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J~SlfiUTO rle mSWRI.\ HH ~ {U!\ y Mf Olf.VA ~


"PROF. JOS E L UIS i"'OMERO"
FACULTAD DE F1LOSOF1A y LE'íRAS
" UNIVERSIDAD DE BUENO! AIRES
I;t()h¡h.),,:..;;:,n~~ rc!¡:nt <$r é;~f~q·~' GJ/.:),'~n i-:,oJdi igJ-¡rlllf nh ,) •. j:,¡p JI. 1:
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.i"' LA(;RISTIANIZACIóN DgLO'S 'IDEALES' DEL MUNDO


;¡:, '{fi¡j,)·!,,¡,(); ~ , (· CLÁSICO: EL 'OBISPO 'pr,.'" r'
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1: ' El obispo 'en el' ámbito ¡ de la 'sociedad romana ' tardía '. ¡ ' , I i; I
.. il~J( t i O':H f,rj ::oH, j •• "'"J!·iq.L,: !",t~i' (: ri.{_~;~1 4 ...:i>~! ¡2~J'·~ '(',' 'Jr • 'J' J '

El sofisi:,( Es{agirio / escribi¿¡-{do' ál iobispo:'Gregorióde' Nisa,' se ~x·


p'resabi en ' esto's 'térni.i'nos: ' 1TIX~ ¡.¡.Év i É1TíaK01TO~ I 1rp'áyjJ.a ' ovaypí1Twr:oV.
Q~e 'podrÍan;;os 't raducir algo así ¿omo '«todo 'obispo es un"ser difícil
de iatrapal:' en ili~n:d» L.' Son muchas' las' interpretaciones qi:Ie se po·
&ían1da~; ~ esta: frase l La 'pri'mer<i~ y por lo que respecta a mi propó-
sito aquí;'es la' dificultad de definir 'al obispo cristiaÜQ de laAntigüe-
dad: f'es':und"riguradifícilmente 'defi'Riblé ¡:{or ue es dif ' te
a, 'rehensible.' Y ten''elhcreemos''gue' iidÍ a:~ 'giílalida y"!s.tLri-
queza~El mundo greco-romano 'creó humerosás'figuras gue' CQD[o~­
,inan oJa~norme' riqu'e ~a':de)la: civilizáb ón antigua.' lunto' al pclLtim,
Rodemos dístin'gui~' al~s~cerdote, 'al iu~ista, aPfilóso o ' 'a é Qt, eú"
p' , , ' . 's ag II 'g '. ¡ n' QroductQ ás.:.excLusivo_de..1a
civilización clásica, ' H fobispo ~ n6 es identificable '? ! asimilable con
ri,iqgt:n~ ' de -éstas,i per9· tiene ' un l OCO de '¿ada' una ' , el,las....ESJll1a
, espeCiej&: poJiedró:"según' el t unto ,de1vista '· del obser'(,a dor. ~e
ap e ~ i como '~~ei:dote un ' olítico "'un rétor, un jurista ' un
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jyez ' riero'el resultado' final ' eS: lln~ : conjunción 'de todas ella§.., Por _

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' 110 ' ensamos ' ue el obis ej es l~creaéión más original del mundo

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_n.tiguo 'en'sueta a final la gue uizá me'orkal.acteriza a la socie-
ad tardo~antigua, ""¡ I~:· .n :',,'," "1: ' " " ' , ' , , ' ' . ' , ,: "
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1,. ,,1 , La influenCia del obis o en la' sociedad del ImperiO romano tar-
ro dío ' obedece' 'a ' facto'res' múltiples.' Induaa emente' es consecuenCla~
de la----;¡¡tic;-religiosad e los emperadores cristianos, pero ~-
~---

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? ¡S('I'!;. JI I qr¡ ! ,-.n i , . \ .:.-,': • '1~1 \ ~ ,


' 1. Gregario de Nisa, Ep{stola 26,
, .,..' ... 1" "

, OBISPOS LA CRISTIANIZACiÓN DE LOS IDEALES DEL MUNDO CLÁSICO : EL OBISPO

, y
{Iuencia sería inimaginable si en esta época no hubiesen accedido al , respec,!p, la~,Q"i:tio ;2 :de"Gregorio lde' Nacianzo;!el tratado De's'acer-
episcopado una larga serie de personajes que por su status social, su ' "dolio .de JlÍan; Crisps.t óÍno,¡:l a Epís~ola r1 OS! de Siriesio :de' Cirene o las
riqueza familiar su formación cu tura esta an amados de or sí a ' , Orationes funebres de 'cre ario de Nisa y de Gregario de Nacianzo f
dirigir la sociedad de su tiemp Q.. La condición sacerdotal representó í sobre Basilio de Cesarea, así como la Epfstola 17 de Gre orio de Ni-
un elemento nuevo que les proporcionó una libertad de acción y de r sa, o la Epístola.28 de Basilio. Todas estas obras roducto de una
palabra, un prestigio que no hizo sino reforzar la capacidad de lide- eSf:11erada elaboración literaria, se estructuran en torno a una serie
razgo que por origen social y formación estaban llamados a ejercer. de topoi y tradicionesl argamente rep"etidos en la literatura p...agana,_
Además, para cO..!P2rel.!c!s:r :la figura del obis o en Oriente ha ue -; per o a las que sus autores intentan dar un nuevo valofZ ~gnific~do,
tener presente ue mientras en Occidente e! obis o se consolidó (J producto de su reflexión cristiana.
por su capacidad de res uesta a los roblemas de supervivencia en I T9 do 1o expuesto creemos gue - es motivo suficiente para limitar" ;l
una sociedad sometida a los invasores y priva a una autoridia esta- nuestra encuesta al ·Oriente cristiano y a 'una' época que abarca me ~ ·
tal eficaz en Oriente e! obis o"'"'S'é'31lrmó e n me io (le una estructUra dio siglo a, caballo entre los siglos IV y v. 1:ratamos tambig¡ de evitar
pplítica oderosa y frente a l'!§. intervencíOñ'é'SSlstemáticasoe! poaer- a~r un peligro en el que han caído con mucha frecuencia los estudio} (
imperi~l. Ello explicaría, como se ha hecho observar con frecuencia, sos de la Antigüedad, las eneralizaciones que olvidan las peculiari-
e! que la mayoría de los obispos orientales procediesen de las dades rcgio~ al . en un ámbito tan heterogéneo c m
aristocracias urbanas representadas por Jos rangos curiales ~ y que su ª
el Imperio romano lo larg..Q de lo cuatrocientos años de su histo-
acceso a la carrera eclesiástica se presentase para ellos como la posi- ti . Si esto es aplicable a la historia económica y social del Imperio,
bilidad de conservar y reforzar el pape! político y la·influencia social lo es mucho más a la historia religiosa y a la propia historia eclesiás-
que en la vida civil encontr~ba la competencia siempre creciente de tica en una época en que uno de sus valores más significativos es la
las estructuras estatales a través de! poder reforzado de los funcio - variedad frente a la uniformidad y anquilos~miento que se impon-
narios 2 • &í, pues, e! obispo de !a.filltigüedad tardía se gresenta como drán en siglos posteriores. De ello fue ya consciente el mismo Sozó-
una figura eminentemente laica, heredera del político del nundo meno cuando en su Histo~ia eclesiástica señala la variedad de ritos
O clásÍCo greco-romano, aunque las bases de su poder fuesen religio- imperantes en la iglesia de su época: "Pues no es posible encontrar
~as. Por ello en la sociedad de la época aparece como el contrapun- en to9as las iglesias 1:1s misma~ tradiciones, semejantes en todo, aun-
fa del monje el hombre divino or excelencia, ue tan bien ha sabi- que mantengan la' mi~ma fe »3. '
do analizar sociológicamente ,P. Brown. " , I , t ,J '

Al mismo tiempo que el obispo se consolidaba como un poder


emergente"en contraste mucha~ veces con el poder del emperador y 2.
de los funcionarios imperiales, ,surgió entre los propios obispos la
tendencia a elaborar un soporte ideológico,<;le la,figura episcopal en
que se definen claramente su papel y ,sus competencias respecto a la ("
comunidad y los restantes poderes políticos. Esta imagen del obispo
se había ido configurando lentamente a partir del siglo II en la litera-
tura apologética y patrística, en los cánones cO,nciliares y en los tra-
tados de disciplina eclesiá~tica. Pero ue ,en la se unda mitad del
siglo IV cuando los obisgos ,se vieron en ' la necesidad de r fl xi , nar
sobre sí mismos de elaborar esta ima en del e iscogado ue debía
reforzar sus funciones golíticas sociales religiosas en comp.e..t.l':llcÍa
con otros poderes concurrentes. Es ecial significado tienen, a este

