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El lectoespectador 111


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influjos rastreables en el arte, sobre todo en el arte literario.


a Vattimo escribió que «es muy probable que también hoy
los rasgos más relevantes de la existencia, o (... ) el
característico de nuestra época se anuncien y antici-
pen, de manera particularmente evidente, en la experiencia
estética». Con lo cual, si tenemos un peque o ensayo sobre
esos cambios sociotecnológicos y un ramillete de textos sobre
literatura actual, en teoría uno debería iluminar a los otros,
diría esto en general y de y viceversa. La exposición sucesiva y alternativa de sus partes
manera incondicional, sin du- debería dotarlos de una nueva dimensión y justificar esa
da, pero también habida cuen- hipótesis de la influencia inmediata de ciertos cambios so-
ta de lo que hablamos en este ciotecnológicos en nuestra cultura, para bien y/o para mal
momento, a saber, un cierto (ni todos los cambios son buenos ni tiene por qué serlo su
desarrollo de la tecnología del asunción cultural, por supuesto). A la pregunta de si la hi-
archivo, y de lo que ese desa- pótesis es o no cierta, las páginas que siguen intentan ser una
rrollo nos intima a pensar. aproximación a una respuesta que, en todo caso, será vaci-
lante, llena de dudas y dialéctica y crítica consigo misma. El
JACQUES DERRIDA.
objetivo último de este libro no es tener razón (ni el de su
autor), ni plantear dogmáticamente modos de entender lo
que está pasando, ni proponer recetas. El objetivo es pensar
sin más, porque pensar es, rn sí mismo, indeclinable. El
El ensayo que tiene en las manos el lector es, en realidad,
propósito, en consecuencia, es realizar una simple y humilde
la suma de dos textos paralelos y, por ello, una suerte de
fotografía de nuestro tiempo.
experimento. Ninguno de mis ensayos, para ser justos, es
demasiado ortodoxo y contienen
Sonría .
poemas, continúa después de la bibliografía supues-
tamente final), pero aquí se intenta una síntesis superadora
entre dos líneas de investigación. Más socioestética una -
que sería continuación de literaria la otra, en la
senda de Llevo a os sosteniendo que los cam-
bios que se están produciendo en la sociedad, fulminantes y
paradigmáticos en algunos casos, están provocando una di-
námica de flujos, prácticamente con las prácticas
culturales y literarias.
Siguiendo esta terminología fluida o deslizante, más
apropiada que la antigua de ciertos movimientos
sociales, artísticos y tecnológicos tienen espacios de influen-
cias unos en los otros, y aquí nos interesan aquellos flujos e


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mano». Si aún viviera la poeta portuguesa su angustia aca- tencia matérica y una altura de muchas plantas. Incluso los usuario en distintas páginas eb (Facebook, outube, Flickr,
baría, porque parece que la tecnología está devolviendo al lugares en que la miseria impide tener un ordenador y no etc.), de modo que cruza los datos de todos los usuarios y
hombre a esa civilización donde la técnica es hay red eléctrica son barridos por el estrato invisible de las hace sus perfiles, alimentando (de ahí el nombre,
también la primera: un estudio sobre el efecto de las tecno- ondas satelitales: Pangea está ahí, aunque no haya receptor significa alimentar) la información que en determinados
logías en los jóvenes publicado a mediados de 200 , encar- para captarla. momentos esas páginas necesitan; de modo similar, T eet-
gado conjuntamente por Microsoft, Viacom, MTV y Nicke- deck homogeneiza al instante las entradas en distintas redes
lodeon, nada menos, llegaba a algunas conclusiones que sociales (T itter, Facebook, MySpace, etc.). Apple sería el
deberían hacernos pensar, por ejemplo ésta: «la gente joven ejemplo perfecto de una empresa que se ha convertido en
no ve la tecnología como una entidad separada; es una parte multinacional gracias a su capacidad de cruzar información
orgánica de sus vidas», según Andre Davidson, vicepresi- Algo despierta o le decimos y posibilidades. La música se desliza de sus servidores al
dente de MTV. Este cambio brutal de percepción del entorno despertar a eso que ocurre. La programa iCloud, o al iTunes instalado en los Mac. De ahí
(lo tecnológico como sin separación; lo en- conciencia de una continui- puede escucharse con su reproductor estándar, el QuickTi-
tendido ya sin distinción como lo relativo a los dedos y a la dad. La conciencia que es esa me, o pasarse al iPad o al iPod, el conocido dispositivo móvil
instrumentación de medida de números, al mismo tiempo), continuidad. Esa continuidad que permite escuchar música en la calle, haciendo deporte o
es uno de los síntomas claros de ese nuevo mundo que es a la que llamamos conciencia. en el coche, conectándolo como equipo externo. La tecnolo-
Pangea. Por cierto, que los publicistas de Coca-Cola, autén- En fin, que se repite la sensa- gía ha creado un sistema de continuidad total, que ya no
ticos radares de cambios, emitían por las mismas fechas un ción de continuarse algo ahí requiere ningún soporte físico: de forma líquida, la música
anuncio donde una chica tomaba la bebida y su brazo se donde lo habíamos dejado. almacenada por Apple viaja por las fibras ópticas hasta llegar
convertía en una extremidad cyborg, bajo el lema «saca tu a nuestro coche, lector o auriculares, sin que ningún disco,
mano». La metáfora apunta a un nuevo monismo, a través vinilo o DVD haya tenido que ser grabado, quemado o
de la ampliación del concepto de cuerpo; una ampliación con una huella física .
que incluye el como las «esculturas estomacales» de Esa continuidad a la que hemos aludido, y que irá Otra forma de permeabilidad entre contenidos es el que
Stelarc o los de Christian Bok (poemas inscritos guiando, en proteicas transformaciones, todo nuestro ensa- posibilita la plataforma Copia (http:// .thecopia. com/
en el ADN de bacterias extremófilas). yo, nos parece el desiderátum tecnológico de nuestro tiempo. home/index.html). Copia permite compartir no sólo lib os
De la misma manera, nuestro mundo es ahora Así lo demuestra el hecho de que varias compañías, tanto en todo tipo de formatos (Internet, teléfonos, lectores digi-
interior y exteriormente; la Tierra se ha convertido digitales como convencionales, están trabajando desde hace tales, iPads, etc.), sino también compartir sus Plan-
un planeta cyborg, recubierto de una carcasa metálica o ai os en permeabilizar la vida de sus clientes y convertir su teada como una aplicación social, gracias a Copia los usua-
digital -pero formada por una red espinosa actividad de interrelación en un constante flujo informativo. rios leen un libro determinado, pero también los comenta-
interminable (donde cada punta es un ordenador), que llega Por ejemplo: SugarSync, un producto de la marca Sharpcast, rios, subrayados o anotaciones al margen del mismo hechos
a varios miles de millones de hogares; una gran capa estrati- almacena todos los datos y perfiles de los distintos aparatos por otros lectores de la misma plataforma, a los que pueden
gráfica de edificios inteligentes, centros comerciales, espacios de sus clientes, de modo que si un usuario apunta en su responder y a los que pueden añadir los suyos propios. El
públicos cubiertos y homogeneizados por el hormigón ca- Blackberry un número de teléfono o una dirección electró- resultado es una especie de comunidad de lectura (otro ejem-
bleado, la digitalización y el aire acondicionado (lo que em nica, el sistema actualiza automáticamente el Mac de su casa, plo sería Goodreads), donde la valoración y puntuación de
el teléfono móvil del coche y el PC de su despacho, sin
Koolhaas llama el el «Espacio Basura»). El resul- otros usuarios de Copia ayuda a elegir libros; los gustos de
tado es una coraza metálico-electrónica que en unas partes necesitar introducirlos cada vez en los diferentes terminales. los lectores con los que uno sienta mayor afinidad o sintonía,
del planeta no existe más que en la delgada e invisible forma Otros sistemas similares de sincronización serían Dropbox, a la luz de sus opiniones, pueden orientar a la siguiente
de la cobertura de los teléfonos móviles y el alcance de las Live Mesh, Syncplicity o BelnSync. Fuera de las tecnologías compra. El global de comentarios de lectura sobre un libro
ondas de radio, pero que en otros sitios tiene notable consis- móviles, FriendFeed es un portal que integra los perfiles del

