El Servicio de Psicología del Colegio Alemán se permite compartir con los padres y acudientes un artículo

y dos videos como una referencia frente al abordaje de las preguntas que los niños tienen respecto a la
muerte. Como sabemos, los niños se enfrentan cotidianamente a diferentes situaciones que implican
la muerte: Alguien cercano enferma y fallece, las películas muestran en algunas escenas la muerte de
algún personaje, su mascota –que envejece a un ritmo diferente al humano– enferma o fallece, incluso
las flores que adornan el jardín poco a poco se marchitan, sin olvidar las constantes noticias de nuestro
país en periódicos y noticieros… Esta realidad genera preguntas y convoca a que los adultos les
ofrezcamos palabras claras, sensatas y coherentes frente a las inquietudes que ésta les suscita. El
problema adicional que surge es que esto no siempre es sencillo de hacer: ¿Cómo hablar respecto a algo
tan sorprendente a su subjetividad, dado el impacto normalmente tan doloroso? ¿Hay que ´ahorrarles´
ese dolor? ¿Tienen capacidad para entenderlo? Este material recoge orientaciones importantes a la hora
de hablar con los niños sobre este tema.

Artículo
LOS NIÑOS Y EL TEMA DE LA MUERTE

Lía comprendió que había
cometido varios errores. El
primero y más grave, callar la
muerte.
Un error demasiado frecuente,
dice la psicóloga Isa Fonnegra
de Jaramillo, directora de la
Fundación Omega. “Muchos
creen que no es necesario hablar
con los niños de la muerte. Para
qué mortificarlos, dicen,
mostrándoles la parte dolorosa
de la vida”.
Pero no hay tal. “los niños desde
muy pequeños sufren, están
expuestos al dolor, a la
separaciones y pérdidas”, dice
Fonnegra. En este sentido es que
la psicóloga, especializada en
tanatología (estudio de la
muerte), considera que toda
persona debe capacitarse para
enfrentar la muerte como una
realidad ineludible.
“Así como se hacen programas
de educación sexual para
preparar a los niños a vivir en el
futuro una sexualidad plena, así
mismo debe abrirse campo a la
educación para la muerte”.
Según la psicóloga, la necesidad
de educar es especialmente
válida en Colombia, país en
duelo, en donde los medios de
comunicación y el mismo
ambiente social están llenos de
muerte.
“Nuestros hijos son invadidos
por un cumulo de estímulos
violentos, pero no encuentran a
un adulto dispuesto a darles una
explicación, a hacerles
coherente, hasta donde se
puede, lo que ellos ven como un
retazo de hechos sin sentido”.
Un enfoque realista –saludable–
aunque triste de la muerte
requiere de respuestas,
actitudes y momentos, que no
desconozcan la edad del niño y
su capacidad de asimilar. Esta
capacidad varía. Así, para los
muy pequeños la muerte es
totalmente reversible.
La anterior creencia es
corroborada por los cuentos
infantiles: Caperucita es
rescatada de la barriga del lobo,
la bella durmiente despierta.
Igual sucede en los dibujos
animados: el gato aplastado por
una roca vuelve a la absoluta
normalidad o sale ileso después
de rodar por el más espantoso
abismo.
Pero cuando el niño cumple 7, 8
o 9 años su visión cambia.
Comprende que la muerte es
irreversible. Confirma que
existen factores ajenos que la
producen, pero también observa
que la semilla de la moralidad
está adentro: uno se puede
morir por sí mismo, por
enfermedad, por ejemplo.
Para la psicóloga, las
explicaciones deben concordar
con las creencias de los
progenitores: “si yo no soy
creyente, no puede decir a un
niño que el papá se fue al cielo.
La respuesta suena hueca”.
Hablar, aunque duela
De todos modos, lo importante
es nunca mentir. Y también
evitar actitudes que acabarán
por ser mucho más
perjudiciales.
La psicóloga da un ejemplo: desahogar su dolor, encontrar Fonnegra. Y como es un hecho
llevarse a los niños lejos de su un eco. “El niño que esquiva su injusto, antinatural, se tiende a
casa como el mayor favor que se duelo porque el ambiente no le santificar al niño muerto, en
pueda hacer cuando muera un facilita madurarlo, le queda detrimento de los otros
familiar: “Sin caer en cuenta que debiendo un duelo a la vida”. hermanos que acaban por
esos niños van a volver, que van De allí los adultos que huyen de sentirse simples mortales”.
a enfrentar el vacío, el closet todo acontecimiento doloroso, Son estos los casos en que más
desocupado, la mamá no está. Y que no asisten a entierros ni van peligrosas son las excusas: “los
para todo ese cataclismo a clínicas y que siempre dan adultos suelen decir: Dios elige
emocional recibirán una como respuesta: “Prefiero entre las flores del jardín las
respuesta tan pobre como, Dios guardar su recuerdo cuando era más bellas para él”. O: “en este
llamó a tu mamita”. sano”. También detrás de mucha momento, tu hermano es un
En general, el adulto niega la consulta psiquiátrica yace un angelito que vive en el cielo con
capacidad que tiene todo niño duelo congelado, nunca el niño Dios”.
de comprender el proceso de resuelto. Respuestas peligrosas, como lo
deterioro de una persona explica la psicóloga, porque
enferma, de un anciano, del ser pueden llevar al niño a asumir
más querido por él. Lo abruma y actitudes igualmente peligro-
confunde en vez de ayudarlo. sas. Por ejemplo: concluir que él
Y no se trata solo de explicar con es la flor más fea, ya que no se
cariño, sino también, cuando es lo llevó Dios. O llegar a pensar