2. f. R. Lizzi, 11 potere episcopa/e ne/l'Oriente Romano. Rappresentazióne ide%gica ;' • lO, ;

'N/a /ld IJolí/iea (IV' V seco d.C.), Roma, 1987, especialmente pp. 57 SS., con amplia biblio-
Nr ti . 3. Sozomeno, Historia eclesiástica, VII, 19 . .
de la época. Cómo actuaban estos arribistas lo describe muy bien
otro obispo, Paladio de Helenópolis; en su Diálogo sobre la vida de
Juan Crisóstomo, al presentar a los aspirantes 'a ocupar la sede va-
cante deCoristantinopla tras la muerte/de Nectario en el 398:
l' .IE \ i 1 f ! ' , 1; "1 " , ! J

.,,' " Entonces afluyen ,muchos indeseables, en busca de este puesto de


_;. honór, hombres algunos que no eran ni hombres, sacerdotes que lo
, . eran por su función, pero ' i~dignos del sacerdocio; unos que gol-
, L ; :. peaban lks puertas del pretorio, otros que se servíari 'de lá corrup-
' ): ¡ " ~ cióii; otros, inclusó, 'que.se 'postraban de rodillas ahú: las masas del
, :pueblo6. . , ,' " :. ,\' ,\ I,! l" , ' , '
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l . ; ' ''\ 1!, lil I J l, ¡, ,;, 1, ' I \ j I,

Al final el elegido fue.Juan Crisóstomo,.no por decisión popu-


l'a r, sino 'del todopoderoso 'prefecto del pretorio Eutropio . . '
Ciertamente Juan Crisóstomo, traído y sacado de Antioquía a
P 1,1 IIllndo se iba a deliberar sobre 'la elección escondidas para que no se enterase .el pueblo; que no deseaba verse
11 CSl nh a bien pensada y resultaba convincente. privado de un orador como él, no ambicionó el caigo y años antes
nf rl1lo, qu e estabas, a punto de exhalar el últi- había escrito un largo ttratado, el Desacerdotio, para defenderse
n I"hns vcrm.e y darme el ú.ltimo adió:,:" , " ante un amigo de: nombre Basilio por, no haber huido de Antioquía
; , , • f! I • ·.'1 " - .. " • I . ~ • í, rt r 1 para librarse ,de li ordenación sacerdotal. , Aquí aan Crisóstomo
11 'snrea para despedir a su íntimo amigo: había tenido también ocasión ,de denostar a quienes no se ara an
111\Ino se dio cuenta de la estr~táge ma mon- ante' nin únmü!dio· para obtener el episcopado .y de atacar, segura-
I () para hacerle venir: \ " .
\ . ,-

Es necesario que el alma (del obispo) esté pura del deseo del C?Jgo,
porgue si en el alma, anida un atd~r
'"
lleno de pasión por el VIO
oder
en-
ta y, asida tenido éste se
con fuerza, reanIma
sogorta la lIama
cosas terri ñasta hacerla
es para mas a, 111-
mantener
\ ' ," ~ cluso si debe adular o soportar un tratamiento vil e indigno, o gastar
16n el ' buen tono, de elegancia, el mostrar o en ello mucho dineroo ,Y al unos han llenado las iglesias de,muertos,
I propio tiempo, una forma de protegerse han devastado las ciudades, luchando por ejercer esta autoridad?,
...'....11 It,nllu ••, p ro no sólo del pueblo. Gregorio ·no iba ti ¡ ,

I,!
n ¡ronfa del destino, cuando fue hecho obis- . • , " I I

6 .' Pala'dio, Diálogo V, 44-45, Me sirvo de la reciente y magnífica edición de la obra


• •

, Ami rosio de, Milán y el papa Dámaso :esta- a cargo de A. M. Malingrey y Ph. 'Lederq (Sources Chrétiennes 272), Paris, 1988, 2 vols. La
n -¡dos de que la sede.había,caído en'manos ,de identificación de! Paladio autor del diálogo con 'e! h'omónimo obispo de He!enópolis y autor
también dé la Historia üzusiaca 'parece la' hipótesis 'máil segura. ;.ul' ,"
I lhh ¡¡:i;~;¡ f; n '( :,r ~"h:·;r;\; el"
,'
anrlDIGIDIG .rrlbIIUI' J'
/tI h 7 .n Juan 'Crisóstomo!De Sacerdotio,' II1, 1 10, 136~43, ed: A. M. Malingrey, pp. 166-168.
Ir ori de Nacianzo que,no se;cansó en!vida La.sospecha,de que' en el último 'párrafo citado sea ¿na 'alusión a las luchas 'entre ,Ursino y
t n los arribistas que "poblaban la Iglesia -de la ' Dámaso por el poder viepe de antiguo. La sospecha,tiene especial peso si se tiene en cuenta
u 61u ,1 sino también todas las'mejores plumas que Juan Crisóstomo fue consagrado sacerdote por Flaviano mientras que Dámaso apoyaba
a su rival en la sede antioquena, Paulino, Dámaso tuvo muy mala prensa entre los obispos
orientales; véase in(ra los juicios de Basilio de Cesarea sobre él. El dossier de los textos sobre .
la elección de Dámaso puede verse traducido en R. Teja, El cristianismo primitivo en la
" , (;1 rllmltll ' N~II~II / .. , ()',IIII1, , . Me sirvo de la edición.crítica,de J. Bernardi, sociedad romana, Madrid, '1990, pp.
185-1~~.' En ~ualquier caso, h historia de la Iglesia, de
.rdll(¡I, ~ rI_ NII 111/1 ',11'111 flHr I '(SOIl • S hrétiennes 247), faris; 19¿8.~~",: ;,1;.,1/(,,::/.... t., la époeal'Ófreú1dsi:ís 'sUfiCierltés'de lgú'érras y' c:hfreilta'mien't ok'porYe! 'p'ddei-; 'especialníeli'té
• Amhr ... III, nll/ll lf/. I \. 1) '1111 () CII aren n Ascolio de ,Tesalónica animándole a' que " 'f.r' c6n l m"otivo'd¿:lili co~~fov~fSiaJh~Haria{fom'Ó' parJ jl~n'sarq\lelJúá¡P Cfisó'stómo'püed~·gstar'
r IIrI'lI Pilla ~ III'" 111.. I ~ I 1111'111 ti ,rollO lo,( ~L \3, 365,)... ¡,nqniH ',{llt) m(¡soZ .t · . '" haciendo una reflexión general no centrada en algún episodio cOÍlcr~éó.'¡¡>~,n:¡'t>l$Ilm"k",¡
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OBISPO S "
LA CRISTIANIZACiÓN DE LOS IDEALES DEL MUNDO CLÁSICO: EL OBISPO

