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La pragmática estudia las normas generales que rigen el uso del lenguaje en los procesos de
comunicación interpersonal entre emisor y receptor, teniendo en cuenta la relación que se hace
entre enunciado-contexto-interlocutores, básicamente su propósito es analizar cómo los
hablantes producen e interpretan enunciados en contexto.
Se tiene en cuenta la intención con la que el emisor envía un mensaje al receptor, pero también,
la interpretación que el destinatario hace de una oración. Un mismo mensaje puede tener una
interpretación u otra distinta dependiendo del contexto en el que se produce, entonces, en el
contexto juegan un papel importante los actos de participación de conocimientos, creencias,
intenciones y deseos. Por ejemplo, una persona ha podido hacer una mala interpretación del
mensaje que ha recibido por parte de un oyente porque tenía prisa y no ha prestado una atención
plena a esa comunicación, por tanto, no ha escuchado el mensaje.
Actos de habla
Se entiende por acto de habla la unidad básica de comunicación lingüística con la que se realiza
una acción, (Se entiende acción como orden, petición, aserción, promesa). Al producir un acto
de habla, se activan simultáneamente tres dimensiones: acto locucionario, acto ilocucionario y
acto perlocutivo.
- Intención: Una acción alcanza esta categoría sólo cuando se hace de manera
consciente, es decir, el acto lingüístico no debe hacerse de forma automática sino que
debe estar regido por propósitos y fines específicos.
- Un sistema de reglas: incluso en la pragmática, es necesario poseer un conocimiento
previo de reglas para que un enunciado se considere acción.
- Carácter convencional de las reglas: como las reglas que determinan una conducta
lingüística son compartidas por un grupo o comunidad lingüística, reglas que deben ser
conocidas y aceptadas, por ejemplo, un conjunto de reglas que sirva para regular las
relaciones interpersonales.
Según el filósofo británico J.L Austin lo clasifica como un enunciado que no es ni verdadero
ni falso, no describen una realidad sino que más bien describen una acción, son ejemplos claros:
cuando alguien dice “acepto” en una boda o “te apuesto a que lloverá mañana”. En estos
enunciados, “decir las palabras es usualmente un incidente clave en la realización del acto”. El
enunciado no representa el acto: las palabras mismas lo llevan a cabo.
Actos de promesa
Las promesas son actos lingüísticos diferentes de las afirmaciones o las declaraciones, son por
excelencia, aquellos actos lingüísticos que nos permiten coordinar acciones con otros. Cuando
alguien hace una promesa, él o ella se compromete ante otro a ejecutar alguna acción en el
futuro. Hay que tener en cuenta que los actos del hablante deben emitirse en presente del
indicativo, voz activa, por ejemplo: “Prometo escribirte”.
Una promesa llega a ser incompleta cuando primero, no cumple con la condición de primera
persona, voz activa, presente del indicativo y estar en concordancia con el deseo del oyente, y
segundo, cuando se promete algo cuya realización es obvia, por ejemplo, “prometo cobrar mi
salario”, es una acción obvia que se da por realizada.
Una promesa es una expresión de que alguien quiere hacer algo a favor de alguien, es una
garantía de que hará eso que promete. Desde este punto de vista, el hablante debe tener la
intención de conducirse, de esa manera. Además, aquello que se promete no puede ser algo que
el oyente no desea que se le haga. Ahí podemos hacer una distinción entre promesas sinceras
y no sinceras:
Hay que tener en cuenta que en ocasiones, expresiones como “Prometo”, no sirven para realizar
literalmente un acto de prometer, por ejemplo: