En la actualidad la prevalencia de las disfunciones sexuales femeninas es muy
elevada, según diferentes estudios la cifra oscila alrededor del 40%. No obstante, no piden ayuda profesional más del 20% de las mismas.
La falta de deseo sexual en la mujer se considera a la ausencia o disminución de
pensamientos, sentimientos o fantasías sexuales y del interés en iniciar un encuentro sexual, en presencia de adecuados estímulos provocadores del deseo, con esto nos queremos referir a la importancia de la calidad de la pareja para evocar la respuesta sexual necesaria. La mujer no siente respuesta fisiológica, ningún tipo de impulso sexual, de tal forma que no siente la necesidad de buscar placer antes o después de iniciada una conducta sexual. Este hecho se presenta de manera persistente o recurrente, lo cual provoca malestar acusado o dificultades en la relación interpersonal.