'" I ¡cíEn 'cualquier,;caso,..{en~l~, elaboración~,del' teITla\.c;ld~~efh.~79¡ l ' ,pi '''L'a carta' de'Sinesio rezllInalsinceridad.~<Era\unrdilema,entre\vida
poden~onfh.iy'em!!1Ucliós 'motivo's,'de !ori 'en;', naturalf~~f~Y' alfe- r activa Y'vi~fa de ocio ,y estudio; entre ',filosofía platÓnica y sacerdocio
rente.lncluso;siLtip..9_J~sicoló icci'. Se ha' puesto de' reheve lque ',~as cristiano;! Sus(escritós posteriores y lo agitado de su corta vida epis-
tres obras en que se desarrolla con más profundidad el tema surgIe- copal, así como las desgracias familiares ponen de manifiesto lo sin-
ron en un contexto vital muy similar de sus autoress. La Oratio II de cero de estos sentimientos. «Habría preferido morir muchas veces
Gregorio de Nacianzo es una autodefensa ante los ~i,eles de ~acia~- : . "1lntes que asumir esta liturgia; no me consideraba ciertamente digno
zo para justificar la propia huida an~e una ord~n~clOn q~~ el consI- del prestigio del cargo», señalará en otra ocasión9 • Los tonos son
deraba impuesta. En el De sacerdotzo, ]~an Cnsostomo mtcrnta ?e-
, fenderse, como ya hemos señalado, de las crític~s,P?r no haber hmdo
para evitar la orden~ción. En la Epís~ola .105 dlr.lglda ~ su her~az:t~,
pero en realidad a todo el mundo, Smeslo ,de Clrene mten~a J~Stl~l­
car públicamente las largas dudas mantemdas durante casI un ano
para aceptar un puesto de tanto prestigio y responsabilidad como'el
I muy ,similares a los de Gr~orio de Nacianzo: «He ~ido vencido y
i[econozco la derrota: me he
sometido al Señor y he venido a supli-
c';;.rlo»~' son las palabras con las que comienza su discurso de acepta-
ción 'tras su Quida: Pero las protestas deGre orio ' arecen más ficti::
cias ' la retórica domina sobre los sentimientos:' «He resistido más
Salfá :de lo conveniente, y he mostrado_¡;¡res~ión», confesará un
.
eplscopa dQ. ' ,'" r ,
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, • '.' , ' p oco 'más 'adelante 10. Con todo, el tema de que la ordenación sacer-
Son obras todas ellas de una esmerada elaboración artística, pero dotal, primero, y el episcopado, después, le había' sido impuesto,
que se sirven de géneros literari~s :d~ferentes:' la" de :Gregorio' d.e será un motivo recurrente a lo largo de toda su vida y de toda su
Nacianzo es ,un discurso real o flctlclO ante el ueblo' uan Cn- ~bra. ' La «derrota» que 'a parece una y otra vez' en ' la Oratio 2 la
sóstomo se sirve del diálo o literario de ;tradición: latónico' Sinesio ~olverá amencionar veinte a~os después en carta al 'obispo Bosforio
d~ Cirene l'ecurre al_ género eQistolar. ' Quizá la obra más s!ncera: se~ de Colonia' a(aceptar' volver a tener ' la dirección de la iglesia de
1; última. ,Detrás de los topoi literarios y los recursos métricos, Sme" ; Nac~anzo.: , «~emos sidq vencid9s y no requsa¡;emos ocuparnos de
- ~io revela un alma atormentada por desgarros ideológicos, religio- esta ~glesia... )~ ". En otras ocasiones prefiere hablar. de tiranía: «He
sos y sociales: «Quiero comunicarte a ti estas zozobras de mi espíri- ~ sido , tiranizado con esta bella tiranía... » (ó rupawL8El.r; "'W KaAr]v
tu», le dice asu hermano: ,1,;' ,¡Ji " , , ' , ' rvpawLóa) 12, Pero qué importancia haya que darle a la expresión y
hasta qué punto se trata de ficción literaria 'se puede deducir de la
Sería estúpido si no estuviese 'agradecido a' las 'g~ntes , de :óle~ai?a Epístola 79: aquí, defendiéndose de la acusación de haber ordenado
porque me consideran digno de un honor que ni yo osan.a atnbUlr- obispo' -':'0' coreobispo- a un esclavo sin el consentimiento de su
me a mí mismo ... El que un hombre sea llamado a asumir ho~ores duéñ~; justifica a éste diciendo que había sido «tiranizado» por él
casi divinos es motivo de gran alegría, si realmente son mereCIdos; mismol ~. En cualquier caso, todavía al final de sus días, en su poema
pero si se es indigno de ellos el futuro se 'presenta sOl:nbrío.:. !,sí,
pues, a no ser que tenga (el obispo) un alma ~rande. y qoble, (como autobiográfico, recordará así su acceso al episcopado:
.: r, • I I I l' " " -;
podrá sostener la carga de tantas preocupacIOnes Sin que su mente ~ :

se vea sumergida en ello?, ¿cómo será capaz de mantener dentro de La 'cátedra episcopal era pa'ra mí venerable, pero permaneciendo a
él intacto el elemento divino cuando le reclamen por ~odas partes distancia, como la luz solar respecto a los ojos de los enfermos. En
asuntos tan' dispares? Sé bien9ue hay algunos que son capaces de las múltiples vicisitudes de mi vida, habría esperado todo antes que
ello. Admiro su naturaleza y creo que son hombres verdaderamt;nte, recibir aquella cátedra l4 , ' . , . . "
divinos a quienes' el contactp,con los asunt~s humano~ no l¡;s se~ar~ ,, " I l.',
,. r,l) • .¡

de Dios. Pero me conozco a mí mismo ... MI alma no tiene energla ni .I '. '"l) ) .
para enfrentarse al mundo exterior, ni para dominar l~ angustia que
me provoca mi propia conciencia. ! '; I ' , ('
" , '¡ ~ " ~ ¡~lh"l ':"¡ 9. Sinesio, Ep(stola 11. "
'1 1:1 1:, ,,(\1 ' .' ,," l'1l"¡ ~ • ¡ : "J!' ,;. i¡; ¡ í') b;.1 1 11 f ::
" r,lO.- I Gregori 6 de Nacian'z6, Or~tio 11, 6.' ' ,,1/,,'" ,,\ ,"; I
.J 'r., ,'1
,1" 1 t~'¡1 Grcgorio 'de N~cianzo,' Epístola 138,3. : 1,' y",; .:;,
,'.,,::, " ' , " ' , i , ' , ",:', ':: ': ,:::; ,,': ; '/'),.l)::.'\ 'i \J'' ::'' :' (;!':~ ,: :,.,,/:.1.. ;', ','; .-1' "
12. Gregorio de Nacianzo, Oratio 1, 1; cf. también 11,6; 11, 72; III, 1; XLIII,:59 (refe-
8. , R. Lizz'i ; II potere ePiscopale, cit. La autora dedica todo un capítulo a,l análIsIs del rida al episcopado); Poemas 11, 1,11, De Vita Sua, v. 345 .
rechazo del episcopado y su elaboración ideológica poniendo de maDlflesto las mfIuenclas y, 13. Gregorio de Nacianzo, Epístola 79, 6. La observación es de J. Bernardi, en op. cit.,
paralelismos con el mundo intelectual ,de la política pagana. ,Remito allí al lector que qUiera ~n, "
profundizar en estas ideas. ' 14 , Gre~orio de Nacian7.o. Poem(1S TJ , 1, 11 , De "it(1 "UI , vu ~ ~ 7 - ~ ~"
• . W ohl po )' I m "",lIt1tlflarl ro rática ¿y quién a quién? No logro encontrar la diferencia. ¿De dónde des-
;"',:,' ciende él o en qué suelo yazgo yo? -si es que alguien quiere obser-
" f ¡ : .. /(1
, -, "" ' varias cosas con: los criterios del mundo----!.. Si alguien lo examina
SI' topos del rechazo del oder,
pt I 'i6n más ° menos forzada, hay tam- ), ," con los' criterios de la carne; se puede decir, sin ofender, que nues-
, tro común origen noble' es igual de libre y de digno 17 .
or~lall() :tristocrátic~El ansia de oder o ... ¿Qué es, pues, lo que justifica este ultraje hacia nosotros, si no
Inll . hl hombre noblet ha, nacido ' para ) tiene ni nacimiento superior, ni prestigio más brillante, ni nos supe-
"' ro lugar:es, son los innobles quienes 'no ,¡ ra en capacidad o'ratoria, ni en ,poder para hacer el bien? 'H .
up r el poder y cuando lo ocupan lo degra- ,
: ': ' ,

I pf rolo de Basilio de Cesarea a Eusebio,


.Cllm ll llllll. Alu \( IIllOS nntcS 'a ·qúe Gregorid ,de.Nacianzo
h ho obispo a un esclavo, no porque fuese
h h r ontado con el consentimiento'de su
d O de deni [ar las ordenaciones episco- •
lIio prese nta a éstos'consagrando obispos
fnfima ralea: \ ' "'1' . l ' l.
O
I l' l , " " ¡ ' ) \j -r -, 1~ " ()
CI d bilitan las iglesias, más florece, entre.Jos '
I'udtlr. Y es a pobres hombres, a esclavos"hijos '
h Ido 11 parar ahora el nombre del obispo ... Son
Ce los que acaban de 'expúlsa<d~ Nisa' a mi he'r,~
n ti lugar a un hombre, 'o más bien 'a'un esClavo
U IIIION óbolos ... A la aldea de Doara hán-enviado
di 'Ión, un siervo de los huérfanos que ha huido
U rf n I r congraciarse con una mujerzuela atea ... , '! ¡.' •~ , ¡ ,, ' , ... .' . . 1"1... I
I m" ldoul nombre de obispo»15. ,;!"'; :J";' ¡:l';,: ,~, " La gloria del siglo pasa. Pasan las ambiciones. , Como defensa en el
.1 ; , Ir 1 1: '\ r: ' I t ,:. ~; ~ t. ¡ ,. 1'" '. ~ > " \. juicio futuro de Dios no,podránaducirse ni los ábsides escalonados,

: ~~II!¡!:;~: ' ~~.das l'


