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Cadena de transporte de electrones

La cadena de transporte de electrones

La cadena de transporte de electrones es una serie de transportadores de electrones que se encuentran en la membrana
interna de bacterias, en la membrana interna mitocondrial1 o en las membranas tilacoidales, que mediante reacciones
bioquímicas producen trifosfato de adenosina (ATP),2 que es el compuesto energético que utilizan los seres vivos. Solo
dos fuentes de energía son utilizadas por los organismos vivos: reacciones de reducción-oxidación y la luz solar
(fotosíntesis). Los organismos que utilizan las reacciones redox para producir ATP se les conoce con el nombre de
quimioautótrofos, mientras que los que utilizan la luz solar para tal evento se les conoce por el nombre de
fotoautótrofos.3 Ambos tipos de organismos utilizan sus cadenas de transporte de electrones para convertir la energía en
ATP.

Conceptos generales
La misión de la cadena transportadora de electrones es la de crear un gradiente electroquímico que se utiliza para la
síntesis de ATP.4 Dicho gradiente electroquímico se consigue mediante el flujo de electrones entre diversas sustancias
de esta cadena que favorecen en último caso la translocación de protones que generan el gradiente anteriormente
mencionado. De esta forma podemos deducir la existencia de tres procesos totalmente dependientes:

• un flujo de electrones desde sustancias individuales;


• un uso de la energía desprendida de ese flujo de electrones que se utiliza para la translocación de protones en
contra de gradiente, por lo que energéticamente estamos hablando de un proceso desfavorable;
• un uso de ese gradiente electroquímico para la formación de ATP mediante un proceso favorable desde un
punto de vista energético.

Antecedentes
Las reacciones redox son reacciones químicas en las cuales los electrones son transferidos desde una molécula donadora
hacia una molécula aceptora. La fuerza que conduce a esta clase de reacciones es la energía libre de Gibbs de los
reactivos y los productos. La energía libre de Gibbs es la energía disponible para realizar un trabajo. Ninguna reacción
que incremente la energía libre de Gibbs total de un sistema se realizará de forma espontánea.

La transferencia de electrones desde moléculas altamente energéticas (donadoras) hacia moléculas de bajo poder
energético (aceptoras) puede ser espaciado en una serie de reacciones redox intermediarias, que en definitiva forman
una cadena de transporte. El hecho de que estas reacciones sean termodinámicamente posibles no significa que puedan
ocurrir; por ejemplo una mezcla de hidrógeno y oxígeno no entra en ignición de forma espontánea, se requiere
suplementar cierta energía de activación o bajar la energía de activación de la reacción. Los sistemas biológicos usan
estructuras complejas que reducen la energía de activación de las reacciones bioquímicas.
El transporte de electrones se realiza mediante reacciones que son termodinámicamente favorables, y han sido
acopladas a reacciones que termodinámicamente no lo son, como por ejemplo son la separación de carga, la creación de
un gradiente osmótico o el cootransporte. De esta forma, la energía libre del sistema baja y hace posible que el proceso
se lleve a cabo. Las macromoléculas biológicas que catalizan este tipo de reacciones desfavorables,
termodinámicamente hablando, se han encontrado en todas las formas de vida conocidas, y solo realizan estas funciones
si y solo si están acopladas a reacciones termodinámicas favorables y que ocurran a la vez de las que no lo son.

La cadena de transporte de electrones produce energía para la formación de un gradiente electroquímico, es decir se
utiliza ese flujo para el transporte de sustancias a través de membrana. Este gradiente se utiliza para realizar,
posteriormente un trabajo mecánico, como puede ser la rotación de un flagelo bacteriano o la síntesis de ATP, que es
imprescindible para un organismo. Esta cadena también consiste en una serie de transportadores que actúan
secuencialmente, los cuales son generalmente proteínas integrales de membrana con grupos prostéticos capaces de
aceptar y/o donar 1 o 2 electrones.

