobede a,
e gencia
política, sobeanía,
en sentidoéest
gien , doin
ingid io, contol
o» («Puede pasa po  una  «ate
(statecft
áxi-
a en el E stado que l a adinis tación no puede de jase en pocas  anos, ni
la legislación en deasiadas»). Y es caacteístico de ese discuso, y de
su odenidad, que el teceo de esos signifcados, el últio en sugi (en
Italia, alededo de 1540, no ea accesible ni siquiea paa Maquiavelo),
haya ven ido a doina el téino y a oscuece nuesta cop ensi ón sobe
la natualeza de la autoidad supea 1 Ipesionados con el ando, ve-
os poco ás
Coo se ha i ndic ado anteio ente, negara tabién abaca un capo
diveso de sign ifca ción , peo un capo distinto de Estado lo que condu
ce a las habituales inteeencias o desconexiones en la taducción inte
cu ltual cu ando, li ngüísticamente, e s taducido po esta segunda exp esió n.
Peo, se an las que s ean la s materias que a nosoto s nos paecen claras y dis 
218 NEG ARA

tintas y que el concepto de negar «conunde» o desmorona palacio ,


cudad, captal, reno, cvlzacón, el tpo de polit que d esign a es el de
un a en la que el juego , la inter con exió n entre estatus , pompa y gobieo no
sólo permanece vsble, sino que, de hecho, se pregona. Lo que nuestro
concepto de poder públco oscurece, el de los balineses lo expone; y vce
vers a. Y por lo que atañe a la teor ía polít ca, e s ahí, en la exposi ción de las
dimensiones simbólcas del poder estatal, donde estriba la utldad de po

ner la
trol at enc óndel
ritualzado enagua,
el decl el
vecomerc
del rango, las prerro
o maneja gatvas
do por dspersas,
extranjeros y l ae inl cine
con
ración e jempl ar. Semejante estudo restaura nuestra per cepció n de l a ea
ordenadora de la exhib ición , l a contempla c ón y el drama.
Cada una de las noc ones punteras desar rolladas en Oc cdente desde el
siglo XVI sobre lo que «es» el Estado monopolo de la violenca dentro
de un territorio, c om sión e jecu tiva de la cl ase gobeante, agent e delega
do de la voluntad popular, nvento pragmátco para conclar intereses
tene su propia espece de dfcultades en asim lar el hecho de que la men-
c onada u erza exista. Nn guna h a producdo u na explicación trabaj able de
su naturaleza. Las dimensiones de la atoridad que no son áclmente re-
ducbles a una concepcón de l a vida polítca del tpo mandoy obedenca,
han sdo de jadas a la der va en un mundo nde fndo de excre cen cas , m s-
teros, f cco nes y decora cones . Y sistemátcamente se ha maln terpretado
la conexión entre lo que Bahegot llamaba las pates dgnifcadas del go
bieo y las efcentes.
Est a malnte rpretacón, puesta de man era más smple, es que la  un
ción, el ofco de las partes dgnfcadas es servr a las efcentes, que las
prm eras son ar tfci os, más o men os astu tos, más o meno s lu sorios, dse-
ñados para cil tar los ob jetvos má s prosaico s del goberno. La s mbolo-
gía p olítc a esde el mito, la  nsg nia y la etquet a, hasta los pala co s, los
títulos y la s ceremonias no es más que el ins tumento d e propóstos ocul 
tos, ocultos debajo de ella o por encima. Su relación con los verdaderos
asuntos polítcos ominacón social son to dos extr ínsecos : «Dvn
dad estata l que obedece a los actos de la s personas ». 2
Para las vsones del Estado como la «gran besta» omo el Leva-
than de Hobbes o el M notauro de Jouven el, que local zan su poder en s
amenaza de producir daño, la unción de la paraalia y de la ceremonia
de la v da públc a es nundir el terr or en l a mente d e los que conontan tal
amenaza Como una car raca australiana o como la máqun a del mago de
Oz, es un ruido oscuro que impresiona a los impresonables y los induce a
tembl de sobrecogimiento. Para las vsones tipo «gran aude» Ma rx
a la izquierda, Paret o a la derec ha, donde se i ns iste en la capacdad de la s
el tes para ex traer excede ntes de lo s meno s vorec dos y para tr ansrirlo s
a sí mism os, la concepcón del ceremonal estatal e s más la de na mst f
BALI Y LA TEOR(A POLÍTICA 219

cació n, en e l sentido de espiritualizar los i ntereses materiales del Estado y


dim inar los conlictos mate riales . La si mbología polí tica es ideología po-
lítica, y la ideología política es hipocresía de clase. Las concepciones po-
puli stas de Est ado, aquella s que lo ven como un a extensión de l espíit u de
la comunidad de la que surge, tienden naturalmente a rmulaciones más
stivas: como el gobieo es el ins tumento de la volunta d de la na ció n, el
ritual pregona la in men sidad de dicha vo luntad . Y para las teo ías plural is -

tas
siónl
de equili brio de i ntereses
sus su cesores, delealia
la para liber alismo
e statalc es
lásico
un yvaiado
los gupos
ingenid oe pre-
paa
revestir d e leg itimidad mora l l o que son procedimientos ecibido s. La polí-
tica es una continua competencia por ventajas maginales bajo eglas del
juego establecidas «constitucionales», y el papel de las togas y pelu-
cas que e n todas par tes acompañan di ch a competencia es hace que las re-
glas parezcan verdaderamente establecidas, elevarlas por encima - in-

setarlas por debajo de la luc ha partid ista que debería n regul a. Peo en
todas estas visiones, los aspectos semióticos del Estado (si, pefgurando
una aproxima ción alteativa a los temas ente manos, pode mos empezar a
ll amalos de tal manera) quedan  educi dos a lclo es en el sentido más pe-
yoativo que hse inchan
explotación, le pueda dar a la
l a autori palaba.3
dad Exagera
o moralizan n el poderío,
el proce escLo
dimi ento. onden la
que no
hacen es actuar, hacer.
No es dicil e hecho , es talmente  ácil encaj ar el Es tado bali-
né s en uno de estos mod elos miliar es, o en todos a la vez . Nadie que pe r-
manezca políticamente do minante puede ev ita de algu na manea pom eter
violencia a los recalcitrantes, arancar apoyo a los productores, retrata sus
acciones como sentimiento colectivo, o justifca sus decisiones como
páctica ratifcada. Sin embargo, reduci el neara a tan cansinos lugares
comunes, la ajada moneda del debate ideológico europeo, sería deja que
se escapara d e nue stra vi sta lo más in teresante que nos puede aporta r. Y sea
cual sea dicha apo rtación sobe la naturaleza d e la política, d icilmente se -
ría una tal apo rtación si se l imitase a ep etir que el pez gordo se come al pez
chico o que los andra jo s de la vi rtud enmascaran los moto res del pivilegio .

Hay mucho que discutir sobre el carácter de la cultura balinesa y sobre


el tipo de política que sostenía, pero lo que seguramente es indiscutible es
que el estatus era su obsesión dominante y que el esplendor era la substan-
cia del est atus. Lingih litealmente «asiento», genéricamente rango, po-
sición , condición , lugar, t ítulo, «casta» (« ¿dónde t e sientas? » es l a pregunta
estándar para la ident ifcación de estat us), era el e je en too del c ual g i
220 NEGARA

raba la vida pública de la sociedad. Denido, tal como ya se ha explicado ,


según la distancia vaiable hasta la divinidad, y, al menos en teoía, consi
derado como uno de los don es intnsec os de la vida y no como un a de sus
contin genci as, el estatus y la compu ls ión que lo rod eaba anim aban la m ayor
pate de las emociones y casi todos los actos que denominamos políticos
cuando los comparamos con otros semejantes en nuestra propia sociedad.
Entender el nega es ubicar esas emociones e intepretar esos actos

para
go noelab
sóloorar una poétic
conmó a del poder,
el contexto en elno un cistalizaron
cual a mecánica n. El lengua
majeydel
sigran 
ni fc ad las relacion es práctic as de los tipos princip ales de actor político
punggawa, perbekel, kawula y parekan-; también permitió l os dramas
que montaron conjuntamente, el décor thétral en medio del cual los mon
taron , y lo s objetivos mayores para los que los mo ntaron . E l Estado extraía
su uerza, que era bien real, de sus energías imaginativas, de su capacidad
semiótica para ha cer que la desigu aldad cautivas e.
Antes que nada de esto, el Estado balinés era una representación de
cómo se or gan izaba la rea lidad : una vasta fgura , en el interior de la cua l te
nían la potencia que tenían objetos como los kises, estucturas como los
palacios, prácticas como la incineración, ideas como «dentro» y actos
como el sui cidi o dinástico . La noción de que la política es una re present a
ción invariable de pasiones naturales siendo las instituciones de domi-
nación p aicu lares inventos paa explot arla es eq uivocada en todas par -
tes; en B ali, su absurdid ad es pat ente. Las pasiones son tan culturales com o
los inventos; y la oentación mental jerárquica, sensorial, simbolista y
teatral que inrma de una s, in an también de los otr os .
Esto es clar o aquí y allá en Bali . Pero ta l vez es má s clar o en lo que,
después de todo, era la i magen maestra de la vida polít ic a: la rea leza. El ne
gara en s u tota lidad l a vida en la coe, las tra diciones que la or ganiz a-
ban, las exaccio nes sobre las que se sostenía, y los privilegios que l a acom -
pañaban  estaba di igi do ndamentalmente hac ia l a defnición de l o que
era el poder: y l o que era el poder era lo que eran los reyes . Los reyes par -
tic ulares «iban y venían» , «pobres hechos pasa jeros» , conveidos en anó-
nimos en s us tít ulos, inmovilizados en el ritual, y aniqui lados en la hogue-
ra. Pero lo que representaban, la concepción del orden como modelo y
copi a, es o pemanec ía ina lterado, al menos du rante el período d el que m ás
sabemos. La meta principal de la más alta política era construir un Estado
mediante la constucción de un rey. Cuanto más consumado resultaba el
rey, más ejempla era el centro. Cuanto más ejemplar era el centro, m ás
verdadero e ra el rein o.
Inevitablement e s e reit era que el rasgo di stintivo de la realeza índica en
el sureste asiático es su «carácter divi no» , un a ulación bumosa, com o
ya se ha apuntado. Auí, los reyes tienen un cuero y no dos. No eran De
BALI Y LA TEORA POLTICA 22 1

en sores de la Fe , Vicarios de Dio s o Mandatarios de l C ie lo ; eran la co sa en


sí msma, encaciones de lo Sagrado como tal (hindúes, budistas o una
mezcla de ambas) . Los rajás, maharajás, rajadira jás, devarajás y de más, to
dos ellos eran hieronías, objetos sagrados que, como los manda/a o los
stupa, exhib ían directament e la divini dad. 4
Este concepto de realeza divina no es incorrecto, no más que decir que
el presidente de Estados Unidos es un líder popular o que el rey de Ma

ruecos es de
contenido un autócra ta. Es senc
ese «c arácter il lamente
divino » - de insuf cien te. Lopopular»
ese «carácter que import
o dea es
eseel
«autocra tism o». O incluso m ás, l o que import a es cómo se cr eó, cómo se
materializó . Si c onstruyendo un rey se constuyó un Esta do, con struyend o
un dios se cons truyó un re y.
Todo esto tiene un cierto número de implicaciones respecto a la rma
de la pol ítica, pero e ntre las má s importantes se encuen tra el que la sobera-
nía, como la divinidad, era, a la vez, una y muchas. Durante por lo menos
quin ientos años, e l paisa je de todo el sureste asiático, y no sólo de Bal i, es-
tuvo salpicado de monarcas universales, cada uno de ellos representado
como el núcleo y el pivote del universo en las declamaciones de su culto,
aunque cada
representa cióuno bien c elonsc
n. Desde másiente
i nsi de
gnique no estaba
fcante ra j á de en
las abso luto osolo
Célebes enpe-
de la tal
nínsul a malaya a los más grandes de los soberanos de Ja va o Camboya, to-
dos se autoafrmaban con declara cione s totales de señ orío supremo; lo que
varia ba era la esc ala a l a que se podía poner en esce na tales decl aracio nes .
Todos los Reyes eran Incomparables, pero algunos eran más Incompara-
bles que otros, y eran las dimensiones de sus respectivos cultos las que
marcaban l a direncia. 5

Era esta combinación de una rma cultural ndamentalmente cons-


tante l cu lto al rey divino, con un a eno e var iabil idad en las gentes
y recursos que pueden construir esa rma, en un sitio y un momento de-
termi nado, l a que c onvetía la « lucha por el poder» del Bali cl ásico en una
continua explosión de exhibici ón competitiva. Los rasgos más p rominentes
de seme j ante despliegue n l os ámbitos del mito, e l rito, el at e y l a ar-
quite ctura ya han sido descitos, como también lo ha sido la mentalida d
política que sostenía y que lo sostenía. Pero, más allá d e la si mbología y del
ethos, y confriéndoles u na expr esión tangible en el c urso rea l de los as un
tos del Estado, existían una serie de paradigmas sociales de la autoridad
real, eje mplifc acione s práctc as de en qu é con sis tía ve rdaderamente ser el
señor de la creación. De éstas, tres eran particularmente importantes: las
222 NEGARA

elaco nes de los e yes co n los sacedotes, de lo s eyes con el mun do mate
al y de los e yes cons go m smos 
El pa complementao de rey y sacedote l Peecto Satia y Pe
ecto Bahmana suspenddos en peanente antnía en el ápce de la so
cedad- , es, al m smo tempo, la n sttucón polítca balnesa más caac te
ísticamente nda -a paecía ya en la s Leyes de Manu- y el ejempl o m ás
consp cuo del cambo que su eon tales nsttu cones en sus taves ías ma

ítmas hac a eldesde


los estudosos este yA.hac a el su Enlal ancón
M Hocat-, Inda omo han mo stado
del bahmín -, toal dos
me
nos, del bahmí n de la co te- ea llev a a cabo sacfco s en nombe del
ey, itualmente descalfcado, al deama sange y come ce En Bali,
donde l a no volenc a y el vegetaian smo ean co mo mucho n cdentales, la
ncón de l brah mana ea po ne en escena mste ios y elev a ensa lmos qu e
el culto de la dvndad real pudiea ecoge, eun La compleja dee
cacón y entegacón ente jeaquía y domnacón -dharma, el eno
de los valoes, y artha, el eno de la ez a- que subyace tr as el s ste
ma de castas en la Inda no se daba en Ba l , n, po lo que a esto se efe e,
en el esto del sueste asiático, en geneal El bahmana conectado a la co
te no
el ea uncelebante
pncpal embajado de
 deuno
los sagado6
do ses ante o para un gobeante se cul a: ea
En los Estados jeárqucos tadconales de Asa y Oiente Medo, ha
bía tes as p in cpales de realeza En buo caca s tan acaicas como las
de Egpto, Chna o Sumeia, el msmo ey ea el sumo sacedote; el bie
nesta de l en o gaba en to o a la eza mágca de su s activdad es l tú
gc as, y los demás saced otes no e an más que asstentes En la Inda as
más un contnente que un país-, el ey era lo que Lous Dumont ha lla 
mado una fgua «convenconal», más que «mágcoelgosa», un gober 
nante «d esposeíd o de la s n cones elg osas popamente dch as» , cuy o s
sacedotes lo conectaban itualmente con el oto mundo, tal como sus m 
n stos lo conecta ban admns tatvamente con és te Y, fnalmente, en Ba l,
como en la mayo pate del sueste asátco -y tambén, lo que esulta
muy  nteesante, en las polities más de sarolladas de Pol ne sa y, de ma
algo dst nta, en el J apón-, el ey no ea un meo ecl es aca, sn o el cent o
numnoso del mundo, y los sacedotes ean los emblemas, ngedentes y
tansm soes de su santdad Como las  elq uas ya menconadas, como su s
sang, como sus pa aguas, su palanquín, y sus joyas, como su palaco,
sus esposas , sus lingga, su tore cematoia, sus f estas, sus gueas ; de he
cho, como todo el ren o -y así lo veemos-, lo s sac edotes ean pa te de
las n sgn as del  ey, de los regalia. 7
Esto no quee dec que ean meos accesoios, baatjas del pode r
La cónc a real de B ull ng, q ue descrbe al sacedo te de la cote como « la
pmer a de las joyas del re y» , tambén lo dentf ca con l a empuñadu a del
BALI Y LA TEORA POLÍTICA 223

kis del rey , c on lo s i nstrumentos de la orquesta de l rey, y co n el elente


real al completo. Está cultivado en saber religioso, es experto en el ritual,
bien leído en leyes védicas, un adivino consumado, maravillosamente vir
tuoso y un hábil rjador de armas sagradas. El rey, habiendo oído de su
ma, lo convoca a la cote, lo instala en un asrama a la vita del palacio,
le asig na tres mil dependientes, y le otor ga un tít ulo exaltado, eco del suy o
propio. C om o bien dice P . J . Worsley, editor y tr aductor d e la crónic a: «No

es
unaunencaación
simple adoo real,e un
de part de símbolo de ad,
es a autorid la autoidad real, de
un a extensión sinol amás
persbien
ona of 
cial del rey».8
Resumiendo, aunque en Bali, tal como lo hace en la India, el sacerdote
signifca el dharma -una palabra igualmente bien que mal tra ducid a como
«ley», «norma», «deber», «derecho», «virtud», «méito», «buenas accio
nes», «obsevancia de la costumbre», «religión», «orden» y «justicia»-, 9
su relación con el rey no es tanto una entre puro e impuro, ni siquiera entre
recto y pr áctco, s ino entre excelent e y su perexcelent e. La dignidad, el lu s
tre del s acerdot e releja e l del propio rey, es parte de él y con tribuye a él ; y
el inconmovible lazo de lealtad que los ata -un lazo demostrado en todas
y cadaWorsley
cribe una de ,las maneras
« una imagenposib les-des,eotra
especular vez, un l ideal
una relación azo ejempl ar. Es,
( . . . ) En estaes
re
lación tan especial ( . . . ) se releja la relación ideal entre el gobeante y el
súbdito , ya que dicha r elaci ón es contemplada ( . . . ) como un modelo para
todo el mundo». Como paradigma social, rey y sacerdote muestran cómo
servir a un señor era converti rse en un aspecto del señor, tal c omo el se
ñor, sirviendo a Dios, se transrmaba en un aspecto de Dios; y también
mostrab a n el más alto mimetis m qué era dicho servic io. 1 0

La relación general entre el rey y el mundo material se sintetizaba en


una palabra engañosamente prosaica, cuya cilidad de traducción apa
rente ha sid o l a prncipal barrera para una adecuada compr ensión de dicha
relación por pate de los estudiosos: druwé. Druwé -mandruwé, padru
wen- sign ifca «poseíd o» -«pos eer», «propieda d» , «riqueza»- É ste no
es el pro ble ma en sí. El problema es que tal tér mino, usado en re erencia al
rey, se podía aplicar prácticamente a todo: no sólo a sus tierras privadas y
a sus posesiones personales, sino al país en su conjunto, a toda la tierra y
el agua que comprendía, y a toda s su s gentes . El reino enter o era, en cierto
sentido, su «posesión», su «propiedad», algo que le «pertenecía» Es ese
«en cieto sentido» el que contiene las complejidades y el que ha engen
drado los debates.  
224 NEGARA

La aga contovesia de cien años ente aqueos que, conndiendo


enguaje con ey, veían toda a tiea, e agua, os bosques y demás de os
Estados índicos de Indone sia coo a popieda d pesona de ey, y aque -
os que, conndiendo la costumbe campesina con ea, con a ey, con-
tempaban as eivindicaciones dominiaes como petenciosas, auduen-
tas y usupadoas, ea una poémica ndamentamente ma diigida. Se
basaba, po ambos ados, en a pesunción de os abogados po la cua la

