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SUMMARY
Resumen
La diferencia entre una terapia de pareja y una terapia familiar se relaciona con el
motivo de petición de la consulta. A menudo una terapia familiar es solicitada
como consecuencia del síntoma de un único miembro de la familia, el paciente
designado; en cambio una terapia de pareja se solicitará con la queja del síntoma
de un malestar actual de la pareja y no de un malestar de un único miembro de
esta, con una excepción importante: cuando la queja se trata de un síntoma sexual
en sí. Este, de hecho, puede ser atribuido a un único miembro de la pareja (para
él: impotencia, eyaculación precoz etc., vaginismo, anorgasmia etc., para ella), en
cambio nosotros sabemos que casi siempre es un problema de pareja. Aún más, si
tratamos el síntoma en uno de los miembros, a menudo nos encontramos con el
resurgir de un problema en el otro.
La Anamnesis Sexológica.
La metodología de trabajo se mueve dentro de una óptica psicosomática y
multicausal de síntoma sexual y considera el trastorno comprensible a través de
diferentes niveles descriptivos. Para un estudio de anamnesis de la patogénesis
se proporciona un modelo de investigación a modo de diana, constituido por una
estructura con cinco círculos (Pasini, 1975). Las áreas identificadas en los cinco
círculos son biológica, intrapsíquica, relacional de pareja, relacional de clan y
social. A estas cinco áreas se añaden sucesivamente dos sectores a los cuales se
reserva una atención especial: la esfera corporal y las creencias eróticas. El de la
corporeidad es, de hecho, un canal privilegiado para la expresión de la
sexualidad, pero se extrae también de las relaciones del paciente con el área de la
intimidad, así como este se convierte también en el revelador privilegiado del
compromiso físico. De la misma manera, en el área que tiene que ver con las
creencias eróticas se estructura el espacio del secreto y de la fantasía. Es por este
motivo que la esfera biológica se convierte en el primer círculo de nuestra
exploración anamnésica proceder en la psicoterapia sexual significa, de hecho,
excluir y delimitar de forma clara y precisa toda causa orgánica general o
específica. En esta fase, se convierte en indispensable la colaboración con
médicos internistas u otros especialistas (ginecólogos, urólogos, andrólogos,
endocrinólogos, etc…). El segundo círculo se refiere al área intrapsíquica, es de
competencia exclusiva del terapeuta mismo. El estudio anamnésico examinará la
historia afectiva del paciente, su nivel de aceptación del yo, el posible ansia
existente, la presencia de conflictos, de miedos, de agresividad explícita o
latente.
El área relacional de pareja y la de clan (respectivamente, de familia y familia de
origen) es el área de mayor interés para el terapeuta familiar. En este campo se
organizan las experiencias relacionales que tienen que ver con las expectativas,
los proyectos, los remordimientos y las desilusiones que la pareja han visto surgir
con su carga propia. En esta ocasión, se convertirá en prioritario el estudio
relacionado con los modelos generacionales transmitidos por las familias de
origen y filtrados por los dos miembros de la pareja, la negociación de la elección
de las reglas, la definición de la complementariedad. La familia misma puede
convertirse en algo de interés para el terapeuta familiar únicamente si esta entra
en el área de conflictividad de la pareja.
Es de gran interés en este sector, la perspectiva trigeneracional al trastorno
sexual. En algunos casos, de hecho, la sintomatología presentada por la pareja
tiene que ver con problemáticas no resueltas con respecto a las familias de origen
de los miembros de la pareja, las cuales toman forma a través de una
conflictividad exacerbada pero frecuentemente inconsciente.
La dificultad mayor que se presenta en estos casos y que muchas veces define la
imposibilidad de convocar a una sesión a la familia misma, tiene que ver con la
discusión de problemáticas en la esfera de la sexualidad ante los padres.
Finalmente, el conocimiento anamnésico general se concluye con la
profundización en temáticas relacionadas con el área social de la pareja, las
relaciones de amistad, el ambiente de trabajo, la comunión ideológica y cultural,
todo aquello que puede, en alguna medida, también influir en la esfera sexual. A
esta primera observación continuará una anamnesis sexual muy detallada y en
profundidad que tiene que ver con la disfuncionalidad del sistema de pareja o del
individuo en fases anteriores de su vida. En este nivel de análisis, son
examinadas las defensas utilizadas contra la sexualidad y el placer, la actitud
recíproca respecto a comportamientos sexuales y eventuales inhibiciones de uno
o ambos.
