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1: ' El obispo 'en el' ámbito ¡ de la 'sociedad romana ' tardía '. ¡ ' , I i; I
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ad tardo~antigua, ""¡ I~:· .n :',,'," "1: ' " " ' , ' , , ' ' . ' , ,: "
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1,. ,,1 , La influenCia del obis o en la' sociedad del ImperiO romano tar-
ro dío ' obedece' 'a ' facto'res' múltiples.' Induaa emente' es consecuenCla~
de la----;¡¡tic;-religiosad e los emperadores cristianos, pero ~-
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{Iuencia sería inimaginable si en esta época no hubiesen accedido al , respec,!p, la~,Q"i:tio ;2 :de"Gregorio lde' Nacianzo;!el tratado De's'acer-
episcopado una larga serie de personajes que por su status social, su ' "dolio .de JlÍan; Crisps.t óÍno,¡:l a Epís~ola r1 OS! de Siriesio :de' Cirene o las
riqueza familiar su formación cu tura esta an amados de or sí a ' , Orationes funebres de 'cre ario de Nisa y de Gregario de Nacianzo f
dirigir la sociedad de su tiemp Q.. La condición sacerdotal representó í sobre Basilio de Cesarea, así como la Epfstola 17 de Gre orio de Ni-
un elemento nuevo que les proporcionó una libertad de acción y de r sa, o la Epístola.28 de Basilio. Todas estas obras roducto de una
palabra, un prestigio que no hizo sino reforzar la capacidad de lide- eSf:11erada elaboración literaria, se estructuran en torno a una serie
razgo que por origen social y formación estaban llamados a ejercer. de topoi y tradicionesl argamente rep"etidos en la literatura p...agana,_
Además, para cO..!P2rel.!c!s:r :la figura del obis o en Oriente ha ue -; per o a las que sus autores intentan dar un nuevo valofZ ~gnific~do,
tener presente ue mientras en Occidente e! obis o se consolidó (J producto de su reflexión cristiana.
por su capacidad de res uesta a los roblemas de supervivencia en I T9 do 1o expuesto creemos gue - es motivo suficiente para limitar" ;l
una sociedad sometida a los invasores y priva a una autoridia esta- nuestra encuesta al ·Oriente cristiano y a 'una' época que abarca me ~ ·
tal eficaz en Oriente e! obis o"'"'S'é'31lrmó e n me io (le una estructUra dio siglo a, caballo entre los siglos IV y v. 1:ratamos tambig¡ de evitar
pplítica oderosa y frente a l'!§. intervencíOñ'é'SSlstemáticasoe! poaer- a~r un peligro en el que han caído con mucha frecuencia los estudio} (
imperi~l. Ello explicaría, como se ha hecho observar con frecuencia, sos de la Antigüedad, las eneralizaciones que olvidan las peculiari-
e! que la mayoría de los obispos orientales procediesen de las dades rcgio~ al . en un ámbito tan heterogéneo c m
aristocracias urbanas representadas por Jos rangos curiales ~ y que su ª
el Imperio romano lo larg..Q de lo cuatrocientos años de su histo-
acceso a la carrera eclesiástica se presentase para ellos como la posi- ti . Si esto es aplicable a la historia económica y social del Imperio,
bilidad de conservar y reforzar el pape! político y la·influencia social lo es mucho más a la historia religiosa y a la propia historia eclesiás-
que en la vida civil encontr~ba la competencia siempre creciente de tica en una época en que uno de sus valores más significativos es la
las estructuras estatales a través de! poder reforzado de los funcio - variedad frente a la uniformidad y anquilos~miento que se impon-
narios 2 • &í, pues, e! obispo de !a.filltigüedad tardía se gresenta como drán en siglos posteriores. De ello fue ya consciente el mismo Sozó-
una figura eminentemente laica, heredera del político del nundo meno cuando en su Histo~ia eclesiástica señala la variedad de ritos
O clásÍCo greco-romano, aunque las bases de su poder fuesen religio- imperantes en la iglesia de su época: "Pues no es posible encontrar
~as. Por ello en la sociedad de la época aparece como el contrapun- en to9as las iglesias 1:1s misma~ tradiciones, semejantes en todo, aun-
fa del monje el hombre divino or excelencia, ue tan bien ha sabi- que mantengan la' mi~ma fe »3. '
do analizar sociológicamente ,P. Brown. " , I , t ,J '
'N/a /ld IJolí/iea (IV' V seco d.C.), Roma, 1987, especialmente pp. 57 SS., con amplia biblio-
Nr ti . 3. Sozomeno, Historia eclesiástica, VII, 19 . .
