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El Régimen De Caudal Ambiental En El Marco De La Gestión Integrada Del

Recurso Hídrico Para Adaptarse Al Cambio Climático

Yesid Carvajal Escobar


Calle 13 No. 100-00. Edificio 344. Oficina 2001. Ciudad universitaria Meléndez
Universidad del Valle.

E-mail: yecarvaj@univalle.edu.co

Resumen
Se reconoce la crisis del agua como uno de los grandes desafíos actuales, producto de
varias situaciones a escala mundial: crecimiento demográfico, contaminación del
agua, suelo y el aire, deforestación de cuencas, conflictos crecientes por el uso del
suelo y agua, entre otros; sumado a los efectos de la variabilidad climática (VC) y el
cambio climático (CC) sobre los seres humanos y los ecosistemas acuáticos y
terrestres. El conflicto entre la demanda de agua para la sociedad y la naturaleza,
plantea el reto de aplicar un modelo alternativo en la gestión de los recursos hídricos
(Gestión Integrada de los Recursos Hídricos (GIRH)), siendo la definición de los
caudales ambientales (QA), una oportunidad para encontrar soluciones equilibradas a
este conflicto. Aunque no existe un consenso en la terminología de los caudales
ambientales, las aproximaciones conceptuales y los métodos para su cuantificación,
cada vez es más evidente la necesidad de implementarlos en un contexto de desarrollo
sostenible para preservar los ecosistemas vitales y afrontar los efectos del cambio
global. Este documento muestra un contexto general de la situación mundial de los
recursos hídricos (RH), la terminología usada a nivel mundial para denominar los
QA, los errores conceptuales y las dificultades en su determinación, así como la
importancia que tienen en la conservación del medio ambiente. Finalmente, se
presentan algunas conclusiones y recomendaciones.

Palabras clave: cambio climático, GIRH, régimen de caudal ambiental

Introducción
AL presenta una creciente urbanización (en el 2030 se proyecta una población
urbana del 83%, con mas de 600 millones de personas), y una cobertura en sistemas
de tratamiento para aguas residuales que no supera el 14% (Guerrero et al., 2006),
donde los ríos son aún considerados como conductos que transportan agua a modo de
canales o tuberías, y que sirven de drenaje de las aguas contaminadas. Alcanzar el
desarrollo sostenible exige cambios en la concepción de la naturaleza que implican
una nueva cultura del agua que reconozca los múltiples valores del agua
(emocionales, culturales, ambientales, económicos, etc.), incluyendo enfoques éticos
basados en principios de equidad y sustentabilidad (Barón et al., 2003). Surge como
alternativa una Gestión Integrada del Recurso Hídrico, que promueva el manejo y
desarrollo coordinado del agua, la tierra y los recursos relacionados; en este contexto,
el régimen de caudal ambiental (RQA) se convierte en parte fundamental de la GIRH
y de la adaptación al cambio climático.

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El caudal ambiental en la Gestión integrada del recurso hídrico
América Latina, y en particular América del Sur, posee grandes recursos de agua
dulce alimentados por regímenes de lluvias abundantes; sin embargo, 26 % del
territorio es áridos o semiáridos, el 20% de sus habitantes no tienen acceso a agua
potable y 30 % carecen de un sistema adecuado de saneamiento. la gestión de los
recursos hídricos continúa realizandose sectorialmente, existe un grave problema de
contaminación, y tan solo alrededor del 14% de las aguas residuales procedentes del
consumo doméstico se procesa en plantas adecuadas de tratamiento (Guerrero et al.,
2006); en general la eficiencia en el uso del agua es baja. Casi el 71% del caudal
superficial corresponde a cuencas compartidas por uno o más países, que abarcan el
55% de la superficie total de la región, lo cual constituye un reto para la gestión
integral de cuencas; las obras de infraestructura, por su parte, contribuyen a aumentar
la crisis de los RH pues han provocado la interrupción de ecosistemas naturales y
cambios en los regímenes hidrológicos (caudales ambientales), en ecosistemas
acuáticos además del desplazamiento de grandes poblaciones. La “Evaluación de
Ecosistemas del Milenio” (2005) indica que casi el 68% de los servicios que brinda
la naturaleza a la humanidad están seriamente degradados en el ámbito mundial,
señalando que los grandes beneficios obtenidos se han logrado a través de una
reducción del capital natural (Guerrero et al., 2006). La preservación de los
ecosistemas de agua dulce es un objetivo legítimo a considerar en las demandas de
agua; el reto consiste en establecer un equilibrio entre la demanda y el agua que se
requiere para la protección del ecosistema (Baron et al., 2003, Dyson et al., 2003). Se
define el caudal ambiental como aquel que debe mantenerse en cada sector
hidrográfico, de tal manera que los efectos abióticos (profundidad, velocidad de la
corriente, turbulencia, calidad del agua, ancho mojado, etc.), producidos por la
disminución del mismo, no alteren significativamente la dinámica del ecosistema,
permitiendo mantener el objetivo ambiental según el estado de referencia que se
aplique. Los QA no son considerados como un objetivo en si mismo, sino que deben
formar parte de una gestión sostenible del sistema hídrico y ser considerados como
“un valor patrimonial a preservar y gestionar; lo anterior supone considerar el nivel
de caudales renovables de cada zona y cada cuenca como limites naturales que deben
ser conocidos y respetados” (Arrojo & Gracia, 2000). Los QA solo garantizarán un
río saludable en la medida en que formen parte de un conjunto más amplio de
medidas, tales como protección de suelos, prevención de la contaminación y
protección y restauración de hábitats (Dyson et al., 2003).

