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07/ 08/ 2004
Citar Lexis Nº 0003/000635
Género:
Doctrina
Título:
Préstamos sindicados
Autor:
Wood, Philip
Fuente:
JA 1998II979
CONTRATOS BANCARIOS Y DE CRÉDITO 13) Préstamo bancario
Introducción
Los grandes préstamos son susceptibles de sindicación entre varios bancos, ya que un
solo banco en sí mismo puede no estar dispuesto o capacitado para anticipar el monto del
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préstamo en su totalidad. La esencia de la sindicación consiste en que dos o más bancos
convienen efectuar préstamos a un tomador en condiciones comunes que se rigen en
virtud de un contrato único celebrado entre las partes. La cantidad de bancos puede ser
muy pequeña, como ocurre con el denominado "préstamo de grupo" (1), o muy grande y,
en casos excepcionales, puede involucrar a cientos de prestamistas.
Mandato
En general, la sindicación se inicia cuando el tomador otorga un mandato al banco o
grupo de bancos gerentes donde se enumeran las condiciones financieras del préstamo
propuesto y se autoriza al banco gerente o "banco líder" a organizar la sindicación y
confirmar la naturaleza exclusiva del mandato. Las condiciones financieras se enumeran
en los "términos del préstamo" donde se consigna monto, plazo, cronograma de
amortización, margen de interés, comisiones, condiciones especiales y una declaración
general de que el préstamo deberá contener manifestaciones y garantías, estipulaciones,
supuestos de incumplimiento y otras cláusulas usuales.
Los bancos gerentes pueden convenir suscribir el préstamo íntegro, es decir, pactar que
prestarán el importe total si no logran encontrar otros participantes. A menudo, se dice
que este "compromiso" de suscripción se halla sometido a los cambios esenciales de las
condiciones de mercado que ocurrieran con anterioridad a la firma del contrato formal de
préstamo.
El mandato debe (o debería) expresarse como un compromiso vinculante de carácter no
jurídico que se halla sometido al contrato: opera como un entendimiento comercial entre
las partes hasta que se presente la documentación formal del préstamo que permita a las
partes proseguir con la organización del préstamo. En virtud de los principios generales
del derecho contractual, se presume que los convenios comerciales tienen carácter
vinculante jurídicamente y, por ende, de no expresarse que el mandato se halla sometido
al contrato, los bancos gerentes se comprometerían en virtud de las condiciones sólo si
estas últimas tuvieran suficiente precisión. El contrato podría existir aun cuando no se
hubieran pactado todas las cláusulas ni se hubiera manifestado la intención de presentar
la documentación formal más adelante: véase, por ej., Branca v. Cobarro [1947] KB 854.
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Funciones del banco líder
Las funciones del banco líder o gerente consisten en: (a) preparar un memorándum
informativo sobre el tomador y el préstamo en conjunción con el tomador para su envío a
los potenciales participantes, (b) recabar expresiones de interés de parte de los bancos y
(c) tramitar la documentación relativa al préstamo.
Resumen de los principios de sindicación de préstamos
Compromisos mancomunados simples. Cada banco acuerda en el contrato de préstamo
efectuar un préstamo independiente al tomador hasta el límite de su compromiso
declarado. Los compromisos son mancomunados simples: los bancos no se suscriben
entre sí en función de las prácticas normales de sindicación. Los aportes a los préstamos
son efectuados por los bancos en proporción a sus compromisos y los pagos al tomador,
en términos generales, se dividen entre los bancos en la misma proporción. Sin embargo,
todos los préstamos se realizan precisamente en las mismas condiciones.
Banco agente. Por motivos de conveniencia administrativa, se designa a uno de los
bancos como mandatario del consorcio prestamista para canalizar por su intermedio los
pagos y las comunicaciones. El banco agente es un mandatario administrativo y pocas
veces tiene funciones gerenciales de importancia. El banco agente es mandatario de los
bancos, no del prestatario.
Democracia del consorcio prestamista. Los bancos pueden pactar entre sí delegar
limitadas decisiones al control mayoritario, por ej., ciertas renuncias a cumplir
obligaciones por falta de pago y el derecho de acelerar o exigir la caducidad de los plazos
del préstamo en el supuesto de incumplimiento.