En este momento, es posible entrar en el ámbito de un contexto más pertinente al
proceso terapéutico. La pareja puede acoger y dar forma a un proceso de
reelaboración cognitiva de las emociones, de los sentimientos y de las
experiencias personales que tiene que ver especialmente y donde prevalece la
relación corporal. El uso del lenguaje verbal, en esta fase, puede revelarse
inadecuado. Cerrado en diálogos e intercambios preestablecidos y fijos, los dos
miembros de la pareja parecen no conseguir estructurar una comunicación real, y
por lo tanto les es propuesto trabajar sobre imágenes, sobre el movimiento, sobre
el espacio, sobre modalidades de contacto físico, sobre el uso de gestos, etc.
Según una visión tradicionalista se tiende a atribuir la sintomatología sexual a un
único miembro de la pareja. Esto es imposible si se considera la problemática
según una óptica sistémica-relacional, y es frecuentemente en sexología el
descubrimiento de una co-presencia de disfunciones complementarias entre
ambos miembros de la pareja.
En esta fase es necesario redefinir el contrato de pareja: redefinir el contrato de
pareja, renegociar los espacios individuales y de pareja, explicitar el significado
de la sexualidad en la vida individual y de pareja y los vínculos entre sexualidad
y sentimientos, valorar las capacidades, habilidades de confianza y de
colaboración recíproca existentes entre los dos miembros de la pareja. El análisis
de estos aspectos permite a los terapeutas proceder hacia un trabajo
comportamental prescriptivo. ¿Pero qué cosa sucede si la pareja se presenta a un
terapeuta familiar?. El riesgo, en este caso, es de tratar el síntoma sexual con los
instrumentos habituales, típicos de la terapia familiar. El síntoma sexual de todas
formas necesita de un enfoque más específicamente sexológico, con en el cual
prevalecen actitudes prescriptivas y pedagógicas, evidentemente como
consecuencia de una atenta anamnesis sobre la base de lo descrito anteriormente.
La co-terapia es sin lugar a dudas el modelo de intervención más sostenido, y se
ha estructurado a través de la presencia simultánea de dos terapeutas de sexos
diferente, que pueden unirse a experiencias y sensaciones referidas por los dos
miembros de la pareja en tratamiento y jugar papeles en el intercambio con los
pacientes, desde el punto de vista de la prescripción así como desde el punto de
vista pedagógico. De la misma forma, los dos terapeutas pueden alternar el
trabajo sobre el síntoma sexual con la elaboración de temáticas relacionales que
frecuentemente acaban sosteniendo y reforzando el mismo síntoma (de Bernart,
R., Giommi, R.,….)
La Intervención Terapéutica.
Los collages.
Una técnica muy utilizada en terapia familiar es la del collage. Se trata de una
metodología traspasada de la sexología, y utilizada frecuentemente en los casos
en los cuales los pacientes acababan permaneciendo pegados a una serie de
modelos cognitivos estructurados sobre la base de una comunicación verbal
distorsionada e inutilizable con fines terapéuticos. Son, estas, parejas que se
hablan muchísimo, discuten, pero que en realidad no dicen nada, o muy
poco. Resulta entonces más útil utilizar elementos no mediados y no mediables
por el uso de la palabra, que pueden ser utilizados en la interacción. El collage se
usa con diferentes tareas y según de la necesidad propia del terapeuta. En el
pasado habíamos usado un modelo "geométrico" de collage, que hemos dejado
de utilizar. De dado que en uno de los ejemplos clínicos ha sido citado, diremos
brevemente que se trata de representar a la propia familia de origen a través de
figuras geométricas "a su gusto" de diferentes formas y colores. Está claro que el
tamaño, el color y la distancia entre las figuras pueden dar información valiosa
sobre las relaciones entre los miembros de la familia. En el modelo de trabajo
actual, en cambio, en primer lugar se pide a los pacientes realizar un collage
sobre la idea que estos tienen de la pareja. Si, en cambio, los dos miembros de la
pareja han llegado a terapia por problemas sexuales, se añade un segundo collage
que se dirige a la sexualidad de la pareja. Las indicaciones dadas por los
terapeutas es la de ir a casa, elegir y recortar en revistas y periódicos todas las
imágenes que los dos miembros de la pareja consideran que son útiles para
señalar la idea que estos tienen de la pareja y/o de la sexualidad. Una vez
recogidas estas imágenes, los dos harán una selección posterior para encolarlas
en el orden deseado sobre cartulinas de 50x70.
La operación debe ser realizada rigurosamente de forma independiente. No se
permite la interacción porque el interés es hacia la idea que cada uno de los
miembros de la pareja tiene de la sexualidad, y no por la idea común compartida.
Los dos collages se llevan posteriormente a la sesión y se leen de manera
"cruzada". Cada miembro de la pareja, es decir, lee el collage del otro y después
explica el suyo proprio. Los dos terapeutas invitan después a la pareja a dar una
primera interpretación global del collage, después de la cual visualizarán imagen
a imagen, pasando por una nueva visión de conjunto, para elegir finalmente la
imagen preferida y la imagen más detestada.
Finalmente los dos miembros de la pareja deberán valorar la semejanza y la
diferencia entre los dos collages y la capacidad que ha demostrado cada uno de
ellos para la lectura del collage del otro. Todo esto se realiza subrayando y
discutiendo los motivos que han conducido a un tipo de elección en lugar de otra.
Nuestro interés es el de elaborar una imagen interior de la pareja que pueda
reflejarse hacia fuera sin ser sometida a la censura verbal (de Bernart, R.). El
trabajo con las imágenes, consecuentemente, tiende a privilegiar una
construcción y reconstrucción de la experiencia, capaz de convertir en explícito y
dramatizable el mundo interior de la pareja. El encuentro entre los dos miembros
se pone en práctica a través de la lectura e interpretación recíproca de las
imágenes.
A través de este tipo de canal se accede además a un nivel diferente de
representación para la pareja respecto a su historia, y la creación de una especie
de distanciamiento respecto a los contenidos que favorecen una apariencia de
mayor "escucha-mirada" recíproca. A través de la imagen la pareja no representa
solamente una acción, sino explicita una experiencia, dado que el significado que
cada uno de los miembros da a la imagen misma, aunque no siempre sea
explicitado, es de todas formas interiorizado (de Bernart, R.; Giacometti, K.). Los
terapeutas observan el collage, pero no lo interpretan. Es decir, intentan
reconstruir un nexo entre el registro pre-verbal, verbal y no-verbal.
Esta técnica es capaz de definir un tipo de unión entre la idea de pareja
representada y la idea real, favoreciendo un trabajo sobre los significados. El
objetivo es abrir un espacio de elaboración subjetiva que esclarezca los modelos
interiorizados de relaciones y los esquemas de interacción que existen en la
pareja. La imagen contiene en su interior una serie de significados, de señales,
que no pertenecen solamente a niveles cognitivos, son los afectos los que tienen
se alguna manera un papel central. El instrumento de compresión es el estudio de
las diferencias.
El genograma fotográfico
Las fases del proceso inician con las puntualizaciones: se trata simplemente de
decir qué cosa es y cómo se debe hacer: "Debéis traer 30 fotografías para
vuestro genograma fotográfico. Id a casa, elegid las más significativas para
vosotros en el mayor número a disposición (también las que tienen amigos y
parientes). Intentad recoger el mayor número posible". El viaje hacia casa se
relaciona con el ir a buscar las fotografías de familia para elegirlas, de forma
semejante al modo de Bowen, para el cual era habitual realizar grupos de
alumnos que preparaban una vuelta a casa, a donde se dirigían para una
diferenciación de su propia familia de origen, regresando con el resultado
obtenido que era discutido después en el grupo. La técnica del Instituto de
Terapia Familiar de Florencia ha sido modificada, utilizando el viaje en las
fotografías, en el cual el alumno o el paciente establece una inicial toma de
contacto con su propia realidad histórica familiar. Esto sucede cuando se realiza
una lectura inicial de las fotografías, respecto a las cuales ha sido realizada una
primera selección de las que se presentarán después. No es tan sencillo:
solamente el hecho de conseguir las fotografías, frecuentemente requiere ponerse
en contacto con partes de la familia que se había descuidado o es más que habían
sido perdidas a lo largo del tiempo; en algunas ocasiones es difícil y doloroso
tratándose de partes de la familia que posiblemente habían roto con nuestra
familia nuclear o de origen, en este caso relacionarse con ellos no es fácil; a
veces nacen sorpresas agradables y se establecen relaciones nuevas o se
restablecen las viejas. De todas formas, existe la necesidad de relacionarse con
estas personas y en un momento posterior elegir todo el material el cual resulta
bastante abundante (a veces se trata de 3-4000 fotografías), de nuestra
generación, de la de nuestros padres, la de nuestros abuelos y a menudo la de
nuestros bisabuelos. Entre todas estas fotografías es necesario elegir 30.