de la época. Cómo actuaban estos arribistas lo describe muy bien
otro obispo, Paladio de Helenópolis; en su Diálogo sobre la vida de
Juan Crisóstomo, al presentar a los aspirantes 'a ocupar la sede va-
cante deCoristantinopla tras la muerte/de Nectario en el 398:
l' .IE \ i 1 f ! ' , 1; "1 " , ! J
Es necesario que el alma (del obispo) esté pura del deseo del C?Jgo,
porgue si en el alma, anida un atd~r
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lleno de pasión por el VIO
oder
en-
ta y, asida tenido éste se
con fuerza, reanIma
sogorta la lIama
cosas terri ñasta hacerla
es para mas a, 111-
mantener
\ ' ," ~ cluso si debe adular o soportar un tratamiento vil e indigno, o gastar
16n el ' buen tono, de elegancia, el mostrar o en ello mucho dineroo ,Y al unos han llenado las iglesias de,muertos,
I propio tiempo, una forma de protegerse han devastado las ciudades, luchando por ejercer esta autoridad?,
...'....11 It,nllu ••, p ro no sólo del pueblo. Gregorio ·no iba ti ¡ ,
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n ¡ronfa del destino, cuando fue hecho obis- . • , " I I
, Ami rosio de, Milán y el papa Dámaso :esta- a cargo de A. M. Malingrey y Ph. 'Lederq (Sources Chrétiennes 272), Paris, 1988, 2 vols. La
n -¡dos de que la sede.había,caído en'manos ,de identificación de! Paladio autor del diálogo con 'e! h'omónimo obispo de He!enópolis y autor
también dé la Historia üzusiaca 'parece la' hipótesis 'máil segura. ;.ul' ,"
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anrlDIGIDIG .rrlbIIUI' J'
/tI h 7 .n Juan 'Crisóstomo!De Sacerdotio,' II1, 1 10, 136~43, ed: A. M. Malingrey, pp. 166-168.
Ir ori de Nacianzo que,no se;cansó en!vida La.sospecha,de que' en el último 'párrafo citado sea ¿na 'alusión a las luchas 'entre ,Ursino y
t n los arribistas que "poblaban la Iglesia -de la ' Dámaso por el poder viepe de antiguo. La sospecha,tiene especial peso si se tiene en cuenta
u 61u ,1 sino también todas las'mejores plumas que Juan Crisóstomo fue consagrado sacerdote por Flaviano mientras que Dámaso apoyaba
a su rival en la sede antioquena, Paulino, Dámaso tuvo muy mala prensa entre los obispos
orientales; véase in(ra los juicios de Basilio de Cesarea sobre él. El dossier de los textos sobre .
la elección de Dámaso puede verse traducido en R. Teja, El cristianismo primitivo en la
" , (;1 rllmltll ' N~II~II / .. , ()',IIII1, , . Me sirvo de la edición.crítica,de J. Bernardi, sociedad romana, Madrid, '1990, pp.
185-1~~.' En ~ualquier caso, h historia de la Iglesia, de
.rdll(¡I, ~ rI_ NII 111/1 ',11'111 flHr I '(SOIl • S hrétiennes 247), faris; 19¿8.~~",: ;,1;.,1/(,,::/.... t., la époeal'Ófreú1dsi:ís 'sUfiCierltés'de lgú'érras y' c:hfreilta'mien't ok'porYe! 'p'ddei-; 'especialníeli'té
• Amhr ... III, nll/ll lf/. I \. 1) '1111 () CII aren n Ascolio de ,Tesalónica animándole a' que " 'f.r' c6n l m"otivo'd¿:lili co~~fov~fSiaJh~Haria{fom'Ó' parJ jl~n'sarq\lelJúá¡P Cfisó'stómo'püed~·gstar'
r IIrI'lI Pilla ~ III'" 111.. I ~ I 1111'111 ti ,rollO lo,( ~L \3, 365,)... ¡,nqniH ',{llt) m(¡soZ .t · . '" haciendo una reflexión general no centrada en algún episodio cOÍlcr~éó.'¡¡>~,n:¡'t>l$Ilm"k",¡
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OBISPO S "
LA CRISTIANIZACiÓN DE LOS IDEALES DEL MUNDO CLÁSICO: EL OBISPO
'" I ¡cíEn 'cualquier,;caso,..{en~l~, elaboración~,del' teITla\.c;ld~~efh.~79¡ l ' ,pi '''L'a carta' de'Sinesio rezllInalsinceridad.~<Era\unrdilema,entre\vida
poden~onfh.iy'em!!1Ucliós 'motivo's,'de !ori 'en;', naturalf~~f~Y' alfe- r activa Y'vi~fa de ocio ,y estudio; entre ',filosofía platÓnica y sacerdocio
rente.lncluso;siLtip..9_J~sicoló icci'. Se ha' puesto de' reheve lque ',~as cristiano;! Sus(escritós posteriores y lo agitado de su corta vida epis-
tres obras en que se desarrolla con más profundidad el tema surgIe- copal, así como las desgracias familiares ponen de manifiesto lo sin-
ron en un contexto vital muy similar de sus autoress. La Oratio II de cero de estos sentimientos. «Habría preferido morir muchas veces
Gregorio de Nacianzo es una autodefensa ante los ~i,eles de ~acia~- : . "1lntes que asumir esta liturgia; no me consideraba ciertamente digno
zo para justificar la propia huida an~e una ord~n~clOn q~~ el consI- del prestigio del cargo», señalará en otra ocasión9 • Los tonos son
deraba impuesta. En el De sacerdotzo, ]~an Cnsostomo mtcrnta ?e-
, fenderse, como ya hemos señalado, de las crític~s,P?r no haber hmdo
para evitar la orden~ción. En la Epís~ola .105 dlr.lglda ~ su her~az:t~,