, ,; ni,lás 'cátedras recubiertas, ni los coros de. vírgenes consagradas que
per.sonas
nte de orí
a la virtud enes , de la humildad,
cristiana ' ovacionan y cantan [.:.] Lo que aquí proporciona honores, allí serán
f . 19 " ',~ _ " . . j. ~ , \ •

y otra vez a estos obis , ~el~e~~ , cargas . ' ",


;
;', '
~~...~. formación cultural y la acusación de , orgu~
rrojadiza entre unos y ~rqs. Gregario de Gregorio:de Nacianzo en su famosa Oratio 42 pronunciada 'ante
H Indio, el s,ucesor,de su hermano Basilio los obispos'reunídos en el corkilib de Constantinopla del 381 a los
11 J",' • [l~ ~" • .r',,~'0 t; . . : 'c;, .~¡. \
que presentó sú' di'misión: Hes'ahoga toda su amargura describiendo
.' y".J
,
¡t'i}' ,.' .~ "l . • •
'
satÍri¿á'mente el fa'íis~o de 'sus 'colegas fr'ente a lás ,críticas que aélle , ,

niente dejar sin éurar u~'a\ t~n grande enfer- hadañ tde llevar una vida austera, más' propia de un monje que de un
• 1. uro ha de ser rebajar su arrogancia y hacer obispo:
mp cuando la hinchazón de su orgullo se haya , .j' "), ,

1 ~. Yo ignoraba que nosotros tuviésemos que rivalizar 'con los cónsules,


: \, • u1 con los prefectos, cori los generales 'más ilustres. :.:, que' tuviésemos

, I mi 1110 se había reveladb 'i'ntei-i'orhi~rite \knte que ser llevados en caballos adorn'a dos lujosamente y porteádos en
1 ', ¡ ' literas ~on boato y pompa; 'que un cor'tejo nos debía: preceder y nos
lo d' que había ~ido , objet~ por 'parte de ,
.. : . ./r. l' ¡
, I ~.\\'.. ) ..\.,1 I JI ~ 1 1, ' . 'P! J <:. :
I '{ " l' Ij J I d,.I r f. J. . ' l ' ,
, ,
,I\'.¡ '\( \ ,l i (. Ji 1...\,.',-:;\......,', /qTH"qO j",lT~ J,bh Ir ¡ .) ,;': tI): )L.' "7,_ \~( •• - \ ~ 1'" \".; 1 '. ,.',!d· , 1

\' . i.¡h;1~l'\í ,¡;)r.(ttd'.1f) A ;'I·6 (.'tj¿,,~~;~)'··f:lr; ,! :1 b 17db.Gregorio de Nisa, Ep(stola .1, 17: "" ,,,1-, '~}'lrlHO r,("i ,'! • •'·11!"','" 1/, ,. . . (~ •
\~ ' • ,,~;;.'~, }'" '~".~.' 1)'" 'l,'; (~'.~~ ~t~ ':G
.b¡;¡f8 f¡Z Gregorio':de· Nisa;Bp(sto7a ,1 \,í3 41".'V.<)~ ""~ \)¡l ()~i\~" 0\",\\ ."~' \:' ''' n~ . >01 'JO,:<I
I .II ! 1'.I~,il ,um: ')!.:VI ~h ()¡ l(}a!~ ;) . r S';'. 19. 0" t-.giistfn ,' Ep(stoúi.23'; \3~ tradutci6h nuLdtrah\\\ \ "i,ai l'frr, 1!;'{('Iib ,,' lo" u1,,(hzl:l.

82 83

./ \ .
o. , ~• •

, OBISPOS ! < ' ¡ ; .' ~', • LA CRISTIANIZACiÓN DE LOS IDEALES, DEL MUNDO CLÁSICO: EL OBISPO

'r:;>bd,)A~9í!l"-f.9,~!,'!~rl}r.,'ES,l~.9u.f ;~91J~; 1,099J..>g~,l?í?-n, i1.I?,rfr 1S:~Q)i~.9\aj nuestr? _pab<w;,S' gu e:}a" Rosi~i.ór~ de!<óbisR0¡lsentádórsobn':Jsu r cá~.Qra¡'l domi -
''1');)dl) ~ p.37'.<?, FPW,~ i~:Wt..S~c:~p~·¡e~g~~s,:?'.¿8.uf¡ l1;~!?; gr,!:n.q~ 8~9ISJ.:l:.s..~IJ,'i~a m~ltl­ lnando~:¡lil~)yei:elfp~ksiE:Y,~~rium¡ y; lajasamblek~CleJieles; diese'lugar' a
, ; d' .' tud de .lP,s q u.e~ I'! os, HJ¡"J:;ctfde,~ ¡q u~ :Sct pudIese, 9 b~~¡;Vill; a l, P, e.! 9S ~Hes- in~erpretaciones 'erróneas or : arte' de las entes sim les, o los sen-
" tro paso. Si éstas ,son las acusaCIOnes que teneIS contql ¡mI; perdo-
timientos de orgullo que la cátedra puede provocar en quien la ocu-
nadme esta ofensa. Elegid otro obispo que sepa complacer a la masa;
a mí dadme la soledad en el campo20. ' ,, . . pa. El superior locus de.que habla en algunas ocasiones, o el altior -r
I ,. .. ' "
locus de otras, se ,puede transformar en fastigium superbientis (altu-
Se comprende así que el 'trono episcopal se convierta en cliché ra de soberbia)~6 )J.ara. ey.itad.Q)-desarrolla una etiw lo ía de e isco-
literario que simboliza la arrogancia de! obispo y e! ejercicioa~tori­ pus en ue trata de oner de .relieve La ~ó des up,.eIÍntend.ente,
tario del poder. Su altura """:"se e!evasobre e! ábsidegrddata de!Agu~­ de vigilante, Y,J l2or¡tanto,' de ,ser,vicio :g'u e el e isco ado ,i!,Pte~a: "
II i rn'. ", , ;r t.lJ~ }·l:t·~~q~ 'f\HY1\'~\~f 1::,'(: ', /1 r~\ .1", 'L
tín- refleja la distancia que separaibobispo de)os que,lerodean y ' ¡

, Se t~ata de un . término griego ,que deriva del · hecho de que quien


de la masa que llena el templo. Gregorio de ,Nacianzo califica a' la
está al frente,; (praeficitur) vela sobre los demás (superintendit), es <_
cátedra episcopal como altura que provoca envidias yi resultá 'peli- decir, tiene ,el cuidado ~e ellos. Si oKo1Tó~significa intentio, es decir,
grosa para e! orgullo de quien la ocupa: W Ka8fDpá ro ÉrwP8óvov uljJoc; vigilar por aquellos que deperiden del obispo, ETTLOKOTTEÍV se podría .J'
mOro Ka{ ÉTTLKÍvDvvov 1. Basilio de Cesarea acusa al a a Dámaso 'de traducir en latín por superintendere27 •
no dignarse mirar, ni, p(;der ·escuchar: desde la altura de' su trono a '. t'

