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Oscar Beccaluva.

Trabajo práctico de Derecho Internacional Pública

1. El tratado, en primer lugar, sería nulo de nulidad absoluta desde su origen porque es
contrario a los principios aceptados por la comunidad internacional y al ius cogens,
conforme el artículo 53 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados (1969),
pues su objeto es ilícito (intercambio de esclavos). Por otro, el Presidente de la Nación, en
tanto jefe de Estado, puede realizar todas las etapas con respecto a la celebración de un
tratado en buena y debida forma, sin embargo, por nuestras disposiciones internas, el
presidente necesita la aprobación del Congreso para manifestar el consentimiento del país
en obligarse en virtud del artículo 75 inc. 22. A partir de ese momento el presidente podrá
manifestar el consentimiento del país en obligarse, si el Congreso rechaza el tratado, el
presidente no podrá hacerlo, y de hacerlo lo estará haciendo en violación a una norma de
importancia del Derecho interno, por lo que el Estado puede argüir ello para no cumplir
según el artículo 46 de la Convención de Viena de 1969.
2. Si fuera negociado por un representante argentino sin plenos poderes no sería obligatorio
para el Estado, pues carece de aptitud para obligarlo en virtud del artículo 7 de la
Convención de Viena de 1969 y esta nulidad sería relativa, pues puede ser salvable si el
Estado ratifica ulteriormente la acción llevada a cabo por aquel representante argentino (art.
8, convención opus cit). Entiendo que ello le debería corresponder al Presidente de la
Nación, en conformidad con el inc. 11 del artículo 99 de la Constitución Nacional, en tanto
que esa etapa en la negociación de un tratado es potestad, en nuestro derecho interno, del
presidente y es quien lleva adelante las relaciones internacionales. Podría interpretarse que
el Congreso al dar la aprobación para obligarse con respecto al tratado sería una ratificación
de lo llevado a cabo, pero entiendo que, para no invadir otros poderes, por más que el Poder
Legislativo lleve adelante la acción, en última instancia es el presidente quien tendrá la
potestad.
3. Como expliqué en el punto A, el tratado sería nulo de nulidad absoluta por ser contrario a los
principios aceptados por la comunidad internacional, que no admiten acuerdo en contrario,
al ius cogens, de acuerdo con el artículo 53 de la Convención de Viena de 1969. Dicha
nulidad recae sobre el objeto del tratado y por tanto es insalvable. No habrá manera de
subsanar el problema de la nulidad, pues el objeto es inaceptable (tráfico de esclavos para
utilizarlos en empresas textiles). Ni tampoco podrá ningún Estado exigir el cumplimiento del
tratado. Si el tratado hubiese sido celebrado cuando aún la humanidad aceptaba la
esclavitud y no existía ninguna norma ius cogens que pudiese contrariarla, el nacimiento de
ella sería una causa de terminación del tratado, ya que éste pasa a sobrevenir nulo.
4. Cualquier miembro de la comunidad internacional puede instar a ambos países a desistir de
la conducta, teniendo la Asamblea General de las Naciones Unidas la potestad de
recomendar a ambos países a desistir de la conducta en caso de querer aplicar la conducta y
sugiriendo a los otros Estados a no prestar colaboración con Chile y Argentina, además de
cortar relaciones diplomáticas. El Consejo de Seguridad podrá, conforme el articulado del
capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas, proceder primeramente a imponer sanciones
que no impliquen el uso de la fuerza, y de proseguir la conducta o de considerarse
insuficientes las medidas, podrá disponer medidas de fuerzas armadas, pues un acuerdo de
tal naturaleza, trabajadores esclavos, pone en riesgo la paz en la región (en el caso
hipotético se menciona a Uruguay) y a nivel mundial, además de constituir graves
violaciones a los derechos humanos. Mi respuesta además tiene su fundamento en la
resolución 1761 de la Asamblea General, que sugiere medidas contra Sudáfrica por aplicar
en su país un régimen de carácter racista (apartheid), y la resolución 418 del Consejo de
Seguridad que menciona que un régimen de ese carácter es una amenaza grave a la paz en
la región y a nivel mundial, disponiendo el cese de la conducta, y así lo hace en diversas
resoluciones más. El poner en el ejemplo a Uruguay muestra como una acción, como en el
hipotético caso, pareciera no afectar la seguridad de los demás Estados, sí lo es en tanto
genera malestar en la comunidad internacional que, como sucedió con Sudáfrica, derivan en
hechos violentos involucrando a la región.
5. En la actualidad existe una misión de paz en la República Democrática del Congo, ​Mission de
l'Organisation des Nations unies pour la stabilisation en République démocratique du Congo
(MONUSCO, por sus siglas en francés) que fue establecida por las resoluciones ​1279 (1999) y
1291 (2000) del Consejo de Seguridad de la ONU, ambas adoptadas por la unanimidad de los
entonces miembros. Tenía por objetivo monitorear el proceso de paz de la Segunda Guerra
del Congo, un conflicto étnico en el país que se cobró cerca de 4 millones de vidas entre
1998 y su término formal en 2003. Luego de que se haya considerado cumplida la primera
fase de la misión, en la actualidad por la resolución 1925 --también adoptada por
unanimidad-- tiene por directivas prestar asistencia humanitaria, protección a civiles y
defensores de derechos humanos en peligro inminente y apoyar al país en la estabilización
de la paz. Tiene su sede en Kinhasa, la capital del país, y se encuentran desplegadas en ella
casi 40 mil personas y el país que más personas aporta a la misión es Pakistán​.

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