pero en realidad a todo el mundo, Smeslo ,de Clrene mten~a J~Stl~l
car públicamente las largas dudas mantemdas durante casI un ano
para aceptar un puesto de tanto prestigio y responsabilidad como'el
I muy ,similares a los de Gr~orio de Nacianzo: «He ~ido vencido y
i[econozco la derrota: me he
sometido al Señor y he venido a supli-
c';;.rlo»~' son las palabras con las que comienza su discurso de acepta-
ción 'tras su Quida: Pero las protestas deGre orio ' arecen más ficti::
cias ' la retórica domina sobre los sentimientos:' «He resistido más
Salfá :de lo conveniente, y he mostrado_¡;¡res~ión», confesará un
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eplscopa dQ. ' ,'" r ,
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, • '.' , ' p oco 'más 'adelante 10. Con todo, el tema de que la ordenación sacer-
Son obras todas ellas de una esmerada elaboración artística, pero dotal, primero, y el episcopado, después, le había' sido impuesto,
que se sirven de géneros literari~s :d~ferentes:' la" de :Gregorio' d.e será un motivo recurrente a lo largo de toda su vida y de toda su
Nacianzo es ,un discurso real o flctlclO ante el ueblo' uan Cn- ~bra. ' La «derrota» que 'a parece una y otra vez' en ' la Oratio 2 la
sóstomo se sirve del diálo o literario de ;tradición: latónico' Sinesio ~olverá amencionar veinte a~os después en carta al 'obispo Bosforio
d~ Cirene l'ecurre al_ género eQistolar. ' Quizá la obra más s!ncera: se~ de Colonia' a(aceptar' volver a tener ' la dirección de la iglesia de
1; última. ,Detrás de los topoi literarios y los recursos métricos, Sme" ; Nac~anzo.: , «~emos sidq vencid9s y no requsa¡;emos ocuparnos de
- ~io revela un alma atormentada por desgarros ideológicos, religio- esta ~glesia... )~ ". En otras ocasiones prefiere hablar. de tiranía: «He
sos y sociales: «Quiero comunicarte a ti estas zozobras de mi espíri- ~ sido , tiranizado con esta bella tiranía... » (ó rupawL8El.r; "'W KaAr]v
tu», le dice asu hermano: ,1,;' ,¡Ji " , , ' , ' rvpawLóa) 12, Pero qué importancia haya que darle a la expresión y
hasta qué punto se trata de ficción literaria 'se puede deducir de la
Sería estúpido si no estuviese 'agradecido a' las 'g~ntes , de :óle~ai?a Epístola 79: aquí, defendiéndose de la acusación de haber ordenado
porque me consideran digno de un honor que ni yo osan.a atnbUlr- obispo' -':'0' coreobispo- a un esclavo sin el consentimiento de su
me a mí mismo ... El que un hombre sea llamado a asumir ho~ores duéñ~; justifica a éste diciendo que había sido «tiranizado» por él
casi divinos es motivo de gran alegría, si realmente son mereCIdos; mismol ~. En cualquier caso, todavía al final de sus días, en su poema
pero si se es indigno de ellos el futuro se 'presenta sOl:nbrío.:. !,sí,
pues, a no ser que tenga (el obispo) un alma ~rande. y qoble, (como autobiográfico, recordará así su acceso al episcopado:
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podrá sostener la carga de tantas preocupacIOnes Sin que su mente ~ :
se vea sumergida en ello?, ¿cómo será capaz de mantener dentro de La 'cátedra episcopal era pa'ra mí venerable, pero permaneciendo a
él intacto el elemento divino cuando le reclamen por ~odas partes distancia, como la luz solar respecto a los ojos de los enfermos. En
asuntos tan' dispares? Sé bien9ue hay algunos que son capaces de las múltiples vicisitudes de mi vida, habría esperado todo antes que
ello. Admiro su naturaleza y creo que son hombres verdaderamt;nte, recibir aquella cátedra l4 , ' . , . . "
divinos a quienes' el contactp,con los asunt~s humano~ no l¡;s se~ar~ ,, " I l.',
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de Dios. Pero me conozco a mí mismo ... MI alma no tiene energla ni .I '. '"l) ) .
para enfrentarse al mundo exterior, ni para dominar l~ angustia que
me provoca mi propia conciencia. ! '; I ' , ('
" , '¡ ~ " ~ ¡~lh"l ':"¡ 9. Sinesio, Ep(stola 11. "
'1 1:1 1:, ,,(\1 ' .' ,," l'1l"¡ ~ • ¡ : "J!' ,;. i¡; ¡ í') b;.1 1 11 f ::
" r,lO.- I Gregori 6 de Nacian'z6, Or~tio 11, 6.' ' ,,1/,,'" ,,\ ,"; I
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,1" 1 t~'¡1 Grcgorio 'de N~cianzo,' Epístola 138,3. : 1,' y",; .:;,
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12. Gregorio de Nacianzo, Oratio 1, 1; cf. también 11,6; 11, 72; III, 1; XLIII,:59 (refe-
8. , R. Lizz'i ; II potere ePiscopale, cit. La autora dedica todo un capítulo a,l análIsIs del rida al episcopado); Poemas 11, 1,11, De Vita Sua, v. 345 .