«posesión»
una defnición es ufa
n asunto de banco
y unime, queo supone
nego, que,
de todo o nada,
aunque de sí o no, con
los popietarios
puedan se pesonas, grupos de pesonas o incuso instituciones vistas
coo pesonas, fnamente no puede habe más que una eivindicación ,
una afrmación o un a ecama ción  egítima pa a cada de echo particua so-
be cada popiedad particula. Cuando uno cae en a cuenta de que, en e
discuso bai nés, no sóo «eyes», sino ta mbién «dioses», «pueblos», «-
mi ias » e «indivi duos» poseían «todo »  mis mo «todo» , se hace apa-
ente a necesidad de una visión menos eementa del concepto de «pose-
sión ». En par ticu a, si se quiee entende adecadamente la  elació n ente
e obeante y el eino, se debe aband ona a noción según a cual duwé
independien emente
de o s ecusos , es d eci,decon
cóm
su oapopiación
s e taduzca
y s utenía ag o Tenía
di sute. que veque
conve
el us
cono
e pape de dich os ecusos en a s imboo gía de pode . 1 2
Vista así, a cuestión de quién «poseía» Bali toma una ma menos
ockeana 1 3 y v olvem os a esta  ene a una soci edad tens ada po concepcio-
nes opuestas sobe e oigen social de o s paadigmas c utuaes , supue sta-
mente descendentes, y de los a ego s páctico s, supuestamente ascenden-
tes. Ya hemos obsevado que as egas que gobeaban  a disponib ili dad y
e conto inme diatos de os ecusos ea n com pejas e i egulaes, una ma-
aña de particuaridades entecruzadas. Y también hemos observado que
ean más e poducto de a adea, de a soci edad d e ega ntes y de o s hoga-
es que de negar, dejando de ado ciertos aspectos cuidadosamente espe-
cifcados. 1 4 Peo, a ca idad y a abundancia de dichos ecuso s, y, po tan-
to, a pospeida d de mund o, botaban de entes menos m undanas; y ea
a éstas a as q ue apuntaba e co ncepto de duwé. Indic aba ota jeaquía más
de ejemparidades, modeadas esta vez sobe paámetos de popiedad :
nuevamente, as instancias elativamente más bajas ean vesiones vuga-
es, si no goseas, de as eativamente más atas, mientas que as más a -
tas ean efnamientos, mejoas, de as más bajas. El ey se apoximaba en
a medida en que ea capaz a a [ma idea de] «posesión» del eino po 
os dio ses ; e seño a  a de ey; e campesin o a a de se ño. Dich as «pose -
siones» no sóo podían convivi, sino que tenían que haceo paa ten e
sentido. E ey poseía e país de a misma ma que o gobeaba, mim é
ticamente, componiendo y constuyendo aqueo mismo que imitaba.
BALI Y LA TEOR Í A POLf TICA 225

En tér min os conc retos, e l rey era el punggawa supremo, en el ápice de


la jerarq uía d e estatus que ya hemos esbozado, y también, po r eso mism o,
estaba en el centro d e o que hem os l amado «espaci o sagrado » cu ando dis
cutíamos la dimensión «espiritual» de la comunidad local. Fundía en su
persona  a dobe rep resentación del poder que hemos visto di scu rrir a tra 
vés de toda a estructura de la vida pública balinesa: como una gradación
de exceencia dispersándose hacia abajo desde a unidad divina, y como

una ra diación
son más deexpr
que dos dichaesio
dispersión hacia
nes de una mera
isma de sdecomo
realidad, u núceo div ino.
l a atura No
de una
torre y  a ongitud de su sombra Pero, mie ntras la relación entre e rey y el
sacer dote serví a de mod elo a a primera, a asce ndencia en sí mism a, la re-
ación ente el rey y el rein o servía de modelo para a segunda, e l alcance de
dich a ascende ncia.
Más aá de a mutitud de «comunidades consuetudinarias» -desa
adat- el reino en su con ju nto era considera do como una de esas com uni
dades consuetudinar ias, como un negaa adat. Como e desa adat, el n e 
ar adat era una an ja de esp aci o sagr ado: «La tier ra con todo o que so-
bre ella crece, el agua que a tr avés de ella uye, el aire que l a envuelve, y
la roca qu e la sostiene en su vientre mateo» . Com o en el desa adat, todos
aquelos que vivían dentro de sus ímites, benefciándose por consiguiente
de sus energías, eran coectivamente responsables de seguir los rituales y
obligaciones moraes que dichas energías acarreaban. Y, como e desa
adat, e sus cimientos, e negaa adat no era una unida d social , económi-
ca o poítica, sino una religiosa, u na asambea d e ceebra ntes . De a mis ma
rma que as pobaciones locae s ase gura ban e bienestar loca l, las poba-
ciones regionales aseguraban el regiona y, alí donde era posible, las po-
blacion es suprarregionaes asegura ban el supra rregiona , a través de cere
monias co ectivas montadas a lo gra nde. 1 5
Era precisament e e n calidad d e cabeza de negar adat que el rey «po
seía» e reino. Como os dioses , y en tanto que uno de e os, garantiza ba su
prosperidad: la pro ductividad de su tierra; la ertil idad de sus mujeres ; la
salud de sus habitantes; la ausencia de sequías, terremotos, inundaciones,
gorgojos y eru pciones vocánicas ; la tra nquiidad social ; e, inclu so, su be-
leza sic a, domesticada como estaba en un vasto parque cu idado con gran
esmero, con sus senderos angulados, sus patios rectanguares y sus terrazas
cuadradas. Ya ese en las ceremonias de Abertura de Agua en los agos
sagrados, en los ritos de primicias en los templos de la montaña, en os
exorcismos de demonios sobre la playa, o en las celebraciones reaes den-
tro de su propio palacio , el rey se repr esentaba como el primer «guardián»,
«custodio» y «protector», el ngurh de l a tier ra y de su vida, protegiéndo
la como el parasol real lo prote gía a él y como la «bóveda celeste» lo hacía
con un os y otros Era en esta dimensión tutelar, no de tenencia de a tierra,
226 NEGARA

y en nción de esta capacidad, donde podía decise bastante litealmente


que el reino e a su «popieda d», druwé ja. 1 6
Y nuevame nte, el moto e ra la ceemonia e statal . L a pódiga exuberan-
cia de esta ceemonia l omnipesente sentimiento de abundancia mate -
ial que hemos recalc ado epetidamente ea a im agen de l a prospei dad
del ein o y, al mi smo tiemp o y en línea con la pespectiva de modelo y co -
pia, su autoa. El esplendo ceemonial ponía en imágenes la centalidad
del ey, convegiendo sobe él como su co; ponía en imágenes los pode-
res aojados en tal centalidad, descibiéndoos en términos de iqueza
agluti nada; y ponía en imágenes el campo socia en el que dichos pode es
tenía n alca nce, a tavés de l a pobla ción qu e había contibuido a euni toda
esa iqueza. La ext avagancia de os ce emonia les eaes no era únicamen-
te a medida de la div inidad del ey , a unque también lo ea, como ya hemos
visto ; ea también a medida de biene sta del eino . Aún más impota nte,
ea la demostación de que ambas cosas ean sólo una. 1 7

La e ación del ey cons igo mi smo es t al como su gie e a popia  -
mul ación pa adóji ca del tema el más el usivo de os pa adigmas socia les
de la autoidad eal, e más dicil de taduci en modos de expesión dis-
tintos de aquelos en que está incu stado. Es más dicil po lo que po día
mos ve como su extaña natualeza despesonalizada: el apaente abando-
no de la identidad y a voluntad individuales en vo de la existencia de
una especie de ideogama humano. La ceemonia que plasmaba al sace
dote como a joy a del ey, y al eino como el paque el ey, dibu jaba al ey
como el icono de l ey: un símil sagad o de, bueno , ¡ de a ealeza!
Al lucha paa caacteiza e o del ey desde esta pespectiva, la a-
se que acude inmediatament e a la cabeza es aquel a de T S. EJi ot, «pun 
to fjo en un mundo que no de ja de gira », y a que, en a medida en que ea
un acto en las ceemonias de a cote, su tabajo consistía en poyectar
una inmensa calma en el cento de una enome actividad pemaneciendo
palpablemente inmóvi. Sentado duante lagas hoas seguidas en una
pose estictamente malizada, su caa en blanco, sus oos todavía más
en blanco , removiéndose  cuando t enía que hacelo con una mai
dad lenta que poseía la gacia de ballet, y hablando también cuando
tenía que hacerlo  en un mu mullo de ases et icentes, mi entas t odo a
su alededor estaba lleno de gentes tabajando paa constui una exta -
vagancia en su hono, el ey ea e Gan Impetubabe, el silencio divino
en e l cent o de las cosas : «El AutoV acío ( . . . ) ina ctivo (. . . ) despovisto de
ma». 1 8
BALI Y LA TEORA PO Í TI C A 227

Sin embar go, inc lu so la inmovilidad, la impasibil idad o la placidez, los


materiales de icono, constituían una paradoja : com o el reposo con la s pier-
nas dobadas de os B udas o la pose danza nte de los S ivas, manaban de un
atetismo extenuante del espíritu. La habiidad del rey para proyectars e a sí
mismo - mejor, a  a reaez a como e e je estacion ario de  mundo, re
,

posaba en su capacidad para discipinar sus emociones y su conducta con


meticuloso rigor, para arrastrar a su mente a sus propias prondidades en

un trance
des reexivo,
imágenes intenso
exactas y sostenido,
y eaboradas y para
de os rmar
dioses. en tales
La larga prondida-
y reiterativa ca
dena d e exhibi ción ejempar que li gaba al « Brahmán Su premo encaad o
en e sonido primigenio» con «el con junto de ( .. . ) país ( ..  ) indeenso, en
corvado, postrado» atravesaba en e rey un punto de unió n decis ivo entre lo
que los hombres podían concebir, y lo que, concibiéndolo, podían ser.1 9
Centro ejempar dentro del centro ejemplar, el rey icono representa
ba hacia aue ra para sus sbditos lo m ismo q ue rep resenta ba hacia adentro
para sí mis mo la belleza ecuánime de la divinida d. Dicho así suena a pres
tidigitación , una man o de S teinbe rg dibujándose a sí misma. Pero a los ba
i neses no se  o parecía, dado que, para ell os , i maginación no era un mod o
de
mantasía para losdebalrepresentación
de percepción, ine ses , de un y«hdeacer creer» conceptual
actuaización. , sino
Visuaizar era una
ver, r-
ver imitar, e imitar encaar. Sea cua sea a vaidez objetiva de esta con-
cepci ón segn a cua a realidad consiste en una jerar quía estética de tipo-
yrepresentación, compuesta por expresiones sensuales en a cual las más
bajas no son menos reales, sino menos exquisitas, menos deslumbrantes y
menos potentes ¿y quién se va a pronunciar sobre esto?, en Bali, es
una ver dad como una pied ra. Como un signo en un sitema d e sign os, una
imagen en un campo de imágenes, que era en l o que se transrmab a enér 
gicamente durant e la s ceremonias de la corte, e  rey er a distinto por e he
cho de que, «sentándose» en e l punto por encima del cua la jerarquí a era
incorpó rea, seña aba el umbra del ideal puro.
Pero la paradoja de una pasividad activa e un permanecer sentado,
sin moverse, pero pleno de erza se extendí a aún más, ya que el re y,
como sig no, no transmi tía simpemente a amabi idad ca ada de un espír i-
tu tranquio, sino también la severidad sin rostro de uno justo. La benevo-
lencia impasible hacia la bondad se conjuntaba con la vioencia impasible
hacia e mal; y la guerra - menos g randioso, el castigo r eal era, a su
,

manera, un a actividad ritual como podía sero la Abe rtura del Agua. De he-
cho, la rma a jedre cística de l levar la guerra ue ya hemos visto en a
caída de Mengwi y en los «nales» puputan ante los holand eses seguí a
el mismo modelo del centro quieto el rey emergía del palacio para encon
trarse con su destino sólo desps de que sus peones kawula, sus piezas
menores perbekel y, fnalmente, ss piezas mayores punggawa cada
228 NEGARA

uno , a su vez, en un despliegue ascenden te y desespea do de estat us hu


biesen sid o aplasta das. «Poniendo bidas a sus pas ion es a tavés de a me
ditación », escibe P J. Wosle y, « [el ey idea l] se deb ate paa i en pos de un
mod o de vida virtuoso, paa gobea su ein o desi nteesadament e ( . . . )
[siendo igual mente duo pa a con sus enemi gos ( . . . ) amable y apacible
paa con os leaes y os vit uosos. » Cue como e cao del so y seeno
como el bilo de la luna, con s u mente eecitada en vi siones qu e inyecta-

ban
comopode, el ey se pesentaba
una fguación en os gandes
fa de a autoidad, damas abstacto
«un [hombe] de Estadoteato
y anóni-
mo que se compotaba de manea totamente pedecible dento de a ógi-
ca de la imagen en que se había mado». Junto con e agua bendita, los
himno s, el asiento de oto y las dagas, ea un obe to itual. 20

De todas maneas, el ey también ea un acto político, un pode ente


podees, tanto como un signo ente signos. Ea el cuto a ey el que o
ceaba, el que  o eleva ba de seño a icono, pues , sin os da mas de Estado-
teato, a imagen de divinidad seena ni siquiea podía toma rma. Sin
embago, la ecuencia, la iqueza y la escaa de dichos damas, y, con-
sig uientemente, el gad o de imp esió n que caus aban sob e e mundo, de
pendía a su vez d e  a amplitud y, como hemos vi sto, de a divesidad de
as eatades poíticas que podía movi iza pa a ponelos en escena. Y  ce-
an do e ciclo, ta moviización de hom bes, bienes, habiidad y conoci-
mie nto ea n la pimea ta ea y e ate pim ai o de gobena, a capa cidad
sobe la que dependía a supemacía, en su vetiente mateia. Sentase
totamente quieto no ea sufciente, ni siquiea apasionadamente quieto.
Paa se  a ep esentación maest a de pode , ta mbién ea nec esaio ta f-
ca con él.
Lo s meca nismos sociaes a tav és de lo s cuaes se mediab a dicho t áf-
co víncul os de paentesco, cli entelis mo, al ianzas, s istema perbekel, en
tas, impuestos, comeci ya han sido descitos, y se ha insistido en su
tendencia centíuga hacia la heteogeneidad. Lo que epesentaciona
mente ea alta centalización, institucionamente ea una enorme dispe 
sión, de tal manea que, alzándose de as especifcidades del paisaje, la
co stumbe y a his toia o ca , tenía uga una poítica intensament e compe-
titiva en u n l enguae de ode n estático que eme gía a su vez de a si mbo 
ogía univesaizante del mio, de ito y del sueño político. Apae de as
difc ultades pácticas que debía encaa cual quiea que d eseaa ab ise c a 
mino hacia e eugente cento y ápice de las cosas (es deci, paa cual
quiea con una emota posibiidad de conseguio), esta situación intodu
BALI Y LA TEORÍA POLICA 229

cía una parado ja en a po ítica de nega, una para doja que ni as artes de
gobieo ni sus practicante podían resover de todo, a resutas de o cua
se convirtió e n a di námic a poítica centra: cuanto más cerca se estaba de
encarnar a imagen de poder, más grande tend ía a ser  a distanc ia respecto
a la maquinaria que controaba ese poder.
Esto no era simpe mente « a soedad en a cu mbre» que quiz á caracte
riza a todos os s istemas po íticos compe jo s, y cie tament e a todos os au

tocráticos
an Porque
a verdad e probema
a rey, por miedoaquí no prudencia:
o por era que oscomo
uncionaios escondie
prácticamente no
había panti a, tampoc o había  uncio narios. Tampoco o era que la s direc
trices poíticas reaes tuvieran que expresarse en términos tan generaes
que e rey perdier a contacto con  a reai dad: a no habe r prácticamente ad
min istra ció n, no había p rácticamente directr ices p oíticas. E probema era
que e nega cambiaba de carácter desde su s extremos más bajos a os má s
atos. En os más bajos, comprometía a os cientos de polities pueberinas
entrecruzadas de as que extraía -a través de una nube de perbekel, se
dahan y subandar- os c uerpo s y recursos necesarios paa poner en esce 
na as óperas e  a cote. En e más ato, progres ivament e separad o de co n
tacto conasunto
hacia e taes centra
polities y as vugaidades con eas asociadas, se vovía
 de a mím es is eje mpar, hacia a puesta en esce na de
as óperas. Funciona o, como diría n os baine ses, «vu gar» hacia e ndo,
e nega era estét ico, «refna do» hacia a cima, un modeo en sí mismo de
a naturae za de  a jerar quía.
E resutado era que, en cuaquier punto de a jerarquía, pero muco
más intensament e -sin eva sión posibe- cerca de a cima onde «e
gor de ma je stad que enviaba tan e jo s s us rayos» con sumía también ta
to combustibe-, a necesidad de demostrar e estatu bataaba con a
necesidad de reunir e apoyo sufciente para hacer posibe a demostra
ci ón. En paticu ar, os asociados más i nmediatos de re y, os otros grandes
punggawa -parentes ceosos, tenientes reunuñones, casi iguaes e im
plícitamente r ivaes- estaban ocupado s en que a desact ivación ritua del
rey también uese iter a, en que e r ey queda a tan apsionado po r a cere
monia de gobieo que se maxim izase s u depend enci a práctica respect o a
e os , con lo que se acentuar ían su s posibi idades de excis ión particuar La
poítica de espectácu o competitivo e ra de una turb ue ncia crónica, porque
e éxito de un señor era a oportunidad de otro; pero también era básica
mente estabe, porque e sa opor tunidad era a su vez autolim itador a.
Ahora que, primero a burocracia coonial y, tras ella, a repubicana
an ence rado e negara en l a jaul a de hiero de W eber,2 1 es d ici recobrar
e carácter de a reiega política cuyas energías eran provincianas y sus
ambiciones cósmicas; pero parece caro que era una maraviosa mixtura
de movimiento y quietud. Cada eor, a cuaquier nivel y en cuaquier es
230 NEGARA

cala buscaba distanciase de sus más inmediatos ivales expandiendo su


actividad ceemonial acecando más su corte a Majapahit y su pesona a
los dioses. Peo al tiempo que hacía esto se exponía a convetise en un
ey de ajedez enc eado sepaad o de las c omp lejidades del pode  semba
das po las nece sidades d e s popia petensió n: n signo puo. En con se
cuencia a pesa de las continuas e intensas maniobas el ascenso ápido
hasta el pode aunque se daba ea  ao. Com o tantas de las contiendas po

el pestigio
aspectos el que
esuidentifc
ltado noanmal
a laesociedad baline sa
a la conmoción locpác
al yticament e enmiento
el manteni todos sus
de
las dist ancias u na continu idad global de las elaciones de estatus en medio
de los esezos epetidos y a menudo vigoosos paa altealas. La esea
en la que un seño dete min ado po día ju ga ealmente al juego del ey d i
vino estaba cicunscita po los puntos en los que iba pediendo contacto
con s u base social a medida que cecía s gand eza ; así pues la amenaza de
ezaga se en la cae a del espectácul o -si ll aba en el intento de mante
nese lo sufc ientemente g ande paa sus p etensiones- evitaba que conti
nuase empujando conta dichos límites. Como su tama y su escenaio el
epato del Estadoteat o no camb iaba ácil mente. Aunqu e el sigl o XIX es
tuvo impegnado de continuas intigas disputas violencia y una enome
cantidad de micoalzamientos el patón global de pecedencia y eputa
ció n la estructua de la con side ación elativa ea en muy buena medida la
mi sma al fnal q ue al pincipio de la centuia. Po vastas qe ean las as
piaciones  había much o que co e. 2
Po tanto la situación que hemos visto en Tabanan ea caacteística:
un señ o sup emo con un subsupe mo en su s talones; subsubsupem os en
los de este segundo; señoes punteos en los de los subsbsupemos; seño
es menoes en los de los punteos; y así hacia abajo a tavés de las más
delic adas distincion es ente las dientes casas intentando cada aspian te
educi el espacio po el lado de a iba y agan dalo po  el lado de abajo .
Debido a que el contol social sobe hombes y ecusos se asentaba muy
abajo en el si stema l cento de ga vedad político po así de cil o- y de
bido a qu e las adscipcione s y conexiones e an múltip les ágil es y peso
nales -amén de supepone se ecuentemente -  n comple jo y cambian
te sistema de alianzas y oposiciones emegía a medida que los señoes
intentaban inmov ili za a su inmediato ival po a iba - haciéndolo depen 
diente - y mantene el apoyo de sus inmediatos ivales po a bajo -man 
tenién dolo s deentes-. Y, aunque de vez en cu ando se podían oí etes
uidos aquí o allí el pincipal sonido ea el sodo mumullo de la intiga 
constan te diso y sin diección.
Natualmente duante peíodos de tiempo lagos o en tias de teen o
amplias podían dase y se daban cabios ayoes de rtna política :
Majapahit d ejó pa so Glgl apaeci ó; Glgl de jó paso Kl ngk ung apae 
BALI Y LA TEORA POLÍTICA 23 1

ció. Pero a pesar de todo eso a rma característica parece haberse re
con truido una y otra vez ta como la teor ía balin esa pre tende; nuevas cor
tes se modearon a partir de otras desaparecidas reemergiendo con nom
bres distintos y en distintos lugares como nuevas transcipciones de un
ideal fjo. Como los reyes concretos los Estados concretos eran motaes;
pero como los reyes su mortalidad no parece haber generado verdaderas
direncias . La escaa d e las cosas var iaba y s u bril o  así co mo os detaes

de su expresión
desde inmediata.
1343 a 1906, o quePero por loera
no varió queaqueo
yo acanzo
de o aque
ververdaderamente
y digamos,
2
se trataba. 3