Denominaciones y conceptos para el “Caudal Ambiental”


Existen diversas denominaciones en la literatura mundial para designar el caudal que
hay que dejar fluir aguas abajo de un aprovechamiento hidráulico o derivación: el
término más conocido es el llamado “caudal ecológico”, denominación que ha sido
institucionalizada en los ámbitos de la investigación, la la academia y la gestión
hídrica. Dicha definición según Palau (1994), es susceptible de discusión sobre si es
realmente correcto denominar caudal ecológico a cualquier otro caudal que no sea el
natural. Recientemente, esta definción, ha tenido una gran evolución; desde un simple
dato cuantitativo para satisfacer un mínimo, pasando por considerar los

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requerimientos de hábitat de los ecosistemas, hasta la consideración integral del río y
de la cuenca (Chacon de Mesa, 2003). La bibliografía reporta diferentes
denominaciones y conceptos. En los países anglosajones se le denomina caudal
recomendado y caudal ambiental, en España y otros países hispanos se le denomina
caudal ecológico, de mantenimiento, de compensación, básico, mínimo aconsejable y
mínimo, entre otros. La mayoría de estos conceptos tienen elementos similares, pero
denominaciones diferentes según el objetivo ambiental que se persiga; no obstante,
pueden englobarse en alguno de los siguientes términos:

Denominación Concepto Referencias


Caudal ecológico Es el caudal que restringe el uso durante las estaciones de caudales bajos King et al.
mínimo y mantienen la vida en el río. No aportan una solución ecológica Se (1999)
calculan de forma directa y arbitraria, producto de un pacto más que de Palau (2003),
una formulación científica
Caudal ecológico Caudal mínimo necesario en una fuente o curso fluvial, para preservar la Ormazabal
conservación de los ecosistemas fluviales actuales, en atención a los usos (2004)
de agua comprometidos, a los requerimientos físicos de la corriente APROMA
fluvial, para mantener su estabilidad y cumplir sus funciones tales como, (2000)
dilución de contaminantes, conducción de sólidos, recarga de acuíferos y
mantenimientos de las características paisajistas del medio.
Caudal de RQ requerido para mantener todas las funciones ecosistémicas del río, King & Louw
mantenimiento incluyendo el reclutamiento continuo y balanceado de las especies (1998)
acuáticas y riparias. Es un caudal calculado para y dirigido hacia, la Palau (1994)
conservación de los valores bióticos del ecosistema fluvial.
Caudal ambiental Régimen hídrico que se establece en un río, humedal o zona costera para Dyson et al.
sustentar ecosistemas y sus beneficios donde hay empleos del agua que (2003)
compiten entre sí y donde los caudales están regulados. El caudal Jiménez et al.
ambiental es usado para valorar cuanta agua puede quitársele al río sin (2005)
causar un nivel inaceptable de degradación del ecosistema ribereño o, en King et al.
el caso de ríos gravemente alterados, se considera QA, a la cantidad de (1999)
agua necesaria para restablecer el río y rehabilitar el ecosistema hasta un
estado o condición requerida.
Caudal de Se refiere a un caudal que puede establecerse como complemento de Palau (2003)
Acondicionamiento caudales mínimos o de mantenimiento, para una finalidad concreta,
ajena a la conservación de valores bióticos del ecosistema fluvial y
referida a aspectos abióticos (dilución, paisaje, usos recreativos, etc.)
Caudal de Caudal mínimo necesario para asegurar la supervivencia de un UNESCO (s.f)
compensación ecosistema acuático preestablecido.
Régimen de caudal Es aquel que permite cumplir con una condición establecida del King et al.
ambiental ecosistema ribereño. En el se detalla caudales específicos en magnitud, (1999)
periodicidad, frecuencia y duración, tanto de caudales basales como de
avenidas y crecientes en la escala de variabilidad intra e interanual, todo
ello diseñado para mantener en funcionamiento todos los componentes
del ecosistema para una condición específica.