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Participación a prorrata. Los bancos también pueden establecer cierto grado de
mancomunidad en virtud de una cláusula de participación a prorrata destinada a asegurar
que las sumas percibidas por los miembros del consorcio prestamista en concepto de
compensación, producido de litigios o de otra naturaleza se compartan en forma
proporcional sin discriminación alguna.
Invitación a participantes
Memorándum informativo
El banco líder que recibe el mandato de organizar la colocación de un préstamo sindicado
intentará un acercamiento con los demás bancos del mercado para corroborar si estos
últimos están o no dispuestos a participar. La práctica usual consiste en enviar a los
bancos que se manifiestan interesados un memorándum informativo con datos financieros
y de otra índole acerca del prestatario, elaborado por el banco gerente en conjunción con
el tomador del préstamo.
En general, el memorándum informativo contiene: (a) las condiciones del préstamo con
los detalles pertinentes; (b) los detalles de la trayectoria y actividad comercial del
prestatario; (c) los detalles de la estructura gerencial del prestatario; y (d) los estados
contables del prestatario.
Regulación internacional del material relativo a la invitación
Muchas jurisdicciones comerciales introdujeron legislación regulatoria de la circulación
de información mediante la cual se invita al público a invertir en títulos valores con el fin
de proteger al inversor de maniobras dolosas. En términos generales, si el memorándum
informativo es un prospecto que se encuentra regulado en la legislación nacional, deberá:
(a) contener la información requerida; (b) hallarse inscripto en una Comisión de Valores,
en un Registro de Sociedades o en cualquier otro ente competente; y (c) contemplar una
mayor responsabilidad por declaración falsa de hechos, por ej., delegando la carga de la
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prueba en la defensa y evitando toda exclusión de responsabilidad por manifestaciones
falsas.
Sin embargo, casi siempre puede constatarse que el memorádum informativo gozará de
alguna exención, a saber:
1. La circular constituye una oferta privada y no una invitación al "público". Pero el
alcance del significado del término "público" puede abarcar un pequeño grupo, por ej., de
30 o 40 personas.
2. Se emite sólo para inversores sofisticados o inversores profesionales o expertos de
quienes se espera puedan cuidar de sí mismos.
3. El prestatario es un gobierno o un ente gubernamental o una municipalidad.
4. Las participaciones en el contrato de préstamo no constituyen "títulos valores" o
"debentures" en virtud de la legislación en materia de valores mobiliarios.
5. La circular se emite en forma externa a residentes extranjeros y, como asunto
interpretativo, la ley se halla limitada desde el punto de vista territorial.
En el Reino Unido y el resto de Europa, la circulación de material sobre oferta de títulos
valores a inversores sofisticados está permitida en términos generales, si bien la posición
británica en virtud de la Ley de Servicios Financieros de 1986 (2) es compleja. Pero en
los Estados Unidos, la Ley de Títulos Valores de 1933 (3) y la Ley de Bolsa de Valores
de 1934 (4) contienen disposiciones más restrictivas. En particular, las ofertas a
operadores profesionales en títulos valores de los Estados unidos y las ofertas privadas
deben satisfacer estrictas condiciones. No obstante, los tribunales estadounidenses
exceptuaron de hecho a los contratos de préstamo bancarios y al otorgamiento de
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participaciones del alcance de las Leyes de Títulos Valores en casos normales, al exaltar
el objeto resarcitorio de la legislación por encima del significado literal de las palabras.
Los tribunales sostuvieron que las Leyes de Títulos Valores sólo intentan proteger a las
personas que adquieren valores mobiliarios.
En general, el "pagaré" no es un "título valor" regulado por la legislación si se utiliza en
relación con un préstamo comercial, pero será "título valor" si representa una inversión.
Responsabilidad por manifestaciones falsas
La potencial responsabilidad por manifestaciones falsas vinculadas con la invitación a
participar en el consorcio prestamista tiene importancia tanto para el prestatario como
para el banco líder.
Si el prestatario indujera el otorgamiento del préstamo mediante manifestaciones falsas
referidas, por ej., a su situación financiera, el prestatario podría ser responsable ante una
acción por rescisión del contrato de préstamo o en concepto de daños y perjuicios.