E poder def nido como la capacidad d e tomar deci sio nes que ob igu en
a oros, con a coerción com o expresión l a violen cia como ndamento, y l a
domin ación como ob jetivo, es la roca a a que se aa la mayo pte de
la teoría polític a modea heredera a su p esar del siglo xv1. É sa es l a gan
simpicidad
que que peanece
todo razonam a través
iento -sea sobrede
a todo
justicitipo delibeta
a a sofsticaciones y aoae or
d la vi rtud
den- debe vover . Este cicl o de términos -y de téinos relacionados
com o con trol mando  erza y sometimie nto- defne a poí tica como un
ámbito de acción socia. La política fnalmente es una cuestión de domi
nio: «Cabalos y Mujeres y Guea y Poder». 24
Esta opinión es apenas er róne a in cu so en aquelos sitios donde os
cabaos son dócile s. Pero como sugiere a evoca ción de Kipling  es una
opinión y com o todas las opiniones es parcial y surge y se nutre de una tra
dición específca de in terpretación de a experiencia his tórica. No viene
dada en a naturaeza pura de las cosa s -sea lo que sea seme jante cosa-,
no es un hecho en brut o brutalmente apr ehendido sino que es una go 
sa construida socialmente en el tiempo una representación coectiva.
Otra s tradicion es de interpr etación ha bitua mente menos consci entes de
sí mismas producen otras glosas, interpretaciones dierentes. La argu
mentación ce ntral de ese trab ajo -expuesta en toda s y cada una de as
divisiones de su contenido y ínea directriz a través de su completo de
sarrolo- ha sido que  a vida que se ar remoinaba alr eded or de pung-
gawa, perbekel, puri y jero del Bali clásico comprendía una de esas
concepciones alteat ivas o di rentes acerc a de lo que es a p oítica y
de qué trata el poder. Una esructura de acción ora sangrienta oa cere
moniosa e nega era también y como a una estrucura de pensa
mieno. Describirlo es describir una conseación de ideas consagra das
preservadas.
232 NEGARA

Desde Wittgenstein no tendía que se necesaio insisti expícitamen-


te en que una afmación seme j ante no impic a ningún compomiso con e
ideaismo o con una concepción subjetivista de a eaidad socia, ni tam-
poco una negación de a e za de a ambición  e pode   os accidentes a
inteigencia o e inteés mateia a a hoa de deteminar as oportunidades
en a vida de os hombes. Peo como as ciencias sociaes pese a a mo-
deidad d e s us temas y de sus pácticas viven f osófc ament e no en este
sig o sino en e pasado poseídas po temoes a nt asmas meta sicos de-
satunadamente sí es necesaio. Las ideas no son mateia menta inob-
sevabe y ya hace agún tie mpo que no o son. Son si gnif cados ve hic ua-
dos siendo os vehí cuos símbo os o en ciet os usos  signos y siendo
un símboo cuaquie cosa que denote desciba epesente ejempifque
etiquete indique evoque dibuje o expese cuaquie cosa que de una u
ota ma signifque. Y cuaquie cosa que de una u ota ma signifque
es intesub jetiva uego púbi ca ueg o accesib e a expicac iones a plei n air,
abier tas y co regibe s. Agumentaciones  meodías mua s mapas y cua-
dos no son idea es paa mi a embobado si no textos que  ee; y oto tant o
son os ituaes os paacios as tecnoogías y as maciones sociaes.
Toda a
petende sedescipción  nega
una ectuadeseme jante : desar o dedicada
a pate ada en lasapáginas
iego apece dente s
oganiza-
ción de puebo e paisa je o os i mpuestos a igua que a consag ada a
mito a iconogaa a ceemonia o a eaeza divina; a pate dedicada a
os tatados como a dedicada a os tempos; a dedicada a mecado como
a dedicada a sacedocio; y  a parte dedicada a a es tuctua sea ésta de ge-
neaogías cienteismo patios o incineaciones. E confnamiento de aná-
isis intepetativo a os aspectos supuestamente más «simbóicos» de a
cu tua en a mayo p ate de  a páctica contempoáne a de a antopoog ía
es u n meo p ej uici o nacido de a noción t o egao de si go XIX- se-
gún a cu a « simbó ico» se opone a « ea»  como extav agante a sob io f-
guativo a itea oscuo a caro estético a páctico místico a mundano y
decoativo a substanc ia . Paa inter peta  as expesio nes de Es tadoteat o 
paa apehendeas como teoía este pejuicio se debe dejar de ado y se
debe deja de  ado ju nto con aque  oto según e cu a a damatu gi a de po-
de es extea a su nc ionamiento. Lo ea es tan imaginado como o ima -
ginaio.
Que a poítica bainesa omo cuaquie ota incuyendo a nues-
ta ese acción simbó ica no impica que tod o estuviese en a mente de
os baineses o que todo consistiea únicamente en danzas e incienso. Los
aspectos de e sta po ítica aquí epasados (ceemon ia eje mp a jeaquía de
modeoycopia competición expesiva y eaeza icónica; puaismo o-
ganizacio na eatad micoa gment ada y no exc uyente autoidad dispe-
siva   obie o condeado) con fgu aban una eaidad tan densa  t an in
BALI Y LA TEORA POLÍTICA 33

mediat a como la propia isl a. L os hombres (y, como consort es , i ntrg antes y
marcadores posic ion ales , las mujeres) que se abrieron paso a t ravés de esta
realidad onstruyendo palacios, redactando borradores de tratados, re
caudando rentas, arr endando el comercio, concertando ma trimonio s, despa
chando enemigos, erigiendo piras, consagrando templos, dando festas, y
poniendo en imágenes a lo s dioses- perseg uían unos fnes que podían con
cebir a través de los medios que tenían. Los dramas del Estadoteatro, mi

méticosn de
tación sí mismo
i camelo s, no
Eran era n,había
lo que al f n,
 ni ilu siones ni mentir as, n i prestidigi

NOAS

  Las citas inteas son de Shi rley, Pop e y Swi ft, extraída s de la extensa entrada para
Estado -state- en The Oxford English DictionaNaturalmente, la misma compresión
de sig nicads se a a medida que la palabr a cuaja con rmas dist intas -état, staat, sta
to- en otras lenguas eurpeas Para un comentario integral de la emergencia del sentido
occidenta de la palabra «Estado» como « una rma de pod er público sepaa do al m ism o
tiem po del gobe ante y del gobeado, y constituyendo l a autor idad política suprema e n el
interior de un terrtoro denido», véase Q Skinner, 978 sobre todo, págs 349358 (cita
en pág 35 3)  El grado en que el concepto del Estado co mo «poder público» es tá presente en
Maquiavelo no es una cuestión u era de debate: yo mi smo sigo la opi nió n de Hexter (  957 )
que lo consider a ause nte de la obr a del italiano; Skinner ve la transición ccial, po r lo que
se reere a la teo ría política, en l a obra del huma nista ancés Gui llaume Budé, Education
ofthe Prince,  547 ( véase Q Skinne r,  978 p ágs 354355 )
 Cita de Donne, extraída de la entrada «Estado» -state- en The Oxford English
Dictiona.
3 . del t: Geertz utiliza la palabra mumme, que designa al teatro popular de tipo
traicio nal, generalmente poco t rascendental, si no innti loide La palabra ta mbién indi ca,
probablemente por derivación, un ceremonial ridículo, particularmente de tipo religioso
La palabra coincide etimológicamente y semánticamente de manera parcial con la castella-
na «momer ía», pero se ha prerido la t raducción li bre por «lc lore en el peor sentid o de la

palabra»
de l buenode
las connotaciones no«lclore»
i nteresa aq uí por
y «lc reejar
lórico» mejor
en cast ell la idea de l autor, dadas algun as
ano
4 Para comentarios generales de la «realeza divina» en el sureste asiático, véase
Coeds,  968;  9   ; Ma bbet,  969; S her man , sf Para Bali, vé ase Worsl ey,  975 Raja
«rajá », derivado del sánsci t, en s us diversas as , es el térmi no genérico más co
rriente para denominar al rey en el sure ste asiático índico (véase Gonda,  973  págs  0
224 228) pero, naturalmente, había muchos otros -prabu, patih , etc, siendo quizás el
más impotante en Indonesia el término tu, del malayopolinesio datu, datuk «je»
La «realeza divina» también se perpetuó, aunque en una rma ligeramente revisada, en los
reinos mus ulmanes véanse, por ejemplo, Moet ono,  968; B rakel,  975  La r erencia a
los «dos cuerpos » remite, c laro está, al gran li bro de Kantorowicz   95 7) sobre Ja «teología
política medieval» en Occidente, una obra que ha sido u na in uencia mayor en la d irección
del presente tra bajo  Para un estudio  a mi parece r, frzado , poco persuasivo e hi perindo ló-

gico) de un
«realeza hi storia
divina» dorsureste
en el de la Indi a, cueionando
asiático, la realidad,
véase Kulke, o al menos
1978; compárese, conl las naturaleza,
mismas re de la
servas, con Fill ozat,  966
3 NEGARA

 del t. : Manda/a, reresentación si mbólica budista de una esecie de círculo místico


dii dido y subdii dido s imétricame nte con fguras más o menos geométric as y de deidades
un oco a la manera d e los actales y que se emplea en la meditación Stupa, monumento
budista que consiste en una edifcación de lanta cuadrangular y ae suerior redonda a
menudo aboedada que habitualmente iene a ser una esecie de gran relicario al suo
nerse que con tiene r eli quias de Buda.
5 Puede resu ltar debatible el grado en que las afrm acio nes de «soberanía» (un térmi
no de todas as engooso en el conceto tratado) de los reyes eran necesaramente uni 
ersa les en oosición a lo local En cualquier caso sí ha sido deba tido Briggs ( 1 978) ha ar
gumentado contra Coeds ( 1 968 ág 9 9) que la ceremonia «mágica» del « ndador del
Imerio Khmer» Jayaarman 1 1 (802850), proclamándose chakvartn «monarca
universal » li teralme nte «aquél que pos ee la rue da que gira» «aquél cuya ru eda gira» no
comrendía una reiindicación más allá de «su ropio reino». Pero las raones de Brigg
ara mantener t al ostura ue la misma ceremo nia e realiada en Chama en el año 875
y en Jaa en el 76  me hacen a oyar la oinión de que i ndeendi enteme nte de lo in
coma tible que re sulte desde un unto de vista occidenta l una mul til iidad de r eivindi ca
ciones a la soberanía uniersal en el sureste asiático no sólo no se ercibía como ilógica
sino qu e se veía como el orden normal de las cosas  Para un conceto «oli katon» -k
ton, «alac io real» si mi lar sobre la natural ea de los Estados índicos javane ses véase Van
Naerssen ( 1 976)  que escribe «Continúo s in convenc erme de que en la Java hindú tem ra
na hubiese un solo rey a la e Las entes históricas a nuestro alcance nos eiten con
cluir qe había a os gobeates inde endientes algunos de ello s con el título de maha
j, otros sin él No se uede de ducir s in embargo qu e los rimer s eran gob eantes
suremos orque se los llamaba maharj Asignar autoridad surema a un gobeante
imlemente orque en una inscrición se le menciona como un maharj y al mismo
tiemo denegar autoridad a otros que también odría haber tenido soberanía sería incon
sistente con lo que sabemos sobre la estructura social del eríodo hindojaanés en esta eta
a temrana de su historia» Lo que es imortante claro está no es cuánto «oder» real
cu ánta «soberanía» o «autoridad» tenía un gobernante concreto al go extremadamente di
ci l de esti mar tanto tiemo desués si no qué reivindicaciones y decl araciones hacía y cómo
las hacía en tít ulos  rituales o lo que sea
Muchos de los nombres baiados de sánscrto - «sanscrtiados» de los reyes re
ejan dichas retensiones uniersales: Wisnum uti («que encaa a V isn ú» ) Sakalabuw a
namandalaswaranindita («el señor ie rochable de to do el círculo de la tiea») Dewasin

ga («diosleón»)
tiea») WisnuwardSareswara («el señor
ana (« men tandodea Visnú»
todo») )Sang Amurwabumi
Nasaringa («hombr(«quien gobiea
eleón» la de
un nombre
Visnú ) Bum i Nata («señortie a»)  Cakaranegara («rueda del Estad o» ) Suryadira ja ( «rey
sol sure mo») y así su cesia mente casi sin fnal (éase Go nda 1 73 ágs 33 1 33 7; he
adatado los nombres a la transcrición indonesia). Los primeros reyes de Bali de los que
se conoce el nombre s decir de mediados del siglo x- tienen nombres acabados en
varmadeva, aroximadamente «dios armado» (éase Coeds 1968 ág. 169) e incluso
en el siglo XIX, desués de tanto «hundim iento de es tatus» el rey de Klu ngkung era cono 
cid o como Dewa Agung «gr an dio s» el de Gianyar como Dewa Manggis «di os dul -
ce» y así suces iament e Para una af mación odero sa en el s iglo XV de la conceción
de rey di in o y gobeante del mu ndo en Java onde el rey ll amado dewa pbhü («dios
monarca») es exlícitamente designado como una materialiación de Sia (bhafa giri
nntha saa), éaseCanto 1 del Negakertaga en Pigeaud 1 9601 963 v ol !  ág 3 ;

ol 3Quizás
ágs és
34.te sea también el momento a ra reca lcar que or ra ones obias  en est e li 
br sólo se han introducido materiales comarativo ocasionalmente cuando arecí deman
BALI Y LA TEORÍA POLTICA 35

darlo l a necesidad; tampo co s e ha intentado un sondeo sistemático de otra s polities del sureste
asiátic o Estudios sobre tales poliies incluyen Lea ch,  954; Tambiah  976; Vella,  957; Qua-
ritchWales,  934; R abibhadana,  960; Briggs, 1 95  ; Masp ero,  928; W oodside,  97  ;
Gullick,  958; Reid y Castl es,  975; Lom bard,  967; S iddi que ,  977; Sc hri eke ,  957; Pi-
geaud,  960  963; Ro uaer,  93  ; Mrtono,  968; Ri cklefs,  974; Andaya,  975; Ke r,
 972 ; Hal l y Whitmor e,  976 Están en pre paración estudios impoante s de Michael Aung
Thwin sobr e B irmania y de She lly Errington , Jan Wiss eman y Anthon y Day sobre Indonesia
6 La caracter ización de las r elaciones de los reyes indios y los brahmines que aquí se
oece y, de hecho, toda la l ínea de pensami ento desaollada al respect se deriva de l
trabajo seminal de Dumon t ( l 970a, pá gs 7279,  68  70; l 970c; l 970d; compárese con
Hocart,  936, y Dumé zil ,  948) Dumont es cribe como sigue:

Com o vivimos en una siedad igualitaria, tendemos a concebir la j erquía como una
escala de poderes de mando omo en el ejércit, en lug de como una gradación de
estatus. Uno puede señalar en passant que la combinación de estos dos asctos pece ha-
ber sido cual quier cosa menos cil en un cieo número de sociedades, dado qu hay mu-
chos ejemp los de soberanos cuya em inente dignida d se aparejaba con l a iosidad  El caso
indio es uno en que estos dos asctos se mantienen absolumente sepado s .
En el caso indio] el rey depende del sacerdote para sus nciones religiosas, no
puede ser su propio sacricador o sacric ante, en vez de eso, «pone en ente» suyo un
sacerdote ( . . . ) y entonces, pierde l a preeminencia jerá rquica en vor de los sacerdotes,
reteniendo únicamente el poder .
A tra vés de esta disociación, s e ha secularizado la nción del re y en l a India Des-
de este punto, se ha prod ucido una difer enciació n, la separación en el i nterior del un i-
verso religioso de una esra o reino opuesto a lo religioso, correspondiendo aproxi-
madamente a lo que llamamos político En tanto que opuesto al reino de las normas y
de los valores, es el reino de la uerza. Opuesto al dharma o orden universal del brah-
man, es el reino del interés, de la venta ja, el arha (Dumont, l 960d, págs 6768 ; la cur-
siva es del autor; sobre el dharma y el artha en l a India, véase Dumont, l 960c )

Para un coment ario sobre la rma bastante distinta en que se c oncibe «el reino del in-
terés o de la ventaja » (al lí l lamado pamrih, «bjetivo», «diseño», «propósito oculto», más
bien que artha, que allí só lo s ignica « riqueza », «propiedad») , respcto al papel real e n Java
(distintos principalmente en su equilibrio interior, luego en su sacralidad, luego en su po-
der), véase Anderson, 972. Sobre dharma y realeza en Bal i, véase Worsley,  97, pág. 7 
De nuevo resul ta dis cutibl e zanjar la ca us a de es te marcado contraste e ntre los conce p-
tos indio e indonesio sobre cómo se relacionan las nciones imperial y sacerdotal. Se po-
dría deber al hecho de que la principal «difusión» de ideas e instituciones índicas a Indo-
nesia tuviera lugar antes de que el hinduismo de casta brahmínica hubiera cristalizado
completamente en la India; también se podría deber al desaollo históricamente separado
de dos civilizaciones después de esta disión. Mis nociones sobre el cambio social me
llevan a colocar más peso en el segun do de los ctores, per o se ha real izado muy poc o de
trabajo necesario para poder decidir o al menos modular en grado la influencia relativa de
ambos tipos de proceso. Algunas especulaciones interesantes, aunque desigualmente per-
suasivas sobre el pap el del bra hmín y de l brahmi nis mo en la « llegada de la civil ización
india» a Indonesia (« el curso de los acontecimientos se reduce u ndamen talmente a la ll a-
mada a ndones ia de sacerd otes brahman [  .] El sacerdocio indio ue llamado desde el este
.