rechazo del episcopado y su elaboración ideológica poniendo de maDlflesto las mfIuenclas y, 13. Gregorio de Nacianzo, Epístola 79, 6. La observación es de J. Bernardi, en op. cit.,
paralelismos con el mundo intelectual ,de la política pagana. ,Remito allí al lector que qUiera ~n, "
profundizar en estas ideas. ' 14 , Gre~orio de Nacian7.o. Poem(1S TJ , 1, 11 , De "it(1 "UI , vu ~ ~ 7 - ~ ~"
• . W ohl po )' I m "",lIt1tlflarl ro rática ¿y quién a quién? No logro encontrar la diferencia. ¿De dónde des-
;"',:,' ciende él o en qué suelo yazgo yo? -si es que alguien quiere obser-
" f ¡ : .. /(1
, -, "" ' varias cosas con: los criterios del mundo----!.. Si alguien lo examina
SI' topos del rechazo del oder,
pt I 'i6n más ° menos forzada, hay tam- ), ," con los' criterios de la carne; se puede decir, sin ofender, que nues-
, tro común origen noble' es igual de libre y de digno 17 .
or~lall() :tristocrátic~El ansia de oder o ... ¿Qué es, pues, lo que justifica este ultraje hacia nosotros, si no
Inll . hl hombre noblet ha, nacido ' para ) tiene ni nacimiento superior, ni prestigio más brillante, ni nos supe-
"' ro lugar:es, son los innobles quienes 'no ,¡ ra en capacidad o'ratoria, ni en ,poder para hacer el bien? 'H .
up r el poder y cuando lo ocupan lo degra- ,
: ': ' ,
niente dejar sin éurar u~'a\ t~n grande enfer- hadañ tde llevar una vida austera, más' propia de un monje que de un
• 1. uro ha de ser rebajar su arrogancia y hacer obispo:
mp cuando la hinchazón de su orgullo se haya , .j' "), ,
, I mi 1110 se había reveladb 'i'ntei-i'orhi~rite \knte que ser llevados en caballos adorn'a dos lujosamente y porteádos en
1 ', ¡ ' literas ~on boato y pompa; 'que un cor'tejo nos debía: preceder y nos
lo d' que había ~ido , objet~ por 'parte de ,
.. : . ./r. l' ¡
, I ~.\\'.. ) ..\.,1 I JI ~ 1 1, ' . 'P! J <:. :
I '{ " l' Ij J I d,.I r f. J. . ' l ' ,
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,I\'.¡ '\( \ ,l i (. Ji 1...\,.',-:;\......,', /qTH"qO j",lT~ J,bh Ir ¡ .) ,;': tI): )L.' "7,_ \~( •• - \ ~ 1'" \".; 1 '. ,.',!d· , 1
\' . i.¡h;1~l'\í ,¡;)r.(ttd'.1f) A ;'I·6 (.'tj¿,,~~;~)'··f:lr; ,! :1 b 17db.Gregorio de Nisa, Ep(stola .1, 17: "" ,,,1-, '~}'lrlHO r,("i ,'! • •'·11!"','" 1/, ,. . . (~ •
\~ ' • ,,~;;.'~, }'" '~".~.' 1)'" 'l,'; (~'.~~ ~t~ ':G
.b¡;¡f8 f¡Z Gregorio':de· Nisa;Bp(sto7a ,1 \,í3 41".'V.<)~ ""~ \)¡l ()~i\~" 0\",\\ ."~' \:' ''' n~ . >01 'JO,:<I
I .II ! 1'.I~,il ,um: ')!.:VI ~h ()¡ l(}a!~ ;) . r S';'. 19. 0" t-.giistfn ,' Ep(stoúi.23'; \3~ tradutci6h nuLdtrah\\\ \ "i,ai l'frr, 1!;'{('Iib ,,' lo" u1,,(hzl:l.
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, OBISPOS ! < ' ¡ ; .' ~', • LA CRISTIANIZACiÓN DE LOS IDEALES, DEL MUNDO CLÁSICO: EL OBISPO
'r:;>bd,)A~9í!l"-f.9,~!,'!~rl}r.,'ES,l~.9u.f ;~91J~; 1,099J..>g~,l?í?-n, i1.I?,rfr 1S:~Q)i~.9\aj nuestr? _pab<w;,S' gu e:}a" Rosi~i.ór~ de!<óbisR0¡lsentádórsobn':Jsu r cá~.Qra¡'l domi -
''1');)dl) ~ p.37'.<?, FPW,~ i~:Wt..S~c:~p~·¡e~g~~s,:?'.¿8.uf¡ l1;~!?; gr,!:n.q~ 8~9ISJ.:l:.s..~IJ,'i~a m~ltl lnando~:¡lil~)yei:elfp~ksiE:Y,~~rium¡ y; lajasamblek~CleJieles; diese'lugar' a
, ; d' .' tud de .lP,s q u.e~ I'! os, HJ¡"J:;ctfde,~ ¡q u~ :Sct pudIese, 9 b~~¡;Vill; a l, P, e.! 9S ~Hes- in~erpretaciones 'erróneas or : arte' de las entes sim les, o los sen-
" tro paso. Si éstas ,son las acusaCIOnes que teneIS contql ¡mI; perdo-
timientos de orgullo que la cátedra puede provocar en quien la ocu-
nadme esta ofensa. Elegid otro obispo que sepa complacer a la masa;
a mí dadme la soledad en el campo20. ' ,, . . pa. El superior locus de.que habla en algunas ocasiones, o el altior -r
I ,. .. ' "
locus de otras, se ,puede transformar en fastigium superbientis (altu-
Se comprende así que el 'trono episcopal se convierta en cliché ra de soberbia)~6 )J.ara. ey.itad.Q)-desarrolla una etiw lo ía de e isco-
literario que simboliza la arrogancia de! obispo y e! ejercicioa~tori pus en ue trata de oner de .relieve La ~ó des up,.eIÍntend.ente,
tario del poder. Su altura """:"se e!evasobre e! ábsidegrddata de!Agu~ de vigilante, Y,J l2or¡tanto,' de ,ser,vicio :g'u e el e isco ado ,i!,Pte~a: "