El ATP también se puede obtener de otras formas, como por ejemplo en la fosforilación a nivel de sustrato. Existen
organismos que obtienen el ATP exclusivamente mediante fermentación, pero en la mayoría de los casos la generación
de grandes cantidades de ATP se realiza a través de cadenas de transportes de electrones.

Cadenas de transporte de electrones en mitocondrias


Las células de la mayoría de eucariotas contienen orgánulos intracelulares conocidos con el nombre de mitocondrias
que producen ATP. Las fuentes de energía como la glucosa son inicialmente metabolizados en el citoplasma y los
productos obtenidos son llevados al interior de la mitocondria donde se continua el catabolismo usando rutas
metabólicas que incluyen el ciclo de los ácidos tricarboxílicos, la beta oxidación de los ácidos grasos y la oxidación de
los aminoácidos.

El resultado final de estas rutas es la producción de dos donadores de electrones: NADH y FADH2. Los electrones de
estos dos donadores son pasados a través de la cadena de electrones hasta el oxígeno, el cual se reduce para formar
agua. Esto es un proceso de múltiples pasos que ocurren en la membrana mitocondrial interna. Las enzimas que
catalizan estas reacciones tienen la notable capacidad de crear simultáneamente un gradiente de protones a través de la
membrana, produciendo un estado altamente energético con el potencial de generar trabajo. Mientras el transporte de
electrones ocurre con una alta eficiencia, un pequeño porcentaje de electrones son prematuramente extraídos del
oxígeno, resultando en la formación de un radical libre tóxico: el superóxido. En los últimos años se ha descubierto que
los complejos de la cadena de transporte de electrones suelen juntarse unas con otras formando estructuras proteínicas
mayores que se nombran supercomplejos respiratorios.

Estos supercomplejos suelen estar formados únicamente por los complejos I, III y IV en plantas, mientras que en
mamíferos se les han encontrado en conjunto con complejo II también. Se ha propuesto que la función de la formación
de los supercomplejos respiratorios es la canalización de los electrones a través de los complejos I, III y IV, con la
finalidad de agilizar el transporte de electrones, regular la formación de radicales de oxígeno o incrementar la eficiencia
de producción de ATP por medio de la exclusión de la alternativa oxidasa o de las NAD(P)H dehidrogenasas del tipo II
del transporte de electrones. De esta forma únicamente las proteínas que tienen la capacidad de transportar protones a
través de la membrana interna de las mitocondrias y que por lo mismo contribuyen a la formación del gradiente
electroquímico para la producción de ATP estarían incluidas en la estructura de los supercomplejos.

El parecido entre las mitocondrias intracelulares y las bacterias de vida libre es altísimo. El conocimiento de la
estructura, la funcionalidad y las similitudes en el ADN entre mitocondrias y las bacterias prueban fuertemente el origen
endosimbiótico de las mitocondrias. Es decir, hay fuertes pruebas que indican que las células eucarióticas primitivas
incorporaron bacterias, que debido a las fuerzas selectivas de la evolución se han trasformado en un orgánulo de estas.

Transportadores redox mitocondriales


Se han identificado cuatro complejos enzimáticos unidos a membrana interna mitocondrial. Tres de ellos son complejos
transmembrana, que están embebidos en la membrana interna, mientras que el otro está asociado a membrana. Los tres
complejos transmembrana tienen la capacidad de actuar como bombas de protones. El flujo de electrones global se
esquematiza de la siguiente forma:
NADH → Complejo I → Q → Complejo III → Citocromo c → Complejo IV
→ H2O

Complejo II

Complejo I
El complejo I o NADH deshidrogenasa o NADH:ubiquinona oxidoreductasa (EC 1.6.5.3) capta dos electrones del
NADH y los transfiere a un transportador liposoluble denominado ubiquinona (Q). El producto reducido, que se conoce
con el nombre de ubiquinol (QH2) puede difundir libremente por la membrana. Al mismo tiempo, el Complejo I
transloca cuatro protones a través de membrana y produce un gradiente de protones.