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otorga a éste una nueva dimensión, al formar una enorme Junto con el cambio del espacio se ha producido autores como José Luis González Quirós y Karim Gherab
glosa interactiva sobre algunas de sus partes, o sobre el texto también un cambio de la percepción del tiempo. no de los Martín, quienes exponen en
entendido como un conjunto. gurús estéticos de Pangea, el ciberautor lvlark Amerika, (2006) que más que elegir entre
Esta tendencia al flujo horizontal y a la falta de jerarquía apunta en (200 ) que el tiem- información y conocimiento, la tecnología nos ha creado el
también ha llegado al modo de construcción del conoci- po de la literatura digital es un «tiempo real asincrónico», problema de que asistimos a «la creación de un
miento. Luego abundaremos sobre ello, pero la organización término que denomina «un indeterminado espacio de la en el que coexistan todos los documentos que han sido
misma de los también tiene su importancia, porque mente que te hace parecer que ives en un permanente estado escritos con voluntad de saber», lo que implica «plantear con
toda obra cultural, en alguna fase de su existencia, se consti- de jet-lag - u n oscilante y antípoda que desafía el nuevo vigor algunas de las preguntas esenciales en relación
tuye como un archivo. Por eso es importante seguir las ten- "aquí, ahora y en todas partes" - mientras acoge la pasión con qué es el conocimiento, cómo se organiza, cómo se refina
dencias en cuanto a la organización informática de ficheros, de los momentos que te atraviesan cuando continúas creando y cómo se extiende».
archivos y bases de datos: dan muchas pistas sobre cuál es la en línea tu obra en marcha». Estas nuevas coordenadas di- Lo que me interesa de estas visiones es que aquellas
consideración de nuestros logros. la tendencia actual pa- mensionales (o más bien su están cambiando el provenientes de escritores son tan sensatas y profundas como
rece dirigirse hacia la ausencia de jerarquía archivística y el arte y la literatura, y está más claro que nunca que «la nueva las aportadas por filósofos, lo que implica que ha cam-
fomento de su condición horizontal e igualitaria. Dos profe- fuente de poder no es el dinero en manos de unos pocos, biado, y es que todos los involucrados activamente en Pangea
sores de Harvard, Margo Seltzer y Nicholas Murphy, presen- sino la información en las manos de muchos» (Naisbitt). saben que su acción y su preocupación (su
taron en 2009 un nuevo modo de guardar archivos en el Científicos como Vlatko Vedral sostienen que es la informa- sobre el tema ayudan de cierta forma a conformarlo, porque
ordenador, llamado HFSD, siglas en inglés de «los sistemas ción lo que compone el universo, y W. J. Mitchell ya había las interpretaciones sobre algo que es a la vez realidad y
jerárquicos de archivos han muerto». En un texto que ha indicado en (1999) que «la revolución digital consis- simulacro son también parte de su esencia.5 Quiero decir
tenido amplísima repercusión, los autores defienden que los te, esencialmente, en una nueva relación entre el hombre y que en una era de muchedumbres electrónicas y votos ins-
sistemas antiguos de almacenaje, desde las Jerarquías prede- la Información». A. Fernández Mallo ha expuesto que «antes tantáneos, la opinión cuenta a veces tanto como un antiguo
terminadas por el sistema operativo hasta las bases de datos, el flujo era: desde la intimidad del autor (su eru- poder Los perfiles de los partidos políticos en 1 vitter
son antinaturales, difíciles de manejar por su abstracción y dición y sus psique, mito romántico) a la exterioridad de los intentan desesperadamente que sus consignas o ideas se
complejidad y no responden a estímulos reales de organiza- lectores y la sociedad (la información). (... ) hoy el flujo conviertan en o «temas del momento», con la
ción por parte del usuario. De ahí que hayan creado un sería en cierto modo inverso: desde la exterioridad de la intención de dirigir la conversación en masa.
sistema donde el etiquetado de datos, que se incorpora a la información (publicidad, red, cine, etc.) a la interioridad del
en octetos de los archivos, sea el modo en que los autor, que rehace a su antojo toda esa información que des-
interesados puedan a los archivos para luego bus- pués devuelve transformada». Es una forma de verlo; otra es
carlos correctamente. pensar, como Marc Augé, que el conocimiento ha sido sus-
tituido por el de la imagen. na tercera es la Estamos en un momento de cambio, lo que se advierte
visión del escritor mexicano Adrián Curiel ivera, que ima- en ciertas resistencias incomprensibles. Cuando un dictador
gina una distopía llamada « rbarat 5 l» donde «las imáge- político (el de Bielorrusia), un descendiente de ockefeller y
nes y la información indiscrin:inada habían sentado sus rea- un conocido filósofo francés coinciden en que «hay que hacer
El ser humano es materia les en la vitalidad del presente del hombre; se habían im- descarrilar Internet» (Finkielkraut,
información. puesto de una manera tan eficaz y apabullante sobre cual- es que hay algo que provoca un colapso de la
quier otra forma de comunicación y entendimiento que per- razón, una o mala lectura de la naturaleza o de la
M . HO ELLEBECQ, profundidad de los fenómenos en marcha. Existe una con-
sistir en actitudes socialmente estériles, como la lectura de
textos literarios constituía, además de una necedad intolera- fusión en el imaginario que no permite a algunos ver dónde
ble( ... ) un retroceso histórico». na cuarta mirada es la de están las realidades que pueden y deben ser bien utilizadas y


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soll siempre me ha parecido absolutamente capital, por las que pasan velozmente
consecuencias que implica en muchas ramas del conoci- ante nuestras pupilas,
miento, sobre todo sociológicas y artísticas: no hay espacio para un pensamiento.

El automóvil ha intervenido ya en los modelos urbanos como El conocimiento preexperiencial (,,primero la


una serie de cortes de montaje. La adaptación de la forma urbana existencia, después la esencia», decía Sartre) del que proviene
a las necesidades automovilísticas de velocidad, accesibilidad y el conocimiento de base se adquiere a través de una percep-
aparcamiento provocó una crisis semiótica en el significado ción fractal, fragmentaria, sucesiva. En principio, el hombre
tanto del limitado espacio perspectivo de la ciudad como en la ve igual que ante una pantalla de ordenador: percibe una
condición colectiva y teatral de ese espacio(. . ) La movilidad de serie de realidades que sólo entiende mediante una seriali-
la cámara cuando toma vistas panorámicas o la agi- zación, tras efectuar un con los ojos. En tanto en
lidad narrativa con que las películas cortan de un plano a otro
cuanto el hombre ha seriado esa percepción y con ella su
dentro de una misma escena, o cortan una escena para pasar a
otra distinta, ayudó a que las masas se familiarizasen con una pensamiento, que no depende ya de su capacidad de abstrac-
forma de percibir fragmentaria, tan distinta del espacio pers- ción, sino de una percepción visual, videística (antinocionís-
pectivo del trato, un modo de conocimiento que se ha multipli- tica) del conocimiento, nos encontramos con que la idea de
cado con la aparición del mando a distancia televisivo. 6 la globalización, la falsa aldeanización de que hablaba Ma-
cLuhan, se ve minada desde su mismo concepto. Es n:uy
Estas reflexiones, que Manuel Delgado plantease a su difícil mirar de forma puesto que más o menos próxi-
Siempre he pensado que la modernidad de una manera en ( 1999), tienen una aplicación mos, más o menos lejanos (acercados al espectador por los
literatura (de una narrativa, de una forma de componer secundaria evidente: de la misma forma a la expuesta por el medios analógicos o digitales), los distintos hechos que
poesía) radica en el modo en el que el escritor la forma arquitecto, la percepción visual a ritmo de 2 imágenes o producen en nuestro mundo no llegan a ser captados por el
personal y extemporánea en que observa su realidad con por segundo, determina una concepción secuencial ciudadano de un modo crítico; únicamente le llegan de forma
ojos nuevos. No hace mucho me desconcertó que el peruano de pensamiento, análoga a la forma misma de conformación serializada, esto es: sucesiva, acrítica; disgregados como un
Martín Adán (seudónimo de afael de la Fuente Benavides) de nuestro cerebro como secuencia de impulsos eléctricos puzle en que cada pieza no está a la vista de las otras de su
pudiera escribir, nada menos que en 1928, esta descripción: que circulan entre neurotransmisores, dentro del «supersis- grupo. El espectador domesticado ignora que cada informa-
«desde un millón de puntos de vista, en un tango largo como tema de sistemas» que es el cerebro (Damasio). Para el agudo ción es parte de un rompecabezas analítico que debe ser (re)
un rollo de película, filmaba una vitrola a cámara lenta el Schopenhauer de los ,,nuestra con- construido, e ignora que debe saberlo. «El mecanismo de
balneario -amarillo y desolado como un caserío mejicano ciencia es comparable a una en cuyo foco nuestro conocimiento común es de naturaleza cinematográ-
en un fotofolletín ganaderesco de Tom Mix-». En nuestro sólo puede haber sola imagen a cada vez»; más adelante fica», dijo Henri Bergson. El sociólogo Krugman, como re-
mundo pangeico, además, nos topamos con el problema de habla de la «simple dimensión de la secuencia de represen- cuerda Derrick de Kerckhove, postuló la tesis de que los
ya no hay una sola realidad a la que mirar, sino que hay más taciones» (Mamotreto II). Es:as anotaciones escritas entre ni os crecidos con la televisión desarrollan un incompleto
bien, como ha explicado Vattimo, varias simultáneas. De ahí 1826 1828 nos resultan particularmente preciosas por re- aprendizaje como si el mundo fuera una
que nuestro modo de percibir no haga más que cambiar, ferirse a El poeta José Angel pantalla, lo que les obliga a una pá-
apresurado por las nuevas tecnologías y por las nuevas for- Valente, siglo medio después, incluye estos versos en un gina para poder deducir su sentido total. Paul Virilio com-
mas de vivir en sociedad. Comenzando por estas últimas, el largo poema dedicado a su primera experiencia de viajar en para esta lectura de la realidad con la de las picnolepsias o
siguiente párrafo del arquitecto e historiador ichard Inger- tren: que tienen algunas personas, especialmente ni11os,
quienes acaban entendiendo confusamente las situaciones al
Casi, entre dos imágenes haber asistido conscientemente sólo a una parte de su <lesa-