II i rn'. ", , ;r t.lJ~ }·l:t·~~q~ 'f\HY1\'~\~f 1::,'(: ', /1 r~\ .1", 'L
tín- refleja la distancia que separaibobispo de)os que,lerodean y ' ¡
JiMio O va inseparablemente unido a lo " A través ' dé la breve carta de' Gregoriopodemos comprender
11 h 11111\ trascendencia difícil decom-
í ~or' lo que la retóriéa significaba p'a ra los obispos y los hoJDhr.es
'IlIlles. ('nra Gregorio, el sacerdote es el
ilustrados de la época y estamos en condiciones de valora~ adecua-
Id J, ¡ r e un verdadero poder (ápXry) so- damente una epístola de Libanio que A. López Eire ha sabIdo apre-
n ti Sil 71Y 'J.lOVLa. La función que con más ciar en todo su ' signlficadó 34 • Se trata . de la Epístola dirigida a
I 7T{)oara:dia'''(patrocinio) por lo que es
Anfiloq~io, obispo' de !conia, '~apital ~e Licaoni~.1S. , Anfiloqu~o e:a
, ti 1111 rrpoarár7]C; '(protector) o de un
un capadocio, pri~o q.rnal de Gregon,o de Na~l?nzo, ~ on~mano
Il1v stido de unarrpoEó¡3{a y b's él siemp¡;e como éste, de Naclanzo. Su padre, llamado tamblen AnflloqulO, ha-
1 fiel s ri'stianos se encuentran ¿'n 'una si- " bía' 'sido' cbmp'~ñei:-ol de estudi'o~ de Libanio 'y ,ejercÍá ,como' rétor en
y ti d 'pendenciá: ' ¿ün 'Siíbditos·;.c lJTr7JKÓOV, su ciúdad ,natal. .'Sus , d,os' hijos, ' Anfiloq~i,o ~ E~~emlO, h~bían fre-
n ' U ntra por encima (avwrEpw, vl/lol;), no cuentado las clases de ,retórica de! propIO Llbamoacomlenzos de
lr.l/Ja). sino ,qu,e ello va ,expresado}ambién losafio~ , ~esénta:' M,ié~ltÍ'as que Eutemio ,murió pr~maturamente a
I nta en el MJ.la (estrado), sobre el f3á8f1.0C;
U 'S, cómo el ~piscoi?ado en lá' época es l
los veinte afias" , Anfiloq' uio comenzÓ a ejercer su carrera en Cons- .
tantinopla como rétor y abogado, Después se retiró a, su~ posesIO-
,==~:,~¡ de unas relaciones de poder y de un nes de Capad~cia, abandonando e! ejercicio de, su ~rofeslón en~re
~ 611 de Agustín por trascender 'est~ reali- o
los ,años 370-373. En este año , fue promovido a ,oblspo de !como.
interpr,etación espiritualizada de ,1~s J En su promoción 'tuvo que ver mucho Basilio de Ces~rea, qu~en sé
\ ,- dedicó a ganar para ¡e! episcopado a nume~o~os aml~~s y retor~s
)', ,!l o , ; i • ji' , .0 I I~.; ¡ { 1 0
como él los hombres mejor formados de su epoca. BaSIlIo provema
L: ..¡} ,:~ ~ ' ..' I o¡ ' t r .,.;; 11
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OtllSPOS , ,
LA CRISTIANIZACiÓN DE LOS IDEALES DEL MUNDO CLÁSICO : EL OBISPO
tú representas y estiman 'que aquélla es más importante que cual- a continuar su Unea de acción anterior reforzada ahora por e! carác- ,!
quiera de las demás por el hecho de disfrutar de ti y de tu sabiduría, ter sagrado y la autoridad que le daba su nuevo cargo. Y, cuando no ti
y los hijos de Antíoco y hermano~ de la mujer del ~rador se ~mpl.ean consideraba suficiente su propia autoridad, no tenía escrúpulos en
ahora más en las labores de los discursos, pues advlerten ,que, re':'lsor recurrir a la influencia afiadida de su maestra Y amiga Hipazia. Como
de cuentas (loywn]r;) tan importante reside en s,~ patria. él,mismo declara expresivamente en una carta a ella dirigida, los po-
, ,',~ r , dero~os son para él como las manos, los instrumentos de que se sirve
En la carta de Libanio tenem<?s una magnífic<l; valoración ,de lo para ejercer su influencia: ! ,,' '"
que para un paga~o yh,o~bre ilustrado 'de" l~ época rep~ese%ab,a l~ l I ' ¡
retórica puesta al servicio ?e l~ c~tedra, ~PIsc~p~k Est,an;?~ aSI, e.n, En un tiempo sabía también yo hacerme útil a los amigos, y tú me
condiciones de comprender mejor por que Juhano mtento prohIbIr llamabas salvación de los otros, ya que sólo para los otros sacaba
la enseñanza de la 'retÓrica ~ l~s '~ristianos, por 'qué Gr,~'gori.o 9,e / provecho de la consideración de que gozaba ' entre los poderosos,
Nacianzo, en sus inventivas contra éste, la mayor acusación que hace que eran para mí como las manos 40• '
al emperador apóstata es que hubiese intentado excluir a los cristia-
nos de las escuelas Y por qué las masas de las ciudades rivalizaban 36, Libanio, Epístola 1544F.