No todos obedecen al encargo, a veces llegan con 60, otras veces con 120 (el
máximo que nos ha sucedido son en torno a 200). De todas formas una primera
selección es necesaria: si traen 190 o 33 saben que deberán realizar
sucesivamente una selección posterior.
Después deben decidir como las quieren presentar. Existen diferentes modos:
pueden ser presentadas foto a foto, pegadas sobre paneles (por ejemplo, la familia
de origen de los abuelos maternos, después los paternos, la familia actual, la
familia nuclear), proyectar en forma de diapositiva (y por esto no son
casualmente intocables y con tiempos y espacios claramente definidos: "Yo las
pego sobre la pared cuanto y cuando yo quiero, no las podeís pasar entre
vosotros"; los paneles son en sí mismos una limitación, normalmente las
fotografías se pasan en el grupo y después se colocan en el suelo con la forma de
árbol genealógico), o aún más, se graban en videocasete y se presentan con un
comentario. La elección del medio de presentación es naturalmente muy
significativa, evidentemente (de dejar tocar o no, de dar o no un tiempo, un
espacio, un comentario).
Se estructura de esta forma un nivel de toma de contacto, uno de elección, que se
sitúa ya en un nivel de lectura, y un nivel de presentación.
1. Prescripciones
2. Viaje a casa (selección)
3. Presentación en estadios:
1. la familia de origen y la infancia (10+10)
2. adolescencia (10+10)
3. adultos-encuentro (10+5+5)
4. matrimonio e hijos (10+5+5)
4. Lectura directa: recíproca, común
5. Reelaboración (en casa)
6. Prescripciones suplementarias
En la clínica existen algunas diferencias que tienen que ver con la modalidad de
presentación, que este caso se presenta en estadios dado que el trabajo se realiza
en paralelo con dos individuos. De este modo pedimos que traigan las fotografías
en momentos sucesivos, que son flexibles y modificables, diferentes para cada
uno de los cónyuges. Las cosas se complican cuando se convierten en adultos y
sucede su encuentro, porque en este momento pueden existir fases en común. Si
es así, del encuentro de la pareja en adelante llevarán 10 fotografías escogidas
juntos (que representan la pareja o de cualquier forma como se ven ellos dos
como pareja) y 5 fotografías cada uno, que son aquellas que uno ha elegido pero
que el otro no quiere, son aquellas en las que ellos no están de acuerdo; esta
cláusula es irrevocable.
Lo mismo sucede en la cuarta fase, la del matrimonio y los hijos (también acuden
a terapia parejas no casadas o sin hijos, o casadas desde hace tan poco tiempo que
la tercera fase incluye el matrimonio). La lectura de las fotografías es directa,
pero existe una posibilidad de hacer recíprocos los comentarios y puede estar
presente una reelaboración en casa. Sobre algunas cosas puede existir una lectura
común, compartida.
No existe la prohibición de hablar sobre el comentario. Esta es otra diferencia
fundamental con el genograma usado para la formación.
TÉCNICAS DE LECTURA
Parámetros
Orientación
a. longitudinal b. transversal
Fotografías de grupo
Fotografías individuales
a. semejanzas b. repeticiones c.
mutaciones
Por lo que concierne a las técnicas de lectura, los parámetros utilizados son los
típicos de la terapia familiar y de los genogramas fotográficos, en detalle:
interactivo, relacional, simbólico-metafórico. El primero, tiene que ver con las
interacciones que suceden entre los miembros dentro de la familia o de la pareja.