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a la realidad de una era comienzan a cambiar, de forma casi Esto es lo que está pasando en este mundo científicos contemporáneos, algo que demuestra una saluda-
inmediata los artistas comienzan a hacerse eco del cambio e alterado por el empuje de las nuevas tecnologías, al que ble y un modo perceptivo y epistemológico
incorporarlo a sus creaciones. Para explorar las diferencias, denominamos Por todo ello, comienza a ser necesa- válido de acercarse a lo real. Como seúalase el científico
veamos cómo concebía hace veinte aúos Guillermo Carnero ria una poética, una teoría estética que conjugue todas estas Steven Pinker, a partir de 1950 se produjo la llamada
del poeta: nuevas realidades y su diálogo con las realidades artísticas. unificadora de ramas distintas del
Si Nathalie Sarraute recogía en uno de sus ensayos la opinión conocimiento como la ling ística, la informática y la filosofía
de William Bu rroughs de que los escritores deberían tornarse de la mente, bajo unos postulados que seúalan que «las
más científicos y más creativos los hombres de ciencia, ahora creencias y los recuerdos no son otra cosa que información,
podríamos decir que, ambos tendrán que ser más la cual reside en ciertas estructuras y patrones de actividad
tecnológicos, más conscientes de la importancia que las tec- del cerebro». En efecto, hacia mediados de los aúos sesenta
nologías tienen en sus vidas, en sus modos de conocimiento eran ya visibles numerosos procesos de artes «intermedia»,
y de las nuevas posibilidades expresivas que les ofrecen. A en que palabras e imágenes se unían (tanto por escritores
Hoy creo - y desde luego en mi caso es a s í - que lo que pesar de que esta colaboración parece lógica, y aunque el uso como por artistas visuales) a la hora de configurar la repre-
arriba en la mayoría de los casos a la mente es una y de las tecnologías es cotidiano y abrumador (los últimos sentación. A este acostumbramiento ayudó también la difu-
que esa imagen es lo que el poeta intenta comunicar mediante estudios sei alan que en Espaúa hay ya más teléfonos móviles sión de los libros ilustrados, que vienen acostumbrando a los
el efecto sonoro buscado al efecto. Dudo que los poetas de que habitantes), detectamos en el ambiente cierta resistencia, niúos a leer y ver imágenes al mismo tiempo, y la populari-
mi edad o más jóvenes utilizaran la palabra «música» para cierto distanciamiento por no decir desapego a recibir en los zación de los cómics y novelas gráficas. En el mismo sentido,
explicar su proceso creativo. El pensamiento es cada vez más textos literarios lo tecnológico. Como ha expuesto el filósofo escribía Gore Vida!, anunciando lo que vendría un poco más
En citábamos una significativa frase José Luis Molinuevo, uno de los investigadores humanistas tarde:
de Julio Cortázar: ,,no era pensar, me parece que ya te he más empe1)ados en el reto de elaborar lo que aquí planteamos
dicho muchas veces que yo no pienso nunca; estoy como como razón pangeica, «la incomunicación de los valores
parado en una esquina viendo pasar lo que pienso, pero no tecnológicos y humanistas es drástica por el desconocimien-
pienso lo que veo». Similar es el modo de expresarlo de un to mutuo». ara vez, y salvo excepciones claras como los
personaje de Mercedes Soriano: «yo respondía "pienso", pero narradores en Estados nidos o los casos de a-
en verdad no pensaba nada, no creo que ni supiera lo que món Buenaventura, Osear Gua! y José Antonio Millán en
era eso, miraba, sí, podía detenerme en la rugosidad de una Espaúa, el escritor se presenta como alguien ducho o experto
pared o en el dibujo de una madera, no me cansaba nunca en el uso y el conocimiento en nuevas tecnologías. La mayo-
de mirar». Cortázar y el personaje de Soriano Este ría de autores muestra desinterés o apenas desarrolla un uso
modo ocular de pensamiento ya fue cantado en la excelente marginal de sus inacabables posibilidades; sólo algunos poe- no de los miembros de esa generación de la que habla
canción de adio Futura ,,El jardín botánico», donde el na- tas y narradores a los que iremos haciendo referencia han Vida!, el malogrado escritor Chusé Izuel, explicaba su propio
rrador dice: «con mi pensamiento/ sigo el movimiento/ de profundizado en su potencialidad expresiva. caso en una conversación con Luis Goytisolo:
los peces en el agua».9 Estas tres citas son casi coetáneas a la
de Carnero, lo que denota que ya a finales del XX algunos
De la écfrasis a la interfaz
autores captaban como radares esta mutación visual del pen-
samiento que alcanza en nuestros días su punto cenital.
Sin embargo, es obvio que la incorporación de los
nuevos medios de tratamiento de la información a la narra-
tiva o a la poesía trasluce sensibilidad hacia los parámetros


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a esa tendencia, los actuales autores pangeicos se limitan Es interesante citar el trabajo de Multitouch-Barcelona, blecer patrones de las mismas, y la máquina se guiaba por
simplemente a incluir la ilustración o la fotografía, sin acom- un grupo de ingenieros-artistas que están investigando sobre esos patrones. Los modelos de control del narrador son
paliarla de descripciones; dan por supuesto que las imágenes nuevas tecnologías y relación con el usuario. Su fantástica similares: el escritor cómo el lector va a leer determi-
página eb, por la que conviene perderse, es http:// .- nada escena o descripción, y elimina algunas partes para ser
En realidad todo podría provenir de una equivocación multitouch-barcelona.com, donde cuelgan varios vídeos con sutil, o añade otras si piensa que el argumento es demasiado
conceptual: pensar que el texto y la imagen son cosas dife- proyectos sugerentes. Entre ellos hay uno que me ha intere- complejo y precisa clarificaciones. La literatura hipermedia
rentes. Es un error histórico, que tiene su origen siglos atrás, sado mucho, el simpático e ingenioso vídeo «Human Inter- convierte esas predicciones abstractas en pragmática pura,
en el platónico, y que desde ahí se ha introducido face » , que la interfaz de los ordenadores en un mediante las posibilidades tecnológicas de la interactividad.
como un veneno en la tradición occidental, según ha expre- chico metido dentro de una caja que manipula instrumentos Practicantes de la misma como Jacques Servin apelaban al
sado muy bien Víctor Burgin: «La idea de que existen dos de cartón. Este vídeo me lleva a reflexionar brevemente sobre describir sus obras a la posibilidad del lector de la
formas diferenciadas de comunicación, las palabras y las la proximidad de la idea de la interfaz (como sistema opera- lectura; así describía el novelista y programador su obra
imágenes, y de que estas últimas son la forma más directa, tivo que media o intermedia rntre el hombre y la máquina) presentada en Skopje en 199 : «en vez de saltar de
pa ó a través del neoplatonismo a la tradición cristiana, que y el narrador (omnisciente, omnisciente limitado, falible, texto a texto, el lector puede dirigir el desarrollo de un texto
defendió la existencia de un lenguaje divino de las cosas, más homodiegético, heterodiegético, etc.) de una novela o un suelto mediante la interacción con el mismo texto y con las
rico que el lenguaje de las palabras; quien aprehende las cuento. El símil es hacedero por cuanto las novelas son ilustraciones que flotan mediante un aparente sistema de D
verdades difíciles, aunque divinas, que atesoran las cosas lo máquinas de narrar, como expusimos en otro sitio, y el (... ) permitiendo al ojo ser un máquina de hipertexto mucho
hace en un abrir y cerrar de ojos, sin necesidad de palabras narrador es quien media entre el lector y el libro, el que nos más sofisticada que cualquiera otra que pueda inventarse».
ni argumentaciones. » Es algo tan calado en el imaginario abre las puertas de la historia. Todo mediador es una piel, Las posibilidades que nos abre el libro electrónico serán en
colectivo que cuando alguien, bien desde el arte, bien desde escribe Linda Marie Walker, en un interesante ensayo titula- poco tiempo casi infinitas. Amén de las ya conocidas de
la Eteratura, ha Intentado eliminar esa barrera, artificialmen- do ,,surface to Surface, Ashes to Asiles ( eportlng to )», de aftadlr Imagen, vídeo y sonido a los textos que los requieran
te creada, entre imagen y literatura, se ha topado siempre ahí que la relación entre la in:erfaz y la piel haya sido vista o que las permitan (siquiera para explicar visualmente algu-
con las etiquetas de vanguardista, experimental, transgresor desde distintas estéticas, incluida la arquitectónica: «Las ten- nos conceptos o para poder escuchar alguna canción citada
o visionario, en el mejor de los casos. siones entre los espacios o entre los objetos se registran sobre en el texto cuya letra o tono contribuya a explicar por qué
las superficies, sobre las interfaces», escribía hace tiempo el aparece en la narración), la capacidad de los nuevos lib os
arquitecto Jean Nouvel. El narrador de un libro visto como electrónicos para conectarse a la red convierte
La piel y la interfaz interfaz puede ser ahora mismo una metáfora, salvo en hi- a cualquier novela en una potencial hipernovela, a poco que
pertextos y libros digitales, pe o pronto habrá que acostum- el autor sepa sacarle partido a esas posibilidades. El lector
El movimiento fluido. (... ) El brarse, conforme los escritores comencemos a sacarle partido tradicional no debe verse amenazado por estos adelantos:
objetivo del es ser un al libro electrónico, que debe ir mucho más allá de ser ni a abrir los vídeos ni a
meridiano, una línea geodési- del libro en papel. Hablo ahora como escuchar las piezas, simplemente ahora podría hacerlo si
ca, que sus rutas cubran como autor, y no sólo como crítico, y por eso he dicho y no quisiera.
una malla invisible la piel de desperdiciar las nuevas posibilidades para contar En una
las ciudades. historias es tan desafortunado como aprovecharlas mal. versión en papel, el texto se limita a ser ecfrástico, a describir
Gregory L. lmer decía en 1989 que las interfaces una secuencia de una película, por ejemplo; en la versión
computacionales funcionan más efectivamente haciendo, re- electrónica, el lectoespectador puede tener acceso inmediato
conociendo o generando modelos. Esto supone que en aque- a esa secuencia a través de un enlace desde el lector digital a
llas fases, aún primarias, de la ergonomía informática, la ouTube.
interfaz operaba agrupando conductas posibles hasta esta-