por raptar para e! episcopado a estas personas. Como hicieron. los 37. Sozomeno, Historia eclesiástica VIII, 2, 2.
habitantes de Tolemaida con Sinesio de Cirene, formado en AleJan- 38, Libanio, Epístola 1306, 3F (a Acacio).
39, A. López Eire, op. cit., p. 277.
dría junto a Hipazia en la filosofía neoplatónica. Como sucedió con 40 <;in r,j n r.,..ír f ,, 1n :Ql
Hace algunos años M. Forlin Patrucco supo revalorizar una car-
ta de Basilio de Cesarea poco conocida. La Epístola 28 del corpus
basiliano fue dirigida a la comunidad cristiana de Neocesarea en el
Ponto, seguramente a comienzos de su episcopado, hacia el 371,
,con motivo de la muerte de su obispo Musoni0 43 . Esta carta consti-
tuye «una especie de manifiesto de la acción y de las líneas de inten-
ción del obispo en e! interior de las estructuras de la sociedad, tanto
en materia eclesiástica como social y política»44 .. Basilio desarrolla
a uítodo un programa de actividad episco al ex oniendo lo ue el
I! I ~ ',I.t{;' ni! ,'. -. 11·" n; ;., , obisRO reRresenta ara los .J.versos com onentes del cuer o ciuda-
1'('1110 d • ,l.oywnk. Lo emplea Libanio al final qano: · ¡mi el clero local, es e! . e! exegeta de las Escrituras; para
1111 IIlndo y ha sido'" que sepamos, A. López " lQs magistrados locales es e f¡ ; Qara los gru . os ro . uctivos
ItM 1, ()riginalidad de ,este, título, aplicado. a . urbanos; es e! ¡:>rotectoro rrpoararT}r;; para los pobres y. necesitadQs,
r, 1111 revisor de cuentas de las ciudades; un eLpro otar de iniciativas de ,caridad. La estudiosa italiana ha pues-
Il inspeccionar las finanzas de las ciudades, to de manifiesto cómo la distincióri entre las esferas de actividad del
IIIs ciudades ,romanas. Libanio aplica el obispo, la política de guía de :las clases dirigentes locales y socio-
nlido metafórico; pero haciendo, al propio económica ,de .tutela ae los, grupos inferiores, se expresa a uí con
fórmulas del todo desacostumbradas; En efecto, el término '''{ap~ .
:1=;:~~.:l:~1 hms: eL,l.oywnk es e! experto en,AóyOL', :en
1, dd obis o es una arantía ara.Ia ciudad no tiene Raralelo-en las fuentes con este significado de &!lía política
r. 11 'Iocuencia al servicio de la comúrtidad y_espiritual a nivel de gobierno ciudadano. De modo similar, el tér-
1,,('rvicio /de los ciudadanos conlos ,que mino rrpoarárr¡r; referido a las funciones episcopales de tutela de los
lo 11IC distingue al orador es la capacidad grupos productivos ·urpanos tampoco tiene paralelos en la epistolo-
_ 11III••lflrlI8 1 rfe 'UUl1cnte lo que significa para él presen- grafía basiliaria'. Habitualmente, la rrpoaraa{a, tan~o en el lenguaje de
nw 1( ,' 'visor de cuentas».de Iconio en.su cali- BasiliO como en
élde Libanioy otros autores paganos de la época,
11 1, oratoria. No le.importa demasiado' que indica el patronato' de carácter 'polític.o más q'ue económico y social;
"nClIC:Ic"lI1 d quc ponga su, oratoria al servicio,deJa era e! patronato desempeñado por los funcionarios imperiales al que
,bi po. Su oratoria es e! complemento de su recurrían en favor de la comunidad ciudadana los portavoces de
1 humanidad,y desde su,trono ,ep'iscopal el ésta (obispos, magistrados municipales, evergetas locales, etc.). Es-
tCK r a su ciudad, de Iconio. Es la misma tas cartas .ilustran sobre -la capacidad de mediador entre el poder
• . ,I,. 'ln. 'l m r cién ascendido al episcopado:, ¡; i ,'!:, ¡ central y el poder local desarrollado ' por Basilio durante e! ejercicio
I J (" " ,'d i . ,1 . '~)!J ;.{¡(>ff·~ LJ de! episcopado. ·Se trata de un poder sustancialmente análogo -por-
IImilllrs ' n hablar, yla paJabra logra persuadir"y, que se inserta en tradiciones comunes de compromiso con la vida
"Ir los oyentes, ¿por qué ahorrar las,palabras pública- al aesempeñado en' Antioquía' por el pagano Libanio, en
I homhr de In desgracia'? ¡Precioso ser es el hó'm- Cirene' yfTolemaida 'p'o r Sinesio antes y después del episcopado y
d d!1 " i JI . -":l!/l'} " ft ¡ q : por tantos óbispos que hicieron de! «patrocinio» una actividad es-
~ ,'1 I \ [' ',/ ¡.. % ',,: j , i {f ,~' , trechamente unida a su acción pastoral. Así, Rues, a través de! len- .,
1 ,~anos Y cristian<?,s ,quedan super,a~as por g~e y las ide'as dé Basilio vemos, una vez más; la confluencia de los
ur noria y filantropía ,que. fue la ,razón de
obis Os' con Iá tdldi'ción 're I resentada por los intelet tuales aganos, o
11 y "OIlHl,no durante la Antigüedad clásica.
