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Hematuria

Hematuria
Definición
La etimología indica que "hemos" significa sangre y "uria", orina, por lo que implica presencia de sangre en la orina.

La hematuria puede ser microscópica o macroscópica, con coágulos o sin ellos, e indicar una afección seria, por lo
tanto la investigación de su origen no se debe postergar.

H. macroscópica:
Es la presencia de sangre durante la micción.
Para ser visible, necesita ser relativamente cuantiosa y puede ser expresión de lesiones de localización muy variada,
desde el glomérulo hasta la uretra y expresión de procesos también muy distintos (glomerulonefritis, litiasis,
infección, tumores).

H. microscópica:
Se define cuando se encuentran dos o más eritrocitos por campo (en el microscopio electrónico) en por lo menos
dos exámenes del sedimento urinario.

La hematuria macroscópica es motivo de consulta relativamente frecuente y corresponde aproximadamente de 4 a


20% de la consulta urológica, del cual 35% puede tener patologías graves como cáncer de vejiga, riñón o próstata.

Causas
 Antecedentes heredo-familiares. Una historia familiar de enfermedad renal y sordera, a veces con
alteraciones oculares (cataratas, queratocono) orientan al Síndrome de Alport (glomerulopatía).
 Familiares del paciente en primero o segundo grado que tengan tendencia a las hemorragias orientan a una
coagulopatía con afectación renal.
 La ingestión de algunos medicamentos puede causar hematuria y debe ser investigada, especialmente
analgésicos y anticoagulantes.
 Los azocolorantes dan color naranja de diversa intensidad en la orina, según la dosis prescrita al enfermo, y
no debe ser confundida con sangrado.
 El tabaquismo y los manejadores de anilinas (curtidores) son sujetos de alto riesgo para el cáncer de urotelio
(tumores papilares de riñón o vejiga).
 En la niñez más frecuentes las glomerulopatías, nefritis, pielonefritis y las anomalías congénitas.
 En la edad adulta lo son: las litiasis, pielonefritis, traumatismos y no se debe olvidar a la tuberculosis como
causa probable y que en las mujeres con síndrome inflamatorio de vías urinarias bajas no es infrecuente este
síntoma.
 Después de los 50 años predominan el cáncer de riñón y vejiga y la patología prostática (adenoma y
carcinoma). Asimismo, es frecuente observar litiasis e infecciones urinarias.
Para tener en cuenta:
1. No todas la orinas rojizas o pardas tienen que ver con la presencia de sangre en la orina.
2. Se acepta que la hematuria alta, de origen glomerular, tiñe la orina de un color pardo, que se compara al
coñac o la coca-cola y la orina de toda la micción tiene un color uniforme.
3. La hematuria uretral se distingue por teñir el inicio de la micción de sangre roja y la vesical o prostática suele
ser terminal.

Causas de orinas oscuras:


 Hematuria
 Hemoglobinuria
 Mioglobinuria
 Porfiria
 Alcaptonuria (ácido homogentísico)
 Medicamentos:
Analgésicos (fenacetina, antipirina)
Antibióticos (nitrofurantoína, rifampicina)
Anticoagulantes (warfarina)
Antiepilépticos (fenitoína)
 Colorantes:
Naturales: remolacha, fresas, cerezas, pimientos
Artificiales: anilinas

Síntomas
La hematuria macroscópica, total, asintomática, con o sin coágulos, periódica o continua en el adulto, obliga a
descartar, siempre, alguna neoplasia de aparato urinario.

Algunos síntomas son orientadores: por ejemplo, un cólico renal seguido de hematuria orienta a litiasis, pero si en
este contexto se eliminan coágulos alargados, se debe de pensar en enfermedad neoplásica renal (cáncer).

Si además de la hematuria hay fiebre y lumbalgia sin dolor tipo cólico renal, puede tratarse de pielonefritis aguda, y
si a esta sintomatología se agrega anuria y eliminación de tejidos en un diabético, debemos pensar en papilitis renal
necrotizante.

Un dolor hipogástrico que irradia al pene, con obstrucciones del chorro urinario con tenesmo acompañando a la
hematuria, orienta a litiasis vesical.

Si es hematuria inicialmente asintomática, indolora o se acompaña progresivamente de síntomas urinarios bajos


como urgencia, nicturia, polaquiuria y disuria hace sospechar patología prostática.

Las disminuciones del calibre urinario con pérdida de la fuerza del mismo pueden sugerir estenosis uretral.

El antecedente de una arritmia cardíaca (fibrilación auricular) con hematuria, con o sin dolor lumbar, induce a
sospechar embolia renal.

Examen físico

•Si el paciente tiene, además de hematuria, edema e hipertensión arterial, cabe pensar en un síndrome nefrítico
agudo o subagudo.

•Si hay signos de insuficiencia cardíaca con anorexia, náuseas o vómitos y mal estado general, pudiera tratarse de
una glomerulopatía crónica con insuficiencia renal terminal.

•En una paciente femenina, hematúrica, micro o macroscópica, con artritis, fiebre y eritema malar en alas de
mariposa se debe de pensar en lupus eritematoso sistémico.

•La palpación de los puntos lumbocostales habitualmente no es dolorosa.

•Si ésta lo fuera puede sugerir, en presencia de fiebre y otros síntomas urinarios, procesos inflamatorios o
infecciones renales. Es obligado descartar patología osteomuscular de columna. En el examen del aparato urinario se
palparán las regiones lumbares bimanualmente.

•Normalmente, los riñones no se palpan excepto en el recién nacido o en los lactantes y eventualmente cuando el
riñón es ptósico.

•La puño-percusión positiva puede orientar a infección, litiasis, tuberculosis o infarto renal. La palpación y percusión
del hipogastrio aportará datos sobre patología vesical y/o retención aguda de orina.

•No debe olvidarse que el tacto rectal orientará acerca del estado que guarda la próstata y no debe ser diferido.

•Cuando la hematuria se asocia con dolor lumbar, disuria, urgencia urinaria, polaquiuria, nicturia y malestar
suprapúbico, el origen probable del sangrado debe investigarse en el tracto urinario inferior.

•Si la hematuria se detecta al inicio o al final de la micción, uretra y vejiga pueden estar comprometidas.
•La hematuria asociada con dolor renal tipo cólico se debe, con mucha probabilidad, a nefrolitiasis o litiasis ureteral.

•Si se trata de hematuria total asintomática, periódica, con coágulos, en un adulto mayor de 40 años, con o sin
presencia de masa lumbar, puede tratarse de un tumor renal maligno.

•Debe recordarse que el ejercicio puede ocasionar hematuria microscópica transitoria.

•En la exploración no se debe de olvidar la toma de la tensión arterial, la exploración de abdomen investigando
tumoraciones o la presencia de globo vesical. En regiones lumbares se investigará dolor costolumbar, dolor a la
percusión o la presencia de tumoraciones.

•En el varón debe practicarse tacto rectal para conocer las características de la próstata y los genitales.

•En la mujer no debe prescindirse de la realización del tacto vaginal.

•Las enfermedades renales pueden ser del parénquima renal, intersticio y vasos sanguíneos o de los conductos
excretores del riñón (cálices y pelvis renal) o del espacio perirrenal.

Tratamiento

 Evaluación primaria.
 Estabilización hemodinámica.
 Tratamiento causal.
 Internación según gravedad, para manejo de síntomas o para estudio.
 Alerta al alta con consulta nueva si la hematuria es severa, signos de descompensación hemodinámica o
retención aguda de orina.

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