Asimismo, suele existir un expreso supuesto de incumplimiento fundado en una garantía
relativa a la exactitud del memorándum informativo. En casos normales, una demanda
por daños y perjuicios no agregaría mucho a la demanda por el préstamo en sí mismo,
aunque sí lo haría en circunstancias excepcionales, por ej., en préstamos de recursos
limitados, donde los derechos de los bancos de recuperar el préstamo se limitan al flujo
de fondos proveniente del proyecto de financiamiento y al beneficio del título valor.
Desde el punto de vista del banco gerente, el riesgo de las manifestaciones falsas podría
originar consecuencias graves ya que, si el prestatario fuera insolvente, los participantes
inducidos a celebrar el contrato de préstamo mediante manifestaciones falsas respecto de
las cuales es responsable el banco gerente, podrían recurrir a este último como el único
bolsillo apto para el pago que reclaman.
Relación entre los miembros del consorcio prestamista
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Mancomunidad simple
En los préstamos sindicados se estipula que:
(a) Cada banco efectuará préstamos hasta el límite de su compromiso específico durante
el plazo de duración de dicho compromiso.
(b) Las obligaciones de cada banco son mancomunadas simples.
(c) Los derechos de cada banco son derechos independientes.
Los consorcios prestamistas normales no son sociedades porque no existe participación
en las ganancias netas: véase art. 1 (1) de la Ley de Sociedades de 1890 (5). La sociedad
implicaría, por ej., obligaciones fiduciarias entre las partes (entre otras, deber de
publicidad total y prevención de conflictos de intereses), mutua responsabilidad por
resarcimiento y regímenes especiales en materia tributaria y concursal.
Se establece que la obligación de prestar de cada banco es mancomunada simple. Los
bancos no se suscriben entre sí ni garantizan al prestatario que los demás bancos
integrantes del consorcio prestamista permanecerán en estado de solvencia. Por ende, las
normas técnicas de responsabilidad solidaria no tienen importancia en la práctica.
El banco agente, de igual manera, no garantiza que cada banco cumplirá su obligación de
prestar. Los bancos agentes no suelen ocuparse de encontrar un sustituto para un banco
fallido ya que son meros mandatarios que, de conformidad con los principios jurídicos
del mandato, no tienen responsabilidad personal por las obligaciones de sus mandantes.
Si uno de los bancos incumpliera su obligación de prestar, el tomador tendrá derecho a
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reclamar daños y perjuicios a dicho banco (en general, el costo adicional del
financiamiento alternativo más los daños y perjuicios contemplados en forma especial).
Los derechos de los bancos respecto de los préstamos y en virtud del contrato pertinente
se consideran, en general, derechos independientes, es decir, adeudados a cada banco en
forma individual. Esto significa que los préstamos por separado se adeudan a cada banco
individualmente, para evitar el litisconsorcio entre los bancos y facilitar las
compensaciones bancarias individuales: un banco puede no tener derecho a compensar un
préstamo que se le adeuda contra un depósito si es titular del préstamo en participaciones
indivisas con los demás bancos: Bowyear v. Pawson (1881) 6 QBD 540. Las normas
técnicas relativas a derechos solidarios no tienen importancia en la práctica.
Democracia del consorcio prestamista
Práctica usual. Muchos contratos de préstamo a plazo fijo sindicados contienen cláusulas
que contemplan la toma de decisiones por parte de los bancos. En general, los votos se
miden de acuerdo con el monto de las participaciones de los bancos. La mayoría
usualmente se determina en 50% o 66 2/3%.
Invariablemente, las facultades conferidas a la mayoría de los bancos no son tan amplias
como aquellas que pueden conferirse a los titulares o a los administradores fiduciarios de
obligaciones, ya que los bancos son entidades sofisticadas con importantes compromisos
en el préstamo y no están dispuestos a delegar la gestión en una mayoría. Más aún, no
suele ser necesario proteger el interés general frente al obligacionista pacífico o rebelde
que, de lo contrario, podría obstaculizar un arreglo beneficioso.
Las facultades usuales de las mayorías incluyen aquéllas relativas a:
(a) renunciar a exigir el cumplimiento de cláusulas especiales o prestar consentimiento
para morigerar cláusulas especiales como, por ej., la prenda negativa;
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(b) determinar si una manifestación incorrecta o un cambio adverso de la situación
financiera es esencial a los fines de los supuestos de incumplimiento;
(c) ordenar al banco agente acelerar o disponer la caducidad de los plazos de los
préstamos al verificarse un supuesto de incumplimiento. En general, los bancos pueden
resolver por mayoría del 50% o 66 2/3%, pero el banco agente también puede tener la
facultad discrecional expresa de hacer cumplir la caducidad de los plazos sin remitirse
previamente a los bancos (para cubrir emergencias).