Con las fotografías, las interacciones se reducen al mínimo, la situación es
estática, con lo cual es posible ver solamente las interacciones que se repiten en
el tiempo, por ejemplo, personas que se colocan siempre de la misma manera, o
personas ausentes en situaciones muy significativas, como los matrimonios….
El segundo parámetro tiene que ver con los resultados de las interacciones, es
decir: que tipo de relaciones se crean como consecuencia de determinadas
interacciones. Por ejemplo, el número y la calidad de las fotografías revela el tipo
de relación preferente con determinados miembros de la familia.
Las prescripciones.
Si la función sexual no resulta disturbada, la pareja puede llegar a tener hijos, los
cuales se convertirán pronto en el objeto de lucha de las dos "esposas", la oficial
y la emotiva, con un "padre-marido" destinado a pasar a un segundo plano para
asistir a la lucha con una "distancia de seguridad", y frecuentemente de manera
silenciosa. En estos casos, la familia se puede estabilizar, al menos durante un
cierto periodo, dentro de un modelo que podemos definir "harem" en el cual,
como se sabe, se permite diversas mujeres.
La primera, es decir la Madre, desarrollará las tareas importantes para la familia:
cuidar de la casa, criar y controlar a los hijos, decide sobre las cuestiones
especialmente importantes del "padre-esposo". Será respetada y reconocida,
como la auténtica Autoridad de la casa. La segunda, es consecuentemente la
Mujer, tendrá tareas lúdicas, sexuales y reproductivas, pero su opinión no se
solicitará para las cosas significativas que tienen que ver con el otro miembro de
la pareja. Algunas veces, como veremos, una situación de este tipo puede
conllevar graves consecuencias, y el impasse emotivo puede presentarse
justamente en el ámbito sexual. Él, Ella o, más a menudo, los dos, están
impedidos para contraer un matrimonio regular debido a los vínculos precedentes
debido a los vínculos establecidos con anterioridad con personas de la generación
precedente (el padre, la madre, los abuelos) o de la misma generación (los
hermanos). Este es el caso de los así llamados "matrimonios blancos", a menudo
no consumados durante años sin que esto parezca a los esposos un problema
insuperable, al menos hasta que no deseen tener un hijo.
Anorgasmia y vaginismo
A través de la ventana que daba al jardín la terapeuta vio la nueva pareja de las
13:00 horas, ella tenía el cabello castaño, era de constitución delgada, llevaba
pantalones vaqueros y jersey de lana, no aparentaba la edad comunicada en la
llamada inicial. Él la seguía recalcitrante, casi como si la cosa no fuera con él.
Subieron las escaleras sin prisa: la terapeuta les esperaba delante de la puerta
de cristal. Se presentaron: ella parecía desconcertada; él al contrario, se mostró
cordial y curioso. La puerta de la sala de espera se cerró dulcemente a sus
espaldas. La terapeuta, regresó al despacho, escuchó decir a su colega: "¿Cómo
es la nueva pareja?". "Joven", respondió.
Esto era para ella una señal de esperanza para el buen final de la terapia. No
existían todavía, de hecho, años de rencores y de fracasos afectivos a sus
espaldas, y esto significaba tener una oportunidad más. Su pensamiento
desgraciadamente, esta vez estaba destinado a desvanecerse. La mujer comenzó
a contar una serie de intentos fracasados. Los dos habían experimentado de
todo: desde el ginecólogo al hipnotizador, habían intentado algunos ejercicios
sexuales de Kaplan para acercarse finalmente a la desensibilización sistemática
y progresiva. Los dos terapeutas eran finalmente el último intento desesperado.
En la voz de ella no existía algún tipo de entusiasmo, sólo calma resignación.
De la anamnesis inicial emergió que Anna trabajaba, junto con su hermana
mayor, en una tienda de alimentación propiedad del padre y con ella se había
establecido una competición, sin excluir los golpes, todo para obtener un puesto
de privilegio en el corazón de los dos padres. Cuanto más se ensañaban las dos
hermanas para alcanzar el deseado objetivo, más los padres continuaban dando
señales de imparcialidad: si una de las dos pedía algo de lo cual tenía una real
necesidad, los padres se preocupaban por dar la misma cosa al mismo tiempo a
la otra hija, aunque esta no tuviera alguna necesidad de esto.