El flujo de electrones ocurre de la siguiente forma:

El NADH es oxidado a NAD+, y reduce al FMN a FMNH2 en un único paso que implica a dos electrones. El siguiente
transportador de electrones es un centro Fe-S que solo puede aceptar un electrón y transferirlo a la ubiquinona
generando una forma reducida, denominada semiquinona. Esta semiquinona vuelve a reducirse con el otro electrón que
quedaba, generando el ubiquinol, QH2. Durante este proceso, cuatro protones se translocan a través de la membrana
interna mitocondrial, desde la matriz hacia el espacio intermembrana.

Complejo II
El Complejo II o succinato deshidrogenasa; [1] EC 1.3.5.1 no es una bomba de protones. Además es la única enzima del
ciclo de Krebs asociado a membrana. Antes de que este complejo actúe, el FADH2 se forma durante la conversión de
succinato en fumarato en el ciclo del ácido cítrico. A continuación los electrones son transferidos por medio de una serie
de centros FeS hacia Q. EL glicerol-3-fosfato y el acetil-CoA también transfieren electrones a Q mediante vías
diferentes en que participan flavoproteínas.

Complejo III
El complejo III o complejo citocromo bc1; EC 1.10.2.2, obtiene dos electrones desde QH2 y los transfiere a dos
moléculas de citocromo c, que es un transportador de electrones hidrosoluble que se encuentra en el espacio
intermembrana de la mitocondria. Al mismo tiempo, transloca cuatro protones a través de la membrana por los dos
electrones transportados desde el ubiquinol.

Complejo IV
El complejo IV o citocromo c oxidasa; EC 1.9.3.1 capta cuatro electrones de las cuatro moléculas de citocromo c y se
transfieren al oxígeno (O2), para producir dos moléculas de agua (H2O). Al mismo tiempo, se translocan cuatro
protones al espacio intermembrana, por los cuatro electrones. Además "desaparecen" de la matriz 2 protones que
forman parte del H2O.

Acoplamiento con la fosforilación oxidativa


La hipótesis del acoplamiento quimiosmótico, lo que el valió el Premio Nobel de Química a Peter D. Mitchell, explica
que la cadena de transporte de electrones y la fosforilación oxidativa están acopladas por el gradiente de protones. El
flujo de protones crea un gradiente de pH y un gradiente electroquímico. Este gradiente de protones es usado por el
complejo V o ATP sintasa para formar ATP vía la fosforilación oxidativa. La ATP sintasa actúa como un canal de iones
que "devuelve" los protones a la matriz mitocondrial. Durante esta vuelta, la energía libre de Gibbs producida durante la
generación de las formas oxidadas de los transportadores de electrones es liberada. Esta energía es utilizada por la
síntesis de ATP, catalizada por el componente F1 del complejo FOF1 ATP sintasa.

El acoplamiento con la fosforilación oxidativa es un paso clave en la producción de ATP. Sin embargo, en ciertas
ocasiones desacoplarlo puede tener usos biológicos. En la membrana interna mitocondrial de los tejidos adiposos
marrones existe una gran cantidad de termogenina, que es una proteína desacopladora, que actúa como una vía
alternativa para el regreso de los protones a la matriz. Esto resulta en consumo de la energía en termogénesis en vez de
utilizarse para la producción de ATP. Esto puede ser útil para generar calor cuando sea necesario, por ejemplo en
invierno o durante la hibernación de ciertos animales.

También se conocen desacoplantes sintéticos como el caso del 2,4-dinitrofenol, que se ha usado como pesticida, debido
a su alta toxicidad.

Resumen
La cadena de transporte de electrones mitocondrial utiliza electrones desde un donador ya sea NADH o FADH 2 y los
pasa a un aceptor de electrones final, como el O2, mediante una serie de reacciones redox. Estas reacciones están
acopladas a la creación de un gradiente de protones generado por los complejos I, III y IV. Dicho gradiente es utilizado
para generar ATP mediante la ATP sintasa.