En general, no se permiten las siguientes modificaciones por mayoría:
renunciar a las condiciones suspensivas referidas al adelanto de préstamos. Por ende,
cada banco puede suspender en forma unilateral su obligación de adelantar nuevas sumas
de dinero en caso de no cumplirse una condición suspensiva. Sin embargo, en el
financiamiento de proyectos dicha renuncia puede someterse a control mayoritario, ya
que todos los bancos sufrirían por la decisión de no prestar tomada por uno de los bancos;
gozar de la facultad de conceder esperas o reducir el monto de los pagos o la tasa de
interés o cambiar la moneda.
Cláusulas prohibitorias del inicio de juicios. Las cláusulas prohibitorias del inicio de
juicios incluidas en los fideicomisos de bonos confieren al fiduciario el derecho exclusivo
de entablar demandas, excluyendo de este modo los derechos individuales del
obligacionista salvo que, por ej., una determinada proporción de los obligacionistas
ordenara al fiduciario iniciar las acciones y el fiduciario incumpliera la instrucción.
Aparte del financiamiento de proyectos, las cláusulas aludidas no figuran en los contratos
de préstamo sindicado. Por ende, los bancos pueden demandar en forma individual por
las sumas impagas (pero pueden tener que compartir en virtud de la cláusula de
participación a prorrata).
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Validez del control mayoritario. Las facultades de la mayoría de obligar a una minoría
fueron objeto de consideración en diversas decisiones que involucraban a obligacionistas
y a fiduciarios de obligacionistas.
Pago de préstamos al tomador
En los préstamos sindicados, los bancos ponen el producido de los préstamos a
disposición del banco agente, que se encarga de abonarlo al tomador. Los bancos asumen
el riesgo de insolvencia del banco agente, es decir, si dicho banco entrara en cesación de
pagos después de haber recibido el producido de los préstamos otorgados por los bancos,
pero antes del efectivo pago al tomador (dado que el banco agente es mandatario de los
bancos miembros del consorcio prestamista); salvo que pudiera demostrarse que el
producido está afectado a un fideicomiso de "propósito especial" y es susceptible de
rastreo: dichos fideicomisos están fundados en el common law y en la práctica tienen un
riesgo mínimo.
Pagos a cargo del tomador
En los préstamos sindicados, el tomador realiza pagos al banco agente, que distribuye el
producido a los bancos en forma proporcional. Conforme a derecho, el tomador queda
liberado de su obligación después de pagar al banco agente, aun cuando este último no
efectuara el pago a los bancos. Esto sucede porque el banco agente es mandatario de los
bancos y el pago al mandatario constituye pago al mandante.
Es usual estipular que si el banco agente distribuye los pagos a los bancos prestamistas o
al prestatario sin haber recibido los fondos del banco pagador, el receptor deberá
reembolsar el pago más los intereses. Esta cláusula tiene por objeto cubrir el riesgo de
que el banco agente pueda efectuar el pago íntegro sin haber podido verificar su
recepción de los correspondientes fondos compensados. Si las sumas son importantes, en
la cláusula puede estipularse que el banco agente no tendrá que distribuir los fondos si no
ha podido verificar su recepción de los correspondientes fondos compensados.
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Cláusulas de participación a prorrata
En términos generales, en la cláusula se estipula lo siguiente:
"Si cualquiera de los bancos recibiera una proporción mayor de su participación, deberá
pagar de inmediato la suma excedente al banco agente, que procederá a su redistribución
a prorrata entre los bancos y el banco pagador se subrogará en los créditos de los bancos
que reciben el pago".
La cláusula figura solamente en los préstamos sindicados. La estipulación es una cláusula
de igualdad del consorcio prestamista que tiene por objeto participar las entradas
individuales de uno de los bancos pero no del resto; por ej., entradas en concepto de
compensación, producido de litigios, garantías individuales o pago directo por parte del
prestatario. Un efecto práctico consiste en desalentar la acción unilateral por parte de un
banco porque sólo tendrá que participar el producido del litigio, salvo que este último se
hallara exento, caso que ocurre con frecuencia. El resultado es alcanzar un grado de
inercia que intensifique el consenso de los acreedores y constituya una protección
indirecta para el prestatario. La cláusula es importante en los empréstitos públicos,
porque no es obligatoria la igualdad de tratamiento de los acreedores en caso de quiebra o
concurso ni existe doctrina sobre privilegios en caso de maniobras fraudulentas. Es una
cláusula tipo en los acuerdos de restructuración de la deuda.