Anna había tenido otros chicos antes de Paolo, pero las relaciones se habían
limitado al petting.
Para él, en cambio era su primera experiencia, posiblemente porque había
estado demasiado ocupado en su papel de hombre de la casa para poder
permitirse buscar una mujer fuera de las paredes domésticas. Desde el punto de
vista profesional, Paolo era absolutamente capaz de asumirse responsabilidades
en el trabajo, mientras que en la terapia mantenía una compostura inmadura y
superficial. Además evitaba cuidadosamente la interacción con el terapeuta
hombre, mientras intentaba obtener la solidaridad de la terapeuta mujer.
Una vez, entrando, había llegado a guiñar el ojo a la terapeuta, en señal de gran
complicidad y, diversas veces, dirigiéndose a ella, había dejado escapar algún
"tu". Cuando la terapeuta subrayó todo esto, y la imposibilidad de que fuera
casualidad, Anna afirmó que también en compañía de ella prefería estar con la
chicas del grupo más que con los chicos. Llegado a este extremo, resultó posible
a los dos terapeutas comunicar a la pareja su hipótesis diagnóstica: Anna había
elegido para ella un hombre "no peligroso", que le permitiera permanecer en su
familia y, sobre todo, de no dejar el campo libre a su hermana, que se hubiera
quedado sola para gozar de la compañía de los padres. Esta situación le
resultaba insoportable a Anna debido a los celos profundos con respecto a su
hermana.
Paolo, en cambio había continuado a comportarse como "Don Juan en
Sicilia", y no se debería haber comparado con otros hombres, sobre todo con el
padre de Anna, justamente como evitaba hacer en terapia y con el grupo de
amigos.
La comparación con otras figuras masculinas significativas para Paolo era una
experiencia inexistente, acostumbrado como estaba a vivir en un harem
protector.
Anna, si por una parte le estaba agradecida de la ayuda que él le garantizaba,
por otra estaba desilusionada de que él no hubiera sido capaz de convertirse en
el preferido para los padres, es posible encontrar casi siempre una segunda
esperanza: la de conseguir encontrar alguno que sepa obligarla a escindir del
vínculo, a "divorciarse", alguien que venza por ellos el doloroso "tiro de la
cuerda" con la familia de origen.
Al final de la sesión Anna salió de la consulta visiblemente irritada.
La cosa más interesante que pudo emerger del collage de Anna, fue la
representación de ellas misma como un círculo completamente pegado al padre,
imaginado como un largo rectángulo que separaba a Anna de la madre y de la
hermana.
Después de haber visto el collage familiar de ella, los terapeutas decidieron
prescribir a la pareja un ejercicio denominado el "metro mental" estructurado
sobre la idea de que cuanto más Anna se hubiera sentido cercana al padre, tanto
mayor habría sido su distancia con Paolo. La tarea del miembro masculino de la
pareja, en este caso, era la de hablar a Anna del padre cada vez que él hubiera
sentido a ella distante.
Durante los intentos de penetración, cuando ella no conseguía dejarlo entrar, él
debería hablarle del padre.
Anna estaba comenzando a darse cuenta que esta función y este papel tan
deseado durante años no la hubiera ayudado nunca a convertirse en adulta y a
ser emotivamente madura. Su aspecto exterior cambió en pocos meses dejando
de ser la "pequeñita de papá", Anna perdió el aire de eterna niña que le había
caracterizado en el pasado para dar lugar a una mujer deliciosa: se rizó el
cabello, comenzó a vestirse más elegantemente y de forma muy femenina.
Casi sorprendidos, Anna y Paolo tuvieron su primera relación sexual completa.
Un mes después, en una sesión posterior se confirmó el acuerdo en el campo
sexual, confirmando a los terapeutas en su intervención.
Finalmente la pareja no se presentó a la así llamada cita de "control", pero
Anna y Paolo llamaron por teléfono diciendo que las cosas iban bien; se sentían
mayores y no tenían necesidad de figuras adultas que les enseñasen las cosas
importantes de la vida.