.  ] por
Leur, el in, págs
 955 terés dinástic
96  04oPara
en lalalegit imncia
evide aciónque
sagrada,
apoyamág ica» )nsedepueden
la opinió que la encontrar
rea leza diven
inaVan
se
desarolló sobre todo en ndonesia paado ya el contacto intenso con la India, véase Van
26 NEGARA

Naerssen, 1 976 Sobre la evoluci ón del b rahmin ismo en la India y su absor ción de los valo
res de «r enuncia» del budismo y del jai nis mo, véase Dumont, l 970a, págs 146151
7  a cita es de Dumo nt ( l 970d), donde des arroll a la d ist inción entre tipos de realeza
oriental
La supecie ndica de las instituciones polticas balinesas ha inhibido rerencias
comparativa s l ocali zadas hacia el este (y, q uizás hacia el norte), hacia el Pacfco en l ugar
de hacia el oeste, hacia lo que los holandeses han llamado de rma reveladora Voorndi
Una i nvestigación semejante aojara mucha luz sobre las conc epciones básica s de rango y
autoridad que animaban a organización poltica balinesa; y aunque aqu no haya sido evo-
cada explcitament e, u n conocimiento general d e la naturaleza de dichos s istemas ha i nui 
do feemente en mi s rmulaci ones Paa un repaso de la s as políticas pol inesi as véa-
e Goldman, 1 970; sobr e el emperador japonés, véase Jansen, 1 977
 del t: a palabra latina regalia es ut ili zada en ingl és tanto p a ind ic una serie de
privilegios reales s decir, derechos y similares disposiciones no objetos materiales pr
piamente dichos como paa desi gnar las «i ns ignias reales» s decir, o bjeos mateales
cargados de s imbol is m  En el texto, el autor se reere rep etidamente al segundo sentido
lo que ha provocado diversas t raducciones, un poco en nción  el contexto aunque bascu
lado sobre la expresi ón «in signias reales » No se ha empleado el término castell ano «regala»
on el mi smo srcen etimo lóg icpor cecer de este segundo tipo de sign icados 
8 a ci ta ue refleja un poco la presunc ión occidental do minante por la cual ll amar
a algo ad oo, oam ento supo ne decir que es pu ro oropel es de Worsley ( 1 975 pág 1 1 1 )
Para la sección releva nte incluyendo el pasaj e de la «primera de las joyas» del texto d e
la crónica (la Babad Bule leng), véase Worsle y  972 pá gs 1 52 1 57  Lo s com enta rios
de Worsley so bre la relación en tre rey y sa cerdote ( 1 972 págs 5, 1 4 4243 4647, 5 1  52
73 , 77  8 1 ) cuadr con os mejos comentarios sobre la cuest ión Pa oros comenrios véan
se Friederich, 1 959, págs 1 05 1 07; Ko , 1 932 p ágs 1 40 y sigs 369 y sigs ;  960, pág 1 50;
Swllengrebel, 1960, págs 6465; Covaubias 1956, pág 55; véase también pág 60 del pre-
sente texto El elente era un presene del rey de Solo la más ejemplar de las cortes java-
nesas en el siglo XIX (véase Worsley 1972, pág 29) La idenicación del sacerdote con la
orquesta gamelan del rey l rey también se identi caba con ell a era a través de los so-
nidos que producan los instrumentos mayoritariamente metalónos ( [N del t. ] especie
de xi lónos metálico s) de uno u otro tip , es decir, a trav és de los ectos ps icol ógicos de
estos sonidos (causaba n «angustia» en os corazones de las gentes malvadas) más que a tr a-
vés de su naturaleza sica (véa se Worsley 1 972, pág 3 1 ) La habi lidad en la rja de amas

sagradas no eraSinuna
sido coiente capacidad
embargo s seuniversal
esperabadeque
loslos
sacerdotes deeran
sacerdotes la corte, aunque parece
competentes en el haber
co
nocim iento numerológico de la adivinación, mediant e el compl ejo esquema del calendio
balinés (véase C Geertz, l 973h; compárese con Worsley 1 972, pág 8 1 , donde el sacerdo 
te determina un da para la guea) os dependientes no eran kawula, «súbditos» (véase
pág 93), sino sisia, «discpulo s» (véase p ág 6  ) os sacerd otes no tenan kawula, y nin-
gún brahmana (salvo m itológicamente en los primer os reye s de Majapahit, anes del decl i-
ve a la condición de satrias) paece haber tenido jamás poder político por s mi smo en Ba li ;
desde luego ninguno lo tuvo dur ante el si gl o XIX. Para los fundamentos conceptuales de la
identicación y-lingga / (ks)sacerdo te véase pá g 1 84 y cap tulo 4 nota 1 8 Worsl ey
(  975, pá g 1 1 1 ) tam bién señala que al relación r eysacerdote en el Balad Buleleng no era
un vínculo individual, sino «entre clanes» s decir dadia y consiguientemente, una
frma d e «c lienteli smo» tal como ha sido consi derada ant eriorment e ( «Su acuerdo inclu a

amios hijos
smos a yptir
los nie
deltos », di sco ue
ejempl el exto,
de sus «de tal man
antepasados», en era que conti
W orsley nuaran
1 975 págs.modelándose a se
1 55  1 57 ) Qu
semejantes relacion es eran verdad eramente duraderas se puee com probar por el h echo de
BALI Y LA TEORA POLÍTICA 237

qu e Ja «asa» d el sacerdot e de Ja cort e de Tabanan Gri ya Pas ekan era la misma alre
dedor de 1 847 (véase Frederi ch, 1 959, pág. 1 07) que ho y en día. Por Jo que res pecta a Jos
títulos, el del rey era Ki Gusti Ngurah Panji Sakti; el del sacerdote, Sri Bagawanta Sakti
Ngurah (vé ase Worsley, 1 972, págs. 1 54 1 56; para «Ngu rah», véas e más adel ante con clu-
sión, nota 16). Como se ha señalado anteriormente (pág. 61), los términos para el sacer-
dote de Ja corte eran purohita, «el hombre puesto al fente» (véa se Dumont , 1 970d,
pág. 54); bagawanta, «Un hombre v enerable, santo» (vé ase Gonda, 1 973, pág 42 1 ); y guru
loka, «maestro del mundo» (véase Friederich, 1959, pág. 106). Finalmente, se debe hacer
notar que podía h aber, y a menudo había, más de uno de tales sacerdote s cotesanos en una
corte dteminada.
Se debe recordar que todas las rerencias del texto son a sacerdotes brahmana pa-
danda), aunque existen otros tipos de sacerdotes en Bali, notablemente Jos ociantes del
templo no brahmanas llamados pemangku (véase capítulo 3, nota 22). Para un inr-
me, véase Hookyaas, 1 973a, pá gs. 1 1   8; com párese con Ho okyaas, 1 960 y  964b. Ade
más, conviene recordar que, de Ja misma manera que sólo una minoría de los sacerdotes
brahmana son bagawanta, aí sólo una mi noría de Jos brahma na son sacerd otes; Hookyaas
(  964a, pág. 9) estima su número actual e n «sólo unos pocos cientos», una cia con segu-
ridad muy a Ja baja respecto al siglo x1x; los sacerdotes necesi taban el permis o del ey para
ser consagraos, y sus esposas ue, como sus mados, transcendían las direncias de
género, según a consider ación de Jos bal ineses les servía n como coa dju toras, sucedié n-
doles a veces en el papel de sacerdote [sacerdo tisas ] propiamente dicho. La actividad ritual
cenral de Jos padanda es prepar agua bendita, tirta un ele mento clav e en todas las cere-
monias importantes (véase ca pítulo 4, not a 1 8) . Para los ritos (maveda) que implicaban
«puric[arse] y vaci[arse] a sí mismo para oecer una morada al Dios del Sol [es decir,
Siva] » (véase Ho okyaas, 1 973a , pág. 1 4), a tra vés de una serie de fórmulas o encantamien-
tos (mantra) y gestos (mudra) sagrados, inc luyendo el control de Ja respi ración, Ja concen-
tración mental y demás, véase Covabias, 1956, págs. 300304. Compárese con Ko,
 960; Hookyaas,  966;  973b; G oudriaan y Hookyaas, 1 97 1 ; Gonda, 1 975.
Finalment e, hay en Ba li , y siempr e ha habido, una peq ueña minorí a de padanda budis-
tas n tanto que opuestos a Jos brahmana o sivaítas, que a veces han represenado al-
gún papel en las cer emonias de l a co e. Véase Hook yaas,  973b ; Van Eerde m 1 9  O; Regeg,
s f. ( d) . Para un breve y buen resumen histórco de las relaciones entre budismo y sivaísmo
en a Indonesia índica, vé ase Gonda,  975 (para Bali en pa ticula , págs. 4042).
9. Para las dive rsas tr aducciones d e Ja palab ra dharma, véase Gonda ( 1 973, págs.  27,
1 57, 304, 4 1 0, 53 7), qu e cali ca el té rmino de «i ntratable».
El papel de sacerdo te brahmana en la admi ni stración de ju sti cia del negara, una cuestión
de ciea impoancia, está insucientemente clicado. Paa un resumen de Jo po que se
encuenra en Ja l iteratura, véase Ko , 1 932 , págs. 37037 5, así como las re rencias que all í
se oec en, aunque Ja amación de que Jos brahmanas er an ins igni cantes en el sistema ju-
dic ial de Ta banan (pá g. 37 4) es incoecto; com párese , con preca ución, co n Fraser, 1 9 1 0.
En gran pat e, Ja osc urdad y Ja con si ón resul tante derivan del hecho de que, una vez
más, e l si stema reposa ba sobre un si stema de desig nacio nes de rang o e halus a kasar, de
«elegante» a «grosero, vulgar» y no en una pirámide de cargos ncional es, es decir, en
una jerarquía y no en una buroc racia. De estas desi gnaciones ue, como si empre, vara-
ban algo de lugar a Jugar, y se aplicaban flexiblemente, las cuatro más impoantes eran:
kerta, jaksa, kanca y jejeneng. Kerta que deriva del lexema sánscrito para «buen orden»,
«tranquil idd», «segu ridad » (véa e Gonda, 1 973, págs. 228, 5 1 5) signicaba, tal como

Gondadehaantiguos
pree especicado
textos, cuidadosamente
cons ultado po r(vloséase Gonda,y sus
príncipes 973jueces»
, pág. 280), «consejero
. Jaksa e intér
que deriva de
una raíz que signic a «superinte ndente» (véase Gonda,  973, pág. 3 87)  ha sido traduci
38 NEGARA

do diversamente como «juez» «scal» «abogado» «uncionario judicial» o «escribiente


de la corte» con una inestabilidad de puntería semántica que indica que las categorizacio
nes occidentales no encajan bien la mejor traducción posible es algo convenientemente
vago ta l como «per sona impl icada e n la dirección de audienc ias jud iciales ». Esencialm en
te kana que en este context o signica «asistente» «ayudant e» «portavoz» generalmen te
signica «amigo»  coloquialmene «esposa») n o es más que un tér mino kasar porjaka, como
jaksa lo e por kerta; y habiual mente designa algún tipo de de nsor alguaci l o encargado
del registro F ina lmene  de la raíz «estar de pie»  «es tar erguido erecto» com
pleta la serie y se aplicaba sobre todo a guras ( ecuentemente parekan) encgadas de de-
tener a los onsores ir a buscarlos llevarlos al tribunal (kertagsa rajajasa, pejaksan),
sacarlos pa ra el cast igo etc. Como dalem, puri, je gdé, je, um ah y pekangan, o como
cakorda, patih, punggawa, perbekel, kawula y parekan, los érminos representaban un do-
minio s ocial  «di spen sar j usticia ») como un sistema espi ritual de desiguald ades no como
un s istema de t areas y responsabi li dades .
Los bramana y muy ariculamente los sacerdotes brahmana operaban nauralmen-
te en lo s niveles más altos del si stema más halus-, sobre odo como kerta, «consejeros
e intérprete s de antigu os exos» (sobre los textos realmente con sul tados véanse Fed erich 
1 959, pá gs. 2930; Fra ser 1 9 1 0, ágs. 9 1 ; Gonda 1 973 , pág. 279; pa ra un excel ente repa-
so general de los «exos de leyes dervados de la India» en el sureste asiático incluyendo
alguna descripción de su contenido véase Hooker 1978, para Indonesia págs. 210215;
compárese con Le kkerkerker 1  1 8) . E n Taban an dichos kerta brahmana no se exraía n de
la casa del Bagawana  que no par ece haber servido jamás en al posic ió n s ino de ora
Griya Jaksa (véase mapa 2 ) Buena pate del resto del personal de l a alta co e se extraí a de
las casas sudras «secretarias» Dangin Peken para Puri Gdé y Malgankin paa Puri Kal
ran véanse mapas 2 y 3, así como p ág. 1 26 y capítulo 3, noa 48), aunque unos pocos pr o-
cedían de casas locales triwangsa no relacionadas con l a línea re al . Los tribunales se reu 
nían habitualmente en un pabellón cubieto erigido al lado del gong rajado en la pte
delantera del puri (véanse n' " 5 y 2 1 en gura 1 1 ; para u na to graa de dicho pa bellón
combinado ta l com o ocuía ecue ntemene en puri más pequeños con el «asiento pú-
blico del re y» nº 9 en gura 1 1 , véas e Moojen 1 926, plancha 40) A vece s si n embago
se celebraban en el patio abieto del puri (nº 1 7 en gura 1 1 )
Tampoco está del todo cl o qué casos se llevaban ane el nega y qué casos eran mane
jados r las instituciones judi ciales del desa l consejo del baar, el consejo de la subak
aunque la vasta mayora de ellos anto civiles como criminales se debían disner localmen
te. Los crímenes imputados a punggawa o perbekel se juzgaban siemp re en el ibunal del rey
o del rey «segundón» en el caso de brahmanas sólo en el del rey supremo. Cuando era posi-
bl las disputas en te puri o je r también se ad ju dicaban a dicha i nsancia. De hecho todas las
casas punggawa tenían tibunales ro únicamente el del rey y el del rey «segundón» paecen
haber sido de verdadera impoancia en ocasiones de todas maneras hombres condenados
huían de la ju isdicci ón de un señor a la de otro algo que podía desemboca en dis putas ene
je r. Lo crímenes mayores cometidos por aldeanos se solían juzga localmente y el culpable
era enviado a los señores paa que se le administrara el castigo. Pero muchos de los casos del
nivel del negara al menos j uzgando p or lo que yo mismo  i capaz de recog er de la me-
mora de mis inrmante s paecen haber sido de tipo político rebelión sedición conspi 
ración onsas reridas al estatus y la s poluci ones consecuentes  maimonio s incom pa-
tibles entre castas prf anaciones rtuales perversiones sexuales o querellas de propie dad
ente los triwanga disputas de herencia reclamaciones de deudas robos.
nega
fles El procedimiento
1 830, deccxxviccxxvi
v ol . 2, págs. los tribunales idel véa
Gon da 1 973 pánse
gs K28o 1 932,
1 289) espá gs 37 540
t odavía 1 ; Raf
más dicil
de reconstr uir princi palmente porque en re ali dad pare ce habe r sid o diso: un toen te de
BALI Y LA TEORÍ A P L Í TICA 239

amacion es de acusación y defena, juament os y odaías, mu ltas y consc aciones, toma


de testimonios, todo soltado delante de una asamblea de «jueces», eunidos colegiadamente
a veces, cuando súbditos de di stinto señoes estaban involucad os, jueces de disti ntos tibu 
nales pesidían ju ntos; los perbekel solían actua como «poavoces» jaksa I kanca de «»
kawula, o que en acciones civi le s podía con ducios a «epesenta» a lo s dos lado El úni
co aspecto jo del poceso ea que todos los veedictos ean emi tidos po o s señoes de c uyo
tibunal se tataba y que su decisión ea denitiva, independientemente de lo que pudiean
habe aconsejad o los divesos kera, jaksa, kanca y demás En casos ciminales , los castigos
seguían un gadiente d e acuedo con la cata de los cul pables más du os cuanto más alta
ea la casta y cla si cados en o den de fecuenci a descendiente en mu tas a tavés de la
educción a estatus de parekan vaios tipos de castig os copoa les xposi ció n al s ol , o-
tua de las pie as, extacción de los ojos, exil io a Nusa Penid a o Lombok, y muete; esta
última pena se solía administa a cuch illando al eo en el cementei o, aunque cietos cimi
nales involucados en címenes de polución (apahkrama) bestialismo, matimonios con
tacasta con mujees bahmana, po ejempl ean ahogados en el océano (véanse C. J
Gade, s f, pág  2 en el pesente texto, con clu sión, nota  6) Los textos de pocedencia in -
dia no ean la única base de las decisiones en os tibunales del nega: los edictos eaes,
paswa también ean una ente i mpoante de deecho (v éanse Fase,  9  0 pág  2 1 3
Lieinck,  9  5  Ut echt,  962 p ágs  28 y sigs ) En ealida d, incluso lo s textos índic os po-
ducían el ecto de coloca al  ey, y no al sacedote, «en el cento del mun do legal» 

Tales text os e convitieon en un ndamento má s inmediato pa a la ju ticaci ón


del pode  egio que en el caso de la India (   ) La abumado a impesión que tansmiten
dicho s tex tos es que (   ) su pinc ipal caacteísti ca es la peocupación po el pode  eal
y po su adquisición (    ) El pode se concen ta en el cento, en el gobeante y la 
ma ideal del pode tempoal es un impeio mundial en el cual todas las entidades se
combinan en un to do cohee nte (Hooke,  978 ).

 O. La cita es una combinaci ón manipulada de agm entos de Wosley (  972 págs 5  


42) la «elación ideal», de la que aquella ente el acedote y e ey no pasaba de se una
imagen especu la, ea, natu almente, la exi stente ente Dios y e l ey El texto elev ante dice
así (págs   54  55):

El afecto de Padand a Sakti Nguah  e l ey] ea t gande poque ecod aba e pa-
sado, cuando había estado en la isla de Java, y no había habido nadie más con quien dis-
uta de una amist ad íntima Aí que hubo un entendimiento íntimo ente los dos en [el Gi-
ya de Romsana, d e tal mane a que, en continua amistad, c uidon e un o del ot, en la
buena y en la ma la una, y juntos supeo n sus d icultades; la buena  tuna de uno ea
la buena una de todos; la desgacia de un o ea la degacia de todos, de tal manea que
se compoaban como si ean heanos y ean así un ejemplo paa todo el mundo

   Sobe druwé o dué, de la aíz sánscita para «popiedad», «objeto de valo», «i
que za», «bi en», v éanse Gonda, 1 973 p ágs 89  2   29 47   Kon,  932 p ágs   2 22 7
229 30   304 564 569. El uso más co iente de druwé, especia mente en l a fase druwé da-
lem se eía a las l lama das tieas ecatu a las que se asociaban cietas obigaciones ha-
cia a co te (véas e capítulo 3 nota 6) y los «ye os» s deci , tieas no cul tivadas
(véase Liefick,  886  887 ). Peo e témino se utilizaba paa la eación del ey con el

agua
ales de iego,como
tales los mecados
lagos y ymon
los einos
tañacome cia les , 
o cultuales y súbd
taesitos,
comoasí o
como eementos
questas, natu- o
máscaas
templos  ndependientm ente de cualquie  enci a a ey , se util izaba pa a desi gna la
240 NEGARA

propiedad colectiva de la aldea, la sociedad de regantes o del pueblo de costumbre la «o-
muni dad consuetudinaria», así como las tieas de jadas apae para sostener a los templos
y, claro está, la propiedad privada individual como tal (a menudo, recuiendo a la variante
«vu lgar» de l vocablo, ge/ah).
1 2. El ejempl o más fm oso de la visi ón dom inia l, aunqu e se reera a Java, es d e Raf-
es «El derecho de propiedad sobre el suelo en Java revierte universalmente en el gobier-
no (... ) [y] son desconocidos aquellos derechos individuales a la propiedad que son creados
por la ley y protegidos por el gob ieo» ( 1 830, vol. 1 , pág. 1 37 ; compárese con p ág. 1 39).
Un bue n ejemplo de un a interp retación inversa es ésta de Lief rck: «Los derecho s de los in-
div idu os ( ... ) estaban tan fer temente desa oll ados que la situación es apenas dis tinguib le
de una gobea da por las idea s de la ley de prop iedad euroa» (ci tado en , 1 932 , pág.
542, siendo mi inglés una traducción más bien libre de parte de una oración imposiblemen-
te holandesa: «Der rec hten der individuen hebben zich zóó sterk g eprononceerd dat ( . . . ) zij
evenwel in den grond der zaak slechts weinig zijn onderscheiden van de eigendomsrechten
volgens Europeesche begrippen» ). Para «los dioses poseen todo», véase Goris ,  060a; para
«el pueblo », véase Van der Heijden, 1 924 1 925 . Para diversos aspec tos del deb ate sob re la
«posesión», véanse Ko, 1932, págs. 53069; Happé, 99; Lieinck, 1877; Van Stein
Callenls, 1 9471 948. Las vi siones distint as y el deb ate mism o era como el d e «pueblo re-
pública» versus «despotism o oriental» (véase pág 75), en buena medida un reejo de en-
ques d irent es de cómo debe ría ser la política colonial («di recta» versus «indirecta» o «li-
beral» versus «conservadora»; véase Fuivall, 1944 y 948).
Se debe ins istir (porque hay quie n continu ará pensan do de otr o modo) que nada de l o
que se ha dicho n i de o que s igue sign ica que se deenda que no existiese apropiación su-
cientemente bsca a menud o que el poder político, incluso la fuerza, no representa-
ran ningún papel en dicho proceso. Vist a la cuestió n así, en esta a, a úl tima palabra a
tiene probablemente el proverbio javanés: «Durante el día, todo lo que tenemos pertenece
al rey; durante a noche, todo lo que tenemos peenece a los ladrones».
3.  del t. : Adjetivo derivado ad hoc del nombre de Jo hn Locke, cél ebre lóso i n-
glés del siglo xv11.
14 . Sobre recursos en tie as, véans e págs . 97 y sig s. y capítulo 3, notas , 65 y 66 ;
sobre recursos hidrá ul icos, agua, véanse págs .  00 y si gs. y capítulo 3, notas 76 y si gs. No
se ha dich o gran cos a sobre os aspectos de la propiedad doméstica, del hogar, de la propie-
dad miliar, ya que, aunque su importancia genérica es evidente, su relevancia respecto a
a organizac ión del Estad o era margi na l; véase Geertz y Geertz,  97 5. Sobre el término más
coiente en Bali para designar la posesión en el sentido d e «u suucto», bukti, véase Gon-
da, 1973, pág. 282.
1 5 . Sobre el «espa cio sag rado» a un nivel local, vé ase pág. 8 1 y capítulo 3, nota 20 .
Para la fó rmula «la tiea con todo  o que sobre ella crece .. . », véanse capítulo 3, nota 2 1 .
1 6. La palabra ngurah (que, c omo Hookyaas ha apuntado, se traduj o demasiado sur -
cialmente como «puro» en Geertz y Geertz, 1 975 , pág.  29) se reere a menudo a una deidad
cuya nción es «p roteger el suelo» (véase G rader, 1 939; l 960b; Swellengrel,  960; Gors,
1 938 ). A plicada a un señ or, indica s us pales de «guar dián» , «protector>> del reino (materal)
como Nguh Gumi (Gumi, «tiea», «mundo»), o más corrientemente, Ngurah Adat. Pa
nguh como « algo que da sombra o regio alindongan), un parasol ayong) y a bóveda
celeste (.. . ) Los pr íncipes ( . . ) casi todos llevaban este título; protegían la tiea y e daban som 
bra», véase Friederch, 1 959 , pág.  23 , nota 86; dich o autor también dice que es una marca de
la «Taza wesyan », ro eo es incoecto. U n ejem plo eluente de la imagen de parque m-
nipresente en las representaciones balinesas del medio humano, así como de su supuesto mo-
delo a imitar , el medio divino o «cielo» se puede encontr de nuevo en el Negarakeaga-
m de Majapahit: «Las tieas cultivadas, hecha lices y calmas / del ascto de parques
BAL  Y LA TEORIA PO L fT C A 24