La cláusula puede permitir el mecanismo de "doble compensación". Por ejemplo, un
banco tiene un depósito por 140 y otorga un préstamo por 100. Al producirse el
incumplimiento del prestatario, el banco compensa la deuda por 100 con el depósito de
140, donde quedan 40. Dado que el banco acaba de recibir 100 más que los otros bancos,
debe pagar 100 al banco agente para su distribución a prorrata entre todos los demás
bancos. El pago se hace con sus propios fondos. En consecuencia, adquiere deuda
adicional de parte de los demás bancos por subrogación en la medida de los pagos a ellos
efectuados. Por ende, el tomador permanece endeudado frente a ese banco que luego
compensa contra los 40 que restan en el depósito. Esta circunstancia en sí misma origina
una nueva obligación de pagar a los demás bancos. El proceso continúa hasta que se
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agota el depósito en su totalidad, de manera que el efecto es como si el depósito se
hubiera debitado para asegurar las participaciones de todos los bancos.
La transferencia de créditos para adquirir compensaciones no es inusual y debería ser
eficaz en caso de hallarse contemplada en el contrato. Sin embargo, la acumulación de
compensaciones durante el período de sospecha previo a la declaración del estado de
cesación de pagos tiene sus limitaciones en las jurisdicciones donde se permite la
compensación por insolvencia. Una segunda compensación posterior a la apertura de la
quiebra por motivos de una cesión posterior al pedido de quiebra o de una subrogación
por contrato es dudosa; pero la primera compensación por motivos de subrogación
posterior al pedido de quiebra de conformidad con un compromiso anterior a dicho
pedido debería tener éxito en Inglaterra.
El banco que participa debería tener el derecho expreso de subrogarse en los bancos
receptores en la medida en que el banco pagara a los bancos receptores. En algunas
cláusulas se estipulan cesiones expresas, que resultan engorrosas, especialmente en
aquellas jurisdicciones donde se prescriben formalidades especiales, por ejemplo, la
notificación obligatoria del deudor, como ocurre en Francia y en muchos países afines.
La cláusula también puede contemplar lo siguiente:
La participación se liquida por compensación si el banco receptor inicial está obligado a
reembolsar el excedente del pago al síndico liquidador del prestamista, por ejemplo,
porque se trataba de un privilegio por maniobras fraudulentas.
El producido en virtud de la sentencia percibido por el banco que en forma individual
demanda al prestatario puede estar excluido del deber de someterlo a participación, lo que
permite una recompensa a quien actúa con diligencia.
Toda obligación de compensar a fin de producir un recupero susceptible de
participación puede ser denegada en forma expresa. El banco puede no tener el deseo de
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compensar. La posibilidad de que un banco tuviera el deber legal de utilizar la
compensación para ventaja de los demás bancos se considera sumamente lejana en casos
normales. Considérese la disciplina de los títulos valores.
La participación puede excluirse si la entrada proviene de un tercero, por ejemplo, una
garantía privada otorgada a un solo banco.
En la restructuración de los empréstitos públicos, pueden excluirse los pagos en moneda
local y las operaciones que contemplan la conversión de la deuda por títulos accionarios.
Este último mecanismo de swaps permite a los bancos convertir la deuda impaga de un
Estado insolvente en participaciones accionarias en empresas locales.
La cláusula ha tenido un éxito discutible. El principal problema ha sido la renuencia de
los bancos a cumplir la obligación de participar. Por consiguiente, en esta cláusula parece
que los abogados componen la música pero, cuando la banda comienza a tocar, nadie
quiere bailar. Los casos más conocidos de bancos desilusionados que en vano intentaron
persuadir a sus colegas de cumplir la participación a prorrata surgieron cuando algunas
entidades bancarias compensaron los préstamos iraníes con depósitos en el momento de
la revolución del Irán en 1979 y cuando la Argentina pagó a todos los bancos, con
excepción de las entidades británicas, durante la crisis de Malvinas a comienzos de la
década de 1980.