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de esos libros que Aarseth ha definido como «ergódicos» y de Eliasson, la deriva la obra y el proceso de desentra a-
que requieren de una estrecha e incluso trabajosa colabora- miento deben ser por el lectoespectador, que debe
ción por quien quiere acceder a él. Pero esa dificultad no se decidir, antes de nada, debe plantearse Todo es lo que no es
oculta, y basta abrir el libro por cualquier lugar para que el qué hacer con las partes tachadas, o con aquellos fragmentos es antimateria.
lectoespectador comprenda hasta qué punto va a tener que donde se presentan textos al revés (boca abajo) o textos
que jugar con el libro, que ser parte de él. en invertidos. Basta con ser comciente como lector de que hay
ese sentido, es la primera gran obra pangeica un texto tachado, girado o invertido Debe intentarse, aun
no sólo por su condición de así, ,,leerlo», por si hubiese algún mensaje extricable en ellos,
sino también porque se adelanta a la relación con el arte con paciencia o con ayuda de un espejo Hay algún home- La novela de Douglas Coupland (2006) parte de
conceptual sobre la que luego volveremos. En concreto, su naje a Leonardo da Vinci en la disposición textual invertida una idea compositiva prácticamente genial. En otra original
modo de lectura me ha recordado a los principios que mue- Debe obviar el lector estos fragmentos arduos y pasar sin variante de la técnica del manuscrito encontrado, a la altura
ven las instalaciones del artista Olafur Eliasson. Este artista, dilación a la siguiente parte Qué es en de la página 29 descubrimos que Douglas Coupland (que
muy consciente (como el propio Daniele ski) de los cambios toda la novela o sólo las zonas que pueden aparece como personaje en la novela) se encuentra por se-
científicos y estéticos en la representación, procura dejar leerse según la lógica lectora tradicional Se llega a una gunda vez con el protagonista, Ethan, perdido en una carre-
clara la ,,negociabilidad» o posibilidad de intercambio de paradoja que puede dar la medida del talento de Daniele ski: tera secundaria de China en compaf a de un heroinómano.
sentido de sus obras con quienes las contemplan: del mismo modo que la novela trata de una casa inquietante, Ethan le ruega a Coupland que les saque de allí, llevándoles
que no mide lo mismo desde fuera que observada desde en su coche. El escritor le dice que acepta ayudarles a cambio
Para hacer hincapié en la negociabilidad de mis obras -insta- dentro, es una novela donde su contenido del ordenador portátil de Ethan, que es su «vida» o su
laciones y grandes objetos espaciales similares- no intento no coincide con su continente: su texto puede ser mucho si buscamos asociaciones fáciles con el lvlefistófeles que com-
la mayor o mucho menor de lo que Indica su número de pági- pró el alma de Fausto y la del obert Johnson en
construcción sea accesible a los visitantes con el fin de incentivar nas, según sea la respuesta que demos a y es legible un cruce de caminos. Pues bien, sería el resultado de
su conciencia de que cada obra de arte es una opción o un todo el contenido de ese
en ella.
modelo. De este modo, las obras de arte son sistemas experi- ordenador portátil, incluido el que contiene, y reelabo-
mentales y las experiencias de éstas no se basan en una esencia Todavía cabe hacerse más preguntas sobre la novela:
Es su poética de la acumulación, de la incesante agregación rar algunos de sus materiales (p. 68). Para terminar la no-
que se encuentra en las obras en sí, sino en una opción activada
por los usuarios. de textos y referencias (algunos deliberadamente anodinos e vela, Coupland deberá comprar el siguiente portátil de Ethan,
irritantes), una prefiguración del literario sobre el que a fin de actualizar la información. De este modo, nos encon-
En efecto, también es una obra que se luego volveremos Son los textos presentados a la inversa o tramos con una genial sustitución del narrador omnisciente
también es sustancialmente y el espacio en vertical una muestra del modo oriental de lectura, a modo de la literatura decimonónica por un narrador absolutamente
de la casa monstruosa de la novela es uno de los referentes de imitación respectivamente del árabe o el chino Alude objetivo y pangeico: es la que nos cuenta la
cla es de la trama (por su relatividad, fruto de esa crisis Daniele ski con la inclusión de citas en caracteres hebreos novela. La voz elocutoria, siempre impregnada de humanis-
científica de la representación de la que antes hablábamos). (p. 19), griegos o cirílicos (pp. 6 8-6 9) o braille (p. 2 ) a la mo o de tosca divinización hasta el siglo XXI, desaparece
No es casual, por ejemplo, que el capítulo IX comience con pertinencia de crear un libro que funcione como una ahora sustituida por un artefacto técnico.
eruditas disquisiciones sobre el tema del laberinto y la dis- no a través de la palabra, sino gracias al uso de la Este cambio radical provoca numerosas perspecti as
posición textual comience a convertirse en un laberinto en imagen singulares. De hecho, la inclusión ficticia en la novela de todo
ese instante. La semántica tiene una textovisual Como ven, la grandeza de un libro no se desprende a el contenido de un ordenador personal implica un aluvión
en la forma, lo cual demuestra que hay una estudiada imbri- veces de las cuestiones que viene a responder, sino de aquellas de numerosos elementos que no sirven para nada: correos
cación entre ambas, que el lectoespectador aprecia de modo que viene a formular. antiguos de (mensajes no deseados, normalmente de
casi inconsciente. Del mismo modo que en las instalaciones contenido publicitario o engai oso), documentos de una o


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dos frases inconexas, páginas bajadas de Internet para nave- otros cientos); en el mismo entorno del canadiense Couplan- página 2 es el texto de una caja de sopa de sobre: el mensaje
gar (sin conexión), borradores, escaneos arbitrarios, d, el estadounidense Bret Easton Ellis ha publicado en 2005 sin el medio. También aparecen alucinógenas teorías sobre
etc La obra, por tanto, está salpicada -como la vida misma, su novela donde comparece, desdibujado y ex- la Coca-Cola (pp. 220-222), Ikea (p. 1 5),
queremos suponer que es la intención de Coupland- de cesivo, como uno de los protagonistas principales. Como (p. 22 ), Los Simpson (incontables), la cultura visual
material sobrante, de basura, de exceso técnico, de residuos vemos, estamos ante una auténtica narrativa. de las siglas (p. 1 9), y un genial y desopilante diálogo sobre
textuales, de publicidad no deseada, de ruido de fondo, de tiene razón Buckley, algunos barrios no han abandonado la la probable vida sexual del payaso onald McDonald (pp.
estática, de contaminación acústica. En ese sentido, la incor- posmodernidad; tampoco Coupland, que es parcialmente 5 -55), imagen de la conocida franquicia hamburguesera. La
poración del supone un auténtico giro metafísico de la posmoderno por la utilización del recurso autoficcional, no cultura de la televisión es omnipresente, y los símiles y me-
novela: la excrecencia tecnológica, social, se vuelve literaria, sólo por la conciencia del uso sino también por su retorsión táforas son casi siempre tecnológicos: «siempre se me olvlda
se incorpora también a la narración, en un intento de imita- irónica: hay bromas con la idea del Coupland ficticio como que tu familia funciona con de Microsoft» (p. 2 2).
ción de la vida, de Peter Sloterdijk ha escrito que en Dios( narrador omnisciente) de la narración: «es como si En este sentido, no pocas veces el excesivo número de com-
un tiempo donde hemos puesto a las máquinas a lo supiera todo de nosotros» (p. 6 ); algo obvio, por otro paraciones de personajes y objetos satura la narración, la
entre ellas porque nuestro cerebro no tiene, literalmente, lado, si se tiene en cuenta que el Coupland tiene superficializa y la hace parecer una partida de
capacidad de almacenaje de la información producida, «sólo acceso a toda la información del alma informática de Ethan. (como ejemplo de lo denunciado). Amén de empobrecer
puede reaccionarse a ese desarrollo mediante la formulación En general, el recurso de la autoficción está bien empleado y léxicamente el discurso, lo alivia en lo intelectual: gana el que
de una ontología del estaba configurando esa facilita un sugestivo (y de nuevo irónico) final a la novela. ha visto más televisión, no el que ha leído más o es más
respuesta cuatro o cinco ai os antes de que Sloterdijk recla- Otra característica de es la constante presencia de inteligente para captar resonancias profundas.
mase su necesidad. Los filósofos suelen leer mucho a los los elementos tecnológicos, audiovisuales y de los símbolos Hay que destacar la edición de El Aleph, que publicó
poetas, y hacen bien por razones de exigencia intelectual, icónicos de la sociedad de consumo. En buena medida, esta un libro valiente sin escamotear ninguno de sus juegos vi-
pero en los narradores se encuentran a veces fogonazos novela serla la segunda entrega de (1995), un suales, de sus excesos tipográficos, de sus avances expresivos,
sociológicos que alumbrarían ciertas disquisiciones sobre la Si allí los personajes desarrollaban el de los que aquí vemos un ejemplo:
actualidad. videojuego aquí se dedican a configurar un juego de
En la solapa de la novela se nos hace hincapié en la monopatín que más tarde, tras la sospechosa desaparición E
l / rtr
E rope
IGctt otl ot
vertiente de disei'iador gráfico de Coupland, pero es que del responsable, pasará a ser un juego de conquista, esoteris- ic l o h u

es una novela de disei o. No sólo desde el punto de vista mo y magia, como las novelas de moda. El entorno informá- a star l a isi
i
N N N E
visual; experimental e innovadora, participa de una de tico permite a Coupland desarrollar una de sus aficiones
las técnicas literarias más utilizadas en la última narrativa preferidas, la descripción sociológica, para la que está dotado
anglófona ... y espai'iola: la autoficción. Para amón Buckley, de una penetrante capacidad de observación, como demos- t rart BB e ica

«que los novelistas se nutran de su propia vida para escribir tró en su interesante miscelánea (Ediciones B,
sus novelas es un recurso tan antiguo como la propia novela. 1999). A lo largo de toda la obra, hay una continua interac- G E
11