l· especialmente desde la Segunda Sofística, de intermediarios entre
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1\ , SIIlC' ~ II,II,"'"I" 1, 1110 111 1, ,11II 1I1UN los C/J(stolas porJ á númeración .estalilecida silio di Cesarea. La sua etá e il basilianesimo in Sicilia 1, Messina, 1983, pp. 125 ~ 136 ! ' .'¡ 1
, I I )j~'I1.:~J""'J""~·'~;\ctj"'·'ru'C·]
l' 11 I1~ (l , ( , I 'YiI ,
en 111 011111 '. f:l i.l'o\?\(¡ :oil mí< ..ó't. ' 44. ¡bid., p.130 . . "' .. "r, . : . , c. ..i" :,"., "," 'lo "
91
OBISPOS LA CRISTIANIZACiÓN DE LOS IDEALE S · DEL MUNDO CLÁSICO: EL OBISPO
~
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Odel),ceqt~ah,y,úde: !ppr:tav,oces ¡de )las mecesitlades iI~~( 7TOAL ';'LKryll¡$&p rlÍv}! cÓh elLsacé'tdÓci'0'le¿1comól iI~teiitarlco'ÍiciliarlÓ
" ' 'r inconciliable ... t;Algunos han sido destinad ' , i.ón;.mrós WlnO _
~Q.troJ a la legaria. Pero a ambos Dios exige la bondad. ¿Por
Pero Cl,!aQ4.9.2.e_Rroduce ~l e~frentami~~~~ c~n el gob~r~ado~ ,' ! I;i~y ,ql!e creer +e~l)a sincerida,9.¡d r fimbo,s¡ Los,motivos aducidos
..AIJ.c:!Jó!lif.Q,:. qu~ .le:;I,a margó lo~ últimos añ~s dJé su,vida, : Sinesio .s~ ~Ol si~.mp e los lismo: la incompatibili9~ entre la fil ~ofía, la
r.e vela inter;iormente p~Il}ango la iqcompatibWpad entES..elE~ vida contcm la' va, el ocio, l apxoA.~ y!la actividad e isco al. Gre 0-
<;,gdocio,entendido cOUlO~ida contem¡;>laJiva,..,Y. la yida activa: ! '
rio, nacido en ,~na arpi i~ cn ~tl~na, pero con una formación que
ha fa segui90 las pa}/tas, de la mejo,r tradición clásica, tras frecuentar
Pero he querido esperar para que fues~ la fuerz~ misma' de los he- l<;Is escue:;las, de"Cesare¡¡ de Palestina, Al'1 jandría y Atenas, de vuelta a
chos quien me convenciese de que intent?r I;lnir
, • , .'
la .destré.za P9lítica .
¡ l ' , .• ¡' .. r. ¡ !
I ~ • l , 1 ' ...' I t.1
su , Cap'~do¡,?ia . na~~l , s.e ,l'io surqid,o, :ya desde .jovep, en las dudas y
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vacilaciones que atenaza an a muc os esp.2ntus sensi - c:s e in uietos
de la época: el dilema entre la vida activa o la contemplación filosó-
45. Este enfrentamiento ha sido objeto de una amplia bibliografía, pero puede consul-
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tarse el bello capítulo que le dedica R. Lizzi, II potere episcopale, cit., pp. 85-112. Véase
también en esta obra el capítulo Sinesio de Cirene y el derecho de asilo en .las iglesias, infra, 47. Sinesio, Epístola 41, 239-241, 24 7-269 .
pp. 107-118 . 48. Así J. Bernardi, Oratiol1es 1-3, cit., p. 47.
