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1. Utilizando una antigua técnica egipcia para partir piedras, introducimos unos
tacos de madera en unos agujeros dentro de la roca.
2. Introducimos el conjunto en agua, así los tacos de madera se irán hinchando
imantando el engrosamiento de las raíces de las plantas.
3. Después de un tiempo vemos que efectivamente la roca se ha partido.
El viento es capaz de arrastrar los fragmentos mas pequeños sin embargo no puede
con los grandes, el viento los deja seleccionados por tamaños.
1. Congelamos en agua.
2. Colocamos el fragmento de piedra grande o adoquín sobre el hielo.
3. El adoquín se desplaza en este curioso vehículo.
Hemos visto que el agua, el viento y el hielo transportan. Existen dos grandes
motores en estos procesos de arrastre, el primer motor y mas importante: El sol,
este calienta desigualmente la superficie de la tierra, en las zonas mas cálidas el
aire de calienta en contacto con el suelo, asciende y deja un hueco que es rellenado
por otras masas de aire, así se origina el viento.
El segundo factor es la gravedad que hace que el agua de los ríos o el hielo de los
glaciares descienda y arrastre los fragmentos de las rocas hasta su destino.
Así es como se entiende por qué en las zonas montañosas los ríos son capaces de
mover grandes fragmentos y en las llanas solo los fragmentos finos.