Mientras algunas definiciones enfatizan que el caudal debe asegurar el cumplimiento


de condiciones físicas y químicas del agua para sustentar la vida acuática, otras le
agregan funciones de dilución de contaminantes, e incluso el mantenimiento del
paisaje. Algunas incluso mencionan la prioridad del abastecimiento doméstico sobre
el caudal ambiental, concepto claramente equivocado, pues da prioridad en primera
instancia las necesidades del hombre y no refleja que se debe partir de un equilibrio
entre la demanda y lo que la naturaleza necesita. La finalidad de un Régimen de
Caudal Ambiental (RQA) es establecer un régimen de caudal adecuado en cuanto a

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cantidad, calidad y regularidad para sustentar la salud de los ríos y de otros
ecosistemas acuáticos. Para establecer el mismo, hay que identificar objetivos claros
en cuanto a la corriente y escenarios para la extracción y utilización. Objetivos que
deben ser mensurables de tal forma que constituyan la base para las asignaciones de
agua (Dyson et al., 2003); su determinación debe considerar el juicio de la sociedad,
que es la que determina el grado de “buena salud” en que se sustentará el río. El RQA
debe incluir además una variabilidad hidrológica, es decir, debe oscilar intra e
interanualmente, incluyendo caudales especiales como las crecidas periódicas,
eventos extremos, caudales basales, etc, tan importantes para las especies biológicas
como para la vegetación ribereña, la formación del cauce, la descontaminación de las
aguas (humedales) y la configuración del espacio biofísico de muchas especies del
ecosistema fluvial (Palau, 2003). Proveer un régimen de caudal ambiental no tiene
como fin simular un río prístino puesto que un sistema regulado, por definición, no
puede reproducir todos los aspectos del caudal natural y proveer al mismo tiempo los
usos humanos que compiten entre sí. Parte del reto en la definición de los caudales
ambientales radica en determinar cuales de sus elementos son decisivos para alcanzar
los objetivos identificados en el río (Dyson et al., 2003).

Problemas asociados a la gestión del recurso hídrico


ƒ Equilibrar las demandas para los seres humanos y la naturaleza: Las
necesidades de agua de los sistemas acuáticos y de la sociedad tratarse
conjuntamente para mantener o restaurar la integridad del ecosistema (Baron et al.,
2003). El tema no consiste en considerar si es un lujo establecer caudales
ambientales, sino, el costo para la sociedad de no establecerlos y por cuánto tiempo
(Dyson et al., 2003). Según Guerrero et al (2006), los ecosistemas son reguladores
importantes de la cantidad y calidad del agua; para realizar estas funciones, requieren
protección y gestión, sin lo cual se generarían serias consecuencias ambientales,
sociales y económicas.
ƒ Contaminación del agua: Además de las constantes descargas de contaminantes
y de alteración/ocupación de riberas y márgenes fluviales, se agrega la reducción en
los caudales, la ausencia de crecidas periódicas (en ríos extremadamente regulados),
que empeoran los actuales escenarios de contaminación y de destrucción del medio
acuático y ribereño (Aguirre & Begoña de Vicuña, s.f). El control de la
contaminación es necesario para solucionar uno de los problemas mas grandes que
presentan los ecosistemas de agua dulce, pero es insuficiente, si el caudal de agua no
esta disponible en el momento justo, o si el cauce ha sido severamente degradado
(Baron et al., 2003). El término de contaminación, según La Directiva Marco del
Agua (Directriz en materia de aguas dentro de la Unión Europea), debe integrar los
aspectos de calidad biológica, fisicoquímica e hidromorfológica de las aguas; es por
ello que, desde el punto de vista ecológico un ambiente estará contaminado cuando
las características bióticas y abióticas estén alejadas de un modo critico de lo
correspondiente a su estado natural
ƒ La variabilidad y el cambio climático: diariamente, la VC y el CC están
cobrando importancia significativa; sus impactos específicos son difíciles de
identificar pero en los sectores más vulnerables de la sociedad, son mas evidentes sus