Por ello se esfue'r ia ~~ justificar la concepción «ministeriaÍ»,_110


los Que están deba·o. «Tratándose de y ml persona..o..rgullus.Lplta:...
n~ra (ú!fn7J..w DE Ka{ j.LErEWpo) sentada ano sé ,cuánta altura (&V6) rrov «honodfic:l», dqf episcoRado: ' EpiscopaÚts ... nomen es operis, non J
K~8nj.lfl/6)Ly...que~por este motivo no uede ·escucha , . ' . s.~ honoris l H y es por lo 'ue no' d 'bia.s.pirar al e isco.P-!ld Qllü:.D_d.esea
e! nivel del suelo (x1Xj.ló8EV) le dicen la verdad»22.Pero la misma acu- ser un superior y no' un servidor (intellegat non se esse episcopum
sación le lanza al ro io Basilio ' su amigo Gregorio , de Nacianzo: qui praesse di/exerit, n01i prodessef9, dice más adelante recurriendo
<;¿J)ebo, Ror el contrario, acusarte a ti el~~de los ho_mhJ:..~,...:y. , a un juego de palabras~ tan de su 'gusto, entre praesse y prodesse,
C?rgullo que_tE. ha dado el trono e isco al?» ; Y un oco más ade~""n " similar al citndo honor-onus de la Epístola 35. Es la misma idea que
fi!: «Tú me Qreferías a todos cuando no estabas elevado por e Cl!lli! pretende in ulcar cuando compara el alto sitial del obispo con la
de las nubes, cuando aún no veías todo a tus pies»(es decir, antes de plataforma del vigilante del viñedo, que es un observatorio y no
sú elección episcopal)23. El motivo no era nltevo. Ya los'padres sino- fastigium de la soberbia: Fratres, si Dóminum cogitamus, locus iste
dales del concilio de Antioquía del 268 habían acusado a Pablo de altior specula vinatoris est, non fastigium superbientis 30.¡Pero como
Samosata de disponer de un «trono exc~sivame~te elevado !(8póvov antiguo rétor que era, Agustín tam oco olvida la otra función QY~
úljJr¡J..óv), más propio de un alto magistrado que de un discípulo de c9mpetc al obispo y que lleva a are'ado 'no 'el trono,' sinol ~cátedra
Cristo»24. , ., ," , r .',' , .. ' " "'" ) elevada del maestro. Tratando de dar un sentido e~¡ririt.Y~a esta
El tema preocitpaba a los espír,itus más sensibles, de la época.,El posicion, recurre a la idea de ue es' la rocia-ixili:.Üo.ridad,.-eom.o
sitial del obispo era trono, pero tamqién era cátedra. Mazzarino ,y .discípulo del únic'o Maestro,j o ue debe revalecer sobre la s p.e..-
otros prestigio,sos eruditos han discutido sobre los oríg~nes: hi~tóri­ rioridad que proporciona el enseñar a lo 'f es:
cos del trono y de la cátedra episcop,aFs. A Agustín lo que le preocu-
¡"l.Jt La proclamación (de la Palabra) justifica que nosotros estemos sen-
,¡, , tados en un lugar dominante (praesidemus); pero es en e,l seno de
20. Gregorio de Nacianzo, Oratio 42, 24. J " una ,única escuela, donde todos tenemos un maestro común en los
21. ( GregoriodeNacianzo,Oratio42,26. , ;·1 '1' ' ' ' ; ' , ' J,
22. ,Basilio, Ep(stola215; d. también Epístola 239, 2, donde le acusa de confundir la ." J j ¡cielos
',¡¡r, :: r' tI"
"
JI
. , ", rli , {\:'
,,' ti))!. 1:' :;11
''-,
dignidad a;lO¡J11 con el orgullo úTffpryq,':'l(la. , '! . " " ' ' ' , , ., "')
23, Gregario de Nacianzo, Poemas I1, ~, 11, De vita sua, vv. 398-3, 9~, y 412,413 . Las
l' 26." Agustín, Gesta cum Emerito 7.
quejas de Gregario hacen referencia a la coacción de Basilio para ordenarle obispo y enviar~
', 27. Agustín, De civitate Dei XIX, 19. ,r r !
le a la aldea de Sásima.
28. [bid, , :. ,
24. Eusebio, Historia eclesiástica VII, 30, 9.
29. [bid.
25. S. Mazzarino, «Prima Cathedra: docenza universitaria e ~trono" episcopal e nelll-
111 sccolo», en Antico, tardo-antico ed era costantiniana 1, 1974, pp .. 151-170; E. Stommel,
30. Gesta cum Emerito 7.
«Bischofstuhl und hoher Thron»:Jahrbuch für Antike und Christentum 1 (1958), pp. 52-78. 31. ' Agustín, Senno 298, 5; cf. también Enarratio in Psa/mos 126, 3.
1IIIIrlel tlt' 1" ratio 2 de Gregorio de Na- , Puesto que tenemos necesidad de mostrar~ a aquel~os que ~e reúnen,
i '11 en éste la concepción del
1110 t \1111 . como:una ciudad, la que no lo es en realidad, yo te' suplico que te
IW IÓn d' preeminencia, ' de poder, 'de "
", ::conviertas en habitante,ocasiOIlal de!nuestra ciudad y hagas que por
tu sola presencia este lugar desierto pueda parecer una ciudad J J ,
1110 1 antigua basada en la'jerarquía y ! ; • ! 'o' I .' o ':

JiMio O va inseparablemente unido a lo " A través ' dé la breve carta de' Gregoriopodemos comprender
11 h 11111\ trascendencia difícil decom-
í ~or' lo que la retóriéa significaba p'a ra los obispos y los hoJDhr.es
'IlIlles. ('nra Gregorio, el sacerdote es el
ilustrados de la época y estamos en condiciones de valora~ adecua-
Id J, ¡ r e un verdadero poder (ápXry) so- damente una epístola de Libanio que A. López Eire ha sabIdo apre-
n ti Sil 71Y 'J.lOVLa. La función que con más ciar en todo su ' signlficadó 34 • Se trata . de la Epístola dirigida a
I 7T{)oara:dia'''(patrocinio) por lo que es
Anfiloq~io, obispo' de !conia, '~apital ~e Licaoni~.1S. , Anfiloqu~o e:a
, ti 1111 rrpoarár7]C; '(protector) o de un
un capadocio, pri~o q.rnal de Gregon,o de Na~l?nzo, ~ on~mano
Il1v stido de unarrpoEó¡3{a y b's él siemp¡;e como éste, de Naclanzo. Su padre, llamado tamblen AnflloqulO, ha-
1 fiel s ri'stianos se encuentran ¿'n 'una si- " bía' 'sido' cbmp'~ñei:-ol de estudi'o~ de Libanio 'y ,ejercÍá ,como' rétor en
y ti d 'pendenciá: ' ¿ün 'Siíbditos·;.c lJTr7JKÓOV, su ciúdad ,natal. .'Sus , d,os' hijos, ' Anfiloq~i,o ~ E~~emlO, h~bían fre-
n ' U ntra por encima (avwrEpw, vl/lol;), no cuentado las clases de ,retórica de! propIO Llbamoacomlenzos de
lr.l/Ja). sino ,qu,e ello va ,expresado}ambién losafio~ , ~esénta:' M,ié~ltÍ'as que Eutemio ,murió pr~maturamente a
I nta en el MJ.la (estrado), sobre el f3á8f1.0C;
U 'S, cómo el ~piscoi?ado en lá' época es l
los veinte afias" , Anfiloq' uio comenzÓ a ejercer su carrera en Cons- .
tantinopla como rétor y abogado, Después se retiró a, su~ posesIO-
,==~:,~¡ de unas relaciones de poder y de un nes de Capad~cia, abandonando e! ejercicio de, su ~rofeslón en~re
~ 611 de Agustín por trascender 'est~ reali- o
los ,años 370-373. En este año , fue promovido a ,oblspo de !como.
interpr,etación espiritualizada de ,1~s J En su promoción 'tuvo que ver mucho Basilio de Ces~rea, qu~en sé
\ ,- dedicó a ganar para ¡e! episcopado a nume~o~os aml~~s y retor~s
)', ,!l o , ; i • ji' , .0 I I~.; ¡ { 1 0
como él los hombres mejor formados de su epoca. BaSIlIo provema
L: ..¡} ,:~ ~ ' ..' I o¡ ' t r .,.;; 11
0

de' un:J:í'¡Just'r~ faniilia capadocia entregada desde hacía varias gene-


raclonés a responsabilidades ciudadanas, propietaria de ampl!as
'J l' f. .' ¡ " ~\ 1 " \ , " '1'
propiedades ' rústicas y formada en las mejores es~uelas d~ AntlO-
I i po necesita, también de ,la retórica. La quía, Constantinopla y Atenas, Su hermano Gregono de Nlsa, Gre-
,.1iIJ'lJ.'ftCIO h I nfsrico y romano significaba no. sólo la gorio de Nacianzo' y Anfiloquio de Iconio fueron algunos de, los
lo ti más mediante el ,uso de la palabra, hombres por él conquistados para el episcopado para c(;mvertlrles
r flión de la cultura, de la vida ,urbana. en instrumento de la política eclesiástica por él iniciada tras su elec-
.... .,""'MIIV que enseñaba retór(ca~n Cesarea de ción, no sin' grandes oposiciones~ para la sede metropolitana de
pagano no era obstáculo para que : inan~ Cesarea en e!-370, , . ,
d y orrepondencia con Gregorio de Na- , Fue con motivo' del acceso 'de Anfiloquio al, episcopado en el
• porque, al margen ,de pagano, ¡era rétor. 373 cuári'dü 'Libáni6J le esctibé l~' ca/i ta 'que comentamos. ,En la pri-
Irlo que escribiendo La :Gregorio , de Nisa ~era ' p~rte til:Jarii¿: 'se- iim~ni:~' 'éié qhe\ e ,había'eritera,do con ,gran
l' rsonas difíciles aeatrapar'r entla red». dis'gu'sto~ de (qué'su kntigho' ybblIaÍite 'disCípulo' habíá abandonado el
NI n hobra organizado en su pequeña ciu- ejercÍcib de' su' profesióó\ ené'e~tán~~se ' ~n el c~mpo y echando así a
16n ti p 'rsonas ilustradas y le invita a que perder su brill<inte carrera y áél inismo~ su maestro:
11111('111 () 1 regorio es que con la presen- .' • .. o •

t Ir I 1111 1\ " 'córica, el lugar se transformará en


Id 1I ,\.,,,\\ , v.'.
, ,,. \¡ " r'
e , "~( t. o~ 104~~t::~nrl t; ~P.t\\~~l~ ~l~l':W
~'l~ t'l¡'.).l' ~.!;,~<t~~, :t"p-pJi;.;.
¡,lr"'I!. 4$\ con rcfc(en'l:i srde"rótloslestos pas'ós ;~r'