Ahora bien, que la falsifiquen, que la suplanten o que, en ción de los ordenadores y la televisión, desvestida de tecno- E il 11 lli ol o
o riso et or
último término, se calumnien a sí mismos o a su propia fobia: «la televisión e Internet son buenos porque hacen que
familia es, por decirlo de alguna manera, esa otra 'vuelta de la gente estúpida no pase demasiado tiempo en público» (p.
at e
tuerca' de la era posmoderna en la que todavía estamos 11). La estructura textual facilita además la consideración de
na edición, por tanto, a la altura de un libro que, como
inmersos». El citado crítico escribía esto a raíz de la novela la obra como una parodia de la saturación informativa, del
todos los de Coupland, no destaca por la construcción de
(Alfaguara 2006), de Carme iera paroxismo publicitario (algo que está en el título:jPod es una
personajes, ni por su estilo, ni por su variedad léxica, pero
(también valdrían como ejemplos de fácil broma sobre iPod, el conocido reproductor de MP y
que tiene, como todos los de Coupland, unas virtudes que lo
Javier Cercas, o de Andrés Neuman, entre MP de Apple), y de la cultura del disei o y del consumo. La


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BERNARD STJEGLER

allos ele atalla ele esta e a ra a clel arte escrito a

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porque hubo un momento en que nos llamaban locos a de como el cine o la ópera, si bien ni el cine ni la úara con grafito. Esa es la gran ventaja que asegura la super-
quienes lo decíamos desde el principio. Pues bien: en estos ópera pueden vivencia de cualquier literatura, incluso la más compleja: la
casos, la pantalla es más un destino que un marco de la con otras películas o composiciones (propias o ajenas). Por narrativa pangeica podría hacerse sin dificultades con una
escritura favor, espero que nadie compare una ,,referencia» o una «cita tiza, sobre el suelo. se podría reproducir
La pantalla como nos deja por fin abierta la intertextual» con un hiperenlace digital: supongo que tras fidedignamente en una calle embarrada, imitando las pági-
referencia a ese extrai o neologismo, la Pantpágina, con el leer a G. P. Lando saben que las referencias intertextuales nas con el dedo.
que hemos titulado esta deriva logorreica. Pantpágina resu- las hacen los directores o escritores dentro del texto o En nuestros días, cuando no sólo la recepción, sino
me los términos y y también enfatiza el filme original, mientras que en los enlaces hipertextuales es también la de imágenes se ha vuelto sencilla y hasta
prefijo palabra griega que significa y que es muy receptor (el lectoespectador, en este caso) quien las abuelas más longevas son capaces de hacer fotos digitales
querida para nosotros por habernos dado pie a otro neolo- dirige el proceso interactivo de ampliación de horizonte crea- con soltura, la imagen también puede incorporarse, lo está
gismo, con el que comenzamos nuestra investigación tivo o alusivo, creando lecturas (u obras) distintas. Es decir, haciendo de modo natural, a la expresión artística comuni-
en marcha sobre todos estos temas. El crítico debe inventar que la literatura va a ser - o puede llegar a s e r - en apenas cable de contenidos. A este cambio, a esta expansión gene-
su lenguaje, del mismo modo que el escritor debe refundar unos meses la forma de arte total más completa y compleja ralizadora de la imagen fotográfica, se referido Joan Fontcu-
su lengua literaria de la misma forma que la Filosofía, lo de toda la historia de la humanidad, quitando la razón a los berta en su «Manifiesto Daniele ski en la
dijo Wittgenstein, es una «crítica del lenguaje»; la crítica agoreros que decían que la literatura iba a desaparecer. No, página 19 de Ello implica que la construc-
literaria debería ser es queridos derrotistas: ni la literatura, ni la novela, ni la poesía ción del discurso es asequible lo que es más
decir: una metacrítica del discurso. van a desaparecer, porque todas las circunstancias, importante,
Disculpen la digresión, pero el ensayo no es tal sin ella. desde siempre, son fayorables a que tengan un lugar
Volvemos: la Pantpágina es una lo que apela a de privilegio. No como antes, de acuerdo, pero puesto que los periódicos revistas primero y la televisión y
su condición de marco, de recipiente u odre en el que el si destacado. Hay muchos arglllnentos que animan a defen- vallas publicitarias después nos acostumbraron hace dé-
narrador o poeta actual puede introducir no sólo todo aque- der esta polémica hipótesis; por no extendernos citaremos cadas a ver imágenes y texto sin solución de continuidad. La
llo que quiera, sino (si bien no en la sólo el más importante, la última Thule racional que explica conclusión es todo un cosmos de formas novedosas de lite-
página, evidentemente). Es decir, del mismo modo en que por qué ha existido literatura (oral o escrita) desde que el ratura compuestas de pantpáginas: novelas navegables como
una pantalla de televisión puede emitir de forma sucesiva hombre ha configurado satisfactoriamente su lenguaje, hace la citada de Daniele ski; libros configura-
todo lo que existe (si son conceptos abstractos basta con que 600.000 aúos para las formas más embrionarias o 5.000 dos como bases de datos (Lev lvlanovich); libros en que la
alguien aparezca en la pantalla apelando a ellos), incluida a para las más próximas a las nuestras: imagen es tan o más significativa que las palabras empleadas
sí misma, como en algunas de las piezas de Nam June Paik, Porque la literatura es la forma más sencilla, rápida, (Salvador Plascencia, Carlos Labbé, Mario Bellatin, Javier
la página es para algunos narradores el donde barata directa que existe de hacer arte comunicable. Fernández, Jonathan Safran Foer, Jimena Néspolo o Annie
comienza el retrato total del mundo en que nos encontramos. porque se hace en su forma más básica con algo que todo el Ernaux en 2005); libros (Cé-
Para lograrlo, los mecanismos de reproducción serán unas mundo tiene, como apuntó con su agudeza habitual Karl sar Gutiérrez, Leanne Shapton,
veces textuales o más bien escritos (entendemos el texto de Kraus: palabras. novelas pluritipográficas ( amón Buenaven-
la manera más amplia posible, el ya citado vi- Sólo que ahora los relatos orales prehistóricos van a tura, literatura Po erPoint (Cris-
suales otras veces, y otras indistintamente escritos visuales: mezclarse con los dibujos de las cuevas de Altamira o Las- tina ivera Garza,
textovisuales. La tecnología actual permitirá en breve que en cam:, creando un arte conjunto, al alcance de todos no sólo proyectos literarios con vídeos incorporados
los libros electrónicos la Pantpágina pueda contener todo para comprenderlo, sino también para practicarlo. Si hemos de Fernández Mallo) o repro-
esto: palabras, imagen estática, imagen en movimiento, so- de creer las leyendas, convenientemente difundidas por el duciendo vídeos ficticios ( de Jorge Carrión);
nido enlaces hipertextuales vía internet, junto o por sepa- propio Daniele ski, la primera versión de novelas con doble versión, digital en libro
rado. Es decir, gracias al la literatura va a ser una forma se hizo a lápiz. Daniele ski pensaba aunque dise- de McKenzie Wark; de

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de una desposesión ontológica»: cada una de esas hirientes arte, concebida dinámicamente, consiste en ese proceso de Siguiendo el razonamiento desarrollado por Franco
instantáneas nos recuerdan que la es terrible ordenar imágenes en los sentimientos y en la mente del Moretti en libros como
precisamente porque ha dejado de pertenecer a alguien, por- espectador». Eso es lo que las obras de arte pangeicas, sean o la narrativa europea guarda
que ha sido desposeída y La cosa, el residuo, ha literarias o plásticas, tienen en :omún: que el lectoespectador tradicionalmente mucha vinculación con los entornos espa-
dejado de ser lo que era (fragmento de edificio, coche de aprecia de manera inmediata que han sido creadas a partir ciales próximos reconocibles. no sólo la europea.
bomberos), para convertirse en parte de un doloroso listado de lo que sus componentes (textuales, fotográficos, materia- Incluso aquellos territorios míticos o simbólicos como ok-
público. n escabroso patrimonio estatal no muy diferente les, digitales, esculturales, simbólicos) tienen de y napata pha de Faulkner, Macondo de García Márquez, Po-
de lll1a colección de y como decía el rey de Francia fluctuantes. Tanto la creación de la obra como el acto de nukele de aymond oussel, Santa María de Onetti, egión
en «no es delito/ tomar lo que ha quedado aban- lectura/contemplación son actos constructivos de tejidos o de Benet, Celama de Luis Mateo Díez, Obaba de Atxaga, El
donado», y eso es lo que hace el artista, tomar las cosas para relaciones entre las cosas; son operaciones holísticas de Barcia! de Sánchez Ferlosio, la epública de oar de Pablo
otros fines lícitos. dirigidas a un nuevo montaje, en un proceso Antoñana, Brétema de Marina Mayoral, el Valle de Okalbia
Sin dejar de advertir, por supuesto, el calado sociológico de lecturas y relecturas internextuales que ya no tendrá fin. de George 1 1cker, Altruria de William Dean Ho ells, Lailo-
y político de la instalación de Torres sobre las torres caídas Después de la creación viene la recepción del lectoespecta- nia de Kolakovski, El Valle de González Sainz, el Condado
(no por casualidad abierta diez años justos después de los dor; después de la recepción, el comentario, de Grouse de Tom Drury, Promenadia de icardo Menéndez
hechos), hay una relación conceptual clarísima entre la no- así hasta el infimto. Las obras pangeicas son, Salmón, Viviana de Guillermo Busutil, Dinosaur City de
vela de Shapton y la instalación del artista catalán. La repro- constitutivamente, movimiento. César Aira o Miranda de Antonio ngar, suelen ser trasuntos
ducción de las series de «artefactos», palabra utilizada por Según Juan amón Jiménez, «el centro escucha en de ciudades o espacios reales, más o menos reconstruidos.
ambos en los títulos de sus respectivas obras, en las que se círculos». El lectoespectador Sin embargo, en los últimos años del siglo xx la dispersión o
aprecia clarísimamente la ausencia de lo importante y su no puede ser de otro modo, en tanto él mismo es una del espacio narrativo comenzó con autores que,
desgaJamlento de su lugar natural, contribuye a borrar la oleada de partículas subatómlcas en continua traslación, que como Cees Noteboom o José Saramago, crearon un espacio
familiaridad de las cosas y a establecer una nueva distancia, puede gracias a la captación de la luz en ciertas longitudes narrativo transnacional, globalizado, que podía reconocerse
gracias al acercamiento conceptual. eunidas, las cosas fo- de onda; y la luz se manifiesta en esa hermosa dualidad onda- como propio de lugares muy distintos. Avanzó en esta des-
tografiadas establecen entre sí relaciones grupales de nuevo corpúsculo, que tan claramente expresa que lo que somos trucción de la concepción localista del espacio narrativo,
cmio, caracterizadas precisamente por su grieta afectiva, por siempre forma parte de un camino. para lanzarse a la narrativa global, el que (preo-
el dolor, por la historia de separación radical que cuentan. cupado por poder ser entendido en cualquier parte del globo
Se vuelven familiares entre ellas por la desfamiliarización; y alentado por la necesaria ambig edad que estos hiperlib os
todas ellas dejan de ser únicas y con a lite atu a an eica co o es ecies de es acios necesitan para poder ser leídos se
parecidos de parentesco. Pasan a formar parte de un archivo desvestía sistemáticamente de referencias geográficas y cul-
de registro o de un archivo de venta (el catálogo de la subasta), la época actual sería (... ) la turales concretas. El extrai'io resultado es que el hipertexto
y en ambos casos el proceso es a un tiempo alienante y época del espacio. Estamos en se configura como un un espacio sin lugar, un acon-
reconciliador; hay una voluntad de fatalmente uni- la época de lo simultáneo, en tecimiento narrativo que sucede sólo en la mente de los
da a cierta ansiedad de liberación psicológica: el deseo final la época de la ym:taposición, personajes o en la del lector, segt'm enfoquemos narratológi-
es eliminar la carga emocional mediante la en la época de lo próximo y lo camente el punto de vista. Visto desde el espacio virtual, el
reunión sistemática y fría del archivo. El medio de agrupa- lejano, de lo contiguo, de lo espacio real es, por decirlo con el título de una novela de
ción, el (sea la maquetación en el libro de Shapton disperso. Germán Sierra,
o el montaje de las imágenes en la instalación de Torres) La narrativa reciente aborda el espacio de una manera
vuelve a producir, como ya precisara Sergei Eisenstein hace más rica y variada que sus antecesores, no por falta de capa-
un siglo, el milagro del nuevo orden visual: «una obra de cidad de éstos, sino porque las circunstancias sociológicas