(uyna), enonces, esá n los bosques y las monañas, todos ellos hollados por É l [el rey sin
[que na die ... ?] senir  siedad» (Pig eaud, l 960 1 963, vol l  pág 4, vol 3, pág. 21 ).
Para un comenario excelen e sobre el papel de re y como «guadián» riual de l reino en
relación con los desasres naurales ena, epidemias, plagas sobre las cosechas, terre-
moos, eupciones volcánicas, inundaciones, huracanes, ec., véase C J. Grader, sf Los
maeria les del es udio de Grader ue eon recogidos por V E. Ko, pero que rmane-
cieron sin p ubl icar ras su muee  se ocupan del papel de los señores en unas curiosas cr e-
maciones burlescas de raones (abnan bikul), que se celebraban ara poner n a dichos de
sases o aa evenirlos (la úlima de esas exrañas ceremonias egisrada en el maeria de
Ko daa de l 93 7, peo he oío dec ir que hubo oras después de las masacres de 1 965 , qu
habían sido peced idas a su vez po un a gran epción volcánic a). Se cons idera que las cau-
sas úlimas de dichas caásos residían en la exensión de «acciones incoecas» (apah-
krama) que conaminaban el reino relaciones sexuales enre miembros de casas que no
ebían manenerlas, besialismo, inceso, la realización de nciones saceroales por rs
nas de casas inaecuadas, mienas que las causas inmediaas serían las acciones de los
espírius de aquellos mueos que no hab ían sido in cineados ita, ouesos a los pita,
mueos «libeaos» mediane la cemación (véase capíulo 4 noa 41 ). Los espíus in-
capaces de ascender a los cielos y unir se a los dioses , meodeaban por los aseni mienos hu-
manos y acosaban a los viv os. Las abnan bikul remedaban las «veaderas» incineaciones
reales «con el máximo dealle posible» al como expresa el Jamatata, el manuscrio en
hoja de alma done se re cogen las i nsccion es necesarias para su realización. Había dos
cadávees d e raones uno de el los preenemene albi n, vesidos como e l rey y la rei-
na, y denominado s «Jero Gilin g», «Señor Remolineane , que gira, desorie nado» Se coloc a-
ban en oes cemaoas (de es ejados) y un gan número de cadáveres de raones acom-
añanes (o simplemene sus colas o pieles) eran colocados en oes más pequeñas. Todos
eran quemaos en los aecuados féreos con ma aimal, y se llevaba a cabo la habiual
pocesión masiva con los sacedoes brahmana represenando sus papeles habiuales; am
bién se realizaba la see habiual de posceremonias, los homenajes llevándose las manos
a la ene, y demás (véase pág. 1 97) . Todo el acone cim ieno era llevado a cabo bajo la
égia del ey y a su cos a, a avés de los medio s habiuale s de movil ización de rquez a; el rey
ea esi mon io del eveno esde el Balai Tegeh, el «Asieno Público del Rey» enente del pa-
lacio ( gura l l ) y su presencia e a esencial  La li beación de las almas de los raones c orre-
gía el esaus oluo el negara adat ane bumi, «muno caliene», comparable al ebe/ en
el nivel del desa adat; véase capíulo 3, noa 1 9) al mismo iempo que a placaba a los muer-
os no li berados Así pues, era consideado como una responsabi liad prnc ipal del ey, en su
calidad de nguh, juno con los más desacados punggawa y los padanda puneros Aunque
probablemene se rcurría al abnan bikul paa responder a las plagas de roedores l con-
exto en que se podran haber srcinad con más ecuenci a que en cual quie oro caso, en
el siglo XX, se podían emplear , y así se hacía, en respuesa a cualquier ipo de cal amidad que
abacase el ámbio del nega l caso más compleo epo ado por Ko es el de un terre
mo , e in cluso como respuesa a una mera amenaza de ca ásrofe, seña lada por malo s au-
gurios ales como el nacimiento de rillizos, o nacimienos monsosos de humanos o ani-
males. El rey, como líder del nega adat, diri gía oros iuales explíciamene dedicados a la
pucaci ón del reino, generalmene en el Pura Pena aran (véase más adelane en esa mis ma
noa y C. J. Grader, s .f., págs. 1 7, 25 , 43, donde ambi én se seña lan algun os de alcanc e pan-
balinés celeb rados en Besakih, págs. 46, 48, 49, 5 l ; rese co a estos úlimos, véase ambién,
en la prese ne oba, pá g. 64 y capíu lo 2, noas 2 1 y 22). Mienra s se mantenía el esado de
(linggih)
polución,eslos
asion dioses noelodían
adecuadas; descende
propósio a sus
del ritual «asienos»por ano, pengentig
se concebía, en los emlos,
linggih, en las
«hacer
seguros los asienos», y, consiguientemen te, la jeraquía (véa se pág 2 1 9) .
242 NEGARA

Para una teoía especulativa (y, a mi paece, implausible), según la cual la ceta de
«guadianes de la tiea » de los señoes «h indojavaneses» seía una  eli qui a de la «invasión
de Majapahit», en la cual desplazon a la anteio y autóctona clase gobenante balinesa
que haba endid o culto a la tiea, véase Kon,  932 pág 1 53 ; comp áese con Fied eich,
1959, págs 142-43. La expesión drwé ja (o drwé dalem) se util izaba en entido es
tricto paa designa  las tieas poseí das por el seño como tales (véase Ko, 1 932, págs 229,
30 1 , 564, 659), peo se aplicab a con la m isma ecuencia paa designa su ela ción espiitual
con el eino como un todo; y si alguno de es tos usos es «metaico», seá el pmeo, no el
último (véase conclusión, no ta 1  ). Paa el papel del ey en las Abetuas del Agua, véase
pág  1 2 y capítulo 3, nota 98; pa a los templ os estatale s en genea l, véase pág. 64
De la mi sm a ma que había un templ o de pueblo, el Pua Balai Agung, dedicado a ce
leba el desa adat (véase p ág 8 1 y capít ulo 3 , nota 22), así también ha bía un templo pa
tocnado po el seño a nivel estatal, el Pua Panataran, dedicado a celeba el nega adat
(«En el p penatan se conmemoaba, se mantenía y se confmaba po medios eligio
sos la unidad vida del eino  .   ) El p penatan eal sevía paa la veneación del señor
del suelo y, al mismo tiempo, paa las  euni ones elig iosas del Estado    », Gois, l 960a)
Debido a la pes encia en su inteio r de un lingga de pieda que conmemoraba a los ances
tos del seño, Gois cont empla el Pura P anataan como «contenie ndo a la vez en su inteo
lo que, al nivel del pueblo, epesentan el pu pseh y el pra bale agng». Peo junt o
con el Pura Balai Agung, el «Templo del Gan Consejo»  el Pua Panataran  el «Templo
de la Cabeza del Estado», es todavía uno de los santuaos menos completamente entendi
dos de B al i, sobre todo porq ue tampoco se entienden bien las concepciones asociadas de
desa adat y nega adat en la ansiedad po separa elementos «hindojavaneses» y elemen
tos «indígenas» en la cultua balinesa
1 7 . En téinos económic os, las ceemonias de la coe ean ampli amente sistemas d e in
tebio edistibutivo, en el sentido de Polanyi (véase Polanyi y otos, 1 957 ), porque los bie
nes movi lizado s, bie n ean consumidos sob el teno  el conjunto de los celebantes, bien
dicho s celebantes se los llevab a casa lo que se da ba en una porción apeciable Na
turalmente, no exist en desciones eales de este ascto, o, a juzgar po las práctias e 
cientes y, más importante,  las opinio nes de antiguos picipantes en ceemonias, podemos
contempla que el excedente económco no uía hacia palacio a tavés del sistema ceemonial ,
al menos e n cantdades signi cativas De hecho, parece se que los señoes inveían en dichas
ceemonias más de lo que obtení de ellas Las epaciones de palacios o, más espoádic
mente, la constccin de templos estatales sí hacían uso de la movilización política de bienes
y mano de oba  ese tipo de actividad no dejaba de se en buena medida una actividad ri
tual omo el empaste dental o la incineación, centa da habitualmente en la ceemonia de
dedicacin (mlaspas) La constucción y el mantenimiento de sendeos, camino y demás ea
un asunto lal, como lo eran los seicio de ego o los templos del pueblo
Esto no quiee deci que los señores no obtuviesen apoyo mateial de sus súbditos, ni
signi fca que dicha exacci ón no ese oneosa pe o quiee decir que lo conseguían pinci
palmente a tavés de los impuestos, los aendamientos a pates y los distintos aeglos e
dos a la tiea que han sido descitos anteomente (véase pág 98), y sólo maginal
mente , si en absolu to, a ta vés del sistema ceem onia l, cuya  nción ea exhibi ique za, no
apropiase de ella Para un cuadro modelo de un patrón de distibución, véase en C Geez
(  960, págs 1 1 - 1 6) la descipción del slametan javanés, especto al cual las ceemonias
descitas no ean más que versiones enomemente ma gnifc adas y elaboad as
1 8 La cita es de un manta ecogido en Goudiaa n y Hookyaas, 1 97 1 , págs  78-7 9 La

palaba
y, menostraducida
convincentemente ( [N del
po «auto» , como t ] ío-M
«Vac Void-Se también
ism o») traducibl atm
es el sánscito e comotaducido
«Vacío-Popi o»
tan e
cuenteme nte com o «alma » o « mente»  aquí ma un compuesto co n sny, «acío» (vé a-
BALI Y LA TEOR Í A POL T I CA 43

se Gon da, 1 973, pgs. 420, 1 02), como p ae a su vez de una compl eja i magen d el cuerp o
como una composici ón de deidades (Visnú en el corazón, I swara en la garganta), de las cua
les ésta e la que r esume e integra a las dems, «el Brahmn Supremo» en l a cabez a o en la
ntanela Para la imagen de «si lenc io en el centropice, conmoción en la peri riando» ,
en las cer emonias de incinera ción, véase pg 1 97; en pi ntura, vé ase Bateso n, l 972 b La
«pose rmal» es, claro est , la postu ra de lot o o padmaana ya comentada (véase capítulo
4, nota 15) Sobre la interconexión entre rango, maneras y «anonimación» individual en
Bali, véase C. Geez, l 973h Se debe insi stir nuevamente en que el nombre genérico para
una ceremonia o rtual es kaa, «[ un] trabajo» , mientras que par a una ceremonia de la cor-
te es kaa gdé, «[un] gran trabajo».
1 9 La cita del « Brahm n Su premo» es de l mantra rer enciado en la nota pr evia; la de
«indefenso, encorvado, postrado» es del Negakertagama (véase Pugeaud, 19601963,
vol. 1 pg 3, vol. 3 pg. 4 ; la rerenc ia a «el conj unto del país» remit e en esta cas o a Java
[sayawabhümi], claro est, pero, por razones que ahora se aclararn, es no tiene importan
cia ) La palabra ms co rrient e paa «trance» en Ba li, nadi, signi ca «conve rtirse», «e xistir»,
«representar como», « ser o estar po seído», «crear» (véa nse Belo, l 960b, pgs 20 1 254 ;
Van Eck, 1976 [como dadi]; Kusuma, 1 956a, cmpr ese con P igeaud, 1 960 1 963, vol. 5
pg. 04 [como dadi]).
La puesta en imagen de lo s dioses en medi tación, asociad a con parte s de l cuerp o, colo-
res, direcci ones y dems es om nipres ente en los rituales ba lineses pero alcanza un desao-
llo particuar en los ritos de la corte. La típica fó rmula (s nscrita) es bay�   abdajdep, tra-
ducida habitualmente, a lta de algo mejor, como «acciónpalabrapensamiento» (véase
Hookyaas, 1 964a, pgs 2 6 y sigs., 1 58 y sigs. , 204,  1 3, 3; G onda, 1 973, p gs 1 02. 384,
5 1 8) . Para el pap el de la rmula en el teatro de sombra s balinés , tod o un tema en sí mis mo
aunque en absoluto desconectado del que aquí se trata, véase Hookyaas, l 973c, pgs 19,
9, 3 1 , 33, 3 6, 57, 9 9, 1 25) Bay ue signica srcinalmente «viento» o «aliento», y en
baliné s hablado «uerza», sica o genérica se reere a lo qu e e J mediador debe «hacer»
hacer gestos mud, traer oendas, controla r l a respiración. Sbda -s uara en balinés
hablad o; sign ica srcinament e «sonido», «ton o», «OZ», «habla » y «nombre», así como
«palabra» se reere a lo que el mediador deb e «dec ir» plegari as, canc ione s, manras.
E i, el ms dií ci l y el m s im potante de los tr es vocablos signic a algo así com o « i -
sualizar», «endovisión», «poner en imgenes», «pintar», podríamos decir que se reere
a lo que el mediador debe «hacer venir a su mente, a su consciencia» una riqueza de sen-
sib ilidad interna que sólo se puede evocar a través de un e jempl o, un a in stucci ón ritua ba s-
tante típica rerida a la celebración del lingga de Siva como emblema de la realeza (véase
capítulo 4, nota 18).

El c ulto en rma concisa es como sig ue. Control de la respir ación prme ro. A con
tinuación puricar tus pensamientos. Pon al Dios Siva en tu entrecejo, utilizando el
mantra [omitido, intrad ucible ]. Imagina que el Dios Siva tiene cinco cabezas y car as,
tres ojos en cada una, y diez brazos; que É l est completamente engalanado con pen-
dientes, gag antil las, u n vestido estam pado, [un] oamento del cuello en rma de ser
piente, un vestido d e manuf ctura india, aros en los brazos, muñecas y tobil los ; [q ue É l]
mira benevo lente ment e, con todas s u s ara s, n o mayor es que un pulgar , d e un a apa
riencia pura, radiante, iluminando los tres mundos, mirando hacia el este A continua-
ció n, imag ina que tu persona es t sentada en un trono de loto d orado U til iza el mantra
[omitid o] . Luego, im agina que el S anto Anantabhoga [un dios serpiente rodea el tro no

con su cola,
[omitido]. que suque
Imagina cabeza,
el lotobenevente [en] apariencia,
está lreciendo Cola lassobresale Utiliza elSagradas,
Catorce Sílabas mantra a
saber: [oitidas Luego ejecuta Bahmga y Sivaa [mud en el corazón del loto,
2 NEGARA

acompñado de la recitación de atramanra en todas las direcciones de la rosa de los


vientos Luego ejecuta Brahmága y Sivanga con os dedos, seguido del astrmntr.
Luego, [eecuta Bramága y Sivanga [mientras recits] astramanra en todas ls direc
ciones de la rosa de los vientos. Luego, coloca a Dios Siva e tu loto del corazón, ha
ciendo [e amtamudr mientras tanto Pronuncia el Santo Mntra Exceion: [oiti
do; es decir, [el] Santo Mantr de las Diez Sílabas, que causa a ación en la
imaginación de Dios Suksm aSiva Es evidente ue aora el Dios S uksm Siv reside en
el loto de tu corazón. Luego, reaiza el control de l respiración antes de reaizar las si-
guientes ubicaciones [siguen una erie de instrucciones a ubic síabas sagrdas en
disti ntas paes del cuerpo mata de pelo, ntanela, cbz, lab ios, car, lengua, cu ello co-
razón, barrg, ombligo , genitles, ies  Luego, mtiene e nsamiento supremo: i ma-
gina que tu cuer es l a prenda de un hombre complet amete purcado y erfecto Con
rma a Dios, medinte un mantra de homenaje Susua el manta omitido]. Mients o
susus, une tu prpio ser con Aquel que mece e no mb de Idescrtible . (Ha,
l 9a, págs 1 70 1 7 1 ; he lterado la puntuación , que, de tod s mners, es bitra .

Éste es literlmente uno de un centenr de ejempos que se podrían dr, y dist muco
de ser el má compe jo. Pra algunos o tros, vé se Ho oky as,  966, á gs. 6 1 y sig s. , 85 y
sig s. , 90 y sig s. y 1 25 y si gs. El hecho de que Hooky as, en distints ocsiones, rduzc  el
término idep como «pensr», «imaginr», «concebir», «concentrase», «sr  ser cos
cie nte de», e incluso «creer», sí como el que en blinés bldo sigique «dseo», testi
c la dic utad dl cocepto. A l o mejor tmbié hbrí qu hcr o t q, se  os
ronombr es msc uli nos empledos aquí y e e text , ecen teet s i mgi 
os dioses como dró gios «I magina l uidd de Dios S iva y d l Dios U» (vése
Hookyas, 1 966, ág. 85 ); « Imgin que  Deidad es Mitd Sñ orSeñor  I i I Prvti»
(vés e Hooky aas, 1 966,  ág. 9 1 ; comárese con 1 964, ágs. 1 40 1 68), c omo tbié se
imgina, co está, como mujeres: U, Savsti, Durg, S. Todo esto cocta co 
imgen del hund im iento d e esttus que empiez d sde e drógio sxu,  gmelos de
sexo ouesto, a hermanos de sexo ouesto y sí sucsivmete a mdid qu e s s de dio
ses  hombres y más allá de éstos  l sexuidd i, rdicmete oizd (ése
Beom, l 970b; Mersho,  97 1 , ágs. 293 1 ; Gz y Grtz, 1 975, unqe este tem , clv 
pr la comr ensió n de a cu ltura baies, h si do i suc ietemet e eo rdo); todo lo
es exres do en e ri tul de  a cote por e c ho que  ry s com ñ bitut r
su spos a princi , roded de tod s ls espo ss mors. obre s esoss de os scr-
dotes, con un sim boli smo s im il r, véase  teriormete coclusió n, ot 8. obre ls mu
res de Si como «activciones» Suyas y, sí, copias Sys coo s esss de señor o
son del se ñor, v ése pág  85  Sobre la unicación icoográc de mscu ino y i
no en el rtual balin és, véase capítuo 4, ots 1 5 y 1 8
20 Las citas so n de Worsley (  972, págs . 46, 80), como o es l tro  del so y l lu
(pág. 45) . Las buenas descripciones de batlls bai ness son rá cticnte inexistentes
en el sentido de opuestas a los relto s de estio épico sobre ellas; si embgo,  juzgr
por lo que dice n los i nrman tes que part icipr on e algun de eas , cos istí básicmen
te en una serie de breves escaramuzas a cuchillo y lanz, retirándose l e vencid des
pués de unas pocs bjas Se puede ctar lgún aoma de los sectos cereonies de
l prácti ca de la guer a en los textos de s crónicas (por ejeplo , Worsley, 1 972, ágs 1 5 6
159, 16365, 168173, 77181, 228230, 231), en las rms de las dnzs gueeras
como las moss baris (véanse Covubias, 56, págs 226, 230232; De Zte y Spies ,

1 938 ; págs.
(véase 5664, l19
ookyaas, 653c)1 74, y plansechas
, aunque 1 322,
echan en 476), y, clr sio stemáticos
la estudios está, e n el teatro de osombrs
y nuestr conoci
miento sobre as tácticas concre tas en el campo de bata ll  es m uy esquemático, sustentá n 
BALI Y LA TEOR(A POLÍICA 245

<ose sobre odo de comenarios de pasada procedenes de uenes miliares holandesas


véase por e jempl o Arzenius  1 874; sobre los soldados bali neses en las guerras del cen ro
de Java durane el si glo XIX, véase Carey 1 979, noa 58)  Por esa razón añado aquí una ver -
sión reorganizada y ediada de una larga enrevisa con un aniguo perbekel de Tabanan so-
bre la guera al como él l a conocía.