H) 87
OtllSPOS , ,
LA CRISTIANIZACiÓN DE LOS IDEALES DEL MUNDO CLÁSICO : EL OBISPO

'~::¡h, ~" &CQnOzco~q!l¡; $( que}~e" he ~,flj.gi.;;Io1.mu.~ho '~~an4<?,)m~r el1t~ré


de otrcí aiscí pu lo ~detéibani6,t Óptirtíd;"ílbmbra'db robispO" :dé ,'Agda'mia:
'l b que tú te ,has~~dicado a ptrasactlV1d~desY,has, enm~decldo iY se me
ha perdido 'eso con lo que sobre todo ,venCla yo 'a mis enemigos: en fue elévado a:.la'éátedra epi'scópal arrastrado por su ciudad de la que
efecto, cada vez que hice mención de ti y de tus certám~~es escapa- no consiguió librarse ni con voces ni con lágrimas36 . Se comprenden
ron los audaces. Pues bien, en tanto q¡~ llegab~ notiCias de que los frecuentes lamentos de Libanio al comprobar que sus mejores
estabas residiendo en el campo y que aquel tu abupdante y hermoso amigos caían «presa» de los cristianos Y la noticia de Sozomeno de
flujo de palabras se había detenido, hacía yo lo prbpip de los que que el antioqueno había deseado que su más brillante discípulo, Juan
están convictos del sufrido castigo. " ' ~f : ,
~ ,1 '
Crisóstomo, le hubiese sucedido en su cátedra, lo que habríá sucedi-
do si "los cristianos no se lo hubiesen llevado como botín» 37.
,Pero después !e llegó a Liban~o otr~noti~,i ,a sobres~ ~i~ti?guid6 Estamos acostumbrados a considerar la formación retórica en la
discfpulo:J os cristia~,os I? ltan ~onqUlst~d?, ~~lo h,a~: ,rap:~~o», lle- Antigüedad como una preparacion en una oratoria ueca vacía.
vándose una' hermo~a presa,por 10 q~e ,h~~ que ~~JIcIt~r a los ~,aP70- Nada más lejos de a rea i a . Como ecía e! propio Libanio, «elque
res. Libanio lamenta este paso, al cnstI~Olsmo, pero esto I~ duele e,1i orador es capaz de ayudar;"JH. Lo ha puesto bien de relieve A. Ló ez
menos'que el anterior «enmudecimie¡nto)~ de Anf!loquü). Por ~I,lo, ,e! Eire cuando sefíala ue '«desde Isócrates e! estudio de! discurso polí-
antiguo maestro celebra e! logro que esto s,u pone para la cI~dad,
tico produce oradores que son, al mismo tiempo, espléndidos ejem-
pues como obispo podrá desempeñar !?le~amente las dú.s fu~cl,ones plar s de ciudadanos Y dechados de dirigentes públicos colmados de '
que son esenciales al rétor: ejercer sus.facultades oratonas Y, defen- virtudes cívicas acumuladas; porque la retórica forma magníficamen-
der con su palabra . a la comunidad a la qu'e ha pasado a serVIr: ,
, . I .'< . , te a quienes con el tiempo han de ser los dirigentes de la ciuda »39 .e I
e~plica así por qué los obis os se convirtieron en los nuevos diri eD-
Pero desde que en otra ocasión m'e 'e nteré de que resultaste' una
hermosa presa y de que estás sentado en un sitial y'se 'te han dado tes polft' ' t'em o. Basta leer la rica li:.o_du.c.c·' . toJar de
, ciertas posibilidades para hacer uso de 110s 'discursos, me complací los.obispos de esta época para comprender la inagotable y variopinta O
en ello y alabo a quienes te han raptado y conside~o que ~e nuevo tu capacidad..dc acción..que estos hombres desarrollaban. También en
alma está cosechando sus propios frutos. Pues ,OIgo deCir que con- .......x-&XL~ bispos cristianos imitaron y se sirvieron de los mismos ins-
mueves a las masas y que enorm~ es la admiracjón y bien percepti: .......-=>o.:.n::t,os que se servían las clases cultas paganas: los discursos Ylas
bles)as aclamaciones, que,su~citas; y no lp pongq en duda;' pues qu~ cartas. Y~ase la riquísima producción oratoria o epistolar de Libanio. -.l
clase de orador serás ahora tú justamente, que cua~do frecuentab¡¡s
, mi escuela hacías saltar a los anCianos. y Antíoco y su yerno el ora- En Sinesio de irene con mucha frecuencia es difícil distinguir las 1
cartas escritas antes o después de su acceso al episcopado. Se limitó I
dor se felicitan a símismos y a la ciudad por ese bien adquirido que 1

tú representas y estiman 'que aquélla es más importante que cual- a continuar su Unea de acción anterior reforzada ahora por e! carác- ,!
quiera de las demás por el hecho de disfrutar de ti y de tu sabiduría, ter sagrado y la autoridad que le daba su nuevo cargo. Y, cuando no ti
y los hijos de Antíoco y hermano~ de la mujer del ~rador se ~mpl.ean consideraba suficiente su propia autoridad, no tenía escrúpulos en
ahora más en las labores de los discursos, pues advlerten ,que, re':'lsor recurrir a la influencia afiadida de su maestra Y amiga Hipazia. Como
de cuentas (loywn]r;) tan importante reside en s,~ patria. él,mismo declara expresivamente en una carta a ella dirigida, los po-
, ,',~ r , dero~os son para él como las manos, los instrumentos de que se sirve
En la carta de Libanio tenem<?s una magnífic<l; valoración ,de lo para ejercer su influencia: ! ,,' '"
que para un paga~o yh,o~bre ilustrado 'de" l~ época rep~ese%ab,a l~ l I ' ¡