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señales (Garcia et al., 2007). Todas estas variaciones del sistema climático tienen
notables efectos en el ciclo hidrológico, porque están estrechamente ligadas en un
sistema complejo de retroalimentación; de tal forma que los cambios en el clima
inducen modificaciones en los sistemas hidrológicos, que a su vez inducen
variaciones ecológicas (IPCC, 2001; UNEP, 2004). Esto conducirá a cambios en la
disponibilidad hídrica que implicarán una mayor competencia por los RH, mayor
intensidad y duración de las sequías, así como una mayor probabilidad de
inundaciones con sus consecuentes efectos en disponibilidad y calidad del agua.
Todos estos procesos afectarán seriamente la funcionalidad y estructura de los
ecosistemas, especialmente aquellos que ya se encuentran degradados (UNEO, 2002).
En este contexto la definición de un RQA, sirve como estrategia de adpatación
adaptación al cambio climático, pues éste afectará no solo la disponibilidad hídrica,
sino todos los ecosistemas asociados al río. Se reconoce desde hace mas de una
década que existen fuertes vínculos entre los procesos ecológicos y las variables
hidráulicas, hidrológicas, termales, sedimentológicas del río y que los patrones
dinámicos de caudal que se mantengan dentro del rango natural de variación
promoverán la integridad y sustentabilidad de los ecosistemas de agua dulce. A largo
plazo, los ecosistemas intactos tienen más probabilidad de conservar la capacidad
adaptativa para mantenerse y mantener la producción de todos los bienes y servicios
que nos presta, de cara a las alteraciones ambientales futuras, tales como el CC
(Baron et al., 2003).

Conceptos equivocados en la determinación del régimen de caudal ambiental


ƒ Considerar el caudal ambiental un dato puntual: En AL la mayoría de las
reglamentaciones y metodologías adoptadas por consultores y especialistas en
recursos hídricos, son reproducciones de normas Europeas y Norteamericanas,
fundamentadas en simplificaciones a veces extremas de los métodos científicos y su
objetivo esta más enfocado a definir ‘caudales ecológicos’ 1 mínimos a partir de
porcentajes directos del caudal medio anual o expresiones simples. Por ejemplo, el
criterio de definir el ‘caudal mínimo puntual’ como el 10% del caudal medio anual de
la Legislación Suiza, desconoce que los ríos tienen una variabilidad hidrológica
natural de la cual dependen y a la cual están adaptadas las especies acuáticas y todo el
ecosistema fluvial. Así mismo, desconoce que los caudales elevados sirven de
purificadores del agua, de refugio y contribuyen la a morfología del río. Para
mantener un ecosistema fluvial es fundamental la variabilidad en la cantidad, calidad,
periodicidad y duración del caudal. Un régimen de caudal ambiental debe tener en
cuenta una caracterización del patrón de caudal natural o histórico, porque son
críticos para la regulación de la productividad y la diversidad biológica en los ríos.
ƒ Considerar los caudales ambientales como medio de dilución de carga
contaminante: Algunas veces, se confunde RQA con el caudal necesario para diluir
carga contaminante y mejorar la calidad del río; un río contaminado requiere acciones
previas para recuperar sus condiciones antes de aplicar una metodología para
determinar el RQA, pues este supone una condición de aguas no contaminadas”. Sin