Fuera de los empréstitos públicos, no existe razón de urgencia por la cual los bancos
deban cumplir la participación sólo porque han debido prestar en las mismas condiciones,
aunque el impulso romántico de la igualdad entre los acreedores, emergente de un
contrato común, tenga una potencia extraordinaria.
Bancos agentes del consorcio prestamista
Introducción
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En los contratos de préstamo sindicado, se designa a uno de los bancos como mandatario
del resto por razones de conveniencia administrativa del préstamo.
Dos características comerciales del papel del banco agente son de capital importancia en
la práctica contemporánea:
(a) En general, los bancos agentes son reacios a asumir facultades de gestión del
préstamo por cuenta de los bancos. La remuneración, en forma de comisiones por el
cumplimiento del mandato que debe pagar el tomador, suele ser muy modesta a menudo,
sólo lo suficiente como para cubrir los gastos menores y el servicio de télex. Por ende,
no se pagan los riesgos de mala administración.
(b) En general, los mismos bancos no están dispuestos a delegar importantes funciones de
gestión en el banco agente y desean tomar sus propias decisiones.
Como resultado, las funciones del banco agente se definen con precisión, tienen alcance
reducido e imponen deberes administrativos: en virtud del contrato no se confieren
amplias facultades. A la luz de lo expuesto, muchas decisiones judiciales sobre
mandatarios y fiduciarios generales que tienen amplias facultades discrecionales en la
conducción de los negocios del mandante (por ej., mandatarios de empresas navieras o de
comercialización) deberían aplicarse con cautela en el contexto de la sindicación de
préstamos. Asimismo, de ello se desprende que los mismos bancos agentes buscan
elaborar mecanismos de protección contra los riesgos que de lo contrario podrían surgir.
Alcance de las facultades del mandatario
Los deberes y las facultades que suelen delegarse en el banco agente de conformidad con
el contrato de préstamo son de dos tipos:
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(a) Los deberes revisten el carácter de obligaciones contractuales.
(b) Las facultades se rigen por las normas relativas al ejercicio discrecional, por ej., los
deberes de diligencia debida y los deberes fiduciarios. Los deberes fiduciarios incluyen el
deber de no actuar si existe conflicto de intereses y de no obtener ganancias encubiertas.
Las principales funciones típicas del banco agente son las siguientes:
1. Deberes de agente de pago. Se trata de recibir en forma centralizada el producido de
los adelantos efectuados por los bancos y proceder a su entrega al prestatario; recibir los
pagos de amortizaciones, intereses y otras sumas referidas al préstamo que realiza el
tomador y proceder a su distribución a prorrata entre los miembros del consorcio
prestamista.
2. Deberes emergentes de condición suspensiva. Se trata de estudiar autorizaciones,
aprobaciones oficiales, dictámenes legales y toda otra documentación suministrada como
condición suspensiva al adelanto del préstamo para verificar que se cumplan los
requisitos del contrato.
3. Recepción de notificaciones. Se trata del deber de actuar como representante del
consorcio prestamista para la recepción de notificaciones enviadas por el tomador a los
efectos de la tramitación de los préstamos, la selección de los plazos de interés, los pagos
por adelantado, etc. y de notificar a los bancos en consecuencia.
4. Deberes bancarios. Se trata del deber (en los préstamos a tasa flotante) de determinar la
tasa de interés sobre la base de cotizaciones de bancos referenciales y de certificar la tasa
al prestatario y a los bancos.
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5. Deberes de control. Se trata del deber de enviar a los bancos la información financiera
y de toda otra índole que se reciba del tomador en virtud del contrato de préstamo.Se trata
de la facultad de requerir certificados de cumplimiento y toda otra información emanada
del tomador a fin de controlar el progreso del tomador y su observancia del contrato.
6. Deberes en caso de incumplimiento. Se trata del deber de informar a los bancos los
supuestos de incumplimiento, presentes o futuros, que llegan a su conocimiento. Se trata
de la facultad de acelerar o exigir la caducidad de los plazos del préstamo al verificarse
un supuesto de incumplimiento (a menudo asociada con el deber de proceder en ese
sentido si recibe las instrucciones de una proporción específica de los bancos). Cabe
destacar que la facultad de exigir la caducidad de los plazos a iniciativa del propio banco
agente tiene por objeto permitir a este último actuar en caso de emergencia en general, el
banco agente tendrá tiempo de consultar con el consorcio prestamista. No suele existir la
facultad de exigir el cumplimiento del contrato de préstamo mediante el inicio de
acciones legales: los bancos prefieren conservar el derecho de iniciar sus propias acciones
en forma individual una vez que se ha hecho valer la caducidad de los plazos del
préstamo.