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han creado un nuevo tipo de mundo pangeico y porque las inhabitables y fríos Las estaciones abandonadas, los lugares dez pero ninguno de sus defectos, y esto como ciudadanos
tecnologías han expandido las posibilidades narrativas. Muy abandonados en general, le atraen. A mí también, pero soy pero, también, como individuos. La inmensa mayoría de
pocos de los narradores de cierta edad han dado el salto consciente de que son una imagen de la muerte. » escritores hispánicos nacidos entre 1965 y 1980 escriben
digital, y por ello los cambios más visibles en la Para la escritora Mercede. Cebrián, que ha reflexionado desde la conciencia de que todo lugar contemporáneo es un
narrativa en castellano pueden rastrearse entre los escritores mucho sobre el de la portabilidad vital, el planeta no del que se sale navegando.
de entre 25 y 5 a os. Entendemos el término es más que un gran (2006) donde las fran-
como hacen los propios autores, en un sentido quicias son los nuevos cruzados y sus centros comerciales
muy amplio, que incluiría incluso espacios virtuales (el los nuevos templos (,,abrieron un IKEA / en Jerusalén»), y o as e andidas de es acio
por ejemplo ).1 donde el «desplazamiento» de la «vida portátil » es el tegu-
mento clave del sistema, que posibilita su supervivencia, al Eduardo tolera mal que la vis-
reunir toda la mano de obra disponible, perdida en la con- ta humana no tenga una fun-
l a ida o t til fusión de lenguas: «padecemos diásporas, símiles de diáspo- ción de zoom.
ras; / padecemos también lo laborioso / de la empresa de
En varios lugares nos hemos referido a los numerosos hablar». Los ciudadanos actuales, como expusieran Maffesoli
ca1:1bios socioeconómicos que han obligado a las sociedades y Attali, son difuminadas sus cualidades
a volverse más dinámicas, lo que viene a decir que sus ciu- psicológicas, étnicas y nacionales en un perenne derivar por Pero sólo se nos puede ver des-
dadanos han podido (ose han visto obligados a) convertirse trabajos y países: «mi casa es donde tengo el ordenador » , de un satélite.
en nómadas. La narrativa y la poesía actuales se han hecho dice Jordi, el protagonista de la novela de Vicen<;: Pages Jorda,
cargo rápidamente de ese cambio. No era infrecuente hasta (20 JO). Esa errancia, esa «vida
ahora que la literatura abordase entornos próximos: las ciu- portátil», es el hilo conductor de los J 111 2008)
dades, las calles, las infraestructuras de comunicación. Así, de Cebrián, en los que la autora trazaba viajes virtuales,
desde los trenes de Machado a los aviones de la poesía pangeicos, escritos sin salir de casa, donde intentaba dar voz Carlos Argentino (... ) se pro-
reciente, pasando por los coches de Salinas o lvlarinetti, el ponía versificar toda la redon-
no a personas, sino a lejanos. na experiencia que se
medio de transporte siempre se ha incorporado al imaginario dez del planeta: en 19 1, ya
constituía como el no va más de la experiencia portátil, la
de la literatura. Lo que no es habitual es que la mirada de los había despachado unas hectá-
configuración pangeica del lugar como
escritores se centre en los espacios abiertos de intercambio, reas del Estado de Queensland
n movimiento configurado por «largas búsquedas en Goo-
llamados por el sociólogo Augé. Hablamos de esas (... )
gle » . El antiguo ser estático (tanto de la persona como del
grandes zonas impersonales y destinadas al tránsito, como enclave espacial) se convierte en un en un
aeropuertos, estaciones o zonas francas, que para el pensador ente cuya esencia consiste en la mutación continua, sea de
francés son alienantes. Contra estas teorías de Augé se han esencia, o de su entorno.
pronunciado el filósofo José Luis Molinuevo y también el En efecto, vivimos tiempos de identidad fluida; como
narrador chileno Alberto Fuguet, quien dedica algunos pá- Glanvill juzgó que Adán, «me-
dice ygmunt Bauman en «aferrarse
rrafos de (2009) y la novela (2010), a dalla de Dios » , gozó de una
al suelo no es tan importante si ese suelo puede ser alcanzado
demostrar que son espacios profundamente humanos. A visión telescópica y microscó-
y abandonado a voluntad, en poco o en casi ning1'tn tiempo»;
favor de Augé, sin embargo, parece posicionarse Jesús Ferre- pica.
lo importante es para el sociólogo polaco la falta de
ro en su última novela, (2010): de uno con su lugar y con su cultura: queremos
« Sabías que le gustan los no lugares, esos espacios de nadie, L.
ser algo, ser de alguien y ser de un lugar, pero sin aceptar las
consecuencias; queremos aprovechar las ventajas de la liqui-