1 Nombre dado en la mayoría de las reglamentaciones Latinoamericanas

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perjuicio de lo anterior, una disminución de caudal afecta la capacidad de dilución y
autodepuración de los ríos, lo que empeora los actuales escenarios de contaminación
y destrucción de la comunidad biológica existente en el río además de afectar los
servicios que presta el ecosistema fluvial.
ƒ Considerar que el caudal ambiental solo aplica al río y no a la cuenca
hidrográfica: Los ríos están íntimamente ligados a la cuenca de las que forman parte,
y están fuertemente influenciados por los usos y modificaciones que se hacen en
ellas; cualquier alteración en la cuenca puede tener un efecto en el ecosistema fluvial
(Aguirre & Begoña de Bicuña, s.f; Baron et al., 2003). Debe considerarse el río y la
cuenca en su contexto, lo que significa examinarla desde sus fuentes hasta los
entornos costeros y de estuarios, incluyendo humedales, llanuras inundables y
sistemas conexos de aguas subterráneas. Así mismo, los valores ambientales,
económicos, sociales y culturales en relación con el sistema total. Ya no es admisible
considerar al río como sistema que transporta agua, a modo de canales o tuberías y
entender al río como productor de agua es como entender el bosque sólo como
productor de Madera (Teresa Villarino – citada en Gómez Orea, 2003). Para
mantener un río saludable, además de intervenir puntualmente el río, se requiere de
una adecuada gestión integral de recurso hídrico a nivel de cuenca hidrográfica
(Dyson et al, 2003).

Problemática asociada a la determinación del régimen de caudal ambiental


ƒ ¿Existe una única metodología?: Existe un gran número de metodologías para
establecer los caudales ambientales; entre los criterios para escoger un método,
enfoque o marco específico están el tipo de intervención (p.e. extracción,
construcción de represa, acueducto, etc), competencia, tiempo y dinero disponibles,
así como el marco legislativo dentro del cual deben establecerse los caudales (Dyson
et al., 2003).
ƒ Dificultad en la aplicación: De las metodologías desarrolladas a nivel mundial,
existen algunas más complicadas que otras para su aplicación; algunas están basadas
en el conocimiento de la variación del hábitat físico para los peces fundamentalmente,
en la conservación de la biodiversidad a lo largo del continuo fluvial y otras simples o
de escritorio que hacen uso de información hidrológica histórica. Todas poseen bases
científicas y han desarrollado distintos procedimientos de cálculo, que tienen mayor
alcance cuanto más disponibilidad de datos existe.
ƒ Caracterización biológica del tramo fluvial: Algunas metodologías
especializadas como el IFIM (Metodología Incremental para la asignación de
caudales - Instream Flow Incremental Methodology -IFIM), establecen como QA
uno referido a la comunidad de peces presente en el ecosistema acuático. La mayoría
de sus aplicaciones en USA y España han tenido como especie objetivo los
salmónidos, pero se podrían aplicar en aquellos ríos donde las especies de relevancia
no son necesariamente los salmónidos?. Los ríos Colombianos presentan una gran
diversidad de especies piscícolas, y de otros grupos de vertebrados: anfibios, reptiles
y mamíferos y por supuesto de invertebrados y de flora acuática. Esto no implica que
haya que establecer un régimen distinto para cada grupo, sino que el régimen de

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caudal que se adopte debe ser idóneo para el mantenimiento de la comunidad
faunística y florística en su conjunto.
ƒ Prevalencia sobre otros usos: El régimen de caudal ambiental debe tener
prevalencia sobre cualquier otra demanda y debe considerase una restricción al uso
humano, pues este caudal garantiza un río en buenas condiciones, asegurando a su
vez los múltiples servicios de provisión, regulación y culturales que brinda el río y el
ecosistema fluvial asociado.
ƒ Conflictos con otras concesiones: Cuando el caudal del río se encuentra
concesionado, la obligatoriedad de mantener un régimen de caudal ambiental en un
tramo particular entra en conflicto con los usuarios actuales del agua en la cuenca.
ƒ Disponibilidad de caudales de agua: La determinación de un régimen de caudal
ambiental no es suficiente para la verdadera gestión fluvial; el verdadero problema es
garantizar la disponibilidad real de agua suficiente (tras las derivaciones humanas
necesarias) para lo que se puede llamar la “demanda del ecosistema”. En algunas
ocasiones puede tenerse una reducción de caudal por causas naturales (VC, CC, y/o
anomalías de ciclos cortos), en estas situaciones, el concepto de caudal ambiental se
ve forzado y llevado a condiciones de anormalidad, por lo que los criterios para su
establecimiento habrán de quedar condicionados al alcance de esta situación.
ƒ Disponibilidad de datos: Es necesario hacer un seguimiento de los caudales
establecidos con el fin de comprobar la idoneidad de los métodos y conocer mejor el
medio fluvial y de la cuenca hidrográfica, para analizar los mecanismos de
regulación y de afección sobre el ecosistema. De este modo es necesario conocoer,
entre otros, aspectos geomorfológicos, calidad del agua, monitoreo biológico,
transporte de sedimentos y aportación de aguas subterráneas (Riestra, 2006; Aguirre
& Begoña de Bicuña s.f.).