Las reacciones catalizadas por los complejos I y III están en equilibrio. Las concentraciones de reactivos y productos
son aproximadamente los mismos. Esto significa que estas reacciones son reversibles al incrementar la concentración de
producto.

Cadena transportadora de electrones en bacterias


En eucariotas, el NADH es el donador de electrones más importante. En procariotas, es decir bacterias y arqueas la
situación es algo más complicada, debido a que hay un gran número de donante de electrones y un gran número de
aceptores. Si generalizamos el transporte en bacterias este podría quedar de la siguiente forma:
Donador Donador Donador

↓ ↓
Aceptor Aceptor

Es posible que los electrones entren a la cadena en tres niveles: un nivel en donde participa una deshidrogenasa, otro en
la que actúa un reservorio de quinonas, o en un nivel en el que actúa un transportador móvil como es el citocromo.
Estos niveles corresponden a sucesivos potenciales redox más positivos o sucesivas bajadas de las diferencias en el
potencial relativo en los aceptores de electrones. En otras palabras, corresponden a cambios cada vez menores en la
energía libre de Gibbs.

Las bacterias pueden usar múltiples cadenas de transporte de electrones, e incluso simultáneamente. Las bacterias
pueden usar varios donadores diferentes de electrones. Por ejemplo, Escherichia coli, cuando crece en condiciones
aeróbicas usando glucosa como fuente de energía, usa dos NADH deshidrogenasas diferentes y dos quinol oxidasas
diferentes, un total de cuatro cadenas de transporte que funcionan simultáneamente.

Las bacterias también generan un gradiente de protones, para ello utilizan al menos tres bombas de protones, al igual
que las mitocondrias, aunque se han descrito casos en los que solo existen dos o incluso una. Evidentemente siempre
tiene que existir al menos una bomba de protones para poder generar el gradiente electroquímico, que es esencial para la
generación de ATP.

Donadores de electrones
Artículo principal: Donador de electrones

En la biosfera actual, los donadores de electrones más comunes son las moléculas orgánicas. Los organismos que usan
moléculas orgánicas como fuente de energía son conocidos como organotrofos. Sin embargo, existen procariotas que
son capaces de utilizar fuentes inorgánicas como fuente de energía y se les conoce por ello con el nombre de litotrofos.
Estos donadores inorgánicos incluyen al hidrógeno, al monóxido de carbono, el amonio, el nitrito, sulfuro, y el ion
ferroso. Los litotrofos se han observado creciendo en formaciones de rocas a centenares de metros bajo la superficie de
la Tierra.

El uso de donadores de electrones inorgánicos como fuente de energía es de particular interés en el estudio de la
evolución. Este tipo de metabolismo tuvo que ser el antececesor de los actuales modelos de organotrofos.
Deshidrogenasas
Las bacterias pueden usar un gran número de donadores de electrones. Cuando utilizan materia orgánica como fuente de
energía, el donador puede ser el NADH o el succinato, en tal caso los electrones entran a la cadena de transporte
mediante la NADH deshidrogenasa, que es similar al complejo I mitocondrial, o bien mediante la succinato
deshidrogena, que es similar al complejo II. Otras deshidrogenasas pueden ser utilizadas dependiendo del donador;
ejemplos pueden ser la formato deshidrogenasa, la lactato deshidrogenasa, la gliceraldehído-3-fosfato deshidrogenasa,
H2 deshidrogenasa, también conocida por el nombre de hidrogenasa, y etc. Algunas de estas deshidrogenasas también
actúan como bombas de protones, otras simplemente donan los electrones al reservorio de quinonas. La mayoría de las
deshidrogenasas son sintetizadas solo en caso de necesidad, por lo que dependiendo del ambiente en el que se encuentra
podremos detectar una o varias de estas deshidrogenasas. Las bacterias son capaces por tanto de realizar una regulación
transcripcional de las mismas.