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La mayoría de los adelantos técnicos de los diez últimos icardo Menéndez Salmón, o en el programa informático alternar el punto de vista del protagonista y la vista de pája-
a11os tienen que ver con formas de visión, cibercepción y Panoptic, creado por un personaje de Isaac osa para con- ro». No importa dónde esté la investigación, el desarrollo, el
registro visual del mundo. Si hace apenas dos décadas alguien trolar a los trabajadores en Foucault tenía punto del mira o la técnica del arte, todos coinciden en la
nos hubiera dicho que el teléfono y la cámara de fotos iban a la teoría, pero no el instrumento; Deleuze se acercó al dar un búsqueda de formas para aumentar o expandir la mirada.
ser hubiésemos mostrado nuestro escepticismo o nues- paso sobre las sociedades foucaultianas de encierro plan- En el cine comenzamos también a ver en los últimos
tras dudas. Hoy las cámaras están en los teléfonos móviles, teando sus «sociedades de control», donde la cámara y la a11os intentos de visión total o de gracias a solu-
en las agendas electrónicas, en las tabletas y libros electróni- televigilancia tenían un poder dominante. Pero el Google ciones tecnológicas. na película interesante a este respecto
cos, en los ordenadores e incluso en algunos reproductores Earth es un paso previo al control absoluto; cuando su afi- era (2000), de Mike Figgis, donde la pantalla se
de música portátiles. la fotografía es sólo un modo « 1.0» nación permita no la contemplación de imágenes estancas, dividía en cuatro partes, proyectándose en cada una graba-
de mirar, mientras se popularizan a velocidad de vértigo estáticas, sino de imágenes en movimiento (lo que pueden ciones de 90 minutos rodadas en una sola toma (Warhol
otras posibilidades. Así, se han vuelto ya frecuentes los dis- hacer ya algunos satélites nor:eamericanos), el poder sobre había dividido en dos la pantalla en su de 1966).
positivos de que permiten contemplar lo real será divino por omnipotente. Se equivoca Bauman Se ensayaba una forma de ver varias veces más al mismo
lugares expandidos por la tecnología, de informa- cuando apunta que «la etapa actual de la historia de la mo- tiempo. n recurso que luego tomaría la conocida serie de
ción, al pasar el visor de una cámara especialmente preparada dernidad ( ... ) es, sobre todo, De eso nada, televisión Dentro de este mundo de las teleseries, Jorge
sobre los mismos. Tenía razón Paul Virilio cuando escribía, se11or Bauman: en realidad, esto Internet Carrión ha recordado ,dos planos imposibles de
tiempo atrás: «hoy en día hemos puesto en práctica los tres y las nuevas tecnologías son ahora nuestro la cámara en el interior de una freidora o en la mirada
atributos de lo divino: la ubicuidad, la instantaneidad y la nuestra potencialidad espiritual para lo terrenal. desquiciada de una mosca». Jorge Fernández Gonzalo se
inmediatez; la visión total y el poder total». A11ade Jorge Carrión en «a través de las virtualidades, ha referido, estudiando el cine de zombis, a la
El Google Earth como Ojo de Dios que todo lo ve (Carrión precisamente, hemos aprendido a mirar y a comunicarnos la amplificación de los detalles de la putrefacción (... ) así
dlxtt), que todo lo contempla, pero de modo desubJetlvado, con la realidad». Lo decía de nuevo PauI Vlrlllo: nuestra como los recovecos que componen el Interior de los cuer-
Google Earth, Google Maps y Google Street Vie visión del mundo ya no es objetiva, sino teleobjetiva; ya no pos». Pero las posibilidades se han llevado al límite por el
como instrumentos ópticos e informáticos que nos permiten es ni siquiera visión, sino Tras el 1IS la geopolítica cineasta Gaspar Noé en su innovadora cinta
ser los la divinidad vigilante que se coloca sustituye a la política como referente de debate, del mismo (2009), localizada en Tokio y que tiene dos partes. En la
tras el objetivo (frente a la pantalla) y desde ahí, controlando modo que poco antes la globalización había sustituido a la primera, mientras el personaje (Nathaniel Bro n) está vivo,
los mandos, asistir a la formación en marcha del mundo, a economía. Por eso, desde aquellas terribles fechas los narra- lo vemos muy de cerca, por lo común de espaldas. Pero al
su deformación, a su deriva.18 Dimitri, uno de los personajes dores tienen una nueva conciencia de ahora lo morir, la cámara adopta su mirada y. como en un viaje astral,
de (201 O), de Blanca iestra, comprueba sienten en su carne, y eso se trasluce en sus textos. No se la cámara toma el lugar de su mirada (un recurso antiguo,
mediante Google Earth el crecimiento de Belgrado, su ciudad equivocaba Derrick de Kerckhove cuando entendía como ya presente en 19 , de obert Montgo-
natal; utilizando un sistema similar, el agente Kevin Bro n propios de la cibercultura los hechos de «ver más» y «ver a mery). y al estar muerto tiene libertad total de movimiento,
o K observa a la mujer a la que tuvo que abandonar a11os través», así como ver realidades a las que nunca habíamos de forma que puede moverse casi instantáneamente por toda
atrás en la película (199 ). tenido acceso; un ejemplo podría ser el hermoso texto que la ciudad, siguiendo a las personas que han construido o
El mundo, gracias al Ojo Divino del Google Earth, se aúl Quinto dedica en (201 O) a la posibilidad de destruido su vida afectiva (algo que anticipaba su película
convierte en un Panóptico, donde cualquiera puede ser vigi- un óleo o ver cuadro gracias a los rayos X. También anterior, de 2002). La cámara atraviesa techos y
lado desde satélites lejanos, acechado como en de acuerdo con esa idea, Lev Manovich ha hecho una inteli- suelos, sube a la altura de un avión supersónico y entra
la teoría carcelaria de Bentham, estudiada por Foucault como gente lectura de las de los videojuegos, que también dentro del cuerpo de las personas, permitiéndonos
metáfora social y muy presente en nuestra narrativa, por permiten tener acceso a diversas formas de ver las mismas asistir en directo a la fecundación de un óvulo. El resultado
ejemplo en el Stalin que contempla Moscú desde la cima de pantallas, incluso algunas oCLLltas a primera vista para el es un tratamiento cinematográfico que une a las posibilida-
la Torre de Iván en de jugador; (... ) o (... ) nos permiten des del telescopio las del microscopio, y que, como

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! El lectoespectador A. 111

imagen ha sido seducida durante los últimos dos decenios nente) en la historia del ser hu1:1ano, configura su aprendizaje Tu imagen ocupa exactamente 98 Kb
por el píxel, definido por Wikipedia en su versión en espaúol visual en un 95 , y debido a su omnipresencia forma tam- en este archivo. La calidad es excelente
como «la menor unidad homogénea en color que forma bién parte de su no en vano cuando vemos una imagen y usando el zoom puedo aproximarme
parte de una imagen digital, ya sea ésta una fotografía, un digital poco clara decimos que está cuando lo cierto a tu
como cuando te besaba
fotograma de vídeo o un gráfico». Es decir, que podría ser la es que El píxel es el objeto infinité-
dilatar el horizonte que dibujan tus párpados (ya
partícula elemental de la imagen digital, por cuanto la propia simo y filosófico por excelencia de la Estética actual, en un no se ve pero recuerdo en tus labios una sonrisa)
Wikipedia define a las partículas elementales como aquellas círculo simbólico que se cierra cuando se le considera además hasta el negro abisal de la pupila
que no están constituidas por partículas más pequeúas. como un como el espacio mínimo rescatable de imagen
Como decimos, la literatura técnica y ensayística sobre en una pantalla o en una fotografía. Dentro de esta última ahí acaba todo
el píxel es casi inabordable; el pixelado aparece incluso en consideración como sin perder de vista sus y empieza tu ausencia
una novela de Thomas Pynchon escrita en 1990. dimensiones metafísicas, ha sldo abordado por la literatura desbordando pixeles y pronombres
obert Venturi exponía en ( 1996) que la socie- reciente.
dad contemporánea ha pasado del neón al píxel, y que «los La llegada a lo infinitésimo, como hemos visto antes al Como vemos, en ambos poemas, el píxel es ,,garante»
píxeles móviles permiten cambiar las imágenes y los gráficos referirnos al zoom del Google Earth, es una forma de mirar de la realidad o la transmite con una ,,calidad excelente». Es
para un ethos multicultural en una era de la información». por cuanto dirigirse a lo minúsculo es una forma algo con lo que se pueden sea escanear en
La sensación que se tiene desde que se comenzó a utilizar el de ensanchar nuestra visión. Ir hacia lo menos es literaria- el texto de Mallo o ampliar en el de Moreno. La realidad se
píxel es que la imagen es un fenómeno con el que se puede mente también ir hacia lo más, disminuir es crecer. Es un en forma digital y pasa a ser una realidad
un punto de partida creativo, al estar compuesta de craso error considerar que la ampliación de la mirada opera expandida que cobra en el poema. A partir de aquí,
unidades menores. Mientras que en el arte antiguo, como sólo en dirección al infinito: no sólo vemos más si nos ope- como cuerpo renovado, como realidad puede empezar
comentara José Luis Brea en su último libro publicado en ramos la miopía, también si morigeramos el astigmatismo. a funcionar el pensamiento poético. I'ernández Mallo lo dice
vida, (2010), la imagen artística era Observémoslo en este texto de Fernández Mallo, incluido explícitamente: «hay algo en el píxel de carnal y abstracto,
un algo palpable y por lo común portable, dos suce- dentro de uno de los ,,tratados» recientes sobre el asunto, su cuadriculada/ superficie que contiene toda la información/
sivas fases han hecho que la imagen vaya «desrealizándose», poemario visual posible, agota su sentido, y sin / embargo es una cifra,
al desraizarse de su elemento físico: el paso al o película está vacío. Hay en el píxel / una metafísica». De ahí que la
de celuloide primero, el salto a la o imagen digital Sin que lo supieras, en cada hotel de Nápoles robaba papel cibercepción de la realidad la transmute en el poema como
después, donde ya ni siquiera hay una cinta plástica que higiénico, digamos, para al regresar escanearlo y algo fungible, intercambiable, ya que toda imagen funciona
soporte la imagen, sino un mero circuito electrónico de ver manar en la pantalla del PC el azar ordenado en un surtido como una cuadrícula, como un como el montaje
impulsos eléctricos que devienen píxeles en una pantalla. de puntos negros sobre blanco, mapa de pixeles en los que leer artístico que ensamblado una realidad, una imagen com-
una cifra, un vacío que, siendo profano, en cierto modo puesta a su vez de imágenes, en una escena abismada que
Coincide Brea aquí con la idea de que «vivimos una desrea-
sagrado, píxeles garantes de aquel silencio que la alquimia bus-
lización completa donde las devienen sei a- remite en su forma especular a la propia obra frente al mo-
caba en los objetos y yo busqué en ti tus manos de joven modelo
lada en su momento por Heriberto épez. El píxel es a la vez retirada, tu lengua muda en el beso . Al escaneo surgieron saico completo de lo real. Por eso cada píxel también
una conceptual y una completa mate- mapas, figuras, reflejos de lo que vendría y que nunca te como una microimagen, como una perla infinitésima
rial. Es el inequívoco pero incor- enseñé, dos eplicantes en busca de una vida más convencional, que podemos cargar (imagen) o descargar (negro de fondo)
poral, en el que sostenemos la fenomenología de la imagen oxigeno de mortal que no los asfixiara. A este escaneado lo de sentido, según el Fernández Mallo de
contemporánea. Es lo más parecido a la fe para los pueblos llamaré pixelado n. 1 yo ya sólo aspiro lo advertí a las
antiguos: una realidad inasible en la que todos creen, que enumeraciones .
puede manipularse y transmitirse, pero no tocarse. La pixe- como si una fotografía fuera
lización es un momento de irrealidad trascendente (inma- Otro ejemplo es este poema de Javier Moreno: más rápida que la luz