Ecosistemas vulnerables
A continuación se describen algunos ecosistemas asociados a los caudales
ambientales, ya que muchos de ellos están interconectados y por lo tanto pueden
verse afectados por la alteración de los regimenes de caudal o afectar la
disponibilidad hídrica en una cuenca.

ƒ Páramos: Los páramos son ecosistemas únicos de las altas montañas tropicales,
que tienen un incalculable valor e importancia como fuente de recursos hídricos,
biodiversidad, paisajes y otros servicios que brindan al hombre bienestar y vida
(Morales & Estévez, 2006). En Colombia los páramos aportan una porción
importante del agua potable porque la mayoría de los ríos tienen sus cabeceras en
ellos. Este es uno de los ecosistemas con mayor afectación antrópica del continente.
A pesar de su topografía abrupta, las condiciones climáticas de las cordilleras han
resultado bastante favorables para el establecimiento de la mayor cantidad de la
población humana, lo que ha provocado la disminución progresiva de escenarios
naturales por el ascenso de la frontera agrícola, la deforestación, las quemas y las
actividades ganaderas inadecuadas para estas zonas, que están ocasionado un grave
peligro a los páramos y a las funciones ambientales que prestan (Van der Hammen,
1997). La amenaza externa más grave para los ecosistemas de alta montaña es el CC,

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que esta ocasionado la pérdida de los glaciares de las zonas más altas debido al
aumento en la temperatura.
ƒ Humedales: Figuran entre los ecosistemas más productivos de la tierra y son
fuente de diversidad biológica, pues aportan el agua y la productividad primaria de la
que inumerables especies vegetales y animales dependen para su supervivencia. Las
interacciones de los componentes físicos, biológicos y químicos de un humedal, como
los suelos, el agua, las plantas y los animales, hacen posible que el humedal
desempeñe muchas funciones vitales, como por ejemplo: almacenamiento de agua;
protección contra tormentas y mitigación de inundaciones; estabilización del litoral y
control de la erosión; recarga de acuíferos; descarga de acuíferos; purificación de las
aguas mediante la retención de nutrientes, sedimentos y contaminantes; y
estabilización de las condiciones climáticas locales, particularmente la precipitación y
la temperatura (Ramsar, 2000). Estos ecosistemas naturales tienen la importante
función de amortiguar el CO2, por tanto, la supervivencia de estos ecosistemas
cuasicerrados es vital para evitar el aumento de los gases invernadero y la
intensificación del CC (Ayala-Carcedo, 2002). Las características estructurales y
funcionales de los humedales están directamente o indirectamente relacionadas con el
régimen hidrológico (Gilman, 1994). Su conservación requiere que se garanticen sus
necesidades hídricas, tanto en el aspecto cuantitativo como en el cualitativo, pues
hasta ahora estos ecosistemas han sido tratados de forma utiliraria: servían para
conseguir objetivos económicos únicamente, han sido considerados lugares insalubres
y, por consiguiente merecedores de su desaparición (hace más de 60 años, la ley que
decía aquel ciudadano colombiano que fuera capaz de desecar un ambiente de laguna
o de ciénaga se le otorgaba la propiedad de esas tierras como compensación) o
transformación (canalizaciones para ganar terrenos de las llanuras de inundación para
aprovechamiento agrícola) (Ayala-Carcedo, 2002).
ƒ Estuarios: En estos ecosistemas existe un gran intercambio de materiales como el
agua, la salinidad, los nutrientes, los sedimentos y los organismos vivos. Estas
características, permiten que se presente una gran diversidad de ambientes o hábitats.
La forma y tamaño de los estuarios guardan una estrecha relación con el caudal de los
ríos, la diferencia de elevación de las mareas y la geología de las formaciones
aledañas (INVEMAR, 2000). Los estuarios son ecológicamente productivos,
biológicamente diversos y climáticamente y físicamente atractivos, por lo tanto
preferidos para los asentamientos humanos. Los estuarios a su vez, con los
receptáculos finales de todos los factores naturales y humanos que afectan una
cuenca, perturbando el hábitat de muchas especies y destruyendo la vegetación
presente en ellos. Los estuarios también se han visto afectados por la construcción de
obras hidráulicas en los ríos y por la extracción excesiva de sus caudales para le
consumo humano y los diversos usos del agua, afectando la calidad y cantidad del
agua que llega a la costa. Considerando que la población va a seguir creciendo y con
ello las necesidades de agua y alimento, la presión sobre los estuarios y las zonas
costeras continuara creciendo.
ƒ Vegetación ribereña: Las especies propias de estos ambientes tienen una gran
exigencia de agua frente a las que se encuentra en los entornos circundantes y
régimen hídrico es uno de los factores más importantes que influencian la estructura y

