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Literatura Hispanoamericana I

Docente: Heredia
Año: 2°
Unidad 1: América latina entre la maravilla y el desencanto

 Las Literaturas Precolombinas (Bellini, Giuseppe: “Nueva Historia de la Literatura


Hispanoamericana)
La verdadera misión misionera de España fue la conversación esencial y la valorización de un
inmenso patrimonio cultural indígena, merito extraordinario de las órdenes religiosas a cuya obra
inteligentes debemos todos nuestros conocimientos del mundo precolombinos. El proceso a la
conquista, interrupción violenta y repentina de civilizaciones en pleno desarrollo, con la sustitución
forzada de la cultura propia por una nueva cultura, fue siempre un hecho común. La conquista es un
hecho histórico que nada puede cambiar, también parece inevitable e irreversible en el ámbito cultural
la superposición de una cultura diferente, de la que eran portadores los conquistadores, los religiosos
y los colonizadores. Lo que importa, es poner de relieve que gran parte de la esencia cultural del
mundo aborigen se ha salvado y acabó confluyendo como componente decisivo en la espiritualidad
hispanoamericana, no en discordia, sino en productiva síntesis, manifestándose legítimamente en una
lengua sin lugar a dudas importadas, pero que sirvió para unificar la expresión del continente, y sobre
todo, para insertar su presencia cultural en el mundo.
La identidad de América no se elimina con la conquista, ni con la sustitución del vehículo
lingüístico. En la actualidad, la exaltación del pasado indígena no puede significar otra cosa que la
afirmación consciente de cuánto debe a esta y a la indígena la identidad americana. Las remotas
raíces, que no cesan de actuar, se hunden en ambas culturas, de una a otra parte del océano, y si por
un lado, el descubrimiento del Popol –Vuh, actuaran igualmente las voces de las grandes culturas
precolombinas y de manera más íntima, la presencia de una mística Araucanía.
Una gran figura como José Martí afirmaba que no tenía importancia que los hispanoamericanos
tuviesen en sus venas sangre árabe ni que fuesen de piel blanca, porque el espíritu de los hombres
aletea sobre la tierra en la que han vivido y se respira. Por esto sentía correr en su sangre también la
de aquellos que se habían opuesto a la conquista. Esta es la continuidad que observamos entre las
culturas indígenas y la cultura hispanoamericana, en una actuación intima, síntesis extraordinaria que
ha dado al mundo americano madurez.
Las grandes expresiones de la literatura precolombinas las encontramos en las zonas de
civilización superior, en el mundo Náhuatl, en el maya y en el quechua.

Cultura Náhuatl
En la zona “Náhuatl”, o mexicana, la civilización se edificó sobre la base de las aportaciones de
pueblos diferentes, entre los cuales los toltecas fueron los primeros. En México se elevan grandes
ciudades santuarios, debido a que la expresión artística de estos pueblos se encuentra estrechamente
vinculada a la religión. Teotihuacán es la ciudad más antigua de los toltecas, adoradores del sol y de
la luna y sobre todo de Quetzalcóatl, dios del aire.
Hacia el siglo XIII hicieron su aparición en el territorio mexicano, procedente del Norte, los
aztecas, perteneciente por su origen a los chichimecas. Los aztecas se establecieron en Chapultepec
y desde ahí siguieron hacia el Sur, conducidos por su divinidad principal, Huitzilopochtli, dios de la
guerra, y acabaron fundando Tenochtitlan, sobre la laguna y comienzo del siglo XV Tlacaelel logró
fortalecer la presencia azteca, tras una serie de conquistas, una época dorada para su pueblo,
valiéndose de la alianza con los estados de Texcoco y de Tacuba. Tlacaelel tomo de la tradición tolteca
los mitos fundamentales, como la leyenda de los soles, honró como dioses a Huitzilopochtli y Coatlicue,
su madre, pero también a Quetzalcóatl, iniciando así la expansión azteca que desemboco en el
sometimiento militar de los pueblos circundantes (Toltecas, Otomíes, Tlascaltecas y buezotzincas),
hasta llegar a los territorios mayas.
La civilización Náhuatl alcanzó un máximo esplendor, surgieron las grandes ciudades y se
construyeron las singulares pirámides templo, donde se rendía culto a los dioses.
El arte azteca

Todas las expresiones vitales del mundo náhuatl se manifiestan en el marco de una visión
religiosa que le es propia. Los aztecas interpretaron el mundo, al igual que los mesoamericanos en
general, como resultado de violentas intervenciones divinas, de luchas encarnizadas entre los dioses.
El ciclo de las edades, o soles, es el producto de esas luchas, y las edades terminan violentamente
del mismo modo que se engendraron. La aparición del hombre tiene lugar en la edad del “sol en
movimiento”, pero antes habían existido otras cuatros edades: de tierra, de aire, de agua y de fuego.
La edad del hombre lleva en si misma los signos del fin, que los aztecas tratan de impedir inmolando
víctimas humanas a Huitzilopochtli, identificado con el sol. En los cinco soles se afirma que en el año
I- conejo” se cimentó la tierra y el cielo”, pero para aquella época ya habían existido cuatro tipos de
hombres: “Y decían que a los primeros hombres/ su dioses lo hizo, los forjó de ceniza”. En el segundo
sol, llamado “Sol de tigres”, el sol no seguía su camino y todos se caían e imperaban los gigantes; el
tercer sol fue el “sol de lluvia” y cayó una lluvia de fuego que quemó todo. Vino el cuarto sol, “sol de
viento”, que se llevó todas las cosas, y los hombres se transformaron en monos y fueron a vivir en los
bosques. Por fin el quinto Sol fue “Sol de movimiento”: es esta la edad en la que viven los aztecas,
cuando llegan a las costas mexicanas los españoles de Cortés.
Tampoco esta fue una época feliz, pues abundó en signos negativos: hambre, destrucción y
muerte. Para contrarrestar tanta desventura y su propia destrucción definitiva, los aztecas sacrificaban
víctimas humanas a sus dioses.
La tradición oral y la representación a base de glifos permitías transmitir esta visión religiosa del
mundo, la ciencia del calendario, la historia, la poesía. El método no era fácil: existían escuelas
especializadas en las que, tras un largo ejercicio de la memoria, algunos individuos, seleccionador por
su inteligencia, aprendían los textos para su transmisión y también la interpretación de la pictografía.

La poesía
Los cantos náhuatl son la expresión musical del pensamiento. Esto explica su importancia
como manifestación de una colectividad, pero también en ellos se advierte la nota individual.
La poesía náhuatl presenta características de estilo como son paralelismo, el difrasismo, el
recurso al estribillo, el uso de palabras- broches, es decir, la repetición de determinadas palabras
llamativas que ligan un desarrollo lirico a otro en dos secciones y a veces más , del poema.

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