mayor de 7 años, de permitir la que quizás es mejor estar allá
asistencia a las exequias. “Un arriba, en vez de estar bien
entierro es un ritual de aburrido por acá, en vez de estar
despedida, dice Fonnegra Es obedeciendo órdenes o
saludable para todos poderse haciendo tareas. “Detrás de
despedir de la persona que uno muchas fantasías o actos
amó, con más veras si se trata de suicidas de niños están
la mamá”. “Muéstrales cómo todos escondidos los deseos de reunión
Para lograr la superación sana seguimos viviendo en el corazón con un pariente muerto”.
del dolor, el niño necesitará de quienes nos quisieron. Si Encontrar una fórmula única,
comprender que lo que se va a quieren guardar un objeto que alentadora, para explicar una
enterrar es el “cascaron”, lo que perteneció a la persona muerta, realidad que ni siquiera los
queda después de la vida. Le déjelos: la libreta del teléfono, adultos comprenden en muy
evitará temer que la abuelita, la un adorno, unos aretes, difícil, lo reconoce Fonnegra.
mamá o el padre van a tener cualquier cosa que ellos puedan “En Colombia todos estamos en
frío, o que respiran mal, o conservar en una cajita y que duelo, sufrimos la pérdida de
angustiarse porque no llevan saquen cuando necesiten algo, carecemos de fe y
comida para el “viaje”. Es rememorar a la persona”. confianza en las autoridades.
importante decirle que cuando Lo mismo se aplica cuando Acerca de ese duelo, los niños
uno muere, ya no siente, ya no quien muere es un hermano. tienen preguntas. Contesté-
piensa y ya no habla. Sobre todo, después de una moslas”.
En materia de duelo, la reacción larga enfermedad. Al dolor se
varía de una persona a otra. Pero puede sumar la rabia por haber
siempre es claro que los niños el otro, acaparado la atención de
necesitan que se les hable del los demás, especialmente de los
difunto y también ellos mismos padres. “Muchas veces la muerte
hablar, ventilar sus de un niño deja un reducto de
sentimientos y tristezas, culpa en la familia, dice
NORMAS DE ORO
 No mentir es esencial, conteste las preguntas  No lo diga todo de una vez, explique la muerte
con sinceridad y si no tiene una respuesta, no con verdades parciales, de acuerdo con la edad
tema confesarlo. cronológica, intelectual y emocional del niño,
 Nunca diga algo de lo cual tenga que midiendo lo que él puede asimilar y necesita
retractarse más tarde. El niño después le hacer.
preguntará por qué le contó que una persona  Hable de la muerte antes de que el niño se vea
muerta se convertía en mariposa, ángel, arcángel. emocionalmente involucrado en una
 situación de duelo. Aproveche oportunidades:
pasar frente a un cementerio, el canario o el
perro que se muere, la flor que se marchita.
 No delegue la explicación en un familiar o en
el vecino. Los padres, mejor que nadie, conocen
a sus hijos y saben calibrar el impacto.
 No ligue la muerte con el sueño, ya que de allí
se pueden derivar trastornos para dormir o con
un viaje que encierra la sensación de abandono.
El niño además debe aprender a distinguir entre
una dolencia leve y pasajera y aquella que sí
lleva a la muerte.
 No ligue una contrariedad con la muerte (“tú
indisciplina me va a matar”). El niño tiende a ver
la muerte de un ser querido como un castigo.
 Si usted ha sido víctima de la misma pérdida,
no esconda su dolor ni se encierre en el baño a
llorar. Exprese su sentimiento y muestre que
Fuente: Folleto Fundación Omega. (Las negrillas y bastardillas son nuestras)
La Fundación Omega es una entidad dedicada a la atención, formación y asesoría en temas de duelo y situaciones difíciles
relacionadas con el fenómeno de la muerte y enfermedades terminales. Sede Bogotá: Cra. 30 No. 89-79. Tels.: 236 5004 218 33 15
Videos – Cuento infantil
MALAIKA
LA PRINCESA
Para acompañar a los pequeños
que enfrentan situaciones de
perdida de seres queridos, les
invitamos a que vean en su
compañía la historia de la
Princesa Malaika.
Para ver el video pulse en el siguiente link:
Videos – Información para padres
https://www.youtube.com/watch?v=_D2k6ZddCSw
Como hablar a los niños de la muerte
Ana María Constaín. Publicado el 11 sep. 2018
SERVICIO DE PSICOLOGÍA
DEPARTAMENTO DE ORIENTACIÓN Y APOYO AL ESTUDIANTE
COLEGIO ALEMÁN DE CALI
usted también es vulnerable y que es legítimo
compartir la tristeza.
 Dele la oportunidad al niño de hablar de la
persona que se murió y reciba su tristeza.
 Si usted es creyente, trasmítale al niño la
tranquilidad que ofrece el más allá. El paso
hacia la vida eterna, la reunión con Dios.
 Use la palabra muerte y elimine eufemismos
(“se nos fue”, “emprendió el viaje final”,
“descansó”). La muerte debe ser un final natural
y no una fuente de temores y angustias.
 Refuerce la irreversibilidad de la muerte y no
dé pie a falsas expectativas de retorno.
 Si su niño está en el colegio avise a la psicóloga
y profesora. Esto dará oportunidad a sus
compañeros de brindarle consuelo en vez de
distraerlo.
Malaika era una princesa sin
reinos ni súbditos, que vive con
sus padres, Konga y Nary, dos
elefantes. En su recorrido por
sabana comprenderá la relación
de los elefantes con los baobabs,
cuando Nary no tiene más fuerza
para proseguir su camino y deja
entonces un legado a la princesa.
https://www.youtube.com/watch?v=T0uJrBGUKbU
https://www.youtube.com/watch?v=sadFGDGeckA
Hablemos de la muerte con los niños | Alejandro Nespral -
Publicado el 5 mar. 2018