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Hace casi dos décadas que escribió Sánchez Biosca que semánticas'. Son impactos fragmentarios, no contextualiza- así es, puesto que el uso de estas tecno-
«la narratología ya no puede concebirse como una teoría dos, aventuras epidérmicas que no implican transferencias logías, utilizadas ya desde los ai os sesenta y setenta del
basada exclusivamente en el discurso literario, sino que debe de saber, sino simulaciones de conocimiento por vías emo- pasado siglo, han ayudado a esclarecer muchas veces tonos,
dar paso a la elaboración de una teoría general en cuyo seno tivas. Adquieren así un aspecto fantasmal, de fascinación temas y obsesiones de los autores. Por ejemplo, comprendi-
coexistan distintos discursos (literarios, cinematográficos o caótica, por la aplicación iterativa de una especie de 'lógica mos mejor la importancia del tema de Dios en la obra de
audiovisuales en general)». La semiótica y otras visiones del doble'». La idea de un texto frente al tradi- Borges tras leer en las (1990), de
amplias del fenómeno literario han contribuido, en efecto, a cional, con sus notables parecidos y sus desemejanzas (entre Vicente Sabido, el ingente número de veces que se repetía tal
ampliar la consideración de lo que es o ellas la la constancia de que los efectos de una palabra en su libro. En nuestros días, el hecho de que los
a espectros más amplios de análisis. Pero, en condiciones pantpágina se hilan de otra forma con el resto del texto y con textos puedan ser leídos en formato electrónico favorece
generales, las lecturas semióticas implicaban una extrapola- el lector que una página convencional) nos resulta especial- también este tipo de búsquedas significativas. Les expongo
ción crítica a otros terrenos y no siempre (como criticase mente valiosa. un caso personal. Durante mi lectura de la novela
Aarseth) sus conceptos eran aplicables a la realidad de los María del Pilar Lozano Mijares opone el modo (2010), de Jorge Carrión, me di cuenta de que la palabra
nuevos. Por su parte, los creadores han optado en los últimos de espacializar el texto como función mimética o icónica, «ficción» aparecía en ella un número muy elevado de veces.
ai os por modelos textovisuales más complejos y en los que f rente al modo «ontológico» de las estrategias posmodernis- Si al hacer la resei a hubiera escrito «en este libro prolifera el
la parte visual supera la tradicional caja de texto continuo. tas al abordar el libro como objeto. A juicio de la autora, <das uso de la palabra o sus derivados», tal hecho pudiera
Así, uno de los cambios más importantes que a mi juicio se ilustraciones en las novelas posmodernistas no suelen esta- haber sido significativo o no. Pero al leer la novela en su
han producido es el cambio del concepto de página por el de blecer relación alguna con el texto: son puras demostraciones versión digital, me bastó hacer una búsqueda de la raíz «fic-
pantpágina, de la que hemos hablado anteriormente, y que de materialidad, de tridimensionalidad, del libro. A menudo cio» para aclarar el número exacto de ocasiones. Ahora,
puede estar compuesta indistintamente por una o dos pági- aparecen también integradas en la estructura del texto verbal cuando los lectores contrastan en mi resei a el dato de que
nas. como otro modo de discurso( ... ) la mezcla( ... ) arroja un en el autor utiliza 5 veces la palabra ficción o
Ese es el caso, por ejemplo, de varias partes de la ya problema grave con respecto al orden de lectura al introducir sus derivados, la contundencia del número 5 habla, por sí
citada novela (2005) de Javier Fernández. Al- el elemento espacial en un ámbito que se supone exclusiva- sola, de su significación estética: una novela en la que aparece
gunas de sus páginas no pueden separadamente unas mente temporal». En este espacio cultural nuevo, donde el 5 veces la palabra ficción no puede ser sino una novela
de otras, hay que hacer una elevación conceptual y leerlas posmodernismo es sólo una de sus partes, todas estas in- metaficcional, lo que sí tiene claras consecuencias para la
juntas, contrastando cómo la imagen se extiende por las dos. crustaciones visuales (audiovisuales en hipertextos, ciber- crítica literaria.
El concepto de es aquí muy útil porque, a dife- poesía y en las nuevas formas de creación vía libro electró-
rencia del signo verbal, que se reinicia al comenzar cada nico, aún en estado larvario no por culpa de los autores sino
página, el visual crea expectativas y remembranzas que se por la escasa resolución técnica de los lectores digitales), la Posibles soluciones: uso de la Estética
sostienen, proléptica o analépticamente, a lo largo del libro. literatura se conforma como un cuya y la ampliación del concepto de texto
Según la interesante y precoz opinión de Gianfranco Bette- mezcla o confusión remite a la confusión mayor que es el
tim, que hemos conocido a través de Alejandro Llano, los propio discurso híbrido, audiovisual y fragmentario de nues- A la hora de afrontar estos problemas creo que no hay
simulacros informáticos y comunicativos se comunican co- tro tiempo. que inventar la pólvora de nuevo. Hay una disciplina que
mo una especie de realidad alternativa, una «evidencia cons- La misma tecnología que crea los problemas, sin lleva siglos intentando resolver problemas de interpretación
truida», pero estamos ,,también ante una fuerte modalidad embargo, a veces también nos ayuda a resolver algunos. artística, cualquiera que sea la forma que el arte tome: la
persuasiva y un elevado poder de convicción. ( ... ) el Observemos esta declaración de TI1omas ommel, cuando Estética. Creo que la crítica literaria del XXI tiene mucho
del discurso audiovisual combina la fuerza retórica de los apunta que terreno andado si comenzamos a aplicar, razonadamente,
hechos con el encanto poético de las narraciones, producien- ciertos criterios de la Estética, considerando que el texto es
do una lógica de las 'implicaciones' o de las 'inducciones ahora simplemente, el soporte del arte textovisual, y que la

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literatura pangeica es arte literario conceptual, como apun- dades textuales, audiovisuales y es compatible con los más posterioridad la práctica se ha extendido y también hay
tamos más arriba. Se!'iala acertadamente Katherine Hayles: diversos formatos, se muestra como un aliado insoslayable a aplicaciones sociales o comunitarias que se han desarrollado
«del mismo modo que la frontera entre juegos de ordenador la hora de explicar cualquier obra literaria (sea tradicional, gracias al de procesos.
y literatura electrónica, la distinción entre arte digital y lite- anfibia o puramente digital) en los mismos términos en que En un fundador artículo publicado en Wired en 2006,
ratura electrónica es, como poco, sospechosa, a menudo un esta es creada. Pero hay más posibilidades, como la «TI1e Information Factories», George Gilder exponía que lo
asunto de las tradiciones críticas desde donde son discutidas bueno de las tecnologías de nube es que su estructura y
las obras más que algo intrínseco a las obras mismas». Ex- funcionamiento es muy similar a la del cerebro humano y
trapolando el criterio, que Hayles limita a lo digital, la dis- que tienen la ventaja de que lo sucede en el exterior, en el
tinción entre la literatura tradicional y las artes representati- borde de la nube, dota de inteligencia al centro y lo mejora,
vas cobra en el caso de los escritores menos sentido realimentando todo el sistema en aras del perfeccionamiento
que nunca. De modo que podrían aplicarse a la progresivo. Nuevas tecnologías como las ya citadas platafor-
de estas obras algunos criterios tomados de la estética más La crítica literaria es una acti- mas Copia, Goodreads, iBooks o el sistema Kindle de Ama-
espacial, la arquitectura. Siguiendo el criterio de Francis D. vidad que ha de definir cons- zon están produciendo una revolución en el modo de enten-
K. Ching en su clásico tantemente sus límites; tam- der el fenómeno de la lectura. Que los usuarios de estos
(Gustavo G ili, 1985), podríamos leer estas obras distinguien- bién debe sobrepasarlos cons- sistemas puedan acceder a los comentarios sobre un mismo
do los principios básicos de (la línea, el plano y volu- tantemente; la única norma libro realizados por otros lectores, compartirlos en redes
men dominantes, la forma, el color, la textura, la dimensión, invariable es que, cuando el sociales, o hacer sus propias notas al margen, subrayados y
el espacio, etc.), de los principios ordenadores de la crítico excede sus fronteras, comentarios en red, aprovechándose de tecnologías de
(la estructura, la modulación, el equilibrio y el tiene que hacerlo con plena nos permite soñar con nuevas posilidades críti-
ritmo). Ello nos daría un eJe de coordenadas a partir de cual cas. Vamos a ver dos de ellas.
elaborar la hermenéutica artística del texto.
La otra posibilidad, compatible con esta, es la de ampliar T. ELIOT, 1) La edición crítica
al máximo el concepto de Para ello nos sirve la opinión
de Jacques Derrida: «es preciso que nos pongamos de acuer- Cuando trazaron los nuevos
do en lo que significa "sobre textos''. Estaría de acuerdo a Según la sabia Wikipedia, <<la computación en nube, del mapas de la ciudad, en el es-
condición de ampliar considerablemente y reelaborar el con- inglés es un paradigma que permite ofrecer pacio originalmente en blanco
cepto de texto». Siguiendo no tanto las lógicas postestructu- servicios de computación a través de Internet. La nube es hacia el extremo noreste, los
ralistas, sino simplemente la realidad de las cosas, debemos una metáfora de Internet». Desde hace varios a!'ios, muchos cartógrafos escribieron Los
darnos cuenta de que un texto, hoy en día, no es el mismo expertos en computación se dieron cuenta de que, por mucha Miles. Nos gustó mucho el
objeto que analizaban los formalistas rusos a principios del capacidad y/o velocidad que mostrasen los ordenadores per- nombre, porque nuestro nú-
siglo XX. Por tanto, no se puede valorar con los mismos sonales, Internet tenía una potencia y unos recursos que mero es lo único que siempre
instrumentos críticos. De ahí que hayamos propuesto la no- permitían que muchas operaciones complejas fueran resuel- hemos tenido.
ción de para ampliar en lo posible el concepto de tas extrayéndolas de los ordenadores personales y solucio-
lo rastreable críticamente. nadas mediante computación en nube. Primero fueron las
En cualquier caso, queda claro que la crítica literaria empresas, por obvias necesidades de agilización y reducción
tiene en este siglo XXI mucho trabajo que hacer, aunque de presupuestos, quienes aprovecharon este recurso; con
también cuenta con instrumentos nuevos y muy precisos
para desarrollarlo. El blog, por ejemplo, que tiene posibili-


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