retórica puesta al servicio ?e l~ c~tedra, ~PIsc~p~k Est,an;?~ aSI, e.n, En un tiempo sabía también yo hacerme útil a los amigos, y tú me
condiciones de comprender mejor por que Juhano mtento prohIbIr llamabas salvación de los otros, ya que sólo para los otros sacaba
la enseñanza de la 'retÓrica ~ l~s '~ristianos, por 'qué Gr,~'gori.o 9,e / provecho de la consideración de que gozaba ' entre los poderosos,
Nacianzo, en sus inventivas contra éste, la mayor acusación que hace que eran para mí como las manos 40• '
al emperador apóstata es que hubiese intentado excluir a los cristia-
nos de las escuelas Y por qué las masas de las ciudades rivalizaban 36, Libanio, Epístola 1544F.
por raptar para e! episcopado a estas personas. Como hicieron. los 37. Sozomeno, Historia eclesiástica VIII, 2, 2.
habitantes de Tolemaida con Sinesio de Cirene, formado en AleJan- 38, Libanio, Epístola 1306, 3F (a Acacio).
39, A. López Eire, op. cit., p. 277.
dría junto a Hipazia en la filosofía neoplatónica. Como sucedió con 40 <;in r,j n r.,..ír f ,, 1n :Ql
Hace algunos años M. Forlin Patrucco supo revalorizar una car-
ta de Basilio de Cesarea poco conocida. La Epístola 28 del corpus
basiliano fue dirigida a la comunidad cristiana de Neocesarea en el
Ponto, seguramente a comienzos de su episcopado, hacia el 371,
,con motivo de la muerte de su obispo Musoni0 43 . Esta carta consti-
tuye «una especie de manifiesto de la acción y de las líneas de inten-
ción del obispo en e! interior de las estructuras de la sociedad, tanto
en materia eclesiástica como social y política»44 .. Basilio desarrolla
a uítodo un programa de actividad episco al ex oniendo lo ue el
I! I ~ ',I.t{;' ni! ,'. -. 11·" n; ;., , obisRO reRresenta ara los .J.versos com onentes del cuer o ciuda-
1'('1110 d • ,l.oywnk. Lo emplea Libanio al final qano: · ¡mi el clero local, es e! . e! exegeta de las Escrituras; para
1111 IIlndo y ha sido'" que sepamos, A. López " lQs magistrados locales es e f¡ ; Qara los gru . os ro . uctivos
ItM 1, ()riginalidad de ,este, título, aplicado. a . urbanos; es e! ¡:>rotectoro rrpoararT}r;; para los pobres y. necesitadQs,
r, 1111 revisor de cuentas de las ciudades; un eLpro otar de iniciativas de ,caridad. La estudiosa italiana ha pues-
Il inspeccionar las finanzas de las ciudades, to de manifiesto cómo la distincióri entre las esferas de actividad del
IIIs ciudades ,romanas. Libanio aplica el obispo, la política de guía de :las clases dirigentes locales y socio-
nlido metafórico; pero haciendo, al propio económica ,de .tutela ae los, grupos inferiores, se expresa a uí con
fórmulas del todo desacostumbradas; En efecto, el término '''{ap~ .
:1=;:~~.:l:~1 hms: eL,l.oywnk es e! experto en,AóyOL', :en
1, dd obis o es una arantía ara.Ia ciudad no tiene Raralelo-en las fuentes con este significado de &!lía política
r. 11 'Iocuencia al servicio de la comúrtidad y_espiritual a nivel de gobierno ciudadano. De modo similar, el tér-
1,,('rvicio /de los ciudadanos conlos ,que mino rrpoarárr¡r; referido a las funciones episcopales de tutela de los
lo 11IC distingue al orador es la capacidad grupos productivos ·urpanos tampoco tiene paralelos en la epistolo-
_ 11III••lflrlI8 1 rfe 'UUl1cnte lo que significa para él presen- grafía basiliaria'. Habitualmente, la rrpoaraa{a, tan~o en el lenguaje de
nw 1( ,' 'visor de cuentas».de Iconio en.su cali- BasiliO como en
élde Libanioy otros autores paganos de la época,
11 1, oratoria. No le.importa demasiado' que indica el patronato' de carácter 'polític.o más q'ue económico y social;
"nClIC:Ic"lI1 d quc ponga su, oratoria al servicio,deJa era e! patronato desempeñado por los funcionarios imperiales al que
,bi po. Su oratoria es e! complemento de su recurrían en favor de la comunidad ciudadana los portavoces de
1 humanidad,y desde su,trono ,ep'iscopal el ésta (obispos, magistrados municipales, evergetas locales, etc.). Es-
tCK r a su ciudad, de Iconio. Es la misma tas cartas .ilustran sobre -la capacidad de mediador entre el poder
• . ,I,. 'ln. 'l m r cién ascendido al episcopado:, ¡; i ,'!:, ¡ central y el poder local desarrollado ' por Basilio durante e! ejercicio
I J (" " ,'d i . ,1 . '~)!J ;.{¡(>ff·~ LJ de! episcopado. ·Se trata de un poder sustancialmente análogo -por-
IImilllrs ' n hablar, yla paJabra logra persuadir"y, que se inserta en tradiciones comunes de compromiso con la vida
"Ir los oyentes, ¿por qué ahorrar las,palabras pública- al aesempeñado en' Antioquía' por el pagano Libanio, en
I homhr de In desgracia'? ¡Precioso ser es el hó'm- Cirene' yfTolemaida 'p'o r Sinesio antes y después del episcopado y
d d!1 " i JI . -":l!/l'} " ft ¡ q : por tantos óbispos que hicieron de! «patrocinio» una actividad es-
~ ,'1 I \ [' ',/ ¡.. % ',,: j , i {f ,~' , trechamente unida a su acción pastoral. Así, Rues, a través de! len- .,
1 ,~anos Y cristian<?,s ,quedan super,a~as por g~e y las ide'as dé Basilio vemos, una vez más; la confluencia de los
ur noria y filantropía ,que. fue la ,razón de
obis Os' con Iá tdldi'ción 're I resentada por los intelet tuales aganos, o
11 y "OIlHl,no durante la Antigüedad clásica.
l· especialmente desde la Segunda Sofística, de intermediarios entre
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1\ , SIIlC' ~ II,II,"'"I" 1, 1110 111 1, ,11II 1I1UN los C/J(stolas porJ á númeración .estalilecida silio di Cesarea. La sua etá e il basilianesimo in Sicilia 1, Messina, 1983, pp. 125 ~ 136 ! ' .'¡ 1
, I I )j~'I1.:~J""'J""~·'~;\ctj"'·'ru'C·]
l' 11 I1~ (l , ( , I 'YiI ,
en 111 011111 '. f:l i.l'o\?\(¡ :oil mí< ..ó't. ' 44. ¡bid., p.130 . . "' .. "r, . : . , c. ..i" :,"., "," 'lo "

91
OBISPOS LA CRISTIANIZACiÓN DE LOS IDEALE S · DEL MUNDO CLÁSICO: EL OBISPO

~
, ,.\,.
Odel),ceqt~ah,y,úde: !ppr:tav,oces ¡de )las mecesitlades iI~~( 7TOAL ';'LKryll¡$&p rlÍv}! cÓh elLsacé'tdÓci'0'le¿1comól iI~teiitarlco'ÍiciliarlÓ
" ' 'r inconciliable ... t;Algunos han sido destinad ' , i.ón;.mrós WlnO _
~Q.troJ a la legaria. Pero a ambos Dios exige la bondad. ¿Por

5. Las contradicciones interiores del obispo:


, r gué, pues, tú actúas en sentido contrario?, ¿I2or
aquello ,que Dios ha querido sryarar, queriendo no qJll: o obier-
l~nJ:.as..u Dir
®
ne, sino que, en cierto modo, me inmiscuya en olítica lo cual sería
vida activa y vida contemplativa ' para mf la peor cosa? ¿-[ienes necesidad de u nprotector1iiP~lllt).?
~cudcJa quien ad ministra las ley.es del Estado. ¿Tienes ne e . ad de
Un cuarto de siglo después de Basilio p.os encontraremos a Sinesi ' 11 I Djos? ,\cude al sacerdote de la.fÚ.ldad ... ¡La f..ontemp@ción es laj i-
de Cirene, enfrentado' or uerer llevar a la práctica el principio de , ,nalidad de un sac~rdocio ue nO,desmiente su nombre, pero la CQn-
la 1Tpoamala rWII á.§L1TOU ÉIIWII (la defensa de los que sufren), ,con el templa ión y la acción se niegan a coexistir ... Tiene necesidad de
O io (axo).rí, ) el que, al mismo tiempo, es sacerdote y filósofo. Yo no
gobernador de la Cirenaica, Andrónic0 45 • Sinesio, que, a lo largo de cono 110 n los obispos que se entregan a los asuntos políticos (roLs
su corta vida tuvo que compaginar la condición de filósofo, de polí- 7T/){ÍY/JltOLV), pero siendo consciente de' mi dificultad para estar a la
tico, de rétor y de obispo, es, junto con Gregorio Nacianceno, quien altura de un() y otro cometido, admiro a aquellos que logran ambos.
mejor ha dejado testimonio de las'profundas rupturas interiores que No t nKO fuerza para «servir a dos señores». Pero si alguno se siente
a veces provocaba la necesidad de que el obispo tuviese que conci- apaz de estar en lo alto y, al mismo tiempo, descender a lo bajo,
liar lo que a ciertos espíritus no dotados de la fortaleza ,interior de podrá bien jcr er de obispo y preocuparse del gobierno de la ciu-
, dad (116). (,)/1 7Tpoorar LV)47.
un Basilio de Cesarea se les hacía inconciliable. Al comienzo de su
episcopado se complace Sinesio en resaltar que su actuación pública
I Se trutu d una especie de grito de:; protesta ,que reniega de los
como obispo es una continuación de su actividad anterior, pero
principios fundmnentales que encarnaba el obispo de la época y que
remarcando las diferencias:
encuentra u just ifi ación en las atormentadas vivencias personales.
~a protc;sCIl produce ~ambién e~ circunstancias vitales semejantes
En otros tiempos, mis relaciones con los amigos se desarrollaban en
plena tranquilidad, tanto personalmente como por escrito. Pasaba ~ n Gregorio de Na i nzo. Se ha podido decir que en su Oratio 2,
mi vida sobre los libros, sin estar, en cierto modo, inserto en ciudad pronllncillda cu. ndo G¡;cgorio iniciaoa ~tividad _l2resenta al sa-
alguna o en cosa pública. -Ahora, sin embargo, Dios me ha impuesto c,crdote más como un pros tates que cC!El~pastor4~. Sin embarg,o,
habitar en un lugar fijo, ocupar un cierto rango en la ciudad, vivir veinte años después, al despedirse como obispo de Constantino la,
en un determinado contexto humano. Por tanto, es ahora mi deseo ~.cchazará con crue ad to as as cua 1 a es ue e .!le o rng~ d~l
hacerme útil a mi prójimo, hacer todo el bien posible a los indivi- obispo, oratoria, capacidad de gestión¡ erotección: «Pues no buscqn
duos en privado, y a la ciudad en público, a fin de que pueda yo
alegrarme al ver, por así decir, a mis compañeros de navegación, y s~cerdotes sino rétores; no ecónOrñOs.del alma, si o administrado.;....
ellos lo puedan al verme a mí46 . , . ¡ ,!! , , res dejas riquezas; no sacr'ficantes uros, sino patronos poderosos
I ' , .
' l axupou,».,
(1Tpoarara, ' ) 49 ' ' ", 1, .) I
_ !, " : ', ' , .