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composición de la vegetación de las riberas (Arthington & Zalucki, 1998). Mitsch &
Gosselink (1986) afirman que las crecientes y el agua subterránea son los principales
determinante de la tipo de vegetación riparia y la productividad de la misma. Las
fluctuaciones naturales entre caudales altos y bajos, generalmente producen una
cubierta vegetal con una riqueza alta en especies y una alta densidad de vegetación en
el ambiente (Wisheu & Keddy, 1989). Sin embargo, cuando se presentan
desviaciones del régimen natural de caudales la riqueza de las especies y la cubierta
vegetal se reduce (Nilsson et al., 1991). Algunos de los factores que causan esos
deterioros son: sequías, caudales altos/bajos sostenidos por largos períodos de tiempo
(centrales hidroeléctricas), desviaciones del caudal (Arthington & Zalucki, 1998).

Conclusiones y Recomendaciones
ƒ Es necesario introducir en los actuales planes de cuenca, y en sus futuras
revisiones, así como en los reglamentos y planificaciones, el establecimiento de
planes de gestión específicos destinados al mantenimiento y mejora del buen estado
ecológico.
ƒ El concepto de RQA no deber ser tenido en cuenta como un elemento final de
análisis en la recuperación de espacios degradados, sino que debe integrarse en una
actuación preventiva mediante un análisis global.
ƒ Es necesario considerar que los diferentes cuerpos de agua están complejamente
interconectados e interrelacionados, presentan variabilidad a lo largo del año y son
distintos según las condiciones climáticas, morfológicas y litológicas de la cuenca,
además de estar fuertemente influenciados por las actividades humanas desarrolladas
en la misma.
ƒ Los caudales ambiéntales no son caudales caprichosos propuestos por ecologistas,
nacen como una obligación moral del hombre para con la naturaleza y para con el
mismo. De ahí que deba considerarse su designación como elemento fundamental en
los planes de ordenación de cuencas e inmersos en una GIRH.
ƒ El mantenimiento de los caudales ambientales garantiza un respeto por la
funcionalidad de los ecosistemas acuáticos y no puede ser considerado un problema
al uso del agua, sino una solución frente al abuso de unos pocos.
ƒ Reconciliar las necesidades de agua de ecosistemas acuáticos con otras
utilizaciones de agua significará, por tanto, decidir a menudo qué usuarios tendrán
que ceder ante las necesidades de estos ecosistemas. Los costos asociados con estas
elecciones los sobrellevarán tanto los ecosistemas acuáticos río abajo como los
usuarios de agua.
ƒ Quitarle a un río o a un sistema de agua subterránea caudales en exceso, no sólo
perjudica todo el ecosistema acuático, sino que también amenaza a las personas y
comunidades que dependen del mismo.
ƒ Se requiere la actualización de las técnicas para la adecuada determinación del
régimen de caudal ambiental, un marco legal acorde con esta nueva concepción, y
una percepción social de la necesidad impostergable de establecer unos niveles que
garanticen la sostenibilidad ambiental de los ecosistemas.

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