46. Sinesio, Epístola 81. 49, Grceorin de N,ci,nzn. Ora/in 42. 24 ,
tl ca, (lllC Atenas, se había entregado en Nacianzo a ejercer de profesor de
vida sollt I ,I,r ,l. ,1, ':\. • oratoria, pero se sen~ía atraído tanto por el ejercicio de la palabra
\' \; r,
como por la contemplación. Ser sacerdote significaba predicar,
II llf 11 lempeNtad de mi ánimo'. Veb; 'por un lado, atraerse a las masas con la elocuencia y la seducción. Cuando en el
1 qu 1I (n t una vida tranquila, y que 'son útiles a 381 abandonó la sede de Constantinopla, se impuso el silencio has-
1, 111 vlv 11 , pero son 'inútiles a sí mismos y se ven ta el final de sus días. Pero fue un silencio relativo, sólo de la pala-
1 ni Ir qu I rturban las plácidas costumbres. Veo a bra.Su programa sería a partir de entonces el que expuso conci-
ylv 11 ' Il n Il1 ÓS tranquilidad, tras haber dicho' adiós al
I Yll n n' ios con ánimo 'sereno, 'p ero son útiles
samente en su discurso de despedida contrastando la vida de obispo
In pro ticar la caridad, con"unif vida: ' insólita y activo (como orador) con la vida retirada (como escritor): «Se ha
I I 11\- . , •.. ."h ' ,'."; !. 1 I V U(II).f.'¡jiJ!'IJ silenciado para vosotros esta lengua locuaz e insoportable, pero no
,.", ".' ".JlJ,,!J(~: ,.,'} ,o:-)'~ callaré del todo. Lucharé con la mano y con la tinta»s4. Y de hecho la
, " -;". f' i ; . .. .. , I ~~: '
-:0....... NU!.~. ' 1Irll l!p'fl n C;rcgorio de Naciani o, retrospéétivamen- \ mayor parte de sus cartas datan de estos nueve años que precedie-
ntlld ni térmIno de su 'vida, de'sE~és 'de'renun-' \ ron a su muerte.
~
i¡iii~i~,~::!.~()'"des
La oposición entre el rétor y el filósofo tiene su versión cristiana
n ladesede episco aldonde
Arianzo"de de Constantino
no .volv ' laa ep. la oposICión entre el monje y el sa~te. I tema es recurrente
01 J ad lejos de los malvados' en donde yo en la historia eclesiástica y en lasvivencias religiosas de la época y
lu
UI1 mi mente»sl. Sinesio'murió en el ejer- e){plica las enormes tensiones que el movimiento monástico causó
tu mCll tado episcópado, sin abandonar nunca eJ) el cristianismo al fina ae a ntlgue a. Ulza e mayor exito e
........ ......·' rnlc , pero sin poder soportar el dolor de la Basilio de Cesarea radica en haber acertado a romper esta dicotomía
.... , lIuoa soledad desolada, como manifiesta a que atenazaba a los mejores espírituS del momento. El mod elo de
...IIt~ ••IUanll, "' l e rra y benefactorá"S2, Hipazia: «Me' ' en~ vida cristiima que puso en práctica y defendió en sus escritos ascéti-
I tod os a menos' que no puedas hacer algo tú cos es lo que el propio Gregorio de Nacianzo describirá, en la ora-
n I virtud, el único bien incontaminado»53. ción fúnebre que pronunció a la muerte de su amigo, como una vía
mili oté social similar, el de -la 'country intermedia entre el f3íor; ÉpT]J-lL rLKÓr; demasiado tranquilo y el f3íor; roD
mini es acomo a as e as'ciu a es griegas, J-lLyáóor; excesivamente agitado, con el fin de que los monjes «no tu-
IUlltI'llt n IIlrural similar, hay una profunda diferi!n ~ viesen filosofía sin vida en común, ni vida activa sin filosofía»55. Tam-
nio, por un lado, y Gregorio de Naciánzo y bién el propio Gregorio lo intentó: «Opto por Ulla vía a mitad entre
niu y Basilio mantuvieron a lo largo de su los unos y los otros, para que pueda meditar como éstos y ser útil
n In palabra' en cuanto la eduCación ietóri ~' como aquéllos,)56. Pero en lo que triunfó Basilio, Gregorio fracasó.
roporciona po er,r:eIaclOnes socIales; in ~' Quizá le faltó, como en cierta medida también a Sinesio, «aquella
regorio de Nacianzo"y Sinesio~ en tam-' vigorosa energía mediadora que dOl¡ninó, por el contrario, en la obra
".I.'Jilí~r~n ••d6n retórica! efed i·v'il."e' inteledu~e y en personalidad de Basilio»s7.
fos en el sentl o ue ' e termino lOSO o'
1'I.1~.t\" n de elevada mora ; autocontroHída;' en::'
~
f.;!I~I~!:'ft:,n Intiva,' un 'ideal rimy"pró;¿iin'o"al 'id~áFcris-
retótica 'fue Pbr elló vá@ áhré:;Se á:iWél~'
.' ! '
11, • In d N. li" 11, l'II~"'" 11 , l. 11, De vita sua, vv. 300-308. ;,:: 1 , :, '<, ,." 54, . Gregario de Nacianzo, Ora tia 42, 26. ".,. "
\1 , ",Id., I 11 I 4/1, ,\ l'"".':J;
\' \ t.. ,',<,.1<' :\.:¡'",.. ~J I ,¡,-'..... ,,<,.:.,<¡, 55 ,, ~~ Gregario de Naciánzo, Oratia 43,,62 ..1~ h" :.;', ..:,1 .,-r,' ,"'f<;.·~ ~,L ¡; ..
. .. ' '. - 56:" Gregario de Nacian zo;,Paemas n"l ,- 'U, De. ~ita sUd; vv, 309"310,1
1,'"" r;.'r i~O ~:t.~\;'·'l ~ . .I$.1fh(/' "",,,, ...,. )1. t
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