La impotencia
Piero era hijo único de una madre viuda. Huérfano a la edad de 12 años, había
vivido siempre con la madre, que por otro lado se había "sacrificado" por él no
volviéndose a casar. Había hecho carrera en su trabajo llegando a una posición
importante y muy bien pagada. Era así mismo, un hombre bien parecido, pero
empezaba a envejecer y la madre quería un nietecito… Elisa venía de una
familia de comerciantes, en la cual los hombres no contaban y eran unos
fracasados (uno de los hermanos era un toxicodependiente, el otro un
desadaptado), mientras madre e hijas organizaban la familia y el negocio.
Empezaba a perder las esperanzas con el hecho de poder casarse, decía que
quería "un hombre". Parecían destinados a complementarse y después de un
breve noviazgo se casaron, no sin que Elisa tuviera alguna sospecha sobre con
quién se casaba, sobre todo cuando Piero mandó a su madre a elegir los
muebles de la habitación con su novia (estaba tan ocupado con el trabajo…).
Después de algunos años y dos hijos, Elisa, empujada por su clan femenino,
empezó a querer cambiarse de casa (naturalmente habían ido a vivir al principio
a la casa de la suegra). Piero declaró estar de acuerdo, pero no acababa de
encontrar la casa adecuada. De esta forma Elisa, a la que no le faltaba el
dinero, la encontró y se mudó con los hijos. Piero la siguió "abandonando a la
madre" por primera vez en su vida, sobre todo para no romper la familia y
permanecer cerca de los hijos. Pero desde aquel día desarrolló una inexplicable
e irreducible impotencia, con gran humillación para Elisa a la cual le era
negado la única cosa que realmente la convertía en diferente respecto a su
suegra en esta relación con Piero.
La eyaculación precoz.
Laura y Angelo son dos bonitos muchachos, rubios y con ojos azueles. Ángel
ocupa un puesto de responsabilidad en el Enel (Institución Nacional Italiana
para la Electricidad) y ha pasado con anterioridad por cuatro años de
psicoanálisis que le han hecho ser menos neurótico y más consciente de sus
propios límites. Laura es un ama de casa, se ocupa de la hija, Benedetta, de dos
años, saboreando las alegrías y las frustraciones típicas de todas aquellas
mujeres que cubren el papel de madre con jornada completa. No están casados y
conviven desde hace más o menos ocho años. Mientras que la terapia de pareja
comienza a mejorar, Ángelo empieza a pedir tiempo. Teme ser abandonado por
los dos terapeutas y, no obstante numerosas garantías en este sentido, comienza
a manifestar tiempos breves de eyaculación y, según la opinión de la mujer,
fracasa a propósito. La historia de Angelo, por lo que tiene que ver con su
familia de origen, se estructura en torno a un fuerte vínculo con la figura
materna. El padre de Angelo tenía veinte años más que su mujer, casado como
consecuencia de una unión amañada por las respectivas familias, evidentemente
tormentosa. Después de un año de la boda nació el primogénito: una especie de
niño prodigio destinado a recoger el mito en torno al cual esta familia se había
estructurado. El pequeño, de hecho, había empezado a caminar con cuatro
meses, mientras que a los seis había completado la dentición. Cuando dos años
más tarde, la madre se había dado cuenta de estar embarazada de nuevo, se
quedó profundamente desolada. Y no había evitado decirle a Ángelo que no
había optado por el aborto solamente porque estaba condicionada por fuertes y
sólidas convicciones morales.
Estas son las dinámicas que el niño experimenta respecto a las figuras
parentales durante la fase edípica. Podrá superarlas sin excesivos traumas si
advierte que el otro progenitor es siempre y de todas formas más importante que
él en la relación de pareja.
Renato, por su parte, se había casado con ella porque la consideraba sólida, sin
"muchos pájaros por la cabeza", él la prefería a las ex-compañeras de la
universidad concentradas en su carrera, en el feminismo y en eslóganes
ideológico. Y aún así con el paso del tiempo, empezó a tener recuerdos
persistentes sobre la vida anterior al matrimonio, pero no pudiendo hacer nada,
empezó a concentrarse en el trabajo.