El banco agente es mandatario de los bancos, no del prestatario
El banco agente es invariablemente el mandatario de los bancos y no del prestatario.
Salvo que se estipulara lo contrario en el contrato, en general el mandatario no está
obligado frente a otras personas distintas de su mandante. Por ende, el prestatario no
podría demandar al banco agente por el incumplimiento de alguno de los miembros del
consorcio prestamista vinculado con el otorgamiento de los préstamos. Los pagos
efectuados por el prestatario al banco agente liberan de responsabilidad al prestatario y
los pagos del producido de los préstamos realizados por los bancos consorciados al banco
agente no liberan de responsabilidad a los bancos si el banco agente incurre en cesación
de pagos y no distribuye el producido.
En el caso de pagos, los bancos asumen el riesgo de su propio banco agente. Los bancos
podrían tener capacidad de recuperar los fondos en el procedimiento de quiebra del banco
agente conforme al derecho angloamericano (cosa que no ocurre en la mayoría de los
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demás países), pero sólo si esos fondos se visten con el ropaje de un fideicomiso de
"propósito especial" y son susceptibles de rastreo: véase Barclays Bank v. Quistclose
Investments Ltd. [1970] AC 567, HL.
Deberes contractuales del mandatario
Los deberes del mandatario hacia el consorcio prestamista se establecen en forma
primaria en las cláusulas expresas del contrato de mandato. El banco agente debe cumplir
su contrato de conformidad con las normas generales del derecho contractual. El banco
agente no tiene la facultad discrecional de desatender las instrucciones contractuales, aún
cuando pudiera opinar con criterio de razonabilidad que desviarse de su cumplimiento
implicaría promover los intereses del consorcio prestamista.
El banco agente es un fiduciario
Dado que el mandatario es un fiduciario, en teoría, el banco agente del consorcio
prestamista se halla sometido a las normas generales aplicables a los fiduciarios, en
especial:
(a) Inexistencia de conflicto de intereses. El banco agente no debería colocarse en una
posición donde su deber entrara en conflicto con sus propios intereses o con el deber
hacia otro mandante, salvo que contara con la total aprobación fundada de su mandante.
(b) Inexistencia de ganancias encubiertas. El banco agente no debe obtener una ganancia
encubierta al cumplir su mandato, por ej., cuando dicha entidad obtiene en secreto alguna
ventaja financiera a su favor en razón de su posición. La toma de ganancias encubiertas
es causa justa de despido del banco agente, de denegatoria del derecho de percibir
remuneración o indemnización y de responsabilidad del banco agente frente al mandante
por el monto total de las ganancias.
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(c) Diligencia debida en el ejercicio de sus atribuciones y facultades discrecionales.
Ejercicio de las facultades discrecionales del banco agente en general
La práctica usual consiste en limitar las facultades discrecionales del banco agente a fin
de proteger a dicha entidad y, en interés de los bancos, reservar la gestión del préstamo a
estos últimos. No obstante, en muchos contratos de préstamo sindicado se confieren
ciertas facultades discrecionales al banco agente que, a menudo, incluyen la facultad de
requerir del prestatario certificados de cumplimiento e información financiera, la facultad
de aprobar las formalidades legales exigidas como condición suspensiva al otorgamiento
de los préstamos y la facultad de acelerar o exigir la caducidad de los plazos de los
préstamos en caso de incumplimiento.
La regla general es que todo mandatario comercial está obligado a actuar con la
habilidad, el cuidado y la diligencia en el cumplimiento de sus deberes y en el ejercicio
de sus facultades que sean razonablemente necesarios para la protección del mandante. Si
se mantiene esta regla, el banco agente no será responsable en caso de conducta culposa,
aun cuando el banco hubiera cometido una equivocación o un error de apreciación.
El banco agente que tuviera dudas al respecto deberá obtener las instrucciones del
consorcio prestamista.