Cu ndo había guea  e l rey [cakorda ll amaba a odo el m undo a l a baalla a rav és
de sus punggawas y sus perbekeles Todo el mundo se reunía cerca del campo de baa
lla cada uno alineado con su perbekel paiculr agrupándose los perbekeles de acuer
dos a sus punggawas . Por ejem plo odos los kawulas de Jero Subamia [ el punggawa del
inrmane] esaban junos y peleaban junos. Cada jero [es decir cada punggawa enía
un hombre ll amado pecalan uno de sus perbekeles a crgo de las ropas. La perso-
na que ocupaba al posición en el palacio real Puri Gdé era el pecalan gdé y esaba al
cargo de odas la s ropas; pero no er a un general en e l seni do de un estra ega global.
El cakorda hacía plane s generales es ablecía la esraegia globa l al menos e n eo-
ría; pero de acuerdo con la experiencia del inrmane las gurras eran an breves y
empezaban an súbiamene que nunca enían demasiado de planicación. Las princi
pal es armas e ran lanzas [ ] y cuchi llos [ . La s armas de eg o eran muy raras
No habí rcos y flechas [aunque se empleaban en ocasiones y los caballos no se usa-
ban en la baalla ( si un punggawa monaba a c aballo hasa una baalla  desmonaba pa ra
luch). Cada soldado portaba una lanza y un kis que le pertenecían pero [general-
mene] no enían escudo. La l ucha era desordenada y cada hombre pe leaba más o me-
nos según s u valor el más valiene yendo nauralmene hacia adela ne el mnos vale-
roso remolonea ndo por arás.
Muchas de las luchas se realizaban en oneras naurales habiualmene un río.
Ambos lados raarán de vader el río y a menudo l a baalla enía lu gr en medio de la
corriene. Señores y plebeyos iban vesidos igual aunque los punggawas solían ir de
camino a la baalla proegidos bajo parasoles. Todo el mundo vesía un srong blanco
precido al que hoy ll evan los sacerdoes de pueblo habiualmen s in l da. Los ple-
beyos y desp ués de ellos los perb ekeles eran quienes llevaban el peso del combae.
Los punggawas raramene enían que luchar y simplemene recibían noicias de
los perbekeles sobre quién era valeroso y quién no lo era. Una vez c uando [ su casa es-
aba en una baall a conra Mengwi  odos los cam pesinos eron mueros o huyeron así
que los punggawas uvieron que luchar. Luchon conra campesinos de Mengwi; la
casa no conab. Había gene que iba por dela ne en pís enem igo pra explorar la si -
uació n pero las embos cadas eran raras Los exploradores (etelik) sim plemene aver i-
guaban dónde se esaba desplegando el adversio y cuános de ellos había allí yendo
enonces a inrmr al punggawa. El «rey segundón»  ampoco iba a luchar hasa que
las cosas se ponían muy as. Durane la exper iencia del inrmane el cakor da sólo sa-
lió una vez cuando Mrga e capu rada po r Mengwi  pero sólo l legó a Tunju k [un pue
blo a miad de camino enre Mrg a y al capial   y la gene no le hubiera d ejado ir más
lejos pues decían que no era neces rio.
Había algunos especialisas Uuru bedi) que empuñaban las pocas aras de ego
que había y que eran colocados en primera línea. Las genes que luchaban en primera
línea esaban moivadas por el hecho de que si no los maaban serían los primeros en
acceder al boín de cualquier erriorio cap urado y as í consegui rían más oro más ga
nado ec. Cuando Badung luchó conra Kapal [los de Badung] enían algunos sile
ros
odobug is. apa
aquello l perdióEny Tabaa
de valor. los bugis algunos
ueron los primero
de los s enambién
sileros enrr en el áea
eran bugisyycogieron
esa
ban areados direcamene a ui Gdé. En cualquier caso eran los kawulas quienes
2 4ó NEGARA

verdadeamente llevaban a cabo la guea (nayah la m is ma pala bra util izada para las
contribuciones rituales a las ceremonias del puri)
Pregunt sobre la d uración d e la guea, y dijo que la batalla entre Mengwi y Ta-
banan en la que pati cipó d uró dos días y que se macharon cuando mataon a una o dos
ersonas Pensó que debía haber un acuerdo entre los dos reyes para no pelear dema-
si ado duro, ya que ni ngu no de lo s dos bandos i ntentó r ealmente avan zar sobre el otro.
Dijo que el rey de Ta banan d ijo d espus de que hubiera acabad o que la batalla había
sido un sacricio ritual (caru), como el que se hace a lo demonios en «el Día del Si-
lencio» (nyepi). Qu iz ás es ta renuencia a luchr má s se debía a qu e ambos bandos sabí an
que el enemigo tenía demasiadas uerzas y que había demasiada oposición. Cuando
engwi caturó Marga, la guerra duró un mes y al menos murieron cincuenta perso-
nas. Esto era lo máximo que había oído. Todos aquellos que cayeron en combate e-
ron inc inerado s a expensas del rey, del pu nggawa de la v íctima y de s u perbe kel .

El asec to doble de los di oses índicos, apacible y roz, Siva / Kala, Ua / Durga
es bien con ocido. P ara Bali, véanse Covaubias, 1 956, pá gs . 3 1 63 1 8; Hookyaa s, l 964a,
pág s. 4392; Belo, 1949. Sobre los aspectos rituales de justicia en la core, vase anterior-
men te conclusión, nota 9.
2 1 . El principal ecto del gobieo holandés, po r lo que concie e al nega, e iró-
ni ca mente, convertirl o en una especie de estu ctura udal o seudoudal que reviamente
no había sido La eli min ación , ediante el exi lio, de aquellos m iembros d e la cúspide d e la
elite indígena que consiguieron sobrevivir a los puputan los reyes supremos y sus pa-
rientes próximo s en la línea nucea dejó a sus invet erados rival es los mi embros del si -
gu iente nivel, es decir, los r eyes « segundones» y sus pa rientes ce rcanos (véase pág. 9 1 )
com o los señores locales de mayor ran go. Los holandeses, que necesitaban algunos señores
de ata alcuia para gobear a travs de ellos, los transraron en los uncionarios loca-
les de mayor r ango, lo s l lamado s regen tes (en T abanan, se as ign ó al señor de Kalran a t al
pueso. Más tade, ha cia mediados de los años veinte, cuando la ebre de la conquista se ha-
bía enf ado y se estaba calentando la del nacionali smo , lo s ho landeses tra jeron de vuelt a a
los herederos exiliados en Tabanan, un joven señor de Puri Mecutan, el pariente más
cercano del rey y del príncipe ueros y lo s restauraron en el puesto de regentes como
un movimi ento hacia l o que piadosamente llamaro n «autogobieo» zelbbestuur). Como los
holandeses disolvieron inmediatamente el sistema perbekel al tomar el control directo,
los nuevos señores buro cratizados se encon traron en la posic ión de continuar esper ando c e
lebrar los rituales del Estadoteatro (algo que tambin la población esperaba de ello s), pero
sin las instituciones olíticas que anteriormente los habían permitido. En su mayor parte,
los señores resolvieron la situación gravando a us arrendatarios con partes de las obliga-
ciones rituales (aunque no las ilitares) que anteriormente habían recaído en sus kawula;
así, por primera vez, servicio y tenencia de la tierra estuvieron conectados.
Algunos costes de los ituaes, especi alment e de aquellos que tenían que ver con las «pu -
ricacion es del reino» (v ase conclusió n, nota  6), se impo nín so bre las subak a travs de los
sedahan (véase C. J  Grader, s f. , ágs 8 9, 1 5, 20, 22, 26, 575 8; vase l a próxima nota). En
ocasiones , el gobieo holands ta mbi n concedía subv enc e a l os señores p ra dic has ac-
tividades, especialmente a los que había designado como egentes (vase C. J Grader, sf,
ág s.  0, 27 , 4  , 60) Incluso, a veces , s e lle gó a g avar a vendedores de opio (v ase C J. Gra-
der, s .f. , pág. 1 2) y a orgnizadore s de peleas de gallos (vase C. J. Grader, s f. , pág 42) .
De a simila, se transó a los sedahan dé (vase pág. 98) en ncionario del
sevici o de rie go y en inspector es de impuestos, uno par a cada uno de lo s se is pincipales ne-
gara sureños, converidos claramente en regencas cn onteras bien delimitadas (Karenga-
sem, lungkung , Bang li , Gianyar, B adung y Tabanan l os dos del noe, Bu llng y Jem bra
BALI Y LA TEOR A POL  TICA 47

na, ya haían s frdo tal transacón anterormente; véase ntrodccón , nota 13 ). Los se-
dahan ordnaros eron colocados ajo la atordad de los anteores como snspectore
de «dstrtos» sre gonales ; las subak eron algo reglarzadas, pr nc palmente a travé s de
consoldacones; y se realzaron nas pocas oras modeas (presas, pantanos) con na pla
nicacón centralzada. Así, tamén por prmera vez, se prodjo na «rocraca hdrál-
ca» ( no m y poderos a) presdda por nconaros del aga (ta mpoco dema sado ert es) 
Respecto al comerco, al prohrse los pertos comerciales y el comerco endado,
los ch nos se expand eron a travs de tendas, de almacenes y de s pr esen ca en los azar es 
Tamén algnos señores entra ron en el comerco en cal dad de empresao s s emoc ales
de algún pes o, anq e e sore todo despés de l a ndependenc a, c ando no pare cía se-
gro qe la propedad de teas pdiera sosten er las actvd ades del negara (para n comen-
taro más completo, véase C Geertz, 1 960 )
Tamén se deron otro s camos nd cdos por la llegada nal del colonia l smo en s r
ma completa: la soldcacón de los títlos de rango y la mpoanca crecente de las ds
tncones de vaa; la agrpacón ncional de pelos, convertidos en pelos tertorales
geamentales (encaezados por nconaros natvos desgnados por los holandeses, ma
yortariamente sdras, y llamados perbekel) qe, a s vez, se agpaban en dstrtos terrto
rales (encaezados por nconarios nativos desgnados por los holandeses, llamados pung-
gawa, y cas todos triwangsa); el establecim ento de tbn ales de jst ca la cos; y, clao es tá,
la completa elmnacón de la guea. Como resltado, haca el nal del período colonial, la
organzación del negara se haía racionalizado algo, en el sentdo weerano, mantenendo al
msmo tempo na ena cantidad de s actvidad eremonal ejemplar, de na a más o
menos tradconal. Con la nvasión japonesa, la ndependenca y la mposición de n gober
no miltar centralzado, se pso más presón todavía sore el aspecto ejemplar del nega
Pero la revist a ndones ia Tempo, en s número del 3 de o ctre de 1 977, na de qe na
oda real en Ganyar, qe dró catro días, ren ó a 1 5 .000 personas y costó var os centos
de miles de dólares; y el nteational He d Tribunc (París), en s edcó n del 1  de re-
o de  979, descre na nc neracón, cele rada ese msm o año, del señor de Ud, e indca
qe atrajo a 1 . persona s ( 3.  de las cales eran trstas qe pa gaon ventic nco dóla
res por aa por «as entos de palco ») y lc endo na to e de cremacón de sesenta y tres pes
de altra El Estadoteatro está lejos de haer desapacdo completamente, ncl so ahora
22  Sore l a «asen ca de cl ímax» com o n tema omnprese nte en la vda al nesa,
véas e Bateson y Mead, 1 94; compáres e con C. Geet z, l 973c y  973h
23  S n dd a, si se pudera r ecperar más de la hstora analístca de Bal , l a mage n de
contndad resultaía algo menos unrme y estados endógenos de desarrollo reemplaza-
rían la smple mpresón de jeza. Pero la argmentación no es qe nnca camaa nada o
qe los camo s carecían de sig nc acón propa, sn o qe el t po de transrmacón pr on-
da qe tuvo lugar en mchos otros pntos del sreste asátco a resltas de extensos y exten-
didos contactos exteos muy patclamente con occdentales, pero no exclsvamen-
te no se do ante s de prnc pios de este sglo en el sr d e Bal, donde peaneceron etales
los parám etos cl trale s de la vda polítca, e s decir, el marco del d scrso dentro del cal
dcha v da se movía No mpo rta cá ntas con vl siones tv eron l gar dentro de dicho marco ,
s a gloal varó en poco. Paa n uen comen taro, c on relacón a Tail andia onde
tal contacto exteo e muy anterior, más pr ondo y más contin ad, de la cantdad de p-
lemas m pl cados en es te tpo de an ál s s y e lo s pel gros d e na v són h peres tátca de
la h stora del Estado «índico» en e l sreste asát co, véase Keyes, 1 978 
La s chas qe se pretenden elemát cas son l as de la «nvasón» d e Maja paht ( véa

se pág.
24. 30
) ydel
la de
t.: la holande verso
Conocdo sa  véase pág 27)Rdyad
del escrtor . Kplng. El orginal reza como s
g e «Women and Horses and Power an d War».
ILIOGF ÍA

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Hasta 1 972 , las palabr as e lega doesa (y por tat o las bale -
sas)  se escrbía de acerdo co a ortograa  tato drete de la
qe hoy es ofcal; aú ates drate el período coloial los estdosos
holadeses tlzaba a medo ortograas spestamete «étcas» y
más be dvdalzadas. Los vocablos dígeas especfcados e este
libroaparece
qe y e el glosaro
co asge
rma algo
el estlo o fca
dstta a lal e
qev es
gorhabtal
a ctalmete por l o
e la gra
mayoría de la lteratra sobre legua y cltra doesas co la exce-
có de las obras más recetes. Las prcpales derecas de la ortogra
a actal respecto a la orma ateror clye: e por  (manca e lgar

de mantja) ; j por dj (banjare lgar de bandjar) ; y por j engayah e l


gar de pengajah).

ABEN També abnan, ngabn. Iceracó cremacó ceremoa cre


matora.
BNAN BIKUL Cremacón «brlesca» de ratoes para ahyetar las cala-
mdades aturales (véase MERANA ) 
DAT Costmbre según la costumbre derecho cosetdaro (véanse
DESA ADAT, BENDESA ADAT, NEGARA ADAT, NGURAH ) .

1 . N. del t : El término «ainé/a» (en tanto que topónimo, apelación lingüística o


cualquier otr a rerencia a la i a de  ali  no ha sido reconoci do específ cament e por la Real
Academia, pero la adaptación parece razonale y ya ha sido utilizada en otras traducciones
de obras de Geertz (véase, por ejemlo el trabajo de Alberto Bixio para L interpretación
de las cultu) El mis mo iema de C onstrucción» de topónimos ha sido utilizado du-
rante l a traducc ió n en uno poco ca 
268 NEGARA

PAHKRAA Lteralmente «accones ncorrectas», «malas accones»; del-


to s graves que pro vocan l a poluc ón del reno y, consecuentemente, de
sastre s naturales (véanse P ANAS U !, RANA).
wIGAWIG Leyes  undamentales (de l a comun dad de la cos tumbre, de la
alde a, de la soced ad de r egantes, de l gru po del templo, etc. ) , habtal-
mente conservadas en manuscrtos concconados con hoja de palma
(véans e RASI A, ONAR, ADA) .

BA DÉ Torre cremat ora (véanse A N, RU).


BAGAWANA Tamb én puhita guru loka. n sacer dote bra hmana qu e s r-
ve rtual mente a n señor, pa c l armente, a un seño r spremo (véanse
PADANDA , SIWA, SIS IA ).
BAN AR na aldea; la comundad polítca loca l básc a (véa nse SU A, P
AKSAN).
BANN na oenda rtal.
BAR El templo del grpo de parentesco de un señor (véase DADIA)
BDUG Tambén catu, tu gu. n peqeño altar, habtalmente de pedra
destnado a las oendas p ara los dose s.
BKAN Todos aqéllos bajo Ja dreccón de un únco PRK (véase
esta últma palabra).
BNDSA ADA El jefe ceremonal de un comndad local de costmbre
(véan se ADA, DSA AD A, PA KSA N, PURA AA AGUNG) .
BSAKI H El prncpa templo esta tal de to do Bal , local zado en la s lade ras
del volcán sagrado, Monte gng (véanse SAD KAHYANGAN RU).
BRAHAN A L a más alta de a s ca tro «cas tas» de B al d e la cua se extr a-
en os smos sacerdotes (véanse RIWANGSA, WARNA, PADANA, RIYA
SARIA, WSIA, SU DRA) .
BwANA «Mun do».
BwANA AGUNG « El gran mundo» , es decr, la realdad extea, el mund o
matera, e macrocosmos.
BwANA AI «El pequeño mundo» , es decr, la v da nteror de l hombr e, e l
mundo nmate ral, el mcr ocosmos.

CAKORDA Tambén tu, ja, pbu, etc. Título de un señor supremo, n


«rey» . (véans e PADÉ, PUNGG AWA)

AIA n grupo de parentesco patrlneal prerencalmente endógamo; el


templo en que un grupo seme j ante rnde culto a ss ancestro s dv n za-
dos (véase AUR).
A Lteralmente «dentro». tlzado ecuentemente para rerrse a
un señor supremo, un «rey», su resdencia, su coe o su mla (véan-
se RO, AA.
GLOSARIO 269

DES «Camo» «eblo» n téno general ara desgnar los asenta-


mentos rrales y s modo de vda (véanse ES , NEGR).
DES   n a comn dad local q e dene u n esaco sagrado y s e rge
or n con jnto de leyes c ons etd naras (véanse  , ENES  ,
PEMKSN , PUR !  GUNG, NEGR  ) .
DEW Dos
DEW Dosa

DRUW r el acón dué


carÉlaTambén Algo «oseído
«esrta enar»
l» o «t tel roedad» mleado
en tre n señor ara(nd-
y s reno véan-
se NGUR, NEGR  ) 

 É Tambén en lenga je e levado  agung. rande tlzad o como n m o-


dcador lngüístco e eleva el estats asocado a la alabra mod-
cada esecalmente en contextos relaconados con el estado véanse
PUR GÉ , ERO GÉ, SEN GÉ, KRY GÉ) 
G eno balnés del sg lo XIV   eno ntaro rmaro y modelo a
atr del cal se habrían frmad o or es c són el resto de los ren os ba-
lneses mayores estamente ndado or señores y sacerdotes ro-
ceentes de Java véase MP).
RY La resdenca o la casa de n sacerdote brahmana (véanse EM,
PUR, ERO, UM).

H US Ta mbén alus elatvam ente renado c v lzado edcado graco-
so save v éase KSR)

J Lteralmente «era» «exteror o en el exteor» sado ara ndcar


n estats relatvo más bajo qe otro térmno comarado na mayor
ds tanca relat va desde el cent o del estado de la socedad de la exe-
renca de la reldad de l a dvndad Térmno general ara la cata
«casta» y ara el mndo exteror a Bal (véanse ERO, EM, SUR,
RWNGS)
JKS Fnconaro legal no ert enecente a l a «casta» brahana je z abo-
gado scal
JERO Lteralmente «dentro» «nteror o en el nteror» mleado (a men-
do como títlo) ara ndcar un estats relatvo más alto na mayor cer-
canía res ecto al centr o del e stado de la soce dad de la exer enc a de
la realdad e la dvn dad T érmno general  era las tres «castas» su-
eror es  ara el mu nd o de la corte y a ra las casa s y resdencas de los
señores (véanse  EM, RW NGS , ERO GÉ) .
JERO GÉ esdenc a y casa de n señor r nc ial ; el ropo señor r nc al
(véase PUNGG W).
270 NEGARA

KAHYAA «Gran» templo (véanse URA,  AHAA A, AD AHYAN-


AN).
KAHY AA A Los t res pr incipa les templos de «pueb lo» : el Templo
del Origen , e l Templo de la M uer te y el T emplo d el Gran Conse jo
(véanse respectivamente URA UÉH, URA DAE, URA BAA
AU).
KARYA Literalmente «trabaj» sado para indicar actividades implicadas
en la preparación
la propia ceremonia.y el desarr ollo , la representa ció n, de un a ceremon ia;
KARYA DÉ Literalmente «gran trabajo». na ceremonia estatal y las acti-
vidades imp licadas en su prepa ración y desarr oll o (véa nse AR A, RAJA
ARYA).
KAAR elativamente no refnado, burdo, no civilizado, maleducado, sin
gracia, grosero (véase HAU).
KAWUA «S úbdito», alguien ob ligado a llev ar a cabo sevicios ceremonia-
les y militares para un determinado señor (véanse UNAWA, ERBE-
KL, ARE A, ENAYAH, DAE, ARYA DÉ, RA A ARYAL.
KEBANDARAN Áre a de comercio arrend ada (véase UB ADAR) .

en el Pequeña monedacomo
centro, utilizada de plomo, cobre
medio de o br yonce
cambio c hinadecopeso
medida n un(véase
agje ro
BAN).
KERA  n juez pert eneciente a la «casta»  brahmana (véa se JAA )
KERA A Tambi én awig-awig subak Las leyes ndamentale s de na so -
ciedad de re gantes (véase A WAW, UBA ) .
KEEDAHA También bukti pajeg rea sujeta a un impuesto sobre el
agua recogido por un único recaudador del estado (véase EDAHAN,
AJE).
KRAA Literalmente «manera», «método», «Vía», «estilo». tilizado co
lectiva y diversamente para signifcar «miembro» («pertenencia»,
«conjunto d e miembros» , «ciudadano » (« ciudad anía») , como en k 
ma banjar, «miembro de la aldea, pertenencia a la aldea», y en krama
subak, «miembro de la sociedad de regantes, pertenencia a la sociedad
de regantes»

LNA Imagen á lic a; símbolo de Siva, realeza divina, potenci a sacra etc
LH Literalmente «asiento ». Generalmente utilizado pa ra indicar ran-
go, estamento, posición, lugar, título «casta» También indica el al
tar/es sobre los cu ales se sienta un dios cu ando él o ella desciende a los
templos (véanse DAA ADAAA)
LNAR Tambi én rontal. n manu scito co de hoja de palma.
GLO S ARIO L /I

MAJAAH eino jaanés del siglo XIV, considerado por los balineses
como l a ent e de su cu ltura y d e s u orga nización política estata l éa 
se , ARA).
MA A Lt eral ment e «ma nos» más literalm ente «cinco »)  tilizado p ara
rerirse a un señor principal éanse UAWA, ARK).
MARA F órmu la sagra da pronunciada en los rituales vé ase U RA) .
MRAA Desastre natural con causas sobrenaturales véase AAHKRAA,
AAS U , AÉ  KU) .
MRU Montaña sagrada y is mundi del hindu ismo ; mora da de los dose s 
dentifc ado en Bali co n el volcán sagra do, Monte gung ; también uti
lzado para reri rse al te jado del temp lo y a la s réplicas de éste hec has
en las torres crematorias véanse SAKH, AÉ).
MAAH Empaste [relleno] dental; ceremonia de empaste dental
MKSA «Desencaación»; ascenso al reino de los dioses tras la muerte,
sn dejar un cadáer véase ARA).
MRA Gestos sagrado s ectuados con l as manos durante los rituales éa
se ARA).
MR Fora, confg uración , mater ial izaci ón ; empleado para des ign ar lo s
aspectos perdurables y de sostén ente a aquellos dinámicos éase
SK).