Renato hubiera querido ser un padre presente, pero sentía la obligación de deber
"echar para adelante" la familia él sólo, porque Antonella no tenía intención de
volver a trabajar.
Cuando se presentaron en terapia habían pasado ya seis años desde el día de su
matrimonio y las causas que les habían llevado a la entrevista eran diferentes.
Renato temía que la familia se quebrara e intentaba conseguir el perdón de la
escasa consideración y falta de afecto en las que había hecho vivir a Antonella, la
cual, por otra parte, aunque no deseaba abandonar a su hijo, quería quedarse con
las cuentas a cero.
Aparentemente, ella daba la impresión de ser la más fuerte: hablaba con voz
segura, tenía las ideas claras con respecto a la situación, trataba a su marido
bruscamente. El parecía dispuesto a todo para volver a tener a su mujer: había
reducido la carga de trabajo, organizaba viajes para la familia, no iba nada más
que una vez por semana a comer a casa de sus padres. Pero en realidad,
Antonella se movía tímidamente hacia el exterior, acostumbrada finalmente a
depender de Renato para muchas cosas.
Sostenía que quería hacer muchas cosas, dedicar más tiempo a sí misma, pero
esto se quedaba en simples declaraciones de intenciones. Durante una de las
consultas, la mujer había mencionado un enamoramiento hacia otro hombre, pero
la idea de dejar su casa y su hijo le había obligado a una relación platónica, que
se había agotado en un breve tiempo.
Vino primero a la consulta la familia de Antonella: la madre era una mujer con
aspecto descuidado y descontento. Probablemente en la edad juvenil había sido
una mujer bonita, pero el matrimonio había destruido toda esperanza, motivo por
el cual, no valía la pena tener atado a ella un marido insulso que la mala suerte le
había dado. El marido, un ex-empleado de correos, era una persona que se definía
como un buen hombre: no era bello, ni tan siquiera contento de haberse casado,
estaba de todos modos unido a sus hijas y bastante satisfecho de él mismo. La
hermana de Antonella tenía un aspecto agraciado y callado, prometida con un
"buen chico", diferente de Antonella.
Pero, una vez de vuelta a casa por la noche, después de un día de trabajo, no
encontraba a nadie capaz de escucharlo y prefería de esta manera invertir sus
energías en el ambiente externo.
Había llegado el momento de reformular el contrato del matrimonio. La
diversidad de los modelos familiares respectivos, aunque al principio habían
constituido un elemento de fuerte atracción, posteriormente constituyeron una
forma de obstáculo insuperable. Antonella había soñado para su hijo una familia
en la cual existieran valores vitales: el estudio, los viajes al extranjero, el ama de
llaves alemana, los padres cariñosos, con una vida autónoma y brillante.
Renato, por otra parte, hubiera querido encontrarse alrededor de una mesa, por la
noche, para discutir juntos de la jornada pasada y quizás ver una película en la
televisión o participar en las cenas formales con los colegas del trabajo. Pero, a
continuación cada uno de ellos había empezado a sentir la falta de los modelos
familiares según los cuales había crecido. Cada uno de ellos había empezado a
ver al otro cada vez más inadecuado respecto a la imagen ideal que se había
construido y daba la culpa al otro de la infelicidad propia.
Conclusiones
El modelo que hemos ilustrado en este artículo puede ser utilizado asimismo de
forma natural para las terapias de pareja con problemas no sexuales. De hecho, la
perspectiva trigeneracional, nos parece particularmente apta para todas las
terapias de pareja.
Lo que caracteriza fuertemente nuestra perspectiva en los casos con problemas
sexuales es en cambio una anamnesis médica cuidadosa que nos permita evitar
tratamientos psicoterapéuticos en impotentes debido a la diabetes u otras
enfermedades.
Además nos parece significativo que exactamente el trabajo con las imágenes
permita en situaciones en las cuales el síntoma es "poco verbal" afrontar por
medio del canal adecuado (no verbal) el problema.
Consideramos importante subrayar que de todo modos, los tratamientos
sexológicos integrados ya no pueden ser considerados prescriptivos, visto que las
prescripciones sexológicas y las tareas de otro tipo son frecuentemente
instrumentos para hacer aparecer resistencias, superadas después con formas
nada estratégicas.
Notas
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