Deberes de control
Estos deberes forman parte del deber de diligencia. El hecho de que el banco agente
tuviera un deber afirmativo de controlar la situación financiera del prestatario a fin de
asegurar la protección de los intereses del consorcio prestamista dependerá de las
condiciones expresas y tácitas del contrato de mandato. Cuando el banco agente tiene
facultades expresas, por ej., requerir del prestatario información financiera y certificados
de cumplimiento, la frecuencia y las circunstancias en que se ejercen dichas facultades
deberán ponerse a prueba a la luz de las condiciones del contrato y, en ausencia de
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estipulaciones expresas, conforme el deber general del mandatario de actuar con cuidado,
habilidad y diligencia teniendo en mente el interés de los bancos. Normalmente, los
bancos agentes requieren certificados de cumplimiento en forma periódica, según la
complejidad del préstamo, por ej., semestral o anualmente, o también en forma adicional
si cabe el supuesto de verificación de incumplimiento sin previa notificación. Las
comunicaciones y otras notificaciones formales que se reciban del prestatario deberán ser
puestas en conocimiento del consorcio prestamista sin demora.
En muchos contratos de préstamo sindicado se establece en forma específica que el banco
agente no tiene el deber de controlar el cumplimiento del prestatario y se estipula que el
banco agente no necesita actuar si no recibe instrucciones de la mayoría de los bancos
miembros del consorcio prestamista.
Caducidad de los plazos
En la mayoría de los contratos de préstamo se estipula que puede exigirse la caducidad de
los plazos del préstamo sólo si la mayoría de los bancos ordena al banco agente proceder
en ese sentido. Sin embargo, en ocasiones el banco agente tiene asimismo la facultad
discrecional individual de cubrir emergencias. La responsabilidad del banco agente por
no exigir la caducidad de los plazos dependerá de los hechos y de los deberes del
mandato relativos a diligencia debida. Sólo en circunstancias excepcionales un consorcio
prestamista estaría mejor protegido mediante la aplicación de la caducidad de los plazos
que, normalmente, tiene consecuencias adversas y constituye una amenaza de
restructuración societaria disciplinada, por ej., puede desatar incumplimientos cruzados y
obligar a los directores a interrumpir la negociación y verse forzados a iniciar
procedimientos concursales.
En general, en los contratos de préstamo se estipula que el banco agente puede abstenerse
de ejercer una facultad, a menos que la mayoría de los bancos le ordenara hacerlo. De
todos modos, el banco agente puede procurar recibir las instrucciones del consorcio
prestamista.
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Derecho a resarcimiento del banco agente
Salvo estipulación en contrario, por regla general, el mandante debe indemnizar al
mandatario en concepto de pérdidas, pasivos y gastos incurridos en el correcto
desempeño de las funciones por parte del mandatario según el alcance de sus facultades;
salvo en caso de conducta culposa.
Esta norma jurídica se asienta comúnmente en una cláusula expresa en virtud de la cual
los bancos indemnizan al banco agente en concepto de los pasivos emergentes del
mandato; salvo que éstos se originaran en conducta dolosa o culpa grave del banco
agente.
Remoción del banco agente
La regla general es que la potestad del banco agente, declarada o no declarada de carácter
irrevocable, será revocable en el sentido de que si se produce la remoción del banco
agente contrariamente a lo estipulado en el contrato, los tribunales no restablecerán a
dicho banco en su cargo mediante una resolución que ordene el cumplimiento estricto.
Sin embargo, los otros bancos pueden iniciar una demanda por daños y perjuicios en
concepto de pérdidas sufridas (en caso de existir). No obstante, el consorcio prestamista
no podría revocar el mandato a fin de evitar la obligación de indemnizar al banco agente.
El banco agente puede renunciar y suele incluirse una cláusula expresa de renuncia
sometida a la designación del banco agente sucesor. En ciertas ocasiones, el banco agente
puede optar por renunciar si existe conflicto de intereses.
NOTAS:
(*) Este artículo ha sido traducido del italiano por María Herminia Alonso (Traductora
Pública, UBA.).
p.21
(**) Profesor Visitante del Queen Mary and Westfield College, Universidad de Londres.
(1) N. de la T.: "club loan", préstamo otorgado por un grupo reducido (club) de bancos.
(2) Financial Services Act 1986.
(3) Securities Act de 1933.
(4) Securities Exchange Act de 1934.
(5) Partnership Act 1890.
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1998