NARA Estado, r ein o, ca pital, corte, c iudad Término general ara la auo
ridad política superpuesta y t ranslo cal , y par a aquellas rmas social es
y cu lturales que se le asoc ian éanse SA , ARA AA).
NARA A A na c omun idad re gional o suprarregional que def ne u n e s-
pac io sag rado y se rige por un con j unto d e leyes consuetudinarias éan-
se AA, S A AA, URA H, SA K AHYAA ) .
NURAH Guardián, custodio, protector El señor principal en cuanto a su
papel de líder ceremonial de una comunidad consuetudnara regional
éa nse ARA A A,  URA AARA , SA AA) .

ÜAA Ceremonia periódica lleada a cao en cada templo, durante la


cual los dios es descienden d e los cielos para recibr el homena je d e la
congr egación del temlo éanse URA , AKSA).

PAAA Tambi én pandita. n sacerdote brahmana ordenado éanse 


AKU, AAWAA, SWA).
PAASAA s iento de loto  tiliz ado para r eerirse al trono de Di os y a
sus representaciones icónicas en templos, rituales, etc; tambén un al-
tar particular en un templo, considerado como el asiento principal de
los dioses cuando ésto s descienden (éanse O AA, H).
L IL NEGARA

PAM También pameswari. La mujer principa de un señor, paricular


mente de un señor imporante, perteneciete a a msma casta que éste
[endogamia de casta] (véase  NAWN) 
PAJ Impuesto, un impuesto; pajeg padi, impuesto agrícola en especie
(véanse  AHAN, KAHAN) 
PANA UM Literamete, «tierra caiente»; poución geera del reino a
consecuencia de una accón mala o errónea por parte de os seres hu
manos (véanse  , A AHKRAMA, MRA A)
PARKAN n sirviente o crado dependiente de un señor También empea
do metar camente para desc rib ir a os señores co n re ación a su seño
supremo (véanse KAWUA, RK, UNAW)
PAU Tierra cultivable con obgacioes de servico nheretes (véase
NAYAH)
PKN AN Dep endencias de  srviente de un señor véase  ARKAN) 
PKARANAN Pa tio, vaado o comple j o doméstco de os plebe yos ; u nidad
loca en un sstema esa ta véans e RK, U H 
PMAÉ n rey «segundón« o «junio (véase AKORA)
PMAKN na cong regació de un tempo, resposabe de matenimien 
to de éste
templo; y delénculto
tambi rendido
a adscr a os
pción y edoses cuado
l conju nto dedescienden
miembros adedcho
un A
AA determinado (véase URA, OAAN, UR A! AUN, ANJR,
UAK)
PMANKU n sacerdote de tempo o perteneciete a a casta brahmana
véase AANA)
NAWN n a mujer secundar a de un señor, proceden te de u na casta i n
eror a a de éste (véanse  AR, AM )
PNYAH Servicio, ceremonia o materal, prestado a un señor, una aldea,
una sociedad de r egantes, un temo, etc.
PRK Fucionar o de nive mínmo e n el sistea estata, resosable
de a movi ización , ceremonia o mi tar, de los embros de un ceo
núm ero de hogares sujeto s a u n se ñor dete rmin ado (véa se UNAW A,
KAWUA, ARKAN, K AN, KARAN N )
RAA Espíritus de os muertos no inc nerados (véas e ARA , URA AM) 
PARA it erame nte, «d os »; muerto s in cinera dos, « ibera dos» véanse 
RAA, MOKA)
PUNAWA n señ or de  reno (v éanse RK, KWUA , RK AN, M N -
A, AKORA) 
PUUAN Literamente , «fna» ; fn a , extinción ritua izad a de u na dinastía
a través de un sacrfcio miit o de un suicid o
R A Tempo (véanse KAHYAN) 
R A BAA  UN « Tempo de Gra Conse jo » ( de doses ; tempo adea
no dedic ado a mentar a  erti idad de la terra y  as gent es de u a co
UL:AKI

munidad consuetudinaria local (véanse KAHYANAN A, A AA,


MAKAN).
PURA DALM «Templo de l Interior»; templo aldeano dedicado a apaciguar
los espíritus de los muertos locales no i nci nerad os (véanse KAHY ANAN
A, RAA).
PURA PNAARAN «Templo del Pato»; un templo estatal dedicado a -
mentar la unidad y la prosperdad del reino en tanto que comunidad
cons uetudnaria asociada a un espacio sacro concr eto (véans e NAR A
A, NURH).
PURA PH «Templo del Ombligo»; templo aldeano dedicado a conme-
morar los orígenes de un asentaiento local y a los ancestro s ndado-
res (véase KAHYANAN  ) .
PURA LUN CARK También Pura Subak. «Templo de la Cabeza de los
rrozales»; templo de los campos de una sociedad de regantes (véase
UBK).
PUR esidenci a, alacio , casa del señor (véanse J , JR  É, UR É,
ALM, RY A) .
PR  É Pala cio y ca sa de un señor sup remo (véas AL M).

AJ KARY iteralmente, «trabajo del señ»; servicio en una ceremo


na estatal o contibución materal a icha ceremonia (véase KARYA
É).
KUN rmonía, acuer do consen suado de diren cia s, solidarid ad scial .

SA YANN os ses Grandes Templos; templos de ábto nisleño


dedicads a la prosper dad de la isl a y de su s gentes co un todo (véa -
se BAK , KAH YANN  A).
SR Segunda de las c uatro «castas», d e la cua l se extr aen muchos de lo s
señores ás importantes (véanse BRHNA, W, URA, RWN-
A, WARNA, JR ).
SBL Esta do de polución ritu al de un a alde a, u na milia, etc. (véase  A-
N BUM).
SHN eaudador de rentas e impu esto s agrícol as pra un señor (véan-
se J, KAHAN).
SAHAN  É O sedahan agung. «Gran» AHAN ; recaudad or je  de im 
puestos y rentas pa a un eñr, especi almente un sñor supremo.
SKA Cualquie r grupo organizado con una nción so cial específca.
SKA YH Grupo r esponsable de l as repa racones del sstema de rieg o den
tro de una soc iedad d e regantes (véase U BAK) .
SK Ene rgía espirtual, carsma ; el aspecto dinámico de un a deidad (véa-
se UR .
274 NEGARA

SEMBAH Ges to de omena je ha a os doses, o s señor es, o s sue ro re  '

et
SINGKH Cino nado en Cna y resdente en Indonesa (en oos  ón 
peranakan, no nado en Indonesa) .
S1s1A «Dscíuo o dscíua» de un saerdote brahmana, de ua reibe
agua bendta (véase IWA, TRTA, PADANDA).
SIWA Sva, e  más  mo rta nte de os doses  ndúes en B a i, denta-

do
na on e So
de ua uno; tambén emeado
recbe agua ar
bendta a desgnar URYA,
(véanse a saerdo
IA,tePADADA,
bra hma -
TIRTA).
SUAK Una soeda d de rega ntes ; a un dad oa bása de u tvo (véanse
BANJAR, PMAKAN, EKA YH, TENAH, TEBIH, TMPK, PURA ULUN CA
RK).
SUBANDAR Arrendataro omera (véase KBANDARA).
SuDRA La más ba ja de a s uat ro «astas» de B a (véanse BRAHMANA, A
TRA, WEA, JABA, W ARNA).
SURYA E So, de nt fa do on e d os Sv a (véa se WA).

EBIH Literamente, «edazo», «agmento»; una terraza aoera (véase


UBAK).
EMPK Una subdvsón mayor de una soedad de regntes (véase su 
BA).
ENAH Undad ndamenta de med da (de agua, ter ra, se m as , aoz) en
e seno de una soedad de reg antes de termn ada (véase UBAK).
N-TN n equeño merado matina.
IMANG Medda absouta de eso abrada en KPG (véase KPNG).
RTA Agu a bendta re arada or sae rdotes brahmana (véan se WA, I
IA, PADANDA).
RIANGA Lteramente, « as tres gent es » ; as tres «astas» sueror es de
Bai, onsderadas omo un gruo ente a a uata (véanse BRAHMA
NA, ATRIA, WEIA, UDRA, JERO, JABA).

IRA Lte ramente, «ugar de  a montaña » ; ato  nteror de un aao


que rer esenta e eje de mundo y en e que se g uarda y se rnde u to
eródamente a as reiquas sagradas de a dnastía (véanse MERU,
WARI).
MAH Casa, residena de un ebeyo (véanse GRIYA, DALEM, PUR, JERO).

ARGI Reaión  oíta ent re dos gruos de pa entes de rango des gua ,
estabeida or a entrega de un a esosa del gruo de estatus más bajo
a de más ato (véans e PENAWING).
AI Tmbén pukana, kalilir an . Reiquis  agradas (vé ase UKIRAN).
GLOSARIO 275

N Tabién wangsa. Litealente, «color»; usado ara refirse a la


cuatro categorías de estatus principales en Bali (del sánscrito vama),
abitualent e denoinadas «c astas» en la l iteratura occidental (véan-
se BAHMANA, SATRA, WESA, SUDA, TIWANGSA).
ESI Jeárquicamente, la tercera de las «castas» de Bali (véase BAH-
MANA, SATRA, SUDRA, WANA, TRW ANGSA) 
oNG Ser huano.
ÍNDICE ANA LTICO Y DE NOMBRE S

Nota: No se ha idexado aquellos autores que ha sido refereciados


únic amete e rma d e cit a.