Transportadores de quinona
Las quinonas son transportadores móviles liposolubles. En general desempeñan las mismas funciones que la quinona
mitocondrial, aunque las bacterias presenten quinonas específicas como son por ejemplo la ubiquinona o la
menaquinona.

Bombas de protones
Se considera como bomba de protones cualquier proceso que genere un gradiente de protones a través de la membrana.
Los protones pueden ser movidos físicamente a través de la membrana, como es el caso de los complejos I y IV de las
mitocondrias. El mismo efecto se observa cuando los electrones se mueven en la dirección opuesta. El resultado es la
desaparición de protones de la matriz y la aparición de protones en el espacio intermembrana. Este es el caso del
complejo III de las mitocondrias, en el cual se observa el ciclo Q. Algunas deshidrogenasas son bombas de protones,
otras no. La mayoría de las oxidasas y la mayoría de las reductasas si lo son, aunque existen excepciones. El citocromo
bc1 es una bomba de protones en muchas bacterias, aunque no en todas (por ejemplo, Escherichia coli es una
excepción).

Citocromos
Los citocromos son proteínas que contienen porfirinas que tienen ligado un átomo de hierro. Existen citocromos que
son hidrosolubles, otros que son liposolubles. Otra peculiaridad es que existen citocromos móviles como por ejemplo el
citocromo c. Aunque la gran mayoría funcionan asociadas a macromoléculas como pueden ser los complejos III y IV.

Oxidasas y reductasas terminales


Cuando una bacteria crece en ambientes aeróbicos, el aceptor final de los electrones es reducido hasta agua por una
enzima que se denomina oxidasa. Cuando una bacteria crece en ambientes de hipoxia, el aceptor de electrones es
reducido por una enzima que se denomina reductasa. En las mitocondrias el complejo terminal es la citocromo oxidasa,
pero las bacterias aeróbicas pueden utilizar varias oxidasas. Escherichia coli, no presenta citocromo oxidasa, por lo que
en condiciones aeróbicas utiliza dos quinol oxidasa diferentes para reducir el oxígeno a agua. Ambas quinol oxidasas
actúan a su vez como bombas de protones.

Las bacterias anaeróbicas no pueden utilizar el oxígeno como aceptor final de los electrones, por lo que requieren
reductasas especializadas para cada una de los aceptores. Escherichia coli puede usar, por ejemplo, una fumarato
reductasa, la nitrato reductasa, la nitrito reductasa o la DMSO reductasa dependiendo de si existen esos aceptores en el
medio en el que estás creciendo.

Aceptores de electrones
Artículo principal: Aceptor de electrones

Al igual que existen un gran número de donadores de electrones, también existen un gran número de aceptores que
pueden ser de ambos tipos, es decir de origen orgánico o inorgánico. Si el oxígeno está disponible, se usará como
aceptor, ya que genera mayor producción energética. En los ambientes anaeróbicos, se puede utilizar NO3-, NO2-, Fe3+,
SO42-, CO2 y pequeñas moléculas orgánicas como por ejemplo el fumarato.
Resumen
En general, las cadenas de transporte de electrones bacterianas son inducibles. Según el medio en el que estén
creciendo, las bacterias sintetizarán distintos complejos transmembranas que producirán diferentes transportes en sus
membranas.

Cadena de transporte de electrones fotosintética


En la fosforilación oxidativa, los electrones se transfieren desde un donador de electrones de alta energía hasta un
aceptor a través de una cadena de transporte de electrones. En la fotofosforilación, se usa la energía de la luz solar para
crear un donador de electrones altamente energético y un aceptor de esos electrones. Los electrones se transfieren desde
el donador hasta el aceptor a través de una cadena de transporte totalmente diferente a la que se observa en las
mitocondrias.

La cadena de transporte de electrones fotosintética tiene varias similitudes con la cadena oxidativa. Tienen
transportadores móviles, transportadores liposolubles y móviles, transportadores hidrosolubles y bombas de protones,
que se encargan de generar el gradiente electroquímico.

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