Pero Cl,!aQ4.9.2.e_Rroduce ~l e~frentami~~~~ c~n el gob~r~ado~ ,' ! I;i~y ,ql!e creer +e~l)a sincerida,9.¡d r fimbo,s¡ Los,motivos aducidos
..AIJ.c:!Jó!lif.Q,:. qu~ .le:;I,a margó lo~ últimos añ~s dJé su,vida, : Sinesio .s~ ~Ol si~.mp e los lismo: la incompatibili9~ entre la fil ~ofía, la
r.e vela inter;iormente p~Il}ango la iqcompatibWpad entES..elE~ vida contcm la' va, el ocio, l apxoA.~ y!la actividad e isco al. Gre 0-
<;,gdocio,entendido cOUlO~ida contem¡;>laJiva,..,Y. la yida activa: ! '
rio, nacido en ,~na arpi i~ cn ~tl~na, pero con una formación que
ha fa segui90 las pa}/tas, de la mejo,r tradición clásica, tras frecuentar
Pero he querido esperar para que fues~ la fuerz~ misma' de los he- l<;Is escue:;las, de"Cesare¡¡ de Palestina, Al'1 jandría y Atenas, de vuelta a
chos quien me convenciese de que intent?r I;lnir
, • , .'
la .destré.za P9lítica .
¡ l ' , .• ¡' .. r. ¡ !
I ~ • l , 1 ' ...' I t.1
su , Cap'~do¡,?ia . na~~l , s.e ,l'io surqid,o, :ya desde .jovep, en las dudas y
-.j'
vacilaciones que atenaza an a muc os esp.2ntus sensi - c:s e in uietos
de la época: el dilema entre la vida activa o la contemplación filosó-
45. Este enfrentamiento ha sido objeto de una amplia bibliografía, pero puede consul-
: . ~.. ~
I I \ ,
-- --'- ' -
tarse el bello capítulo que le dedica R. Lizzi, II potere episcopale, cit., pp. 85-112. Véase
también en esta obra el capítulo Sinesio de Cirene y el derecho de asilo en .las iglesias, infra, 47. Sinesio, Epístola 41, 239-241, 24 7-269 .
pp. 107-118 . 48. Así J. Bernardi, Oratiol1es 1-3, cit., p. 47.
46. Sinesio, Epístola 81. 49, Grceorin de N,ci,nzn. Ora/in 42. 24 ,
tl ca, (lllC Atenas, se había entregado en Nacianzo a ejercer de profesor de
vida sollt I ,I,r ,l. ,1, ':\. • oratoria, pero se sen~ía atraído tanto por el ejercicio de la palabra
\' \; r,
como por la contemplación. Ser sacerdote significaba predicar,
II llf 11 lempeNtad de mi ánimo'. Veb; 'por un lado, atraerse a las masas con la elocuencia y la seducción. Cuando en el
1 qu 1I (n t una vida tranquila, y que 'son útiles a 381 abandonó la sede de Constantinopla, se impuso el silencio has-
1, 111 vlv 11 , pero son 'inútiles a sí mismos y se ven ta el final de sus días. Pero fue un silencio relativo, sólo de la pala-
1 ni Ir qu I rturban las plácidas costumbres. Veo a bra.Su programa sería a partir de entonces el que expuso conci-
ylv 11 ' Il n Il1 ÓS tranquilidad, tras haber dicho' adiós al
I Yll n n' ios con ánimo 'sereno, 'p ero son útiles
samente en su discurso de despedida contrastando la vida de obispo
In pro ticar la caridad, con"unif vida: ' insólita y activo (como orador) con la vida retirada (como escritor): «Se ha
I I 11\- . , •.. ."h ' ,'."; !. 1 I V U(II).f.'¡jiJ!'IJ silenciado para vosotros esta lengua locuaz e insoportable, pero no
,.", ".' ".JlJ,,!J(~: ,.,'} ,o:-)'~ callaré del todo. Lucharé con la mano y con la tinta»s4. Y de hecho la
, " -;". f' i ; . .. .. , I ~~: '

-:0....... NU!.~. ' 1Irll l!p'fl n C;rcgorio de Naciani o, retrospéétivamen- \ mayor parte de sus cartas datan de estos nueve años que precedie-
ntlld ni térmIno de su 'vida, de'sE~és 'de'renun-' \ ron a su muerte.

~
i¡iii~i~,~::!.~()'"des
La oposición entre el rétor y el filósofo tiene su versión cristiana
n ladesede episco aldonde
Arianzo"de de Constantino
no .volv ' laa ep. la oposICión entre el monje y el sa~te. I tema es recurrente
01 J ad lejos de los malvados' en donde yo en la historia eclesiástica y en lasvivencias religiosas de la época y
lu
UI1 mi mente»sl. Sinesio'murió en el ejer- e){plica las enormes tensiones que el movimiento monástico causó
tu mCll tado episcópado, sin abandonar nunca eJ) el cristianismo al fina ae a ntlgue a. Ulza e mayor exito e
........ ......·' rnlc , pero sin poder soportar el dolor de la Basilio de Cesarea radica en haber acertado a romper esta dicotomía
.... , lIuoa soledad desolada, como manifiesta a que atenazaba a los mejores espírituS del momento. El mod elo de
...IIt~ ••IUanll, "' l e rra y benefactorá"S2, Hipazia: «Me' ' en~ vida cristiima que puso en práctica y defendió en sus escritos ascéti-
I tod os a menos' que no puedas hacer algo tú cos es lo que el propio Gregorio de Nacianzo describirá, en la ora-
n I virtud, el único bien incontaminado»53. ción fúnebre que pronunció a la muerte de su amigo, como una vía
mili oté social similar, el de -la 'country intermedia entre el f3íor; ÉpT]J-lL rLKÓr; demasiado tranquilo y el f3íor; roD
mini es acomo a as e as'ciu a es griegas, J-lLyáóor; excesivamente agitado, con el fin de que los monjes «no tu-
IUlltI'llt n IIlrural similar, hay una profunda diferi!n ~ viesen filosofía sin vida en común, ni vida activa sin filosofía»55. Tam-
nio, por un lado, y Gregorio de Naciánzo y bién el propio Gregorio lo intentó: «Opto por Ulla vía a mitad entre
niu y Basilio mantuvieron a lo largo de su los unos y los otros, para que pueda meditar como éstos y ser útil
n In palabra' en cuanto la eduCación ietóri ~' como aquéllos,)56. Pero en lo que triunfó Basilio, Gregorio fracasó.
roporciona po er,r:eIaclOnes socIales; in ~' Quizá le faltó, como en cierta medida también a Sinesio, «aquella
regorio de Nacianzo"y Sinesio~ en tam-' vigorosa energía mediadora que dOl¡ninó, por el contrario, en la obra
".I.'Jilí~r~n ••d6n retórica! efed i·v'il."e' inteledu~e y en personalidad de Basilio»s7.
fos en el sentl o ue ' e termino lOSO o'
1'I.1~.t\" n de elevada mora ; autocontroHída;' en::'

~
f.;!I~I~!:'ft:,n Intiva,' un 'ideal rimy"pró;¿iin'o"al 'id~áFcris-
retótica 'fue Pbr elló vá@ áhré:;Se á:iWél~'
.' ! '

gorio. Ya' su'ac2es6'al saéé'rdobó f ¿d 'él'3621


t hración. Hasta eniona s;¡é sú'vuelta; de'
J 1J 1\ JL \ I P ~"i(H>" 1...:1
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'1 ',1 ti" J ¡ ¡¡iJ') lo rlf/,d'} 1J : L.~.lC I,() r:;.~ )f)


\ t • l, J

11, • In d N. li" 11, l'II~"'" 11 , l. 11, De vita sua, vv. 300-308. ;,:: 1 , :, '<, ,." 54, . Gregario de Nacianzo, Ora tia 42, 26. ".,. "
\1 , ",Id., I 11 I 4/1, ,\ l'"".':J;
\' \ t.. ,',<,.1<' :\.:¡'",.. ~J I ,¡,-'..... ,,<,.:.,<¡, 55 ,, ~~ Gregario de Naciánzo, Oratia 43,,62 ..1~ h" :.;', ..:,1 .,-r,' ,"'f<;.·~ ~,L ¡; ..
. .. ' '. - 56:" Gregario de Nacian zo;,Paemas n"l ,- 'U, De. ~ita sUd; vv, 309"310,1
1,'"" r;.'r i~O ~:t.~\;'·'l ~ . .I$.1fh(/' "",,,, ...,. )1. t

.~ , A.I I• I I IIII"I ln 1\ I. 1"llt 101


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U \t\, , ,..,1/ttl,t.iJ. ~ ') O:1n:jj;'"fv
• . .,...
57. t R~ Lizzi,~I1 patere episcapale, cit" p,.31; cf" en general; pp, 27-32,

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