Abn, véase Incineción Apy milita, véase Gue


Abetua
Actitude del Agu, 1 11 1, 11 - 13,
eligiss,
1 0-1
1 2, 202
<<Appanage» puest  «noappanage».
éanse también Bali aga «Puebl-
«Activcines divins», véase Sekti epúblic»  «Repúbic lden»;
Adpt ción eclógi c,   1 12 , 1 13 - 4 , Dminil; «Feudlism»
1 59-  0. as e también Sciedd de Áes scales, 99, 150-51
egntes Aistcci, véanse Pequeñ nblez;
Adat, 65, , 81-82, 133, 134, 151 Nblez; Triwangsa
Administc ión públic, véase Estd Ams, 23. Véanse también Kris; Gue
Agicultu, 45, 80, 8 1 -82, 1 -  1 9, 14 - r; Wari
1 47, 1 59- 1 0. Véanse también Agu; Amní scil, véase Rukun
«Cultivs de secn»; Rieg; Scie Arend, véase Sedahan
dd de egntes; Cfé Arendmient (rendd, rendta
Agu bendit  gua sagd, 71 , 23 - i), 97, 98
21 4, 237 Atesnía, 129, 14, 15, 174175
Agua, véanse Equip  del gu; I mpuest Artha, 235
del gu; Medid del gu; Abetu Asient de lt, véase Padmasana
del Agu; Ritul de ieg; Rieg; Sis Axis mundi, 1 83 , 1 88 , 209 . Véanse tam
tem hidáulic; Sciedd de egn bién Tore cemti; Mnte gung;
tes; «Desptism ientl» Mnte meu; Ukin; Eje del mund
Alde, 77-80, 83 -84
Alinz, 3-9. éase también Ttdos Bdung, 27, 32, 38, 42, 7, 8, 72, 88,
«Alm», 20, 207208 123, 148
Alta del rzl, 07, 156 Bagawanta,  1 , 7 1 , 237
«Ancests», 4 Bali Aga, 43 , 21 2
Andesn, B ., 207, 235 Bngli, 27, 32, 37, 4, 1 2  - 1 22 ,  - 7
Andgini, 243-244 Banjar, véase Alde
Batara Hario Damar, 85 Centroperifeia, 57, 707  , 8 892,  3 9,
Bateson, G,  96, 2  22  3 208
Batur Dalem, véase Linaje real Ceremonia, véanse Incineración; Crema
Bedugu/ véase Altar del arrozal ción; Ritual de riego; Puputan; Sacri
Bekelan, 95 cio ritual; Magnit ud ritual; Servicio
Benda, H ., 24 ritual; Ritua estatal; Empaste de nta l
Bendesa Adat, 13435. Véase también Ceremoniali smo de la coe, véase Ritual
Desa adat estatal
Berg, C C., I 8m 44 Chino, 59, 63 ,   9,  20  2  ,  22,  24,  27
Besakih, 65, 7  , 72 ,  6  , 204, 20 9, 2  0  30, , 66, 6768, 7273, 247
Binnenlandch Bestuur, véase Indias Cientela, 5863, 2122, 24, 25, 27
Orientales Hol andesa s  30,  64  65, 236 237
Blambangan, 4, 2012 Clima, 5960
Blanbatuh, 32, 72 Coeds, G , 24, 234
Brahma, véase Dioses Coen, J. P.,  69  70
Brahmana, 33, 49, 50, 6063, 85, 212, «Cole ctivismo puralístic o», 7879
222, 235236, 237. Véanse también Coling wood, R. G ,  5
Bagawanta; Griya; Siwa-Sisia; Tri Colonialismo, véanse ndias orientales
wangsa holandesas; Conqui sta hola ndesa; Eu
Brahmín, véase Brahmana ropeos
Briggs, L. P. , 234 Comercio de ganado vacuno,  72  73,  74
Budismo, 237 Comercio maítimo, 20121, 22, 24,
Bugi, 27, 59, 62,   9,  2 1 ,  24,  29 26, 29, 65, 74. Véase también
30, 245 Puerto comercia
Bukit, 2223 Comercio, 62 63,   9 29,  3  ,  66,
Bullng, 42, 45, 46, 6768, 246247 6869, 247. Véanse también Co-
«Bur ocracia»,  42  43 mercio de ganado vacuno; Comercio
Buwana agung / buwana alit, 83184, marítimo; Estadosbazar; Exportacio-
 86, 1 87, 203, 20 720 8 nes; Impotaciones; Impuestos comer-
ciales; Kebandan; Moneda o dinero
Café, 2  ,  22 ,  27 ,  28   29, 73 interiorizado/a; Mujeres comercian
Cakorda, 85, 140, 245246. Véanse tam tes; Pesos y medidas; Rentas comer
bién Realeza; Punggawa; Seño su- ciales; Subandar; Precios adminisra
premo dos; Equivalencias tradicionaes
Caendaio, 45,  1 3,  35,  5 81 59, 93 Comunidad consuetudinaria o comuni
 95, 209 , 2  2. Véanse también Siste- dad de costu mbre, véase Desa adat
ma mahayuga; Wuku Conito político, 3, 32, 3741, 5657 ,
Capi ta, 1 6, 28, 76 , 6869, 73 ,   5  7, 36 ,  4  ,  63 ,
Carisma, véase Sekti  99200, 228 229 , 230 23  , 23823 9
Cas a, 9495, 1 39 40,  45  46 Congregación del tmplo, 78, 82, 8384 ,
Casas nobles, véanse Je; Jero gdé  33,  35
Casas sudras, 92 Conqu ista de Ba i por el rein o de Mahaja
«Casta», véanse Waa; «Si stema de cas- pit, 202 , 30 3  , 5  , 85,  36 , 1 40
tas»; Sistema de títuos; Sistema de  4  , 242, 247
vaa ; Jaba / jero Conuista holandesa, 25, 2728, 29, 42
Castigo, 238, 239 3, 64, 67, 27 30, 3637,  49,
Centro ejempa , 28 , 3  32 , 35 , 76, 90, 869, 247. Véase también Euro
 88,  98  99, 227. Véanse también peos; n dias orintales holandesas
Capitaes; «Realeza divina»; Jra- Conitución de la sociedad de regantes,
uía; Ritual estatal 808  , 62
Cosumbre, véas Adat Druwé, 223-226, 239-20 Véas también
Covabias, M., 1 3 1 , 207, 21 2, 21 3 Poieda d; Yemo
Cemación , 1 77 - 1 78, 1 83, 1 96-20 1 , 21 2- Du bois, C., 1 8 1
21 , 2  1 , 2 7. Véas Incineración Dumo n, L., 2 35, 236
Culi vos de secano», 1 53- 1 5, véas Re
gadío Elade, M, 209
Cu lto del aoz, 108, 1 1 1 - 1 1 2, 1 1 3-1 1, Ellio, T . S ., 226
156 - 1 57 , 158-1 59 , 161 Embacaciones, véas Comercio maít
mo
Dadia, 5 1 -5, 58 , 59, 7 0, 1 37, 20 8. Véas Emase den al, 20 1
también Gruos de aienes End ogamia, 50-5 1 , 56-57, 59 60, 7 1
Dalm, 88-90 , 1 39- 1 40, 208. Véans tam- Energía sacra, véas Skti
bién Cakorda Jro Puri gdé Equio del agua, 105-106, 154
Den buki, véas Bullng Equivalencias consueudinaas, 124
Den asa, véas Badung Escla vu d, 25, 9 4, 1 
Deendiene, véans Esclaviud; Plebe Esacio sacro o sagrado, 208-209, 20
yo; Señor; Siviente; Súbdio; Escla Véans también Dsa adat; Ngara
viud adat
Dsa adat, 82 1 34- 1 35 , 1 57 . Véans tam Esado, 28, 217, 219, 233. Véans tam
bién Ley consueudinaria; Dsa N bién Nga Burocracia; Estados
ga adat baza; Esrucura esaal; Feudalis
Dsa 16, 22-23, 75-8, 94-96, 132, 146, mo»; Gobierno doble»; Imuestos;
238 Véans también Ald ea; Sociedad Pkangan Pode; Política; Reale
de regantes; Congregación del em za; «Realeza divina»; Rual estaal;
lo; Pueblo-reública» o Reúbli Señor; Sisema pbkl Sobeanía
cas aldeanas» universal»
Desoismo o rienal», 1 7 , 40-1 , 70, 75, EstadosBazar, 120, 121-122, 131, 165
100, 108, 26-27 Esucura esaal, 30-34, 5 1
Déwa agung, 208, 234. Véas también Euea, 55-56, 57, 65, 140
Klungkung, ítulos Euroeos, 1 19- 1 2 1 , 12 Véans también
Déwa, véas Dioses Conuisa holandesa; Indias oenta
Déwi sri, véans Dioses; Culo del aroz les holandesas; Comercio
, , 22 2-223, 235, 237 Exoacio nes , 1 2 1 , 1 67
Dinasía, véas Lin aje real «Exerio», véas Jaba / jero
Dinasías, véas Línea nuclear; Linaje
real Feudalismo» , 1 48-1 9, 1 50, 246
Dioses (dios), 33, 35, 1 8, 203 -204, 205, Fiesas del em lo, 1 35 , 201 -202
206, 207, 209-2 1 0, 2 1 , 23- 2, 2 46. Filia ción ag naicia, 5 1 , 55-57 Véans
Véans también Dewa Agung; Dewi también Línea nuclear; Dadia Genea
sri; ndra; Inmobilidad divina; Murti logía; L inaje real
Skti Siva; Suya Foas divinas», véas Murti
Disribución de la sociedad de reganes, riederich, R., 212-213, 20
153, 154, 157, 158 roneras, 40 -1 , 70-7 1 , 1 5
Dis ribuci ón de l al acio, 1 88- 1 96, 208 -
209, véas Puri Gaah Mada, 30
Dominación, 3-35, 37-1, 217-219, Geerz C, 207
228-233 Véanse también Jeraruía; Gee H .  3
Sisema perbkl Poder Geez, H  y eez, C, 1 39
Dorpsrpublik, véas Pueblorebi Gg, 3 t , 32  3-3 , 3-, 230-23 I
ca» o epúbl ica adeana» Gen ealoga  85, 88, 89, 138-10, 11
eopolítica, 3641 Indias Oentales Holand esas, 1 6, 25, 1 25
ianyar, 27, 36, 39, 40, 64, 67, 68, 72, 129, 130, 138, 157, 168169, 181
139 , 14 � 15 1, 177 1 81 , 234 246247. Véans también Conquist
ibbon, E., 120 holandesa; Euopeos
iesey , R , 202 Índico, 25
«Gobieo doble», 9 1 92, 1 40 1 4 1 . Véas Inda, 201 . Véae también Dioses
también Pmadé; Rey segundón Imolación itual de las viudas, véase
onda, J. , 206, 207 Sati
oris, R., 1 3 1 , 196, 2 1 2, 2 40, 242 Inmovilidad divina, 227 228, 242246
rader, C J , 24 1 Integración política, 31, 32, 35, 64, 65
Griya, 7 1 , 140 , 23 7, 238 66, 6869, 9396, 99, 1 1 7, 1 42, 1 43,
rupos
139. deVéas
paientes, 5053,
también 70, 1 37, 1 38
Dadia 202, 229230,
Intecmbio 231 1 19, 1 1 65, 1 74
recípo,
uea, 4142, 6869, 136, 168169, 172, 175
2 1 2, 24424. Véans también Ams; Itecambio  edist ibuti vo, 1 1 9, 242
Coflictos polí ticos ; Coqui st holn- «Iteo», véanse Dalm; Jaba I j
desa Itepetación cultul, éas Hemenéu
tica
Halus I kasar, 1 43, 237238 Iswaa, éas Dioses
Helms, L. V 124127, 168, 169, 171
172 , 17 71 81 , 188 , 19 7, 2, 21 9, 23 3 Jaba, véans Jro; Sudra; Trwangsa
Hermenéutica, 182, 183, 202 Jaba I jero, 139, 207208. Véas también
Hidú, 16, 1718, 209, 213, 235, 239 Dalm
Hinduismo, 76. Véas también Idi; In Jv avaneses), 1516, 43, 49, 59, 62
dio; Hidú; Índico 63, 1 1 91 20, 125, 1 29 1 30, 1 87, 1 88,
Hipergamia, 59, 60, 71. Véans también 207208, 210 , 2 1 1 , 234, 23 5
Mtimonio; Warg Jembana, 67, 42
Historiogaa, 1718, 137138, 247 Jequía, 2831, 3435, 4445, 9394,
Hocat, A. M ., 222 139, 143, 181, 196, 1982, 214,
Homenaj, 2207 215, 237238, 239, 241, 244. Véas
Hooker, M. B. 239 también «Casta»; Halus / kasar
Hookyas, C., 203, 204, 205206, 207, J, 49, 56, 57, 8592, 139, 140, 187,
21 2, 243, 244 188, 207208, 238. Véans también
Hundimiento de estatus (patró), 3334, Jaba I jro; alm; Triwangsa
545 6, 70, 90 9 1 , 2. Véans tambén J gdé 8890
Cento I peifea; Jeaquí; Rango Jueces, 62, 1 50, 209, 23823 9. ans tam-
bién Ley; Tibunles
Iconografía, véas simbología
jeg, Cakoda Gdé Oka, 42, 208 KabaKaba, 88, 72, 1 38
Importaciones, 121122, 167 Kahyngn Tig, 83 , 1 35
Impuesto del gua, 155 Kantoowicz, E. , 2 33
Impuestos sobre la tiea, 9899 Kapal, 32, 88
Impuestos, 98, 99, 1 50 1 5 1 , 1 54 1 55, 2 46 Karengasem, 27, 32, 37, 40, 46, 67, 1 2 1 
247. Véans también Áreas scales; 122, 167
Impuestos comerciales; Impuesto del Kawula, 9394, 96, 98, 1 43, 1, 239, 245
agua; Sdahan; Sdahan gdé; Ks- 246. Véans tambén Parkan; Prb-
dahan ke; Punggawa
Inine ración, véas también Toe cem - Kebandaran, 12 , 166 , 1
73
toria Kepakisa, Id Dalam Ketut Kes, 30 ,
India, 222223, 213, 235 32, 33 34, 68
Kpng, 24, 25, 26, 150, 707 akassa r, 4,  20
Kesedahan, 99, 08 ala yos,  20, 1 24
King , G., 1 22 ar de ava,  20
Klian, 808 ,  06 07 argaBlayu-Pe rean, 88,  38
Klungkung, 27, 3  , 32 , 36, 40, 46, 67, 68 , arn, Ida Bagu s Putu, 42
72, 88, 22, 6768, 90196, 208, atrimon io, 50 5  , 56, 59- 60, 7  , 72,
230-23  , 234 205, 206, 237, 24. Véanse también
Ko, V. E., 4 1 , 46, 7  , 9 5-96, 99,  3  , Androginia; Endogamia; Hipergamia;
 33, 1 40 41 , 24 Poligamia; Wargi
Kma, 7980, 06, 32, 24 ead, ., 2  2-2 1 3
Krambi tan , 85, 88, 9596,  29,  38 edida del agua, 10-03
Kris, 85 , 20 -2  editación, 204205, 24324
Krom, N . J.,  8, 2324 eilinkRoelefsz, 1 . A. P., 1 70
Kulk e, H. , 233 engwi, 27, 67- 68, 88, 4  -42,  4  , 20 9,
Ku ta ,  22-1 27, 68, 17  245, 246
ercado, 62,   9,  29,  30,  64
Lange, ads, 2227, 29, 168169, Metatah véase Empaste dental
772 ishra, 42
Legitima ción polí tica, 30, 3 1 , 5 8 ito, 3032, 34, 45
Lenguae, 56 «odo de producción asiático», véase
Ley consuetudinia,   5- 1  7. Véanse tam- «Despotismo oriental»
bién Desa adat Equivaencias cn Moksa, 33, 25
suetudinarias, ey; Nega adat olucas, 12
Ley islá mica , 8 1 82,  62. Véanse también oneda interiorizada, iner interioriza
Adat Ley do, 124, 69, 71
Ley, 6 62, 65-66, 7 1 , 7 2,  33, 1 55,  62, onedas chinas, véase Kpng
 64, 237, 239. Véanse también Jueces; onte Agung, 65, 209
Tribunales; Ley i sámica; Le y cnsue onte eru, 94, 195-196, 206, 208-
tudinaria; Adat 209, 20920, 214. Véane también
Leyenda, véase ito Axis mundi; Toe crematra; onte
Leyes suntuarias, 56, 1 36 Agung; Ukin
Líderes de la sociedad de regantes,  55 - ooen, P ., 2 1 0
56. Véase Klian uee, véanse Incineración; Tempo de
Liei nck , F A.,  52, 1 66-  67, 23 9-240 la muerte; Kahyangan tiga; Moksa
Linae real, 85, 88-92. Véase también Lí Pirata I pitara; Reencarnación
nea nucear ueres cmerciantes,  24, 1 25- 1 27, 1 29,
ínea nuclea r, 54-56, 57, 70, 76, 1 38 , 73
193, 208, 233-234. Véanse también Murti, 185, 187, 88
Genealogía; Lin ae rea usumanes, 62, 68
Lingga,  83-  84,  85, 2 05-207, 2 42, 243
Linggith, 2  9-2 20, 24 Nega (negari, negeri), 6, 22-23, 67,
Lombok, 42, , 67, 70,  22,  66 72, 85, 93, 32, 146, 217-218, 219-
220, 23  -232, 246 -247
aestrodiscípulo, véase Siwasisia Negara adat,  35 , 225 , 240242. Véanse
agnitud ritual, 2  2, 2 1 3, 2  4 también Ley consuetudinaia; Desa
ahadewa, véase Dioses adat; Nguh
ajapahit, 6-7, 20, 32, 34, 65, 230 Ngabn, véase Incineración
23, 24024. Véase también Con Nguh, 225-226, 245-246. Véase tam-
quista de Bali por el reino de aha bién Nega adat
japt Nielsen, A. K., 68
Nobleza, 4-92 Véanse ambién Pequeña Poligami a, 59-60 , 7 1
nobleza; Triwangsa Polineia, 236
Polítia, véanse Centro / periria; Co
Odalan, véase Fiestas del templo ito polítio; Estado; Geopolítia;
Oendas, 204, 206 Guerra; Integración polítia; Legiti
Ombligo del mundo, véanse Axis mund i; midad polítia; Nega; Poder; «Re
Monte meru; Ukiran públicas aldeanas»
Opio, 2 , 1 2 1 - 1 22, 1 2, 167  1 6 , 1 74 Poluión, 133, 212-213, 23, 239, 241
Preios administra dos, 1 24, 1 69, 1 70
Padanda, véase Saerdoes Primogenitura, 5354, 70
Padmasana, 1 3 1 4, 1 92, 203-2 05, 206, Propiedad [der eho, ultad, aspectos le
209 gales, 39, 14, 146, 149, 163. Véanse
Paisaje, 36, 37 ambién Druwe; Propiedad [objeo]
Pajeg véaseImpuestos Propiedad [objeto], 23, 240 Véanse
Palaio. Véanse ambién Dalem; Distri ambién Druwé; Propiedad [ultad
buión del palacio; Puri; Residenia o dereho ; Yermo
real; Urikan Propied ad de la iea, 97, 98, 1 04, 1 05,
Parekan, 57, 93-94, 143, 144, 148 146147, 147-149
Parentesco, véanse «Ancestros», Filiación Pueblo Véanse también Desa; Aldea
agnaicia; Dadia; Genealog ía; Gupo «Pueblo-república» o «r epública aldeaa »,
de parientes; Linaje real; Línea nu 75-77, 131
clear; Marimonio uertas, véanse Verja de dos hojas; Verja
Paih, 9192 ubieta
«Patrimonialismo», 14 Pueto omercial, 1 1 9 1 30, 1 65 Véase
Payangan, 67 ambién Coercio marítimo
Pecau. Véase ambién Sistema pecau Punggawa, 9 1 , 92 , 143, 14 4, 23 , 245
Pekandelan, 94. Véase ambién Parekan «Punto de orige», 2 1 1
Pekarangan, 140 Véase ambién Casa Pupuan, 27, 42-43, 8, 1 25
Peleas de allo s, 1 64 ura Balai Agung  Véase ambiénTemlo
Pemdé, 9 1, 136 . Véanse ambién Rey se del Gran Consejo
gundón; Señor supremo; Cakorda; Pura Batu Kau, 1 1 3-1 14, 1 14-1 1 7, 16 0,
«Gobieo doble» 161
Pemaksan, véase Cogregación del tem- Pura Dalem, véase Templo de l a Muete
plo Pura Panaaran Véase ambiénTemplo de
Pemangku véase Saerdote del emplo la Cabeza del Estado
Pequeña nobleza, 34, 49, véase Nobleza Pura Push Véase ambién Templo del
Perbekel, 42, 84, 93-94, 143, 14, 145, Origen o del Obligo
23 , 239 , 245, 246 Véase ambiénSis ura Subak. Véae ambién Templo de la
tema perbekel Cabeza del Aozal
Pesos y medidas, véanse Kpng; Medida Pura Ulun Carik Véase ambién Templo
del agua; Tenah de la Cabe za del Aozal
Pige aud, Th., 20, 240- 24 1 Pura Ulun Suwi. Véase ambién Templo
Pia / pia, 21 4-2 15, 241 de la Cabeza de las Aguas
Plantaiones, 147 Pura, 23, 6 5, 7 2, 3, 1 30- 1 35, 20 
Plebeyos, véanse Sudra; Umah; Pekaran- Puri, 23, 56, 57, 90, 140, 177, 20720 ,
gan; Rango 23 Vase también Distribuión de
Poblaión , 36, 46, 92, 1 43, 1 4 1 45, 1 66 palaio
Pode� 41 , 147 , 207, 231 , 23 2, 240 Véan- Puri dé, 56, 140. Véase ambién Dalem
se ambién Dominaión; Seki Puifaión, véase Poluión
Polanyi, K., 1 24, 1 63- 1 64, 1 70, 242 Puma, 1 Wayan Gutsi, 42
Raes T S 19-20, 25, 6, 121, 167, Satia 33-3, 9 , 50, 6 1 , 70, 22 0
20 Schieke B 1 8, 23 , 1 20- 1 2 1 , 1 69
Rango 5, 52-56, 71, 72, 88-92, 139, Schwatz H., 137, 151, 167-168, 173,
10, 11, 236. Véanse también Halus 17
/ kasar; Jeaquía Jaba / je; «Cas Sebe/, véase Poución
ta» Sistema de títuos riwangsa; Sedahan gdé, 2, 98-99, 1 50, 2-27
Waa sistema de vaa; Nobeza Sedahan, 98, 1 , 1 50, 2-27
Seño Dependiente Pebeyos Seis Gandes Tempos os véase Sad
Reaeza 50, 228, 23 1 , 232-233 . Véase Kahyangan
también Cakorda; Seño Estado Seka yh, véase Equipo de agua
«Reaeza divina»; «Sobeanía unive- Seka, 8, 1 35
sa» Seño supemo Rey segundón Sekti, 1 83, 1 85- 1 86, 1 87, 1 88, 203, 207,
«Reaeza divina» 18, 185-18, 220- 2. Véase también Murti
233, 23 Seño supemo 85, 93-94. Véanse tam
Recaudado de impuesto véase Sedahan bién Cakorda; Patith; Pemde; Pung
Reencanación 5 gawa
Reinos comeciaes véas e Kebandan Seño véanse Cakorda; Clienteismo De-
Reiquias véase Waris; Urikan pendientes Pequeña nobeza Nobe
Rentas come cia es 172-173 za Paacio; Patith; Pemadé; Pebeyos;
Rentas de a tiea 150 Punggawa; Rango Seño supemo
Residencia ea 84-92 Véanse también Seicio itua 96, 26
Paacio Dalem; Puri; Puri gdé Si mboismo die cciona 203, 20
Resink G J 165 Simboismo ico véase Lingga
Rey segundón véase Pemadé Simboogía 182, 183-188, 18819, 197
Rey segundón Véae también Pemdé 19 9, 23  , 232
Ricoeu P 217 Singaaja 6 , 120 , 1 3 1 , 1 67
Rito véanse Cuto de aoz Empaste Singkeh Cong 127-130, 173
denta ncineación Magnitud itual Sirviente véanse Parekan; Pekanelan
Puputan; Ritu a est ata Rtua de ie- «Si stema de ca tas» 32-3, 9 50. Véan
go Sacifcio itua  Sati; Sevicio i- se también Bamana Sata Wesia
tua Suda Sistema de títuos Triwangsa;
Ritua agícoa véase Cuto de aoz Si stema de vaa; Jaba / je
Ritua de iego 10 - 10 8, 1 1 1- 1 1 Sistema de títuos 44-5, 6, 9, 13.
Ritua estata 28 , 3 -35 , 5 5- 56 , 1 77 - 1 8 1 , Véanse también Jeaquía Rgo Sis-
20 1 , 23 . Véanse también Incinea- tema de «cast as»  Sistem a de vaa
ción; Puputan; Sacifcio rtua Em- Sistema de vaa, 5, 2 1 2. Véanse tam
paste denta bién Jeaquía Rango «Sistema de
Rukasah E 3, 161 casta s»  Sistema de tí tuos
Rukun, 79, 1 1 , 1 2 Sistema hi dáuico 1 00- 1 03, 1 3
Sistema Mahayuga 3, 5. Véase tam
Sacedote de tempo 107, 13-135 bién Caendao
Sacedote 50, 61-2, 5-6, 71, 135, Sistema pecatu, 1 9, 239
1 85, 1 96-2 , 201 , 202 , 206 -207   perbekel, 84-85, 93-96 , 1 - 1 5,
212, 213, 21, 223, 235-239. Véanse 16, 26
también Bagawanta; Bhmana Siwa Siva (Siwa) 1 8, 1 85, 187, 1 88, 195, 199 ,
sisia 201 , 203, 205, 206, 207, 21 0, 23 7, 23-
Scifco itua 177- 8 1 , 21 3, 21 , 25- 24. Véanse también Suya Dioses
26. anse también Pupuan; Sati Siwsisia, 6 1 , 7 1
Sad Kahyagan 65, 72, 82-83 Skinne Q 233
at o suttee, 1 771 8 1 , 2  «Sobeanía univesa» 23-235
Ll4 NEGARA

Sociedad de regates 77-78, 80 -81 , 1- Templo del Orige o del Ombligo 83.
1 9, 1 50, 5 2- 53,  55- 56, 246-247. Véase también Kahyaga Tiga
Véanse también Agua ; Riego; Costi- Templo véanse Pur; Cogregació del
tució de l a sociedad de ( egates; Dis- templo; Fiestas del templo; Sacerdo
tribució de la siedad de regates; tes del templ o; Kahyaga T iga; Tem
Líderes de la socieda de regates; plo de la Muerte; T emplo de la Cabe
Ritual de riego; Tenah; Teaza ao- za de la Aguas; Templo de la Cabeza
cera del Aozal; Teplo de la Cabeza del
Sociead hidráulica véase Despotismo Estado; Templo del Gra Consejo;
orietal Templo e l Orige; Besakh; Pura Batu
So el véase Surya Kau; Sa Kahyaga; Lingitth; Pad
Spies  25 masana; Al tar del arrozal
Stutterheim W  25 Tenah,  53 -  54
Subak, véase Sociedad e regates Teeci a de l a tie 97-98, 47, 148, 153
Subanda, 63, 12, 125, 27, 28-29, Teiología vaiable 56
 66. Véase también Comercio Tiea véanse Agricultura; Impuestos so-
Súbito véase Kawula bre la tiea; Retas de la tiea; Te-
Sucesió 214 ecia de la tiea; Aedamieto;
Sura 49, 50,  42, 2 2, 2  4-2 5 . Véanse Sistema pecatu
también caas suras ,jaba I j Tieas baldías véas Yermo
Sukawati 72 ta, véase Agua bedita
Surya 7  ,  84, 99 , 20 , 205, 23 7. Véan Títuos 1 36,  37, 39 4 ,  43, 233- 234,
s también Siva; Dioses 23 7- 23 8. Véase también Si stema d e tí
«Sustativismo» vesus «frmalio» tulos
1 64 Toe crematoria 178, 83, 198, 24
Swellegr ebe J. L . 31,22 Véanse también Axis mundi; Mote
meru
Tabaa 27, 3-32, 36, 39, 40, 42, 67, Trabajo agrícola véanse Sociead de re
72, 84-   9,  22 , 127- 29, 36,  37, gates; Teecia de l a tiea; Aenda-
38-39, 4, 42, 73, 208, 212, taio
23 7, 23 8, 245, 246 Trace véase Meditació
Tailadia 70 Tratado 66-69, 72, 162. anse también
Teatro e sombras chiescas 20, 209, Aiazas; Ley
244245 Tres Grades Templo los véase Ka-
Templo e a Cbeza de las Aguas 07- yaga Tiga
 08,   3,  57. Véae también Pura Twngs, 49, 50, 5  , 70, 2  2, 238. V éa
Ulu Suwi se también Nobleza
Teplo de la Cabeza el Aozal 06- Troo de dios véase Padmasana
 07, 1 58 . Véase también Pra Subak o Tumpek, 2 1  . Véase también Wuku
Pura Ulu Carik
Tempo de a Cabeza del Estado 24- Ukirn, 1 93 -  95 , 209. Véanse también
242, véase Pura Paataa Axis Mundi; Pui
Templo de la Muete o del Iterior véase Umah, 140
Pura Dalem
Templo de la muerte 83. ase también Van BloemeWaaders P. L 12 , 16 6
Kahyaga tiga Van Eck R, 68
Templo de la presa véase Templo de la Van Leur J C 18, 120, 69170, 71,
cabeza de ls aguas 235
Templo del Gra Cosejo 83, 107, 134- Van aerse  H 234
1 35 , 242, v éase Pura Balai Agug Van Stei Caleel P. V. 133
Vrja de dos hoja 20 Wong jaba 49
Visnu véase Dios Wong jer, 49
Wong Majapahit 43
Wrgi, 5 9-60 7   72 88. Véanse también orsly P. J, 223 228 236-237 239
Matrimonio; Hiprga mia 244-245
Waris 1 94-  95 2   Wuku 209 2   . Véase también Caln-
a véase Sistma d vaa dario
br M  9 50 93 229 247
him W. , 24 Yo 239-240
sia 49 50 70
ittfgl K.  24 75 153 Zimmr H 209
ittgenstin L , 232 «Zonas neutrals» véase Frontras

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